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El ojo, órgano de la visión, no es un instrumento neutro que transmite los datos fielmente
sino que es un encuentro entre el cerebro y el mundo. El sujeto utiliza el ojo para observar una
imagen, este sujeto se llamará espectador.
LA IMAGEN Y SU ESPECTADOR
¿Qué nos aportan las imágenes? ¿Por qué han existido en casi todas las sociedades
humanas? ¿Cómo se conservan?
Son las mismas que le correspondieron a todas las producciones humanas a lo largo de la historia.
Tres modos principales:
● Modo simbólico: sirvieron como símbolos religiosos que daban acceso a la esfera de lo
sagrado a través de la manifestación de una presencia divina. Las primeras esculturas
griegas arcaicas eran ídolos, producidos y venerados como manifestaciones sensibles de la
divinidad. Algunas representan divinidades (Dios, Buda, Zeus) y otras, tienen un valor
puramente simbólico (la cruz cristiana, la esvástica hindú).
● Modo epistémico: la imagen aporta informaciones sobre el mundo. La naturaleza de esta
información varía: un mapa de rutas, una tarjeta de crédito, un naipe. Todas son imágenes
pero su valor informativo no es el mismo.
● Modo estético: la imagen está destinada a complacer a su espectador, a proporcionarle
sensaciones específicas.
2. El espectador construye la imagen, la imagen construye al espectador
Reconocimiento y rememoración
En todos sus modos de relación con lo real y con sus funciones, la imagen depende de la
esfera de lo simbólico.
Aumont cita a Gombrich quien hipotetiza que la imagen tiene como función primera el
asegurar, reforzar, reafirmar y precisar la relación de las personas con el mundo visual:
desempeña un papel de descubrimiento de lo visual.
El reconocimiento
Reconocer algo en una imagen es identificar lo que se ve en ella con algo que se ve o podría
verse en la realidad. Es un proceso que utiliza las propiedades del sistema visual.
● El trabajo del reconocimiento: l a noción de constancia perceptiva, base de nuestra
aprehensión del mundo visual que nos permite atribuir cualidades a los objetos y al espacio,
es también el fundamento de nuestra percepción de las imágenes.
Este trabajo de re- conocer, se apoya en la memoria, en una reserva de formas de objetos de
disposiciones espaciales memorizadas: la constancia perceptiva es la comparación incesante
que hacemos entre lo que vemos y ya hemos visto. Somos capaces no sólo de reconocer,
sino de identificar los objetos.
En otras palabras, el trabajo de reconocimiento utiliza no sólo las propiedades elementales
del sistema visual, sino también capacidades de codificación abstractas.
● Placer del reconocimiento: r econocer el mundo visual en una imagen puede ser útil y
provoca un placer específico. El arte representativo imita a la naturaleza y esta imitación
procura placer pero de paso influye en nuestra manera de ver la naturaleza.
La rememoración
Imagen y codificación: la imagen transmite de forma codificada un cierto saber sobre lo real. El
instrumento de la rememoración es el esquema: estructura relativamente sencilla, memorizable más
allá de sus actualizaciones.
Esquema y cognición: el esquema es económico: debe ser sencillo y legible. Tiene un aspecto
cognitivo y didáctico. Las formas esquemáticas corresponden a ciertos usos a las cuales están
adaptadas, pero evolucionan a medida que estos usos cambian y que se producen nuevos
conocimientos.
Gombrich fue quien propuso la expresión del “papel” (función) del espectador para
designar el conjunto de los actos perceptivos y psíquicos por los cuales el espectador, al percibirla y
comprenderla, hace existir la imagen.
a. No hay mirada inocente: la percepción visual es un proceso casi experimental, que implica
un sistema de expectativas, sobre la base de las cuales se emiten hipótesis, seguidamente
verificadas o invalidadas. Este sistema de expectativas es informado por nuestro
conocimiento previo del mundo y de las imágenes. La mirada inocente es un mito: ver no
puede ser sino comparar lo que esperamos con el mensaje que recibe nuestro aparato visual.
b. La regla del etc.: a partir de su saber previo, el espectador reemplaza lo no representado, las
lagunas de la representación. Una imagen nunca puede representarlo todo. El espectador es
proyectivo: como en ejemplo de las manchas de Rorschach, tenemos tendencia a identificar
cualquier cosa en una imagen, siempre que se haya una forma que se parezca mínimamente
a esa cosa.
