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Y LA CALIDAD DE VIDA
Marià Corbí
© Marià Corbí
© Las sociedades de conocimiento y la calidad de vida.
Principios de epistemología axiológica 5
Introducción breve
En este 5º volumen de la “Epistemología axiológica”
continuaremos reflexionando sobre las consecuencias de las
sociedades de conocimiento (SC) en todos los ámbitos de la vida
humana.
Empezaremos por una pequeña reflexión que nos parece útil
para el trabajo de construcción de PACs:
En la elaboración de un PAC hay mucho trabajo de análisis y
de construcción que no tiene por qué aparecer cuando se hace una
propuesta de PAC de sociedad de conocimiento a una organización
concreta.
El análisis de la situación axiológica y organizativa de la
sociedad de que se trate, no es necesario hacerla pública. Lo mismo
podemos decir de los postulados racionales, de la axiologización
de esos postulados, de la construcción del cuadro actancial. Estos
son trabajos de los axiólogos, previos a la propuesta de PAC que se
formule para una organización concreta.
Lo que habrá que presentar es la narración.
Pero a la hora de la construcción de una narración que sea
capaz de convencer a los responsables de la organización sobre la
que se trabaja, posiblemente tendremos que contar con una doble
narración:
-La que se ofrece a los responsables de la organización, para
moverles a tomar la decisión de pasar de una sociedad preindustrial
o industrial a una sociedad de conocimiento.
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-Tendrá que hacerse una segunda narración dirigida al resto
de personal de la organización. En la elaboración de esta segunda
narración, se pretenderá convencer a todo el personal para que
asuman que tendrán que tomarse medidas para convertirse en
una organización de conocimiento. Esta segunda narración la
construirán los gestores contando con la colaboración del axiólogo
e irá dirigida a todo el personal de la organización.
Además de la narración habrá que presentar a los directivos las
estrategias especiales que se precisan para hacer la transformación
de sociedad industrial o preindustrial a sociedad de conocimiento.
Tanto las estrategias como las tácticas se trabajarán, en la práctica,
con la colaboración de los directivos. Habrá que juzgar si resulta
útil hacer partícipes al resto del personal.
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La razón de esta paradoja resulta de tener que transitar de
proyectos axiológicos colectivos, (PACs) de modos de vida que se
fundamentaban en bloquear todo cambio de importancia, a tener
que vivir y crear proyectos axiológicos colectivos para programar y
motivar el cambio.
Hemos de sufrir todavía una tercera transformación: los modos
de vida, los sistemas de valores colectivos, los proyectos axiológicos
colectivos (PACs) que nuestros mayores comprendían y vivían
como recibidos de los dioses y/o de los antepasados sagrados o de
la naturaleza misma de las cosas. Eran modos de vida recibidos,
sagrados, intocables, que tenían un prestigio heterónomo absoluto.
Desde esas concepciones nos vemos forzados a tener que crear
nuestros propios modos de vida, nuestros proyectos axiológicos
colectivos a nuestro propio riesgo, sin ninguna garantía exterior a
nuestra propia calidad como sociedades humanas. Tampoco hubo
ningún cambio equivalente a este en la historia de nuestra especie.
Es preciso reflexionar largamente sobre la transformación
cultural que estamos sufriendo y sobre las consecuencias que tiene
en todos los ámbitos de la vida individual y colectiva. El trabajo que
presentamos es otra vuelta de tuerca a todos esos problemas.
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Conceptos centrales de la epistemología
axiológica (EA)
Sociedades de conocimiento
Entendemos por sociedades de conocimiento las que viven y
prosperan de la creación continuada de ciencias y tecnologías en
retroalimentación mutua, y mediante ellas, de la creación de nuevos
productos y servicios.
Son sociedades de innovación y cambio a ritmo progresivamente
acelerado, porque la creación continua de nuevos saberes científicos
arrastra a la creación de nuevas tecnologías, que a su vez repercuten
en el mayor crecimiento de las ciencias, y así sucesivamente en
un círculo virtuoso. Las posibilidades que abren las tecnociencias
empujan a crear nuevos productos y servicios. Todos estos factores
modifican las formas de vida de las gentes, sus formas de trabajar,
de organizarse, y las formas de pensar y sentir.
En estas sociedades todo es indagación libre, incluso la referente
a la dimensión absoluta de lo real, (DA).
En estas sociedades la creatividad es la fuente de la innovación,
y esta es la causa del éxito económico.
Las organizaciones de conocimiento, a causa de la complejidad
y diversidad de las ciencias y tecnologías tienen que trabajar en
equipo. Los equipos no pueden cohesionarse por sumisión, porque
la creatividad y la sumisión no compaginan bien, sino por adhesión
voluntaria a un proyecto propuesto por el mismo equipo. Por
consiguiente no son sociedades jerárquicas y de sumisión, sino
planas y de adhesión voluntaria.
Las sociedades innovadoras y creativas estallan en diversidad,
no son sociedades homogéneas porque la homogeneidad sólo se
consigue por la imposición y la coerción.
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Los proyectos axiológicos colectivos (PACs) de este tipo de
sociedades tienen que motivar a la cohesión y la motivación en el
dinamismo continuo y para el cambio continuo.
Todos los rasgos de este tipo de sociedades son interdependientes.
Ninguno de los rasgos puede darse sin contar con los demás. La
sociedad de conocimiento (SC) no se puede dar sin que se den
todos esos rasgos.
La cualidad humana (CH) y la cualidad humana profunda
(CHP) están en la misma entraña de todos los rasgos de las SC. Se
entiende por CH la cualidad todavía condicionada por los intereses
del ego; se entiende por CHP la cualidad ya no condicionada por
los intereses del ego, podríamos calificarla de una cualidad humana
incondicional.
Las SC se estructuran en red, no en árbol jerárquico.
Todos los individuos que intervienen en los equipos son
interdependientes en sus tareas, ninguno es autárquico para realizar
su trabajo, todos dependen unos de otros porque las innovaciones
y creaciones son el resultado de la colaboración estrecha de varios
saberes y disciplinas.
Consecuencia de todo esto es que el papel de los individuos
es máximamente creativo, pero su creatividad no es autárquica.
Tenemos algo nuevo en relación a las sociedades de investigación,
información y explotación (IIE) que estaban compuestas por
individualidades creativas pero sometidas; en las nuevas sociedades
las individualidades son máximamente creativas pero no autárquicas;
son creativas sólo en equipos en los que todos dependen de todos.
Los miembros de estos colectivos podríamos decir que surgen
de la interdependencia mutua. Todo lo que depende de otro, no
tiene el ser en sí mismo. Esto lleva a una transformación ontológica:
se pasa de una ontología donde los seres poseen su ser en sí mismos,
a una ontología en la que todo son interdependencias a todo nivel.
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En una interdependencia generalizada ¿qué es el individuo?
¿qué es el colectivo?
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Necesitamos cultivar las dos dimensiones de nuestro acceso a
lo real, la DA y la DR, para ser humanos. En la situación actual
tendremos que pensar procedimientos para convencer a las gentes
de la verdad de esta afirmación. En el pasado este doble cultivo
se hizo mediante las religiones, ahora tendremos que hacerlo sin
religiones.
El cultivo de la DA debe ser intensivo, porque a más cultivo
mejor solución de problemas.
La CHP en las SC tiene que tener fundamentación racional. El
acceso a la doble dimensión ha de tener fundamentación racional
y función primaria tanto biológica como cultural. La función
biológica explica su racionalidad, facilita la aceptación como dato
y la comprensión de la centralidad que debe ocupar en la vida de
las SC.
De todas estas reflexiones se concluye que si todo nos lo
tenemos que hacer nosotros, eso supone el fin de las religiones y de
las ideologías.
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El acceso a la DA es una creación biológica, con una función
concreta para la supervivencia de un ser viviente; es una función
biológica que nos permite adaptarnos al medio en que vivimos
y modificarlo cuando sea necesario o conveniente. La DA es el
fundamento de nuestra flexibilidad con relación al medio en el que
obtenemos lo necesario para vivir, sin tener que cambiar nuestra
dotación genética ni modificar nuestra fisiología. Es un gran
invento de la vida que nos permite hacer modificaciones en nuestro
sistema de sobrevivencia, que resultan equivalentes a los cambios
de especies en los restantes animales.
Los animales, nuestros parientes, para modificar su relación con
el medio necesitan millones de años, los humanos podemos hacer
esos cambios tan rápido como sea necesario. Podemos transformar
nuestras formas de sobrevivencia, en ocasiones radicalmente, sin
modificar nuestra dotación biológica.
El doble acceso a la realidad es la mutación biológica más
radical e importante de todas las especies vivientes y es, también,
como iremos viendo, una apuesta sumamente arriesgada de la vida.
La DA no es una revelación divina, sino una pura estructura
antropológica; es una estructura adecuada a un animal depredador.
Siempre los animales depredadores son más flexibles en su formas
de vivir que sus presas. La vida en nosotros ha creado el supremo
animal depredador dotado de una completa flexibilidad.
La doble dimensión de la realidad, efecto de la bifurcación
de la lengua, nos permite conseguir la flexibilidad y la libertad
incluso con relación a nuestro propio destino interior. La estructura
de deseos, temores, recuerdos y expectativas que constituyen
nuestra peculiar individualidad unificadas por el ego; la recibimos
en nuestra primera infancia como consecuencia de nuestra
socialización en la dependencia completa de nuestros padres y
primeros educadores. Esa estructura interna, que es la estructura
de nuestro yo, la confirmamos y asentamos con nuestras propias
actitudes y operaciones como individuos; de esa forma se convierte
en un destino inviolable.
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La vivencia de la doble dimensión de esa nuestra propia realidad,
nos permite liberarnos de esa sumisión rígida, y que es más rígida
cuanto más inconsciente es, y conociéndola se gana en flexibilidad.
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La DA al presentarse sin forma en toda forma y al presentarse
como la fuente y la realidad de toda forma, dice, con ello, que lo real
de toda realidad es vacía de sí misma; que la realidad de todo lo que
pueda pensarse como “otro” es el “no otro” de todo, que es el vacío.
Así, paradójicamente, la DA es la realidad de toda realidad y es
la que vacía de realidad propia a toda realidad. Muestra que toda
realidad es vacía porque su realidad es el gran vacío. El gran vacío
no es la nada, sino lo que por su plenitud es inconceptualizable,
irrepresentable y la ausencia absoluta de agarradero para un frágil
viviente como nosotros.
La DA desrealiza a DR porque, dándole realidad, se muestra
como el “no otro” verdadero de toda DR. Esta desrealización es el
fundamento de la verdadera libertad.
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La indagación libre es incompatible con la sumisión a creencias
y ortodoxias. Es incompatible con la homogeneidad.
Hemos de heredar el pasado, pero nuestra relación con él no
puede ser de sumisión, sino de veneración, amor, aprendizaje libre
y creativo.
La DA es puramente cualitativa, lo cualitativo no se puede
imponer, sólo puede inspirar. No hay ninguna certeza axiológica
heterónoma; la certeza de DA no puede ser, en absoluto, heterónoma.
Esta condición de la CH y de la CHP es una gran condición de
riesgo para la humanidad, porque sólo la CH es criterio para la CH;
y sólo la CHP es criterio para la CHP.
La indagación en la espiritualidad de nuestros antepasados era
indagar la voluntad de Dios para someterse. Hoy la indagación de la
DA y de la CHP es indagación libre y creación libre.
¡Qué gran transformación en la Vía! ¡Qué difícil es concebir lo
que nuestros mayores llamaron espiritualidad como una creación
libre! Pero si sustituimos el término “espiritualidad” por CHP, la
comprensión se simplifica.
Repetimos: la CHP y la DA en las nuevas condiciones culturales
no pueden imponerse sólo pueden seducir.
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La falta de libertad y de libre albedrío quizás no sea completa en
ningún humano, porque todos tienen acceso a la DA por lo menos
operativamente.
Vivirse como ser, individuo, persona, como ser que vive su
vida, es el error original y necesario a todo humano. En la medida
que se vive haciendo pie ahí, se aleja del silencio y el silencio es el
que posibilita la noticia de DA.
A mayor noticia de DA, más libertad,
A menos noticia de DA, más sumisión al destino inflexible que
opera desde el ego.
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Proyectos axiológicos colectivos (PAC)
Los humanos no tenemos determinado nuestro programa
genético de forma que estén concretados los “qué” y los “cómo”.
Tenemos concretada nuestra fisiología, nuestra condición de
vivientes simbióticos, nuestra condición sexual; pero no está
concretada la forma de simbiosis, ni la forma de asociación sexual
de cara a la crianza, pero nuestra dotación genética nos proporcionó
un instrumento para que nos auto-programemos de forma que
resultemos animales viables.
Llamamos “proyecto axiológico colectivo” a las construcciones
lingüísticas con las que los colectivos se auto-programan de acuerdo
con unas condiciones de sobrevivencia determinadas, como la caza/
recolección, la agricultura, la ganadería, etc.
En las sociedades preindustriales esos proyectos de vida colectiva
se establecen y se socializan mediante mitos, símbolos y rituales,
que se consideran revelación divina o legado de los antepasados
sagrados; en las sociedades industriales se programan mediante
ideologías, que se consideran dictadas por la misma naturaleza
de las cosas; en las sociedades de conocimiento tendremos que
construir esos sistemas de cohesión y motivación, que son proyectos
axiológicos de vida colectiva, nosotros mismos, sin recibirlos ni de
nadie ni de nada.
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El conjunto formado por deseos, temores, recuerdos y
expectativas, reunidos en un hatillo por el ego, genera un sentimiento
de unidad y de identidad.
El ego como función unificadora del cerebro ejerce de gestor
del viviente para que se mantenga vivo y no muera. Para hacer esa
función, el ego ha de suponerse una unidad, una realidad; así puede
oponerse al medio que le rodea y crear una dualidad-sujeto/mundo
de objetos- que le permitirá satisfacer sus necesidades y sobrevivir.
El ego como entidad autónoma es un supuesto necesario.
Precisa suponerse alguien, aunque no sea realmente nadie fuera de
una función del cerebro. El supuesto de ser alguien, un sujeto, en un
mundo de realidades, de objetos, todo ello interpretado desde una
epistemología mítica, es nuestro error necesario y originario. Sin
esos supuestos no podríamos sobrevivir.
Sin embargo, el ego con toda su estructura y todos sus supuestos
puede ser silenciado. Silenciarlo no significa matarlo, -no podríamos
sobrevivir sin él- si no alejarlo del primer plano de la conciencia,
para poder ver y sentir lo que hay más allá de las modelaciones que
hacemos de la realidad y de nosotros mismos.
Gracias a ese distanciamiento y comprensión podemos entender
y vivir que nuestra verdadera realidad no son los supuestos del ego,
sino “Eso de ahí”, que nos incluye a nosotros mismos, que no es a
la medida de nuestras necesidades sino que es no relativa a ellas,
absoluto.
Esa dimensión absoluta de lo que damos por real, puede
convertirse en el piso, en el punto de apoyo de todas nuestras
operaciones. Podemos pasar de identificar nuestra realidad con el
ego, a identificarla con la dimensión absoluta de todo lo que damos
por real.
Si ese silenciamiento se produce, el ego continuará gestionando
todo lo que tiene que ver con nuestra supervivencia, pero sin
los supuestos erróneos. Si ejerce su gestión sin identificarse con
sus deseos/temores, recuerdos y expectativas, se liberará de las
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deformaciones que esa estructura causa en sus juicios y actividades.
Su gestión será más acertada, menos egocentrada, porque sabe
que su realidad verdadera no son sus supuestos sino la dimensión
absoluta de lo real.
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enfrentaban, el conflicto resultaba grave. La historia humana está
llena de estos conflictos, algunos muy sangrientos.
Resulta muy perjudicial prolongar la vida de los PACs y de las
religiones cuando las condiciones desde las que arrancaron han
desaparecido, empujadas por otras condiciones nuevas.
Por ejemplo prolongar el PAC cazador/recolector y su forma
religiosa, a las sociedades agrícolas que les sucedieron, o prolongar
las religiones de estructura agraria, a las sociedades industriales de
conocimiento.
Es malo intentar prolongar la vida de las religiones cuando las
condiciones culturales han cambiado seriamente, dando por razón
su interpretación desde la EM.
Los enfrentamientos por este tipo de situaciones podrán ser
graves y muy graves si además de la razón de la interpretación desde
la EM existe, como es normal que ocurra, otro tipo de intereses
económicos, políticos, etc. o lo que, en ocasiones es peor que los
intereses, el temor de perder lo bueno de lo viejo, o el temor que
despierta lo nuevo.
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Epistemología no mítica
La epistemología mítica es la continuación de la programación
genética animal. Los animales tienen que interpretar la realidad
como se la dicta su programación genética, su modelación de la
realidad la viven como la realidad misma.
La epistemología mítica continúa con ese mismo supuesto:
interpreta lo que dicen los PACs como la realidad misma. Si se
pudiera hablar así, diríamos que animales y humanos de las culturas
preindustriales interpretan y valoran las realidades desde la EM.
La epistemología no mítica (EnoM) arranca a los individuos
y a los colectivos del enclaustramiento, próximo al animal, de la
epistemología mítica. Para la EnoM la interpretación y valoración
de la realidad es sólo una modelación a la medida de las necesidades
en un contexto de sobrevivencia dado.
La EnoM facilita y promueve la comprensión entre las diferentes
culturas; facilita y promueva la comprensión entre diversas
religiones y tradiciones espirituales.
Es la única forma de poder heredar el pasado sin tener que
pensar, sentir, actuar y organizarse como en el pasado se hizo. La
EnoM resulta ser una noción central en las ciencias de la religión
y una noción central para la construcción de PACs en las SC y en
la globalización. Es una noción central también para conseguir la
disposición necesaria para cambiar y modificar los PACs cuando
sea conveniente o necesario en las sociedades de conocimiento que
son sociedades de innovación y cambio continuo.
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Importancia de la noción de “modelación”
En los PACs de las SC no se admite nada heterónomo, todo es
creación humana.
La EnoM es una necesidad de sobrevivencia para las SC.
Implica que tengamos que crear una disciplina para modelar
adecuadamente las sociedades de conocimiento y sus rápidas
mutaciones.
La EnoM tiene que conocer y admitir que en condiciones de
vida iguales, las modelaciones pueden ser superficialmente muy
diferentes
Necesita que tengamos que aprender a leer el pasado como
creaciones dependientes de las condiciones de sobrevivencia.
Las construcciones que hagamos con nuestras modelaciones
han de ser capaces de llegar al sentir y programar tanto la DR como
la DA.
La noción de modelación pone fin a las religiones como se
entendieron en el pasado.
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La religión
En la religión se presentan unificadas la modelación de la DR
y de la DA. Las religiones son un tipo de PACs preindustriales en
los que los mismos patrones y paradigmas que modelan todo el
mundo correspondiente a la DR, modelan también la concepción,
representación y vivenciación de la DA.
Existe un parentesco entre la ideología y la religión: los dos
tipos de formaciones están vividos e interpretados desde la EM y
como dados.
Con el fin de las religiones se rompe para siempre la forma
unitaria de interpretar la DR y la DA.
En las SC, en las que nos vemos forzados a construir nuestros
PACs y que, por ello, no pueden tener una interpretación desde
la EM, las religiones, como PACs, no tienen cabida. Las SC y las
religiones no pueden convivir porque las religiones se interpretan y
viven desde la EM y las SC imponen una interpretación y valoración
de la realidad desde la EnoM.
La filosofía y las ideologías son en su fondo enemigas de la
religión porque las dos pretenden ofrecer alternativas a los mitos y
símbolos como PACs de los colectivos.
Es preciso hacer comprender a las gentes que no hay un lazo
necesario entre la CH y la CHP y las religiones.
Las religiones no pueden aportar nada a la construcción de
PACs de las SC, salvo su sabiduría sutil.
Resulta peligroso alargar la vida de las religiones en las SC
porque pretenden competir con los PACs propios de este tipo de
sociedades y porque pretenden imponer una EM.
Tenemos que aprender a heredar el mensaje de sabiduría de las
religiones del pasado, pero sin creencias, sin religiones y sin dioses.
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La noción de “espíritu”
La noticia de la DA condujo a las sociedades preindustriales
a concebir la condición humana como un compuesto de cuerpo
mortal y espíritu inmortal. Sostienen que la naturaleza humana es
dada; conciben la CHP también como dada por Dios y concibe esa
misma CHP como espiritualización, como alejamiento del mundo
y de la carne.
La noción de espíritu complica el cultivo de la CHP en las SC
como indagación y creación libre.
Espiritualidad y CHP
Resulta ser una gran novedad conceptual defender que en las SC
todo es indagación y creación libre y, por tanto, también el cultivo
de la CHP y de la DA. ¡Qué difícil es concebir la espiritualidad
como creación!, si se sustituye el término “espiritualidad” por el de
“cualidad humana profunda”, la dificultad se simplifica.
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Hay una clara contraposición entre “espiritualidad como
sumisión” y “CHP como indagación libre”. La indagación libre
es incompatible con las creencias y las ortodoxias y es, también,
incompatible con la homogeneidad.
Puesto que el legado de nuestros antepasados no puede
presentarse como sumisión, sólo nos queda la vía de la seducción.
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Posiblemente tendrán repercusiones políticas las diversas
maneras de cultivo de la DA y los diversos tipos de grupos de
indagación.
32
Los PACs de las sociedades preindustriales están regidos por
la EM. La EM supone la máxima proximidad a nuestra condición
animal y una especie de prolongación cultural del modo de proceder
de la genética animal.
La EM expresa la dificultad de construir PACs adecuados que
aseguren la supervivencia de grupos humanos y expresa también
el temor a la flexibilidad. La EM fue una forma eficaz de limitar la
flexibilidad humana, en sociedades estáticas, a lo que permite el
PAC construido.
33
Al patrón general de construcción de los PACs de las sociedades
preindustriales le llamaremos “Patrón R” porque todos los PACs de
esta etapa se presentan como religiones y, porque son PACs para
bloquear el cambio, son PACs de repetición.
En este patrón general, la estructura de la operación central
preindustrial con la que principalmente se sobrevive, como sería
la caza, o el cultivo agrícola, o el cuidado de los ganados, al pasar
por la lengua se convierte en metáfora, que funcionará como
paradigma para la construcción de la totalidad de narraciones
del mito, de los grandes rituales centrales y de los símbolos más
importantes.
En un modo de sobrevivencia dado, por ejemplo la agricultura,
el mismo paradigma desde el que se construye la totalidad del
mundo mítico y ritual para modelar la DR, es el que se utiliza para
modelar, concebir y representar la DA y la CHP.
Todo queda así unificado y ligado de una forma indisoluble.
Esa forma de vivir la DR y la DA es lo que se ha llamado “religión”;
porque la DA es percibida como la fuente de DR, a esa estructura
de PACs se le llama religión. Las religiones son pues PACs
preindustriales que se viven desde la EM y como recibidos de los
dioses o de los antepasados sagrados.
Esta es la estructura general del patrón de construcción de PACs
de las sociedades preindustriales, al que hemos llamado “Patrón R”.
Este no puede ser el patrón para construir los PACs de las
sociedades de conocimiento, porque a estas sociedades les falta el
carácter axiológico de la operación central de supervivencia. En
las SC se vive de las ciencias y tecnologías, que son abstractas y
que, por consiguiente, carecen de una estructura operativa central
de sobrevivencia que sea axiológica, que pueda transformarse en
una metáfora cargada de valor apta para convertirse en paradigma
capaz de modelar la DR, que en las SC es abstracta, ni de modelar la
dimensión DA, porque es siempre profundamente axiológica.
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El patrón general de este tipo de sociedades tendrá que
construirse a partir de postular cómo se quiere vivir con el conjunto
de aparato tecnocientífico del que depende nuestra supervivencia.
Esas postulaciones axiológicas, que son postulaciones
racionales, se convertirán en postulaciones axiológicas haciéndolas
pasar por la contraposición con las situaciones que se quieren
evitar en las sociedades que pretendemos transformar en SC.
Esta estructura de patrón, que es todo él construido por nosotros
mismos y no recibido de nadie ni de nada, que por consiguiente no
puede ser interpretado con una EM, ni como heterónomo, es el que
llamamos “Patrón C”, patrón de construcción.
El colapso de las religiones es más grave que una mera crisis
espiritual, es el colapso del patrón general “Patrón R”. Cuando se
comprende con claridad la clara contraposición que existe entre
Patrón R y el Patrón C se puede entender la inevitabilidad de la
crisis de las religiones y la gravedad de nuestro desmantelamiento
axiológico.
En cierto sentido la vivencia de la DR queda debilitada porque
no entronca, como ocurría en las sociedades preindustriales, con
las operaciones con las que se sobrevive; pierde su intocabilidad;
pierde su garantía heterónoma. Pero simultáneamente gana en
profundidad porque deja más claro que DR es pura forma de DA,
que DA no es “otra” que DR, que DR no tiene entidad propia si
no es la que recibe como pura forma de DA. Se gana también en
flexibilidad y movilidad.
Los PACs construidos desde el Patrón R disponían de una
certeza heterónoma y de máximo prestigio; los PACs construidos
desde el Patrón C disponen de una certeza autónoma, una certeza
que depende únicamente de nuestra propia CH y CHP. Esta nueva
y radical responsabilidad en la creación de los PACs que nos han
de dirigir y que deben gestionar nuestros aparatos científicos y
tecnológicos exige un cultivo generalizado y, a ser posible, intensivo
de IDS-ICS como medios para hacer crecer en los colectivos la CH
y la CHP.
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Si no somos capaces de comprender los diferentes patrones de
construcciones de PACs en los que se expresará la DA y en los que se
cultivará la CHP, identificaremos la manera de construir PACs, de
expresar y cultivar la DA y la CHP con un determinado tipo patrón
de construcción de PACs, el propio de las sociedades preindustriales,
el Patrón R. Con ello amarramos lo que es sin forma a una forma.
Así falseamos e impedimos el acceso a esas dimensiones, a los que
han tenido que ir a parar a tipos de PACs que ya no caben en el viejo
Patrón R, que, por consiguiente, tienen que construir sus PACs con
un nuevo tipo de patrón, el Patrón C. El Patrón C es el único que
permite construir PACs adecuados a las sociedades dinámicas de
conocimiento.
El Patrón R de construcción de PACs adoptaba las formas
religiosas. No reconocer que se necesita otro tipo de patrón, supone
exigir que todo acceso a la DA y todo cultivo de la CHP tenga que
adoptar formas religiosas. Con esa actitud se bloquea el camino a
los miembros de las SC.
Hay que poder reconocer este nuevo Patrón C para las
transformaciones de los sistemas axiológicos humanos, para
facilitar a todos los que inevitablemente tienen que caer en las SC, y
no estorbar o impedir la DA y la CHP a los nuevos ciudadanos, que
crecerán día a día.
Así, pues, las transformaciones que estamos sufriendo exigen
que se distinga con toda claridad el Patrón C del Patrón R de
construcción de PACs, con la misma claridad que se nos exige
distinguir la estructura superficial de las narraciones sagradas de la
estructura profunda.
Todos estos procedimientos de lucidez resultan imprescindibles
para quitar obstáculos a las SC para acceder a la DA y a la CHP.
Todos esos obstáculos amenazan la posibilidad de heredar el pasado
y de confundir las formas en las que necesariamente se expresó la
DA y se vivió la CHP por parte de antepasados y de las culturas ya
fenecidas, con lo que es la DA, lo sin forma, y lo que es la CHP, la
desnudez completa.
36
La actitud axiológica de fondo en las culturas
La constancia de los rasgos de las diferentes civilizaciones a través
de los cambios en las formas de vida y en los necesarios cambios de
PACs, (por ejemplo la constancia de los rasgos de la civilización
china o la india a través de la historia) nos exige racionalmente tener
que aceptar que por debajo de todas las estructuras de las diversas
civilizaciones hay una actitud axiológica de fondo.
Si no suponemos ese nivel previo a toda estructuración,
abriríamos las puertas a la homogeneización cultural, como
consecuencia inevitable de la plena industrialización, de la
globalización y de las sociedades de conocimiento.
Esa actitud no sería coherente con las SC, que son sociedades
fundamentadas en la creatividad y, por consiguiente, en la continua
diversificación. Cuanto más generalizadas estén las sociedades de
conocimiento y mayor sea la globalización, mayor tendrá que ser la
particularización y la diversificación.
37
dentro de unos patrones comunes aceptados libremente y jamás
impuestos. Toda imposición es ajena a las SC.
Estos principios deberían tenerse en cuenta a la hora de organizar
políticamente a los colectivos y a los colectivos de colectivos.
38
CHP en las SC no es tarea de la religión, sino de la EA. Todas las
tareas que el pasado fueron competencia de las religiones, ahora
son competencia de la EA, no de la EA como epistemología, sino de
sus construcciones.
La EA debe ocuparse de crear estrategias y tácticas para llevar
a los individuos y a los colectivos al cultivo de la DA y de la CHP.
Es tarea también de la EA la compleción de la viabilidad de
los instintos centrales, que están incompletos desde nuestra
programación genética y que tiene que hacerse viables en una SC.
Debe dar cuenta de cómo desde nuestra condición de vivientes
constituidos por el habla, surge la idea de espíritu y la racionalidad.
39
los medios axiológicos adecuados para llegar y para poder acceder
a la sensibilidad.
Resulta lógico que en una sociedad que vive de la creación
continua de ciencias y tecnologías, los problemas axiológicos que se
presenten, sean en el ámbito que sean, tengan que plantearse y dar
razón de ellos con procedimientos racionales. Pero las soluciones
racionales no tienen el poder de llegar a conmover la sensibilidad.
Para entrar en ese ámbito hay que emplear procedimientos
adecuados propios de la formalidad de lo cualitativo concreto.
La razón abre la puerta y postula; luego dice cómo hay que
tratar lo axiológico y cómo lo que ella postula se puede transformar
en axiológico. Para conseguirlo, la razón indica, además, que lo ya
transformado en axiológico debe convertirse en una narración que
cumpla las normas de las narraciones axiologizantes.
Todos estos saberes los elabora la epistemología axiológica.
Todos estos problemas tendremos que solventarlos desde la EA,
lo cual significa que ha de ser una disciplina teórico-práctica.
Lo que las religiones nos pueden proporcionar es la sabiduría
informulable expresada y vivida por nuestros antepasados. Teniendo
siempre explícitamente en cuenta que ninguna de las formas en las
que vivieron esa profundidad nos sirve.
Para buscar soluciones a cualquiera de los problemas axiológicos
de las SC hay que olvidar y alejarse, lo más completamente posible,
de las formas de las religiones.
40
Habrá que estudiar lo más profundamente posible la axiología
y la formalidad que rige la DR en un modo de sobrevivencia
concreto. Debemos realizar este trabajo para aprenden a construir
los PACs adecuados a las nuevas circunstancias, sin que se nos
escape ninguno de sus niveles y estructuras.
El estudio del pasado nos proporciona el conocimiento de las
constantes de construcción de los PACs y sus variantes. Esta es tarea
de la EA.
Los análisis de los PACs del pasado, vehiculados casi todos
ellos por las religiones, nos posibilitarán aprender la diferencia
entre la estructura superficial de esos PACs o religiones, de lo que
es su estructura profunda. Si no se es capaz de llegar a la estructura
profunda de los PACs de las religiones y de los grandes textos que
hablan de la DA y de la CHP, se está apresado por la EM. Apresados
por la EM quedamos imposibilitados para manejar axiológicamente
de forma adecuada a las SC y para heredar la sabiduría de las
tradiciones.
41
Las sociedades de conocimiento son sociedades creativas
que viven de la creatividad. La creatividad es diversidad. Cada
acto creativo se aleja de la homogeneidad. La homogeneidad en
las sociedades nace de la sumisión. La creatividad, en su esencia,
es libertad. Cada acto creativo es un acto libre. La creatividad y
la libertad exigen diversidad axiológica. Libertad axiológica de
cada grupo, y libertad axiológica incluso en el seno del grupo. La
creatividad tiene que ser libre. No acepta ninguna imposición,
tampoco imposición axiológica.
Las SC resultan ser sociedades muy polivalentes, calidoscópicas.
Las SC son inseparables de la diversidad axiológica, pero siempre
dentro de unos patrones comunes aceptados libremente por todos.
Sin eso fallaría la simbiosis, que es el alma de las SC.
Los patrones comunes de las SC, aceptados libremente por
todos, jamás pueden ser impuestos. Toda imposición es ajena a las
SC. Eso no significa que no sea preciso que, en ocasiones, se emplee
la coerción con quienes quieren dañar a otros o al colectivo.
42
Los valores y las virtudes
Los valores, como las virtudes, son los propios de un viviente.
Suponer que los valores y las virtudes están ahí dadas por
Dios y su revelación o dadas con la misma naturaleza humana, y
sostener, consecuentemente, que son universales y trans-históricos
es apoyarse en una antropología de cuerpo-espíritu o de animal
más racionalidad, y no partir del dato de que somos vivientes,
que aunque constituidos como tales por el habla, con el habla no
alteramos en nada nuestra condición de vivientes.
