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Nombre del Año: “Lucha

contra La corrupción y la
ImpunIdad”

Área: Religión

Nombre y Apellidos: Nicol


Monteza Guevara

Profesora: Jenny Jessica


Perea Camacho

Grado Y Sección: 5TO4

Año:

2019

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ÍNDICE:

Presentación ……………………………….. página 3

Nacimiento …………………………………… página 4

Sacramentos …………………………………. página 5

Ordenación …………………………………. página 6y7

Estigmas ………………………………………. página 8y9

Milagros ……………………………………… página 10,11,12

Testimonios ………………………………….. página 13,14,15

Presencia del Padre Pio en el Perú ………. página 16,17,18

Dones del Padre Pio ………………………. página 19

Santificación ………………………………. página 20,21

Encuentro con el Papa Francisco ………... página 22,23,24,25

Muerte ………………………………………. Página 26

Bibliografía ………………………………….. página 27

2
PRESENTACIÓN:

El presente trabajo constituye en explicar todo sobre el


Santo Padre Pio, dar a conocer las etapas de su vida y lo
que realizó mientras estuvo vivo. A continuación, les
presento mi Monografía.

NACIMIENTO DEL SANTO PADRE PIO :


Francisco Forgione (San Padre Pío) nació en el seno de una humilde y
religiosa familia, el miércoles 25 de mayo de 1887 a las 5 de la tarde, hora en
3
que las campanas de la Iglesia sonaban para llamar a todos los fieles a honrar
a la Virgen Santísima en su mes. El Beato Padre Pío nació en una pequeña
aldea del Sur de Italia, llamada Pietrelcina, una pequeña villa en la provincia de
Benevento, Italia. Sus padres, Horacio Forgione y María Giuseppa de Nunzio
Forgione, ambos agricultores, encomendaron la protección de su recién nacido
a San Francisco de Asís, por esta razón le bautizaron con el nombre de
Francisco al día siguiente de su nacimiento.

La familia Forgione vivía en el sector más pobre de Pietrelcina. Francisco fue


pobre, pero como él mismo diría más adelante, nunca careció de nada. Los
valores eran diferentes en aquella época; un niño se consideraba dichoso si
tenía lo básico para vivir. Fue un niño muy sensible y espiritual.

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles,
la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera
Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los
cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza
a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.

SACRAMENTOS:

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El bautizo se realizó al día siguiente en la capilla Santa Ana, y fue
encomendado por sus padres a San Francisco de Asís. Francesco tuvo un
hermano mayor de nombre Michele y tres hermanas menores de nombres:
Felicita, Pellegrina y Grazia, esta última, con el correr del tiempo, se convirtió
en religiosa ingresando al convento de claustro en Roma.

Ordenación:

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El 10 de agosto de 1910, Padre Pío es ordenado sacerdote en la Catedral de
Benevento, Italia. La tarde de aquel día, escribe esta oración: “Oh Jesús, mi
suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima
perfecta”. El día de su ordenación, su padre se encontraba en América, pero su
madre, su hermano Miguel y su esposa, y sus tres hermanas le acompañaron
en ese día tan especial. Al finalizar la Santa Misa, su madre y sus hermanos se
acercaron a la baranda para recibir su primera bendición. Su madre no podía
contener sus lágrimas, tanto de la emoción como del dolor de pensar en la
ausencia de su esposo, cuyo sacrificio había hecho posible la ordenación de su
hijo.

Como era la costumbre, el nuevo Padre celebraría su primera Misa en la iglesia


de su pueblo, en Santa María de los Ángeles. En la misma iglesia en la que 23
años antes había sido bautizado, en donde había recibido la Primera Comunión
y el Sacramento de la Confirmación. El padre solía decirles a sus hijos
espirituales “Si ustedes desean asistir a la Sagrada Misa con devoción y
obtener frutos, piensen en la Madre Dolorosa al pie del Calvario”.

Mientras más alto escalaba el joven sacerdote hacia la perfección, más era
asechado por el demonio. Y mientras más atormentado era por Satanás, más
crecía en fe y en amor al Señor. Poco después de su ordenación, le volvieron
las fiebres y los males que siempre le aquejaron durante sus estudios, y fue
enviado a su pueblo, Pietrelcina, para que se restableciera de salud.

