Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Entrevista
Andrew Arato: Teoría crítica, sociedad La relevancia de la historia de la ciencia en la
civil y constitucionalismo tarea de conformación de la idea de ciencia
Jaime Torres Guillén 8 Daniela Estefanía Ayala Córdova 62
* Licenciado en
filosofía, maestro
Resumen: Mostraré un panorama general mas no exhaustivo del proceso del
en psicoterapia pensamiento y obra de Marx y Freud siguiendo un orden expositivo-evolutivo
y doctor en desde sus aportes de juventud hasta su madurez. Posteriormente marcaremos
psicoanálisis. Es las contradicciones que, en relación a su obra, representarían un conflicto con
parte del equipo
académico del
otras tendencias epistémicas ubicadas en la contemporaneidad. Por último,
Instituto de mencionaremos qué del carácter del pensar sobre la sospecha en estos dos
Filosofía, A.C. autores nos parece valioso para el pensar actual en su vertiente crítica.
y consultor
filosófico y
psicoterapeuta.
Palabras clave: Freud, Marx, Sospecha, Crítica, Metafísica, Materia, Pulsiones.
48 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
50 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
nación del dinero destapa la alienación del criticada por Marx quien la creía imposi-
hombre respecto de otro hombre: el capi- ble en una sociedad dividida en clases).
talista. Vemos el desenlace del ejercicio de El análisis material de estas condiciones
la sospecha: un objeto inanimado y tenido representaba para Marx la posibilidad de
como lo más natural, el dinero, representa que el proletario se liberara mediante el
la materialización de un proceso de alie- uso de la propia conciencia que se apro-
nación del invididuo en lo más propio, su pia de la praxis y no en las promesas de
trabajo, su acción. Pero esto no se da como la especulación filosófica y religiosa. Marx
un asunto venido del cielo, sino que guarda busca los fines del comunismo y el socia-
su raíz y origen en los intereses particula- lismo, pero sospecha de sus métodos, de
res y no abstractos del capitalista montado sus puntos de partida y con ello de la efec-
en su principal condición de posibilidad, la tividad para llegar a buen puerto. No deja-
voraz defensa de la propiedad privada. rá elemento libre del análisis de su ciencia,
El Marx posterior a los manuscritos se debe descubrir el fondo de toda inten-
desarrollará su teoría materialista de la ción por más afin que parezca a la idea de
historia. Será desplazado el concepto de humanidad libre.
alienación y tomará relevancia el desa- Es en este momento donde el análisis
rrollo de la noción del hombre histórico material de las condiciones muestra una
que crea en la historia su propia natura- mayor rigurosidad y crítica. Enuncia en La
leza. Queda así el hombre definido en su sagrada familia:
esencia como el producto de las relaciones
sociales. La ciencia de la historia será el [...] la propiedad privada, en tanto
propósito de La ideología alemana. que propiedad privada y riqueza, se
Lo central es la actividad producto- ve forzada a perpetuarse ella misma, y
ra del hombre, esto es lo que lo distingue como consecuencia, a su contrario, el
del animal. Produce su existencia mate- proletariado. Es este el lado positivo de
rial, es decir, su producción económica. La la contradicción, la propiedad privada
sospecha de Marx se echa andar al despla- encuentra su satisfacción en ella misma
zar la teoría de la enajenación por el análi- [...] Inversamente, el proletariado en
sis de la praxis. Es en el análisis de ésta cuanto que proletariado, se ve obliga-
que se encontrarán las claves de la histo- do a trabajar por su propia extinción,
ria humana en el mismo proceso de su y como consecuencia de la propiedad
devenir, donde el comunismo aparece ya privada, es decir, por la condición que
no como la realización del hombre como hace que sea proletariado.4
abstracción, sino como el movimiento real
que suprime el actual estado, es decir, el En otras palabras, Marx se llega a
capitalismo. Por ello, el socialismo será preguntar en qué deriva que yo posea algo.
entonces una nueva etapa y no el fin de la O también: ¿En dónde está la justicia y lo
historia. Con lo anterior, Marx sospecha humano en el hecho de poseer? Pregunta
de las bases metafísicas del comunismo que sonaría inútil y de más para muchos en
(rechazando identificar la noción de pobre nuestros tiempos. Si bien podemos discutir
del comunismo cristiano con la de proleta- y establecer que el diagnóstico o propues-
riado) y de las bases religiosas del socialis- tas de solución de Marx en torno a la
mo cristiano (bajo la categoría de igualdad propiedad privada y el proletariado fueron
4. Karl Marx, La sagrada Familia (Madrid: AKAL, 1977). Cap IV, segunda nota marginal crítica.
5. Jean Guichard, El Marxismo, Teoría y práctica de la revolución (Bilbao Desclee de Brouwer, 1975), 277.
52 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
6. Karl Marx, El Capital, citado en Guichard, El Marxismo, Teoría y práctica de la revolución (Bilbao: Desclee
de Brouwer, 1975), 346.
