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PREGUNTAS FRECUENTES
Presentamos a continuación, a manera de guía, las preguntas más frecuentes sobre arbitraje,
conciliación y otros temas afines. Al respecto, es necesario tomar en cuenta que algunas de las
respuestas brindadas son comunes a la conciliación y al arbitraje y a los conceptos utilizados por
otros Centros, y otras respuestas son proporcionadas de acuerdo a las características y servicios
propios del Centro de Conciliación y Arbitraje (CCA) de la Cámara de Comercio y Servicios de
Cochabamba, en especial, las de tipo procedimental. Para una mejor comprensión las preguntas
frecuentes se encuentran divididas en la que son generales, para posteriormente abordar las que se
refieren solamente a la conciliación, y finalmente tratar las que atañen únicamente al arbitraje.
Los MASC cuentan con una larga trayectoria en todo el mundo habiendo alcanzado en algunos
países, como los Estados Unidos y los miembros en la Unión Europea, un altísimo nivel de
aplicación. El constante crecimiento de las relaciones comerciales y la búsqueda de mecanismos
que resuelvan sus controversias prescindiendo de los tradicionales sistemas de justicia, han dado
lugar a su implementación y desarrollo en la mayor parte de los países, incluyendo a
Latinoamérica desde la década de los noventas.
También han sido relevantes para la consolidación de los MASC, los numerosos convenios
internacionales suscritos (Washington, Nueva York, Panamá, y otros), las Leyes Modelo
(Uncitral) propuestas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las recomendaciones
realizadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre el tema; a lo cual, debemos
sumar el prestigio logrado por la Corte de Justicia de la Haya, la Cámara de Comercio
Internacional de Paris (CCI), la Asociación Americana de Arbitraje (AAA) y la Comisión
Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC), incluyendo las labores realizadas por la
Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI), entre otras vinculadas a la conciliación (mediación) y el arbitraje; organismos
que han promovido directa e indirectamente su utilización.
Actualmente, la mayor parte de los países del mundo cuentan con leyes especiales para la
regulación de la conciliación (mediación) y el arbitraje, tanto a nivel nacional como internacional,
con lo cual, resulta innegable el incremento de su aplicación en el mundo.
Si bien los MASC se encontraban reconocidos por nuestras primeras leyes y códigos, han logrado
un mayor protagonismo en la sociedad a través de la labor realizada por los Centros de
Conciliación y Arbitraje de las Cámaras de Comercio de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba,
constituyéndose en sus principales impulsores.
• Celeridad.- Las controversias se resuelven de forma más rápida, puesto que la conciliación
puede ser llevada a cabo en una sola audiencia; y en el caso del arbitraje, el fallo no puede
exceder de los 180 días, prorrogables por 60 días como máximo
• Economía.- Los procesos resultan más económicos, no solamente porque los costos totales
son menores a los que deben afrontarse en los procedimientos judiciales durante todas sus
etapas, instancias e incidentes; sino también, porque no se precisa de ningún tipo de valores ni
pagos extras; a lo que se suma la posibilidad de desarrollar los procesos sin necesidad de
tener la asistencia o patrocinio de abogados.
funciones son responsables civil y penalmente. En el caso del CCA, la imparcialidad de los
conciliadores y árbitros es exigida y regulada por el Reglamento de Etica.
• Relaciones.- Dadas las condiciones cordiales con las que se desarrollan el arbitraje y la
conciliación, especialmente esta última, permiten a las partes la posibilidad de mantener
buenas relaciones pese a sus controversias; aspecto que toma realce cuando no se quiere
dañar o perjudicar el relacionamiento de las partes, sea en el ámbito comercial, societario,
familiar u otro.
• Control sobre la decisión final.- En el arbitraje la controversia es decidida por los árbitros,
en cambio, en la conciliación el poder de decisión final está en manos de las partes, puesto
que los conciliadores únicamente las ayudan a llegar a un acuerdo, pudiendo los interesados
retirarse del proceso conciliatorio cuando lo consideren conveniente.
• Acuerdo previo y por escrito.- El arbitraje requiere de un acuerdo por escrito, el cual,
habitualmente se establece en un contrato (convenio arbitral) de manera anticipada a que se
presenten las controversias; por su parte, la conciliación no requiere haber sido pactada
• Favorecimiento con el resultado.- Por lo general en el arbitraje una de las partes resulta
favorecida con la decisión final; en cambio, en la conciliación, ambas partes resultan
beneficiadas con el acuerdo que ellas mismas determinan.