Los valores no son previos a los PACs que tienen que construirse
los pueblos para completar su programación genética y convertirse
en animales viables. Los valores tienen que ver directamente con los
PACs construidos y adecuados a un modo concreto de sobrevivencia
y que cambian cuando se modifican las formas de sobrevivencia y,
consecuente, los PACs convenientes a esas formas de vida.
Los valores son para los vivientes humanos, por consiguiente,
concretos y sensitivos. Las formulaciones de valor como equidad,
justicia, hermandad, libertad, etc. son nociones abstractas que
pueden funcionar como postulaciones de valor, pero que no son
valores hasta que se concreten sensitivamente.
43
Las formas concretas de los postulados tienen que pasar por
un proceso de axiologización, contraponiéndose a lo que se está
haciendo en las sociedades contrario a esa postulación.
Los valores como postulaciones pueden ser universales; pero las
postulaciones de valor todavía no son valor. Cuando se concretan
dejan de ser trans-históricos y generales. Las postulaciones de valor
no son todas válidas como postulaciones en todas las culturas.
Los valores son fenómenos propios de los vivientes para vivir y
actuar convenientemente. Están pues siempre relacionados con las
formas de sobrevivir de los grupos humanos. Por consiguiente están
en relación directa con los PACs, y no con supuestos elementos
transcendentales de la estructura de los humanos.
En las sociedades de conocimiento, nada sustituye a la necesidad
de construir PACs adecuados, tampoco una supuesta moralidad
natural. Nada hay natural para el animal constituido por el habla,
cuya naturaleza es una no-naturaleza.
Nueva ontología
Desde el Patrón C de construcción de PACs nada es lo que parece
ser porque todo es modelado por un viviente en unas condiciones
determinadas. Puesto que todo es modelado, todo puede cambiar;
nada tiene el ser en sí mismo.
Todo lo modelado es condicionado, todo lo condicionado tiene
forma; lo no condicionado no tiene forma.
En las SC es preciso pasar de la afirmación “toda individualidad
es existente”, aunque sea desde otro, a la afirmación “todo son
interdependencias” vacías de ser propio.
En las SC aparece una nueva ontología; en ella se pasa:
-de la afirmación de todo son existencias individuales, a una
afirmación en que todo son interdependencias;
44
-de la afirmación de que las existencias individuales tienen
una fuente, a la afirmación de que las interdependencias son
sin fuente;
-de la afirmación que sostiene la jerarquía en la interpretación
del ser (Dios-criaturas), a la afirmación de la no jerarquía
de la interpretación del ser, porque todo son interdependencias
generalizadas;
En el Patrón R de construcción de PACs, tanto el ser desde sí
mismo, Dios, como los seres desde otro, las criaturas, coinciden en
que son, y en que son individualidades. Todo son individualidades
dentro de una jerarquía del ser. Igualmente se piensan los colectivos
como entidades individuales.
La única salida
La historia humana no tiene una dirección, tampoco la del
progreso, como corrientemente se supone. Pero la ciencia y la
tecnología sí que tienen una dirección que a mi juicio no es de
progreso sino de complejización. En la historia humana ha habido
épocas en que las ciencias y técnicas se han estancado o han frenado
su crecimiento. Pero incluso en la Edad Media, que parecería una
época de retroceso en muchos aspectos, la tecnología, especialmente
militar, continuó siendo más y más compleja. Los historiadores de lo
militar afirman que la tecnología militar ha crecido constantemente
en los pueblos en que se inició.
Ha habido, a lo largo de la historia varias situaciones de
salida única. Piénsese en el tránsito de los cazadores/recolectores
a horticultores y posteriormente a agricultores de riego y más
recientemente a industriales.
45
Cuando apareció la agricultura, los cazadores/recolectores
la adoptaron, cuando tenían tierras que posibilitaran el cultivo.
El proceso llevó miles de años, pero fue implacable. Basta que un
pueblo la adopte para que todos sus vecinos se vean forzados a
adoptarla también, si tienen la posibilidad.
Eso pasó con cada uno de esos estadios de modos colectivos de
sobrevivencia.
¿Por qué ocurre eso así? Porque somos unos animales
necesitados y cuando aparece una forma en que las necesidades se
pueden satisfacer mejor y con más seguridad, necesariamente se
adopta.
Si un pueblo la asume, la ventaja que gana, fuerza a sus vecinos
a hacer lo mismo, a riesgo de poner en peligro su supervivencia.
El pueblo que hace suyo el procedimiento más eficaz de cara a la
sobrevivencia, crece en población y en poder y amenaza así al que
todavía no ha adoptado se modo de vivir.
El mismo mecanismo, que es de sobrevivencia colectiva, se
repitió con la agricultura de riego donde, por las condiciones del
terreno, pudo practicarse, y lo mismo ocurrió con la industria,
cuando fue posible.
Estas situaciones son de vía única y forzada. ¿Qué país pudo
darse el lujo de no industrializarse, si tenía la posibilidad económica,
de mercado, etc., de hacerlo?
Mi afirmación es que ahora estamos en una situación semejante.
Si un colectivo opta por la sociedad de conocimiento, es decir, por
vivir de la creación continua de ciencia y tecnología, y mediante
ellas, por la creación continua de nuevos productos y servicios,
su ventaja competitiva será enorme y hundirá a las sociedades
industriales que no hagan esa opción. Y además las sociedades que
han adoptado la sociedad de conocimiento no se estarán en casita,
sino que intentarán invadir con sus productos y servicios a todos los
demás países que no puedan competir con ellos. El comportamiento
de EE.UU. es prueba de ello.
46
El resultado será que las sociedades que hayan permanecido
en una forma de vivir agraria, o simplemente industrial, vivirán
mucho peor y a corto o medio plazo se verán invadidas por las
nuevas formas de cultivo y por las nuevas formas de producción.
Ya ha ocurrido con los intentos de las sociedades norteafricanas
en los años 60 y 70 del siglo pasado. Esos países, viendo su desventaja
con respecto a Europa, fundaron universidades al estilo europeo,
sobre todo facultades técnicas que el Islam no tenía, y cuando
tuvieron a toda una generación formada, se echaron a la industria.
Fracasaron terriblemente porque en ese espacio de tiempo Europa
y sobre todo EE.UU. habían creado una ciencia y una tecnología
superior. El resultado de ese fracaso y frustración fue la creación
de los Hermanos Musulmanes y otros movimientos integristas
musulmanes. El razonamiento que se hacían era: hemos adoptado
sus modos de vivir y estamos peor que antes, volvamos a nuestras
propias fuentes musulmanas y dejemos de lado los caminos de
Occidente.
Que esto funcione así puede ser lamentable, pero es inevitable
por nuestra condición de vivientes necesitados y depredadores. Hay
que contar con todo eso para calificar, o no, de una situación de sin
otra salida que el boquete que otras sociedades han abierto.
Aquí no estamos defendiendo la idea de progreso, ni partimos de
ningún principio teórico o filosófico, partimos de nuestra condición
de vivientes necesitados y superdepredadores constituidos por el
habla. Pero conviene recordar que nuestra condición de hablantes
no mitiga para nada nuestra condición de depredadores poco
considerados, para ser moderado.
Ahora bien, aunque la salida hacia las sociedades de
conocimiento sea única, por el momento, y se convierta en una
especie de destino inevitable, eso no quiere decir, ni mucho menos,
que estemos condenados a la uniformidad ni que sólo nos quede
una única manera de organizar nuestra vida.
47
Lo realmente inevitable es que tendremos que adoptar, y más
vale pronto que tarde, las maneras de sobrevivir propias de las
sociedades de conocimiento. Dicho más escuetamente, nos vemos
forzados a adoptar las ciencias y técnicas en continuo crecimiento,
con todas sus consecuencias.
Los humanos somos unos depredadores con poca misericordia,
pero la curiosidad por el saber nos lleva como a los osos, por la nariz.
Si esto es así, supuesto el desarrollo ya conseguido de las ciencias
y tecnologías, no habrá manera de pararlo; seguirá y seguirá. Más
vale que tomemos las riendas de ese proceso imparable.
Ya no es posible, sin que comporte miseria a corto y largo
plazo, vivir como agricultores, ni como cazadores, ni como meras
y escuetas sociedades industriales al estilo del siglo XIX y XX.
En nuestra tierra los intentos que algunos han hecho como “neo-
rurales” han fracasado rotundamente.
Desde esa situación forzada, se podrá vivir de muy diversas
maneras, con PACs muy diferentes. No hay razón alguna para que
los sistemas de valores, las organizaciones sociales, las opciones
espirituales, tengan que ser uniformes o las propias de Occidente.
Es más, hay una razón de peso que indica que será todo lo contrario.
Las sociedades de conocimiento son sociedades creativas, que
tendrán que crear sus propios proyectos de vida. Lo que es creativo
necesariamente genera diversidad, no uniformidad. No serán
sociedades cohesionadas por la sumisión y la coerción, porque la
creatividad no lo admite. Otra razón más para prever una explosión
de diversidad.
Las sociedades que nos han precedido estaban articuladas
por la sumisión, para lo cual requerían un mundo de creencias o
ideológico común impuesto. Esto se acaba con las nuevas sociedades
que tienen que ser sociedades de adhesión voluntaria.
Podríamos decir que con las sociedades de conocimiento
entramos en la época de la gran diversificación. La uniformidad
de las nuevas sociedades no la crea su condición de sociedades
48
de conocimiento, si no su sumisión a los intereses de las grandes
formaciones financieras y manufactureras.
Por otra parte, considerando el poder de las ciencias y
tecnologías que se retroalimentan unas a la otras en un crecimiento
cada día que pasa más rápido, no podemos continuar con un uso de
todo ese poder para explotar el medio y los colectivos sociales. Esa
actitud nos llevaría a la ruina en un corto espacio de tiempo.
Esto no es especulación; lo podemos observar ya bastante
avanzado. Estamos perjudicando el medio tan seriamente que será
o difícilmente reparable o ya irreparable; estamos ante la mayor
extinción de especies animales, según dicen los expertos; estamos
polucionando de tal forma el medio que, si seguimos así, haremos
a la tierra inhabitable.
Que dirijamos todo el poder de nuestras ciencias y tecnologías,
no para explotar más y mejor el medio y todo lo que nos rodea, sino
para mejorar la calidad de la vida humana, no parece tampoco muy
optable, ni se ve otra salida a mano. Lo que sí que se ve, y claramente,
es que no podemos seguir así y que tenemos que alejarnos, lo antes
posible, de una situación que está enfrentado a los pueblos y está
destruyendo el medio.
Las tecnociencias no determinan nada más que las condiciones
de su producción, lo demás lo dejan a nuestros proyectos axiológicos
colectivos, que puede tener opciones tan diferentes como se quiera,
sin que nadie pueda imponer nada a nadie; eso si se mantienen en
la lógica que requieren las sociedades de conocimiento. Quien no
respete esa lógica, que es de adhesión voluntaria a todos los niveles,
se volverá menos creativo, menos competitivo y podría llegar a
arruinarse.
Siempre quedan a mano soluciones violentas, como lo
estamos viendo con los talibanes y otros grupos parecidos. Pero
razonablemente se ve que eso no es solución duradera.
49
Termino; en mi argumentación no hay supuestos metafísicos y
yo diría que ni siquiera supuestos filosóficos. Parto, lo más que puedo,
de hechos; y parto, sobre todo, de una concepción antropológica
exigida por los hechos, y de una postura epistemológica también
impuesta por los hechos.
Mi planteo pretende ser epistemológico, pero con una
epistemología que no parte de un sistema filosófico, ni pretende llegar
a una solución filosófica o religiosa; la fuerza de mi argumentación
reside sólo en la necesidad urgente de sobrevivencia.
50
Todas las sociedades preindustriales, incluso las anteriores
a la aparición de la agricultura autoritaria, ya requerían una
interpretación la DA positiva, de la que se podían predicar atributos,
a la que se podía simbolizar. La DA aparecía como ser en sí y desde
sí. No se podía concebir el ser como vacío de entidad propia, ni en
el ámbito de la DA, ni en el ámbito de la DR.
Las sociedades estáticas tenían PACs intocables. ¿De dónde
procedía su intocabilidad? Sin duda que de una interpretación
también intocable del ser. Su intocabilidad procedía de un ser
en sí y desde sí, del que de una forma u otra, procedía el PAC,
por revelación o, lo que es equivalente, por transmisión de los
antepasados sagrados.
Todos los pueblos han tenido la experiencia de que todo es
perecedero. Luego la DR tiene ser en sí, pero por perecedera, no
desde sí sino desde otro: tiene su ser desde el ser que es en sí y desde
sí. Lo que tiene el ser desde sí mismo no lo puede perder.
No había otra manera de fundamentar una forma de vivir
intocable, establecida por un PAC intocable, si no es con una
interpretación de la realidad como en sí y desde sí, la DA, y como
en sí y desde otro, la DR.
Según esto, las sociedades estáticas precisan una ontología
del ser como en sí, podríamos llamarla una ontología positiva; y
cuando se acaban las sociedades estáticas se acaba la necesidad de
una ontología del ser.
Una ontología del ser sólo puede generar un PAC de patrón
estático e intocable. En una interpretación de la realidad como vacía
de entidad propia, ¿dónde se fundamentaría un PAC intocable?
A las sociedades estáticas les acompaña necesariamente un PAC
intocable y una ontología del ser, como tres aspectos inseparables
de un mismo fenómeno.
En una sociedad estática todo ha de depender de una fuente
inamovible y sólida, el ser en sí desde sí, que es el único no
perecedero.
51
El esquema básico de este tipo de sociedad sería:
-ser en sí desde sí,
-seres perecederos que son en sí, pero desde otro.
Que es equivalente a
-Dios,
-criaturas.
Dios y criaturas coinciden en que son y en que son individuos.
Este esquema básico (ser en sí, desde sí - seres que son en sí, pero
desde otro; o su equivalente Dios-criaturas) es el criterio jerárquico,
de sumisión y de estabilidad, y es también el fundamento de la
interpretación jerárquica del ser. Para que pueda haber jerarquía
en los seres se requiere que los seres no sean vacíos, no sean puras
interdependencias.
El esquema es una estructura religiosa, sea la que sea la forma
que adopte.
52
Como hemos expuesto, una sociedad de conocimiento en
continuo proceso es una sociedad de interdependencias entre
los saberes, entre las personas, entre las sociedades y entre las
sociedades y el medio. En una sociedad así los PACs no pueden ser
fijos e intocables, han de cambiar al ritmo del continuo crecimiento
de ciencias y tecnologías y sus consecuencias en nuevos productos
y servicios, con las repercusiones que todo esto tiene en las formas
colectivas de vivir. Una sociedad así no puede tener una ontología
de la realidad como teniendo ser desde sí mismo.
Una DA estática bloquearía una DR dinámica. Generaría un
PAC estático que imposibilitaría los procesos de una sociedad de
conocimiento e innovación continua.
La DA como ser en sí desde sí, supondría una interpretación de
la DR como ser en sí, aunque desde otro.
Si la sociedad es estática, el PAC tendrá que ser estático y la
interpretación de la realidad será una ontología del ser.
Si la sociedad es dinámica, el PAC tendrá que ser dinámico y
la DA vacía de toda posible fijación a una u otra representación,
que, consiguientemente, no podrá leerse desde una epistemología
mítica.
La creencia en una DA, un Dios trascendente ontológicamente
tiene graves consecuencias para la concepción del ser, para la
concepción de la sociedad, del PAC, etc.
Si la DA es ser en sí y desde sí, todo el resto se sigue: ser
perecedero desde otro, jerarquía del ser, ontología del ser, PAC
estático, sociedad estática.
En la sociedad de conocimiento en continuo proceso, todo son
interdependencias, consecuentemente todo está vacío de ser en sí.
El vacío en la interpretación de la DR y de la DA no es el sinsentido
de la nada, sino el más allá del sentido de la plenitud.
53
El cultivo de la DA y de la CHP en las sociedades
de conocimiento.
La necesidad de una CH y de CHP suficiente para manejar, en
bien de todos y de la vida, las potentes ciencias y tecnologías en
continuo y acelerado crecimiento y las consecuencias en los nuevos
productos y servicios que ellas pueden proporcionar en todos los
campos, resulta ser el problema más grave de las nuevas SC.
En las SC, sin creencias, sin religiones y sin dioses, el cultivo
de la DA y de la CHP, sobre todo si se pretende intensivo o que sea
colectivo, presenta características especiales.
Hemos sostenido que el cultivo de la DA y sus consecuencias
en la CHP para las SC no es optativo; y hemos afirmado, de acuerdo
con este carácter no optativo, que las sociedades de innovación y
cambio, las SC, deberían ocuparse de que ese cultivo se dé de hecho,
y de que se disponga de medios colectivos para hacerlo posible.
En las sociedades que nos han precedido, las religiones se
ocupaban de ese cultivo, y en Occidente, era mayoritariamente
teísta. Las formas colectivas e individuales del cultivo de la DA y de
la CHP pasaban por las creencias, las religiones y el teísmo.
¿Cómo habrá que concretar las formas colectivas e individuales
del cultivo de esas dimensiones de la realidad, cuando en las SC
no se pueden usar las creencias, ni las religiones, ni el teísmo,
entendiendo a Dios como una individualidad “otra” de todo lo
creado y realmente existente?
Vamos a hacer un recorrido de los principales procedimientos
posibles.
54
a). Leer poesía con cierta frecuencia refina la mente y la
sensibilidad y habitúa a un lenguaje que habla de la realidad de
forma desinteresada buscando la belleza, el asombro y la sutilidad
de la realidad. La lectura frecuente de poesía acostumbra a un uso
del lenguaje metafórico y simbólico que sugiere lo que no se puede
decir directamente; un lenguaje sin pretensiones descriptivas,
que pretende hablar de la dimensión absoluta, la no directamente
relacionada con nuestras necesidades.
La poesía puede convertirse en un poderoso instrumento
para fomentar la CH y la CHP no religiosa, libre de creencias y
sumisiones.
55
Sumergirse en la naturaleza es una medicina poderosa, un
reconstituyente y una guía hacia el abismo y la maravilla de todo lo
que existe.
56
Veamos ahora unos procedimientos que, ayudados por estas
actitudes, pueden aplicarse y ejercitarse para conseguir acercarse a
la DA y adquirir la CH y la CHP.
57
el concreto roble que está en el recodo del camino o en el pájaro
que canta delante de mi ventana, toda la profundidad de tiempo y
de espacio en el que esas especies vivientes se fueron formando y
aparecieron.
Esos objetos concretos se desfondan, quiebran las fronteras
en las que los tenemos ceñidos. Se desfondan y desfondándose
incorporan en su propia realidad concreta, todo el origen de la vida,
de la tierra y del cosmos hasta llegar a enraizarse en el Big Bang y en
todo el inmenso misterio de lo real.
La indagación debe llevar a comprender que todas las
inmensidades de procesos, de tiempo y espacio no precedieron al
roble de la esquina del camino, ni al pájaro que canta delante de mi
ventana, sino que lo constituyen, residen en él, son su realidad.
Esta indagación transforma incluso al ser más insignificante en
un abismo de procesos, de tiempo, de espacio y de misterio. Así
todas las realidades, desde el sol y la tierra hasta el más insignificante
insecto pierden su obviedad, su cotidianidad y nos trasladan a un
mundo de abismos en el que nosotros mismos somos también un
abismo.
58
Se toca también todo el misterio de la aparición del cosmos,
hasta llegar a la aparición de la tierra y de la vida en ella, y desde ahí
hasta el roble o el pájaro.
Insistimos, tenemos que llegar a sentir todas las realidades que
nos rodean y a nosotros mismos, como el fruto de un proceso en
el que en el inicio del proceso está el Big Bang y en el otro extremo
está en el roble y el pájaro. Tenemos que llegar a sentir las realidades
como teniendo en su misma corporeidad todo ese largo proceso y
origen. Todas las cosas son esas magnitudes de espacio, de tiempo
y de larguísimos procesos. Todas esas magnitudes no es que les
precedieron; son esas magnitudes a las que podemos tocar con
nuestras manos, admirar con nuestros ojos y oír con nuestros oídos.
Estos dos tipos de indagación, la mental y la sensitiva, no están
rígidamente separadas una de la otra; se entrecruzan y forman una
unidad. Pero es importante señalar esos dos aspectos de nuestra
indagación, para que no nos olvidemos de ninguno de los dos.
Esta indagación de toda realidad y de nosotros mismos arranca
de la cotidianidad de nuestras modelaciones de todo lo real en
función de nuestras necesidades, temores, recuerdos y expectativas
y nos enfrenta al abismo en el que existe y se presenta todo lo real.
Donde quiera que nos asomemos no hay más que abismos.
Ese abismo, múltiple y uno, infinito y sin nombre, es la DA; y
vivir en ese abismo, como abismo, eso es la CHP.
59
De estas reflexiones se puede concluir que indagando cada
realidad, se está indagando la DA. Tratando, tocando, amando,
admirando e incluso sirviendo a todas las cosas, se está tocando,
amando y admirando o sirviendo a la DA.
Desde esta perspectiva el sol y la luna, la tierra y todos los seres
que contiene, y nuestros hermanos los humanos, son formas de la DA
y no otra cosa que ella. En cada cosa se dice y se define la DA misma.
En cada ser podemos indagar, conocer y amar inmediatamente a la
DA, porque los seres no son otra cosa que ella; nada tienen de sí
mismos que pueda servir de pantalla. Sólo nuestras modelaciones a
la medida de nuestras necesidades se convierten en velo que oculta.
El trabajo es silenciar esos velos para comprender, ver y sentir
en cada cosa y en toda realidad lo que es su fuente y toda su realidad,
la DA.
Nuestro interés y amor por todo debe de ser sin condiciones. Si
nos comportamos así accedemos a la DA y nos integramos en esa
no-dualidad, que es nuestra propia y única realidad.
60
Es difícil ponderar la fuerza conmovedora y motivadora de ese
legado de nuestros antepasados.
Esas obras son el fruto de la profunda indagación de los grandes
de las culturas y de las generaciones que nos precedieron. Cuentan
que Bach antes de empezar a componer, tocaba piezas de músicos
italianos de su tiempo. Así nosotros, antes de iniciar nuestras
indagaciones debiéramos leer y meditar un fragmento de ese legado.
Leer e intentar vivir esos textos sabios es rehacer con ellos la
indagación que realizaron. Ellos nos llevan de la mano más allá de
las fronteras de nuestras construcciones, por los campos en los que
las palabras no sirven porque es el mundo del silencio, de lo que no
es a la medida de nuestras pobres palabras humanas.
Esos textos son como un trampolín, como un empuje a nuestras
indagaciones. Esos textos no someten a las categorías en las que se
ven forzados a expresarse porque son las palabras de sus tiempos.
Son maestros de libertad y guías de la creatividad. Son apoyo para
nuestros pies por los caminos en los que no hay camino. Son luz y
guía. Nos conducen al umbral del Rey, dice Rumí, y nos invitan a
pasar al interior de la cámara real.
61
La noticia de esa otra realidad fundante, que se presenta
en las cosas, aparece como mente, conciencia, sabiduría, como
individualidad capaz de decisiones, etc. Podemos argumentar que
si las criaturas en conjunto tienen esos rasgos su fuente los ha de
tener de alguna forma.
Podríamos decir que esto es un dato: cuando un ego, que se
considera una individualidad, tiene noticia de la DA, esta se le
presenta como una individualidad otra, fuente de toda realidad, y
por tanto, fuente de lo que llamamos mente, conciencia, sabiduría,
libertad, previsión, etc. Por la belleza y la bondad de las cosas se le
ve como bueno.
A esa noticia le cae bien el término “Dios”, con todo lo que
esa noción ha cargado sobre sí a lo largo de la historia; pero será
un Dios sólo símbolo, no entidad. Ese Dios que aparecerá en las
SC no es la consecuencia de una creencia, sino un momento de
un proceso. Quien teniéndose como individualidad, como ser que
vive su vida, pretende acercarse a la DA, le concibe como exterior
a sí mismo, como un Dios del que puede obtener ayuda, porque es
benévolo con sus criaturas.
Ese es un momento del proceso al despertar con el que hay que
contar y, de alguna forma, hay que partir. Ahí arranca el camino y
ese tramo teísta del camino puede durar bastante tiempo.
La conciencia de la que se parte es la de una individualidad
frágil, necesitada, impotente para seguir la llamada que la noticia
de la DA supone. En ese contexto surge la plegaria, la demanda de
ayuda.
Quien quiera ser fiel a la realidad del desarrollo del proceso, debe
aceptar ese momento teísta, sin que eso suponga necesariamente
que ese Dios que él vive en su interioridad sea una realidad en
sí mismo. Se trata de un Dios-símbolo, momento del camino. Es
preciso no quedarse ahí y pasar a un momento de la vía en que ya
no es necesaria esa ayuda del símbolo “Dios”.
Puede pasar tiempo en el que se entre y se salga de esa situación.
62
No hay que rechazar ese estadio del caminar, apoyándose en
creencias laicas. Esa situación ni debe llevar a creencias ni debe ser
obstaculizado por creencias.
63
Como son posibles las películas, las obras de teatro, las óperas,
que sabiéndose ficción y no reales se sienten y viven con más fuerza
que lo que se presenta como real, igualmente podría hacerse con
las plegarias colectivas, los símbolos usados colectivamente, los
rituales.
Las obras de arte, siendo ficción, resultan más reales que la
realidad y enseñan más de la realidad de las cosas y de las personas
que la vida cotidiana.
Cuando el lugar desde donde parten y residen nuestras
capacidades de pensar, de sentir y de actuar ya no es el ego, porque
se le ha silenciado como si estuviera muerto, entonces nuestras
facultades se asienta en la DA. Cuando eso ocurre se silencia por
completo nuestra individualidad y la DA se muestra como nuestra
auténtica realidad. Entonces el servicio que prestaba la figura del
“Dios-símbolo” cesa, y con ella todo resto de teísmo.
64
El total desapego, al volverse hacia las realidades, aproxima a su
misterio, tanto más cuanto mayor sea el distanciamiento de lo mío.
Frecuentemente se queda algún tentáculo agarrado al egoísmo para
poderlo recuperar cuando sea necesario. Esa no es una actitud de
completa entrega, sin reservarse nada para sí. Mientras quede un
rastro de apego a sí mismo y a lo propio, el ego permanece vivo; si
el ego permanece vivo, rige la dualidad; si hay dualidad, la DA, que
es no dual, permanece opaca y no se produce el despertar. La CHP
está ausente donde el yo y sus intereses permanecen todavía vivos.
El interés incondicional por la realidad exige y produce el
silenciamiento (S) de todo lo mío, de mis criterios de realidad, de
valor, de todos mis cánones interpretativos y operativos; exige y
produce silenciamiento de prejuicios, de supuestos y de creencias,
sean laicas o religiosas.
Sólo en el seno de ese gran silencio se produce la gran palabra,
la manifestación patente del misterio innombrable de todo lo real.
Ahí está la DA con toda su potencia. La presencia de la DA en la
mente y el corazón es la CHP.
El interés por lo real es siempre en compañía, en grupo, por
lo menos en comunión con los sabios del pasado y con los que se
esfuerzan por practicar de corazón IDS. Ese interés, en compañía,
es una auténtica indagación (I) que se realiza en comunicación (C)
y en servicio mutuo (S).
Somos seres simbióticos, también en nuestra indagación de la
DA. La indagación con otros pide una comunicación franca y sin
fronteras. Ese tipo totalitario de comunicación no será posible sin
un servicio de unos a otros sin fronteras ni condiciones.
En las SC se estudia, se trabaja y se crea en grupo; también
tendrá que hacerse en grupo la indagación de la DA y el cultivo
progresivo de la CHP. La gran indagación, la posibilidad más
importante de nuestra especie, siempre se ha hecho en colectivos;
con más razón en las SC que son sociedades que sobreviven y
prosperan en equipos, en grupos.
65
Todo lo verdaderamente humano ha de pasar por un grado
u otro de cultivo de IDS-ICS, pero puede ser un cultivo bajo
las condiciones que le impone el ego y sus intereses, temores y
expectativas. IDS-ICS se convierten en potente instrumento de
trabajo interior cuando se practican sin condición ninguna por
parte del ego.
La incondicionalidad de la práctica de IDS-ICS es de una gran
potencia para aproximarse al despertar a nuestra verdadera realidad
y para cultivar a fondo la CHP.
Aunque debe practicarse IDS-ICS en todos sus aspectos,
porque forman una unidad inseparable, puede insistirse en un
aspecto o en otro: en el interés, distanciamiento y silencio, o en la
indagación profunda en comunión, o en el servicio incondicional a
toda criatura. Se insista donde se insista, siempre se arrastra al resto
de los rasgos porque forman una unidad.
66
Cuando hablamos de este mundo nos referimos a la inmensidad
del cosmos, a la inmensidad de los mundos.
Esa inmensidad es como el océano y nosotros las olas de su
superficie. Nada tiene suyo la ola que no sea del mar. Nada añade la
ola, grande o pequeña, a la inmensidad del mar. Cuando la ola nace,
nada nace; cuando la ola muere, nada muere.
Somos esta inmensidad; somos Eso, y nada más que Eso, sin
nada añadido.
Nuestra mente puede comprenderlo fácilmente. Desde esa
comprensión hay que conducir al sentir para que lo sienta así.
Esta eliminación de toda individualidad real, de toda
importancia, es como sumergirse en el océano, del que ni un solo
segundo nos separamos. Eso es el despertar. Residir, con todo
nuestro ser, en ese océano, eso es la CHP.
67
El objeto, que pertenece a la dimensión relativa de nuestro
acceso a lo real, por la concentración pierde las formas en las
que venía modelado, y al perderlas pierde la dimensión relativa
a nuestras necesidades y sólo le queda su dimensión absoluta. La
dimensión absoluta, como tal, es incategorizable.
68
Debemos hacer una advertencia: dicen los sabios que todos
estos procedimientos y sus refinamientos son en realidad inútiles,
porque entre todos estos diversos tipos de métodos no hay relación
de causa a efecto con el despertar a la DA y a la CHP. No puede
haber relación ninguna entre lo que es relativo y lo que es absoluto,
separado de toda relación.
El despertar, la DA es puro don que no necesita para nada de
nuestros métodos y procedimientos, pero, dicen los sabios también,
que ese acceso a la DA y a la CHP normalmente ocurre en el seno
del intenso intento humano.
69
No se somete a las viejas formas, ni a las más recientemente
creadas, sino que la actitud adecuada es crearlas y recrearlas
continuamente, indagando libremente, en interdependencia con
los que pretenden lo mismo, y en diálogo con los sabios del pasado.
Se heredan e indagan las formas del pasado para aprender a
abandonarlas. Esa es su enseñanza más profunda.
Resultará difícil pasar de una DA cultivada como sumisión,
a un cultivo de la DA como indagación y creatividad continua
completamente libre. Es un tránsito que hay que hacer.
Estamos frente al cambio más trascendental de la historia de la
espiritualidad.
70
La sumisión era al PAC, que era sagrado, revelado por los
dioses o legado intocable de los antepasados, y sumisión al rey.
Para conseguir todo esto era central la constitución y justificación
del poder. La religión era la concreción narrativa del PAC y su
justificación sagrada y era, simultáneamente y de forma unitaria, el
medio de cultivar la DA, la CH y la CHP.
La felicidad de los colectivos y de las personas de este tipo de
sociedades no era imprescindible para su funcionamiento, era una
cuestión de cada cual, con tal que se buscara dentro de la sumisión
y, en definitiva, era una cuestión de otra vida. El asunto capital
era la sumisión al poder y al PAC como garante de ese tipo de
organización.
71
En estas sociedades la preocupación por la supervivencia era
tan prioritaria que exigía la radicalidad del PAC de sumisión a través
de la religión, que también proporcionaba, en un grado u otro, el
acceso a la DA. Ese acceso a la DA daba una fuerza extraordinaria a
la función legitimadora del PAC de sumisión.
72
un mayor bienestar de una sección pequeña del colectivo humano y
a costa de los terribles inconvenientes de ese crecimiento acelerado?
Estamos frente a una alternativa:
-o las SC pretenden la calidad y la felicidad humana con el
uso de las tecnociencias y su aceleradísimo desarrollo,
-o se cae en la explotación de IIE, y que cada uno se apañe
en la cuestión de la felicidad.
El segundo miembro de la alternativa no resulta viable si no es
al precio de todo tipo de desastres, ya a corto plazo, pero sobre todo
a medio plazo.
73
Todo eso puede ayudar a la felicidad, y también puede, más
frecuentemente, ser un obstáculo. Será claramente obstáculo si se
considera que la felicidad es sólo todo tipo de cosas, sin tener en
cuenta adecuadamente la CH, la CHP y la DA.
A esta segunda idea de felicidad le falta la dimensión absoluta,
la fontal, la que realmente es y no sólo parecer ser.
74
No hay felicidad sin un cultivo adecuado de la DA, porque a
todo le faltaría la fuente de su realidad.
