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Balmaceda Arte Joven presenta el trabajo de 70 poetas jóvenes de la Región Metropolitana, todos ex alumnos
de los talleres literarios que impartimos en nuestra sede principal desde 1997. Esta Antología nos llena de
orgullo y satisfacción al constatar que nuestra energía, dedicación y trabajo, han dado frutos. Luego de una
década en que comenzáramos acompañados por escritores y poetas representativos de lo mejor de nuestra Felipe Mella Morales
enorme tradición literaria, a conformar este espacio en el que los más jóvenes han encontrado un lugar Director Ejecutivo
donde dar sus primeros pasos en la poesía, los talleres literarios de Balmaceda Arte Joven se han convertido,
por su gratuidad, en un lugar obligado para cualquier joven con inquietudes literarias. Claudio Pueller B.
Hemos visto con entusiasmo cómo la riquísima tradición poética chilena se ha desparramado por nuestros
Sub Director Ejecutivo
talleres, bañando a cientos de jóvenes cada año y sumándolos a su corriente. No sólo han tenido la
audacia de llegar voluntariamente a participar en un curso literário, sino que también el ímpetu para Óscar Vásquez B.
trabajar la imaginación y creatividad, en un contexto tan lejano para sus pares, quienes asombrados, ven Sub Director de Extensión
como verdaderas rarezas a estos nuevos artistas literarios que entre libros y lecturas han profundizado
en el lenguaje poético. Además, esta experiencia ha generado tanta ilusión en estos jóvenes que han
defendido a la poesía con la misma firmeza con que el mancebo Rimbaud sentó un día a la belleza en Rodrigo Hidalgo M.
sus piernas. Han sido capaces de reescribir a Neruda y Mistral, por poner sólo un par de ejemplos. Han Coordinador Área Literatura
explorado los límites de la escritura creando desde las artes visuales y musicales, combinando disciplinas
en la búsqueda de sus propios lenguajes. Lo cierto es que no nos dimos cuenta en qué minuto Balmaceda
Arte Joven se convirtió en el auténtico semillero de la nueva poesía chilena, y hay una escena en la que
muchos ex-alumnos de nuestros talleres son protagonistas: reciben invitaciones, reconocimiento crítico
y premios; son traducidos, dictan cátedras y dirigen editoriales. Ciertamente, con ellos hemos logrado
completar el ciclo. Algunos han vuelto, tras años de formación, para convertirse en profesores de otros
jóvenes en nuestras salas.
Todos estos antecedentes hacen que este libro tenga un enorme significado para Balmaceda Arte Joven.
10 AÑOS DE POESÍA EN BALMACEDA es una memoria poética de una institución que ha sido y promete seguir
siendo un espacio por donde transita la poesía contemporánea. Aquellos que asisten a los talleres y no se
convierten en poetas, sin duda alguna conocen la poesía y tienen la oportunidad de sentirla como propia.
Creemos a ojos cerrados en ese aporte. Cumplimos con esta labor en cuatro regiones del país (Santiago,
Valparaíso, Bío Bío y Los Lagos) y seguimos creciendo con la próxima inauguración de una nueva sede
en la Región de Arica y Parinacota. Porque al igual que estos 70 poetas, creemos en la palabra, en el
lenguaje, en la escritura. Y esperamos transmitirle esa esperanza a todos quienes tengan oportunidad de
zambullirse en el infinito mar de la literatura, donde las letras, palabras y frases luchan por ser leídas y
escuchadas. Estas hojas son una esperanza para la poesía y la juventud de nuestro país.
Dicho lo anterior, los invito a deleitarse con esta nueva corriente poética que nace en el corazón de
nuestro querido Santiago. Bienvenidos a este hermoso viaje por senderos aún inexplorados: Poesía Joven
Chilena del Siglo XXI.
ISBN: 978-956-8340-04-9
500 ejemplares
Santiago, 2009
www.balmacedartejoven.cl
Los poetas, por orden de aparición
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Bárbara Foster Pág. 241
Alejandra Fritz Pág. 249
Cristóbal Sepúlveda Pág. 255
Lidia Moragas Pág. 261
Manuel Vallejos Pág. 267
Enrique Fischer Pág. 273
Cristóbal Gómez Pág. 279
Margarita Calderón Pág. 285
María Paz Valdebenito Pág. 291
Tamym Maulén Pág. 297
Úrsula Schultz Pág. 303
Andrea Ocampo Pág. 307
Felipe Kong Pág. 313
Juan Carreño Pág. 321
Leonardo Murillo Pág. 329
Carolina Sepúlveda Pág. 337
Julieta Moreno Pág. 343
Leonardo Quezada Pág. 349
Fernanda Guirao Pág. 355
Catalina Espinoza Pág. 361
Priscilla Peña Pág. 369
Alejandro Fuentealba Pág. 375
Isaías Castro Pág. 381
Karol Hoch Pág. 389
María de los Ángeles Sánchez Pág. 395
Jorge Navarro Pág. 401
Silvana Bustos Pág. 407
Fabricio Badilla Pág. 413
Nicole Salas Pág. 421
Sebastián Valdés Pág. 425
Gonzalo Valdez Pág. 433
Mario Guajardo Pág. 439
Daniela Navarrete Pág. 447
Susana Opazo Pág. 453
Vicente Fuentes Pág. 461
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Sobre la edición
Estimado Lector.
Este libro no es como la mayoría de las antologías de poesía joven. Tiene al menos un rasgo distintivo
fundamental. Y no es la ya manoseada idea de “no proponer un canon”. Sí, hay algo de eso, en la medida que
editorialmente se ha apostado por evitar la selección de los poetas “más representativos” de la última generación. Al
revés, acá la ambición ha sido ojala publicarlos a todos. Lejos de escoger a “los mejores” poetas que han pasado por
Balmaceda, hemos querido mostrar la gran cantidad de voces, el enorme abanico de búsquedas y propuestas que al
calor de nuestros talleres se ha ido formando. Este rasgo distintivo entonces es un poco el carácter casi de “memoria
poética” de Balmaceda. Una propuesta delirante a todas luces, si se piensa que para “publicarlos a todos” habría
que pensar en un libro de más de mil páginas (una por autor), pues el número de jóvenes que han pasado por los
talleres literarios de nuestra institución supera con creces ese número, a razón de cien jóvenes por año, desde 1996
a la fecha.
Ahora bien, revisando los archivos de la institución, constatamos que el Área Literatura comenzó a funcionar
como tal en 1996, con un taller a cargo del escritor Marcelo Mellado. Sin embargo, los resultados de aquella
experiencia se perdieron en el tiempo, y lamentablemente no hay datos de quiénes participaron o de qué se escribió
en ese marco. Similar situación se aplica a los talleres que siguieron, siempre el año 96, a cargo de Erwin Díaz y
de Benjamín Galemiri. El registro más antiguo de los talleres literarios de Balmaceda corresponde a una modesta
publicación, más bien un anillado, titulado “De la palabra al texto”, que surgió como producto del taller impartido
por Denise Fresard, y que data del otoño de 1997. De ahí para adelante, hemos contado 10 años. Entonces, los
autores incluidos en esta antología asistieron como alumnos a alguno(s) de los múltiples talleres que se impartieron
entre los años 1997 y 2007.
La búsqueda de esos jóvenes aprendices no fue fácil. Ocupamos 3 mecanismos para dar con ellos. La
primera fuente, las escasas y rudimentarias publicaciones que a veces –no siempre- se elaboran como trabajo de
cierre del taller. La segunda fueron las bases de datos, los formularios que los jóvenes llenan al inscribirse en cada
taller. La tercera vía, fue la convocatoria abierta, el llamado amplio “a todos los que alguna vez hayan estado en
talleres literarios de Balmaceda”.
En cuanto a las publicaciones de cada taller, documentos de carácter testimonial más que nada, que quedan
casi siempre en poder de los propios jóvenes, un primer obstáculo fue el uso de seudónimos o de sobrenombres
por parte de los mismos, o los textos firmados como “Mario Humberto” a secas, por ejemplo. Con todo, estas
publicaciones fueron de valor sobre todo para rastrear a quienes estuvieron en los talleres que se impartieron antes
de 1999. Porque recién a partir de ese año comenzó a existir el registro, la base de datos computacional. Sin duda
alguna existió un registro antes, con nombres, apellidos y teléfonos de los alumnos, pero en soporte análogo, y
esos papeles se extraviaron o sucumbieron a la limpieza de alguna bodega olvidada, modernización institucional
mediante. Así, la principal manera de certificar que alguien había estado en un taller con anterioridad a 1999,
era buscarlo en alguno de esos escasos y precarios fanzines que se rescataron del olvido, y someter su nombre al
buscador virtual. Luego, ya enfrentados a la base de datos computacional, el dolor de cabeza fue su natural falta de
actualización. Números telefónicos caducados, y la incorporación de fono-celular y e-mail recién a contar del 2004.
De cualquier modo, esta falta se comprende pues los archivos se generaron en un contexto en que los sistemas
computacionales eran precarios y poco masivos. En cualquier caso, resulta inevitable volver a destacar el poder de
esa enorme base de datos abierta que es Facebook, herramienta que permitió encontrar e invitar a muchos de los
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más antiguos alumnos de los talleres de Balmaceda. Como puede verse, ubicar a quienes participaron en los talleres
ha sido una labor sumamente ardua. Y he de confesar que cuando comencé a acometerla, no tenía idea del saco de
once varas en me estaba metiendo. De ahí que rápidamente intentara la convocatoria abierta, el llamado general, la
cadena de e-mails, el boca a boca.
Finalmente, luego de abordados estos dispositivos, hubo de considerarse un escollo no contemplado pero
no menor: el pudor de los propios autores. Muchos de los jóvenes que pasan por nuestros talleres no siguen
necesariamente una “carrera” como poetas o escritores. Y como se ha dicho, esta antología se propone ser un reflejo
también de ese hecho, constituyéndose en una auténtica “memoria poética de la institución”. En estas páginas
conviven jóvenes poetas que han recorrido ya un camino e incluso cosechado premios, becas, y reconocimientos en
Chile y el extranjero; y aquellos otros, vates anónimos en mayor o menor grado, que dedicados profesionalmente a
otras labores, han seguido buscando su propio lenguaje en cuartillas íntimas o de circulación reducida, sencillamente
movidos por el impulso vital de la escritura. También resulta interesante constatar el comportamiento de algunos,
que habiendo incluso dados pasos en el sentido de la publicación en revistas o antologías -sujetos con talento,
recordados por sus compañeros de taller y por sus profesores- sencillamente optaron en algún momento por el
camino del silencio. Este síndrome Bartleby afecta por igual a jóvenes poetas con distinto nivel de desarrollo. Hay
quienes escribiendo textos ingenuos y de elemental vuelo lírico, acaso en un momento de cruel toma de conciencia,
prefirieron no seguir haciéndolo. Y también hay los que anunciaban en sus versos un lenguaje propio y de notable
futuro, que emularon del mismo modo al personaje de Melville, movidos acaso por la convicción de que la poesía
no sirve para nada (Elicura Chihuailaf).
Es importante señalar acá algo. La invitación abierta a cualquier ex alumno arrojó un resultado que hizo
modificar la propuesta original del libro: tuvimos que replantear el carácter nacional de la antología. Teniendo
Balmaceda sedes en la Región de Valparaíso desde el 2000, y en la Región del Bío Bío desde 1998; bien valía la
pena que este libro reflejara también el trabajo que allí de ha desarrollado. Sin embargo, los mismos obstáculos a
que antes hemos aludido (bases de datos desactualizadas, pudor, etc.) aparecieron amplificados por el efecto lupa
de la distancia entre el mundo de la provincia y la capital. Entre julio y noviembre 2008, se recibió el material de
los 70 poetas incluidos en este volumen, correspondientes todos a la Región Metropolitana. En el mismo período,
sólo 10 poetas de las sede regionales enviaron su material. Así, para sacar adelante este libro, hemos asumido el
compromiso de publicar durante 2009, otros 2 volúmenes, (uno por cada región) para recomponer el mapa de los
talleres literarios impartidos por Balmaceda en todas partes. Y por último, consignar que en el futuro este esfuerzo
debiera hacerse extensivo a las sedes que Balmaceda Arte Joven ha seguido abriendo por todo Chile: Los Lagos
(2007) y Arica (2009).
Hechas estas consideraciones metodológicas, veamos ahora la lista de los escritores, poetas, narradores y
periodistas que han ejercido como guías docentes en nuestros talleres:
1997: Denise Fresard. (otoño), Ramón Díaz Eterovic y Emilio Antilef (invierno)
1998: Juanita Gallardo, Emilio Antilef (otoño), Erwin Díaz, Marcelo Sánchez y Alejandra Costamagna
(invierno), María Teresa Adriazola, Pía Barros y Gabriela Bade (primavera)
1999: Alejandra Basualto, Lilian Elphick y Jorge Montealegre (otoño), Sergio Parra, Alejandra Costamagna
y Ricardo Cuadros (invierno), Paz Molina, Pedro Lemebel y Gonzalo Millán (primavera)
2000: Fernando Castro, José Ángel Cuevas y Flavia Radrigán (otoño), Lila Calderón, Víctor Castro y Pablo
Azócar (invierno), Mauricio Redolés, Leonardo Sanhueza y Alejandra Costamagna (primavera)
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2001: Carmen Berenguer, Alexis Figueroa y Mili Rodríguez (otoño), Bruno Serrano, Eugenia Echeverría y
Elizabeth Neira (invierno), Alejandra Basualto, Luis López Aliaga y Rita Ferrer (primavera)
2002: Elvira Hernández, Antonio Avaria y Miguel Ramírez (otoño), Sergio Parra, Virginia Rioseco y Gladis
Alcaíno (invierno), Luis López Aliaga, Leonardo Sanhueza y Flavia Radrigán (primavera)
2003: Miguel Ramírez, Juan Pablo Sutherland y Mauricio Soto (otoño), Germán Carrasco y Mili Rodríguez
(invierno), Gonzalo León y Cristian Figueroa (primavera)
2004: Francisco Miranda, Mauricio Soto y Héctor Figueroa (otoño), Miguel Ramírez, Gustavo Barrera y
Patricio Espinoza (invierno), Andrés Andwandter, Luis López Aliaga y Patricio Espinoza (primavera)
2005: Tito Escárate, Juan Pablo Sutherland y Alfonso Romero (otoño), Mauricio Redolés y Gonzalo León
(invierno), Luis López Aliaga y Víctor Hugo Díaz (primavera)
2006: Luis Alberto Tamayo y Jordi Lloret (otoño), Kurt Folch y Gonzalo León (invierno) Elizabeth Neira y
Jaime Pinos (primavera)
2007: Fernanda Arrau y José Ángel Cuevas (otoño), José Antonio Rivera y Pablo Paredes (invierno), Mauricio
Redolés y Gustavo Barrera (primavera)
Más allá de constatar la repetición de algunos nombres, este listado permite una lectura con perspectiva,
respecto de con quiénes se han formado los jóvenes poetas que han pasado por los talleres de Balmaceda.
10 AÑOS DE POESÍA EN BALMACEDA es el fruto de un trabajo que comenzó de la mano de la poeta Paulina
Valente, la primera impulsora y Coordinadora del Área Literatura en esta corporación. Gracias a ella Balmaceda se
convirtió en un espacio alternativo a la academia tradicional, donde impartían talleres distintas generaciones con
poéticas radicalmente disímiles, de modo que los jóvenes podían pasar por experiencias con Sergio Parra y con
Germán Carrasco, de un año a otro. Paulina no sólo convocó a poetas que resultaron referentes obligados para
quienes fueron sus alumnos, sino que además levantó una línea de publicaciones de innegable valor y calidad. A ella
se le debe la mayoría de los libros vinculados a esta institución, donde han dado sus primeros pasos varios de los
poetas jóvenes más reconocidos en la actualidad. Hablamos de libros que se hicieron con Valente Editores, la mayor
parte de las veces con el apoyo financiero de Fundación Mustakis a través de su Premio Para Jóvenes Talentos. Y sería
injusto también pasar por alto el trabajo posterior de mi inmediato antecesor en el cargo, el periodista Sebastián
Beckman, quien generó, junto al poeta Javier Bello, la publicación de “Desencanto Personal”, proyecto que abordó
la reescritura del “Canto General”, y que fue coeditado con Fundación Neruda y Editorial Cuarto Propio en el
contexto de la mediática conmemoración del centenario del poeta, el año 2004. Muy modestamente, 10 AÑOS DE
POESÍA EN BALMACEDA pretender continuar esta labor acumulada con tanto esfuerzo y dedicación.
Rodrigo Hidalgo M.
Coordinador Área Literatura
Balmaceda Arte Joven
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Carlos Medrano Soto
(Santiago, 1978)
• 13 •
1.
Y regresaré a los libros
Me rodearé de ellos
Cubriré mis ventanas
Dormiré
Sin cerrar los ojos
Erguido
Lloraré en mi tumba
Tapizada de libros.
2.
He comenzado a viajar
A pesar de estar dormido
Dejo atrás mi cama
Dejo atrás mis días
Esta noche
Ha desaparecido el tiempo.
3.
Hoy me he despertado y no recuerdo
Dónde he dejado mis dientes
He olvidado cómo
Lavarme la cara y las manos
He olvidado cómo
Levantarme y caminar
Abrir la ventana
Respirar y mirar la luz
Ya no puedo comer
No puedo soñar
No puedo dormir
No recuerdo si tengo cinco a noventa años
O si existo o soy mi propia ilusión
Hoy trato de imaginar
Mi reflejo en este pozo sin fondo
Sin poder encontrar mi rostro.
Esta noche no me acompaña
Ni siquiera la oscuridad.
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4.
Mi padre está muriendo
Estoy harto
Me opongo a todo lo que toco
A mis rodillas deformes
A tus hombros exhaustos
Odio tus cuatro nombres
Y mis cien ojos
Y mis siete cabezas
Sé que hoy la negrura se me ha metido por los oídos
Y que mi saliva está amarga
Y mis manos terriblemente frías
Conozco todos los rostros todos los odios todos los respiros
Aún así soy un extraño ante mi espejo
Y me disfrazo de mí mismo
Para no estallar junto a ti
Hoy odio tus quejidos
Tu nihilismo de piernas abiertas
Tu soledad de telenovela
Hoy está muriendo mi padre
Hoy está muriendo mi padre
Hoy está muriendo mi padre
Y no sé correr ni gritar.
5.
Las calles no duermen
Están muertas
Como mis ojos a través de esta ventana
Y son muertos los que se destrozan
Y todo aquél pueblo está muerto
Y los cadáveres se acicalan
Gritan y enamoran
Mientras yo no muero.
6.
A lo largo de mi vida
He pensado muchas cosas
Y a veces creo que pensar
Es un tortuoso veneno
Me pregunto como
Encontraste el antídoto.
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7.
He sido acusado de vivir
De manera miserable
Qué recurso de amparo ni qué ocho cuartos
Me declaro culpable sin titubear
Exijo –como de costumbre–
El máximo rigor de la ley
No tengo idea
En qué he estado pensando
No tengo idea señor juez
Qué atenuantes pueda usted encontrar
No lo dude
Sea justo
Indague interrogue
Allane mi cabeza
Tengo un cargamento de ideas detestables
Y las he difundido
Sin consideración
Soy culpable
¿Qué otras pruebas necesita?
Ordene sin miramientos los peritajes de rigor
Renuncio señor juez a toda clase de defensa
Confesaré todas y cada una de mis faltas
No creo ser –por lo demás– un caso excepcional
Creo –sin temor a equivocarme– que en cada familia hay uno como yo
¿Se da cuenta señoría de la responsabilidad inmensa que ha recaído sobre usted?
Debe pensar que de esta sentencia
Depende en gran medida el futuro de la nación
No debemos –bajo ningún punto de vista–
Permitir la tristeza ni la oscuridad en esta patria nuestra
Debe dar el ejemplo señor juez
Y condenarme a la pena capital
Todos deben participar en una mesa de diálogo ad-hoc
Destinada a debatir el peligro que los seres como yo
Representan para el esplendoroso futuro
No dude más por favor
Prometo cumplir la sentencia sin chistar
Nada de indulto ni último deseo
Cumpla su deber
Ordene de una vez
Que me corten la cabeza.
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8.
La luz se refleja en los cristales
Quiere entrar en mi cabeza
Hoy estás naciendo
Y quieres que nombre tus días
Hoy
No tengo tiempo para respirar
Hoy
Ya no te conozco
Hoy
Sólo veo dos colores.
9.
Si pudiera desarmar este sonido
Extenderlo hasta mi muerte
Llevarlo a mi nacimiento
Si pudiera moverme por mis años
Y cambiar de piel cantando
Ninguno de nosotros sabe respirar
Y el eco de mis palabras
Mi nombre
Y tu sangre
Vuelan de nuevo de nuevo y de nuevo.
10.
Me gustaría ayudarte
Pero sólo veo la mitad de tu rostro
Me gustaría hablarte
Pero mis palabras no traspasan tu burbuja
Me gustaría acariciar tus pies
Pero la sombra de la reja me anuda la garganta
Y vomito si quiero golpearte
Tocarte
O morir
Si sólo pudiera
Cerrar los ojos por un instante.
11.
Mi problema no consiste en tener demasiadas personalidades
El problema es que todas
Escriben igual.
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12.
Problema menor
Escribir de pronto y sin sentido
Escuchar cien veces la misma canción
Ser golpeado asaltado violado
Comer eternamente en platos de cartón manchados
En un cumpleaños de niños deformes y agnósticos.
13.
Ataque
Es cosa de saltar por la ventana
Comer repollo vino y cilantro
Mirar dos veces tus manos
Fumar cigarros sin parar con todo y cajetilla
Meterse en una bolsa
Quedarse en la calle los martes y los viernes
Esperando ser triturado
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Cristian Berríos
(Santiago, 1975)
• 19 •
Sonidos Nocturnos
Ojalá sus pupilas dominaran la marea y su perfume prevaleciera en las sombras, pero ignoro qué sueña, cuál es su
aroma o si la muerte se rendiría a su tibieza. Aunque sus labios pertenezcan a Lesbos y floten distantes, esponjosos
como nubes, deseo que un alma cristalina los atrape e impregne la humedad que anhela.
Con indiferencia desgarra el invierno sin más rastro que el silbido de la espada. Liquida cada burbuja en la sangre y
dentro de ellas la danza que permanece intacta. Sus palabras encienden velas sobre un puente de madera, elevan
lámparas de papel hacia los astros.
Cuando no existan los cuerpos ni la magia del líbido compartiremos un desierto de estelas, y aunque intuya que la
he conocido cada espíritu irá en dirección opuesta.
• 20 •
El Desperdicio
Transformé vino en letras, esparcí desvaríos, amaba con lujuria del corazón, tenía el alma libre de espanto.
Descuartizó al poeta, manejaba la crueldad como un cuchillo. Perdí juventud en vanos intentos de comprensión.
Busqué enemigos, viví en catedrales de la ruina, bebía junto a insectos.
Decapité mis sueños.
El Bosque
Luego de la dicha,
La juventud trajo un aire de ángel caído.
Expedición
Destierro
Bellos matices del cielo evocan la pintura de un cuarto húmedo. Aún el alma lujuriosa ríe ante el naufragio. El
destino burbujea. Rostros se apretujan del otro lado.
• 21 •
Venganza
Practicaban tiro,
Lucía indefenso.
Imploré respeto por su vida.
Animales con derechos, cazadores sin escrúpulos,
Ningún tribunal determina a quien se ama como un hijo.
Expiró entre mis manos
Intrascendente para el mundo.
La humanidad ampara monstruos,
Embestí contra ellos.
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Oscar Saavedra Villarroel
(Santiago, 1977)
• 23 •
Textos de dOPING hISTORICO
Capítulo primero Bolchevique Emotion
Escuchaba las canciones ansiolíticas de la nación. Escuchaba el bramar constate de las vidrieras. Los ojos usaístas
de país que me chocaban como cráteres, como si por la mañana todas las regiones continentales de la belleza se
desertificaran paisajes o sogas al cuello del mar
[La sensibilidad me llevó como un río, me río las costillas, me giró según los pasos] :
• 24 •
fui onanista en los urinarios públicos escribí
concepciones de vida con un lápiz lazuli de lágrimas
-y mi ethos se fue al mismísimo carajo-.
Me acerqué y me alejé de una generación vestida
con tutú
ahí en el intelecto.
Supe que la identidad no era sino un puñado de
polvo en las manos,
que casi era imposible soñar y escribir con las manos atadas por el aire.
• 25 •
y al sentirme histeria
deambulé por lugares prefabricados,
por algunas pasarelas el Cortijo:
Guyana Independencia,
Surinam Pintana, Guayana Santa Julia
tenía que verme a ratos arrabal
o anarquista de mall.
Meditabundo
el día del pacífico averno caminé
por ahumada/media- agua, casi.
Estaban grisú todos esos rostros.
Lloré una lágrima volcánica
acariciando el aire que dibuja mis pasos.
Llegué a Plaza Itaca,
en donde corría sangre menstruación, pan y agua; pachas hambrientos de occidente
impostando una inoportuna rebeldía bronx.
[Cansado como cerebro occidente, luego de la deuda que me dejó el hospital casi clínica, pero lleno de vestimenta
en mis ojos] :
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[Y cuando las retrovisiones son la lengua. Yo, disfrazado de muchacho; yo, Bolchevique Emotion; yo, el Sr
América] :
• 27 •
Gabriel Mezzano
(Santiago, 1980)
• 29 •
Alicia En El Pais De Las Voladillas
Yo no te pido
Yo no te pido gracia
mientras las lágrimas experimentales están lejos
solo te pido buenas mentiras
Y por favor
el rencor y lo insano
guárdalo para el resto de nuestros días
cuando seamos instrumentos viejos
cuando yo sea un Anselmo
y tú una Margarita
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Locarno
Ratones y perros
perros y gatos
Se puede desligar de la vida
y seguirá el nunca conocer de su paso
Pantalones sucios
calzoncillos usados
pestilente desorden de medio día
cantando irónico “ella ya me olvidó”
con el cerebro en las manos se auto flagela
Descripciones espontáneas
y una sopa de mierda
mas lechuga para la entrada
perros y ratas en la calle del sol agonizante
• 31 •
Un perro cosaco
Cosas por doquier, desde hoy cualquier cosa será todo, estrepitosamente
en el río de mi pubertad intelectual
cualquier cosa te doy…
¡Cosacos!
Se destruye el templo mezzánico, saquemos la primera piedra.
• 32 •
Al mar…
La mar
vida serena y apacible
de muerte e historias marinoretas
En los silencios de las arenas perpetuas
su mágico candor cubre de alboroto la calida sal
y silenciosos cantos embellecen su incesante parpadeo.
La mar
que con sutil ir y venir
emborracha al mas grande de los lobos de mar.
