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Universidad Sergio Arboleda

Escuela de Filosofía y Humanidades


Seminario de Integración Filosófica
Estudiante: Diego Fernando Penagos Rodríguez
Profesor: Alejandro García Durán

ESTRUCTURA BÁSICA DE INTEGRACIÓN DE LOS TRATADOS DE LA


FILOSOFÍA EN ANAXIMANDRO DE MILETO

Resulta una tarea muy compleja describir la doctrina de un autor del que no se conserva
ninguna obra. El filósofo Anaximandro de Mileto escribió un solo libro: Sobre la Naturaleza.
De este no se conserva en la actualidad ningún fragmento, lo que quiere decir que de su
doctrina entendemos solo lo que otros autores han comentado de manera doxográfica. Este
presocrático, discípulo y sucesor de Tales, fue, además de filósofo, un gran astrónomo y
cartógrafo. Entre sus logros se hayan haber sido el primer hombre en atreverse a dibujar un
mapa del mundo, que concebía de forma cilíndrica; el primero en descubrir los equinoccios
y los solsticios; y el primero en postular un sistema geocéntrico del universo.

Al igual que los demás presocráticos se ocupó de la cuestión acerca el primer principio de
todas las cosas. Anaximandro negó el agua, que había propuesto Tales, como primer
principio, pues afirmó que, debido a la intercambiabilidad y transformación de los elementos
entre sí, este principio debe buscarse en algo distinto de ellos. Propone en cambio como Arjé
el ápeiron, que etimológicamente significa lo no definido. Este concepto es usado para
designar aquello de donde surge la realidad, y es caracterizado como indefinido o
indeterminado, en cuanto no tiene determinaciones cualitativas; infinito, en cuanto no tiene
límites cuantitativos; uno, en cuanto es imposible pensar en más de un infinito
simultáneamente, pues se cancelan mutuamente; y móvil, en cuanto es razón de la generación
del mundo. Aristóteles se refiere a la búsqueda del ápeiron de Anaximandro diciendo que
“Todos los físicos suponen para lo infinito una naturaleza distinta de los llamados elementos
como el agua, el aire o lo intermedio entre ambos.” (kirk & Raven, 1981, pág. 157)
A partir de la característica de infinito del ápeiron se dice que la generación se puede dar en
él, y en relación a esto encontramos la eternidad, de la que dice Hipólito “…era eterno el
movimiento, en el que resulta que nacen los cielos” (kirk & Raven, 1981, pág. 182).
Anaximandro explica la realidad diciendo que los seres son determinaciones y concreciones
de lo infinito, estos surgen al desprenderse del ápeiron como oposición de fuerzas contrarias;
en este caso el ápeiron es tomado desde su dimensión de uno, que se caracteriza como el
momento en el que los opuestos no se distinguen entre sí unos de otros. En cuanto a la
oposición de fuerzas se menciona que lo uno desde lo eterno es productivo de lo caliente y
lo frío, y de estos dos se derivan los cuatro elementos; Aristóteles se refiere a esto de la
siguiente manera: “Pero los otros dicen que de lo Uno se separan los opuestos, presentes en
ello, como afirma Anaximandro y cuantos dicen que existe lo uno y lo múltiple, como
Empédocles y Anaxágoras; pues también éstos separan las demás cosas de la mezcla” (kirk
& Raven, 1981, pág. 185). Así pues, lo elementos: agua, fuego, tierra y aire son concebidos
desde esta doctrina como modos de ser.

Con este pensamiento se sostiene la existencia de lo uno y lo múltiple, pues de cada uno se
dice que existen, pero pertenecen a niveles de comprensión diferentes. El mundo se explica
mediante el pensamiento de Anaximandro como seres formados a partir de oposiciones, de
modo que la realidad es comprendida por una lucha eterna entre los opuestos. Esta pugna
regula la realidad, pues la oposición permite que los opuestos se limiten entre sí para que las
cosas sean finitas; en este pensamiento la realidad surge como una injusticia, pues un
elemento siempre se impone a otro. Sin embargo, esta lucha no flota a la deriva, según
Anaximandro en la lucha de los opuestos surge como juez el tiempo, gracias al cual siempre
se “compensan”.

Teniendo en cuenta que el infinito o el ápeiron es inmortal e indestructible, que todo lo abarca
y lo gobierna, y que no tiene principio ni fin, Anaximandro le otorga un carácter divino. Este
pensamiento también elabora una explicación de la diversidad, la cual se explica por el hecho
de que lo uno existe en lo múltiple y lo múltiple en lo uno. Desde el punto de vista del uno
lo múltiple existe, pero no está distinguido; mientras que lo múltiple, como lucha constante
se da en lo uno. De este modo se expone el pensamiento en Anaximandro, quién además tuvo
un avance frente a Tales de Mileto, pues en esta filosofía es más perceptible distinción entre
la labor del físico y la del filósofo en tanto se conciben elementos de naturaleza más
metafísica.

En pocas palabras la doctrina de Anaximandro puede resumirse así: Existe un primer


principio de todas las cosas, el cual no está determinado por algo y no tiene principio ni fin,
este primer principio es el responsable de todas las cosas, pero las cosas mismas son externas
a este primer principio; cuando se habla de todas las cosas, es decir, de lo múltiple, se habla
de una lucha constante. Estos contrarios son finitos ya que se auto-determinan. Y las
características propias del ápeiron lo presentan como una divinidad.

Como conclusión vale la pena recalcar que Anaximandro constituye una figura clave dentro
del estudio de la historia de la Filosofía. Esto se prueba con el hecho de que a pesar de que
en la actualidad no se cuenta con ningún pasaje explícito de su obra, aun así no podemos
dejar de estudiarlo, así sea indirectamente, para poder entender el desarrollo de algunas de
las ideas más básicas y claves del pensamiento filosófico. Sin duda la pérdida de su obra es
uno de los más grandes contratiempos que ha atravesado la historia de la filosofía, pues no
sabremos nunca qué otras ideas de una importancia tan grande, como las que conocemos
gracias a sus comentadores, no tendremos oportunidad de conocer.

Bibliografía
kirk, G., & Raven, J. (1981). Los Filósofos Presocráticos. Madrid: EDITORIAL GREDOS.

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