El museo despues del museo
Nekane Aramburu
Nekane Aramburu
Historiadora del arte y museólo-
ga. Ha trabajado en diferentes
países como gestora cultural y
comisaria independiente, diri-
giendo proyectos de prácticas
transdisciplinares, creación de
contextos y revisión de concep-
tos expositivos y museológicos.
Ha publicado numerosos libros
fruto de sus comisariados o
investigaciones y asesorado a
diversas entidades nacionales e
internacionales. Actualmente es
directora del museo Es Baluard
en Palma de Mallorca
1 Bauman, Zygmunt. 44 cartas
desde el mundo líquido. Editorial
Piados. Barcelona 2011 pg. 8
50 | Revista de Museología # 61
Directora del Museo De Arte Moderno y Contemporáneo de Palma Es Baluard
Es Baluard. Vista del Puerto de Palma. Marzo 2010
La historia del arte
es una historia de profecías.
Aby Warburg
Nos encontramos en un momento en el que la
“Nueva museología” ha cambiado los sistemas
de trabajo y la percepción de sus audiencias res-
pecto a la función de los museos. Esta concepción
ya aceptada y reflejada en los estatutos del ICOM
aprobados en la 22º Conferencia general de Viena
(Austria) de 2007, se resume en la definición de
Museo como “una institución permanente, sin fi-
nes de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al
público, que adquiere, conserva, expone y difunde
el patrimonio material e inmaterial de la humani-
dad con fines de estudio, educación y recreo”.
En 1793 se creó en Francia el museo como institu-
ción pública cuando la Convención Nacional abrió
el Museo Central de las Artes en la Gran Galería
del Louvre. Ahora, atrapados en un círculo agotado
en sí mismo, pensadores como Zygmunt Bauman
evidencian que “las artes han perdido (o en cual-
quier caso, pierden a gran velocidad) su función
de siervas de una jerarquía social que lucha por
reproducirse, al igual que en un tiempo anterior la
cultura en su conjunto perdió su función originaria
de sierva de jerarquías de clase, estados y países
emergentes. Las artes hoy son libres de servir al
interés individual por la autoidentificación y la au-
toafirmación” 1
Siento como reveladora la escena en la que los
chicos de Bande à part, de la película de Godard,
atraviesan en nueve minutos y cuarenta y tres se-
gundos las galerías del Louvre. La velocidad de su
carrera es directamente proporcional a su valor, su
unión será su fuerza, la que les permite la fuga y la
transgresión de la norma. No es una huida; es un
reto, un juego como desafío y un pacto con lo posi-
ble, la apropiación ruidosa del espacio protegido:
el anuncio de transformaciones futuras. Como un
espejo en el tiempo, el 15 de noviembre de 2014,
Es Baluard colaboró en la acción de su colectivo
asociado AA:Tomic consistente en subir en bicicle-
ta por las rampas hasta la planta superior un ca-
rrito customizado como espacio-núcleo de fricción
y documentación de procesos, contribuyendo así
a insertar lo real en los espacios tradicionalmente
sumidos en lo irreal.
 Acción AAtomic. Foto de Luis Fuster
La historia manifiesta la genealogía de esta evo-
lución a partir de aquella institución que, para ar-
tistas vivos, fue el Palais de Luxembourg en 1818
y sobre todo después de 1884 y 1886, cuando
gracias al legado de Caillebotte exponen los im-
presionistas o desde la National Galerie de Berlín
cuya génesis se produce por el requerimiento en
1848 de algunos artistas de Dusseldorf. Desde
los años setenta del siglo pasado y con el modelo
Beaubourg a la cabeza, se inició un periodo reno-
vador después del cual el museo de la época po-
sindustrial y el museo posmoderno de los ochenta
llegaron a una crisis de identidad, sufriendo una
reformulación que daría lugar a la convivencia de
diferentes modelos de forma simultánea a comien-
zos de la primera década del nuevo siglo.
Los centros y museos del siglo XX y comienzos del
XXI, se imponían como el marco privilegiado para
legitimar el buen arte, aquel que recibe las ben-
diciones de todo el establishment. Basados en la
contundencia de la arquitectura, su emplazamien-
to y gestión eran decididos desde el autismo verti-
cal, pensando en grandes edificaciones, construc-
ciones emblemáticas o costosas rehabilitaciones
de edificios industriales en desuso, y no como la
herramienta para sustentar las necesidades crea-
tivas y sociales. Por un parte, esta instrumentali-
zación —intrínseca a sus orígenes en el Mouseion
alejandrino o los reyes ptolemaicos— se había
extendido en las últimas décadas del siglo pasado
en una exaltada proliferación imponiéndose gran-
des proyectos de alta cultura, una tendencia que
encontró su máximo exponente en el Guggenheim
de Bilbao (1997).