Cada vez que se hacía el intento para restaurarlo a la vida religiosa dentro del
monasterio, este fracasaba, pues su salud empeoraba. Su vida sacerdotal en
Pietrelcina incluía mucha oración acompañada de muchas funciones religiosas,
así como estudios teológicos, catecismo para los niños del pueblo y reuniones
con individuos y familias. Durante este período en Pietrelcina, su antiguo
profesor, el ex sacerdote Tizzani, agonizaba. Su hija, viéndolo cerca a la
muerte, llamó al Padre Pío para que asistiera a su padre, quien
providencialmente pasaba por su casa en ese momento. El moribundo recibió
del Padre la gracia de Dios y la salvación eterna de su alma, hizo su confesión
con lágrimas de arrepentimiento y murió en paz.

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Estigmas:

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Sin duda alguna lo que hizo más famoso al padre Pío fue el fenómeno de
los estigmas, llamados pasionarios (por ser semejantes a los de Jesucristo en
su Pasión): heridas en manos, pies, costado y hombro, dolorosas aunque
invisibles entre 1911 y 1918, y luego visibles durante 50 años, desde
septiembre de 1918 hasta septiembre de 1968. Su sangre tenía al parecer
perfume de flores,aroma asociado a la santidad. La noticia de que el padre Pío
tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas
acudían a San Giovanni Rotondo para verle, besarle las manos, confesarse
con él y asistir a sus misas. Se trató del primer sacerdote estigmatizado.

Ante la fama del padre, la Santa Sede envió a investigar a una celebridad en
materia de psicología, el sacerdote Agostino Gemelli, franciscano, doctor en
medicina, fundador de la Universidad Católica de Milán y amigo del papa Pío
XI. Cuando el padre Gemelli se fue de San Giovanni, sin haber visto siquiera
los estigmas, publicó un artículo en que afirmaba que éstos eran de origen
neurótico. El Santo Oficio se valió de la opinión de este psicólogo e hizo público
un decreto que declaraba que «no se constata la sobrenaturalidad de los
hechos».

En los años siguientes hubo otros tres decretos y el último fue condenatorio, y
en el que se prohibían las visitas al padre Pío o mantener alguna relación con
él, incluso epistolar. Como consecuencia, el padre Pío pasó 10 años ―de 1923
a 1933― aislado completamente del mundo exterior.

A raíz de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el padre fundó los «Grupos


de Oración del Padre Pío». Los grupos se multiplicaron por toda Italia y el
mundo. A la muerte del padre los grupos eran 726 y contaban con
68 000 miembros, y en marzo de 1976 pasaban de 1400 grupos con más de
150 000 miembros.

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Milagros del Santo Padre Pio:

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El P. John Zeller pertenece a los Misioneros Franciscanos de la Palabra Eterna
y es director del departamento de peregrinación del canal católico EWTN en
Birmingham (Estados Unidos). En una entrevista contó algunos hechos
milagrosos y poco conocidos de los que ha sido testigo, tras rezar por diversas
personas con una reliquia de primer grado del santo fraile capuchino.

El P. Zeller no fue siempre un devoto del Padre Pío, sino que adquirió la
devoción hace unos años y está convencido de que el santo lo eligió.

Tras conocer más sobre la vida del fraile capuchino italiano, se animó a pedirle
una reliquia a uno de los superiores en San Giovanni Rotondo. El superior
accedió y le entregó dos pedazos de una venda ensangrentada que cubrió
las heridas producidas por los estigmas del Padre Pío. El P. Zeller entregó
una de las reliquias a su comunidad y se quedó con la otra.

Esa es la reliquia que utiliza para rezar con las personas.

“Tuve la oportunidad de rezar con mucha gente y ha habido casos donde


hubieron, diría, algunas curaciones”. Él se enteró de esto porque las personas
por las que rezó se le acercaron meses después para decirle que estaban
curadas.

El Santo “Padre Pío es un intercesor muy poderoso. Un sacerdote me dijo una


vez que probablemente es uno de los santos más activos de la Iglesia
Católica”, dijo el presbítero.

Primer milagro

Una de estas curaciones sucedió hace pocos meses en el Santuario del


Santísimo Sacramento en Hanceville en la fiesta de la Virgen de Fátima,
cuando con dos sacerdotes por los fieles con las reliquias y con el guante del
Padre Pío que pertenecía a la Madre Angélica.

Mientras oraban se acercó una mujer que sufría de ciática, un dolor muy fuerte
que va desde la parte trasera de la pierna hasta el pie.

El P. Zeller rezó por ella y después ella volvió a su sitio y le dijo a su esposo:
“Estoy curada”.

