Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
¿Qué es un quiste?
Un quiste es una bolsa cerrada con una membrana propia que se desarrolla
anormalmente en una cavidad o estructura del cuerpo. Los quistes se producen como
resultado de un error en el desarrollo embrionario durante el embarazo. Sin embargo,
a veces aparecen espontáneamente sin causa aparente. Los quistes pueden ser
peligrosos, a menudo debido a los efectos negativos que pueden tener sobre los
tejidos cercanos. Pueden contener aire, fluidos o material semisólido.
Un quiste también puede ser un saco que encierre un organismo durante un periodo
de dormancia, como en el caso de ciertos parásitos. Así se protegen de los ácidos del
estómago y, una vez en los intestinos, lo rompen y emergen.
La fibrosis quística es un ejemplo de enfermedad genética en la que los quistes se
desarrollan en el tejido pulmonar y liberan moco en los pulmones (véase alvéolos),
reduciendo la capacidad pulmonar y provocando tos crónica.
Clasificación de los quistes
De acuerdo a su ubicación:
Odontogenicos:
Quiste gingival infaltil y de adulto
Quiste primordial
Queratoquiste odontogenico
Quiste dentigero (folicular)
Quiste de erupción
Quiste periodontal lateral
No odontogenicos:
Quiste del conducto naso palatino
Quiste nasolabial (nasoalveolar)
Quistes medianos palatinos, alveolar y mandibular
Quiste glóbulo maxilar
Inflamatorios:
Quistes no epiteliales:
Quiste oseo solitario
Quiste oseo aneurismático
Características histopatológicas
Las características histopatológicas del quiste gingival del adulto son similares a las
del quiste periodontal lateral. que consiste en una delgada. aplanado revestimiento
epitelial, con o sin placas de coordinación que contienen células claras.
Nidos pequeños de estas células claras ricas en glucógeno, que representan los
restos de la lámina dental también se pueden observar en el tejido conectivo
circundante. A veces, el revestimiento del quiste es tan delgada que se confunde
fácilmente con el revestimiento endotelial de los vasos sanguíneos dilatados.
Tratamiento y pronostico
El quiste gingival del adulto responde bien a la extirpación quirúrgica simple. El
pronóstico es excelente.
Quiste primordial
Comprende el 5% de todos los quistes foliculares, y 1.75 % de los odontogénicos,
proviene del germen dentario que, en vez de formar el diente, degenera y da lugar a la
formación del quiste, es decir que el quiste se encuentra en lugar del diente, y no
directamente asociado a él; también puede originarse de un órgano dental
supernumerario. El quiste primordial según otros autores se puede originar de la
lámina dental.
Características clínicas:
La lesión puede estar
relacionada con la
ausencia de una pieza
dental, la mandíbula es la
que más se ve afectada, se
presenta en la 2ª y 3ª
década de la vida, puede
provocar un
agrandamiento, es
asintomático e indoloro,
pero si es grande puede
provocar la migración de piezas dentales, todos los dientes poseen vitalidad. Este
quiste varía de tamaño y posee potencial para expandirse al hueso, a veces está
relacionado con un diente primario persistente.
Características radiográficas:
Nos presenta una imagen radiolúcida en lugar de la pieza permanente normal
subyacente, esta imagen es redonda u oval y bien delimitada que puede tener un
borde esclerótico o reaccional y que puede ser unilocular y multilocular, está debajo de
las raíces de las piezas dentales, entre las raíces de las piezas adyacentes o cerca de
la cresta del reborde en el lugar de un diente ausente en forma congénita. Soskolne y
Shear han observado quistes en la zona premolar superior e inferior y así como canino
superior.
Características histológicas:
En su constitución, la pared está compuesta de fascículos paralelos de fibras
colágenas de densidad variable, en esta capa de tejido conectivo, puede o no haber
células inflamatorias y pueden contener pequeños islotes de epitelio odontogénico u
ameloblástico (Segun Bhaskar).
En la superficie interna que mira hacia la luz este revestido de una capa ininterrumpida
de epitelio escamoso estratificado que presenta queratina o a veces ortoqueratina. El
epitelio de grosor variable por lo general cuenta con 8 células de espesor y brotes
epiteliales bien definidos.
