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LAS SOCIEDADES DE CONOCIMIENTO

Y LA CALIDAD DE VIDA

PRINCIPIOS DE EPISTEMOLOGÍA AXIOLÓGICA 5


LAS SOCIEDADES DE CONOCIMIENTO
Y LA CALIDAD DE VIDA

PRINCIPIOS DE EPISTEMOLOGÍA AXIOLÓGICA 5

Marià Corbí
© Marià Corbí
© Las sociedades de conocimiento y la calidad de vida.
Principios de epistemología axiológica 5

Portada: Ilustración cedida por Rubén Caruso.


www.rubencaruso.com

ISBN digital: 978-84-686-4520-9


Depósito Legal B 4622-2017

Editado por Bubok Publishing S.L


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Índice

LAS SOCIEDADES DE CONOCIMIENTO Y LA CALIDAD DE VIDA

Introducción breve ........................................................................................... 11

Conceptos centrales de la epistemología axiológica (EA) ....................... 14


Sociedades de conocimiento .............................................................. 14
La dimensión absoluta de lo real. (DA) ........................................... 17
La DA es nuestra única posibilidad de libertad y libre albedrío ... 21
Proyectos axiológicos colectivos (PAC) ........................................... 23
El ego y sus supuestos .........................................................................23
La epistemología mítica (EM) ........................................................... 25
Epistemología no mítica .................................................................... 26
Importancia de la noción de “modelación” ..................................... 28
La religión ............................................................................................ 29
La noción de “espíritu” ...................................................................... 30
Espiritualidad y CHP ......................................................................... 30
La CHP como indagación y creación libre ..................................... 32
El PAC es la base de la cultura .......................................................... 32
Patrones de construcción de PACs .................................................. 33
La actitud axiológica de fondo en las culturas ................................ 37
¿Necesidad de la epistemología axiológica (EA) y sus tareas ........38
Los valores y las virtudes ................................................................... 43
Nueva ontología .................................................................................. 44

La dimensión absoluta en los PACs de las sociedades de conocimiento .....45


La única salida ..................................................................................... 45
El tipo de sociedad, el patrón de construcción de PACs
y la interpretación de la realidad ....................................... 50
El cultivo de la DA y de la CHP en las sociedades
de conocimiento .................................................................. 54
El cultivo de la DA desde el Patrón C .............................................. 69
La pretensión de los PACs de las SC: la calidad
de la vida humana, la felicidad ........................................... 70
La realidad no tiene un por qué .....................................................76
¿Cuál es el destino humano? ............................................................. 78
El destino y el libre arbitrio ............................................................... 82
Insignificantes y de importancia suma ............................................ 85

La cualidad humana y la cualidad humana profunda en las


sociedades de conocimiento ............................................................................. 88
La noción “Dios” ................................................................................. 88
La promoción de la CHP en las SC .................................................. 96
Una ética humana desde los humanos ........................................... 103
La CHP y la ética ...............................................................................106
Premio y castigo ................................................................................ 108

La comprensión de la realidad desde las sociedades de conocimiento .... 113


Ontología jerárquica .........................................................................113
Todas las realidades son vacías de entidad en sí ........................... 115
Desde la ontología de las interdependencias, todo está vacío ... 116
En las SC todo son interdependencias .......................................... 118
El gran daño causado por la EM en la historia humana ............. 120
Ventajas de la eliminación de la epistemología mítica ................ 124
La individualidad, la CHP y la muerte .......................................... 126
No parece razonable pensar que haya espíritus en el cosmos .....128

De la sumisión a la indagación libre ............................................................ 130


De “espiritualidad” desde la sumisión, a “CHP” desde
la indagación y creación libres ......................................... 130
El camino a la DA como indagación libre ..................................... 136
Investigación e indagación libre y sin fin ...................................... 143
La guía interior ..................................................................................145
Todo lo cualitativo está sometido a la ley semiótica .................... 147
La verdad es pura cualidad .............................................................. 151
Las certezas axiológicas no se pueden imponer ........................... 155
Ninguna certeza axiológica es heterónoma ...................................158
De la opinión a la certeza y a la visión ........................................... 161
Ninguna realidad es cognoscible en su ser propio ....................... 164
Los grandes maestros religiosos y de las tradiciones
espirituales de la humanidad, también tienen errores .. 168
Reflexiones sobre la muerte .............................................................171
La muerte en las SC ...................................................................... 172
La muerte ........................................................................................... 183
Ni aniquilación, ni eternalismo ...................................................... 184
La muerte de mi perro Quitxo ........................................................ 188
Reencuentro con mi perro muerto Quitxo ................................... 195

La ciencia es obra de unos vivientes necesitados constituidos


por el habla ....................................................................................................... 198
La ciencia es la creación de vivientes necesitados ........................ 198
La creatividad tiene raíz axiológica ................................................ 205
Reflexiones sobre la noción de “proceso” ...................................... 207
El espacio-tiempo y el no espacio-tiempo en el cosmos ............. 211
Consecuencias del crecimiento espectacular
de los conocimientos cosmológicos.................................. 213

La dimensión absoluta en nuestra condición de animales hablantes ....... 217


La función biológica de la DA y sus consecuencias ..................... 217
La DA es un dato, no una creencia o un supuesto filosófico ...... 221
La DA no puede ser un postulado .................................................. 226
La DA, sin EM, es libre de toda forma ........................................... 227
Las palabras y la DA ......................................................................... 228
Relación entre la flexibilidad frente al medio
y la noticia de DA .............................................................. 231
Intento de aclarar algo la dimensión absoluta
de lo real en una sociedad no religiosa ........................... 233
El yo y la DA ...................................................................................... 237
La DA de los mundos ....................................................................... 242
La DR y la DA del cosmos ............................................................... 248
Relación de la mente y el sentir en el camino a la DA ................. 251

A modo de conclusión .................................................................................... 254


El verdadero silencio ........................................................................ 254
LAS SOCIEDADES DE CONOCIMIENTO Y LA
CALIDAD DE VIDA

Introducción breve
En este 5º volumen de la “Epistemología axiológica”
continuaremos reflexionando sobre las consecuencias de las
sociedades de conocimiento (SC) en todos los ámbitos de la vida
humana.
Empezaremos por una pequeña reflexión que nos parece útil
para el trabajo de construcción de PACs:
En la elaboración de un PAC hay mucho trabajo de análisis y
de construcción que no tiene por qué aparecer cuando se hace una
propuesta de PAC de sociedad de conocimiento a una organización
concreta.
El análisis de la situación axiológica y organizativa de la
sociedad de que se trate, no es necesario hacerla pública. Lo mismo
podemos decir de los postulados racionales, de la axiologización
de esos postulados, de la construcción del cuadro actancial. Estos
son trabajos de los axiólogos, previos a la propuesta de PAC que se
formule para una organización concreta.
Lo que habrá que presentar es la narración.
Pero a la hora de la construcción de una narración que sea
capaz de convencer a los responsables de la organización sobre la
que se trabaja, posiblemente tendremos que contar con una doble
narración:
-La que se ofrece a los responsables de la organización, para
moverles a tomar la decisión de pasar de una sociedad preindustrial
o industrial a una sociedad de conocimiento.

11
-Tendrá que hacerse una segunda narración dirigida al resto
de personal de la organización. En la elaboración de esta segunda
narración, se pretenderá convencer a todo el personal para que
asuman que tendrán que tomarse medidas para convertirse en
una organización de conocimiento. Esta segunda narración la
construirán los gestores contando con la colaboración del axiólogo
e irá dirigida a todo el personal de la organización.
Además de la narración habrá que presentar a los directivos las
estrategias especiales que se precisan para hacer la transformación
de sociedad industrial o preindustrial a sociedad de conocimiento.
Tanto las estrategias como las tácticas se trabajarán, en la práctica,
con la colaboración de los directivos. Habrá que juzgar si resulta
útil hacer partícipes al resto del personal.

No es fácil comprender y vivir todas las consecuencias que se


siguen de verse forzados a tener que heredar la sabiduría de lo que
nuestros mayores llamaron “espiritualidad” sin la concepción del
hombre que tenían como un compuesto de cuerpo y espíritu.
La espiritualidad fue un fenómeno que se presentó con gran
constancia en las sociedades preindustriales. Ese fenómeno, que
es central en la historia humana, hay que explicarlo racionalmente
desde nuestra condición de animales constituidos por el habla,
que supone una nueva antropología. Hay que poder formular
qué fundamento tenía la espiritualidad y su racionalidad en las
sociedades que nos precedieron y para poder estudiar cómo se
presentará en las sociedades de conocimiento.
Precisamos concepciones muy diferentes de las de nuestros
antepasados para poder llevar a término esa transformación, que
es una de las mayores que ha sufrido la especie humana en toda
su historia. Nos encontramos con una paradoja: debemos alejarnos
máximamente de las concepciones milenarias de las generaciones
que nos precedieron, para podernos acercarnos máximamente a lo
que realmente vivieron y nos legaron.

12
La razón de esta paradoja resulta de tener que transitar de
proyectos axiológicos colectivos, (PACs) de modos de vida que se
fundamentaban en bloquear todo cambio de importancia, a tener
que vivir y crear proyectos axiológicos colectivos para programar y
motivar el cambio.
Hemos de sufrir todavía una tercera transformación: los modos
de vida, los sistemas de valores colectivos, los proyectos axiológicos
colectivos (PACs) que nuestros mayores comprendían y vivían
como recibidos de los dioses y/o de los antepasados sagrados o de
la naturaleza misma de las cosas. Eran modos de vida recibidos,
sagrados, intocables, que tenían un prestigio heterónomo absoluto.
Desde esas concepciones nos vemos forzados a tener que crear
nuestros propios modos de vida, nuestros proyectos axiológicos
colectivos a nuestro propio riesgo, sin ninguna garantía exterior a
nuestra propia calidad como sociedades humanas. Tampoco hubo
ningún cambio equivalente a este en la historia de nuestra especie.
Es preciso reflexionar largamente sobre la transformación
cultural que estamos sufriendo y sobre las consecuencias que tiene
en todos los ámbitos de la vida individual y colectiva. El trabajo que
presentamos es otra vuelta de tuerca a todos esos problemas.

Nuestro primer apartado consistirá en recorrer las principales


nociones de la Epistemología Axiológica que han ido surgiendo
en los cuatro volúmenes anteriores, para recordarlas y tenerlas
presentes en todas nuestras reflexiones posteriores.

13
Conceptos centrales de la epistemología
axiológica (EA)

Sociedades de conocimiento
Entendemos por sociedades de conocimiento las que viven y
prosperan de la creación continuada de ciencias y tecnologías en
retroalimentación mutua, y mediante ellas, de la creación de nuevos
productos y servicios.
Son sociedades de innovación y cambio a ritmo progresivamente
acelerado, porque la creación continua de nuevos saberes científicos
arrastra a la creación de nuevas tecnologías, que a su vez repercuten
en el mayor crecimiento de las ciencias, y así sucesivamente en
un círculo virtuoso. Las posibilidades que abren las tecnociencias
empujan a crear nuevos productos y servicios. Todos estos factores
modifican las formas de vida de las gentes, sus formas de trabajar,
de organizarse, y las formas de pensar y sentir.
En estas sociedades todo es indagación libre, incluso la referente
a la dimensión absoluta de lo real, (DA).
En estas sociedades la creatividad es la fuente de la innovación,
y esta es la causa del éxito económico.
Las organizaciones de conocimiento, a causa de la complejidad
y diversidad de las ciencias y tecnologías tienen que trabajar en
equipo. Los equipos no pueden cohesionarse por sumisión, porque
la creatividad y la sumisión no compaginan bien, sino por adhesión
voluntaria a un proyecto propuesto por el mismo equipo. Por
consiguiente no son sociedades jerárquicas y de sumisión, sino
planas y de adhesión voluntaria.
Las sociedades innovadoras y creativas estallan en diversidad,
no son sociedades homogéneas porque la homogeneidad sólo se
consigue por la imposición y la coerción.

14
Los proyectos axiológicos colectivos (PACs) de este tipo de
sociedades tienen que motivar a la cohesión y la motivación en el
dinamismo continuo y para el cambio continuo.
Todos los rasgos de este tipo de sociedades son interdependientes.
Ninguno de los rasgos puede darse sin contar con los demás. La
sociedad de conocimiento (SC) no se puede dar sin que se den
todos esos rasgos.
La cualidad humana (CH) y la cualidad humana profunda
(CHP) están en la misma entraña de todos los rasgos de las SC. Se
entiende por CH la cualidad todavía condicionada por los intereses
del ego; se entiende por CHP la cualidad ya no condicionada por
los intereses del ego, podríamos calificarla de una cualidad humana
incondicional.
Las SC se estructuran en red, no en árbol jerárquico.
Todos los individuos que intervienen en los equipos son
interdependientes en sus tareas, ninguno es autárquico para realizar
su trabajo, todos dependen unos de otros porque las innovaciones
y creaciones son el resultado de la colaboración estrecha de varios
saberes y disciplinas.
Consecuencia de todo esto es que el papel de los individuos
es máximamente creativo, pero su creatividad no es autárquica.
Tenemos algo nuevo en relación a las sociedades de investigación,
información y explotación (IIE) que estaban compuestas por
individualidades creativas pero sometidas; en las nuevas sociedades
las individualidades son máximamente creativas pero no autárquicas;
son creativas sólo en equipos en los que todos dependen de todos.
Los miembros de estos colectivos podríamos decir que surgen
de la interdependencia mutua. Todo lo que depende de otro, no
tiene el ser en sí mismo. Esto lleva a una transformación ontológica:
se pasa de una ontología donde los seres poseen su ser en sí mismos,
a una ontología en la que todo son interdependencias a todo nivel.

15
En una interdependencia generalizada ¿qué es el individuo?
¿qué es el colectivo?

Las SC no son enemigas del contenido espiritual de las religiones,


como sí lo fueron, en su fondo, la filosofía y las ideologías porque lo
que pretendían era sustituir al mito y la religión en su papel de PAC,
es decir, en su papel de interpretación y valoración de las realidades
e incluso como sistema de organización de los colectivos.
La religión se muestra inepta para las SC, tanto para modelar
la dimensión relativa (DR), como para referirse a la dimensión
absoluta (DA). Su ineptitud nace de su inadecuación a las SC,
porque están construidas desde el pensar, el sentir y las formas de
organizarse y vivir propias de las sociedades estáticas. Su perfecta
adecuación a las sociedades preindustriales, con la epistemología
mítica (EM) que comportan, las inhabilitan para las SC.
Las SC no se enfrentan con las religiones, no hay lugar para
ello, sólo las ignoran como cosas del pasado. Ese menosprecio, y
más que menosprecio ignorancia, ofende más a las religiones que la
franca oposición.
Las ciencias se han convertido en las interpretadoras exclusivas
de la realidad y, como tales son las interpretadoras exclusivas de
la DR, pero sin cobertura axiológica ninguna. En esta situación
representan una gran novedad, una gran ventaja porque pueden
operar libremente sin trabas axiológicas ni religiosas, pero son,
también, un gran peligro.
Hay que decidir, en cada caso y con cada disciplina, qué hay que
hacer axiológicamente con esos saberes científicos y tecnológicos.
Carecemos de PACs adecuados para regirlas, y estamos cargados
de moldes, de prejuicios axiológicos, intereses y restos de épocas
pasadas. En los PACs de las SC nada es dado, todo es construido.
Por ello, para no errar y jugarnos, con ello, la supervivencia de la
vida en la tierra, necesitamos imprescindiblemente dotarnos de CH
y de CHP.

16
Necesitamos cultivar las dos dimensiones de nuestro acceso a
lo real, la DA y la DR, para ser humanos. En la situación actual
tendremos que pensar procedimientos para convencer a las gentes
de la verdad de esta afirmación. En el pasado este doble cultivo
se hizo mediante las religiones, ahora tendremos que hacerlo sin
religiones.
El cultivo de la DA debe ser intensivo, porque a más cultivo
mejor solución de problemas.
La CHP en las SC tiene que tener fundamentación racional. El
acceso a la doble dimensión ha de tener fundamentación racional
y función primaria tanto biológica como cultural. La función
biológica explica su racionalidad, facilita la aceptación como dato
y la comprensión de la centralidad que debe ocupar en la vida de
las SC.
De todas estas reflexiones se concluye que si todo nos lo
tenemos que hacer nosotros, eso supone el fin de las religiones y de
las ideologías.

La dimensión absoluta de lo real (DA)


La lengua bifurca nuestro acceso a la realidad: nos da un acceso
a la realidad como relativa a nuestras necesidades como vivientes
(DR); y nos da un segundo acceso a eso mismo real pero ya no
relativo a nuestras necesidades sino no relativo, absoluto (DA).
No se trata de una realidad con dos pisos, sino de dos aspectos
o dimensiones de eso real único.
Este doble acceso a la realidad es lo que constituye nuestra
diferencia específica como vivientes de esta tierra.
Nuestro acceso a la dimensión absoluta (DA) no es el acceso
al ámbito divino, ni a una región otra de este nuestro mundo, ni el
acceso a un nivel trascendente, metafísico.

17
El acceso a la DA es una creación biológica, con una función
concreta para la supervivencia de un ser viviente; es una función
biológica que nos permite adaptarnos al medio en que vivimos
y modificarlo cuando sea necesario o conveniente. La DA es el
fundamento de nuestra flexibilidad con relación al medio en el que
obtenemos lo necesario para vivir, sin tener que cambiar nuestra
dotación genética ni modificar nuestra fisiología. Es un gran
invento de la vida que nos permite hacer modificaciones en nuestro
sistema de sobrevivencia, que resultan equivalentes a los cambios
de especies en los restantes animales.
Los animales, nuestros parientes, para modificar su relación con
el medio necesitan millones de años, los humanos podemos hacer
esos cambios tan rápido como sea necesario. Podemos transformar
nuestras formas de sobrevivencia, en ocasiones radicalmente, sin
modificar nuestra dotación biológica.
El doble acceso a la realidad es la mutación biológica más
radical e importante de todas las especies vivientes y es, también,
como iremos viendo, una apuesta sumamente arriesgada de la vida.
La DA no es una revelación divina, sino una pura estructura
antropológica; es una estructura adecuada a un animal depredador.
Siempre los animales depredadores son más flexibles en su formas
de vivir que sus presas. La vida en nosotros ha creado el supremo
animal depredador dotado de una completa flexibilidad.
La doble dimensión de la realidad, efecto de la bifurcación
de la lengua, nos permite conseguir la flexibilidad y la libertad
incluso con relación a nuestro propio destino interior. La estructura
de deseos, temores, recuerdos y expectativas que constituyen
nuestra peculiar individualidad unificadas por el ego; la recibimos
en nuestra primera infancia como consecuencia de nuestra
socialización en la dependencia completa de nuestros padres y
primeros educadores. Esa estructura interna, que es la estructura
de nuestro yo, la confirmamos y asentamos con nuestras propias
actitudes y operaciones como individuos; de esa forma se convierte
en un destino inviolable.

18
La vivencia de la doble dimensión de esa nuestra propia realidad,
nos permite liberarnos de esa sumisión rígida, y que es más rígida
cuanto más inconsciente es, y conociéndola se gana en flexibilidad.

Convencer de que la doble dimensión de nuestro acceso a la


realidad sea un dato y no una herencia religiosa o un intento de
volver vigentes los reclamos de las religiones, posiblemente será
una ardua tarea. Pero al reivindicar ese dato, en especial nuestro
acceso real a la DA, no nos mueve motivo religioso ninguno, sino
poner bases racionales para todo el mundo de lo axiológico, en sus
diversos aspectos.
La doble dimensión es propia de nuestra estructura
antropológica, pero para que pueda cumplir la función para la que
apareció, debe ser cultivada temáticamente en sus dos aspectos.

La noticia de la DA es un dato, pero es un dato peculiar por su


sutilidad. Es sutil porque es sin forma; si tuviera una forma propia
no podría ser el fundamento de la flexibilidad. Aparece en toda
forma modelada por nosotros, como la fuente de su realidad. Todas
las formas modeladas por nosotros son limitadas, imperfectas y
perecederas, a pesar de ello la DA aparece como sin límites en lo
limitado, sin imperfección en lo imperfecto, imperecedera en lo
perecedero. En la DR que es siempre no convincente, se presenta
como absolutamente convincente.
La DA se presenta como la fuente de la realidad de todo, pero
no es un agarradero; es como un inmenso vacío que se presenta
en toda forma. Si fuera un agarradero para nosotros los humanos,
tendría que presentarse como una forma; así tendríamos dos formas
en toda forma: la modelada por nosotros y la forma absoluta. Si
fuera así, toda realidad tendría dos pisos y la forma absoluta sería
absoluta en su forma y no la condición vacía de toda modelación,
con lo cual se perdería la flexibilidad y, por ello, toda forma sería
una naturaleza inmutable.

19
La DA al presentarse sin forma en toda forma y al presentarse
como la fuente y la realidad de toda forma, dice, con ello, que lo real
de toda realidad es vacía de sí misma; que la realidad de todo lo que
pueda pensarse como “otro” es el “no otro” de todo, que es el vacío.
Así, paradójicamente, la DA es la realidad de toda realidad y es
la que vacía de realidad propia a toda realidad. Muestra que toda
realidad es vacía porque su realidad es el gran vacío. El gran vacío
no es la nada, sino lo que por su plenitud es inconceptualizable,
irrepresentable y la ausencia absoluta de agarradero para un frágil
viviente como nosotros.
La DA desrealiza a DR porque, dándole realidad, se muestra
como el “no otro” verdadero de toda DR. Esta desrealización es el
fundamento de la verdadera libertad.

La doble dimensión de nuestro acceso a lo real y, especialmente,


la DA de nuestro acceso a la realidad, tiene que poderse explicar
racionalmente. Todos los fenómenos que aparecen en nuestra
condición de humanos, tanto los correspondientes a la DR como
todos los correspondientes a la DA, tendrán que poderse explicar
desde lo que nos diferencia de los restantes vivientes: nuestra
condición de vivientes constituidos por el habla.
Por consiguiente, todo lo referente a la DA es tarea de la
epistemología axiológica, no es tarea de la religión, porque la
religión es un PAC propio de sociedades preindustriales y las nuevas
sociedades son sociedades industriales y de conocimiento.

La DA, con su sola noticia, invita a adentrarse en ella, invita a la


indagación que es una auténtica creación libre.
Cuando las ciencias son indagación sin fin, la DA no puede ser
sumisión, sino, con más razón, indagación libre.
No hay indagación libre si no se da la seducción que sigue a la
noticia de DA.

20
La indagación libre es incompatible con la sumisión a creencias
y ortodoxias. Es incompatible con la homogeneidad.
Hemos de heredar el pasado, pero nuestra relación con él no
puede ser de sumisión, sino de veneración, amor, aprendizaje libre
y creativo.
La DA es puramente cualitativa, lo cualitativo no se puede
imponer, sólo puede inspirar. No hay ninguna certeza axiológica
heterónoma; la certeza de DA no puede ser, en absoluto, heterónoma.
Esta condición de la CH y de la CHP es una gran condición de
riesgo para la humanidad, porque sólo la CH es criterio para la CH;
y sólo la CHP es criterio para la CHP.
La indagación en la espiritualidad de nuestros antepasados era
indagar la voluntad de Dios para someterse. Hoy la indagación de la
DA y de la CHP es indagación libre y creación libre.
¡Qué gran transformación en la Vía! ¡Qué difícil es concebir lo
que nuestros mayores llamaron espiritualidad como una creación
libre! Pero si sustituimos el término “espiritualidad” por CHP, la
comprensión se simplifica.
Repetimos: la CHP y la DA en las nuevas condiciones culturales
no pueden imponerse sólo pueden seducir.

La DA es nuestra única posibilidad de libertad y


libre albedrío
Puede hablarse de libre albedrío únicamente desde la presencia
en la DR de la DA. La indagación libre de la DA depende de la
libertad, y la libertad está ligada al silenciamiento de nuestras
estructuras de deseos, de los temores, de los recuerdos y de la
expectativas.
La presencia de la DA es la raíz de la curiosidad y también del
deseo insaciable.

21
La falta de libertad y de libre albedrío quizás no sea completa en
ningún humano, porque todos tienen acceso a la DA por lo menos
operativamente.
Vivirse como ser, individuo, persona, como ser que vive su
vida, es el error original y necesario a todo humano. En la medida
que se vive haciendo pie ahí, se aleja del silencio y el silencio es el
que posibilita la noticia de DA.
A mayor noticia de DA, más libertad,
A menos noticia de DA, más sumisión al destino inflexible que
opera desde el ego.

Estamos sometidos a un destino inflexible, ego, que nos


acompañará siempre, aunque podemos vivir sin hacer pie en él,
sino en la DA.
La creatividad depende del distanciamiento que provoca, por
seducción, la DA.
Ni la forma de representar y acceder a la DA o de cultivar la
CHP se escapan de tener que ser creaciones libres nuestras.
La conciencia de la DA es el fundamento sobre el que se
basaron las sociedades preindustriales para pensar al hombre como
un compuesto de un elemento no sutil y mortal, y de un elemento
sutil y no mortal.

22
Proyectos axiológicos colectivos (PAC)
Los humanos no tenemos determinado nuestro programa
genético de forma que estén concretados los “qué” y los “cómo”.
Tenemos concretada nuestra fisiología, nuestra condición de
vivientes simbióticos, nuestra condición sexual; pero no está
concretada la forma de simbiosis, ni la forma de asociación sexual
de cara a la crianza, pero nuestra dotación genética nos proporcionó
un instrumento para que nos auto-programemos de forma que
resultemos animales viables.
Llamamos “proyecto axiológico colectivo” a las construcciones
lingüísticas con las que los colectivos se auto-programan de acuerdo
con unas condiciones de sobrevivencia determinadas, como la caza/
recolección, la agricultura, la ganadería, etc.
En las sociedades preindustriales esos proyectos de vida colectiva
se establecen y se socializan mediante mitos, símbolos y rituales,
que se consideran revelación divina o legado de los antepasados
sagrados; en las sociedades industriales se programan mediante
ideologías, que se consideran dictadas por la misma naturaleza
de las cosas; en las sociedades de conocimiento tendremos que
construir esos sistemas de cohesión y motivación, que son proyectos
axiológicos de vida colectiva, nosotros mismos, sin recibirlos ni de
nadie ni de nada.

El ego y sus supuestos


El ego no es una entidad sino una función del cerebro. Su
identidad está formada por un paquete de deseos, que son a la vez
temores, recibidos de sus padres y de sus primeros educadores. Es
un paquete reunido al azar por la conjunción de los deseos y temores
de sus padres, de los padres de sus padres, etc. y de las cargas que
llevaban sus educadores primeros. Según los éxitos y fracasos de los
primeros pasos en la vida, se gravan unos recuerdos y se generan
unas expectativas.

23
El conjunto formado por deseos, temores, recuerdos y
expectativas, reunidos en un hatillo por el ego, genera un sentimiento
de unidad y de identidad.
El ego como función unificadora del cerebro ejerce de gestor
del viviente para que se mantenga vivo y no muera. Para hacer esa
función, el ego ha de suponerse una unidad, una realidad; así puede
oponerse al medio que le rodea y crear una dualidad-sujeto/mundo
de objetos- que le permitirá satisfacer sus necesidades y sobrevivir.
El ego como entidad autónoma es un supuesto necesario.
Precisa suponerse alguien, aunque no sea realmente nadie fuera de
una función del cerebro. El supuesto de ser alguien, un sujeto, en un
mundo de realidades, de objetos, todo ello interpretado desde una
epistemología mítica, es nuestro error necesario y originario. Sin
esos supuestos no podríamos sobrevivir.
Sin embargo, el ego con toda su estructura y todos sus supuestos
puede ser silenciado. Silenciarlo no significa matarlo, -no podríamos
sobrevivir sin él- si no alejarlo del primer plano de la conciencia,
para poder ver y sentir lo que hay más allá de las modelaciones que
hacemos de la realidad y de nosotros mismos.
Gracias a ese distanciamiento y comprensión podemos entender
y vivir que nuestra verdadera realidad no son los supuestos del ego,
sino “Eso de ahí”, que nos incluye a nosotros mismos, que no es a
la medida de nuestras necesidades sino que es no relativa a ellas,
absoluto.
Esa dimensión absoluta de lo que damos por real, puede
convertirse en el piso, en el punto de apoyo de todas nuestras
operaciones. Podemos pasar de identificar nuestra realidad con el
ego, a identificarla con la dimensión absoluta de todo lo que damos
por real.
Si ese silenciamiento se produce, el ego continuará gestionando
todo lo que tiene que ver con nuestra supervivencia, pero sin
los supuestos erróneos. Si ejerce su gestión sin identificarse con
sus deseos/temores, recuerdos y expectativas, se liberará de las

24
deformaciones que esa estructura causa en sus juicios y actividades.
Su gestión será más acertada, menos egocentrada, porque sabe
que su realidad verdadera no son sus supuestos sino la dimensión
absoluta de lo real.

La epistemología mítica (EM)


Llamamos epistemología mítica a la interpretación y valoración
de la realidad que acompañó a los mitos que ejercían la función
de PACs en las sociedades preindustriales. Se interpretaban como
revelación divina o legado sagrado de los antepasados; por esta razón
se tomaban con descripciones auténticas de las realidades, tanto de
las realidades pertenecientes a la DR, como a las pertenecientes
a la DA, y garantizada heterónomamente por los dioses o los
antepasados.
Las ideologías al sostener que las interpretaciones y valoraciones
de la realidad venían dadas por la naturaleza misma de las cosas,
también consideraban que lo que decían las formaciones y términos
ideológicos describían adecuadamente la realidad. Aunque ya no se
programaban colectivamente mediante mitos, continuaban ligados
a la epistemología mítica.
Este tipo de epistemología resulta del todo inaceptable para
sociedades de conocimiento que son sociedades que cambian
constantemente sus maneras científicas de interpretar las
realidades, lo cual arrastra a cambiar correspondientemente las
maneras de valorar, de vivir, de organizarse etc. por efecto de los
nuevos productos y servicios que posibilita el crecimiento continuo
y acelerado de las tecnociencias.
La epistemología mítica ha sido, a lo largo de la historia, una
fuente de conflictos graves entre PACs concretos y de conflictos
más graves aún entre religiones. Si dos modos de vida colectiva (dos
PACs) se consideraban revelación fidedigna de los dioses, o dos
religiones que también se les atribuía origen directo de los dioses se

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enfrentaban, el conflicto resultaba grave. La historia humana está
llena de estos conflictos, algunos muy sangrientos.
Resulta muy perjudicial prolongar la vida de los PACs y de las
religiones cuando las condiciones desde las que arrancaron han
desaparecido, empujadas por otras condiciones nuevas.
Por ejemplo prolongar el PAC cazador/recolector y su forma
religiosa, a las sociedades agrícolas que les sucedieron, o prolongar
las religiones de estructura agraria, a las sociedades industriales de
conocimiento.
Es malo intentar prolongar la vida de las religiones cuando las
condiciones culturales han cambiado seriamente, dando por razón
su interpretación desde la EM.
Los enfrentamientos por este tipo de situaciones podrán ser
graves y muy graves si además de la razón de la interpretación desde
la EM existe, como es normal que ocurra, otro tipo de intereses
económicos, políticos, etc. o lo que, en ocasiones es peor que los
intereses, el temor de perder lo bueno de lo viejo, o el temor que
despierta lo nuevo.

La EM debe de ser eliminada de raíz en las sociedades de


conocimiento, por inadecuada. Con ella resulta difícil interpretar
en su profundidad los grandes textos religiosos y de sabiduría de
forma adecuada a los nuevos modos de vida. Sin eliminar totalmente
la EM se complica enormemente el cultivo de la CH y de la CHP
porque están ligadas a PACs de sociedades ya desaparecidas o en
vías de extinción.
Por primera vez en la historia, nuestros PACs y saberes no tienen
la pretensión de describir la realidad como es. Hay que valorar y
apreciar profundamente las ventajas que supone la desaparición de
la EM para la paz, la diversidad y el entendimiento humano.

26
Epistemología no mítica
La epistemología mítica es la continuación de la programación
genética animal. Los animales tienen que interpretar la realidad
como se la dicta su programación genética, su modelación de la
realidad la viven como la realidad misma.
La epistemología mítica continúa con ese mismo supuesto:
interpreta lo que dicen los PACs como la realidad misma. Si se
pudiera hablar así, diríamos que animales y humanos de las culturas
preindustriales interpretan y valoran las realidades desde la EM.
La epistemología no mítica (EnoM) arranca a los individuos
y a los colectivos del enclaustramiento, próximo al animal, de la
epistemología mítica. Para la EnoM la interpretación y valoración
de la realidad es sólo una modelación a la medida de las necesidades
en un contexto de sobrevivencia dado.
La EnoM facilita y promueve la comprensión entre las diferentes
culturas; facilita y promueva la comprensión entre diversas
religiones y tradiciones espirituales.
Es la única forma de poder heredar el pasado sin tener que
pensar, sentir, actuar y organizarse como en el pasado se hizo. La
EnoM resulta ser una noción central en las ciencias de la religión
y una noción central para la construcción de PACs en las SC y en
la globalización. Es una noción central también para conseguir la
disposición necesaria para cambiar y modificar los PACs cuando
sea conveniente o necesario en las sociedades de conocimiento que
son sociedades de innovación y cambio continuo.

27
Importancia de la noción de “modelación”
En los PACs de las SC no se admite nada heterónomo, todo es
creación humana.
La EnoM es una necesidad de sobrevivencia para las SC.
Implica que tengamos que crear una disciplina para modelar
adecuadamente las sociedades de conocimiento y sus rápidas
mutaciones.
La EnoM tiene que conocer y admitir que en condiciones de
vida iguales, las modelaciones pueden ser superficialmente muy
diferentes
Necesita que tengamos que aprender a leer el pasado como
creaciones dependientes de las condiciones de sobrevivencia.
Las construcciones que hagamos con nuestras modelaciones
han de ser capaces de llegar al sentir y programar tanto la DR como
la DA.
La noción de modelación pone fin a las religiones como se
entendieron en el pasado.

Para que nuestras construcciones sean correctas tendrán


que excluir todo lo que no se derive de nuestra condición de
animales constituidos por el habla, tales como creencias religiosas o
ideológicas, supuestos acríticos etc.
Habrá que advertir que todo lo que damos por realidades son
modelaciones condicionadas por nuestras necesidades y, por tanto,
vacías de entidad propia.
La DA de la realidad, como no somos capaces de modelarla, no
tiene forma.

28
La religión
En la religión se presentan unificadas la modelación de la DR
y de la DA. Las religiones son un tipo de PACs preindustriales en
los que los mismos patrones y paradigmas que modelan todo el
mundo correspondiente a la DR, modelan también la concepción,
representación y vivenciación de la DA.
Existe un parentesco entre la ideología y la religión: los dos
tipos de formaciones están vividos e interpretados desde la EM y
como dados.
Con el fin de las religiones se rompe para siempre la forma
unitaria de interpretar la DR y la DA.
En las SC, en las que nos vemos forzados a construir nuestros
PACs y que, por ello, no pueden tener una interpretación desde
la EM, las religiones, como PACs, no tienen cabida. Las SC y las
religiones no pueden convivir porque las religiones se interpretan y
viven desde la EM y las SC imponen una interpretación y valoración
de la realidad desde la EnoM.
La filosofía y las ideologías son en su fondo enemigas de la
religión porque las dos pretenden ofrecer alternativas a los mitos y
símbolos como PACs de los colectivos.
Es preciso hacer comprender a las gentes que no hay un lazo
necesario entre la CH y la CHP y las religiones.
Las religiones no pueden aportar nada a la construcción de
PACs de las SC, salvo su sabiduría sutil.
Resulta peligroso alargar la vida de las religiones en las SC
porque pretenden competir con los PACs propios de este tipo de
sociedades y porque pretenden imponer una EM.
Tenemos que aprender a heredar el mensaje de sabiduría de las
religiones del pasado, pero sin creencias, sin religiones y sin dioses.

29
La noción de “espíritu”
La noticia de la DA condujo a las sociedades preindustriales
a concebir la condición humana como un compuesto de cuerpo
mortal y espíritu inmortal. Sostienen que la naturaleza humana es
dada; conciben la CHP también como dada por Dios y concibe esa
misma CHP como espiritualización, como alejamiento del mundo
y de la carne.
La noción de espíritu complica el cultivo de la CHP en las SC
como indagación y creación libre.

La noción de “espíritu” es una noción estática. El espíritu


no cambia, como consecuencia, la naturaleza humana tampoco.
Entre el cuerpo y el espíritu hay una jerarquía que se extiende a la
antropología y a la sociedad.
Fija la concepción del hombre, con todas sus consecuencias
respecto a la naturaleza humana y respecto a la sociedad jerarquizada.
Impide una concepción antropológica en la que todo son
interdependencias.
Lleva a un cierto menosprecio de nuestra condición animal y
del mundo de la carne.
Fija la moralidad en una concepción adecuada a una naturaleza
humana formada por un espíritu y un cuerpo subordinado.

Espiritualidad y CHP
Resulta ser una gran novedad conceptual defender que en las SC
todo es indagación y creación libre y, por tanto, también el cultivo
de la CHP y de la DA. ¡Qué difícil es concebir la espiritualidad
como creación!, si se sustituye el término “espiritualidad” por el de
“cualidad humana profunda”, la dificultad se simplifica.

30
Hay una clara contraposición entre “espiritualidad como
sumisión” y “CHP como indagación libre”. La indagación libre
es incompatible con las creencias y las ortodoxias y es, también,
incompatible con la homogeneidad.
Puesto que el legado de nuestros antepasados no puede
presentarse como sumisión, sólo nos queda la vía de la seducción.

La CHP y la DA se presentará con gran multitud y diversidad de


formas en su superficie, pero en su fondo el camino vendrá definido
por el interés incondicional, el distanciamiento y el silenciamiento
(IDS) y por la indagación en comunidad y el servicio mutuo (ICS).
Todo acceso a la DA y todo cultivo de la CHP pasará por IDS-ICS.

La diversidad de formas de cultivo de la DA y de la CHP


repercutirá en gran diversidad de organizaciones y grupos.
Las creencias y el cultivo por sumisión permitía la enseñanza
masiva; la indagación libre exige una enseñanza personalizada.
Podrán darse en una enseñanza en grupo algunos elementos
generales, con tal de que le siga una parte de esa enseñanza muy
personalizada.
La indagación pasa necesariamente por la creación de
comprensiones y representaciones sucesivas de la DA, hasta llegar a
lo inefable; y pasa también por la creación de grupos de indagación
y creación. Debe fomentar una conciencia colectiva capaz de vivir
en paz y gozo la pluralidad. El final del camino será siempre unidad
en la sutilidad de la no-dualidad.
Supuesto que el acceso a la DA y el cultivo de la CHP es
indagación libre de individuos y grupos, será necesario algún tipo
de control colectivo de la calidad.
Habrá que determinar quienes formarán parte de ese equipo
de control. El criterio será la cualidad honda, no puede ser ningún
cuerpo de funcionarios.

31
Posiblemente tendrán repercusiones políticas las diversas
maneras de cultivo de la DA y los diversos tipos de grupos de
indagación.

La CHP como indagación y creación libre


Esta noción atenta hondamente
-contra el patrón jerárquico de interpretación del ser,
-contra el eje general de interpretación de todo lo humano
como sumisión,
-contra la pretensión de las religiones de dejar la DA revestida
de palabras sagradas intocables.
-necesita prescindir de las religiones tal como se han dado,
-no admite mediación en relación a la DA, si admite maestros.
Se trata de una noción profundamente corrosiva para las
religiones y para todo tipo de patrones intocables.
Es también contraria a interpretar la espiritualidad (CHP)
como sumisión a la naturaleza del espíritu y a las prescripciones
divinas o de los antepasados.

El PAC es la base de la cultura


El PAC completa nuestra indeterminación genética y nos
convierte en animales viables. Esa es la función de la cultura. La
cultura es la forma de hacer a los humanos vivientes viables. La
cultura no es, como se suele suponer, una cuestión del espíritu.
La cultura tiene que afectar a la mente y al sentir. La vida para
los vivientes es un sentir, por consiguiente el PAC sería insuficiente
si sólo afectara a la mente.

32
Los PACs de las sociedades preindustriales están regidos por
la EM. La EM supone la máxima proximidad a nuestra condición
animal y una especie de prolongación cultural del modo de proceder
de la genética animal.
La EM expresa la dificultad de construir PACs adecuados que
aseguren la supervivencia de grupos humanos y expresa también
el temor a la flexibilidad. La EM fue una forma eficaz de limitar la
flexibilidad humana, en sociedades estáticas, a lo que permite el
PAC construido.

Con la EnoM nos hacemos plenamente humanos, con todos sus


riesgos.
Nada nos viene dado, tampoco las normas de moralidad.

Patrones de construcción de PACs


Las SC se han de construir los propios PACs; es preciso saber
cómo construirlos, pero a lo largo de la historia han habido diversos
patrones para la construcción de esos PAC. Tenemos que conocer
cuáles son esos diversos patrones para saber cuál de ellos hemos de
usar en las SC.
Las sociedades preindustriales tuvieron un patrón general para
construir los diversos proyectos de esa larga etapa correspondientes
a los diferentes modos de sobrevivencia.
Hay un patrón general para los PACs de sociedades estáticas,
el de las sociedades preindustriales, que deben bloquear el
movimiento e interpretarse desde la EM; y hay un patrón general
para las sociedades industriales dinámicas que deben programar el
continuo movimiento y que no pueden interpretarse desde la EM,
sino desde la EnoM.

33
Al patrón general de construcción de los PACs de las sociedades
preindustriales le llamaremos “Patrón R” porque todos los PACs de
esta etapa se presentan como religiones y, porque son PACs para
bloquear el cambio, son PACs de repetición.
En este patrón general, la estructura de la operación central
preindustrial con la que principalmente se sobrevive, como sería
la caza, o el cultivo agrícola, o el cuidado de los ganados, al pasar
por la lengua se convierte en metáfora, que funcionará como
paradigma para la construcción de la totalidad de narraciones
del mito, de los grandes rituales centrales y de los símbolos más
importantes.
En un modo de sobrevivencia dado, por ejemplo la agricultura,
el mismo paradigma desde el que se construye la totalidad del
mundo mítico y ritual para modelar la DR, es el que se utiliza para
modelar, concebir y representar la DA y la CHP.
Todo queda así unificado y ligado de una forma indisoluble.
Esa forma de vivir la DR y la DA es lo que se ha llamado “religión”;
porque la DA es percibida como la fuente de DR, a esa estructura
de PACs se le llama religión. Las religiones son pues PACs
preindustriales que se viven desde la EM y como recibidos de los
dioses o de los antepasados sagrados.
Esta es la estructura general del patrón de construcción de PACs
de las sociedades preindustriales, al que hemos llamado “Patrón R”.
Este no puede ser el patrón para construir los PACs de las
sociedades de conocimiento, porque a estas sociedades les falta el
carácter axiológico de la operación central de supervivencia. En
las SC se vive de las ciencias y tecnologías, que son abstractas y
que, por consiguiente, carecen de una estructura operativa central
de sobrevivencia que sea axiológica, que pueda transformarse en
una metáfora cargada de valor apta para convertirse en paradigma
capaz de modelar la DR, que en las SC es abstracta, ni de modelar la
dimensión DA, porque es siempre profundamente axiológica.

34
El patrón general de este tipo de sociedades tendrá que
construirse a partir de postular cómo se quiere vivir con el conjunto
de aparato tecnocientífico del que depende nuestra supervivencia.
Esas postulaciones axiológicas, que son postulaciones
racionales, se convertirán en postulaciones axiológicas haciéndolas
pasar por la contraposición con las situaciones que se quieren
evitar en las sociedades que pretendemos transformar en SC.
Esta estructura de patrón, que es todo él construido por nosotros
mismos y no recibido de nadie ni de nada, que por consiguiente no
puede ser interpretado con una EM, ni como heterónomo, es el que
llamamos “Patrón C”, patrón de construcción.
El colapso de las religiones es más grave que una mera crisis
espiritual, es el colapso del patrón general “Patrón R”. Cuando se
comprende con claridad la clara contraposición que existe entre
Patrón R y el Patrón C se puede entender la inevitabilidad de la
crisis de las religiones y la gravedad de nuestro desmantelamiento
axiológico.
En cierto sentido la vivencia de la DR queda debilitada porque
no entronca, como ocurría en las sociedades preindustriales, con
las operaciones con las que se sobrevive; pierde su intocabilidad;
pierde su garantía heterónoma. Pero simultáneamente gana en
profundidad porque deja más claro que DR es pura forma de DA,
que DA no es “otra” que DR, que DR no tiene entidad propia si
no es la que recibe como pura forma de DA. Se gana también en
flexibilidad y movilidad.
Los PACs construidos desde el Patrón R disponían de una
certeza heterónoma y de máximo prestigio; los PACs construidos
desde el Patrón C disponen de una certeza autónoma, una certeza
que depende únicamente de nuestra propia CH y CHP. Esta nueva
y radical responsabilidad en la creación de los PACs que nos han
de dirigir y que deben gestionar nuestros aparatos científicos y
tecnológicos exige un cultivo generalizado y, a ser posible, intensivo
de IDS-ICS como medios para hacer crecer en los colectivos la CH
y la CHP.

35
Si no somos capaces de comprender los diferentes patrones de
construcciones de PACs en los que se expresará la DA y en los que se
cultivará la CHP, identificaremos la manera de construir PACs, de
expresar y cultivar la DA y la CHP con un determinado tipo patrón
de construcción de PACs, el propio de las sociedades preindustriales,
el Patrón R. Con ello amarramos lo que es sin forma a una forma.
Así falseamos e impedimos el acceso a esas dimensiones, a los que
han tenido que ir a parar a tipos de PACs que ya no caben en el viejo
Patrón R, que, por consiguiente, tienen que construir sus PACs con
un nuevo tipo de patrón, el Patrón C. El Patrón C es el único que
permite construir PACs adecuados a las sociedades dinámicas de
conocimiento.
El Patrón R de construcción de PACs adoptaba las formas
religiosas. No reconocer que se necesita otro tipo de patrón, supone
exigir que todo acceso a la DA y todo cultivo de la CHP tenga que
adoptar formas religiosas. Con esa actitud se bloquea el camino a
los miembros de las SC.
Hay que poder reconocer este nuevo Patrón C para las
transformaciones de los sistemas axiológicos humanos, para
facilitar a todos los que inevitablemente tienen que caer en las SC, y
no estorbar o impedir la DA y la CHP a los nuevos ciudadanos, que
crecerán día a día.
Así, pues, las transformaciones que estamos sufriendo exigen
que se distinga con toda claridad el Patrón C del Patrón R de
construcción de PACs, con la misma claridad que se nos exige
distinguir la estructura superficial de las narraciones sagradas de la
estructura profunda.
Todos estos procedimientos de lucidez resultan imprescindibles
para quitar obstáculos a las SC para acceder a la DA y a la CHP.
Todos esos obstáculos amenazan la posibilidad de heredar el pasado
y de confundir las formas en las que necesariamente se expresó la
DA y se vivió la CHP por parte de antepasados y de las culturas ya
fenecidas, con lo que es la DA, lo sin forma, y lo que es la CHP, la
desnudez completa.

36
La actitud axiológica de fondo en las culturas
La constancia de los rasgos de las diferentes civilizaciones a través
de los cambios en las formas de vida y en los necesarios cambios de
PACs, (por ejemplo la constancia de los rasgos de la civilización
china o la india a través de la historia) nos exige racionalmente tener
que aceptar que por debajo de todas las estructuras de las diversas
civilizaciones hay una actitud axiológica de fondo.
Si no suponemos ese nivel previo a toda estructuración,
abriríamos las puertas a la homogeneización cultural, como
consecuencia inevitable de la plena industrialización, de la
globalización y de las sociedades de conocimiento.
Esa actitud no sería coherente con las SC, que son sociedades
fundamentadas en la creatividad y, por consiguiente, en la continua
diversificación. Cuanto más generalizadas estén las sociedades de
conocimiento y mayor sea la globalización, mayor tendrá que ser la
particularización y la diversificación.

Las SC y la diversificación son dos caras de la misma moneda.


Globalización y particularización son también dos caras de la
misma moneda.
La creatividad tiene que particularizarse porque se trata de
una creatividad siempre en equipo y los equipos creativos, por
necesidades de colaboración simbiótica y comunicación, tienen que
tener una medida muy limitada.
Una globalización homogeneizadora sería contraria a la
creatividad generalizada. Lo homogéneo lo es porque excluye la
diversificación y, por tanto, la creatividad.
Cada equipo creativo tiene que crearse su propio PAC. Una
sociedad que haya entrado toda ella en las SC está compuesta de
una multitud de equipos creativos con sus particulares PACs. Por
consiguiente las SC son inseparables de la diversidad axiológica

37
dentro de unos patrones comunes aceptados libremente y jamás
impuestos. Toda imposición es ajena a las SC.
Estos principios deberían tenerse en cuenta a la hora de organizar
políticamente a los colectivos y a los colectivos de colectivos.

La diversidad, dentro de unos acuerdos libremente contraídos,


invade todos los niveles de las formaciones axiológicas en las SC y
llega incluso a las actitudes axiológicas de fondo pre-estructurales.
Estas actitudes de fondo, afectan especialmente a las formas de
representar y vivir el acceso a la DA y de cultivar la DA, que es la
CHP. Por doble razón: porque lo más radical del mundo axiológico,
que es la actitud de fondo, es lo que más afecta a lo más hondo
de lo que constituye nuestra identidad, la DA; y porque la actitud
axiológica de fondo, por pre-estructural, es sin estructura fijada, y
la DA es también sin forma.

Necesidad de la epistemología axiológica (EA) y


sus tareas.
Puesto que nos tenemos que construir nosotros mismos
nuestros propios PACs, necesitamos de una disciplina que estudie
cómo se construyeron en el pasado y cómo debemos construirlos
ahora y modificarlos cada vez que las creaciones científico-técnicas
lo requieran.
La EA tiene una tarea ingente.
Debe hacerse cargo de la construcción y modificación de PACs
para los diversos tipos de organizaciones.
Debe ocuparse de que las dos dimensiones de nuestro acceso a
la realidad sean convenientemente cultivadas.
Debe plantear a los colectivos cómo abrir y cultivar la DA y
la CHP individualmente y en grupo. El cultivo de la DA y de la

38
CHP en las SC no es tarea de la religión, sino de la EA. Todas las
tareas que el pasado fueron competencia de las religiones, ahora
son competencia de la EA, no de la EA como epistemología, sino de
sus construcciones.
La EA debe ocuparse de crear estrategias y tácticas para llevar
a los individuos y a los colectivos al cultivo de la DA y de la CHP.
Es tarea también de la EA la compleción de la viabilidad de
los instintos centrales, que están incompletos desde nuestra
programación genética y que tiene que hacerse viables en una SC.
Debe dar cuenta de cómo desde nuestra condición de vivientes
constituidos por el habla, surge la idea de espíritu y la racionalidad.