Los PACs colectivos de las SC deben proporcionar a los
individuos y sociedades las condiciones adecuadas para el cultivo
de la CH y la CHP. Deben ser medios para la realización de la
plenitud humana.
En este contexto, la CHP, la espiritualidad, no puede
fundamentarse en la sumisión, el sacrificio y después en la vida
eterna.
La CHP tendrá que pasar por una indagación libre para acceder
a la DA y liberarse de la sumisión al ego y su séquito; no para ser
premiados en otra vida, sino para liberarse aquí del sufrimiento,
para la plenitud de todas las dimensiones humanas en sociedades
hermanadas, en un medio del que nos sustentamos, con el que
estamos en simbiosis y que habrá que cuidar como un jardín.
Las tradiciones religiosas y espirituales son puras ofertas de
felicidad y plenitud humana, ya no pueden pretender imponer
creencias y someter. Los PAC de las SC tendrán que ser también
ofertas de felicidad en la sobrevivencia a través de las tecnociencias
en acelerado crecimiento.
75
tránsito rápido y completo a las SC, con diversas propuestas para
la aceleración.
Deberían hacer propuestas para pasar lo antes posible a los
PACs que abren a la calidad humana, que conducen las tecnociencias
y sus consecuencias al servicio de la felicidad y plenitud humana
individual y social.
76
que es y que no es, que ni es ni no es, que tampoco es la conjunción
de ni no-es y ni no no-es.
¿La cadena de interdependencias sería absoluta? ¿Se pasaría
con ello a la ontología del ser?
Todo es una gigantesca interdependencia que abarcaría los
mundos, en una circularidad completa sin referencia a nada, no
relativa a ningún viviente, simplemente porque sí, sin por qué
alguno.
Nosotros los humanos estamos en la macro cadena de
interdependencias, somos la conciencia, la mente, el sentir de esa
inmensidad, tenemos noticia de Eso de ahí, absoluto, del que no
podemos predicar nada.
Lo que hay:
-una inmensa cadena de interdependencias, vacías de entidad
propia, sin por qué
-que nos habla de la gratuidad absoluta, del sin por qué absoluto,
del gran vacío de toda posible categorización,
-ese vacío de inefabilidad absoluta, no es “otro” del vacío de
entidad propio de la cadena de interdependencias de los
mundos,
-y ese vacío absoluto no es ni ser, ni no ser, ni entidad ni no
entidad. No cabe en ninguna categoría.
77
La DA, lo absoluto, no es vacío de entidad propia porque sea
interdependiente a nada, sino porque es inefable, inobjetivable y,
por tanto, inacotable. A lo que es inacotable no se le puede asignar
una naturaleza, porque una naturaleza supone acotaciones, posición
de límites.
Todo eso es imposible, luego no podemos predicar de la DA
que sea una naturaleza, y si no es una naturaleza, tampoco podemos
decir que sea una individualidad con entidad propia.
La DA es absolutamente incategorizable.
No es interdependiente con la cadena de los mundos de
interdependencias, porque no es “otra” de ella. Es hija de nuestro
doble acceso a la realidad.
78
Nuestra especie tiene una determinación genética insuficiente
para ser una naturaleza viable. Nos dotamos de un instrumento para
completar esa deficiencia, la lengua. Con ella nos autoconstruimos
PACs según el modo de sobrevivencia. La socialización de ese PAC
nos suministra algo equivalente a una naturaleza, durante el tiempo
en que esté vigente el PAC.
Por consiguiente, podemos afirmar que si los humanos no
tenemos una naturaleza dada, tampoco podemos tener un destino
dado.
Retengamos esta afirmación porque es de gran importancia: los
humanos no tenemos un destino dado e intocable. Como tenemos
que autoconstruirnos nuestros PACs y, con ellos, lo equivalente a
una naturaleza, así nos tenemos que construir nuestro destino.
Tenemos un doble acceso a lo real, pero ese doble acceso forma
una unidad estricta que varía con cada nuevo PAC. Nuestro acceso
a la DA es un acceso sin forma propia, que siempre se presenta en
la DR y jamás separada de ella. Aunque la noticia que tenemos de
la DA se presenta siempre, explícita o implícitamente sin forma,
puesto que es la base de nuestra flexibilidad como especie, adopta
siempre una forma coherente con la DR.
Ya hemos expuesto que de la DA sin forma no puede deducirse
un PAC y una forma. Pero cuando el modo de sobrevivencia colectiva
hace aparecer un PAC, esa forma es siempre del “sin forma”. No hay
otra fuente de realidad, ni realidad alguna que no sea la DA, por
consiguiente es válida la afirmación que la DA determinándose en
una manifestación, se determina. Pero cuando la DA determina no
lo hace como un acto voluntario, ni como creando una alteridad con
respecto a la misma DA. Lo definido no es otro del que definiendo
se define.
79
es, no puede ser el destino a ser. Lo que ya es la realidad de DR, no
puede ser su destino.
La DA es nuestra realidad y nuestra individualidad. Por tanto,
nada se adquiere al despertar a nuestra propia realidad. ¿Qué es,
pues, el despertar? No es el despertar de nadie; es el despertar a
la irrealidad de nuestra supuesta individualidad apoyada en el yo;
es el despertar de nuestra supuesta dualidad con relación a DA y
con relación a cualquier otra realidad; es el despertar a la absoluta
unidad diversa.
80
Ese es el destino que somete, que es el fruto de los deseos y
temores de otros y que caen en el nuevo ser como rectores y guías en
el mundo que le rodea. Esa individualidad, heredada y asumida, es la
base del egoísmo. Esos son los modeladores de la realidad a nuestra
pequeña medida. Esos son los fundamentos de la posibilidad de
sobrevivencia humana en esta inmensidad que nos rodea y somos.
81
El destino y el libre arbitrio
La pregunta sobre el destino y sobre el libre arbitrio humano ni
se plantea ni tiene sentido, no es pertinente, por evidente, desde una
antropología que sostiene que los humanos somos un compuesto de
cuerpo y espíritu o de animal y racionalidad.
El espíritu y la racionalidad se oponen a la sumisión al destino
y dan razón de la libertad humana.
Si tenemos que partir de una nueva antropología adecuada
a las sociedades de conocimiento y cambio continuo, hemos de
reconocer que no hay una entidad espiritual añadida a nuestra
condición animal, ni hay una racionalidad como añadida también a
nuestra condición animal.
Tenemos que reconocer que los humanos somos vivientes
constituidos como tales vivientes por el habla; entonces la cuestión
sobre el destino cobra relieve, y la pregunta por la libertad humana
es pertinente.
Tenemos que abordar estos dos temas desde la nueva
antropología. Desde nuestra condición de animales hablantes habrá
que dilucidar si estamos sometidos al destino o no, y si somos libres
o no.
82
Podríamos decir que estamos tan sometidos a un destino
implacable como los restantes animales. Pero, a la vez, nuestra
condición de vivientes, constituidos como tales por la lengua, abre
una posibilidad de libre arbitrio, de libertad con respecto al destino.
Ya hemos hablado de este asunto en otros lugares, pero nos ha
parecido conveniente precisar un poco más el tema.
La lengua bifurca nuestro acceso a lo real y con ello nos abre la
puerta a la libertad. La pretensión de esa bifurcación es dotarnos
de una naturaleza flexible con relación al medio del que se vive.
Eso es ya dotarnos de libertad para cambiar nuestro modo de
sobrevivencia cuando sea necesario o cuando convenga.
La DR, modelada y gestionada por el ego como estructura de
deseos/temores, recuerdos y expectativas determinados por los
deseos/temores, está rígidamente sometida al destino.
Nuestra noticia de la DA pone en cuestión la versión de lo real
de la DR y, con eso, desata los nudos del destino.
Ya podemos saber cuándo habrá libre arbitrio y libertad y
cuando no.
Cuanto más nuestros pensamientos, sentires y acciones se
sumerjan en el ego y su dinámica, más sometidos estamos a un
destino implacable. Por el contrario, cuanto más pie hagamos
en nuestro pensar, sentir y actuar desde la DA, mayor es nuestra
libertad.
Quienes se identifiquen con el ego y con la peculiar individualidad
que establece, se identifican con su destino. Quienes se alejen de esa
identificación y cuanto más claramente comprendan y vivan que su
verdadera identidad está más allá de las peculiaridades de su ego,
mayor será su libertad del destino.
Identificarse por completo con el propio ego es descender a la
sumisión y al destino de los animales. Alejarse de esa identificación y
comprender que nuestra verdadera realidad es la DA, es profundizar
en la condición humana y en la libertad plena.
83
Una animalización completa, es decir, una sumisión completa
al destino, y una carencia completa de libre arbitrio, tiene que ser
poco frecuente porque en todos los humanos se da, de una forma
u otra, la noticia de la DA, por lo menos de forma operativa. Toda
operación humana tiene un sustrato de DA, se reconozca o no, que
le permite un grado mayor o menor de flexibilidad frente al medio.
Quien hace arte o ciencia, quien cambia su forma de sobrevivir,
aún negando la posibilidad de la DA, la está reconociendo
operativamente, de lo contrario no podría ni hacer arte, ni ciencia,
ni cambiar su forma de sobrevivir.
Una sociedad organizada exclusivamente al servicio de los egos,
será una sociedad poco libre y muy sometida a un destino ciego.
Será una sociedad con escasa humanidad y con escasa cualidad
humana.
Hemos de concluir que los humanos estamos, simultáneamente,
sometidos a un destino implacable, que nos acompaña durante
toda nuestra vida, y dotados de libre arbitrio que tiene el poder de
liberarnos del destino.
El destino no nos abandonará más que con la muerte. Nuestro
cuerpo nos acompañará toda la vida, y los rasgos fundamentales de
nuestra psicología reunidos en el ego, tampoco nos abandonarán
nunca. Y eso no es un mal, es la condición humana que es la propia
de un viviente. Tanto el cuerpo como el ego cumplen su función y
deben continuar cumpliéndola mientras vivamos.
El destino no nos abandona ni un segundo, pero por nuestra
condición de vivientes constituidos por el habla, podemos no vivir
según él. Vivimos con el destino a cuestas o, lo que sería más justo,
con el destino como peana y soporte, pero podemos ser libres de su
dictado y de su dominio.
Y esto no porque tengamos un espíritu o una racionalidad
añadida a nuestra condición animal, sino porque somos un tipo
peculiar de animal: un animal constituido como tal animal por el
habla.
84
Insignificantes y de importancia suma
Nuestra existencia no tiene importancia ninguna. Somos
insignificantes. Frágiles formas de existir que hoy son y mañana
desaparecen.
Nuestro nacimiento fue insignificante para la inmensidad de
los mundos y nuestra muerte no significará nada para esa misma
inmensidad de mundos.
Somos tan sin importancia como una hierba del campo, como
una espiga de trigo, como una piedrecita del camino, como la vida
de un gorrión, como el existir o no existir de un pequeño insecto.
¿Qué le importa a la inmensidad de los mundos nuestro
aparecer o desaparecer?
La enorme estirpe de los dinosaurios desapareció después de
dominar la tierra por centenares de millones de años. La tierra
siguió rodando, como si nada hubiera pasado, y la vida continuó de
nuevo fresca y creativa.
Cualquier humano, para toda la humanidad es insignificante.
La humanidad entera es insignificante para la tierra, como lo fueron
todas las especies de dinosaurios.
La tierra misma no tiene importancia. El día que desaparezca
engullida por el sol no le importará nada al cosmos. El mismo sol,
que la abrasará, es insignificante; tanto como la galaxia entera.
Cuando el cosmos mismo desaparezca, no importará nada.
Todo lo que es aparecer y desaparecer, no tiene importancia.
Nada importa, todo es insignificante.
En ese contexto del existir y del no existir, quien se crea algo,
quien se crea importante, por poco que sea, es un necio.
Todo lo que perece, da igual que viva o que muera. Y todo es
perecedero.
85
Qué más da que yo viva o muera. Ni a la humanidad, ni a la
tierra, ni al cosmos le importa. Soy rigurosamente insignificante.
No somos nadie, ni somos nada.
86
Quien se cree alguien se condena a la nada; quien se sabe nada,
ve lo que es la radical grandeza.
Podemos ver a las personas y a cada uno de los vivientes como
carentes de toda importancia, porque así son. Podemos ver los
cielos y la tierra y todo lo que contienen como un aparecer breve,
que pronto, como una chispa de fuego, se apaga.
Quien ve las realidades así, puede no amarlas, no respetarlas,
usarlas a su antojo.Pero podemos ver a todas y cada uno de los seres
como formas de la DA, como puras formas de la DA, sin que tengan
en ellos nada propio, nada que no sea la DA misma.
Quien ve el mundo así, se reconoce a sí mismo como pura forma
de la DA. Entonces desaparecen todas las fronteras entre los seres.
Entonces en el aparecer y desaparecer de los seres no hay muerte ni
destrucción, sólo el mostrarse y ocultarse de las formas en las que
se dice lo que es absoluto, la DA.
Quien, porque se sabe nadie, ve a todos los seres como puras
formas de la DA, destierra el nacer y el morir de este mundo y se
adentra en la sacralidad suma. Frente a esa radical importancia de
todas y cada una de las criaturas, sólo cabe el respeto, la veneración,
la entrega con mente y corazón a todo como a uno mismo.
Entonces se reconoce que entre los cielos y la tierra y nuestros
débiles cuerpos no hay dualidad alguna; se reconoce que entre los
humanos no hay frontera ninguna; que entre el más insignificante
de los animales o las plantas y nosotros no hay el menor rastro de
dualidad.
Podríamos decir que todo se muestra uno y, consiguientemente,
en la unidad hay amor, porque el amor, en su esencia, es unidad.
Somos insignificantes, vacíos, nada, nadie, y porque lo somos,
y como tales nos reconocemos, somos todo, porque somos la DA,
Eso, el Único, “lo que es”.
La insignificancia reconocida es la puerta a la auténtica realidad,
a la auténtica grandeza de ser nadie.
87
La cualidad humana y la cualidad humana
profunda en las sociedades de conocimiento.
La noción “Dios”
En nuestros escritos hay muchas reflexiones sobre la idea
“Dios”. Vamos a intentar recogerlas, unificarlas y repensarlas.
El término “Dios” es una figura, un símbolo, no es un concepto,
ni es una descripción, por sumaria que sea, de una realidad. Es el
símbolo central de las culturas agrario-autoritarias y ganaderas. Es
un símbolo bien acotado que tiene muchas valencias.
La conciencia de algo absoluto no perecedero nace con la
humanidad, pero se perfila claro como Dios cuando es asumido
como el vértice de las culturas agrario-autoritarias y ganaderas,
como la cumbre de los PACs de estas formas de sobrevivir.
Las culturas agrarias complejas tienen que organizarse
jerárquicamente para posibilitar los cultivos, para posibilitar el
control de los ríos y de los regadíos, para la defensa de los cultivos
de sus enemigos, la extensión de los campos de cultivo, el dominio
de otros pueblos y de sus tierras con sus cultivadores incluidos.
Este tipo de sociedades necesitan la colaboración de todos para
estas tareas, la colaboración no se puede dejar a la libre opción. Esa
colaboración necesaria se consigue mediante la jerarquización de la
sociedad y mediante la coerción, si es necesario. Una coerción que
disuada desobedecer. La sociedad se organiza en una pirámide que
va desde la suprema autoridad, el Rey y Señor, hasta los últimos
siervos, incluidos los esclavos.
El PAC así estructurado es, a la vez, el vehículo de expresión
y de vivenciación de la DA de lo real. La DA es figurada como un
mundo divino, también perfectamente jerarquizado, semejante al
mundo humano. Dios es el Señor Supremo que frecuentemente
tiene una corte de dioses y otros personajes divinos o cuasi-divinos.
88
Las culturas agrarias complejas generalmente tienen muchos
dioses pero siempre tienen un Dios Supremo, y en no pocas
ocasiones, tienen el apuntamiento a un único Dios.
Quienes tienen un PAC rigurosamente jerarquizado, conciben
toda realidad desde ese patrón jerárquico, por consiguiente, también
el mundo divino lo interpretan de esa manera. No podría ser de
otra forma.
Además, en la noticia de la DA de todos los humanos, y
también de los que viven en sociedades agrario-autoritarias, la DA
se presenta siempre como fundamento y fuente de toda realidad.
Estamos en el terreno de los datos para los humanos. Esa noticia da
pie, y podríamos decir que valida la interpretación de la DA como
Dios y Señor de todo lo que existe.
El hecho de que no puedan interpretar el mundo de lo divino
de otra forma que jerárquicamente se convierte, a su vez, en
fundamento absoluto de la organización jerárquica de la sociedad
y de toda realidad. Dios, el Señor, es como el Rey supremo, del que
el rey terrestre o es su encarnación o es su elegido y representante
en la tierra.
Así de una manera obvia, y después muy elaborada, el teísmo se
convierte en la razón, fundamento y legitimador de la organización
autoritaria. La diferenciación entre Dios y criaturas y la relación
de subordinación de las criaturas respecto de Dios se convierte en
el patrón ontológico de la interpretación, valoración y sentir del
grupo social y de toda la realidad.
El modo de vida agrario-autoritario genera una ontología
jerárquica del ser. La relación “Dios-criaturas” se convierte en el
patrón fundamental, básico e intocable de la interpretación de toda
realidad. Según esa interpretación se organiza todo.
Toda sociedad agrario-autoritaria será, de una forma u otra,
teísta. Se establece un lazo indisoluble entre ese tipo de sociedades
y el teísmo. Que esto sea así lo confirma el hecho de que cuando las
sociedades agrario-autoritarias son sustituidas por las sociedades
89
industriales, en la medida en que lo son y, sobre todo, cuando
entran las sociedades de conocimiento, el teísmo empieza a tener
problemas.
Según esto, el teísmo, su ontología jerárquica, su interpretación
de toda realidad desde el patrón jerárquico, también en el orden
social, está ligado a sociedades agrario-autoritarias estáticas. Será
imposible cambiar la organización piramidal de la sociedad sin
poner en cuestión lo que se ha convertido en su fundamento: la
creencia en los dioses, señores de las criaturas. Los dioses son la
fuente de la realidad de las criaturas, que son y existen, porque
reciben su ser de los Señores Celestes. El ser de las criaturas y su
condición de subordinados, de servidores de los Señores, están
indisolublemente ligados.
Mientras se mantenga la creencia en un Dios Señor y Creador
de las criaturas, se mantiene el canon de interpretación jerárquica
y, consiguientemente, debe mantenerse la organización jerárquica
de la sociedad.
Las sociedades industriales continuaron con la organización
jerárquica de las empresas y de la sociedad en general; pudieron
mantener el canon de interpretación jerárquica de la realidad y de la
sociedad. Las sociedades industriales vivieron, además enmarcadas
en un contexto más amplio, que en su mayoría continuaba siendo
agrario-autoritaria.
Con la generalización de la industria que barrió a la sociedad
preindustrial y, sobre todo, con la aparición e implantación
progresiva de las sociedades de conocimiento, hay que replantearse
la organización jerárquica de los grupos creativos, que poco a poco
se convierten en responsables de la supervivencia de las sociedades
de conocimiento.
Las nuevas sociedades creativas en equipo (de ciencias y
tecnologías, nuevos productos y servicios) tienen que sustituir la
organización jerárquica, por una organización de interdependencia
de los miembros de los equipos. La creatividad en equipo funciona
mal y con menos rendimiento si está sometida a un jefe que no
90
puede disponer de todos los conocimientos, por su complejidad
y diversidad, de cada uno de los miembros de los equipos. La
organización jerárquica es un estorbo grave para las sociedades
creativas, de innovación y cambio constante.
Los PACs de este tipo de sociedades no pueden continuar
funcionando con el canon jerárquico de interpretación de la
realidad, con la ontología jerárquica, que deberá ser sustituida por
una interpretación basada en la interdependencia, con su ontología
correspondiente.
Si estos PACs deben programar una sociedad dinámica
formada por individuos de diversas especialidades, organizados
en interdependencia creativa, tendrán que excluir lo que es el
fundamento de la organización jerárquica y de su ontología: la
noción de Dios, Señor y Creador de todo lo real. Ese canon de
interpretación de la realidad deberá ser eliminado, si se quiere que
las sociedades de conocimiento funcionen correctamente.
La noción y la creencia en un Dios, Señor y Creador de todo,
como ser existente y real, interpretado desde la epistemología mítica,
-que las sociedades de conocimiento deben también eliminar-, no
se sostienen y son progresivamente abandonadas.
91
En las sociedades de conocimiento continúa la noticia básica
de una dimensión absoluta (DA) y de una dimensión relativa (DR)
de lo real. La noticia dice que no son dos realidades, sino dos
dimensiones de una misma realidad. De esas dos dimensiones la
fuente es la DA, no la DR.
Esa DA sobre la que se ejerce la modelación, como
conceptualizaciones y representaciones, la experiencia dice
claramente, con la complejidad de la estructura de todo lo existente,
que la DA, -que es su fuente-, es “como” inteligente, “como”
conciencia, “como” gestor interno de todo lo real. Tenemos que
decir explícitamente “como” porque tanto la inteligencia, como la
conciencia, como la gestión, son nociones humanas aplicables a
humanos, pero en las que no cabe la DA.
La noticia de que la DA es fuente, que es “como” inteligente,
“como conciencia” y “como” gestor interno, es fundamento para que
la noción “Dios” pueda funcionar como símbolo que apunta a esa
dimensión de lo real, con los caracteres con los que se presenta. Y
la captación de esos rasgos de lo real no es fruto de ningún tipo de
creencias, ni restos de creencias.
A ese hecho hay que añadir que cuando, respondiendo a esa
noticia de la DA y siguiendo los consejos de los sabios del pasado,
quiere alguien acercarse, cobrar una mayor conciencia de la DA,
se siente como “otro” de ella, y a ella como “otra” de su limitada
individualidad. La DA se siente como un absoluto frente a mí, con
los rasgos de inteligencia, conciencia y gestor interno. Se siente
la necesidad de reconocer la DA, la distancia que nos separa y la
necesidad de ayuda.
Los rasgos de fontalidad absoluta, inteligencia, conciencia y
gestión interna, más el deseo de reconocerla y vivirla, la conciencia
de la distancia que nos separa y la tendencia a pedirle ayuda como a
“otro” de mí, dan fundamento para que pueda funcionar el símbolo
“Dios”, sin que se precise de la creencia, para que apunte eficazmente
a la DA de toda realidad.
92
Podríamos decir que la noción “Dios” como realidad
verdaderamente real y trascendente a todo lo creado, tiende a
desaparecer y sería bueno ayudarle a desaparecer; pero la noción
“Dios” como símbolo no tiene por qué desaparecer, sino al contrario,
habrá que enseñar a las sociedades humanas de conocimiento que
puede, e incluso debe, ser utilizado, sin necesidad de pasar por la
creencia.
Reconocer con toda nuestra mente, nuestro sentir y nuestra
acción a la DA de toda realidad, y reconocer que esa es nuestra
verdadera realidad y no la interpretación, la modelación que como
individuos hacemos de nosotros, pasará, la mayoría de las veces,
por un estadio en el que se es capaz de reconocer la DA, pero no
como la propia realidad, como la propia individualidad, sino como
“otra” de nuestro ser de individuos.
En ese estadio surgirá la figura de “Dios” como símbolo. Será
un “Dios símbolo” porque nuestro modo de vida, nuestras ciencias
y la epistemología no mítica nos dice que el “Dios símbolo” no
es existente como lo enuncia la noción, no es una entidad ahí,
trascendente y real, sino una dimensión de esto real que todo es
y que nosotros también somos, que no es ni real ni irreal y que es
trascendente únicamente a toda nuestra capacidad de conceptualizar
y representar.
Sería un error, en el camino al reconocimiento pleno de la DA,
reprimir ese estadio, apoyándose en creencias o prejuicios laicos.
93
-y puede quedar bloqueado e imposibilitado también por
creencias laicas que no sean capaces de reconocer que a pesar de que
Dios como entidad no sea realidad, Dios-símbolo, como momento
interno del proceso humano a la desidentificación con el yo y al
reconocimiento de que nuestra verdadera realidad es la DA, debe
ser asumido si se quiere llegar a buen término.
Puesto que se trata de un Dios-símbolo-operativo en el camino
interior, reprimirlo, sea por creencias religiosas o laicas, tiene
siempre idéntico resultado: amarrar la interpretación de lo real a
una dualidad irreductible –Dios-criaturas-, o dejar lo real plano,
ignorando el dato de la doble dimensión por causa de una ciencia
interpretada desde la epistemología mítica. En ambos casos queda
bloqueada la posibilidad del proceso interior del egoísmo a la
gratuidad completa.
94
El Innombrable, el Inefable porque es el no “otro” de todo,
todos los nombres son suyos; porque es “lo no dual” tiene todos los
nombres, pero ninguno le es propio.
Para que la DA pueda cumplir su pretensión biológica, que
es dotar y mantener a nuestra especie en la flexibilidad frente al
medio, tiene que permanecer “sin forma” y, consecuentemente,
sin nombre. Si adquiriera forma y nombre fijaría la interpretación
de lo real, bloquearía la flexibilidad e impondría el germen de la
organización jerárquica de la realidad y de la organización humana.
95
Todos nuestros conceptos y representaciones, cuando
intentamos aplicarlos a la DA son falsos. Sólo tienen algo de verdad
cuando los usamos únicamente para apuntar a “Eso inconcebible”,
para orientarnos hacia “Eso” a lo que, si queremos y lo entendemos
bien, podemos llamarle Dios, aunque no sea ningún Dios tal como
se le ha concebido.
Esto mismo, los cielos y la tierra, y todo lo que los habitan,
nosotros mismos incluidos, de infinidad traslucidos, todo eso su
dimensión no relativa es lo que alude el término “Dios”.
96
La aparición de organizaciones sociales que sobreviven de la
creación continua, cada vez más acelerada, muestra a las claras la
necesidad de una nueva dinámica y una nueva cultura colectiva de
una importancia imponderable.
La principal novedad consiste en sustituir el vivir y la cultura que
mira al pasado para repetirlo en su esencia, para ello, bloquea todo
cambio de importancia, por una cultura de innovación continua,
con repercusión en todos los ámbitos de la vida. Se pasa de vivir de
bloquear el cambio a vivir de cambiar continua y aceleradamente.
La segunda gran novedad es el crecimiento del poder de las
ciencias y tecnologías para incidir en la vida de las colectividades
humanas, el crecimiento del poder de incidir también gravemente
en todas las especies vivientes y de incidir en la habitabilidad del
planeta. El crecimiento es tan potente y tan acelerado que puede
causar daños irreversibles para toda la vida del planeta. De hecho
ya está produciendo esos males: cambio climático, extinción masiva
de especies vivientes, según los técnicos la más masiva de la historia
de la vida, desigualdad abismal entre regiones y pueblos de la tierra,
desigualdad infranqueable entre grupos de una misma sociedad,
etc.
Estos hechos presentan un problema radical al que hay que
dar respuesta lo antes posible. Por la continua aceleración de las
transformaciones y por la gravedad de sus consecuencias, hay que
dar una solución a esta situación, porque no hará más que agravarse.
El problema número uno que las sociedades de conocimiento
plantean, del que depende nuestra propia sobrevivencia y la
sobrevivencia de toda la vida en el planeta, es ¿con qué proyecto
axiológico colectivo (PAC) podremos manejar convenientemente
esta nueva etapa de la historia de la humanidad?
Como ya hemos visto, una sociedad de cambio continuo no
puede heredar ninguno de los PACs construidos por las sociedades
pasadas, porque todos ellos eran adecuados a sociedades que vivían
de bloquear el cambio y ahora hemos de vivir de cambiar.
97
Nuestros antepasados no nos legaron ningún procedimiento
para construir PACs, porque no lo necesitaron, porque creían
que los recibían de los dioses o de la naturaleza misma de las
cosas. Eso significa que tenemos que construir una disciplina, la
EA, para construirnos nosotros mismos los PACs al ritmo de las
transformaciones que introducen las ciencias y tecnologías en
continua y acelerada transformación.
Todos estos pasos ya los hemos dado. El problema al que
nos enfrentamos en este momento es cómo promover y difundir
la CH y sobre todo la CHP en las sociedades de conocimiento,
porque sin ellas no resulta posible manejar convenientemente el
poder de nuestros saberes científicos y tecnológicos y sus graves
consecuencias.
Ya hemos fundamentado que la CH y la CHP nos son optativas
para las nuevas sociedades, sino que son una condición sine qua
non de la sobrevivencia de la vida en general y de nuestra especie
en particular.
Hemos de encontrar un procedimiento que sea capaz de llevar
la CH y la CHP a toda la población de las SC. Tiene que ser un
procedimiento, un método racional, no religioso, lo suficientemente
serio como para que pueda empalmar con toda la sabiduría que nos
legaron nuestros antepasados; ha de ser fácil, para que sea accesible
a todos, y práctico.
Este método o procedimiento tiene que derivarse de la teoría de
la EA, operar desde ella y ser adecuado a los rasgos del nuevo tipo
de sociedad.
98
ayudar a cultivar la sensibilidad de sus miembros. La educación, el
desarrollo y el cultivo de la sensibilidad es una cuestión personal,
un asunto individual, no algo del que depende la sobrevivencia de
individuos y colectivos. Esta es la opinión que todavía prevalece; en
las SC es peligroso pensar así.
99
Pondremos sólo algunos ejemplos para que se entienda mejor
de qué estamos hablando.
Una sociedad que toda ella vive de la investigación libre, en
un grado u otro, no puede cultivar el acceso a la DA y a la CHP
mediante un sistema de creencias intocables e impositivas y
mediante sumisiones. Eso es inviable y contradictorio con la actitud
que es preciso adoptar en las SC, sea en el colectivo que sea. El acceso
a la DA y a la CHP tendrá que proponerse como una investigación
y una indagación libre. Este es un patrón universalmente válido y
necesario para todos los tipos de colectivos de las SC.
100
Si crecemos en la conciencia de que todo es nuestra construcción,
advertiremos y viviremos que precisamos de una gran cualidad para
realizar esas construcciones de las que depende no sólo nuestra vida
sino toda vida.
101
Otro procedimiento importante es tener que excluir toda
creencia, sea religiosa o laica, lo cual supone también excluir un
teísmo que no sea meramente simbólico. Con respecto a las creencias
y al teísmo hay que abandonar radicalmente la epistemología mítica.
Todas nuestras modelaciones de lo real, también las que acabamos
de mentar, no son descripciones de lo real, sino construcciones
nuestras que pretenden apuntar a lo que no puede ser nombrado.
Nadie en las SC debe poder mantener una interpretación de la
realidad desde la epistemología mítica; todos los individuos y los
colectivos deben ser conscientes que nuestras modelaciones de la
realidad no tienen la capacidad de ser descripciones de lo real, si no
es dentro de una previa modelación.
La epistemología no mítica supone el humilde reconocimiento
de nuestra pequeñez, el respeto y veneración por Eso real. Nadie
puede pretender poseer la verdad encerrándola en una formulación.
A la verdad nadie la posee como en un depósito. La verdad posee,
pero no es poseída. Quien pretenda poseer la verdad encerrada en
una formulación, no puede tener CH ni CHP
La indagación libre sólo se puede practicar desde una
epistemología no mítica. La epistemología mítica impone la sumisión
y, por consiguiente, prohíbe la indagación libre; y sin indagación
libre no son posibles las organizaciones de conocimiento.
102
Hemos expuesto estos pocos procedimientos, pero se pueden
crear muchos más.
103
Está más allá del lenguaje significativo y entra en el valor y en
la CHP.
Dice que hablar de la ética y de la religión es arremeter contra
los límites del lenguaje. La ética, afirma, pretende decir algo sobre
el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente valioso. Es un
testimonio de una tendencia del espíritu.
A nuestro juicio todo esto sobrepasa a la ética.
El sentido último de la vida, lo absolutamente valioso que
sobrepasa los límites del lenguaje es la sabiduría de los sabios, no
tarea de la ética. El lenguaje de los sabios deberá estudiarlo la EA,
aunque sólo sea para apuntarlo y describir los rasgos peculiare de
su lenguaje.
La tarea de la ética, tal como la entendemos, es la cuestión de
comportamiento, no la CH y menos la CHP; tiene que ver con la
CH, pero no es el objeto de su estudio.
104
ser necesariamente móviles, porque son PACs para sociedades en
continuo movimiento.
Las normas de las sociedades de conocimiento son sin
epistemología mítica, obra humana y sin fijación. Esa movilidad
no excluye una cierta estabilidad, la misma de las sociedades de
innovación continua y cambio.
105
-La religión es de revelación divina,
-la ética es desvelamiento de las consecuencias de nuestra
naturaleza humana, en relación al comportamiento,
-en la religión la fuente del sistema de comportamiento humano
es la revelación divina, la voluntad de Dios,
-en la ética la fuente del sistema de comportamiento es la razón,
-la religión pretende prioritariamente, además de construir
un PAC, iniciar al cultivo de la CH y de la CHP a través de la fe-
creencia, y promover y mantener ese cultivo mediante mitos,
símbolos y rituales,
-la ética no tiene esa pretensión; no pretende construir un PAC,
porque no lo necesita, ni pretende iniciar el cultivo de la CHP;
la CH la presupone, más que proporcionar procedimientos para
fomentarla; su fundamento es la razón y no la fe-creencia.