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Segundo milagro

En otra ocasión oró con la reliquia sobre la hija de doce años de una pareja de
amigos que sufría de una infección de oído y que “parecía que no
desaparecería”.

Él colocó la reliquia en la oreja afectada y rezó. “ella cayó al suelo (...) no pude
sostenerla porque no sabía qué estaba pasando, estaba un poco asustado de
que algo le hubiera pasado”. Sin embargo la madre dijo que “estaba en el
descanso en el espíritu”.

La joven se curó de la infección y no volvió a recaer.

Tercer milagro

Otro caso de curación se dio en una mujer de 40 años que sufría una
enfermedad en el corazón y cuando rezó por ella con la reliquia quedó sana.

Sobre estas curaciones milagrosas, el P. Zeller dijo que “no soy yo sino la
intercesión de San Padre Pío”.

El don

El sacerdote comentó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que antes
pensaba que el Padre Pío era una persona muy seria y tenía miedo de pedir su
intercesión porque creía que “sería serio conmigo”.

Sin embargo, descubrió que “fue un fraile muy alegre” y cuando viajó a San
Giovanni Rotondo entendió que la seriedad del santo era porque “sabía cuando
la gente no estaba arrepentida”.

“Se dice que incluso podía oler el pecado, yo ni me imagino cómo olerá la
separación eterna de Dios ”, concluyó.

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Testimonios:
El Padre Pío realizó varios milagros en vida, y también después de muerto.
Anthony Fuina, un estadounidense padre de familia, que se curó de cáncer de
colon es uno de esos casos.

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En 1997 a Anthony le detectaron un gran tumor en el colon y los médicos le
dijeron que debía quitárselo por partes. Un día mientras él esperaba los
resultados de la primera operación lo llamaron por teléfono, pero no era del
hospital sino su agente de bienes de raíces que le pedía que llevara las llaves
de su casa para mostrarla a los clientes.

Camino al lugar, mientras Anthony conducía, un desconocido se acercó a su


auto y le pidió que lo llevara a una determinada calle. Anthony nunca había
hecho esto, pero por una extraña razón se sentía ligado a ese desconocido.

El hombre agradeció el gesto y mostró preocupación por su enfermedad.


Anthony se sorprendió, ya que no había mencionado su estado de salud, y le
contó la historia del cáncer que sufría y le dijo que esperaba con ansias los
resultados de la primera operación.

“La presencia de este hombre a mi lado me sobreabundó con un sentimiento


de paz y calma. Él me preguntó si podía colocar su mano donde me había
operado y si podía rezar por mí. Entonces comenzó a orar en otra lengua”, dijo
Anthony.

“La sensación que se apoderó de mi cuerpo era increíblemente intensa y


milagrosa, sentí que se erizaban los pelos de mi piel. La electricidad que
perforaba mi cuerpo a través de su mano era increíble. Grité: ‘Oh Dios mío, no
puedo creer esto, no puedo esperar a contárselo a mi esposa’”, agregó.

Cuando terminó de rezar, el desconocido le dijo: “¡Estás curado! ¡Has sido


sanado por el Espíritu Santo que ha entrado en ti!”. Anthony estaba atónito y le
preguntó: “¿Quién eres?” El hombre le respondió que era un sirviente de Dios.

Al llegar a su destino, el desconocido le volvió a decir que estaba curado y le


pidió que fuera a misas de sanación cada vez que pudiera para rezar por los
necesitados. Anthony le agradeció por su oración y se despidieron.

Cuando el médico le reveló los resultados, le dijo que no había peligro respecto
al tumor porque era benigno y que lo operarían de nuevo para extraer lo que
quedaba. Sin embargo, en la segunda cirugía los médicos se sorprendieron
porque no había ningún rastro del tumor.

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Anthony y su familia se alegraron. Pero en el 2000 durante un chequeo médico,
le dieron la mala noticia de que el cáncer había regresado, estaba muy
avanzando y el tratamiento era muy riesgoso.

Un día su hija Stacey fue a su casa y le entregó una imagen religiosa. Al


mirarla, Anthony se sorprendió.

“Le dije: ‘¿Dónde conseguiste esta fotografía? ¡Debes decírmelo! ¡Es él! ¡Este
es el hombre que recogí de la calle, que me bendijo, rezó por mí y me dijo que
estaba sano, hace tres años!’. Mi hija respondió: ‘Papá, este hombre está
muerto’. Yo dije que era imposible y le insistí: ‘Este es el hombre que se sentó
a mi lado en mi auto’”, dijo Anthony.