No podemos esperar ningún tipo de soluciones por parte de las


religiones.
Las religiones no pueden solventar en las SC las cuestiones
referentes a los PACs, porque las religiones corresponden al Patrón
R de creación de proyectos que es inadecuado para las sociedades
dinámicas y porque los PACs que encarnan las religiones
corresponden a formas de vida preindustrial agrario-autoritarias,
con sus maneras de pensar, de sentir, de actuar y organizarse que, o
ya han muerto, o están en vía de extinción.
Tampoco pueden solventar las religiones los problemas que
tienen las SC para concebir y practicar la CH y la CHP. La forma
que tenían las religiones de iniciar a la DA y cultivar la CHP
correspondía a formas de pensar y sentir estáticas, sumisas a las
creencias. Lo mismo hay que decir de las formas de organizar
grupalmente la indagación de la DA.
Tanto los problemas de construcción de PACs como los
problemas referentes a la DA y a la CHP en las SC habrá que
solventarlos sin contar con la religión. Habrá que abrir el camino a
la creación de PACs y al acceso de la DA y de la CHP con la razón.
Una vez abiertas las puertas de la comprensión deberán utilizarse

39
los medios axiológicos adecuados para llegar y para poder acceder
a la sensibilidad.
Resulta lógico que en una sociedad que vive de la creación
continua de ciencias y tecnologías, los problemas axiológicos que se
presenten, sean en el ámbito que sean, tengan que plantearse y dar
razón de ellos con procedimientos racionales. Pero las soluciones
racionales no tienen el poder de llegar a conmover la sensibilidad.
Para entrar en ese ámbito hay que emplear procedimientos
adecuados propios de la formalidad de lo cualitativo concreto.
La razón abre la puerta y postula; luego dice cómo hay que
tratar lo axiológico y cómo lo que ella postula se puede transformar
en axiológico. Para conseguirlo, la razón indica, además, que lo ya
transformado en axiológico debe convertirse en una narración que
cumpla las normas de las narraciones axiologizantes.
Todos estos saberes los elabora la epistemología axiológica.
Todos estos problemas tendremos que solventarlos desde la EA,
lo cual significa que ha de ser una disciplina teórico-práctica.
Lo que las religiones nos pueden proporcionar es la sabiduría
informulable expresada y vivida por nuestros antepasados. Teniendo
siempre explícitamente en cuenta que ninguna de las formas en las
que vivieron esa profundidad nos sirve.
Para buscar soluciones a cualquiera de los problemas axiológicos
de las SC hay que olvidar y alejarse, lo más completamente posible,
de las formas de las religiones.

Estas reflexiones suponen una orientación muy clara: la DA


y CHP no son dos mundos aparte, hay que verlas, cultivarlas y
servirlas desde la DR y en la DR y desde una disciplina construida
con esta finalidad, la EA.
La gran profundidad, la gran cualidad, lo absoluto, está en el
mundo poco convincente que nos rodea. Y es poco convincente
porque es construcción nuestra.

40
Habrá que estudiar lo más profundamente posible la axiología
y la formalidad que rige la DR en un modo de sobrevivencia
concreto. Debemos realizar este trabajo para aprenden a construir
los PACs adecuados a las nuevas circunstancias, sin que se nos
escape ninguno de sus niveles y estructuras.
El estudio del pasado nos proporciona el conocimiento de las
constantes de construcción de los PACs y sus variantes. Esta es tarea
de la EA.
Los análisis de los PACs del pasado, vehiculados casi todos
ellos por las religiones, nos posibilitarán aprender la diferencia
entre la estructura superficial de esos PACs o religiones, de lo que
es su estructura profunda. Si no se es capaz de llegar a la estructura
profunda de los PACs de las religiones y de los grandes textos que
hablan de la DA y de la CHP, se está apresado por la EM. Apresados
por la EM quedamos imposibilitados para manejar axiológicamente
de forma adecuada a las SC y para heredar la sabiduría de las
tradiciones.

La epistemología axiológica tiene que poder reconocer que se


necesita otro tipo de patrón de construcción de PACs, diferente del
que hemos llamado Patrón R. No reconocer que necesitamos un
tipo de patrón de construcción de PACs adecuado a las sociedades
de conocimiento y de cambio continuo en todos los parámetros de
la vida humana, nos conduciría al error de exigir que todo acceso a
la DA y todo cultivo de la CHP tenga que adoptar formas religiosas
o ideológicas.
Lo que conseguiríamos con esa actitud sería que las SC tuvieran
que rodar con las ruedas frenadas, y que los miembros de esas
sociedades tengan el camino a la DA y a la CHP bloqueado y, de
hecho, impedido, porque en una sociedad que cambia cada vez más
rápidamente no es posible creer, porque las creencias fijan; y si no
se puede creer, tampoco se puede tener religión.

41
Las sociedades de conocimiento son sociedades creativas
que viven de la creatividad. La creatividad es diversidad. Cada
acto creativo se aleja de la homogeneidad. La homogeneidad en
las sociedades nace de la sumisión. La creatividad, en su esencia,
es libertad. Cada acto creativo es un acto libre. La creatividad y
la libertad exigen diversidad axiológica. Libertad axiológica de
cada grupo, y libertad axiológica incluso en el seno del grupo. La
creatividad tiene que ser libre. No acepta ninguna imposición,
tampoco imposición axiológica.
Las SC resultan ser sociedades muy polivalentes, calidoscópicas.
Las SC son inseparables de la diversidad axiológica, pero siempre
dentro de unos patrones comunes aceptados libremente por todos.
Sin eso fallaría la simbiosis, que es el alma de las SC.
Los patrones comunes de las SC, aceptados libremente por
todos, jamás pueden ser impuestos. Toda imposición es ajena a las
SC. Eso no significa que no sea preciso que, en ocasiones, se emplee
la coerción con quienes quieren dañar a otros o al colectivo.

Estos principios deberían tenerse en cuenta a la hora de organizar


políticamente a los colectivos y a los colectivos de colectivos.
La política no debiera servir al poder o al interés de unos
grupos sobre otros. La política debería ponerse al servicio de la
creatividad y de la libertad. El axiólogo debiera vigilar la armonía de
la diversidad y estar al servicio de los patrones comunes aceptados
libremente por todos. Debiera ser el especialista de la cohesión y
la motivación de los colectivos y de los colectivos de colectivos.
Debiera ser el motor y el acelerador de las SC.

42
Los valores y las virtudes
Los valores, como las virtudes, son los propios de un viviente.
Suponer que los valores y las virtudes están ahí dadas por
Dios y su revelación o dadas con la misma naturaleza humana, y
sostener, consecuentemente, que son universales y trans-históricos
es apoyarse en una antropología de cuerpo-espíritu o de animal
más racionalidad, y no partir del dato de que somos vivientes,
que aunque constituidos como tales por el habla, con el habla no
alteramos en nada nuestra condición de vivientes.

Nuestros valores y nuestras virtudes tienen que arrancar de


esa condición puramente animal sin el añadido de un espíritu, ni
de una racionalidad, que se creen o suponen, pero que no puede
mostrarse cómo surgen de un animal hablante.
Hay que partir del hecho que nuestra condición de hablantes es
un asunto de un viviente para vivir, no es el fruto del espíritu o de
nuestra condición racional.

Los valores no son previos a los PACs que tienen que construirse
los pueblos para completar su programación genética y convertirse
en animales viables. Los valores tienen que ver directamente con los
PACs construidos y adecuados a un modo concreto de sobrevivencia
y que cambian cuando se modifican las formas de sobrevivencia y,
consecuente, los PACs convenientes a esas formas de vida.
Los valores son para los vivientes humanos, por consiguiente,
concretos y sensitivos. Las formulaciones de valor como equidad,
justicia, hermandad, libertad, etc. son nociones abstractas que
pueden funcionar como postulaciones de valor, pero que no son
valores hasta que se concreten sensitivamente.

43
Las formas concretas de los postulados tienen que pasar por
un proceso de axiologización, contraponiéndose a lo que se está
haciendo en las sociedades contrario a esa postulación.
Los valores como postulaciones pueden ser universales; pero las
postulaciones de valor todavía no son valor. Cuando se concretan
dejan de ser trans-históricos y generales. Las postulaciones de valor
no son todas válidas como postulaciones en todas las culturas.
Los valores son fenómenos propios de los vivientes para vivir y
actuar convenientemente. Están pues siempre relacionados con las
formas de sobrevivir de los grupos humanos. Por consiguiente están
en relación directa con los PACs, y no con supuestos elementos
transcendentales de la estructura de los humanos.
En las sociedades de conocimiento, nada sustituye a la necesidad
de construir PACs adecuados, tampoco una supuesta moralidad
natural. Nada hay natural para el animal constituido por el habla,
cuya naturaleza es una no-naturaleza.

Nueva ontología
Desde el Patrón C de construcción de PACs nada es lo que parece
ser porque todo es modelado por un viviente en unas condiciones
determinadas. Puesto que todo es modelado, todo puede cambiar;
nada tiene el ser en sí mismo.
Todo lo modelado es condicionado, todo lo condicionado tiene
forma; lo no condicionado no tiene forma.
En las SC es preciso pasar de la afirmación “toda individualidad
es existente”, aunque sea desde otro, a la afirmación “todo son
interdependencias” vacías de ser propio.
En las SC aparece una nueva ontología; en ella se pasa:
-de la afirmación de todo son existencias individuales, a una
afirmación en que todo son interdependencias;

44
-de la afirmación de que las existencias individuales tienen
una fuente, a la afirmación de que las interdependencias son
sin fuente;
-de la afirmación que sostiene la jerarquía en la interpretación
del ser (Dios-criaturas), a la afirmación de la no jerarquía
de la interpretación del ser, porque todo son interdependencias
generalizadas;
En el Patrón R de construcción de PACs, tanto el ser desde sí
mismo, Dios, como los seres desde otro, las criaturas, coinciden en
que son, y en que son individualidades. Todo son individualidades
dentro de una jerarquía del ser. Igualmente se piensan los colectivos
como entidades individuales.

La dimensión absoluta en los PACs de las


sociedades de conocimiento.

La única salida
La historia humana no tiene una dirección, tampoco la del
progreso, como corrientemente se supone. Pero la ciencia y la
tecnología sí que tienen una dirección que a mi juicio no es de
progreso sino de complejización. En la historia humana ha habido
épocas en que las ciencias y técnicas se han estancado o han frenado
su crecimiento. Pero incluso en la Edad Media, que parecería una
época de retroceso en muchos aspectos, la tecnología, especialmente
militar, continuó siendo más y más compleja. Los historiadores de lo
militar afirman que la tecnología militar ha crecido constantemente
en los pueblos en que se inició.
Ha habido, a lo largo de la historia varias situaciones de
salida única. Piénsese en el tránsito de los cazadores/recolectores
a horticultores y posteriormente a agricultores de riego y más
recientemente a industriales.

45
Cuando apareció la agricultura, los cazadores/recolectores
la adoptaron, cuando tenían tierras que posibilitaran el cultivo.
El proceso llevó miles de años, pero fue implacable. Basta que un
pueblo la adopte para que todos sus vecinos se vean forzados a
adoptarla también, si tienen la posibilidad.
Eso pasó con cada uno de esos estadios de modos colectivos de
sobrevivencia.
¿Por qué ocurre eso así? Porque somos unos animales
necesitados y cuando aparece una forma en que las necesidades se
pueden satisfacer mejor y con más seguridad, necesariamente se
adopta.
Si un pueblo la asume, la ventaja que gana, fuerza a sus vecinos
a hacer lo mismo, a riesgo de poner en peligro su supervivencia.
El pueblo que hace suyo el procedimiento más eficaz de cara a la
sobrevivencia, crece en población y en poder y amenaza así al que
todavía no ha adoptado se modo de vivir.
El mismo mecanismo, que es de sobrevivencia colectiva, se
repitió con la agricultura de riego donde, por las condiciones del
terreno, pudo practicarse, y lo mismo ocurrió con la industria,
cuando fue posible.
Estas situaciones son de vía única y forzada. ¿Qué país pudo
darse el lujo de no industrializarse, si tenía la posibilidad económica,
de mercado, etc., de hacerlo?
Mi afirmación es que ahora estamos en una situación semejante.
Si un colectivo opta por la sociedad de conocimiento, es decir, por
vivir de la creación continua de ciencia y tecnología, y mediante
ellas, por la creación continua de nuevos productos y servicios,
su ventaja competitiva será enorme y hundirá a las sociedades
industriales que no hagan esa opción. Y además las sociedades que
han adoptado la sociedad de conocimiento no se estarán en casita,
sino que intentarán invadir con sus productos y servicios a todos los
demás países que no puedan competir con ellos. El comportamiento
de EE.UU. es prueba de ello.

46
El resultado será que las sociedades que hayan permanecido
en una forma de vivir agraria, o simplemente industrial, vivirán
mucho peor y a corto o medio plazo se verán invadidas por las
nuevas formas de cultivo y por las nuevas formas de producción.
Ya ha ocurrido con los intentos de las sociedades norteafricanas
en los años 60 y 70 del siglo pasado. Esos países, viendo su desventaja
con respecto a Europa, fundaron universidades al estilo europeo,
sobre todo facultades técnicas que el Islam no tenía, y cuando
tuvieron a toda una generación formada, se echaron a la industria.
Fracasaron terriblemente porque en ese espacio de tiempo Europa
y sobre todo EE.UU. habían creado una ciencia y una tecnología
superior. El resultado de ese fracaso y frustración fue la creación
de los Hermanos Musulmanes y otros movimientos integristas
musulmanes. El razonamiento que se hacían era: hemos adoptado
sus modos de vivir y estamos peor que antes, volvamos a nuestras
propias fuentes musulmanas y dejemos de lado los caminos de
Occidente.
Que esto funcione así puede ser lamentable, pero es inevitable
por nuestra condición de vivientes necesitados y depredadores. Hay
que contar con todo eso para calificar, o no, de una situación de sin
otra salida que el boquete que otras sociedades han abierto.
Aquí no estamos defendiendo la idea de progreso, ni partimos de
ningún principio teórico o filosófico, partimos de nuestra condición
de vivientes necesitados y superdepredadores constituidos por el
habla. Pero conviene recordar que nuestra condición de hablantes
no mitiga para nada nuestra condición de depredadores poco
considerados, para ser moderado.
Ahora bien, aunque la salida hacia las sociedades de
conocimiento sea única, por el momento, y se convierta en una
especie de destino inevitable, eso no quiere decir, ni mucho menos,
que estemos condenados a la uniformidad ni que sólo nos quede
una única manera de organizar nuestra vida.

47
Lo realmente inevitable es que tendremos que adoptar, y más
vale pronto que tarde, las maneras de sobrevivir propias de las
sociedades de conocimiento. Dicho más escuetamente, nos vemos
forzados a adoptar las ciencias y técnicas en continuo crecimiento,
con todas sus consecuencias.
Los humanos somos unos depredadores con poca misericordia,
pero la curiosidad por el saber nos lleva como a los osos, por la nariz.
Si esto es así, supuesto el desarrollo ya conseguido de las ciencias
y tecnologías, no habrá manera de pararlo; seguirá y seguirá. Más
vale que tomemos las riendas de ese proceso imparable.
Ya no es posible, sin que comporte miseria a corto y largo
plazo, vivir como agricultores, ni como cazadores, ni como meras
y escuetas sociedades industriales al estilo del siglo XIX y XX.
En nuestra tierra los intentos que algunos han hecho como “neo-
rurales” han fracasado rotundamente.
Desde esa situación forzada, se podrá vivir de muy diversas
maneras, con PACs muy diferentes. No hay razón alguna para que
los sistemas de valores, las organizaciones sociales, las opciones
espirituales, tengan que ser uniformes o las propias de Occidente.
Es más, hay una razón de peso que indica que será todo lo contrario.
Las sociedades de conocimiento son sociedades creativas, que
tendrán que crear sus propios proyectos de vida. Lo que es creativo
necesariamente genera diversidad, no uniformidad. No serán
sociedades cohesionadas por la sumisión y la coerción, porque la
creatividad no lo admite. Otra razón más para prever una explosión
de diversidad.
Las sociedades que nos han precedido estaban articuladas
por la sumisión, para lo cual requerían un mundo de creencias o
ideológico común impuesto. Esto se acaba con las nuevas sociedades
que tienen que ser sociedades de adhesión voluntaria.
Podríamos decir que con las sociedades de conocimiento
entramos en la época de la gran diversificación. La uniformidad
de las nuevas sociedades no la crea su condición de sociedades

48
de conocimiento, si no su sumisión a los intereses de las grandes
formaciones financieras y manufactureras.
Por otra parte, considerando el poder de las ciencias y
tecnologías que se retroalimentan unas a la otras en un crecimiento
cada día que pasa más rápido, no podemos continuar con un uso de
todo ese poder para explotar el medio y los colectivos sociales. Esa
actitud nos llevaría a la ruina en un corto espacio de tiempo.
Esto no es especulación; lo podemos observar ya bastante
avanzado. Estamos perjudicando el medio tan seriamente que será
o difícilmente reparable o ya irreparable; estamos ante la mayor
extinción de especies animales, según dicen los expertos; estamos
polucionando de tal forma el medio que, si seguimos así, haremos
a la tierra inhabitable.
Que dirijamos todo el poder de nuestras ciencias y tecnologías,
no para explotar más y mejor el medio y todo lo que nos rodea, sino
para mejorar la calidad de la vida humana, no parece tampoco muy
optable, ni se ve otra salida a mano. Lo que sí que se ve, y claramente,
es que no podemos seguir así y que tenemos que alejarnos, lo antes
posible, de una situación que está enfrentado a los pueblos y está
destruyendo el medio.
Las tecnociencias no determinan nada más que las condiciones
de su producción, lo demás lo dejan a nuestros proyectos axiológicos
colectivos, que puede tener opciones tan diferentes como se quiera,
sin que nadie pueda imponer nada a nadie; eso si se mantienen en
la lógica que requieren las sociedades de conocimiento. Quien no
respete esa lógica, que es de adhesión voluntaria a todos los niveles,
se volverá menos creativo, menos competitivo y podría llegar a
arruinarse.
Siempre quedan a mano soluciones violentas, como lo
estamos viendo con los talibanes y otros grupos parecidos. Pero
razonablemente se ve que eso no es solución duradera.

49
Termino; en mi argumentación no hay supuestos metafísicos y
yo diría que ni siquiera supuestos filosóficos. Parto, lo más que puedo,
de hechos; y parto, sobre todo, de una concepción antropológica
exigida por los hechos, y de una postura epistemológica también
impuesta por los hechos.
Mi planteo pretende ser epistemológico, pero con una
epistemología que no parte de un sistema filosófico, ni pretende llegar
a una solución filosófica o religiosa; la fuerza de mi argumentación
reside sólo en la necesidad urgente de sobrevivencia.

El tipo de sociedad, el patrón de construcción de


PACs y la interpretación de la realidad.
Es difícil hacerse una idea completa y adecuada de la
transformación que supone, en todos los órdenes, el cambio de
patrón de construcción de PACs.
El estilo, del patrón de construcción de los PACs que estamos
abandonando, ha durado toda la historia de nuestra especie.
El nuevo patrón de construcción de PACs supone una nueva
modelación de lo real, originado todo por un modo de sobrevivencia
radicalmente nuevo. Hemos pasado de bloquear el cambio a vivir
del cambio; de sociedades preindustriales estáticas a sociedades de
conocimiento.

Las sociedades estáticas, que viven de bloquear los cambios


de importancia, requieren de una interpretación de lo real que
fundamente su oposición al cambio.
Las sociedades estáticas requieren PACs estáticos,
fundamentados en una interpretación del ser como en sí y desde sí.
La representación del ser como vacío de toda posible categorización
y simbolización, no es fundamento para las sociedades estáticas.

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Todas las sociedades preindustriales, incluso las anteriores
a la aparición de la agricultura autoritaria, ya requerían una
interpretación la DA positiva, de la que se podían predicar atributos,
a la que se podía simbolizar. La DA aparecía como ser en sí y desde
sí. No se podía concebir el ser como vacío de entidad propia, ni en
el ámbito de la DA, ni en el ámbito de la DR.
Las sociedades estáticas tenían PACs intocables. ¿De dónde
procedía su intocabilidad? Sin duda que de una interpretación
también intocable del ser. Su intocabilidad procedía de un ser
en sí y desde sí, del que de una forma u otra, procedía el PAC,
por revelación o, lo que es equivalente, por transmisión de los
antepasados sagrados.
Todos los pueblos han tenido la experiencia de que todo es
perecedero. Luego la DR tiene ser en sí, pero por perecedera, no
desde sí sino desde otro: tiene su ser desde el ser que es en sí y desde
sí. Lo que tiene el ser desde sí mismo no lo puede perder.
No había otra manera de fundamentar una forma de vivir
intocable, establecida por un PAC intocable, si no es con una
interpretación de la realidad como en sí y desde sí, la DA, y como
en sí y desde otro, la DR.
Según esto, las sociedades estáticas precisan una ontología
del ser como en sí, podríamos llamarla una ontología positiva; y
cuando se acaban las sociedades estáticas se acaba la necesidad de
una ontología del ser.
Una ontología del ser sólo puede generar un PAC de patrón
estático e intocable. En una interpretación de la realidad como vacía
de entidad propia, ¿dónde se fundamentaría un PAC intocable?
A las sociedades estáticas les acompaña necesariamente un PAC
intocable y una ontología del ser, como tres aspectos inseparables
de un mismo fenómeno.
En una sociedad estática todo ha de depender de una fuente
inamovible y sólida, el ser en sí desde sí, que es el único no
perecedero.

51
El esquema básico de este tipo de sociedad sería:
-ser en sí desde sí,
-seres perecederos que son en sí, pero desde otro.
Que es equivalente a
-Dios,
-criaturas.
Dios y criaturas coinciden en que son y en que son individuos.
Este esquema básico (ser en sí, desde sí - seres que son en sí, pero
desde otro; o su equivalente Dios-criaturas) es el criterio jerárquico,
de sumisión y de estabilidad, y es también el fundamento de la
interpretación jerárquica del ser. Para que pueda haber jerarquía
en los seres se requiere que los seres no sean vacíos, no sean puras
interdependencias.
El esquema es una estructura religiosa, sea la que sea la forma
que adopte.

¿Por qué la interpretación del ser como vacío no puede


fundamentar una sociedad estática?
¿Por qué una interpretación de la realidad no jerarquizada sino
de interdependencias no puede generar un PAC estático, ni una
ontología del ser?
La DA como vacía de toda posible formulación, como vacía
de toda epistemología mítica no puede ser el fundamento de una
sociedad estática porque no lo es tampoco de un PAC intocable.
Una concepción de la realidad en la que la DR es toda ella
vacía de ser en sí, y la DA vacía toda posible conceptualización y
representación, no puede generar un PAC estático e intocable, ni
tampoco una ontología del ser.
Así ocurrió con el budismo, con el vedanta, con el yoga y otras
corrientes hindúes. El PAC en la India procedía de las sociedades
agrarias autoritarias no de esas corrientes.

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Como hemos expuesto, una sociedad de conocimiento en
continuo proceso es una sociedad de interdependencias entre
los saberes, entre las personas, entre las sociedades y entre las
sociedades y el medio. En una sociedad así los PACs no pueden ser
fijos e intocables, han de cambiar al ritmo del continuo crecimiento
de ciencias y tecnologías y sus consecuencias en nuevos productos
y servicios, con las repercusiones que todo esto tiene en las formas
colectivas de vivir. Una sociedad así no puede tener una ontología
de la realidad como teniendo ser desde sí mismo.
Una DA estática bloquearía una DR dinámica. Generaría un
PAC estático que imposibilitaría los procesos de una sociedad de
conocimiento e innovación continua.
La DA como ser en sí desde sí, supondría una interpretación de
la DR como ser en sí, aunque desde otro.
Si la sociedad es estática, el PAC tendrá que ser estático y la
interpretación de la realidad será una ontología del ser.
Si la sociedad es dinámica, el PAC tendrá que ser dinámico y
la DA vacía de toda posible fijación a una u otra representación,
que, consiguientemente, no podrá leerse desde una epistemología
mítica.
La creencia en una DA, un Dios trascendente ontológicamente
tiene graves consecuencias para la concepción del ser, para la
concepción de la sociedad, del PAC, etc.
Si la DA es ser en sí y desde sí, todo el resto se sigue: ser
perecedero desde otro, jerarquía del ser, ontología del ser, PAC
estático, sociedad estática.
En la sociedad de conocimiento en continuo proceso, todo son
interdependencias, consecuentemente todo está vacío de ser en sí.
El vacío en la interpretación de la DR y de la DA no es el sinsentido
de la nada, sino el más allá del sentido de la plenitud.

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El cultivo de la DA y de la CHP en las sociedades
de conocimiento.
La necesidad de una CH y de CHP suficiente para manejar, en
bien de todos y de la vida, las potentes ciencias y tecnologías en
continuo y acelerado crecimiento y las consecuencias en los nuevos
productos y servicios que ellas pueden proporcionar en todos los
campos, resulta ser el problema más grave de las nuevas SC.
En las SC, sin creencias, sin religiones y sin dioses, el cultivo
de la DA y de la CHP, sobre todo si se pretende intensivo o que sea
colectivo, presenta características especiales.
Hemos sostenido que el cultivo de la DA y sus consecuencias
en la CHP para las SC no es optativo; y hemos afirmado, de acuerdo
con este carácter no optativo, que las sociedades de innovación y
cambio, las SC, deberían ocuparse de que ese cultivo se dé de hecho,
y de que se disponga de medios colectivos para hacerlo posible.
En las sociedades que nos han precedido, las religiones se
ocupaban de ese cultivo, y en Occidente, era mayoritariamente
teísta. Las formas colectivas e individuales del cultivo de la DA y de
la CHP pasaban por las creencias, las religiones y el teísmo.
¿Cómo habrá que concretar las formas colectivas e individuales
del cultivo de esas dimensiones de la realidad, cuando en las SC
no se pueden usar las creencias, ni las religiones, ni el teísmo,
entendiendo a Dios como una individualidad “otra” de todo lo
creado y realmente existente?
Vamos a hacer un recorrido de los principales procedimientos
posibles.

Podemos enumerar algunas actitudes y prácticas que propicien


la adquisición y el crecimiento de la CH y de la CHP.

54
a). Leer poesía con cierta frecuencia refina la mente y la
sensibilidad y habitúa a un lenguaje que habla de la realidad de
forma desinteresada buscando la belleza, el asombro y la sutilidad
de la realidad. La lectura frecuente de poesía acostumbra a un uso
del lenguaje metafórico y simbólico que sugiere lo que no se puede
decir directamente; un lenguaje sin pretensiones descriptivas,
que pretende hablar de la dimensión absoluta, la no directamente
relacionada con nuestras necesidades.
La poesía puede convertirse en un poderoso instrumento
para fomentar la CH y la CHP no religiosa, libre de creencias y
sumisiones.

b). Algo semejante se podría decir del amor a la música y del


hábito de escuchar música de calidad con frecuencia. La música
canta la DA, sin palabras; mueve el sentir y la mente a lo sutil
indecible; levanta las pasiones y las emociones más allá de ellas
mismas; crea certeza sin palabras. La música habitúa a la sutilidad,
un asunto muy importante para un viviente regido por la necesidad
que pretende llegar a la CH y a la CHP.
La música es una práctica excelente para el cultivo de la CH y
una inmejorable introducción a la CHP.

c). Quienes quieran aproximarse a la CH y en todo a la CHP


deberán habituarse a buscar la soledad en la naturaleza. Se debieran
buscar las ocasiones de pasar horas paseando en silencio por el
campo, de retirarse a ambientes naturales, cuanto más apartados
mejor.
La naturaleza es nuestro lugar de residencia propio. El contacto
con ella nos abre a nuestro propio interior y al misterio del existir
de toda la realidad que nos rodea. El cielo y sus cambios, el sol y la
luna, el cielo estrellado nocturno, la tierra y todo lo que la habita,
nos despiertan de las rutinas y preocupaciones de nuestra vida
cotidiana.

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Sumergirse en la naturaleza es una medicina poderosa, un
reconstituyente y una guía hacia el abismo y la maravilla de todo lo
que existe.

d). Una ayuda insustituible y enormemente eficaz es actuar


a favor de otros, sin buscar nada para sí. Actuar en bien de la
naturaleza y de todos los vivientes, en favor de la sociedad en
general, o a favor de algún grupo o individuos particulares. Quien
actúa de todo corazón a favor de otros, sin esperar ningún tipo de
retorno, silencia profundamente los propios deseos y expectativas y,
con ello, se abre a la dimensión gratuita del existir.
La DA de todo lo real, si se le da la posibilidad, se muestra como
un rostro, en todo y en cada una de las realidades que nos rodean.
El modo de realizar esta práctica puede ser sumándose a alguna
organización que actúe a favor de algún aspecto de la sociedad sin
ánimo de lucro. Cada uno deberá buscar cómo ejercitarse en la
acción desinteresada periódicamente.

e). La acción desinteresada es un medio para silenciar, o por lo


menos mitigar el deseo y la expectativa egoístas. Será útil emplear
otros procedimientos para mitigar la fuerza de los deseos y de las
expectativas que se generan a partir de ellos. En la vida cotidiana
hay muchas ocasiones en las que se puede ejercitar ese propósito: en
las comidas, en las relaciones personales, en la búsqueda del éxito
personal o profesional, etc.
Todo lo que sea rebajar el tono de los deseos y de sus expectativas,
redunda en paz, serenidad, gozo, lucidez, alejamiento de las
frustraciones, disminución de las preocupaciones e inquietudes
que generan los temores de perder lo que se tiene o a no poder
conseguir lo que se espera.

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Veamos ahora unos procedimientos que, ayudados por estas
actitudes, pueden aplicarse y ejercitarse para conseguir acercarse a
la DA y adquirir la CH y la CHP.

1º. En las SC, que viven de la investigación y de la indagación


continua, es imposible concebir el camino a la DA y a la CHP
como una sumisión a verdades y normas de vida dadas. Ya hemos
expuesto que el cultivo de esa dimensión de lo real, dimensión que
nos incluye a nosotros mismos, debe ser una investigación y una
indagación.
A la tarea de cultivar el despertar a la DA y a la CHP le
llamaremos indagación más que investigación, porque queremos
indicar que la investigación en ese terreno es una investigación en
la que, aunque podamos distinguir aspectos mentales y sensitivos,
debe incluir siempre esos dos aspectos. Por ello nos parece más
adecuado, aunque sólo sea para evitar equívocos, llamar a esa tarea
“indagación”.
Vivir y presentar el camino a la DA y a la CHP como una
indagación libre, sin sumisión ninguna, es capital y sumamente
importante para las nuevas sociedades. Una oferta de sumisión no
sería coherente ni compatible con el modo de sobrevivencia de este
tipo de colectivos.
Un procedimiento adecuado sería la indagación mental y la
indagación sensitiva. Vamos a verlas.

La indagación mental se propone indagar, con toda la fuerza de


la mente, cada realidad en sus raíces de ser, espaciales y temporales.
Cada realidad, pongamos por caso un roble o un pájaro, hunde
sus raíces hasta el inicio de los vegetales y de los animales. Esos
orígenes no están en el pasado, están incorporados en la realidad
concreta del roble y del pájaro. Nos parecen seres individuales, de
fronteras claras y delimitadas, pero la indagación hace presente, en

57
el concreto roble que está en el recodo del camino o en el pájaro
que canta delante de mi ventana, toda la profundidad de tiempo y
de espacio en el que esas especies vivientes se fueron formando y
aparecieron.
Esos objetos concretos se desfondan, quiebran las fronteras
en las que los tenemos ceñidos. Se desfondan y desfondándose
incorporan en su propia realidad concreta, todo el origen de la vida,
de la tierra y del cosmos hasta llegar a enraizarse en el Big Bang y en
todo el inmenso misterio de lo real.
La indagación debe llevar a comprender que todas las
inmensidades de procesos, de tiempo y espacio no precedieron al
roble de la esquina del camino, ni al pájaro que canta delante de mi
ventana, sino que lo constituyen, residen en él, son su realidad.
Esta indagación transforma incluso al ser más insignificante en
un abismo de procesos, de tiempo, de espacio y de misterio. Así
todas las realidades, desde el sol y la tierra hasta el más insignificante
insecto pierden su obviedad, su cotidianidad y nos trasladan a un
mundo de abismos en el que nosotros mismos somos también un
abismo.

El proceso que hemos descrito es preponderantemente


mental. Habrá que hacer ese camino de indagación también con la
sensibilidad.
Gracias a la indagación sensitiva podremos llegar a sentir ese
ser sin fronteras en todas y cada una de las realidades. Debemos
llegar a sentir la profundidad insondable de espacio, de tiempo y de
procesos que cada ser tiene, no en su historia, sino en su realidad
concreta. Así cuando se mira y se toca al roble del borde del camino,
se están tocando no sólo la larguísima historia del roble que lleva
incorporada en su tronco y en sus hojas, sino los procesos que
llevaron de los primeros seres vivientes al roble.

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Se toca también todo el misterio de la aparición del cosmos,
hasta llegar a la aparición de la tierra y de la vida en ella, y desde ahí
hasta el roble o el pájaro.
Insistimos, tenemos que llegar a sentir todas las realidades que
nos rodean y a nosotros mismos, como el fruto de un proceso en
el que en el inicio del proceso está el Big Bang y en el otro extremo
está en el roble y el pájaro. Tenemos que llegar a sentir las realidades
como teniendo en su misma corporeidad todo ese largo proceso y
origen. Todas las cosas son esas magnitudes de espacio, de tiempo
y de larguísimos procesos. Todas esas magnitudes no es que les
precedieron; son esas magnitudes a las que podemos tocar con
nuestras manos, admirar con nuestros ojos y oír con nuestros oídos.
Estos dos tipos de indagación, la mental y la sensitiva, no están
rígidamente separadas una de la otra; se entrecruzan y forman una
unidad. Pero es importante señalar esos dos aspectos de nuestra
indagación, para que no nos olvidemos de ninguno de los dos.
Esta indagación de toda realidad y de nosotros mismos arranca
de la cotidianidad de nuestras modelaciones de todo lo real en
función de nuestras necesidades, temores, recuerdos y expectativas
y nos enfrenta al abismo en el que existe y se presenta todo lo real.
Donde quiera que nos asomemos no hay más que abismos.
Ese abismo, múltiple y uno, infinito y sin nombre, es la DA; y
vivir en ese abismo, como abismo, eso es la CHP.

2º. Una variante del procedimiento anterior es el que propone


Nicolás de Cusa: las realidades, sean del tipo que sean, son sólo una
forma de la DA, sin que tengan otra realidad, ni añadan nada a la
DA. La DA define cada una de esas formas y definiéndolas se define
a sí misma.
No hay acceso a la DA más que en esas formas, en las criaturas.
Jamás se presenta la DA sola. La DA se presenta siempre en esas
formas, que son las realidades de nuestro mundo. Entre esas formas
y la DA no hay dualidad ninguna.

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De estas reflexiones se puede concluir que indagando cada
realidad, se está indagando la DA. Tratando, tocando, amando,
admirando e incluso sirviendo a todas las cosas, se está tocando,
amando y admirando o sirviendo a la DA.
Desde esta perspectiva el sol y la luna, la tierra y todos los seres
que contiene, y nuestros hermanos los humanos, son formas de la DA
y no otra cosa que ella. En cada cosa se dice y se define la DA misma.
En cada ser podemos indagar, conocer y amar inmediatamente a la
DA, porque los seres no son otra cosa que ella; nada tienen de sí
mismos que pueda servir de pantalla. Sólo nuestras modelaciones a
la medida de nuestras necesidades se convierten en velo que oculta.
El trabajo es silenciar esos velos para comprender, ver y sentir
en cada cosa y en toda realidad lo que es su fuente y toda su realidad,
la DA.
Nuestro interés y amor por todo debe de ser sin condiciones. Si
nos comportamos así accedemos a la DA y nos integramos en esa
no-dualidad, que es nuestra propia y única realidad.

3º. La lectura y meditación de las escrituras sagradas y grandes


textos de las tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad
son también una ayuda poderosa para tener noticia de la DA, de
cómo acceder a ella y de cómo es la CHP cuando se la cultiva con
radicalidad.
En las SC esas lecturas no podrán hacerse como creyente, pero
eso no disminuirá en nada el valor de trabajar esos textos; de una
manera semejante a como comprender y vivir la poesía, la pintura
o la música de siglos pasados no es necesario ser creyente, ni vivir
como los creadores de esas obras vivieron, ni pensar, sentir o actuar
como ellos lo hicieron.
Si esos textos se leen con la mente y el corazón abierto, encarnan
la DA y revelan la CHP, como las grandes obras musicales o las
buenas poesías encarnan y ponen frente a nosotros la belleza.

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Es difícil ponderar la fuerza conmovedora y motivadora de ese
legado de nuestros antepasados.
Esas obras son el fruto de la profunda indagación de los grandes
de las culturas y de las generaciones que nos precedieron. Cuentan
que Bach antes de empezar a componer, tocaba piezas de músicos
italianos de su tiempo. Así nosotros, antes de iniciar nuestras
indagaciones debiéramos leer y meditar un fragmento de ese legado.
Leer e intentar vivir esos textos sabios es rehacer con ellos la
indagación que realizaron. Ellos nos llevan de la mano más allá de
las fronteras de nuestras construcciones, por los campos en los que
las palabras no sirven porque es el mundo del silencio, de lo que no
es a la medida de nuestras pobres palabras humanas.
Esos textos son como un trampolín, como un empuje a nuestras
indagaciones. Esos textos no someten a las categorías en las que se
ven forzados a expresarse porque son las palabras de sus tiempos.
Son maestros de libertad y guías de la creatividad. Son apoyo para
nuestros pies por los caminos en los que no hay camino. Son luz y
guía. Nos conducen al umbral del Rey, dice Rumí, y nos invitan a
pasar al interior de la cámara real.

4º. Hemos afirmado repetidas veces que las SC no podrán


ser sociedades teístas. Eso no quiere decir que la figura “Dios” no
aparezca de ninguna manera. “Dios” como realidad otra de las
criaturas y realmente existente, sustentado en las creencias, no
aparecerá; pero “Dios” como símbolo se presentará en el seno del
proceso interior de aproximación a la DA.
Mientras el punto de residencia y de partida de nuestro pensar,
sentir y actuar sea el ego, nos consideramos como una individualidad,
una entidad, un ser que vive su vida. En ese caso, si se tiene noticia
de la DA, necesariamente se la considera como “otra” de mi propia
individualidad. El ego se vive como una entidad y Dios como una
entidad suprema, pero radicalmente distinta de mi propia identidad.

61
La noticia de esa otra realidad fundante, que se presenta
en las cosas, aparece como mente, conciencia, sabiduría, como
individualidad capaz de decisiones, etc. Podemos argumentar que
si las criaturas en conjunto tienen esos rasgos su fuente los ha de
tener de alguna forma.
Podríamos decir que esto es un dato: cuando un ego, que se
considera una individualidad, tiene noticia de la DA, esta se le
presenta como una individualidad otra, fuente de toda realidad, y
por tanto, fuente de lo que llamamos mente, conciencia, sabiduría,
libertad, previsión, etc. Por la belleza y la bondad de las cosas se le
ve como bueno.
A esa noticia le cae bien el término “Dios”, con todo lo que
esa noción ha cargado sobre sí a lo largo de la historia; pero será
un Dios sólo símbolo, no entidad. Ese Dios que aparecerá en las
SC no es la consecuencia de una creencia, sino un momento de
un proceso. Quien teniéndose como individualidad, como ser que
vive su vida, pretende acercarse a la DA, le concibe como exterior
a sí mismo, como un Dios del que puede obtener ayuda, porque es
benévolo con sus criaturas.
Ese es un momento del proceso al despertar con el que hay que
contar y, de alguna forma, hay que partir. Ahí arranca el camino y
ese tramo teísta del camino puede durar bastante tiempo.
La conciencia de la que se parte es la de una individualidad
frágil, necesitada, impotente para seguir la llamada que la noticia
de la DA supone. En ese contexto surge la plegaria, la demanda de
ayuda.
Quien quiera ser fiel a la realidad del desarrollo del proceso, debe
aceptar ese momento teísta, sin que eso suponga necesariamente
que ese Dios que él vive en su interioridad sea una realidad en
sí mismo. Se trata de un Dios-símbolo, momento del camino. Es
preciso no quedarse ahí y pasar a un momento de la vía en que ya
no es necesaria esa ayuda del símbolo “Dios”.
Puede pasar tiempo en el que se entre y se salga de esa situación.

62
No hay que rechazar ese estadio del caminar, apoyándose en
creencias laicas. Esa situación ni debe llevar a creencias ni debe ser
obstaculizado por creencias.

Aquí surgen algunos problemas. La razón puede manejarse con


un Dios que viene a ser un símbolo operativo y no una realidad
otra, pero ¿podrá la sensibilidad? ¿Cómo se apaña la sensibilidad
con un Dios que es figura simbólica, no existente como realidad
otra de sus criaturas? ¿Cómo lo hará la colectividad de las SC?
Primero habrá que comprender la racionalidad de ese momento
del proceso interior; una vez comprendido con claridad, habrá que
procurar sentirlo. ¿Es posible?
Se siente la poesía y la narrativa sin que sea obstáculo que lo que
cuentan no sea existente como individualidades reales. Lo mismo se
podría afirmar de las demás artes.
Sentir así será más fácil en la medida que el término “Dios” se
aleje de la creencia. El tiempo corre a favor de esa posibilidad.
Un Dios-símbolo, no existente como entidad otra, no podría
soportar un sistema axiológico teísta, ni un PAC para las SC que
fuera teísta, ni podría desarrollar los grandes inconvenientes que en
la historia ha tenido el monoteísmo de las religiones, que siempre
ha ido necesariamente ligado a un PAC concreto.
Para que la sensibilidad pueda vivir ese Dios-símbolo de forma
que llene la función que debe cumplir podrían hacerse ensayos,
tanteos, tanto individuales como colectivos, con plegarias, con uso
de símbolos e incluso de rituales en colectividad, con tal de que, en
esos ejercicios, el carácter puramente simbólico de Dios quedara
explícito en la misma plegaria, en el mismo uso del símbolo o en el
desarrollo del ritual.

Vuelve a surgir la pregunta ¿es eso posible?

63
Como son posibles las películas, las obras de teatro, las óperas,
que sabiéndose ficción y no reales se sienten y viven con más fuerza
que lo que se presenta como real, igualmente podría hacerse con
las plegarias colectivas, los símbolos usados colectivamente, los
rituales.
Las obras de arte, siendo ficción, resultan más reales que la
realidad y enseñan más de la realidad de las cosas y de las personas
que la vida cotidiana.
Cuando el lugar desde donde parten y residen nuestras
capacidades de pensar, de sentir y de actuar ya no es el ego, porque
se le ha silenciado como si estuviera muerto, entonces nuestras
facultades se asienta en la DA. Cuando eso ocurre se silencia por
completo nuestra individualidad y la DA se muestra como nuestra
auténtica realidad. Entonces el servicio que prestaba la figura del
“Dios-símbolo” cesa, y con ella todo resto de teísmo.

5º. IDS-ICS constituyen un instrumento muy poderoso para


ayudar a despertar a la DA y a la CHP, que son nuestra verdadera
realidad. Esta breve formulación es el resultado abstracto de
la lectura continuada de los grandes textos de sabiduría de la
humanidad.
El interés incondicional (I) por todo lo real es capaz de abrir al
misterio de lo que es. El interés del que se habla es interés totalitario
de mente e interés totalitario del sentir. Ese interés, con todo el
ser, se le puede llamar amor, si no se tiene en cuenta el elemento
sentimental y romántico. El interés completo lleva a la unidad y la
unidad es amor.
El desapego, el distanciamiento (D) de todo lo que tenga que
ver con mi interés egoísta es una condición sin la cual el interés
incondicional no se puede dar. A la vez, el interés totalitario por la
realidad provoca un radical desapego de todo lo mío.

64
El total desapego, al volverse hacia las realidades, aproxima a su
misterio, tanto más cuanto mayor sea el distanciamiento de lo mío.
Frecuentemente se queda algún tentáculo agarrado al egoísmo para
poderlo recuperar cuando sea necesario. Esa no es una actitud de
completa entrega, sin reservarse nada para sí. Mientras quede un
rastro de apego a sí mismo y a lo propio, el ego permanece vivo; si
el ego permanece vivo, rige la dualidad; si hay dualidad, la DA, que
es no dual, permanece opaca y no se produce el despertar. La CHP
está ausente donde el yo y sus intereses permanecen todavía vivos.
El interés incondicional por la realidad exige y produce el
silenciamiento (S) de todo lo mío, de mis criterios de realidad, de
valor, de todos mis cánones interpretativos y operativos; exige y
produce silenciamiento de prejuicios, de supuestos y de creencias,
sean laicas o religiosas.
Sólo en el seno de ese gran silencio se produce la gran palabra,
la manifestación patente del misterio innombrable de todo lo real.
Ahí está la DA con toda su potencia. La presencia de la DA en la
mente y el corazón es la CHP.
El interés por lo real es siempre en compañía, en grupo, por
lo menos en comunión con los sabios del pasado y con los que se
esfuerzan por practicar de corazón IDS. Ese interés, en compañía,
es una auténtica indagación (I) que se realiza en comunicación (C)
y en servicio mutuo (S).
Somos seres simbióticos, también en nuestra indagación de la
DA. La indagación con otros pide una comunicación franca y sin
fronteras. Ese tipo totalitario de comunicación no será posible sin
un servicio de unos a otros sin fronteras ni condiciones.
En las SC se estudia, se trabaja y se crea en grupo; también
tendrá que hacerse en grupo la indagación de la DA y el cultivo
progresivo de la CHP. La gran indagación, la posibilidad más
importante de nuestra especie, siempre se ha hecho en colectivos;
con más razón en las SC que son sociedades que sobreviven y
prosperan en equipos, en grupos.

65
Todo lo verdaderamente humano ha de pasar por un grado
u otro de cultivo de IDS-ICS, pero puede ser un cultivo bajo
las condiciones que le impone el ego y sus intereses, temores y
expectativas. IDS-ICS se convierten en potente instrumento de
trabajo interior cuando se practican sin condición ninguna por
parte del ego.
La incondicionalidad de la práctica de IDS-ICS es de una gran
potencia para aproximarse al despertar a nuestra verdadera realidad
y para cultivar a fondo la CHP.
Aunque debe practicarse IDS-ICS en todos sus aspectos,
porque forman una unidad inseparable, puede insistirse en un
aspecto o en otro: en el interés, distanciamiento y silencio, o en la
indagación profunda en comunión, o en el servicio incondicional a
toda criatura. Se insista donde se insista, siempre se arrastra al resto
de los rasgos porque forman una unidad.

6º. Hay una frase, que meditada y sentida en profundidad, es


de una gran potencia para deshacerse de los deseos-temores y de
las expectativas que rigen nuestras vidas. Es la siguiente: “nadie ha
venido a este mundo y, por consiguiente, nadie se va de él”.
No hemos aterrizado en este mundo viniendo de no se sabe
dónde. Nada en nosotros ha venido de fuera de este mundo, ni el
pretendido espíritu y la razón que eleva al hombre a un nivel más
alto del mero animal.
Si Dios es una figura simbólica y no una entidad real distinta
de las criaturas, no venimos de sus manos, ni nuestro cuerpo, ni
nuestro espíritu, ni nuestra racionalidad.
Somos este mundo. Somos un momento leve de este mundo.
No nos elevamos por encima de él. Nuestra mente es de este mundo,
nuestro sentir es de este mundo, todo nuestro ser y actuar es este
mundo.

66
Cuando hablamos de este mundo nos referimos a la inmensidad
del cosmos, a la inmensidad de los mundos.
Esa inmensidad es como el océano y nosotros las olas de su
superficie. Nada tiene suyo la ola que no sea del mar. Nada añade la
ola, grande o pequeña, a la inmensidad del mar. Cuando la ola nace,
nada nace; cuando la ola muere, nada muere.
Somos esta inmensidad; somos Eso, y nada más que Eso, sin
nada añadido.
Nuestra mente puede comprenderlo fácilmente. Desde esa
comprensión hay que conducir al sentir para que lo sienta así.
Esta eliminación de toda individualidad real, de toda
importancia, es como sumergirse en el océano, del que ni un solo
segundo nos separamos. Eso es el despertar. Residir, con todo
nuestro ser, en ese océano, eso es la CHP.

7º. La concentración metódicamente cultivada, que es de origen


sobre todo oriental, sería otro de los grandes procedimientos para
aproximarse a la DA y a la CHP. Es un método altamente adecuado
a las SC.
Lo central de ese procedimiento, practicado por varias formas
de yoga, por el budismo en general y especialmente por el que más
nos ha llegado a occidente, por el zen, consiste en concentrarse
sobre un objeto, que puede ser exterior o interior, tan completa y
exclusivamente que el sujeto quede totalmente coloreado por el
objeto, hasta que la conciencia y el sentir esté saturado del objeto.
Es una forma poderosa de silenciar al sujeto.
Con esa concentración el objeto se sale de la relación sujeto-
objeto y, por tanto, pierde todo lo que lo modela desde el sujeto.
Queda vacío de toda modelación; vacío y presente. La concentración
sostenida separa al objeto de todas las modelaciones que el sujeto le
proyecta, y saliéndose de esa relación se vacía.

67
El objeto, que pertenece a la dimensión relativa de nuestro
acceso a lo real, por la concentración pierde las formas en las
que venía modelado, y al perderlas pierde la dimensión relativa
a nuestras necesidades y sólo le queda su dimensión absoluta. La
dimensión absoluta, como tal, es incategorizable.