La CHP y la ética
Los humanos no tenemos una naturaleza dada porque nuestra
programación genética es insuficiente y porque se nos dotó de
la lengua para completar esa insuficiencia. Si no tenemos una
naturaleza dada, tampoco tenemos una ética dada.
106
Tanto la naturaleza que nos hace animales viables, como la
ética, nos las tenemos que construir según un modo adecuado al
modo de supervivencia que tengamos.
Las SC y cambio continuo en todos los niveles de la vida
individual y colectiva nos impide partir de la creencia en un Dios
que nos dicta unas normativas éticas válidas para los humanos de
todo tipo de cultura.
La ética ha de tener que ver directamente con esa necesidad de
que construyamos nosotros mismos nuestras formas de vida, con
los PAC.
Nuestra falta de naturaleza dada y fijada es una consecuencia
de nuestra condición lingüística. También consecuencia de esa
misma condición lingüística es la posibilidad de practicar IDS-ICS.
Por consiguiente la ética también tiene que ver con esa práctica.
La CH, la CHP y la ética tienen relaciones cruzadas.
El PAC es el fundamento de la ética. El PAC es lo fundante y la
ética lo fundado. Diferencias en los PAC comportan diferencias en
la ética.
El PAC debe ser construido según los modos de sobrevivencia,
pero desde la CH. La CH que requiere el PAC exige que entre sus
constructores se dé un número conveniente de hombres de CHP.
La CH y especialmente la CHP son independientes del PAC
porque ambas se fundamentan en el cultivo de IDS-ICS. Desde ahí
se construye, se acepta o se critica el PAC o incluso se enfrenta a él.
La CH y la CHP no dependen del PAC pero se sitúan en él.
Sin la presencia de la CH y de la CHP, los PACs que se
construyeran estarían cargados de egoísmos de clase, de grupos e
incluso de colectivos, con ello perderían capacidad de seducción si
no es para los beneficiados.
107
Cuando las sociedades se cohesionaban por sumisión, no era
tan absolutamente necesario que los PACs fueran plenamente
seductores, bastaba con que fueran eficientes respecto a la
supervivencia y seductores para algunos sectores de la sociedad.
Ningún PAC es capaz de sostenerse sin que provoque seducción
además de eficiencia. La seducción puede no llegar a todos los
miembros de una sociedad, basta con que lo sea para los que
sostienen el tipo de sociedad correspondiente.
La ética depende del PAC y el PAC, a su vez, depende de la CH
y de cierta dosis de CHP que se emplee en su construcción.
La ética tiene una doble dependencia: depende del PAC
correspondiente y de la CH y la CHP; de forma que puede darse
conflicto entre el PAC vigente en una sociedad y la ética.
Estos dos aspectos de la ética deben ser atendidos. La ética pasa
necesariamente por el PAC pero al tener relación directa con CH y
con la CHP, puede encontrarse distante e incluso contrapuesta al
PAC.
El fundamento primero de la ética es el PAC correspondiente,
pero también se fundamenta en la CH y en la CHP. CH y CHP son,
en gran medida independientes del PAC, aunque se realicen en el
PAC. La CHP es independiente del PAC aunque se realice en él y
tome parte en su construcción. La ética no es independiente del
PAC, pero su relación directa con la CH y con la CHP, por medio de
la práctica de IDS-ICS, hace que pueda intervenir en la corrección
del PAC o pueda oponerse a él.
Premio y castigo
Cuando piensa uno en los crímenes de Hitler, o en los
responsables de la trata de blancas, o en los capos de la droga,
surge la pregunta ¿no habrá forma de sustituir el infierno eterno de
algunas tradiciones religiosas, o la reencarnación como medios de
castigar convenientemente a tales asesinos?
108
¿No hay premio adecuado para los que se han esforzado por
ayudar y mejorar la humanidad, para los que han vivido para servir
a sus hermanos de una forma u otra?
En las sociedades de conocimiento no podemos creer ni en
el cielo eterno como premio de las buenas obras, ni en el infierno
eterno como castigo de las obras malas.
La muerte lo iguala todo. Buenos y malos mueren por igual.
¿No hay justicia en este mundo? ¿No hay una justicia definitiva
para los humanos?
Para solventar el problema de la justicia y de una justicia
definitiva, nuestros antepasados crearon los mitos del paraíso y el
infierno, o el mito de las reencarnaciones futuras según las obras.
Tanto en unos mitos como en otros, las buenas obras o las malas
obras tenían su premio y su castigo ajustado a lo que cada individuo
merecía.
Este problema no puede quedar en el aire sin una solución o
apuntamiento de solución en las nuevas sociedades sin creencias,
sin religiones y sin dioses.
109
La simbiosis correspondiente a la nueva antropología es
simbiosis de interdependencia mutua. No hay individualidades
humanas sin simbiosis. Cada individualidad depende, en su ser, del
colectivo y el colectivo depende, en su ser, de los individuos. Sin
lengua y sin cultura no puede haber individuos humanos. La lengua
y la cultura constituyen a los individuos. No son individuos con
una lengua y una cultura. Pero por otra parte, no existe lengua ni
cultura que no sea obra de la interacción entre individuos.
Estamos en una ontología de interdependencias, no en una
ontología jerárquica del ser.
Los premios o castigos a las buenas o malas obras han de
pensarse desde las concepciones que imponen las sociedades de
conocimiento. Según eso, la justicia sobre las buenas o malas obras
habrá que plantearla no desde el individuo como entidad autónoma,
sino desde la simbiosis de interdependencia.
110
Vayamos por pasos:
Los Evangelios, para no indisponerse con los romanos y ganarse
su benevolencia, culpabilizaron del ajusticiamiento de Jesús, más a
los judíos que a los romanos. Los judíos instigaron a las autoridades
romanas a que crucificaran a Jesús. Los romanos fueron culpables,
porque fueron ellos los que le ejecutaron en la muerte ignominiosa
de la cruz, pero, con el gesto de Pilatos, se lavaron las manos de la
muerte de aquél justo.
Cargar las culpas de la muerte de Jesús principalmente a los
judíos era convertir a los judíos en el pueblo deicida, porque los
cristianos interpretaron a Jesús como Hijo de Dios.
Durante la antigüedad y toda la edad media, el pueblo judío era
el pueblo maldito deicida.
Ese antisemitismo se impuso en toda la cultura cristiana y en
toda la cultura europea. Durante ese tiempo se cometieron muchas
atrocidades contra los judíos. Podríamos decir que la cultura
europea se hizo profundamente antisemita porque era una cultura
de base cristiana. El islam de la época no fue antisemita, impuso
a los judíos un impuesto especial, el mismo que se imponía a los
cristianos y a todos los que vivían en tierras del islam y se mantenían
firmes en su religión.
Este antisemitismo se extendió a lo largo de toda la historia de
la cultura y la política europea, incluyendo también al cristianismo
ortodoxo.
Hitler es hijo de ese antisemitismo que él y sus secuaces llevan
hasta el extremo de intentar, con procedimientos industriales,
exterminar de raíz a los judíos de Europa.
Las expulsiones de los judíos de varias naciones europeas, los
pogromos rusos y los campos de exterminio nazis empujaron a los
judíos a crear el estado de Israel en el corazón del islam. El miedo
del pueblo perseguido de los judíos, en Palestina le convirtió en
perseguidor. Expulsó de las tierras de Israel a los árabes y luchó
111
varias veces contra ellos, con la ayuda de EE.UU. para mantener las
tierras que creían que Dios les había asignado como propias.
El estado de Israel, los palestinos expulsados de sus tierras y sus
victorias militares enconaron y llevaron a un conflicto constante y
serio entre los judíos y los pueblos árabes. El conflicto de los árabes
con los judíos, se extendió a un conflicto entre los musulmanes y
Europa y EE.UU.
El conflicto de toda la cultura euro-americana con el islam no
está todavía solventado y es grave. Los motivos de ese conflicto
son varios: el estado de Israel apoyado por europeos y americanos,
el resentimiento musulmán por la colonización europea y por las
imposiciones occidentales en la cultura, en la economía, en lo
militar etc.
Ahí tenemos un caso de responsabilidad personal que es fruto
del error de cálculo de los primeros cristianos, de la epistemología
mítica de la interpretación de las narraciones referentes a Jesús en
los Evangelios, de la actitud de toda la Edad Media europea y del
antisemitismo de la cultura europea de la edad moderna hasta llegar
a Hitler y los nazis.
El horrible crimen de los campos de exterminio nazis no es sólo
responsabilidad de Hitler y de los miembros de la cúpula nazi, sino
que es responsabilidad de la historia del cristianismo y de la historia
de los pueblos europeos.
El castigo de estos crímenes cayó sobre los mismos europeos
con las guerras mundiales y, en cierta manera, con la creación del
estado de Israel y sus consecuencias en el conflicto con los árabes
que cae como castigo a Israel y toda la cultura occidental.
112
Las responsabilidades serán, pues, de individuos constituidos
por la simbiosis. Sin los errores cristianos, sin el antisemitismo
provocado por la lectura de los Evangelios desde una epistemología
mítica, sin el antisemitismo profundo que las creencias cristianas
crearon en la cultura europea, no sería comprensible el crimen de
Hitler y la cúpula nazi.
Por consiguiente los castigos y los premios que desearíamos
que la justicia atribuyera a las malas y a las buenas obras, no hay
que buscarlos en el nivel de los individuos, sino en el nivel de los
individuos constituidos por las simbiosis (los colectivos) y en las
simbiosis (colectivos) formadas por individuos.
Si queremos llegar a ver la justicia respecto a las buenas y malas
obras de los individuos, tendremos que concluir que no hay justicia.
Para evitar esta conclusión, nuestros antepasados crearon los mitos
del infierno y del paraíso y el mito de la reencarnación. Nosotros
debemos evitar esa conclusión por otros medios, porque no nos es
posible heredar la solución que dieron nuestros antepasados.
Ontología jerárquica
Una interpretación y organización social jerárquica exige una
ontología positiva, jerárquica. No puede haber jerarquía sin que
el jerarca sumo sea una entidad en sí y sin que los súbditos sean
también entidades en sí.
La fundamentación de la ontología jerárquica requiere que la
suma jerarquía sea una entidad en sí desde sí mismo; los súbditos
tendrán que ser, también, entidades en sí pero desde otro.
113
Esta es la fundamentación ontológica del teísmo y, con él, de
una interpretación de la realidad, jerárquica en todos sus niveles:
ontológicos, individuales, sociales, temporales y espaciales.
La organización jerárquica de la sociedad y la ontología
jerárquica dependen una de la otra y se afianzan una a la otra.
Sin una ontología jerárquica no sería posible una organización
jerárquica, y sin una organización jerárquica no tendría justificación
una ontología jerárquica.
Si una falla, la otra fallará. Si falla la organización jerárquica,
fallará la ontología jerárquica. Si falla la ontología jerárquica, la
organización jerárquica carecerá de justificación.
Cuando la organización jerárquica deja de ser útil para la
sobrevivencia, no se sostendrá la ontología jerárquica; es más, será
necesario alejarse lo más posible de una ontología jerárquica. Las
sociedades de conocimiento, si quieren posibilitar su implantación
y funcionamiento, tendrán que fomentar el alejamiento de la
ontología jerárquica.
Si el teísmo entra en crisis, por causa de las ciencias y de
su monopolio en la interpretación de la realidad, cosa que en
las sociedades de conocimiento es inevitable, se debilitará la
organización jerárquica.
Las sociedades de conocimiento tendrán que alejarse
necesariamente del teísmo que no sea meramente simbólico, de un
teísmo que presente a Dios como un ser en sí desde sí mismo.
El teísmo es el generador y justificador de la jerarquización de
toda la realidad. El teísmo se desarrolla en una sociedad jerarquizada
y en una ontología jerárquica.
¿Dónde se apoya la organización jerárquica hoy día? No parece
haber más razón que el capitalismo impuesto y sin alternativa
y la coerción. Mientras se mantenga, por los medios que sean, la
organización jerárquica, se sostendrá el teísmo, porque ese tipo de
sociedad lo necesita.
114
Todas las realidades son vacías de entidad en sí
Para los vivientes, toda la realidad es modelación.
Las modelaciones de los vivientes están vacías de entidad en
sí. Esas pretendidas realidades están en los sistemas genéticos de
los animales o, en el caso de los humanos, en su sistema genético
hecho viable y complementado por los sistemas culturales de los
colectivos.
Ni las realidades modeladas por los animales, ni las modeladas
por los humanos son en sí, están ahí fuera. Utilizando una imagen
informática, diríamos que están en la nube que crean las especies, o
en la nube de las modelaciones de los colectivos humanos.
115
Para todos los vivientes las cosas se individualizan por
contraposiciones cualitativas que funcionan como estimulaciones
o repulsiones. Nuestra estructura básica es también esa. Las
metalenguas científicas y axiológicas están siempre suponiendo y
están sustentadas por esa estructura animal de nuestra estirpe.
Las individuaciones conseguidas por contraposiciones
cualitativas en relación a un viviente necesitado, es evidente que
no tienen el ser en sí mismas que les atribuimos; están vacías, son
como una ciudad edificada en una nube en cuanto a su entidad real
tomadas como cosas de este mundo.
Las individualidades son fruto de contraposiciones cualitativas
relativas, directa o indirectamente, a las necesidades de un viviente
necesitado. Esta afirmación vale para todos los vivientes, sin
excepción, y vale también para los humanos.
116
Estas afirmaciones son sólo para apartar de ella, que es lo no
modelado, nuestras modelaciones.
Que sea fuente de todo no es modelación nuestra sino dato.
117
En las SC todo son interdependencias
Lo que es condicionado es dependiente. Lo que es
interdependiente es por condicionamiento mutuo.
Todos los rasgos de las sociedades de conocimiento son
interdependientes, lo mismo ocurre con las personas que las
componen. Esta es la consecuencia de que sean sociedades creativas
en equipo.
Recordemos que los rasgos de las SC son la creación continua
en equipo; para que eso sea posible el equipo tiene que crearse su
propio PAC, al que hay que adherirse voluntariamente, porque no
es posible que la creatividad funcione a pleno rendimiento desde la
sumisión.
Para la adhesión voluntaria es imprescindible la libertad, que
no será posible sin libertad axiológica. Sin igualdad y equidad la
creatividad en equipo no podrá funcionar.
Para que el equipo sea realmente un equipo de creación
continua, precisa que todos sus miembros tengan espíritu de
indagación. El espíritu de indagación no será posible más con un
estudio de por vida.
La interdependencia de personas para la creación;
interdependencia que se logra por un PAC creado colectivamente en
el que la adhesión sea voluntaria, en el que la igualdad y la equidad
se respete rigurosamente, exige personas de cualidad humana.
La cualidad humana practicada en condiciones continuamente
variantes, requiere aprender a heredar la sabiduría de los
antepasados; de ellos hay que destilar los criterios de discernimiento
para gestionar la marcha de las sociedades dotadas de potentes
ciencias y tecnologías.
Los mismos rasgos de las SC nos están diciendo que las personas
que las componen son también interdependientes. La complejidad
y pluralidad de las ciencias y tecnologías no dejan otra posibilidad.
118
Por consiguiente, en las SC todo son interdependencias.
119
Se precisa la máxima creatividad individual pero en equipo.
Es decir, máxima creatividad, y en un cierto sentido, máximo
individualismo, pero sin autarquía.
Esta exigencia de la máxima creación individual no elimina su
dependencia, porque toda creatividad tendrá que ser en equipo, por
tanto tampoco su condición de vacíos de entidad propia.
Esto con respecto a la DR. En la DR todo está vacío de entidad
propia.
120
Los primeros estadios de la cultura humana continuaron con
el mismo sistema; dieron por reales las modelaciones que hacían
de la realidad a través de sus PACs, sus narraciones, sus mitos, sus
símbolos y sus ritos.
Así se cambió lo menos posible en su condición animal y se
aseguró la sobrevivencia. Esta epistemología rigió las sociedades
humanas hasta el último tercio del siglo XX. Todavía está vigente
en la mayor parte de las sociedades.
Pero esta epistemología tenía pésimos efectos secundarios.
Fue uno de los fundamentos principales de los enfrentamientos
humanos. Cada modo de sobrevivencia tenía su estilo de PAC que
inevitablemente se interpretaba con la descripción verdadera y
adecuada de la realidad, con lo cual se enfrentaba con todo el resto
de modos de sobrevivencia y sus PACs.
Los PACs de las sociedades de cazadores-recolectores, en
sus estructuras superficiales difirieron unas de otras, aunque las
estructuras profundas fueran idénticas. Los pueblos daban como
verdadera descripción de la realidad la estructura superficial, con lo
cual, todos los pueblos entraron en conflicto con todos los pueblos
que tuvieran una estructura superficial de su mitos y ritos diferentes.
Cuando llegaron las sociedades agrarias construyeron sus
PACs correspondientes, que se enfrentaron, primero con todas
las sociedades de cazadores-recolectores y, después con todas las
restantes sociedades de agricultores. Las sociedades sumerio-
babilonias tenían unas estructuras superficiales diferentes de
la sociedad egipcia. Aunque las estructuras profundas fueran
idénticas, las estructuras superficiales diferían grandemente. Cada
una de este tipo de culturas se consideró como la única verdadera
y juzgaba que todas las demás eran falsas y contrarias a sus dioses.
Lo mismo pasó con el cristianismo y el resto de culturas helénicas y
romanas y más tarde con todas las culturas y religiones con las que
se fue encontrando.
121
Lo mismo ocurría entre las culturas ganaderas y las agrícolas.
Piénsese sólo en los conflictos de Israel con todas las culturas
circundantes. O los conflictos del Islam con todo el resto de las
culturas.
Además, recuérdese que en las sociedades preindustriales los
PACs y sus formas religiosas formaban una unidad indisociable.
Por consiguiente cada PAC iba unido a una forma religiosa que,
por efecto de la EM, era considerada como la única verdadera. Así
toda la fuerza de la religión, o si se quiere, de la noticia de la DA,
se convertía en fuerza agresiva contra todos los otros PACs y sus
formas religiosas correspondientes.
La EM convirtió a todas las religiones y formas religiosas en
enemigas a muerte de las restantes. La historia humana está llena de
terribles conflictos religiosos, o conflictos de intereses sacralizados
por la religión. No nos parece necesario citar ejemplos porque la
historia humana y la historia de las religiones están plagadas de
estas confrontaciones que son, quizás, los más graves de la historia
humana.
Incluso en casos como la primera y la segunda guerra mundial,
que no tenían motivación religiosa, acabó interviniendo también,
y fuertemente, la religión. Los enfrentamientos entre naciones,
que versaban sobre conflictos económicos, coloniales, etc. para ser
verdaderamente justificados y profundamente agresivos se tiñeron
de sacralidad.
Cuando las ideologías sustituyeron a las religiones como
PAC, continuaron interpretándose desde la EM. Por esa base
epistemológica, las ideologías, la liberal, la socialista-comunista y la
anarquista lucharon a muerte una contra todas y todas contra una.
También en esta ocasión la EM causó muchos millones de víctimas
y destrucciones.
122
Cuando la religión perdió fuerza, por el debilitamiento de las
creencias, la idea de nación tomó su sustitución. Se tomaba la idea
de nación, no como un simple sistema de organizar los colectivos
humanos, sino como una descripción de la esencia de los pueblos.
Todavía no hemos salido de esa trampa.
123
Ventajas de la eliminación de la epistemología
mítica
La rápida transformación y crecimiento de las ciencias
transforman constantemente la interpretación de la realidad
en todos los ámbitos de los saberes y de la vida: el desarrollo
concomitante de las tecnologías con sus productos y servicios,
cambian constantemente las condiciones de la vida de los colectivos
y de los individuos.
Las ciencias se han ganado el monopolio de la interpretación
de la realidad. Las tecnologías son las responsables de nuestra
sobrevivencia colectiva.
Las tecnociencias y sus resultados alteran constante y
aceleradamente las maneras de pensar y de sentir.
La globalización ha puesto en contacto inmediato, no sólo a
nivel mundial, sino también a nivel local, todas las religiones, todas
las tradiciones espirituales de la humanidad, todas las culturas, con
sus diferentes maneras de plantear la vida, de pensar y de sentir,
todas las ideologías, etc.
Ese contacto de todos con todos relativiza de hecho los
dogmatismos e intolerancias de todos.
Todos estos factores hacen imposible mantener una
epistemología mítica que pretende que lo que dicen nuestros mitos,
nuestras religiones, nuestras tradiciones espirituales, nuestras
culturas y nuestras teorías es como es la realidad. La actitud que
crea la epistemología mítica es ya incompatible e insostenible en las
sociedades de conocimiento y cambio continuo globalizadas.
Aunque en ocasiones perder la epistemología mítica se pueda
sentir como quedarse desamparados en un descampado, en realidad
es una gran liberación.
124
El abandono de la epistemología mítica nos libera del
sometimiento de nuestra mente y nuestro sentir a los mitos
milenarios, a las religiones, a nuestras concepciones y teorías.
Sin epistemología mítica ninguna palabra nos somete,
quedamos libres de todas las palabras, incluso de las más sagradas.
Las palabras ya no someten sino que se ponen a nuestro servicio.
Las palabras que se convierten en siervas de la verdad, auxiliares
en su búsqueda, pero no son la verdad. Ningunas palabras son la
verdad, todas carecen de poder para enmarcarla, para recluirla
en ellas como en un cofre sagrado. Ese poder no lo tienen ni las
palabras religiosas ni las científicas.
Libres de la epistemología mítica comprendemos que las
palabras no describen las realidades, sólo las modelan a nuestras
pequeñas medidas.
La eliminación de la epistemología mítica deja a nuestra
exclusiva responsabilidad el acceso y el cultivo de la DA y la gestión
de la DR.
Sin epistemología mítica no hay fundamento para la sumisión
ni a Dios, ni a las religiones, ni a las ideologías, ni a la naturaleza. A
nuestros propios PACs no nos sometemos, sino que nos adherimos
libremente.
Eliminada la epistemología mítica se elimina la razón de los
conflictos entre religiones, entre culturas, entre ideologías e, incluso,
entre diferentes PACs.
Una epistemología no mítica es el único fundamento para una
pacífica convivencia entre diversas tradiciones culturales; es el
único fundamento para un ecumenismo real.
La epistemología no mítica, proclamando que todo discurso es
una modelación de la realidad, y sólo una modelación, fomenta la
comprensión, el enriquecimiento de las diversas perspectivas de las
cosas.
125
La individualidad, la CHP y la muerte
Cuando aparece la vida, aparece la individuación. Sin
individuación la vida no es posible.
Ni la vida ni los individuos son nada venido a este mundo desde
otro mundo; proceda de donde proceda la vida, si de un cometa, de
un meteorito o como hija de la tierra, el cosmos es uno.
¿Qué es el cosmos? Una construcción desde nuestros sentidos y
desde nuestra mente y también una construcción mediante nuestras
ciencias y tecnologías. Lo que construyen nuestros sentidos y nuestra
mente y nuestras ciencias y tecnologías son una modelación.
La modelación es una adaptación de Eso a nuestras medidas.
No hay vida sin un tipo u otro de individuación, y no hay
individuación sin modelación de Eso a nuestra individualidad.
¿Qué es Eso que modelamos? Lo no modelado, el soporte, la
realidad de la modelación, que no puede ser mentado sin modelarlo.
El modelador está frente a lo modelado. No hay un existir previo
del modelador respecto a la modelación. Modelador y modelado
son interdependientes; se da uno si se da el otro, y a la inversa. No
puede pensarse un modelador previo a lo modelado. Modelador y
modelado nacen simultáneamente.
Sin embargo “Eso” es el modelador y lo modelado.
La individuación parece distanciarse de “Eso”, pero no hay
distancia posible, porque el individuo es una forma de “Eso” que no
añade nada a “Eso”. El individuo no tienen ser por sí, su realidad es
la de “Eso”, aunque tiene que suponer que es alguien, no sólo frente
al mundo modelado, sino también frente a “Eso”. Su supuesto es
imprescindible y su error inevitable para su condición de viviente.
Las sociedades humanas se interpretan como asociaciones de
individuos que se presuponen autónomos, pero que en realidad son
simbióticos e interdependientes.
126
El principio de individuación de todo viviente es un cuadro de
necesidades y deseos. Ese paquete de necesidades, que se expresan
como deseos, es lo que se lee a sí mismo como separado de “Eso” y
es lo que proyecta la modelación como contrapuesta al modelador.
La individuación es el fundamento de la dualización de la
realidad.
Las individualidades son un supuesto necesario, pero no son
una entidad por sí, ni frente a “Eso”, ni frente a lo modelado. “Eso”
no es una individualidad porque es previo a ella; lo modelado
tampoco es una individualidad porque depende por completo de
a modelación y sólo existe frente al modelador, no tiene existencia
fuera del modelador.
La individualidad viviente siempre es modeladora y no tiene
otra existencia que la de “Eso”, y “Eso” no se puede decir que exista
o que no exista porque es previo a toda individualidad y a toda
modelación.
127
¿Qué es la muerte? También es la pérdida del supuesto necesario
para un viviente: la individualidad, que es el fundamento de la
identidad y del mundo que desde ahí se modela.
Cuando llega la muerte ya no se necesitan esos supuestos, que se
desvanecen como humo; y no es que se recupere nuestra verdadera
condición de “Eso”, porque jamás la perdimos.
Vacíos éramos antes de nacer, vacíos vivimos y vacíos morimos.
La fuente de todos esos vacíos es una plenitud tan compacta que
ninguno de nuestros cuchillos puede ni penetrarla ni cortarla.
La diferencia que hay entre la iluminación y la muerte es que la
primera es la pérdida de la individualidad en la vida y la segunda
después de la muerte.
La individualidad es la fuente del dolor porque su soporte es el
deseo.
Silenciar el deseo es silenciar la individualidad y es silenciar la
identidad y, por tanto es silenciar el supuesto de ser alguien venido
a este mundo. Eso es la paz.
Morir es recuperar lo que se era antes de nacer y que nunca se
perdió.
La CHP es despertar a lo que siempre estuvo presente.
128
Todo los fenómenos que se han considerado operaciones del
espíritu, como la cultura en general, las artes, las ciencias, las acciones
nobles, las grandes transformaciones culturales, las religiones, las
espiritualidades, incluso las más altas, todo ello es obra del animal
constituido por el habla, sin nada añadido que no corresponda a
un animal, como sería suponer un espíritu o la racionalidad como
añadidos, como parte del compuesto humano.
Si el espíritu no aparece en los humanos, no hay espíritus en
esta tierra.
Es, pues, razonable pensar que si en nuestra tierra no hay
espíritus, sino que los fenómenos atribuidos al espíritu brotan de
las entrañas de la tierra y del cosmos entero, entonces el cosmos, los
mundos, tampoco son compuestos de materialidad y espiritualidad.
Lo llamado “espíritu” y lo llamado “materia” se unifican, no son
dos. No es que la materia se espiritualice o el espíritu se materialice,
sino que la categorización de lo real como compuesto de materia
/espíritu no es correcta, no es apta para interpretar lo que hay,
incluyendo los fenómenos humanos, junto al cosmos entero.
129
De la sumisión a la indagación libre
130
Todas las criaturas de la tierra también están organizadas
jerárquicamente. El hombre se sitúa en lo alto de la escala, que
termina en la materia como lo más bajo en jerarquía.
La antropología también es una construcción jerárquica:
el espíritu debe señorear sobre el cuerpo. La organización de la
sociedad también es jerárquica, y la de la familia, igualmente la
de los grupos religiosos y de las iglesias que también se organizan
jerárquicamente. La burocracia y el ejército son rigurosamente
jerarquizados. El tiempo está dividido en tiempos sagrados y
profanos, días sagrados y días profanos; el espacio también está
dividido en espacios sagrados y profanos, los templos y los restantes
espacios reservados para las actividades profanas.
La CH se mide por el grado de sumisión a Dios y a toda jerarquía
establecida. La CHP se conseguía por la sumisión completa a Dios,
a sus revelaciones, a las creencias establecidas, a sus mandatos,
a sus consejos, y por la sumisión igualmente completa a sus
representantes, las personas consagradas a Dios, sus sacerdotes.
La vida del espíritu, alejada todo lo posible de la vida de la carne,
es sumisión en todos sus aspectos; es revivir la vida de los enviados
de Dios, de sus santos. Es respetar las costumbres de los mayores;
es no alejarse de lo que enseñaron los que nos precedieron dignos
de crédito y respeto. La moralidad es sumisión. La vida excelente es
vivir las virtudes que se prescribieron en la revelación de Dios y que
practicaron nuestros mayores. Virtudes que son perennes como el
espíritu, intocables por su origen.
Queda prohibida todo alejamiento de la revelación, todo
distanciamiento de la enseñanza ortodoxa. Toda innovación
humana en este terreno es considerada herejía, pecado, atentado
contra el orden social y político.
La espiritualidad es sumisión en todos sus aspectos y en todos sus
grados. La indagación libre con respecto a la DA no es ni concebible.
Aún hoy nos cuesta imaginarla. Pensar que esa indagación libre es
una creación, no se ha acercado a nuestra comprensión.
131
La libertad está sólo para alejarse del mal, que es la insumisión,
y para someterse libremente a Dios y sus representantes.
Estas concepciones han durado miles de años y todavía no
nos la hemos quitado de encima; e incluso hay que afirmar que
la mayoría de quienes todavía se preocupan por la espiritualidad,
están sometidos a estos cánones.
La sumisión en todos los niveles, no es que esté aconsejada sino
que está impuesta obligatoriamente y sancionada por la coerción e
incluso con la pena de muerte, cuando es políticamente posible. Y
si no es posible se emplea la coerción física y moral, o se utiliza la
marginación, la reducción al silencio y a la insignificancia.
132
continua. Estas sociedades no pueden repetir el pasado, ni pueden
reactualizarlo; la dinámica de sus innovaciones y creaciones aleja
del pasado de forma acelerada, más acelerada cuanto mayores son
las innovaciones y creaciones de las ciencias y tecnologías y sus
consecuencias en la vida de los humanos.
En estas sociedades será imposible considerar la revelación como
ligada indisolublemente a palabras, porque las palabras en las que
nos ha llegado la revelación corresponden a PACs preindustriales,
a su epistemología mítica y a su antropología compuesta de alma, o
equivalentes, y cuerpo.
Las nuevas sociedades tampoco pueden someterse a creencias
fijas e intocables, precisamente porque fijan incondicionalmente
y son sociedades de sobreviven gracias al movimiento continuo.
Tampoco pueden aceptar las dogmáticas que someten.
Las nuevas sociedades, con respecto a la DA sólo pueden
someterse a lo que no tiene forma, a eso innombrable que es el
maestro interior y nuestra verdadera realidad.
Tendrán que practicar la indagación de la DA y el cultivo
de CHP desde ese guía interior, que es nuestra propia realidad, y
deberán indagarla en toda criatura, en toda forma, como lo que es
el fondo, el ser de todos los seres, pero sin ligarse a ninguno.
Con el cultivo de la CH y de la CHP se tendrá que asumir y vivir
que la DA es libre de todas las palabras, no hay palabras privilegiadas
con respecto a ella, y la indagación es también libre de las palabras;
no hay palabras que tengan poder sobre las indagaciones.
En las nuevas sociedades nada puede organizarse
jerárquicamente, todo debe articularse en equipos de miembros
en interdependencia y en equipos de equipos igualmente
interdependientes. Lo mismo habrá que decir de la indagación de
la CHP y de la DA.
En las sociedades dinámicas el trabajo para llegar a reconocer
en plenitud a la DA y para llegar a realizar la CHP pasa por la
indagación y la creación libre.
133
En unas sociedades que sobreviven de la investigación
científico-técnica y de la creación continuada de nuevos productos
y servicios, el camino a la DA y a la CHP tiene que ser también una
indagación y una creación libre.
134
Estos son los rasgos de esa vía que parte de un individuo y su
egocentración, y lleva al silenciamiento completo de ese individuo
y de su egocentración, y esto para adentrarse en una realidad, que
ni realidad puede ser llamada, en la que no existen individuaciones
y, por tanto, tampoco egocentraciones.
Se entra en lo que, desde el punto de vista de un viviente, está
vacío, porque en él no hay nada, ni nadie. Para indagar en el misterio
del ser de los cielos y la tierra, y en el misterio sin fin de cada una de
las criaturas, hay que adentrarse en la hondura de su realidad que
se pierde en espacios y tiempos sin límites, para finalmente situarse
más allá de espacios y tiempos.