En las observaciones hechas por Soskolne y Shear han observado que el epitelio tiene
una capa de células basales columnares con núcleos picnóticos y vesiculares.
Tratamiento:
Consiste en la enucleación quirúrgica con un cureteado a fondo del hueso. El índice de
recidiva es elevado.
Queratoquiste Odontogénico
Frecuentemente esta lesión está asociada a dientes impactados. Se acepta que el
queratoquiste se origina en restos de la lámina dental localizados en la mandíbula o en
el maxilar superior, sin embargo hay evidencia que sugiere que también puede derivar
de una extensión del componente de células basales del epitelio bucal que lo cubre.
También podrían derivar del órgano dentario por degeneración del retículo estrellado,
antes de que se inicie la aposición del esmalte.
Los mecanismos relacionados con el crecimiento quístico son los siguientes:
Quiste dentigero
Los Quistes Dentígeros (QD), también llamados quistes foliculares, son quistes
odontogénicos de malformación y origen epitelial, según la clasificación de los tumores
realizada por la Organización
Mundial de la Salud - OMS
(Graydon, 1996). El QD es el más
común después del quiste radicular.
Siempre está asociado con la corona
de un diente en desarrollo, no
erupcionado o incluído (permanente
o primario). En el caso clínico que se
presenta en este artículo, el QD está
asociado a un canino inferior.
Etiopatogenia
Existen hasta la actualidad varias teorías que tratan de explicar el origen de los QD,
aunque no se logre una comprensión completa y uniforme en cuanto a su mecanismo
de producción. Aun cuando estas teorías no fueron propuestas recientemente, en la
actualidad mantienen su vigencia y son consideradas las de mayor importancia.
La teoría más conocida según Malassez entre 1885-1887, plantea que el QD se
origina después que la corona del diente se ha formado por completo, mediante la
acumulación de líquido entre el epitelio reducido del órgano del esmalte y la corona del
diente subyacente ya formado. Mientras que Gillette y Weihmann en 1958 y Bloch-
Jorgensen en 1928, hablaron sobre el origen extrafolicular del QD, el cual sugiere que
se origina de quistes periapicales en dientes primarios que van creciendo y
englobando al germen del diente permanente. Aun cuando estas sugerencias son
posibilidades teóricas, no existe suficiente evidencia para soportarlas. Una tercera
teoría propuesta en 1941 por Thoma sugiere que algunos QD pueden comenzar su
formación por degeneración del retículo estrellado durante la aposición del esmalte
(Killey y cols., 1979). Por otra parte, Al-Talabani y Smith en 1980, realizaron un estudio
de QD experimentales e hipoplasia de esmalte, su importancia y significación con la
patogénesis. Las observaciones en este estudio sugirieron la posibilidad de existencia
de dos tipos de QD; quizás con causas diferentes y de aparición en distintas etapas
del desarrollo dentario. En este trabajo se concluyó que, unos podrían comenzar en
una etapa temprana del desarrollo y es comúnmente asociada con hipoplasia de
esmalte; estos quistes comienzan con degeneración del retículo estrellado del órgano
del esmalte. El otro tipo comenzaría a desarrollarse después de que la corona se ha
formado totalmente y se origina por la separación de las células dentro del órgano del
esmalte, debido a la acumulación de fluídos; la hipoplasia del esmalte, en este caso,
no es una característica significativa.
Características Clínicas
Los síntomas en el QD son escasos y rara vez alcanza grandes proporciones, cuando
esto sucede se detecta clínicamente, ya que produce expansión ósea y asimetría
facial, debido a la excesiva presión interna de la lesión, lo que predispone a la
producción de fracturas patológicas por erosión del hueso cortical, sin embargo, en la
mayoría de los casos es detectado como un hallazgo radiográfico (Regezi y Sciubba,
1995). También debemos estar atentos en observar si hay pérdida de los dientes,
intensa reabsorción radicular de los dientes adyacentes y dolor, los cuales son
secuelas del contínuo agrandamiento del quiste. Por otra parte, es potencialmente
capaz de convertirse en una lesión agresiva (Shafer y cols., 1986).