El crack económico del 2008 y los movimientos
sociales de nuevo cuño, así como la extensión de
teorías como la del decrecimiento (que ya en 2003
predicaba Serge Latouche en Le monde diploma-
tique [Latouche 2003]) o la Teoría del Bien Común
de Christian Felber, han permitido repensar la pro-
blemática de un sistema del arte sumido en la es-
peculación y distanciado de la realidad.
Desde entonces es posible trazar una genealo-
gía de lo que prefiero llamar «los museos de arte
contemporáneo para las historias del arte», tal y
como identifican Marcia Pointon y Griselda Pollock
al referirse a la pluralidad de ensayos y lecturas
Revista de Museología # 61 | 51
EL MUSEO DE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO DE PALMA DE MALLORCA ES BALUARD MUSEU D’ART MODERN I CONTEMPORANI
DE PALMA SE ENCUENTRA UBICADO EN EL PERÍMETRO DEL BALUARTE DE SANT PERE, QUE FORMA PARTE DEL RECINTO AMURALLADO
RENACENTISTA QUE RODEABA LA CIUDAD DE PALMA HASTA PRINCIPIOS DEL S. XX.
ES BALUARD SUPONE UN EQUIPAMIENTO INSTITUCIONAL BALEAR ENCLAVADO EN UN LUGAR PRIVILEGIADO DE LA BAHÍA DE PALMA EN LA
MANZANA QUE SE CONFIGURA A PARTIR DE ESTA FORTIFICACIÓN MILITAR, LO QUE LE ENMARCA EN UN LUGAR DE UNA BELLEZA EXTREMA,
ESTRATÉGICAMENTE SITUADO EN EL EPICENTRO DEL MEDITERRÁNEO.
ramificadas posibles. Entre todos ellos encontra-
mos recorridos peculiares, como los que descubri-
mos en la colección de La Société Anonyme en la
Universidad de Yale, el Museo Folkwang de Essen
o el Museo de Arte de Lodz en Polonia, que man-
tuvieron un cierto riesgo hacia el arte moderno;
y también algunas individualidades como Marcel
Broodthaers y su museo ficticio, o André Malraux
(Ministro de Cultura sui generis), quienes aseveran
que el museo es el universo del arte al tiempo que
la libertad de la historia e identificándolo con un
proceso de sustitución del mismo.
En una primera época dorada hay tres balizas que
marcan la evolución de los museos de arte con-
temporáneo: en primer lugar, el MoMA de Nueva
York —que tomó como referencia el Museo de Ar-
tistas Vivos francés— que escogió como eslogan
en 1979, para la celebración de su quinquagésimo
aniversario, las palabras que Alfred H. Barr utilizó
para su inauguración en 1939: «The Museum of
Modern Art is a laboratory: in its experiments the
public is invited to participate». En segundo lugar,
la implantación del confuso termino de Kunstha-
lle y sus productos derivados, los cuales comen-
zaron como agrupaciones de creadores, como la
precursora Kunstvereine de la Colonia de Artistas
de Matildenhöle en 1899 o la Kunsthalle de Berna,
creada en 1918 como una fundación de artistas.
Finalmente, el hito del Centro Georges Pompidou
(1977) como paradigma, por una parte, de los nue-
vos modos de tensión público-receptor y, por otra,
del encaje espacial del edificio-ícono en la trama
urbana, en este caso en el barrio medieval del Pla-
teau Beaubourg.
A partir del Pompidou, las instituciones públicas,
sobre todo europeas, se lanzaron a la creación in-
discriminada de centros y museos. La fascinación
por crear contenedores, a veces sin proyecto mu-
seológico previo, se convirtió en una moda y mar-
có la tendencia de nuevos hábitos para el ocio y
el consumo. La relación de todas estas entidades
bajo el yugo de la esfera pública va vinculada, ine-
vitablemente, al desarrollo de las políticas cultura-
les y su errático devenir. En este marco, tal y como
señaló André Desvallées, el museo se convirtió en
el espejo cultural de unos pocos y de ahí apenas
52 | Revista de Museología # 61
se ha movido. El acontecimiento es su estrategia.
Para revivificarlo periódicamente se convoca al pe-
regrinaje; la exposición fue la esencia del aconte-
cimiento.