Las partes pueden acordar (en el convenio arbitral) si prefieren resolver sus controversias
mediante procesos independientes o institucionales.
• Lista de árbitros y conciliadores.- Los Centros ofrecen a las partes listas de árbitros y
conciliadores que fueron seleccionados previamente de acuerdo a su capacidad, especialidad,
experiencia y prestigio.
La conciliación y el arbitraje puede ser utilizadas por personas particulares y jurídicas, empresas
e instituciones de diverso tipo, tanto nacionales como extranjeras; sin embargo, es necesario
tomar en cuenta que las entidades de carácter público no pueden intervenir en un proceso de
conciliación, y por el contrario, el Estado y las personas jurídicas de derecho público si están
facultadas de forma expresa para participar en procesos de arbitraje, sin necesidad de
autorización previa, siempre que versen sobre derechos disponibles y deriven de una relación
jurídica patrimonial de derecho privado o de naturaleza contractual.
Cuando las partes recurren al arbitraje o a la conciliación para resolver conflictos, no renuncian ni
se les restringe ningún derecho, salvo el acudir a la justicia ordinaria para resolver la
discrepancia, puesto que ambos mecanismos les permiten hacer valer todas las garantías que las
leyes les otorgan.
La duración de un proceso de conciliación depende del tiempo y voluntad que las partes
requieran para llegar a un acuerdo satisfactorio, puesto que la conciliación podría lograrse en una
sola audiencia. El tiempo promedio de duración de un proceso de conciliación en el CCA es de 2
meses. En el caso del arbitraje el fallo (Laudo) que debe emitir el tribunal arbitral no puede
exceder los 180 días, prorrogables en una oportunidad por 60 días.
14. ¿Cuáles son los requisitos para los árbitros y los conciliadores?
Para ser Árbitro se debe tener capacidad de obrar (18 años), y cumplir los requisitos establecidos
por las partes o la institución administradora; así mismo, para ser Conciliador también se requiere
la mayoría de edad y no haber sido condenado por la comisión de un delito. Adicionalmente,
debe tomarse en cuenta que los conciliadores están obligados a matricularse en el Viceministerio
de Justicia, para lo cual, deben presentar su hoja de vida, fotocopia de su cédula de identidad,
certificado que acredite su formación especializada en conciliación (40 horas mínimo),
certificado de antecedentes penales y señalar el domicilio donde desempeñarán funciones.
En el caso del CCA los árbitros y conciliadores deben cumplir varios requisitos adicionales,
como la presentación de su hoja de vida documentada, tener 35 años de edad, 10 años de ejercicio
profesional, 40 horas de capacitación en eventos realizados por el Centro, certificado de
antecedentes penales y de la colegiatura a la que se pertenece, entre otros (véase el Formulario de
Requisitos y Trámite para la postulación de Árbitros y Conciliadores a las Listas Oficiales del
CCA).
Las listas de árbitros y conciliadores del CCA están conformadas por destacados profesionales de
diferentes ramas del conocimiento, los cuales se encuentran capacitados para el manejo de los
procesos, y han sido incorporados previa evaluación de su idoneidad, especialidad, experiencia y
prestigio.
La cláusula modelo del CCA contempla ambos mecanismos, no obstante que la conciliación no
requiere de un acuerdo escrito de forma previa y ésta puede intentarse en cualquier momento si
existe voluntad de las partes; sin embargo, se recomienda la inclusión de la conciliación, como
elemento que afianza la buena fe contractual de las partes, quienes se comprometen a buscar un
acuerdo mutuamente satisfactorio antes de someter sus controversias al arbitraje.
Las partes pueden participar en los procesos de conciliación o de arbitraje, a través de personas
debidamente acreditadas para ello mediante poderes especiales (para el caso específico). En el
caso de las personas jurídicas, la acreditación de la capacidad de actuación de sus representantes
es un requisito obligatorio.
17. ¿Es necesario que las partes cuenten con el asesoramiento de abogados?
En el CCA los costos de los procesos se determinan de acuerdo a la importancia económica de las
controversias, aplicándose un porcentaje que varía según la cuantía y el número de conciliadores
o árbitros; para ello, contamos con aranceles de conciliación y de arbitraje (véase la Planilla
Automática de Cálculo de Aranceles – PACA) que contemplan los honorarios de los
Conciliadores o de los Árbitros, así como del Secretario del tribunal arbitral y la tasa de
administración que cobra la institución por la prestación del servicio.