La indagación que se debe hacer, se realiza con sentir, mente y
cuerpo. Tenemos que ir dando pasos al sin forma, experimentando
vacíos que nos vemos necesitados a expresarlos e incluso vivirlos con
formas que nosotros mismos construimos con nuestro andar. Así
vamos de despertar a vacíos, a despertar a vacíos. Para adentrarnos
más y más en esos vacíos, cada vez más vacíos porque es adentrarse
en el sin forma, tenemos que in creando expresiones, formas, como
quien pone un ladrillo delante de los pies para poder dar un paso
más y poner otro ladrillo y otro, hasta que ya no se necesite apoyar
los pies en nada para seguir adelante, porque el caminante se ha ido
sutilizando hasta que es un sin forma en lo sin forma.
Así resulta que la Vía es un camino de creación continua sin
sumisión a nada ni a nadie. Es un camino, un despertar yendo de
creación en creación, hasta que ya no hay más aproximación, sino
solo unidad, pero una unidad inagotable en la que siempre se puede
navegar más dentro y más hondo sin llegar jamás al fondo y sin
poder agotar la profundidad y amplitud de lo que no puede tener
nombre.
135
El camino a la DA como indagación libre
Ya hemos estudiado con anterioridad, que en las sociedades de
conocimiento y cambio continuo, lo que nuestros mayores llamaron
espiritualidad no puede ser cultivada a través de la sumisión.
Durante miles de años se concibió y practicó la espiritualidad como
sumisión a Dios, a su revelación, a su guía, a sus representantes
eclesiásticos. En sociedades articuladas, cohesionadas y motivadas
por la sumisión, la espiritualidad no podía concebirse como una
indagación libre.
Sin embargo, todos los grandes de esa larga época fueron
auténticos indagadores libres. Piénsese en los grandes Rishis indios,
en Buda, Jesús, Mahoma y tantos otros de no de tan enorme tamaño.
Si nos distanciamos de la interpretación mitológica que se hizo de
cada uno de estos personajes, una interpretación mitológica acorde
con el PAC que regía las sociedades en que aparecieron, podremos
apreciar con claridad que no eran tanto lo que las mitologías decían
sino unos grandes indagadores libres de la espiritualidad, que
nosotros ahora tendríamos que llamar la DA de la realidad y la CHP.
Las sociedades de conocimiento, que viven y prosperan de la
creación continua y acelerada de ciencias y tecnologías, que comen
de la investigación, de la indagación, y de creación de nuevos
productos y servicios, no pueden ni concebir ni vivir lo que nuestros
antepasados llamaron espiritualidad desde la sumisión. Eso crearía
una esquizofrenia entre su vida colectiva e individual cotidiana,
entre su pensar y su sentir, insoportable e inviable a medio y largo
plazo.
En las sociedades conocimiento no pueden estar disociados el
cultivo de la DR y de la DA. Provocaría el abandono de todo lo que
tiene que ver con la DA y la CHP como imposibles. El cultivo de
la DR irremediablemente tendrá que continuar, porque ese cultivo
es el responsable de la sobrevivencia, pero quedará dañado en la
lógica de su funcionamiento y, lo que es peor, sin dirección clara
axiológica, sin CH y sin CHP.
136
En esta situación la lógica del desarrollo de las ciencias
y tecnologías será “lo que se puede hacer, se hace”, sin más
consideraciones; o “lo que puede redundar en beneficio económico,
se hace” también sin más consideraciones.
La imposibilidad de la espiritualidad (cultivo de la DA y de la
CHP) por la vía de la sumisión tiene una gravísima consecuencia y
es que deja que la marcha de las tecnociencias y el de la creación de
nuevos productos y nuevos servicios esté regida exclusivamente por
las dos normas: lo que se puede hacer, se hace y lo que redunda en
beneficio económico, también se hace.
Esta forma de funcionamiento de las sociedades de potentes
tecnociencias, sin dirección axiológica seria y de cualidad, está
conduciendo a nuestros saberes a convertirse en enemigos de
nuestra propia especie, enemigos cada día más poderosos de la vida
en el planeta y de la habitabilidad misma del planeta.
Las iglesias y organizaciones que pretenden preocuparse y
cultivar la CH y la CHP continúan empeñadas en que esas cualidades
se cultiven desde la sumisión. No se ocupan de adaptar el cultivo de
esas cualidades a la condición de las nuevas sociedades, sino que
hacen todo lo posible para que nadie se aleje de la espiritualidad
como sumisión radical.
Estamos frente a dos fuerzas opuestas: la de los que sostienen
que las tecnociencias deben estar al servicio de la explotación
de todo tipo de recursos y al servicio del beneficio económico,
sin más criterio; y la de los que pretendiendo que las sociedades
cultiven la CH y la CHP se empeñan irreductiblemente que se ha
de hacer a través de la sumisión a unas verdades formuladas, a unas
virtudes dadas, a unas organizaciones y sus autoridades doctrinales
intocables.
No puede haber conciliación entre estas dos dinámicas opuestas;
y mientras tanto las tecnociencias van dañando gravemente las
condiciones de vida de los pueblos, excepto las de unas minorías;
y los responsables del cultivo de la espiritualidad van perdiendo
rápidamente el prestigio. El resultado son unas sociedades
137
poderosas, asilvestradas, sin otro proyecto colectivo, fuera del
de fomentar la investigación, el intercambio de información y la
explotación de personas y medios.
Es evidente que así no podemos seguir, porque nos estamos
suicidando colectivamente.
138
La indagación debe versar no sobre la voluntad de Dios
expresada en su revelación, porque la revelación sólo se refiere
a lo que es innombrable; ni la indagación debe versar sobre algo
que se cree trascendente; ha de hacerse sobre este mundo en el que
vivimos: sobre los cielos, la tierra y todo lo que la habita, sobre las
aguas y todos los que viven en ellas, sobre nosotros mismos.
139
Y continúa el texto:
La autoridad sacerdotal abandona a quien cree que la autoridad
sacerdotal se encuentra en algo distinto al Âtman.
El poder soberano abandona a quien cree que el poder soberano
se encuentra en algo distinto al Âtman.
Estos mundos abandonan a quien cree que estos mundos se
encuentran en algo distinto al Âtman.
Los dioses abandonan a quien cree que los dioses se encuentran
en algo distinto al Âtman.
Los vedas abandonan a quien cree que los vedas se encuentran en
algo distinto al Âtman.
Los seres abandonan a quien cree que los seres se encuentran en
algo distinto al Âtman
Todo abandona a quien cree que todo se encuentra en algo
distinto al Âtman.
Esta autoridad sacerdotal, este poder soberano, estos mundos,
estos dioses, estos vedas, estos seres, todo lo que esto es, eso es el
Âtman.
140
Y termina el párrafo diciendo: todo lo que esto es, eso es el
Âtman.
No hay nada en ninguna parte que no sea ese Âtman. Quien
pretende amar a algo distinto de la DA en este mundo, lo pierde,
porque todo está vacío de otra cosa que no sea la DA.
Y concluye la idea:
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de un
tambor golpeado, más cogiendo el tambor o a quien lo está
tocando, se coge el sonido…
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de una
concha al ser soplada, más cogiendo la concha o a quien la está
soplando se coge el sonido…
Al igual que no se pueden apresar los sonidos que salen de un
laúd al ser tañido, mas cogiendo el laúd o a quien lo toca se coge
el sonido…1
141
La DA es el “no otro” de la DR, hasta tal punto que la DR no
tiene realidad ninguna que no sea la de la DA. La DR está vacía de
realidad propia porque no es más que una modalidad de la DA.
Quien quiera investigar la DA debe volverse a la DR, porque la
DA no se muestra jamás fuera de la DR. Indagar las realidades de la
DR y es indagar la DA. No hay otra posibilidad.
Quien pretenda encontrar alguna realidad en la DR, la pierde
irremisiblemente, porque la DR le mostrará que está vacía. Quien
quiera amar a la DR como DR, perderá el objeto de su amor. Quien
ame a la DR como DA, la ganará para siempre.
Quien quiera tomar en sus manos la DA, que tome la DR.
142
es, por el contrario, como afirma el Corán, el rostro de Allah, el
rostro de la DA que nos mira directamente a los ojos.
¡Qué hermosa es nuestra tarea sobre la tierra! ¡Qué inagotable,
apasionante y dulce tarea! Ocuparnos de otra cosa ¡qué gran
necedad!
143
La creación PACs concretos será tarea simultáneamente de la
EA y de la indagación de la CH y de la CHP.
144
La guía interior
Toda acción humana o es egoísta, o es ambigua. ¿Por qué?
Porque son actuaciones regidas por el ego, que opera siempre
en beneficio propio; ese es el papel que debe ejercer como función
del cerebro al servicio de la sobrevivencia del animal necesitado que
somos los humanos.
Incluso cuando se actúa a favor de otros, como es el caso de la
familia o el propio colectivo, su actuación será egoísta –el bien de la
familia o del propio grupo redunda también en bien propio- o será
ambigua.
Para que el ego haga la función que debe ejercer tiene que
considerarse como alguien venido a este mundo lleno de amenazas;
como alguien sujeto de necesidades y lleno de fragilidad. Sin
embargo, se considera ser alguien y no es nadie; se cree actor
autónomo y no es ni actor.
Ese es su error necesario, ese es su supuesto inevitable si quiere
sobrevivir.
145
El deseo/temor selecciona los recuerdos de acciones que juzga
que fueron positivas, y mantiene en la memoria los recuerdos
de las acciones que considera negativas. Sobre esas bases diseña
sus expectativas de futuro. La realidad no suele responder a las
expectativas construidas sobre el deseo/temor de los individuos,
porque las ansias del deseo y los miedos del temor deforman la
realidad que se espera conseguir, y la realidad no obedece a las
deformaciones.
146
Hemos dicho que hay que reconocer la guía que viene desde
la realidad de nuestro ser. Hay que ir más allá de esta afirmación.
Decir que hay una guía es hablar todavía dualmente suponiendo
que hay alguien que es guiado y que existe también la guía de la DA.
En realidad, en nosotros no hay nadie diferente de la DA. Por
consiguiente, la DA no sólo guía, sino que es el único actor. En
mí mismo no hay un actor fuera de Él. Reconocer y vivir eso es
sabiduría.
La DA es la que es y la que actúa. Es el único actor sin segundo.
Sin embargo, cuando decimos que la DA es la única que es
y que es el único actor, debemos ser conscientes de la debilidad,
inadecuación y pequeñez de nuestras afirmaciones. De la DA no
podemos decir que es o que no es, tampoco podemos decir que sea
un actor o no lo sea. Esas son categorías de un pobre viviente de la
tierra, hablando de lo que no se puede hablar.
Por ello, el misterio innombrable de la realidad de nuestra
realidad es también nuestro propio misterio innombrable.
147
Lo real no es ni un extremo ni otro de la contraposición, lo real
está en medio. Lo real es el “no otro” de uno y otro.
Nadie viene o va; no hay ir o venir; nadie surge y nadie es
aniquilado; nadie perece ni es eterno.
El pensar en contraposiciones, el pensar dualista, es una
modelación de los vivientes.
Los vivientes y sus mundos surgen en interdependencia. No se
puede decir que existen vivientes que entran en contraposición, que
entran en relación.
Toda contraposición es falsa en sus dos extremos, en el sentido
de que los dos términos contrapuestos surgen en la contraposición.
No hay entidades que se contrapongan. La contraposición crea lo
que parecen identidades.
La modelación del viviente crea su mundo. La modelación de
un mundo surge del viviente. El mundo modelado hace al viviente.
No hay una entidad que modele y lo modelado.
Si no hay mundo modelado, no hay viviente. Si no hay viviente,
no hay mundo modelado.
148
Nada hay fuera de la DA, ni la DA es “otra” de todas y cada una
de nuestras realidades.
Quienes quieran comprender, amar, ver, tocar y sentir la DA, lo
absoluto no dual que todo es, tendrán que volcarse a comprender,
amar, ver, tocar y sentir todos y cada uno de los seres, porque aun
siendo modelaciones nuestras, no son “otros” de la DA.
Si en los humanos no hay realidades, individualidades que sean
“otro” de la DA, nuestras modelaciones son modelaciones de la
misma DA que es el “no otro” de nuestra propia individualidad.
Se comprende el hablar de los maestros cuando dicen que
los humanos cubrimos con un velo, el de nuestras modelaciones,
el rostro de la verdadera realidad. Pero es sólo una metáfora útil,
porque ningún velo cubre a la DA, porque todo lo que pudiéramos
considerar como velo no es “otro” que la DA misma. Nada tiene
entidad que sea “algo otro” de la DA misma. Nada hay frente a la
DA, que es “el no otro” de todo, que pueda ocultar a la DA.
No veréis, ni tocaréis, ni sentiréis nada que no sea la DA en
todo su ser.
Esto es aquello, y aquello es esto. La DR es la DA y la DA es la
DR.
Lo lógico, para nosotros los humanos, que es también la
plenitud y la felicidad, sería volcarse con toda la pasión por el ser de
todo lo que nos rodea, desde los cielos y sus centenares de millones
de galaxias, hasta la tierra con todo lo que contiene.
Todo ser y todo humano es radicalmente “no otro” de la DA.
“Donde quiera que te vuelvas no verás más que la Faz de Allah” dice
el Corán.
¡Con qué amor, veneración, respeto, hermandad y comunión
hay que mirar y tratar todos los seres, incluso los más humildes! No
hay seres humildes y no humildes. No hay seres importantes y sin
importancia. Todos son por igual “no otros” de la DA y la DA es “no
otra” de todos los seres, sin discriminación.
149
Dice de Brihadaranyaca Upanishad (BU, 3.7.1- 3.11. 15)
150
La verdad es pura cualidad
La verdad no es una formulación, porque toda formulación es
una modelación de la realidad a la medida de las necesidades de un
viviente.
Lo que llamamos verdad los humanos es una modelación a
nuestra medida. Incluso la verdad científica, aunque no sea a la
medida de nuestras necesidades inmediatamente, es una modelación
a la medida de nuestras posibilidades como animales terrestres.
Cuando damos nuestras modelaciones como descripción de la
realidad misma, eso es una falsedad.
Todo lo que podamos nombrar, describir, objetivar, es falso,
porque lo real no es así. Lo real de lo que damos por real no es a la
medida de ningún animal terrestre, y nosotros, en definitiva, somos
animales terrestres.
La verdad no es ni un nombre, ni una objetivación, ni una
descripción; la verdad es una pura cualidad. No es una cualidad en
relación a nosotros, es una cualidad pura, una cualidad no relativa
a nosotros, es una cualidad absoluta.
La DA de lo real no es nada acotable ni representable, es una
pura noticia cualitativa. Es una noticia mental-sensitiva de Eso de
ahí, como fuente de todo lo que damos por real, como realidad de
la realidad. Es una noticia no formulable, pero una noticia real y
operativa en todo nuestro vivir como animales flexibles en relación
al medio.
La verdad es la noticia que tenemos anterior a toda modelación,
no como anterioridad temporal, y como fundamento y base de
toda modelación. La verdad es el soporte inmodelable de toda
modelación. El soporte innombrable de toda modelación no puede
ser más que cualitativo.
151
Aquí llamamos “cualidad pura” a una noticia mental-sensitiva
cierta e incuestionable a nivel operativo de nuestro vivir. Esa noticia
está siempre ahí a nivel inconsciente, pero no siempre a nivel
consciente. Las religiones y las grandes tradiciones espirituales
apuntaron a esa dimensión de nuestro existir y la subieron a nivel
consciente mediante representaciones simbólicas, sea a través de
imágenes o sea a través de formaciones conceptuales usadas como
símbolos, sin pretensión de escribir lo indescribible.
152
Así se presenta la DA: cualidad pura en cualidades concretas.
Las cualidades concretas son sólo formas de la cualidad pura; son
formas de ella y guías a ella.
Quien comprende, ve las cualidades concretas de las realidades
y se adentra en ellas, con toda la mente y todo el corazón. Esas
cualidades concretas de las realidades se desfondan de toda realidad
y en su hondura abren unas puertas que dan a la cualidad pura.
Las cualidades concretas de las cosas, cuando nos volvemos
plenamente a ellas, no por interés alguno sino por ellas mismas,
se transmutan de cualidades concretas a abismos concretos que
arrastran a lo que es su fondo y fundamento: el gran abismo de la
cualidad pura.
La cualidad pura es el gran abismo que toda cualidad concreta
tiene en su seno, como el agujero negro de las galaxias.
Quien ame, no por interés propio sino porque sí, en lo que ama
brillará para él la cualidad concreta de lo amado con un gran brillo,
porque tiene en el centro de su seno el agujero negro de la pura
cualidad.
Ese abismo tragará todo su ser, de forma que el engullido ya no
tiene otro ser, ni otra identidad que no sea el abismo sin fondo de
la pura cualidad.
153
La cualidad pura arrastra desde el corazón de cada cualidad
concreta a una cualidad que disuelve las fronteras mismas de
la cualidad concreta en la que se presenta y la sumerge en la no
realidad propia, en la no identidad propia, en la nada y en el nadie
de la pura cualidad.
Que un humano se despierte a la DA, se identifique con ella,
comporta:
-volverse con toda la mente y todo el corazón a todo lo que
tenga carga axiológica, a todo lo que tenga una cualidad concreta;
-ir a esa realidad con interés por ella, sin ocuparse de sí mismo;
-dejarse arrastrar por la cualidad de eso concreto para ir a su
mismo centro;
-quien se deja arrastrar o rema para alcanzar el hondo centro
de todas las realidades, ese pierde su pretendido ser, su identidad y
su individualidad.
Mientras es arrastrado al centro de las cosas, comprende y siente
que su ser, que su cualidad, que su identidad, no es “otra” respecto a
la pura cualidad. La pura cualidad sorbe todo lo que se había tenido
por realidad, y todo se pierde en ese camino hasta llegarse a saber
y sentir como “no otro” de esa pura cualidad y a esa pura cualidad
como “no otra” de su ser.
Así, quien despierta a la DA, pareciendo que conserva sus
límites en el espacio-tiempo y en el ser que le constituye como
cualidad concreta, como identidad, como individualidad, lo pierde
todo hasta el punto de ser no siendo nada de eso, siendo únicamente
la pura cualidad misma.
Llamamos cualidades concretas a las realidades que llegan a la
mente y pueden llegar al corazón porque tienen carga axiológica,
valor. Cada una de esas realidades parece tener límites en el espacio-
tiempo, parece tener identidad, individualidad, parece ser algo o
alguien, pero a la que se supera su superficie y se intenta bajar a su
hondura, se pierde todo y se transforma en un profundo abismo,
154
que disolviendo esas categorías, las conserva en su apariencia para
que se pueda jugar el juego de la vida. No siendo, son; son no siendo.
Quien reside en la cualidad pura, se aleja definitivamente
del nacer y del morir, del ser y el no ser, del eternalismo y de la
aniquilación.
Ese lugar, que no es un lugar, es la residencia de la paz, de la
reconciliación con todo, de la aceptación, de la plenitud, de la nada,
de la hondura, de la comunión con todo, del amor y del servicio a
todo.
155
Lo cualitativo es sensitivo; lo sensitivo siempre va ligado a algo,
porque es concreto. Ese algo puede ser instrumentalizado, pero no
en cuanto sensitivo, porque lo sensitivo sólo puede ser sentido.
Lo axiológico es sensitivo. Para que llegue a crear certeza
axiológica ha de ser sentido, no basta con la formulación. La
imposición de una estructura axiológica no serviría de nada; para
que una estructura axiológica pueda ser operativa tiene que ser
sentida por un individuo o un colectivo.
Un cuadro axiológico no puede ser instrumentalizado. ¿Por
qué? Porque lo cualitativo no puede ser arrancado de aquello
concreto de lo que es cualidad. Así es siempre concreto. Si la
cualidad fuera arrancada de aquello concreto de lo que es cualidad,
perdería la cualidad y se convertiría en concepto de cualidad. El
concepto de una cualidad puede ser entendida, pero no puede ser
sentida, porque para serlo tendría que ser sensible.
Un cuadro de valores puede convertirse en un cuadro
conceptual; ese cuadro conceptual puede presentarse como un
cuadro de creencias religiosas o laicas, como formulaciones que es
obligatorio asumir, pero no podrá sentirse, y un cuadro de valores
que no pueda sentirse no sirve para nada a un colectivo, ni tampoco
a un individuo.
Los PAC son estructuras axiológicas, cuadros de valores, por
tanto, llegar a formularlos y construirlos no sería suficiente para
que fueran un PAC real de un colectivo.
¿Cómo se hace sensitivo y concreto un PAC? Sintiéndolo los
que lo enuncian. Si los que lo proponen lo viven realmente, lo hacen
concreto y sensible. De lo contrario sólo sería una pura propuesta
teórica, y una teoría no tiene poder para cohesionar y motivar a un
colectivo. Motivar es hacer sentir, y cohesionar es también hacer
sentir.
Por esta razón cambiar el PAC de un colectivo es una tarea lenta,
porque el nuevo PAC tendrá que ir seduciendo persona a persona,
156
grupo a grupo. Sin embargo, en época de cambios del sistema de
sobrevivencia, la urgencia de tener que vivir y actuar según las
nuevas condiciones de sobrevivir puede resultar una ayuda muy
poderosa.
Sólo lo que se arranca de lo concreto puede ser instrumento de
imposición. Un PAC formulado puede utilizarse como instrumento
de imposición, pero sería una tarea ardua e inútil, porque las certezas
axiológicas no pueden nunca ser heterónomas; el convencimiento
eficaz de un cuadro de valores no puede apoyarse en la voluntad o
en el convencimiento de otro, tiene que fundamentarse en el propio
convencimiento, en el propio sentir.
Como consecuencia debemos comprender que la CH no se
puede imponer, menos aún la CHP, tienen que adoptarse libremente.
El sentir de lo cualitativo y, por tanto, también de lo axiológico sólo
puede realizarse libremente.
En sociedades articuladas por medio de la sumisión y la
coerción, que los PAC, que los sistemas axiológicos fueran sentidos
o no, tenía importancia, pero no era imprescindible. Las sociedades
podían funcionar sin que sus miembros vivieran la certeza de su
PAC.
En sociedades que sobreviven por medio de la continua
innovación y creación en equipo, no se puede usar la sumisión y la
coerción para la formación y buen funcionamiento de los equipos.
Los equipos tienen que aceptar sus PACs por convencimiento,
libremente, porque los sienten.
Una sociedad cuyo éxito y cuya sobrevivencia depende de la
CH y de la CHP, deberá tener muy en cuenta todas estas cuestiones.
Las sociedades de conocimiento tendrán que ser sociedades
de adhesión libre al PAC que se propone. Eso significa que el PAC
tiene que articularse para convencer, consciente de que no tiene a
mano ningún otro procedimiento.
157
Ninguna certeza axiológica es heterónoma
Las certezas axiológicas tienen que ser siempre fruto del
convencimiento libre.
Todas las certezas axiológicas, incluso las correspondientes al
ámbito de la DR no pueden ser heterónomas, porque toda certeza
axiológica es un convencimiento personal e íntimo.
Las certezas axiológicas pueden ser personales o compartidas,
pero el hecho de compartirlas no es el fundamento de las certezas.
Una certeza cuya fuerza se apoyara en el hecho de que es compartida,
sería sumamente frágil.
Se pueden imponer valores, pero no se pueden imponer
certezas sobre valores, certezas axiológicas. Durante la historia de
nuestra especie, las certezas axiológicas, que equivale a decir los
sistemas colectivos de valores, se han difundido por socialización
de los nuevos miembros del colectivo, por ejemplo los niños. La
socialización es integración en el PAC del colectivo. Los niños,
nacen, son educados y criados en una actuación según el PAC
vigente.
Otro modo de difusión, sobre todo cuando se trata de procesos
de cambio de PAC, como sería el caso de la aparición de una nueva
religión, el cristianismo o el islam, o una modificación importante
de la vieja religión, como ocurrió con los protestantes; en esos casos
los cambios pueden producirse por la capacidad de seducción de
la propuesta de los nuevos PAC, con las certezas axiológicas que
postulan, o bien por imposición.
En los primeros momentos el nuevo PAC se extiende por
seducción; en momentos posteriores se extiende por imposición
forzosa. Cuando se trata de imposición forzosa, la certeza axiológica
no llega a arraigar en las personas.
Las primera o primeras generaciones se adhieren al nuevo
PAC o a la nueva religión forzados o por interés. Las generaciones
158
posteriores ya nacerán y se desarrollarán en el nuevo PAC, serán
educados en él y terminarán adoptándolo libremente.
159
-los que pueden asentir a una certeza axiológica autónoma y
pueden beneficiarse,
-y los que no pueden hacerlo ni pueden beneficiarse, que
tendrán que conformase con una certeza axiológica impuesta.
En una sociedad donde esto ocurriera, los dos sectores de la
sociedad no harían más que crecer en el distanciamiento inicial.
Sería una situación incoherente para una SC que propugna y
exige una adhesión voluntaria al PAC que se ofrece y, por tanto,
unas certezas axiológicas autónomas y libres, y simultáneamente,
tener que ser autoritarias e impositivas para un sector amplio de la
sociedad.
Sería una situación incoherente, injusta y explosiva.
160
El PAC de las SC tiene que ser democrático en su origen
y en su término. Si se cuela algún aspecto no democrático,
en esa misma medida se dificultará la adhesión voluntaria
de todos los miembros del colectivo y, con ello, se pondrá
freno a la rápida tarea de innovación y creación continua.
Si se pone freno al dinamismo de las organizaciones creativas,
se ponen obstáculos a la producción de nuevos saberes y nuevos
productos y servicios, y a la vez a los beneficios económicos que les
acompañan.
161
Tendríamos la siguiente serie:
162
Esa certeza de buen funcionamiento es un tipo de verificación.
Los mitos y narraciones se usan para construir interpretaciones
y valoraciones relacionadas con concretos modos de vida. Pero
los mitos y las narraciones tienen otro tipo de uso posible: no
para interpretar y valorar la realidad, sino para silenciar toda
interpretación y valoración y escapar así del acceso a la realidad
que nos proporciona nuestra modelación de la realidad mediante
mitos y narraciones.
Ese silenciamiento de toda interpretación y valoración nos
proporciona un acceso gratuito a toda la realidad y, por tanto, un
acceso a la dimensión de la realidad no relativa a nosotros, sino
absoluta.
Ese acceso a lo real absoluto, que ha silenciado toda modelación,
genera también una certeza, pero una certeza de lo que es libre de
nuestras modelaciones y, por ello, sin forma.
Esa es la más alta categoría de certeza, la certeza de lo sin forma.
Precisamente porque es sin forma no está sometida a cambios.
Cuando esa certeza está libre de todo tipo de formas genera
la visión. Visión es un término que se emplea para indicar que la
certeza sin forma llega a la sensibilidad.
“Visión” es captar y tener noticia clara de la DA de toda realidad,
es decir, tener noticia en mente y en sentir e incluso en los sentidos,
de que la realidad no son nuestras formulaciones sino lo que está
totalmente libre de toda modelación.
Esa certeza que conduce a la visión es la mayor verificación.
163
Las buenas teorías generan certeza científica, una certeza
que no cambiará hasta que no aumenten los conocimientos o la
información de nuevos datos.
Tendríamos el siguiente esquema:
164
Las realidades no son hijas de un proceso anterior a ellas en el
tiempo y que llega hasta ellas. Tienen el proceso que llega hasta ellas
dentro, como constitutivo de su ser.
Las realidades no tienen historia, son en su propia realidad su
historia.
Tampoco están situadas en un espacio con exclusión de otros
espacios, abarcan la totalidad de los espacios porque entre ellas no
hay ni individualidades ni fronteras.
Nosotros somos los que acotando las realidades, la
individualizamos y las situamos en el tiempo-espacio.
Las realidades en sí mismas no tienen fronteras. Todo comunica
con todo y todo depende de todo.
Eso real es una no-dualidad llena de diversidad. Vemos que no
hay dualidad sin diversidad, ni diversidad sin no-dualidad.
Las fronteras las ponemos nosotros, porque nuestras
necesidades precisan acotar las realidades y poner fronteras. Esas
fronteras no son de las realidades mismas.
Las realidades no son unas respecto de otras. Nada es otro de
otro.
Todas las realidades dependen de todas. Nada es independiente
de todo.
Si nada es otro de otro, en realidad no existe ningún otro.
Hay diversidad sin que haya pluralidad. La pluralidad requiere
fronteras, la diversidad no.
Tampoco son todas las realidades una unidad, porque donde
no hay pluralidad no tiene sentido hablar de unidad.
No hay realidades que son frente a otras que no son. Ni realidades
que son frente a otras que son también. Ese es un lenguaje dual que
no se puede aplicar a lo que es no-dual.
165
Del ser propio de las realidades no se puede decir que sea o
que no sea. Es, pero al carecer de fronteras, en realidad no es. No es
porque carece de fronteras, y por tanto de individualidad, pero no
es la nada.
Todas las realidades en su ser propio son un abismo. Cada
realidad es un abismo; pero no son una infinidad de abismos, todos
son un único y mismo abismo.
Toda realidad es todas las realidades, y todas las realidades no
forman una pluralidad.
No hay ser propio para una realidad que se diga otro, de otra.
No hay dimensión relativa y dimensión absoluta de las
realidades. Son una única dimensión que no es relativa a nada.
Lo que no es relativo a nada es propiamente incognoscible,
innombrable.
Como toda realidad, en su ser propio, no es relativa a nada
porque carece de fronteras, toda realidad es innombrable.
Eso es lo que hay, fuera de “Eso”, nada. Pero de “Eso” no se
puede decir que sea o que no sea.
Ninguna realidad es cognoscible en su propio ser, sólo es
cognoscible en cuanto, por nuestra acotación, ejerce una función
en DR.
Todo son formas del sin-forma.
Toda individualidad es de “Eso” y “Eso” carece de individualidad
porque carece de fronteras, y lo que carece de fronteras no tiene
individualidad.
Lo que sobrepasa la comprensión, sobrepasa la expresión.
Nuestra propia realidad es sin fronteras, sin individuaciones,
sin nombre, incognoscible. Es diversidad sin fronteras ni pluralidad,
carente de dualidades, sin que eso suponga uniformidad.
166
La realidad es radicalmente incognoscible, pero de ella tenemos
una noticia clara.
A nosotros, vivientes necesitados, se nos muestra con infinidad
de caras, pero es un solo rostro.
En cada una de esas caras nos muestra la doble dimensión, DR
y DA. Pero no es ni DR, ni DA.
Parece ser una y múltiple, pero no es una, ni es múltiple.
167
Los grandes maestros religiosos y de las tradiciones
espirituales de la humanidad, también tienen errores
Los maestros como Buda, los Rishis indios, Moisés, Jesús,
Mahoma y sus grandes seguidores, no están exentos de errores.
Todos los grandes fueron, sin duda, la presencia explícita en sus
personas de la DA, pero esa presencia se manifestó en su condición
de hombres de su tiempo, con las formas de pensar, sentir, actuar y
organizarse propias de su época.
Hemos expuesto repetidas veces que los humanos somos
vivientes constituidos como tales por el habla. El habla nos
constituye en nuestro ser de animales porque la programación
genética de que disponemos no es suficiente para hacernos
animales viables. Gracias a esa inacabada programación genética y
a la competencia lingüística tenemos que concluir nosotros mismos
nuestra programación y hacernos viables.
Supuesto que eso sea así, nuestra autoprogramación nos es tan
imprescindible e inevitable como lo pueda ser nuestro esqueleto
o nuestro hígado. El proyecto axiológico colectivo que, en unas
determinadas condiciones de sobrevivencia, construye un colectivo
humano, les constituye como humanos, de forma que no puede
eliminar de sí ese PAC sin que dejen de ser humanos y sin poner
en serio riesgo de sobrevivencia a la comunidad de la que forman
parte.
Pueden separarse del PAC vigente en algunos puntos,
pueden criticarlo, corregirlo, intentar modificarlo, purificarlo de
deformaciones, pero sólo hasta unos ciertos límites. Los límites los
pone el modo de sobrevivencia colectiva.
El PAC se generó a partir de la operación central con la que el
colectivo sobrevivía en el medio. Esa operación central, por ejemplo
la caza/recolección, la agricultura, la ganadería, por la lengua
168
se transforma en metáfora que puede funcionar y convertirse en
paradigma desde el que se organiza la totalidad de la vida del grupo
de que se trate.
Los maestros espirituales no pueden alterar los ejes del
paradigma porque pondrían en riesgo de muerte al colectivo.
Pueden corregir el uso que se hace del paradigma, pueden proponer
otro desarrollo del paradigma, pero no pueden salirse de él. No lo
pueden hacer ni aunque quisieran, porque los fundamentos del
PAC que les hace vivientes viables, les constituye en su ser cultural,
individual y simbiótico.
Cuando se produce una transformación profunda del PAC
colectivo, como es el caso del paso de las sociedades preindustriales
a las industriales y a las sociedades de conocimiento, se puede
reconocer con facilidad que los maestros se apoyaban, sostenían y
defendían cuestiones que eran adecuadas al PAC de su tiempo, del
que no podían escapar, pero que podían resultar un grave error en
otro modo de sobrevivencia y otro PAC radicalmente distinto.