Con la posmodernidad, el espacio de la galería-
museo pierde su neutralidad y, como insiste Phi-
lippe Parreno, la exposición ya no es el resultado
de un proceso, su happy end (él mismo fue quien
reconoció a los artistas de General Idea como los
primeros en pensar la exposición no en términos
de formas, sino de formatos).
Podríamos decir que Es Baluard, el museo que di-
rijo desde marzo de 2013, pertenece a la tercera
oleada de museos de arte contemporáneo creados
en el Estado Español a partir del año 2000. Las
infraestructuras culturales de esta época presen-
tan factores comunes y, en general, responden
a un modelo donde, por una parte, se realiza un
proyecto arquitectónico de nueva planta o una
rehabilitación en el cual el contenedor se diseña
según la voluntad de arquitectos con cierto nom-
bre y la necesidad de revitalizar zonas urbanas
que requieren de una activación, mientras que las
colecciones rara vez son reflexionadas como con-
tenido acorde, si no que proceden o se crean de
manera independiente al lugar. Es decir, contenido
y continente son concebidos de manera separada
y no acompasada.
El museo de arte moderno y contemporáneo de
Palma de Mallorca Es Baluard Museu d’Art Modern
i Contemporani de Palma se encuentra ubicado en
el perímetro del baluarte de Sant Pere, que forma
parte del recinto amurallado renacentista que ro-
deaba la ciudad de Palma hasta principios del s. XX.
Es Baluard supone un equipamiento institucional
balear enclavado en un lugar privilegiado de la
bahía de Palma en la manzana que se configura a
partir de esta fortificación militar, lo que le enmar-
ca en un lugar de una belleza extrema, estratégi-
camente situado en el epicentro del mediterráneo.
Actualmente Es Baluard es un museo que conserva
y da a conocer el patrimonio artístico de las Islas
Baleares y se vuelca en la creación contemporánea

como centro para la comunidad e infraestructura
cultural internacional poliédrica.
La construcción del bastión defensivo correspon-
de al último cuarto del siglo XVI, una época en la
que se refuerzan los antiguos muros medievales
de la ciudad con la edificación de nuevas murallas,
ideadas por el ingeniero italiano Giacomo Palea-
ro Fratín. Su diseño estaba adaptado a las nuevas
necesidades defensivas de la época y concibe un
recinto formado por baluartes unidos entre sí por
lienzos de muralla. El baluarte de Sant Pere desta-
ca así por sus grandes dimensiones y su ubicación,
lo cual dio lugar a que fuera el lugar emplazamien-
to elegido para instalar una de las escuelas de ar-
tillería más prestigiosas de Europa.
El Baluarte sufrió diferentes modificaciones a lo
largo de los siglos. En 1646 bajo el mandato de Vi-
cenç Mut, nombrado ingeniero y sargento mayor
de la fortificación en 1638, se modifica la altura del
bastión de Santa Catalina para igualarlo con los de
Moranta y Sitjar y poder comunicarlos a través de
la muralla hasta que durante el siglo XVIII la cons-
trucción adoptará definitivamente la forma actual.
Entrada al Museo
En 1952, después de más de trescientos años, el
baluarte de Sant Pere dejó de tener un uso militar
pasando a privatizarse. Los nuevos propietarios
proyectaron construir edificios en toda la zona y,
por ello, en 1963 intentaron destruir la muralla con
bombas de cal colocadas estratégicamente, las
cuales consiguieron derribar gran parte de la cor-
tina de poniente del baluarte. Los ciudadanos de
Palma sin embargo no permanecieron impasibles
y su reacción aceleró la declaración del baluarte
como conjunto histórico-artístico proyectándose
su reconstrucción inmediata en 1965. A finales de
la década de los ochenta, después de este inciden-
te, los terrenos se calificaron de uso público y se
inició su expropiación, quedando la zona abando-
na hasta que en 1997 estos terrenos fueron cedi-
dos por el Ayuntamiento de Palma para la cons-
trucción de Es Baluard inaugurándose así como
museo el 30 de enero de 2004.