La imagen es, tanto desde la visión de su autor como de su espectador, un fenómeno ligado
a la imaginación.
a. Enfoque cognitivo: la psicología cognitiva pretende esclarecer los procesos intelectuales del
conocimiento que incluye la actividad del lenguaje y también la fabricación y consumo de
imágenes.
Esta teoría cognitivista presupone el constructivismo: toda percepción, todo conocimiento
es una construcción establecida por el modo general de la confrontación de hipótesis con
los datos proporcionados por los órganos de los sentidos.
b. Enfoque pragmático: s e interesa por las condiciones de recepción de la imagen por parte
del espectador, por todos los factores sociológicos y semiológicos que influyen en la
comprensión, interpretación y aceptación de la imagen.
c. Influencia de la imagen: acción psicológica ejercida por la imagen sobre su espectador.
Aquí Aumont, en palabras de Eisenstein, dice que cada estímulo entraña una respuesta
calculable y que podría preverse y dominarse la reacción emocional e intelectual de un
espectador ante una película dada.
LA ILUSIÓN REPRESENTATIVA
La ilusión es un error de percepción, una confusión total y errónea entre la imagen y algo
distinto de esta imagen.
La base psicofisiológica
La posibilidad de ilusión está determinada por las capacidades mismas del sistema
perceptivo. Para que haya ilusión se deben cumplir dos condiciones:
a. Una condición perceptiva: el sistema visual debe ser incapaz de distinguir entre dos o
varios perceptos.
b. Una condición psicológica: el sistema visual se entrega a una verdadera interpretación de lo
que percibe. La ilusión sólo se provocará si produce un efecto de verosimilitud: si ofrece
una interpretación plausible de la escena vista. La ilusión depende de las condiciones
psicológicas del espectador, en particular de sus expectativas.
La base sociocultural
La ilusión a la que hasta ahora se refiere Aumont es la ilusión global, total, producida por
una imagen que engaña al espectador.
Todas las artes representativas, en nuestra civilización, se han fundado en una ilusión
parcial de realidad, dependiente de las condiciones tecnológicas y físicas de cada arte. Esta noción
de ilusión parcial es discutible porque puede juzgársela como contradictoria: la ilusión existe o no
existe, uno es engañado o no lo es. Y no puede serlo a medias.
2. Ilusión y representación
Una imagen puede crear una ilusión, al menos parcial, sin ser la réplica exacta de un objeto,
sin construir un duplicado de él. El duplicado exacto no existe en el mundo físico, ni siquiera en
nuestra época de reproducción automática generalizada.
Imagen ilusionista del simulacro. El simulacro no provoca una ilusión total, sino parcial,
fuerte como para ser funcional; el simulacro es un objeto artificial que pretende pasar por otro
objeto en un cierto uso. Este modelo de simulacro se encuentra en animales pero en la esfera
humana, según Lacan, el simulacro es comparable a la del enmascarado o la del travesti. Ejemplo:
un simulador de vuelo destinado al aprendizaje de los pilotos.
a. ¿Qué es la representación? es difícil asignarle un sentido universal y eterno, pues la noción
de representación está cargada de estratos de significación. La representación es un proceso
por el cual se instituye un representante que ocupará el lugar de lo que representa. Ejemplo:
un actor que ocupa el lugar de Hamlet no significa que lo sea, sino que durante unas horas
(la duración de la obra) asignado a esa función me hará ver y entender a través de sus
gestos, su voz, sus movimientos, ciertas acciones y estados del alma atribuibles a una
persona imaginaria (Hamlet).
b. La representación es arbitraria: en el proceso de la representación, la institución de un
representante, hay una gran parte de arbitrariedad, apoyada en la existencia de
convenciones sociales.
Algunos teóricos han llegado a sostener que todos los modos de representación son
igualmente arbitrarios.
Uno de ellos es Nelson Goodman, quien afirma que cualquier cosa puede representar a
cualquier referente con tal de que así se decida.
c. La representación es motivada: algunas técnicas de representación son más naturales que
otras. Los individuos pueden aprender muy fácil algunas convenciones, otras ni siquiera
necesitan realmente ser aprendidas.
d. La cuestión del realismo: No se puede sostener a la vez que la representación es arbitraria,
que los modos de la representación visual son equivalentes y que algunos son más naturales
que otros.