Su hija le contó que había ido a rezar por él a la iglesia y una familia amiga le
entregó la imagen del Padre Pío. También le dijeron que Anthony debía
aferrarse a ella en esos tiempos difíciles.

“Los dos lloramos y ella me dijo que averiguara más sobre el Padre Pío.
¡Encontré a mi amigo que había recogido de la calle hace tres años! ¡Sí! ¡Fue
el Padre Pío! Él estuvo allí para ayudarme y ahora está aquí para volver a
hacerlo”, manifestó Anthony.

Mientras él recibía las quimioterapias, todos sus amigos rezaban por su


recuperación. Incluso su hija contó la historia del desconocido y el auto, a la
familia que le había regalado la estampa y ellos los invitaron a su casa para
rezar con una cruz y una medalla del Padre Pío.

Ese día, mientras rezaba, Anthony volvió a experimentar la sensación que tuvo
hacía tres años y le rezaba con intensidad al Padre Pío para que destruyera las
células cancerígenas que tenía en el cuerpo.

Repitió esa misma plegaria en cada quimioterapia hasta que un día los
médicos decidieron hacerle una endoscopia para saber si el cáncer había
desaparecido.

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“Cuando me desperté vi a mi esposa llorando y pensé ‘Dios que no sean malas
noticias’. El médico, feliz y desconcertado, me dio la gran noticia: ‘¡Se ha ido!
¡Tu cáncer no está! Eres un hombre afortunado’”, recordó Anthony.

El estadounidense aseguró que su “cura es el Padre Pío. Él ha cambiado


nuestras vidas para siempre” y que lo llama “mi Padre”.

En el año 2002, Anthony y su esposa Bárbara estuvieron presentes en la


canonización del Padre Pío de Pietrelcina en Roma. Actualmente esta familia
se dedica a difundir el testimonio del amor de Dios y encomiendan a los
enfermos a la intercesión de este santo italiano.

Anthony también ha creado la Fundación Milagro Padre Pío para ayudar a


niños con cáncer.

Presencia del Padre Pio en el Perú:

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El Lunes 23 de Julio se realizó una Misa en Honor a Padre Pío en la
Parroquia San Pedro de Chorrillos, donde se expusieron las reliquias de
Primera clase del Santo (pieza o paño que usaba en el cuerpo que conserva
las manchas de sangre que emanaba de su costado). La Celebración
Eucarística fue maravillosa, de profundo recogimiento, el Espíritu de Dios se
manifestaba en la oración, los cantos , la comunión, hasta en la Bendición final
con los Relicarios que contenian pedacitos de tela del Santo. A continuación
fragmentos de la entrevista a Fray Carlos María Laborde (guardian del
Convento de Padre Pío)

¿Por qué son importantes las reliquias?

- Las reliquias en la iglesia han sido muy veneradas desde los primeros siglos,
la reliquia es algo que ha pertenecido al santo o del cuerpo, su importancia es
traernos algo que nos hace recordar la presencia del santo en este caso del
padre Pío, tiene su valor, pero sobre todo la fe. No es un objeto mágico del que
podamos obtener algo, sino que la reliquia requiere la fe, la gracia se obtiene si
pedimos con fe, humildad y perseverancia y a través de este medio pedimos la
intersección del santo.

¿Cuántas prendas se conservan del Padre Pío?

- Tenemos muchas prendas de Padre Pío, porque la ropa personal del Padre
Pío era lavada por personas allegadas al convento, terciarias franciscanas, y le
hacían un truco: cada vez que lavaban su ropa le ponían ropa nueva, no sé si
el Padre no se daba cuenta o les dejaba esa libertad, lo cierto es que hay
muchas prendas que Padre Pío usó por pocos días, lo que hace que haya
muchas reliquias. Están conservadas desde su muerte se encontraron en su
celda y eran objetos que él usaba, desde ese día fueron conservadas con
mucha atención por los frailes.

¿La gente le tiene mucha fe a las reliquias?

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- Esto porque hay fe, no porque la reliquia pueda en si misma hacer un milagro,
cuando uno se acerca a la reliquia ora a Dios con fe o se dirige al santo con fe
en su intercesión el Señor nos alcanza las gracias que esperamos. No es un
valor absoluto lo que se requiere es la fe de quien ora.

La reliquia nos invita a imitar la vida del Santo y sobre todo nos invita a tener fe
en Dios porque es la fe, como vemos en el evangelio Jesús cada vez que
cumple un milagro dice: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”, como vemos es la
fe.