La entrada monumental descubre un plantea-
miento arquitectónico de líneas simples y limpias,
respetuosas con el entorno patrimonial e históri-
co que le rodea y aloja. Tanto el edificio principal
como las construcciones, plazas y pasos anexos
Revista de Museología # 61 | 53
ES BALUARD Y EL ENTORNO QUE LO RODEAN POCO A POCO SE ESTÁN REVELANDO COMO UN LUGAR ESTRATÉGICO QUE, MAS ALLÁ DE
LAS PAREDES DEL CONTENEDOR MUSEÍSTICO, LLEVA A CABO SU PROYECTO COMO COMPLEJO CULTURAL INTEGRADO POR LAS CONSTRUC-
CIONES HISTÓRICAS QUE LO RODEAN DESDE UN MARCO INIGUALABLE DE LA CIUDAD DE PALMA, ATRACTIVO PARA EL TURISMO CULTURAL
PERO TAMBIÉN PARA EL RESTO DE LUGARES A LAS QUE SE DEBE Y CON LOS QUE COBRA SENTIDO: PART FORANA Y LES ILLES.
se integran dentro del perfil del baluarte renacen-
tista de forma armoniosa. El proyecto diseñado
por Lluís García-Ruiz, Jaume García-Ruiz, Vicente
Tomás y Ángel Sánchez Cantalejo, pretende ser
integrador y respetar el patrimonio antiguo de las
murallas; a la vez que diferenciador. Por este mo-
tivo se han utilizado materiales como el hormigón
y el vidrio, que permiten distinguir perfectamente
las dos tipologías constructivas.  se trata solo de una cuestión económica sino de
El edificio museo, tiene una superficie total de
5.027 metros de los que 2.500 se destinan a es-
pacios expositivos divididos en tres plantas que se
relacionan con el exterior, con las murallas y entre
sí mediante rampas, claraboyas y grandes balco-
nes interiores, buscando la idea de calle interior.
A ello se suma comunicado interna y externamen-
te el gran aljibe, descubierto durante las obras de
rehabilitación y que se mantiene como espacio
multiusos.
Por su parte los espacios exteriores son concebi-
dos como lugares de exposición, actividades diver-
sas y paseo, trazando un recorrido por el perímetro
de la muralla. Hoy en día, el equipamiento cultu-
ral de Es Baluard se constituye como un comple-
jo polivalente en torno a la muralla histórica y los
espacios anexos, con un planteamiento innovador
acorde con el proyecto presentado en 2013 para
el concurso de dirección del museo. Más allá de
su ubicación física el proyecto se extiende como
concepto y mediador hacia el radio de proximidad
a partir del trabajo en red y hacia otros ámbitos
geográficos y culturales con proyectos similares
con los que encuentra sintonía y cuyas sinergias
pueden complementarse.
Entre el compromiso social, el esfuerzo intelectual
y el ocio, entendemos que la misión del museo,
además de la labor patrimonial, es ofrecer a sus
diversos interlocutores las herramientas críticas
adecuadas para conocer y reconocer las prácticas
artísticas contemporáneas.
Los cambios globales económicos, tecnológicos,
sociales y medioambientales afectan directamen-
te a las infraestructuras culturales. La situación de
los museos se ha alterado después del crack eco-
54 | Revista de Museología # 61
nómico no solo a nivel presupuestario y de gestión
sino por la rápida evolución de la sociedad y los
hábitos de consumo cultural. En nuestro caso el
museo ha sufrido una disminución de un 70% de la
aportación institucional desde 2009. Adaptándo-
nos a lo que sucede en nuestro entorno, concibo
esta infraestructura como un ser orgánico y per-
meable a las mutaciones del mundo exterior. No
un planteamiento de revisión y cambio de paradig-
ma de lo que ha de ser una infraestructura cultural
pública hoy. Sin olvidar nuestra función esencial
como museo, he intentado reinventar el mismo en
un sentido más amplio no solo físico sino también
conceptual como complejo cultural para la crea-
ción contemporánea y los valores de patrimonio
histórico inherentes al lugar donde el museo se
encuentra ubicado. Es decir, su sentido en la mu-
ralla histórica y los espacios anexos, incidiendo en
el valor patrimonial de este frente marítimo ubica-
do entre el Barrio de Sant Pere, Santa Catalina y las
arterias del Paseo Mallorca y el Paseo marítimo.
Es Baluard y el entorno que lo rodean poco a poco
se están revelando como un lugar estratégico que,
mas allá de las paredes del contenedor museísti-
co, lleva a cabo su proyecto como Complejo Cultu-
ral integrado por las construcciones históricas que
lo rodean desde un marco inigualable de la ciudad
de Palma, atractivo para el turismo cultural pero
también para el resto de lugares a las que se debe
y con los que cobra sentido: Part Forana y Les Illes.
En su resignificación, por su valor social territorial
Es Baluard trabaja desde el entorno físico y sus
espacios públicos, pero también en su presencia
digital y en sus proyectos satélites desde su diso-
lución porosa en otras comunidades hasta repro-
ducirse en mitosis.