Suave sirena de cabellos de alga
y zapatos desconocidos
Es su canto
el que da vida
El barquito
Sobre un barquito
en la tiniebla nos diseminamos
En nuestro barquito navegamos en siglos anteriores
y vimos morir al sol en nuestra mesa mañanera
• 33 •
La estatua de la fidelidad
• 34 •
Catalina Corvalán
(Santiago, 1979)
• 35 •
Las paredes del infierno
Tienen algo mío
Ensordecidas de tristeza me compadezco
Frotando anodina un par de piernas
Justificando pechos y razones
Las paredes del infierno tienen algo mío
El azar jubiloso en el bar de los recuerdos
El beso negado
Sin embargo y por complacencia
pierdo de a poco pero con certeza el miedo
*
Hago crecer mis uñas
Mordiendo tus pupilas
Hundo mi sombra en los recuerdos
Y cuelgo el abrigo
Convenzo la herida del plagio
Me deshago de los versos
Y famélica mi boca
Se llena de sangre
El ocaso se arrepiente mientras persigues la gloria
No me atrevo a cerrar los ojos
Cruzo las piernas
Mientras te arrepientes.
*
He cubierto los días de anhelos
Sin más que las sonrisas reflejadas
En mi herrumbroso lavaplatos.
• 36 •
Sin haber perdido el recuerdo
Todo lo he perdido
Fuera de la sangre
Se reconocen
Todos
Sin vida
Sin mí sin más
Solo
Latiendo solo
Comiendo las sobras
De tus manos cansadas
Solo
Cerca de la muerte
De mí
Solo otra vez
Solo
Como siempre.
*
Esa niña triste como la primavera
Clamando su amor
Está lloviendo
Su pérdida en el ocaso
Esa niña que hace escueta la muerte
Me mira y me abandona
Esa niña un día
Se cargó de penas y tinieblas
Y me hizo perder la batalla.
• 37 •
Con el careo bajo mis sienes
Besando de a poco la fortuna
Naufragando en los delirios
Con una copa avinagrada
Con la blusa desatada y los labios rotos
Pido otra canción para acabar la noche.
*
Cargo con muertes que se ríen
A mis espaldas
Los muy incrédulos.
*
Tal vez me vaya por el medio de la calle
Y confunda vendedores con mis sueños
Deslice tu mano fría por mi arrogancia
Y tirite la angustia.
• 38 •
Giorgio Bentivoglio
(Santiago, 1979)
• 39 •
Suite de siete: Arlequín-Machi triste desde el horrible
invierno triste de Santiago recordando un poco hacia el
final la Berlín Reunificada
48 (0)
• 40 •
- (7)
• 41 •
Con tristeza en el puerto lo mismo que en el mundo
Lo mismo que en el cielo
Lo mismo que en tu casa almohada y en tus ojos infierno lo mismo que en el azul de las llagas
De la lejanía con que aconteces
Para poder de pronto llegar y volverte prudente
Es esa tu alusión salvaje
Tu terrible agonía dentro de mis piedras
De mis peces y de mis agujeros en lo más profundo del espíritu
En lo más profundo de la piel
Ahí me muevo como fuegos fatuos sobre hilos de esmeralda
El que no se da por vencido es siempre nuevo
El que se rinde murió antes de ayer y será pisado eso sí que quedarán hojas café entre medio
Entre su pestaña y el mundo
Entre el planeta y la estratósfera
Ahí puede haber un sonido y un baile amigable
Yo sabía de dónde salía eso que llamabas amor
Pero nunca te lo pude confirmar
Nunca contaminar la mirada muerta
Se trata de velocidad
Se trata de serpientes
Se trata de miseria y hastío
Eso es lo peor
El hastío que no te cubre como frazadas eléctricas
No te cubre como manos
Como manos
Como sombreros y pisadas en el aire
Encumbremos lo que siempre fue dejado de lado
Elevemos lo que nunca mereció esperar nada
Lo que siempre estuvo en postración y neutro
Lo que siempre estuvo entregado a la indiferencia
Eso eso eso eso
Eso
Ha llegado a ser lo mismo que era
Eso ha llegado a cumplir su sueño de ser triste
Lo mismo que el mundo, el planeta y la estratósfera
Lo mismo que el niño conejo
Lo mismo que la pena de beber demasiado y bailar solo
Que bailar solo
Que bailar solo
Rodeado de gentes
Y guardar una esmeralda que olvidaste sólo tú
• 42 •
Para borrarme del sistema
Era preciso tu estúpido talante de ley
Tu peso de horrible victoria
Tu estado de competencia ganada
Tu misma forma que no puede decirse
Porque está prohibido por la naturaleza de las cosas
Que cuando me favorece se olvida y después pisa y pisa y pisa
Y aplasta manos y sentidos aplasta todo
Las caras de la muerte se vuelven verosímiles en tu relato del drama
La transformación del festival es esencial para siempre
Y con eso estoy seguro de quedarme quieto
Solo
Si no fueras a leerlo todo no existiría
Como la maldad
Y la brisa de la muerte
Es hacer sufrir
Es cavar en la espesura de los muertos
No hay otra vía hacia lo tuyo
Tu propiedad es canto
Borde de cosas
Borde, orilla y límite
Del otro lado
Sólo ofensa
Sólo red
Hemisferio de adentro y de afuera
De adentro y de afuera
De adentro
De adentro y de afuera
No hay más
Que eso que nunca me quisiste decir
El secreto que te llevaste a las ramas
Que te llevaste a la altura y a la bajeza de tus temibles pisadas en el vacío
Del espacio de la bulla, del espacio de la muerte, del espacio de los desconocidos en número de cuatro, en
número de nueve
En número de mil quinientos absurdos reptiles que se llevaron los saludos del viento
Los atuendos del bosque
Los cariños del piñón
De la vasija
De la muerte verde
De la rosada caricatura del miedo a la muerte
De la muerte
• 43 •
De la muerte
De la muejerte
De la mujer que teje la muerte con escarabajos
Como risas carcajadas en tu cara de triste
En tu cara de triste
De miseria y de irte hacia atrás
Aun sin embargo cuando podrías encumbrarte como columna recto y marmóreo
Pero hay algo que no anda
Con tus ojos son demasiado tristes
Meditabundos y muertos
Todo tú es muerte
La fermentación del vino amargo te tiene húmedo y hablando con los dioses faunos
Con los salivosos ambivalentes
Con ellos
Los otros
Ellos otros
Otros
Junio 2007
• 44 •
2 (10)
Julio 2007
• 45 •
Salvador Ernesto Troncoso Curivil
(Santiago, 1975)
• 47 •
3AJFX
Bajo el semáforo
una mujer observa
un beso
unos ojos
cuenta los segundos con los dedos
deja correr su ternura en el vestido
el humo del cigarrillo
en los labios que simulan hablar.
GX
ANI
El perro que fotografié en la tarde aún está en la misma parada con su sueño hambriento, tendido sobre el sueño
anterior.
• 48 •
11X
• 49 •
DP
-llama el vacío-
-no hay sangre-
corte profundo
ahoga el atardecer
sangra
el silencio
• 50 •
OX
PD
Paisajes de plástico
encuentro con el antiguo Pedro o perro d
no metropolitano
lo recuerdo bien
los edificios
cruzan la cita de la estatua y el pavimento
sobre la mesa
su figura se recortaba.
• 51 •
• 52 •
Vivian Lay Pradel
(Santiago, 1982)
• 53 •
Humono
Y siempre
siempre
cavar a fuerza de uña
tumbas en las playas para sepultar
el mar
• 54 •
Miércoles 22 pm
De tu boca
humos me envuelven en deseo
El alcohol
-pulsión de muerte se llama eso-
Preferiría llamar eros
a la paloma que tengo en las manos
Perros
• 55 •
Vino
“Lilac wine is sweet and heady like my love
listing to me, i cannot see clearly, isn’t he, comming to me, nearly here”
James Shelton
Destapo la botella
inundo el vaso
como a mi pecho
de las aguas roídas por estos días
la espera
Un cuerpo que silva en la noche
es un cuerpo que sólo puede
reconocer una estrella para olvidar su nombre
El mío se llena de un vacío tan salino
beso de marinero
que la sed ni alcanza
Bebo
el vino es como el fuego
replica la sed como puertas que se cierran
como puentes
como espadas
como fronteras
como todas las veces que olvido
• 56 •
Todo intento es débil
romper las botellas, los vasos, las cavas
Con todo el cuerpo hacer presencia
lo que desconocen mis palabras
Del aire
Para Clemente
Escucho tambores que guían un nombre
una palabra repetida que se convierte en mar
un espacio un hueco un silencio
que espera ser llenado
por ese resto que eras
por un amotinamiento tardío
por la estela de una gaviota que espera
• 57 •
El baño
Me desvisto
quito el resto de ansias que colgaban de mis párpados
Desabrocho la chaqueta
cruje un suspiro nunca lanzado
De los bolsillos caen palabras
las de labio mordido
• 58 •
Elisa Rivara Mora
(Santiago, 1982)
• 59 •
De estas hojas sempiternas
que entorpecen mi despertar.
Mordemos el barro
pero temprano no nos resulta
suplir el dueño y negarle al mundo;
su imprudencia gratuita
Mi hermana vejez
arrastra los pies a nuestras espaldas
nos colecciona y nos vende
como a dos putas
del cabello cuelgan fantasmas
yo les arranco los ojos
y cierro la puerta
para que nunca más nos encuentren.
• 60 •
Paradoja
Tiritando de angustia
ante la fría paradoja de intentar
suicidar una vida
para verla resucitar dentro de un huevo
y caminar todos sus años
por el patíbulo de la voluntad.
Mascar el interruptor
y explotar frente a miles de dioses negros,
besar los pies al escuálido satanás
que se viste de montañas
y con los ojos ocultos en lágrimas
exige su paraíso de hielo
para sembrar en él
el cadáver que nadie recuerda.
• 61 •
El luto de nuestros pasos
• 62 •
Resucitando
Hasta ayer
nacías para hablar
el brillo en los ojos de los caracoles.
Pero el hambre ha hecho pedazos este día
que se enreda y se revuelca entre montañas.
Ya que el mar se nos esconde
y ha pateado el rocío
de cada una de las hojas
que ciñen tu cintura,
corramos a chocar con el cielo
para luego devolvernos haciendo piruetas
que enfurezcan a dioses y semidioses.
Deja que los ángeles masquen el muro
de lo que mañana podría ser
la hoguera de las risas
y en un latir silencioso de lluvia y nubes
algo creerá estar resucitando.
Ida y vuelta
• 63 •
En este jardín
• 64 •
Carolina Castro
(Santiago, 1982)
• 65 •
Paso mis noches
Sorbiendo recuerdos tibios del amor
Vasija
Que dejaste entre mis piernas
Y mi mal designio
de continuar siendo costilla
*
Fuimos invitadas a pasar
congregadas a pasar
Sobre espaldas frías a tientas
siguiendo un hilo de luz
Fuimos parte de la casualidad
de un desteñido antihéroe
Nos prometieron olor a caramelo rancio
mientras sembramos círculos
Fuimos congeladas amadas, pateadas
Nos lamieron la piel con encanto
nos invitaron a pasar
y bebimos una copa de su sangre
y nos pusieron agujas hasta la córnea
cogidas
hasta la herida
abierta.
• 66 •
Se toma una taza de café
Avanza rápido y da vuelta la otra mejilla
Ahora no es bailarina
Todo se convierte en vacío que traga
Nada coincide
No hay coincidencias erróneas
La risa gotea por debajo de la cicatriz
Y se envuelve diabólica
Bajo cualquier objeto punzante
Rapada hasta el suicidio
En cada uno de sus cortes
*
Cazar tu nariz con mi boca
Meterte la lengua y perforarte
Arrancarte la ropa sin miramientos, estudiarte
Y justo en el momento que sepa dónde besarte
Esconder los labios y sacar los dientes
Desgarrarte triturarte hacer de ti
Una croqueta y tragarte
Esta noche quiero ser un animal.
• 67 •
Compendio de cartas de Garbo
CARTA DE DESPEDIDA
Recuerdas la taza de café?
Tus labios abiertos y distantes
Recuerdas tu cuerpo tendido sobre mi cama
Y las sombras que formaban aquellas ventanas
Recuerda cómo desnudaba tus largas piernas
Rasgando beso a beso la prisión de esas medias negras
Y cómo excitada tomabas mi cabeza haciéndome temblar
En un hotel extraño
Le pintaba las uñas mientras dormía y canturreaba
Una canción de Edith Piaf.
La botella de brandy sobre la mesita
En que te dejé la carta.
Habría agarrado esa liga
Habría terminado con todo esa misma noche.
La musa tendida sobre plumas
A vista de ociosos argonautas
Pero preferí seguir tu juego
Ser la víctima
Ser la niña disolviéndose en el fuego.
• 68 •
A Pascal Sedille
*
Un padre ha muerto
Una madre se desvanece
El cuerpo se hunde fuera
De la palabra
Camina igual que la sangre
Que tiñe la camisa
Un asesinato no es un suicidio
Podría haber estado muerto hace años
El tiempo ya no escurre
Como la memoria
Destruye al hombre de arena
• 69 •
Ashes to ashes
Bowie sonríe
Intentamos sonreír
Acariciarnos sin perder la calma
Bowie se aleja
También la sombra
Y la carne
Y la cinta gastada
Los muros caen
Nos volvemos transparentes.
• 70 •
Ignacio Briones
(Santiago, 1979)
• 71 •
de “La Aldea de Satán”
*
es un dios que se guarda en el bolsillo de las camisas un simple artefacto de cocina un hermoso artificio al
miedo
*
dios no quiere que yo esté aquí cuando él regrese he usurpado su casa vaciado sus fuentes y descubierto sus
secretos más oscuros e inmundos
*
alguien cayó en un ascensor quince pisos hasta un subsuelo de piedras y petróleo alguien ha dejado su cabeza
clavada en la pared
*
una pierna muerta un ojo que me persigue por los túneles una luz cerca del párpado inerte e inflexible un acto
furioso a la vista de los impacientes jureles un brinco al vacío un hermoso brinco al vacío
*
satán me quiso como a su propio hijo ahora estoy divorciado de él
• 72 •
*
satán me tiene prohibido que me acerque a dios es una mala influencia para mi poesía
*
romper este espacio atroz de los comicios irnos de aquí es siempre la mejor opción
*
yo la quiero pero aún estoy dislocando mi hueso interno quiero hacer que las aves no inunden este aire y estas
piedras
*
no me digan que la poesía es poesía porque no lo es
*
la poesía es _ _ _ es imposible negar su muerte allá en los perplejos montes del hambre
*
al cerrar la ventana se oscurecen los hermosos matices de la noche
*
la vi media muerta en los callejones sólo la miré para alejarme como el ebrio más libre de la historia
*
nadie sabe que el niño feroz ha caído de un perdigón en la cabeza
*
a mi madre se le cayó la cabeza como la ceniza al cenicero
*
ya lo maté ahora _ _ _ que mi hijo me mate a mí
• 73 •
de “Jardines de Piedras y Nieve”
a lo lejos sobre la calle oscura brotan frágiles flores amarillas que nunca despiertan
ahora la noche viene a golpear la puerta haciendo ruidos terribles amenazas severas yo me disfrazo de fantasma
de 1915 desaparecido en Bélgica entre las ruinas y los cascos pero el frío me hizo aún más transparente y la
noche no me encuentra
• 74 •
de “Ángeles de Piedra”
la tarde se ennegrece se oyen latidos a pesadumbre las garzas dejaron trozos inmutables en mis manos y en mi
mente
• 75 •
de “Jazmines y Luciérnagas”
al atardecer las mariposas murieron mordiendo margaritas y helechos el río se había vuelto negro como la luna
y los girasoles al concluir octubre los tulipanes perfumados ardían y sus pétalos rojos y amarillos viajaron
colina abajo hasta la bahía por arroyos que teñían su vestido de jazmines y cerezas
ahora nacieron caballos negros de los bosques
espejismos de nosotros mismos
aterrados y solos
• 76 •
de “El Mago Zerez”
entré
pisé el amargo dulzor del miedo
ese que me muerde las encías
al abrir la puerta
los gatos se taparon los ojos
yo seguí inconscientemente
despidiéndome de los vivos
• 77 •
Héctor Hernández Montecinos
(Santiago, 1979)
• 79 •
Floto como hangar
junto a otros trabajos mecánicos
Y concluí así:
- Ahora me encanta todo lo que no tiene vida
Las piedras me escucharon con la boca abierta. Los barcos se quedaron así
estupefactos.
Los parques volvieron a sus casas
y cenaron con sus padres.
No detenerse no significa estar en movimiento.
Como el océano y las olas que se preguntan
si deben ya irse a navegar
aunque sea unos quinientos metros alrededor de las marcas que dejaron nuestras miradas
similares a faros o postes de luz invisibles o un cuerpo que se desea
bombeando aire a través de caricias moviéndose de manera circular en una cama
que se parece a una caja de fósforos
para fabricar una pequeña hoguera
cuyo humo sea una escala para meterse al mar
que son todos esos sueños que por allá
flotan.
Quisiera salir a caminar con un avión que me preguntara hacia dónde está el sur
y yo decirle que no somos nosotros los que huimos
/a lo sumo una fotografía desde la muerte y ya/
Casi son las diez en esta ciudad y la primera lluvia del año me hizo escribir este poema, hay agua
por todos lados y sombras que huyen
¿de qué?
¿de tener el mismo color que una paloma?
• 80 •
o de la mano que escribe como acariciando
a una hilera de pumas vistos de espalda. Esto de preferir a los animales más que a la gente
me hace paradójicamente más humano y creo que mi ambición en todo esto es tener un árbol para mi solo, pero
un árbol que vuele y yo poder llamarlo y que venga hacia mí, decirle:
- Regresa árbol que vuela, juntos salgamos a flotar y ponerle nuevos nombres a todo
Polizonte De Hierro
Los laberintos les son todos del mismo color al igual que el polvo que acumulan en
sus cuencas donde crecen ramas y frutos que los niños juegan a intercambiar entre
sí.
También ciegos son los caballos por eso no viven en casas y no tienen nombre, como
los cerdos, las ratas, las ballenas y toda esa fauna que de mí sale con la figura de una
sombra que no puedo ver.
Aquí los alimentos llenan poco a poco el silencio que cae del cielo como agua
podrida mientras viajo arrancándome el barro con un lápiz apolillado y unos papeles
carcomidos por las cucarachas.
Tantas cosas son las que se podrían decir en este preciso momento.
Es cierto que sin el rostro la máscara vive y habla con nuestra propia voz. Es el mismo
temblor en el pecho a que sus palabras nos arranquen los dientes y se haga con ellos
el pequeño esqueleto de un dragón que devore mi castillo incendiándose.
• 81 •
Vestir a la Muerte
Desde el principio éramos la Muerte y yo, viendo como todo se despedazaba para calentar sus frías manos desde
donde arrojaba sobre mi boca el veneno que es imaginar la infancia y todos los asesinos que la rodean. Mis
huesos hablan más que yo. Mis escombros están condenados a vivir más que yo. El día del juicio se perdió y todos
los misterios ahí no más quedaron, en esas calles, en esas pieles, en esos espejos, esas heridas, esas caras. De
mamífero sólo me queda un poco de pelo y algunos dientes, pero también las ansias de volar enloquecido por
los aires, volar buscando las cenizas de las ciudades que nunca conocí. Viajar lejos, muy lejos, donde los siglos
duren un día y los colores sean en blanco y negro. Está amaneciendo y creo que es la hora de volver, la Muerte ha
partido, debo regresar a la eternidad.
• 82 •
(1815-1979)
Seré John Edward Eyre Naceré en Hornsea Yorkshire en 1815 Seré un administrador inglés A los 17 años desembarcaré
en Australia y me convertiré en un conductor de rebaños en Nueva Gales del Sur Escalaré montañas desconocidas
siguiendo a centenares de reses Cruzaré desiertos e instalaré mi tienda en medio de verdes praderas Me aventuraré
hasta el lago Torrens y descubriré al mío que ya llevaba mi nombre Regresaré a Sidney luego de unas expediciones
y la ciudad estará efervescente dándole la bienvenida al año 1839 En una de esas borracheras escucharé que el
oeste de la isla es rico en pastos inexplotados y que allí se pueden hacer fortunas con la cría de animales Me lo dirá
un muchacho de sonrisa amplia y ojos brillantes por el vino Y yo le creeré Tomaremos juntos y luego nos iremos a
mi casa Una vez ahí Baxter me preguntará cómo llegar al West-End y yo le diré que es imposible ir en línea recta
pues habría que cruzar desiertos infestados de salvajes Por eso el camino es la costa Y él querrá ir conmigo y yo le
diré que sí Me convertiré de este modo en el guía de esta excursión Iremos a caballo nosotros más tres porteadores
indígenas En una de las noches de luna llena nos detendremos a descansar y beberemos algo de vino Baxter mirará
las estrellas sentado en una piedra y dirá que dios no existe Uno de los porteadores le responderá algo y se armará
una discusión que terminará con el asesinato de Baxter y la posterior huida de dos de los indígenas Mi corazón
estará destruido y querré volver pero por llevar a cabo nuestro sueño seguiré viajando por un mes con el porteador
que se quedó conmigo Pasarán las semanas y no llegaremos La tristeza empezará a devorarse mi cuerpo y frente al
archipiélago de la Recherche caeré al suelo viendo el rostro de Baxter El indígena me verá y creerá que estoy muerto
En eso se oirá una campana Será la de un ballenero francés donde nos darán agua y comida Estaremos allí cinco
días y luego emprenderemos el camino de regreso a Albany donde podré llorar a mi compañero muerto y regresaré
a Inglaterra en 1845 Casi veinte años después me nombrarán gobernador de Jamaica y querré que la capital se
llame Baxter pero los habitantes no querrán Y tendré que poner mano dura Varios morirán en la revuelta por lo cual
del gobierno de Londres me destituirá y terminaré mis días en la más oscura soledad recordando aquel rostro más
hermoso que ninguno
• 83 •
19
Lo había dejado en blanco
porque eran los años que tenía
la primera vez que escribí un poema
26
Me dijeron que si no cantaba
me matarían
dejé que de mi boca salieran canciones
que tenía guardadas en mi infancia
mientras pensaba que siempre
la gloria será trágica
27
Seré una reina
la más linda de las reinas
mi corona estará hecha de insultos y maledicencias
mi cetro será una botella de cerveza rota
y mi reinado todos los maricones
que están escuchándome ahorita
28
29
Hace treinta años
yo era unas gotas de semen
en el vientre de una pobre hueona
30
Ni todos los desayunos del mundo
me podrían hacer más feliz
que comérmelo todo todo
y luego seguir mirando las nubes
que pasan sobre mi boca
• 84 •
Con las uñas ensangrentadas
• 85 •
mis ojos brillan cada vez
más tanto que estas páginas
me parecen negras como
la noche y no estoy llorando
LA LAGUNA DE LA MENTE
OJALÁ UN DÍA MI MENTE PUEDA SER TAN BLANCA COMO ESTA MISMA PÁGINA DONDE ESCRIBO CON UNA
ENFERMEDAD COMO SI NO LO FUERA Y EL OLVIDO UNA MANERA DE RECORDAR EL FUTURO
• 86 •
Paula Andrea Ilabaca Núñez
(Santiago, 1979)
• 87 •
Selección de “La perla suelta”, texto inédito.
Ubicándose en la complejidad de los tejidos, la comezón de los líos de la noche. Acomodándose cerca de la forma
que ese tenía y que le daba ahora por lucir. Los días no habían pasado en vano. La suelta ya estaba sana. Entonces
era pura risa de burla y enorme. Triunfal lo miraba voluntariosa, con lentitud; mientras la perla pretendía salir
ganando de todas. Y entre ambas se torcían suspiros y carreras de desgano. Entonces se hizo léxico: ya no, le dijo la
perla al rey, porque simplemente ya no le hacía gracia.
La suelta consiguió lo que quería. El desprecio del eunuco, del lacio, desapareció para dar entrada a lo que se venía
de hace tiempo. Entonces conoció la belleza. Conoció lo que le había negado el tiempo de la catarsis. La perla se
calló. La suelta se acomodó en un espacio de la cama naranja, redondo y ágil. Amaneció y había luz. Tan simple
como eso. Pura luz. La suelta sonrió y no había desprecio a cambio. La suelta sintió. Destellos verdes. Pestañas
negras. La perla se escondió. Enmudeció. Y entonces, hoy, la suelta apuesta a las combinaciones de lo placentero,
esta vez sin maldad.
Como si la mejor forma fuera crear y crear un espacio nítido y pleno para el enganche, para la construcción de la
joya, el destello de lo inseparable, la fricción del hilo que cose y une, el collar, la perla, el collar. Y los ojos del joyero
que pule, los ojos. Casi muerta, casi viva, en un proceso constante, la perla se pierde en todas las aristas de la piedra,
del engranaje luminoso, que será joya, que serán las manos del joyero, que será vida, que será belleza. Que no dejará
a nadie mirando de pie. A nadie.
Nada se le compara. Nada. Piensa la perla mientras suspira un tanto melancólica, sin poder asir todo lo que ve o lo
que le suena, cómo huele, hasta dónde llega. Y todo lo que se le viene es él. Todo eso es él. Sólo él. La manipulación
de su elemento la ha vuelto arisca. Por eso ahora la perla se pasea y es como si dijera mírenme, mírenme, no tendrán
nada de mí. Nada conseguirán. Nada. Que venga el rey, que murmure ronquidos el eunuco; no les voy a dar la pasá.
No.
Hasta que lo encontró. Ahora hay que pulir a la perla. Eso es, decía la perla, me tiene que pulir. Y la suelta sentía que
por todas partes quedaba de su sabor. Y se chupaba pensando en lo conocido, en cómo saborearse sólo con uno,
con la memoria interferida de pensarlo a él haciendo lo mismo, lo mismo que ella hacía por la cama naranja, por la
casa pelada sin él; por el lomo de una de las yeguas, por la membrana torcida, por el núcleo. Y esa era la manera en
que había que hacerlo, pensaba la perla mientras la pulía y la pulía hasta que brillaba tersa y molida, desparramada y
plena. Entonces la suelta le ofrecía la boca, como si fuera un territorio nuevo, como si nunca antes, como si ninguno.
Y así mismo él entraba y salía como quería, por donde se le ocurría podía pasar.
Aún quedan hábitos de antes. Aún quedan malformaciones, espacios sin rumbo en la quejumbre de la histeria. Aún
quedan dando vueltas torsos tétricos, indeseables, característicos de los días en que en la cama naranja se iba y se
iba sin saber hacia dónde. Aún quedan espacios en su corazón. Aún quedan espacios temidos, costrosos, coléricos.