La parte que solicita la conciliación o el arbitraje debe incluir en su solicitud un estimado de las
pretensiones o intereses económicos en controversia (cuantía), que es aplicado a los aranceles
para determinar provisionalmente los costos que deben ser cubiertos por las partes.
En los casos en los que no existan controversias susceptibles de valoración económica (sin
cuantía), se aplica el provisionalmente el arancel mínimo, el cual será ratificado o modificado
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Salvo acuerdo distinto, tanto en la conciliación como en el arbitraje, las partes deben cubrir los
costos de los procesos en proporciones iguales (50% cada una), y soportar sus gastos propios.
En los procesos de conciliación administrados por el CCA, una de las partes podría asumir
voluntariamente la totalidad de los costos, siempre que la otra parte manifieste su aceptación para
participar en el proceso. Así mismo, en los procesos de arbitraje una de las partes podrá cubrir la
totalidad de los costos, cuando la otra parte no cancele el monto que le corresponde; en este caso,
en el fallo arbitral (Laudo) se dispondrá la restitución del 50% a favor de la parte que canceló la
totalidad.
En el CCA la totalidad de los costos del proceso establecidos al principio de forma provisional,
deben ser cubiertos por las partes antes de que se dé inicio formal a la conciliación o al arbitraje;
caso contrario, se dispone el cierre y conclusión del trámite preparatorio, sin perjuicio de que las
partes puedan presentar nuevas solicitudes posteriormente.
Los Principios que rigen la conciliación y el arbitraje son: 1) Principio de Libertad, referido a la
facultad de las partes para optar por estos métodos voluntariamente; 2) Principio de Flexibilidad,
que determina que las actuaciones procesales deben ser informales, adaptables y simples; 3)
Principio de Privacidad, establece la reserva y confidencialidad de la información relacionada con
los procesos; 4) Principio de Idoneidad, prevé la necesaria capacidad para ejercer como árbitro o
conciliador; 5) Principio de Celeridad, que sustenta la continuidad de los procedimientos; 6)
Principio de Igualdad, garantiza que las partes tengan las mismas oportunidades de hacer valer
sus derechos; 7) Principio de Audiencia, referido a la oralidad como característica de los
procedimientos; y 8) Principio de Contradicción, que consiste en brindar a las partes la
oportunidad de que puedan confrontar sus argumentos.
22. ¿Cómo se elaboran y qué deben contener las solicitudes de conciliación o de arbitraje?
Las solicitudes con las que se inician los procesos de conciliación o de arbitraje en el CCA, deben
ser presentadas de forma escrita, y no requieren de algún formato especial, pudiendo efectuarse
mediante simple carta o memorial dirigido al Presidente de la Comisión de Conciliación y
Arbitraje de la Cámara de Comercio y Servicios Cochabamba.
Las solicitudes deben contener: 1) La fecha de elaboración; 2) Las generales del solicitante
(Nombres y apellidos, número de cédula de identidad, domicilio, etc.), en el caso de las personas
jurídicas debe incluirse la denominación social, el nombre y cargo de su representante, y la
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documentación que acredite su personería (Poder Especial); 3) Las generales del solicitado
(Nombres y apellidos y el domicilio), y si se trata de una persona jurídica también deberá
consignarse su denominación, el nombre de su representante legal y el cargo que ocupa; el
domicilio procesal (Dirección); 4) El compromiso de conciliación o el convenio arbitral, según
corresponda, adjuntando fotocopias de los documentos pertinentes; o en su defecto, solicitando
que se convoque a la otra parte para ver la posibilidad de acordar la conciliación o el arbitraje, y
celebrar un convenio en tal sentido; 5) Una relación sucinta del conflicto; 6) La estimación de los
intereses económicos en controversia (cuantía), o en su caso, el anuncio de que no existen
intereses susceptibles de valuación económica; 7) La proposición sobre el número de
conciliadores o árbitros, según corresponda, y la forma de su designación, cuando no hubiesen
sido acordados anticipadamente; y en su caso, el nombramiento de los mismos; 8) La fotocopia
de la Factura extendida por la Cámara por el pago del Derecho de Ingreso de la solicitud (Las
empresas asociadas a la Cámara están exentas de este pago); 9) Otra información que se
considere pertinente (En las solicitudes de arbitraje también debe indicarse si la controversia fue
anteriormente objeto de conciliación total o parcial), 10) Firma del solicitante.