Con esa pérdida no se puede decir que el objeto sea, pero


tampoco que no sea. La DA como vacío de toda modelación se
muestra como una presencia-ausencia potente y extraña para un
viviente.
Ese vacío es un vacío que todo lo vacía porque muestra que las
modelaciones, la dimensión relativa a nuestras necesidades de lo
real en verdad no es. Paradójicamente, vaciándolo todo lo llena de
una presencia-ausencia plena y totalmente convincente.
Se trata de un vacío que con su presencia-ausencia genera el
gran silencio, la certeza suma, la paz, la reconciliación, el fin de
toda individualidad. Muestra que en realidad todo está vacío de
modelación, aunque en la vida cotidiana se vivan las modelaciones
que crea el sujeto como reales; muestra que sólo se da la presencia-
ausencia que es el vacío de toda posible categorización.
Podemos heredar todos los refinamientos de método diseñados
y cultivados para esta tarea por todas las formas de budismo y de
yoga, sin necesidad de tenerse que someter al aparato conceptual-
simbólico en el que se expresaron en esas corrientes.
Podemos utilizar el pasado, pero sin sometimiento.

Todos estos fenómenos no son meras especulaciones; han estado


detectados, cultivados y verificados durante siglos por multitud de
corrientes, de diversos ámbitos culturales, extensos en el espacio y
en el tiempo durante muchas generaciones.

68
Debemos hacer una advertencia: dicen los sabios que todos
estos procedimientos y sus refinamientos son en realidad inútiles,
porque entre todos estos diversos tipos de métodos no hay relación
de causa a efecto con el despertar a la DA y a la CHP. No puede
haber relación ninguna entre lo que es relativo y lo que es absoluto,
separado de toda relación.
El despertar, la DA es puro don que no necesita para nada de
nuestros métodos y procedimientos, pero, dicen los sabios también,
que ese acceso a la DA y a la CHP normalmente ocurre en el seno
del intenso intento humano.

El cultivo de la DA desde el Patrón C


El cultivo de la DA en las SC es sin imposiciones porque no hay
jerarquías, ni Dios, ni naturaleza humana fijada.
Ese cultivo es sin certezas heterónomas. Nada viene de fuera;
todo es construido.
El cultivo de la DA es desde la sumisión a lo sin forma, eso
oscuro y luminoso que es el ser de todo y mi propia fuente. Es
sumisión a la guía interior de la DA misma.
Sólo la DA guía y reconoce la DA. Una DA que es lo más íntimo
de mi propia intimidad. Así lo comprendo y lo siento:
-si no me identifico con el ego,
-si silencio mi identidad,
-si no lo doy por real,
-si estoy muerto a sus reclamos.
Se aceptan las formas del pasado para orientarse y liberarse de
ellas; se crean nuevas formas también para liberarse de ellas lo antes
posible.

69
No se somete a las viejas formas, ni a las más recientemente
creadas, sino que la actitud adecuada es crearlas y recrearlas
continuamente, indagando libremente, en interdependencia con
los que pretenden lo mismo, y en diálogo con los sabios del pasado.
Se heredan e indagan las formas del pasado para aprender a
abandonarlas. Esa es su enseñanza más profunda.
Resultará difícil pasar de una DA cultivada como sumisión,
a un cultivo de la DA como indagación y creatividad continua
completamente libre. Es un tránsito que hay que hacer.
Estamos frente al cambio más trascendental de la historia de la
espiritualidad.

La pretensión de los PACs de las SC: la calidad de


la vida humana, la felicidad
Hemos estudiado los PACs de las SC y cómo construirlos. Nos
falta un paso más que dar: determinar la pretensión de ese tipo de
PACs. Nos queda determinar el para qué de una construcción de
PACs adecuados a sociedades de crecimiento acelerado de ciencias
y técnicas, el para qué de esa aceleración de innovaciones constantes
en tecnociencias y en nuevos productos y servicios.
Formulado de otra manera: ¿qué queremos de las tecnociencias
y sus consecuencias, qué queremos de las continuas y aceleradas
innovaciones?

En las sociedades preindustriales la pretensión primaria del


PAC era asegurar la sobrevivencia del grupo, en un modo concreto
de supervivencia preindustrial. Para ello debía asegurar la cohesión
y la colaboración de todos por la vía de la autoridad y la sumisión.

70
La sumisión era al PAC, que era sagrado, revelado por los
dioses o legado intocable de los antepasados, y sumisión al rey.
Para conseguir todo esto era central la constitución y justificación
del poder. La religión era la concreción narrativa del PAC y su
justificación sagrada y era, simultáneamente y de forma unitaria, el
medio de cultivar la DA, la CH y la CHP.
La felicidad de los colectivos y de las personas de este tipo de
sociedades no era imprescindible para su funcionamiento, era una
cuestión de cada cual, con tal que se buscara dentro de la sumisión
y, en definitiva, era una cuestión de otra vida. El asunto capital
era la sumisión al poder y al PAC como garante de ese tipo de
organización.

En las sociedades industriales el PAC pretendía la libertad


de individuos y agrupaciones para una eficaz explotación de la
naturaleza y de los pueblos. Más tarde pretendieron el bienestar en
las condiciones materiales, por presión de la idea socialista. Todo
en sumisión a las ideologías y a sus autoridades.
En América se defiende que todo el mundo tiene derecho
a buscar la felicidad. Pero es una cuestión personal, no es una
preocupación del PAC, que únicamente tendrá la obligación de
posibilitarla.
La felicidad no es la pretensión ni de los PACs ni de las
ideologías. Una de las dos grandes ideologías pretendía la libertad,
la igualdad y la fraternidad, es decir la eliminación de la sociedad
estamental, y la otra gran ideología pretendía la no explotación de
las clases débiles para que sea posible la libertad y la igualdad.
Las dos podríamos decir que facilitaban el camino a la
felicidad en la medida en que evitaban el dolor de la injusticia, de la
desigualdad y de la explotación, pero no se ocupaban de la felicidad
temáticamente. Tampoco en las sociedades industriales la felicidad
es una condición para el funcionamiento de ese tipo de colectivos.

71
En estas sociedades la preocupación por la supervivencia era
tan prioritaria que exigía la radicalidad del PAC de sumisión a través
de la religión, que también proporcionaba, en un grado u otro, el
acceso a la DA. Ese acceso a la DA daba una fuerza extraordinaria a
la función legitimadora del PAC de sumisión.

En las sociedades de investigación, información y explotación


(IIE) se orienta el crecimiento de las tecnociencias a la explotación
y al beneficio, cuanto mayor y en más corto tiempo, mejor. Las
tecnociencias posibilitan ese camino.
El PAC colectivo no pretende la felicidad de sus miembros, sino
la producción y la innovación de cara al mayor beneficio posible.
La felicidad es una cuestión personal que no es imprescindible para
el buen funcionamiento de la sociedad, basta con la sumisión, la
coerción y el dominio económico.

En las sociedades de conocimiento el crecimiento acelerado de


las ciencias y tecnologías y las posibilidades que crean de nuevos
productos y servicios implica que el PAC de este tipo de sociedades
no pueda pretender la explotación de la naturaleza y de los grupos
humanos, porque sería peligrosísimo. Ya estamos viendo las
consecuencias, incluso irreversibles, de esa forma de actuar.
El problema que se plantea en estas sociedades es ¿Para qué el
continuo y acelerado crecimiento en tecnociencias? ¿Para qué esa
continua innovación y creación?
Su finalidad no puede ser la explotación más y más eficaz del
medio humano y no humano, porque acabaríamos con el medio y
provocaríamos gravísimos enfrentamientos entre desfavorecidos y
controladores del crecimiento tecnocientífico.
Hemos afirmado que la CH y la CHP son imprescindibles para
el buen funcionamiento de las SC, pero otra vez la pregunta: ¿Para
qué? ¿Para una mejor y más eficaz explotación? ¿Simplemente para

72
un mayor bienestar de una sección pequeña del colectivo humano y
a costa de los terribles inconvenientes de ese crecimiento acelerado?
Estamos frente a una alternativa:
-o las SC pretenden la calidad y la felicidad humana con el
uso de las tecnociencias y su aceleradísimo desarrollo,
-o se cae en la explotación de IIE, y que cada uno se apañe
en la cuestión de la felicidad.
El segundo miembro de la alternativa no resulta viable si no es
al precio de todo tipo de desastres, ya a corto plazo, pero sobre todo
a medio plazo.

Nos queda la cuestión: ¿Cuál es la finalidad de los PACs de


las SC? La contestación tendrá que ser: no para una más eficaz
explotación, sino para la calidad de la vida humana, para la felicidad
de los individuos y colectivos humanos.
¿Qué entenderíamos por felicidad? Entenderíamos la libertad
sin sumisiones; el desarrollo profesional libre y autónomo en
comunicación; la cohesión de grupos por adhesión voluntaria; el
cultivo de la CH y la CHP como indagación libre, sin sometimientos
de ningún tipo; el cuidado del medio como un jardín; la paz en
las familias, en los colectivos, entre las naciones; el desarrollo sin
exclusiones del amor; la libertad de proyectos y opciones axiológicos
desde el acuerdo; la responsabilidad de todos en la creación de PACs
a todos los niveles; la equidad y la justicia entre los hombres; el
acceso adecuado a la educación y a la formación continua; el acceso
conveniente a la sanidad.
Felicidad no es la simple satisfacción del deseo; ni es una vida
de placeres; ni tener todas las necesidades y caprichos satisfechos;
ni tener una vida asegurada y protegida por el dinero y el estado; ni
ser rico; ni tener poder; ni tener una religión en que creer; ni tener
una buena pareja.

73
Todo eso puede ayudar a la felicidad, y también puede, más
frecuentemente, ser un obstáculo. Será claramente obstáculo si se
considera que la felicidad es sólo todo tipo de cosas, sin tener en
cuenta adecuadamente la CH, la CHP y la DA.
A esta segunda idea de felicidad le falta la dimensión absoluta,
la fontal, la que realmente es y no sólo parecer ser.

La DA es nuestra propia realidad, está en el centro de nuestra


constitución como hombres, es nuestra realidad auténtica. Si se la
olvida, si no se la cultiva porque se piensa que lo único real o lo
que debe ocupar todas nuestras facultades es el ego y su séquito,
con el que nos identificamos, la DA desde nuestro propio interior
hará, irremediablemente que nuestros deseos sean insaciables, que
nuestras expectativas fallen o nos decepcionen.
Como dice Rumí, la DA desatendida se convierte en un reclamo
constante, consciente o inconsciente, que impide que nuestra vida
tenga auténtico reposo. Como dice el Buda, quien se identifica con
su ego hace una terrible opción por el mundo del dolor.

Esta no es una pretensión utópica, en el sentido de un sueño


imposible. Si el desarrollo, cada día que pasa más acelerado, de
la tecnociencias no puede ser para la explotación, también cada
día que pasa más eficaz, tenemos que postular emplearlas para la
calidad de vida de los humanos, para que consigan la CH y la CHP,
que es la plenitud humana.
Si no orientamos la marcha de las sociedades de conocimiento
en esa dirección será una opción de suicidio de la especie y de la
vida. La calidad de la vida humana, el cultivo explícito de la CH y de
la CHP, la felicidad humana, es la única opción viable para las SC.
Es una necesidad, no una utopía irrealizable. La CH y la CHP son, a
la vez, la condición sine qua non de las SC y su finalidad.

74
No hay felicidad sin un cultivo adecuado de la DA, porque a
todo le faltaría la fuente de su realidad.
Los PACs colectivos de las SC deben proporcionar a los
individuos y sociedades las condiciones adecuadas para el cultivo
de la CH y la CHP. Deben ser medios para la realización de la
plenitud humana.
En este contexto, la CHP, la espiritualidad, no puede
fundamentarse en la sumisión, el sacrificio y después en la vida
eterna.
La CHP tendrá que pasar por una indagación libre para acceder
a la DA y liberarse de la sumisión al ego y su séquito; no para ser
premiados en otra vida, sino para liberarse aquí del sufrimiento,
para la plenitud de todas las dimensiones humanas en sociedades
hermanadas, en un medio del que nos sustentamos, con el que
estamos en simbiosis y que habrá que cuidar como un jardín.
Las tradiciones religiosas y espirituales son puras ofertas de
felicidad y plenitud humana, ya no pueden pretender imponer
creencias y someter. Los PAC de las SC tendrán que ser también
ofertas de felicidad en la sobrevivencia a través de las tecnociencias
en acelerado crecimiento.

Si las sociedades en el tránsito de sociedades preindustriales o


de sociedades industriales o a sociedades de conocimiento vieran
en el PAC de las SC una oferta eficaz y efectiva de felicidad, estarían
más dispuestos a hacer esos cambios difíciles.
Si esa oferta llegara claramente a los pueblos, estos exigirían el
tránsito a los ricos y poderosos que temen perder sus privilegios
con esa transformación.

Los partidos políticos tendrían que hacer sus propuestas


desde estas perspectivas. Diversidad de propuestas para hacer el

75
tránsito rápido y completo a las SC, con diversas propuestas para
la aceleración.
Deberían hacer propuestas para pasar lo antes posible a los
PACs que abren a la calidad humana, que conducen las tecnociencias
y sus consecuencias al servicio de la felicidad y plenitud humana
individual y social.

La realidad no tiene un por qué


La realidad es porque sí.
El cosmos, el mundo y la vida no tienen un por qué.
Sólo lo que es relativo a la necesidad parece tener un por qué,
que luego se extrapola a la totalidad de la realidad.
Toda realidad es dependiente de otra realidad. En cuanto
dependiente, se puede decir que es relativa a otra realidad. Relativo
e interdependiente vienen a significar lo mismo en el asunto que
tratamos.

Todo depende de todo. En ese sentido, todo es relativo a todo.


No hay nada que sea independiente de todo. Luego toda realidad es
dependiente de todo.
Las interdependencias parecen tener un por qué, pero en
realidad son sin por qué.
La inmensa cadena de interdependencias de los mundos es
porque sí. Todo es interdependiente y sin por qué.
Sólo lo relativo a las necesidades parece tener un por qué; pero
incluso ese juego de sobrevivencias es gratuito, porque sí, absoluto.

¿Podría afirmarse que la cadena de interdependencias es? Habrá


que sostener que es y que no es, o aplicando el tetralema budista:

76
que es y que no es, que ni es ni no es, que tampoco es la conjunción
de ni no-es y ni no no-es.
¿La cadena de interdependencias sería absoluta? ¿Se pasaría
con ello a la ontología del ser?
Todo es una gigantesca interdependencia que abarcaría los
mundos, en una circularidad completa sin referencia a nada, no
relativa a ningún viviente, simplemente porque sí, sin por qué
alguno.
Nosotros los humanos estamos en la macro cadena de
interdependencias, somos la conciencia, la mente, el sentir de esa
inmensidad, tenemos noticia de Eso de ahí, absoluto, del que no
podemos predicar nada.

Lo que hay:
-una inmensa cadena de interdependencias, vacías de entidad
propia, sin por qué
-que nos habla de la gratuidad absoluta, del sin por qué absoluto,
del gran vacío de toda posible categorización,
-ese vacío de inefabilidad absoluta, no es “otro” del vacío de
entidad propio de la cadena de interdependencias de los
mundos,
-y ese vacío absoluto no es ni ser, ni no ser, ni entidad ni no
entidad. No cabe en ninguna categoría.

Si la inmensidad de las cadenas de interdependencias, que


son también interdependencias de los mundos, y de la DR a
nuestras necesidades, está vacía de entidad propia, la fuente de esa
inmensidad, que no otra de ella, es también vacía de entidad propia.
La DA no es concebible desde la ontología del ser. La ontología
del ser no debe colarse en ningún momento, ni siquiera en el
momento de pensar la DA.

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La DA, lo absoluto, no es vacío de entidad propia porque sea
interdependiente a nada, sino porque es inefable, inobjetivable y,
por tanto, inacotable. A lo que es inacotable no se le puede asignar
una naturaleza, porque una naturaleza supone acotaciones, posición
de límites.
Todo eso es imposible, luego no podemos predicar de la DA
que sea una naturaleza, y si no es una naturaleza, tampoco podemos
decir que sea una individualidad con entidad propia.
La DA es absolutamente incategorizable.
No es interdependiente con la cadena de los mundos de
interdependencias, porque no es “otra” de ella. Es hija de nuestro
doble acceso a la realidad.

Todo lo más noble humano es sin por qué, ni se le puede asignar


una entidad propia; así la belleza, la verdad que no se reduce a una
formulación, el interés y el amor. El amor es sin por qué, pero cuida
de los por qué, pero sin por qué.
El interés/amor que no cuida de los por qué, no sería sin por
qué.
Todos los por qué, crean diferencias y ponen fronteras entre
realidades; el puro sin por qué no diferencia realidades, ni pone
fronteras.

¿Cuál es el destino humano?


¿Tenemos los humanos un destino fijado? ¿Tenemos siquiera
destino?
Los humanos ni tenemos un destino fijado, ni tampoco tenemos
destino, de la misma manera que no tenemos una naturaleza fijada,
ni tenemos simplemente naturaleza.

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Nuestra especie tiene una determinación genética insuficiente
para ser una naturaleza viable. Nos dotamos de un instrumento para
completar esa deficiencia, la lengua. Con ella nos autoconstruimos
PACs según el modo de sobrevivencia. La socialización de ese PAC
nos suministra algo equivalente a una naturaleza, durante el tiempo
en que esté vigente el PAC.
Por consiguiente, podemos afirmar que si los humanos no
tenemos una naturaleza dada, tampoco podemos tener un destino
dado.
Retengamos esta afirmación porque es de gran importancia: los
humanos no tenemos un destino dado e intocable. Como tenemos
que autoconstruirnos nuestros PACs y, con ellos, lo equivalente a
una naturaleza, así nos tenemos que construir nuestro destino.
Tenemos un doble acceso a lo real, pero ese doble acceso forma
una unidad estricta que varía con cada nuevo PAC. Nuestro acceso
a la DA es un acceso sin forma propia, que siempre se presenta en
la DR y jamás separada de ella. Aunque la noticia que tenemos de
la DA se presenta siempre, explícita o implícitamente sin forma,
puesto que es la base de nuestra flexibilidad como especie, adopta
siempre una forma coherente con la DR.
Ya hemos expuesto que de la DA sin forma no puede deducirse
un PAC y una forma. Pero cuando el modo de sobrevivencia colectiva
hace aparecer un PAC, esa forma es siempre del “sin forma”. No hay
otra fuente de realidad, ni realidad alguna que no sea la DA, por
consiguiente es válida la afirmación que la DA determinándose en
una manifestación, se determina. Pero cuando la DA determina no
lo hace como un acto voluntario, ni como creando una alteridad con
respecto a la misma DA. Lo definido no es otro del que definiendo
se define.

De estas reflexiones se sigue que la DA no puede ser el destino


de DR, porque no hay dualidad entre ambas y porque lo que ya se

79
es, no puede ser el destino a ser. Lo que ya es la realidad de DR, no
puede ser su destino.
La DA es nuestra realidad y nuestra individualidad. Por tanto,
nada se adquiere al despertar a nuestra propia realidad. ¿Qué es,
pues, el despertar? No es el despertar de nadie; es el despertar a
la irrealidad de nuestra supuesta individualidad apoyada en el yo;
es el despertar de nuestra supuesta dualidad con relación a DA y
con relación a cualquier otra realidad; es el despertar a la absoluta
unidad diversa.

No somos nadie venido a este mundo, entendiendo por mundo


la inmensidad; somos este mismo mundo, esa misma inmensidad.
Somos la luz del mundo sobre el mundo; somos el sentir del mundo
sobre el mundo; somos la conciencia del mundo sobre el mundo. Por
esa misma grandeza somos “nadie”. “Nadie” no tiene un destino. La
inmensidad sin alteridad y sin forma, pero una y diversa, no tiene
un destino, es porque sí, gratuitamente.
Nuestra especie, y cada individuo de esa especie, carecen de
un destino. Pero si nos amarramos e identificamos con el ego,
automáticamente nos cae un destino inflexible sobre nuestras
cabezas, tanto a los colectivos que se organizan de manera
egocentrada, como a los individuos.
Ese destino que somete es el resultado de la influencia, en
los primeros tiempos de la vida de los humanos, del cuadro de
deseos/temores, recuerdos y expectativas de los padres, familiares,
primeros educadores. Todas esas influencias constituyen la
estructura de deseos/temores y expectativas del nuevo humano.
Desde ahí operará el niño y el joven guiado y sometido por esa
estructura base, reunida al azar y constituida como una unidad, una
individualidad, por la función ego del cerebro. Sin esa estructura y
sin la conciencia de que ese hatillo forma una individualidad, no
sería posible el nuevo ser.

80
Ese es el destino que somete, que es el fruto de los deseos y
temores de otros y que caen en el nuevo ser como rectores y guías en
el mundo que le rodea. Esa individualidad, heredada y asumida, es la
base del egoísmo. Esos son los modeladores de la realidad a nuestra
pequeña medida. Esos son los fundamentos de la posibilidad de
sobrevivencia humana en esta inmensidad que nos rodea y somos.

Liberarse del destino es la libertad, caer bajo el destino es la


esclavitud. La esclavitud del egoísmo individual y colectivo. La
liberación que enseñan los maestros del espíritu, los maestros
de la CHP, es la liberación del destino, tanto para los colectivos,
como para los individuos, aunque a los individuos liberados pueda
afectarles el destino colectivo.
Libres del destino lo podemos todo. Nuestra libertad del
destino individual y colectivo es completa para poder construir
PACs para las SC que conduzcan a la vida, y vida abundante, y no a
la destrucción.
Da terror tener que afirmar que los PACs construidos para las SC
que estén sometidos al destino serán inevitablemente destructivos,
por causa del egoísmo. Cierto que se darán diversos grados de
sumisión al destino. Esa es nuestra esperanza, que la destrucción
no sea inconsiderada, masiva y rápida.
Siempre queda una posibilidad: que los colectivos humanos
comprendan que requieren de la CHP como condición de
sobrevivencia, no únicamente humana, sino de toda la vida del
planeta; y que una vez comprendido pongan manos a la tarea. Hay
que pelear duro para conseguirlo en el mayor grado posible.
Si continuamos sometidos al destino, el destino acabará con
nosotros en un plazo no muy largo.

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El destino y el libre arbitrio
La pregunta sobre el destino y sobre el libre arbitrio humano ni
se plantea ni tiene sentido, no es pertinente, por evidente, desde una
antropología que sostiene que los humanos somos un compuesto de
cuerpo y espíritu o de animal y racionalidad.
El espíritu y la racionalidad se oponen a la sumisión al destino
y dan razón de la libertad humana.
Si tenemos que partir de una nueva antropología adecuada
a las sociedades de conocimiento y cambio continuo, hemos de
reconocer que no hay una entidad espiritual añadida a nuestra
condición animal, ni hay una racionalidad como añadida también a
nuestra condición animal.
Tenemos que reconocer que los humanos somos vivientes
constituidos como tales vivientes por el habla; entonces la cuestión
sobre el destino cobra relieve, y la pregunta por la libertad humana
es pertinente.
Tenemos que abordar estos dos temas desde la nueva
antropología. Desde nuestra condición de animales hablantes habrá
que dilucidar si estamos sometidos al destino o no, y si somos libres
o no.

Nuestro cuerpo, con sus peculiaridades particulares, es como


un destino inevitable que nos acompaña toda la vida. Nuestra
estructura psicológica se forma en los primeros estadios de la vida
como fruto de la relación y dependencia de nuestros padres, de
las personas que rodearon nuestra primera infancia y de nuestros
primeros maestros. Esa estructura psicológica, con las grandes líneas
de nuestros deseos y temores, de nuestros recuerdos y expectativas
también es como un destino inevitable que determinará, en positivo
o en negativo, todas nuestras ideas básicas sobre la vida, todos
nuestros sentimientos y actuaciones.

82
Podríamos decir que estamos tan sometidos a un destino
implacable como los restantes animales. Pero, a la vez, nuestra
condición de vivientes, constituidos como tales por la lengua, abre
una posibilidad de libre arbitrio, de libertad con respecto al destino.
Ya hemos hablado de este asunto en otros lugares, pero nos ha
parecido conveniente precisar un poco más el tema.
La lengua bifurca nuestro acceso a lo real y con ello nos abre la
puerta a la libertad. La pretensión de esa bifurcación es dotarnos
de una naturaleza flexible con relación al medio del que se vive.
Eso es ya dotarnos de libertad para cambiar nuestro modo de
sobrevivencia cuando sea necesario o cuando convenga.
La DR, modelada y gestionada por el ego como estructura de
deseos/temores, recuerdos y expectativas determinados por los
deseos/temores, está rígidamente sometida al destino.
Nuestra noticia de la DA pone en cuestión la versión de lo real
de la DR y, con eso, desata los nudos del destino.
Ya podemos saber cuándo habrá libre arbitrio y libertad y
cuando no.
Cuanto más nuestros pensamientos, sentires y acciones se
sumerjan en el ego y su dinámica, más sometidos estamos a un
destino implacable. Por el contrario, cuanto más pie hagamos
en nuestro pensar, sentir y actuar desde la DA, mayor es nuestra
libertad.
Quienes se identifiquen con el ego y con la peculiar individualidad
que establece, se identifican con su destino. Quienes se alejen de esa
identificación y cuanto más claramente comprendan y vivan que su
verdadera identidad está más allá de las peculiaridades de su ego,
mayor será su libertad del destino.
Identificarse por completo con el propio ego es descender a la
sumisión y al destino de los animales. Alejarse de esa identificación y
comprender que nuestra verdadera realidad es la DA, es profundizar
en la condición humana y en la libertad plena.

83
Una animalización completa, es decir, una sumisión completa
al destino, y una carencia completa de libre arbitrio, tiene que ser
poco frecuente porque en todos los humanos se da, de una forma
u otra, la noticia de la DA, por lo menos de forma operativa. Toda
operación humana tiene un sustrato de DA, se reconozca o no, que
le permite un grado mayor o menor de flexibilidad frente al medio.
Quien hace arte o ciencia, quien cambia su forma de sobrevivir,
aún negando la posibilidad de la DA, la está reconociendo
operativamente, de lo contrario no podría ni hacer arte, ni ciencia,
ni cambiar su forma de sobrevivir.
Una sociedad organizada exclusivamente al servicio de los egos,
será una sociedad poco libre y muy sometida a un destino ciego.
Será una sociedad con escasa humanidad y con escasa cualidad
humana.
Hemos de concluir que los humanos estamos, simultáneamente,
sometidos a un destino implacable, que nos acompaña durante
toda nuestra vida, y dotados de libre arbitrio que tiene el poder de
liberarnos del destino.
El destino no nos abandonará más que con la muerte. Nuestro
cuerpo nos acompañará toda la vida, y los rasgos fundamentales de
nuestra psicología reunidos en el ego, tampoco nos abandonarán
nunca. Y eso no es un mal, es la condición humana que es la propia
de un viviente. Tanto el cuerpo como el ego cumplen su función y
deben continuar cumpliéndola mientras vivamos.
El destino no nos abandona ni un segundo, pero por nuestra
condición de vivientes constituidos por el habla, podemos no vivir
según él. Vivimos con el destino a cuestas o, lo que sería más justo,
con el destino como peana y soporte, pero podemos ser libres de su
dictado y de su dominio.
Y esto no porque tengamos un espíritu o una racionalidad
añadida a nuestra condición animal, sino porque somos un tipo
peculiar de animal: un animal constituido como tal animal por el
habla.

84
Insignificantes y de importancia suma
Nuestra existencia no tiene importancia ninguna. Somos
insignificantes. Frágiles formas de existir que hoy son y mañana
desaparecen.
Nuestro nacimiento fue insignificante para la inmensidad de
los mundos y nuestra muerte no significará nada para esa misma
inmensidad de mundos.
Somos tan sin importancia como una hierba del campo, como
una espiga de trigo, como una piedrecita del camino, como la vida
de un gorrión, como el existir o no existir de un pequeño insecto.
¿Qué le importa a la inmensidad de los mundos nuestro
aparecer o desaparecer?
La enorme estirpe de los dinosaurios desapareció después de
dominar la tierra por centenares de millones de años. La tierra
siguió rodando, como si nada hubiera pasado, y la vida continuó de
nuevo fresca y creativa.
Cualquier humano, para toda la humanidad es insignificante.
La humanidad entera es insignificante para la tierra, como lo fueron
todas las especies de dinosaurios.
La tierra misma no tiene importancia. El día que desaparezca
engullida por el sol no le importará nada al cosmos. El mismo sol,
que la abrasará, es insignificante; tanto como la galaxia entera.
Cuando el cosmos mismo desaparezca, no importará nada.
Todo lo que es aparecer y desaparecer, no tiene importancia.
Nada importa, todo es insignificante.
En ese contexto del existir y del no existir, quien se crea algo,
quien se crea importante, por poco que sea, es un necio.
Todo lo que perece, da igual que viva o que muera. Y todo es
perecedero.

85
Qué más da que yo viva o muera. Ni a la humanidad, ni a la
tierra, ni al cosmos le importa. Soy rigurosamente insignificante.
No somos nadie, ni somos nada.

Es por causa de esa vaciedad de entidad propia que podemos


comprender lo que es la auténtica grandeza. Somos sólo formas en
las que la inmensidad aparece por unos momentos y luego se retira.
Toda criatura es sólo una forma breve de la DA. Nada más.
Toda la grandeza de esta inmensidad está presente en cada
ser. La DA no tiene partes, está íntegramente en todo; por igual en
los inmensos soles, que en los pequeños insectos.
En todo se dice; los decires son diversos, pero siempre se dice
la DA en su plenitud.
En nosotros, los humanos, se dice como en todo. Dice que es
lucidez y amor.
Nuestra nada propia abre a la grandeza. Cuanto más conscientes
seamos de nuestra radical insignificancia, más conscientes nos
hacemos de lo que es nuestra auténtica realidad, la mismísima DA,
Eso, Él, lo que supera todas nuestras capacidades de representación
y concepción, Eso no dual, lo que es Único.
Todas esas formas de mentarle, que son intentos de apuntar
nuestro propio abismo, son balbuceos que buscan referirle, con
riesgo de falsearle.
Porque somos insignificantes podemos reconocer, en toda
realidad, la fuente de toda significación. Una significación que deja
de ser significación, ya que ser significante es serlo para alguien y en
la no dualidad no hay alguien ante quien ser significativo.
Cuando nos creemos alguien o algo, taponamos con ese error la
posibilidad de reconocer la verdadera grandeza y, paradójicamente,
nos enclaustramos en nuestra radical insignificancia y en el dolor
que le acompaña.

86
Quien se cree alguien se condena a la nada; quien se sabe nada,
ve lo que es la radical grandeza.
Podemos ver a las personas y a cada uno de los vivientes como
carentes de toda importancia, porque así son. Podemos ver los
cielos y la tierra y todo lo que contienen como un aparecer breve,
que pronto, como una chispa de fuego, se apaga.
Quien ve las realidades así, puede no amarlas, no respetarlas,
usarlas a su antojo.Pero podemos ver a todas y cada uno de los seres
como formas de la DA, como puras formas de la DA, sin que tengan
en ellos nada propio, nada que no sea la DA misma.
Quien ve el mundo así, se reconoce a sí mismo como pura forma
de la DA. Entonces desaparecen todas las fronteras entre los seres.
Entonces en el aparecer y desaparecer de los seres no hay muerte ni
destrucción, sólo el mostrarse y ocultarse de las formas en las que
se dice lo que es absoluto, la DA.
Quien, porque se sabe nadie, ve a todos los seres como puras
formas de la DA, destierra el nacer y el morir de este mundo y se
adentra en la sacralidad suma. Frente a esa radical importancia de
todas y cada una de las criaturas, sólo cabe el respeto, la veneración,
la entrega con mente y corazón a todo como a uno mismo.
Entonces se reconoce que entre los cielos y la tierra y nuestros
débiles cuerpos no hay dualidad alguna; se reconoce que entre los
humanos no hay frontera ninguna; que entre el más insignificante
de los animales o las plantas y nosotros no hay el menor rastro de
dualidad.
Podríamos decir que todo se muestra uno y, consiguientemente,
en la unidad hay amor, porque el amor, en su esencia, es unidad.
Somos insignificantes, vacíos, nada, nadie, y porque lo somos,
y como tales nos reconocemos, somos todo, porque somos la DA,
Eso, el Único, “lo que es”.
La insignificancia reconocida es la puerta a la auténtica realidad,
a la auténtica grandeza de ser nadie.

87
La cualidad humana y la cualidad humana
profunda en las sociedades de conocimiento.

La noción “Dios”
En nuestros escritos hay muchas reflexiones sobre la idea
“Dios”. Vamos a intentar recogerlas, unificarlas y repensarlas.
El término “Dios” es una figura, un símbolo, no es un concepto,
ni es una descripción, por sumaria que sea, de una realidad. Es el
símbolo central de las culturas agrario-autoritarias y ganaderas. Es
un símbolo bien acotado que tiene muchas valencias.
La conciencia de algo absoluto no perecedero nace con la
humanidad, pero se perfila claro como Dios cuando es asumido
como el vértice de las culturas agrario-autoritarias y ganaderas,
como la cumbre de los PACs de estas formas de sobrevivir.
Las culturas agrarias complejas tienen que organizarse
jerárquicamente para posibilitar los cultivos, para posibilitar el
control de los ríos y de los regadíos, para la defensa de los cultivos
de sus enemigos, la extensión de los campos de cultivo, el dominio
de otros pueblos y de sus tierras con sus cultivadores incluidos.
Este tipo de sociedades necesitan la colaboración de todos para
estas tareas, la colaboración no se puede dejar a la libre opción. Esa
colaboración necesaria se consigue mediante la jerarquización de la
sociedad y mediante la coerción, si es necesario. Una coerción que
disuada desobedecer. La sociedad se organiza en una pirámide que
va desde la suprema autoridad, el Rey y Señor, hasta los últimos
siervos, incluidos los esclavos.
El PAC así estructurado es, a la vez, el vehículo de expresión
y de vivenciación de la DA de lo real. La DA es figurada como un
mundo divino, también perfectamente jerarquizado, semejante al
mundo humano. Dios es el Señor Supremo que frecuentemente
tiene una corte de dioses y otros personajes divinos o cuasi-divinos.

88
Las culturas agrarias complejas generalmente tienen muchos
dioses pero siempre tienen un Dios Supremo, y en no pocas
ocasiones, tienen el apuntamiento a un único Dios.
Quienes tienen un PAC rigurosamente jerarquizado, conciben
toda realidad desde ese patrón jerárquico, por consiguiente, también
el mundo divino lo interpretan de esa manera. No podría ser de
otra forma.
Además, en la noticia de la DA de todos los humanos, y
también de los que viven en sociedades agrario-autoritarias, la DA
se presenta siempre como fundamento y fuente de toda realidad.
Estamos en el terreno de los datos para los humanos. Esa noticia da
pie, y podríamos decir que valida la interpretación de la DA como
Dios y Señor de todo lo que existe.
El hecho de que no puedan interpretar el mundo de lo divino
de otra forma que jerárquicamente se convierte, a su vez, en
fundamento absoluto de la organización jerárquica de la sociedad
y de toda realidad. Dios, el Señor, es como el Rey supremo, del que
el rey terrestre o es su encarnación o es su elegido y representante
en la tierra.
Así de una manera obvia, y después muy elaborada, el teísmo se
convierte en la razón, fundamento y legitimador de la organización
autoritaria. La diferenciación entre Dios y criaturas y la relación
de subordinación de las criaturas respecto de Dios se convierte en
el patrón ontológico de la interpretación, valoración y sentir del
grupo social y de toda la realidad.
El modo de vida agrario-autoritario genera una ontología
jerárquica del ser. La relación “Dios-criaturas” se convierte en el
patrón fundamental, básico e intocable de la interpretación de toda
realidad. Según esa interpretación se organiza todo.
Toda sociedad agrario-autoritaria será, de una forma u otra,
teísta. Se establece un lazo indisoluble entre ese tipo de sociedades
y el teísmo. Que esto sea así lo confirma el hecho de que cuando las
sociedades agrario-autoritarias son sustituidas por las sociedades

89
industriales, en la medida en que lo son y, sobre todo, cuando
entran las sociedades de conocimiento, el teísmo empieza a tener
problemas.
Según esto, el teísmo, su ontología jerárquica, su interpretación
de toda realidad desde el patrón jerárquico, también en el orden
social, está ligado a sociedades agrario-autoritarias estáticas. Será
imposible cambiar la organización piramidal de la sociedad sin
poner en cuestión lo que se ha convertido en su fundamento: la
creencia en los dioses, señores de las criaturas. Los dioses son la
fuente de la realidad de las criaturas, que son y existen, porque
reciben su ser de los Señores Celestes. El ser de las criaturas y su
condición de subordinados, de servidores de los Señores, están
indisolublemente ligados.
Mientras se mantenga la creencia en un Dios Señor y Creador
de las criaturas, se mantiene el canon de interpretación jerárquica
y, consiguientemente, debe mantenerse la organización jerárquica
de la sociedad.
Las sociedades industriales continuaron con la organización
jerárquica de las empresas y de la sociedad en general; pudieron
mantener el canon de interpretación jerárquica de la realidad y de la
sociedad. Las sociedades industriales vivieron, además enmarcadas
en un contexto más amplio, que en su mayoría continuaba siendo
agrario-autoritaria.
Con la generalización de la industria que barrió a la sociedad
preindustrial y, sobre todo, con la aparición e implantación
progresiva de las sociedades de conocimiento, hay que replantearse
la organización jerárquica de los grupos creativos, que poco a poco
se convierten en responsables de la supervivencia de las sociedades
de conocimiento.
Las nuevas sociedades creativas en equipo (de ciencias y
tecnologías, nuevos productos y servicios) tienen que sustituir la
organización jerárquica, por una organización de interdependencia
de los miembros de los equipos. La creatividad en equipo funciona
mal y con menos rendimiento si está sometida a un jefe que no

90
puede disponer de todos los conocimientos, por su complejidad
y diversidad, de cada uno de los miembros de los equipos. La
organización jerárquica es un estorbo grave para las sociedades
creativas, de innovación y cambio constante.
Los PACs de este tipo de sociedades no pueden continuar
funcionando con el canon jerárquico de interpretación de la
realidad, con la ontología jerárquica, que deberá ser sustituida por
una interpretación basada en la interdependencia, con su ontología
correspondiente.
Si estos PACs deben programar una sociedad dinámica
formada por individuos de diversas especialidades, organizados
en interdependencia creativa, tendrán que excluir lo que es el
fundamento de la organización jerárquica y de su ontología: la
noción de Dios, Señor y Creador de todo lo real. Ese canon de
interpretación de la realidad deberá ser eliminado, si se quiere que
las sociedades de conocimiento funcionen correctamente.
La noción y la creencia en un Dios, Señor y Creador de todo,
como ser existente y real, interpretado desde la epistemología mítica,
-que las sociedades de conocimiento deben también eliminar-, no
se sostienen y son progresivamente abandonadas.

La noción de Dios como ser real será progresivamente


abandonada, pero permanecerá el sentido simbólico de la noción
“Dios”. ¿Cuál es el fundamento del símbolo “Dios” en una sociedad
de conocimiento?
El fundamento será la noticia de la DA que acompaña,
consciente o inconscientemente, pero siempre operativa, a
todo acto de habla. Todo acto de habla es una modelación de lo
real desde una epistemología no mítica, -que es la propia de las
sociedades de conocimiento-, modelación que arrastra la idea,
implícita o explícita, de que toda modelación supone un modelado.
Hay más, mucho más en cada realidad que lo que somos capaces de
conceptualizar y modelar.

91
En las sociedades de conocimiento continúa la noticia básica
de una dimensión absoluta (DA) y de una dimensión relativa (DR)
de lo real. La noticia dice que no son dos realidades, sino dos
dimensiones de una misma realidad. De esas dos dimensiones la
fuente es la DA, no la DR.
Esa DA sobre la que se ejerce la modelación, como
conceptualizaciones y representaciones, la experiencia dice
claramente, con la complejidad de la estructura de todo lo existente,
que la DA, -que es su fuente-, es “como” inteligente, “como”
conciencia, “como” gestor interno de todo lo real. Tenemos que
decir explícitamente “como” porque tanto la inteligencia, como la
conciencia, como la gestión, son nociones humanas aplicables a
humanos, pero en las que no cabe la DA.
La noticia de que la DA es fuente, que es “como” inteligente,
“como conciencia” y “como” gestor interno, es fundamento para que
la noción “Dios” pueda funcionar como símbolo que apunta a esa
dimensión de lo real, con los caracteres con los que se presenta. Y
la captación de esos rasgos de lo real no es fruto de ningún tipo de
creencias, ni restos de creencias.
A ese hecho hay que añadir que cuando, respondiendo a esa
noticia de la DA y siguiendo los consejos de los sabios del pasado,
quiere alguien acercarse, cobrar una mayor conciencia de la DA,
se siente como “otro” de ella, y a ella como “otra” de su limitada
individualidad. La DA se siente como un absoluto frente a mí, con
los rasgos de inteligencia, conciencia y gestor interno. Se siente
la necesidad de reconocer la DA, la distancia que nos separa y la
necesidad de ayuda.
Los rasgos de fontalidad absoluta, inteligencia, conciencia y
gestión interna, más el deseo de reconocerla y vivirla, la conciencia
de la distancia que nos separa y la tendencia a pedirle ayuda como a
“otro” de mí, dan fundamento para que pueda funcionar el símbolo
“Dios”, sin que se precise de la creencia, para que apunte eficazmente
a la DA de toda realidad.

92
Podríamos decir que la noción “Dios” como realidad
verdaderamente real y trascendente a todo lo creado, tiende a
desaparecer y sería bueno ayudarle a desaparecer; pero la noción
“Dios” como símbolo no tiene por qué desaparecer, sino al contrario,
habrá que enseñar a las sociedades humanas de conocimiento que
puede, e incluso debe, ser utilizado, sin necesidad de pasar por la
creencia.
Reconocer con toda nuestra mente, nuestro sentir y nuestra
acción a la DA de toda realidad, y reconocer que esa es nuestra
verdadera realidad y no la interpretación, la modelación que como
individuos hacemos de nosotros, pasará, la mayoría de las veces,
por un estadio en el que se es capaz de reconocer la DA, pero no
como la propia realidad, como la propia individualidad, sino como
“otra” de nuestro ser de individuos.
En ese estadio surgirá la figura de “Dios” como símbolo. Será
un “Dios símbolo” porque nuestro modo de vida, nuestras ciencias
y la epistemología no mítica nos dice que el “Dios símbolo” no
es existente como lo enuncia la noción, no es una entidad ahí,
trascendente y real, sino una dimensión de esto real que todo es
y que nosotros también somos, que no es ni real ni irreal y que es
trascendente únicamente a toda nuestra capacidad de conceptualizar
y representar.
Sería un error, en el camino al reconocimiento pleno de la DA,
reprimir ese estadio, apoyándose en creencias o prejuicios laicos.

El camino al claro reconocimiento de la DA como lo no dual,


como la realidad de la realidad, como la otra cara de toda realidad,
puede quedar bloqueado e impedido de dos maneras:
-por un PAC colectivo teísta que diferencia de forma irrevocable
a Dios de las criaturas, porque mantiene fijados en la dualidad

93
-y puede quedar bloqueado e imposibilitado también por
creencias laicas que no sean capaces de reconocer que a pesar de que
Dios como entidad no sea realidad, Dios-símbolo, como momento
interno del proceso humano a la desidentificación con el yo y al
reconocimiento de que nuestra verdadera realidad es la DA, debe
ser asumido si se quiere llegar a buen término.
Puesto que se trata de un Dios-símbolo-operativo en el camino
interior, reprimirlo, sea por creencias religiosas o laicas, tiene
siempre idéntico resultado: amarrar la interpretación de lo real a
una dualidad irreductible –Dios-criaturas-, o dejar lo real plano,
ignorando el dato de la doble dimensión por causa de una ciencia
interpretada desde la epistemología mítica. En ambos casos queda
bloqueada la posibilidad del proceso interior del egoísmo a la
gratuidad completa.

La DA de todo lo real envía señales que invitan a su


reconocimiento. Señales claras suyas son la belleza, la admiración,
el asombro y el anhelo que provoca toda la realidad cuando se la
mira con detención, interés y espíritu sosegado.
“Eso” que emite esas señales, dicen todas las tradiciones de
sabiduría que es innombrable. Si verdaderamente es innombrable
no se puede decir de él que sea o que no sea, que es “otro” de las
criaturas o no, todo eso son acotaciones que son equivalentes a
ponerle un nombre.
Las tradiciones religiosas y de sabiduría se movieron en
sociedades agrario-autoritarias y, consecuentemente, concibieron
desde el núcleo del patrón jerárquico la diferenciación clara y
radical de Dios y las criaturas. Este primer paso, ya era nombrar,
como cuando se le llamaba “el Altísimo” el “Trascendente todas
las criaturas”, pero aún cuando no se le aplicara ningún nombre,
esa clara distinción y separación entre el ser de Dios y el de las
criaturas, era equivalente a un nombre.

94
El Innombrable, el Inefable porque es el no “otro” de todo,
todos los nombres son suyos; porque es “lo no dual” tiene todos los
nombres, pero ninguno le es propio.
Para que la DA pueda cumplir su pretensión biológica, que
es dotar y mantener a nuestra especie en la flexibilidad frente al
medio, tiene que permanecer “sin forma” y, consecuentemente,
sin nombre. Si adquiriera forma y nombre fijaría la interpretación
de lo real, bloquearía la flexibilidad e impondría el germen de la
organización jerárquica de la realidad y de la organización humana.

Cuando se toma clara conciencia de que la DA no es “otra”


de ninguna realidad y que ninguna realidad es “otra” de la DA, se
comprende que esa no dualidad excluye la posibilidad misma de
sumisión.
Si somos “nadie venido a este mundo”, si esta inmensidad es
nuestra propia realidad, si la realidad de todo lo real es “no dual”,
se elimina la posibilidad de la sumisión que debe ser sustituida por
el “reconocimiento”, por el “despertar” a lo que es nuestra propia
condición y la condición de todo.
Si utilizamos la comparación milenaria y pluricultural del mar
y las olas, con la DA y sus manifestaciones tendremos que:
- El mar es semejante a la DA, cada una de sus olas, sean grandes
o pequeñas, son ondulaciones del mar, son mar y nada más que
mar, no añaden nada al océano. Todas las olas, grandes o pequeñas,
no son más que mar sin nada añadido. Así también los seres no son
más que la DA y ninguno añade nada a la DA.
- La DA de la realidad no podemos decir que sea algo fuera de
los seres de los mundos, podríamos decir que los crea y los rige desde
dentro, aunque, propiamente, ni crea ni rige, porque esas nociones
supondrían dualidad. Nuestra mente es suya, como nuestro sentir y
nuestro actuar. No hay otra realidad que la suya, porque es Único.
Aunque tampoco la noción de “realidad” o de “único” se le puedan
aplicar.

95
Todos nuestros conceptos y representaciones, cuando
intentamos aplicarlos a la DA son falsos. Sólo tienen algo de verdad
cuando los usamos únicamente para apuntar a “Eso inconcebible”,
para orientarnos hacia “Eso” a lo que, si queremos y lo entendemos
bien, podemos llamarle Dios, aunque no sea ningún Dios tal como
se le ha concebido.
Esto mismo, los cielos y la tierra, y todo lo que los habitan,
nosotros mismos incluidos, de infinidad traslucidos, todo eso su
dimensión no relativa es lo que alude el término “Dios”.

La promoción de la CHP en las SC


En los países desarrollados han surgido todo tipo de anomalías:
crisis de los sistemas económicos y políticos, crisis de los proyectos
axiológicos colectivos, crisis de los sistemas morales, de las
religiones, de las organizaciones familiares, sindicales etc. A estas
múltiples y graves crisis se les está intentado darles solución con
principios y actitudes que corresponden a estadios anteriores a la
aparición de las sociedades de conocimiento y cambio continuo
y acelerado. Buscar solucionar todos estos problemas intentado
recuperar los valores de siempre, que se supone que están dados e
inmutables, recuperar el sentido de responsabilidad y de moralidad,
como si las sociedades tuvieran un PAC válido para todo tipo de
sociedad, resulta ser una tarea ineficaz por inadecuada a las SC.
El crecimiento de los colectivos de SC, aunque sea en muchos
casos como secciones de creación de innovación científica,
tecnológica, creación de nuevos productos y nuevos servicios,
integradas en grandes compañías propias de sociedades IIE, abren a
una grave problemática en todos los campos. Estos núcleos creativos,
tanto cuando operan desde el seno de las grandes empresas, como
cuando operan como centros autónomos, crecen de forma acelerada
en importancia y en número.

96
La aparición de organizaciones sociales que sobreviven de la
creación continua, cada vez más acelerada, muestra a las claras la
necesidad de una nueva dinámica y una nueva cultura colectiva de
una importancia imponderable.
La principal novedad consiste en sustituir el vivir y la cultura que
mira al pasado para repetirlo en su esencia, para ello, bloquea todo
cambio de importancia, por una cultura de innovación continua,
con repercusión en todos los ámbitos de la vida. Se pasa de vivir de
bloquear el cambio a vivir de cambiar continua y aceleradamente.
La segunda gran novedad es el crecimiento del poder de las
ciencias y tecnologías para incidir en la vida de las colectividades
humanas, el crecimiento del poder de incidir también gravemente
en todas las especies vivientes y de incidir en la habitabilidad del
planeta. El crecimiento es tan potente y tan acelerado que puede
causar daños irreversibles para toda la vida del planeta. De hecho
ya está produciendo esos males: cambio climático, extinción masiva
de especies vivientes, según los técnicos la más masiva de la historia
de la vida, desigualdad abismal entre regiones y pueblos de la tierra,
desigualdad infranqueable entre grupos de una misma sociedad,
etc.
Estos hechos presentan un problema radical al que hay que
dar respuesta lo antes posible. Por la continua aceleración de las
transformaciones y por la gravedad de sus consecuencias, hay que
dar una solución a esta situación, porque no hará más que agravarse.
El problema número uno que las sociedades de conocimiento
plantean, del que depende nuestra propia sobrevivencia y la
sobrevivencia de toda la vida en el planeta, es ¿con qué proyecto
axiológico colectivo (PAC) podremos manejar convenientemente
esta nueva etapa de la historia de la humanidad?
Como ya hemos visto, una sociedad de cambio continuo no
puede heredar ninguno de los PACs construidos por las sociedades
pasadas, porque todos ellos eran adecuados a sociedades que vivían
de bloquear el cambio y ahora hemos de vivir de cambiar.