Características radiográficas
El examen radiográfico del maxilar que está afectado por un QD revelará una lesión
radiolúcida bien definida, con cortical, alrededor de la corona de un diente no
erupcionado. Las lesiones pequeñas de menos de 2,0 cm de diámetro son
"uniloculares". Sin embargo, si no son detectadas tempranamente, la lesión puede
crecer y se vuelve un quiste dentígero "grande y multilocular", lo que hace posible la
confusión con otras lesiones más agresivas, como por ejemplo el ameloblastoma
(School of Dentistry. U. S. C., 1997). A veces se observa una radiolucidez
pericoronaria incipiente que confunde entre un quiste dentígero pequeño y un folículo
o espacio folicular dental ligeramente dilatado. Para esto, Maroo en 1991 señala que
estos quistes inicialmente se presentan como una radioluscencia unilocular
pericoronaria, cuyo ancho excede de 2,5 mm. Sin embargo, se establece que hay que
realizar un control radiográfico, para seguir la evolución del diente y determinar si se
trata de una lesión o simplemente de la dilatación del folículo dentario en la fase pre-
eruptiva.
Características histopatológicas
Para esta lesión no hay características microscópicas típicas que puedan distinguir
entre un QD y cualquier otro quiste odontogénico. Por lo general, está constituído por
una pared de tejido conectivo con 2-3 capas de células epiteliales planas o cúbicas
que tapizan la luz del quiste. Generalmente no presenta queratina, pero algunos
pueden presentar esta característica que muchas veces es señal de transformación a
otras lesiones más agresivas, como el queratoquiste odontogénico. Otros pueden
mostrar la proliferación de los restos epiteliales en la luz del quiste indicando que se ha
desarrollado una neoplasia benigna pero agresiva, como lo es el ameloblastoma
(Shafer y cols., 1986)
Pruebas diagnósticas
Para poder llegar a un diagnóstico certero de la lesión, se deben tomar en cuenta un
conjunto de características recogidas en el estudio clínico, radiográfico e
histopatológico. Los aspectos clínicos se obtienen mediante la observación clínica del
paciente, y la sintomatología que nos refiere. Además de realizar comparaciones con
los parámetros epidemiológicos existentes. Asímismo, realizar un estudio
radiográfico completo para detectar la posible existencia de alguna patología no visible
clínicamente, para esto el odontólogo dispone de una serie de técnicas radiográficas,
las cuales aportan una visión completa o parcial de los maxilares. Dentro de ellas, la
más empleada, es la radiografía dental - sinusal, comunmente llamada "panorámica",
que es accesible y nos dá una visualización completa de ambos maxilares y de sus
estructuras adyacentes. Sin embargo, si se detecta alguna imagen anormal es
necesario que se practique una segunda radiografía que nos dé la tercera dimensión,
para ubicar la lesión en los tres planos como por ejemplo la oclusal, bien sea superior
o inferior, según el caso. Autores como Toller y col. (1995) señalan que la tomografía
computarizada (TC) resulta ser un gran beneficio, principalmente en el caso de QD
múltiples, ya que éste estudio provee detalles exactos en las tres dimensiones de las
lesiones quísticas sin distorsión ni superposición. Todos estos estudios nos
aportan datos para determinar los posibles diagnósticos diferenciales que puedan
identificar esta lesión, y junto al estudio histopatológico, nos permiten establecer el
diagnóstico definitivo.
Pronóstico
Cuando se trata de lesiones pequeñas, el pronóstico es bueno ya que se elimina
quirúrgicamente sin dificultad y en su mayoría no hay recidiva. Mientras que si las
lesiones son grandes, el pronóstico es reservado ya que conllevan una gran perdida
ósea y adelgazan peligrosamente al hueso, existiendo el riesgo de producir fractura
patológica del maxilar comprometido (School of Dentistry. U.S.C., 1997). También es
importante destacar que los quistes odontogénicos tienen que ser considerados una
posible fuente de enfermedades metastásicas (Manganaro y cols., 1997).