7. Ibid., 347
8. Vid., Freud, Obras Completas XVII, Una dificultad del psicoanálisis (Buenos Aires: Amorrortu, 1979), 133-135.
54 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
del conocimiento por descubrir aquello das en la energía sexual como motivación
que está en el fondo, que opera silencio- principal. Freud ha descubierto que detrás
samente, de forma latente para configurar de lo que se concebía como alma existe
la realidad visible. No satisface a Freud la una serie de elementos pulsionales orde-
cura por la actividad autoritaria y sugesti- nados a leyes regidas bajo el principio de
va del médico como en la hipnosis, por ello la descarga y el placer. Ha descubierto que
pugna por métodos científicos adecuados el individuo está a expensas de estas leyes
que saquen a la luz la arqueología de la cuestionando la imagen racional y autóno-
vida oculta que produce la neurosis. ma de su existencia. Si Marx señala cómo
Lo anterior es el marco de su partici- toda posibilidad de libertad toma su origen
pación científica con Breuer desde 1885 en lo social, Freud nos mostrará que la
hasta 1900, siguiendo la división históri- verdadera posibilidad de libertad que nos
ca de Clara Thompson.9 Freud descubre la queda pensar, la del alma, no es tal, sino
motivación inconsciente, la represión, la que depende de procesos no elegidos, no
transferencia, realiza su primera teoría de conocidos, no asumidos. Estamos, pues a
la angustia y establece una etiología de la expensas de nosotros mismos en cuanto
neurosis. Freud descubre que detrás de los sujetos de pulsiones.
lapsus del lenguaje y los sueños se entrevé Freud creía haber descubierto la
una dinámica latente que indica el cami- vida y leyes de las pulsiones, el régimen
no hacia algo no dicho y no pensado, pero vital que dirige nuestros afectos hacia el
sí vivido ligado a experiencias sexuales mundo y ante el mundo. La pulsión sexual
prohibidas por la sociedad a la conciencia y la pulsión agresiva permitían explicar a
y al comportamiento. Al igual que Marx, Freud la economía que la psique compro-
Freud tuvo la osadía de buscar explicacio- metía en los síntomas. La angustia y el
nes en donde menos se permitía hacerlo, displacer se explicaban como represión
donde la vergüenza y el pudor no permi- de esta energía que pugnaba por salir y
ten la entrada, donde el malestar de una que ante la dificultad de expresarse, debi-
verdad íntima y elemental se suscita. do a las constricciones del ambiente y la
La desaparición de los síntomas cultura, o incluso a las constricciones inte-
conversivos ante el ejercicio de libre riores, se formaba un compromiso entre
asociación al ser interpretados los trau- dicha energía a manera de síntoma, hasta
mas sexuales, dio la impresión a Freud que fuera descargada o neutralizada por
de haber dado con la raíz del origen de alguna defensa, como la racionalización, el
la histeria obsesiva, caracterizada por la desplazamiento o en el mejor de los casos,
culpa y la neurosis. Descubría con esto la sublimación. Al principio creyó que la
las motivaciones humanas más profun- histeria estaba ligada con experiencias
das, llamadas pulsiones, que pondrán de sexuales tempranas de abuso, confirman-
cabeza toda explicación metafísica y fisi- do a la libido sexual como principal agen-
cista del tiempo. Se descubre entonces te en el síntoma. Posteriormente se dio
un organismo, una energía, un funciona- cuenta de que muchas de estas narracio-
miento, un fin de la vida psíquica. Atrás nes provenían de recuerdos infundados, lo
han quedado las explicaciones animistas, que conllevó a la consideración de la fanta-
psicológicas y biológicas para dar paso a sía sexual sobre los padres, que derivaría
las explicaciones psicodinámicas, centra- posteriormente en su formulación sobre el
56 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
y verificar la realidad. El ello es cambio, una técnica aplicada que supondrá una
es un conjunto de agitados estímulos, que esperanza de cura que no podía otorgar la
buscarán expresión en huellas mnémicas, ciencia médica de su tiempo. Lo anterior
en los lapsus, en los síntomas; representa coloca los rieles de la disciplina psicoanalí-
el repertorio de energía contenida y es el tica que avanzará en múltiples direcciones,
motor de la vida psíquica, de orden orgáni- pero todas tendrán en común sospechar de
co. El superyó representará esa porción de la conducta, de las representaciones, de las
ello que se configura a través del ambien- relaciones interpersonales lineales en su
te. Toma forma a partir de los mandatos verdadero fondo. La satisfacción de la vida
sociales y contiene al ideal del yo. Ejerce la interna dependerá de dicha comprensión.