Para solucionar diferencias mediante un proceso conciliatorio, solamente es necesario que las
partes involucradas acepten desarrollar el mismo; para ello, cualquiera de ellas (o todas) puede
presentar su solicitud al CCA cumpliendo con los requisitos respectivos (véase el contenido de
las solicitudes de conciliación y arbitraje). Es necesario tomar en cuenta que para solicitar la
conciliación, no se requiere que las partes hayan celebrado un compromiso en tal sentido,
bastando con su aceptación ante el Centro, la cual se verifica en la reunión preparatoria del
proceso.
En el CCA los Conciliadores deben ser elegidos necesariamente de la Lista Oficial que es
proporcionada a las partes. En la conciliación las partes pueden acordar la designación del
conciliador o delegar su nombramiento al Centro; sin embargo, si no se ponen de acuerdo, el
conciliador será elegido por el Centro.
Los conciliadores tienen responsabilidad civil y penal (delito de ejercicio indebido de la profesión
si no están registrados en el Viceministerio de Justicia); sin embargo, se debe tomar en cuenta
que los conciliadores asumen responsabilidad por las acciones realizadas en el proceso
conciliatorio y no sobre el acuerdo al que las partes arriban (responsabilidad de medio y no de
resultado).
El proceso de conciliación en el CCA contempla dos etapas; una preparatoria en la que se recibe
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la solicitud de conciliación, se invita a las partes a una reunión a objeto de constatar la voluntad
su aceptación para desarrollar un proceso conciliatorio, verificar preliminarmente la capacidad de
los representantes de las partes cuando corresponda, establecer los costos y responsabilidades en
cuanto al pago, determinar el número conciliadores y sus condiciones, la forma de su
designación, proceder a su nombramiento por las partes, establecer reglas para el procedimiento,
y otros aspectos inherentes al proceso; con ello, se notifica a los conciliadores designados para
que manifiesten su aceptación al cargo informando de cualquier circunstancia que pudiese
comprometer su actuación para ser dispensado o sustituido. Con la aceptación de los
conciliadores y previo pago total de los costos, se inicia la etapa conciliatoria señalándose
sucesivamente las audiencias que sean necesarias, hasta que las partes logren un acuerdo, o en su
caso, se establezca la imposibilidad de llegar a un arreglo.
31. ¿Qué sucede si una de las partes no acepta la conciliación o no asiste a la reunión
preparatoria?
Si alguna de las partes comunica su negativa a participar en el proceso conciliatorio, se dará por
concluido el trámite, tomando en cuenta que la conciliación es un mecanismo estrictamente
voluntario. Así mismo, si una de las partes no se presenta a la reunión preparatoria, sin expresar
algún justificativo o solicitar su postergación, se podrá reprogramar la reunión, y en el caso de
una nueva inasistencia, se tendrá por finalizado el trámite. No obstante lo anterior, las partes
podrán presentar nuevas solicitudes de conciliación posteriormente.
Cualquiera de las partes puede desistir, retirarse o renunciar a la conciliación durante el proceso,
sin necesidad de justificar el motivo de ello. Si el desistimiento es de común acuerdo,
corresponderá suscribir un acta de imposibilidad de conciliación; así mismo, si una de las partes
se retira durante el proceso o manifiesta su deseo de no proseguir con el mismo, el conciliador
también está facultado para determinar la imposibilidad de alcanzar un acuerdo.
33. ¿El Conciliador puede reunirse con las partes por separado?
El Conciliador está facultado para llevar a cabo reuniones con las partes por separado, debiendo
informarles de ello. Las reuniones privadas permiten al conciliador conocer elementos sobre la
controversia que por diversos motivos no son expresados delante de la otra parte;
proporcionándole información importante para tratar de lograr el acuerdo que se busca, o en su
caso, determinar la imposibilidad de alcanzar el mismo.
El acta de conciliación es irrevisable (cosa juzgada) y obliga a las partes al cumplimiento de las
obligaciones consignadas en la misma.
ejecución, cabe resaltar que el acuerdo transaccional se diferencia del acuerdo conciliatorio en
que para exigir o demandar el cumplimiento forzoso del primero se requiere de la tramitación de
un proceso judicial, en cambio, el segundo se ejecuta como una sentencia judicial..
Pueden someterse al arbitraje las controversias surgidas o que puedan surgir de relaciones
jurídicas contractuales o extracontractuales, que versen sobre derechos disponibles o transigibles,
y que no afecten al orden público. Así mismo, en materia de sucesiones pueden resolverse la
interpretación de la última voluntad del testador, la partición de los bienes de la herencia, la
institución de sucesores y condiciones de participación, y la distribución y administración de la
herencia.