En definitiva, somos un espacio de interacción
transfronterizo capaz de salir de sus propias pare-
des para trabajar con otros lugares, instituciones y
colectivos desde la intersección y la hibridación.
Es Baluard es un equipamiento cultural de utili-
dad social. En este sentido, es prioritario tener en
cuenta que estamos ante un museo gestado por
cuatro entidades —el Govern de les Illes Balears,
Consell de Mallorca, Ajuntament de Palma y Fun-
dació d’Art Serra— sus patronos fundadores, que
ofrece un servicio público.
En el periodo actual la participación de las institu-
ciones que conforman el patronato no solo se basa
en la aportación económica adaptada a la actual
situación de reestructuración del Estado del Bien-
estar, sino también en un sentir común desde lo
público de responsabilidad en la cultura contem-
poránea y el desarrollo de una sociedad conscien-
te de su patrimonio y más culta frente a los retos
del futuro.
En enero de 2014 fueron aprobados por el Patro-
nato los nuevos Fundamentos actualmente publi-
cados en la página web de Es Baluard (www.esba-
luard.org)
Actualmente el museo trabaja desde la horizon-
talidad, interna y externamente. Somos un equi-
pamiento de proximidad que debe ofrecerse al
ciudadano de las Islas Baleares, pero que también
constituye una oferta tentadora para el visitante
foráneo, asentándose en el circuito nacional e in-
ternacional del arte con proyectos en nuestras ins-
talaciones y fuera de ellas.
Atendemos las demandas sociales y aquellos valo-
res que han estado siempre con nosotros, pero que
necesitan de un nuevo enfoque, por ello nos concen-
tramos en el patrimonio histórico-artístico y la crea-
ción emanada desde la sociedad contemporánea.
Nit de L´Art 2014
Revista de Museología # 61 | 55
 Nuestro compromiso de ser un servicio público
nos lleva a trabajar por y para la sociedad y nues-
tros dos pilares son: nuestras colecciones y la edu-
cación. El patrimonio artístico que alberga ha de
ser preservado, catalogado, documentado y se ha
de dar a conocer. El equipo se divide en produc-
tores de contenidos y gestores. Los productores
de contenidos se preocupan de la revisión de la
historia del arte, los análisis de la crítica y el pen-
samiento contemporáneos potenciando su preser-
vación, revisión y divulgación. Vienen mediados
por la transversalidad entre las áreas Artística y de  4. Marca curatorial: una programación sólida es-
Educación quienes pasan desde la conservación y
catalogación de obras de arte, a la producción de
los hechos expositivos y de dispositivos híbridos
como lugares-espacios de la socialización y análi-
sis del Arte y el Patrimonio. En su modus operandi
se preocupan por tener la función de mediación
que permite orientar las labores del Área de edu-
cación, formación y programas públicos
Los gestores –Áreas de Administración, Comunica-
ción y Marketing- se encargan del mantenimiento,
administración, obtención y comunicación de los
contenidos y de los recursos humanos, técnicos y
económicos.
Asumimos nuestra responsabilidad como motor
de transformación social y trabajando para que
cada visita constituya una experiencia emocional
y de conocimiento volcados en crear Comunidad y
atraer a visitantes foráneos.
Nuestra fuerza radica en entender que la relación
entre lo institucional y la sociedad civil se basa en
implementar formulas de entendimiento y desa-
rrollo común desde la horizontalidad, centrados
en la confianza y el trabajo conjunto en red.
Entre todos, y precisamente con esa sociedad que
afirma la necesidad de consolidar esta infraestruc-
tura, nos volcamos en crear un modelo de Museo
Participativo involucrando más activamente a em-
presas y partenaires responsables que nos permi-
tan desarrollar programas y proyectos. En definiti-
va, nos enfocamos hacia una Gestión sostenible.
Por ello la revisión del modelo organizativo y la
búsqueda de nuevos modos de financiación públi-
co-privados así como la capacidad de generación
de ingresos propios es fundamental
Esta imagen de museo poliédrico adaptado al de-
venir de los nuevos modelos culturales, pasa tam-
bién por reforzarse a través de una dirección ar-
tística que mantenga un línea coherente, exigente
y estructurada curatorialmente con el sentido del
medio y largo plazo.