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Nuestros antepasados no nos legaron ningún procedimiento
para construir PACs, porque no lo necesitaron, porque creían
que los recibían de los dioses o de la naturaleza misma de las
cosas. Eso significa que tenemos que construir una disciplina, la
EA, para construirnos nosotros mismos los PACs al ritmo de las
transformaciones que introducen las ciencias y tecnologías en
continua y acelerada transformación.
Todos estos pasos ya los hemos dado. El problema al que
nos enfrentamos en este momento es cómo promover y difundir
la CH y sobre todo la CHP en las sociedades de conocimiento,
porque sin ellas no resulta posible manejar convenientemente el
poder de nuestros saberes científicos y tecnológicos y sus graves
consecuencias.
Ya hemos fundamentado que la CH y la CHP nos son optativas
para las nuevas sociedades, sino que son una condición sine qua
non de la sobrevivencia de la vida en general y de nuestra especie
en particular.
Hemos de encontrar un procedimiento que sea capaz de llevar
la CH y la CHP a toda la población de las SC. Tiene que ser un
procedimiento, un método racional, no religioso, lo suficientemente
serio como para que pueda empalmar con toda la sabiduría que nos
legaron nuestros antepasados; ha de ser fácil, para que sea accesible
a todos, y práctico.
Este método o procedimiento tiene que derivarse de la teoría de
la EA, operar desde ella y ser adecuado a los rasgos del nuevo tipo
de sociedad.

La primera dificultad con la que nos topamos para hacer llegar


la CHP a todos los niveles de la sociedad es que ni las sociedades
industriales, ni las SC se han ocupado seriamente de educar la
sensibilidad de sus miembros. Se forman profesionales en ciencias
y tecnologías, pero no se ocupan en la misma forma de educar y

98
ayudar a cultivar la sensibilidad de sus miembros. La educación, el
desarrollo y el cultivo de la sensibilidad es una cuestión personal,
un asunto individual, no algo del que depende la sobrevivencia de
individuos y colectivos. Esta es la opinión que todavía prevalece; en
las SC es peligroso pensar así.

El cultivo de la sensibilidad debe preparar para que los


procedimientos de cultivo de la DA y de la CHP sean eficaces. Ese
cultivo continuado de la sensibilidad debe acompañar a todo el
trabajo por adentrarse en la CHP.

Todos los colectivos de las SC tienen unos rasgos generales


comunes; tendrán que tener también unos procedimientos comunes
para cultivar la DA y la CHP. Esos métodos o procedimientos pueden
formularse y ponerse a disposición de todo tipo organizaciones
de sobrevivencia a través del conocimiento. Son como unas
concreciones centrales y generales, que cada colectivo los podrá
adaptar a su particular propósito.
Esas concreciones se derivan de la conciencia de ser unos
vivientes en los que el habla es la cualidad que construye todos y
cada uno de los procedimientos de sobrevivencia. El habla completa
nuestra inconclusa programación genética y construye un mundo
a nuestra medida y construye el modo de operar, individual y
colectivamente, en ese mundo autoconstruido.
El mundo de las SC y la forma de operar en él son siempre y
aceleradamente cambiantes. Habrá que, desde ese modo de vida,
encontrar procedimientos para ser conscientes, en todo momento,
de nuestro doble acceso a la realidad. Esa conciencia constituirá la
CH. Tendremos que encontrar también procedimientos para, en ese
contexto, poder asentar el uso de todas nuestras facultades en la DA
y la CHP. Una vez entrados en el mar, hay que navegar siempre mar
adentro, si no queremos ser expulsados de nuevo a la playa.

99
Pondremos sólo algunos ejemplos para que se entienda mejor
de qué estamos hablando.
Una sociedad que toda ella vive de la investigación libre, en
un grado u otro, no puede cultivar el acceso a la DA y a la CHP
mediante un sistema de creencias intocables e impositivas y
mediante sumisiones. Eso es inviable y contradictorio con la actitud
que es preciso adoptar en las SC, sea en el colectivo que sea. El acceso
a la DA y a la CHP tendrá que proponerse como una investigación
y una indagación libre. Este es un patrón universalmente válido y
necesario para todos los tipos de colectivos de las SC.

Otro patrón general será la conciencia clara y vivida de que


los humanos no somos seres venidos a este mundo. Somos este
mundo; nuestro cuerpo es esta inmensidad, nuestras facultades son
de esta inmensidad. Nuestro sentir es sentir de la inmensidad de los
mundos sobre la inmensidad de los mundos; nuestra mente es luz
de los mundos sobre estos mundos. Este procedimiento también es
general; nadie en los colectivos de las SC puede pensarse y vivirse
como un espíritu o una racionalidad venida, no se sabe desde
donde, a esta tierra.
La conciencia de no ser nadie venido a este mundo tiene grandes
consecuencias en nuestra relación con toda la realidad.

Otro procedimiento general es llegar a comprender que toda


la realidad en que vivimos, de la que vivimos y que nos rodea, es
construcción nuestra, sea en el ámbito que sea en el que viva un
colectivo. Nada ni nadie está ahí independiente de la modelación
que hacemos de todo a nuestra medida, ni independiente de la
construcción que de todo hacen nuestras necesidades. Nuestro
mundo, sea el que sea en el que nos movemos individual y
colectivamente, está en nuestra mente, en nuestro sentir, pero no ahí
fuera, como dado. Nada hay dado para unos vivientes constituidos
como tales por el habla, todo es construido.

100
Si crecemos en la conciencia de que todo es nuestra construcción,
advertiremos y viviremos que precisamos de una gran cualidad para
realizar esas construcciones de las que depende no sólo nuestra vida
sino toda vida.

Un caso más: toda realidad relativa a nuestras necesidades


es esta inmensidad que nos rodea y somos, sin que la dimensión
relativa a nosotros y nuestras necesidades sea nada añadido a la
inmensidad que nos constituye. Supuesto eso, toda realidad, por
insignificante que sea, es un abismo de espacio, de tiempo y de ser.
Todo el proceso del cosmos y de la vida hasta llegar a nosotros no
es algo que nos precedió sino que nos constituye en nuestro propio
ser.
Si todo es un abismo de profundidad insondable, nuestra
actitud no puede ser de puro uso inconsiderado, sino de admiración,
respeto y veneración por todo.

El cultivo de IDS (interés por las realidades, distanciamiento


de propios intereses, silenciamiento de todos nuestros patrones
de interpretar, valorar y actuar) es también un camino eficaz para
cobrar conciencia clara de nuestro doble acceso a lo real, la CH, y
para aproximarnos a DA y a la CHP.
En las sociedades de conocimiento es bueno que se cultive
otra tríada que explicita algo más la actitud que debemos fomentar
frente a la realidad para llegar a la CH, la DA y la CHP. Consiste en
fomentar la indagación de la realidad con todo el ser, indagación
que tiene que realizarse en comunicación con otros y en servicio
mutuo de todos los que se proponen indagar en equipo.
Todos los colectivos de las SC deben practicar IDS-ICS en
una medida u otra. Para todo tipo de actividades se requiere esa
actitud. Esta actitud se concretará de diferentes maneras según
las pretensiones de los diversos colectivos. Pero ningún colectivo
podrá prescindir de esta actitud de interés e indagación.

101
Otro procedimiento importante es tener que excluir toda
creencia, sea religiosa o laica, lo cual supone también excluir un
teísmo que no sea meramente simbólico. Con respecto a las creencias
y al teísmo hay que abandonar radicalmente la epistemología mítica.
Todas nuestras modelaciones de lo real, también las que acabamos
de mentar, no son descripciones de lo real, sino construcciones
nuestras que pretenden apuntar a lo que no puede ser nombrado.
Nadie en las SC debe poder mantener una interpretación de la
realidad desde la epistemología mítica; todos los individuos y los
colectivos deben ser conscientes que nuestras modelaciones de la
realidad no tienen la capacidad de ser descripciones de lo real, si no
es dentro de una previa modelación.
La epistemología no mítica supone el humilde reconocimiento
de nuestra pequeñez, el respeto y veneración por Eso real. Nadie
puede pretender poseer la verdad encerrándola en una formulación.
A la verdad nadie la posee como en un depósito. La verdad posee,
pero no es poseída. Quien pretenda poseer la verdad encerrada en
una formulación, no puede tener CH ni CHP
La indagación libre sólo se puede practicar desde una
epistemología no mítica. La epistemología mítica impone la sumisión
y, por consiguiente, prohíbe la indagación libre; y sin indagación
libre no son posibles las organizaciones de conocimiento.

Todavía un ejemplo más: las sociedades de conocimiento, sean


del tipo que sean, deberán heredar la sabiduría que indagaron y
consiguieron nuestros antepasados. Nadie, en su sano juicio, puede
pretender iniciar desde cero la indagación de la sabiduría. El cultivo
de la sabiduría, fuente de la CH y de la CHP, debe hacerse en continua
comunicación con las generaciones que en el pasado se esforzaron
por adquirir esa sabiduría, fueran de la cultura que fueran. Sin
aceptar la ayuda de los que nos precedieron y de los que nos
acompañan en esa ingente aventura, no será posible una indagación
adecuada que nos conduzca a la meta. Precisamente porque nuestra
indagación es libre, sin sumisión ninguna, necesitamos esa ayuda.

102
Hemos expuesto estos pocos procedimientos, pero se pueden
crear muchos más.

Todos estos métodos y procedimientos son generales para todos


los colectivos de conocimiento. Son racionales, son sin sumisiones,
son laicos y deberán ser prácticos.
Sin embargo, deberán adaptarse a los rasgos y a las pretensiones
peculiares de cada colectivo de conocimiento. Cada colectivo tiene
una historia propia y arrastra unas formas de concebirse y de
proceder que pueden pertenecer todavía a las que son propias de
las sociedades de preindustriales, o de las ideologías del siglo XIX,
o del capitalismo neo-conservador.
Habrá que estudiar la composición concreta de su PAC colectivo
para plantear adecuadamente las estrategias y las tácticas que se
deberán aplicar en cada caso, para que acepten las SC con todas sus
consecuencias, y para que se decidan a practicar los métodos que
se les sugieran para adquirir la CH y para acercarse lo más posible
a la DA y a la CHP.
En resumen, disponemos de unos procedimientos generales
aplicables a todos los colectivos de conocimiento para llegar a la
CHP, sabemos cómo adaptarlos a cada colectivo particular y cómo
construir estrategias y tácticas adecuadas a cada caso.

Una ética humana desde los humanos


Wittgenstein define la ética como una investigación general
sobre lo bueno, sobre lo valioso, sobre el significado de la vida. Y
afirma que la ética, de ser algo, es sobrenatural.
A nuestro criterio esta es una concepción de la ética estática,
propia de sociedades estáticas. Se está hablando de una ética
heterónoma, venida de un nivel trascendente a las construcciones
humanas.

103
Está más allá del lenguaje significativo y entra en el valor y en
la CHP.
Dice que hablar de la ética y de la religión es arremeter contra
los límites del lenguaje. La ética, afirma, pretende decir algo sobre
el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente valioso. Es un
testimonio de una tendencia del espíritu.
A nuestro juicio todo esto sobrepasa a la ética.
El sentido último de la vida, lo absolutamente valioso que
sobrepasa los límites del lenguaje es la sabiduría de los sabios, no
tarea de la ética. El lenguaje de los sabios deberá estudiarlo la EA,
aunque sólo sea para apuntarlo y describir los rasgos peculiare de
su lenguaje.
La tarea de la ética, tal como la entendemos, es la cuestión de
comportamiento, no la CH y menos la CHP; tiene que ver con la
CH, pero no es el objeto de su estudio.

Sobre las bases de una CH y de una CHP, cultivadas desde la


guía de los sabios, en unas condiciones concretas de sobrevivencia,
se construye colectivamente un PAC, desde el que se concreta un
comportamiento colectivo coherente con el PAC. Ese es el lugar de
la ética.
El fundamento del PAC y de la concreción del comportamiento
adecuado a ese PAC, debe estar animado por la CH y la CHP. A
eso podremos llamarle “espíritu ético”, que es una actitud de
benevolencia e incluso de benevolencia incondicional.
Desde ese espíritu ético debe gobernarse tanto el PAC y sus
cambios, como el sistema de comportamiento.
En una colectividad, el sistema de comportamiento debe
concretarse en normas, pero unas normas que no son como las
normas de las sociedades estáticas, porque se saben construidas
por los hombres mismos y dependientes de PACs, que tienen que

104
ser necesariamente móviles, porque son PACs para sociedades en
continuo movimiento.
Las normas de las sociedades de conocimiento son sin
epistemología mítica, obra humana y sin fijación. Esa movilidad
no excluye una cierta estabilidad, la misma de las sociedades de
innovación continua y cambio.

La religión y la ética tienen rasgos comunes:


-las dos son construcción humana,
-las dos tienen dependencia del modo de sobrevivencia
colectiva,
-la religión, funcionando como PAC, programa un sistema de
motivación y cohesión colectiva, que implica también un sistema de
comportamientos equivalentes a una ética,
-la ética es también un sistema de motivación y cohesión
colectiva derivado de un PAC adecuado a un modo de sobrevivencia
que puede ser religioso o no.

Frecuentemente se habla de ética cuando se pretende derivar un


sistema de motivación y cohesión de un sistema de comportamiento
colectivo e individual desde una supuesta naturaleza humana
inalterable.
Tanto la religión como la ética se consideran heterónomas,
trascendentes a las construcciones humanas. En ese sentido podría
decirse que son “sobrenaturales”.

La religión y la ética tienen rasgos diferenciales que no permiten


ponerlas en el mismo plano, ni siquiera en los autores que consideran
que los humanos tenemos una naturaleza fijada.

105
-La religión es de revelación divina,
-la ética es desvelamiento de las consecuencias de nuestra
naturaleza humana, en relación al comportamiento,
-en la religión la fuente del sistema de comportamiento humano
es la revelación divina, la voluntad de Dios,
-en la ética la fuente del sistema de comportamiento es la razón,
-la religión pretende prioritariamente, además de construir
un PAC, iniciar al cultivo de la CH y de la CHP a través de la fe-
creencia, y promover y mantener ese cultivo mediante mitos,
símbolos y rituales,
-la ética no tiene esa pretensión; no pretende construir un PAC,
porque no lo necesita, ni pretende iniciar el cultivo de la CHP;
la CH la presupone, más que proporcionar procedimientos para
fomentarla; su fundamento es la razón y no la fe-creencia.

La religión y la ética en relación al lenguaje:


-La religión tiene graves problemas con las capacidades
expresivas de la lengua y con sus límites, porque se confiesa y vive
como de fuente no humana y se ocupa de la CHP y del acceso a la
DA, de la fe,
-la ética no tiene esos problemas porque se confiesa de origen
humano, para problemas humanos y manejable con la lengua
humana.

La CHP y la ética
Los humanos no tenemos una naturaleza dada porque nuestra
programación genética es insuficiente y porque se nos dotó de
la lengua para completar esa insuficiencia. Si no tenemos una
naturaleza dada, tampoco tenemos una ética dada.

106
Tanto la naturaleza que nos hace animales viables, como la
ética, nos las tenemos que construir según un modo adecuado al
modo de supervivencia que tengamos.
Las SC y cambio continuo en todos los niveles de la vida
individual y colectiva nos impide partir de la creencia en un Dios
que nos dicta unas normativas éticas válidas para los humanos de
todo tipo de cultura.
La ética ha de tener que ver directamente con esa necesidad de
que construyamos nosotros mismos nuestras formas de vida, con
los PAC.
Nuestra falta de naturaleza dada y fijada es una consecuencia
de nuestra condición lingüística. También consecuencia de esa
misma condición lingüística es la posibilidad de practicar IDS-ICS.
Por consiguiente la ética también tiene que ver con esa práctica.
La CH, la CHP y la ética tienen relaciones cruzadas.
El PAC es el fundamento de la ética. El PAC es lo fundante y la
ética lo fundado. Diferencias en los PAC comportan diferencias en
la ética.
El PAC debe ser construido según los modos de sobrevivencia,
pero desde la CH. La CH que requiere el PAC exige que entre sus
constructores se dé un número conveniente de hombres de CHP.
La CH y especialmente la CHP son independientes del PAC
porque ambas se fundamentan en el cultivo de IDS-ICS. Desde ahí
se construye, se acepta o se critica el PAC o incluso se enfrenta a él.
La CH y la CHP no dependen del PAC pero se sitúan en él.
Sin la presencia de la CH y de la CHP, los PACs que se
construyeran estarían cargados de egoísmos de clase, de grupos e
incluso de colectivos, con ello perderían capacidad de seducción si
no es para los beneficiados.

107
Cuando las sociedades se cohesionaban por sumisión, no era
tan absolutamente necesario que los PACs fueran plenamente
seductores, bastaba con que fueran eficientes respecto a la
supervivencia y seductores para algunos sectores de la sociedad.
Ningún PAC es capaz de sostenerse sin que provoque seducción
además de eficiencia. La seducción puede no llegar a todos los
miembros de una sociedad, basta con que lo sea para los que
sostienen el tipo de sociedad correspondiente.
La ética depende del PAC y el PAC, a su vez, depende de la CH
y de cierta dosis de CHP que se emplee en su construcción.
La ética tiene una doble dependencia: depende del PAC
correspondiente y de la CH y la CHP; de forma que puede darse
conflicto entre el PAC vigente en una sociedad y la ética.
Estos dos aspectos de la ética deben ser atendidos. La ética pasa
necesariamente por el PAC pero al tener relación directa con CH y
con la CHP, puede encontrarse distante e incluso contrapuesta al
PAC.
El fundamento primero de la ética es el PAC correspondiente,
pero también se fundamenta en la CH y en la CHP. CH y CHP son,
en gran medida independientes del PAC, aunque se realicen en el
PAC. La CHP es independiente del PAC aunque se realice en él y
tome parte en su construcción. La ética no es independiente del
PAC, pero su relación directa con la CH y con la CHP, por medio de
la práctica de IDS-ICS, hace que pueda intervenir en la corrección
del PAC o pueda oponerse a él.

Premio y castigo
Cuando piensa uno en los crímenes de Hitler, o en los
responsables de la trata de blancas, o en los capos de la droga,
surge la pregunta ¿no habrá forma de sustituir el infierno eterno de
algunas tradiciones religiosas, o la reencarnación como medios de
castigar convenientemente a tales asesinos?

108
¿No hay premio adecuado para los que se han esforzado por
ayudar y mejorar la humanidad, para los que han vivido para servir
a sus hermanos de una forma u otra?
En las sociedades de conocimiento no podemos creer ni en
el cielo eterno como premio de las buenas obras, ni en el infierno
eterno como castigo de las obras malas.
La muerte lo iguala todo. Buenos y malos mueren por igual.
¿No hay justicia en este mundo? ¿No hay una justicia definitiva
para los humanos?
Para solventar el problema de la justicia y de una justicia
definitiva, nuestros antepasados crearon los mitos del paraíso y el
infierno, o el mito de las reencarnaciones futuras según las obras.
Tanto en unos mitos como en otros, las buenas obras o las malas
obras tenían su premio y su castigo ajustado a lo que cada individuo
merecía.
Este problema no puede quedar en el aire sin una solución o
apuntamiento de solución en las nuevas sociedades sin creencias,
sin religiones y sin dioses.

La solución de nuestros mayores partía de una antropología de


cuerpo y espíritu. Cada humano era una individualidad responsable
ante Dios o ante las leyes del karma. Cada individuo era una entidad,
el premio o castigo era individual. Los textos sagrados insisten una
y otra vez en que en el juicio definitivo de cada vida humana, cada
uno es responsable de sí mismo, nadie puede sustituir a otro.
Con una antropología que sostiene que los humanos somos
vivientes constituidos como tales por el habla, estas concepciones
no pueden tener cabida.
Los humanos somos animales simbióticos. La simbiosis no está
formada por individualidades que tienen el ser en sí mismas, aunque
no desde sí mismas sino desde Dios, que entran en simbiosis por un
pacto. Para nuestros mayores la simbiosis es un pacto social.

109
La simbiosis correspondiente a la nueva antropología es
simbiosis de interdependencia mutua. No hay individualidades
humanas sin simbiosis. Cada individualidad depende, en su ser, del
colectivo y el colectivo depende, en su ser, de los individuos. Sin
lengua y sin cultura no puede haber individuos humanos. La lengua
y la cultura constituyen a los individuos. No son individuos con
una lengua y una cultura. Pero por otra parte, no existe lengua ni
cultura que no sea obra de la interacción entre individuos.
Estamos en una ontología de interdependencias, no en una
ontología jerárquica del ser.
Los premios o castigos a las buenas o malas obras han de
pensarse desde las concepciones que imponen las sociedades de
conocimiento. Según eso, la justicia sobre las buenas o malas obras
habrá que plantearla no desde el individuo como entidad autónoma,
sino desde la simbiosis de interdependencia.

Intentemos aclarar estas nociones desde el planteamiento de un


caso notorio: los horribles crímenes de Hitler.
Hitler, además de las muertes y sufrimientos que causó con el
desencadenamiento de la segunda guerra mundial, es culpable de
un crimen abominable, lo que él llamó “la solución final para el
pueblo judío”, su exterminio en campos de concentración.
Millones de judíos y seres marginados murieron en sus campos
de exterminio en medio de una crueldad inmisericorde, gaseados,
a causa de los malos tratos y del hambre, y finalmente fueron
eliminados en los hornos crematorios.
¿Fueron esos crímenes responsabilidad de Hitler y de sus
colaboradores de la SS? Sin duda, pero no fueron ellos los únicos
responsables ni, me atrevería a decir, los máximos responsables. Los
responsables últimos fueron la forma en que cuajó el cristianismo y
el antisemitismo europeo.

110
Vayamos por pasos:
Los Evangelios, para no indisponerse con los romanos y ganarse
su benevolencia, culpabilizaron del ajusticiamiento de Jesús, más a
los judíos que a los romanos. Los judíos instigaron a las autoridades
romanas a que crucificaran a Jesús. Los romanos fueron culpables,
porque fueron ellos los que le ejecutaron en la muerte ignominiosa
de la cruz, pero, con el gesto de Pilatos, se lavaron las manos de la
muerte de aquél justo.
Cargar las culpas de la muerte de Jesús principalmente a los
judíos era convertir a los judíos en el pueblo deicida, porque los
cristianos interpretaron a Jesús como Hijo de Dios.
Durante la antigüedad y toda la edad media, el pueblo judío era
el pueblo maldito deicida.
Ese antisemitismo se impuso en toda la cultura cristiana y en
toda la cultura europea. Durante ese tiempo se cometieron muchas
atrocidades contra los judíos. Podríamos decir que la cultura
europea se hizo profundamente antisemita porque era una cultura
de base cristiana. El islam de la época no fue antisemita, impuso
a los judíos un impuesto especial, el mismo que se imponía a los
cristianos y a todos los que vivían en tierras del islam y se mantenían
firmes en su religión.
Este antisemitismo se extendió a lo largo de toda la historia de
la cultura y la política europea, incluyendo también al cristianismo
ortodoxo.
Hitler es hijo de ese antisemitismo que él y sus secuaces llevan
hasta el extremo de intentar, con procedimientos industriales,
exterminar de raíz a los judíos de Europa.
Las expulsiones de los judíos de varias naciones europeas, los
pogromos rusos y los campos de exterminio nazis empujaron a los
judíos a crear el estado de Israel en el corazón del islam. El miedo
del pueblo perseguido de los judíos, en Palestina le convirtió en
perseguidor. Expulsó de las tierras de Israel a los árabes y luchó

111
varias veces contra ellos, con la ayuda de EE.UU. para mantener las
tierras que creían que Dios les había asignado como propias.
El estado de Israel, los palestinos expulsados de sus tierras y sus
victorias militares enconaron y llevaron a un conflicto constante y
serio entre los judíos y los pueblos árabes. El conflicto de los árabes
con los judíos, se extendió a un conflicto entre los musulmanes y
Europa y EE.UU.
El conflicto de toda la cultura euro-americana con el islam no
está todavía solventado y es grave. Los motivos de ese conflicto
son varios: el estado de Israel apoyado por europeos y americanos,
el resentimiento musulmán por la colonización europea y por las
imposiciones occidentales en la cultura, en la economía, en lo
militar etc.
Ahí tenemos un caso de responsabilidad personal que es fruto
del error de cálculo de los primeros cristianos, de la epistemología
mítica de la interpretación de las narraciones referentes a Jesús en
los Evangelios, de la actitud de toda la Edad Media europea y del
antisemitismo de la cultura europea de la edad moderna hasta llegar
a Hitler y los nazis.
El horrible crimen de los campos de exterminio nazis no es sólo
responsabilidad de Hitler y de los miembros de la cúpula nazi, sino
que es responsabilidad de la historia del cristianismo y de la historia
de los pueblos europeos.
El castigo de estos crímenes cayó sobre los mismos europeos
con las guerras mundiales y, en cierta manera, con la creación del
estado de Israel y sus consecuencias en el conflicto con los árabes
que cae como castigo a Israel y toda la cultura occidental.

Ya no podemos plantear las responsabilidades de los individuos


como entes aislados en su realidad, sólo asociados en colectivos
por pacto. Las responsabilidades se han de plantear desde nuestra
condición de animales simbióticos.

112
Las responsabilidades serán, pues, de individuos constituidos
por la simbiosis. Sin los errores cristianos, sin el antisemitismo
provocado por la lectura de los Evangelios desde una epistemología
mítica, sin el antisemitismo profundo que las creencias cristianas
crearon en la cultura europea, no sería comprensible el crimen de
Hitler y la cúpula nazi.
Por consiguiente los castigos y los premios que desearíamos
que la justicia atribuyera a las malas y a las buenas obras, no hay
que buscarlos en el nivel de los individuos, sino en el nivel de los
individuos constituidos por las simbiosis (los colectivos) y en las
simbiosis (colectivos) formadas por individuos.
Si queremos llegar a ver la justicia respecto a las buenas y malas
obras de los individuos, tendremos que concluir que no hay justicia.
Para evitar esta conclusión, nuestros antepasados crearon los mitos
del infierno y del paraíso y el mito de la reencarnación. Nosotros
debemos evitar esa conclusión por otros medios, porque no nos es
posible heredar la solución que dieron nuestros antepasados.

La comprensión de la realidad desde las


sociedades de conocimiento.

Ontología jerárquica
Una interpretación y organización social jerárquica exige una
ontología positiva, jerárquica. No puede haber jerarquía sin que
el jerarca sumo sea una entidad en sí y sin que los súbditos sean
también entidades en sí.
La fundamentación de la ontología jerárquica requiere que la
suma jerarquía sea una entidad en sí desde sí mismo; los súbditos
tendrán que ser, también, entidades en sí pero desde otro.

113
Esta es la fundamentación ontológica del teísmo y, con él, de
una interpretación de la realidad, jerárquica en todos sus niveles:
ontológicos, individuales, sociales, temporales y espaciales.
La organización jerárquica de la sociedad y la ontología
jerárquica dependen una de la otra y se afianzan una a la otra.
Sin una ontología jerárquica no sería posible una organización
jerárquica, y sin una organización jerárquica no tendría justificación
una ontología jerárquica.
Si una falla, la otra fallará. Si falla la organización jerárquica,
fallará la ontología jerárquica. Si falla la ontología jerárquica, la
organización jerárquica carecerá de justificación.
Cuando la organización jerárquica deja de ser útil para la
sobrevivencia, no se sostendrá la ontología jerárquica; es más, será
necesario alejarse lo más posible de una ontología jerárquica. Las
sociedades de conocimiento, si quieren posibilitar su implantación
y funcionamiento, tendrán que fomentar el alejamiento de la
ontología jerárquica.
Si el teísmo entra en crisis, por causa de las ciencias y de
su monopolio en la interpretación de la realidad, cosa que en
las sociedades de conocimiento es inevitable, se debilitará la
organización jerárquica.
Las sociedades de conocimiento tendrán que alejarse
necesariamente del teísmo que no sea meramente simbólico, de un
teísmo que presente a Dios como un ser en sí desde sí mismo.
El teísmo es el generador y justificador de la jerarquización de
toda la realidad. El teísmo se desarrolla en una sociedad jerarquizada
y en una ontología jerárquica.
¿Dónde se apoya la organización jerárquica hoy día? No parece
haber más razón que el capitalismo impuesto y sin alternativa
y la coerción. Mientras se mantenga, por los medios que sean, la
organización jerárquica, se sostendrá el teísmo, porque ese tipo de
sociedad lo necesita.

114
Todas las realidades son vacías de entidad en sí
Para los vivientes, toda la realidad es modelación.
Las modelaciones de los vivientes están vacías de entidad en
sí. Esas pretendidas realidades están en los sistemas genéticos de
los animales o, en el caso de los humanos, en su sistema genético
hecho viable y complementado por los sistemas culturales de los
colectivos.
Ni las realidades modeladas por los animales, ni las modeladas
por los humanos son en sí, están ahí fuera. Utilizando una imagen
informática, diríamos que están en la nube que crean las especies, o
en la nube de las modelaciones de los colectivos humanos.

Las cosas son un vacío de entidad propia, modeladas sobre un


vacío innombrable. Eso equivale a un abismo de vacío absoluto, que
en realidad equivale a una plenitud absoluta innombrable.

Dicen los sabios que, en realidad de verdad, lo que realmente


es, es la DA que aparece en formas que no añaden nada a la DA.
Si todo es la DA y nada más que la DA, todas las realidades son
vacías de entidad propia. No es que sean desde otro, desde la DA, es
que simplemente no tienen ser en sí.
Lo que no tiene ser en sí no puede ser causa, ni tener causa, no
pueden tener eficiencia. Pero desde la DR aparecen como si fueran
y tuvieran causa y causaran, como si fueran eficientes.
Si todo son formas de la DA, no se puede decir que las cosas
ni que sean, ni que no sean, porque en ellas se trata únicamente
del abismo insondable, sin nada añadido que, por consiguiente,
sobrepasa nuestras categorías, también las de ser y no ser.
Todas las cosas son el abismo insondable, no objetos de un
sujeto necesitado.

115
Para todos los vivientes las cosas se individualizan por
contraposiciones cualitativas que funcionan como estimulaciones
o repulsiones. Nuestra estructura básica es también esa. Las
metalenguas científicas y axiológicas están siempre suponiendo y
están sustentadas por esa estructura animal de nuestra estirpe.
Las individuaciones conseguidas por contraposiciones
cualitativas en relación a un viviente necesitado, es evidente que
no tienen el ser en sí mismas que les atribuimos; están vacías, son
como una ciudad edificada en una nube en cuanto a su entidad real
tomadas como cosas de este mundo.
Las individualidades son fruto de contraposiciones cualitativas
relativas, directa o indirectamente, a las necesidades de un viviente
necesitado. Esta afirmación vale para todos los vivientes, sin
excepción, y vale también para los humanos.

Desde la ontología de las interdependencias, todo


está vacío
Tanto la DA como la DR están vacías.
-La DA está vacía
-de toda posible categorización, objetivación, representación,
-es inefable,
-es un abismo donde no hay dónde agarrarse,
-es sin fondo,
-es sin entidad propia, sin individualidad,
-es sin tiempo ni espacio,
-ni ser, ni no ser,
-fuente de todo.

116
Estas afirmaciones son sólo para apartar de ella, que es lo no
modelado, nuestras modelaciones.
Que sea fuente de todo no es modelación nuestra sino dato.

-La DR está vacía


-el vacío de la DA definiéndose, se define como vacío en
DR,
-son modelaciones vacías de entidad propia; no tienen la
entidad ni la individualidad que se les atribuye,
-sin entidad propia, carecen de individualidad,
-son abismos de espacio, tiempo,
-son tan abismo como la DA de la que son formas, sin que
añadan nada a la DA,
-tan inefables como la DA,
-ni ser ni no ser.

Todos estos vacíos son a causa


-de una plenitud inabarcable,
-de una no dualidad absoluta,
-de la radical unidad de lo diverso. La diversidad no pone
fronteras a la unidad.

Vacío es diversidad sin fronteras, es imposibilidad de señalar


acotaciones, individualidades.

117
En las SC todo son interdependencias
Lo que es condicionado es dependiente. Lo que es
interdependiente es por condicionamiento mutuo.
Todos los rasgos de las sociedades de conocimiento son
interdependientes, lo mismo ocurre con las personas que las
componen. Esta es la consecuencia de que sean sociedades creativas
en equipo.
Recordemos que los rasgos de las SC son la creación continua
en equipo; para que eso sea posible el equipo tiene que crearse su
propio PAC, al que hay que adherirse voluntariamente, porque no
es posible que la creatividad funcione a pleno rendimiento desde la
sumisión.
Para la adhesión voluntaria es imprescindible la libertad, que
no será posible sin libertad axiológica. Sin igualdad y equidad la
creatividad en equipo no podrá funcionar.
Para que el equipo sea realmente un equipo de creación
continua, precisa que todos sus miembros tengan espíritu de
indagación. El espíritu de indagación no será posible más con un
estudio de por vida.
La interdependencia de personas para la creación;
interdependencia que se logra por un PAC creado colectivamente en
el que la adhesión sea voluntaria, en el que la igualdad y la equidad
se respete rigurosamente, exige personas de cualidad humana.
La cualidad humana practicada en condiciones continuamente
variantes, requiere aprender a heredar la sabiduría de los
antepasados; de ellos hay que destilar los criterios de discernimiento
para gestionar la marcha de las sociedades dotadas de potentes
ciencias y tecnologías.
Los mismos rasgos de las SC nos están diciendo que las personas
que las componen son también interdependientes. La complejidad
y pluralidad de las ciencias y tecnologías no dejan otra posibilidad.

118
Por consiguiente, en las SC todo son interdependencias.

Este carácter de las SC tiene graves consecuencias en la


interpretación de toda la realidad.
Todo lo que está condicionado o es dependiente, no tiene el
ser en sí mismo. Si tuviera el ser en sí mismo, no sería dependiente.
Las consonantes bilabiales “b-p” tienen su ser en su dependencia
mutua. El ser de cada una de estas dos consonantes lo tienen en
su contraposición. “b” es b, frente a “p”; y “p” es p frente a “b”. Ni
“b” ni “p” tienen el ser en sí mismas, lo tienen únicamente en su
interdependencia.
“b” y “p” son unidades cualitativas en interdependencia .
Con esta formalidad funciona todo lo que es cualitativo; todo lo
axiológico es cualitativo y así tendrá que funcionar.
Toda realidad que se apoya en otra realidad, no tiene la realidad
en sí misma.

La noticia de la DA, noticia vacía, proclama que todo en la DR


está vacío de entidad propia.
Todo lo que los vivientes modelamos de eso que nos rodea y a
nosotros mismos, son modelación desde nuestras necesidades de
vivientes, y las modelaciones están en nuestra mente y en nuestro
sentir, no ahí fuera, y están vacíos de entidad propia.
Por consiguiente, en las SC todo es vacío de entidad propia.

Todos los miembros de las SC, por interdependientes, son


vacíos de entidad propia, pero funcionan suponiendo que tienen
entidad propia. Así se ha funcionado hasta ahora y con este supuesto
continuarán actuando en sociedades en las que los individuos son
el punto donde reside la creatividad, aunque esta creatividad no
pueda realizarse más que en equipo.

119
Se precisa la máxima creatividad individual pero en equipo.
Es decir, máxima creatividad, y en un cierto sentido, máximo
individualismo, pero sin autarquía.
Esta exigencia de la máxima creación individual no elimina su
dependencia, porque toda creatividad tendrá que ser en equipo, por
tanto tampoco su condición de vacíos de entidad propia.
Esto con respecto a la DR. En la DR todo está vacío de entidad
propia.

Respecto a la DA: tenemos noticia que la DA se muestra como


fuente de la DR y no a la inversa. La DA se muestra y se delimita
a sí misma en la DA. Si la DR, que no tiene ninguna entidad en sí
misma, es la forma de la DA, la DA es también vacía.
Por otra parte, toda forma de la DR es modelada por la
necesidad de los vivientes. La DA es gratuita, sin relación ninguna
con las necesidades de un viviente, por tanto sin forma. Lo sin
forma no puede ser ni conceptualizado ni representado, ni es ni no
es, no puede ser delimitado de ninguna forma. Eso para nosotros es
como ser vacío. Por consiguiente, también la DA es vacía de entidad
propia.

El gran daño causado por la EM en la historia


humana
La calamidad más grande de la historia humana y de la historia
de las religiones ha sido la existencia, inevitable en las sociedades
preindustriales, de la EM.
Fue inevitable como continuación de la programación
precedente animal. Los animales dan por reales lo que son sus
modelaciones de la realidad. Si no lo hicieran así, no podrían
sobrevivir.

120
Los primeros estadios de la cultura humana continuaron con
el mismo sistema; dieron por reales las modelaciones que hacían
de la realidad a través de sus PACs, sus narraciones, sus mitos, sus
símbolos y sus ritos.
Así se cambió lo menos posible en su condición animal y se
aseguró la sobrevivencia. Esta epistemología rigió las sociedades
humanas hasta el último tercio del siglo XX. Todavía está vigente
en la mayor parte de las sociedades.
Pero esta epistemología tenía pésimos efectos secundarios.
Fue uno de los fundamentos principales de los enfrentamientos
humanos. Cada modo de sobrevivencia tenía su estilo de PAC que
inevitablemente se interpretaba con la descripción verdadera y
adecuada de la realidad, con lo cual se enfrentaba con todo el resto
de modos de sobrevivencia y sus PACs.
Los PACs de las sociedades de cazadores-recolectores, en
sus estructuras superficiales difirieron unas de otras, aunque las
estructuras profundas fueran idénticas. Los pueblos daban como
verdadera descripción de la realidad la estructura superficial, con lo
cual, todos los pueblos entraron en conflicto con todos los pueblos
que tuvieran una estructura superficial de su mitos y ritos diferentes.
Cuando llegaron las sociedades agrarias construyeron sus
PACs correspondientes, que se enfrentaron, primero con todas
las sociedades de cazadores-recolectores y, después con todas las
restantes sociedades de agricultores. Las sociedades sumerio-
babilonias tenían unas estructuras superficiales diferentes de
la sociedad egipcia. Aunque las estructuras profundas fueran
idénticas, las estructuras superficiales diferían grandemente. Cada
una de este tipo de culturas se consideró como la única verdadera
y juzgaba que todas las demás eran falsas y contrarias a sus dioses.
Lo mismo pasó con el cristianismo y el resto de culturas helénicas y
romanas y más tarde con todas las culturas y religiones con las que
se fue encontrando.

121
Lo mismo ocurría entre las culturas ganaderas y las agrícolas.
Piénsese sólo en los conflictos de Israel con todas las culturas
circundantes. O los conflictos del Islam con todo el resto de las
culturas.
Además, recuérdese que en las sociedades preindustriales los
PACs y sus formas religiosas formaban una unidad indisociable.
Por consiguiente cada PAC iba unido a una forma religiosa que,
por efecto de la EM, era considerada como la única verdadera. Así
toda la fuerza de la religión, o si se quiere, de la noticia de la DA,
se convertía en fuerza agresiva contra todos los otros PACs y sus
formas religiosas correspondientes.
La EM convirtió a todas las religiones y formas religiosas en
enemigas a muerte de las restantes. La historia humana está llena de
terribles conflictos religiosos, o conflictos de intereses sacralizados
por la religión. No nos parece necesario citar ejemplos porque la
historia humana y la historia de las religiones están plagadas de
estas confrontaciones que son, quizás, los más graves de la historia
humana.
Incluso en casos como la primera y la segunda guerra mundial,
que no tenían motivación religiosa, acabó interviniendo también,
y fuertemente, la religión. Los enfrentamientos entre naciones,
que versaban sobre conflictos económicos, coloniales, etc. para ser
verdaderamente justificados y profundamente agresivos se tiñeron
de sacralidad.
Cuando las ideologías sustituyeron a las religiones como
PAC, continuaron interpretándose desde la EM. Por esa base
epistemológica, las ideologías, la liberal, la socialista-comunista y la
anarquista lucharon a muerte una contra todas y todas contra una.
También en esta ocasión la EM causó muchos millones de víctimas
y destrucciones.

122
Cuando la religión perdió fuerza, por el debilitamiento de las
creencias, la idea de nación tomó su sustitución. Se tomaba la idea
de nación, no como un simple sistema de organizar los colectivos
humanos, sino como una descripción de la esencia de los pueblos.
Todavía no hemos salido de esa trampa.

La EM enceguece a unas religiones con relación a las otras.


Sostiene que la propia religión basta, hasta el extremo de considerar
peligroso conocer otras tradiciones religiosas o espirituales. Bloquea
las comunicaciones entre tradiciones, menosprecia y disminuye,
todo lo que puede, lo que sobre la DA, la CHP y su cultivo puedan
enseñar y aportar otras tradiciones y otras religiones.
La EM es uno de los principales enemigos de la concordia entre
los pueblos y uno de los obstáculos más graves que hay que superar
para una vivencia y organización de la globalización sin conflictos
y con conocimiento y comprensión mutua.
Es insostenible y gravemente peligrosa la actitud exclusivista y
exclusiva de las religiones y las tradiciones religiosas. Es igualmente
insostenible y peligroso sostener, aunque sólo sea prácticamente,
que unas tradiciones religiosas y culturales son superiores a otras;
que una religión o una cultura es el punto de llegada del desarrollo
de todas las tradiciones espirituales o culturales.
Estas actitudes son insostenibles en las sociedades de
conocimiento globalizadas, son, además, falsas, peligrosas y
empobrecedoras.
Empeñarse en mantener a las religiones en la EM, con todo
lo que comporta, es llevarlas al suicidio o a la más completa
marginación.
No parece que las grandes tradiciones religiosas teístas
comprendan claramente esta situación. Para poderlo hacer tendrían
que reinterpretar la noción de revelación para alejar de ella el
exclusivismo y la exclusión.

123
Ventajas de la eliminación de la epistemología
mítica
La rápida transformación y crecimiento de las ciencias
transforman constantemente la interpretación de la realidad
en todos los ámbitos de los saberes y de la vida: el desarrollo
concomitante de las tecnologías con sus productos y servicios,
cambian constantemente las condiciones de la vida de los colectivos
y de los individuos.
Las ciencias se han ganado el monopolio de la interpretación
de la realidad. Las tecnologías son las responsables de nuestra
sobrevivencia colectiva.
Las tecnociencias y sus resultados alteran constante y
aceleradamente las maneras de pensar y de sentir.
La globalización ha puesto en contacto inmediato, no sólo a
nivel mundial, sino también a nivel local, todas las religiones, todas
las tradiciones espirituales de la humanidad, todas las culturas, con
sus diferentes maneras de plantear la vida, de pensar y de sentir,
todas las ideologías, etc.
Ese contacto de todos con todos relativiza de hecho los
dogmatismos e intolerancias de todos.
Todos estos factores hacen imposible mantener una
epistemología mítica que pretende que lo que dicen nuestros mitos,
nuestras religiones, nuestras tradiciones espirituales, nuestras
culturas y nuestras teorías es como es la realidad. La actitud que
crea la epistemología mítica es ya incompatible e insostenible en las
sociedades de conocimiento y cambio continuo globalizadas.
Aunque en ocasiones perder la epistemología mítica se pueda
sentir como quedarse desamparados en un descampado, en realidad
es una gran liberación.

124
El abandono de la epistemología mítica nos libera del
sometimiento de nuestra mente y nuestro sentir a los mitos
milenarios, a las religiones, a nuestras concepciones y teorías.
Sin epistemología mítica ninguna palabra nos somete,
quedamos libres de todas las palabras, incluso de las más sagradas.
Las palabras ya no someten sino que se ponen a nuestro servicio.
Las palabras que se convierten en siervas de la verdad, auxiliares
en su búsqueda, pero no son la verdad. Ningunas palabras son la
verdad, todas carecen de poder para enmarcarla, para recluirla
en ellas como en un cofre sagrado. Ese poder no lo tienen ni las
palabras religiosas ni las científicas.
Libres de la epistemología mítica comprendemos que las
palabras no describen las realidades, sólo las modelan a nuestras
pequeñas medidas.
La eliminación de la epistemología mítica deja a nuestra
exclusiva responsabilidad el acceso y el cultivo de la DA y la gestión
de la DR.
Sin epistemología mítica no hay fundamento para la sumisión
ni a Dios, ni a las religiones, ni a las ideologías, ni a la naturaleza. A
nuestros propios PACs no nos sometemos, sino que nos adherimos
libremente.
Eliminada la epistemología mítica se elimina la razón de los
conflictos entre religiones, entre culturas, entre ideologías e, incluso,
entre diferentes PACs.
Una epistemología no mítica es el único fundamento para una
pacífica convivencia entre diversas tradiciones culturales; es el
único fundamento para un ecumenismo real.
La epistemología no mítica, proclamando que todo discurso es
una modelación de la realidad, y sólo una modelación, fomenta la
comprensión, el enriquecimiento de las diversas perspectivas de las
cosas.

125
La individualidad, la CHP y la muerte
Cuando aparece la vida, aparece la individuación. Sin
individuación la vida no es posible.
Ni la vida ni los individuos son nada venido a este mundo desde
otro mundo; proceda de donde proceda la vida, si de un cometa, de
un meteorito o como hija de la tierra, el cosmos es uno.
¿Qué es el cosmos? Una construcción desde nuestros sentidos y
desde nuestra mente y también una construcción mediante nuestras
ciencias y tecnologías. Lo que construyen nuestros sentidos y nuestra
mente y nuestras ciencias y tecnologías son una modelación.
La modelación es una adaptación de Eso a nuestras medidas.
No hay vida sin un tipo u otro de individuación, y no hay
individuación sin modelación de Eso a nuestra individualidad.
¿Qué es Eso que modelamos? Lo no modelado, el soporte, la
realidad de la modelación, que no puede ser mentado sin modelarlo.
El modelador está frente a lo modelado. No hay un existir previo
del modelador respecto a la modelación. Modelador y modelado
son interdependientes; se da uno si se da el otro, y a la inversa. No
puede pensarse un modelador previo a lo modelado. Modelador y
modelado nacen simultáneamente.
Sin embargo “Eso” es el modelador y lo modelado.
La individuación parece distanciarse de “Eso”, pero no hay
distancia posible, porque el individuo es una forma de “Eso” que no
añade nada a “Eso”. El individuo no tienen ser por sí, su realidad es
la de “Eso”, aunque tiene que suponer que es alguien, no sólo frente
al mundo modelado, sino también frente a “Eso”. Su supuesto es
imprescindible y su error inevitable para su condición de viviente.
Las sociedades humanas se interpretan como asociaciones de
individuos que se presuponen autónomos, pero que en realidad son
simbióticos e interdependientes.

126
El principio de individuación de todo viviente es un cuadro de
necesidades y deseos. Ese paquete de necesidades, que se expresan
como deseos, es lo que se lee a sí mismo como separado de “Eso” y
es lo que proyecta la modelación como contrapuesta al modelador.
La individuación es el fundamento de la dualización de la
realidad.
Las individualidades son un supuesto necesario, pero no son
una entidad por sí, ni frente a “Eso”, ni frente a lo modelado. “Eso”
no es una individualidad porque es previo a ella; lo modelado
tampoco es una individualidad porque depende por completo de
a modelación y sólo existe frente al modelador, no tiene existencia
fuera del modelador.
La individualidad viviente siempre es modeladora y no tiene
otra existencia que la de “Eso”, y “Eso” no se puede decir que exista
o que no exista porque es previo a toda individualidad y a toda
modelación.

Desde esta perspectiva ¿cuál es la enseñanza de los maestros de


la CHP?
Enseñan que podemos salir de la identificación con la
individualidad; que podemos salir del supuesto necesario de la
individualidad, y sus consecuencias, para cobrar la plena conciencia
de “Eso”.
Nuestra supuesta individualidad no es más que un supuesto
necesario vacío. Lo que podríamos llamar nuestra verdadera
individualidad es una identidad vacía de todo posible predicado.
Nuestra individualidad es un abismo vacío de toda posible
predicación.
La salvación, la iluminación, la CHP, es reconocer plenamente
que no tenemos ni individualidad ni identidad fuera del vacío
insondable por su compacta plenitud.

127
¿Qué es la muerte? También es la pérdida del supuesto necesario
para un viviente: la individualidad, que es el fundamento de la
identidad y del mundo que desde ahí se modela.
Cuando llega la muerte ya no se necesitan esos supuestos, que se
desvanecen como humo; y no es que se recupere nuestra verdadera
condición de “Eso”, porque jamás la perdimos.
Vacíos éramos antes de nacer, vacíos vivimos y vacíos morimos.
La fuente de todos esos vacíos es una plenitud tan compacta que
ninguno de nuestros cuchillos puede ni penetrarla ni cortarla.
La diferencia que hay entre la iluminación y la muerte es que la
primera es la pérdida de la individualidad en la vida y la segunda
después de la muerte.
La individualidad es la fuente del dolor porque su soporte es el
deseo.
Silenciar el deseo es silenciar la individualidad y es silenciar la
identidad y, por tanto es silenciar el supuesto de ser alguien venido
a este mundo. Eso es la paz.
Morir es recuperar lo que se era antes de nacer y que nunca se
perdió.
La CHP es despertar a lo que siempre estuvo presente.

No parece razonable pensar que haya espíritus en


el cosmos
Si la antropología no es un compuesto de cuerpo y espíritu, la
cosmología tampoco será un compuesto de materia y espíritu.
Si los humanos somos animales constituidos, como tales, por
el habla, todos los fenómenos humanos deben ser explicados desde
nuestra condición de vivientes constituidos por el habla, sin nada
añadido.

128
Todo los fenómenos que se han considerado operaciones del
espíritu, como la cultura en general, las artes, las ciencias, las acciones
nobles, las grandes transformaciones culturales, las religiones, las
espiritualidades, incluso las más altas, todo ello es obra del animal
constituido por el habla, sin nada añadido que no corresponda a
un animal, como sería suponer un espíritu o la racionalidad como
añadidos, como parte del compuesto humano.
Si el espíritu no aparece en los humanos, no hay espíritus en
esta tierra.
Es, pues, razonable pensar que si en nuestra tierra no hay
espíritus, sino que los fenómenos atribuidos al espíritu brotan de
las entrañas de la tierra y del cosmos entero, entonces el cosmos, los
mundos, tampoco son compuestos de materialidad y espiritualidad.
Lo llamado “espíritu” y lo llamado “materia” se unifican, no son
dos. No es que la materia se espiritualice o el espíritu se materialice,
sino que la categorización de lo real como compuesto de materia
/espíritu no es correcta, no es apta para interpretar lo que hay,
incluyendo los fenómenos humanos, junto al cosmos entero.