No podrán resolverse en la vía arbitral, las cuestiones sobre las que haya recaído resolución
judicial firme y definitiva, salvo los aspectos derivados de su ejecución; las que versen sobre el
estado civil y la capacidad de las personas, las referidas a bienes o derechos de incapaces, sin
previa autorización judicial; las concernientes a las funciones del Estado como persona de
derecho público, y las cuestiones laborales por tener disposiciones legales propias.
43. ¿Qué se debe hacer para resolver las controversias mediante un proceso de arbitraje?
Para resolver diferencias mediante un proceso arbitral, las partes deben manifestar de forma
escrita su voluntad para recurrir a este mecanismo (convenio arbitral); ya sea de forma previa a
que se susciten las discrepancias o con posterioridad a las mismas. Si las partes cuentan con un
convenio arbitral que faculta su administración al CCA, cualquiera de ellas podrá presentar una
solicitud de arbitraje cumpliendo con los requisitos respectivos (véase el contenido de las
solicitudes de conciliación y arbitraje). Si no se cuenta con un convenio arbitral, la parte
interesada podrá presentar su solicitud al CCA, a objeto de que se convoque y consulte a la otra
parte sobre su aceptación para el desarrollo del arbitraje. Es necesario aclarar que una vez que las
partes aceptan por escrito recurrir al arbitraje, hacen renuncia a la vía judicial y se obligan a la
arbitral.
El convenio arbitral es un acuerdo celebrado de forma escrita, a través del cual, las partes aceptan
voluntariamente someter a arbitraje las controversias que hayan surgido o puedan surgir respecto
a una relación jurídica. Habitualmente se establece el arbitraje incorporando en los contratos una
cláusula compromisoria (véase nuestra cláusula modelo), en la que las partes pueden establecer
las condiciones en las que se desarrollará el proceso arbitral (Centro que administrará el proceso,
número de árbitros, forma de su designación, temas arbitrables o no arbitrables, tipo de laudo,
etc.). Sin embargo, también es posible acordar el uso del arbitraje en un documento separado del
contrato principal, e inclusive, a través del intercambio de cartas, fax u otro medio de
comunicación en el que conste la voluntad de recurrir al arbitraje.
En los procesos de arbitraje las partes pueden acordar la cantidad de árbitros que intervendrán,
debiendo ser en número impar; lo usual es uno o tres. Sin embargo, si no se estableció la cantidad
de árbitros en el convenio arbitral o las partes no se pusieron de acuerdo sobre ello, el tribunal
deberá ser conformado obligatoriamente por tres integrantes.
En el CCA los árbitros deben ser elegidos necesariamente de la Lista Oficial que es
proporcionada a las partes. En el arbitraje las partes pueden establecer la forma en la que se
nombrarán a los árbitros, dependiendo de la cantidad de personas que conformarán el tribunal; si
las partes acordaron la participación de un solo árbitro, podrán nombrarlo de forma conjunta o
facultar su designación a la institución, caso contrario, será elegido por el Centro; y en el caso de
que deban participar tres árbitros, salvo acuerdo distinto, cada parte nombrará a un árbitro y el
tercero será designado por el Centro (este último ejercerá la presidencia del tribunal), y a falta de
cualquiera de los nombramientos, la selección de los árbitros estará a cargo del CCA.
Los árbitros tienen la función esencial de conocer las controversias que les sean sometidas por las
partes, considerar sus argumentos, valorar las pruebas y emitir una decisión final.
Los árbitros son responsables civil y penalmente por el ejercicio desleal o fraudulento de su
función, por los daños ocasionados y por los delitos cometidos en el arbitraje; también son
responsables si aceptan el cargo de árbitro cuando están desempeñando funciones públicas.
El arbitraje está sujeto al procedimiento que las partes establezcan, o en su caso, al procedimiento
previsto en el Reglamento del Centro de Arbitraje que las partes hubiesen determinado, y en su
defecto, el proceso se desarrollará de acuerdo a lo previsto por la ley especial. Al respecto, debe
tomarse en cuenta que si las partes no han determinado el procedimiento, el tribunal arbitral está
facultado a definir el mismo. En el caso del CCA, el procedimiento se desarrolla de acuerdo a lo
establecido en el Reglamento de Arbitraje, sin perjuicio de que las partes acuerden su
modificación; así mismo, los aspectos no previstos serán suplidos por la mencionada ley.