56 | Revista de Museología # 61
Claves
1. Redefinición del modelo de museo: generación
de procesos vivos
2. Espacios y nuevos usos: lugares residuales,
nuevas áreas y sentido de la circulación
3. Funcionamiento interno: trabajo en equipo ba-
sado en la transversalidad y rigurosidad
tructurada a medio y largo plazo
5. Antena y Nodo: atentos a los movimientos ex-
ternos
6. Utilidad pública: servicio para la comunidad
7. Motor de transformación: enriquecimiento in-
telectual, social y económico
8. Contenidos internacionales: Fer país desde lo
global
9- Mediterráneo: el lugar como valor
10- Permacultura: un museo sostenible, poroso y
sensible al entorno
11- Transparencia: herramienta de conocimiento y
deontología
Merece la pena reiterar que, desde su creación en
2004 bajo la forma de Fundación mixta, el museo
se constituye como una entidad de servicio públi-
co.
En diez años, el museo ha evolucionado mucho, y
hoy la misión de Es Baluard se focaliza en las fun-
ciones que dan sentido a la propia palabra “mu-
seo”. Es decir: conservar, documentar y promover
el patrimonio vinculado a las colecciones custodia-
das por Es Baluard, con el objetivo de consolidar y
difundir el valor patrimonial del llamado arte mo-
derno y contemporáneo.
Insertos en lo glocal, entendemos la cultura con
un compromiso con lo identitario desde una pers-
pectiva internacional abierta y mutante, orgánica y
porosa, como lo han sido las Islas Baleares en su
larga historia. Buscamos que nuestro trabajo ten-
ga un retorno social.
Es Baluard es un museo observatorio tanto del pa-
sado continuo como del presente inmediato desde
su posición estratégicamente privilegiada en el
Mediterráneo, lo que permitirá revalorizar la cultu-
ra de las Islas Baleares y sus redes internacionales
con una función de antena y nodo.
 
Más allá del marco arquitectónico, desarrollamos
nuevos modelos de expansión de la cultura insta-
lados en el compromiso con el debate intelectual a
través de estrategias colaborativas.
 
La creación contemporánea ha sido y es fruto de
la colectividad. Sólo con una comunidad involucra-
da con la cultura y constituida por una ciudadanía
activa de interlocutores y partícipes es posible la
construcción de los modelos culturales demanda-
dos por la sociedad actual.
Entendemos que la refundación de los museos
pasa por implementar sistemas de gestión hori-
zontal. El equipo del museo trabaja en la transver-
salidad internamente y como mecanismo de orga-
nización participativa con colectivos asociados y
colaboradores externos, permitiendo la permeabi-
lidad en los procesos de medio y largo plazo.
En Es Baluard nos concentramos en la Investiga-
ción y Desarrollo I+D a partir de la optimización
de recursos y la excelencia de nuestros servicios,
tanto en la gestión innovadora como en la calidad
de los contenidos, fundamentalmente centrados
en:
 
a) La investigación de las colecciones custodiadas
y etapas no representadas, resolviendo lagunas
historiográficas y desarrollando su conocimiento.
b) El fomento de la interacción educadora y la for-
mación continua.
Concierto de Radio 3
Revista de Museología # 61 | 57
 El museo es un bien común y debe ser paradigma
de respeto por la igualdad en todos los niveles
así como de los derechos de los seres vivos con
objeto de contribuir a un planeta más sostenible
y solidario, manteniendo el respeto por los recur-
sos medioambientales y la ecología a partir de
la educación en valores cívicos, de compromiso
social y de la cultura. Atentos al devenir de la so-
ciedad, deseamos contribuir al trabajo en red y
en abierto a partir de la transparencia como prin-
cipio ético.
 
Por todo ello aspiramos a ser un gran complejo cul-
tural mediterráneo, foco de patrimonio, historia,
pensamiento pluridisciplinar y contemporáneo.
Igualmente trabajamos para desarrollarnos como
entidad de vocación holística, mutable y permea-
ble con el devenir de la sociedad y la cultura en-
focados a la construcción de un mundo más jus-
to, culto y feliz. Todo ello centrado en generar un
modelo museístico de gestión sostenible donde lo
público-privado adquiera un sentido real y útil.
Nuestros valores son: Conservación, Investiga-
ción, Educación, Transparencia, Permeabilidad,
Comunidad, Innovación social y Creación
Los objetivos vienen marcados por dos directrices
que son nuestro punto de partida esencial:
a) La gestión interna como imagen externa.
Con la reestructuración de las formulas de funcio-
namiento interno del equipo basadas en el traba-
jo desde la horizontalidad, se da lugar a procesos
transversales y revisiones periódicas de los modus
operandi.
