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This work undertakes a comparative study of the characteristics associated to the Defen-
sive pessimism (DP) and the Impostor syndrome (IS), two pattems of behavior characte-
rized by self-doubts, fear of failure, and low outcome expectancies, in spite of a history
of success. At the same time, we think that these two constructs can be different in the
degree that show these and other responses, beliefs, and altitudes. To check this hypot-
hesis, a series of correlational and hierarchical and múltiple regression analyses on seve-
ral affective and cognitive variables were conducted. The results showed a different pat-
tern for each construct. Specifically, DP is better defined by test anxiety (worry), (low)
optimism, (low) academic self-esteem, and pessimism, whereas self-concept confusión,
(low) social and global self-esteem, trait anxiety, (low) self-efBcacy, extemalism, self-cons-
ciousness, and social anxiety are more important in IS. In the discussion we emphasize
that, compared with DP, IS shows a more inadaptative character, and is more social or
interpersonal in nature. Finally, we consider the effects directionality question, and we
suggest a continuous feedback among these behavior pattems and their components.
Key words: Defensive pessimism, impostor syndrome, low expectancies, perceived
incompetence, self-esteem, protection.
de sus estrategias, pues no se sienten que puede tener para la cualidad del
menos satisfechos que los optimistas des- autoconcepto el hecho de, por un lado,
pués de un fracaso, ni recurren a juicios tener una historia personal de éxitos y,
atribucionales que les permitirían negar por otro, mantener continuas dudas acer-
la responsabilidad sobre el mal rendi- ca de la propia competencia de cara al
miento y así proteger su autoestima (Fer- afrontamiento exitoso de futuras situa-
nández, 1999; Norem y Cantor, 1986a). ciones. Específicamente, la consecuencia
Desde el punto de vista clínico se ha esperable de esta contradicción puede ser
observado que los pesimistas defensivos el mantenimiento de una baja claridad o
presentan a leirgo plazo, en comparación certeza en el autoconcepto. que engloba-
con los optimistas, mayores niveles de ría tanto aspectos positivos (relacionados
sintomatología informada (preocupación, con los éxitos pasados) como negativos
insomnio, desesperanza), nivel de estrés (relacionados con el miedo al fracaso y
y de insatisfacción vital (Cantor et al., las bajas expectativas de éxito). Esta posi-
1987), y un mayor nivel de depresión, bilidad, que sí ha sido contemplada por
aunque menor que el de los pesimistas algunos autores en el caso del pesimismo
puros (no defensivos) (Hummer, Dember, defensivo (Fernández, 1999, exp. 2; Har-
Melton y Schefft, 1992). De igual mane- low y Cantor, 1995), no ha sido objeto de
ra, se ha encontrado que el pesimismo análisis aún en el del síndrome del
defensivo correlaciona negativamente impostor. Uno de los objetivos del pre-
con autoestima y autoeficacia generaliza- sente trabajo consiste en aportar datos
da, haciéndolo positivamente con ansie- sobre esta cuestión.
dad y externalismo (en este último caso Por otro lado, junto a estas similitudes,
en menor medida que el pesimismo puede sugerirse a partir del único estudio
puro) (Fernández y Bermúdez, 1999). existente sobre ambos constructos (Coz-
Una primera conclusión que puede zareli y Major, 1990), la existencia de
sacarse a partir de la descripción de diferencias en el grado en que PD y SI
ambos patrones de comportamiento se contienen las características descritas
refiere a la existencia de importantes anteriormente; diferencias que podrían
similitudes entre ellos, tanto desde el condicionar el hecho de que el SI resulte
punto de vista del dinamismo psicológi- ser un patrón de comportamiento más
co que los caracteriza como de sus con- desadaptativo. Adicionalmente, estos
secuencias adaptativas, siendo esta la constructos no han sido comparados
razón que llevó a Cozzarelli y Major anteriormente con respecto a otras varia-
(1990) a estudiarlos conjuntamente. Por bles básicas para su comprensión, como
un lado, tanto los impostores como los es el caso del optimismo-pesimismo, la
pesimistas defensivos experimentan mie- autoestima, el lugar de control y la auto-
do al fracaso, ansiedad y duda acerca de conciencia. La primera de ellas (el opti-
las propias posibilidades de lograr bue- mismo-pesimismo) puede estar presente
nos resultados, y se fijan unas bajas en diverso grado en ambos constructos,
expectativas ante cada nueva situación a en donde cobra especial relevancia la
afrontar. Esta valoración inicial de la naturaleza de las expectativas que desa-
situación y de sí mismos conduce a rrollan acerca de los resultados futuros.