El arbitraje se desarrolla con una estructura similar a un proceso judicial (ordinario), incluyendo
de forma general la presentación de la demanda, su contestación, un periodo para la producción
de pruebas, y la emisión de la decisión (laudo).
El proceso de arbitraje en el CCA se divide en dos etapas; una preparatoria o pre arbitral en la
que una vez presentada la solicitud se convoca a las partes a una audiencia preparatoria a objeto
de verificar preliminarmente la capacidad de los representantes de las partes cuando corresponda,
estimar provisionalmente los costos del proceso, determinar el número de árbitros y la forma de
su designación, proceder a su nombramiento por las partes si corresponde, establecer las
modificaciones al procedimiento que pudiesen acordarse, y otros aspectos inherentes al arbitraje;
con ello, se notifica a los árbitros designados para que manifiesten su aceptación al cargo o
comuniquen la existencia de algún impedimento, caso en el cual, se procederá a remplazarlos.
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Con la aceptación de los árbitros y previo pago total del arancel provisional por las partes, se
ingresa a la etapa arbitral propiamente dicha, la cual comienza con el señalamiento de la
audiencia de instalación del tribunal, a partir de la cual, la demanda debe ser formalizada en el
plazo de 5 días, con su traslado, la contestación o reconvención será presentada dentro de los 10
días siguientes, en este último caso se correrá nuevo traslado para la contestación a la
reconvención en el mismo plazo; posteriormente, el tribunal arbitral dictará una resolución
determinando los puntos de hecho que las partes deben acreditar durante el periodo probatorio de
30 días; a cuya conclusión las partes tendrán 10 días para formular sus alegatos finales, y al
vencimiento de este plazo, el tribunal decretará en las 48 horas siguientes el inicio del término
para dictar el laudo, el cual debe ser emitido en el plazo de 30 días.
Los plazos son comunes para ambas partes, y corren a partir del día siguiente de la comunicación
o notificación. En caso de que dicho día sea feriado oficial o inhábil, el plazo se computara a
partir del primer día hábil siguiente. Si el último día del plazo coincide con un feriado o no fuese
laborable, el plazo vencerá al final del primer día hábil siguiente. Los días feriados o inhábiles se
incluyen en los plazos, salvo los casos señalados anteriormente.
Las partes pueden renunciar al arbitraje, ya sea de forma expresa o tácita. La renuncia expresa
requiere que las partes manifiesten por escrito (de forma conjunta, separada o sucesiva) su deseo
de dejar sin efecto el convenio arbitral. La renuncia tácita se presenta cuando una parte es
demandada judicialmente, y la otra parte no hace valer el convenio arbitral (véase la excepción de
arbitraje), asumiéndose que han aceptando la vía judicial.
55. ¿Pueden las partes desistir del arbitraje durante el proceso arbitral?
Durante el proceso arbitral las partes pueden acordar el desistimiento del mismo. De igual
manera, la parte demandante podrá desistir del proceso, salvo que la parte demandada manifieste
su negativa y el tribunal arbitral reconozca el interés legítimo de esta última para proseguir el
trámite. En ambos casos señalados se dispondrá la conclusión extraordinaria del proceso.
56. ¿Es posible desarrollar el arbitraje si una de las partes se resiste, no participa o no paga
el arancel?
Cuando existe un convenio arbitral, el proceso se llevará a cabo aún cuando una de las partes se
niegue a participar en el mismo, no asista a las audiencias o no presente pruebas; en estos casos el
tribunal está facultado a proseguir el arbitraje (en su rebeldía) sin necesidad de ninguna
formalidad. Es importante tomar en cuenta que cuando una de las partes se rehúsa a participar en
el proceso, la otra parte debe cubrir la totalidad de los costos del proceso, caso en el cual, en el
laudo se dispondrá el reembolso del monto cubierto por la parte renuente.
Las partes pueden establecer la forma en la que el tribunal arbitral deberá emitir su decisión,
pudiendo ser en derecho o en equidad; a falta de acuerdo, el fallo deberá ser en equidad. Cuando
se acuerda el laudo en derecho, la decisión del tribunal deberá sujetarse a lo que determinan las
normas y disposiciones legales que resulten aplicables, haciendo cita de las mismas; en este caso,
por lo menos uno de los árbitros deberá ser de profesión abogado. Si se ha acordado el fallo en
equidad, el tribunal deberá emitir su decisión basándose en su experiencia y conocimiento, sin
necesidad sustentarla en disposiciones legales. El laudo en equidad fue establecido especialmente
para que las controversias puedan ser resueltas por profesionales no abogados.