Aún le quedan risotadas a la perla, aún le pasan por encima esos restregones lejanos, esos llantos por el ojo denso,
sin lágrimas. Aunque ella diga, aunque ella no lo diga, aunque camine en pelotas por la casa, mirándose en el espejo
• 88 •
disléxico, en las maneras que la han hecho sobreponerse, rígida, regia. Sin embargo, aún se retuerce en el fondo de
una madeja de lana negra, en la que la perla se atrapa y no sabe, no sabe cómo poder salir. Sin embargo todos la
miran y dicen, cómo brilla, cómo encandila esta otra.
Así es como se repiten los diálogos, las tormentas, los espacios agarrados, los extremos de la nulidad. Así es como
la joya la perla la suelta son una en la madeja que recogida se sabe entera y dispersa como las crines de una de
las yeguas que volvieron a parir. Eso es: las yeguas, sus lenguas, el sudor, los pelos por la casa. Eso es: las yeguas
chillando en secreto, el atraque violento de los murmullos que se mezclan con el calor de la basura que aún queda.
Eso es: la suelta frente al espejo recitando jodiendo pensando por favor de nuevo no por favor.
Y la perla lo quería todo, todo para ella, para su histeria adorada, para su voluntad terca, sus momentos paseándose
frente al espejo; ese mismo que la suelta usaba y usaba sin cesar. Y entonces sus motivaciones perdían lo cuerdo;
o el abandono se colaba entre sus calzones, las cogidas y el espacio favorito de la cama naranja en el que solía
agarrársela el joyero. El mismo joyero que la pulía y la pulía hasta terminar, hasta terminarla, hasta volverla regular,
pero no ordinaria, regular y con un brillo cosido desde adentro a las pupilas. Y entonces se ponía brava, entonces lo
quería todo para sí. Y entonces daba miedo, entonces era un lío verla a los ojos.
Coincidentes con el tiempo, con la premura de las enmiendas, el trazado de los contornos, el redondeo fantástico de
su forma; coincidente. Es el hábito lo que no les acomoda. El hábito de lo pateador. De lo funesto. De la singularidad
de la perla. Preciosa. Temible. Maldita. De las marañas prendidas con las que se anda la suelta, ya sin evacuarlos,
ya sólo apostando por la concha precisa, dominada, a veces áspera, a veces tercas de la perla. Y ahora a todos les
da por motivarse con nosotras, suspiran, maldicen, las dos. Las que saben hacia dónde van ahora, las que ya no
se preguntan, las que vieron el oro y el polvo fundirse juntos, trastocarse, mutar, hervir en las crines pegoteadas,
babeadas, jetonas, abiertas. La perla, la suelta. La perla que ahora se queda tranquilita cuando la toman; la suelta
que aún no se consuela, pero que siempre pide más. Sin duda enlucidas, sin duda complejas. Y sin pescar a nadie.
El medio trabajito; de joyería, dicen por ahí.
Esta es la cadena de oro. Y este es mi corazón. Nada más hay en estos caprichos, no encontrarás nada más, decía la
suelta mientras se quedaba alimentando a las yeguas, dándoles leche, manipulando la miel. Estriada, histérica, llena
de volutas extraídas de las últimas digestiones, de las últimas arcadas que había ido guardando por ahí. Esta es mi
cadena, repetía como en un rezo, esta es mi cadena, y este es mi corazón.
Muérdeme, le decía, y era el pecho lo que le marcaba el joyero, vapuleando con su herrumbe preciosa. Y mientras
la perla se regocijaba en estos sustentos, estos sustratos que la tenían tomada del pelo, la suelta se perdía en
imprecisas, en imperiosas tosquedades de angustia, de pena, declinando en veneno, en torturas, en ella misma. Y
el joyero la miraba entre las luces que hacían hervir el torso, los costados, la miel que le corría por los muslos, el
pecho, el cuello. Nunca la vio más pulida. Nunca pudo entender qué se traía entre esa redondez, entre esa manera
en que lo miraba medio rendida, medio dispuesta a seguir, a seguir por él. Y se entrelazaban en un reguero de saliva
y ofrendas. Y se decían de todo al oído entre actos. Y ella le decía estoy a punto, a punto de irme, de irme por ti.
• 89 •
Y de esa forma le dio la vida, como si fuera su propia vida. Las yeguas se colocaron en un rincón, corajudas,
pendientes, atentas a las estrías de la perla mientras la eyaculaban. Emergió con baches. Fue parida en la misma
cama naranja. Al principio caminó por la casa con recelo. Se miró en el espejo de la suelta. Se vio los ojos, sus propios
ojos. Tenían la misma tinción. La perla y la suelta. Pero la linda tenía una mirada, una osadía que ya se la quisieran
todos, todas, los que se pasean por los antros, los que estuvieron tirando alguna vez, entre las vicisitudes de la cama
naranja, los que jodieron, los que suspiraron. Se puso contenta al tiro y quiso comenzar de inmediato. Así fue como
la vio partir la suelta. A su propia vida. A su propia alma. Pero más bella, más concreta, más patuda y caprichosa,
voraz en su manía de conseguir lo que se le ponía entre ceja y ceja.
• 90 •
Diego Ramírez Gajardo
(Antofagasta, 1982)
• 91 •
de “Corazoncito /noche” (2002)
Yo podría ser tu Frida
• 92 •
de “El baile de los niños” (2005)
Porque habíamos sido tan felices, y yo no me llamo ni Diego Rivera, ni Diego de la Noche, ¿donde escucharon mi
nombre verdadero? Dime dónde, para ir a buscarme, yo no me encuentro aquí adentro, no encuentro mis cosas, no
encuentro tu cuerpo en la vitrina de los otros cuerpos ofrecidos con gracia al recién llegado, porque nos habíamos
amado tanto, tantas veces, de tantas formas, que ya no puedo compañeros de condena, ya no puedo señor actuario,
señorita magistrado, ya no puedo amar de nuevo a otras esclavas / analfabetas, no me las doy de sufrido, ni de
huérfano, pero qué van a entender ustedes, si nunca les ha dolido el cuerpo, si nunca han tenido acribillado el
corazón con destino a los juzgados del crimen. Si usted no sabe escribir, si usted no tiene idea del abandono, si
usted no ha contado estas cicatrices del no verse, qué más quiere, si ya no tengo nada, no se ponga envidiosa, si
yo le digo que habíamos sido tan felices, yo sus frustraciones y sus miedos se los respeto, pero no los escribo, mi
cuerpo es otra historia, mis manos es otro delito, mi ficha de niño nuevo no tiene antecedentes ni en el amor ni en
la locura. En medio de esta tragedia, este es el único amor que yo les enseño a mis reos del modulo, a todos los que
no saben escribir su abandono y eso es terrible, y a mí me da tanta pena ver cómo no pueden establecer una lógica
gramática para sus tristezas, ellos no saben escribir sus afectos, y yo, aunque no estoy para hacer caridad con nadie,
yo les escribo miles de cartas para que se ensueñen otras historias vedadas por el otro lenguaje, y yo no quiero que
• 93 •
les rechacen sus cartas, yo no quiero que los dejen esperando en los días de visita, y yo les cuento que había amado
tanto allá afuera, en la calle, y les cuento cómo eran las plazas, cómo funciona el tránsito, les cuento cómo amaba
yo a otros hombres en los desiertos esos, en los escenarios inventados, porque saben algo amigos-presos, uno allá
en la ciudad no puede amar tanto, nunca en público, nunca así como se aman ustedes en este zoológico del hambre.
Yo no quiero, no quiero amar más soledades, yo busco otras cosas. Yo soy poetiza, no se da cuenta no ha leído los
diarios, yo estoy amando tanto a mi pueblo, a mi gente, yo lo había amado tanto, y sin embargo, todavía espero
que me vengan a devolver las penas.
Brian,
Vamos a escribir nuestra historia de amor en llamas
Y nadie en este país
Va a saber que estamos amándonos
Desesperadamente en septiembre.
Brian,
Vamos a escribir juntos
Esta declaración encendida de nuestros cuerpos
Apilados con furia en estas noches frías.
En estas bocas muertas.
• 94 •
Septiembre
• 95 •
No somos héroes,
No somos los más lindos de la fiesta
Pero pertenecemos a un sangramiento
A un acoplado múltiple de la protesta
A un llanto inicial.
Estamos juntos por el abuso
Por la violencia de su casa, sus padres, su educación.
Estamos juntos
Por la sobrevivencia y el abandono.
Es amor, pero de otra forma
Mira cómo allá afuera
Una estrella de ira
Llega desde el cielo
A borrar las líneas blancas de la calle
Mira cómo esa corona de neumáticos
Irradia una noche perfecta / brillante
Temblorosa y efectista
Para la guerra y el pueblo.
Mira por este rincón
Cómo se transforma la ciudad y el silencio
En la historia reciente
En la cicatriz
Y en nuestros miedos.
Ven, acércate
Déjame contarte una historia
Que empezó hace treinta y cinco años
Déjame contarte sobre las llamas
Y esa noche en que jugamos a mordernos
Por cada disparo al aire
Que nos agitaba el cuerpo
Que nos hacía provocar un pequeño roce
Menos dulce, cuando te escondes en mis brazos
Y escribo con los dedos en tu pelo
Un poemita agressor
Mientras te escucho dormir
Mientras escucho el susurro sin lengua
Que me recorta tu baba infinita
Penetrando descaradamente tu corazón casi anarquista.
• 96 •
No te pido una patria nueva,
no te pido que me cambies la historia
sólo quiero que nos encerremos
durante todo septiembre
a devorarnos y hacernos los felices
sobre las cuatro paredes blancas
de mi hospital carnicero
no se trata de curar las heridas de guerra
se trata de volver a herirse
hacerse daño
morder las piernas, marcas los brazos
se trata de dolernos todo este tiempo
mientras los chicos juegan
a escribir con fuego a dos cuadras de este encierro.
Es prescindible que estemos juntos
que en algún momento
la barricada de nuestros cuerpos abrazados
y en llamas
crucen la masculina guerrilla de dos puntas ancladas
susurrándose cerca
punteando las costillas, el camino sin pelos
la fijeza, el porte, el chillido, mi amor.
Brian,
No te pido una patria nueva
Sólo quiero ver toda esta zona
La de allá afuera
Lo que se ve por las ventanas
todas las calles cercanas
Las coordenadas
Y las limitantes
Sean incendiadas
En tu nombre y el de tus compañeros menores.
No tiene que ver con tu madre
Ni con mi amor
Ni como mi manera de hacer poesía con las bocas
Es sólo, la manera terrible
De querer hacer de tu nombre mi país en llamas
Es sólo la manera siniestra
De hacer de tu vida
Mi historia de amor en septiembre.
• 97 •
Mi historia de amor en llamas
• 98 •
Gladys González
(Santiago, 1981)
• 99 •
de ”Gran Avenida”
I
Paraderos
Paraíso
Barquitos de papel
Cicatriz
• 100 •
Me dice
• 101 •
Trozos de mercurio
Pequeñas cosas
Porque uno
puede morir
por las pequeñas cosas
como por el gracioso baile
de las esporas
que se arrastran
por la tela
de mi vestido
por el silencioso crujir
de la pintura hinchada
reventando en un día de lluvia
esparciendo un polvillo rosa
sobre mi nuca
• 102 •
Un paradero
En Gran Avenida
hay un paradero
y una chica
que lo habita
su corazón está oxidado
como las vigas de metal
que sostienen la estructura
por tantas historias
tatuadas en forma violenta
sobre la superficie
en Gran Avenida
hay un paradero
aún más triste
y una chica que lo habita
un paradero que ha visto todo
y que se convierte
en el esperadero silencioso
de la persistencia
Penumbra
Ella lo miraba
desde el baño
orinando desnuda
en la taza del water
con su chaqueta de cuero
y un Jack Daniell’s en la mano
Ella lo miraba
desde el baño
retocándose el corazón
con un lápiz labial
en la penumbra de esa habitación
• 103 •
Hilo rojo
Debo decir
que me duele un hombre
en todo el cuerpo
fotocopio su rostro
y lo pego en los paraderos tristes
de Gran Avenida
bordo su nombre con hilo rojo
en mi ropa interior
me tatúo las costillas
por si acaso un día te saco de adentro
tomo té 9 veces al día
hablo con los pájaros
hago mandas al niño Jesús de Praga
prendo inciensos
leo el Kamasutra
mando a revelar tus fotos antiguas
no duermo buscando algo más que ofrecer
me corto la yema de los dedos
y camino goteando las calles
con los brazos caídos
y la cabeza semirapada
• 104 •
Doméstica
Esta primavera
he comenzado a hacer mi cama
todas las mañanas
después de levantarme
Busco domesticarme con pequeños rituales
lavar platos
pagar cuentas
hacer el desayuno
............. almuerzo
............. once
............. y cena
Busco la manera perfecta
de arreglar mi cabello
y de hacer aeróbicos
en el gimnasio
todo
para verte desde lejos
y engañarme
con que mi vida
ya no se escribe
hacia abajo
que ya no es
un verso largo
y menos un poema
• 105 •
Swing
Tibieza
Se detienen en un paradero
iluminado a ratos
por el parpadeo del tubo fluorescente
encienden cigarrillos
que lanzan a la rendija del desagüe
como haciendo tiro al blanco
con la falsedad de esa imagen de tibieza
Taxi
Tú y yo
en un taxi
mudos
cada uno en un extremo
el pelo mojado
y el viento
entrando por la ventana
esparciendo las cenizas del cigarrillo
mudos
sin excusas
para dejar
de volver a hacerlo
• 106 •
Ramiro Hassan Araya U
(Santiago, 1978-2001)
• 107 •
de “El jinete de la última esperanza”
Arte Poética
Vaso quebrado
• 108 •
Luna
En el pecho te abres
madeja en nervios, cortado.
Lecho vacío que al montar volaras
cisne morado.
• 109 •
El ciclo lunar de los vasos
Es un mal ejemplo
quedarse en el parque
a mirar el movimiento
de los columpios
luchando en la perspectiva que nos quita la infancia
de los ojos.
El despertador sonará
y veré cómo unas flores amarillas
se abren cerca de unos rieles mal impresos en la tarde.
• 110 •
de “Ángel de la Guarda y otros poemas”
Reinas
*
Mi madre me dijo
que bajo la casa
descansan los pasos de viejos trenes
Mientras murmuro
por última vez
algo que no tiene importancia.
*
De vez en cuando la noche da a luz
y la marea sube
inundando el cementerio.
• 111 •
Nadie
Arte poética
Yo no puedo explicar
lo que se explica por sí solo.
sólo escribo para que la muerte
no tenga la última palabra.
Me toca mover a mí
• 112 •
Raúl Hernández Olivares
(Santiago, 1980)
• 113 •
Polaroid
Mi padre
contemplando el horizonte
inalterable como ahora
que ve un partido de fútbol
en el canal 7
mientras lo observo
sentado en el sillón.
Y de pronto
voltea hacia mí
y ahora soy el observado.
Nos miramos
nos dejamos de mirar.
Y vuelvo a la foto
donde también aparezco
a su lado de la mano
sintiendo
que no debería alejarme.
• 114 •
Foxy Bar
Ahora
no hay nadie que parezca un amigo
y es que no sabes lo que haces
¿recuerdas?
fue abajo del neón
del Foxy Bar.
• 115 •
Plaza Madeco
Tendidos en el pasto
con las bicicletas
apoyadas en los árboles.
Mientras tanto
la belleza de las cosas
se invocan con luna nueva
y los chicos suben la reja de la cancha
tirando la pelota.
Fresa Salvaje
Nos arrinconamos
contra la pared de posters.
• 116 •
Cosas Simples
No nos enojemos
quise decirte
con ese beso
intentando rozar
tus labios veleidosos.
Y salí a caminar
a mojarme los pies
los zapatos viejos
/ estropeados
y fuiste a buscarme
con el paraguas
diciéndome ven
con tus ojos a lo lejos.
Me vi siendo un animal
de National Geografic
y volví trotando
casi cayendo
casi tropezando.
Subimos al departamento
yo puse la tetera
y tú cantaste
“…dónde estás ahora
que el viento borró tus manos”
dejando caer
la sopa Maggi
en el agua hirviendo.
• 117 •
Zenith
Tengo fotografías
de una niñez ochentera.
Litoral
Desde la playa
llega el viento tenue de la tarde.
• 118 •
Eduardo Barahona
(Santiago, 1979)
• 119 •
La isla
me extraña
lo sé
tratar un poco es cortar con todo e ir una vez más a ver si tiene ideas acerca de cómo poder hacer para estar
conmigo otra vez mejor es tratar de convencer a las oficinas de reclusos encerrados en mi corazón
aun sin esgrimir están sus armas en mi contra
el ansia de quedarse a mi lado
la idea de este tiempo es que se vea en la soledad el ápice de flagelación que todos llevamos dentro que nos
desarrolla la búsqueda por lugares de difícil acceso entender qué mierda es lo que tiene erassmo que decirme
pensar en el tipo muerto de forma tan obsesiva recordar al autor que lo deje en paz comenzar a tener idea alguna
por sobre las ideas del resto oprimir con el pensamiento la cruel ornamenta que nos hemos instalado para que
nos sientan cerca comenzar a dormir decente y soñar con uttel otra vez tener tendencias autoflagelantes y abrirse
paso en la carne para encontrar la salida a sus labios entumecidos de tanta actitud leer la novela sin tener que
preocuparse por actuar acorde al mercado viviendo en las manos de este maldito simio que me tortura este imbécil
que comienza a tomarme poco a poco las manos para cercar su argumento un tono más erótico quiere él para
nosotros quiere hacernos ver sus límpidas zonas sin tocar necesita por medio de nuestra fuerza arar el camino hacia
su ser más necesitado ejercer las fuerzas que no se inventa contra sí mismo
erassmo es obligado
comienza lento comienza a sentirse sucio de un malestar corporal que le produce picazón cuando está con gente
ya apoyado sus codos en la bisagra de un cuadro vitrificado lo adivinamos
erassmo ve a una hormiga desmenuzar con sus mandíbulas el abdomen de una mosca atrapada en las tenazas de
un hilo de polvo de la silicona la mosca grita en sus alas gime en un estertor blando como si estuviese disolviéndose
en el éxtasis de su propia angustia quizás ve el más allá y no puede zafarse hacia él a menos que la hormiga lo
divida en dos y deje en la tierra aquel trozo de sí que no necesita él que le impide liberarse y volar lo observa todo
a lo lejos desde el desquicio que provoca el ruido de un motor alejándose a lo largo de la calle en el calor de un
día cualquiera así erassmo observando a la mosca pelear con todas sus ganas se arrastra en dirección opuesta a su
torturador desea rasgar aquello que la hormiga desea pues tocado así manchado por otro ser ya no le pertenece y
lo aborrece aborrece la mitad de su cuerpo tan solo porque algo más intenta hacerse de él disfrutarlo y la víctima sin
permiso previo no quiere ya ser parte
se desmiembra en su fervor por escapar
erassmo solo ve un pequeño charquillo de material grisáceo comenzar a purular
se fascina en aquel acto de suma pureza
el completo desprecio por quien te asesina dejar a sus hambres lo que sobra de ti la parte menos importante las
heces el metanol de la materia en putrefacción inmediata una vez que lo rechazas
sólo ve valentía
el autor quiere eso
lo necesita en su interior
erassmo toma la mitad superior de lo que él considera un trofeo de guerra
lo ingiere sin masticar
comienza así a pensar en nombres
• 120 •
a arrancarse cabellos de uno en uno
un nombre por cada vez que recuerda el suyo
día tras día
se cree inmensamente poderoso
cree tener poderes ver cosas más allá del común de la gente
mira todo con mucha atención
puede ver cómo se fríe un huevo durante todo el proceso cómo se seca el agua del baño diario en sus extremidades
comienza a fantasear con las herramientas con la línea blanca requiere movimiento ser psicocinético robar energía
de los objetos que éstos le entreguen su fuerza
introduce objetos en sus orificios
se llena de metales y maderas cada vez que se siente débil
solo
erassmo siente que los utensilios se llevan algo de él cada vez que rasgan su piel o sus tejidos
es ahí cuando se siente triste
sucio
toma vinagre en vez de agua la sequedad le provoca limpiarse sus dientes su boca
lava sus dientes hasta sangrar sólo de esta manera se siente en paz y cuando sigue triste y sucio se afeita 2 o 3
veces al día sabe que mientras más blanco su rostro lo pueden tratar mejor comienza a guardar sus secreciones y el
resto de barba y de afeitado en una caja sabe que es suyo le pertenece y no lo va tirar para que el resto lo tenga y
lo utilice toma purgantes para defecar la mayor cantidad de veces al día para sentir un nacimiento de sí mismo una
renovación un atisbo de vida provocado por su voluntad le gusta saber que él produce algo en verdad algo tangible
y comprobable y es suyo todo aquello es producto de él y nada más que de él oler los baños y los lugares donde la
gente se sienta es un ejercicio posterior
un reto personal por cuanto mide la competencia de poderes con el resto
la gente nota la pérdida de ciertas cosas erassmo roba sus productos de desecho tampones y papel usado toallas
femeninas que usa para detener sus propias convulsiones no de mente sino de procesos
obtura su ano para aguantar todo el día y no defecar
luego
al final del día sacarlo y observarlo como un tapiz oriental de variadas mezclas y diseños
el autor pierde horas en la contemplación del arte de erassmo
un ritual diario como si se tratase de una afrenta contra el mundo
erassmo huele mal
huele a excremento
huele a él según él
mientras comentamos su situación practica sentarse sobre sus pies a fin de entumecerse tanto como para realizar
pequeños cortes en los talones sin el dolor banal de la piel exterior
celebra sus dolores abdominales y sus inflamaciones mortecinas de azul intenso en la curvatura del pene cada vez
que resiste orinar
mientras espera gusta de morderse los dedos en las coyunturas como los lobos hambrientos de siberia que a falta
de otra cosa no hacen asco de comer sus uñas y pelaje que consideren innecesario
muy seguido se muerde los labios hasta hacerlos sangrar
• 121 •
algo con qué entretenerse entre tanta monotonía burocrática
el autor piensa que no es malo comenzar a cuestionar su incierto futuro tener a mano un plan trazado con cuidado
para cuando llegue el fin tener claro el concepto al cual ha llegado
para erassmo es importante no sucumbir a los deseos de los demás hasta no entender los propios quedar cansado
de experimentar consigo mismo y recién ahí hacer experimentos con alguien más erassmo recuerda al autor que
siempre queda exhausto luego de una sesión de espiritismo consigo mismo a través del ritual de bailar a solas en el
cuarto con su sombra y entre canciones darse una bofetada hasta hacer llorar los ojos o meterse el puño completo a
la boca ya con lamerse los dedos comienza a auto lamerse el cuerpo vestido con ropa interior ajena en el rostro
luego el final es masturbaciones violentas contra la pared frotándose el pene en forma circular hasta no sentir esos
malditos dolores exteriores
erassmo ha encontrado la respuesta que busca
no se siente solo
no tiene hambre
no siente miedo
no siente dolor
pues dentro de él ha estado el alimento perfecto
luego de años de desecharlo como una extensión de sus deseos inocua comprende que su semen es en sí un poco
de él mismo
así
comer su propio cuerpo para calmar el apetito de un cuerpo otro
con estas conclusiones se siente completo y maduro para relaciones con personas ajenas
• 122 •
los ancianos conversan
ensimismados y en voz alta para ahogar en parte los gritos del interior
sobre filosofía delictiva
y siempre terminan borrachos y contentos
hablando de sus tiempos de poetas malditos
sumergiendo en ácido a genet y su a cara de ángel
a quien nunca leyeron
ellos hablan
de congelarse en las montañas de la cordillera
durante miles de años
a ver si despiertan en el futuro
y descubren que han sido famosillos
hablan
de presidir el país nuestro
cuya capital se llamaría desidia
un fruto amargo de gran valor
cuando está fuera de temporada
-robemos espíritus
con nuestras cámaras de viaje
así tendremos almas para malgastar
en todas las vidas sucesivas que nos hemos inventado
nos haremos trajes con las chispas y las luces de los otros
y luego
los asteroides del infinito llegarán a quemarnos
y la noche en que seremos sinceros
nos devolverán a nuestros dueños de una vez por todas-
y después
arrancarán a la deriva
por cualquier calle que colinde
y se perderán en la oscuridad
y nosotros jugaremos a buscarlos
y jugaremos a que los buscamos en la oscuridad de la noche por todas las calles
y jugaremos a que ellos se mueren de aburrimiento
en espera de ser encontrados
desnudos
y cuando suceda nos preguntaremos
• 123 •
llorando para producir el vacío de sentimientos
al pasar
nos volvemos adictos a las cosas comunes
como al pie de limón
como a las cepilladas antes de dormir y al calientacamas
a los peluches de regalo
a la poesía sacada de la vida común
• 124 •
Manuel Llancao Cárcamo
(Santiago, 1974)
• 125 •
de “Claridemencia” (inédito, 1998)
Dialogo de Yoes
*
He asfixiado al silencio
con esta camada de pájaros
florecidos en mi boca.
¡ YO SOY !
ERA - SERÉ
Empuñado como un ciclón
PRIMER MOVIMIENTO
• 126 •
de “Antídoto” (2004)
Conmutatividad
tú no sabes / dices que es / tocas de oído o de ojo / muerdes la lengua / el final de una melodía de organillo /
subsistes en la mentira / la idea esta rota
significa
significa
significa.
• 127 •
Aunque
• 128 •
de “Hipopótamo” (inédito, 2006)
Cuando creo que nadie se comería mi plato de pesadillas quebrados en el pecho y las bestias floreciendo como
cardos de botellas para el reciclaje, enseño tan solo mis encías blancas con algo de furia por sólo alimentarme de cal
y polvos de pateaduras compradas a mi gusto por la velocidad erosionándolo todo, cuerpos, metales, matemáticas,
palabras, que sirven para no quedarme mudo, permeable al martillo maquinal silencio de las soledades que me
rodean cercándome a cada instante en que doy vueltas para no seguir oliendo el PH, la obesidad morbosa en la
programación como ventana de la inmundicia y la lástima, la carne colgando esperando el coágulo que los deje
verse en el espejo, donde yo soy un mutante de la mendicidad, parte de ustedes y de quién sabe qué, busco con
movimientos enfermantes contra la estática un lugar donde no oiga sus gruñidos ni peticiones de agua, a los que
ahora me acostumbro luego de verlos caminar a mi lado en la sombra de los edificios donde antes sólo veía, Yo, yo,
Yo, airoso el cabello de homo sapiens flotando contra las vitrinas, pasaba por las calles esperando la luz seña delante
en el río del qué hacer postmoderno, figuraba las piernAs rodeándome el torso eligiendo Una cada 10 metros
paseando entre ellas como fantasma.
