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ANALISIS DE JURISPRUDENCIAL DE VIOLENCIA

INTRAFAMILIAR

La violencia intrafamiliar es el uso deliberado de la fuerza para


controlar o manipular a un miembro del hogar; Se trata del abuso
psicológico, sexual o físico que sucede entre personas relacionadas
afectivamente como son marido y mujer o adultos contra los menores
que viven en un mismo hogar.

En Colombia la Violencia intrafamiliar ha aumentado de manera


significativa vale mencionar que la violencia intrafamiliar es un
fenómeno de ocurrencia mundial y afecta a todos la personas de
todos los estratos sociales; también se argumenta que los
más vulnerados serían las mujeres y los niños, según datos
estadísticos las mujeres representan el 61.8% de las víctimas, los
niños en un 21.8% y el resto se alude que serían casos asignados a
hombres o personas cercanas al grupo familiar.

En este país la violencia intrafamiliar es penada de cuatro a ocho


años de cárcel aproximadamente, esto depende en gran manera a la
relación, al daño, a la incidencia y a la superioridad con que actué el
agresor.

A lo largo de la historia se ha observado que la mujer siempre ha


estado sometida física, psicológica y abusada a los maltratos y
vejámenes de los hombres, a medida que el mundo evoluciona el
concepto que se tiene sobre la mujer lo hace de igual forma
otorgándoles los mismos derechos e igualándola a un mismo estatus,
es de aclarar que existen en un porcentaje mínimo en nuestra
sociedad que la mujer es la cabeza de la familia por lo tanto de ella
se produce el maltrato hacia su familia más específicamente hacia
su marido; son demasiados y antigüedad los ejemplos de
desigualdad de género y discriminaciones hacia el sexo femenino. En
la sociedad griega aparecen comportamientos violentos contra la
mujer como norma natural, como el hecho de que Zeus golpeará
frecuentemente a su esposa Hera.
“En el año 400 a.C., las leyes de Bizancio establecían que el marido
era un “dios” al que la mujer debía adorar.”

En la India si un esposo moría, su mujer era quemada viva junto al


cadáver, siendo esto una de sus obligaciones como esposa. Además
eran motivo de repudio las mujeres que no podían tener hijos o la que
parían sólo hijas.

En comunidades de Irán y Etiopía nacer mujer era una deshonra;


incluso este vocablo era sinónimo de bajeza, debilidad y desgracia.
En Grecia cuando la pareja era acusada de cometer un delito, la pena
sólo se imponía a la mujer.

Según las normas islámicas, la mujer casada es propiedad privada


del marido. El Corán estipula como deber del hombre pegarle a la
esposa rebelde, así como el encierro perpetuo de las infieles en la
casa. Se exonera de responsabilidad penal al esposo cuya mujer
falleciere como resultado de una golpiza con fines “educativos”.

En la Edad Media se afianzaron muchas de las ideas de desigualdad


de las mujeres que aún siguen vigentes. Los nobles golpeaban a sus
esposas con la misma regularidad que a sus sirvientes. En Inglaterra
esta práctica se llamó “Regla del Dedo Pulgar“, pues el esposo tenía
derecho a golpear a su pareja con una vara no más gruesa que el
dedo pulgar, para someterla a su obediencia.

En Francia, en 1359, se estableció que cuando un hombre mataba a


su esposa en un exceso de cólera no era castigado, siempre y
cuando se arrepintiera mediante juramento.
Se han descrito ampliamente episodios de sometimiento y violencia
física y sexual a las mujeres nativas de las tierras americanas por
parte de los conquistadores europeos, a diferencia del trato que éstas
recibían de los varones nativos.
En las sociedades patriarcales que no es otra cosa que el
sometimiento del núcleo familiar a las decisiones de autoridad del
varón se observaba, que el jefe de familia actúa no solo de una
manera de las que anteriormente se menciona sino que en muchos
casos son múltiples las maneras de infundir la violencia hacia el
género femenino.

Se debe aclarar que la violencia intrafamiliar no es solo contra las


mujeres sino también con las personas adultas que se encuentran
vulnerable frente a este comportamiento social.

Todo parte de nuestra constitución política en su artículo 42 la familia


es el núcleo fundamental de la sociedad y sobre ella se edifica y
solidifica el estado en el cual hoy vivimos, el estado y la sociedad
garantizan la protección integral de la familia Cualquier forma de
violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y
unidad, y será sancionada conforme a la ley.

Partiendo de esto podemos ver que la Corte ha tenido en sus


consideraciones cambio en cuanto a la valoración de la violencia
familiar en la sentencia c 368 de 2014 la corte estableció que por
violencia intrafamiliar puede entenderse todo daño o maltrato físico,
psíquico, trato cruel, intimidatorio o degradante, amenaza, agravio,
ofensa o cualquier otra forma de agresión contra el natural modo de
proceder, con ímpetu e intensidad extraordinarias, producida entre
las personas que de manera permanente se hallaren integrados a la
unidad doméstica, aunque no convivan bajo el mismo techo.

Más adelante la sala penal de la corte suprema en sentencia SP


8064-2017 radicado 48047 explica que el delito de violencia
intrafamiliar establecido en el artículo 229 del Código Penal
no protege en abstracto a la familia como institución básica de la
sociedad, sino la coexistencia pacífica de un ideal colectivo que
supone el respeto por la autonomía ética de sus integrantes.

Es este sentido, fáctica y normativamente, ese propósito no se


cumple entre parejas separadas, pero se mantiene respecto a los
hijos, frente a quienes la contingencia de la vida en común no es una
condición de la tipicidad.

La Sala precisó que este tipo penal se presenta entonces cuando “el
victimario y la víctima pertenezcan a la misma unidad familiar y
conviven en la misma casa”; de no ser así, la agresión del uno al otro
no satisface la exigencia típica de maltratar a un miembro del mismo
núcleo familiar y tampoco vulnera el bien jurídico de la armonía y
unidad familiar.

En conclusión de lo expuesto es que la familia, a partir de preceptos


constitucionales debe ser especialmente protegida, y dentro de ella
quienes por alguna condición son más vulnerables, son destinatarios
de medidas de protección reforzada.

Conjuntamente el derecho constitucional a la unidad y armonía


familiar deben ser salvaguardados, entre otras medidas, mediante el
ejercicio de la autoridad sancionatoria del Estado, conforme al
artículo 42 de la Constitución Política.

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