Las partes pueden establecer el procedimiento que se aplicará al arbitraje, o modificar el que
establece el reglamento adoptado, o en su caso, el procedimiento previsto en la ley especial,
siempre que no alteren los principios de arbitraje o las materias excluidas del mismo. En el CCA
los arbitrajes son desarrollados de acuerdo al procedimiento establecido en el Reglamento de
Arbitraje, sin perjuicio de las modificaciones que las partes acuerden por escrito. Habitualmente
las partes hacen modificaciones al procedimiento en lo referido a plazos y la celebración de
audiencias.
59. ¿Los árbitros velan por los intereses de las partes que los eligen?
Ninguno de los miembros de un tribunal arbitral vela o representa los intereses de las partes; los
árbitros ejercer sus funciones con absoluta imparcialidad e independencia.
Las partes pueden realizar modificaciones o complementaciones al convenio arbitral, siempre que
se pongan de acuerdo. Las modificaciones podrán establecerse directamente entre las partes de
forma escrita, o en su caso, podrán ser acordadas en la etapa preparatoria del proceso arbitral
(véase el procedimiento del arbitraje). Las modificaciones o complementaciones más usuales
suelen realizarse en cuanto al carácter institucional del proceso (facultando su administración al
CCA), el número de árbitros, la forma de su designación y el tipo de laudo. Es necesario tomar en
cuenta que los aspectos no acordados por las partes y no previstos en el convenio arbitral, son
establecidos de acuerdo a lo previsto en el Reglamento de Arbitraje.
Durante el periodo probatorio de 30 días, las partes pueden presentar todas las pruebas que
consideren pertinentes, siempre y cuando sean obtenidas de forma legal. Las pruebas que pueden
presentarse incluyen documentos, declaraciones de testigos y de las partes, peritajes,
inspecciones, certificaciones, informes, etc. En materia arbitral, es posible presentar pruebas a
través de medios de comunicación que el tribunal arbitral considere válidos (por escrito, video
conferencias, etc.). Debe tomarse en cuenta que el tribunal tiene amplias facultades para requerir
las pruebas que crea convenientes (de oficio).
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Las partes podrán presentar prueba documental en fotocopias simples, siempre y cuando exista
acuerdo para ello.
El laudo arbitral ejecutoriado tiene el valor de una sentencia judicial irrevisable (cosa juzgada);
obligando a las partes a cumplir lo que se determina en el mismo.
La parte interesada podrá solicitar la ejecución forzosa del laudo arbitral ante el Juez de Partido
del lugar donde hubiese sido emitido, acompañando copias legalizadas o auténticas del convenio
arbitral, el laudo, su enmienda, aclaración o complementación, y las notificaciones a las partes
con dichas actuaciones (también se recomienda adjuntar el Decreto que declara la ejecutoria del
laudo). Recibida la solicitud el Juez la correrá en traslado para que la parte ejecutada responda en
el plazo de 4 días, quien podrá oponerse solamente acreditando el cumplimiento del laudo o la
existencia de un recurso de anulación pendiente; caso contario y al vencimiento del plazo
señalado, la autoridad judicial dispondrá las medidas necesarias para el cumplimiento del laudo.
Para su validez legal el laudo arbitral debe contener: 1) Nombres, nacionalidad, domicilio y
generales de las partes y de los árbitros. 2) Fecha y lugar en que se pronuncia el Laudo. 3)
Controversia sometida a arbitraje. 4) Fundamentación y planteamiento de la decisión arbitral. 5)
Las firmas de todos los miembros del tribunal arbitral, o de una mayoría de ellos.
El recurso de anulación es la única vía que permite la revisión del laudo; debe estar fundado
únicamente en las siguientes causales: 1) Conflicto no arbitrable, 2) Laudo emitido contra el
orden público, 3) Nulidad del convenio arbitral, 4) Falta de notificación con la designación de un
árbitro o las actuaciones arbitrales, 5) Imposibilidad de ejercer el derecho de defensa, 6)
Referencia del Laudo a una controversia no prevista en el convenio arbitral o inclusión en el
mismo de decisiones y materias que exceden el referido convenio, 7) Composición irregular del
tribunal arbitral, 8) Desarrollo viciado del procedimiento y, 9) Emisión del laudo fuera del plazo
máximo. Se debe tomar en cuenta que para poder plantear un recurso de anulación, es requisito
indispensable que durante el proceso arbitral se hubiese observado o protestado la actuación o
decisión que se reclama en el recurso.