función de criticar y censurar, resume las Por último, podemos identificar al
normas de la cultura. En este andamiaje, le Freud de la etapa de madurez centrado ya
corresponde al yo conciliar al ello, al súper no en el yo, sino en la cultura. El porve-
yo y al mundo exterior. Esta conceptuali- nir de una ilusión y el Malestar en la cultu-
zación nos permite entender un esbozo ra son textos representativos al respecto.
de explicación sobre la complejidad de la En el primero, que surge en discusión
vida interior humana, echada a andar en el con su amigo Pfitzer, Freud intenta expli-
conflicto, en la búsqueda del equilibrio de car la función de la religión como ilusión
las fuerzas irracionales a fin de responder compensatoria que ofrece la cultura ante
a la realidad en formas adecuadas. la sensación de indefensión que sien-
Cuando Freud enfoca al yo dejando te ante la prepotencia de la naturaleza
en segundo plano a la libido, complejiza haciendo más llevadero el sufrimiento. El
un enfoque económico, para dar pie a un hombre personifica las fuerzas de la natu-
enfoque dinámico, en donde las energías raleza, “las reviste de un carácter pater-
dejan de comprenderse desde la noción nal y las convierte en dioses, conforme a
de carga y descarga para dar cuenta de un un prototipo infantil.”10 Pero la religión es
concepto ampliado de la mente, entendi- un producto de la cultura. La sospecha de
da ahora desde sus elementos, relaciones, Freud al respecto estriba en desenmasca-
leyes y fines. Asistimos a una teoría de la rar la condición de necesidad de la cultura.
personalidad humana, haciendo coheren- No es ésta la cúspide del desarrollo huma-
te con esto los descubrimientos sobre las no, espiritual y luminoso, la reiteración de
fases de desarrollo por las que transita el la superioridad y centralidad del hombre
yo y que dan sentido e indicio explicativo a sobre la naturaleza, sino la construcción
las disfunciones que aparecerán en la vida compensatoria por defensa ante la natu-
adulta. Las etapas psicosexuales (oral, anal, raleza que permite mantener a raya las
fálica, latencia, edípica) dejarán huellas de pulsiones sexuales y agresivas impidien-
carácter en el desarrollo ofreciendo indi- do la destrucción de la especie. Así como
cios para la búsqueda que el psicoanalis- la cultura produce la religión ayudando a
ta lleva a cabo desde la biografía de los la sensación de desamparo y cobijando de
pacientes. El carácter, la personalidad, se sentido las normas morales a través de la
entenderá como el conjunto de defensas imagen de un Dios paternal que cuida el
convenidas por las tres instancias. Con lo obrar de sus hijos, produce también los
anterior, no sólo explica Freud los avatares productos de la energía sublimada (el arte,
de la personalidad, sino que dará pie a las normas, las obras humanas), neutrali-
10. Sigmund Freud, Obras completas XXI, El porvenir de una ilusión (Buenos Aires: Amorrortu, 1961), 17.
zando las fuerzas destructivas y sexuales Freud, en su caso, no pudo escapar de las
de los individuos, en productos y símbo- determinaciones biologicistas y limitó el
los que equilibran la convivencia y las inte- avance del psicoanálisis a una teoría expli-
racciones humanas. Pero eso sí, a mayor cativa del organismo intrapsíquico, limi-
cultura mayor malestar, pues se infla el tando la posibilidad de comprender cómo
instrumento de constricción de las pulsio- influyen las relaciones sociales y afectivas
nes individuales robusteciendo el plano de en la vida no sólo del infante, sino también
la cultura. He aquí el malestar de la cultu- en las determinaciones de la personalidad
ra: a mayor organización social, a mayor adulta. Afortunadamente este camino que
diversidad de los caminos para limitar la fue sugerido por Fairbain, ha sido desa-
expresión libre de las pulsiones, mayor rrollado desde Sullivan hasta la fecha por
inconformidad individual, aumento de muchos psicoanalistas.
