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Filofobia (miedo a enamorarse): qué es, causas y síntomas frecuentes

La persona con Filofobia sufre estrés y ansiedad ante la posibilidad de una relación afectiva.

La Filofobia es un ejemplo más de un fenómeno muy curioso: allí donde llegue la imaginación humana y
nuestra capacidad de pensar en conceptos complejos, puede llegar a existir una fobia específica basado en
ideas abstractas. Somos capaces de desarrollar miedos irracionales ante elementos que ni son materiales ni han
ocurrido todavía: las fobias pueden nacer de la simple anticipación de un hecho que no tiene por qué
ocurrirnos nunca.

¿Y cuál es el miedo que constituye el motor de la Filofobia? Nada más y nada menos que el miedo al amor,
algo que puede hacer que nos aislemos y rechacemos cualquier posibilidad de conocer a nuevas personas por
el terror que produce la posibilidad de establecer un lazo emocional demasiado fuerte.

¿Qué es la Filofobia?

Existen muchos tipos de fobias que la gente puede experimentar y muchos psicólogos tratan a diario con
pacientes que las sufren. Como ya vimos semanas atrás, la química del amor altera los niveles hormonales y
químicos del cerebro y puede producir nueve efectos secundarios sorprendentes.

Una de las fobias más curiosas es la fobia a estar enamorado, o Filofobia. Este trastorno de ansiedad puede
tener un efecto en la vida social y emocional de persona que lo sufre. En casos graves, el filofóbico puede no
solamente evitar amores potenciales, sino que puede dejar de relacionarse con compañeros de trabajo, vecinos,
amigos y familiares.

El acto de enamorarse puede ser una de las experiencias más increíbles que podemos sentir los seres humanos,
pero para un filofóbico, puede convertirse en una situación que le produce una terrible sensación de
malestar y niveles altos de estrés emocional y físico.

La Filofobia puede ser altamente incapacitante, y en casos severos puede conducir a una situación de
aislamiento social. Este tipo de alteraciones es capaz de generar un efecto de bola de nieve que termine por
generar problemas emocionales y relacionales derivados.

Algunos 'síntomas' frecuentes de la Filofobia

Esto nos lleva a que hay personas que temen entregarse, enamorarse o establecer relaciones personales fuertes.
Únicamente viven relaciones sin compromiso, hablan poco de sí mismas, evitan mostrarse como son, ponen
una “barrera infranqueable” para no sentirse vulnerables, tienden a establecer relaciones simultáneas por el
mismo miedo que tienen a ser abandonadas y sus relaciones son una montaña rusa de emociones con subidas
y bajadas constantes.

A nivel físico, presentan síntomas cuando están en presencia de la persona del sexo opuesto de quién sienten
atracción física y emocional. Algunos de estos síntomas serían: ataques de pánico clásicos, desórdenes
gastrointestinales, latidos irregulares del corazón, sudores, falta de aire y un deseo de abandonar la situación
cuanto antes, como mecanismo de defensa para evitar sentir todos estos síntomas ansiosos.

En psicología y psiquiatría existen diferentes opiniones respecto a este trastorno. Pero parece ser que lo que
desencadena la Filofobia es un sentimiento intenso de un fracaso en una relación pasada que no se ha
superado. Esta escuela de pensamiento sostiene que el paciente que sufre de Filofobia tiene heridas de un
divorcio o un proceso de desamor doloroso que hace que evite cualquier situación potencial de ser
lastimado de nuevo por un enamorado. Otros profesionales piensan que la Filofobia nace de un miedo intenso
a ser rechazados.
Ninguna de estas dos teorías ha sido probada, por lo que no hay una respuesta definitiva de cuál es el motivo
que lleva a ciertas personas que experimentan relaciones traumáticas a aferrarse al dolor y no superarlas.

¿Qué puedo hacer si sufro Filofobia?

Si eres una de esas personas que padeces miedo a enamorarte, has de tener en cuenta que no estás solo, que
hay mucha gente a la que le ocurre lo mismo que a ti y que, si sigues una serie de consejos y pautas, es
probable que logres superar la Filofobia.

A continuación te ofrezco un total de cuatro consejos y estrategias para que puedas ir superando este miedo a
entablar relaciones sentimentales, aunque debes tener en cuenta que este problema solo puede remitir si pones
de tu parte; ni las lecturas en Internet ni las palabras de un psicoterapeuta harán magia. Es tu responsabilidad
implementar ciertos hábitos y estrategias en tu vida para hacer que la Filofobia deje de ser un problema.