Si no hay espíritu, todo es perecedero.


Nuestro acceso a la dimensión no relativa a nosotros de lo real,
la dimensión absoluta, que es inconceptualizable e innombrable, no
nos permite decir que esa dimensión sea espíritu o no lo sea; ni que
sea perecedera o no perecedera.
Todo lo que podemos interpretar en esta inmensidad de mundos
es perecedero; no podemos interpretar, sino solo vislumbrar,
que a la dimensión de lo real absoluta, porque no es relativa a los
humanos, no le corresponde la dualidad con la que los vivientes
precisamos hacer toda interpretación. Podemos sostener, pues, que
la dimensión absoluta es no-dual.
Si la dimensión absoluta es no dual, no se le podrá aplicar
ninguna dualidad, tampoco la de perecedero/imperecedero.

129
De la sumisión a la indagación libre

De “espiritualidad” desde la sumisión, a “CHP”


desde la indagación y creación libres
Estamos iniciando el tránsito de una espiritualidad concebida y
vivida desde la sumisión, a una CHP concebida y vivida como una
indagación libre y como una creación libre. Es la transformación
más grave que ha sufrido la humanidad en toda su historia en esta
materia.
Vamos a intentar comprender, lo mejor posible, ese cambio.

La espiritualidad estaba planteada desde una antropología


que defendía que los humanos somos un compuesto de cuerpo y
espíritu. “Espiritualidad” era hacer pie y vivir la vida del espíritu,
aunque no se pudiera abandonar por completo el cuerpo.
La antropología como “cuerpo/espíritu” es el primer
fundamento de ese planteo. Veamos cómo se desarrolla:
La base sobre la que se apoya la espiritualidad como sumisión es
un modo de sobrevivencia colectiva: la sociedad agraria-autoritaria.
En la sociedad agraria-autoritaria todo se concibe
jerárquicamente, tanto la DR como la DA.
La DA, Dios es el supremo Señor. La relación con los humanos
es de señorío absoluto. Él es el Señor y creador de todo. Como ya
hemos expuesto, la relación “Dios-criaturas” es una relación de
dominio, jerárquica. Esta primera jerarquía es la matriz de todas las
jerarquías. Sobre este patrón se construyen todas las jerarquías, que
se extienden a todos los niveles de la vida de los individuos y de los
colectivos y a la comprensión de toda la realidad.

130
Todas las criaturas de la tierra también están organizadas
jerárquicamente. El hombre se sitúa en lo alto de la escala, que
termina en la materia como lo más bajo en jerarquía.
La antropología también es una construcción jerárquica:
el espíritu debe señorear sobre el cuerpo. La organización de la
sociedad también es jerárquica, y la de la familia, igualmente la
de los grupos religiosos y de las iglesias que también se organizan
jerárquicamente. La burocracia y el ejército son rigurosamente
jerarquizados. El tiempo está dividido en tiempos sagrados y
profanos, días sagrados y días profanos; el espacio también está
dividido en espacios sagrados y profanos, los templos y los restantes
espacios reservados para las actividades profanas.
La CH se mide por el grado de sumisión a Dios y a toda jerarquía
establecida. La CHP se conseguía por la sumisión completa a Dios,
a sus revelaciones, a las creencias establecidas, a sus mandatos,
a sus consejos, y por la sumisión igualmente completa a sus
representantes, las personas consagradas a Dios, sus sacerdotes.
La vida del espíritu, alejada todo lo posible de la vida de la carne,
es sumisión en todos sus aspectos; es revivir la vida de los enviados
de Dios, de sus santos. Es respetar las costumbres de los mayores;
es no alejarse de lo que enseñaron los que nos precedieron dignos
de crédito y respeto. La moralidad es sumisión. La vida excelente es
vivir las virtudes que se prescribieron en la revelación de Dios y que
practicaron nuestros mayores. Virtudes que son perennes como el
espíritu, intocables por su origen.
Queda prohibida todo alejamiento de la revelación, todo
distanciamiento de la enseñanza ortodoxa. Toda innovación
humana en este terreno es considerada herejía, pecado, atentado
contra el orden social y político.
La espiritualidad es sumisión en todos sus aspectos y en todos sus
grados. La indagación libre con respecto a la DA no es ni concebible.
Aún hoy nos cuesta imaginarla. Pensar que esa indagación libre es
una creación, no se ha acercado a nuestra comprensión.

131
La libertad está sólo para alejarse del mal, que es la insumisión,
y para someterse libremente a Dios y sus representantes.
Estas concepciones han durado miles de años y todavía no
nos la hemos quitado de encima; e incluso hay que afirmar que
la mayoría de quienes todavía se preocupan por la espiritualidad,
están sometidos a estos cánones.
La sumisión en todos los niveles, no es que esté aconsejada sino
que está impuesta obligatoriamente y sancionada por la coerción e
incluso con la pena de muerte, cuando es políticamente posible. Y
si no es posible se emplea la coerción física y moral, o se utiliza la
marginación, la reducción al silencio y a la insignificancia.

De esta concepción y esta práctica hemos pasado a tener que


abandonar la noción de espiritualidad porque ya no corresponde
a una antropología que dice que los humanos somos vivientes
constituidos como tales por el habla. No hay ningún añadido a
nuestra condición animal, ni la del espíritu, ni la de la racionalidad.
Que se hable del espíritu y de la racionalidad hay que explicarlo sin
añadidos, desde nuestra condición de animales hablantes.
Hemos sustituido el término “espiritualidad” por una noción
más acorde con nuestra antropología, primero práctica y luego
teórica; hablaremos de "CH" y de “CHP”, de “humanismo integral”.
¿Cuál es la base de la concepción y vivenciación de la nueva
idea de lo que nuestros antepasados llamaron “espiritualidad”?
Las sociedades de conocimiento; son las sociedades que viven y
prosperan mediante la creación continua de ciencias y tecnologías y,
a través ellas, de la creación de nuevos productos y servicios. Como
hemos explicado largamente, las sociedades de conocimiento son
sociedades de innovación y cambio continuo en todos los niveles de
la vida de los individuos y de los colectivos.
Este tipo de sociedades no se articulan y cohesionan mediante
la sumisión, porque la sumisión no compagina bien con la creación

132
continua. Estas sociedades no pueden repetir el pasado, ni pueden
reactualizarlo; la dinámica de sus innovaciones y creaciones aleja
del pasado de forma acelerada, más acelerada cuanto mayores son
las innovaciones y creaciones de las ciencias y tecnologías y sus
consecuencias en la vida de los humanos.
En estas sociedades será imposible considerar la revelación como
ligada indisolublemente a palabras, porque las palabras en las que
nos ha llegado la revelación corresponden a PACs preindustriales,
a su epistemología mítica y a su antropología compuesta de alma, o
equivalentes, y cuerpo.
Las nuevas sociedades tampoco pueden someterse a creencias
fijas e intocables, precisamente porque fijan incondicionalmente
y son sociedades de sobreviven gracias al movimiento continuo.
Tampoco pueden aceptar las dogmáticas que someten.
Las nuevas sociedades, con respecto a la DA sólo pueden
someterse a lo que no tiene forma, a eso innombrable que es el
maestro interior y nuestra verdadera realidad.
Tendrán que practicar la indagación de la DA y el cultivo
de CHP desde ese guía interior, que es nuestra propia realidad, y
deberán indagarla en toda criatura, en toda forma, como lo que es
el fondo, el ser de todos los seres, pero sin ligarse a ninguno.
Con el cultivo de la CH y de la CHP se tendrá que asumir y vivir
que la DA es libre de todas las palabras, no hay palabras privilegiadas
con respecto a ella, y la indagación es también libre de las palabras;
no hay palabras que tengan poder sobre las indagaciones.
En las nuevas sociedades nada puede organizarse
jerárquicamente, todo debe articularse en equipos de miembros
en interdependencia y en equipos de equipos igualmente
interdependientes. Lo mismo habrá que decir de la indagación de
la CHP y de la DA.
En las sociedades dinámicas el trabajo para llegar a reconocer
en plenitud a la DA y para llegar a realizar la CHP pasa por la
indagación y la creación libre.

133
En unas sociedades que sobreviven de la investigación
científico-técnica y de la creación continuada de nuevos productos
y servicios, el camino a la DA y a la CHP tiene que ser también una
indagación y una creación libre.

Veamos que entendemos por indagación libre.


Para reconocer y realizar la DA se ha de practicar una
indagación. Una indagación es una investigación con la mente y
con el corazón del misterio del ser de los cielos y la tierra, de su
esplendor, su verdad y su belleza. Es un camino que no tiene fin
porque el horizonte es tan vasto como la infinidad de los mundos.
Se investiga con la mente y el corazón el misterio inagotable de cada
uno de los seres de esta tierra y de cada una de las personas, se
indaga su esplendor, su belleza y su verdad.
Esa investigación, que para remarcar que se realiza con todo
el corazón y todo el cuerpo, le llamamos “indagación”, no tiene fin
y tiene que realizarse libremente. Podemos contar con normativas
para aptarnos a esa indagación, pero la indagación misma no tiene
parámetros de guía, sólo la finura del olfato del corazón y de la
mente puede ser la norma. En el sin-forma no se puede navegar
sometidos a formas. Por esa razón la indagación debe ser siempre
una indagación libre. Si no fuera libre tendría que estar sometida
a alguna forma, y ya hemos dicho que las formas obstaculizan
seriamente la navegación por el sin forma.

El camino a la DA y a la realización de la CHP es también una


creación libre. ¿Qué significa “creación” hablando de la DA y de la
CHP?
Embarcarse en la indagación de esas dimensiones es salir de
un mundo de formas e incluso de normas, para adentrarse en un
mundo donde todas las formas se diluyen y donde toda norma es
radicalmente inaplicable.

134
Estos son los rasgos de esa vía que parte de un individuo y su
egocentración, y lleva al silenciamiento completo de ese individuo
y de su egocentración, y esto para adentrarse en una realidad, que
ni realidad puede ser llamada, en la que no existen individuaciones
y, por tanto, tampoco egocentraciones.
Se entra en lo que, desde el punto de vista de un viviente, está
vacío, porque en él no hay nada, ni nadie. Para indagar en el misterio
del ser de los cielos y la tierra, y en el misterio sin fin de cada una de
las criaturas, hay que adentrarse en la hondura de su realidad que
se pierde en espacios y tiempos sin límites, para finalmente situarse
más allá de espacios y tiempos.
La indagación que se debe hacer, se realiza con sentir, mente y
cuerpo. Tenemos que ir dando pasos al sin forma, experimentando
vacíos que nos vemos necesitados a expresarlos e incluso vivirlos con
formas que nosotros mismos construimos con nuestro andar. Así
vamos de despertar a vacíos, a despertar a vacíos. Para adentrarnos
más y más en esos vacíos, cada vez más vacíos porque es adentrarse
en el sin forma, tenemos que in creando expresiones, formas, como
quien pone un ladrillo delante de los pies para poder dar un paso
más y poner otro ladrillo y otro, hasta que ya no se necesite apoyar
los pies en nada para seguir adelante, porque el caminante se ha ido
sutilizando hasta que es un sin forma en lo sin forma.
Así resulta que la Vía es un camino de creación continua sin
sumisión a nada ni a nadie. Es un camino, un despertar yendo de
creación en creación, hasta que ya no hay más aproximación, sino
solo unidad, pero una unidad inagotable en la que siempre se puede
navegar más dentro y más hondo sin llegar jamás al fondo y sin
poder agotar la profundidad y amplitud de lo que no puede tener
nombre.

135
El camino a la DA como indagación libre
Ya hemos estudiado con anterioridad, que en las sociedades de
conocimiento y cambio continuo, lo que nuestros mayores llamaron
espiritualidad no puede ser cultivada a través de la sumisión.
Durante miles de años se concibió y practicó la espiritualidad como
sumisión a Dios, a su revelación, a su guía, a sus representantes
eclesiásticos. En sociedades articuladas, cohesionadas y motivadas
por la sumisión, la espiritualidad no podía concebirse como una
indagación libre.
Sin embargo, todos los grandes de esa larga época fueron
auténticos indagadores libres. Piénsese en los grandes Rishis indios,
en Buda, Jesús, Mahoma y tantos otros de no de tan enorme tamaño.
Si nos distanciamos de la interpretación mitológica que se hizo de
cada uno de estos personajes, una interpretación mitológica acorde
con el PAC que regía las sociedades en que aparecieron, podremos
apreciar con claridad que no eran tanto lo que las mitologías decían
sino unos grandes indagadores libres de la espiritualidad, que
nosotros ahora tendríamos que llamar la DA de la realidad y la CHP.
Las sociedades de conocimiento, que viven y prosperan de la
creación continua y acelerada de ciencias y tecnologías, que comen
de la investigación, de la indagación, y de creación de nuevos
productos y servicios, no pueden ni concebir ni vivir lo que nuestros
antepasados llamaron espiritualidad desde la sumisión. Eso crearía
una esquizofrenia entre su vida colectiva e individual cotidiana,
entre su pensar y su sentir, insoportable e inviable a medio y largo
plazo.
En las sociedades conocimiento no pueden estar disociados el
cultivo de la DR y de la DA. Provocaría el abandono de todo lo que
tiene que ver con la DA y la CHP como imposibles. El cultivo de
la DR irremediablemente tendrá que continuar, porque ese cultivo
es el responsable de la sobrevivencia, pero quedará dañado en la
lógica de su funcionamiento y, lo que es peor, sin dirección clara
axiológica, sin CH y sin CHP.

136
En esta situación la lógica del desarrollo de las ciencias
y tecnologías será “lo que se puede hacer, se hace”, sin más
consideraciones; o “lo que puede redundar en beneficio económico,
se hace” también sin más consideraciones.
La imposibilidad de la espiritualidad (cultivo de la DA y de la
CHP) por la vía de la sumisión tiene una gravísima consecuencia y
es que deja que la marcha de las tecnociencias y el de la creación de
nuevos productos y nuevos servicios esté regida exclusivamente por
las dos normas: lo que se puede hacer, se hace y lo que redunda en
beneficio económico, también se hace.
Esta forma de funcionamiento de las sociedades de potentes
tecnociencias, sin dirección axiológica seria y de cualidad, está
conduciendo a nuestros saberes a convertirse en enemigos de
nuestra propia especie, enemigos cada día más poderosos de la vida
en el planeta y de la habitabilidad misma del planeta.
Las iglesias y organizaciones que pretenden preocuparse y
cultivar la CH y la CHP continúan empeñadas en que esas cualidades
se cultiven desde la sumisión. No se ocupan de adaptar el cultivo de
esas cualidades a la condición de las nuevas sociedades, sino que
hacen todo lo posible para que nadie se aleje de la espiritualidad
como sumisión radical.
Estamos frente a dos fuerzas opuestas: la de los que sostienen
que las tecnociencias deben estar al servicio de la explotación
de todo tipo de recursos y al servicio del beneficio económico,
sin más criterio; y la de los que pretendiendo que las sociedades
cultiven la CH y la CHP se empeñan irreductiblemente que se ha
de hacer a través de la sumisión a unas verdades formuladas, a unas
virtudes dadas, a unas organizaciones y sus autoridades doctrinales
intocables.
No puede haber conciliación entre estas dos dinámicas opuestas;
y mientras tanto las tecnociencias van dañando gravemente las
condiciones de vida de los pueblos, excepto las de unas minorías;
y los responsables del cultivo de la espiritualidad van perdiendo
rápidamente el prestigio. El resultado son unas sociedades

137
poderosas, asilvestradas, sin otro proyecto colectivo, fuera del
de fomentar la investigación, el intercambio de información y la
explotación de personas y medios.
Es evidente que así no podemos seguir, porque nos estamos
suicidando colectivamente.

Somos conscientes que la transformación que estamos


postulando en el cultivo de la CH y la CHP (la espiritualidad de
nuestros mayores) es el cambio mayor de la historia humana en lo
referente a la DA. Es comprensible que existan resistencias de todo
tipo muy potentes e intentos de volver atrás y recuperar el pasado.
Oponerse a las SC, con la lógica de las transformaciones que
provoca, y querer frenar su marcha es tarea imposible, ni creo
que fuera bueno, supuesto donde hemos llegado, ni para nosotros
ni para la vida en el planeta. Hay que seguir adelante y dar una
respuesta al cultivo de la CH y la CHP que sea adecuada a la nueva
situación cultural.

En sociedades que viven de la investigación científica y técnica


libre, la aproximación a la DA y a la CH y la CHP tiene que ser,
inevitablemente, también una indagación libre.

¿Cómo se hace una indagación de la DA libre en una sociedad


sin creencias, sin un segundo piso de otro mundo, sin religiones y
sin dioses?
Hay que estudiar los textos de los sabios para comprender con
claridad a qué se refieren cuando hablan de la DA, qué es la CH y qué
la CHP. Ahí no hay nada que creer, ni nada a lo que someterse. Ahí
se aprende a indagar correctamente y se comprenden los caminos
que pueden conducirnos a desviarnos de la buena indagación. Pero
la indagación queda por hacer.

138
La indagación debe versar no sobre la voluntad de Dios
expresada en su revelación, porque la revelación sólo se refiere
a lo que es innombrable; ni la indagación debe versar sobre algo
que se cree trascendente; ha de hacerse sobre este mundo en el que
vivimos: sobre los cielos, la tierra y todo lo que la habita, sobre las
aguas y todos los que viven en ellas, sobre nosotros mismos.

Ya en el Brhadâranyaka Upanishad, en el siglo VIII antes de Cr.


se decía:
Verdaderamente, no por amor al marido es el marido querido,
sino por amor al Âtman es el marido querido.
Verdaderamente, no por amor a la mujer es la mujer querida,
sino por al Âtman es la mujer querida.
Verdaderamente no por amor a los hijos son los hijos queridos,
sino por amor al Âtman son los hijos queridos.
Verdaderamente no por amor a la riqueza es la riqueza querida,
sino por amor al Âtman es la riqueza querida.
… ...
El texto va citando el ganado, la autoridad sacerdotal, el poder
soberano, los mundos, los dioses, los vedas. Sigue el texto:
Verdaderamente, no por amor a los seres son los seres queridos,
sino por amor al Âtman son los seres queridos.
Verdaderamente, no por amor a todo es todo querido, sino por al
Âtman es todo querido.
Âtman es, en verdad, lo que se debe ver, lo que se debe oír, lo que
se debe pensar, lo que se debe meditar, Maitreyî.
Verdaderamente, visto, oído, pensado y conocido el Âtman, se
conoce todo esto.

139
Y continúa el texto:
La autoridad sacerdotal abandona a quien cree que la autoridad
sacerdotal se encuentra en algo distinto al Âtman.
El poder soberano abandona a quien cree que el poder soberano
se encuentra en algo distinto al Âtman.
Estos mundos abandonan a quien cree que estos mundos se
encuentran en algo distinto al Âtman.
Los dioses abandonan a quien cree que los dioses se encuentran
en algo distinto al Âtman.
Los vedas abandonan a quien cree que los vedas se encuentran en
algo distinto al Âtman.
Los seres abandonan a quien cree que los seres se encuentran en
algo distinto al Âtman
Todo abandona a quien cree que todo se encuentra en algo
distinto al Âtman.
Esta autoridad sacerdotal, este poder soberano, estos mundos,
estos dioses, estos vedas, estos seres, todo lo que esto es, eso es el
Âtman.

Este bellísimo texto dice que quien quiera indagar la DA debe


hacerlo en la DR, en este nuestro mundo, tanto en el físico como en
el cultural. En todo este nuestro mundo, y en nosotros mismos, la
DA es lo que se debe ver, lo que se debe oír, lo que se debe pensar,
lo que se debe meditar.
Es en el mundo que los humanos modelamos y construimos
donde hay que ver y oír a la DA.
Porque en el mundo que los humanos modelamos y construimos
no hay otra cosa que la DA, hasta tal punto que quien pretende
encontrar algo distinto a la DA en ese nuestro mundo, lo pierde
porque todo está vacío de sí mismo y en todo no hay más que la DA
y sólo la DA.

140
Y termina el párrafo diciendo: todo lo que esto es, eso es el
Âtman.
No hay nada en ninguna parte que no sea ese Âtman. Quien
pretende amar a algo distinto de la DA en este mundo, lo pierde,
porque todo está vacío de otra cosa que no sea la DA.
Y concluye la idea:
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de un
tambor golpeado, más cogiendo el tambor o a quien lo está
tocando, se coge el sonido…
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de una
concha al ser soplada, más cogiendo la concha o a quien la está
soplando se coge el sonido…
Al igual que no se pueden apresar los sonidos que salen de un
laúd al ser tañido, mas cogiendo el laúd o a quien lo toca se coge
el sonido…1

La DA es lo sutil de lo sutil que sólo se puede alcanzar tomando


la DR, donde se hace patente. No se la puede ver, sentir, conocer
y amar, más que viendo, sintiendo, conociendo y amando las
realidades de la DR.
La indagación de la DA sólo puede realizarse indagando las
realidades de la DR, una a una, como indican estos textos. Hay que
tomarlas con la mente, con el sentir y con todo nuestro ser, con la
mayor veneración, respeto y admiración.
Estos textos pueden comprenderse aplicándoles la luz que
arrojan las investigaciones de Nicolás de Cusa. Toda realidad tiene
para nosotros una doble dimensión: la relativa a nosotros y la
absoluta. Toda la realidad de la DR es propia de la DA.

1 La sabiduría del bosque. Antología de los principales Upanishad. Edición y traducción


de F. G. Ilárraz y Ôscar Pujol. Brhadâranyaka Upanishad, 4.5.6.- 4.5.7.- 4.5.8.-4.5.9.-
4.5.10. Ediciones de la Universidad de Barcelona.

141
La DA es el “no otro” de la DR, hasta tal punto que la DR no
tiene realidad ninguna que no sea la de la DA. La DR está vacía de
realidad propia porque no es más que una modalidad de la DA.
Quien quiera investigar la DA debe volverse a la DR, porque la
DA no se muestra jamás fuera de la DR. Indagar las realidades de la
DR y es indagar la DA. No hay otra posibilidad.
Quien pretenda encontrar alguna realidad en la DR, la pierde
irremisiblemente, porque la DR le mostrará que está vacía. Quien
quiera amar a la DR como DR, perderá el objeto de su amor. Quien
ame a la DR como DA, la ganará para siempre.
Quien quiera tomar en sus manos la DA, que tome la DR.

Estas ideas abren una posibilidad hermosa e inacabable.


Estamos en esta vida para ver, sentir, tocar, respetar, amar y venerar
este mundo, tal como viene; porque este nuestro frágil mundo,
construcción de nuestra torpeza e ignorancia, es la DA al alcance
de nuestra indagación, de nuestro ver, de nuestro tocar, respetar,
amar y venerar.
Estamos aquí para indagar los cielos, la tierra y todo lo que
la habita, las aguas y todo lo que contienen, el misterio de toda
existencia y de la inteligencia humana, de su capacidad de sentir,
de su capacidad de actuar, incluso de su capacidad de desear, temer,
esperar, equivocarse e incluso hacer el mal.
Las flores, los pájaros, los insectos, los animales todos y las
plantas son maravillas para nuestra indagación, tan dignas o más
que las grandes formaciones estelares. Unos ojos hermosos, la
mirada de un niño, son como abismos desde donde aflora con
fuerza la DA, patente y directamente manifiesta.
La DR, nuestras construcciones y modelaciones, no ocultan la
DA, si sabemos indagarla desde el silencio de nosotros mismos, que
es el silencio de nuestras proyecciones; cada una de las realidades

142
es, por el contrario, como afirma el Corán, el rostro de Allah, el
rostro de la DA que nos mira directamente a los ojos.
¡Qué hermosa es nuestra tarea sobre la tierra! ¡Qué inagotable,
apasionante y dulce tarea! Ocuparnos de otra cosa ¡qué gran
necedad!

Investigación e indagación libre y sin fin


Diferenciamos la investigación, que es abstracta, de la
indagación, que es mental-sensitiva.
La investigación científica y tecnológica, para cultivarse y
desarrollarse convenientemente, tiene que ser siempre libre y no
tener fin. La tarea del trabajo científico y tecnológico no se acaba
nunca.
La indagación, que tiene una gran carga axiológica, para
cultivarse y desarrollarse convenientemente, también tiene que ser
libre y sin fin.
Las artes deben poderse desenvolver sin sumisión ninguna y
en una tarea que no tiene fin. Lo mismo cabe decir de las ciencias
humanas en general, de la política y todo aquello en lo que lo
axiológico juegue un papel importante.
La epistemología axiológica tendrá que investigar cómo se
construyen los sistemas axiológicos colectivos, de qué factores
dependen, con qué formalidad se tratan, las razones de sus crisis y
mutaciones, etc.
La epistemología axiológica tiene también la misión de abrir
las puertas a la indagación de lo axiológico en todos sus aspectos.
Adentrarse en esas indagaciones ya no es tarea de la epistemología
axiológica. De esa tarea tendrán que ocuparse las artes, las
humanidades en general, el cultivo de la CH y de la CHP.

143
La creación PACs concretos será tarea simultáneamente de la
EA y de la indagación de la CH y de la CHP.

La indagación de la DA y el cultivo de la CH y de la CHP es


también una indagación libre y tampoco tiene fin. En las religiones,
funcionando como PACs de las sociedades preindustriales, la
indagación de la DA y el cultivo de la CH y de la CHP estaba
enmarcado en un sistema de creencias que salvaguardaba de
cambios importantes que pudieran poner en riesgo los PACs.
En esas sociedades, la indagación de la DA no podía ser libre
porque debía quedar siempre ceñida a las creencias ortodoxas;
tampoco podía ser sin fin porque las creencias ortodoxas constituían
una infranqueable frontera.
En una espiritualidad (cultivo de la DA y práctica de la CHP)
que pasaba por la sumisión incondicional, la indagación libre no era
concebible y debía ser prohibida por peligrosa para el fundamento
del PAC colectivo.
La sumisión sin reservas y la indagación libre y sin fin no son
compatibles.

En las SC hemos visto que la investigación científica y


tecnológica es libre y sin fin y que la indagación axiológica es
también libre y sin fin, es impensable que el cultivo de la DA y de la
CHP sea sometida y enmarcada en unos límites intocables. Ni tiene
lógica, ni es humanamente posible.
Por consiguiente, las SC exigen e imponen que la espiritualidad
de nuestros antepasados se transforme en una indagación libre y sin
fin de la DA y de la CHP.

144
La guía interior
Toda acción humana o es egoísta, o es ambigua. ¿Por qué?
Porque son actuaciones regidas por el ego, que opera siempre
en beneficio propio; ese es el papel que debe ejercer como función
del cerebro al servicio de la sobrevivencia del animal necesitado que
somos los humanos.
Incluso cuando se actúa a favor de otros, como es el caso de la
familia o el propio colectivo, su actuación será egoísta –el bien de la
familia o del propio grupo redunda también en bien propio- o será
ambigua.
Para que el ego haga la función que debe ejercer tiene que
considerarse como alguien venido a este mundo lleno de amenazas;
como alguien sujeto de necesidades y lleno de fragilidad. Sin
embargo, se considera ser alguien y no es nadie; se cree actor
autónomo y no es ni actor.
Ese es su error necesario, ese es su supuesto inevitable si quiere
sobrevivir.

Los sabios enseñan que esa no es nuestra realidad; que no somos


nadie venido a este mundo. Enseñan que, como ego, no somos
actores libres; que no somos el actor que tenemos que suponer que
somos; que el único actor es la DA, esa inmensidad.
Enseñan también que cuando el ego sale de su error de creerse
una entidad y un actor libre y reconoce su naturaleza real como
forma de la DA, cumple su función como gestor de la supervivencia
del organismo a la perfección.
La raíz del malfuncionamiento del ego es la misma raíz que
es el motor de la vida: el deseo y su contracara el temor. El deseo
inseparable del temor es el fundamento de su egoísmo insaciable y
es la raíz de las malas interpretaciones de lo real y de las situaciones
que se presentan.

145
El deseo/temor selecciona los recuerdos de acciones que juzga
que fueron positivas, y mantiene en la memoria los recuerdos
de las acciones que considera negativas. Sobre esas bases diseña
sus expectativas de futuro. La realidad no suele responder a las
expectativas construidas sobre el deseo/temor de los individuos,
porque las ansias del deseo y los miedos del temor deforman la
realidad que se espera conseguir, y la realidad no obedece a las
deformaciones.

Es sabio reconocer la ambigüedad de todas nuestras actuaciones


y se reconcilia con ella. La ambigüedad funciona incluso cuando se
actúa buscando decididamente la sabiduría.
¿Cómo no va a ser ambigua nuestra marcha y nuestra búsqueda
de la DA si necesariamente hemos de partir del falso supuesto de que
somos alguien, un actor libre? Hemos de partir y actuar desde un
ego erróneo y lleno de temores, que inevitablemente actúa ambiguo
incluso para salir de su supuesta entidad y de su egocentración.
Hay que aprender a reconocer la guía que viene de la realidad
misma de nuestro ser, a pesar de la ambigüedad en la que nos
movemos y a pesar de los errores explícitos.
Desde ahí hay que hacerse capaz de reconocer el paquete de
deseos/temores que recibimos de nuestros padres y mayores, y
las expectativas que desde esa fuente nos vinieron ya diseñadas.
Si no reconocemos esa herencia, no podremos contrapesarla, ni
podremos liberarnos de ese legado, aunque tengamos que llevarla
inevitablemente a la espalda como una mochila.
Lo que no se reconoce, nos domina, aunque sea revestido
de justificaciones. Cuando se reviste de justificaciones, impide
la reconciliación con esa nuestra condición y genera actuaciones
contra sí mismo y contra lo que le rodea.
Cuando se reconocen los factores determinantes del pasado, se
puede uno reconciliar con ellos y desidentificarse de ellos. La no
identificación les quita su fuerza.

146
Hemos dicho que hay que reconocer la guía que viene desde
la realidad de nuestro ser. Hay que ir más allá de esta afirmación.
Decir que hay una guía es hablar todavía dualmente suponiendo
que hay alguien que es guiado y que existe también la guía de la DA.
En realidad, en nosotros no hay nadie diferente de la DA. Por
consiguiente, la DA no sólo guía, sino que es el único actor. En
mí mismo no hay un actor fuera de Él. Reconocer y vivir eso es
sabiduría.
La DA es la que es y la que actúa. Es el único actor sin segundo.
Sin embargo, cuando decimos que la DA es la única que es
y que es el único actor, debemos ser conscientes de la debilidad,
inadecuación y pequeñez de nuestras afirmaciones. De la DA no
podemos decir que es o que no es, tampoco podemos decir que sea
un actor o no lo sea. Esas son categorías de un pobre viviente de la
tierra, hablando de lo que no se puede hablar.
Por ello, el misterio innombrable de la realidad de nuestra
realidad es también nuestro propio misterio innombrable.

Todo lo cualitativo está sometido a la ley semiótica


La relación sujeto-objeto (S-O) está en dependencia de la
relación sujeto-sujeto (S-S). S-S surge en dependencia de S-O.
No es un sujeto (S) que se encuentra frente a un objeto (O). No
es un O real ahí, al que se enfrente un S también real. Tanto S como
O sólo tienen ser en la interdependencia.
Si no los proyectáramos como entidades ahí, la sobrevivencia
de un ser necesitado quedaría amenazada. El viviente necesitado
necesita dualizar.
Si no puedo proyectarlos como entidades, no serían
individualidades; si no hay individualidades tampoco hay
multiplicidad.

147
Lo real no es ni un extremo ni otro de la contraposición, lo real
está en medio. Lo real es el “no otro” de uno y otro.
Nadie viene o va; no hay ir o venir; nadie surge y nadie es
aniquilado; nadie perece ni es eterno.
El pensar en contraposiciones, el pensar dualista, es una
modelación de los vivientes.
Los vivientes y sus mundos surgen en interdependencia. No se
puede decir que existen vivientes que entran en contraposición, que
entran en relación.
Toda contraposición es falsa en sus dos extremos, en el sentido
de que los dos términos contrapuestos surgen en la contraposición.
No hay entidades que se contrapongan. La contraposición crea lo
que parecen identidades.
La modelación del viviente crea su mundo. La modelación de
un mundo surge del viviente. El mundo modelado hace al viviente.
No hay una entidad que modele y lo modelado.
Si no hay mundo modelado, no hay viviente. Si no hay viviente,
no hay mundo modelado.

En la modelación de los vivientes, el “no otro” es la modelación


y lo modelado y es, simultáneamente, ni la modelación ni lo
modelado. Es lo que sin ser uno u otro, es uno y otro.
Los términos de la contraposición S-O y S-S son vacíos de
entidad propia. Su entidad es la DA que es también vacía de entidad
propia para nuestras posibilidades de categorización.

Todo lo que modelamos a nuestra medida, es el “no otro”, la


DA de todo lo real. Y la DA “no es otra” de nuestras modelaciones
y construcciones.

148
Nada hay fuera de la DA, ni la DA es “otra” de todas y cada una
de nuestras realidades.
Quienes quieran comprender, amar, ver, tocar y sentir la DA, lo
absoluto no dual que todo es, tendrán que volcarse a comprender,
amar, ver, tocar y sentir todos y cada uno de los seres, porque aun
siendo modelaciones nuestras, no son “otros” de la DA.
Si en los humanos no hay realidades, individualidades que sean
“otro” de la DA, nuestras modelaciones son modelaciones de la
misma DA que es el “no otro” de nuestra propia individualidad.
Se comprende el hablar de los maestros cuando dicen que
los humanos cubrimos con un velo, el de nuestras modelaciones,
el rostro de la verdadera realidad. Pero es sólo una metáfora útil,
porque ningún velo cubre a la DA, porque todo lo que pudiéramos
considerar como velo no es “otro” que la DA misma. Nada tiene
entidad que sea “algo otro” de la DA misma. Nada hay frente a la
DA, que es “el no otro” de todo, que pueda ocultar a la DA.
No veréis, ni tocaréis, ni sentiréis nada que no sea la DA en
todo su ser.
Esto es aquello, y aquello es esto. La DR es la DA y la DA es la
DR.
Lo lógico, para nosotros los humanos, que es también la
plenitud y la felicidad, sería volcarse con toda la pasión por el ser de
todo lo que nos rodea, desde los cielos y sus centenares de millones
de galaxias, hasta la tierra con todo lo que contiene.
Todo ser y todo humano es radicalmente “no otro” de la DA.
“Donde quiera que te vuelvas no verás más que la Faz de Allah” dice
el Corán.
¡Con qué amor, veneración, respeto, hermandad y comunión
hay que mirar y tratar todos los seres, incluso los más humildes! No
hay seres humildes y no humildes. No hay seres importantes y sin
importancia. Todos son por igual “no otros” de la DA y la DA es “no
otra” de todos los seres, sin discriminación.

149
Dice de Brihadaranyaca Upanishad (BU, 3.7.1- 3.11. 15)

Aquel que morando en todos los seres,


se encuentra en el interior de todos los seres,
aquel a quien ningún ser conoce,
cuyo cuerpo es todos los seres,
que rige todos los seres desde su interior
ese es tu Âtman (tu ser), el rector interno, el inmortal.

La DA mora en todos los seres y no como un Dios mora en las


criaturas. Si fuera así, comportaría una dualidad de dos realidades:
Dios y las criaturas.
La DA se encuentra en el interior de todos los seres, sin
excepción. Y se encuentra en el interior de todos los seres como el
“no otro” de su ser.
Ningún ser le conoce, o porque no tiene conciencia, o porque
no cobra conciencia de su propia realidad. Incluso cuando le
reconocer, no pueden abarcar la inmensidad de lo que es su propia
dimensión. Todos los seres, por más insignificantes que sean, son
el gran abismo.
Sin embargo, el cuerpo de la DA es todos y cada uno de los
seres. No hay dualidad alguna entre el ser que sea y la DA.
La misma DA rige todos los seres desde su propio interior.
La DA rige el pensamiento del pensamiento, el sentir del sentir, el
actuar del actuar, todo desde su propio interior. No hay otro interior
que la DA.
La DA es tu ser, tu identidad, el rector interno de todo tu vivir,
el que está más allá de toda dualidad y, por tanto, más allá de la vida
y la muerte.

150
La verdad es pura cualidad
La verdad no es una formulación, porque toda formulación es
una modelación de la realidad a la medida de las necesidades de un
viviente.
Lo que llamamos verdad los humanos es una modelación a
nuestra medida. Incluso la verdad científica, aunque no sea a la
medida de nuestras necesidades inmediatamente, es una modelación
a la medida de nuestras posibilidades como animales terrestres.
Cuando damos nuestras modelaciones como descripción de la
realidad misma, eso es una falsedad.
Todo lo que podamos nombrar, describir, objetivar, es falso,
porque lo real no es así. Lo real de lo que damos por real no es a la
medida de ningún animal terrestre, y nosotros, en definitiva, somos
animales terrestres.
La verdad no es ni un nombre, ni una objetivación, ni una
descripción; la verdad es una pura cualidad. No es una cualidad en
relación a nosotros, es una cualidad pura, una cualidad no relativa
a nosotros, es una cualidad absoluta.
La DA de lo real no es nada acotable ni representable, es una
pura noticia cualitativa. Es una noticia mental-sensitiva de Eso de
ahí, como fuente de todo lo que damos por real, como realidad de
la realidad. Es una noticia no formulable, pero una noticia real y
operativa en todo nuestro vivir como animales flexibles en relación
al medio.
La verdad es la noticia que tenemos anterior a toda modelación,
no como anterioridad temporal, y como fundamento y base de
toda modelación. La verdad es el soporte inmodelable de toda
modelación. El soporte innombrable de toda modelación no puede
ser más que cualitativo.

151
Aquí llamamos “cualidad pura” a una noticia mental-sensitiva
cierta e incuestionable a nivel operativo de nuestro vivir. Esa noticia
está siempre ahí a nivel inconsciente, pero no siempre a nivel
consciente. Las religiones y las grandes tradiciones espirituales
apuntaron a esa dimensión de nuestro existir y la subieron a nivel
consciente mediante representaciones simbólicas, sea a través de
imágenes o sea a través de formaciones conceptuales usadas como
símbolos, sin pretensión de escribir lo indescribible.

¿Qué es una noticia puramente cualitativa?


La DA es una cualidad pura.
La cualidad pura es una noticia mental-sensitiva de un rasgo de
lo que se presenta sin delimitación alguna, sin posibilidad de ponerle
cualificaciones, porque eso sería ponerle fronteras; sin posibilidad
de cualificarla de una forma u otra, sin ponerle fronteras también;
sin posibilidad de individualizarla, por la misma razón.
Es una noticia mental-sensitiva del que es el rasgo fundamental
y fundante de lo que es, que ni tan solo se puede decir que exista o
no exista, porque eso sería poner fronteras entre el ser y el no ser,
que son claros conceptos humanos, primariamente con proyección
práctica.
La pura cualidad es una notica clara y cierta desde su condición
de incalificable. Noticia que no se puede decir de qué o de quién; y
es tan sin fronteras que no es noticia a alguien.
No hay ningún sujeto de esa noticia, ni hay ningún objeto.
Por todos esos rasgos tenemos que llamarle noticia pura,
cualidad pura.
Hay que insistir que es noticia no sólo mental, sino también
sensitiva, porque a pesar de que la sensibilidad sólo tiene que ver
con lo concreto, se tiene noticia de eso indefinible, que viene en lo
concreto.

152
Así se presenta la DA: cualidad pura en cualidades concretas.
Las cualidades concretas son sólo formas de la cualidad pura; son
formas de ella y guías a ella.
Quien comprende, ve las cualidades concretas de las realidades
y se adentra en ellas, con toda la mente y todo el corazón. Esas
cualidades concretas de las realidades se desfondan de toda realidad
y en su hondura abren unas puertas que dan a la cualidad pura.
Las cualidades concretas de las cosas, cuando nos volvemos
plenamente a ellas, no por interés alguno sino por ellas mismas,
se transmutan de cualidades concretas a abismos concretos que
arrastran a lo que es su fondo y fundamento: el gran abismo de la
cualidad pura.
La cualidad pura es el gran abismo que toda cualidad concreta
tiene en su seno, como el agujero negro de las galaxias.
Quien ame, no por interés propio sino porque sí, en lo que ama
brillará para él la cualidad concreta de lo amado con un gran brillo,
porque tiene en el centro de su seno el agujero negro de la pura
cualidad.
Ese abismo tragará todo su ser, de forma que el engullido ya no
tiene otro ser, ni otra identidad que no sea el abismo sin fondo de
la pura cualidad.

La noticia de la DA es la noticia de la cualidad pura en cada


realidad, en cada cualidad concreta. Y esa noticia llega desde la
misma entraña de cada cosa, porque la cualidad pura es el centro y
la fuente de su ser.
A la pura cualidad le llamamos abismo, porque arrastra al
corazón y a la mente a una cualidad sin fronteras, que siendo,
para un viviente, una desconcertante nada, arrastra a una certeza
indudable y resistente como un diamante a cualquier duda.

153
La cualidad pura arrastra desde el corazón de cada cualidad
concreta a una cualidad que disuelve las fronteras mismas de
la cualidad concreta en la que se presenta y la sumerge en la no
realidad propia, en la no identidad propia, en la nada y en el nadie
de la pura cualidad.
Que un humano se despierte a la DA, se identifique con ella,
comporta:
-volverse con toda la mente y todo el corazón a todo lo que
tenga carga axiológica, a todo lo que tenga una cualidad concreta;
-ir a esa realidad con interés por ella, sin ocuparse de sí mismo;
-dejarse arrastrar por la cualidad de eso concreto para ir a su
mismo centro;
-quien se deja arrastrar o rema para alcanzar el hondo centro
de todas las realidades, ese pierde su pretendido ser, su identidad y
su individualidad.
Mientras es arrastrado al centro de las cosas, comprende y siente
que su ser, que su cualidad, que su identidad, no es “otra” respecto a
la pura cualidad. La pura cualidad sorbe todo lo que se había tenido
por realidad, y todo se pierde en ese camino hasta llegarse a saber
y sentir como “no otro” de esa pura cualidad y a esa pura cualidad
como “no otra” de su ser.
Así, quien despierta a la DA, pareciendo que conserva sus
límites en el espacio-tiempo y en el ser que le constituye como
cualidad concreta, como identidad, como individualidad, lo pierde
todo hasta el punto de ser no siendo nada de eso, siendo únicamente
la pura cualidad misma.
Llamamos cualidades concretas a las realidades que llegan a la
mente y pueden llegar al corazón porque tienen carga axiológica,
valor. Cada una de esas realidades parece tener límites en el espacio-
tiempo, parece tener identidad, individualidad, parece ser algo o
alguien, pero a la que se supera su superficie y se intenta bajar a su
hondura, se pierde todo y se transforma en un profundo abismo,

154
que disolviendo esas categorías, las conserva en su apariencia para
que se pueda jugar el juego de la vida. No siendo, son; son no siendo.
Quien reside en la cualidad pura, se aleja definitivamente
del nacer y del morir, del ser y el no ser, del eternalismo y de la
aniquilación.
Ese lugar, que no es un lugar, es la residencia de la paz, de la
reconciliación con todo, de la aceptación, de la plenitud, de la nada,
de la hondura, de la comunión con todo, del amor y del servicio a
todo.

Las certezas axiológicas no se pueden imponer


Para cultivar e intentar difundir la CH hay que tener muy claro
que las certezas axiológicas no se pueden imponer.
Ya dijimos que lo axiológico es cualitativo. Lo cualitativo es
mental-sensitivo, pero la formalidad que lo rige es la propia de lo
sensitivo. Por tanto las certezas axiológicas han de tratarse como lo
sensitivo.
Lo sensitivo es siempre, como sensitivo, inconceptualizable.
Los colores rojo o azul pueden representarse con un concepto, pero
en su calidad de rojo o de azul no son representables, sólo se pueden
sensar.
Lo que afecta a la sensibilidad afecta a los sentidos. A los
sentidos no le afectan más que las realidades concretas.
Los cuadros axiológicos pueden formularse, pero esa
formulación es inútil para motivar a un colectivo, porque los
cuadros axiológicos son cualitativos y como tales sensitivos.
Lo sensitivo es concreto y como concreto no puede someter,
sólo puede convencer. Para que alguien pueda someter a alguien
tiene que tener algo con lo que someterle, algo que sea manejable, y
lo sensitivo concreto, como tal, no es manejable.

155
Lo cualitativo es sensitivo; lo sensitivo siempre va ligado a algo,
porque es concreto. Ese algo puede ser instrumentalizado, pero no
en cuanto sensitivo, porque lo sensitivo sólo puede ser sentido.
Lo axiológico es sensitivo. Para que llegue a crear certeza
axiológica ha de ser sentido, no basta con la formulación. La
imposición de una estructura axiológica no serviría de nada; para
que una estructura axiológica pueda ser operativa tiene que ser
sentida por un individuo o un colectivo.
Un cuadro axiológico no puede ser instrumentalizado. ¿Por
qué? Porque lo cualitativo no puede ser arrancado de aquello
concreto de lo que es cualidad. Así es siempre concreto. Si la
cualidad fuera arrancada de aquello concreto de lo que es cualidad,
perdería la cualidad y se convertiría en concepto de cualidad. El
concepto de una cualidad puede ser entendida, pero no puede ser
sentida, porque para serlo tendría que ser sensible.
Un cuadro de valores puede convertirse en un cuadro
conceptual; ese cuadro conceptual puede presentarse como un
cuadro de creencias religiosas o laicas, como formulaciones que es
obligatorio asumir, pero no podrá sentirse, y un cuadro de valores
que no pueda sentirse no sirve para nada a un colectivo, ni tampoco
a un individuo.
Los PAC son estructuras axiológicas, cuadros de valores, por
tanto, llegar a formularlos y construirlos no sería suficiente para
que fueran un PAC real de un colectivo.
¿Cómo se hace sensitivo y concreto un PAC? Sintiéndolo los
que lo enuncian. Si los que lo proponen lo viven realmente, lo hacen
concreto y sensible. De lo contrario sólo sería una pura propuesta
teórica, y una teoría no tiene poder para cohesionar y motivar a un
colectivo. Motivar es hacer sentir, y cohesionar es también hacer
sentir.
Por esta razón cambiar el PAC de un colectivo es una tarea lenta,
porque el nuevo PAC tendrá que ir seduciendo persona a persona,

156
grupo a grupo. Sin embargo, en época de cambios del sistema de
sobrevivencia, la urgencia de tener que vivir y actuar según las
nuevas condiciones de sobrevivir puede resultar una ayuda muy
poderosa.
Sólo lo que se arranca de lo concreto puede ser instrumento de
imposición. Un PAC formulado puede utilizarse como instrumento
de imposición, pero sería una tarea ardua e inútil, porque las certezas
axiológicas no pueden nunca ser heterónomas; el convencimiento
eficaz de un cuadro de valores no puede apoyarse en la voluntad o
en el convencimiento de otro, tiene que fundamentarse en el propio
convencimiento, en el propio sentir.
Como consecuencia debemos comprender que la CH no se
puede imponer, menos aún la CHP, tienen que adoptarse libremente.
El sentir de lo cualitativo y, por tanto, también de lo axiológico sólo
puede realizarse libremente.
En sociedades articuladas por medio de la sumisión y la
coerción, que los PAC, que los sistemas axiológicos fueran sentidos
o no, tenía importancia, pero no era imprescindible. Las sociedades
podían funcionar sin que sus miembros vivieran la certeza de su
PAC.
En sociedades que sobreviven por medio de la continua
innovación y creación en equipo, no se puede usar la sumisión y la
coerción para la formación y buen funcionamiento de los equipos.
Los equipos tienen que aceptar sus PACs por convencimiento,
libremente, porque los sienten.
Una sociedad cuyo éxito y cuya sobrevivencia depende de la
CH y de la CHP, deberá tener muy en cuenta todas estas cuestiones.
Las sociedades de conocimiento tendrán que ser sociedades
de adhesión libre al PAC que se propone. Eso significa que el PAC
tiene que articularse para convencer, consciente de que no tiene a
mano ningún otro procedimiento.

157
Ninguna certeza axiológica es heterónoma
Las certezas axiológicas tienen que ser siempre fruto del
convencimiento libre.
Todas las certezas axiológicas, incluso las correspondientes al
ámbito de la DR no pueden ser heterónomas, porque toda certeza
axiológica es un convencimiento personal e íntimo.
Las certezas axiológicas pueden ser personales o compartidas,
pero el hecho de compartirlas no es el fundamento de las certezas.
Una certeza cuya fuerza se apoyara en el hecho de que es compartida,
sería sumamente frágil.
Se pueden imponer valores, pero no se pueden imponer
certezas sobre valores, certezas axiológicas. Durante la historia de
nuestra especie, las certezas axiológicas, que equivale a decir los
sistemas colectivos de valores, se han difundido por socialización
de los nuevos miembros del colectivo, por ejemplo los niños. La
socialización es integración en el PAC del colectivo. Los niños,
nacen, son educados y criados en una actuación según el PAC
vigente.
Otro modo de difusión, sobre todo cuando se trata de procesos
de cambio de PAC, como sería el caso de la aparición de una nueva
religión, el cristianismo o el islam, o una modificación importante
de la vieja religión, como ocurrió con los protestantes; en esos casos
los cambios pueden producirse por la capacidad de seducción de
la propuesta de los nuevos PAC, con las certezas axiológicas que
postulan, o bien por imposición.
En los primeros momentos el nuevo PAC se extiende por
seducción; en momentos posteriores se extiende por imposición
forzosa. Cuando se trata de imposición forzosa, la certeza axiológica
no llega a arraigar en las personas.
Las primera o primeras generaciones se adhieren al nuevo
PAC o a la nueva religión forzados o por interés. Las generaciones

158
posteriores ya nacerán y se desarrollarán en el nuevo PAC, serán
educados en él y terminarán adoptándolo libremente.