la neurosis como destino humano en la Ambos pensadores fueron víctimas,
sociedad occidental, menos felicidad, pero como todo ser humano, del sesgo de sus
se asegura la supervivencia. Sospechar de juicios y obviar sus propias pasiones en
las funciones obvias de lo que considera- el proceso de investigar. Freud sospechó
mos lo más alto y lo menos vulgar, esa fue de toda pasión humana, incluso de las
la virtud de Freud, maestro de la sospecha, propias, aunque no fue muy consecuente
quien buscó en los sótanos de la existen- con esto todo el tiempo, esto se verifica en
cia humana para hacer más transparente su la expulsión de figuras significativas del
naturaleza. movimiento psicoanalítico como Fairbain
y Jung por contravenir su primera teoría
Limitaciones y contradicciones de Marx de las pulsiones que, en aquel momen-
y Freud en relación al pensamiento to, representaba la columna del nacien-
contemporáneo te psicoanálisis. Por su parte Marx, en el
manifiesto dice: “los comunistas no defien-
Ambos autores parten de un concepto den intereses particulares algunos, sino
de ciencia único que buscaba conocer un únicamente los del conjunto del proleta-
núcleo último del universo físico, mate- riado.” Sin duda que Marx tenía en mente a
rial y social. Situación por la cual muchas grupos y clases, no individuos, pero consi-
de sus predicciones y juicios se ha disuel- dera que estos pueden quedar fuera de
to ante el avance de las ciencias actuales, la historia de los intereses y las pasiones,
que descansan sobre la consideración de la algo que desde el psicoanálisis sería inge-
incertidumbre en el conocer, del papel que nuo concebir. Es decir, sospechó del inte-
juega el sujeto observador en la producción rés de los capitalistas, pero no colocó en el
de ese conocer y en la multifactoriedad mismo crisol al proletariado, conjunto de
que construye un fenómeno. Por ejemplo, humanos susceptible a toda corrupción y
Marx no pudo vislumbrar la transitorie- justificación de su status quo en el poder,
dad de su modelo económico, no dudar como vimos sucedió en diversos países.
del método dialéctico al establecerlo como Las pasiones humanas, son eso, humanas,
ontología, se limitó a establecer como nadie puede escapar de ellas.
causa primaria de la miseria a la propie- Ambos vivieron la limitación de
dad privada y asumir que la historia se rige formular a través de sus “observaciones
bajo leyes exclusivamente materiales, sin directas” juicios genéricos sobre la natu-
integrar que estas también son reinterpre- raleza humana y social. Dejando de lado
tadas con el tiempo y cambian su sentido. un principio de nuestra ciencia actual: no
58 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
es posible ser observadores neutros, toda pudiera derivar en sexo, pero siendo el
percepción está condicionada histórica y deseo de vínculo lo primordial y no al revés.
culturalmente, incluso económicamente. Otra variante de la limitación que comen-
Nadie puede salir de la historia para hacer tas es el postulado de la pulsión de muerte
un juicio neutro como un ojo ajeno a las cuando vemos que la agresión en las rela-
determinaciones del mundo. Por ejem- ciones interpersonales deriva también del
plo, vemos en Marx la afirmación de que ambiente y la educación. Es decir, Freud
el movimiento socialista necesariamente observa un número de hechos limitados y
derivaría en comunismo, como la mejor los convierte en naturaleza humana, cuan-
conclusión posible, en ese nuevo estado do representan sólo una generalización de
de cosas en donde la historia termina en el la cultura europea de finales del siglo XX.
desmantelamiento de la propiedad privada
y con ello se interpreta cumplido el afán Condiciones comunes de pensar en
de libertad más plena. De modo similar, clave de sospecha
Freud interpreta que las conductas sexua-
les de su tiempo refieren una condición Marx y Freud como pensadores de la
universal atribuyendo a todos los sujetos sospecha nos han legado un procedimien-
en cuanto seres de procesos biológicos y to para pensar la realidad tanto en el orden
psíquicos invariables como el complejo social, cultural como individual.
de Edipo. Además creyó que toda vincula- En ambos pensadores encontramos la
ción con otro tiene motivación de origen férrea intención de desmitificar las verdades
sexual cuando la teoría actual del apego,11 más elevadas a las que se confía el espíritu
por ejemplo, nos muestra que una relación humano y la conciencia inmediata. En Marx
11. Vid., Mario Marrone, La teoría del apego (España: Psimática, 2001).
12. Vid. Paul Ricoeur, Freud, Una interpretación de la cultura (España: Siglo XXI), 32-35.
60 Revista semestral • Nueva Época • volumen IX, núm. 27, diciembre 2018
Marx y Freud. Dos modos de pensar desde la sospecha
Referencias