EL

ARTE, EL TRABAJO, Y LA EXISTENCIA.

Extractos del texto de Nicolás Bourriaud.

Para la Vanguardia, ¿Es el arte opuesto al trabajo?
Posturas conservadoras alejan al arte del trabajo, como si el arte pudiera desprenderse
de las condiciones alienantes del trabajo y la cultura. A diferencia de los demás trabajos,
el oficio de artista define sus propios gestos, su campo de aplicación y distribución.
La libertad de gestos dentro del arte, responde a la racionalización extrema del trabajo
del siglo XIX.

Ejemplos:
Martin Parr y sus impresiones baratas.
El flash frontal y el amateurismo en la fotografía artística.
Nikki S. Lee y que otra haga la foto.
Gregory Crewdson y el manejo de un mega equipo de trabajo.

¿Existe alguna técnica, medio o lugar de exhibición que defina la a la fotografía?




El arte moderno, de vanguardia, no exige algo, no pide repetirlo, tampoco establecerlo
en relación a un fin insertado en una cadena. Pensar el arte tradicional como una pieza
de máquina.

El arte de vanguardia, moderno, se entiende como un producto indisoluble de la
práctica, un bien ligado a la vida de quien lo hace. El arte moderno no pretende borras
las huellas de su material aparición, sino justamente indicarlas.

Mientras la sociedad moderna considera que ciertos actos deben ser erradicados, por
faltar a la rentabilidad social, el arte moderno, de vanguardia, los rescata o pone en
valor para establecer un contrapunto, un equilibrio a la sociedad del máximo
rendimiento.


Cuando al arte se lanza sobre lo cotidiano levanta una promesa de muerte anunciada,
pues qué otro arte más burdo o simple puede realizarse después de esto?

La aspiración del arte moderno va más allá del objeto que produce, busca involucrar al
espectador con el lugar donde se observa arte (la experiencia del arte) y con la
experiencia que el artista llevó a acabo para desarrollar lo que presenta como obra.
Como si lo que importara más es lo que este objeto necesitó para ser creado, junto a lo
que genera en el espacio mientras el público lo observa.

El arte moderno, de vanguardia, lo que propone es una nueva manera de leer el arte,
uno donde la obra se torna no tanto un deposito de maestría formal, sino de
condensación de posturas éticas y existenciales en un mundo convulsionado.