• 129 •
La estampida
de las bestias
abofetea de pronto
espantosa
El delirium tremens me llega con el sudor y la fiebre después de más que copas, ahí comencé a sentir sus
pasos agigantados y me imaginaba luego del insomnio y el discovery canal mostrando la estampida de
hipopótamos por el paseo ahumada y linh aplastado declama maldiciones a los poderosos obesos que ni
se inmutaron ante sus gritos que muchos creían de dolor, otros de ira, yo creo que eran sólo chuchadas
ante la indignación de que nadie escucha nuestros escritos
• 130 •
De “Píxel” (inédito, 2008)
COPY/ PASTE
Fragmento EPIGRAFE anónimo
EMPATIA para TEXTO
También
Frustración ANTE MOVIMIENTO TELURICO
Filial ATOMICA DE PASTEL manzanas
Orgullo POR EL SECRETO
SILENCIO
VERGÜENZA colgada en EL blanco
COPY/ PASTE
Fragmento EPIGRAFE anónimo
EMPATIA para TEXTO
También
Frustración ANTE MOVIMIENTO TELURICO
Filial ATOMICA DE PASTEL manzanas
Orgullo POR EL SECRETO
SILENCIO
VERGÜENZA colgada en EL blanco
• 131 •
PÍXEL
Este punto
tras la lupa de pantalla
al mirarte
y mirar
rehacer
pequeñamente la intención
en el labio
de gioconda
• 132 •
Alexis Donoso González
(Santiago, 1980)
• 133 •
de “Giro o el lugar que soñaron - masturbaron mis
dedos” (inédito)
*
el ser que parte
es el mismo
que retorna
...una especie de soledad...
de peligro
de locura
y del tiempo
*
Enterrar
alfileres al miedo
en los ojos y la lengua
*
Sumergidos en la inquietud
de un animal el deseo nos traga
desde todas las cardinalidades de la patria
no es un elefante rosadito
nuestro desencanto nos llamaremos mañana constelaciones sin nombre?
desnudaremos nuestro tiempo y nuestro espacio juntos?
seremos nuevamente estos fragmentados en mitad de sus
propias vidas y el camino perdido en el ángulo de la noche?
o te parece mejor que sigamos destrozando la ciudad con
nuestros latidos todoloco?
o te parece mejor que nos llamemos antes de la boca que
produjo el eco y el beso?
• 134 •
antes de la mancha sobre el abismo blanco del papel?
Adentro de la lengua
como de una casa móvil
como tropos alados
como (n)hombres-mujeres-caballos-bestias de aire
*
Adentro de la lengua
haciendo mi propia otra lengua extranjera
como matando a mi madre
como inventándome un lugar que me hacía falta
y que me era necesario desde siempre
*
Fugados
todavía inteligibles
para los n(h)ombres de la tra(d)ición
desnudos en las regiones salvajes de la lengua
*
La lengua fuera del frasco
transgrede sus propios límites
la lengua fuera del frasco
y tigres de papel anhelan comérsela
la lengua fuera del frasco
y yo de pronto me pongo como tú dijiste una vez
como esos imbéciles de mierda que no ve nada
que no entiende ni sabe nada y menos le interesa
la lengua fuera del frasco
y el loco que hay detrás de la escritura nos hace un guiño
para decirnos que las palabras no son más que orificios en el papel
la lengua fuera del frasco
para que de noche el viento la haga bailar como a los pinos
• 135 •
Los dioses sangran boca a bajo su caer en mi espalda emergen arañas que se mueven y multiplican a una velocidad
mayor que la del sonido manos invisibles que tejen y destejen el tiempo esa arena que cae de los relojes esas
ciudades en el aire esos desiertos agitándose como mariposas enfermas
*
De pie en medio de estas alusiones a lo indecible
presiento que en algún momento estas palabras se levantarán de las páginas
como bestias raras y criminales intentarán matarme
*
En la hora de vuestro reposo
en los alrededores de esta noche
en la que apenas encuentro mis manos
para hacerme una fogata “propia” y espantar el frío
en la experiencia de la noche
en su geografía inquieta queriendo ser comido
por el infinito animal de la agrafía
*
Lloran estas palabras desnudas lloran
por la precariedad que son el fracaso
en este juego de decirse a sí mismas
lloran de rabia y de imposibilidad sangran
se deslizan en el espacio de esta hoja intentando esquivar su muerte
comunican su delirio
*
Habito el Giro
O el giro me habita
como quien habita un hoyo negro de incertidumbres
habito la inversión la noche
de un órgano en constante movimiento y sonido
lo demás es geografía
• 136 •
Mi madre dijo que me odia
incontables noches me lo ha dicho con su silencio
cuando me ha visto ultra ebrio y tísico vomitando peces negros en la cama
yo la he odiado también a ella y a su lengua centrípeta
la he maldecido una y mil veces
mi madre me dijo que se equivocó
en haberme recogido del basurero todo envuelto en placenta y sangre
dijo que debió haberme matado bien muerto
y haber matado conmigo todo su amor de ser madre
*
la lengua chorrea su ácido
yo desnudo a las momias de la escritura
que no son más que pequeños cerdos amaestrados
para saber jugar en el lodo
la lengua delira y golpea un corazón extranjero
en medio de abortos mentales y físicos
que jamás serán libros
*
las paredes son azules orejas
orejas que encierran los gritos
orejas que oyen las fascinaciones y delirios y revueltas porvenir
orejas en las que se ocultan las arañas
a tejer nuevos entramados y conspiraciones
orejas adentro de las que zumban las galaxias
y sus discursos laboriosos las abejas
orejas a través de las que pasa el viento
sin renunciar jamás a su locura
• 137 •
toma mi pene chiquilla
él
es el arma con la que se reproduce el sida
introdúcelo por todos tus agujeros patrios
dame una fatal descendencia
*
y veme ahora aquí
colgando de la superficie de mis dedos
porque este viaje no me lo soñé yo
sino mis dedos
por eso veme ahora aquí colgando
como una deforme viscosidad
como una patria rota
de hijos indeseados
*
ojos que perdí mirándote
se me volaron
como esas moscas sobre el almuerzo desnudo
como paquidermos en llamas
ojos pornográficos
como mares de leche caliente
paparazzo de tu imagen delicia
a la que prendo velas de semen por las noches
*
logré hacer de mi dolor un viaje
como quien hace de su sangre semen sudor o llorar un hijo
a ese hijo lo llamé peligro a ese hijo lo llamé mi padre
• 138 •
los ojos liberados por el espacio
los árboles enloquecidos por el viento
y en sus copas seres de la creación nos saludan
lejos los pies y la ubicuidad de quienes engendran el miedo
soy mi propio Patmos ambulante
y escribo por la necesidad de conservar mi existencia éstas visiones
que tú leerás con la lengua colgando
*
Padre divino verbo padre
acá abajo
soy yo
mi madre y mi hermana
nacimos de tu promiscuidad
*
cada una de estas palabras
es un animal fosilizado
(no es la canción de baile para una discoteca)
en el lenguaje de Emerson y otros
lenguajes llenos de tiempo fugacidad pájaros y cascadas
pero en este instante que bien podría ser una vida entera
yo no quiero visitar sus santuarios
en el lenguaje que a menudo uso no son más que traslaciones
sombras que se trasladan de un lugar a otro
como ciudades móviles que aparecen y desaparecen
cuando cerramos o abrimos los ojos
bosques donde puede uno perderse
sin tener necesidad de la India
• 139 •
Este poema no es el laberinto de Creta
porque es un laberinto mucho más recto que mi ano
tampoco es una confesión
ni una frase para el mármol
menos un nombre propio o una fecha
traición de cualquier fulano mengano zutano
bien podría ser la Venus en persona
pero violada por el espanto
*
He estado en la noche de los prodigios
cuerpos rajados de frío que pululan
en las ciudades del mundo todas
he viajado en los grados y las influencias del alcohol
junto a esos hijos monstruosos
junto a ti que me enseñaste a reir de las gravedades
y bajo la costra azul del cielo
y las Marías en orgía boreal
y la cruz del sur fracturada
he convertido estos signos de la desaparición en mi camino
*
En cualquier lado de la reja
• 140 •
Felipe Ruiz
(Coronel, 1979)
• 141 •
de “Cobijo”.
en cuclillas aguardó
que el ritmo de su pecho le dijera cuándo
la respiración y la yema en llanto
se aleja su cuerda umbilical del lago de los dioses
• 142 •
abrazando la lengua madre tierra lengua muerta madre
su pecho le dijo:
ahora de prisa!
al que madruga Dios no ayuda
aquí te espera
la madrastra
aquí los amigastros
aquí la esposastra
los hijastros
primavera aun no
su boca lechosa
beso sin arcas
ni hastío
no huele a tabaco
no huele a ruch barato
en el camarote
duermen
• 143 •
cruzados
cadáveres
cruzados
cadáveres
helados
en mi cara
los pies
de mi cuñado
en la noche
nos amamos
sin sexo
estamos juntos
antes de que se ahombre
porque mi ogrillo
lleva mi lunar de cáncer
lleva mi punto de carne
y mañana venderá mi alma por la diosa blanca
mas ora
no pagará el precio de estas velas
ni el mantel en la ventana
el frío
y la noche
de su padre
que es mío
que es el mío
• 144 •
hambrío
busca manar de su seno
dentro de ella
la leche cortada
está
por el agua
ardiente
del padre
las babas nadie
limpia
mezcla
cal
con tierra
en su boquilla
• 145 •
esta noche
para que duerma
el padre
es un criadero
de angustias
el amor fue sólo el beso que nos dieron al parir y antes de morir
• 146 •
mi padre abuelo
padre y madre
padre e hija
a una cama
nos asimos
nos cansó el hacino
qué caricias
no hicimos roces
patadas
vivimos en una micro
mi crío
mi criado
mi cria tura
el herpes
nos pegamos
los hongos de las uñas
las liendres
garrapatas
el quiltro
a sus crías
y el llanto?
el llanto despacio
• 147 •
no fue azul la avenida ni cobijo el celeste chalequito que tus palillos
tejieron en agosto
rosa en celo el aire intoxicado pudo más que tu síntesis de vuelo
pudo más el pisco penetrante
pudo más el monóxido penetrante
pudo más la mostaza, el ketchup penetrante
pudo más el plástico quemado en las usinas
las pasarelas perfumadas en erótica cosmética
• 148 •
Natalia Molina Alanoca
(Santiago, 1979)
• 149 •
27252
El vientre
parece hablar en clave Morse
reclama
parpadeando como un ojo-polilla
encerrado en un puño
Mientras tanto ,
los profesionales hablan
el más higiénico de los lenguajes.
Fríos y des-almados como monitores obsoletos
nombran: Corazón, Placenta, Huesos, Útero
• 150 •
Casualmente en la perrera
Casualmente te lo encontraste
“esa” es la bestia
afeminado, con sombrero y tomando coca-cola.
Vuelvo atrás.
No me conociste, Trémolo
aparte de esas canciones
y la chaqueta negra encima con treinta grados.
• 151 •
Contemplación
Tres semanas
• 152 •
Manzanas confitadas
Arritmia
• 153 •
En el principio fue como este ruido de máquina
que el obrero no olvida ni cuando está dormido
como el ruido de pecho
inquietando los sueños de un enfermo.
Esos niños
que cruzan los dedos
tomarán la última hebra
e hilarán desde el tejido muerto en adelante.
• 154 •
Micaela de Gualda
(Santiago, 1980)
• 155 •
Mangas largas
Mar,
Púrpura los pasos,
En tierra
quien lleva arrastrando
El pie.
Diole entrecortada
Oración
Y sin habla…
Lacrimales enrojecidos
Desde la greña celta
Que lloraba imperecedero amor
junto
A mi cadáver.
1998
Nota al margen
A Alba y a Tomás.
Y luego,
escribieron “fin”.
por higiene,
2002
• 156 •
A ti
Después de esto
Sólo amanecerá.
Quién me priva,
Quién me ciega los pulmones con su letargo?
.......................
Soy el otro ser,
El antagonista de tu frente.
Cantares
Se apabullaron de reincidir al eco de unos ojos.
.............................
Y nadie busca piedad
Cuando se ama a sí mismo.
Y nadie busca perdón,
Al resultado de esgrimas.
Amapolas deshojadas
Teñirán firmamentos.
Y en esa hora de crepitaciones
Añejas.
Hierro ígneo
2002
• 157 •
Paganos
A Isabella.
Sibilinas
Reconstruyeron sus líneas elfas.
Una daga
Sentencia que
Alguien
Recobró los números del rostro.
........................
Al caer los fiordos
encenderán cirios nuevos
y cantarán en gaélico
el “fin”.
2003
Filistín
• 158 •
A “Palas Atenea”
Yo quiero de la rosa
El latir rojo
Ardorosa sangre.
Yo quiero de la rosa
El acorde de su sopor
La ecuación de su misterio.
No quiero un beso vacío
Una copa triste.
Un deambular
De llagas reventadas.
Si la arena se detuviese
Latirías enredada en mis espinas?
No las podes todas,
El amanecer duele.
No las destruyas
Todas
Porque la torre
Caerá pesadamente.
No arranques
Los dedos
No los guardes en tu cajita
Musical.
La bailarina
Interpreta
valses
Del ocaso.
Sus piernas de libélula
No pretenden hallar la luz.
Sus piernas alargadas
En el compás
Alargadas al contraluz
Donde una llaga es resucitada.
En donde
Se respira
Un ariete en contra de la puerta
Más allá
• 159 •
Un poco más
y te secuestraré.
Una con su cabello
Se cubre los
Ojos
Una con el viento
se derrama en mi mano
Ordenanza
Mira
a la azucena tronchada,
vé donde fémina, estatua
y antigua Artemisa
tritura
el carcaj ante la espada silente
de tu mano terrena.
Encara nuestras manos y da un paso hacia delante.
Majestad, sabiduría
bajo un paraguas invernal.
2007
• 160 •
Fanny Campos Espinoza
(Santiago, 1980)
• 161 •
de “Desencanto Personal”
No la conozco
• 162 •
La Libertadora Janequeo
Me olvidaron
Enamorados del espejo de la historiografía
y sus raíces que todo pretenden succionar
tanto aferrarse al recuerdo infantil de mis pechos
sin la leche que regaba morena nahuelbuta
gota blanca sobre cuarzo de sangre
pretendiendo inútilmente lavar la mancha a la matriz
ultraje de la hermana
cautiva meretriz de tu padre invasor
al otro lado del doble cordón de agua
• 163 •
de “Inclinación al Deseo y al Caos”
Lou Andreas
“…desembocar en el vacío
como todo el ardor
y arrobación deben hacerlo…”
• 164 •
Recostada en la desnudez (publicado en “Mujeres al desnudo”)
• 165 •
Byron maúlla cada vez más fuerte (publicado en “Con Rimel”)
Ante esto
los gatos mojados
no conmueven.
• 166 •
de “Hystera (útero)” (2005)
• 167 •
Duelo
y por desgracia
no lograrlo nunca.
• 168 •
Marcela Saldaño
(Santiago, 1981)
• 169 •
Un escote parecido a un apetito mayor
En mi patria hubo un niño sucio y abandonado Recogido por mi madre Pero al tomarlo
en brazos Se le caen los ojos y su suciedad es horrenda Pero ella insiste Aunque todos
desean a ese niño Ese hijo que no sale de mí Sale del ojo del mundo y todos lo quieren
menos yo Que no soporto verlo Sólo recojo sus ojos y los guardo en mi bolsillo
II
Ni tus ojos claramente esquivos una cosa deseable Ni tu mano algo que omita El ojo de
la piedra amarrada Ni el mensaje ni la boca Ni siquiera la insistencia de la arcada algo
de mi gusto Ni la noche y su sonido terco Ni mi pecho inflamado y viral Ni este canto
que se entrega a la retórica Algo realmente de mi agrado No así los puentes y el ojo
cuyo peso inflama la garganta De ahí el rumor y las mediaciones cuyos matices son un
espanto a ratos
III
En los sueños de mi madre ese niño encarna las esferas recogidas del patio La miseria es
sólo comparable con el olvido La otra cara de la flor y su pestilencia El chorro perfecto
de sangre en las regiones imaginarias que rodean el fondo de la escalera Esta locura es
sólo reductible y las nueve cabezas son árboles y distancia La historia conviene guardarla
bajo tierra porque el terror reside en los ojos que ya no le pertenecen Ese niño arroja
su carne Pero él nunca es carnicería Ni crimen Ni príncipe Él es sólo terror Ventanas de
colores Concepción iluminada sin propósito
• 170 •
IV
Los niños aprenden a callar y el duelo es parte de la rutina Parte de un cosmos sin pies
Una alberca repleta de ojos y plumas Guijarros en el fondo de un río Un río de agua
cristalina pero su fondo es negro Ellos emprenden su viaje hacia adentro La mano roja
que los sacó de su centro primero se encarga de marcar el golpe del sol en sus rostros
Ellos han roto el vientre de su madre Ellos lloran por las calles Ellos son un eclipse que
cruza la fuga y miran al techo Intento encontrar un niño cuyo centro anticipo El núcleo
de un vestido de metal que arroja al cadáver Todo me parece cartas pegadas en la puerta
O una madre que lava a sus hijos en un recipiente negro y anula lo cristalino del agua
Sólo por ese hombre inventaría el regreso Inventaría una cuenca para estos ojos y todos
los otros Me liberaría y sería una zona muda entre el atlántico y la arcada Ojos negros
en un cuerpo más negro Merezco el crimen
VI
• 171 •
VII
El ojo capricho es ojo de sí mismo El ojo olvida su sangre y geografía El ojo se limpia
en la lágrima incrustada en su muñeca Ojo diamante maldito Piedad de un cromosoma
desvanecido Impía lengua serpiente Sortijas incestuosas El saco de piel oculto
VIII
• 172 •
Marco Yupanqui Concha
(Santiago, 1978)
• 173 •
Cierro
(fragmentos)
II
*
De algún modo también escapas:
paseas descalzo mientras te pierdes
en el humo del cigarrillo
*
• 174 •
Cierro los ojos
para que creas que estoy muerta
*
Avanzamos como punteros de un reloj
que brevemente pestañea.
Te zambulles en mí
sin saber que nadas en el vacío.
*
Después lo único que nos queda
es olor a sexo en las manos
*
Cae mi útero. Ando sola,
sangro hacia dentro
• 175 •
Tendré que memorizar tu rostro
como si fueras un inquilino.
*
Se debe sobrevivir a la mordedura de una ampolleta
Despertar a la caída de una granada
con forma de hombre
*
Soy de ésas que voltean
y convierten en sal
• 176 •
Tengo una muñeca de trapo primeriza,
le doy pecho bebe llanto
*
Detrás del que gime estoy yo
que se arquea
que dobla sus piernas para amar
III
• 177 •
Eres la niña que corre con su cuerpo crudo,
la que tiene sus párpados hecho sábanas.
*
ni el humo del cigarro impregnándolo todo
ni siquiera tararear una vieja ronda
que aprendí de niña
cuando no me imaginaba sorbiendo
un café que termina siempre
sobre estas hojas
nada hacia sospechar
que temería a los rincones
a maletas sobre la cama
a tu cuerpo pegado contra este muro
*
• 178 •
Se debe balancear el cuerpo,
ver sus párpados flácidos,
soñar que caerá por su propio peso.
La cuerda tensa como si una nota
completase la escena. Se debe
prescindir de ciertos detalles.
No basta con salir y escoger un nuevo vestido,
arreglarse el cabello.
*
• 179 •
Hay lugares con la arquitectura de las piernas
indecibles como pliegues en la piel
que sólo acumulan polvo
o un tránsito de cuarto en cuarto.
Todo cuanto fue bueno
termina con la crueldad de la infancia.
• 180 •
Carolina Vilches Órdenes
(Santiago, 1977)
• 181 •
Nos piden reconocernos en este lugar
sonreír y aplaudir
olvidar el sentido de la palabra sentido
hablar y repletar
Quietos y asustados
Quietos, bajito
Sonreímos y aplaudimos
*
Susana le teme a los acróbatas
A las rejas abiertas
A las miradas perdidas
A las calles que no conducen a ningún lugar
A la ausencia le teme
A las sombras que desde la obscuridad la observan
• 182 •
Cómo es la nube incendiada
Es el alud respirando noches en la ventana
Es la hormiga que sube por una esquina de la acera
*
Y por qué no de una hoja que comprime a otra volviéndola ya no más hoja sino abrazo
Y por qué no de la arenilla que va revelando pequeñas ciudades en el suelo
Por qué no de la enredadera que se asoma al árbol y lo cubre
Por qué no de esta sombra que refleja mi figura
Por qué no de la dureza de la piedra
*
Me dijeron que no le temiera a la ausencia
Yo respondo que tengo frío que las piernas se cansan de pedalear
Que la mirada se me pierde
Y me vuelvo puro cuerpo, se me enciende hasta el alma
Lápiz que recorrió mi cuello
Mano que bien podría haber recorrido mis cuencas
Razón que retiró el lápiz y con ello su voz.
*
La imagen de esa niña
sentada en un ave de incienso
se detiene en mi mirada
En esos pies columpiándose
En ese alguien que ya no existe
• 183 •
Brotan árboles de mis senos
Muñecas recorren mi cintura
Me hacen cosquillas en la espalda
Corren a mi oído y repiten:
Ya no responderé a tu ciudad obscura
Te has ganado un pasaje a otro sitio
*
Arremeto contra ti
Y te entierro las uñas en la distancia
La vigilia si te trajera
Si te trajeran las horas en ti
Si te pusieran una única vez en mis manos de muñeca enjaulada
Réstame la cordura, las tardes de oficina
Los pedazos de los 17 que me has devuelto
Y su perfume, réstame su perfume
Su despertar bravío que rompe en la orilla
*
Despertar del sonido que nos suena ambiguo
Revolver las piedritas con que contamos los cuerpos
El adiós nos confunde y nos estrecha
Los ojos se cierran contando las páginas que nunca escribimos
Sacudiendo las voces el temblor se hace mirada
y la mirada se abre y desciende
Permuta el calor de los cuerpos por un sonoro sendero
Enderezar la espalda por donde pasa el hielo simulando una caricia
Acelerar el reloj y correr
Atrás la hoja que cae, atrás una risa que alguien soltó a la calle
Atrás esta niña de uñas sucias
• 184 •
Un eco de adoquines relincha en mi memoria
En los vasos repletos de palabras me refugio
Cubiertos de manidos tópicos
A hurtadillas me distancian
Quisiera permanecer quieta
Cuando en el vientre los hilos se deshacen
Desaparecer
Renegando mi calidad de marioneta
Concibo formas, colores, respuestas a silencios
Concibo nuevas miradas
En vano
Todo en vano
Tengo hilos encumbrándose a mis frases
Que me restan cuantiosas intenciones
• 185 •
Simón Villalobos Parada
(Santiago, 1980)
• 187 •
de VOCA
A Paulina Duarte
la parte membrana, la orilla innombrable, guerra de navíos cargaba las ubres y el cadáver capitán de turno; yo estuve
en esa isla y me comí los dedos cuando ya no quedaba nada; la mano al fuego decía, más vale esta mano mía al
fuego, más vale tizón la noche larga de las bestias y yo estuve bajo la bestia que encendía la isla por llenarme de
hambre. la mano al fuego y cavar una escapatoria, una mesa que girara la tierra hasta consumir navaja el mar de
vidrio alzaba sus puertas.
*
había humo, cable a tierra gritaban los necios y alargaban las uñas para hurtar las alas de las moscas, de la cicatriz un
surco daba la espalda, el oro de la traición, el oro de la paz en tabletas y humo de metales que suenan, la estación
brillaba como un trozo de vidrio del diluvio; había que contener el templo con dos grandes puertas, sus cánticos en
torno al fango y la comunión de acequia. los necios recortaban de la propaganda sus secciones predilectas, repetían
la saña de los refranes de ortopedia y el para qué del absurdo terminal. cable a tierra respondían los mitómanos
desde automóviles municipales repartiendo medallas de esponja para los dientes recién lavados y el igualito al rey de
espadas; pero en las pisaderas de las micros un vacío adornaba la boca del estómago aún cubierto como una raíz o
una fuente, con un brillo de radiación o cielo raso de matadero, la eternidad borde de copa rehusaba a retirarse, la
eternidad tijera y cuenca y colmillo entre las manos, daba una última estocada, bajo el sol de la faena al mediodía
cayendo por oriente hasta la noche de las conciencias limpias y el descanso en las camillas del incendio.
Robinson Crusoe~ofrecelaotramejilla ~
• 188 •
alguien somete al mundo a la altura de su nariz y endereza el rostro; sube los hombros y anda tenso la calle cartera
del lado izquierdo los altos árboles del tormento el reloj que vibra la máquina de moler carne.
alguien hace callar el vaivén del vientre y argumenta que descartes vio a dios. tiene café de metal las rodillas, lo
miran como dos focas en la cama, como dos estrellas falsas tristes y en el techo hay la silueta que vigila rociada de
ceniza, rasguño de alguien que cae media vuelta de su acuario y algas las manos quieren atraparse y son pequeños
vidrios transparentes, son lenguas de su boca, ciudades levantadas por los pies como el eje terrestre su andar de
escamas y no están; cuando alguien sueña con la cruz o ve sangrar el árbol a medianoche, robando el pensamiento
al todopoderoso diccionario, alguien hijodeputa entierra la primera piedra fundación, un árbol metal maquilla los
muertos y abraza el aire como al gran dragón padre, como al dragón ídolo de la tortura: capitán de las hormigas de
esquina a esquina, bajo un balde de agua hirviendo.
*
Se calle la máquina, el siseo declaratorio la grieta, llénese de arcilla el canto, el amatorio suspendido a la hora que
comenzaron los coches a sonar las sirenas y volcaban los árboles de pronto, el engranaje repetido en sus vueltas, las
tuercas del reloj encima hacían la guaripola tutelar. las vinagres que bebimos nos mataron el olfato, la noche como
un surcal vacío o una alfombra mullida por el movimiento. vuelva desquiciante (las ideas no se matan); paños de
cocina y explosivos de feria a domicilio, los lanzallamas en un río de penitentes reverentes y ciegos mancos, van a
beber el semen del ánfora, van a beber.
• 189 •
VOCA
Paul Valèry
Acorde
al tiempo que huyeron los ángulos
La suma de las piedras del patio, sus lados recién heridos despiertos y sesgan por el temporal. Adentro o cuando
en toda mi sien se recuesten sus puntas y sea tarde con sol; levante el vaho de una sombra ladeando las casas del
cerro, el almizcle óxido de maderas que sostienen los techos, escuche una sustancia azul -como que su nombre
vuela de mi voca- entre los muros un cordón hilando, a mi boca la cercena.