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Dones del Santo Padre Pio:

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Según los creyentes en el padre Pío, sus dones fueron:

 Discernimiento extraordinario: capacidad de leer las conciencias, don que


utilizó frecuentemente durante el ministerio del sacramento de la confesión.
 Curación: curas milagrosas mediante el poder de la oración.
 Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo.
 Perfume: en su presencia se podía percibir fragancia de flores (el «olor de
santidad»).
 Lágrimas: cuando rezaba el Rosario a veces derramaba lágrimas.
 Estigmas: exhibió estigmas desde el 20 de septiembre de 1918 y los llevó
durante 50 años hasta pocos días antes de su muerte (el 23 de septiembre
de 1968).

Santificación:

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El Papa presidió ayer, en relativa buena forma, la canonización más esperada
por las masas de creyentes italianos, la del beato padre Pío de Pietrelcina
(1887-1968), famoso en vida por su supuesta capacidad milagrera. La
ceremonia, que convirtió al fraile capuchino en el 457º santo de los elevados a
los altares por Juan Pablo II en más de 23 años de pontificado, fue seguida en
la plaza de San Pedro por unas 250.000 personas. Numerosas personalidades
de la política italiana, incluido el vicepresidente del Gobierno, Gianfranco Fini,
ocuparon las primeras filas.

La canonización fue seguida por miles de personas en San Giovanni Rotondo,


la localidad del sur de Italia donde vivió el fraile y donde florece un negocio
millonario en torno al nuevo santo. El Papa leyó la fórmula latina que acoge al
padre Pío (Francesco Forggione) en la categoría de santo con voz clara y fue
capaz de pronunciar la homilía, en la que exaltó el valor cristiano del
sufrimiento del nuevo santo, señalado por la polémica de sus supuestos
prodigios y escándalos.

Los peregrinos, llegados a Roma en trenes especiales y autocares, invadieron


no sólo la plaza de San Pedro, sino la Vía de la Conciliazione, que conduce
hasta la basílica, en una repetición de lo ya visto con motivo de la beatificación
en mayo de 1999. El gran día del nuevo santo, que será festejado cada 23 de
septiembre, fecha de su muerte, lo fue también para la comunidad capuchina
de San Giovanni Rotondo (Foggia), en el sur de Italia, donde se alza el
convento en el que vivió el padre Pío, convertido desde hace años en lugar de
peregrinación masiva que ha dado lugar a un negocio de proporciones
colosales.

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Encuentro con el Papa Francisco:

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l Papa Francisco finalizó su visita apostólica a Pietrelcina y a San Giovanni
Rotondo con una Misa celebrada en la iglesia de San Pío de Pietrelcina en la
que puso al Padre Pío, “apóstol del confesionario”, como referencia de oración,
pequeñez y sabiduría.

En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre estos tres conceptos a partir de


las lecturas del día.

Oración

Francisco llamó la atención sobre la naturalidad y la espontaneidad con la que


Jesús rezaba. Para Él, la oración no era algo opcional, “acostumbraba a
retirarse a lugares desérticos a rezar. El diálogo con el Padre se encontraba en
el primer lugar”.

“Si queremos imitar a Jesús, comencemos también por donde Él comenzaba,


es decir, con la oración”, señaló.

A continuación, preguntó: “Nosotros cristianos, ¿rezamos bastante? Con


frecuencia, en el momento de rezar, nos vienen a la mente muchas escusas,
muchas cosas urgentes que debemos hacer… Entonces dejamos de lado la
oración”.

En este sentido, afirmó que “San Pío, cincuenta años después de su subida al
Cielo, nos ayuda porque ha querido dejarnos en herencia la oración.
Recomendaba: ‘Rezad mucho, hijos míos, rezad siempre, sin cansaros’”.

Francisco insistió en la importancia de la oración: “No se conoce al Padre sin


abrirse a la alabanza, sin dedicarle tiempo a Él sólo, sin adorar. Es el contacto
personal de tú a tú. Estar en silencio delante del Señor es el secreto para entrar
cada vez más en comunión con Él”.

También preguntó: “¿Nuestra oración se parece a la de Jesús o se reduce a


ocasionales llamadas de emergencia? ¿O recurrimos a ella como
tranquilizantes que deben tomarse en dosis regulares para aliviar un poco el
estrés?”.

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“No, la oración es un gesto de amor, es estar con Dios y llevarlo a la vida del
mundo. Es una indispensable obra de misericordia espiritual. Y si nosotros con
confiamos nuestros hermanos, las situaciones al Señor, ¿quién lo hará?
¿Quién intercederá, quién se preocupará de llamar al corazón de Dios para
abrir la puerta de la misericordia a la humanidad necesitada?”.