Trabajar con todo ello desde la máxima transpa-
rencia y siguiendo el código deontológico recién
redactado es nuestro compromiso como servicio
público.
b) Crear un sentido de pertenencia respecto a Es
Baluard, como equipamiento de proximidad simul-
taneando lo glocal, la consolidación del trabajo
entre las islas y los circuitos del sistema del arte
internacional.
Somos conscientes de que la internacionalización
pasa, no sólo por la organización de exposiciones,
sino también por algo tan fundamental como es
la investigación de las obras de los artistas que
custodia el museo y a los que se ha de poner en
relación con otros contextos o en red de diferentes
manera: utilizando el modelo tradicional expositi-
vo, volcando la información en Internet, haciendo
58 | Revista de Museología # 61
publicaciones razonadas o nuevos dispositivos de
mediación y reflexión.
La idea de situarnos como antena y nodo en el
epicentro del Mediterráneo, nos aboca a generar
toda una serie de actividades y proyectos nece-
sarios para permitir insertarnos precisamente en
este mapa internacional desde el lugar donde nos
encontramos.
Físicamente el edificio central ha sufrido una signi-
ficación de los espacios que pretenden dar sentido
al recorrido de sus diferentes públicos
Colección permanente (Planta 0)
Toda la planta baja muestra de forma continua la
presentación de las colecciones de Es Baluard a
través de diferentes diálogos abiertos a interpreta-
ciones curatoriales o carte blanche sobre las mis-
mas u otras colecciones complementarias. Trabaja-
mos sobre presentaciones temáticas, lecturas dia-
crónicas, montajes no lineales y nuevos modelos
de exposición en una exploración sobre las nuevas
formas de comunicación con los visitantes. Sin
miedo a romper moldes podemos hacer dialogar la
alta y la baja cultura como se ha visto reciente en
la Carte Blanche a Comic Nostrum o experimentar
con nuevas formas del hecho expositivo dando re-
levancia a los procesos frente al producto acabado.
Temporales (Sala –1)
La programación se basa en una línea de exposi-
ciones historiográficas, de tesis o investigación
para el conocimiento del arte moderno y contem-
poráneo.
Con el objetivo de fomentar el análisis histórico y
contextualizar lo sucedido artísticamente en el pa-
sado reciente, el museo mantiene desde 2013 una
convocatoria abierta al fomento de líneas de in-
vestigación y difusión sobre creadores o colectivos
de las Islas Baleares. Además del entorno próximo
este espacio visibiliza proyectos con carácter inter-
nacional.
Aljibe
La programación del Aljibe se desarrolla a partir de
los siguientes criterios:
A/ Proyectos vinculados a las dinámicas propias
del museo: su programa de arte actual centrado
en la colección, las áreas desarrollo educativo y
acción cultural así como artistas internacionales
en sintonía con la programación concebida por di-
rección.
B/ Propuestas de los colectivos asociados al mu-
seo y creadores en residencia interdisciplinares
(entendemos los proyectos asociados como colec-
tivos privados o públicos sin ánimo de lucro con
una programación regular de actividades o accio-
nes enfocadas en el desarrollo de la creación y/o
acordes con el devenir y pulsión de la sociedad
contemporánea en permanente evolución)
C/ Alquileres a entidades, empresas, fundaciones
o festivales que sientan su uso como la aportación
a un proyecto cultural museístico singular.
Gabinete (Planta 1)
Zona de la planta superior que sirve de espacio
para la presentación de proyectos enraizados en
la colección de Es Baluard, artistas cuyas obras
forman parte del museo o corrientes artísticas y
culturales vinculadas a los mismos. La selección
puede partir de las propias obras pertenecientes a
la colección o nuevos hitos que surgen de la prác-
tica artística de sus creadores, con el fin último de
documentar, dar a conocer y promover la investi-
gación de los contenidos vinculados al museo.
Aljibe Oso Leone. Foto Sandra Almazan
Observatorio (Planta 1)
Área abierta a la presentación transdisciplinar de
las prácticas contemporáneas y a la colaboración
con otras entidades del sector cultual. Este espa-
cio se diversifica y muta en función de las necesi-
dades de cada momento.
Intermedio
Es un Hub, un espacio de interconexiones entre co-
lectivos, ciudadanos y entidades que hallan aquí
un lugar de encuentro para compartir, trabajar o
divulgar ideas, pensamientos y formulas colabo-
rativas en sintonía con la filosofía y fundamentos
del museo.
La torre
The Tower es el nombre que recibe la torre musul-
mana integrada en el complejo cultural y museís-
tico de Es Baluard en su utilización como Hotel
de proyectos, tras la cesión del Ayuntamiento de
Palma de este lugar que se encontraba en estado
de abandono.