II
Viniera a nacer a esta orilla, cruzando la luminaria, los comedores, las vidrieras quietas, llegara, como en un cuadro de
colores fríos, la calidez rodeada de sombras renacentistas, la expectación: hasta este vértice un animal de polvo con
sus crestas, tras de una puerta entornada o calle abajo con mis uñas donde durmió hace un par horas desentendido
y sin querer, un rostro llameante en los portales, caminaba de lado y salió corriendo un codo contra la costilla,
un codo civil quijada la boca más alta del animal. Viniera antes por lo visto: apagándose, cambiando de postura,
amoldándose, llegara a entender el pasillo entre dos gordos felices que le cierran el paso y veía un poco las manos
con una poza sucia adentro: es de una madera de astillas rojas celofán y colgado de paredes.
III
Que responde a la presión o su telar recibe los restos. A los autos los siento doblar la esquina en que no estoy; la
figura simplificada al triángulo, los brotes sesgados por donde pasa el animal, de ida y vuelta recorre un cilindro
y acorazonado el instante de consumirse, más quieta y oblicua y resumada: tiene un dígito con la impresión de lo
firmante y extendido que mi cuello abre un plazo, la quijada arrastra al cinto
• 190 •
Madre, yo al oro me humillo...
Y nos quedamos parcos y alejados mirándonos las manos dadas vueltas sobre la mesa / como sumergidas
levemente en el barro del estanque o una boca enterrada hasta el paladar.
Aproximadamente mañana secarán los frutos los mosquitos; comienzan a sobrevolar haciendo gestos con
los dibujos de su trayectoria, más hambrientos, más sucios conforme más pequeños y sus alas casi no se ven.
El dinero nos cagó / nos cavó un orificio fecal entre los hombros, ahí colocamos, intercambiándolos, nuestros
ojos: los tuyos suben aleteando por mi tráquea; los míos señalan hacia adentro los restos, un tenedor recoge las
migajas, las tintas remojadas de los envases con la saliva. En las redes de la casa los árboles se deshojan como
remolinos.
*
Agarrándonos a la tabla de salvación de la poesía, que es una gran máquina negra, / somos
los santos carajos y desocupados de aquella irreligiosidad horrenda que da vergüenza porque
desapareció cuando desapareció el último “dios” de la tierra, / y la nacionalidad de la personalidad
ilustre, se pudre de eminente y de formidable como divino oro judío;
Pablo de Rokha
La voca será el hogar de los hombres santos, iguálalo en tu color no en la tarima del mercado, no en la feria de los
preceptores para los notables de la hora. La voca será quebrada pero será la reina de su terciopelo, de su arrastre
con la caballería de los garzones tomándole el pico, con sus cabezas indiferentes amarillean el horizonte. No, yo
estoy tras la vida contra la ciudad del lago, tú sabes que vinieron a fundar la ciudad y les di con la puerta porque
hay un muro y es mi horizonte cambiando de postura y pobreza. Tú sabes cómo miente, ciudad, que será la única
y una tregua larga de abundancia. No a nacer sino en la calzada oscura de lo liviano que hurta a la guerra un papel
gastado con que cubrirse el calor. La voca será el reino, la alabanza, la disolución de los cuerpos pequeños fluidos
materiales navegarán el mismo surco en un mismo golpe largo, Ave ciudad.
• 191 •
Carlos Cardani Parra
(Santiago, 1985)
• 193 •
del poemario Fluidos
*
del poemario Raso
*
No nos conocemos
Pero yo pienso en usted
Al apuntar con el fusil
Al desenvainar el corvo
• 194 •
Paracaidistas
Sin voces
*
Yo me mato Cardani yo me mato te juro que no aguanto más eso pedir permiso de recibir castigo por nada tener
la familia lejos cada vez que me pongo al teléfono sólo escucho sólo digo llanto sólo llevamos tres semanas y esto
parece un año ¿te imaginas con este uniforme un año?
Yo no puedo
Mañana nos pasan los corvos
Mañana entro a enfermería
*
Este morro este Cristo de la Paz
Ya se acostumbraron a los actos militares
A eso de conjugar el uniforme
Y esa cara de por mi culpa por mi gran culpa
Todo en uno
• 195 •
Escuchando a mi capellán decir cosas
Que en la instrucción teórica de tiro de olvidarán
Mientras mis clases musitando así como nosotros
Perdonamos a los que nos ofenden
*
Abrir la pampa fusil en mano después de empujada la frontera
Es tan sólo hacer desangrar a lo que tanto llama patria
Seguir disparando a los cerros
Animal echado que servirá de cena
Nuestra única comida
Una bala norteña directo al estómago
Un corvo altiplánico atascado en la garganta
Merienda de esta guerra
Un Lázaro acunado infinitamente
Entre los brazos del Cristo de la Paz
• 196 •
Instrucción de tiro
• 197 •
Rocío Cano
(Santiago, 1980)
• 199 •
Filorofore
HOY ME BUSCO EN LA PUNTA DE LOS DEDOS, EN MI SONRISA, EN LA ESTATURA DE MIS PREGUNTAS POR UNA
COSA CUALQUIERA; PARA SABER POR QUÉ ESTOY TAN SENCILLA, TAN ESCASA DE CARNE.
UNA LIMOSNA DE CIEGO ME DESNUDA; Y QUIERO CORRER CON AQUELLA COSA AZUL Y AIRE FRÍO... AQUEL
VIENTO QUE VIENE CON SU REPÚBLICA DE PALOMAS ENPIOJADAS.
HOY LAS MANOS MAYORES NO ME CUIDAN; TAL VEZ, PORQUE AHORA CAE SIEMPRE EL OLVIDO DELANTE DE
MIS OJOS.
HOY SIENTO QUE MIS PASOS NO TIENEN LA EDAD DE MI CUERPO. Y LOS HOMBRES ME MIRAN, Y ESTOY TAN
LIMPIA QUE CAMINO DE ESPALDA, PARA NO MIRARLOS, PARA QUE NO ME MANCHEN CON SUS OJOS.
Motor de aire
• 200 •
Ausencia de salud
Observaciones I
Cuántas veces sobre un eje torcido para lanzarse al aire, no por sentirse demasiado pequeña
(Un músculo inflamado de sangre palpita decenas de veces por minuto)
Una maquinaria en precario equilibro derrotado.
Han de ver el cielo raso, alguna vez el sol filtrando por los cabellos abiertos en fibras transparentes o en
montículos apretujados.
De haber visto una mano o un fuelle atropellar la respiración o sus recodos
Tal vez un ángulo indeciso, una figura que no logra su redondez exacta, que no interpreta las razones de su fallida
proeza.
Un círculo enlazado por esas fibras se bate y resiste un tiempo luego se vuelve óvalo, ameba, recta. Se deshace
tendido a la luz.
• 201 •
Que de Mimordaza y Peregrino
Milmordaza sonríe
Peregrino, ya saben, ha dado largos trancos
La lluvia borró sus huellas
Aún se encuentran en algún reflejo de cuando en cuando
Se reconocen al tacto, forman una figura borrosa
Por un segundo desaparece.
Milmordaza sonríe
Un círculo toca su exacto punto de inicio. Se completa
Corrige su contorno
Predice una vuelta mejor trazada.
• 202 •
Un vector en el aire como piedra rompe el espacio compacto
Penden un arriba
Y el que huye parado en un montículo de pasto esperando una caída inminente
Movimiento en el vacío, constante, imposible.
Eso de la ciencia lo fascina, se ve de lejos
TUNARI
Nunca la he visto claramente sentada de este lado, casi llegué a pensar si no era sólo un montón de piedras rojas, en
esa isla que cae en un reflejo lánguido, descosido por largas patas de insectos, que recrean milagros en sus paseos
de orilla a orilla. No creí hubiesen verdes que no se extinguen nunca, que se marean en el constante movimiento, en
los contornos negros, abiertos con dolor en los costados, al paso de anatomías de pájaros.
Raudas, silenciosas.
Un amanecer calcáreo
Atravesado de los pasos
Insomnes, pacientes
Los pies mojados se hacen de hielo
y en la coyuntura de los muros
Dibujo paisajes
Adobes gastados en grietas
Se abren agua clara
De charcos trazados en hilos mordisqueados
Una tierra se inunda
y el sacrificio es inmenso
constante y temblando
respira el agua de los atardeceres salinos
• 203 •
Christian Aedo Jonquera
(Santiago, 1976)
• 205 •
de Signos Vitales
15
• 206 •
19
(caerá nieve en el poema, será una discusión, el error necesario para lograr un efecto)
alpasardeunaorillaaotradeunafrasealasiguiente
sentir que la mercancía se pierde que todo el recorrido se olvida
• 207 •
une las imágenes
significaciones a la deriva
que eventualmente la marea sumerge
piensa
cómo se podría evocar el sabor de las peras
• 208 •
El discurso se hace insostenible
en la nevazón
Andrés Pardo
Desaparecido en mil
nueve74
A la fecha
sin militancia política conocida
• 209 •
una huella pixelada intraducible
El problema es que ni siquiera estamos equivocados
Un espacio
• 210 •
18
-te decía-
Cantemos con las palomas muertas
en el patio trasero del museo de las Bellas Artes
Vendamos todo:
las chaquetas, las poleras de nirvana desteñidas sin causa
las palabras
se irán cayendo de la boca
desgranadas
como
remaches
sobre
el
piso
• 211 •
Rápate la cabeza conmigo
quiero estar ligero
rápate y bailemos en esta ciudad/
hasta que la madrugada nos regrese la pena
hasta que el paño quede bien sucio
olor a caucho
nuevos apagones
aullido de perros que perdieron el olfato
(bis)
• 212 •
Edson Evaristo Pizarro Velásquez
(Santiago, 1983)
• 213 •
Este poema no lleva nombre porque no lo necesita
Asi quieren que hablemos, despacio sin acentos sin alzar la voz
Asi, para no molestar al vecino Porque el vecino puede acusarte con su padre y nadie quiere eso Porque aqui se
incentiva el soplonaje
Quieren que compremos los productos que ellos quieren Quieren que deseemos ser como ellos (solo desear)
Que usemos diminutivos como las madres Que escribamos con una caligrafia perfecta Que la O nos quede bien
redonda Con los puntos bien marcados sobre las ies Sin acentos sin cargar la voz
Asi, sin molestar a nadie Que estemos contentos con nuestro trabajo Que estemos contentos de nuestra vida
sexual Que pongamos el televisor a todo volumen y follar sin molestar al vecino
Que compartamos nuestro metro cuadrado Que nos convirtamos en cifras latas de jurel
Insisto Las palabras son ladrillos fiscales No puedes construir algo decente con ellas Pero si colgar una pequeña
cortina divisoria Que ellos llaman Cordillera de los Andes Nos permite establecer fronteras crear cortafuegos
el acto de compartir los alimentos no indica pobreza ni generosidad Significa que nadie puede cortar una mirada
para luego cavar un agujero y transplantarla dos pasos mas alla Este poema comienza con errores, no se esta
hablando sobre una fotografia sino de otra cosa: Un poeta al interior de una libreria se comporta de la misma forma
que un estudiante de diseño grafico busca revistas y publicaciones llenas de imagenes perfectas, bien distribuidas en
el espacio pero cuando su trabajo ingresa a la galeria de arte todo es vaciado completamente de su significado El
español evoluciona de una manera similar esta hecho de perdidas, reducciones y hurtos lingüisticos Mi cuerpo es un
dialecto humilde que aspira a convertirse en idioma Reiko usando un teclado escribio en un lenguaje extranjero que
las personas y las semillas silvestres se ubican de manera instintiva en pequeños circulos cambiando de foco segun la
posicion del sol Tu le respondias que las aves han cambiado sus costumbres Ahora trinan en las noches para pasar
desapercibidas No es necesario aprender su idioma para saber que el mundo esta lleno de imagenes mal pixeladas
con bordes difusos que no nos pertenecen y que se entienda de una buena vez que lo unico necesario para que el
oceano vuelva a poseer nuevos horizontes es comprender que no se puede cortar y pegar un poema al interior de
un chip de chocolate para que sea masticado, triturado y luego digerido
• 214 •
Lo que oculta el mar
Una larga lista de parientes y amigos anotados en una pequeña agenda El orden alfanumerico se humedece,
no admite el tramite Todos esos nombres te han olvidado Una parte de ti quiere devolverles la memoria La otra
corresponde a tus pies y sales a caminar Primero dejar la puerta entreabierta, dejar el temor a los ladrones en casa
evitar las molestias, acabar con la angustia Las farmacias cierran sus puertas, los consultorios no son de fiar No estan
los tiempos de comprar profilacticos, hay que echarla afuera ¿me entiendes? Echar toda la rabia afuera, mancharlo
todo incluso a los amantes que se ocultan en aquella banca de plaza dejandose llevar por un recuerdo que da media
vuelta y no retrocede Las cosas que amamos carecen de lenguaje Desaparecen como si nada, numerarlas es un
acto sin sentido Todos aguardamos a que llegue alguien o suceda algo Seguir el orden establecido / detener / subir
/ pagar el pasaje / Convertirse en fantasmas, reflejos en el vidrio que permanecen de pie esperando ahora que un
asiento quede libre descansar en paz lo que queda del camino No hay proposito Solo una serie de acontecimientos
que suceden y se suceden Huyes de la violencia pero sigues estando solo En la acera de enfrente un grupo de niños
entierra varillas en los ojos a un perro muerto Desean arrebatar al oceano algunos de sus huesos y convertirlos en
niebla espesa que logre romper con el vidrio Una clase de esperanza que los ojos nunca supieron comprender La
proyeccion se repite: Una fotografía a colores con recursos del cine mudo El olor nocivo retorna Zapatos punta de
acero nos pegan con engrudo al suelo Sentir tu escritura llena de ripio ¿Me entiendes? Sentirse sucio, cochino no
moralmente El sudor incomoda solo a quien nunca ha trabajado La historia actua como los detergentes modernos
Limpia los jeans marcando el peso de un nombre que desaparece Otro espacio blanqueado en la guia telefonica No
hay direccion cuando el mar esta volcado Lo mejor es volver rapido, emprender la retirada No es bueno salir a la calle
y dejar la puerta entreabierta Puede que alguien se coma tus almendras cuando te toque el regreso
• 215 •
.
_____________
Un punto en una hoja blanca tambien puede ser leido como un poema Un punto en movimiento forma una linea
Una linea recta puede leerse como un verso Dos lineas paralelas pueden leerse como dos versos que riman Si se
cruzan perpendicularmente con dos lineas rectas paralelas se forma un cuadrado Un cuadrado puede leerse como
una estrofa Pero un poema no tiene siempre los versos iguales asi que un poema es mas bien un cuadrilatero
Algunos ven la poesia como un cuadrilatero Yo la veo como un trapecio ya no dos lineas sino dos cuerdas y una barra
horizontal si es uno de tantos intentos fallidos se convierte en un trapezoide Un punto puede ser leido como un
poema pero una hoja en blanco siempre sera leida como un cuadrado mejor dicho como un cuadrilatero un desafio
para trapecistas con guantes de box en las manos
• 216 •
Tu padre pensaba cuando eras chico que eras maricon
porque jugabas con las amigas de tu hermana
y si supiera que en una ocasion dejaste que ellas te pusieran un vestido porque las amigas de tu hermana jugaban al
doctor solamente con niñas y tu querias que ellas te examinaran y no se puede hablar de deseo sexual a los cinco
seis años era para que no te dejaran solo ya que los muchachos del pasaje eran todos mayores y tenian un equipo
de futbol y cuando te llamaban a jugar con ellos era porque tu eras dueño de la pelota y siempre eras ultimo en ser
escogido en la pichanga y te mandaban a la banca y un dia te aburriste tomaste la pelota en medio del partido y te
fuiste a tu casa desde ahi nunca mas llamaron a jugar y cuando se iban a la cancha te quedabas en el pasaje solo y
no quedaba alternativa que saltar la cuerda y sen sen sen comencemos a jugar al lado contigo con ella por arriba
por abajo y al lado contigo con ella por arriba por abajo y sosten plaf plaf plaf sosten plaf plaf plaf sostenme
la cabeza que me duele mucho tomo una aspirina me culie a una mina y ellas se picaban cuando cambiabas la
letra y te pegaban y te defendias y nunca entendiste eso de que a las mujeres no se les pega si a ellas les
gusta comenzar
un momento esta sera la ultima vez que hablas de suicidio en un cuadrilatero pura estetica de la muerte cero
contenido hay que acabar con el luto si preguntas te mentirias si respondes que no pero cuando juntas las
palabras todo se relaciona sacar cenizas lavar cabeza champu anticaspa Es muy tonto parecer nene de quince
años sentirse incomprendido por el mundo escuchar canciones onda creep de radiohead sin cuestionar nunca las
propias fronteras trazadas con tiza tinta gel en el suelo de pieza es mas facil ser la victima y vaciar el significado de
nuestro interior no es peligroso es deprimente tener veinticinco años sentirse viejo y actuar como todo un
idiota*
________________________________________
*en un acto revolucionario cambiaste el color de tu cabello
y usas lentes oscuros para no ver de noche,
pero esa es ya otra historia
no hay tiempo ni espacio en el obituario para contarla
• 217 •
Mientras te conectas al servidor
Robar almendras de la cocina nunca sera considerado un acto de revolucion Cuando niño te dijeron bien clarito: Hay
cosas que no debes hacer Romper la cascara con los dientes era una de ellas Hay otros consejos mas importantes
Debes reducir el tamaño de tu cuenta de correo electronico de lo contrario algunos de tus mensajes se eliminaran
automaticamente y no se podran recuperar ELIMINAR LA BASURA: cadenas, chistes y poemas que envian los amigos
cuando no tienen algo nuevo que decir Ellos no son los unicos que escriben un cybersexshop envia su catalogo
articulos para agrandar pene y pastillas para mejorar el rendimiento sexual suena tentador pero seria gasto
innecesario a las muchachas de mis videos y revistas parece no importarles el tamaño siempre lucen contentas
Intercambias fotografias con Reiko Ella dice que estudia medicina dice que aunque nacimos en paises diferentes
manejamos el mismo lenguaje vacio y mal tipeado dificil de roer como si fuera cascaras de almendras dificil de
configurar como filtros de correos electronicos dificil de arreglar como un par de dientes quebrados Reiko es muy
simpatica y amable Esta conectada durante largas horas en la noche Reiko es muy bonita en una de las fotografias
come galletas y se divierte en un bar y sonrie
evades la realidad mucho peor que mi ex novia En eso ella te da lecciones y, si me pides un consejo, te dare cientos
pero como te quedas ahi callado, repetire lo que dije a ella cuando rompio con tu persona: Si no estas bien contigo,
no puedes estar en ningun lado No puedes tomar dos veces la misma fotografia No se puede olvidar nunca lo que
rozaron nuestros dedos Beber cerveza es una excelente opcion, pero no la salida Genera nuevos cardenales, tan
bellos como encefalogramas repartidos al azar por un doctor incompetente y ese doctor no es otro que el tiempo,
siempre intenta jodernos A proposito, te contare una historia personal: El otro dia me encontre con la muerte, como
a mediados de año Ese encuentro fue dulce y sencillo como la imagen de un postre casero No devoro mis ojos a
cucharadas pero si me hizo envejecer de repente ¡Pero basta de narraciones! Publica tus sentimientos solo en diarios
de vida Las historias personales aburren, son mejores las ficciones Las cosas que amamos siempre vuelven pero
adoptan nuevas caras Eres tan bella persona que pareces idiota Te traicionan hasta los amigos que mas quieres La
venganza es buena opcion, pero las drogas son mas baratas Puedo darte miles de consejos pero ninguna respuesta
Benjamin decia que la experiencia no es un organo que se transplanta Y yo te digo que demasiada gente espera
horas con sus monedas frente al Wurlitzer Desean escuchar por ultima vez aquella cancion que los transporte a
deserticos lugares Pueden insertar todas las monedas que quieran, no se alterara el orden natural de las cosas: Los
pensamientos siempre tratan de huir pero a las finales siempre reflorecen portando nuevos aromas y colores Por
las noches estas fragancias son bien percibidas por los zancudos que no pierden la oportunidad de arrebatarnos
algo Para la irritacion de la piel existen cremas mentoladas Para nuestros problemas no hay alivio, terminan como
de costumbre Cuando enciendas la luz de tu pieza no recordaras ni siquiera como has llegado Lo que es yo, da lo
mismo Basta de historias personales
• 218 •
Víctor López Zumelzu
(Curacaví, 1982)
• 219 •
Guía para perderse en la ciudad
• 220 •
a mí se me cariaron los dientes y tu hermana se deprimió
hasta el punto de desaparecer
y si existieran
• 221 •
¿Cómo es que un día acaricias el rostro de alguien y al otro día
ese alguien es un fantasma temible y aterrador?
Lo cierto sería decir que los jardineros se durmieron
cortando la maleza y es tarde
• 222 •
Un obrero cansado desde las alturas mira a su hijo
escribir un poema
• 223 •
Ella se hizo un collar con los cristales que estaban
esparcidos en el suelo
• 224 •
del intenso olor que expele un cuerpo
ya senil
• 225 •
La soledad
¿Cómo puede ser posible que alguien haya decidido levantar un edificio
frente al paisaje que dibujaba todos los días en su cuaderno?
Imágenes débiles
Imágenes sutiles
• 226 •
Pero todo depende del cristal con que uno observe
el día o la noche
rodeado de cipreses
• 227 •
Enrique Winter
(Santiago, 1982)
• 229 •
de ATAR LAS NAVES (Santiago: Ed. del Temple, 2003)
Terminales comunes
El agua es tu perfil,
oculto por la niebla de los puertos
girando en bicicleta.
Soltar la cuerda
• 230 •
de RASCACIELOS (Ciudad de México: Ed. Literal, 2008)
Mantra
Un plato
• 231 •
Vanguardia
• 232 •
Andrés, los peces cambian de nombre cuando los pescan
• 233 •
Polaca
• 234 •
Alfredo Said
(Santiago, 1976)
• 235 •
Con dios como testigo
Memorias de un Ateo.
• 236 •
Quedó mi boca en una de las calles de Santiago.
• 237 •
Vendas en los ojos
• 238 •
Café & Tabaco
• 239 •
Inventario doméstico
Mi cama, grande y larga como su dueño, es refugio de mi realidad. Me acoge y me recoge ese conjunto de
resortes viejos y me cubre con el aroma a sueños que hay en sus frazadas.
Tiene recuerdos, cuerpos dormidos que ya no podré despertar y cabellos sueltos que no he podido arrancar de
la almohada. Es demasiado cuadrada y su respaldo está suelto; se mueve cuando estoy despierto y suena cuando
duermo. Pero a veces pienso que solamente soy yo.
Mi cama no es bella ni tibia, sólo es grande y fría como mi alma. No se puede girar, porque es cuadrada y su
respaldo está suelto. No tiene vida, excepto en sueños que cada mañana se quiebran y es en ese momento cuando
se rasgan las sábanas y me atan al colchón.
Sólo cuando Ella llega y derrama sobre mi almohada su cabello rubio, su cabello rojo, su cabello castaño, su
cabello negro… se perfuman mis frazadas y se matizan mis sábanas. Mi cama ya está tibia y mi alma también.
Entonces mi cama no es mi cama; me recuesto en sus besos y me cubro con su aroma hasta que Ella sea sólo un
cuerpo dormido que no podré despertar.
Mi cama, grande y larga como su dueño.
• 240 •
Bárbara Foster Tejero
(Santiago, 1986)
• 241 •
Primavera: Acceso
• 242 •
alucinas y señalas tu nacimiento.
¡El mejor día de tu vida! Hay ruido
y todos miran a la luz… esperas que no sea un sueño
Yo aún te observo y mis dedos siguen junto a tí
• 243 •
Doblo el papel en dos
y construyo la imagen que siempre
soñaste.
Me deslizo
sobre tu espalda como jamás lo hice
me tiendo a suponer que mis instantes
sólo me sirven para revertir
tu presencia.
A pesar de su invisibilidad
se amontona sobre tu cuerpo y tus manos.
… no nos encontramos
y escucho que ya te reconocieron
[comienzas de nuevo].
• 244 •
Me ubico arriba de tus piernas
salto y entorpezco tu ausencia,
te dejas observar para que siempre vengan otros y te estimulen.
II
fragmentaron el olvido
y crearon el espacio insistente
del amor entre la muerte y nosotros
• 245 •
III
nombrarte es insolente
casi un delito
Todos lo hacen
¿por qué tú no?
• 246 •
Mi rostro te invade
te obliga
te bebe.
me re-produzco
me des-ahogo
me con-muevo
y pierdo tu memoria.
Ya no importa tu ausencia
la soporto… a pesar de mis lágrima nocturnas
a pesar de tu voz ebria
a pesar de vuestro canto arrepentido.
• 247 •
ya no soportas tu garganta hundida en el polvo
como si las venas sólo quisiesen abandonar su sitio de vida.
el silencio no desaparece
se perpetúa
y pronuncia
• 248 •
Alejandra Fritz
(Santiago, 1982)
• 249 •
Welcome
• 250 •
Lentejuela
entonces salir a la calle con la idea de apagar todas las luces no parece tan malo
pero yo le tengo miedo a la oscuridad
así es que busco el banco Security más cercano a ver si hay otro tiroteo
a ver si por accidente alguien resuelve mi problema
a ver si corro la misma suerte del carabinero Moyano
que en su moto espacial corrió por amor a salvar el mudo creyéndose invencible
como aquella niña de un metro cincuenta que defiende a su padre en la micro
de cuatro barristas furiosos creciendo cuarenta centímetros
para ser la barrera entre la cabeza de su padre y el fierro
piel y huesos que se vuelven mantequilla al contacto
pienso en un chico tan bello que con sus rulos valientes
se va al norte vestido de raso con una foto mía dos por dos y una carta que escribimos todos
Por eso la dureza del dictar vuelve las extremidades en fotografías flageladas
que no dicen nada manos que no tocan guitarra lengua entumecida tirada a un lado
dicen que todo es líquido que todo fluye que nadie tolera la permanencia
• 251 •
Pero la casa se hizo tan grande que nunca logré salir
Es como esa canción que nos gusta tanto... mmmmm swett nothing aa aa aa
prendo una flor en mi pelo y me siento tan linda
garota de Ipanema
• 252 •
Las Cosas Tristes
• 253 •
de vez en cuando se sienta en los paraderos a esperar
que alguien la reconozca esperar la lleven de vuelta a casa
//
• 254 •
Cristóbal Sepúlveda-Plaza
(Santiago, 1983)
• 255 •
Tres Pasos Para Ser Un Post-Poeta Inmortal
plantar un libro
tener un árbol
y escribir ‘un hijo’.