Por este motivo, aseguró, “el Padre Pío nos ha dejado los Grupos de Oración”,
que él mismo fundó tras la Segunda Guerra Mundial.

Pequeñez

Sobre este segundo concepto, el Papa Francisco recuerda la alabanza de


Jesús a Dios porque ha revelado los misterios de su Reino a los pequeños.
“¿Quiénes son estos pequeños que saben acoger los secretos de Dios?”, se
preguntó.

“Los pequeños son aquellos que tienen necesidad de los grandes, que no son
autosuficientes, que no creen que se puedan bastar por sí mismos. Los
pequeños son aquellos que tienen el corazón humilde y abierto, pobre y
necesitado, que perciben la necesidad de rezar, de confiar y de dejarse
acompañar”.

De forma gráfica, explicó que “el corazón de estos pequeños es como una
antena que capta la señal de Dios. Porque Dios busca el contacto con todos,
mientras que el que se hace grande crea una enrome interferencia: cuando se
está lleno de uno mismo, ya no queda lugar para Dios”.

Por ese motivo, “Él se dirige a los pequeños, se revela a ellos, y la vía para
encontrarlo es la de abajarse, de encogerse dentro, de reconocerse
necesitado. El misterio de Jesús, como vemos en la Hostia en cada Misa, es el
misterio de la pequeñez, del amor humilde, y sólo se puede captar haciéndose
pequeño y frecuentando a los pequeños”.

“Quien cuida a los pequeños está de parte de Dios y vence a la cultura del
descarte que, por el contrario, prefiere a los poderosos y considera inútiles a
los pobres. Quien prefiere a los pequeños, proclama una profecía de vida
contra los profetas de la muerte de todos los tiempos”.

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Sabiduría

“La verdadera sabiduría no reside en tener grandes habilidades y la verdadera


fuerza no está en el poder”, aseguró el Papa Francisco en la homilía. “No es
sabio el que se muestra fuerte, y no es fuerte el que responde al mal con el
mal”.

Afirmó que “la única arma sabia e invencible es la caridad animada por la fe,
porque tiene el poder de desarmar las fuerzas del mal”.

Recordó que “San Pío combatió el mal durante toda su vida, y lo combatió
sabiamente, como el Señor: con humidad, con obediencia, con la cruz,
ofreciendo el dolor por amor”.

“Y todo ello es admirado, pero pocos hacen lo mismo”, lamentó. Por el


contrario, la verdadera vía de la sabiduría consiste en buscar al Señor, “y el
medio decisivo para encontrarlo es la Confesión, el sacramento de la
Reconciliación. Allí comienza y recomienza una vida sabia, amada y
perdonada, allí inicia la sanación del corazón”.

Por ese motivo, el Padre Pío es llamado “un apóstol del confesionario”, y como
tal, “también hoy nos invita al confesionario: ‘Ven, el Señor te espera. Con
valentía, no hay ningún motivo tan grave que te excluya de su misericordia’”.

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Muerte:

El 20 de septiembre de 1968 el padre Pío cumplió 50 años de sufrir los


estigmas, celebrando una misa multitudinaria. Sus fieles colocaron alrededor
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del altar cincuenta grandes macetas con rosas rojas, por sus cincuenta años de
sangre.

Tres días después, el 23 de septiembre de 1968, el padre Pío falleció a los 81


años. Su funeral fue tan multitudinario que hubo que esperar cuatro días para
que la multitud de personas pasara a despedirse. Se calcula que hubo más de
100 000 participantes en el entierro.

Bibliografía:

 Chirón, Yves: El padre Pío: el capuchino de los estigmas. Palabra: Madrid,


2013. ISBN 978-84-8239-352-0.
26
 Castelli, Francesco: La autobiografía secreta del padre Pío, Palabra,
3.ª edición, 2010. ISBN 978-84-9061-392-4
 Da Pobladura, Melchiorre; y Da Ripabottoni, Alessandro: Epistolario. Padre
Pio da Pietrelcina. Foggia: Padre Pio da Pietralcina, 2002.
 Da Riese Pio X, Fernando: Padre Pío de Pietrelcina. Un crucificado sin
cruz. Madrid: Centro de Propaganda, 1974.
 Hamel, R.: Con el P. Pío. Lo que yo he visto y oído en San Giovanni.
Barcelona: Vergara, 1957.

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