Es esencial no confundir (aunque estén relacionados), las nociones de ilusión, realismo y
representación. Esta última es el fenómeno más general, que permite al espectador ver por
delegación una realidad ausente, que se le presenta tras la forma de un representante. La
ilusión es un fenómeno perceptivo y psicológico que provoca la representación en ciertas
condiciones culturales y psicológicas. El realismo es un conjunto de reglas sociales que
pretenden regir la relación de la representación con lo real de modo satisfactorio para la
sociedad que establece esas reglas.
El tiempo en la representación
Es una dimensión esencial para la imagen, para el dispositivo en el cual se presenta, para su
relación con el espectador.
a. El tiempo del espectador: e xisten relojes biológicos que regulan los ritmos naturales. Éstos
se advierten cuando se desajustan. Pero el tiempo en el espectador no es un tiempo objetivo,
sino una experiencia temporal. La psicología tradicional distingue varios tipos:
● El sentido de presente: fundado en la memoria inmediata.
● El sentido de la duración: lo que entendemos normalmente por el tiempo. Su duración se
percibe, se siente con la ayuda de la memoria.
● El sentido del futuro: ligado a las expectativas que pueden tenerse y determinado más
socialmente que los dos anteriores. El campo del futuro es el de la interpretación (personal,
social, intelectual).
● El sentido de la sincronía y de la asincronía.
La distancia psíquica
La relación existencial del espectador con la imagen tiene una espacialidad referible a la
estructura espacial en general; tiene una temporalidad, referible a los sucesos representados y a la
estructura temporal derivada de ella. Estas relaciones con las estructuras califican lo que se llama
una cierta distancia psíquica: distancia imaginaria que regula la relación entre los objetos de la
representación por una parte, y la relación entre el objeto de la representación y el espectador, por la
otra.
1. La imagen y el psicoanálisis
La obra de arte es estudiada, como discurso secundarizado (pues tiene existencia social y puede
ser objeto de comunicación, de circulación y de entendimiento) pero que contiene huellas
sintomáticas de un discurso primario, inconsciente: la obra de arte ha sido uno de los objetos
privilegiados del psicoanálisis aplicado.
La tarea del analista ante la obra de arte es la de interpretar no tanto lo representado sino lo
reprimido de esa representación, no el producto final sino las operaciones inconscientes cuya marca
lleva.
Inconsciente e imaginería
Relación entre inconsciente e imagen: la imagen contiene algo de inconsciente, de primario, que
puede analizarse; inversamente, el inconsciente contiene la imagen, representaciones.
Imagen e imaginario
Según Lacan, imaginario e imagen se ligan estrictamente puesto que las formaciones
imaginarias del sujeto son imágenes, no sólo porque son intermediarias, sustitutas sino también
en el sentido de que se encarnan en imágenes eventuales.
La noción de afecto
La noción remite a Kant que designaba con él: el sentimiento de un placer o de un disgusto
que impide al sujeto llegar a la reflexión.
Las emociones
La pulsión
La pulsión se define por su finalidad (satisfacción de la pulsión), por su objeto (medio por el
cual la pulsión alcanza la finalidad) y por su fuente, que es el punto de anclaje de la pulsión en el
cuerpo.
La pulsión escópica es uno de los casos particulares de las pulsiones. Plantea la necesidad
de ver. No es una de las grandes pulsiones primarias como la pulsión oral (necesidad de
alimentarse), es por el contrario, característica del psiquismo humano en cuanto que abandona los
instintos por las pulsiones. Lacan denominó mirada al objeto de esta pulsión. Mirada implica la
necesidad de ver y el deseo de mirar, aplicación en el campo de las imágenes.
Jacques Lacan introdujo la idea de mirada como objeto (objeto de deseo) destacando que el
cuadro es lo que, al dar algo como alimento para el ojo, al ser objeto de mirada, satisface
parcialmente la pulsión escópica.
El goce de la imagen
Si la imagen está hecha para ser mirada, para satisfacer la pulsión escópica, debe dar lugar a
un placer de tipo particular. Roland Barthes responde a esto diferenciando dos maneras de
aprehender una fotografía: la foto del fotógrafo y la foto del espectador. La primera utiliza
información contenida en la foto, signos objetivos, un campo codificado intencionalmente. La
segunda utiliza el azar, las asociaciones subjetivas y descubre en la foto un objeto parcial de deseo.
La foto del fotógrafo implica una escenificación significativa que debe decodificar el
espectador, según el modo cognitivo. La foto del espectador: éste se recluirá de forma singular,
apropiándose de ciertos momentos de la foto que serán para él como pequeños fragmentos sueltos
de lo real.