Pondremos algunos ejemplos más para aclarar lo que queremos
decir, por su trascendencia.
Buda, en los escritos que nos han llegado de sus seguidores,
parece que creía en la reencarnación, una creencia universal de la
India de su tiempo, aunque desde lo que él enseñaba, el Anatman,
no tenía ningún sentido. Moisés lanzó a las tribus de Israel a
la conquista de Canaán para que exterminaran o sometieran a
sus legítimos habitantes. Jesús creyó y predicó la intervención
inmediata de Iahvé, en la historia humana, el fin del mundo. Esa
creencia de Jesús causó no pocos quebraderos de cabeza a las
primeras comunidades cristianas. Mahoma predicó la guerra santa
contra los que atacaran a la comunidad musulmana y contra los que
no aceptaran, conociéndola, la revelación de Alá. Todavía estamos
sufriendo los inconvenientes de esa doctrina.
Moisés, Jesús y Mahoma dieron pie a que sus seguidores
pensaran que la revelación de Dios que cada uno de ellos transmitía
era la final y definitiva.
169
Esta pretensión de las grandes religiones ha llenado de guerras
crueles casi toda la historia humana. Incluso cuando las guerras no
eran estrictamente religiosas, las religiones diferentes las justificaban
y legitimaban. Todo eso, todavía ocurre en nuestros días.
Estas consideraciones no van en desprestigio de los grandes
maestros, sino que nos fuerza a distinguir con toda claridad lo que
es su enseñanza, de lo que son las inevitables dependencias del PAC
de su época, de las creencias, supuestos indiscutidos y la cultura de
su época.
Si somos incapaces de hacer esta distinción, las religiones y
tradiciones espirituales continuarán siendo fuente de conflictos y
enfrentamientos y, lo que es más grave, nos imposibilitaremos para
heredar en toda su profundidad, sin reticencias y sin fanatismos, las
enseñanzas de los grandes.
Reconocer los errores de los maestros, desde el punto de vista,
también inevitable, de nuestros propios PACs, resulta ser una gran
ayuda a la CHP de nuestros colectivos de las SC y honor a los
grandes maestros.
Ellos hicieron lo que hicieron a pesar de la armadura que
les imponía la cultura de su tiempo. Nosotros tenemos que
hacernos capaces, individual y colectivamente, de reconocer
los condicionamientos con los que operaron. Sólo haciéndolo
podremos apreciar su auténtica grandeza.
Los grandes, con su mente, su corazón y su acción, desbordaron
sus propios condicionamientos, sus propios PACs, sin poderse salir
de ellos. Fueron hombres, con todo lo que supone ser un humano.
Distinguiendo lo que era el PAC que les constituía en su
condición de humanos, de lo que era su mensaje de sabiduría,
hacemos honor a su grandeza y posibilitamos que su mensaje pueda
traspasar todas las fronteras de los PACs sin daño ninguno para su
legado de sabiduría.
170
Reflexiones sobre la muerte
El doble acceso a lo real que provoca nuestra condición de
vivientes constituidos como tales vivientes por el habla, nos da un
doble acceso al fenómeno de la muerte.
La muerte aniquila la individualidad y muestra, desde nuestro
doble acceso a lo real, que es una aflicción y una ficción.
La individualidad es un supuesto necesario para todo viviente.
Es solo un supuesto, pero es un supuesto sumamente exigente.
Es sólo un supuesto pero es el fundamento de los deseos, de los
temores, de los recuerdos, de las expectativas y de las ambiciones.
171
Para quien ve la DA de lo real, la muerte es:
-El fin del paseo por la individualidad;
-El abandono definitivo del personaje;
-El descanso definitivo de las rutinas de la vida;
-La puerta abierta
¿a qué?
-a lo que era antes de nacer;
-a lo que siempre he sido sin advertirlo;
-a lo que es mi verdadera realidad, mi verdadera
entidad;
-es la liberación de toda dualidad;
-es volver a gustar las aguas de la fuente;
-es la eliminación de fronteras;
-es el reencuentro.
La muerte en las SC
En un trabajo anterior hemos visto que las SC con su
crecimiento e innovación continua en ciencias y tecnologías en
una creación progresivamente más acelerada, no pueden continuar
con el planteo de explotación de la naturaleza, de los recursos y
de los colectivos humanos. Iríamos, y estamos yendo ya, a la más
grave extinción de las especies viviente; a dañar irreversiblemente
el medio; a una diferencia, cada vez más insostenibles, económica
y cultural entre países, secciones de la tierra, grupos sociales en
las mismas sociedades. Todo esto ya se está mostrando como una
peligrosísima bomba de relojería.
172
No podemos continuar utilizando el crecimiento de las
tecnociencias, con todas las consecuencias que comportan, para
explotación, cada vez más potente, en beneficio de unos pocos
colectivos humanos de la tierra. No nos queda otra opción razonable,
viable y que no termine con la habitabilidad de planeta, que utilizar
esa acelerada marcha de nuestros saberes tecnocientíficos para
la calidad, para la felicidad de los habitantes de la tierra, tanto
humanos como no humanos, y para convertir la tierra entera en un
jardín.
A nuestro juicio no hay otra salida razonable que no comporte
un suicidio.
173
El planteo del problema
Hay que abordar y dar una solución al problema de la muerte en
las SC. Todas las tradiciones de la humanidad han dado a la muerte
una interpretación que la mitigue, que la haga asumible sin gran
angustia, que no haga de la muerte un final abrupto en el abismo
negro de la no existencia.
En el pasado se ha hablado de la vida del espíritu después de
la muerte del cuerpo, del paso al reino de los espíritus, del paso al
reino de los antepasados, se ha hablado de la resurrección de los
muertos, de una muerte que sabiamente asumida es en realidad una
no muerte, de la reencarnación, de la vida eterna, de la vida en Dios.
Los judíos y los griegos de la Grecia clásica hablaban del reino
de los muertos como un reino oscuro de sombras. Pero los griegos
terminaron por adoptar los mitos y ritos de muerte y resurrección
de los misterios helenos, y muchos judíos aceptaron la resurrección
de los muertos.
Esas referencias a mundos de ultratumba no era un autoengaño
colectivo, era una interpretación de la vida que veía en la muerte no
a una enemiga sino su contracara necesaria. La muerte teñía toda
la vida y haciéndolo mostraba que la vida era tan perecedera como
las hierbas del campo; y la vida teñía a la muerte como un traspaso
a otro nivel, no como un final trágico en la nada.
La vida y la muerte no son dos asuntos simplemente
contrapuestos, son una unidad, son una sola realidad con dos caras.
La vida necesita de la muerte para sentirse siempre fresca y nueva;
la muerte sirve así a la vitalidad perpetua de la vida.
174
Las SC deben proporcionar una lectura de la muerte que sea
fiel a esa unidad de vida/muerte y que haga a la muerte asimilable
para los humanos. No se trata sólo de intentar mitigar a la muerte
para los ciudadanos, se trata de aprender de su misterio y de su
estrecha conexión con la vida.
Donde hay vida hay muerte, y donde hay muerte hay vida. Hay
que aprender qué enseña la muerte sobre la realidad de la vida y qué
enseña la vida sobre la muerte.
Las SC se ven forzadas a asumir la muerte sin las mitigaciones y
soluciones que pensaron y vivieron nuestros antepasados. Tenemos
que aprender a vivirla sin creencias, sin soluciones religiosas, sin
dioses, sin una antropología de cuerpo y espíritu, desnudos de
todas las soluciones que crearon las generaciones pasadas de la
humanidad.
175
Sin embargo, para quien comprende, nada arrebata la muerte.
La muerte no puede con lo que yo era antes de nacer. No es
capaz de barrer la DA de lo real, de la que todo lo que existe son
formas pasajeras, como olas breves del mar, de un mar y que sólo es
mar, sin nada añadido.
La DA es “Eso” que era antes de nacer, y que fui, aunque no los
supe, mientras existía, y a lo que volveré después de la muerte.
¿Qué es eso que era antes de nacer, que fui nacido y que seré
muerto?
Algo imposible de conocer, indecible como un abismo, porque
es un abismo. Cada ser no es lo que parece ser, sino un abismo que
escapa a toda representación y conceptualización humana.
Si reflexionamos, comprenderemos que nadie ha venido a este
mundo; todas nuestras facultades son de este mundo. No somos
“otro” de este mundo, ni el mundo es “otro” de nosotros.
Para vivir y poder depredar hemos de suponernos ser alguien,
en un medio del que se vive. Pensamos que nosotros somos “uno” y
el medio “otro”. Pero ese supuesto, necesario, es falso: somos formas
breves de “Eso”. Formas que no añaden nada a la DA que es todo.
176
para nosotros, siempre será una interpretación y una construcción.
Será una descripción, pero sólo desde nuestros modelos de
construcción.
La fuente de la inmensidad de los mundos son los mismos
mundos, no un Dios, ni otro mundo, ni nada “otro” de todo esto.
Esa inmensidad, ciñéndonos a los datos, es como mente, como
conciencia, como inteligente, como providente y calculador, pero
sólo “como” porque ninguno de esos conceptos se le pueden aplicar
rigurosamente, sólo valen como apuntamientos. Nada se puede
predicar de ella porque está fuera de la posibilidad de modelación;
es el vacío de toda nuestra posibilidad de acotación, categorización.
Con respecto a la DA de lo real tenemos noticias que son como
datos, pero no podemos convertirlas en datos conceptualizables.
177
Como los animales no han venido desde fuera a este mundo
sino que son formas terrestres de la inmensidad de los mundos, así
nosotros no hemos venido a este mundo sino que somos formas
terrestres de la inmensidad de los mundos.
Nuestro aparecer y desaparecer es el brotar y retirarse de esas
formas de los mundos. Somos sólo un brotar y retirarse de esas
formas, un desplegarse y replegarse de esas formas de los mundos.
Parece que alguien viene a esta tierra, permanece en ella por un
tiempo, y luego se va. En verdad no hay nada de eso. Nadie vino,
nadie existió y nadie se va.
Somos formas de la naturaleza y a ella tornamos.
Si tuviéramos conciencia de estos hechos se acrecentaría
nuestra comunión con el medio y se acrecentaría nuestra humildad.
La naturaleza, que nos incluye, en su DA es “Eso”, que aparece
como sabia, como conciencia, como fuente de todas aguas, como
gobernante interno, como belleza y fuente de belleza, como verdad
de todo, como la bondad que la belleza canta.
Cada humano es “Eso” y sólo “Eso”, sin nada añadido.
Habría que aprender y enseñar a vivir en profundidad que nadie
nace y nadie muere, porque nadie es nada sino “Eso”.
178
Se presenta siempre en un tiempo y en un espacio, pero no
se sitúa en ellos para emitir su noticia. No hace referencia a una
situación espacio-temporal que deba desencadenar una operación.
Podríamos decir que la DA desde un tiempo-espacio arranca del
tiempo-espacio. La DA puede presentarse en una flor de calabaza;
esa flor se da en un tiempo-espacio, en la época de la floración de
las calabazas, desde la esquina del campo en que está plantada.
Desde esa situación, la flor de la calabaza puede emitir dos tipos
diferentes de noticias: que está ahí y se puede rebozar con harina
para freírla y comerla, esa es su DR, y que está frente a mí con toda
su delicadeza, su belleza su complejidad. Me habla de los abismos
de espacio-tiempo que le llevaron a ser como es, del abismo del
misterio de su propio ser, esa es su DA.
La DA se expresa desde un tiempo-espacio concreto, pero
se sale de esa situación ordenada a nuestra vida cotidiana y a la
sobrevivencia. Al hacerlo remarca su gratuidad. Se presenta como
una cualidad pura, sin pretensión alguna.
En el arte ocurre un fenómeno semejante, pero más acentuado.
Un cuadro, una sinfonía enmarcan sus obras en un espacio
delimitado, con movimiento en su propio interior, y por tanto, con
un tiempo en su composición.
Pero ese espacio-tiempo del cuadro o de la sinfonía se escapa
del espacio-tiempo de nuestra cotidianidad y sus finalidades de
sobrevivencia.
Es un espacio-tiempo diferente, sin ninguna pretensión
práctica. No es útil, es puramente cualitativo. La cualidad es la que
expresa el cuadro o la sinfonía.
Según estas consideraciones, quien realiza la DA, la CHP, aunque
esté situado en un lugar de la tierra y en un tiempo determinado, se
sale de ese espacio-tiempo cuantitativo para situarse en un espacio-
tiempo puramente cualitativo.
179
Quien comprende y vive que su auténtica realidad es la DA,
quien realiza su identificación con ella, la DA le saca del espacio-
tiempo de la sobrevivencia y la depredación y le sitúa en un ámbito
puramente cualitativo, gratuito, más intensamente cualitativo que
en el caso del arte.
Quien reside en esa intensidad cualitativa se sale del tiempo-
espacio y, por ello, se hace ajeno al nacer y al morir. Los grandes
maestros de la DA y de la CHP, ni mueren ni permanecen
eternamente. No tiene sentido preguntarse si el Buda sobrevivió
a su muerte. Así lo piensan los grandes budistas. Otros grandes
maestros si mueren resucitan; esa es una manera simbólica de
expresar la misma idea, pero en una sociedad agraria. Afirmar
que esos maestros cuando mueren están en Dios, es otra forma de
expresar la misma idea.
Decir que los que despiertan a la DA viven eternamente es
intentar expresar, con las categorías del tiempo, lo que se sale del
tiempo. Decir que están en el paraíso, en el cielo, es expresar lo que
se sale del espacio con categorías de espacio.
La pura cualidad se sitúa fuera del tiempo-espacio y fuera del
nacer y morir.
Porque están fuera del tiempo-espacio quedan fuera de la
individualidad, porque la individualidad necesita situarse en un
tiempo-espacio. Por tanto, quien realiza la DA está fuera del tiempo-
espacio, fuera de la individuación y es pura cualidad.
Habrá que sustituir las expresiones que hablan de eternidad
y paraíso, por la cualidad intensa, sin tiempo ni espacio, sin
aniquilación, sin eternidad y sin individuación.
180
-Hay también el espacio-tiempo 2 que es de las artes y el de
experiencias más o menos puntuales de la DA. Ese es un tiempo
separado de nuestra cotidianidad y sus legalidades de sobrevivencia.
El espacio-tiempo 1 es cuantitativo, el espacio-tiempo 2 es
cualitativo.
La identidad con la DA saca de toda referencia espacio-
temporal. Es un estado puramente cualitativo.
181
La individualidad es un hatillo amarrado por el yo. La estructura
del ego es un conjunto de deseos, temores y expectativas heredadas
de nuestros padres y primeros educadores.
4º. Haciéndoles comprender que el cuerpo es sólo un momento
de la evolución de la vida, un eslabón de la cadena de las generaciones,
una ola del océano de lo que es.
182
La muerte es la creadora y posibilitadora de una especie de
eterna juventud de todas las especies animales. Ella selecciona y
renueva a los más aptos.
Quienes no se esfuerzan por adquirir la CH tienen la muerte
por compañera. Quienes no realizan la DA y la CHP, caen en las
garras de la muerte y son sacrificados a la renovación de la vida.
La muerte
La vejez es el preludio de la muerte.
Nadie decide la muerte de las personas. Nuestro cuerpo mismo
está programado para aparecer, desplegarse por un tiempo y
desaparecer.
Nuestro propio programa biológico y, según el proyecto
personal que cada uno se construya, puede volver la mente y el
sentir parapléjicos, o dejarlos flexibles y sanos hasta el día de la
muerte.
Somos el breve aparecer y desaparecer de los mundos.
Por la muerte, los mundos mantienen las generaciones de
vivientes frescos y flexibles.
Cuando los cuerpos y las mentes se endurecen, la muerte los
toca, y a su toque se van.
La muerte, que es la servidora de la vida, está planeada por la
vida para su bien. Gracias a la muerte la inmensidad de los mundos
se dice continuamente de forma fresca, flexible y nueva, desplegando
día a día el magnífico y bello espectáculo de la vida.
Quien no comprenda el papel regenerador de la muerte, no
comprende la vida.
Quien piensa que la vida es un milagro en el nacer y una
catástrofe al morir, no podrá conocer la vida.
183
La muerte no es un mensaje duro y cruel de la inmensidad, es
la proclama con potente trompeta que nada ni nadie puede creerse
que es, porque su realidad es, desde el día de su nacimiento, no
siendo, muriendo, apareciendo para desaparecer en breve.
La muerte orienta nuestra mente y sentir al gran misterio de la
realidad, que se muestra en un fluir rápido y breve de la vida.
Nada ni nadie es en ninguna parte, si no es el fluir constante de
la vida gracias a la muerte.
Ese fluir acelerado del esplendor de la vida y la dureza de la
muerte dejan una proclama en los mundos: ¿qué es “Eso” que así es?
Esa es una pregunta tan honda, que no tiene contestación. La
contestación es un silencio admirado, perplejo y lúcido de lo que no
acepta fórmulas.
Ni aniquilación, ni eternalismo
Como vivientes que somos, morimos, desaparecemos por
completo. Nuestra individualidad, nuestro ego, nuestros deseos,
temores, recuerdos y expectativas, nuestra personalidad perecen
sin que quede nada.
Como humanos con acceso a la doble dimensión de lo real, la
DR y la DA, desaparecemos en nuestra dimensión relativa. No es
una desaparición real, porque lo que nunca fue una entidad en sí
misma, no puede desaparecer.
Toda criatura, todo ser es sólo una forma efímera de la DA.
Ya hemos visto que el ser de la DR, de nuestra individualidad con
todo lo que la compone, no tiene otra realidad que la DA de quien
es forma, sin nada que nuestra individualidad pueda añadir a la
realidad de DA.
Todo viviente perece, desaparece como entidad, como
individualidad. Viven en su descendencia, pero eso que en cierto
184
modo es una perduración de quien perece, no es ningún consuelo
para la individualidad que fenece.
Pero si reflexionamos que lo que muere no es “otra” realidad que
la DA misma, se comprende que la muerte no es un aniquilamiento.
La DA, que es la realidad de DR, de la individualidad que perece,
no muere ni le afecta en nada el nacimiento o la muerte de la
individualidad viviente.
Por consiguiente, si consideramos la individualidad humana
como una pura forma de DA, sin nada añadido por parte de la
individualidad humana, podemos comprender la afirmación
budista explícita, y las afirmaciones implícitas de otras tradiciones
religiosas y espirituales que dicen:
En la muerte del individuo no hay aniquilación, porque toda
su realidad es DA; pero tampoco hay eternalismo, pervivencia del
individuo que pasa por la muerte. Como individualidad desaparece
por completo, pero eso no equivale a la aniquilación. Por tanto
lo que debemos sostener es que no hay aniquilación ni tampoco
eternalismo; ni el viviente va a parar a la negra nada, ni pervive en
otro mundo, en otra dimensión.
Para el individuo, su muerte es real, pero no va a parar a la
nada; tampoco pervive de ninguna forma imaginable, no hay otra
vida para el que muere. Sin embargo, puesto que la realidad del
individuo humano no tiene un ser propio, sino que es la realidad de
la DA, su desaparición no es una aniquilación.
La DA no está sometida a la muerte, porque es "Esa"
inmensidad, inobjetivable, inconcebible, porque no le podemos
marcar fronteras, límites que la individualicen. No es individuo y lo
que no es individuo ni nace ni muere.
Cuando morimos regresamos a nuestra propia fuente,
regresamos a nuestra auténtica realidad, porque abandonamos el
supuesto necesario de nuestra condición de animal necesitado, de
que somos alguien venido a este mundo.
185
La muerte despierta a que no somos nadie venido a este mundo.
Despierta a nadie, elimina un error que fue necesario para vivir,
pero quien estaba en el error ya no existe.
Cuando con la muerte despertamos de nuestra supuesta
individualidad, ya no hay nadie que despierte, ni nadie despierta
a nada.
Por consiguiente, el no al eternalismo es claro y patente: todo lo
que fue la individualidad del que muere, desaparece por completo,
sin residuo ninguno desde el que pueda decirse que el que muere
sobrevive. Pero no es una aniquilación porque todo su ser es la DA y
la DA no puede ser aniquilada, porque no cabe ni en la categoría de
ser, ni en la categoría de no ser. Pero nada propio de lo que se tenía
por una individualidad permanece, todo desaparece.
Nuestra individualidad, nuestro ego, con su séquito de deseos
insaciables, sus temores siempre presentes, sus recuerdos que se
hunden en el pasado y sus expectativas que no se cumplen y que
cuando se cumplen defraudan; todo eso, que Buda dice, y con razón,
que es un mundo de dolor, desaparece. ¡Bien ido sea!
¿Qué queda de esa amada individualidad, de ese siempre
servido yo? Queda lo que siempre fue y no se reconoció: la DA de
nuestro vivir, pero sin estar empañada por los velos del yo. Eso es lo
que permanece, eso es lo que nos permite afirmar, con toda certeza,
que no vamos a la aniquilación, a la negra nada. Pero del yo, de la
pretendida individualidad, no se salva nada, todo perece.
Ese es el fundamento sobre el que podemos afirmar que no hay
vida eterna para el individuo, que no hay otra vida, que no pervive
ningún espíritu, ningún residuo que se cuele más allá de la muerte.
¿Se funde, se disuelve la individualidad humana en la DA?
No, porque lo que no tenía más ser que ser forma de la DA no
tenía ser propio. Lo que no tiene ser propio no se puede fundir en
la DA.
186
Todas las formas que aparecen y desaparecen de la DA, no tienen
otro ser que la DA. Las formas requieren del tiempo-espacio; la DA
no tiene tiempo-espacio. En el tiempo-espacio las formas nacen y
mueren; donde no hay tiempo-espacio no hay nacer ni morir.
No puede pensarse una DA anterior en el tiempo a DR, aunque
nosotros, desde el tiempo-espacio tengamos que pensarlo así,
porque la DA se presenta como fuente de DR. No podemos olvidar
que la DA no tiene tiempo-espacio, por consiguiente no tiene
sentido hablar de antes y después.
Lo que son puras formas de la DA no se puede pensar que en
un momento del tiempo nacen en la DA y desaparecen en la DA.
Las formas de la DA, sin tiempo-espacio, ni nacen en la DA ni
desaparecen en la DA.
La no existencia de tiempo-espacio no puede concebirse como
un ahora concentrado y perenne. Eso sería pensar el no tiempo-
espacio desde el tiempo-espacio. Donde no hay ni pasado, ni futuro,
tampoco hay presente. Donde no hay ni aquí ni allá no es concebible
un “ahora”.
Las cosas, las individualidades, como puras formas de la DA
hay que intentar comprenderlas fuera de las categorías de tiempo-
espacio y, por tanto, fuera de las categorías de nacer y de morir.
La consecuencia es a la que ya hemos llegado varias veces: las
realidades todas, que no tienen otro ser que el de ser puras formas
de DA, son tan inconcebibles como la mismísima DA.
Cuando morimos nos sumimos en el abismo sin fondo del
misterio de la DA de la realidad, nos sumimos en nuestra condición
inconcebible.
Todo se lo lleva la muerte, aunque en realidad, nada arrebata
la muerte.
¿Qué traspasa la frontera de la muerte sin ser aniquilado?
187
Podríamos expresarlo así: lo que el individuo era antes de
nacer. Eso que era antes de nacer y que es después de muerto, eso
permanece, porque no es cosa alguna de la que podamos decir que
es algo o alguien.
Eso que el individuo era antes de nacer no es una individualidad,
es sin fronteras, no cabe en ninguna categoría, tampoco en las
de ser o no ser. Por estas razones no conoce la muerte. Ese es el
fundamento de la no-aniquilación.
Por consiguiente, terminaremos como empezamos:
ni aniquilación, ni eternalismo.
188
Era bueno, muy bueno. Buen amigo, buen compañero. Ha
sido un modelo de comportamiento tanto para perros como para
humanos.
¡Estoy desolado por su pérdida!
Desde el no tiempo-espacio
ni él ha muerto, ni yo moriré.
En esa dimensión de lo real,
entre él y yo no hay dualidad.
189
Si nuestra dimensión mortal
es pura forma de la dimensión absoluta
sin ningún añadido,
ahí está ya él, como forma de lo absoluto,
ahí estoy ya yo en esa otro dimensión de lo real.
190
Las antiguas tradiciones decían
que nos encontraríamos en Dios.
Es la misma idea con conceptos religiosos y sin ellos.
No podemos concebir
una dimensión absoluta pura,
sólo sabemos de ella
desde el seno de la dimensión de lo real
que hoy es y mañana no aparece.
191
En esa dimensión relativa a vivientes,
la dimensión absoluta se presenta
como la fuente única.
No podemos pensar la realidad como una suma
de algo sutil sin espacio-tiempo
y algo grosero, material y perecedero.
192
Tenemos noticia de esa inmensidad
inconcebible para un cerebro terrestre,
y esa noticia es la que nos permite
desarrollar nuestras ciencias del cosmos y de la vida.
Todo lo que percibimos son las puras formas
de presentarse de lo absoluto,
no otra cosa,
no una criatura material y perecedera.
Eso fue y es Quitxo
eso mismo soy yo.
193
Lo que he escrito no es una pura especulación
ni es un sueño de añoranza,
es sacar consecuencias
de la doble dimensión de lo real
y del dato de que la fuente de lo perecedero
es la dimensión absoluta.
No hay otra agua que esa.
No hay dualidad entre las dos dimensiones de lo real.
194
Reencuentro con mi perro muerto Quitxo
La doble dimensión de lo real, supone que las realidades son a
la vez espacio-temporales y no espacio-temporales.
Los humanos tenemos noticia de la dimensión absoluta (DA)
siempre en el plano accesible a nuestros sentidos, porque la DA es
cualidad pura y la cualidad sólo es accesible a la sensibilidad.
Sin poder sensar no hay DA para nosotros. Cuando un ser, mi
perro, muere, desaparece de la dimensión espacio-temporal y no
puede ser sensado, ni puede verse en él la DA, aunque esté en ella
y sea ella.
Pero Quitxo, que aparecía en la dimensión espacio-temporal
y en la no espacio-temporal, en su realidad verdadera, como pura
forma de la DA, era no espacio temporal.
Todo lo que es pura forma de la DA, todos los seres como formas
de la DA, sin nada añadido, están fuera de la dimensión espacio-
temporal. Luego las formas, los seres de la dimensión relativa a
nuestras necesidades, en su ser propio, la DA, están asentados en la
dimensión no espacio-temporal.
Yo no veo a mi perro muerto, a pesar de que en su ser era pura
forma de la DA porque está fuera de la dimensión espacio-temporal
y no puedo sensarlo. Cuando yo, por mi muerte, me salga de la
dimensión espacio-temporal, como pura forma de DA, aparecerá mi
unidad con ella y con las formas salidas, como yo, de la dimensión
espacio-temporal.
Las formas de la DA, en su ser propio no están en el espacio-
temporal. La realidad de todas las formas de la DA, todas las
criaturas, en su ser propio no entran y salen del tiempo-espacio,
están siempre en el no espacio-tiempo.
Cuando muera me encontraré con mi perro, no con un
fantasma de ser, disuelto en la DA.
195
Todas las formas de la DA, son como la DA misma, son sin
espacio-tiempo.
196
Con la muerte las formas pierden su carácter de individualidades,
o mejor, se muestra que nunca fueron entidades autónomas,
individuos. Lo que se tenía como un ser desaparece. No hay una
eternidad, un no perecer de las individualidades en otro mundo. Lo
que hay es una unidad absoluta, la DA, con una gran diversidad. En
esa diversidad no hay otros seres que la DA que es tan inconcebible
que ni se puede predicar de ella que sea o que no sea.
Las criaturas, que fueron meras formas de la DA en el tiempo-
espacio, no pierden su condición cuando se salen del tiempo-espacio.
Esa salida, la muerte, hace patente que su realidad verdadera no
era la individualidad que se le atribuía, sino el vacio completo de
individualidad en el total vacío de toda posible concepción de
la DA.
Somos conscientes de que no hemos aclarado nada sobre la DA,
ni sobre el no tiempo-no espacio. Permanece todo inconcebible,
inimaginable.
Las reflexiones que hemos hecho a partir de la muerte de mi
perro Quitxo, nos han aproximado más al vacío completo de todas
las pretensiones de individualidad de los seres al vacío completo de
todas las formas, vacío que es el mismísimo vacío de la DA.
Hemos intentado comprender que ese vaciamiento de entidad
propia de todas las formas, de todas las criaturas, no es una pérdida
sino una gran ganancia. Mi perro no perdió nada con su muerte,
ni yo tampoco con su desaparición; sólo fue la ocasión para
comprender mejor el misterio inagotable de la vida y de la muerte.
197
La ciencia es obra de unos vivientes necesitados
constituidos por el habla
198
La lengua habla de las cosas del medio, pero puede también
hablar de sí misma. Este hablar de la lengua sobre sí misma es un uso
de la lengua de segundo grado. Es lo que llamamos una metalengua.
Con ayuda de la lengua manejamos las relaciones con el medio y las
relaciones entre humanos.
Con la ayuda de la lengua podemos construir una metalengua
que, como ya hemos visto, puede ser de cara a recargar su contenido
axiológico, y darían como resultado los mitos, las religiones, las
ideologías y los PACs, la poesía, o para eliminar de sus estructuras
semánticas todos los componentes axiológicos, es decir, todo lo que
hace referencia al valor estimulativo de las cosas y personas y al
valor de respuesta subjetiva a esa estimulación.
Estas manipulaciones darían nacimiento a las lenguas
abstractas que se llaman abstractas no porque destilen la forma
de las realidades, como dirían los clásicos, sino porque se abstrae
de todo lo axiológico. Estas metalenguas abstractas son las que
crearían las ciencias.
Racionalidad sería, pues, el uso coherente y formal de esas
lenguas abstractas para investigar las realidades sin que en esa
investigación se inmiscuya ni lo subjetivo (los deseos, temores,
recuerdos y proyectos peculiares de cada individuo) ni lo axiológico
entendiendo por tal todo lo referente a lo estimulativo de la realidad
y lo referente a la respuesta a esa estimulación.
Las ciencias construyen metalenguas para tratar desde ellas
el comportamiento de las realidades y conocerlas mejor. Esas
metalenguas se depuran más y más de posibles restos axiológicos
y, refinado su carácter abstracto, construyen modelos desde los que
aproximarse a lo que nos rodea y con esa modelación investigar
su comportamiento para así penetrar más en su propia estructura;
estructura que nunca escapará de nuestra modelación y que, por
consiguiente, no tendrá valores de epistemología mítica, es decir, de
descripción de la realidad tal cual es, aunque sea en una marcha de
continua aproximación.
199
El resultado de nuestras operaciones científicas no puede ser
nunca una descripción de la realidad como es en sí, ni aproximada,
porque siempre está hecha desde la dualidad de sujeto y objetos,
que es un a priori de interpretación de lo real de todos los vivientes
por su condición de necesitados. Siempre son construcciones de un
viviente terrestre con una limitada dotación cerebral, sensitiva y
activa. Aunque las tecnologías amplíen esas capacidades cerebrales,
sensitivas y activas, siempre estarán amarradas a esa dotación del
viviente humano.
La inmensidad de lo que hay en todos sus niveles, tanto del
macrocosmos como del microcosmos, no están hechos desde las
medidas del cerebro y aparato sensitivo y activo de un viviente
terrestre y su condición de animal depredador.
Todo lo que las ciencias puedan descubrir es fruto de las
modelaciones que construyamos desde nuestras metalenguas
abstractas, desde nuestras capacidades cerebrales y sensitivo-
activas. Por más que nuestras tecnologías puedan ampliar esas
capacidades nunca se alejaran de su condición de ser instrumentos
adecuados al cerebro humano y a los sentidos humanos. Toda
pretensión de epistemología mítica como descripción de lo real tal
cual es, es imposible. Las ciencias hacen descripciones, pero de lo
que sus metalenguas y modelos modelan.
Este tipo de funcionamiento de nuestro quehacer lingüístico
abstracto es lo que llamamos racionalidad.
200
Tampoco podemos olvidar que, precisamente porque son obras
del viviente humano, llevan en su seno el doble acceso a la realidad.
Las ciencias son a la vez gratuitas y utilitarias. Tampoco debemos
olvidar nunca esa doble cara de las ciencias.
Así como nuestro doble acceso a la realidad, en la cotidianidad,
es gratuita y por tanto absoluta y relacionada con nuestras
necesidades, así también le ocurre a las ciencias.
Para que nuestra naturaleza flexible sea verdaderamente tal,
el acceso a la DA, la gratuidad absoluta de lo real, tiene que ser
verdadera y radicalmente gratuita. Cuanto más gratuito sea ese
acceso, mayor flexibilidad y mayor capacidad creativa en todos los
campos. Si se pretende ligar esa noticia de la DA a unas palabras,
a unas formas, eso fija la DA y fijando la DA fija también la DR, es
decir, dañamos nuestra flexibilidad. Esta es una experiencia clara
en nuestro tiempo.