El recurso de anulación debe ser planteado ante el tribunal arbitral en el plazo de 10 días a partir
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Salvo que las partes hubiesen acordado algo distinto (como la conformación de un nuevo tribunal
arbitral); cuando la autoridad judicial resuelve el recurso contra el laudo arbitral y dispone su
anulación, el mismo tribunal arbitral procederá a emitir un nuevo fallo, tomando en cuenta la
causal de anulación que, a criterio del juez, motivó la anulación de la decisión arbitral.
En las controversias que se resuelven en la vía arbitral, solamente tiene competencia el tribunal
arbitral correspondiente, estando impedidos de intervenir cualquier otro tribunal, autoridad o
instancia (salvo los casos de auxilio judicial). En este sentido, la autoridad judicial que resuelve
un recurso de anulación no puede modificar la decisión de fondo contenida en el laudo.
El arbitraje en materia de seguros tiene carácter obligatorio porque la Ley de Seguros (Art. 39)
establece que las controversias de hecho sobre las características técnicas de un seguro deben ser
resueltas a través de peritajes, y si no se llega a un acuerdo de este modo, deberán definirse por la
vía arbitral; así mismo, que las discrepancias de derecho sobre la naturaleza y alcance del
contrato de seguro, reaseguro o planes de seguro, deben ser obligatoriamente resueltas mediante
arbitraje. Debe tomarse en cuenta que en materia de seguros el convenio arbitral es establecido
por la norma, sin necesidad de que las partes incorporen el mismo en el contrato de seguro; sin
embargo, es importante tener presente que la disposición anotada no exige que el arbitraje sea
institucional, pudiendo ser acordado por las partes (véase arbitraje institucional o independiente).
Se denomina auxilio judicial a la solicitud que realizan las partes y el tribunal arbitral a la
autoridad judicial, para que disponga o resuelva algún aspecto del proceso. Los auxilios judiciales
pueden utilizarse para solicitar la designación de árbitros, pedir que un árbitro se inhiba de
conocer el caso (Recusación), requerir se determinen y ejecuten medidas precautorias, se
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En el CCA cuando una parte dese recusar a algún árbitro, debe comunicar por escrito su
determinación dentro el término de 10 días desde que tomó conocimiento de la aceptación del
árbitro, o en su caso, desde que tomó conocimiento del motivo (causal) establecido por ley. Si el
árbitro recusado o la otra parte aceptan la recusación dentro del plazo de 3 días, se procederá a
designar un nuevo árbitro; caso contario, corresponderá al Centro la decisión final.
En el caso del CCA un árbitro puede ser sustituido durante el procedimiento de arbitraje cuando
fallezca, su renuncia sea aceptada por el Centro, se decida que está impedido de hecho o de
derecho para seguir conociendo el proceso, o se considere que no está cumpliendo sus funciones
de acuerdo con el Reglamento. Para la sustitución del árbitro se sigue generalmente el
Preguntas Frecuentes CCA Página 20 de 21
Las partes pueden plantear la incompetencia del tribunal arbitral (excepción de incompetencia).
La excepción se interpone ante el mismo Tribunal, debe ser planteada hasta el momento en el que
se presente la contestación a la demanda y deberá fundarse en la inexistencia de materia
arbitrable o la inexistencia, nulidad o caducidad del convenio arbitral. El tribunal está facultado
por ley para resolver sobre su propia incompetencia (competencia de la competencia), y podrá
decidir la excepción antes de proseguir el proceso (como cuestión previa) o a tiempo de dictar el
laudo. Si el tribunal determina que carece de competencia, dará por concluidas las actuaciones;
pero si se declara competente, la parte afectada puede pedir su revisión por la autoridad judicial
en el plazo de 30 días, cuya Resolución no puede ser recurrida.
78. ¿Qué sucede si durante el proceso arbitral las partes llegan a un acuerdo conciliatorio o
transaccional?
Si durante las actuaciones arbitrales las partes acuerdan una conciliación o transacción que
resuelve la controversia sometida al arbitraje; el tribunal arbitral dictará laudo incluyendo en su
contenido el acuerdo y dará por terminado el proceso; salvo que las partes hubiesen establecido
algo distinto. Cuando la conciliación o transacción fuesen parciales, el procedimiento arbitral
continuará respecto de los demás temas no resueltos.
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