1. Exponte al miedo

En casos menos severos del trastorno, la simple exposición al miedo es una buena manera de vencerlo. En
muchas ocasiones pensamos demasiado en las consecuencias negativas y luego nos damos cuenta de que no
era para tanto.

En otros casos, la Filofobia está generada principalmente por el hecho de haber tenido una mala experiencia
en los muy escasos intentos de tener un contacto amoroso con alguien, por lo que exponerse más al amor
ayuda a que ese espejismo aterrador de las relaciones afectivas se desvanezca.

Lo que está claro es que salir huyendo o evitando estas situaciones lo único que provocará es que este
trastorno se reafirme más y siga vivo. Por tanto, no nos podemos negar a vivir un amor sólo porque nos
produzca miedo.

2. Vive el presente

Para tratar de tener cierto control emocional se debe vivir la relación día a día, es decir, vivir el presente. Hay
que procurar dejar atrás pensamientos irracionales creados por experiencias pasadas y expectativas futuras.
Cada situación y persona es distinta a las demás, por ello debemos centrar nuestra atención en el momento
presente sin ver mucho más allá. De esta manera, controlaremos la ansiedad asociada a esta fobia.

El Mindfulness o atención plena, es un procedimiento terapéutico que busca, ante todo, que los aspectos
emocionales y otros procesos de carácter no verbal, sean aceptados y vividos en su propia condición, sin ser
evitados o intentar controlarlos. Estas técnicas psicológicas basadas en la meditación oriental te ayudarán a
vivir al día y a mejorar tus relaciones interpersonales. Si tienes la oportunidad de probarlo, no lo dudes.

3. Expresa tus temores

La comunicación es un factor clave en toda relación y para poder sentirnos más fuertes a la hora de afrontarlo.
Debemos hacer partícipe a nuestra pareja o familiares de lo que nos sucede. Hacer conocedora de
nuestros miedos a otra persona de confianza, nos ayudará a que entiendan mejor nuestras reacciones y por
tanto la tensión emocional se verá reducida.

4. Concédete el tiempo necesario

Este tipo de bloqueos emocionales suelen ocurrir porque tenemos, todavía, algunos episodios dolorosos que
nublan nuestra mente. No es buena idea que queramos superar nuestros temores de un día para otro. Los
conflictos emocionales pueden tardar algunos días, semanas e incluso meses en ir cicatrizando. Forzarse a
relacionarse con los demás de un modo íntimo no es una buena idea si aún estamos devastados
emocionalmente.

Date el tiempo necesario para enfocar correctamente tu vida, no te agobies por algo que el tiempo, poco a
poco, irá solucionando. Pero una vez se haya producido la recuperación significativa que se produce en las
primeras semanas, hay que salir de la zona de confort y admitir que superar esos temores irracionales exigirá
de nosotros algo más que buenas intenciones: hace falta acción.

5. Acude a un profesional

Como la Filofobia es un trastorno de ansiedad provocado por experiencias negativas anteriores, familiares o
relacionales, se recomienda acudir a un profesional de la salud si no es posible superarlo solo. La terapia
cognitivo-conductual y la desensibilización afectiva han demostrado ser muy eficaces en la superación de
trastornos fóbicos.

Sin embargo, el el caso de la Filofobia la intervención psicoterapéutica es más compleja, porque no es tan
fácil exponerse de manera controlada a la posibilidad de enamorarse; a fin de cuentas, lo que produce miedo
no es un animal o un objeto fáciles de identificar y de vigilar. Eso significa que el trabajo realizado fuera de la
consulta de psicología y pactada con el terapeuta cobra especial importancia.

La filofobia como un miedo abstracto

Nuestros miedos más irracionales no tienen por qué estar vinculados a animales, objetos o entornos concretos,
sino que pueden despertar a partir de la posibilidad de sentir ciertas emociones. ¿Y cuántas emociones
existen que sean más intensas que el amor? Algo que hace de la Filofobia algo muy problemático es la
imposibilidad de "aislar" la fuente del miedo, tal y como se podría hacer por ejemplo en el caso de la fobia a
las arañas. En la Filofobia cualquier situación que se presienta que puede desencadenar en la consolidación de
unos lazos afectivos propios del enamoramiento es rechazada totalmente de forma anticipada.

Esto último es perjudicial en dos sentidos. Por un lado, imposibilita el enamoramiento, un estado de activación
emocional que tiene momentos asociados a una felicidad muy intensa. Las personas con Filofobia pueden
sentir que rechazan el enamoramiento y, a la vez, desear que pudieran experimentarlo sin miedos para
poder disfrutar sus cosas buenas. Por el otro lado, este miedo predispone a las personas a aislarse
socialmente, algo que puede conducir a la aparición de un sentimiento de soledad y tristeza y que, además,
está correlacionado con la adopción de hábitos de vida poco saludables y una menor esperanza de vida.