Las SC precisan crear e introducir un nuevo PAC de movilidad


constante en todos los aspectos de la vida de los individuos y de
los colectivos. Se trata de un PAC que motive a la innovación y el
cambio constante de las formas de sobrevivir.
Se trata de un PAC para el movimiento que debe ser revisado
y cambiado constantemente, si es necesario. No puede basarse en
la imposición porque la imposición de PACs, como nos muestra
la historia, son lentos, requiere más de una generación y en las
SC los cambios deben ser rápidos y han de producirse en una
misma generación y muy probablemente más de una vez en cada
generación.
Las SC, para que funcionen correctamente y según la lógica que
les es adecuada, no pueden coordinarse desde la jerarquía y el poder.
Donde no hay jerarquía ni poder no puede haber imposición.
Los PACs de las SC deben ser aptos para cambiar y, si es preciso,
transformarse tanto como sea necesario y cuando sea necesario. Los
PACs de las SC, por su movilidad, porque deben eliminar la jerarquía
y la imposición, no les quedan otro camino para establecerse y
difundirse que la seducción.
Los PACs deben ser tales que convenzan, que provoquen
la adhesión voluntaria de todos. Si han de seducir y provocar la
adhesión voluntaria de todos los miembros de un equipo o un
colectivo, tendrán que mostrarse como beneficiosos para cada uno
y para todos.
Han de provocar certeza axiológica autónoma, no heterónoma,
no impuesta. Si sólo la provocan en algunos, en las elites de las SC,
se produciría una consecuencia pésima: dividiría la sociedad en dos
grupos:

159
-los que pueden asentir a una certeza axiológica autónoma y
pueden beneficiarse,
-y los que no pueden hacerlo ni pueden beneficiarse, que
tendrán que conformase con una certeza axiológica impuesta.
En una sociedad donde esto ocurriera, los dos sectores de la
sociedad no harían más que crecer en el distanciamiento inicial.
Sería una situación incoherente para una SC que propugna y
exige una adhesión voluntaria al PAC que se ofrece y, por tanto,
unas certezas axiológicas autónomas y libres, y simultáneamente,
tener que ser autoritarias e impositivas para un sector amplio de la
sociedad.
Sería una situación incoherente, injusta y explosiva.

¿Qué se puede hacer para que los miembros de las SC se adhieran


voluntariamente a los PAC que se propongan y a las modificaciones
constantes que se exijan, causadas por los desarrollos constantes de
las tecnociencias?
Un PAC de las SC es un conjunto de certezas axiológicas
autónomas, libremente aceptadas. Debe ser una propuesta de un
modo de vida individual y colectiva que seduzca, y seduzca porque
utiliza la capacidad creativa de ciencias y técnicas, de productos y
servicios en bien de todos, y en el bien del mismo crecimiento de
las tecnociencias.
Si lo que se propone en un PAC para las SC o en las modificaciones
que se quieran introducir, es claramente para bien de todos, será
fácil y rápida su aceptación, sin necesidad ninguna de imposición.
El PAC de las SC tiene que ser percibido y vivido como una cosa
de todos, en cuya creación y modificaciones todos deben intervenir
de una forma u otra.

160
El PAC de las SC tiene que ser democrático en su origen
y en su término. Si se cuela algún aspecto no democrático,
en esa misma medida se dificultará la adhesión voluntaria
de todos los miembros del colectivo y, con ello, se pondrá
freno a la rápida tarea de innovación y creación continua.
Si se pone freno al dinamismo de las organizaciones creativas,
se ponen obstáculos a la producción de nuevos saberes y nuevos
productos y servicios, y a la vez a los beneficios económicos que les
acompañan.

De la opinión a la certeza y a la visión


Vamos a abordar el problema del paso de la opinión a la certeza,
y vamos a ver las clases de certezas.
Hemos de partir de la competencia lingüística que es la
competencia cerebral para hablar.
El primer paso es el de “la lengua cotidiana” cuya finalidad es
la comunicación y actuación cotidiana para poder sobrevivir en
colectivo.
Desde ese lenguaje cotidiano se generan “opiniones” de los más
diversos asuntos, y se generan también lo que podríamos llamar
“certezas del vivir cotidiano”.
De este lenguaje cotidiano se pueden generar dos metalenguajes:
“el metalenguaje axiológico” y el “metalenguaje abstracto”.
La pretensión del lenguaje axiológico es, en primer lugar,
completar la programación genética colectiva a fin de que los
grupos humanos sean viables como vivientes.
La pretensión del lenguaje abstracto es interpretar la realidad
sin que interfiera en esa interpretación el sentir y la sensibilidad.

161
Tendríamos la siguiente serie:

Competencia lingüística → lenguaje cotidiano - opinión


metalenguas → axiológicas
→ abstractas.

El metalenguaje axiológico transforma la opinión que resulta


operativa y eficaz en “mitos” que programan colectivos para un
modo concreto de vida preindustrial. Esa interpretación es a la vez
valoración y se extiende tanto a la DR como a la DA de la realidad.

Si los mitos están bien construidos y funcionan adecuadamente


para asegurar la sobrevivencia de un colectivo, generan certeza.
Una certeza que en las sociedades preindustriales se afirma como
total e incambiable, pero que en realidad se transforma cuando los
colectivos cambian de forma de vida preindustrial o pasan de las
sociedades preindustriales a las industriales o a las sociedades de
conocimiento.
El buen funcionamiento de los mitos resulta ser un tipo de
verificación de esa certeza.
Los mitos son creaciones de interpretaciones-valoraciones.

El metalenguaje axiológico también construye “narraciones”


que son maneras de programar a colectivos en las sociedades
industriales o de conocimiento para una tarea concreta. Son
también interpretaciones-valoraciones.
Si el modo de vida motivado por las narraciones funciona
adecuadamente genera certeza, que deberá transformase cuando
las condiciones de vida cambien.

162
Esa certeza de buen funcionamiento es un tipo de verificación.
Los mitos y narraciones se usan para construir interpretaciones
y valoraciones relacionadas con concretos modos de vida. Pero
los mitos y las narraciones tienen otro tipo de uso posible: no
para interpretar y valorar la realidad, sino para silenciar toda
interpretación y valoración y escapar así del acceso a la realidad
que nos proporciona nuestra modelación de la realidad mediante
mitos y narraciones.
Ese silenciamiento de toda interpretación y valoración nos
proporciona un acceso gratuito a toda la realidad y, por tanto, un
acceso a la dimensión de la realidad no relativa a nosotros, sino
absoluta.
Ese acceso a lo real absoluto, que ha silenciado toda modelación,
genera también una certeza, pero una certeza de lo que es libre de
nuestras modelaciones y, por ello, sin forma.
Esa es la más alta categoría de certeza, la certeza de lo sin forma.
Precisamente porque es sin forma no está sometida a cambios.
Cuando esa certeza está libre de todo tipo de formas genera
la visión. Visión es un término que se emplea para indicar que la
certeza sin forma llega a la sensibilidad.
“Visión” es captar y tener noticia clara de la DA de toda realidad,
es decir, tener noticia en mente y en sentir e incluso en los sentidos,
de que la realidad no son nuestras formulaciones sino lo que está
totalmente libre de toda modelación.
Esa certeza que conduce a la visión es la mayor verificación.

El metalenguaje abstracto sustituye la opinión por la teoría


científica. La teoría científica interpreta la realidad prescindiendo
de toda valoración y prescindiendo del sentir.
Las teorías si están bien hechas son verificables, y también
falsables cuando se dispone de nueva o mayor información.

163
Las buenas teorías generan certeza científica, una certeza
que no cambiará hasta que no aumenten los conocimientos o la
información de nuevos datos.
Tendríamos el siguiente esquema:

Metalenguaje axiológico Mitos


Narraciones Usos programadores
Usos silenciadores

Metalenguaje abstracto Teorías Verificables/falsables.

Ninguna realidad es cognoscible en su ser propio


Las modelaciones que los animales hacen de lo real, no es la
realidad propia de las realidades. A nosotros, como especie animal,
también nos ocurre lo mismo. Las modelaciones que hacemos los
vivientes no están ahí fuera, están en nuestras mentes.
Las realidades en sí mismas no son objetos. Sólo hay objetos
cuando hay un sujeto correlato, con la propia estructura de
necesidades, deseos, temores, recuerdos y expectativas. Solo hay
objetos en relación a sujetos concretos. En metalengua puede haber
objetos abstractos frente a sujetos abstractos. En ninguno de los dos
casos es eso lo que hay.
Tampoco hay sujetos, porque los sujetos sólo lo son frente a
objetos. En el mundo de los vivientes los sujetos son siempre sujetos
de necesidades y los objetos responden a esas necesidades. En
metalenguaje, sea gramatical o filosófico, se puede hablar se sujetos
y objetos abstractos, pero en la vida no. En ningún caso eso es lo
que hay.

164
Las realidades no son hijas de un proceso anterior a ellas en el
tiempo y que llega hasta ellas. Tienen el proceso que llega hasta ellas
dentro, como constitutivo de su ser.
Las realidades no tienen historia, son en su propia realidad su
historia.
Tampoco están situadas en un espacio con exclusión de otros
espacios, abarcan la totalidad de los espacios porque entre ellas no
hay ni individualidades ni fronteras.
Nosotros somos los que acotando las realidades, la
individualizamos y las situamos en el tiempo-espacio.
Las realidades en sí mismas no tienen fronteras. Todo comunica
con todo y todo depende de todo.
Eso real es una no-dualidad llena de diversidad. Vemos que no
hay dualidad sin diversidad, ni diversidad sin no-dualidad.
Las fronteras las ponemos nosotros, porque nuestras
necesidades precisan acotar las realidades y poner fronteras. Esas
fronteras no son de las realidades mismas.
Las realidades no son unas respecto de otras. Nada es otro de
otro.
Todas las realidades dependen de todas. Nada es independiente
de todo.
Si nada es otro de otro, en realidad no existe ningún otro.
Hay diversidad sin que haya pluralidad. La pluralidad requiere
fronteras, la diversidad no.
Tampoco son todas las realidades una unidad, porque donde
no hay pluralidad no tiene sentido hablar de unidad.
No hay realidades que son frente a otras que no son. Ni realidades
que son frente a otras que son también. Ese es un lenguaje dual que
no se puede aplicar a lo que es no-dual.

165
Del ser propio de las realidades no se puede decir que sea o
que no sea. Es, pero al carecer de fronteras, en realidad no es. No es
porque carece de fronteras, y por tanto de individualidad, pero no
es la nada.
Todas las realidades en su ser propio son un abismo. Cada
realidad es un abismo; pero no son una infinidad de abismos, todos
son un único y mismo abismo.
Toda realidad es todas las realidades, y todas las realidades no
forman una pluralidad.
No hay ser propio para una realidad que se diga otro, de otra.
No hay dimensión relativa y dimensión absoluta de las
realidades. Son una única dimensión que no es relativa a nada.
Lo que no es relativo a nada es propiamente incognoscible,
innombrable.
Como toda realidad, en su ser propio, no es relativa a nada
porque carece de fronteras, toda realidad es innombrable.
Eso es lo que hay, fuera de “Eso”, nada. Pero de “Eso” no se
puede decir que sea o que no sea.
Ninguna realidad es cognoscible en su propio ser, sólo es
cognoscible en cuanto, por nuestra acotación, ejerce una función
en DR.
Todo son formas del sin-forma.
Toda individualidad es de “Eso” y “Eso” carece de individualidad
porque carece de fronteras, y lo que carece de fronteras no tiene
individualidad.
Lo que sobrepasa la comprensión, sobrepasa la expresión.
Nuestra propia realidad es sin fronteras, sin individuaciones,
sin nombre, incognoscible. Es diversidad sin fronteras ni pluralidad,
carente de dualidades, sin que eso suponga uniformidad.

166
La realidad es radicalmente incognoscible, pero de ella tenemos
una noticia clara.
A nosotros, vivientes necesitados, se nos muestra con infinidad
de caras, pero es un solo rostro.
En cada una de esas caras nos muestra la doble dimensión, DR
y DA. Pero no es ni DR, ni DA.
Parece ser una y múltiple, pero no es una, ni es múltiple.

¿Estamos abocados al agnosticismo?


No es así, porque la noticia de “Eso” es definitiva y cierta, con
una certeza mayor que cualquier otra certeza, con una belleza
patente.
Es indefinible, pero no por defecto ni de “Eso” ni nuestro,
porque si fuera nuestro, también sería de “Eso”.
Es incognoscible e innombrable por exceso, por plenitud,
porque todo lo abarca y así todo lo absorbe.
Es incognoscible porque esa realidad no tiene nadie frente a
ella. Porque no hay fronteras ni ella tiene fronteras.
Porque no es relativa a nada y nosotros sólo podemos poner
nombre a lo que es relativo.
Porque es un abismo y los abismos no se abarcan, y no pudiendo
ser abarcados no se comprenden.
Porque los abismos se tragan todo lo que se les aproxima.
La realidad propia de la realidad es como un agujero negro que
se traga toda “otredad”.

167
Los grandes maestros religiosos y de las tradiciones
espirituales de la humanidad, también tienen errores
Los maestros como Buda, los Rishis indios, Moisés, Jesús,
Mahoma y sus grandes seguidores, no están exentos de errores.
Todos los grandes fueron, sin duda, la presencia explícita en sus
personas de la DA, pero esa presencia se manifestó en su condición
de hombres de su tiempo, con las formas de pensar, sentir, actuar y
organizarse propias de su época.
Hemos expuesto repetidas veces que los humanos somos
vivientes constituidos como tales por el habla. El habla nos
constituye en nuestro ser de animales porque la programación
genética de que disponemos no es suficiente para hacernos
animales viables. Gracias a esa inacabada programación genética y
a la competencia lingüística tenemos que concluir nosotros mismos
nuestra programación y hacernos viables.
Supuesto que eso sea así, nuestra autoprogramación nos es tan
imprescindible e inevitable como lo pueda ser nuestro esqueleto
o nuestro hígado. El proyecto axiológico colectivo que, en unas
determinadas condiciones de sobrevivencia, construye un colectivo
humano, les constituye como humanos, de forma que no puede
eliminar de sí ese PAC sin que dejen de ser humanos y sin poner
en serio riesgo de sobrevivencia a la comunidad de la que forman
parte.
Pueden separarse del PAC vigente en algunos puntos,
pueden criticarlo, corregirlo, intentar modificarlo, purificarlo de
deformaciones, pero sólo hasta unos ciertos límites. Los límites los
pone el modo de sobrevivencia colectiva.
El PAC se generó a partir de la operación central con la que el
colectivo sobrevivía en el medio. Esa operación central, por ejemplo
la caza/recolección, la agricultura, la ganadería, por la lengua

168
se transforma en metáfora que puede funcionar y convertirse en
paradigma desde el que se organiza la totalidad de la vida del grupo
de que se trate.
Los maestros espirituales no pueden alterar los ejes del
paradigma porque pondrían en riesgo de muerte al colectivo.
Pueden corregir el uso que se hace del paradigma, pueden proponer
otro desarrollo del paradigma, pero no pueden salirse de él. No lo
pueden hacer ni aunque quisieran, porque los fundamentos del
PAC que les hace vivientes viables, les constituye en su ser cultural,
individual y simbiótico.
Cuando se produce una transformación profunda del PAC
colectivo, como es el caso del paso de las sociedades preindustriales
a las industriales y a las sociedades de conocimiento, se puede
reconocer con facilidad que los maestros se apoyaban, sostenían y
defendían cuestiones que eran adecuadas al PAC de su tiempo, del
que no podían escapar, pero que podían resultar un grave error en
otro modo de sobrevivencia y otro PAC radicalmente distinto.
Pondremos algunos ejemplos más para aclarar lo que queremos
decir, por su trascendencia.
Buda, en los escritos que nos han llegado de sus seguidores,
parece que creía en la reencarnación, una creencia universal de la
India de su tiempo, aunque desde lo que él enseñaba, el Anatman,
no tenía ningún sentido. Moisés lanzó a las tribus de Israel a
la conquista de Canaán para que exterminaran o sometieran a
sus legítimos habitantes. Jesús creyó y predicó la intervención
inmediata de Iahvé, en la historia humana, el fin del mundo. Esa
creencia de Jesús causó no pocos quebraderos de cabeza a las
primeras comunidades cristianas. Mahoma predicó la guerra santa
contra los que atacaran a la comunidad musulmana y contra los que
no aceptaran, conociéndola, la revelación de Alá. Todavía estamos
sufriendo los inconvenientes de esa doctrina.
Moisés, Jesús y Mahoma dieron pie a que sus seguidores
pensaran que la revelación de Dios que cada uno de ellos transmitía
era la final y definitiva.

169
Esta pretensión de las grandes religiones ha llenado de guerras
crueles casi toda la historia humana. Incluso cuando las guerras no
eran estrictamente religiosas, las religiones diferentes las justificaban
y legitimaban. Todo eso, todavía ocurre en nuestros días.
Estas consideraciones no van en desprestigio de los grandes
maestros, sino que nos fuerza a distinguir con toda claridad lo que
es su enseñanza, de lo que son las inevitables dependencias del PAC
de su época, de las creencias, supuestos indiscutidos y la cultura de
su época.
Si somos incapaces de hacer esta distinción, las religiones y
tradiciones espirituales continuarán siendo fuente de conflictos y
enfrentamientos y, lo que es más grave, nos imposibilitaremos para
heredar en toda su profundidad, sin reticencias y sin fanatismos, las
enseñanzas de los grandes.
Reconocer los errores de los maestros, desde el punto de vista,
también inevitable, de nuestros propios PACs, resulta ser una gran
ayuda a la CHP de nuestros colectivos de las SC y honor a los
grandes maestros.
Ellos hicieron lo que hicieron a pesar de la armadura que
les imponía la cultura de su tiempo. Nosotros tenemos que
hacernos capaces, individual y colectivamente, de reconocer
los condicionamientos con los que operaron. Sólo haciéndolo
podremos apreciar su auténtica grandeza.
Los grandes, con su mente, su corazón y su acción, desbordaron
sus propios condicionamientos, sus propios PACs, sin poderse salir
de ellos. Fueron hombres, con todo lo que supone ser un humano.
Distinguiendo lo que era el PAC que les constituía en su
condición de humanos, de lo que era su mensaje de sabiduría,
hacemos honor a su grandeza y posibilitamos que su mensaje pueda
traspasar todas las fronteras de los PACs sin daño ninguno para su
legado de sabiduría.

170
Reflexiones sobre la muerte
El doble acceso a lo real que provoca nuestra condición de
vivientes constituidos como tales vivientes por el habla, nos da un
doble acceso al fenómeno de la muerte.
La muerte aniquila la individualidad y muestra, desde nuestro
doble acceso a lo real, que es una aflicción y una ficción.
La individualidad es un supuesto necesario para todo viviente.
Es solo un supuesto, pero es un supuesto sumamente exigente.
Es sólo un supuesto pero es el fundamento de los deseos, de los
temores, de los recuerdos, de las expectativas y de las ambiciones.

Para el que no ve más que lo que la necesidad modela, la


muerte es:
-el gran terror, la gran catástrofe para el pobre viviente;
-la que destruye todo lo que se daba como real y valioso;
-es el fin de mi mundo y de lo mío;
-es la aniquilación completa del individuo, del que no queda ni
el cuerpo, ni la mente, ni el sentir, ni los recuerdos, ni expectativa
alguna. La muerte lo aventa todo, hasta las cenizas. Con el tiempo
no queda nada del individuo, ni el recuerdo, ni el rastro;
-es la entrada en el brumoso mundo del olvido.

Sin embargo, nada arrebata la muerte.

La muerte es sólo la servidora y renovadora de la vida, no su


enemiga.

171
Para quien ve la DA de lo real, la muerte es:
-El fin del paseo por la individualidad;
-El abandono definitivo del personaje;
-El descanso definitivo de las rutinas de la vida;
-La puerta abierta
¿a qué?
-a lo que era antes de nacer;
-a lo que siempre he sido sin advertirlo;
-a lo que es mi verdadera realidad, mi verdadera
entidad;
-es la liberación de toda dualidad;
-es volver a gustar las aguas de la fuente;
-es la eliminación de fronteras;
-es el reencuentro.

La muerte en las SC
En un trabajo anterior hemos visto que las SC con su
crecimiento e innovación continua en ciencias y tecnologías en
una creación progresivamente más acelerada, no pueden continuar
con el planteo de explotación de la naturaleza, de los recursos y
de los colectivos humanos. Iríamos, y estamos yendo ya, a la más
grave extinción de las especies viviente; a dañar irreversiblemente
el medio; a una diferencia, cada vez más insostenibles, económica
y cultural entre países, secciones de la tierra, grupos sociales en
las mismas sociedades. Todo esto ya se está mostrando como una
peligrosísima bomba de relojería.

172
No podemos continuar utilizando el crecimiento de las
tecnociencias, con todas las consecuencias que comportan, para
explotación, cada vez más potente, en beneficio de unos pocos
colectivos humanos de la tierra. No nos queda otra opción razonable,
viable y que no termine con la habitabilidad de planeta, que utilizar
esa acelerada marcha de nuestros saberes tecnocientíficos para
la calidad, para la felicidad de los habitantes de la tierra, tanto
humanos como no humanos, y para convertir la tierra entera en un
jardín.
A nuestro juicio no hay otra salida razonable que no comporte
un suicidio.

Siendo lógicos con esta situación, habrá que plantearse cómo


asimilar la muerte en las nuevas sociedades. Hay que investigar la
manera de hacerla aceptable, asimilable y vivible sin angustia. Para
lograrlo no podemos contar, como lo hicieron nuestros antepasados,
con la religión, ni con las creencias, ni con la concepción de que
los humanos somos unos compuestos de alma inmortal y cuerpo
mortal. Tenemos que ser capaces de heredar el saber de nuestros
antepasados sobre la muerte, pero sin poder leer sus mitos y creencias
desde una epistemología mítica. Las narraciones que hacen sobre la
vida de ultratumba no podemos tomarlas como descripciones de la
realidad sino como expresiones simbólicas.
Una sociedad creadora de conocimientos, de los que vive y
prospera, que pretenda la calidad de vida de la especie humana en la
tierra y el cuidado del medio como de sí misma, no puede mantener
una interpretación y vivenciación de la muerte como una ida al
vacío de la nada. La desazón y angustia de la muerte impediría la
felicidad humana.
Vamos a investigar una posible lectura de la muerte que esté
más de acuerdo con el nuevo tipo de sociedades y que sea asimilable
pacíficamente, sin terror y sin angustia.

173
El planteo del problema
Hay que abordar y dar una solución al problema de la muerte en
las SC. Todas las tradiciones de la humanidad han dado a la muerte
una interpretación que la mitigue, que la haga asumible sin gran
angustia, que no haga de la muerte un final abrupto en el abismo
negro de la no existencia.
En el pasado se ha hablado de la vida del espíritu después de
la muerte del cuerpo, del paso al reino de los espíritus, del paso al
reino de los antepasados, se ha hablado de la resurrección de los
muertos, de una muerte que sabiamente asumida es en realidad una
no muerte, de la reencarnación, de la vida eterna, de la vida en Dios.
Los judíos y los griegos de la Grecia clásica hablaban del reino
de los muertos como un reino oscuro de sombras. Pero los griegos
terminaron por adoptar los mitos y ritos de muerte y resurrección
de los misterios helenos, y muchos judíos aceptaron la resurrección
de los muertos.
Esas referencias a mundos de ultratumba no era un autoengaño
colectivo, era una interpretación de la vida que veía en la muerte no
a una enemiga sino su contracara necesaria. La muerte teñía toda
la vida y haciéndolo mostraba que la vida era tan perecedera como
las hierbas del campo; y la vida teñía a la muerte como un traspaso
a otro nivel, no como un final trágico en la nada.
La vida y la muerte no son dos asuntos simplemente
contrapuestos, son una unidad, son una sola realidad con dos caras.
La vida necesita de la muerte para sentirse siempre fresca y nueva;
la muerte sirve así a la vitalidad perpetua de la vida.

Esto intuyeron y vivieron nuestros antepasados y


así interpretaron la muerte como no separada de la vida.
La contraposición de vida y muerte no la vivieron como la
contraposición del ser y la nada.

174
Las SC deben proporcionar una lectura de la muerte que sea
fiel a esa unidad de vida/muerte y que haga a la muerte asimilable
para los humanos. No se trata sólo de intentar mitigar a la muerte
para los ciudadanos, se trata de aprender de su misterio y de su
estrecha conexión con la vida.
Donde hay vida hay muerte, y donde hay muerte hay vida. Hay
que aprender qué enseña la muerte sobre la realidad de la vida y qué
enseña la vida sobre la muerte.
Las SC se ven forzadas a asumir la muerte sin las mitigaciones y
soluciones que pensaron y vivieron nuestros antepasados. Tenemos
que aprender a vivirla sin creencias, sin soluciones religiosas, sin
dioses, sin una antropología de cuerpo y espíritu, desnudos de
todas las soluciones que crearon las generaciones pasadas de la
humanidad.

Lo que roba la muerte y lo que no arrebata


Veamos lo que elimina la muerte:
Elimina el cuerpo, la individualidad, el ego con sus deseos y
temores, con sus recuerdos y expectativas, elimina el mundo que
como vivientes construimos, los amores y los amigos, los trabajos
que hicimos. Con todo eso arrasa la muerte.
La muerte, como una potente riada o como un tornado que lo
arrastra todo, lo arrasa todo, no deja nada. Nada resiste o prevalece
a la muerte.

Después de muerto de mí no quedará nada, ni residuos siquiera.


Todo se lo lleva la muerte. Durante un breve tiempo, mi memoria
será un nombre, sin historia, en papeles, pero dándole tiempo al
tiempo, la muerte eliminará también ese residuo.
Nada resiste a la muerte.

175
Sin embargo, para quien comprende, nada arrebata la muerte.
La muerte no puede con lo que yo era antes de nacer. No es
capaz de barrer la DA de lo real, de la que todo lo que existe son
formas pasajeras, como olas breves del mar, de un mar y que sólo es
mar, sin nada añadido.
La DA es “Eso” que era antes de nacer, y que fui, aunque no los
supe, mientras existía, y a lo que volveré después de la muerte.
¿Qué es eso que era antes de nacer, que fui nacido y que seré
muerto?
Algo imposible de conocer, indecible como un abismo, porque
es un abismo. Cada ser no es lo que parece ser, sino un abismo que
escapa a toda representación y conceptualización humana.
Si reflexionamos, comprenderemos que nadie ha venido a este
mundo; todas nuestras facultades son de este mundo. No somos
“otro” de este mundo, ni el mundo es “otro” de nosotros.
Para vivir y poder depredar hemos de suponernos ser alguien,
en un medio del que se vive. Pensamos que nosotros somos “uno” y
el medio “otro”. Pero ese supuesto, necesario, es falso: somos formas
breves de “Eso”. Formas que no añaden nada a la DA que es todo.

Esta es una comprensión racional de la muerte, sin creencias y


ciñéndonos a los datos de lo que elimina radicalmente la muerte y
de lo que la muerte no puede arrebatar.
De nosotros como individuos no queda nada después del paso
por la muerte. Pero, agua somos del agua de la fuente, mientras
vivimos, y a la fuente tornamos cuando morimos.
La fuente es la inmensidad de los mundos. Esa fuente no es
la interpretación del cosmos que nosotros construimos. Nuestra
interpretación científica del cosmos es una modelación a la
medida de nuestro cerebro, de los sentidos y sus amplificadores
científicos e instrumentales. Jamás saldremos de las posibilidades
y características de nuestro cerebro y nuestros sensores. El cosmos,

176
para nosotros, siempre será una interpretación y una construcción.
Será una descripción, pero sólo desde nuestros modelos de
construcción.
La fuente de la inmensidad de los mundos son los mismos
mundos, no un Dios, ni otro mundo, ni nada “otro” de todo esto.
Esa inmensidad, ciñéndonos a los datos, es como mente, como
conciencia, como inteligente, como providente y calculador, pero
sólo “como” porque ninguno de esos conceptos se le pueden aplicar
rigurosamente, sólo valen como apuntamientos. Nada se puede
predicar de ella porque está fuera de la posibilidad de modelación;
es el vacío de toda nuestra posibilidad de acotación, categorización.
Con respecto a la DA de lo real tenemos noticias que son como
datos, pero no podemos convertirlas en datos conceptualizables.

Cómo reconciliar con la muerte a los miembros de las


sociedades de conocimiento
Hay que partir necesariamente de nuestra condición animal, sin
la antropología que suponía que éramos un compuesto de cuerpo
viviente y alma espiritual, o, más tarde, un compuesto de animal
y racionalidad. En nuestra situación cultural nos vemos forzados
a sostener que somos animales, peculiares por la condición de
hablantes, pero animales.
El habla no nos rescata de nuestra condición de animales.
Somos animales sin añadido alguno de espíritu o racionalidad,
como si fueran componentes distintos de nuestra animalidad.
Como íntegramente animales, somos mortales en todo nuestro
ser. Los animales mueren, simplemente mueren, como nosotros.
Este es nuestro primer punto de partida: morimos y de nosotros no
queda nada, morimos como los animales del campo.

177
Como los animales no han venido desde fuera a este mundo
sino que son formas terrestres de la inmensidad de los mundos, así
nosotros no hemos venido a este mundo sino que somos formas
terrestres de la inmensidad de los mundos.
Nuestro aparecer y desaparecer es el brotar y retirarse de esas
formas de los mundos. Somos sólo un brotar y retirarse de esas
formas, un desplegarse y replegarse de esas formas de los mundos.
Parece que alguien viene a esta tierra, permanece en ella por un
tiempo, y luego se va. En verdad no hay nada de eso. Nadie vino,
nadie existió y nadie se va.
Somos formas de la naturaleza y a ella tornamos.
Si tuviéramos conciencia de estos hechos se acrecentaría
nuestra comunión con el medio y se acrecentaría nuestra humildad.
La naturaleza, que nos incluye, en su DA es “Eso”, que aparece
como sabia, como conciencia, como fuente de todas aguas, como
gobernante interno, como belleza y fuente de belleza, como verdad
de todo, como la bondad que la belleza canta.
Cada humano es “Eso” y sólo “Eso”, sin nada añadido.
Habría que aprender y enseñar a vivir en profundidad que nadie
nace y nadie muere, porque nadie es nada sino “Eso”.

El despertar a nuestra propia realidad


La DA es una noticia mental-sensitiva no ordenada a la
estimulación de forma que se desencadene la acción. Es una noticia
no relativa a nuestras necesidades de vivientes.
Es una noticia axiológica gratuita, porque sí. Al no estar
ordenada a la operación, como tal noticia no se sitúa en el tiempo y
en el espacio de nuestra cotidianidad.

178
Se presenta siempre en un tiempo y en un espacio, pero no
se sitúa en ellos para emitir su noticia. No hace referencia a una
situación espacio-temporal que deba desencadenar una operación.
Podríamos decir que la DA desde un tiempo-espacio arranca del
tiempo-espacio. La DA puede presentarse en una flor de calabaza;
esa flor se da en un tiempo-espacio, en la época de la floración de
las calabazas, desde la esquina del campo en que está plantada.
Desde esa situación, la flor de la calabaza puede emitir dos tipos
diferentes de noticias: que está ahí y se puede rebozar con harina
para freírla y comerla, esa es su DR, y que está frente a mí con toda
su delicadeza, su belleza su complejidad. Me habla de los abismos
de espacio-tiempo que le llevaron a ser como es, del abismo del
misterio de su propio ser, esa es su DA.
La DA se expresa desde un tiempo-espacio concreto, pero
se sale de esa situación ordenada a nuestra vida cotidiana y a la
sobrevivencia. Al hacerlo remarca su gratuidad. Se presenta como
una cualidad pura, sin pretensión alguna.
En el arte ocurre un fenómeno semejante, pero más acentuado.
Un cuadro, una sinfonía enmarcan sus obras en un espacio
delimitado, con movimiento en su propio interior, y por tanto, con
un tiempo en su composición.
Pero ese espacio-tiempo del cuadro o de la sinfonía se escapa
del espacio-tiempo de nuestra cotidianidad y sus finalidades de
sobrevivencia.
Es un espacio-tiempo diferente, sin ninguna pretensión
práctica. No es útil, es puramente cualitativo. La cualidad es la que
expresa el cuadro o la sinfonía.
Según estas consideraciones, quien realiza la DA, la CHP, aunque
esté situado en un lugar de la tierra y en un tiempo determinado, se
sale de ese espacio-tiempo cuantitativo para situarse en un espacio-
tiempo puramente cualitativo.

179
Quien comprende y vive que su auténtica realidad es la DA,
quien realiza su identificación con ella, la DA le saca del espacio-
tiempo de la sobrevivencia y la depredación y le sitúa en un ámbito
puramente cualitativo, gratuito, más intensamente cualitativo que
en el caso del arte.
Quien reside en esa intensidad cualitativa se sale del tiempo-
espacio y, por ello, se hace ajeno al nacer y al morir. Los grandes
maestros de la DA y de la CHP, ni mueren ni permanecen
eternamente. No tiene sentido preguntarse si el Buda sobrevivió
a su muerte. Así lo piensan los grandes budistas. Otros grandes
maestros si mueren resucitan; esa es una manera simbólica de
expresar la misma idea, pero en una sociedad agraria. Afirmar
que esos maestros cuando mueren están en Dios, es otra forma de
expresar la misma idea.
Decir que los que despiertan a la DA viven eternamente es
intentar expresar, con las categorías del tiempo, lo que se sale del
tiempo. Decir que están en el paraíso, en el cielo, es expresar lo que
se sale del espacio con categorías de espacio.
La pura cualidad se sitúa fuera del tiempo-espacio y fuera del
nacer y morir.
Porque están fuera del tiempo-espacio quedan fuera de la
individualidad, porque la individualidad necesita situarse en un
tiempo-espacio. Por tanto, quien realiza la DA está fuera del tiempo-
espacio, fuera de la individuación y es pura cualidad.
Habrá que sustituir las expresiones que hablan de eternidad
y paraíso, por la cualidad intensa, sin tiempo ni espacio, sin
aniquilación, sin eternidad y sin individuación.

Podríamos decir que hay dos clases de tiempo-espacio:


-Hay lo que podríamos llamar espacio-tiempo 1, que es el de la
cotidianidad de nuestra DR ordenada a nuestra sobrevivencia.

180
-Hay también el espacio-tiempo 2 que es de las artes y el de
experiencias más o menos puntuales de la DA. Ese es un tiempo
separado de nuestra cotidianidad y sus legalidades de sobrevivencia.
El espacio-tiempo 1 es cuantitativo, el espacio-tiempo 2 es
cualitativo.
La identidad con la DA saca de toda referencia espacio-
temporal. Es un estado puramente cualitativo.

Cómo habría que plantear la muerte a los miembros de las SC


¿Cómo habría que plantear a los miembros de las SC el asunto
de la muerte, de forma que no generara angustia, sino aceptación y
comprensión de su irrealidad?

1º Contextualizando a los humanos en la inmensidad de lo que


es: que todos comprendan que no somos nadie venido a este mundo,
que somos esta inmensidad, que nuestra mente, nuestro sentir,
nuestra actuación no son facultades de una supuesta individualidad
que naciendo ha venido a este mundo, no se sabe desde donde.
Nuestras facultades son de esa inmensidad que nos rodea
y somos. La inmensidad que nos rodea y somos no es nuestra
interpretación del mundo y de nosotros mismos, es un abismo, por
inconcebible.

2º. Haciéndoles comprender que la individualidad es sólo un


supuesto para poder depredar el medio y procrear.

3º. Haciéndoles comprender que el yo no es ninguna entidad,


ninguna sustancia, sino una función del cerebro para gestionar
nuestra condición de vivientes necesitados, cuya estructura es fruto
de azar.

181
La individualidad es un hatillo amarrado por el yo. La estructura
del ego es un conjunto de deseos, temores y expectativas heredadas
de nuestros padres y primeros educadores.
4º. Haciéndoles comprender que el cuerpo es sólo un momento
de la evolución de la vida, un eslabón de la cadena de las generaciones,
una ola del océano de lo que es.

5º. Haciéndoles comprender que el cultivo de la CHP rescata,


en alguna medida, del tiempo-espacio y, por tanto, de la muerte.

6º. Haciéndoles comprender que la DA, la CHP, son pura


cualidad que ya no tienen nada que ver con el espacio-tiempo y,
por tanto, tampoco con el nacer y morir.

La vía de la cualidad es la vía de escape a la muerte.

Toda realidad es la DA y sólo la DA. Los humanos que no llegan


a realizarla, son también la DA. Quienes no despiertan a esa DA
se quedan recluidos toda su vida en la conciencia de su supuesta
individualidad. Esos viven la muerte, la sufren, y experimentan que
la vida les margina a favor de humanos más jóvenes.
Quienes realizan la DA, la reconocen como su verdadero ser;
estos aunque mueran no sufren la muerte, ni tampoco se sienten
sacrificados a los nuevos seres humanos, los niños y los jóvenes.

Por otra parte, como hemos dicho, la muerte es la otra cara de


la vida. La muerte está al servicio de la vida, porque por su medio
se mantiene a los vivientes siempre nuevos, frescos, nuevamente
descansados e ilusionados.

182
La muerte es la creadora y posibilitadora de una especie de
eterna juventud de todas las especies animales. Ella selecciona y
renueva a los más aptos.
Quienes no se esfuerzan por adquirir la CH tienen la muerte
por compañera. Quienes no realizan la DA y la CHP, caen en las
garras de la muerte y son sacrificados a la renovación de la vida.

La muerte
La vejez es el preludio de la muerte.
Nadie decide la muerte de las personas. Nuestro cuerpo mismo
está programado para aparecer, desplegarse por un tiempo y
desaparecer.
Nuestro propio programa biológico y, según el proyecto
personal que cada uno se construya, puede volver la mente y el
sentir parapléjicos, o dejarlos flexibles y sanos hasta el día de la
muerte.
Somos el breve aparecer y desaparecer de los mundos.
Por la muerte, los mundos mantienen las generaciones de
vivientes frescos y flexibles.
Cuando los cuerpos y las mentes se endurecen, la muerte los
toca, y a su toque se van.
La muerte, que es la servidora de la vida, está planeada por la
vida para su bien. Gracias a la muerte la inmensidad de los mundos
se dice continuamente de forma fresca, flexible y nueva, desplegando
día a día el magnífico y bello espectáculo de la vida.
Quien no comprenda el papel regenerador de la muerte, no
comprende la vida.
Quien piensa que la vida es un milagro en el nacer y una
catástrofe al morir, no podrá conocer la vida.

183
La muerte no es un mensaje duro y cruel de la inmensidad, es
la proclama con potente trompeta que nada ni nadie puede creerse
que es, porque su realidad es, desde el día de su nacimiento, no
siendo, muriendo, apareciendo para desaparecer en breve.
La muerte orienta nuestra mente y sentir al gran misterio de la
realidad, que se muestra en un fluir rápido y breve de la vida.
Nada ni nadie es en ninguna parte, si no es el fluir constante de
la vida gracias a la muerte.
Ese fluir acelerado del esplendor de la vida y la dureza de la
muerte dejan una proclama en los mundos: ¿qué es “Eso” que así es?
Esa es una pregunta tan honda, que no tiene contestación. La
contestación es un silencio admirado, perplejo y lúcido de lo que no
acepta fórmulas.

Ni aniquilación, ni eternalismo
Como vivientes que somos, morimos, desaparecemos por
completo. Nuestra individualidad, nuestro ego, nuestros deseos,
temores, recuerdos y expectativas, nuestra personalidad perecen
sin que quede nada.
Como humanos con acceso a la doble dimensión de lo real, la
DR y la DA, desaparecemos en nuestra dimensión relativa. No es
una desaparición real, porque lo que nunca fue una entidad en sí
misma, no puede desaparecer.
Toda criatura, todo ser es sólo una forma efímera de la DA.
Ya hemos visto que el ser de la DR, de nuestra individualidad con
todo lo que la compone, no tiene otra realidad que la DA de quien
es forma, sin nada que nuestra individualidad pueda añadir a la
realidad de DA.
Todo viviente perece, desaparece como entidad, como
individualidad. Viven en su descendencia, pero eso que en cierto

184
modo es una perduración de quien perece, no es ningún consuelo
para la individualidad que fenece.
Pero si reflexionamos que lo que muere no es “otra” realidad que
la DA misma, se comprende que la muerte no es un aniquilamiento.
La DA, que es la realidad de DR, de la individualidad que perece,
no muere ni le afecta en nada el nacimiento o la muerte de la
individualidad viviente.
Por consiguiente, si consideramos la individualidad humana
como una pura forma de DA, sin nada añadido por parte de la
individualidad humana, podemos comprender la afirmación
budista explícita, y las afirmaciones implícitas de otras tradiciones
religiosas y espirituales que dicen:
En la muerte del individuo no hay aniquilación, porque toda
su realidad es DA; pero tampoco hay eternalismo, pervivencia del
individuo que pasa por la muerte. Como individualidad desaparece
por completo, pero eso no equivale a la aniquilación. Por tanto
lo que debemos sostener es que no hay aniquilación ni tampoco
eternalismo; ni el viviente va a parar a la negra nada, ni pervive en
otro mundo, en otra dimensión.
Para el individuo, su muerte es real, pero no va a parar a la
nada; tampoco pervive de ninguna forma imaginable, no hay otra
vida para el que muere. Sin embargo, puesto que la realidad del
individuo humano no tiene un ser propio, sino que es la realidad de
la DA, su desaparición no es una aniquilación.
La DA no está sometida a la muerte, porque es "Esa"
inmensidad, inobjetivable, inconcebible, porque no le podemos
marcar fronteras, límites que la individualicen. No es individuo y lo
que no es individuo ni nace ni muere.
Cuando morimos regresamos a nuestra propia fuente,
regresamos a nuestra auténtica realidad, porque abandonamos el
supuesto necesario de nuestra condición de animal necesitado, de
que somos alguien venido a este mundo.

185
La muerte despierta a que no somos nadie venido a este mundo.
Despierta a nadie, elimina un error que fue necesario para vivir,
pero quien estaba en el error ya no existe.
Cuando con la muerte despertamos de nuestra supuesta
individualidad, ya no hay nadie que despierte, ni nadie despierta
a nada.
Por consiguiente, el no al eternalismo es claro y patente: todo lo
que fue la individualidad del que muere, desaparece por completo,
sin residuo ninguno desde el que pueda decirse que el que muere
sobrevive. Pero no es una aniquilación porque todo su ser es la DA y
la DA no puede ser aniquilada, porque no cabe ni en la categoría de
ser, ni en la categoría de no ser. Pero nada propio de lo que se tenía
por una individualidad permanece, todo desaparece.
Nuestra individualidad, nuestro ego, con su séquito de deseos
insaciables, sus temores siempre presentes, sus recuerdos que se
hunden en el pasado y sus expectativas que no se cumplen y que
cuando se cumplen defraudan; todo eso, que Buda dice, y con razón,
que es un mundo de dolor, desaparece. ¡Bien ido sea!
¿Qué queda de esa amada individualidad, de ese siempre
servido yo? Queda lo que siempre fue y no se reconoció: la DA de
nuestro vivir, pero sin estar empañada por los velos del yo. Eso es lo
que permanece, eso es lo que nos permite afirmar, con toda certeza,
que no vamos a la aniquilación, a la negra nada. Pero del yo, de la
pretendida individualidad, no se salva nada, todo perece.
Ese es el fundamento sobre el que podemos afirmar que no hay
vida eterna para el individuo, que no hay otra vida, que no pervive
ningún espíritu, ningún residuo que se cuele más allá de la muerte.
¿Se funde, se disuelve la individualidad humana en la DA?
No, porque lo que no tenía más ser que ser forma de la DA no
tenía ser propio. Lo que no tiene ser propio no se puede fundir en
la DA.

186
Todas las formas que aparecen y desaparecen de la DA, no tienen
otro ser que la DA. Las formas requieren del tiempo-espacio; la DA
no tiene tiempo-espacio. En el tiempo-espacio las formas nacen y
mueren; donde no hay tiempo-espacio no hay nacer ni morir.
No puede pensarse una DA anterior en el tiempo a DR, aunque
nosotros, desde el tiempo-espacio tengamos que pensarlo así,
porque la DA se presenta como fuente de DR. No podemos olvidar
que la DA no tiene tiempo-espacio, por consiguiente no tiene
sentido hablar de antes y después.
Lo que son puras formas de la DA no se puede pensar que en
un momento del tiempo nacen en la DA y desaparecen en la DA.
Las formas de la DA, sin tiempo-espacio, ni nacen en la DA ni
desaparecen en la DA.
La no existencia de tiempo-espacio no puede concebirse como
un ahora concentrado y perenne. Eso sería pensar el no tiempo-
espacio desde el tiempo-espacio. Donde no hay ni pasado, ni futuro,
tampoco hay presente. Donde no hay ni aquí ni allá no es concebible
un “ahora”.
Las cosas, las individualidades, como puras formas de la DA
hay que intentar comprenderlas fuera de las categorías de tiempo-
espacio y, por tanto, fuera de las categorías de nacer y de morir.
La consecuencia es a la que ya hemos llegado varias veces: las
realidades todas, que no tienen otro ser que el de ser puras formas
de DA, son tan inconcebibles como la mismísima DA.
Cuando morimos nos sumimos en el abismo sin fondo del
misterio de la DA de la realidad, nos sumimos en nuestra condición
inconcebible.
Todo se lo lleva la muerte, aunque en realidad, nada arrebata
la muerte.
¿Qué traspasa la frontera de la muerte sin ser aniquilado?

187
Podríamos expresarlo así: lo que el individuo era antes de
nacer. Eso que era antes de nacer y que es después de muerto, eso
permanece, porque no es cosa alguna de la que podamos decir que
es algo o alguien.
Eso que el individuo era antes de nacer no es una individualidad,
es sin fronteras, no cabe en ninguna categoría, tampoco en las
de ser o no ser. Por estas razones no conoce la muerte. Ese es el
fundamento de la no-aniquilación.
Por consiguiente, terminaremos como empezamos:
ni aniquilación, ni eternalismo.

La muerte de mi perro Quitxo


Mientras escribía este libro se me ha muerto mi perro.
Aprovecho este triste acontecimiento para hacer algunas reflexiones
que considero importantes.
Mi perro se llamaba Esquitx, pero lo llamábamos Quitxo. Era un
buen perro. Era manso, dulce, obediente. Nunca un gesto agresivo.
No era efusivo, pero aceptaba con gusto las caricias.
Cuando se estiraba a mis pies, le gustaba estar en contacto
físico. No se quejaba, ni aunque le pisaras sin querer. Durante su
enfermedad fue paciente, nunca un lamento. Cuando se dolía, era
suave y breve.

Odiaba estar solo. Cuando recuperaba la compañía era el único


momento en que era efusivo pero aún entonces, moderadamente.
Era cuidadoso y educado, cuando le dabas algo de comer con la
mano, lo cogía con los dientes con sumo cuidado para no rozar tus
dedos con sus dientes.

188
Era bueno, muy bueno. Buen amigo, buen compañero. Ha
sido un modelo de comportamiento tanto para perros como para
humanos.
¡Estoy desolado por su pérdida!

Cuando me despedí de él, le dije convencido: ¡Volveremos a


vernos, Quitxo! ¿Es ese un deseo vacío? No. Quiero investigar su
fundamento.

Tanto Quitxo como yo


somos sólo puras formas
de la dimensión absoluta de lo real.
Esa dimensión absoluta es sin tiempo y sin espacio
y con tiempo y con espacio.
Quitxo y yo somos con tiempo-espacio
y sin tiempo-espacio.
Desde el tiempo-espacio
nacimos y él ha muerto.
Quitxo se fue para no volver.
¡Cómo me duele!

Desde el no tiempo-espacio
ni él ha muerto, ni yo moriré.
En esa dimensión de lo real,
entre él y yo no hay dualidad.

189
Si nuestra dimensión mortal
es pura forma de la dimensión absoluta
sin ningún añadido,
ahí está ya él, como forma de lo absoluto,
ahí estoy ya yo en esa otro dimensión de lo real.

¿Podremos, encontrarnos en esa dimensión?


En el “sin tiempo” no hay “diversidad de tiempos”
ni hay tampoco “ahora”.
En el “sin espacio” no hay “dispersión”,
ni tampoco “concentración”
En el “sin espacio, ni tiempo”
ni hay un “lugar”, ni hay un “ahora”.

¿Cómo nos encontraremos Quitxo y yo?


Lo “sin espacio ni tiempo”
es inconcebible para nosotros.
Nuestro encuentro, no puedo pensarlo,
pero mi dimensión sin espacio-tiempo
y la suya son reales.
Eso es un dato para mí, aunque no lo fue para él.
Tanto él como yo somos puras formas de la dimensión absoluta.
Ahí nos encontramos y nos encontraremos,
aunque no pueda concebir cómo.

190
Las antiguas tradiciones decían
que nos encontraríamos en Dios.
Es la misma idea con conceptos religiosos y sin ellos.

El encuentro será entre su dimensión absoluta


y la mía, que no son dos
¿Sólo será a nivel sutil,
sin nuestras corporeidades?
¿Me encontraré con Quitxo
sin su hermosa y amable figura?
¿Me encontraré con una especie de fantasma de Quitxo?
Cierto que no. ¿Con qué me encontraré?

Mi cuerpo vivo y el suyo muerto


son puras formas de la dimensión absoluta,
sin nada añadido.
Esas puras formas de lo absoluto
son puramente el absoluto.
No son el absoluto, más corporeidad mortal.

No podemos concebir
una dimensión absoluta pura,
sólo sabemos de ella
desde el seno de la dimensión de lo real
que hoy es y mañana no aparece.

191
En esa dimensión relativa a vivientes,
la dimensión absoluta se presenta
como la fuente única.
No podemos pensar la realidad como una suma
de algo sutil sin espacio-tiempo
y algo grosero, material y perecedero.

Eso perecedero, corporal,


no es otra cosa que una forma de lo sutil.
Lo que parece craso y mortal,
en su ser real es sutil y sin tiempo-espacio.

Todas las formas que nos rodean,


también la de Quitxo y la mía,
son, en su realidad propia, sin espacio-tiempo.
Todo en su ser es la inmensidad de los mundos,
no la inmensidad que concebimos,
sino la inconcebible;

no la inmensidad de lo que llamamos “cosmos”


sino la que está más allá
de las posibilidades de un cerebro y uno sensores
de un animal terrestre.

192
Tenemos noticia de esa inmensidad
inconcebible para un cerebro terrestre,
y esa noticia es la que nos permite
desarrollar nuestras ciencias del cosmos y de la vida.
Todo lo que percibimos son las puras formas
de presentarse de lo absoluto,
no otra cosa,
no una criatura material y perecedera.
Eso fue y es Quitxo
eso mismo soy yo.

Vi la dimensión absoluta de lo real en Quitxo,


vi en él mi propia realidad.
Lo que alguna vez en el tiempo-espacio ha sido y es,
ahí está, en el no tiempo y no espacio.
Nada se ha perdido.
Nada arrebata la muerte.