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2 Grenier, Catherine La fin des
musées. Editions du regard .
Paris 2013, p. 51
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En tiempos de incertidumbre, cuando la sociedad
civil necesita cada vez más recuperar lo público,
proponemos abrir un espacio hasta ahora cerrado
para el uso de la colectividad. Es Baluard toma el
papel de intermediario para hacerlo posible, pero
no pretende liderarlo, ni generar acciones que pu-
dieran debilitar aún más la fragilidad del sector
cultural u otros colectivos exhaustos por la crisis.
Todo lo contrario, queremos dar voz y empoderar a
la sociedad desde la construcción horizontal para
redefinir, entre todos, qué es lo público y cómo
debemos actuar en la extraña línea entre abierto y
cerrado, el potencial de lo colectivo y la apertura a
nuevos modelos de construcción social y a la nue-
va institucionalidad.
La programación de este espacio en desuso se rea-
liza a través de un concurso permanente de inicia-
tivas con carácter local e internacional para revi-
talizar el entorno natural y patrimonial, su sentido
histórico y su significación mediterránea.
Lanzamos la convocatoria TAZ (Temporary Auto-
nomous Zone) abierta a proyectos basados en la
investigación de prácticas del pensamiento y la
acción ciudadana y comunitaria de un mundo en
el que cada día es más importante implementar
dispositivos que posibiliten experiencias, proce-
sos, fórmulas de conocimiento y reconocimien-
to de nuestro ecosistema patrimonial, creativo y
medioambiental. TAZ, en clara alusión al mítico
texto de Hakim Bey, y su sentido de autogestión
y construcción independiente, se orienta hacia el
proceso, compartir experiencias y trabajar en red.
Los Arcos
Espacio exterior de uso para colectivos asociados
o propuestas entorno a la creación y las culturas
contemporáneas.
Terrazas superiores y plazas exteriores/
interiores:
Espacios abiertos a modo de ágora para el pensa-
miento y el ocio.
Como menciona Catherine Grenier en La fin des
musées, el museo tiene que presentarse como un
objeto de estudio abierto y “debe reafirmar su
propia misión de investigación y deleite y estable-
cer entre sus prioridades la producción intelectual
y experimental¨2.
En Es Baluard, nos preocupa satisfacer la deman-
da de nuestros públicos trabajando entre el ser
una atracción turística y el dar conocimiento pro-
fundo de la historia y las prácticas artísticas con-
temporáneas.
Por ello el punto fuerte del museo es el Area de
Desarrollo Educativo, Formación y Programa pú-
blicos. Con carácter transversal con otras áreas
se trabaja desde lo local, las comunidades de
Palma de Mallorca a todos los niveles, simulta-
neando el sentido geográfico y de acción como
complejo cultural de las IIles Balears que, situado
en el centro del Mediterráneo, tiene que trabajar
con lo internacional y permeabilizarse - extender-
se en él. Buscamos ser orgánicos, esto significa
no anclarnos a las paredes del museo sino per-
meabilizarnos en otras situaciones y lugares.
Entendemos, siguiendo a Deleuze que la cultura
arborescente es la cultura del ser y por eso somos
rizomáticos.
Generamos la interlocución activa con públicos y
comunidades llevando la experiencia estética, los
procesos creativos y el compromiso social en la
construcción de sentidos y del conocimiento de la
historia y del mundo contemporáneo.
La educación de y con los públicos y comunidades
y la formación especializada es un campo de prue-
bas en constante mutación. Investigamos y crea-
mos herramientas y prototipos capaces de llegar a
todos los ámbitos.
Como generador de pedagogías experimentales
para procesos creativos y de pensamiento nos in-
teresan las vías abiertas por la Bauhaus, el Black
Mountain, Arteleku, las escuelas populares y femi-
nistas o le Pavilion del Palais de Tokyo.
Entendemos este servicio del museo como un bien
de sentido público y democrático, para ello las
premisas de accesibilidad y lo inclusivo son fun-
damentales.
En el año 2013 tuvimos 418.823 visitantes, a 17 de
noviembre hemos llegado a la cifra de 3.922.679
con lo que observamos que paulatinamente vamos
aumentando nuestros públicos en calidad y canti-
dad.
Es Baluard, como proyecto vivo y poliédrico, tiene
muchos más matices, día a día los vamos constru-
yendo, pero en poco tiempo hemos establecido las
bases sólidas para un modelo de infraestructura
que, sin olvidar el patrimonio del pasado y del pre-
sente continuo, permita al museo ser un transmi-
sor de cultura real.