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Torres Castelan Luis David

Incorporación, se presenta “cuando dos cosas muebles pertenecientes a distintos dueños se unen
por voluntad de estos, por casualidad o por voluntad de uno de ellos” (Ibid) y ya no pueden ser
separados. En este caso debe determinarse quien será el propietario del bien incorporado para lo que
debe aclararse:
1.Cual es la cosa principal y cual la accesoria, señalando la legislación vigente que será principal la
que tenga mayor valor a juicio de peritos y si ello no fuere posible, se reputa principal la cosa cuyo
uso, perfección o adorno se obtiene por la unión de la otra.
2.Si la incorporación se hace por voluntad de ambas partes o por casualidad, el dueño de la principal
adquiere la accesoria indemnizando su valor.
3.Si las cosas unidas pueden separarse sin detrimento y subsistir en forma independiente, ambos
propietarios pueden exigir su separación.
4.Si las cosas unidas solo pueden separarse dañando la accesoria, el dueño de la propiedad puede
requerir la separación, para lo que deberá indemnizar al propietario de la accesoria siempre que haya
procedido de buena fe.
5.Si el dueño del bien accesorio actuó de mala fe, está obligado al pago de daños y perjuicios que
haya resultado de la incorporación.
6.Si el dueño del bien principal es quien procedió de mala fe el propietario de la accesoria tendrá
derecho a que le pague el valor de su bien así como el pago de los daños y perjuicios que se
hubieren ocasionado.
7.Si la incorporación se hace por alguno de los propietarios con el consentimiento tácito del otro, se
convertirá en propietario el dueño del bien principal.

Confusión, se da respecto de los materiales líquidos y consiste en unir, juntar, incorporar una cosa a
otra. En este caso se presentan las siguientes hipótesis:
1.- Si los materiales se confunden por voluntad de sus propietarios o por casualidad de tal forma que
no puedan separarse, cada propietario adquiere un derecho proporcional a la parte que le
corresponda.
2.- Si los materiales se confunden por voluntad de uno solo de los propietarios que ha obrado de
buena fe, si los dueños estuvieren de acuerdo con la confusión, adquirirán un derecho proporcional a
la parte que le corresponda; pero, si el propietario que no otorgó su voluntad no estuviere de acuerdo
con la confusión puede pedir el pago de su indemnización por daños y perjuicios.
3, Si la confusión se hace de mala fe, quien obró así está obligado al pago de daños y perjuicios y
pierde además a favor del otro propietario, la cosa confundida.

Mezcla, se da respecto de los materiales sólidos y consiste en unir, juntar, incorporar una cosa. En
este caso, operan las mismas hipótesis que operan para la confusión, por lo que en obvio de
repeticiones innecesarias, nos remitimos al inciso anterior.

Especificación, que consiste en dar forma a una materia ajena, es decir, transformar por el trabajo
esa materia. Por su parte, José Alfredo Domínguez Martínez refiere que la especificación “consiste en
la transformación por trabajo propio de una cosa ajena”. A este respecto, la legislación civil consigna
que el que de buena fe emplea materia que no es de su propiedad parcial o totalmente para formar
una nueva cosa, hará suya la obra, siempre que el mérito artístico de ésta exceda en precio a la
materia utilizada, debiendo en todo caso indemnizar al dueño de la materia utilizada pagando su
valor.
En el caso de que el mérito artístico de la obra resultare inferior al
precio de la matera aprovechada, el dueño de ésta podrá hacer suyo el nuevo bien y tendrá derecho
para proclamar la indemnización correspondiente. Si la especificación se llevó a cabo de mala fe, el
dueño de la materia empleada tiene derecho de quedarse con la obra sin pagar nada a quien realizó
o exigir de este que le pague el valor de la materia y le indemnice por daño y perjuicios.

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