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Borge is Borges, Obres ompletns (0) Gareelsna> Epo Stra’ E meee” Eaitoies, te Historia de la eternidad (1936) Pe eee erin eet | een ere eee eee eee HISTORIA DE LA ETERNIDAD 397 LOS TRADUCTORES DE LAS 1001 NOCHES 1 EL CAPITAN BURTON Bn Trieste, en 1872, en un palacio con esttuas ximedas y obras de salubridad deficientes, un caballero con la cara historiada por una ‘Gcatrie africana —el capicén Richard Francis Burton, ebnsul inglés — ‘rmpeendié una famosa traduecién del Quite aif lila ua lia, ideo que también los rumies aman de las 1001 Nodkes. Uno de los secre tos fines de su trabajo era la aniquilaciOn de otro eaballero (también de barba tenebrosa de moro, también curtido) que estaba compilan: Ado en Inglaterra un vasto diccionario y que murié mucho antes de ser aniquilado por Burton. Ese era Eduardo Lane, el orientalis au tor de una versién harto escrupulosa de Las 1001 Nodes, que habia su- plantado a ota de Galland. Lane traduj contra Galland, Burton con tra Lane; para entender a Burton hay que entender esa dinastia micro po el fandado, Bs sbido que ean Antcine Galland cra umn arabista francés que tajo de Estazbul na pacente colecin de monedas, una monogralla sobre la difusién del café, un ejemplar ardhigo de las Neces y un marorita suplementari, de’ memeria no ‘menos inspirada que la de Shahrazad. A ese oscuro asesor —de cayo nombre no quicro olvidarme, y dicen que es Hanna—debemos cer tos cuentos fundamentals, que el orginal no conoce: el de Aladino, ef de los Chtarenta Ladrones, el del principe Ahmed y el hada Peri Bans, dl de Abulhasin el dormido despierto, et de la aventura nocrurna de arin Arrashid, el de ls dos hermanas envidiosas de la hermana me~ nor. Basta la sola cnumeracién de esos nombres para evidenciar que Galland establece un canon, incorporando historias que hard indispen- sabes el tempo y que las traduetores venideros sus enemigos—no se atreverfan a omit ‘ay otro hecho innegable. Los més famosos y felces elogios de Las 1001 Nacles —el de Coleridge, el de Tomés De Quincey, ef de Stendhal, el de Tennyson, el de Edgar Allan Poe, el de Newmnan— son de lectores de la taduccién de Galland. Doscientos afos y diez tradncciones mejores han trascurrido, pero el hombre de Europa o de Jas Américas que piensa en Las 1001 Neces, piensa invariablemente en «sa primer traduccién. El epiteto mijananocheo (nibunanodero adolece decriollsmo, mijanacturo de divergencia) nada tiene que ver con las JORGE LUIS BORGES. cruditas obsoenidades de Burton o de Mardrus, y todo con las joyas y Jas magias de Antoine Galland Palabra por palabra, la version de Galland es la peor escrisa de to- das, fa muds embustera y més débil, pero fue la mejor lida, Quienes in ‘imaron con ella, conocieron la felicidad y el asombro. Su orientalis ‘mo, que ahora nos parece frugal, encandié a cuanto aspiraban rape y complotaban una tragedia en cinco actos. Doce primoroscs volimencs aparecieron de 1707 3 1717, doce vokimenes iasumerablemente ides Y que pasaron a diversos idiomas, incluso el hindustan y cl drabe: No- Soros, meros lectores anacrénicos del siglo veinte,percbimos en ellos dl sabor dulzarrén del siglo dieciocho y no el desvanecido aroma criental, que hace doscientos afios determing su innovaaiéa y su glo- ria, Nadie tiene la culpa del deseneuentro y menos que nadie, Galland Alguna vez, los cambios del idioma lo perjudican. En el prefaco de 1una traduccién alemana de Las 1001 Nokes, el doctor Weil etemps {que los mercaderes del immperdonable Galland se arman de una *valja «on détles", cada vez que la historia los obliga eruzar el desiert. PO- difa argumentarse que por 1710 la mencién de los dates bastaba para borrar la imagen de la valija, pero es innecesario: vali, entonces, era una subcase de afi Hay otras agresiones, En cierto panegirico atolondrado que so- brevive en os Moranex chs de 1921, André Gide vtopera las heoncias de Antoine Galland, para mejor borrar (con un candor del todo supe: rior a su reputacién) la literatidad de Mardrus, tan fir de se como faquél es siglo diecocho, y mucho mds infil. Las reservas de Galland son mundanas las inspira el decoro, no a moral. Copio unas lineas de la tercer pagina de sus Nod: J? ala bolt & Vappartonent de ete princes, qui, ne Vatendan pas a le revi, at regu dans sm Bi un des deriers ofr de sa maison. Burton concreta a es nebuloso “fer” um rego cc, ree de grasa de cia y de hai. Abos, dliversamente, deforman: el orignal es menos ceremonioso que Gar land y menos grasiento que Burton. (Efectos del decoro: en la meso- ada prosa de aquél la cireunstancin revi dan mit resulta brutal.) ‘A noventa afios de In muerte de Antoine Galland, nace un d verso traductor de las Nicks: Eduardo Lane. Sus biggrafos no dejan de repetir que es hijo del doctor Theophilus Lane, prebendado de He reford. Ege dato genésico (y la terible Forma que evoca} es tal vez 5 ficiente. Cinco estudiosos afios vivid el arabizado Lane en El Cais “asi exclusivamente entre musulmanes, hablando y cscuchando $0 idioma, conformandose a sus costumbres con el mis perfecto cuidado Y recbido por todos ellos como un igual”. Sin embargo, ni las altas 00° hes egipcias, ni el opulento y negro café con scmlla de cardamom, nila frecuentediscusidn literaria con los doctores de la ley, ni el vene™

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