Me encontraré con Quitxo


y con todos mis seres queridos
no como fantasmas.
¿Cómo puede haber un encuentro sin espacio-tiempo?
No puedo pensarlo, ni lo puedo imaginar.

193
Lo que he escrito no es una pura especulación
ni es un sueño de añoranza,
es sacar consecuencias
de la doble dimensión de lo real
y del dato de que la fuente de lo perecedero
es la dimensión absoluta.
No hay otra agua que esa.
No hay dualidad entre las dos dimensiones de lo real.

¡Nos veremos pronto Quitxo!


Tú como eras y yo como soy.
¿Pero cómo nos veremos
en el no tiempo y no espacio
sin un lugar, ni un ahora?
No lo sé, pero nos veremos
y estaremos juntos de nuevo.
¡Hasta luego, Quitxo!

194
Reencuentro con mi perro muerto Quitxo
La doble dimensión de lo real, supone que las realidades son a
la vez espacio-temporales y no espacio-temporales.
Los humanos tenemos noticia de la dimensión absoluta (DA)
siempre en el plano accesible a nuestros sentidos, porque la DA es
cualidad pura y la cualidad sólo es accesible a la sensibilidad.
Sin poder sensar no hay DA para nosotros. Cuando un ser, mi
perro, muere, desaparece de la dimensión espacio-temporal y no
puede ser sensado, ni puede verse en él la DA, aunque esté en ella
y sea ella.
Pero Quitxo, que aparecía en la dimensión espacio-temporal
y en la no espacio-temporal, en su realidad verdadera, como pura
forma de la DA, era no espacio temporal.
Todo lo que es pura forma de la DA, todos los seres como formas
de la DA, sin nada añadido, están fuera de la dimensión espacio-
temporal. Luego las formas, los seres de la dimensión relativa a
nuestras necesidades, en su ser propio, la DA, están asentados en la
dimensión no espacio-temporal.
Yo no veo a mi perro muerto, a pesar de que en su ser era pura
forma de la DA porque está fuera de la dimensión espacio-temporal
y no puedo sensarlo. Cuando yo, por mi muerte, me salga de la
dimensión espacio-temporal, como pura forma de DA, aparecerá mi
unidad con ella y con las formas salidas, como yo, de la dimensión
espacio-temporal.
Las formas de la DA, en su ser propio no están en el espacio-
temporal. La realidad de todas las formas de la DA, todas las
criaturas, en su ser propio no entran y salen del tiempo-espacio,
están siempre en el no espacio-tiempo.
Cuando muera me encontraré con mi perro, no con un
fantasma de ser, disuelto en la DA.

195
Todas las formas de la DA, son como la DA misma, son sin
espacio-tiempo.

Queda una cuestión por resolver: sostener que me encontraré


con mi perro en el ámbito sin espacio-tiempo de la DA, es suponer
que tiene sentido hablar de la DA en ella misma, fuera de la doble
dimensión donde aparece a los humanos.
¿Igualmente tiene sentido hablar del puro no tiempo-espacio,
cuando la única noticia que tenemos del no tiempo-espacio es en el
seno del tiempo-espacio?
Tenemos que sostener que tiene sentido hablar de la DA en ella
misma, lo que no significa que se la pueda concebir, representar o
imaginar adecuadamente. Tiene sentido porque la noticia de la DA
ya es una invitación a investigarla, a adentrarse en ella lo más que
se pueda.
Algo parecido hay que decir de la noticia, desde la DA, del no
tiempo-espacio. Puesto que es noticia, hay invitación a investigarlo,
a hablar de ello. Aunque tampoco podemos concebir el no tiempo-
espacio.
Hablamos de Dios infinito y eterno; pero esas son dos formas
de hablar de un espacio sin límites y de un tiempo sin límites. Con
ese hablar no hemos sido capaces de salirnos del todo del espacio
tiempo. El no tiempo y no espacio ni lo podemos concebir, ni
siquiera imaginar.

Queda otra dificultad: hemos defendido que no hay “ni


extinción, ni eternalismo”; pero por otra parte, hemos sostenido
que las formas, las criaturas como puras formas de la DA, sin nada
añadido, están fuera del espacio-tiempo como la DA misma. Desde
ahí queda afirmada la no extinción de las formas de los seres, pero
¿y el eternalismo?

196
Con la muerte las formas pierden su carácter de individualidades,
o mejor, se muestra que nunca fueron entidades autónomas,
individuos. Lo que se tenía como un ser desaparece. No hay una
eternidad, un no perecer de las individualidades en otro mundo. Lo
que hay es una unidad absoluta, la DA, con una gran diversidad. En
esa diversidad no hay otros seres que la DA que es tan inconcebible
que ni se puede predicar de ella que sea o que no sea.
Las criaturas, que fueron meras formas de la DA en el tiempo-
espacio, no pierden su condición cuando se salen del tiempo-espacio.
Esa salida, la muerte, hace patente que su realidad verdadera no
era la individualidad que se le atribuía, sino el vacio completo de
individualidad en el total vacío de toda posible concepción de
la DA.
Somos conscientes de que no hemos aclarado nada sobre la DA,
ni sobre el no tiempo-no espacio. Permanece todo inconcebible,
inimaginable.
Las reflexiones que hemos hecho a partir de la muerte de mi
perro Quitxo, nos han aproximado más al vacío completo de todas
las pretensiones de individualidad de los seres al vacío completo de
todas las formas, vacío que es el mismísimo vacío de la DA.
Hemos intentado comprender que ese vaciamiento de entidad
propia de todas las formas, de todas las criaturas, no es una pérdida
sino una gran ganancia. Mi perro no perdió nada con su muerte,
ni yo tampoco con su desaparición; sólo fue la ocasión para
comprender mejor el misterio inagotable de la vida y de la muerte.

Lo que son puras formas de la DA, sin nada añadido, es decir,


todas las criaturas, no se diluyen en el tiempo porque la DA no está
sometida al tiempo-espacio.

197
La ciencia es obra de unos vivientes necesitados
constituidos por el habla

La ciencia es la creación de vivientes necesitados


Para calibrar la naturaleza de la ciencia hay que situarla en
la antropología que sostiene que los humanos somos vivientes,
necesitados como todos los vivientes, constituidos como tales por
la lengua.
La ciencia no es creación del espíritu humano, porque esa es una
figura mítica y simbólica; tampoco es creación de la racionalidad
humana, como si fuera algo añadido a nuestra condición animal.
La ciencia es una creación de un animal constituido como
tal por el habla, es la creación de un depredador, del depredador
supremo de la cadena trófica.
Esta lectura crea muchos problemas y aporta muchas soluciones.
El primer problema que se plantea es ¿qué es la racionalidad?
No es algo añadido a nuestra condición animal. No podemos partir
de la afirmación de que es algo añadido a nuestra animalidad, sin
investigar que sea eso de “la racionalidad”. Hemos de descartar ese
supuesto. ¿Quién lo añadiría? ¿Desde dónde se añadiría?
Si no partimos de ese supuesto a-crítico, que es una especie de
laicización de la noción de “espíritu”, hemos de admitir que toda la
dotación humana es la propia de un animal, aunque sea un animal
especial porque está constituido como tal por su competencia
lingüística. Si decimos que los humanos están constituidos por el
habla como una especie viviente, quiere decir que el habla es una
creación animal al servicio de un animal.
La racionalidad hay que comprenderla y explicarla desde esa
condición de hablante, como fenómeno animal.

198
La lengua habla de las cosas del medio, pero puede también
hablar de sí misma. Este hablar de la lengua sobre sí misma es un uso
de la lengua de segundo grado. Es lo que llamamos una metalengua.
Con ayuda de la lengua manejamos las relaciones con el medio y las
relaciones entre humanos.
Con la ayuda de la lengua podemos construir una metalengua
que, como ya hemos visto, puede ser de cara a recargar su contenido
axiológico, y darían como resultado los mitos, las religiones, las
ideologías y los PACs, la poesía, o para eliminar de sus estructuras
semánticas todos los componentes axiológicos, es decir, todo lo que
hace referencia al valor estimulativo de las cosas y personas y al
valor de respuesta subjetiva a esa estimulación.
Estas manipulaciones darían nacimiento a las lenguas
abstractas que se llaman abstractas no porque destilen la forma
de las realidades, como dirían los clásicos, sino porque se abstrae
de todo lo axiológico. Estas metalenguas abstractas son las que
crearían las ciencias.
Racionalidad sería, pues, el uso coherente y formal de esas
lenguas abstractas para investigar las realidades sin que en esa
investigación se inmiscuya ni lo subjetivo (los deseos, temores,
recuerdos y proyectos peculiares de cada individuo) ni lo axiológico
entendiendo por tal todo lo referente a lo estimulativo de la realidad
y lo referente a la respuesta a esa estimulación.
Las ciencias construyen metalenguas para tratar desde ellas
el comportamiento de las realidades y conocerlas mejor. Esas
metalenguas se depuran más y más de posibles restos axiológicos
y, refinado su carácter abstracto, construyen modelos desde los que
aproximarse a lo que nos rodea y con esa modelación investigar
su comportamiento para así penetrar más en su propia estructura;
estructura que nunca escapará de nuestra modelación y que, por
consiguiente, no tendrá valores de epistemología mítica, es decir, de
descripción de la realidad tal cual es, aunque sea en una marcha de
continua aproximación.

199
El resultado de nuestras operaciones científicas no puede ser
nunca una descripción de la realidad como es en sí, ni aproximada,
porque siempre está hecha desde la dualidad de sujeto y objetos,
que es un a priori de interpretación de lo real de todos los vivientes
por su condición de necesitados. Siempre son construcciones de un
viviente terrestre con una limitada dotación cerebral, sensitiva y
activa. Aunque las tecnologías amplíen esas capacidades cerebrales,
sensitivas y activas, siempre estarán amarradas a esa dotación del
viviente humano.
La inmensidad de lo que hay en todos sus niveles, tanto del
macrocosmos como del microcosmos, no están hechos desde las
medidas del cerebro y aparato sensitivo y activo de un viviente
terrestre y su condición de animal depredador.
Todo lo que las ciencias puedan descubrir es fruto de las
modelaciones que construyamos desde nuestras metalenguas
abstractas, desde nuestras capacidades cerebrales y sensitivo-
activas. Por más que nuestras tecnologías puedan ampliar esas
capacidades nunca se alejaran de su condición de ser instrumentos
adecuados al cerebro humano y a los sentidos humanos. Toda
pretensión de epistemología mítica como descripción de lo real tal
cual es, es imposible. Las ciencias hacen descripciones, pero de lo
que sus metalenguas y modelos modelan.
Este tipo de funcionamiento de nuestro quehacer lingüístico
abstracto es lo que llamamos racionalidad.

Según estas reflexiones, las ciencias arrancan de unos vivientes


necesitados, que además son los depredadores más eficaces de
la tierra y han de retornar, de una forma u otra a favor de esos
animales. Este es uno de los rasgos de las ciencias que no deben
olvidarse nunca para no caer en el supuesto de que son obras del
espíritu humano.

200
Tampoco podemos olvidar que, precisamente porque son obras
del viviente humano, llevan en su seno el doble acceso a la realidad.
Las ciencias son a la vez gratuitas y utilitarias. Tampoco debemos
olvidar nunca esa doble cara de las ciencias.
Así como nuestro doble acceso a la realidad, en la cotidianidad,
es gratuita y por tanto absoluta y relacionada con nuestras
necesidades, así también le ocurre a las ciencias.
Para que nuestra naturaleza flexible sea verdaderamente tal,
el acceso a la DA, la gratuidad absoluta de lo real, tiene que ser
verdadera y radicalmente gratuita. Cuanto más gratuito sea ese
acceso, mayor flexibilidad y mayor capacidad creativa en todos los
campos. Si se pretende ligar esa noticia de la DA a unas palabras,
a unas formas, eso fija la DA y fijando la DA fija también la DR, es
decir, dañamos nuestra flexibilidad. Esta es una experiencia clara
en nuestro tiempo.

Si aplicamos este razonamiento a las ciencias tenemos que


cuanto más desinteresada sea la investigación científica, mayor
será su flexibilidad y su creatividad; cuanto más interesada sea la
investigación científica menor será su flexibilidad y creatividad.
Atendiendo al retorno de las ciencias al servicio de los vivientes
humanos, cuanto más desinteresada sea la investigación, mayor
serán los resultados. La investigación desinteresada, precisamente
porque lo es, puede dedicarse a las investigaciones de fondo que
son las que a medio plazo son más productivas en resultados. La
investigación polarizada por unos intereses queda amarrada a
esos intereses, puede rendir más económicamente creando nuevos
productos y servicios, pero a costa de sacrificar la libertad y la
profundidad de la investigación.
La investigación científica tiene que obedecer a la ley general
de la cualidad, IDS, y en la situación actual de las ciencias, por su
extensión, pluralidad y complejidad, la investigación, que se hará
siempre en equipos, tendrá que practicar también ICS.

201
Las ciencias en lo más fundamental de su estructura muestran
que son construcción de unos vivientes. En su prolongado y
refinado trabajo de abstracción de todo lo axiológico en su operar,
no han abandonado la dualidad de sujetos frente a objetos (S-O).
Esa estructura dual es clara proyección de la también fundamental
estructura dual de todos los vivientes (sujeto de necesidades-medio
donde satisfacer esas necesidades).
La diferenciación entre el observador y lo observado supone
mantener una actitud axiológica entre la superioridad del observador
respecto a lo observado, entre el modelador y lo modelado. Para
comprender justamente este resto axiológico mantenido en las
ciencias tenemos que aclarar que el sujeto de la ciencia no es
el constituido por un paquete de deseos/temores, recuerdos y
expectativas. El sujeto de las ciencias es un simple operador, es un
sujeto abstracto, pero a pesar de ello es alguien frente a algo. Gracias
a ese operador se mantiene la dualidad del quehacer científico. Esa
dualidad sostiene una cierta actitud axiológica de dominio.
La purificación de todo lo axiológico, tanto en el sujeto como en
los objetos, puede sugerir objetividad, pero esa objetividad nunca
es completa porque el observador es siempre un humano con un
cerebro y unos sistemas sensitivos y activos que la vida creó para un
viviente necesitado en la tierra y los creó fundamentalmente para
sobrevivir, no para hacer ciencia. Esta funcionalidad del cerebro y
de todas nuestras facultades es una limitación que, de alguna forma,
deforma lo observado. El modelador, modelando deforma.
Esta deformación que producen todos nuestros saberes es lógica
e inevitable porque el constructor de las ciencias es un viviente
que para sobrevivir tiene que dualizar, como todos los restantes
vivientes.
Si se hace ciencia y se la comprende desde una antropología que
sostiene que los humanos somos un compuesto de cuerpo y espíritu,
esta dificultad no surge, porque la ciencia es cosa del espíritu y el
espíritu no tiene porqué dualizar ni deformar.

202
Lo mismo ocurre si se considera que el hombre es un compuesto
de animal más racionalidad. Tampoco en este caso surge dificultad
ninguna porque se atribuyen a la racionalidad los caracteres del
espíritu. Por eso sostenemos que la razón de esta antropología es el
equivalente laico del espíritu.
La dificultad surge cuando se plantea una antropología
sin añadidos, como viviente constituido como tal por el habla.
Planteado el problema desde aquí, se comprende que toda
modelación humana, tanto la mítica como la científica, deforman;
y se comprende también que en la estructura dual de la ciencia se
conserva todavía un resto de axiologización que asegura que las
ciencias puedan retornar en beneficio de los humanos.

Hemos dicho que en la ciencia, como en todo fenómeno


humano, se dan las dos dimensiones: DR y DA. Hemos rastreado ya
cómo se dan esas dos dimensiones en el quehacer científico. Vamos
a reflexionar un poco más sobre la DA en las ciencias.
La DA no es un Dios o algo trascendente a la DR. Su trascendencia
es a toda posible conceptualización y representación. La DA y la DR
no son dos; no es la DA otra de la DR ni la DR otra de la DA.
La ciencia no se va comiendo poco a poco el terreno de la DA;
la ciencia no crece a costa de la DA. Por más que la ciencia crezca no
toca el ámbito de la DA. La ciencia y la DA no son dos realidades,
sino dos perspectivas, dos accesos a una misma realidad: el acceso
a lo real desde nuestras necesidades y el acceso a lo real sin relación
ninguna a nuestras necesidades, como gratuito, como absoluto. La
opinión de que las ciencias van arrinconando poco a poco a la DA
es un error que nace de no comprender que son dos accesos, que
siempre se darán porque surgen de nuestra propia estructura de
vivientes constituidos por el habla.

203
Acompaña siempre al quehacer científico el interés totalitario
por la realidad, un interés gratuito, porque la realidad es como es.
La ciencia es hija del amor al saber por el saber, no por las ventajas
que se puedan seguir de él. Ese amor al saber por el saber mismo
es el motor de la gran ciencia. Todo estos son aspectos de la DA
incrustados en el seno de la ciencia.
También la ciencia es el lugar donde brilla con más esplendor
la DA de toda realidad. Las ciencias provocan el asombro, la
admiración, el interés apasionado, la polarización completa. Todos
estos son también rasgos de la DA.
Pero la ciencia, porque conserva todavía la dualización y porque
sugiere un cierto dominio del saber humano sobre la realidad, una
relación de superioridad del sujeto (aunque sea un mero operador),
del modelador sobre lo modelado; porque sugiere dominación,
puede ser instrumentalizada y usada para el mal de los humanos y
de todas las criaturas. Es cierto que esa instrumentalización y mal
servicio de las ciencias hay que atribuirlo más a las tecnologías que
se derivan y acompañan a las ciencias, que a las ciencias mismas.
Las ciencias no pueden dirigirse axiológicamente a sí mismas,
precisamente por el trabajo que realizaron de abstracción de todo
lo axiológico. Hemos escrito en otro lugar que las ciencias, con
relación a lo axiológico, se asemejan a los eunucos con respecto
a la procreación. Las ciencias son eunucas para generar axiología.
Precisamente por ese carácter suyo abstracto pueden ser bien usadas
o mal usadas, dependiendo del cuerpo de valores desde donde se las
maneje.
Podría decirse que la ambigüedad de las ciencias, cuanto a buen
uso o mal uso, pertenece a la periferia de las ciencias más que a su
esencia misma.

204
La creatividad tiene raíz axiológica
Siempre que se ejercita IDS interviene lo axiológico.
IDS es, en realidad, una actitud de indagación y valoración.
El interés verdadero por las realidades, sean del tipo que sean,
comporta una actitud que es una indagación y una valoración. El
distanciamiento de los propios intereses y concepciones que exige
el interés por las realidades, igual que el silenciamiento de viejos
patrones mentales y sensitivos, para poderse acercar con corazón y
mente limpias a lo que con el interés se observa e indaga, es también
fruto de una actitud valorativa.
No hay creatividad ni intelectual, ni axiológica, ni práctica, sin
que se de la ejercitación de IDS. Cuanto más a fondo se ejercite
mayor será la posibilidad de creatividad.

¿En qué consiste la creatividad, en el campo que sea? La


creatividad supone interesarse por un problema, sea mental, sea
axiológico o práctico para encontrarle una solución, y dar con esa
solución.
Intentar encontrar una solución a un problema exige
distanciamiento del sistema de pensamiento, del sistema de
valoración y del sistema de actuación que generó el problema. Sin
ese alejamiento, sin ese distanciamiento no es posible encontrar
una solución al problema de que se trate.
Los principios y normas que generaron un problema, no
pueden solventarlo. Para distanciarse suficientemente de lo que
generó un problema, es imprescindible silenciar por completo el
cuerpo teórico, axiológico y práctico que lo engendró.
Sin un interés poderoso no se puede generar el distanciamiento
y el silenciamiento necesario; como sin un distanciamiento y
silenciamiento lo más radical posible el interés no puede ni
despertarse ni mantenerse.

205
Aunque el problema que se quiere solventar sea puramente
mental, se requiere una actitud axiológica que motiva el intento de
solucionar el problema, a pesar del esfuerzo que requiere.
Nadie se interesa profundamente por algo sin valorarlo lo
suficiente como para motivar el alejamiento de los hábitos de
pensar, de sentir y de actuar y sin poner la solución del problema por
encima de sí mismo en algún grado. La mera curiosidad intelectual
no bastaría, le faltaría el motor de la pasión y el desinterés.
La creatividad comporta moverse al margen de lo que la gente
hace, a contrapelo de la corriente común. Supone ser capaz de
arriesgarse al fracaso, a la incomprensión, a la diferencia, al rechazo.
Todo esto es fruto de una actitud axiológica, que si no se da, es
imposible la creatividad. Cuanta más innovadora sea la creatividad,
más profunda tendrá que ser la actitud axiológica.
¿Cómo fomentar esa actitud axiológica que supone la
comprensión y la práctica de IDS-ICS, como condición sine qua
non de la creatividad?
Haciendo entender que IDS no es necesario sólo para el cultivo
de la cualidad humana, sino también es necesario para la posibilidad
de la creatividad y para la supervivencia en las SC.
La CH, la CHP y la creatividad tienen la misma raíz, que es la
actitud axiológica que comporta la práctica de IDS-ICS, y tienen los
mismos instrumentos de trabajo que son también IDS-ICS.
IDS-ICS es a la vez una actitud axiológica y un procedimiento
de trabajo.
Todo individuo que pretenda ser verdaderamente creativo
tendrá que echar mano de IDS-ICS. Lo mismo se tendrá que decir
de una organización o de un país. Por consiguiente las SC deberán
fundamentar el cultivo de IDS-ICS, y todo lo que comporta, como
una de las tareas más necesarias e imprescindibles para el buen
éxito de ese tipo de sociedades.

206
Las organizaciones y las sociedades de conocimiento deberán
fomentar y cuidar el cultivo de IDS-ICS con el mismo interés que se
fomentan y cuidan el estudio de las ciencias y de las tecnologías, o
la convivencia ciudadana y entre países.
Sin una práctica individual de IDS-ICS, sin una planificación y
organización colectiva de su cultivo, las SC se verán dañadas en su
capacidad creativa y de innovación, tanto o más que si olvidaran el
aprendizaje y cultivo de las tecnociencias.
Sin un cultivo sistemático individual y colectivo de IDS-ICS y
lo que comportan, las SC resultan ser, además, una amenaza para
la supervivencia de la especie, de todas las especies vivientes y de
la habitabilidad de la tierra. Y esta amenaza no es remota, sino
presente y ya poderosamente operante.
La actitud axiológica que exige la práctica de IDS-ICS es
la cuestión más central y más importante para las sociedades de
conocimiento. Tanto para posibilitar la creatividad continua en
equipo, como para la supervivencia de la vida en la tierra.

Reflexiones sobre la noción de “proceso”


Pretendemos abordar la noción de “proceso” desde una
ontología de las interdependencias.
Todo lo existente está en continuo proceso, desde los fenómenos
cósmicos, la vida en la tierra, todas las especies vivientes, también
los humanos y las sociedades humanas.
El proceso es la continua interacción de todos los elementos de
un organismo, con todos los elementos de un organismo. Todo lo
que esté en relación de interdependencia mutua, sea del nivel que
sea, funciona como un organismo.

207
Todo lo que llamamos “organismo” no está compuesto de
partes, que supondrían fronteras entre las partes. Un organismo
es una unidad diversificada, en el que cada diversidad depende de
todas las demás diversidades.
Los animales no tenemos hígado, corazón, estómago, esqueleto,
cerebro, etc., sino que somos una completa unidad muy diversificada,
en la que todo depende de todo y en la que nada puede prescindir
de nada.
El proceso es una dinámica de cambio que no tiene una
teleología establecida, y en la que los cambios son el fruto de las
interacciones de todos los aspectos de la diversidad.
Nuestro organismo está en continuo proceso desde los óvulos
hasta el nacimiento y desde el nacimiento hasta la vejez y la muerte.
Las sociedades también están en continuo proceso, desde las
simples hasta las más complejas, desde las más próximas a las más
generales.
Tampoco se puede decir que las sociedades humanas estén
compuestas de individuos. Entre los individuos no hay las divisiones
fronterizas que espontáneamente pensaríamos. Fisiológicamente,
culturalmente, lingüísticamente, económicamente, espiritualmente
estamos todos entrelazados e interdependientes profunda y
sutilmente.
Tampoco entre los vivientes y el medio hay una frontera clara.
Todos los vivientes forman lo que hemos llamado un organismo,
una unidad diversificada con el medio. Sin el aire, el agua, el sol, los
frutos de la tierra y los animales nuestra vida no es posible.
Igualmente el medio está formado y dependiente de todas
y cada una de las especies animales. Desde que aparecieron los
vivientes ha sido así y lo será hasta el final de los tiempos. El medio
ha dependido siempre de las actuaciones humanas y mucho más
desde la época industrial y ahora mucho más hondamente desde las
sociedades de conocimiento.

208
Las sociedades humanas están en continuo proceso y la unidad
de humanos y el medio está en continuo proceso. Y esos procesos se
generan desde una unidad diversificada.
Desde el crecimiento acelerado de las ciencias y las técnicas la
interdependencia de humanidad y medio es más patentemente una
unidad diversificada. No somos nada ni nadie venidos al medio;
somos el medio, como el medio es también nosotros.
Hay que corregir la idea que desde el individualismo se
genera del proceso en todos sus niveles, especialmente el proceso
“humanos-medio”.
El proceso “humanos-medio”, con las sociedades de
conocimiento está más que nunca en continuo y acelerado proceso.
Ese proceso “humanos-medio” es de una importancia capital
para la vida en el planeta. Las sociedades humanas y el medio están
en una interdependencia mutua estrechísima.
La CH y la CHP forman una unidad con todo ese conjunto.
El proceso “humanos-medio” está en profunda dependencia de
esas cualidades, y esas cualidades en su existir y en su modalidad
depende de los procesos humanos y del proceso de “humanos-
medio”.
Dependemos del cielo y la tierra, del sol y la luna, de todo el
orden del cosmos.
Todo depende de todo, todo es como un macro organismo
en proceso, en el que cada diversidad depende de todo el resto de
diversidades, y en el que la unidad de todas las diversidades depende
de cada una de ellas.
El proceso no tiene otra dirección que la que resulta de las
interacciones e interdependencias de las diversidades. Nadie ni
nada desde fuera del proceso rige el proceso. El proceso se rige
desde dentro, en cada nivel, sin que nadie desde dentro lo guíe.

209
La noción de “Dios” es ajena al funcionamiento y a la
comprensión de los procesos. Pero podemos distinguir entre vivir
los procesos desde su interior y como una diversidad más de ellos,
y considerar la DA de todos esos procesos y procesos de procesos
desde una gran unidad internamente muy diversificada.
A esa DA no se puede llamar Dios, pero las redes de
interdependencias son tan sutiles y tan inteligentes, y funcionan
como si tuvieran un rector interno; los procesos no tienen un fin
establecido, pero están tan bien regidos que parece que lo tuvieran.
Podemos, pues, afirmar que la perspectiva de la DA de todo
lo real, es como inteligente, como si condujera todos los procesos,
como si fuera un ser real. Pero todo eso son nociones humanas
aplicadas a lo que no pertenece a la categoría de lo humano.
Sin embargo, esa DA no es “otra” de los procesos, y de su
totalidad; es otra mirada de lo mismo. Para nosotros los humanos
cada uno de los procesos y la gran unidad de todos los procesos
en interdependencia, tienen una doble perspectiva, la relativa a
nuestras necesidades, a nuestras interdependencias, y la no relativa
o DA que se refiere a todo eso ahí.

Esa DA no tiene existencia más que como otra cara, para


nosotros los humanos, de los procesos, de los procesos de procesos
y de la gran unidad de todos los procesos generados por la unidad
de todas las diversidades.
La DA no es una entidad, es una dimensión de todo. Ni es
un momento de un proceso, aunque sea el fundante, ni se puede
afirmar que la DA sea un proceso.
Los humanos somos el término, hasta hoy, del proceso animal y
el arranque de los procesos culturales. Somos la luz de los procesos
globales.

210
En todos los procesos hay multitud de interdependencias, pero
no causas propiamente dichas.
El proceso al despertar se inicia por una serie de
interdependencias, no por una causa única que fuera la DA porque
la DA no es causa.
Cada uno de los procesos y el proceso de todos los procesos, la
unidad de todas las diversidades, son del ámbito de DR.
DA es la fuente “no otra” de todos los procesos; es “todo eso
de ahí” en su dimensión no modelada por los humanos ni por
ningún viviente; es el abismo innombrable de todo proceso, de toda
realidad; es lo no afectado por el tiempo y el espacio de los procesos.

El espacio-tiempo y el no espacio-tiempo en el
cosmos
Afirmamos que en el acceso a la doble dimensión de la realidad,
propia de nuestra especie, se da, simultáneamente, una dimensión
espacio-temporal en la DR y una dimensión no espacio-temporal
en DA. Y eso sin dualidad.
Estas categorías hay que aplicarlas también al cosmos. La
interpretación y vivenciación de la inmensidad del cosmos es,
quizás, uno de los ámbitos en que está más asentada y más resistente
la epistemología mítica. Se comprende que la interpretación que
hace la ciencia del cosmos evoluciona rápidamente, pero resulta
mucho más difícil aceptar que todas esas interpretaciones, en rápida
transformación, son modelaciones humanas, no descripciones de lo
real tal como es, ni siquiera en sucesivas aproximaciones.
Se acepta que nuestra interpretación de la realidad del cosmos
es provisional porque es incompleta, pero se cree que se va
aproximando rápidamente a ser más y más adecuada. Se piensa que
lo que dice la astrofísica está realmente ahí y no es una simple y

211
provisoria modelación de la realidad, como vivientes terrestres y
como científicos.
Desde esa resistencia de la actitud propia de la epistemología
mítica, resulta difícil plantear el problema del tiempo-espacio en el
cosmos.
Las ciencias cosmológicas sostienen que el tiempo-espacio está
presente en el mundo astronómico y como una dimensión central
en sus teorías. Como modelaciones que son, tienen que ser tiempo-
espaciales. Están construidas desde los habitantes de la tierra que
están situados en un tiempo-espacio. Contando con el tiempo-
espacio se construyen las teorías, los instrumentos de observación,
las naves espaciales, etc.
Todas nuestras construcciones teóricas y tecnológicas en
relación al espacio-tiempo pertenecen a nuestra DR de lo real y, por
tanto, tienen que ser temporales y espaciales.
La DA de nuestro acceso al cosmos es, por el contrario, ni
temporal ni espacial, como la DA de todas las realidades. Las
dimensiones del cosmos que no caben en nuestra condición de
animales terrestres, y no lo que todavía nuestras ciencias ignoran,
eso es la DA del cosmos. Esa dimensión que no es concebible y
que, por desproporcionada a nuestras facultades de vivientes,
es razonable pensar que no lo será nunca, está fuera del espacio-
tiempo, precisamente porque no puede ser modelada.
Por tanto, nuestro acceso al cosmos, como el acceso a cualquier
otra realidad, tiene una DR situada en el tiempo-espacio, y una DA
no situada en el tiempo-espacio. El cosmos, como toda realidad
para los humanos es, a la vez, tiempo-espacial y carente de esas
categorías.
Estas reflexiones hacen evidente que hay que extender la
epistemología no mítica a nuestros saberes del cosmos.

212
Consecuencias del crecimiento espectacular de
los conocimientos cosmológicos
Hace no mucho tiempo sólo se conocía el sistema solar y
unas 4.000 o 5.000 estrellas que podían observarse a simple vista
o con pequeños telescopios. En poco tiempo, y a ritmo cada vez
más acelerado, se han podido observar centenares de millones de
galaxias, cada una con centenares de millones de estrellas.
Ya se han podido observar exoplanetas y se supone con
fundamento que cada estrella tiene por lo menos un planeta. Se
supone que cada galaxia tiene en su centro un agujero negro. Se han
estudiado multitud de fenómenos astronómicos. Se considera muy
probable que en esa multitud de estrellas y planetas haya vida en
otros lugares. Y toda esa inmensidad no es más que el 5% de lo que
hay ahí fuera, el restante 95% es materia y energía oscura que no
se ha podido estudiar todavía. Hablo sólo de lo que es de dominio
público.
En el tiempo en que nacieron y se desarrollaron las religiones y
las tradiciones espirituales, los conocimientos cósmicos se reducían
al sol, a la luna y algunas estrellas fijas pensadas como agujeros en
la bóveda celeste.
En los últimos tiempos se ha producido una enorme
desproporción entre los mitos y creencias de las religiones y los
datos de la astronomía.
Podríamos decir que los mitos y creencias en las que se
expresaban las religiones eran como soluciones caseras, a la medida
de los habitantes de la tierra, pensada como centro del universo.
Los hombres como el centro de la tierra, y la tierra como centro del
universo. Una tierra pensada como inmensa y en su mayor parte
desconocida.

213
Los mitos hablan de Dios como entidad real trascendente
ontológicamente, hablan de su acción creadora de todos los seres,
de su Hijo que vino a la tierra desde ese ámbito ontológicamente
trascendente, para salvar de su pecado a los humanos, para salvar
sus almas y para conducirlos a otra vida después de la muerte,
resucitados en sus cuerpos y en su individualidad.
Todas estas narraciones y las creencias que se apoyan en ellas
son interpretadas desde una epistemología mítica que cree que
describe esas realidades.
Los nuevos conocimientos astronómicos, que están en continua
revisión, que han crecido tan aceleradamente y que continuarán
haciéndolo, resultan tan deletéreos para esas narraciones
mitológicas, entendidas y vividas desde una EM, como puedan serlo
las sociedades de conocimiento de innovación y cambio continuo
en todos los niveles de nuestras vidas.
La inmensidad de nuestro acceso al cosmos está modelada por
nuestros ojos ayudados por cada vez más potentes telescopios y por
nuestras ciencias construidas desde nuestra condición de vivientes
terrestres, desde sus sensores y desde su cerebro.
Eso inmenso que hay ahí fuera no es a la medida de la modelación
de unos vivientes de este planeta, aunque estén equipados con
potentes ciencias e instrumentos.
Las trasformaciones de la interpretación del universo dañan a las
religiones que toman sus narraciones sagradas como descripciones
de lo real, pero en cambio dan nueva luz a las afirmaciones centrales
de los maestros del pasado.
La DA no es un mundo de trascendencia ontológica, es la
inmensidad de los mundos. La inmensidad de los mundos a la que
nos referimos no es nuestra modelación científica. Nos referimos
a lo no modelado de todas nuestras modelaciones, a lo que es la
fuente de las modelaciones.

214
En este ámbito, como en todos, es válida la diferencia entre
DR y DA. DR sería nuestra interpretación científica, nuestra
modelación del cosmos y DA sería la fuente de esa modelación, lo
no modelado, no porque nuestras ciencias todavía no han llegado
a estudiarlo, sino porque es el trasfondo inobjetivable que permite
que la interpretación del universo de nuestras ciencias pueda
continuar cambiando. Si no tuviéramos también en el universo la
doble dimensión de nuestro acceso a la realidad, estaríamos fijados
en una única interpretación, como lo están los restantes animales.
Podríamos afirmar, como en todos los demás casos, que la DA
se modela a sí misma desde unos animales terrestres flexibles frente
al medio.
Eso no modelado no es algo con existencia cósmica, sino
puro efecto de nuestra estructura lingüística y su doble acceso a
lo real; es la consecuencia de la desproporción entre la capacidad
de acotar, objetivar y representar de un viviente terrestre, y la
realidad de la realidad. Lo que nuestro cerebro, nuestros sensores
pueden interpretar de esa inmensidad es a nuestra medida, aunque
esa medida esté ampliada por nuestro instrumental científico y
tecnológico.
Lo que podamos afirmar del cosmos nunca podrá alejarse de
la condición de asertos de un animal terrestre. Lo real no es a esa
medida, por más ampliada que esté. Siempre nuestro conocimiento
distingue, implícita o explícitamente, que una cosa es la modelación
que nosotros podamos hacer de lo real y otra cosa es lo real mismo.
Esta distinción, que también tiene que darse en la astronomía, es la
condición del crecimiento continuo de la misma astronomía.

No somos nadie venido a esa inmensidad, somos una forma


de esa inmensidad misma. No hay dualidad ninguna entre esa
inmensidad y cada uno de los humanos. La dualidad es cosa de la
estructura animal que precisa distinguir entre sí mismo y el medio
para poder sobrevivir en él.

215
Nadie viene a esta inmensidad cósmica desde fuera de ella.
Nuestra antropología ya no puede mantener que somos cuerpo y
espíritu. Nuestro cuerpo vendría de nuestra condición terrestre y
el espíritu vendría de fuera de esa condición, desde un ámbito con
trascendencia ontológica con respecto a cosmos.
La evolución de la astronomía prueba una vez más que la EM es
falsa. Muestra también que la que se llamó espiritualidad no puede
ser más que la CH y la CHP de un viviente peculiar.
La nueva astronomía desplaza al sol del centro que le atribuíamos,
desplaza a la tierra del centro del universo, y desplaza a los humanos
a la condición de vivientes hablantes de un pequeño planeta. Todos
estos desplazamientos tienen evidentemente consecuencias en
nuestras formas de sentir, en la interpretación de las narraciones
sagradas y en todos nuestros planteamientos axiológicos.
No hay que rehuir esas consecuencias porque, de hecho, son
inevitables.

216
La dimensión absoluta en nuestra condición
de animales hablantes

La función biológica de la DA y sus consecuencias.


Todos los vivientes modelamos la realidad, la inmensidad
de los mundos, a la medida de nuestras necesidades, de nuestras
capacidades cerebrales, de nuestras capacidades sensitivas y
operativas. Esta es una regla general que todo viviente tiene que
cumplir para poder sobrevivir. En esa regla estamos incluidos los
humanos.
El acceso a la DA no es el acceso a nada trascendente. El acceso
a la DA es un hecho biológico. Podríamos decir que la DA es un
invento biológico.
La diferencia específica de nuestra estirpe en relación al resto
de los animales es que somos vivientes constituidos como tales por
la lengua. La lengua es una creación biológica para conseguir una
respuesta rápida a las modificaciones que se produzcan en el medio
o a las modificaciones que nosotros mismos produzcamos.
La creación de la lengua consistió en dejar nuestra programación
genética no terminada para ser animales viables y dotar a nuestra
especie de una competencia lingüística. Con ese nuevo instrumento
podemos completar nuestra propia dotación genética y hacernos
animales viables.
La finalidad biológica de esta creación es lograr un viviente
flexible frente al medio. Para conseguirlo, la lengua nos proporciona
un acceso bifurcado a lo real. Un elemento de esa bifurcación es la
modelación de la realidad a la medida de nuestras necesidades y a
la medida de nuestro cerebro, nuestro aparato sensitivo y activo; el
otro elemento de la bifurcación es proporcionarnos una noticia de
eso real que debemos modelar, anterior a toda modelación.

217
La condición de nuestra flexibilidad, sin la cual no podría darse,
es tener una noticia de la DA como dimensión de lo real sin forma,
que sea verdaderamente noticia, como mínimo a nivel operativo.
Si la DA tuviera forma, aunque fuera mínima, bloquearía la
flexibilidad. Para que se posibilite la flexibilidad de nuestra especie
en relación al medio, la DA debe ser noticia pero sin forma alguna.
Este doble acceso a la realidad lo debemos a la estructura de la
lengua que traspasa el significado que las cosas tienen para nuestra
vida, de las cosas mismas a un soporte acústico. Así logramos un
doble acceso a lo real: el que es significativo para nosotros como
vivientes necesitados, y eso mismo de ahí que es totalmente no
relativo a nosotros, absoluto.
Eso absoluto es la inmensidad de los mundos, sin forma alguna,
porque toda forma proviene de la modelación que proyecta la
necesidad.
Como efecto de la doble dimensión de nuestro acceso a lo
real, se abre una gran puerta: la de la noticia de “Eso de ahí”, de la
inmensidad de los mundos sin forma.
Esa puerta es una noticia, clara como noticia, aunque oscura
porque es sin forma y radicalmente gratuita, y todo lo que sea sin
forma y totalmente gratuito, para nosotros, vivientes necesitados,
es enigmático, sutil y a la hora hablar de ello, huidizo y paradójico.
Por esa DA se puede navegar; podemos adentrarnos en esa
dimensión, lo cual será muy bueno para que la DA pueda cumplir
su función biológica como fundamento de nuestra flexibilidad.
Para adentrarse en esa noticia no se requiere que adquiera
formas religiosas, ni que cuadre dentro de sistemas de creencias. Es
una noticia que es un dato lo suficientemente sólido para adentrarse
en él.

218
Por la misma flexibilidad, nuestra especie puede vivir en el
medio de diversas maneras: como cazadores/recolectores, como
agricultores, como agricultores de riego, como ganaderos, como
industriales, como hombres de las sociedades de conocimiento.
Cada una de esas formas de sobrevivencia tiene que modelar
la realidad de formas diferentes. Cada una de las culturas hace una
transformación de su mundo y de su modo de vida que resulta
equivalente a los cambios de especie de los restantes animales.
Las sociedades preindustriales, que fueron estáticas,
construyeron sus PACs partiendo de las operaciones centrales de
su modo de supervivencia. Esas operaciones centrales de la caza/
recolección, de la agricultura, etc. al pasar a la lengua se convierten
en metáforas que se pueden usar como paradigmas para modelar la
totalidad de las acciones que se tienen que ejercer para sobrevivir.
Ese sería su paradigma.

El paradigma general del PAC debe dar cuenta tanto de la DR


como la DA. La DA queda modelada por el paradigma que le da
forma. Sin embargo, siempre se mantiene el carácter sin forma de
la DA afirmando que la DA es innombrable, que es inefable, que es
infinita, etc.
La modelación de la DR y de la DA con el mismo paradigma (a
pesar de las cautelas y correcciones) forma una unidad inseparable.
Eso es lo que llamamos religión. La religión de cada cultura, fue el
garante y la fuente de la totalidad del PAC.
Hemos dicho que las sociedades preindustriales eran estáticas
porque vivieron fundamentalmente de la misma forma durante
varios milenios. El PAC de estas sociedades debía excluir todo cambio
de importancia, debían bloquear los cambios. El procedimiento que
utilizaron, un procedimiento de programación, fue considerar que
el PAC en su totalidad era revelación divina o de los antepasados
sagrados.

219
Según eso era atentado contra la sobrevivencia de la sociedad,
y delito frente a lo divino introducir novedades importantes en
los modos de vida. La religión, que se identificaba con el PAC, era
el medio de bloquear con gran eficacia los cambios serios en los
modos de vida.
Advirtamos que fijando el PAC se fijaba también el acceso a
la DA. Esto tendrá consecuencias graves. Cada cambio de modo
de vida supone un conflicto religioso. Y, sobre todo, la aparición
e implantación de las sociedades industriales y, después, de las
sociedades de conocimiento, supondrán un grave conflicto con los
PACs considerados intocables por revelados y un grave conflicto
con las religiones.
Las sociedades estáticas, de PACs bloqueados por la revelación,
interpretaban sus PACs y sus religiones desde la epistemología
mítica, es decir, como descripciones sagradas e intocables de lo real
en todas sus dimensiones.
La epistemología mítica agravaba el conflicto y bloqueaba la
posibilidad de que los PACs religiosos de las sociedades estáticas
pudieran adaptarse a los nuevos modos de vida.
Resultaba que la interpretación y valoración de los PACs-
religión hacían de la realidad, de los modos de organización, a todo
nivel, de las formas de moralidad, etc. quedaban sacralizados e
intocables.
Así la religión se hizo incapaz de adaptarse a las nuevas
formas de vida, porque arrastraba consigo los PACs de sociedades
preindustriales. Pretendía imponer a las nuevas formas de vida las
interpretaciones, valoraciones, modos de organización y de vida
propio de sociedades que estaban o desaparecidas o en vías de
extinción.
La crisis mortal de las religiones estaba servida.

220
Las sociedades industriales y, sobre todo, las sociedades de
conocimiento se verán forzadas a rechazar la religión, porque son
sociedades de innovación y cambio continuo en todos los parámetros
de la vida y la religión pretende bloquear los cambios y mantener
a las sociedades de innovación dentro de PACs bloqueadores de
cambio.
Consecuentemente, las religiones son imposibles para las
sociedades de conocimiento. Si las sociedades de conocimiento son
como un destino inevitable para todos los pueblos de la tierra, ha
llegado a su fin la época de las religiones.
El fin de las religiones no daña para nada a la DA que
necesariamente continuará siendo una noticia consciente
o inconsciente pero siempre operativa. La posibilidad de
reconocimiento y de cultivo de la DA continuará estando ahí. Lo
único que cambia es que ya no se podrá cultivar a la manera de las
religiones.
Tendremos que construir otras formas de cultivarla.
Las religiones del pasado mueren como PACs-religión, y mueren
a la epistemología mítica, pero siguen ahí vivas como depósitos de
sabiduría, leídas y estudiadas desde una epistemología no mítica,
como grandes formaciones simbólicas que apuntan a la DA.

La DA es un dato, no una creencia o un supuesto


filosófico
La DA no es un supuesto ni el fruto de una demostración, es un
dato, aunque sea un dato peculiar.
Dato es lo que nos viene dado a nuestra mente, a nuestro sentir
o a ambos. Dato no es únicamente lo acotable, lo conceptuable, lo
cuantificable. Dato es también lo que llega a nuestro sentir o a nuestra
mente o a ambos sin que pueda ser acotado, ni conceptualizado
adecuadamente, ni pueda ser cuantificado. Todo lo cualitativo en

221
cuanto tal no puede ser perfectamente acotable aunque sea situable;
no puede ser, en cuanto cualitativo, adecuadamente conceptualizable,
aunque sea descriptible; no puede ser cuantificable, aunque pueda
numerarse las veces que se presenta.
Se puede hablar de lo cualitativo, pero sin ser capaces de
encerrarlo en nuestras palabras. Se puede significar, simbolizar,
apuntar con palabras a eso cualitativo. Las palabras dan cuenta de
su entorno, pero no puede atrapar su entraña. Podrán describirse
sus efectos, los elementos de su composición, pero la cualidad en
ella misma no se puede reducir a palabras.
A pesar de estos rasgos tan huidizos para nuestra razón, para
nuestra sensibilidad es un dato. También para nuestra mente
puede ser dato, aun cuando no pueda ser servido en una bandeja
conceptual por nuestra lengua.
Ese dato puede presentarse como visible, audible, tocable,
gustativo o en afectación a varios sentidos simultáneamente. Lo
cualitativo puede ser sensitivo y también mental, la mayoría de los
casos es sensitivo-mental.
Lo cualitativo puede y suele tener mucha carga subjetiva, pero
no todo es subjetivo sino que tiene indudablemente rasgos objetivos.
Todo lo cualitativo es siempre en relación al sujeto como viviente y,
por tanto, en su dimensión mental-sensitiva y en su integridad, con
los deseos y temores, con los recuerdos y expectativas; pero también
con su dimensión de DA, a la que siempre acompaña, en un grado
u otro, el interés por lo real, el silenciamiento interior y el desapego
de los propios intereses y, por ello, de los elementos subjetivos.
Por consiguiente, lo cualitativo es a la vez subjetivo y objetivo.
El prototipo de ese fenómeno son las obras de arte que siempre
afectan a la individualidad y a su peculiar subjetividad, pero son
fuertemente objetivas porque hablan de la DA que no se puede
decir en palabras, aunque la literatura las use para hablar de ello.

222
Las grandes obras de arte de música, pintura, arquitectura,
literatura, pueden ser verificadas en su valor por todos los sujetos
y colectivos que estén adecuadamente educados. Y esa verificación
dura siglos, traspasando fronteras y culturas.
La belleza es un dato, aunque vaya acompañada de efectos y
concomitancias subjetivas.

Todo lo axiológico es cualitativo. La DA es axiológica y, por


tanto cualitativa. La DA es lo más cualitativo de lo cualitativo y es,
también, lo menos subjetivo de lo cualitativo porque se presenta
como la contrapuesto a DR, como “Eso de ahí” que no es relativo
a ningún sujeto, que es desligado, absoluto de toda relación a los
sujetos y sus mundos.
Luego a la DA, como dato, se le pueden aplicar todo lo se ha
dicho de cualitativo como imposible acotar, conceptuar. Y con
mayor razón se puede hablar así de la DA. De ninguna cualidad se
ha hablado y escrito tanto como de la DA en sus diversas formas
de presentarse; se la puede apuntar, simbolizar, pero no se la puede
apresar con palabras, ni con ninguna otra forma.

Podemos aducir pruebas indirectas de que la DA es un dato


cualitativo, axiológico, peculiar, un dato mental-sensitivo real.
Hemos hablado varias veces de lo que prueba indirectamente que
la DA es un dato que opera, se le conciencie o no. Las artes son una
muestra clara de que tenemos un doble acceso a lo real. Intentan
poner en formas, la DA de todo lo real, el aspecto de todas las
realidades que no sirven para nada. Todas las artes hacen eso, cada
una a su manera. También son prueba la existencia de las ciencias.
No se darían ni progresarían si sólo tuviéramos un único acceso a
lo real, el relativo a nuestras necesidades. Las ciencias operan con
la idea que las cosas son más de lo que somos capaces de formular.

223
También es prueba la constante existencia de las religiones y
espiritualidades. No tendrían ningún sentido si no se tuviera notica
de la DA de lo real. La gran fuerza de las religiones y de los diversos
tipos de espiritualidades, la radicalidad de su atractivo para muchos
sería inexplicable sin la noticia de la DA.
Los grandes cambios culturales también son prueba de que
tenemos un doble acceso a lo real. Si no fuera sí quedaríamos
clavados en una única manera de vivir, como los restantes animales.

Si partiéramos, como en el pasado, de una antropología de


cuerpo y espíritu, o de animal más racionalidad, podríamos atribuir
el habla y todas sus formas a esa dimensión más allá del animal. Con
esa concepción podría explicarse que apareciera el aspecto gratuito
y absoluto de la realidad.
Cuando tenemos que aceptar que somos animales, sin nada
añadido a esa nuestra condición, entonces hay que explicar la
peculiaridad de esos fenómenos, exclusivos de nuestra especie; pero
habrá que hacerlo desde lo que también es exclusivo de la especie:
ser constituidos en nuestra mismísima condición de vivientes por
el habla. Es el habla la que nos posibilita todos esos accesos a lo real
no relativos a nuestras necesidades. Es la lengua la que provoca la
bifurcación de nuestro acceso a lo real.
Los maestros de la CHP de todos los tiempos han enseñado
procedimientos para acercarse a ese dato: los que hemos
caracterizado como IDS-ICS de los que ya hemos hablado. Además
de eso intentan expresar su vida desde DA mediante narraciones,
símbolos, su propio vivir, etc.
Como todos los procedimientos conducentes a lo cualitativo
hondo, como las artes, la espiritualidad etc. los procedimientos
que se ofrecen para aproximarse a ese tipo de cualidad no son de
una causalidad infalible y segura. Facilitan el acceso a la cualidad,
pueden aproximar a ella, pero no son automáticos: aplicación del
procedimiento-efecto. El efecto puede presentarse o no presentarse.