Tratamiento
Las lesiones uniloculares pequeñas se eliminan a través de la osteotomía, extracción
del diente impactado y remoción de la lesión. En las lesiones grandes puede ser
necesario una cirugía extensa donde incluso puede haber resección de la mandíbula
(Shafer y cols., 1986). Hay dos procedimientos quirúrgicos que se emplean para
eliminar estos quistes, marsupialización y enucleación. La marsupialización es un
procedimiento indicado en aquellos casos donde se presentan QD de gran tamaño,
que involucran una seria pérdida ósea y que adelgazan peligrosamente el hueso; es
muy utilizado sobretodo en niños,
en los casos que se pueda guiar la
erupción del diente impactado
hasta llevarlo a una posición normal
(Laskin, 1987). Con relación a la
enucleación, siempre que sea
posible se prefiere este
procedimiento, porque pueden
existir transformaciones
ameloblásticas o carcinomatosas
asociadas a la pared del QD, lo
cual hace necesario enuclear el quiste y someterlo a un estudio histopatológico, de
esta manera se hace una excisión total del tejido patológico, disminuyendo
posibilidades de recurrencia y de transformaciones desfavorables (Laskin, 1987).
Quiste de erupción
El quiste de erupción es el análogo en tejido blando del quiste dentigero. El quiste se
desarrolla como resultado de la separación del folículo dental de alrededor de la
corona de un diente en erupción que está dentro de los tejidos blandos que cubre el
hueso alveolar. Se ha descrito un ejemplo de los quistes de erupción en desarrollo en
un niño que estaba tomando ciclosporina A. Presumiblemente el quiste se desarrolló
debido a la deposición de colágeno en el tejido conectivo gingival que dio lugar a un
techo pericoronal más grueso y menos penetrable.
Características clínicas.
El quiste de erupción aparece como una inflamación suave y a menudo translucida de
la mucosa gingival que recubre la corona de un diente en erupción deciduo o
permanente. La mayoría de los ejemplos se observan en niños menores de 10 años
de edad. Aunque puede ocurrir con cualquier diente en erupción, la lesión es más
comúnmente asociado con los incisivos centrales inferiores deciduos, los primeros
molares permanentes, y los incisivos superiores deciduos. El traumatismo superficial
puede resultar en una considerable cantidad de sangre en el líquido quístico, que
presenta un color azul a púrpura-marrón. Estas lesiones a veces se conocen como
heatomas de erupción.
Características histopatológicas
El quiste de erupción intacto rara vez se envía al laboratorio de patología oral y
maxilofacial, y la mayoría de ejemplos consiste en extirpar el techo del quiste, que se
ha quitado para facilitar la erupción de los dientes. Estos muestran la superficie del
epitelio oral sobre la cara superior. La lamina propia subyacente muestra un infiltrado
con variables células inflamatorias. La porción profunda de la muestra, lo que
representa el techo del quiste, muestra una fina capa de epitelio escamoso no
queratinizado.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento puede no ser requerido porque por lo general el quiste se rompe de
forma espontánea, permitiendo la erupción del diente. Si esto no se produce, la
escisión simple del techo del quiste generalmente permite una rápida erupción del
diente.
QUISTES NO ODONTOGENICOS
Quiste del conducto naso palatino
Quiste maxilar anterior medio o del conducto incisivo. Este se localiza en el conducto
palatino anterior o incisivo, o cerca de él, es el más común del maxilar, de desarrollo
fisural.
Su origen se da por la proliferación de restos epiteliales del conducto nasopalatino,
este comunica las cavidades nasal y bucal y se forma cuando los procesos palatinos
se fusionan con el premaxilar dejando un pasaje a cada lado del tabique nasal. Se
dividen en dos tipos, el quiste del conducto incisivo y el quiste de la papila palatina.
Características Clínicas:
Se presenta más en la cuarta y quinta década de la vida, son casi asintomático, a
veces se infectan por algún mecanismo desconocido y producen dolores inflamatorios
y se abren pequeñas fístulas en la papila palatina o cerca de ella.
Los quistes que están localizados en la papila palatina producen cierta hinchazón y por
lo común no son visibles al examen radiográfico.