201
Las ciencias en lo más fundamental de su estructura muestran
que son construcción de unos vivientes. En su prolongado y
refinado trabajo de abstracción de todo lo axiológico en su operar,
no han abandonado la dualidad de sujetos frente a objetos (S-O).
Esa estructura dual es clara proyección de la también fundamental
estructura dual de todos los vivientes (sujeto de necesidades-medio
donde satisfacer esas necesidades).
La diferenciación entre el observador y lo observado supone
mantener una actitud axiológica entre la superioridad del observador
respecto a lo observado, entre el modelador y lo modelado. Para
comprender justamente este resto axiológico mantenido en las
ciencias tenemos que aclarar que el sujeto de la ciencia no es
el constituido por un paquete de deseos/temores, recuerdos y
expectativas. El sujeto de las ciencias es un simple operador, es un
sujeto abstracto, pero a pesar de ello es alguien frente a algo. Gracias
a ese operador se mantiene la dualidad del quehacer científico. Esa
dualidad sostiene una cierta actitud axiológica de dominio.
La purificación de todo lo axiológico, tanto en el sujeto como en
los objetos, puede sugerir objetividad, pero esa objetividad nunca
es completa porque el observador es siempre un humano con un
cerebro y unos sistemas sensitivos y activos que la vida creó para un
viviente necesitado en la tierra y los creó fundamentalmente para
sobrevivir, no para hacer ciencia. Esta funcionalidad del cerebro y
de todas nuestras facultades es una limitación que, de alguna forma,
deforma lo observado. El modelador, modelando deforma.
Esta deformación que producen todos nuestros saberes es lógica
e inevitable porque el constructor de las ciencias es un viviente
que para sobrevivir tiene que dualizar, como todos los restantes
vivientes.
Si se hace ciencia y se la comprende desde una antropología que
sostiene que los humanos somos un compuesto de cuerpo y espíritu,
esta dificultad no surge, porque la ciencia es cosa del espíritu y el
espíritu no tiene porqué dualizar ni deformar.
202
Lo mismo ocurre si se considera que el hombre es un compuesto
de animal más racionalidad. Tampoco en este caso surge dificultad
ninguna porque se atribuyen a la racionalidad los caracteres del
espíritu. Por eso sostenemos que la razón de esta antropología es el
equivalente laico del espíritu.
La dificultad surge cuando se plantea una antropología
sin añadidos, como viviente constituido como tal por el habla.
Planteado el problema desde aquí, se comprende que toda
modelación humana, tanto la mítica como la científica, deforman;
y se comprende también que en la estructura dual de la ciencia se
conserva todavía un resto de axiologización que asegura que las
ciencias puedan retornar en beneficio de los humanos.
203
Acompaña siempre al quehacer científico el interés totalitario
por la realidad, un interés gratuito, porque la realidad es como es.
La ciencia es hija del amor al saber por el saber, no por las ventajas
que se puedan seguir de él. Ese amor al saber por el saber mismo
es el motor de la gran ciencia. Todo estos son aspectos de la DA
incrustados en el seno de la ciencia.
También la ciencia es el lugar donde brilla con más esplendor
la DA de toda realidad. Las ciencias provocan el asombro, la
admiración, el interés apasionado, la polarización completa. Todos
estos son también rasgos de la DA.
Pero la ciencia, porque conserva todavía la dualización y porque
sugiere un cierto dominio del saber humano sobre la realidad, una
relación de superioridad del sujeto (aunque sea un mero operador),
del modelador sobre lo modelado; porque sugiere dominación,
puede ser instrumentalizada y usada para el mal de los humanos y
de todas las criaturas. Es cierto que esa instrumentalización y mal
servicio de las ciencias hay que atribuirlo más a las tecnologías que
se derivan y acompañan a las ciencias, que a las ciencias mismas.
Las ciencias no pueden dirigirse axiológicamente a sí mismas,
precisamente por el trabajo que realizaron de abstracción de todo
lo axiológico. Hemos escrito en otro lugar que las ciencias, con
relación a lo axiológico, se asemejan a los eunucos con respecto
a la procreación. Las ciencias son eunucas para generar axiología.
Precisamente por ese carácter suyo abstracto pueden ser bien usadas
o mal usadas, dependiendo del cuerpo de valores desde donde se las
maneje.
Podría decirse que la ambigüedad de las ciencias, cuanto a buen
uso o mal uso, pertenece a la periferia de las ciencias más que a su
esencia misma.
204
La creatividad tiene raíz axiológica
Siempre que se ejercita IDS interviene lo axiológico.
IDS es, en realidad, una actitud de indagación y valoración.
El interés verdadero por las realidades, sean del tipo que sean,
comporta una actitud que es una indagación y una valoración. El
distanciamiento de los propios intereses y concepciones que exige
el interés por las realidades, igual que el silenciamiento de viejos
patrones mentales y sensitivos, para poderse acercar con corazón y
mente limpias a lo que con el interés se observa e indaga, es también
fruto de una actitud valorativa.
No hay creatividad ni intelectual, ni axiológica, ni práctica, sin
que se de la ejercitación de IDS. Cuanto más a fondo se ejercite
mayor será la posibilidad de creatividad.
205
Aunque el problema que se quiere solventar sea puramente
mental, se requiere una actitud axiológica que motiva el intento de
solucionar el problema, a pesar del esfuerzo que requiere.
Nadie se interesa profundamente por algo sin valorarlo lo
suficiente como para motivar el alejamiento de los hábitos de
pensar, de sentir y de actuar y sin poner la solución del problema por
encima de sí mismo en algún grado. La mera curiosidad intelectual
no bastaría, le faltaría el motor de la pasión y el desinterés.
La creatividad comporta moverse al margen de lo que la gente
hace, a contrapelo de la corriente común. Supone ser capaz de
arriesgarse al fracaso, a la incomprensión, a la diferencia, al rechazo.
Todo esto es fruto de una actitud axiológica, que si no se da, es
imposible la creatividad. Cuanta más innovadora sea la creatividad,
más profunda tendrá que ser la actitud axiológica.
¿Cómo fomentar esa actitud axiológica que supone la
comprensión y la práctica de IDS-ICS, como condición sine qua
non de la creatividad?
Haciendo entender que IDS no es necesario sólo para el cultivo
de la cualidad humana, sino también es necesario para la posibilidad
de la creatividad y para la supervivencia en las SC.
La CH, la CHP y la creatividad tienen la misma raíz, que es la
actitud axiológica que comporta la práctica de IDS-ICS, y tienen los
mismos instrumentos de trabajo que son también IDS-ICS.
IDS-ICS es a la vez una actitud axiológica y un procedimiento
de trabajo.
Todo individuo que pretenda ser verdaderamente creativo
tendrá que echar mano de IDS-ICS. Lo mismo se tendrá que decir
de una organización o de un país. Por consiguiente las SC deberán
fundamentar el cultivo de IDS-ICS, y todo lo que comporta, como
una de las tareas más necesarias e imprescindibles para el buen
éxito de ese tipo de sociedades.
206
Las organizaciones y las sociedades de conocimiento deberán
fomentar y cuidar el cultivo de IDS-ICS con el mismo interés que se
fomentan y cuidan el estudio de las ciencias y de las tecnologías, o
la convivencia ciudadana y entre países.
Sin una práctica individual de IDS-ICS, sin una planificación y
organización colectiva de su cultivo, las SC se verán dañadas en su
capacidad creativa y de innovación, tanto o más que si olvidaran el
aprendizaje y cultivo de las tecnociencias.
Sin un cultivo sistemático individual y colectivo de IDS-ICS y
lo que comportan, las SC resultan ser, además, una amenaza para
la supervivencia de la especie, de todas las especies vivientes y de
la habitabilidad de la tierra. Y esta amenaza no es remota, sino
presente y ya poderosamente operante.
La actitud axiológica que exige la práctica de IDS-ICS es
la cuestión más central y más importante para las sociedades de
conocimiento. Tanto para posibilitar la creatividad continua en
equipo, como para la supervivencia de la vida en la tierra.
207
Todo lo que llamamos “organismo” no está compuesto de
partes, que supondrían fronteras entre las partes. Un organismo
es una unidad diversificada, en el que cada diversidad depende de
todas las demás diversidades.
Los animales no tenemos hígado, corazón, estómago, esqueleto,
cerebro, etc., sino que somos una completa unidad muy diversificada,
en la que todo depende de todo y en la que nada puede prescindir
de nada.
El proceso es una dinámica de cambio que no tiene una
teleología establecida, y en la que los cambios son el fruto de las
interacciones de todos los aspectos de la diversidad.
Nuestro organismo está en continuo proceso desde los óvulos
hasta el nacimiento y desde el nacimiento hasta la vejez y la muerte.
Las sociedades también están en continuo proceso, desde las
simples hasta las más complejas, desde las más próximas a las más
generales.
Tampoco se puede decir que las sociedades humanas estén
compuestas de individuos. Entre los individuos no hay las divisiones
fronterizas que espontáneamente pensaríamos. Fisiológicamente,
culturalmente, lingüísticamente, económicamente, espiritualmente
estamos todos entrelazados e interdependientes profunda y
sutilmente.
Tampoco entre los vivientes y el medio hay una frontera clara.
Todos los vivientes forman lo que hemos llamado un organismo,
una unidad diversificada con el medio. Sin el aire, el agua, el sol, los
frutos de la tierra y los animales nuestra vida no es posible.
Igualmente el medio está formado y dependiente de todas
y cada una de las especies animales. Desde que aparecieron los
vivientes ha sido así y lo será hasta el final de los tiempos. El medio
ha dependido siempre de las actuaciones humanas y mucho más
desde la época industrial y ahora mucho más hondamente desde las
sociedades de conocimiento.
208
Las sociedades humanas están en continuo proceso y la unidad
de humanos y el medio está en continuo proceso. Y esos procesos se
generan desde una unidad diversificada.
Desde el crecimiento acelerado de las ciencias y las técnicas la
interdependencia de humanidad y medio es más patentemente una
unidad diversificada. No somos nada ni nadie venidos al medio;
somos el medio, como el medio es también nosotros.
Hay que corregir la idea que desde el individualismo se
genera del proceso en todos sus niveles, especialmente el proceso
“humanos-medio”.
El proceso “humanos-medio”, con las sociedades de
conocimiento está más que nunca en continuo y acelerado proceso.
Ese proceso “humanos-medio” es de una importancia capital
para la vida en el planeta. Las sociedades humanas y el medio están
en una interdependencia mutua estrechísima.
La CH y la CHP forman una unidad con todo ese conjunto.
El proceso “humanos-medio” está en profunda dependencia de
esas cualidades, y esas cualidades en su existir y en su modalidad
depende de los procesos humanos y del proceso de “humanos-
medio”.
Dependemos del cielo y la tierra, del sol y la luna, de todo el
orden del cosmos.
Todo depende de todo, todo es como un macro organismo
en proceso, en el que cada diversidad depende de todo el resto de
diversidades, y en el que la unidad de todas las diversidades depende
de cada una de ellas.
El proceso no tiene otra dirección que la que resulta de las
interacciones e interdependencias de las diversidades. Nadie ni
nada desde fuera del proceso rige el proceso. El proceso se rige
desde dentro, en cada nivel, sin que nadie desde dentro lo guíe.
209
La noción de “Dios” es ajena al funcionamiento y a la
comprensión de los procesos. Pero podemos distinguir entre vivir
los procesos desde su interior y como una diversidad más de ellos,
y considerar la DA de todos esos procesos y procesos de procesos
desde una gran unidad internamente muy diversificada.
A esa DA no se puede llamar Dios, pero las redes de
interdependencias son tan sutiles y tan inteligentes, y funcionan
como si tuvieran un rector interno; los procesos no tienen un fin
establecido, pero están tan bien regidos que parece que lo tuvieran.
Podemos, pues, afirmar que la perspectiva de la DA de todo
lo real, es como inteligente, como si condujera todos los procesos,
como si fuera un ser real. Pero todo eso son nociones humanas
aplicadas a lo que no pertenece a la categoría de lo humano.
Sin embargo, esa DA no es “otra” de los procesos, y de su
totalidad; es otra mirada de lo mismo. Para nosotros los humanos
cada uno de los procesos y la gran unidad de todos los procesos
en interdependencia, tienen una doble perspectiva, la relativa a
nuestras necesidades, a nuestras interdependencias, y la no relativa
o DA que se refiere a todo eso ahí.
210
En todos los procesos hay multitud de interdependencias, pero
no causas propiamente dichas.
El proceso al despertar se inicia por una serie de
interdependencias, no por una causa única que fuera la DA porque
la DA no es causa.
Cada uno de los procesos y el proceso de todos los procesos, la
unidad de todas las diversidades, son del ámbito de DR.
DA es la fuente “no otra” de todos los procesos; es “todo eso
de ahí” en su dimensión no modelada por los humanos ni por
ningún viviente; es el abismo innombrable de todo proceso, de toda
realidad; es lo no afectado por el tiempo y el espacio de los procesos.
El espacio-tiempo y el no espacio-tiempo en el
cosmos
Afirmamos que en el acceso a la doble dimensión de la realidad,
propia de nuestra especie, se da, simultáneamente, una dimensión
espacio-temporal en la DR y una dimensión no espacio-temporal
en DA. Y eso sin dualidad.
Estas categorías hay que aplicarlas también al cosmos. La
interpretación y vivenciación de la inmensidad del cosmos es,
quizás, uno de los ámbitos en que está más asentada y más resistente
la epistemología mítica. Se comprende que la interpretación que
hace la ciencia del cosmos evoluciona rápidamente, pero resulta
mucho más difícil aceptar que todas esas interpretaciones, en rápida
transformación, son modelaciones humanas, no descripciones de lo
real tal como es, ni siquiera en sucesivas aproximaciones.
Se acepta que nuestra interpretación de la realidad del cosmos
es provisional porque es incompleta, pero se cree que se va
aproximando rápidamente a ser más y más adecuada. Se piensa que
lo que dice la astrofísica está realmente ahí y no es una simple y
211
provisoria modelación de la realidad, como vivientes terrestres y
como científicos.
Desde esa resistencia de la actitud propia de la epistemología
mítica, resulta difícil plantear el problema del tiempo-espacio en el
cosmos.
Las ciencias cosmológicas sostienen que el tiempo-espacio está
presente en el mundo astronómico y como una dimensión central
en sus teorías. Como modelaciones que son, tienen que ser tiempo-
espaciales. Están construidas desde los habitantes de la tierra que
están situados en un tiempo-espacio. Contando con el tiempo-
espacio se construyen las teorías, los instrumentos de observación,
las naves espaciales, etc.
Todas nuestras construcciones teóricas y tecnológicas en
relación al espacio-tiempo pertenecen a nuestra DR de lo real y, por
tanto, tienen que ser temporales y espaciales.
La DA de nuestro acceso al cosmos es, por el contrario, ni
temporal ni espacial, como la DA de todas las realidades. Las
dimensiones del cosmos que no caben en nuestra condición de
animales terrestres, y no lo que todavía nuestras ciencias ignoran,
eso es la DA del cosmos. Esa dimensión que no es concebible y
que, por desproporcionada a nuestras facultades de vivientes,
es razonable pensar que no lo será nunca, está fuera del espacio-
tiempo, precisamente porque no puede ser modelada.
Por tanto, nuestro acceso al cosmos, como el acceso a cualquier
otra realidad, tiene una DR situada en el tiempo-espacio, y una DA
no situada en el tiempo-espacio. El cosmos, como toda realidad
para los humanos es, a la vez, tiempo-espacial y carente de esas
categorías.
Estas reflexiones hacen evidente que hay que extender la
epistemología no mítica a nuestros saberes del cosmos.
212
Consecuencias del crecimiento espectacular de
los conocimientos cosmológicos
Hace no mucho tiempo sólo se conocía el sistema solar y
unas 4.000 o 5.000 estrellas que podían observarse a simple vista
o con pequeños telescopios. En poco tiempo, y a ritmo cada vez
más acelerado, se han podido observar centenares de millones de
galaxias, cada una con centenares de millones de estrellas.
Ya se han podido observar exoplanetas y se supone con
fundamento que cada estrella tiene por lo menos un planeta. Se
supone que cada galaxia tiene en su centro un agujero negro. Se han
estudiado multitud de fenómenos astronómicos. Se considera muy
probable que en esa multitud de estrellas y planetas haya vida en
otros lugares. Y toda esa inmensidad no es más que el 5% de lo que
hay ahí fuera, el restante 95% es materia y energía oscura que no
se ha podido estudiar todavía. Hablo sólo de lo que es de dominio
público.
En el tiempo en que nacieron y se desarrollaron las religiones y
las tradiciones espirituales, los conocimientos cósmicos se reducían
al sol, a la luna y algunas estrellas fijas pensadas como agujeros en
la bóveda celeste.
En los últimos tiempos se ha producido una enorme
desproporción entre los mitos y creencias de las religiones y los
datos de la astronomía.
Podríamos decir que los mitos y creencias en las que se
expresaban las religiones eran como soluciones caseras, a la medida
de los habitantes de la tierra, pensada como centro del universo.
Los hombres como el centro de la tierra, y la tierra como centro del
universo. Una tierra pensada como inmensa y en su mayor parte
desconocida.
213
Los mitos hablan de Dios como entidad real trascendente
ontológicamente, hablan de su acción creadora de todos los seres,
de su Hijo que vino a la tierra desde ese ámbito ontológicamente
trascendente, para salvar de su pecado a los humanos, para salvar
sus almas y para conducirlos a otra vida después de la muerte,
resucitados en sus cuerpos y en su individualidad.
Todas estas narraciones y las creencias que se apoyan en ellas
son interpretadas desde una epistemología mítica que cree que
describe esas realidades.
Los nuevos conocimientos astronómicos, que están en continua
revisión, que han crecido tan aceleradamente y que continuarán
haciéndolo, resultan tan deletéreos para esas narraciones
mitológicas, entendidas y vividas desde una EM, como puedan serlo
las sociedades de conocimiento de innovación y cambio continuo
en todos los niveles de nuestras vidas.
La inmensidad de nuestro acceso al cosmos está modelada por
nuestros ojos ayudados por cada vez más potentes telescopios y por
nuestras ciencias construidas desde nuestra condición de vivientes
terrestres, desde sus sensores y desde su cerebro.
Eso inmenso que hay ahí fuera no es a la medida de la modelación
de unos vivientes de este planeta, aunque estén equipados con
potentes ciencias e instrumentos.
Las trasformaciones de la interpretación del universo dañan a las
religiones que toman sus narraciones sagradas como descripciones
de lo real, pero en cambio dan nueva luz a las afirmaciones centrales
de los maestros del pasado.
La DA no es un mundo de trascendencia ontológica, es la
inmensidad de los mundos. La inmensidad de los mundos a la que
nos referimos no es nuestra modelación científica. Nos referimos
a lo no modelado de todas nuestras modelaciones, a lo que es la
fuente de las modelaciones.
214
En este ámbito, como en todos, es válida la diferencia entre
DR y DA. DR sería nuestra interpretación científica, nuestra
modelación del cosmos y DA sería la fuente de esa modelación, lo
no modelado, no porque nuestras ciencias todavía no han llegado
a estudiarlo, sino porque es el trasfondo inobjetivable que permite
que la interpretación del universo de nuestras ciencias pueda
continuar cambiando. Si no tuviéramos también en el universo la
doble dimensión de nuestro acceso a la realidad, estaríamos fijados
en una única interpretación, como lo están los restantes animales.
Podríamos afirmar, como en todos los demás casos, que la DA
se modela a sí misma desde unos animales terrestres flexibles frente
al medio.
Eso no modelado no es algo con existencia cósmica, sino
puro efecto de nuestra estructura lingüística y su doble acceso a
lo real; es la consecuencia de la desproporción entre la capacidad
de acotar, objetivar y representar de un viviente terrestre, y la
realidad de la realidad. Lo que nuestro cerebro, nuestros sensores
pueden interpretar de esa inmensidad es a nuestra medida, aunque
esa medida esté ampliada por nuestro instrumental científico y
tecnológico.
Lo que podamos afirmar del cosmos nunca podrá alejarse de
la condición de asertos de un animal terrestre. Lo real no es a esa
medida, por más ampliada que esté. Siempre nuestro conocimiento
distingue, implícita o explícitamente, que una cosa es la modelación
que nosotros podamos hacer de lo real y otra cosa es lo real mismo.
Esta distinción, que también tiene que darse en la astronomía, es la
condición del crecimiento continuo de la misma astronomía.
215
Nadie viene a esta inmensidad cósmica desde fuera de ella.
Nuestra antropología ya no puede mantener que somos cuerpo y
espíritu. Nuestro cuerpo vendría de nuestra condición terrestre y
el espíritu vendría de fuera de esa condición, desde un ámbito con
trascendencia ontológica con respecto a cosmos.
La evolución de la astronomía prueba una vez más que la EM es
falsa. Muestra también que la que se llamó espiritualidad no puede
ser más que la CH y la CHP de un viviente peculiar.
La nueva astronomía desplaza al sol del centro que le atribuíamos,
desplaza a la tierra del centro del universo, y desplaza a los humanos
a la condición de vivientes hablantes de un pequeño planeta. Todos
estos desplazamientos tienen evidentemente consecuencias en
nuestras formas de sentir, en la interpretación de las narraciones
sagradas y en todos nuestros planteamientos axiológicos.
No hay que rehuir esas consecuencias porque, de hecho, son
inevitables.
216
La dimensión absoluta en nuestra condición
de animales hablantes
217
La condición de nuestra flexibilidad, sin la cual no podría darse,
es tener una noticia de la DA como dimensión de lo real sin forma,
que sea verdaderamente noticia, como mínimo a nivel operativo.
Si la DA tuviera forma, aunque fuera mínima, bloquearía la
flexibilidad. Para que se posibilite la flexibilidad de nuestra especie
en relación al medio, la DA debe ser noticia pero sin forma alguna.
Este doble acceso a la realidad lo debemos a la estructura de la
lengua que traspasa el significado que las cosas tienen para nuestra
vida, de las cosas mismas a un soporte acústico. Así logramos un
doble acceso a lo real: el que es significativo para nosotros como
vivientes necesitados, y eso mismo de ahí que es totalmente no
relativo a nosotros, absoluto.
Eso absoluto es la inmensidad de los mundos, sin forma alguna,
porque toda forma proviene de la modelación que proyecta la
necesidad.
Como efecto de la doble dimensión de nuestro acceso a lo
real, se abre una gran puerta: la de la noticia de “Eso de ahí”, de la
inmensidad de los mundos sin forma.
Esa puerta es una noticia, clara como noticia, aunque oscura
porque es sin forma y radicalmente gratuita, y todo lo que sea sin
forma y totalmente gratuito, para nosotros, vivientes necesitados,
es enigmático, sutil y a la hora hablar de ello, huidizo y paradójico.
Por esa DA se puede navegar; podemos adentrarnos en esa
dimensión, lo cual será muy bueno para que la DA pueda cumplir
su función biológica como fundamento de nuestra flexibilidad.
Para adentrarse en esa noticia no se requiere que adquiera
formas religiosas, ni que cuadre dentro de sistemas de creencias. Es
una noticia que es un dato lo suficientemente sólido para adentrarse
en él.
218
Por la misma flexibilidad, nuestra especie puede vivir en el
medio de diversas maneras: como cazadores/recolectores, como
agricultores, como agricultores de riego, como ganaderos, como
industriales, como hombres de las sociedades de conocimiento.
Cada una de esas formas de sobrevivencia tiene que modelar
la realidad de formas diferentes. Cada una de las culturas hace una
transformación de su mundo y de su modo de vida que resulta
equivalente a los cambios de especie de los restantes animales.
Las sociedades preindustriales, que fueron estáticas,
construyeron sus PACs partiendo de las operaciones centrales de
su modo de supervivencia. Esas operaciones centrales de la caza/
recolección, de la agricultura, etc. al pasar a la lengua se convierten
en metáforas que se pueden usar como paradigmas para modelar la
totalidad de las acciones que se tienen que ejercer para sobrevivir.
Ese sería su paradigma.
219
Según eso era atentado contra la sobrevivencia de la sociedad,
y delito frente a lo divino introducir novedades importantes en
los modos de vida. La religión, que se identificaba con el PAC, era
el medio de bloquear con gran eficacia los cambios serios en los
modos de vida.
Advirtamos que fijando el PAC se fijaba también el acceso a
la DA. Esto tendrá consecuencias graves. Cada cambio de modo
de vida supone un conflicto religioso. Y, sobre todo, la aparición
e implantación de las sociedades industriales y, después, de las
sociedades de conocimiento, supondrán un grave conflicto con los
PACs considerados intocables por revelados y un grave conflicto
con las religiones.
Las sociedades estáticas, de PACs bloqueados por la revelación,
interpretaban sus PACs y sus religiones desde la epistemología
mítica, es decir, como descripciones sagradas e intocables de lo real
en todas sus dimensiones.
La epistemología mítica agravaba el conflicto y bloqueaba la
posibilidad de que los PACs religiosos de las sociedades estáticas
pudieran adaptarse a los nuevos modos de vida.
Resultaba que la interpretación y valoración de los PACs-
religión hacían de la realidad, de los modos de organización, a todo
nivel, de las formas de moralidad, etc. quedaban sacralizados e
intocables.
Así la religión se hizo incapaz de adaptarse a las nuevas
formas de vida, porque arrastraba consigo los PACs de sociedades
preindustriales. Pretendía imponer a las nuevas formas de vida las
interpretaciones, valoraciones, modos de organización y de vida
propio de sociedades que estaban o desaparecidas o en vías de
extinción.
La crisis mortal de las religiones estaba servida.
220
Las sociedades industriales y, sobre todo, las sociedades de
conocimiento se verán forzadas a rechazar la religión, porque son
sociedades de innovación y cambio continuo en todos los parámetros
de la vida y la religión pretende bloquear los cambios y mantener
a las sociedades de innovación dentro de PACs bloqueadores de
cambio.
Consecuentemente, las religiones son imposibles para las
sociedades de conocimiento. Si las sociedades de conocimiento son
como un destino inevitable para todos los pueblos de la tierra, ha
llegado a su fin la época de las religiones.
El fin de las religiones no daña para nada a la DA que
necesariamente continuará siendo una noticia consciente
o inconsciente pero siempre operativa. La posibilidad de
reconocimiento y de cultivo de la DA continuará estando ahí. Lo
único que cambia es que ya no se podrá cultivar a la manera de las
religiones.
Tendremos que construir otras formas de cultivarla.
Las religiones del pasado mueren como PACs-religión, y mueren
a la epistemología mítica, pero siguen ahí vivas como depósitos de
sabiduría, leídas y estudiadas desde una epistemología no mítica,
como grandes formaciones simbólicas que apuntan a la DA.
221
cuanto tal no puede ser perfectamente acotable aunque sea situable;
no puede ser, en cuanto cualitativo, adecuadamente conceptualizable,
aunque sea descriptible; no puede ser cuantificable, aunque pueda
numerarse las veces que se presenta.
Se puede hablar de lo cualitativo, pero sin ser capaces de
encerrarlo en nuestras palabras. Se puede significar, simbolizar,
apuntar con palabras a eso cualitativo. Las palabras dan cuenta de
su entorno, pero no puede atrapar su entraña. Podrán describirse
sus efectos, los elementos de su composición, pero la cualidad en
ella misma no se puede reducir a palabras.
A pesar de estos rasgos tan huidizos para nuestra razón, para
nuestra sensibilidad es un dato. También para nuestra mente
puede ser dato, aun cuando no pueda ser servido en una bandeja
conceptual por nuestra lengua.
Ese dato puede presentarse como visible, audible, tocable,
gustativo o en afectación a varios sentidos simultáneamente. Lo
cualitativo puede ser sensitivo y también mental, la mayoría de los
casos es sensitivo-mental.
Lo cualitativo puede y suele tener mucha carga subjetiva, pero
no todo es subjetivo sino que tiene indudablemente rasgos objetivos.
Todo lo cualitativo es siempre en relación al sujeto como viviente y,
por tanto, en su dimensión mental-sensitiva y en su integridad, con
los deseos y temores, con los recuerdos y expectativas; pero también
con su dimensión de DA, a la que siempre acompaña, en un grado
u otro, el interés por lo real, el silenciamiento interior y el desapego
de los propios intereses y, por ello, de los elementos subjetivos.
Por consiguiente, lo cualitativo es a la vez subjetivo y objetivo.
El prototipo de ese fenómeno son las obras de arte que siempre
afectan a la individualidad y a su peculiar subjetividad, pero son
fuertemente objetivas porque hablan de la DA que no se puede
decir en palabras, aunque la literatura las use para hablar de ello.
222
Las grandes obras de arte de música, pintura, arquitectura,
literatura, pueden ser verificadas en su valor por todos los sujetos
y colectivos que estén adecuadamente educados. Y esa verificación
dura siglos, traspasando fronteras y culturas.
La belleza es un dato, aunque vaya acompañada de efectos y
concomitancias subjetivas.
223
También es prueba la constante existencia de las religiones y
espiritualidades. No tendrían ningún sentido si no se tuviera notica
de la DA de lo real. La gran fuerza de las religiones y de los diversos
tipos de espiritualidades, la radicalidad de su atractivo para muchos
sería inexplicable sin la noticia de la DA.
Los grandes cambios culturales también son prueba de que
tenemos un doble acceso a lo real. Si no fuera sí quedaríamos
clavados en una única manera de vivir, como los restantes animales.
224
Sin embargo esa peculiaridad no disminuye su cualidad de “dato”,
porque es verificado, en un grado u otro, por una gran cantidad de
personas de todas las culturas y todos los tiempos.
Ese dato siempre está presente, consciente y lúcido o
semiinconsciente, pero siempre, insistimos, operativo como
condición de posibilidad de numerosos fenómenos humanos como
los ya indicados. No podría ser de otra manera porque la doble
dimensión de nuestro acceso a la real es la estructura específica
humana.
Cobrar conciencia clara y lúcida de esa dimensión en el ser de
todo, es una posibilidad esencial de nuestra condición humana de
animales constituidos como tales por el habla. Podríamos decir
que es semejante a un destino para nuestra especie, aunque la gran
mayoría de los humanos no lleguen nunca a poder realizar esa
condición.
En esto nos ocurre a los humanos como a las plantas y a los
animales. Toda la infinidad de semillas arrojadas por plantas, flores
y árboles, para que germinen, sólo una entre miles lo logra. Igual
puede decirse de los animales; de los miles de espermatozoides
que se emiten en un coito animal o humano sólo uno en cada caso
fructificará en un nuevo ser. Entre los humanos, de los miles de
millones que somos, sólo unos pocos, muy pocos, llegan a realizar
clara y lúcidamente la posibilidad estructural de la DA.
Nuestras facultades mentales y sensitivas no son nuestras,
porque no somos nadie venidos a este mundo, son de la tierra,
del cosmos, de este inmensidad entera. Desde esa perspectiva, es
nuestro destino como especie llegar a la clara y explícita noticia de
la DA de todo, de la misma manera que es el destino de cada planta
y animal reproducirse, aunque en la gran siembra de la vida se den
muy pocos casos de realización.
Sin embargo, en las SC el número de las personas que
deben llegar a la noticia explícita de la DA tiene que ser alto. No
jugamos únicamente con realizar o no una posibilidad intrínseca
de nuestra condición, sino que en ello nos va, en las sociedades
225
de conocimiento, la supervivencia de la especie, de la vida de las
plantas y de la habitabilidad del planeta.
El lector perdonará que insistamos una y otra vez en que la DA
es un dato, por la importancia que este asunto tiene. Si no fuera
un dato, aunque axiológico y cualitativo, con lo que eso supone,
la SC no podría mantener abierta la posibilidad de realización,
en el grado que sea, de la DA, porque no puede hacerlo desde la
creencia, ni desde una antropología de cuerpo y espíritu, ni desde
una filosofía contemporánea de la explosión y proliferación de las
ciencias. Nuestra posibilidad de CHP, que ya no es optativa para los
grupos humanos, sería imposible cuando más la necesitamos para
poder gestionar adecuadamente y en bien de los humanos y de la
vida toda, el crecimiento cada vez más acelerado de las ciencias y
de las técnicas.
En las sociedades de conocimientos hemos de poder realizar la
CH y la CHP y hemos de poder acceder a la DA sin religiones, sin
creencias y sin la posibilidad de leer desde una epistemología mítica
las grandes textos sagrados y los maestros del pasado.
Para construir una SC de calidad, coherente y que no amenace
la vida, necesitamos comprender y reconocer que la DA es un dato.
También necesitamos reconocer como dato que la DA es la fuente
de todas nuestras modelaciones de lo real. La DA es la fuente y a
realidad honda de la DR y no a la inversa.
226
Si todo son modelaciones de un viviente, no cosas dadas ahí,
no cabe la epistemología mítica. Los que son vivientes no humanos,
modelan también su mundo y en su modelación no necesitan
postular la DA. Para que se dé la posibilidad de la DA tiene que
tratarse de un viviente constituido por el habla.