Jamás tuvo:
un buen libro de poesía,
un poema con buen ritmo,
una casita en Valparaíso
que alguna vez quisieras visitar
En resumen,
Cristóbal Sepúlveda-Plaza es:
un pésimo escritor
• 256 •
Poesía
le pregunto la edad,
ella me dice que veinte,
y me pregunta si trabajo
- quiere cachar si tengo o no tengo plata -
le pido otra chela,
y le digo que sí,
en qué, dice ella
escribo
y qué escribes cariño, me dices
/ hace demasiado que alguien no me dice cariño /
soy poeta le digo,
y ella me pregunta que si le escribiría un poema,
yo le digo que si le puedo tocar una teta,
ella dice que sí,
se la agarro,
después tomo una servilleta
y escribo cualquier tontera
• 257 •
Mi Poesía Puede Perfectamente No Conducir A Ninguna
Parte
* Existe tendencia pensar que éste último verso no fue escrito por el autor, sino más bien agregado en una época
posterior al fallecimiento del mismo, versiones anteriores no llevan éste verso, mas, existe una recompilación que
incluye una versión mucha más extensa del mismo poema, véase Sepúlveda-Plaza El Nacimiento & Derrumbe De Un
Nadista, G. Cañete. La versión publicada aquí corresponde a la primera publicación ‘oficial’ del poema aparecida
en 2004 en el libro Poemas Para Conseguir El Orgasmo, sin embargo, la edición de 2008 del mismo libro (editado
a cargo de Cañete) incluye una versión distinta del mismo poema que supera los 500 versos, tomando en cuenta la
actitud poco seria del autor para con sus propios poemas es posible que simplemente haya olvidado el verso final
en muchas de sus lecturas o tal vez el original -presumiblemente el presentado por Cañete en la obra citada, ningún
estudio oficial acredita la autoría de los 500 versos de la edición del 2008 a Sepúlveda-Plaza – haya terminado
machado con restos de cerveza, para mayor referencia véase Manifiesto Nadista.
• 258 •
En La Sala De Espera Del Infierno
con rambo
y berlein
zurita la mistral y el huidogro
jugando al taca-taka
en la sala de espera
del infierno
que viene a ser lo contrario de estar
nock nock knockin’ on heaven’s door
porque aquí las armas
las llevamos bien puestas
(más que los pantalones)
nos sentamos como los buenos sudamericanos que somos
y esperamos
a que algún día
• 259 •
la tormenta pase
o se disipe
o por lo menos el sol
aparezca
sobre los andes
en forma zerpenteante
y nuestraz cordilleras fritaz
ca
i
gan.
• 260 •
Lidia Moragas
(Santiago, 1978)
• 261 •
Kayana
• 262 •
Camino Lampa
Herencia
Destruimos
se funde en los brazos del anciano el recién nacido
incapaz de dejar otra cosa, no hace nada
sólo mejoran los celulares
no dejamos más que errores
consumidos como animales
que se niegan a desaparecer
sin momentos para preludios
ni pensar en otras generaciones
inteligencia inútil
homo non sapiens, non sapiens
sin herencia que arregle el desastre
cíclico de no achuntarle a la vida
• 263 •
Pena contenida
de “CHUÑA”
De impresiones ciegas
A niños solos
en mis manos locas
sin darme cuenta doy
dulces de espinas
La pasión me perturba
mis cabellos se enredan
flotan
Me alejo ebria bailando sola
y ese recuerdo inventado
me persigue
• 264 •
creyéndonos estúpidamente especiales
cuando hacemos
y decimos lo mismo que todos
pensamientos palabras de amor
robadas a un poeta barato
Sólo me queda de ti
carreteados rock que bailamos
un falso discurso humanista
que en teoría está bien
y tu evolucionado amor por las mujeres
es el amor que no sientes por ti
• 265 •
Des-encanto pre –adolescente
Llamada
Mudanza
• 266 •
Manuel Vallejos Carrasco
(Santiago, 1985)
• 267 •
de “El Abismo de la Boca”
los muros de la palabra se estrellan entre ellos cuando caen hacia dentro del ladrillo y
evidencian esta física infinita del quebranto entre sus grietas fisuradas este muro es
mi fisura cotidiana más superflua y más hedionda todavía que el ladrillo de la lengua
que me pesa desde arriba la fisura se hace muro vaporoso y extranjero más hermoso
que el ladrido del ladrillo que me guía en su cemento fisurado cuando caen estos muros
hacia dentro de su escombro en las muelas más precisas de mi cráneo que se afila las
palabras son los filos que permiten la fisura que es oscura y más nublada todavía cuando
parto del ladrillo o de la lengua más ajena y más lejana se encarama en la cúspide del
muro y besuquea bataclana la fisura acostumbrada a la palabra que me grita aún sufrimos
las esquirlas del silencio que no calla en esta herida son las llagas que se estrellan hacia
adentro de un silencio más redondo y más volátil todavía que el sonido desconfiado más
abyecto de la boca es la fisura repetida al infinito inexistente en la noche la intemperie de
la boca que se esconde ha caído al vacío fisurado y milimétrico entonces la palabra se ha perdido
en el vacío del ladrillo y no hay más física posible que el desastre en sus escombros.
• 268 •
“el nombre que puede ser pronunciado
no es el nombre”
lao tsé
interrogar al silencio
en las jaulas de la palabra
esto es
entre los barrotes
del poema
haber gritado
basta
sólo un espacio
y no hay espacio
más vacío que el poema
y no hay vacío
más sordo que la palabra
el que escribe
interroga al infinito
este responde
yo no existo
y se disfraza de palabra
• 269 •
hasta donde ha llegado el grito
la voz que se me esconde
la tinta salta negra y me escupe en el ojo
y yo me digo
• 270 •
Aguarrás
por supuesto
a estas alturas
el cigarro es un incendio
mi cuello ha dejado infinitas marcas
en la soga
sería preciso señalar
que el tiempo es un agujero
blanco
como el color de los agujeros
señalar que mi cuerpo
desvestido
habita en un espejo
siempre y cuando
ese espejo
sea una tumba
donde resida el bullicio de mis colores
sería difícil creer
que un perro negro
justifica lo que escribo
de día
vaga mordiendo palabras
de noche
le ladra a mis intestinos
difícil sería
creer
que el poeta vaga por la página en blanco
cuando en realidad
vaga por un desierto ajeno
difícil sería creer-
le a un poeta que usa palabras
como amor
o poesía
cuando en realidad
cada palabra
se ha diluido en el aguarrás de la memoria
• 271 •
“las palabras apenas sirven para decir aquello
que se ve y no aquello de lo que se habla”
federico schopf
pequeñita mi palabra
con los dientes depilados
se me apura repentina en su color
de minusválida
entonces esta
forma inerte
y espléndida
de vida habrá
sido reempla-
zada por mi voz
• 272 •
Enrique Fischer Sierra
(Santiago, 1983)
• 273 •
Que no se alabe al poeta
por conocer las métricas puras
ni tampoco por su candoroso oído
menos por su delicado afán
ni su abnegado trasegar por los montes de la palabra
No se lo alabe
No se alabe la mano que imprime la huella de la palabra en el tiempo
no se le alabe en la tierra
tampoco se lo alabará en los cielos
la verdadera sabiduría no se esconde en sus tejidos policromos
ni menos entre las líneas de su pobre pensamiento
sandeces y alaridos de impotencia
no se le alabe por andar de eso
no se le alabe
no
matadle
torturad y matad a cada uno de los poetas
templad vuestros aceros con sus entrañas
tapizad sus propios libros
con su lanuda piel
terminad con sus mentiras en el crematorio
que ardan como teas
que se consuma su escasa grasa
que la nube de su combustión
ni el viento de mi voz pueda apagar
acabad con los profetas de una buena vez
y cerrad las puertas por dentro
terminad con la palabra después
dejadme a mi el verbo
quédense ustedes el silencio
bebed de él
olvidad el significado del retumbar en los pabellones
olvidareis el dolor
olvidareis el dolor
olvidareis el viento.
• 274 •
Un cuarto lleno de polillas en espera que se encienda la luz
mis ojos tapados con los párpados hasta
arriba
y un pálpito recorre el silencio
insistentemente
velando
una amenaza de bomba
un grito de dolores
el llamado de la trompeta a degüello
el salto triunfal del genocida
sobre la barricada
treinta y cinco años antes de la vergüenza.
* • 275 •
Confusión a veces luz
pero no siempre silencio
a medidas dosificadas la paz
y las telas arañas colgadas del balcón
Confusión a veces
y la luz que se perdió en el forestal
en una tarde de otoño
con los árboles perdiendo sus hojos
MGSF
• 276 •
A León Felipe
Espérame
hoy también le canto al viento
como hiciste tú
trepando por sus parajes
¿hace cuánto tiempo ya?
denunciando las verdades de Dios
con la misma mayúscula sufriendo su olvido
Espérame en el viento
y perezcamos aplastados por el mismo silencio
*
¿qué se ha de ganar en la defensa de las ciudadelas solitarias?
ciertamente nada
nada se gana
pero las cuidadelas perdidas nos duelen
y la pérdida del hermano es con lujo de detalles la angustia del hombre
y aunque en su defensa no se obtenga más que la permanencia
en su ausencia la soledad campea triunfante y risueña
sobre los ojos tendidos de la derrota
• 277 •
Amo las panaderías
sobre
todo
cuando
trabajan
con más
fervor
que el mejor
de los
beatos
*
como un vaso de agua gratis pedido tras la interminable comilona tras la bailanta, tras los derrames y tras la polución
que emana desde el pecho, tras las mujeres esquivas que pretenden no ver el aire que les regala una mirada, tras las
paredes que se despintan con el paso de las carreras, tras las rejas que nos separan como hojas de calendario de los
que dejaron el vaso vacío y se fueron años ha, tras nosotros en la seguidilla de fracasos novelados y victorias tiradas
por mansas mulas ancianas, tras todo cuanto se dice en vano, como los colmillos en busca de la piel, tras el aire, tras
el viento, tras los putamadres que somos
• 278 •
Cristóbal Eduardo Gómez Ramírez
(Santiago, 1986)
• 279 •
Escribir de un chinchinero que gira hasta el cielo
*
Esta miel
tiene sabor
a
abeja muerta
Poema sonoro
Lo que
realmente
escuchamos
es
el ruido de fondo
• 280 •
De Ceylán a Goa (primer fragmento)
A lo lejos divisamos
algunos nativos
Hombres y Mujeres
de todas las razas
llegan a recibirnos
• 281 •
Los amigos pasan
en nuestra juventud
estamos/ llenos/ de amigos
un día conocemos
a nuestra pareja,
nos casamos
y pasamos el resto
de nuestra vida
junto a ella
el tiempo avanza
y los amigos
se diluyen
lentamente
la soledad brota
en el silencio
y finalmente
con la única/
persona
que nos/ quedamos
es con nuestra/ mujer
*
mi novia es sorda-muda
y nos gusta ir a la discotheque
y aunque sé
que no oye
*
• 282 •
Estrecharle la mano
a un brazo ortopédico:
Sentir la frialdad
del saludo
*
no hay morenos en la TV
pero cuando
entran
a un
supermercado
las cámaras
los siguen
*
Yo quiero a una chica que juegue hockey
que no sea encorvada
y que me preste/ sus piernecitas gordas
para agarrárselas
*
¿Qué fue de Frank Lobos
Capitán de la Roja
en el Mundial sub-17
de Japón milnovecientosnoveitaytantos…?
¿Qué fue de
toda esa generación
de futbolistas promesa?
• 283 •
Fútbol *
• 284 •
Margarita Calderón López
(Valparaíso, 1986)
• 285 •
La poética
Estétika
• 286 •
Make up
Mi cosmetiquero gastado
mi falsa suciedad
En los intersticios
mi cuerpo cotidiano
odiosamente dócil
• 287 •
Cuando grande quiero ser un artista
Nota al pie
cadáveres alegóricos
que cada vez mueren más rápido
me dicen que son sueños barrocos
pero sigo viendo cadáveres
• 288 •
El chico de la esquina
Mi cumpleaños de antes
• 289 •
Yo soy una niña
Jazmines
Labios pintados
no hay corsé ni push up que sirva
Sólo queda la mezclilla
y el sudor
El cosquilleo entre las piernas
y la sombra que se cae
Rodillas que se quiebran
y baldosas que vibran
• 290 •
María Paz Valdebenito
(Santiago, 1981)
• 291 •
Y es normal que después ya no haya nadie
que todo se reduzca a simetrías
que no le importan a nadie, que a quién le importan esas cosas
púrpura
es su color favorito y el esmeralda
de las esquinas de un lugar pintado de gris y púrpura
porque todo se esconde en lugares tan predecibles
que los colores se olvidan
y se caen, porque todo se cae de lugares altos y con luz de fondo
siempre hay algo que decir con luz de fondo
que termina cuando el azote consigue
ya no retumbar y decir cuánta cosa
ella me dice
que el temor se hizo para brincarlo
que todo cae cuando cierras los ojos
y por mientras
me hace un dibujo en una lámina de mantequilla
que guardo en mi bolsillo porque sé
que todo se esconde en un lugar tan predecible
que mis vecinos han olvidado saltar sus rejas de alambre
recuerdas que en ninguna parte encontramos
en ninguna parte
ese sitio que tú tanto buscaste para decir
que el marrón no te gusta
porque hay tanto que no gusta y que ya está
después
te diré por ejemplo, que no adivinas estas ganas de saltar
porque todo es más gris en invierno mi pedazo de espumas
que no adviertes esta pena de violarse una amapola
todo es mucho más gris en invierno, lo ves. Ella dice
que las figuras terminadas en puntas son bellas
dirá que el porcentaje es siempre una proporción directa y creo
que algún día le diré que estoy de acuerdo
de acuerdo en que los cuadrados no sean nunca marrón
porque así querrá jugar conmigo y seremos fugaces
no habrán porcentajes y todo
o levemente casi todo
se volverá desigual.
*
• 292 •
mamá pelea constantemente con los niños de la cuadra
dice que le rompen las plantas y le escriben en la puerta ordinarieces
a veces
les tira agua con la manguera y salen corriendo
otras
le coloca grasa a los árboles y vuelven llorando a sus casas
le digo que los niños que hacen maldades son niños tristes
que le suelen poner nombres cortos a las mascotas y les gusta trepar murallas
sin embargo ella me dijo
que mandará a hacer un portón bien grande la semana que viene
y que cuando ellos quieran ser sus amigos
ella, cantando una canción de fondo
les cerrará la puerta.
• 293 •
“En el silencio
se abre una flor de
piel
la vida restalla
su verde su hermoso
látigo
ser
es un mandato más hondo”
Porque podríamos
desaparecer de pronto y que el adiós no caiga ante nosotros
yo que vi al silencio estarse cerca
de mis juegos de niña cerca
de mis hermanos en tardes de invierno estampándonos
dibujos deformes para no olvidar más nada, y es que quise tanto
abrazarlo todo de golpe como una ráfaga centrífuga
y revolver en mis entrañas el último beso de mis ángeles
porque llega hondo la muerte cuando llega, es un eclipse
es que necesito explicar este deseo del intento, fugaz
de retener cada signo cada imagen de nosotros
porque la fotografía no es sino el paso
a decir nos vemos quizás cuándo, el inter - tiempo
entre un dibujo y otro, que despliegan
lágrima de mi melancolía de pensar no abrir los ojos
porque tan pequeña en una sábana también pequeña
vi desaparecer cada tarde de juego con mis estatuillas en madera
cada salto
cada color interpolado en la memoria
porque tuve tanto miedo y éste
es un circuito intermitente
entre el deseo de volar y quedarse enmarañado en lejanías
es que en un segundo, centinela quise
volver a ese verano antiguo en donde éramos pequeños
y papá nos envolvía con la arena entre castillos
y mamá
mirando todo desde lejos para estamparlo en la memoria
es que todo es tan frágil que lo uno
en un dibujo propio con mis lápices de cera
• 294 •
para que ande bien presente entre mis cosas, olvidar jamás
que el beso se diluye en el impulso.
Es que pensé no verte más llegando a decirme que este canto
hay que proclamarlo en las entrañas para ser felices
entre estos jardines de Viena
porque podríamos habernos visto en un navío a siglos
pero el color de las carminias me regaló el regreso
y tengo tanto tanto para ser feliz ahora
porque aunque ya no pueda bailar por mucho tiempo
ni jugar a perderme entre estos troncos manchados de vaho
puedo decirte mi pedazo de espumas
que el barro para borrar nuestras cicatrices yace
en cualquier parte cuando así lo deseamos
porque aunque esta llaga perpendicularmente dibujada
quede por siglos estampada en mi piel
tengo la suerte de salir a estos campos de color diáfano
a gritarle a la gente que el instante dura
lo que ha de durar un ciclo completo
porque el instaurar de la memoria es estarse fugitivo sin saberlo
esperando el abrazo huérfano de los insectos de mi jardín desierto
porque así, porque así el color se hará una luz de raya al óleo
en este cuadro que refleja el baile
de una mariposa yerta y su flor de durazno*
tanto que esperé este momento
de tener a mi lado, tanto, el color de amapolas de este estarse en el adentro
de advertirlo todo como un salto
hacer del rayo una herida hueca
y es que ahora iremos a tantos lugares del océano
que al fin de cuentas el mover me enredará en su danza de igual modo
como lo hice alguna vez queriendo hacerme un grito
diluido en el cielo
diluido
en el contorno de las olas.
* Pablo de Rokha
• 295 •
Tamym Maulén Muñoz
(Santiago, 1985)
• 297 •
Niño chileno con guitarra a palos
Allí
cuando te golpea tu padre y hace ¡ paf !
su cachetada, su ceja ciñéndose marcando las cinco
de la tarde, del día, de sus cloacas chilenas no africanas
o del pesebre más remoto de sus pantalones descosidos
Allí, en la escenilla más oscura del teatro universal
sin casi sin pudor alguno
salen a ocultarse raudos los ciempiés
que nada entienden de nada de nada
y por lo mismo es que la vieja Queltehue prefiere dormirse
sin saber hasta qué punto podrá volar su cara rota
después de insistir, in fraganti, qué más da:
la vieja Queltehue desconoce si es en mi
o en si o en re sostenido al menor
la entonación la de la cuerda la adecuada
o de la oruga endurecida y atiesada
que retiene entre ceja y ceja
a propósito de la ceja de tu padre, que es mejor
llamarlo desde ahora gusano de gusanos
o lepra de lepras, sin ofender a los leprosos, por supuesto.
• 298 •
niño chileno con guitarra a palos
pues tú eres un polluelo más de la Queltehue
tú eres uno más de los que canta
sin saber de todo.
Y sí
aunque ya no exista algún sentido para decir sí
o aunque se hallen desaparecidos todos los recuerdos
para vomitarles no, y a pesar del pesar
de todo eso que pasó como a eso de las cinco
casi al lado de tu casa donde alguien te hizo ¡ pum !
Sí, aunque todo, aunque casi ya no duela
ese alguien es tu padre, niño sombra niño África
y tú sigues amándolo y tú sigues diciéndole
y tú sigues limpiando sus zapatos
y tú sigues bebiendo de su lepra
y tú sigues cantándole tus cantos
a pesar de todo, a pesar que casi ya ni sangran sus patadas
y al ciempiés, aún así aún asá
nada le importan estas cosas
al igual que a la Queltehue vieja
que no ha dejado de mirar mis ojos
que no ha dejado de mirármelos como diciendo: ¡Vete!
o yo me volaré otra vez
y otra vez me chuparé al gusano para regurgitárselo
de nuevo, a vuestros hijos
mis polluelos.
• 299 •
su padre lo enferma su lepra lo golpea ¡ paf !
y la Queltehue llora a meses ¡ paf ! Y la Queltehue reza a picos
y todos chillamos y nos hacemos los buenos
a la mala a la mala nos hacemos los sensibles
y sin embargo, la Queltehue no hace nada
pues son casi la cinco y es hora del té
qué pasaría si te qué pasaría si te
qué pasaría si te digo esto:
el niño chileno está mutándose en un hombre
y los ciempiés se ocultan
y la Queltehue duerme siesta.
¡ Paf !
Silencio.
¡ Paf ! Resonó la cachetada del gusano golpeando a su hijo.
De pronto, de improviso, de golpe el golpe
pudo más que treinta Queltehues rezando.
In fraganti pillamos la lepra del hombre
su ceja marcando las cinco
• 300 •
de la tarde del té delató la escena
más obscura y frígida del teatro universal:
hay ahí y ahora un padre un hijo
y un destino que no más que lepra.
¡ Paf ! No hay respuesta.
¡ Paf ! Y no hay más que lepra.
¡ Pum ! Y los ciempiés nos hacemos los milpiés
para huir más rápido que ahora
y sí, allí, aunque no lo creas
el niño sigue amándolo
sigue aún chileno
sigue aún diciéndole
sigue tocando su guitarra
sigue cantándonos su canto:
• 301 •
Ursula Schultz Tapia
(Santiago, 1984)
• 303 •
Enseñada
Arrepiento al unísono
Alma y cuerpo
¡Ineficacia maldita!
De mi, ¿Porqué?
Actuar
Amar
Decir
Amar
Tratar
Cumplir
Inútil
La práctica no llega
Menos por el sólo querer,
Obsoleto pensar
Regirse por lo dicho
Olvidar, sólo sueño
Ya no serás más
Independencia no habrá.
Concretamente concreto
• 304 •
Rojo
Rutina
• 305 •
Más Noches atrás
La cara borrada
Todo manchado alrededor
Mezcla de lágrima, fluidos y sangre
Escenario asqueroso y perpetuo
Escenario propio
Tomado sin más
Impuesto sin más
¿Qué más queda?
Que la nada más
Nada más de ti
De mi siempre más
Tortura individual
Condenada a aguantar
Futuro destruido
• 306 •
Andrea Ocampo Cea
(Santiago, 1985)
• 307 •
Dayana Dayamond
a J.C.
Sobre un paraguas negro –desdibujado en la doble faz- el clavo pintado con témpera blanca sostiene al 28. Esa
tina mojada por el cielo. El abrigo pegado te tapa los ojos. No ves bien - ni con los ojos abiertos / ¿Ganas de tener
otro igual? La frazada está trascorrida, porque nunca le has sonreído a la cara de tus profesoras. Todo lo pierdes.
Las calcetas te quedan bien, lo que es anormal: a todas tus compañeras les sobra tela. Ello en ti colma espacio. Las
regiones dentro de los diseños de tus manos. El aviso: Permuto letras por pecas. Llaman a otra como te llaman (a
ti, siempre). No me he repetido. Lo que ha causado pensamientos sobre las causas de un nombre que no es propio
/ nunca se te ha prestado. Duda. Te busco en los rieles. El paraguas negro esta pintado con lápiz scripto carioca. El
clavo con témpera quizás esté embetunado en cola-fría: el brillo es extraordinario. No ves bien, salvo el clavo.
¡Que te corten la pierna izquierda si te pisan el nombre! Emanas una seguridad totalmente deshilachada / territorios
cruzados. No soy yo, ni tú, ni nadie. Nunca los pollos han tenido tanto sueño. Aprender a sonar por los dedos. La
tina reverbera en vapor. Cuando comes porotos con riendas vomitas. Los porotos tienen un vapor particular. ¡Los
electrones existen! ¿Y los anillos de masa? A contraluz pareciera que salpicaran pelusas. Los pelos ajenos te ponen
tan fea. Mi niña que no eres tú / ¿Cómo te dicen? Nunca en tono menor: lengua aplanada en cuatro ojos. Si tú no
bailas el cuerpo rebaja medidas. Cuerpo que viene o por llegar. Vilo de pasos dentro de los huecos. Esa humedad
capilar de las mariposas sin arrugas. Como porcelana china, como betún de judea. Qué maravilla descubrir palabras
como altares privados. Los trozos de lo extinto, los gases de las cosas, las manos arrugadas bajo el agua.
Extraño dentro de la extraña ¡Quién es esa! Me hago la dormida me hago. No te metas en nada en que no quepas.
Estrellarse en racimo. Secarse los pies. Me visto de hombre si te pintas el bigote. Brígida la combinación de ambas.
Frígida la distancia entre el almíbar y tu lengua. Quisieras ser la bailarina, encapsularte en una rueda y girar al son de
una canción que tiembla. Quizás algo más: romperle el pescuezo al apellido. A la envidia de las mujeres con tacos.
Envidia de lo dicho. Nombres ajenos fuera de uno. Margaritas. La carátula del casete. Uno en ellos, nunca detenida.
Mi nombre que es tuyo dobla la tarde. Parcela al borde porque es segundo, copia y lo arrimado al sonido -consciente
del parafraseo inesencial. Guatona culiá como síntoma de nación. Las trenzas enredadas, las melenas y ese frasco de
papilla que exhibe una guatita que aprietas para sentirte a salvo. El peligro es vacío, Dayana.
Absolutizar los errores en las telarañas. Pedir perdón antes de vengarse. Advertir que eres muda y adorno. Reservar
el secreto (han secado la inocencia). Hoy toca colgar. Igual pega / pega todas esas palabras, esas caras, ese tobillo
quebrado, esa vuelta del tendón anclado en incontinencia (poner en el manuscrito). Dolor por rasgada. Mi primera
biografía con una carabela insigne. Como una piedra que deja el rastro de la lluvia bajo la lona. Vivir en Zumbayllú.
Le ruego: póngale las botas porque se saca -a cada segundo- las zapatillas. El pago de chile con minúscula ¿Qué es
lo peor de llamarme por ella? ¿Cuánto tiempo podré seguir oyendo lo que el martes amaste? La segunda mujer o
el segundo apellido. Amen con sé. Ir en fila hacia la guerra. Reconocerte por la espalda: la hoplita encaramada en
unas chalas anti estática: sonrisa heredada de ciudadanas invisibles. La materia reciclada de ese domingo ante la
imposibilidad de significar algo.
• 308 •
¿Que amanecer gritará más? ¡Cuántas voces has reconocido por olvidar las paredes! Deseo la otra familia, como
la muerte en este invernadero. Esa obra olvidada, la teoría inexistente en los facsímiles de historia. El acontecer en
proyecto: drenaje sanguíneo. Subrayados eléctricos o las tachas en medio de la o. Ser tú, hombre en plural y la eme
retorcida en la entrepierna. La falla de lo que terminará incrustado. El prodigio de esta noche que no he confundido.
Lluvia continua bajo tu estancia. Cerca la posa donde ha muerto la cicatriz del padre. La madre bajo la cama del
ojo. Tu –asexuada- en la multiplicidad de la disonancia o este frío: sus uñas grises de violencia púber. Seguramente
mereces esos ojos rojos. Vale olvidar (pero mírate bien) que no eres una de esas amigas mías. La colación de mañana
será jalea, ramitas y cadera dulce.
El paisaje de la fiebre. En las revistas de las tías siempre hay mujeres con coronas y tú sólo llevas cabeza ¿Qué llegarás
a escribir? Los lápices están sobre el mesón. La vergüenza. Eso que has olvidado por morderle la lengua del gato.