ambos grupos a invertir un gran esfuerzo Asimismo, la (baja) autoestima parece
para tratar de evitar el posible fracaso. jugar un papel relevante en diversas reac-
Por otro lado, una segunda caracterís- ciones manifestadas por pesimistas
tica que definiría a ambos grupos de suje- defensivos (Harlow y Cantor, 1995) e
tos está relacionada con las repercusiones impostores (Langford y Clance, 1993).
118 Evaristo Fernández y José Bermúdez
Tabla 3. Análisis de regresión múltiple [Stepwise] del pesimismo defensivo (manteniendo constante
el efecto del síndrome del impostor) y del síndrome del impostor (manteniendo constante
el efecto del pesimismo defensivo) sobre variables de naturaleza afectiva y cognitiva
Pesimismo defensivo
Variables R fl'aj. F fl^camb. Fcamb. fi rp
Enter:
Síndrome del Impostor Stepwise: 0,57 0,32 56,2' 0,13 0,16
Preocupación 0,74 0,54 71,4° 0.23 58,8' 0,41 0,41
Optimismo 0,77 0,58 56,9' 0,046 13,1" -0,23 -0,31
Autoestima académica 0,78 0,60 45,3' 0,016 4,8-^ -0,18 -0,20
Síndrome del impostor
R fl^aj. F R^ camb. F camb. fi rp
Enter:
Pesimismo defensivo 0,57 0,32 56,2" 0,15 0,17
Stepwise:
Claridad autoconcepto 0,75 0.56 59,6' 0,24 59,9* -0,43 -0,49
Autoestima social 0,77 0,59 44,7' 0,03 6,9'' -0,27 -0,30
Preocupación 0,79 0,61 36,6' 0,02 5,1"^ 0,22 0,24
Nota: N= 118; R* ai.= proporción de varianza explicada
^ ajustada
, R' camb.= proporción de varianza adi-
cional explicada; o= coeficiente <de
" regresión estandarizado; rp= correlación parcial.' p < 0,001. ^ p<
0 , 0 1 . ' p < 0,05.
124 Evaristo Fernández y José Bermúdez
va una mayor afectación de otros aspec- (Watson y Clark, 1984). No obstante, esta
tos de la personalidad. Esto es lo que, al es una posibilidad que deberá ser con-
menos, puede deducirse de algunos templada más directamente por futuros
resultados. Concretamente, los datos estudios.
indicaban que la falta de claridad en el Por otra parte, en el PD es otra la diná-
autoconcepto y la falta de autoeficacia mica psicológica que le define. Concre-
generalizada predecían específicamente tamente, en este constructo el aspecto
el SI, pero no el PD, y el externalismo esencial era el (bajo) optimismo y el
presentaba asociaciones parciales mayo- pesimismo, contemplados como expec-
res con el primero de ellos. Según esto, la tativas generalizadas sobre los resulta-
mayor relevancia de la ansiedad rasgo en dos. El bajo optimismo era específico del
los impostores tiene repercusiones más PD, no del SI, tal y como indicaban las
amplias en la dinámica psicológica, oca- asociaciones relativas entre variables y
sionando problemas en la identidad y en los modelos predictivos hallados, y el
la percepción de competencia y capaci- pesimismo contribuía en mayor grado en
dad para alterar el medio, algo que no el PD que en el SI. La cuestión que debe-
parece estar presente en los pesimistas mos plantearnos ahora es por qué estas
defensivos. En la base, al menos en par- variables personales resultan ser rele-
te, de este tipo de ansiedad experimenta- vantes sólo o principalmente en el PD.