224
Sin embargo esa peculiaridad no disminuye su cualidad de “dato”,
porque es verificado, en un grado u otro, por una gran cantidad de
personas de todas las culturas y todos los tiempos.
Ese dato siempre está presente, consciente y lúcido o
semiinconsciente, pero siempre, insistimos, operativo como
condición de posibilidad de numerosos fenómenos humanos como
los ya indicados. No podría ser de otra manera porque la doble
dimensión de nuestro acceso a la real es la estructura específica
humana.
Cobrar conciencia clara y lúcida de esa dimensión en el ser de
todo, es una posibilidad esencial de nuestra condición humana de
animales constituidos como tales por el habla. Podríamos decir
que es semejante a un destino para nuestra especie, aunque la gran
mayoría de los humanos no lleguen nunca a poder realizar esa
condición.
En esto nos ocurre a los humanos como a las plantas y a los
animales. Toda la infinidad de semillas arrojadas por plantas, flores
y árboles, para que germinen, sólo una entre miles lo logra. Igual
puede decirse de los animales; de los miles de espermatozoides
que se emiten en un coito animal o humano sólo uno en cada caso
fructificará en un nuevo ser. Entre los humanos, de los miles de
millones que somos, sólo unos pocos, muy pocos, llegan a realizar
clara y lúcidamente la posibilidad estructural de la DA.
Nuestras facultades mentales y sensitivas no son nuestras,
porque no somos nadie venidos a este mundo, son de la tierra,
del cosmos, de este inmensidad entera. Desde esa perspectiva, es
nuestro destino como especie llegar a la clara y explícita noticia de
la DA de todo, de la misma manera que es el destino de cada planta
y animal reproducirse, aunque en la gran siembra de la vida se den
muy pocos casos de realización.
Sin embargo, en las SC el número de las personas que
deben llegar a la noticia explícita de la DA tiene que ser alto. No
jugamos únicamente con realizar o no una posibilidad intrínseca
de nuestra condición, sino que en ello nos va, en las sociedades

225
de conocimiento, la supervivencia de la especie, de la vida de las
plantas y de la habitabilidad del planeta.
El lector perdonará que insistamos una y otra vez en que la DA
es un dato, por la importancia que este asunto tiene. Si no fuera
un dato, aunque axiológico y cualitativo, con lo que eso supone,
la SC no podría mantener abierta la posibilidad de realización,
en el grado que sea, de la DA, porque no puede hacerlo desde la
creencia, ni desde una antropología de cuerpo y espíritu, ni desde
una filosofía contemporánea de la explosión y proliferación de las
ciencias. Nuestra posibilidad de CHP, que ya no es optativa para los
grupos humanos, sería imposible cuando más la necesitamos para
poder gestionar adecuadamente y en bien de los humanos y de la
vida toda, el crecimiento cada vez más acelerado de las ciencias y
de las técnicas.
En las sociedades de conocimientos hemos de poder realizar la
CH y la CHP y hemos de poder acceder a la DA sin religiones, sin
creencias y sin la posibilidad de leer desde una epistemología mítica
las grandes textos sagrados y los maestros del pasado.
Para construir una SC de calidad, coherente y que no amenace
la vida, necesitamos comprender y reconocer que la DA es un dato.
También necesitamos reconocer como dato que la DA es la fuente
de todas nuestras modelaciones de lo real. La DA es la fuente y a
realidad honda de la DR y no a la inversa.

La DA no puede ser un postulado


Si las cosas estuvieran realmente ahí, frente a nosotros, desde
una epistemología mítica, y no como modelaciones de los vivientes,
la DA podría ser un postulado. De forma semejante a como de las
criaturas se postuló la existencia de un Dios.
Eso supondría una antropología también desde la epistemología
mítica y concebir los humanos como individualidades animales a
las que se añade un espíritu o una racionalidad.

226
Si todo son modelaciones de un viviente, no cosas dadas ahí,
no cabe la epistemología mítica. Los que son vivientes no humanos,
modelan también su mundo y en su modelación no necesitan
postular la DA. Para que se dé la posibilidad de la DA tiene que
tratarse de un viviente constituido por el habla.
Pero para la simple posibilidad de existencia de un viviente
hablante ya se requiere la DA, no como postulación, sino como
condición de posibilidad. No puede darse la condición de hablante
sin que se de un acceso bifurcado a la realidad como DR y DA.
La única salida para que la DA sea un postulado sería que nos
situáramos en la epistemología mítica y en una antropología de
cuerpo + espíritu o de cuerpo + racionalidad.
Por consiguiente la DA no es un postulado sino un dato
condición de posibilidad.
Las artes, la ciencias, los cambios culturales radicales, las
religiones como fenómenos históricos, las espiritualidades, no
nacen de postular la DA sino de partir de ella como condición de
posibilidad imprescindible.

La DA, sin EM, es libre de toda forma


La DA no está ligada a ninguna forma. La noción de revelación
divina en las religiones supone la fijación de la DA en una palabras;
y eso por voluntad expresa de la DA. En ese caso, ni la DA es libre de
las palabras, ni las palabras son libres para investigar la DA.
Eso es contrario a la manera de ser de la DA, y ni Dios mismo
lo puede hacer.
Sin la EM la DA es libre de las palabras y las palabras son libres
para investigarla.

227
No hay palabras que estén más cerca de la DA que otras. Todas
las palabras sólo pueden apuntar a la DA, simbolizarla, pero nada
más. Las palabras pueden apuntar mejor o peor, en dependencia de
los contextos culturales.
La DA puede decirse en toda forma, y no está ligada a ninguna.
Ninguna forma está más cercana de la DA que otras. Todas están
a igual distancia. Todas son impotentes para hablar de lo que es
indecible.
Este hecho es la posibilidad de la diversidad de culturas y es la
posibilidad del verdadero ecumenismo.
El “empalabramiento” definitivo de la DA en una revelación es
un error, porque es una imposibilidad.
Quienes liguen la DA a una revelación definitiva (a un
empalabramiento exclusivo) cometen un error grave e inoculan en
la humanidad un terrible germen de discordia y violencia.
En culturas pre-industriales, con EM, con patrón R y con
religiones funcionando como PAC, el error era prácticamente
inevitable, aunque no absolutamente inevitable. Unos pocos sabios
escaparon de la trampa.

Las palabras y la DA
Las palabras son libres en su relación a la DA, si se intentan
seriamente expresiones adecuadas y dignas.
En el mundo de la lengua, para aproximarse y apuntar con
acierto a la DA, no hay ningún posible criterio para discernir unas
palabras como mejores que otras.
Las palabras se construyeron y son aptas para hablar de lo que
modelan, de acuerdo con nuestras necesidades en un modo concreto
de sobrevivir. No se construyeron y no son aptas para hablar de lo
que, por su sutilidad para nuestra condición animal, no podemos
ni atrapar, ni concebir.

228
La inmensidad de lo que es, no cabe en nuestras limitadas
facultades de modelación de lo real que están ordenadas a adaptarlo
a la pequeñez de nuestras necesidades. “Eso” no es a la medida de
nuestro cerebro de animales terrestres, de nuestras mentes y de
nuestro sentir, porque esas facultades están concebidos para que
podamos reconocer en el medio lo que nos puede mantener la vida.
Nuestras palabras no son adecuadas a lo que los sabios de
todos los tiempos se vieron forzados a llamarlo “lo inefable”, “lo
innombrable”, “lo sin nombre”, “lo sin forma”.
Todas nuestras palabras son impotentes y, porque lo son, son
libres en su relación a la DA.
La DA no puede tener conexión especial con ningunas palabras.
Tal es la desproporción.
En presencia de la noticia mental y sensitiva de la DA, por
oscura y débil que sea, se genera siempre una punta de certeza
diamantina de lo real de lo real.
Nuestra lengua puede utilizar términos para referirse a la DA,
que como símbolos o metáforas, hablen de origen, de fontalidad,
de paternidad, de antepasado, añadiéndoles una calificación para
evitar la confusión con su sentido ordinario: le añaden “Padre del
cielo”, “Gran Antepasado”, le llaman “Dios” que es lo mismo que
luz, le llaman “Luz de lo alto”. O emplean nombres sin significado
concreto como “Ohm”, Brahman; o bien emplean una noción que
denota la incapacidad de todas nuestras palabras para representarla,
conceptualizarla, y le llaman “el Vacío”.
Estos términos, así peculiarizados, más la presencia de la noticia
de DA, se convierten en hábiles para apuntar, sugerir, simbolizar
lo innombrable. Esos términos no pueden nunca designar aquello
a lo que se refieren, porque la DA no es objeto, ni nada concreto
designable.

229
Esas palabras funcionan como símbolos, cuando por su
contexto, sea de texto o de circunstancias colectivas o personales,
se hacen transparentes de aquello a lo que aluden. En esos casos es
como si la DA se hiciera especialmente presente en el símbolo. Es
algo semejante a lo que ocurre con la belleza y las otras artes: en
el cuadro o en la pieza musical, o en el poema, se hace presente la
belleza.
En ningún caso las palabras disponen de criterio que les
permita sostener con verdad que unas determinadas expresiones
lingüísticas que pretenden expresar la DA son mejores que otras
para sugerirla, y menos para afirmar que son exclusivas.
La DA es la dimensión gratuita y absoluta de toda realidad;
no habría, pues, razón para suponer que la DA expresada por las
palabras de un colectivo o de un pueblo excluyan todas las otras,
eso sería arbitrario y contra la manera de ser de la DA y de las
palabras. Ningunas palabras, ninguna lengua es capaz de acotar la
DA, y lo que no se puede acotar, no se puede nombrar; ni la DA
puede ceñirse en exclusiva a ningunas palabras.
Por consiguiente, todas las palabras, de la lengua que sea, son
ineptas y libres para intentar aludir a la DA y la DA es libre de todas
las palabras humanas.
Siendo así las cosas, ¿por qué se ha producido el fenómeno
que unas palabras se considerasen como revelación verdadera y
exclusiva frente, a todas las otras palabras posibles? ¿Cómo es que
se ha generado el fenómeno de la revelación, que una comunidad ha
considerado como única válida?
Eso ha ocurrido porque en las sociedades preindustriales el
PAC era a la vez el procedimiento de vivenciación y expresión de la
DA. El PAC para cohesionar y motivar al pueblo de las sociedades
estáticas era considerado como único válido, exclusivo e intocable.
El procedimiento que se usaba para asegurar que no hubiera
cambio, porque los cambios de importancia podrían amenazar la
sobrevivencia del grupo, era afirma que era revelación divina. Y
para asegurar que la identidad de un grupo social no se diluyera

230
en otros grupos vecinos, que vivían de manera semejante, había
que sostener que únicamente el propio PAC era revelación divina;
cualquier otro PAC era error y pecado.
En sociedades como las de conocimiento, el PAC se vive como
pura construcción humana y no puede ser, a la vez, vehículo de
la vivenciación y expresión de la DA. La consecuencia es que, por
primera vez en la historia, comprendemos con toda claridad que las
palabras son libres respecto a la DA y la DA es libre de toda posible
sumisión exclusiva a unas palabras determinadas.
Ningún PAC es revelación divina, ninguna religión es exclusiva
y única. Esto es lo correcto, una bendición para las sociedades
globalizadas y lo único coherente y posible para las sociedades de
conocimiento.
Este es el fundamento de un auténtico ecumenismo. Podemos
usar libremente todas las tradiciones religiosas y espirituales de la
humanidad. Todas son igualmente aptas e igualmente ineptas.
Si nos queda algún criterio para discernir entre las propuestas
de apuntamiento y acceso a la DA en las sociedades de conocimiento
es el criterio que proporciona la CHP, nada más, pero será suficiente
para discriminar y rechazar, si es necesario, las propuestas que
no prendan fuego al ego individual y colectivo o no orienten a la
dimensión de la realidad que es totalmente gratuita: la DA.

Relación entre la flexibilidad frente al medio y la


noticia de DA
La flexibilidad de nuestra especie en relación al medio
depende directamente de la noticia que tenemos de la DA. Esta
noticia está siempre presente pero puede presentarse consciente
o inconscientemente y meramente operativa, determinando la no
fijación de nuestra actitud con respecto al medio.

231
Mientras se interprete a los humanos como un compuesto de
espíritu y de materia o como un compuesto de animal y racionalidad,
no se comprenderá la trascendencia de nuestra flexibilidad como
animales frente al medio. Si somos espíritu y razón la flexibilidad
frente al medio no presenta problema.
Si somos animales constituidos como tales por el habla,
entonces es necesario dar cuenta de esa condición nuestra exclusiva
entre todos los vivientes.
La raíz de esa diferencia tiene que residir en nuestra condición
de hablantes y en la bifurcación que la lengua provoca en nuestro
acceso a la realidad. Más en concreto, la raíz de esa diferencia con
los restantes animales reside en la posibilidad que crea la lengua
de un acceso a todo lo que nos rodea y a nosotros mismos, como
una dimensión de lo real no relativa a nuestras necesidades como
vivientes, como una dimensión que, porque no es relativa, podemos
llamar absoluta.
De esta estructura de la condición humana hemos de sacar la
conclusión que cuanto más flexibles seamos, más humanos somos.
Ser más flexible depende del grado de conciencia y de cultivo de
nuestro acceso a la DA de lo real. Cuanto más lúcido y profundo
sea ese cultivo de la DA más libres somos en relación al medio y
nuestros modos de sobrevivencia.
La conciencia de la DA es reconocimiento de que la DR de lo
real es nuestra modelación, que esa modelación no es lo real de lo
real, sino que puede ser modificada cuando sea conveniente.
Las sociedades de conocimiento son sociedades de innovación
y cambio continuo, por ello, han de ser las sociedades más flexibles
con relación al medio de todas las que han existido, por lo cual
tendrá que cultivar la DA de lo real con más intensidad que las que
les precedieron.
Hay que cobrar conciencia individual y colectiva que a mayor
cultivo de la DA, mayor flexibilidad, más capacidad creativa y más
adecuación a las nuevas sociedades. A menor cultivo de la DA o de

232
una forma puramente operativa se seguirá coherentemente menor
flexibilidad, menor capacidad creativa y menor adecuación a las
nuevas sociedades.
El cultivo de la DA, además de las ventajas que comporta en
relación a la CH y a la CHP es, en las nuevas sociedades, un factor
de creatividad y, por tanto, de éxito.
En las sociedades preindustriales, que eran estáticas, porque
vivían durante milenios de hacer fundamentalmente lo mismo, se
tenía que refrenar esa flexibilidad en relación al medio, incluyendo
en el PAC la afirmación de que lo que imponía el programa a través
de mitos y narraciones era herencia de antepasados sagrados o
revelación de los dioses. No se podía modificar sin caer en pecado
y delito punible religiosa y socialmente.
Esa comprensión suponía interpretar lo que decían los mitos y
narraciones como descripciones de lo real. La EM era inseparable
de esa interpretación del PAC. Consecuentemente la CH y la CHP
pasaban por la sumisión.
La noción de revelación o de herencia sagrada de los antepasados
es una confirmación de que la flexibilidad de nuestra especie con
relación al medio es una consecuencia de nuestro acceso a la DA.

Intento de aclarar algo la dimensión absoluta de


lo real en una sociedad no religiosa.
La dimensión absoluta de lo real es “eso de ahí”, la inmensidad
de los mundos que no es relativa a nuestras necesidades de vivientes.
Es la cara no relativa a nosotros de la realidad que también se nos
muestra como relativa a nosotros.
La dimensión absoluta es la inmensidad de los soles, las galaxias,
las galaxias de galaxias, los terribles y monstruosos agujeros negros,
la formación de estrellas, su explosión y colapso, el pluriverso.

233
El universo es una terrible monstruosidad, para nuestra
frágil carne. Son fuegos atroces, fuerzas y energías gigantescas,
inconcebibles para nuestro pobre cerebro.
Nosotros no somos más que unos pobres animalitos
insignificantes del planeta tierra, satélite de una estrella de una de
las barriadas de nuestra galaxia.
Pero en nuestra insignificancia absoluta no somos nadie venido
a estos mundos terribles; somos esos mundos. Somos como una
velita que sostiene una pequeña llama en medio de los soles.
Nuestras facultades no están ordenadas a esas inmensidades; se
construyeron al servicio de la sobrevivencia de nuestra breve vida.
La dimensión absoluta es todo eso, incluyéndonos a nosotros
como leve luz para iluminar la inmensidad de lo que hay.
Todo es desproporcionado a nuestras pobres luces y a nuestro
sentir, todo él volcado a la inmediatez de la sobrevivencia.
Si queremos pensar correcto y construir nuestros proyectos
valorales colectivos de forma adecuada, habrá que meter en nuestra
mente y en nuestro sentir la magnitud inconcebible de la dimensión
absoluta.

Esa atrocidad de mundos ha sido amable con nosotros y también


con todas las especies animales. Nos ha dotado de un sistema
cerebral y de unos sentidos que filtran esos mundos monstruosos
de forma que resulten soportables a nuestra fragilidad. Más aún,
han modelado esos mundos a nuestra pequeña medida y los han
hecho bellos, deseables, amables, generalmente benévolos.
Podemos decir, hablando lenguaje humano, que la inmensidad
de los mundos ha sido buena, misericordiosa con nosotros y con
todos los animales.
La tierra es como una pequeña nave azul, protegida en medio
de terribles hornos de fuego repartidos en los inmensos vacíos del
espacio.

234
La tierra nos mantiene a nosotros y a todos los vivientes como
entre algodones.
Volviendo a hablar con lenguaje humano, podríamos decir que,
puesto que no nosotros somos luz de la mente y calor del sentir, y
no somos nadie venido a estos mundos, son estos mundos los que
son mente y sentir. Nosotros, débiles y breves vivientes, somos el
lugar donde la luz de la mente y el calor del corazón brota, como el
magma de los volcanes, desde el seno de los mundos.
El misterio de los mundos es nuestro propio misterio y el
misterio de nuestro pensar y sentir es el misterio de los mundos.

De estas consideraciones surgen espontáneamente tres graves


cuestiones:
-¿Qué es este mundo inabarcable e inconcebible?
-¿A qué nos referimos cuando usamos el término “Dios” o
la “dimensión absoluta”?
-¿Qué somos los humanos?

Estas tres preguntas son tres miradas a un mismo problema.


Estas preguntas son preguntas-luz, preguntas-noticia indudable,
pero no tiene posible respuesta. Estas tres preguntas se entrecruzan
entre ellas de forma que no se puede intentar centrarse en una de
ellas sin que aparezcan casi simultáneamente las otras dos.
La inabarcabilidad de la comprensión de los mundos se
adentra en la aparentemente más sencilla pregunta por el hombre.
La pregunta por los mundos y por el hombre es la pregunta por
la dimensión absoluta de lo real y a la inversa, la pregunta por
la dimensión absoluta es la pregunta por los mundos y por los
humanos.

235
Las facultades humanas, hechas para las pequeñas cosas
concretas que tienen que ver con la sobrevivencia de nuestra
condición animal, se pierden en esas profundidades inabarcables.
Pero, a pesar de ello, tienen noticia cierta, no conceptuable, de esas
dimensiones infinitas. ¡Otra vez el misterio de la condición humana,
que es la condición también de los mundos y de la dimensión
absoluta de lo real!

Las venerables religiones son soluciones “caseras” para estas


terribles preguntas. Soluciones muy bien construidas y aliñadas
para mentes y para paladares humanos, que, por mutación de los
tiempos, ya no son posibles.
El fondo de todas las religiones y tradiciones espirituales son
estas tres preguntas, a las que se dan siempre respuestas, pero se
trata de unas respuestas que no son cumplidas respuestas. Siempre
queda, y ha de quedar, el latido de las preguntas que no pueden ser
respondidas.
En las sociedades de conocimiento hay que plantear estas
preguntas en toda su crudeza y de forma que lleguen a toda la
población, sin poder acudir a las soluciones caseras de las religiones.
De la conciencia de esta nuestra situación dependerá la cualidad
humana honda, sin la cual las sociedades que viven y prosperan
desde el conocimiento no son viables.

Llegados aquí surge una grave cuestión: ¿cómo llevar a las


gentes a esta conciencia?
Esa es nuestra tarea.
Resulta necesario que tengamos que sumergirnos, lo más posible
en ese espanto y en ese asombro para pensar desde ahí y sentir desde
ahí, para buscar una comprensión y un sentir adecuado para poder
construir nuestros proyectos valorales colectivos convenientes a la
nueva situación.

236
Nuestra condición de sociedades laicas, sin religiones, ni
creencias nos ha llevado donde estamos, sin posible marcha hacia
atrás.

El yo y la DA
Al ego, al yo, se le ha interpretado como entidad, como
individualidad, como espíritu o como racionalidad diferente del
cuerpo. La raíz de esta interpretación ha sido la base helenista que
consideraba que los hombres estábamos dotados de un espíritu no
mortal. Esa interpretación del yo pasó al cristianismo que se propuso
salvar esa identidad para la vida eterna. Luego la cultura occidental
sumió esa herencia y, por último el liberalismo y el capitalismo
la hicieron el eje de su antropología y de su interpretación y
organización de la sociedad, de la economía, etc.
Esta herencia se cuestionó por efecto de la crisis de la religión
y la crisis del capitalismo, y por la aparición de la sociedad de
conocimiento que no puede basar en los individuos su creatividad y

su iniciativa, porque la complejidad de ciencias y tecnologías exigen


operar en equipos. A estas transformaciones culturales hay que
añadir el conocimiento de las culturas orientales y africanas que no
han sido tan individualistas, ni sus vías espirituales se presentaban
como religiones de salvación del individuo, sino de silenciamiento
de la individualidad.
Todos estos factores nos empujan a tener que interpretar al yo
como una mera función del cerebro que tiene a su cargo la gestión
de la supervivencia del individuo. El ego no es un alma, ni una
entidad, ni una individualidad, es una función del cerebro.
El yo se ve forzado a hacer una interpretación de la realidad
dual, en la que se contrapone una supuesta individualidad a un
medio del que debe tomar lo necesario para sobrevivir. Se crea la
contraposición: viviente núcleo de necesidades, frente al medio del

237
que debe vivir. La interpretación de sí mismo como una entidad y
del medio como una pluralidad de realidades, es lo que podríamos
llamar “error necesario”, el “pecado original” de nuestra especie
según el cristianismo, pero sin culpa.
Por efecto de este “error original, necesario a todo viviente”, el
yo, para poder sobrevivir, ha de cubrir con un velo la DA única y
no plural.
En la interpretación del yo de nuestros antepasados de
las sociedades agrario-autoritarias y en la interpretación de la
modernidad liberal y capitalista, el yo era el enemigo principal del
camino espiritual. En nuestra terminología diríamos, que según
la interpretación del yo que nos ha precedido, el yo es el enemigo
principal de la CH y sobre todo de la CHP.
Desde la necesidad de una nueva antropología y,
consecuentemente, de una nueva interpretación del yo, hay que
plantearse la pregunta: ¿es el yo enemigo de la DA, de la CH y de la
CHP?

Es enemigo si no se le convence de que el camino a la DA, a la


CH y a la CHP no le daña en esta vida sino que le favorece.
El yo puede parecer un adolescente rebelde, pero es razonable.
Lo que pretende sobre todo es ser, y dar vida para la supuesta
individualidad de la que es el gestor. Siempre, de una forma u otra,
defiende eso. Esa es la pretensión de su actuación y de sus juicios,
porque esa es su función.
Se le puede convencer para que se ponga al servicio de la DA y
de la CHP. Eso es lo que pretende el “yoga del conocimiento”. Hay
otros muchos procedimientos.
Todos esos procedimientos o métodos pretenden que el yo
comprenda que el criterio que le rige, que es el deseo/temor, los
recuerdos y expectativas, es un camino a una vida de dolor y de
muerte. Los deseos la mayoría de las veces no se cumplen o se

238
cumplen insatisfactoriamente; los deseos van siempre acompañados
del temor de no alcanzar el objeto de deseo, o del temor de perderlo
una vez conseguido. Tantos grados de deseo, tantos grados de temor.
Los recuerdos, que son el punto de apoyo de las expectativas, por las
herencias psicológicas que nos constituyen, deforman la realidad y
con ella crean expectativas inviables o poco viables. Además de estas
reflexiones, hay que añadir que la realidad no es a la medida de los
deseos y expectativas de unos pobres vivientes como nosotros y más
cuando esos vivientes están cargados de herencias deformantes,
interpretaciones pobres y limitadas de la realidad.
El Buda, y otros maestros de la CHP, ya nos advirtieron que
regirse por el deseo/temor es optar por vivir una vida de sufrimientos,
de dolor. Estas enseñanzas son tales que el yo las puede comprender
y verificar con facilidad.
Lo que ofrecen al yo las grandes religiones y las tradiciones
espirituales no es la muerte y un camino largo, arduo, estrecho y de
subida, al que le seguirá un paraíso en otro mundo como premio;
lo que ofrecen las grandes tradiciones es el camino a la plenitud
humana: a la CHP, a la felicidad.
Sí, a la felicidad, ya en esta vida. La versión agrario-autoritaria
del camino a la luz, es la de un camino de condenación del deseo, de
castigo del cuerpo, de paso por la muerte, de morir a sí mismo para
conseguir la vida, que sólo se realiza en plenitud en otro mundo, no
en este. La vía espiritual es un camino de cruz.
Con este planteo resulta difícil convencer al yo. El argumento
más sólido es la promesa de vida eterna de su individualidad. Ese
argumento pesa, pero está lejos para el yo.
Si se consigue convencer al yo, se transforma en algo parecido al
genio de la lámpara de Aladino. Se convierte en un genio protector
al servicio de la DA, de la CH y de la CHP.
Entonces es un actor perfecto que acierta en casi todo lo que
hace.

239
¿Por qué se convierte en un actor perfecto? Porque lo que le
hacía errar en muchas ocasiones era el deseo/temor que deforma las
realidades; los recuerdos que desfiguran lo ocurrido en el pasado,
y las expectativas que arrancando de los deseos/temores, se apoyan
en los recuerdos más o menos deformados y parcializados.
Cuando el yo se libera de todos esos factores condicionantes y
deformantes, puede volverse limpio e interesado a lo real y acertar
en sus criterios y actuaciones.
Según esto las tradiciones de cultivo de la CHP ofrecen felicidad
y acierto a los humanos.
El yo convencido renuncia gustoso a su pretendida identidad
porque ha podido comprender que no pierde nada, sino que gana y
mucho: su identidad no es un pequeño paquete de deseos/temores,
reunidos al azar, que llaman persona, ni su cuerpo mortal, sino que
su identidad es la DA misma.
El tratamiento del yo para acceder a la DA y a la CHP de las
sociedades que nos han precedido crea una enemistad que, en contra
de la pretensión, fortalece al yo y perpetúa y agrava el conflicto.
Una antropología de cuerpo/espíritu conduce a un menosprecio
del yo y de su soporte, la carne, y predica la ascesis, el castigo y
desprecio del cuerpo. Presenta el camino a la DA y a la CHP de una
forma dura, poco atractiva y de conflicto perenne con el yo.
El individualismo da identidad al yo, le da consistencia como
espíritu, la religión le promete vida eterna, le mantiene vivo, explica
la sociedad y la economía a partir de él, le convierte en el eje de la
cultura.
Por la herencia helénica, el PAC agrario-autoritario y la ideología
liberal se concibe el camino espiritual, el camino del espíritu en su
conflicto con la carne y el yo, como un camino arduo, de subida,
estrecho, pero que conduce a la salvación del individuo en otra
vida. Un valle de lágrimas en la tierra que puede desembocar en el
paraíso o en los atroces tormentos eternos del infierno.

240
El camino a la DA no es un camino a la felicidad en esta tierra,
sino una tarea ardua, llena de sumisión y de responsabilidad frente
a un juez riguroso.

Desde una antropología que considera a los humanos como


unos vivientes constituidos por el habla, que sobreviven en equipos
simbióticos de individuos que deben estar llenos de iniciativa y
creatividad, pero que no son autárquicos, la propuesta de las viejas
religiones y de las grandes tradiciones espiritualidades de nuestros
antepasados se presenta como un camino al gozo, a la liberación
de la sumisión al deseo/temor, al despertar a nuestra verdadera
naturaleza que es la DA.
La oferta de las tradiciones a los humanos de las nuevas
sociedades es una oferta de felicidad, de plenitud, de reconciliación
con todo, de paz con el yo.
No se pelea con el yo, no se le mata, se le silencia, se le ladea
del centro del pensar, del sentir y del actuar, para que no vele con
nuestras modelaciones desde el deseo/temor la verdadera realidad
de todo y de nosotros mismos. Se le libera de su sumisión al deseo/
temor para que pueda cumplir su función sin deformaciones.
La oferta de los sabios del pasado, de todas las culturas y de
toda la humanidad es una oferta de vida, de cualidad humana
profunda, de libertad, de indagación libre de toda la realidad que
nos incluye a nosotros mismos; en una palabra, es una oferta de
felicidad humana.
Una oferta enormemente atractiva para las sociedades de
conocimiento.

241
La DA de los mundos
La DA de los mundos, de los cientos de millones de galaxias, de
los millones de millones de estrellas, de exoplanetas, de fenómenos
cósmicos, no es un ser con trascendencia ontológica, no es un
ser “otro” de esa inmensidad que nuestras ciencias y tecnologías
detectan y representan, ni toda esa inmensidad es “otra” de la DA
de la realidad.
La DA de los mundos es la misma que la de la pequeñez y
complejidad de los mundos atómicos y subatómicos.
La DA de los mundos atómicos y subatómicos es la misma que
la inagotable complejidad y diversidad de la vida de este planeta, de
animales grandes y pequeños, microscópicos y macroscópicos, de
los que todavía existen y de los que se extinguieron.
Toda esa inmensidad de formas y estructuras no es “otra” de la
DA, ni la DA es “otra” de esa inmensidad.
Teniendo en mente toda esa diversidad de formas, de estructuras
y de mundos, ¿cómo concebir, representar y vivir esa DA, que
tampoco es “otra” de mi más íntima intimidad, sin deformarla?

Hacer de la DA un Dios es empequeñecerla reduciéndola a


cánones antropomórficos; es darle un estatus ontológico que la
separa de todos los seres. Con esa separación, paradójicamente se
la hace un ser entre los seres, un existente entre lo existente, aunque
se diga de Él que es el ser supremo, el creador, el rector externo de
todos los seres.
Para engrandecer a Dios se le hace un ser externo a todos los
seres; para diferenciarlo se le reviste de cualidades infinitas. Todo
ese revestimiento no consigue apartarlo de ser un ser entre los seres,
aunque sea el infinitamente superior y supremo.

242
Se afirma que es la plenitud de ser, pero, a la vez, se afirma que
es infinito en todas sus cualidades. Lo que es infinito no se puede
decir que sea o que no sea. La noción de Dios como ser puro, como
ser infinito es equivalente a la noción de vacío. Diciendo que es
puro ser infinito se está diciendo que es puro vacío del que no se
puede afirmar nada.
A lo que no se puede aplicar ni la noción de ser, ni la noción de
no ser, tampoco se le podrán aplicar los rasgos antropomórficos con
que se le reviste, como que es sabio, creador, poderoso, benevolente,
providente, etc.
Un Dios así concebido como trascendente, como radicalmente
“otro” de todos los mundos, sólo puede ser creído o no creído. La
creencia y la no creencia son, en este caso, las dos caras de una
misma concepción.
La DA de nuestro acceso a lo real que es consecuencia de
nuestro acceso bifurcado a la realidad provocado por el habla, fue
concebido en las sociedades agrario-autoritarias como un Dios
Señor, trascendente ontológicamente como “otro” radicalmente
diferente de todas los niveles de lo real.
En las sociedades jerarquizadas ese ser “otro”, era la autoridad
suma y fuente de toda autoridad, era el Señor Supremo. Era el Sujeto
Supremo al que se le atribuían muchas cualidades antropomórficas.
Aunque siempre se afirmaba que tanto su ser, como su señorío o sus
cualidades, eran en Él infinitas.
Toda esta concepción y representación se interpretaba desde la
epistemología mítica.

En las sociedades de conocimiento en las que sabemos que


todo lo que corresponde a la DR de lo real es construcción nuestra,
la interpretación de la DA debe pasar de un “otro” absoluto,
trascendente ontológico, a un “no otro” que sólo trasciende todas
nuestras categorías.

243
Así debe ser para que la DA puede cumplir la función que le
asigna la estructura del habla, para que pueda cumplir su papel de
condición, causa y razón de nuestra flexibilidad como vivientes con
el medio.
Si la DA fuera un “otro” trascendente ontológico no podría
jugar la función que la estructura de la lengua le asigna. Como
consecuencia forzaría, y así ocurrió, a interpretar nuestra flexibilidad
con el medio como consecuencia de nuestra naturaleza espiritual
“otra”, ontológicamente hablando, de la DA, de la condición divina.
Si la DA la concebimos como un “otro” ontológicamente
trascendente, hemos de concebir la DR como “otra” ontológica de
la DA, como entidad en sí, aunque desde otro, “ab alio”.
De la DA tenemos una noticia tan cierta que es operativa, porque
es la causa de nuestra flexibilidad con el medio como vivientes. Pero
se trata de una noticia que no es objetivable. Que no lo sea no es
obstáculo para que sea cierta y operativa.
Por el contrario, si la noticia de DA fuera objetivable, no
sería absoluta, es decir, sin relación a nuestras necesidades. Si no
fuera absoluta e inobjetivable no podría ser la razón de nuestra
flexibilidad como especie. Para que pueda funcionar como raíz de
nuestra flexibilidad tiene que ser absolutamente inobjetivable, de lo
contrario nos dejaría clavados en una única manera de vivir en este
planeta, como los animales.
La DA es una noticia clara, una noticia que es dato. También
es dato que esa DA la vivamos “como” mente, “como” inteligencia,
“como” fuente de todo lo que damos por real en nuestra DR, “como”
rector interno de todo ser.
Todos esos rasgos de la DA no los podemos predicar de ella
más que desde una epistemología no mítica. Todos esos rasgos, que
se nos presentan como noticias no objetivables, no los podemos
predicar de un “otro” trascendente ontológicamente, sino de un "no-
otro” de la DR no trascedente ontológicamente, sino trascendente
únicamente de todo nuestras capacidades de categorización.

244
Así habrá que vivir la DA en las nuevas sociedades.

Por el hecho de tener un doble acceso a lo real, la DA se presenta


como realidad de la realidad de la DR, como fuente y ser de la DR.
Esa comprensión llama a adentrarse en esa fuente. A la DR hemos
de ir forzosamente para sobrevivir; a la DA vamos porque el peso
de su realidad nos atrae. Por la sola presentación de la DA como
realidad de la realidad, nos veamos empujados a adentrarnos en
ella.
Adentrarse en la DA tiene consecuencias y exigencias; la
principal de ellas es llegar a no dar por verdaderamente real a la DR.
La DR es nuestra modelación de la realidad, no la realidad misma.
Mientras damos por real a la DR nos identificamos con ella, eso
impide reconocer la verdadera realidad de la realidad.
Inevitablemente a la DA se llega desde la DR, por consiguiente
desde ego y sus construcciones. El ego para sobrevivir en DR tiene
que suponer ser un sujeto, una individualidad. Mientras se piense y
sienta como individualidad no puede comprenderse en su verdadera
realidad, la DA.
El camino a la DA tiene que partir del ego y su interpretación
dual de la realidad. Eso supone interpretar a la DA como “otro”.
Y por los datos que se tienen interpretará a la DA como una
individualidad absoluta semejante a sí mismo aunque infinitamente
superior. Interpretará a la DA como un "Tú" con el que entrar en
relación, un Tú que buscar, amar, servir, pedir ayuda, etc. Se hará
una figuración de la DA como un Dios, como un espíritu superior
del que se depende.
Mientras el ego se sienta y piense como una individualidad,
como una entidad, se verá necesitado a pensar y sentir la DA como
una entidad, una individualidad.

245
A medida que vaya comprendiendo su propia nada, por la
aproximación y profundización en la DA, dejará de considerarse
a sí mismo como individualidad. En esa misma medida la DA deja
de aparecer como individualidad y como “otra” de quien pretende
hacer el camino.
Al final DA y DR se encuentra en el reconocimiento, con mente
y sentir, de la “no dualidad”.
Esa actitud teísta o cuasi teísta es un mero estadio, un tramo
del camino que, tanto en las culturas teístas como en las no teístas,
se presenta y se ha de superar. En las culturas no teístas hay que
esforzarse por superarlo lo antes posible. Sería un error intentar
impedir o bloquear ese estadio del camino, a causa de creencias
laicas o de prejuicios culturales contra la figuración divina. Hay que
considerar la figura de Dios como un útil que se debe superar. Ya el
Yoga comprendió la utilidad de esa figura en los estadios iniciales
del proceso yógico.

¿Cómo trabajar con la DA sin la ayuda del símbolo Dios?


Habrá que practicar el silenciamiento del yo, de sus deseos, de
sus temores, de sus recuerdos y expectativas para poder centrar
toda la atención de mente corazón en la DA como “no otro” de todo
y de cada cosa concreta.
Indagar cada realidad de DR es indagar la DA; intentar
profundizar en el reconocimiento de DA es indagar cada realidad
de DR.
Habrá que ejercitarse en la actuación que no tenga como actor
al yo, sino la DA. Ejercitarse en una acción completamente gratuita,
a favor de otros, reconociendo que el actor no es el ego sino la DA.
Ejercitarse en ver, sentir y pensar todas las realidades, y a
sí mismo, no desde los patrones del deseo, del temor o de las
expectativas, sino como puras formas de la DA.

246
Ejercitarse en vivir, en todos los aspectos de la vida, asentados,
haciendo pie en la DA y no en el ego.
Habrá que ejercitarse en reconocer que en todo amor sólo se
ama a la DA.
Habrá que ejercitarse en reconocer que no hay otro actor que
la DA.
Ejercitarse en reconocer que no hay nada ni nadie en ninguna
parte que no sea la mismísima DA.
Todo este trabajo para reconocer la DA como la realidad de la
realidad y como lo único real no se puede apoyar sobre creencias
sino sobre la noticia que nos llega de la DA, sobre la noticia de que
es la fuente de toda realidad.
El trabajo de indagación de la realidad de la realidad puede
ser guiado por quienes antes recorrieron ese camino, da igual si lo
recorrieron desde el teísmo o desde fuera de él.
Lo importante es la indagación de la DA en la DR. Ahí y sólo
ahí se le encuentra, nunca fuera de la DR, y se le encuentra tal como
viene en la DR, no como debiera venir según nuestros criterios.

Nuestra sensibilidad sólo ve y siente lo concreto, lo que tiene


formas sensibles. Esta es la razón por la que la DA sólo puede venir
en la DR y nunca fuera de la DR.
Pero cuando se reconoce la DA en la DR, se ve, se toca, se siente
y comprende directamente la DA, porque toda la realidad de DR es
únicamente la DA cuando se la ve desde el silencio; cuando se la ve
como puras formas de la DA, sin nada añadido.
Por tanto, en cada cosa se ve directamente la DA.

247
La DR y la DA del cosmos
En el mismísimo Big Bang se inició el proceso que llegó a
nosotros pasando por la formación de las estrellas, las galaxias,
las catástrofes estelares, la aparición de la vida, la evolución de las
especies, la aparición de los homínidos, hasta llegar a nosotros.
Somos fruto de ese proceso y el proceso mismo.
Nuestra visión del cosmos es construcción nuestra. Ahí tampoco
rige la epistemología mítica. Nuestra lectura del cosmos, en toda su
inmensidad, es la que corresponde a nuestro cerebro de vivientes
necesitados, a nuestro aparato sensitivo y activo, (ampliado por
nuestras ciencias y tecnologías), que la vida construyó en función
de nuestras necesidades de vivientes habitantes del pequeño planeta
rocoso que es la tierra, orbitando entorno de una estrella mediana,
el sol, en una galaxia también mediana.
Según nuestro doble acceso a lo real, también respecto al
cosmos hay una dimensión relativa y una dimensión absoluta. Toda
nuestra interpretación del cosmos, con su potente saber matemático
y astrofísico y con sus potentes instrumentos de observación y
análisis, pertenece a la DR.
Esa misma DR es la DA porque no hay dualidad. La DA no
es tanto lo que nuestras ciencias ignoran de los agujeros negros,
de la materia y energía oscura y otras tantas cosas, sino eso que es
inaccesible para nuestra dotación cerebral y sensitiva adecuada a
nuestra condición de vivientes de nuestro pequeño planeta rocoso.
Nuestras ciencias y tecnologías no serán capaces de llevarnos más
allá de las posibilidades de nuestro cerebro y sentidos, a pesar la
complicación magnífica de nuestros saberes y nuestras tecnologías.
La maravilla de los astros y de la vida e incluso de nuestro
propio organismo, su capacidad lingüística y las posibilidades que
esa capacidad ha abierto, nos empujan a sostener que en ese cosmos
inmenso y en la vida que conocemos hay “como inteligencia”, “como
capacidad de decisión y ordenación”. Decimos “como” porque

248
ciertamente no puede ser inteligencia ni capacidad de decisión
porque esas son nociones apropiadas a los humanos, que, como
vivientes que somos, tenemos que movernos en un mundo que
hemos de concebir y vivir como dual, aunque no lo sea.
Si somos el cosmos y nada venido a él, y en nosotros hay
inteligencia, con todo lo que comporta, es que eso mismo es del
cosmos entero, desde el Big Bang. No somos ni espíritus ni una
racionalidad venida a este mundo. Somos vivientes, sin nada
añadido a nuestra condición de vivientes.
Resulta difícil no tender a imaginar esa “como inteligencia”, la
DA, como algo semejante a un espíritu, como un Dios, como un
artesano que opera todo ese maravilloso mundo. Eso sería dualizar
lo que es radicalmente no dual. Nadie crea ni dirige nada. No hay
artesano, ni creador, ni Dios.
El Brihadaranyaka Upanishad habla de un regente interno de
todo. Ese regente interno, que se dice que es interno para afirma su
no dualidad, es mi propio regente interno, mi propio ser, que es el
regente interno de todas las cosas.
Todo se crea y se desarrolla desde dentro de sí mismo, sin
dualidad de ningún tipo. Nadie hace nada desde fuera, y el que rige
desde dentro es “nadie”. Sin embargo hay “como inteligencia, “como
un regente interno” de todo. No hay que pensarlo como materia
más inteligencia. “Materia” es un concepto nuestro y no muy claro,
y “regente interno” es una metáfora antropomorfa.
El 5% de lo que para nosotros y para nuestra ciencia es
constatable en el cosmos visible de estrellas, galaxias, planetas, etc.,
a penas sabemos algo de todo eso. Del 95% restante no sabemos
nada.
Lo que lleguemos a saber estará enmarcado en nuestra
capacidad cerebral y nuestra capacidad sensitiva, aunque ampliada
por nuestras ciencias y tecnologías. Todo lo que está más allá de
nuestras capacidades es la DA del cosmos. Esa DA, que abarca
también el cosmos del que tenemos noticia, es la que nos permite ir

249
cambiando nuestra concepción del cosmos, llevados de la mano por
las ciencias y tecnologías.
Por más que crezca nuestro saber, siempre quedará fuera esa
dimensión del cosmos que no cabe en nuestro pequeño cerebro,
propio de unos vivientes de este planeta. Eso que no cabe en nuestras
cabezas es la DA y es lo que todo es, y es el ser también de todo lo
que desde nuestra DR podamos construir acerca del cosmos. No
hay dos.
Esta “como inteligencia” este “como regente interno” es difícil
de concebir y de representar, pero hay que ser fiel a los datos.
Los datos son:
-No somos nada ni nadie venido a este mundo, somos este
mundo.
-No hay espíritus en el cosmos, ni tenemos un espíritu añadido
a nuestra condición animal.
-Si en nosotros hay inteligencia y todas sus consecuencias, esa
inteligencia no es nuestra, es de esa inmensidad.
-En el cosmos y en la vida hay “como inteligencia” y sus
consecuencias.
-La dualidad es un a priori de la interpretación de la realidad
de todo viviente, no hay razón para atribuirlo al mundo de lo
real.
-Las sociedades de conocimiento no nos permiten apoyarnos
en creencias para interpretar estos datos, tampoco lo permiten
nuestras ciencias.

La interpretación desde la noción de Dios creador, providente,


parte de creencias, mantiene la dualidad y resulta muy primitivo
para la complejidad a la que nos enfrentamos.

250
Podemos utilizar el término “Dios” para simbolizar y vivir en
simplicidad la inmensidad del cosmos en su doble aspecto DR y
DA.
Incluso podemos llamar al aspecto DA del cosmos entero Dios,
con tal de que se entienda como un apuntamiento que remarca
el “como inteligencia, “como regente interno”, pero teniendo
claramente en la mente que no es una entidad señora del cosmos.
Ni es “otro” del cosmos, ni el cosmos es “otro de Él”.

Relación de la mente y el sentir en el camino a la DA


Puede parecer que todo lo que se refiere a la DA sea cosa solo
de gentes que se quieren dedicar especialmente a hacer ese camino,
para los que persiguen la CHP, para los amantes de la espiritualidad,
para los que buscan la mística, pero en realidad no es así.
En las SC lo que se refiera a la DA y a la CHP es una cuestión
que afecta a todos, porque la SC requiere de esas cualidades, como
condición de posibilidad de un buen funcionamiento no destructivo
y como finalidad colectiva que lleva a la felicidad.

La mente cuando recibe una formulación o una expresión de


un sabio, se adentra en ella, la recorre en toda su profundidad,
hasta encontrarse fuera de ella, en un campo de silencio completo e
intuición sin forma.
Cuando la mente ha hecho ese recorrido, el sentir le sigue por
un camino ya sin obstáculos, porque el sentir siempre sigue a lo que
la mente da por verdadero.
La mente y el sentir pueden trabajar juntos o el sentir puede
llevar la delantera, haciendo un camino semejante al que hemos
descrito de la mente. Cuando el sentir no es mero sentimiento y
emoción, sino que es hondo, entonces la mente se pone en camino
y le alcanza.

251
Si falta el trabajo de la mente, puede haber emoción, pero del
ego. Las emociones del ego no llevan a los campos del silencio y la
perplejidad.
Cuando la mente consigue salir al otro lado del concepto o de
la expresión, intuye a la DA en formas concretas, por ejemplo en un
prado florido en primavera.
En la forma del prado reconoce el “no dos”. Como consecuencia
de ese reconocimiento, intuye la DA en sí mismo, porque el prado
le habla explícitamente del “no dos” que es su propia realidad. O el
prado es como si se tragara la propia realidad del que lo contempla,
o que contempla el prado ve a la DA en el prado y en sí mismo como
“no dos”.
La DA definiéndose en el prado se define a sí misma, de forma
que el prado y la DA no son tampoco dos.
Cuando la DA se hace patente en una realidad de nuestro
mundo, fusiona en esa forma nuestra mente y nuestro sentir.

Hay un error que es frecuentísimo: confundir la emoción,


incluso sagrada, con el despertar a nuestra propia condición.
Fácilmente, en las grandes ceremonias religiosas, puede producirse
esta confusión. Pensemos en una ceremonia sacra en un gran
templo gótico, con música, incienso, vestidos lujosos y bellos de los
celebrantes, textos conmovedores.
En una situación así puede darse emoción fuerte, que sería una
emoción sagrada, pero no sería un paso serio al despertar.
La sospecha que esto pueda producirse tiene fundamento.
Hablando en los términos religiosos propios del templo, la
experiencia mística no se menta, diríamos que ni se pretende
explícitamente, que lo que se pretende es reafirmar la creencia, la
emoción religiosa que alimenta la entrega y la devoción a lo creído y
la moralidad consecuente con la creencia. Una persona o un grupo

252
puede ser practicante asiduo de esos rituales sin que eso suponga
que entra decididamente por el camino del despertar.
La emoción que acompaña al reconocimiento no es como el
afecto; es diferente, es más sutil, es como un sentir perplejo, puede
presentarse intenso y no especialmente cálido, puede no darse como
conmoción sensible.
Por lo que conocemos no se ha estudiado suficiente la
colaboración o no del sentir y de la mente en el trabajo de adentrarse
en la DA. No se enseña y no se reconoce que mente y sentir han
de intervenir con igual radicalidad, aunque pueda ser en tiempos
diferentes. Esta carencia puede constituir una gran trampa de desvío
del verdadero camino. Y nos tememos que caer en ese desvío es más
frecuente de lo que se piensa.
La creencia a la que se suma la emoción, más o menos provocada,
no parece el camino a la sabiduría indicado por los grandes.

253
A modo de conclusión

El verdadero silencio
¡Qué difícil cultivar
el verdadero silencio!

El verdadero silencio
es mirar con el corazón,
sentir con los ojos,
entender con la carne,
Eso de ahí, Eso de ahí,
sin ninguna referencia
a mí.

Es comprender y sentir
sin quién ni qué.

Es el puro existir
que es puro vacío
por plenitud
impensable.

Es la no rutina
de referencias a mí
ni a nada

254
Es novedad pura,
incógnita deslumbrada,
perplejidad total,
admiración sin nadie
que admire.

Interés sin interesado,


interés de corazón,
amor de la mente
a nadie ni a nada.

Luz de Eso
sobre Eso,
luz de nadie
sobre nadie,
luz de nada
sobre nada.
Luz vacía.

Hay silencio
si no hay muerte,
hay silencio,
si no hay felicidad
ni desdicha,

255
Cuando hay no dualidad pura.

¡Imposible hablar,
apuntar, describir,
concebir el silencio!

El silencio
es el gran misterio,
es la gran dificultad,
es el gran don,
es comprensión suma,
lucidez definitiva,
es la gran paz,
el fin de todo temor,
el final de larga indagación
que hubo que desechar,
como escalera inútil.

El silencio completo
es la iluminación.
Es el despertar
definitivo.

256

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