Eso que cuelga de la mueca y el hambre. ¿Estás feliz mirando sobre la ventana? Esta tarde enrojece de cólera sobre
la planta de carbón. Las fábricas han dejado atrás el auto rojo. Retrocedes el trayecto con las ruedas gastadas. Cada
vía encuentra su casa propia. Todas tienen chimenea. Yo me pregunto si acaso sirve de algo tener cómo hablar y
cómo llamar ¿De qué sirven los martes? (¿Cómo se borra todo lo firmado?) ¿Y -el perro imaginado sobre las tortugas
de plástico- aún permanece? Acaso has barrido el antejardín del juego. Acaso está corrido el visillo o la oreja que le
sangra. Acaso puedo dejar de sujetar esta falda.
Todos mentirosos, borrachos, esos otros: los trancados, los desviados, el tercer tiempo el participio y la potencia de
tu carne. ¿Al norte o al campo? ¿Playa o campo? ¿Llamas o campo? El castigo de traducirte en erección y pueblo. Las
tres lunas que esperan por ti: ser intercambiable. Llamarte en segunda instancia y brillar por el cierre y el plástico. Si
lo encuentras decaído es porque está tomando remedios / el médico te encontró adenoides verdes (sobre la cubierta
del reflejo). Boca a boca tu apodo provoca problemas. Habría que operar eso que llevas entre las gentes. Enviar las
muletas para la reunión. Contigo va Dayana, lo Dayamond. Detrás de ti; la que todo lo pierde.
• 309 •
Enfrazada
del gotario de la historia no me queda ningún nombre por pronunciar, ninguna promesa incumplida, ningún deseo
salvo el de desear las calles con tu calor con tu sombra tu claqueo tus botines de niño pidigueño, del deseo no me
queda duda la esperanza, la seña de tus copas de tus besos de tu desencanto de mis vergüenzas la sonrisa se fue
del color rojo con el semáforo te llevaste mis uñas comidas por mi infancia, mis piernas arrugadas por la rápida
cosecha mi deseo de cuando apunta tu proyectil de hombre de la historia a cuentagotas de la enfermedad que no ha
amainado el dolor trasnochado no huye y la impotencia de nuestras causas trasciende nuestros sujetos que repudian
las filosofías de ultratumba que no sienten las palabras lindas y cursis de la historia mayúscula que te quiero contar y
en tu rostro plasma sangre de mi ficha no queda ni una i entera y suscrita, ni inscrita, ni declinada, ni inquisitiva por
la que entrar y levitar por lo que tengo que decir todo y en lo que todo ha sido dibujado a crayones con voz grave
o, como diría esa niña de trenzas a lápices de cera de muñecas de ojos de lentejuelas de calcetines arremangados de
blusas blancas de corbatas grises de géneros colgantes de besos de frazadas calientes que en mi historia de gotas
sólo queda y resta a tu cuerpo
• 310 •
Letracójame
si yo pudiera escribir como canta la luz casal por azar podríamos bailar las letras ajenas que te entienden y te
equivocan con mi gramática nunca tildé tu voz nunca hablé de la letra coja y el espiral fulminante se me incrustó
en las rodillas el día en que modulaste la o de la oca cae y cállame en silencio mi estómago espacíame el tiempo
de ausencia corríjeme cógeme el aliento de bus terminal termina la i de mi punto corta la eficacia de la e y bulle en
mi memoria de pastilla antiácida la tableta de mi ortopedia / me hacen otra de mis palabras / de mis calcetas mis
etiquetas new order de mis ollas de almacén arriba entendí porque ir era serlo y por qué no coser era repetición del
rumiar el primer suspiro de mi bipbolsabeso cae en la letra oculta de tu nombre tejido en primera división de aquella
banca biopolítica ella muere en el papel confort como polilla hilada de polvo verde moral de mora gástrica como
tripalanzeta y final de lista un dos cinco faltan tres besos entre mis huecos neumáticos de azul medida y poco secreto
críptico de muerte en héroe de historia fachada los fachos de mierda café de té supremo en el supermercado mi
tajito es tu nombre a tresesenta menos tres tú en el tren amo collage de huesos / agujas rosadas pomposas / vecinas
de botillerías orientales sin wantán pero con él se besa el hombrehembra alumbra los primaverales paraderos de
micro como vaticano bucal y sacramento zamorano es el nueve de mi boca nacional mentalidad patriotera matona
bruta ratona minnie de mi silabario sin silencios de tu abdomen con pelitos rulientos macilentos blancos de tu
nombre con cueca y con mis minas de portaminas cero cinco estrellas de la vida le das mientras mi abuela muere
como madre de prostíbulo producción de carne e instinto humano intento de violaciones al mainstream de mi madre
arte latinoamericano del año del pico rico tu cuento sobre la amistad mercado repito lo que fue del vino es pisco
peruano argentino argelino angélico fray de benjamin ídolo no muerto de cuatro pisos cuatro vidas tiene tres se las
lleva serrat con los perros que cagan en el patio de la moneda virulenta de llamas / a mí / claro pasar y cambiar plata
traduce placer en letra sin punto la diva la vida de confiar que en mis zapatos sangría te quedes
• 311 •
Las niñas del revés
Déjame bailar así bajito tambaleadito torpecito pasito changalanguero marihuanero piojento que recuerdo la
virginidad en los estadios verdes y rojos caldeados por el rey zelasia lyon ronroneante caja de vino y cintillo reggae
a la moda por quina.
Déjame bailar un ratitomáspegadito f l o j i t o como la blancanieves que levanta la mano pulpo y ordena los hombros
de los monolitos muy peinados y los pabilos de colores transpirados que inundan el cholguan donde el rey y señor es
una silla eléctrica conducida por un bob marley teletón con chela de luca y banano de lana ganya. Bailemos cerca del
baño porque en jamaica mean, dice la pelolais pintada y enzapatillada en su kent silver de labios mojados, mientas
el humo no es efecto sino causa de pangea reunida en la bellavista de américa del sur, isla sin arena con cemento
histórico a manchones rojos. No niña no llores, bailemos la última que es igual a la de antes a la de mi infancia y
mis amigasmarihuanerasescolapias, déjame cantar esta / que esta sí que me la sé / que no importa el inglés, que
aquí nadie se fija como hablas, vistes, bailas o viajas o qué viejas hemos venido de quintanormal en tren sin psu a
esta estación en la que nadie te ve. Papichulo aquí estai loco, no, nada de brillito y estrellitas y perlitas y blondita
y transparencia y cebrita y taquito y mini cortita y chalita gladiador y carterita con puma y perfume con número y
llaverito con auto, aquí el paso de baile está acuático, bolsudo, desinflado, manguaquero, a lo medusa / aquí nadie
mata, todos mueren solos cuando se respira, aspira y legaliza. Insoportablemente natural.
Déjame vegetar por que guohnononono nadie quiere ir a guerra. Ni el pelado parrillero ni la señora de las teleseries,
nadie quiere ir a la guerra porque a milquinientos las niñas del reggae, las niñas del revés, las niñas de la deuda.
Aquí, en un trozo de marley, nadie se fija de dónde eres ¿hasta qué hora? responde el dealer de la silla mientras
con mi otro nombre bailo en la pantalla gigante junto a una danza sindicalizada que entre el grito, el huiro y el
micrófono mojan la raíz de saberme eucalipto, begonia, gomero, cilantro, cala o margarita, de saberme tan dormida
de lado de otros que vienen del horizonte sin comunas donde nadie se depila, donde nadie se expande las orejas
para ser oido, donde no existen los desodorantes ambientales poétticos ni el polvo sobre la línea blanca de mamá,
donde los padres no usan condones, ni las poleras broches, donde siempre es invierno en la cabeza, donde siempre
es prehistoria en el cuello, donde las manos golpean el aire vibrante, donde puedo hablar y escucharme en un eco
conectado a la memoria del pito anterior, donde el destino es más que la casualidad y el ritmo es un número en el
calendario de la muerte.
Déjame pensar un ratito en quienes me faltan para seguir gastándome en la suela de esta pobreza hecha religión, en
aquellos que por el león coronado me miran rugir de ausencia y deseo, en los que me han abandonado en la ciudad
verde por utopía, roja por utopía y amarilla por desgracia, en aquellos que tuve en mis pasitos turísticos y que hoy
celebro en el sorbo de cerveza / caliente por seguir adelante marea y bailar suavecito, sueltecito, así como jetoncito
la alegría de volver a recordar las místicas naturales inducidas por los canales y focos del local, me devuelven el amen
sudor perdido en saliva.
• 312 •
Felipe Kong Aránguiz
(Santiago, 1987)
• 313 •
iluminaciones
equilibrio
al final de la primavera
las partículas de polen sobre la piel
traspasan los estándares permitidos
se sacuden la glucosa
con gritos y relámpagos negros
• 314 •
último mensaje recibido
• 315 •
tentación de la vorágine
1 y 2 de diciembre
• 316 •
mañana mayor
ya son la una
pero es lo más parecido a una mañana
en mucho tiempo.
en la calle Quechereguas
siguen riñendo todos los muertos.
no suena nada.
la esclavitud es un derecho.
• 317 •
48924781
caldo de cultivo
• 318 •
senda
pero no todavía.
aneurisma
• 319 •
amistad estéreo
un amigo escritor
hizo una novela
donde yo era el personaje principal;
le dije:
me parezco más a ti que a mí.
un amigo carnicero
cortó un novillo
en cuyos ojos se veía mi alma
le dije:
la carne es triste pero el corazón es grande.
un amigo imaginario
se burló de mí
y nos fuimos a jugar a las escondidas;
no le dije nada
para que no pudiera encontrarme.
zoom
o tal vez
dos viejos que se miran a los ojos
sentados en sillas de metal
hablando del frío
• 320 •
Juan Carreño
(Rancagua, 1986)
• 321 •
El mismo día para todos
Mi papá ve curao
Una porno
Solo
En su cama
O trató
No hay parafina
Nada en la radio
Reloj a media luz
Mi papá tose
La tele gime
Desaparición de la población
Santo Tomás, La Pintana.
• 322 •
“Ponme la mano aquí, macorina, ponme la mano aquí” *.
*Chabela Vargas.
• 323 •
Poema escrito por más de cien jóvenes la noche del 11
de septiembre del 2005 en Avenida Santo Tomás con La
Serena, La Pintana *.
• 324 •
¡Bien Llon Lenon!
¡Ese culiao e hijo e la Glai Marín guon!
¡Si viene la zapatilla no se puee meter pal pasaje!
¡Cárguense too!
¡Chupa loh cocoh lonlli chuchetumare!
¡Tiren de mallá embarao culiao!
¡Viene la zapatilla guon!
¡Acuartélense cabroh!
¡Somoh caleta pa una zapatilla loco!
¡Qué gueá?
Achunchan?
¡El humo culiao brígido guon!
¡Te guhta el ñato perro culiao!
¡Cómo te callai gallo!
¡A la guan tu tri!
¡Chupa la pichula paco chuchetumare!
¡Alúmbrame el hoyo caallo!
¡Patéala patéala!
¡Too armao muchacho too armao!
¡Bajémole loh fierroh!
¡Creen que no loh vimoh jile chuchesumare!
¡Jaimito tiene el meo ojo!
¡Me loh prehtó el Huguito!
¡Chucha!
¡Van a salir por acá!
¡Te ehtai cagando terrible hediondo paco culiao!
¡Agarren piedra guon agarren piedra!
¡Quién tiene una piedra que me regale?
¡Mamá ehtá presa!
¡Paco tonto!
¡Y la conchetumare!
¡El olor te sapió paco culiao!
¡Andai hediondo a pico!
¡Aguja aguja!
¡Yo te pago el sueldo!
¡Yo que compro hierba!
¡Oye tu mamá eh mi señora paco culiao!
¡Se llama Teresa y lo endereza!
¡Un doh treh por loh pacoh que ehtán en la ehquina!
¡Apunta pacá culiao!
¡Te tengo entero funao paco y la conchetumare!
¡Paco culiao a pila!
¡Tai puro vendiendo pluma!
• 325 •
PLEI
Los evangélicos
están frente a mi casa
cantando con su megáfono
ofreciendo vida eterna
mientras los basureros
se la maman en la feria
y fuman su prensao
los evangélicos hablan de sangre y corderos
dicen que lloverá fuego y azufre
Los evangélicos me llaman
ellos no saben
que la vida me sobra
sin gloria ni alabanza
el camión del gas
el perro ladrando.
• 326 •
no puedo sacar la ropa de la lavadora
ni regar mi mata
el refri está malo
el teléfono está de más
tampoco será un terremoto
una bomba
no es más que quedarse en la berma
llamando callao
alguna cara dentro de la mía.
Contentan la familia
Enseñan las canciones
Música abecé pa la conciencia
Apenan con el pan
Se mastica el privilegio
Se vaga por la gloria
Se nos pierden en la luz
Se les haya congelados
Negro sin mañana
Te conozco por pantalla
Control contento
Amando por espanto
Una vez al año
Rajando tu pesca
Tu lluvia por pasos
Tu camino seco
El destino en el ojo
Te tengo en el diario
Me dices la hora
Me cuentas tus sueños
Medido y atento
Te sobas de perros y esquinas
Entregas las manos
Regalas de rodillas
Con los dientes púbicos y lechosos
Las piedras las ventanas
Las piedras el camino
• 327 •
Las piedras y la rabia
Escapando por nuestra propia gordura
De tierra nueva
De herida indemnizada
Tu lengua corta de monitor enchufado
En la ley de olvido
De risa sobretodo
En el eco del hueco
A la noche demás.-
Ya
entrega la casaca ya ehtai vio ni ahí que sea naic la ehtai viendo, Pato lo vihte cómo ehtá?
Pato, ehtai pálido
ehtai pálido
yo tengo como cinco casaca
ehtai vio
no dí jugo Pato
oye oye yo te conohco me acmira si pa qué
pa qué
te regalo una chaqueta si querí mira que soy bacán se ehtán cagando e la risa e vo Pato
compremo una cerveza mejor mañana voy a ir a tu casa
cuando ehtí má lúcido oh, Pato que vendihte la pehcá quién tiene encendeor?
La Moda
Hoy pasé por afuera de una casa donde una mina dejó a su guagua muerta dentro de una bolsa plástica para que
se la llevaran los basureros pero donde los perros la rajaron y se la empezaron a comer en la calle.-
• 328 •
Leonardo Murillo San Martín
(Santiago, 1984)
• 329 •
hueso
• 330 •
los vírgenes de boca
el beso de mamá
y del padre
no es la lengua
de los novios
en la plaza
• 331 •
Premio Literario “Leonardo Murillo”
la ausencia de mi voz
será una huella abierta en mis hermanos
• 332 •
día del nacimiento
¿enhébrame la aguja?
• 333 •
¿hay pan?
II
• 334 •
III
IV
• 335 •
que habla de la genética afortunada
de algunas familias pobres
en que un hijo aprende rápido
todas las materias de la escuela
y yo no tuve patrón a quien ayudar
en las faenas del campo
de repente un dibujo libre
y un río entre montañas
lleno de caritas felices
• 336 •
Carolina Sepúlveda Castillo
(Santiago, 1982)
• 337 •
Metros
Viaje
De casa a tí,
sueños y libélulas
de vuelta, luna.
Sorpresas
Bolsillos sucios
son Papeles dorados,
dulce fue el día.
Un Sospechoso Electrocardiograma
Hay intentos fallidos para no delatar que mi corazón es un círculo no importa lo que diga la anatomía humana…
aunque es rojo se vuelve azul, a veces una esfera, rueda… de pronto es gris sólo basta que me interrumpas…
cautiva siento cómo rompe su forma se sale de sí mismo se vuelve indefinible, con el nombre de otro… el tuyo,
pero mi corazón aun sigue siendo convexo.
• 338 •
Rueda el camino
• 339 •
-“Muro de los lamentos
Lamidos
Paredes de oídos”-
Voy en camino… llegando voy en camino, voy llegando
y la rueda frenó su paso,
de pie y en casa
-Ves- me dijo, -llegaste temprano y a salvo-.
• 340 •
Las Barrancas
El polvo,
el polvo pisa abril
En la cancha
¿Quién juega football?
En esta masa perdida de tierra
el polvo,
es juego, mientras me animo
para mí es sólo arcilla,
para mí es la expectativa del hambre,
un pan…
• 341 •
En el eco,
en el eco del desarrollo y el progreso,
una hermosa galaxia está a punto de amanecer,
una estrella explota al azar
y para poder seguir amando
olvido a los mayas,
y los recuerdo, y los olvido y me detengo.
“Nunca los conocí”
Minuto a minuto,
cuenta, cuenta, cuenta
-No se puede escribir la palabra “vida”-
la brisa cuelga carteles de su cuello
lo repite en mi cabeza
-La mente es sólo un instrumento-
Y...
- ¡Trabaje señor Trabaje!-
- pero hoy…-¡Trabaje mujer Trabaje!
• 342 •
Julieta Moreno
(Buenos Aires, 1990)
• 343 •
Poema Absurdo
Tú eres de arroz
y piensas
que todos
son blancos y graneados
como tú
No es así / dulce
Que no
te hagan de agua
Que no
te entibien la cabeza
Que no esperes
más de los enteros
apúrame
cuando lo necesites
yo estaré
donde siempre estoy;
sonriendo
igual
que una nuez.
• 344 •
Residuos
Nos referimos
al principio
donde
nos quedan impunes
los errores
tratamos de peinarlo
para que se vea
bonito
limpiecito
arreglado
(como un tinto
con naranja)
cerramos
los ojos
y cerramos
las puertas
y cubrimos
a pinceladas
los detalles críticos
escondemos
la piel morena
uñas feas
ojos bien oscuros
pómulos marcados
pelo tieso y negro
• 345 •
al fondo de la sangre
encontramos
la esencia
la pureza
y ahí
la gracia del
rubio en las pupilas,
se nos cae
y da lo mismo
tener piel de leche
porque
en la habitación contigua
todos
nos miramos
y sólo
las ropas puestas
• 346 •
Jirones de Invierno
aquí la gente,
parece estar más alterada
que del otro lado
• 347 •
Mala
y por eso,
también
nos llenamos la cara de moretones
pintados por nosotras mismas:
entre las dos
nos dibujamos una inocencia ausente
• 348 •
Leonardo Quezada
(Santiago, 1988)
• 349 •
Experimentos para llegar a la última noche del mundo
Me siento incómodo
Cuando los demás esperan que sea yo
El que se emborracha
El que llora y se revuelca
El que se va con un completo desconocido
Me siento incómodo
Porque pienso que son las tres de la mañana
Están tocando una canción sudorosa homo pop
Y nadie está bailando sin polera
II
• 350 •
La evolución y la genética son una cosa tan fuerte
Quisiera explicarlo de mejor manera
Pero no la entiendo como quisiera
III
Alguien dígame
¿por qué se les hace tan fácil
hablar (Bailar) en tercera persona?
• 351 •
Dicción
• 352 •
BATTLE
La batalla real cuesta más dinero del que alguna vez vas a tener
Más del que alguna vez estará en tus bolsillos
Cuesta mucho más de lo que siquiera llegas a pensar en tener
Pero como todo, decides pagarlo en cómodas cuotas
Siempre es más caro pagar más barato
Pero no duele tanto, y todos los meses estás dispuesto a pagar
Y el gobierno puede ayudarte
Así finalmente ya no le debes a uno sólo
Así después de pagar una batalla completa
Tienes que pagarle a los que te ayudaron
Que usarán ese dinero para ayudar a los dueños de las batallas
Para seguir cobrando más y más
• 353 •
Fernanda Guirao Eberhard
(Arica, 1987)
• 355 •
Anoche soñé que era madre
y violaba a mi hijo
• 356 •
Y yo todavía con los calzones bonitos
como si de pronto me fuera a
querer
y me dejara así
acostadita a su lado.
No me queda más que cambiarle el agua a las flores
a ver si no se mueren antes que se de cuenta
que me quiere.
Los días me los pasé llorando
no me crecieron raíces a la tierra
ni me perdí en los funerales
qué más hubiera querido
me hacían falta hígados de otros
y lágrimas
prestadas a concesión.
La ropa sucia se lava en casa
yo qué hacía con mis calzones
tan vírgenes
les quería lavar su me voy temprano
hoy día no te puedo amar
pero estaban limpiecitos y los puse en la caja
puse estampitas de santos para la suerte
y un jabón para que olieran bien
pensé: los podré usar en las fiestas
y no me quiso nadie.
*
• 357 •
Ella me quería.
• 358 •
Parques inundados
• 359 •
Y hoy día ahí: la misma placita
el ritual de los inmorales.
Las mujeres bailan con sus hijos
y las embarazadas intentan parir con la danza del vientre
los hijos brotan del barro y se amarran las zapatillas con sus cordones umbilicales
y juegan a la gincana y al corre corre la guaraca (el que mira para atrás se le pega en la pelá)
• 360 •
Catalina Espinoza Vera
(Santiago, 1987)
• 361 •
Mortinato 1
Ya no podía caminar
Con este niño que me pesaba tanto,
Que se abrazaba a mis costillas
Para quedarse dormido,
Que se amarraba a la cintura
El cordón umbilical.
Ya me ganaba el cansancio;
Y la transpiración de mujer embarazada
Me revestía el cuerpo,
Me secaba la boca,
Me tiraba el pelo,
Me hinchaba los dedos.
• 362 •
Y todavía no le ponía nombre
Ni le compraba cuna,
Porque lo quería hacer dormir
Entremedio de mis piernas
Con un fondo de sábanas amarillas
Manchadas con aceite.
Y mientras caminaba,
O trataba de hacerlo,
Sentía que el niño
Se me iba a caer
Y lo sujetaba
Para que no se fuera a pegar
En la cabeza
Cuando eso pasara,
Pero por lo general
Eso-
Nunca-
Pasaba.
• 363 •
Y tengo a mano la cinta adhesiva
Para que no se me vaya a caer,
Pero. . .
¿Pero cómo lo llamo para que salga?
¿Cómo le saco la foto de niño recién nacido?
¿CÓMO ME LO ARRANCO DEL ÚTERO?
• 364 •
Mortinato 3 (fragmento)
(…)
• 365 •
Intitulado
Ven, tócame
Siente la consistencia del concreto
Y de las grande ventanas
Por las que no entra el frío.
• 366 •
Ven, que tengo ríos y océanos
En donde se pierden los niños
Y son encontrados colgados de los árboles
Ven, a habitarme
Y bailaremos cueca chora, guaracha y algún tango loco,
Ven a vivir dentro mío
Que sin tí esta patria se seca.
• 367 •
Priscilla Elizabeth Peña Figueroa
(Santiago, 1984)
• 369 •
Piel
Tiempo
• 370 •
Oscar Fernández Figueroa
Porque al caminar
Siento que los pies nadan
En un cementerio de recuerdos
Dentro de unos zapatos
Es que el vacío entre mis dedos Y la realidad
es inmensa
• 371 •
Aun cuando mis defectos
Opaquen mis dientes
Y sólo lágrimas
Salgan a recibir con aplausos
Las críticas y bromas
Al querer destapar el ataúd de mi hermano
Y secarle la cara a mi madre
Es que miro hacia mi costado
Y veo
Pelos
Uñas
Carne
Sangre
Por horas asesinadas
Es que hasta los árboles danzan
Es que hasta el viento los acaricia
Si tan sólo fuera más verde
Tuviera más ritmo
Llegaría mi viento
Hasta me imagino
Que por escribir todo esto
Resucitan pieles muertas
Y juegos artificiales
Me vienen a buscar
Para ser una estrella
Te miro y me enamoro
De tu inalcanzable vuelo
Se que mis alas crecerán
En el techo de tu casa
Para vigilar tus sueños
• 372 •
Creo que ninguna cuerda
Es tan firme
Para sostener mi cuerpo
• 373 •
Holocausto
Camino
Susurra el cemento un auxilio
Ya no quiere beber más
No quiere oír más
Teme que llegue la noche
En el Paseo Ahumada
Y recordar el olor de los barrotes
Que encarcelan la voz y cortan las lenguas
• 374 •
Luis Alejandro Fuentealba
(Osorno, 1988)
• 375 •
Fernanda
Se escuchó su respiración
en la habitación de al lado
antes del 21 de Julio.
Su aliento fue una cucharada
de leche instantánea
que calló en lenta y suave
montaña rusa
sobre la mente,
convirtiéndola
en una gran taza
de agua hervida.
Para su cumpleaños
no habrán invitados
que jueguen a hacer círculos perfectos
con el líquido
de los vasos,
ni algo que la haga sentir
el calor de las velas
en su cara.
Ella arrienda una pieza
en una calle del centro.
Viene de no sé qué lugar
Y los demás arrendatarios
la miran con cara de pena
porque su pelo está siempre igual
porque no le llega correspondencia
y sale cada día
con el mismo par de zapatos.
La dueña de casa
la mira con desprecio,
como si estuviese enferma
y la fuera a contagiar.
• 376 •
Camina por las calles,
camina por las avenidas,
y vuelve a las calles.
A veces mira los puentes
Como un viaje a Mercurio.
De Abril a Julio
se pintan muchos cuadros
aunque ella no haya alcanzado
a verlos terminados.
Justo cuando esta navidad
pensaba dejarle
una tarjeta
bajo su puerta.
Es que ella,
de tanto soñar con ir a Mercurio
finalmente se fue.
Yo nunca supe
cómo se llamaba,
pero siempre he imaginado
que su nombre
era Fernanda.
• 377 •
Preludio
Camino más
de todo lo que puedo correr.
Estoy conciente
de que he desgastado
las rodillas más de la cuenta,
que sano me queda
sólo la envidia
espesa,
ya sabes
cómo funcionan
los motivos,
cómo se aguanta
la respiración
sobre el agua.
Matarile
• 378 •
Página 164: La Enfermedad
Maduró el agua
del lavamanos,
parió el cielo su lluvia
y nuestras bicicletas dibujadas
en una ventana empañada
volvieron
a las bocas eléctricas-precoces.
Turbulencia
No puedo quedarme,
no aguanto el grito
que no arranca que me encoge.
• 379 •
No hay caminos directos
no hay nada de mí
que logre alcanzarte.
Mírame
quiero estar donde tú estas.
He visto pasar
incontables colores.
No desaparezcas
de mi frente
qué más podría maravillarme?
El pedal a fondo
y a la montaña rusa
se le suelta un carril
voy cayendo,
apretando los ojos y dientes.
Contendré el golpe
cuando abra la cara
y sepa
que esto no es un desperdicio,
que este montón
de dedos no tendría utilidad
de otra forma,
que sigo aquí
y la cosas se siguen moviendo.
El sonido vuelve a goterones,
voy reconociendo
el resto de mi cuerpo.
Sigo aquí
sin lograr
alcanzarte.
• 380 •
Isaías Castro
(Santiago, 1987)
• 381 •
Pasadizo
Tumba
• 382 •
Irresoluta
Hablamos,
de amor no te equivoques
no digas la sílaba sinmuerte,
antes de ti a este cuerpo
no le quedaban más de setenta años.