da por los sujetos impostores puede que Es muy probable que el carácter protec-
esté su mayor tendencia a la externaliza- tor que proporcionan unas bajas expec-
ción de los éxitos (Fernández y Bermú- tativas de resultado a los pesimistas
dez, en prensa), y, por tanto, al perfec- defensivos, pero no a los impostores,
cionismo y la autocrítica (Chrisman, et tenga algo que ver al respecto (véase Fer-
al, 1995; Kolligian y Sternberg, 1991), nández y Bermúdez, en prensa, para un
que, a su vez, implican la fijación de análisis detallado de esta cuestión). Con-
unas altos estándares de autoevaluación. cretamente, de la misma manera que un
Estos harían más probable la experiencia estilo atribucional desadaptativo justifi-
de ansiedad, pues ningún nivel de rendi- ca la fijación de unas bajas expectativas
miento en ningún contexto vital es reco- en una situación concreta, con valor pro-
nocido por estos sujetos como suficiente tector (Blaine y Crocker, 1993; Fernán-
o adecuado, lo que facilita el desarrollo dez, 1999; Fernández y Bermúdez, en
de malestar emocional e insatisfacción prensa), ese mismo estilo atribucioal
personal crónicos. puede traducirse también en una creen-
La mayor relevancia de la ansiedad cia generalizada de que es poco probable
rasgo en el SI sugiere, asimismo, que este que ocurran resultados positivos en la
síndrome pueda predisponer a la expe- vida (bajo optimismo) y de que es muy
riencia de afecto negativo crónico. Esta probable que ocurran resultados negati-
idea sería coherente con lo defendido por vos (pesimismo). En última instancia,
Cozzarelli y Mayor (1990) y Kolligian estos dos últimos tipos de expectativas
(1990). Estos autores postulan que el permiten anticipar de manera crónica
fenómeno del impostor podría concep- unos resultados negativos, lo que pro-
tualizarse como una manifestación espe- porciona una preparación afectiva tam-
cífica de una tendencia más general a bién permanente contra sus implicacio-
experimentar afectividad negativa, lo que nes, que es actualizada en cada nueva
implica una disposición a sufrir estados situación específica a afrontar, vía fija-
emocionales aversivos y a mantener una ción de unas bajas expectativas específi-
perspectiva negativa sobre el mundo cas de resultado.
El pesimismo defensivo y el síndrome del impostor: análisis de sus componentes 127
Así, por ejemplo, una baja autoestima y Clance, P.R. (1985). The impostor pheno-
una alta preocupación pueden contri- menon: When success makes you feel
buir al mantenimiento de sentimientos like afake. Toronto: Bantam Books.
y reacciones de impostor, y éstos, a su Clance, P.R., y Imes, S.A. (1978). The
vez, favorecer el mantenimiento de una impostor phenomenon in high achie-
baja autoestima y una alta preocupa- ving women: Dynamics and therapeu-
ción. De acuerdo con la defensa de la tic intervention. Psychoterapy: Theory,
existencia de un ciclo autoperpetuador Research, and Practice, 15, 241-247.
de respuestas desadaptativas tanto en el Clance, P.R., y OToole, M.A. (1988). The
SI (Langford y Clance, 1993) como en el impostor phenomenon: An internal
PD (Fernández, 1999), hay que tener en barrier to empowerment and achieve-
cuenta que ambos patrones de compor- ment. Women and Therapy, 6, 51-64.
tamiento facilitan la consecución de Cozzarelli, C, y Major, B. (1990). Explo-
importantes éxitos, que actuarían como ring the validity of the impostor phe-
reforzadores positivos de las creencias, nomenon. Journal of Social and Clini-
actitudes y conductas que impostores y cal Psychology, 9, 401-417.
pesimistas defensivos mantienen pre- Craig, A.R., Franklin, J.A., y Andrews, G.
viamente a la obtención de esos resulta- (1984). A scales to measure locus of
dos. Estos sujetos terminarían por atri- control of behaviour. British Journal of
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la obtención de los éxitos, que contri- Chrisman, S.M., Pieper, W.A., Clance,
buirían a su mantenimiento, a pesar de RR., HoUand, C.L., y Glickauf-Hughes,
los costos que la mayoría de ellas pue- C. (1995). Validation of the Clance
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