Así pues, la Filofobia puede llegar a convertirse en un problema incapacitante para la persona que lo sufre,
siempre que su intensidad sea muy elevada. Saber detectar este problema y decidirse por abordarlo a
través de la psicoterapia es el primer paso para mitigar sus síntomas y volver a abrazar una forma de vida
capaz de generar felicidad.

Referencias bibliográficas:

 Cavallo, V. (1998). International Handbook of Cognitive and Behavioural Treatments for


Psychological Disorders. Pergamon. pp. 5-6.
 Dalgleish, T., Dunn, B., Mobbs, D. (2009). Affective neuroscience: Past, present and future
[Electronic Version]. Emotion Review, 1(4), pp. 355 - 368.
 Gendron, M. y Barrett, E. (2009). Reconstructing the Past: A Century of Ideas About Emotion in
Psychology [Electronic Version]. Emotion Review, 1(4), pp. 316 - 339.
Conclusiones

El miedo al amor, realmente no existe, o está mal enfocado. No es el amor el que provoca el miedo, no es
nuestra pareja, ni los hechos que ella realiza los que nos condicionan a salir corriendo para escondernos de
ella.

Ese tipo de temor, es provocado por nosotros mismos y se fundamenta en muchos factores totalmente distintos
al sentimiento de amor. Factores que se convierten en excusas para justificar ese miedo y sentirnos de una
forma “correcta” con nosotros mismos.

Excusas como predecir lo que nos va a pasar, antes de que pase, comparar todas las relaciones con la que
precisamente nos causó algún daño en nuestro pasado, dejarnos influenciar y caer en el efecto del miedo, sin
tan siquiera escuchar ni analizar lo que trata de decirnos, etc…

Por tanto, ¿quieres superar tu filofobia?. Céntrate en transformar ese miedo disfuncional que tienes ahora
mismo, en un miedo funcional y que esté fundamentado en tu realidad de hoy y no en tu realidad de ayer. Tu
realidad de “ayer”, ahora sólo te sirve para traerte problemas, así que pasa de ella.

Tal y como hemos señalado al inicio, por lo general la filofobia tiene como detonante una una experiencia
traumática anterior que la persona no ha procesado o afrontado de manera adecuada. Es común que surja
como resultado de una crianza compleja, falta de apego o incluso con algún tipo de abuso o maltrato.

 Por otro lado, también puede darse como resultado de una relación afectiva previa fallida o dolorosa.
Las separaciones, las pérdidas o las traiciones amorosas también dejan huellas traumáticas que tardan
en curar y que en ocasiones, generan esta realidad y otras dimensiones altamente complejas y
desgastantes.
 De hecho, estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Kansas, y publicado en el American
Journal of Orthopsychiatry, nos demuestran que el efecto de esas heridas emocionales pueden durar
años y generar diversos problemas psiquiátricos (ansiedad, depresión, intentos de suicidio…)

La filofobia, por tanto, sería un mecanismo de defensa. Ese con el cual evitarnos volver a pasar por (lo que
uno entiende) que será un sufrimiento inevitable.

El tratamiento para la filofobia

A pesar de que, como digo, es un trastorno muy limitante, la buena noticia es que la filofobia se puede curar, y
la persona puede llegar a tener relaciones de pareja totalmente normales. Entre sus tratamientos mas comunes
se pueden mencionar:

La terapia de desensibilización sistemática: esta terapia consiste en ir acercando a la persona a situaciones de


interacción social de manera progresiva, hasta que se consiga eliminar el miedo a las mismas. Se puede
empezar por situaciones virtuales, para preparar a la persona a enfrentarse más tarde a situaciones de la vida
real.

La terapia cognitivo conductual: Con la terapia cognitivo conductual, se entrena a la persona para que
identifique los pensamientos negativos, así como las creencias irracionales que tiene acerca de las relaciones
de pareja, y se le da estrategias para cambiarlos, puesto que son los pensamientos y las creencias los que
determinan nuestro comportamiento.

La hipnosis se ha demostrado que ayuda a eliminar las asociaciones negativas que pueden desencadenar
ataques de pánico. Sin embargo, debido a que la hipnosis se basa en que el paciente cede el control al
terapeuta durante el tratamiento, su uso en el tratamiento de filofobia podría ser problemático.

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