• 383 •
de trapo en vestimenta, de vestigio blanco a costillas bailando.
Hablamos,
pero al parecer jugamos a dar vueltas
el olvido es una ruleta
y cada vez despertamos
cada vez
más cosquillas.
Credo
• 384 •
Urbe
• 385 •
al calendario de fusilamientos
al calendario del cáncer
del infarto
al calendario de pasar tarjeta, de levantarse día a día
con la esperanza de ahorrar para mañana
de ahorrar gastando un poquito
para soportarlo,
no es que no me importe
es que esta risa
esta paz en la fluctuación de países imaginarios
me da satisfacciones
más que su alimento espiritual más ostentoso
más que su mesa servida de menús internacionales
cuando usted se encierra a llorar
que nadie lo toca
que nadie le reconoce la piel con un murmullo
que en este país no se puede confiar en ninguna persona
que esta ciudad es un peligro
que nos falta desarrollo
que falta que surjamos todos
para que los impuestos den abasto a tanta cárcel
a tanta publicidad paranoica
a tanta fiesta y vacío.
• 386 •
Insana
a veces me dan ganas de llorar solo porque es saludable
Te lanzo cuchillos víbora
y sales de la tierra para besarme
para llevarte mis ojos
y me clavas tu cascabel
de soles iracundos
me emborrachas con tu destino de muerte
y nubes forman una cama
un banquete cubierto de biombos
y sales de la tierra para besarme
víbora
nada te hace sangrar
nada ni estos dientes dentro de tu lengua.
• 387 •
este coloso de fuego
y no alcanzo a ver las grietas
la tierra explota tras del árbol hambriento
y me desnudo frente a ti mujer
mujer mujer mujer de roble
esculpida
este cuerpo cae sobre ti
como sobre un desierto de barro
y te abro la boca
como embistiéndome contra un yacaré furioso
ruges
y la gravedad de ése pubis negro
me hace caer hacia el centro de la noche.
• 388 •
Karol Hoch Campos
(Santiago, 1987)
• 389 •
De corazones guachos
Porque aquí se corre tras la pelota de supermercado en una cancha con un poco menos de
polvo que nuestras casas, nuestras camas / los ojitos.
Porque aquí las rodillas se infectan de risas sin dientes y nos brotan las ilusiones como piojos
de las cabezas.
Hoy llueve como nunca el polerón más calientito baila gira baila se mueve bajo el agua el viento
rompió mi paraguas el negocio de la esquina ya no trae sopaipillas tengo solo zapatillas de lona
a la estufa a parafina no le queda ni una gota
hoy llueve como nunca / como nunca llueve qué iba a imaginar lo empapada que quedaría
como nunca como nunca me había pasado no tendría por qué saber que no hay segundas
lecturas no tendría por qué predecir que mordisquearnos los labios quedaría en eso
baila gira y baila bajo el agua no hay una sola huella de barro ten cuidado que el pasto se vuelve
resbaloso no tenías cómo adivinar cuánto duelen las rodillas los codos y las palmas raspadas.
• 390 •
Hey, protege tu hogar
Grita la espalda cansada La áspera mano con que a tu mujer abrazas Dignidad Dignidad La
melodía que bailas El pitito que se impregna en el tímpano izquierdo hemisferio superior
derecho La palabra mágica que representa el quehacer del día a día Las letras de tus niños el
techo de tu casa esperando unos cuantos billetes con caras de héroes estampadas Tu rostro
jamás aparecerá aunque esta noche sientas que tuviste todo el trabajo del mundo sobre los
hombros / No te aflijas Acabas de alimentar a tus hijos a tu madre y al que te da el trabajo digno
te regala una sonrisa y da la mano con asco cada mañana.
Nuestra plaza
Nuestras manos
Nuestras bocas
Volar
La niña que atiende una pequeña pajarería no deja de mirar una pareja de canarios amarillos con una sonrisa en la
cara.
Y yo no puedo evitar preguntarme cómo no se cansa de tantos deseos acumulados en las manos, la cintura, los
dedos de los pies / dentro.
Sacarse las costras como niño y dejar que brote lo que deba.
Los pájaros siempre gritan porque quieren volar / las pequeñas marquitas en mis piernas no se irán nunca más (y
no niego que me encanta la idea).
• 391 •
La copia pirata feliz de edén
Quiere ver más que el destello en el cielo que dejan los fuegos artificiales
después de su propio estruendo y eso que a veces sube al techo en puntas de pies para poder lograr un poco más.
• 392 •
Niño moro
Los brazos flacos se abrazan a un arma todas las noches / aprendió a dormir con los ojos abiertos.
• 393 •
María de los Ángeles Sánchez
(Santiago, 1986)
• 395 •
descubrir / punto aparte son quienes recorren las mitades del número / al centro mitad del ocho no hay sino un
momento mágico / en espera de dos que en realidad son un uno no encontrado / y es que es difícil saber sin
indicios de verdad / es difícil encontrarse a oscuras cuando la melodía no ilumina ni casi claridad / nuestra música
son pedazos unidos por un centro inestable / notas a destiempo / caminantes a destiempo / yo te quiero en
destiempo /
*
te mueres tantas veces
que
tu cara al borde de dos noches proyecta colores nuevos
yo no sé como nombrarlos
sólo sé que duelen como un globo inflándose en el pecho
adentro
junto al miedo que se acumula y danza ya en el desayuno
digo
los colores sin nombre se vuelven manchas al sol
se decoloran
mutan
y desaparecen (fantasmas que no asustan)
¿entonces?
quedamos en blancoynegro
(color que congela el tiempo)
¿resumen?
miedo de mentira, te tengo miedo de mentira
• 396 •
La mejor forma de decirte las
cosas es cerrar la boca
apretarte las manos
juntar nuestras frentes
y pensar con fuerza
• 397 •
te escribo en verde y en violeta
en fosforescente para verte en la noche de ojos cerrados
en el bien sobrevalorado de la gente
en tu color particular y sin nombre (aún)
en nuestros recuerdos de pasado mañana
en la herida abierta de mi codo izquierdo
en la sangre que se enrama desde mis vasos
hasta tu falange más pequeña
al unísono: no me interesa que tus manos estén vacías y blancas. sobre todo blancas, sobre todo vacías, te(me)
desaparezco lentamente!
*
perdóname cada vez que te abrazo de rabia / que te digo que ya no fumes cuando sabemos lo bien que luce
ese puñal con filtro en tu boca pálida / será que aún tenemos quince y adolecemos entre los mismos márgenes /
acoplando intentos y segundos que nos hacen sentir / casi / casi interesantes
• 398 •
/Y sé que estoy loca y sé que tengo el pecho podrido de aguantar, y aquí estoy quieta por oírlo, por verlo menear
los brazos. (F.García Lorca)
ya no pido perdón / por que no soy la única que se muere todos los días un poquito y se disculpa con nadie por
eso / y es que repito / la sangre pesa el doble en la tierra que en las venas /
• 399 •
ventana poniente a las tres pm
el pajarito de papel ha aprendido a hablar
• 400 •
Jorge Luis Navarro Ho
(Santiago, 1986)
• 401 •
Presentación
me gusta la poesía
escrita con un lápiz gastado,
aprovechando la última tinta de gota,
como vaso vacío a medianoche
escrita en murallas
en vez de antologías
• 402 •
Inventario
MOP
la construcción
había resistido bien
[hasta ahora] mas
los frecuentes accidentes
y la lluvia terminaron
por erosionar el terreno.
llamaremos a la excavadora
para que retire los escombros
del corazón:
lo sentimos mucho
fue fatiga de material.
• 403 •
Mala costumbre
pero luego
enmudezco,
me salen raíces
y me quedo en la misma línea sin saber c ó m o c o r r e r d e a h í.
Nitrógeno (N)
a mi hermano
no estoy orinando las plantas
-se defendió furioso el científico-
Piso 15
a Andrea
• 404 •
La verdad
Ejemplo de igualdad nº 3
imagínese que
hay cientos de nombres en la placa,
nombrar al arquitecto
nombrar a los obreros
que se rompieron las manos
construyendo el edificio.
• 405 •
Democratízate
al final de cuentas
tiene que introducir en la urna
la papeleta sellada con su saliva:
¿acaso no le informé que este día
su saliva le serviría
para algo más que hablar?
• 406 •
Silvana Bustos
(Santiago, 1987)
• 407 •
Parque la Bandera.
Te defendí
diciendo
que somos
buenas personas
que la ropa,
no hace
significancia
a que tú:
ya habías
metido su
celular
en tu cartera
un clásico
es aún
verte
caer sin paracaídas.
• 408 •
Sebastián León
Lo único concreto
es que usted no volverá
pasados muchos inviernos
• 409 •
Te vi el pico dibujado en la cara
• 410 •
Esta querella
Irrumpiendo en su tiempo
mi tiempo
Ese,
Ese que salió años después que se rompiera mi himen
Ese,
Ese que nadie quiso
Aunque estaba vivo, activo, con frecuencia cardíaca presente
Ese,
Ese que me hizo apagar la tele
Y escribir.
Te busqué
para decirte
que me
sorprendió
lo osado de tu poema
que hace referencia
al olor de la caca
que se queda pegada
en las manos,
después de ir al baño
y que nos obliga a lavarlas.
Lástima que tú
ya te habías ido a
WALT DISNEY,
con todos los ratoncitos
dentro de tu ropa.
• 411 •
El resto del año
Me resisto a resistirme
a contenerme
y no desbordar
palabras que digan sin decir
• 412 •
Fabrizio Badilla
(Santiago, 1986)
• 413 •
Colonia
Frío
No hiela
Es muerte placentera
El misil ya no se escucha
Y nos reímos de Hiroshima
La brisa ya no quema
Con el aire así de denso
• 414 •
El olvido nos ha hecho ciudadanos
Fuimos elegidos
Y no nos dimos cuenta
Silbar
Un padre siempre es
Un hijo se forja se oculta
Se echa a una fuente
Y se pide por él lanzando una moneda
Aunque se llore puede lanzarse
• 415 •
Guitarra
Sin verso
Radiantemente vana
Resueltamente lejos
Impolutamente humana
Ausencia de reflejo
Ser remo
• 416 •
Sujeto deontológico
De acuerdo
Quizás en ellas murió alguien
Quizás ríe
Reza
Se clavó una espina a la intemperie
O disfruta de las patéticas escenas que tienen lugar en la sala
-sexo continuamente frustrado con mi esposa-
Quizás advierte un comportamiento errático
Cuando toco a mi mujer No sé
La mala causalidad de mis actos
En una relación sexual
Me siento culpable
Como con las hormigas
Y no debería
• 417 •
La esperanza
Aclaro
Constante el lamento entre los cobardes
Yo lo alejé de las historias que a mí vinieron
Sin más
Las solté en los salones de la Universidad de Chile
A pesar de mi falta de talento
Con este solo verso
Disparo
• 418 •
Utopía de poetas antologados sin mucho éxito
Un día de estos
Escribiré el mejor poema de todos los tiempos
Será todo lo realmente universal
Y aclaro que no universal rasca postmoderno
Sino universal totalizante
Tan grandioso ha de ser
Que se olvidarán todos los poemas existidos y existentes
Y el mundo girará en el eje de mi poema
• 419 •
Los Telémacos
Así
Sin más
Los Telémacos levaron anclas
Frente a la mirada atónita del panteón
• 420 •
Nicole Salas Salinas
(Santiago, 1990)
• 421 •
La fiesta
• 422 •
Otra vida
• 423 •
Mariana
• 424 •
Sebastián Valdés
(Santiago, 1987)
• 425 •
Hereos como una patología
La vida es un ciclo. A busca a C y le regala una caja con todas las cosas de B. B cuando sufre de hereos, también
en su momento la da una caja a C. Finalmente, todos se olvidan del ciclo, del “amor”, las cajas se pierden en una
bodega.
Dios
En efecto, Dios era bueno, no cabía duda de que los años le pasaron la cuenta.
Como Teillier
Va a venir el tiempo,
en que tendremos que acostumbrarnos
a ver nuestros amigos muertos
en imágenes pixeladas.
• 426 •
Horario punta
y ahora,
• 427 •
ejercicio rutinario
de mayúsculas en word
• 428 •
Heterodificación
• 429 •
Traducción de Penas en el Cuerpo
• 430 •
te quise desde el primer momento,
desde que supe que estarías escribiendome despacio en alguna parte,
y te leí repetidas veces con el miedo de saberte mío,
(nótese la “o” como pequeña confesión)
y así y todo te hubiese preferido a los treinta o los cuarenta años.
pero ahora,
ante la formación concreta;
de verdades acerca de mentiras
y mierda derramada sobre leche:
‘sé muy bien que no me importaría quedarme‘
aún sabiendo que hay etapas que se apagan con saliva,
y se encienden solas,
que para-siempre son palabras juntas que significan eternidad,
en un mundo que se estancó en la cama,
se forró de profilácticos
y murió con la palabradios.
.
sabiendo que vivimos en un tiempo impenetrable,
que nos apretamos en el metro en las mañanas,
que hacen felaciones en esquinas y paraderos
y normalmente nunca pasa nada.
.
que tener nombre compuesto da cierta geometría,
que besarte implica sitios y circulaciones,
donde no se justifica el accionar
sino la causa.
. y cómo iba a imaginarme yo,
entonces,
un día 8 de octubre de 1987,
derramándome
como una mancha impúdica
sobre las calles de Santiago,
prefiriéndome desdentarme sentado,
pariendo un ser de vidrio,
de las imágenes más tristes de mi vida
dos personas acostadas,
viendo una película
y un niño en brazos.
cómo no ibas a imaginarte tú,
. que fui a esconderme a las bibliotecas,
y que hubiese preferido un nombre
• 431 •
terminado en vocal abierta.
y siguiendo con certeza el tramo recorrido
de casa en casa y la esquina nuestra,
ahora,
quisiera que vinieras a buscarme,
quisiera acostarme en cualquiera de esas piezas repartidas,
para así, una vez más,
ir amaneciendo la costumbre de saliva,
para esos sensibles estados de conciencia
que seguramente pasarían al olvido
de no ser ahora,
texto
sobre
texto.
• 432 •
Gonzalo Andrés Valdés Moscoso
(Santiago, 1985)
• 433 •
Regreso
• 434 •
Dos colores
• 435 •
¿Y qué?
Las Rejas
• 436 •
Rockeame
Rockea en mi silencio
Rockea en el olvido
Rockea cuando no queden horizontes por mirar
Rockea en mi garganta
Rockea en tus rodillas
Cuando estén gastadas frente a algún escritorio
Rockea en lo invisible de mi voz luciérnaga
Rockea en el metro con los ojos cerrados
Rockea a la alameda que nace de tus pies
Rockea en el rojo de un semáforo
Rockea tú
Rockeame a mí
Que la vida fue hecha para rockear
Rockea cuando me roben el sentido a la vida
Cuando no quede noche por rockear
Rockea en tu sangre pintando paredes
Rockea en las lágrimas que hemos reciclado
Para volver a ocuparlas algún día de lluvia
Rockea en mi muerte
Rockea en mi vida
La que le hice un camino único hacia ti
Rock maldito !
Carta al Ego
• 437 •
Cadenas
Qué importa
• 438 •
Mario Enrique Guajardo Vergara
(Santiago, 1985)
• 439 •
/Ch/ilce
• 440 •
Nutshell
erratas de la realidad.
Cierto: es sábado.
La ventana extiende
baldíos preciosos, seductoras zonas de peligro.
Ahí no saben probablemente ni que vive;
él sí, él sabe que viven y lo esperan zanahoria en mano.
Cierto: de vez en cuando ve a sus amigos
en una francachela amena,
algún encuentro hay bajo la música y sus lámparas,
después de esas insufribles veinte horas de trabajo a la semana.
(Lo de insufrible lo piensa y ni se arruga)
• 441 •
Pero de vuelta en su concha, sobre la cama
queda este ¿cómo decirlo?,
gustito a poco. Bajo la otra lámpara
sabor a cenizas, fantasías y culpas chamuscadas,
lo de siempre: jugar a la locura y a la soledad,
un ejercicio mentiroso.
Esquina enumerada
(Los Nogales)
las fachadas
los parques
las canchas
los caminitos al costado
el paso del tiempo.
Los niños lluvia duermen y descansan al acecho,
preparan las agallas para la salida
• 442 •
(sus juegos de aventuras: inmersión nocturna
que no tiene testigos, balazos al aire
y una que otra mexicana),
Jean-Pierre el pejechoro y sus amigos
juegan a los Vatos Locos -¿Viste esa película?
Nosotros íbamos y nos buscábamos para pelear
y entre golpe y golpe nos encontrábamos
así de repente espinas y carne unos para otros,
lo único que sabíamos hacer bien,
bajo el signo de Mambrú, loco.
-Mientras su madre compra lo usual:
un cuarto de tapapecho
dos lonjas de mortadela
medio kilo de sal
tres bolsitas de té
Al final una micro te recoge a ti, a tus agallas nuevas y una cierta tirantez, porosidad del viento, la convicción de
que pintar aldeas es inútil: siempre hay algo que no existe, inenarrable como el hambre.
• 443 •
Este no poder saber ser lo que se es
II
• 444 •
La calavera ladina de mi abuelo me habla:
Yo no conté esas historias de mi pasado
para que las conozcan
sino para que sepan
que nunca las conocerán.
Todo se reduce a estar a la altura del cadalso,
de la calavera que prende un cigarro
y te pregunta - ¿Y? ¿qué es de tu vida, mi cholito
no te parece que sobra?
III
• 445 •
y luego los comen y les chupan el dolor hasta las lágrimas”.
Pero decirlo así es cursilería inútil
Y si eso todavía es un poeta, el “trabajo” de un poeta
mejor que tus palabras hablen el lenguaje de los suelos,
a zumbidos cortos, de los aullidos subterráneos
y que conozcan, por lo menos, la distancia entre el cuerpo
y la palabra hambre.
• 446 •
Daniela Navarrete
(Santiago de Chile, 1988)
• 447 •
Quince
• 448 •
Miss 17 tiene onda
Yo no fui Miss 17
porque no era linda
porque jugaba con pistolas a matar
no era miss 17.
Los vestidos nunca fueron tan bellos
como la tierra
como el pasto verde
que colorea las rodillas
ni las muñecas tan importantes
como mirar la ciudad en bici.
• 449 •
Canino, tu color
Como siempre tú
una mancha verde en Santiago
un error traspapelado en la calle
lenta rápida tú
no la calle
los perros / los perros
• 450 •
Ricardo
Se arrastra
Ricardo
tu nombre por mi periferia corporal
bajo mis puentes
los mundos viscosos
que te toman de sorpresa cada noche
en la ciudad.
Ricardo
tus drogas son duras
tus drogas estaban con tu nombre
tu destino.
¿Ya no recuerdas
Ricardo
los artificios sobre las cabezas?.
• 451 •
COMA
Como si uno hablara con angelitos muertos, como si fuera la Amy Winehouse retardada y además con SIDA, como
si el SIDA fuera algo malo, como espantarse cuando digo eso y entienden que quiero decir que es bueno. Pero ni
bueno ni malo, no existen esas dos cosas. Sólo existen los cables interconectados que mueven las partes del cuerpo,
rojo l e n t o, verde rápido, amarillo es amarillo, blanco no mueve nada: significa un coma. ¿Cómo poder llegar a un
coma en esta ciudad? ¿Cómo poder establecer un coma en la vida de alguien en esta ciudad? hola, establezco en tu
vida un coma un estado vegetativo un nada. Hola, te establezco un nada. ¿Cómo puede la ciudadanía no creerme?
¿Cómo puede uno trascender sin trascender según la RAE? y cuando se transforma en sueño el helio y la esperanza,
el coma y la trascendencia, la muerte y la ciudad. O cómo se hace para cortar cables o cómo se hace para comprarse
cables o cómo se hace para mezclarlos.
Se convence a un ser humano de la existencia del universo, se convence a un ser humano una historia un pasillo
un descender de algo una llegada un fin se convence. Unos angelitos comiéndose la parte de uno y uno mirando.
¿Cómo decirle al ángel que esa parte es mía? ¿Cómo decirle ése es mi trozo? pedazo ese mío ángel mío. Cuando
sólo los ruidos. Sólo esa sonoridad molesta, ese taparse las orejas y cerrar los ojos ese cállate conchetumadre.
Decir esto no es un demonio ni una enfermedad ni una adicción, es el cielo. Es el cielo monstruoso, la profecía el
fondo y la subida el arsenal de bellezas y precocidades.
Si te dijera animal
Ahora creo que jugábamos al luche desde tierra sólo para alcanzar cielo, desde suelo a cielo suelo a cielo. Por eso
mi fosforescencia, mi constelación, mis ganas de ser cielo/suelo, porque en el cielo los tambores suenan despacito y
respirar aire es como comerse ocho galletas de marihuana sin amasar ni moldear ni hacerse agua la boca o la boca
agua. En el cielo no vas a estar nunca tú, porque nunca creíste ni en la tierra, ni en la luz pegando en los edificios,
tampoco decías venga después de Talagante, viste que soy más rota que tú, más perra, más odiable. Los odiables
algún día seremos celestiales, leru leru, diseñador, aunque pensemos en todas las camas reservadas para nosotros
y en tu departamento, te perdono en no-cielo de tu cuerpo, la ausencia satelital e infantil, te perdono los jales y la
nariz sangrante, te perdono las palabras que dicen tu edad; lo que te falta es cielo es luche es ponerle nombre al
ombligo y apellido a los perros.
• 452 •
Susana Opazo
(Santiago, 1991)
• 453 •
Cien agujas
nos dolemos. tengo cien agujas en mi estómago y ácido clorhídrico en mis ojos.
nos dolemos. somos cómplices de nuestros suicidios.
las encubridoras de nuestras propias muertes
te molesta, te molesta lo que a mí me molesta.
bocanadas de hambre y dolor de cabeza.
te molesta, te molesta mi amor, mi amor de pulsera roja en la manito izquierda.
te molesta mi amor de serpiente que se traga su cola.
te molesta mi amor de metabolismo lento.
te molesta mi amor de dedos manchados.
ojitos rojos de grasa convertida en pena.
ojitos rojos de espejos dilatados.
sangre blanca y cuerpos sin excremento.
• 454 •
Hemorragia
no quiero entretenerte
quiero tenerte
Dadalú
me ahogo
y no entiendes que lo que cae es por tí
no entiendes que lo que mancha es por tí
son mis llantos de adentro, bien adentro
lloro sangre porque por dentro soy virgen.
aumentan
los ruidos
mi útero se retuerce por ti
por lo que llevo dentro
desde el pecho hasta mi pubis
todo mujer
todos mujer
me derrito lento
y no entiendes
que lo que cae es por tí
lo que mancha es por tí
el corazón me lo arranco y lo hago challa;
HAY QUE GUARDARLO BAJO LA CAMA
PARA QUE MAMÁ NO LO ENCUENTRE.
un puñado para tí
nada más porque no hay más.
desengancho mis kilometros de intestino
y juego a saltar la cuerda
y salto yo
y los jugos.
HAY QUE REGAR LAS PLANTAS
PARA QUE MAMÁ NO LO ENCUENTRE.
con todas las jeringas utilizadas en hemorragias pasadas
quiero sacar todos mis liquidos interiores
HAY QUE AHOGARTE
PARA QUE MAMÁ NO LOS ENCUENTRE
TENGO QUE AHOGARTE
PARA QUE MAMÁ NO LOS ENCUENTRE
QUIERO AHOGARTE
PARA QUE MAMÁ NO NOS ENCUENTRE.
• 455 •
Se secó
se secó, se le acabaron las semillas del ermitaño y ya no sabe qué hacer. Las drogas no ayudan y no entiende sus
suposiciones de lo que debiese gritar, porque gritar se le hace incontrolable, sea el estado que sea, la violencia
interna se apodera de sus neuronas y hace lo primero que manden sus electroconductores. Será mucha glucosa o
mucha masa, pero las penas se le siguen acumulando en los muslos, aunque están como guardadas, el negro de
sus trapos las cubre y ya hace dos meses que no le causan problemas. Quiere leer y no sabe que puede leer, quiere
escuchar y no sabe que puede escuchar. Quiere hacer caca, pero aunque haga caca no puede expulsar sus traumas
interiores.
5-hidroxitriptamina
• 456 •
nadoso
sangre escar/latina,
chilena infectada contagiosa.
nada te mata
nada te deja como estás
nada se comió a tus amigos
como espíritu caníbal hambriento de amor familiar de población callampa
ojitos de azufre,
impacto.
precipitación.
ciudad nevada como tu nariz
y sorda
porque no mira más allá
de lo que hay a los pies de la cama.
• 457 •
Al frente del hipódromo
• 458 •
NOMELOTOQUEN
Hija,
Sustancia similar,
sustancia hija,
hija mía
de rodillas,
hija de adentro, de sangre,
de semen,
de sangre,
yo soy tu sangre mi viejo,
hija mía de rodillas,
hija mía en la silla,
en la neblina,
yo soy tu sangre sin cuerpos enfriados,
ni gorros en verano,
ni cuerpitos flacos vomitando en triterapia,
yo soy tu sangre mi viejo,
nadie debe saberlo,
menos la hija de las agujas,
menos la hija, menos mi hija,
que sueña con que camino solo,
y con manchas de pastillas en las mañanas
junto al té antes de irse al colegio.
Hija,
hija mía,
hija de mí,
hija de mí, de adentro,
de siempre,
de aquí, de mi genealogía entera, de siempre
yo soy tu sangre,
tú eres mi sangre,
yo soy tu sangre mi viejo, yo yo yo yo
viejo, papá, de rodillas en la neblina
papá viejo viejo no tan viejo, que no
llegará a ser tan viejo, viejo, demencia,
viejo cintita roja, viejo
yo soy tu sangre mi viejo,
yo te trago por dentro, desde adentro,
y te veo juntar el espejo con las veredas para mirarte
siempre al caminar desde el centro de la tierra hasta el hospital san José.
El sidario propio en la casita,
el sufrimiento de los padres no es arma genosida.
El AZT no es agente externo matasanos,
sólo es acelerador de finales para los enfermizos.
• 459 •
Vicente Fuentes González
(Santiago, 1987)
• 461 •
Edelmira Molar
(Diente Blanco No te Vayas)
“John Quijada”
• 462 •
En el nombre del Padre, del Hijo, de La Hermana, de la
Mamá, del Abuelo y de Marx.
II
III
• 463 •
y con un tarrito con Hielo
pero mis ideas se transaron y viví en una época equivocada
amé a una mujer que me entendió a medias
y la que me entendió por completo
la torturé, la deseché por la vanidad.
IV
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Maraca
Santiago Ciudad Misógina, Pedófila
el amor de Dios es el Único que cultivamos.
VI
• 464 •