Características radiográficas:
Son descubiertas por exámenes rutinarios del maxilar en la radiografía, se observa
una zona radiolúcida redonda u oval o acorazonado, por lo general simétrica, bilateral
y bien delimitada, esto se ve cuando se superpone la presencia de la espina nasal
anterior. En la zona de los incisivos en la línea media se produce la separación de las
raíces de los incisivos centrales superiores.
Características Histológicas:
Los quistes están tapizados de epitelio escamoso estratificado, epitelio columnar
ciliado seudoestratificado y epitelio cuboide o cualquiera de las combinaciones. La
variedad del tipo de epitelio indica que estos quistes se originan en el conducto
nasopalatino, pues este conducto se compone de los mismos tipos de epitelio
respiratorio en la posición nasal y escamoso bucal.
En el conectivo este quiste presenta con frecuencia infiltrado celular inflamatorio,
además hay acúmulos de glándulas mucosas, así como de grandes vasos y nervios.
Tratamiento
No se conoce de transformaciones malignas en el epitelio de revestimiento de este
quiste, estos destruyen grandes cantidades de hueso.
El tratamiento consiste en la enucleación del quiste.
Examen radiográfico:
Las radiografías no muestran ninguna alteración ósea, sin embargo, puede aparecer
una imagen radiolúcida si el quiste produce una reabsorción ósea por presión desde el
lado del periostio.
Examen Histológico:
Se encuentra tapizado de epitelio columnar
seudoestratificado, que a veces es ciliado
frecuentemente con células caliciformes, o de epitelio
escamoso estratificado.
Tratamiento:
El quiste debe ser eliminado quirúrgicamente, aunque habrá que tener cuidado de no
perforar ni aplastar la lesión.
PSEUDOQUISTES
La cavidad ósea idiopática y el quiste óseo traumático son procesos osteolíticos que
pueden aparecer en cualquier hueso y también en maxilares y mandíbula, pero son
raros. Para la primera se desconoce por completo el posible origen y en el segundo
caso puede recogerse en la anamnesis el
antecedente de un traumatismo a partir del cual se
supone que se produjo un hematoma en médula ósea
cuya reabsorción activó así mismo a osteoclastos
provocando la cavitación. Dada la sutileza de estas
diferenciaciones se agrupan ambos procesos como
«quistec óseos simples». Estas cavidades están
rellenas de líquido ambarino o hemorrágico y poco
tejido, se obtiene para estudio microscópico: fibrina,
células hematopoyéticas y detritus celulares, pues no
existe una pared o cápsula diferenciada.
La terapeútica pretende producir un hematoma o aportar esquirlas óseas
intracavitarias para estimular de alguna forma una neoosteogénesis que rellene la
cavidad quística.
El quiste óseo aneurismático es una lesión radiolúcida que aparece con más
frecuencia en las metáfisis de los huesos largos o en las vértebras. Infrecuentemente
afecta a huecos del macizo craneofacial. Su patogénesis puede depender de
trastornos hemodinámicos y estructurales locales, con o sin antecedente de
traumatismo. El espacio óseo cavitado está ocupado por grandes macas hemáticas
trombosadas o fluidas entre septos finos conjuntivoendoteliales. Hay infiltración
dispersa de histiocitos con hemosiderina y algunos osteoclastos. La terapéutica es
quirúrgica debiendo realizarse un completo legrado de la cavidad.
La cavidad mandibular de glándula sublingual es un proceso raro de tipo malformativo
que depende de un desplazamiento de glándula salival que resulta rodeado por el
tejido óseo de la mandíbula adyacente, pero la cavidad en sí es extraósea; el
fragmento glandular atrapado no suele ser funcionante y no comunica con los
conductos secretores. Esta lesión ectópica debe tenerse presente en el diagnóstico
diferencial de las imágenes radiolúcidas mandibulares, es un defecto óseo cortical sin
mayor trascendencia clínica. Igualmente debe considerarse la posibilidad de un foco
radiolúcido debido a un acúmulo denso de médula ósea hematopoyética con
disminución del trabeculado óseo, puede no tener importancia y tratarse de una simple
peculiaridad o ser signo de una hiperplasia hematopoyética de carácter general
consecuencia de un trastorno hematológico.