Pero para la simple posibilidad de existencia de un viviente
hablante ya se requiere la DA, no como postulación, sino como
condición de posibilidad. No puede darse la condición de hablante
sin que se de un acceso bifurcado a la realidad como DR y DA.
La única salida para que la DA sea un postulado sería que nos
situáramos en la epistemología mítica y en una antropología de
cuerpo + espíritu o de cuerpo + racionalidad.
Por consiguiente la DA no es un postulado sino un dato
condición de posibilidad.
Las artes, la ciencias, los cambios culturales radicales, las
religiones como fenómenos históricos, las espiritualidades, no
nacen de postular la DA sino de partir de ella como condición de
posibilidad imprescindible.
227
No hay palabras que estén más cerca de la DA que otras. Todas
las palabras sólo pueden apuntar a la DA, simbolizarla, pero nada
más. Las palabras pueden apuntar mejor o peor, en dependencia de
los contextos culturales.
La DA puede decirse en toda forma, y no está ligada a ninguna.
Ninguna forma está más cercana de la DA que otras. Todas están
a igual distancia. Todas son impotentes para hablar de lo que es
indecible.
Este hecho es la posibilidad de la diversidad de culturas y es la
posibilidad del verdadero ecumenismo.
El “empalabramiento” definitivo de la DA en una revelación es
un error, porque es una imposibilidad.
Quienes liguen la DA a una revelación definitiva (a un
empalabramiento exclusivo) cometen un error grave e inoculan en
la humanidad un terrible germen de discordia y violencia.
En culturas pre-industriales, con EM, con patrón R y con
religiones funcionando como PAC, el error era prácticamente
inevitable, aunque no absolutamente inevitable. Unos pocos sabios
escaparon de la trampa.
Las palabras y la DA
Las palabras son libres en su relación a la DA, si se intentan
seriamente expresiones adecuadas y dignas.
En el mundo de la lengua, para aproximarse y apuntar con
acierto a la DA, no hay ningún posible criterio para discernir unas
palabras como mejores que otras.
Las palabras se construyeron y son aptas para hablar de lo que
modelan, de acuerdo con nuestras necesidades en un modo concreto
de sobrevivir. No se construyeron y no son aptas para hablar de lo
que, por su sutilidad para nuestra condición animal, no podemos
ni atrapar, ni concebir.
228
La inmensidad de lo que es, no cabe en nuestras limitadas
facultades de modelación de lo real que están ordenadas a adaptarlo
a la pequeñez de nuestras necesidades. “Eso” no es a la medida de
nuestro cerebro de animales terrestres, de nuestras mentes y de
nuestro sentir, porque esas facultades están concebidos para que
podamos reconocer en el medio lo que nos puede mantener la vida.
Nuestras palabras no son adecuadas a lo que los sabios de
todos los tiempos se vieron forzados a llamarlo “lo inefable”, “lo
innombrable”, “lo sin nombre”, “lo sin forma”.
Todas nuestras palabras son impotentes y, porque lo son, son
libres en su relación a la DA.
La DA no puede tener conexión especial con ningunas palabras.
Tal es la desproporción.
En presencia de la noticia mental y sensitiva de la DA, por
oscura y débil que sea, se genera siempre una punta de certeza
diamantina de lo real de lo real.
Nuestra lengua puede utilizar términos para referirse a la DA,
que como símbolos o metáforas, hablen de origen, de fontalidad,
de paternidad, de antepasado, añadiéndoles una calificación para
evitar la confusión con su sentido ordinario: le añaden “Padre del
cielo”, “Gran Antepasado”, le llaman “Dios” que es lo mismo que
luz, le llaman “Luz de lo alto”. O emplean nombres sin significado
concreto como “Ohm”, Brahman; o bien emplean una noción que
denota la incapacidad de todas nuestras palabras para representarla,
conceptualizarla, y le llaman “el Vacío”.
Estos términos, así peculiarizados, más la presencia de la noticia
de DA, se convierten en hábiles para apuntar, sugerir, simbolizar
lo innombrable. Esos términos no pueden nunca designar aquello
a lo que se refieren, porque la DA no es objeto, ni nada concreto
designable.
229
Esas palabras funcionan como símbolos, cuando por su
contexto, sea de texto o de circunstancias colectivas o personales,
se hacen transparentes de aquello a lo que aluden. En esos casos es
como si la DA se hiciera especialmente presente en el símbolo. Es
algo semejante a lo que ocurre con la belleza y las otras artes: en
el cuadro o en la pieza musical, o en el poema, se hace presente la
belleza.
En ningún caso las palabras disponen de criterio que les
permita sostener con verdad que unas determinadas expresiones
lingüísticas que pretenden expresar la DA son mejores que otras
para sugerirla, y menos para afirmar que son exclusivas.
La DA es la dimensión gratuita y absoluta de toda realidad;
no habría, pues, razón para suponer que la DA expresada por las
palabras de un colectivo o de un pueblo excluyan todas las otras,
eso sería arbitrario y contra la manera de ser de la DA y de las
palabras. Ningunas palabras, ninguna lengua es capaz de acotar la
DA, y lo que no se puede acotar, no se puede nombrar; ni la DA
puede ceñirse en exclusiva a ningunas palabras.
Por consiguiente, todas las palabras, de la lengua que sea, son
ineptas y libres para intentar aludir a la DA y la DA es libre de todas
las palabras humanas.
Siendo así las cosas, ¿por qué se ha producido el fenómeno
que unas palabras se considerasen como revelación verdadera y
exclusiva frente, a todas las otras palabras posibles? ¿Cómo es que
se ha generado el fenómeno de la revelación, que una comunidad ha
considerado como única válida?
Eso ha ocurrido porque en las sociedades preindustriales el
PAC era a la vez el procedimiento de vivenciación y expresión de la
DA. El PAC para cohesionar y motivar al pueblo de las sociedades
estáticas era considerado como único válido, exclusivo e intocable.
El procedimiento que se usaba para asegurar que no hubiera
cambio, porque los cambios de importancia podrían amenazar la
sobrevivencia del grupo, era afirma que era revelación divina. Y
para asegurar que la identidad de un grupo social no se diluyera
230
en otros grupos vecinos, que vivían de manera semejante, había
que sostener que únicamente el propio PAC era revelación divina;
cualquier otro PAC era error y pecado.
En sociedades como las de conocimiento, el PAC se vive como
pura construcción humana y no puede ser, a la vez, vehículo de
la vivenciación y expresión de la DA. La consecuencia es que, por
primera vez en la historia, comprendemos con toda claridad que las
palabras son libres respecto a la DA y la DA es libre de toda posible
sumisión exclusiva a unas palabras determinadas.
Ningún PAC es revelación divina, ninguna religión es exclusiva
y única. Esto es lo correcto, una bendición para las sociedades
globalizadas y lo único coherente y posible para las sociedades de
conocimiento.
Este es el fundamento de un auténtico ecumenismo. Podemos
usar libremente todas las tradiciones religiosas y espirituales de la
humanidad. Todas son igualmente aptas e igualmente ineptas.
Si nos queda algún criterio para discernir entre las propuestas
de apuntamiento y acceso a la DA en las sociedades de conocimiento
es el criterio que proporciona la CHP, nada más, pero será suficiente
para discriminar y rechazar, si es necesario, las propuestas que
no prendan fuego al ego individual y colectivo o no orienten a la
dimensión de la realidad que es totalmente gratuita: la DA.
231
Mientras se interprete a los humanos como un compuesto de
espíritu y de materia o como un compuesto de animal y racionalidad,
no se comprenderá la trascendencia de nuestra flexibilidad como
animales frente al medio. Si somos espíritu y razón la flexibilidad
frente al medio no presenta problema.
Si somos animales constituidos como tales por el habla,
entonces es necesario dar cuenta de esa condición nuestra exclusiva
entre todos los vivientes.
La raíz de esa diferencia tiene que residir en nuestra condición
de hablantes y en la bifurcación que la lengua provoca en nuestro
acceso a la realidad. Más en concreto, la raíz de esa diferencia con
los restantes animales reside en la posibilidad que crea la lengua
de un acceso a todo lo que nos rodea y a nosotros mismos, como
una dimensión de lo real no relativa a nuestras necesidades como
vivientes, como una dimensión que, porque no es relativa, podemos
llamar absoluta.
De esta estructura de la condición humana hemos de sacar la
conclusión que cuanto más flexibles seamos, más humanos somos.
Ser más flexible depende del grado de conciencia y de cultivo de
nuestro acceso a la DA de lo real. Cuanto más lúcido y profundo
sea ese cultivo de la DA más libres somos en relación al medio y
nuestros modos de sobrevivencia.
La conciencia de la DA es reconocimiento de que la DR de lo
real es nuestra modelación, que esa modelación no es lo real de lo
real, sino que puede ser modificada cuando sea conveniente.
Las sociedades de conocimiento son sociedades de innovación
y cambio continuo, por ello, han de ser las sociedades más flexibles
con relación al medio de todas las que han existido, por lo cual
tendrá que cultivar la DA de lo real con más intensidad que las que
les precedieron.
Hay que cobrar conciencia individual y colectiva que a mayor
cultivo de la DA, mayor flexibilidad, más capacidad creativa y más
adecuación a las nuevas sociedades. A menor cultivo de la DA o de
232
una forma puramente operativa se seguirá coherentemente menor
flexibilidad, menor capacidad creativa y menor adecuación a las
nuevas sociedades.
El cultivo de la DA, además de las ventajas que comporta en
relación a la CH y a la CHP es, en las nuevas sociedades, un factor
de creatividad y, por tanto, de éxito.
En las sociedades preindustriales, que eran estáticas, porque
vivían durante milenios de hacer fundamentalmente lo mismo, se
tenía que refrenar esa flexibilidad en relación al medio, incluyendo
en el PAC la afirmación de que lo que imponía el programa a través
de mitos y narraciones era herencia de antepasados sagrados o
revelación de los dioses. No se podía modificar sin caer en pecado
y delito punible religiosa y socialmente.
Esa comprensión suponía interpretar lo que decían los mitos y
narraciones como descripciones de lo real. La EM era inseparable
de esa interpretación del PAC. Consecuentemente la CH y la CHP
pasaban por la sumisión.
La noción de revelación o de herencia sagrada de los antepasados
es una confirmación de que la flexibilidad de nuestra especie con
relación al medio es una consecuencia de nuestro acceso a la DA.
233
El universo es una terrible monstruosidad, para nuestra
frágil carne. Son fuegos atroces, fuerzas y energías gigantescas,
inconcebibles para nuestro pobre cerebro.
Nosotros no somos más que unos pobres animalitos
insignificantes del planeta tierra, satélite de una estrella de una de
las barriadas de nuestra galaxia.
Pero en nuestra insignificancia absoluta no somos nadie venido
a estos mundos terribles; somos esos mundos. Somos como una
velita que sostiene una pequeña llama en medio de los soles.
Nuestras facultades no están ordenadas a esas inmensidades; se
construyeron al servicio de la sobrevivencia de nuestra breve vida.
La dimensión absoluta es todo eso, incluyéndonos a nosotros
como leve luz para iluminar la inmensidad de lo que hay.
Todo es desproporcionado a nuestras pobres luces y a nuestro
sentir, todo él volcado a la inmediatez de la sobrevivencia.
Si queremos pensar correcto y construir nuestros proyectos
valorales colectivos de forma adecuada, habrá que meter en nuestra
mente y en nuestro sentir la magnitud inconcebible de la dimensión
absoluta.
234
La tierra nos mantiene a nosotros y a todos los vivientes como
entre algodones.
Volviendo a hablar con lenguaje humano, podríamos decir que,
puesto que no nosotros somos luz de la mente y calor del sentir, y
no somos nadie venido a estos mundos, son estos mundos los que
son mente y sentir. Nosotros, débiles y breves vivientes, somos el
lugar donde la luz de la mente y el calor del corazón brota, como el
magma de los volcanes, desde el seno de los mundos.
El misterio de los mundos es nuestro propio misterio y el
misterio de nuestro pensar y sentir es el misterio de los mundos.
235
Las facultades humanas, hechas para las pequeñas cosas
concretas que tienen que ver con la sobrevivencia de nuestra
condición animal, se pierden en esas profundidades inabarcables.
Pero, a pesar de ello, tienen noticia cierta, no conceptuable, de esas
dimensiones infinitas. ¡Otra vez el misterio de la condición humana,
que es la condición también de los mundos y de la dimensión
absoluta de lo real!
236
Nuestra condición de sociedades laicas, sin religiones, ni
creencias nos ha llevado donde estamos, sin posible marcha hacia
atrás.
El yo y la DA
Al ego, al yo, se le ha interpretado como entidad, como
individualidad, como espíritu o como racionalidad diferente del
cuerpo. La raíz de esta interpretación ha sido la base helenista que
consideraba que los hombres estábamos dotados de un espíritu no
mortal. Esa interpretación del yo pasó al cristianismo que se propuso
salvar esa identidad para la vida eterna. Luego la cultura occidental
sumió esa herencia y, por último el liberalismo y el capitalismo
la hicieron el eje de su antropología y de su interpretación y
organización de la sociedad, de la economía, etc.
Esta herencia se cuestionó por efecto de la crisis de la religión
y la crisis del capitalismo, y por la aparición de la sociedad de
conocimiento que no puede basar en los individuos su creatividad y
237
que debe vivir. La interpretación de sí mismo como una entidad y
del medio como una pluralidad de realidades, es lo que podríamos
llamar “error necesario”, el “pecado original” de nuestra especie
según el cristianismo, pero sin culpa.
Por efecto de este “error original, necesario a todo viviente”, el
yo, para poder sobrevivir, ha de cubrir con un velo la DA única y
no plural.
En la interpretación del yo de nuestros antepasados de
las sociedades agrario-autoritarias y en la interpretación de la
modernidad liberal y capitalista, el yo era el enemigo principal del
camino espiritual. En nuestra terminología diríamos, que según
la interpretación del yo que nos ha precedido, el yo es el enemigo
principal de la CH y sobre todo de la CHP.
Desde la necesidad de una nueva antropología y,
consecuentemente, de una nueva interpretación del yo, hay que
plantearse la pregunta: ¿es el yo enemigo de la DA, de la CH y de la
CHP?
238
cumplen insatisfactoriamente; los deseos van siempre acompañados
del temor de no alcanzar el objeto de deseo, o del temor de perderlo
una vez conseguido. Tantos grados de deseo, tantos grados de temor.
Los recuerdos, que son el punto de apoyo de las expectativas, por las
herencias psicológicas que nos constituyen, deforman la realidad y
con ella crean expectativas inviables o poco viables. Además de estas
reflexiones, hay que añadir que la realidad no es a la medida de los
deseos y expectativas de unos pobres vivientes como nosotros y más
cuando esos vivientes están cargados de herencias deformantes,
interpretaciones pobres y limitadas de la realidad.
El Buda, y otros maestros de la CHP, ya nos advirtieron que
regirse por el deseo/temor es optar por vivir una vida de sufrimientos,
de dolor. Estas enseñanzas son tales que el yo las puede comprender
y verificar con facilidad.
Lo que ofrecen al yo las grandes religiones y las tradiciones
espirituales no es la muerte y un camino largo, arduo, estrecho y de
subida, al que le seguirá un paraíso en otro mundo como premio;
lo que ofrecen las grandes tradiciones es el camino a la plenitud
humana: a la CHP, a la felicidad.
Sí, a la felicidad, ya en esta vida. La versión agrario-autoritaria
del camino a la luz, es la de un camino de condenación del deseo, de
castigo del cuerpo, de paso por la muerte, de morir a sí mismo para
conseguir la vida, que sólo se realiza en plenitud en otro mundo, no
en este. La vía espiritual es un camino de cruz.
Con este planteo resulta difícil convencer al yo. El argumento
más sólido es la promesa de vida eterna de su individualidad. Ese
argumento pesa, pero está lejos para el yo.
Si se consigue convencer al yo, se transforma en algo parecido al
genio de la lámpara de Aladino. Se convierte en un genio protector
al servicio de la DA, de la CH y de la CHP.
Entonces es un actor perfecto que acierta en casi todo lo que
hace.
239
¿Por qué se convierte en un actor perfecto? Porque lo que le
hacía errar en muchas ocasiones era el deseo/temor que deforma las
realidades; los recuerdos que desfiguran lo ocurrido en el pasado,
y las expectativas que arrancando de los deseos/temores, se apoyan
en los recuerdos más o menos deformados y parcializados.
Cuando el yo se libera de todos esos factores condicionantes y
deformantes, puede volverse limpio e interesado a lo real y acertar
en sus criterios y actuaciones.
Según esto las tradiciones de cultivo de la CHP ofrecen felicidad
y acierto a los humanos.
El yo convencido renuncia gustoso a su pretendida identidad
porque ha podido comprender que no pierde nada, sino que gana y
mucho: su identidad no es un pequeño paquete de deseos/temores,
reunidos al azar, que llaman persona, ni su cuerpo mortal, sino que
su identidad es la DA misma.
El tratamiento del yo para acceder a la DA y a la CHP de las
sociedades que nos han precedido crea una enemistad que, en contra
de la pretensión, fortalece al yo y perpetúa y agrava el conflicto.
Una antropología de cuerpo/espíritu conduce a un menosprecio
del yo y de su soporte, la carne, y predica la ascesis, el castigo y
desprecio del cuerpo. Presenta el camino a la DA y a la CHP de una
forma dura, poco atractiva y de conflicto perenne con el yo.
El individualismo da identidad al yo, le da consistencia como
espíritu, la religión le promete vida eterna, le mantiene vivo, explica
la sociedad y la economía a partir de él, le convierte en el eje de la
cultura.
Por la herencia helénica, el PAC agrario-autoritario y la ideología
liberal se concibe el camino espiritual, el camino del espíritu en su
conflicto con la carne y el yo, como un camino arduo, de subida,
estrecho, pero que conduce a la salvación del individuo en otra
vida. Un valle de lágrimas en la tierra que puede desembocar en el
paraíso o en los atroces tormentos eternos del infierno.
240
El camino a la DA no es un camino a la felicidad en esta tierra,
sino una tarea ardua, llena de sumisión y de responsabilidad frente
a un juez riguroso.
241
La DA de los mundos
La DA de los mundos, de los cientos de millones de galaxias, de
los millones de millones de estrellas, de exoplanetas, de fenómenos
cósmicos, no es un ser con trascendencia ontológica, no es un
ser “otro” de esa inmensidad que nuestras ciencias y tecnologías
detectan y representan, ni toda esa inmensidad es “otra” de la DA
de la realidad.
La DA de los mundos es la misma que la de la pequeñez y
complejidad de los mundos atómicos y subatómicos.
La DA de los mundos atómicos y subatómicos es la misma que
la inagotable complejidad y diversidad de la vida de este planeta, de
animales grandes y pequeños, microscópicos y macroscópicos, de
los que todavía existen y de los que se extinguieron.
Toda esa inmensidad de formas y estructuras no es “otra” de la
DA, ni la DA es “otra” de esa inmensidad.
Teniendo en mente toda esa diversidad de formas, de estructuras
y de mundos, ¿cómo concebir, representar y vivir esa DA, que
tampoco es “otra” de mi más íntima intimidad, sin deformarla?
242
Se afirma que es la plenitud de ser, pero, a la vez, se afirma que
es infinito en todas sus cualidades. Lo que es infinito no se puede
decir que sea o que no sea. La noción de Dios como ser puro, como
ser infinito es equivalente a la noción de vacío. Diciendo que es
puro ser infinito se está diciendo que es puro vacío del que no se
puede afirmar nada.
A lo que no se puede aplicar ni la noción de ser, ni la noción de
no ser, tampoco se le podrán aplicar los rasgos antropomórficos con
que se le reviste, como que es sabio, creador, poderoso, benevolente,
providente, etc.
Un Dios así concebido como trascendente, como radicalmente
“otro” de todos los mundos, sólo puede ser creído o no creído. La
creencia y la no creencia son, en este caso, las dos caras de una
misma concepción.
La DA de nuestro acceso a lo real que es consecuencia de
nuestro acceso bifurcado a la realidad provocado por el habla, fue
concebido en las sociedades agrario-autoritarias como un Dios
Señor, trascendente ontológicamente como “otro” radicalmente
diferente de todas los niveles de lo real.
En las sociedades jerarquizadas ese ser “otro”, era la autoridad
suma y fuente de toda autoridad, era el Señor Supremo. Era el Sujeto
Supremo al que se le atribuían muchas cualidades antropomórficas.
Aunque siempre se afirmaba que tanto su ser, como su señorío o sus
cualidades, eran en Él infinitas.
Toda esta concepción y representación se interpretaba desde la
epistemología mítica.
243
Así debe ser para que la DA puede cumplir la función que le
asigna la estructura del habla, para que pueda cumplir su papel de
condición, causa y razón de nuestra flexibilidad como vivientes con
el medio.
Si la DA fuera un “otro” trascendente ontológico no podría
jugar la función que la estructura de la lengua le asigna. Como
consecuencia forzaría, y así ocurrió, a interpretar nuestra flexibilidad
con el medio como consecuencia de nuestra naturaleza espiritual
“otra”, ontológicamente hablando, de la DA, de la condición divina.
Si la DA la concebimos como un “otro” ontológicamente
trascendente, hemos de concebir la DR como “otra” ontológica de
la DA, como entidad en sí, aunque desde otro, “ab alio”.
De la DA tenemos una noticia tan cierta que es operativa, porque
es la causa de nuestra flexibilidad con el medio como vivientes. Pero
se trata de una noticia que no es objetivable. Que no lo sea no es
obstáculo para que sea cierta y operativa.
Por el contrario, si la noticia de DA fuera objetivable, no
sería absoluta, es decir, sin relación a nuestras necesidades. Si no
fuera absoluta e inobjetivable no podría ser la razón de nuestra
flexibilidad como especie. Para que pueda funcionar como raíz de
nuestra flexibilidad tiene que ser absolutamente inobjetivable, de lo
contrario nos dejaría clavados en una única manera de vivir en este
planeta, como los animales.
La DA es una noticia clara, una noticia que es dato. También
es dato que esa DA la vivamos “como” mente, “como” inteligencia,
“como” fuente de todo lo que damos por real en nuestra DR, “como”
rector interno de todo ser.
Todos esos rasgos de la DA no los podemos predicar de ella
más que desde una epistemología no mítica. Todos esos rasgos, que
se nos presentan como noticias no objetivables, no los podemos
predicar de un “otro” trascendente ontológicamente, sino de un "no-
otro” de la DR no trascedente ontológicamente, sino trascendente
únicamente de todo nuestras capacidades de categorización.
244
Así habrá que vivir la DA en las nuevas sociedades.
245
A medida que vaya comprendiendo su propia nada, por la
aproximación y profundización en la DA, dejará de considerarse
a sí mismo como individualidad. En esa misma medida la DA deja
de aparecer como individualidad y como “otra” de quien pretende
hacer el camino.
Al final DA y DR se encuentra en el reconocimiento, con mente
y sentir, de la “no dualidad”.
Esa actitud teísta o cuasi teísta es un mero estadio, un tramo
del camino que, tanto en las culturas teístas como en las no teístas,
se presenta y se ha de superar. En las culturas no teístas hay que
esforzarse por superarlo lo antes posible. Sería un error intentar
impedir o bloquear ese estadio del camino, a causa de creencias
laicas o de prejuicios culturales contra la figuración divina. Hay que
considerar la figura de Dios como un útil que se debe superar. Ya el
Yoga comprendió la utilidad de esa figura en los estadios iniciales
del proceso yógico.
246
Ejercitarse en vivir, en todos los aspectos de la vida, asentados,
haciendo pie en la DA y no en el ego.
Habrá que ejercitarse en reconocer que en todo amor sólo se
ama a la DA.
Habrá que ejercitarse en reconocer que no hay otro actor que
la DA.
Ejercitarse en reconocer que no hay nada ni nadie en ninguna
parte que no sea la mismísima DA.
Todo este trabajo para reconocer la DA como la realidad de la
realidad y como lo único real no se puede apoyar sobre creencias
sino sobre la noticia que nos llega de la DA, sobre la noticia de que
es la fuente de toda realidad.
El trabajo de indagación de la realidad de la realidad puede
ser guiado por quienes antes recorrieron ese camino, da igual si lo
recorrieron desde el teísmo o desde fuera de él.
Lo importante es la indagación de la DA en la DR. Ahí y sólo
ahí se le encuentra, nunca fuera de la DR, y se le encuentra tal como
viene en la DR, no como debiera venir según nuestros criterios.
247
La DR y la DA del cosmos
En el mismísimo Big Bang se inició el proceso que llegó a
nosotros pasando por la formación de las estrellas, las galaxias,
las catástrofes estelares, la aparición de la vida, la evolución de las
especies, la aparición de los homínidos, hasta llegar a nosotros.
Somos fruto de ese proceso y el proceso mismo.
Nuestra visión del cosmos es construcción nuestra. Ahí tampoco
rige la epistemología mítica. Nuestra lectura del cosmos, en toda su
inmensidad, es la que corresponde a nuestro cerebro de vivientes
necesitados, a nuestro aparato sensitivo y activo, (ampliado por
nuestras ciencias y tecnologías), que la vida construyó en función
de nuestras necesidades de vivientes habitantes del pequeño planeta
rocoso que es la tierra, orbitando entorno de una estrella mediana,
el sol, en una galaxia también mediana.
Según nuestro doble acceso a lo real, también respecto al
cosmos hay una dimensión relativa y una dimensión absoluta. Toda
nuestra interpretación del cosmos, con su potente saber matemático
y astrofísico y con sus potentes instrumentos de observación y
análisis, pertenece a la DR.
Esa misma DR es la DA porque no hay dualidad. La DA no
es tanto lo que nuestras ciencias ignoran de los agujeros negros,
de la materia y energía oscura y otras tantas cosas, sino eso que es
inaccesible para nuestra dotación cerebral y sensitiva adecuada a
nuestra condición de vivientes de nuestro pequeño planeta rocoso.
Nuestras ciencias y tecnologías no serán capaces de llevarnos más
allá de las posibilidades de nuestro cerebro y sentidos, a pesar la
complicación magnífica de nuestros saberes y nuestras tecnologías.
La maravilla de los astros y de la vida e incluso de nuestro
propio organismo, su capacidad lingüística y las posibilidades que
esa capacidad ha abierto, nos empujan a sostener que en ese cosmos
inmenso y en la vida que conocemos hay “como inteligencia”, “como
capacidad de decisión y ordenación”. Decimos “como” porque
248
ciertamente no puede ser inteligencia ni capacidad de decisión
porque esas son nociones apropiadas a los humanos, que, como
vivientes que somos, tenemos que movernos en un mundo que
hemos de concebir y vivir como dual, aunque no lo sea.
Si somos el cosmos y nada venido a él, y en nosotros hay
inteligencia, con todo lo que comporta, es que eso mismo es del
cosmos entero, desde el Big Bang. No somos ni espíritus ni una
racionalidad venida a este mundo. Somos vivientes, sin nada
añadido a nuestra condición de vivientes.
Resulta difícil no tender a imaginar esa “como inteligencia”, la
DA, como algo semejante a un espíritu, como un Dios, como un
artesano que opera todo ese maravilloso mundo. Eso sería dualizar
lo que es radicalmente no dual. Nadie crea ni dirige nada. No hay
artesano, ni creador, ni Dios.
El Brihadaranyaka Upanishad habla de un regente interno de
todo. Ese regente interno, que se dice que es interno para afirma su
no dualidad, es mi propio regente interno, mi propio ser, que es el
regente interno de todas las cosas.
Todo se crea y se desarrolla desde dentro de sí mismo, sin
dualidad de ningún tipo. Nadie hace nada desde fuera, y el que rige
desde dentro es “nadie”. Sin embargo hay “como inteligencia, “como
un regente interno” de todo. No hay que pensarlo como materia
más inteligencia. “Materia” es un concepto nuestro y no muy claro,
y “regente interno” es una metáfora antropomorfa.
El 5% de lo que para nosotros y para nuestra ciencia es
constatable en el cosmos visible de estrellas, galaxias, planetas, etc.,
a penas sabemos algo de todo eso. Del 95% restante no sabemos
nada.
Lo que lleguemos a saber estará enmarcado en nuestra
capacidad cerebral y nuestra capacidad sensitiva, aunque ampliada
por nuestras ciencias y tecnologías. Todo lo que está más allá de
nuestras capacidades es la DA del cosmos. Esa DA, que abarca
también el cosmos del que tenemos noticia, es la que nos permite ir
249
cambiando nuestra concepción del cosmos, llevados de la mano por
las ciencias y tecnologías.
Por más que crezca nuestro saber, siempre quedará fuera esa
dimensión del cosmos que no cabe en nuestro pequeño cerebro,
propio de unos vivientes de este planeta. Eso que no cabe en nuestras
cabezas es la DA y es lo que todo es, y es el ser también de todo lo
que desde nuestra DR podamos construir acerca del cosmos. No
hay dos.
Esta “como inteligencia” este “como regente interno” es difícil
de concebir y de representar, pero hay que ser fiel a los datos.
Los datos son:
-No somos nada ni nadie venido a este mundo, somos este
mundo.
-No hay espíritus en el cosmos, ni tenemos un espíritu añadido
a nuestra condición animal.
-Si en nosotros hay inteligencia y todas sus consecuencias, esa
inteligencia no es nuestra, es de esa inmensidad.
-En el cosmos y en la vida hay “como inteligencia” y sus
consecuencias.
-La dualidad es un a priori de la interpretación de la realidad
de todo viviente, no hay razón para atribuirlo al mundo de lo
real.
-Las sociedades de conocimiento no nos permiten apoyarnos
en creencias para interpretar estos datos, tampoco lo permiten
nuestras ciencias.
250
Podemos utilizar el término “Dios” para simbolizar y vivir en
simplicidad la inmensidad del cosmos en su doble aspecto DR y
DA.
Incluso podemos llamar al aspecto DA del cosmos entero Dios,
con tal de que se entienda como un apuntamiento que remarca
el “como inteligencia, “como regente interno”, pero teniendo
claramente en la mente que no es una entidad señora del cosmos.
Ni es “otro” del cosmos, ni el cosmos es “otro de Él”.
251
Si falta el trabajo de la mente, puede haber emoción, pero del
ego. Las emociones del ego no llevan a los campos del silencio y la
perplejidad.
Cuando la mente consigue salir al otro lado del concepto o de
la expresión, intuye a la DA en formas concretas, por ejemplo en un
prado florido en primavera.
En la forma del prado reconoce el “no dos”. Como consecuencia
de ese reconocimiento, intuye la DA en sí mismo, porque el prado
le habla explícitamente del “no dos” que es su propia realidad. O el
prado es como si se tragara la propia realidad del que lo contempla,
o que contempla el prado ve a la DA en el prado y en sí mismo como
“no dos”.
La DA definiéndose en el prado se define a sí misma, de forma
que el prado y la DA no son tampoco dos.
Cuando la DA se hace patente en una realidad de nuestro
mundo, fusiona en esa forma nuestra mente y nuestro sentir.
252
puede ser practicante asiduo de esos rituales sin que eso suponga
que entra decididamente por el camino del despertar.
La emoción que acompaña al reconocimiento no es como el
afecto; es diferente, es más sutil, es como un sentir perplejo, puede
presentarse intenso y no especialmente cálido, puede no darse como
conmoción sensible.
Por lo que conocemos no se ha estudiado suficiente la
colaboración o no del sentir y de la mente en el trabajo de adentrarse
en la DA. No se enseña y no se reconoce que mente y sentir han
de intervenir con igual radicalidad, aunque pueda ser en tiempos
diferentes. Esta carencia puede constituir una gran trampa de desvío
del verdadero camino. Y nos tememos que caer en ese desvío es más
frecuente de lo que se piensa.
La creencia a la que se suma la emoción, más o menos provocada,
no parece el camino a la sabiduría indicado por los grandes.
253
A modo de conclusión
El verdadero silencio
¡Qué difícil cultivar
el verdadero silencio!
El verdadero silencio
es mirar con el corazón,
sentir con los ojos,
entender con la carne,
Eso de ahí, Eso de ahí,
sin ninguna referencia
a mí.
Es comprender y sentir
sin quién ni qué.
Es el puro existir
que es puro vacío
por plenitud
impensable.
Es la no rutina
de referencias a mí
ni a nada
254
Es novedad pura,
incógnita deslumbrada,
perplejidad total,
admiración sin nadie
que admire.
Luz de Eso
sobre Eso,
luz de nadie
sobre nadie,
luz de nada
sobre nada.
Luz vacía.
Hay silencio
si no hay muerte,
hay silencio,
si no hay felicidad
ni desdicha,
255
Cuando hay no dualidad pura.
¡Imposible hablar,
apuntar, describir,
concebir el silencio!
El silencio
es el gran misterio,
es la gran dificultad,
es el gran don,
es comprensión suma,
lucidez definitiva,
es la gran paz,
el fin de todo temor,
el final de larga indagación
que hubo que desechar,
como escalera inútil.
El silencio completo
es la iluminación.
Es el despertar
definitivo.
256