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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Sismicidad histórica en Colombia - Énfasis en Bogotá


Danna Sofía Fernández - Maria Camila Fernández
Presentado a: Geól. M.Sc. Héctor Julio Fierro

Sismicidad Histórica en Colombia

¿Qué es sismicidad?
Los sismos, según Zúñiga (2011) son eventos generados por la tectónica de placas, la cual
puede ser de un margen convergente, divergente o transcurrente. En los casos en que hay
subducción de placas, la fricción genera contacto, y este contacto se ve evidenciado en el
movimiento en ciertas regiones, o lo que se conoce como un sismo.

Con el paso del tiempo, la fricción genera mayor contacto entre las placas y se forma
tensión, la cual produce fallamiento o liberación mayor de energía en ciertos puntos donde
toma forma el plano de falla y se delimitan las regiones de mayor amenaza.

Cuando una falla llega a su límite de ductilidad, se genera rompimiento y liberación máxima
de energía, pues el sismo se puede considerar un evento como menciona Zúñiga (2011) de
comportamiento elástico, que finalmente falla y produce estragos de gran magnitud, de esta
manera se sabe que la magnitud de un sismo tiene que ver directamente con la cantidad de
energía que libera, que depende de la lectura de ondas sísmicas captadas.

La magnitud de un sismo se logra acotar por medio de la escala de Richter, a cual se


obtiene a partir de la lectura de estaciones ubicadas a cierta distancia de un foco,
determinando la velocidad, distancia y amplitud de onda.

Estos elementos permiten identificar la amenaza sísmica de las regiones, como en el caso
de Colombia, la cual está enmarcada por el cinturón de fuego del pacífico en un ambiente
geológico donde tres placas litosféricas convergen. La ubicación del territorio en esta zona
ha generado consecuencias que crean escenarios de destrucción, entre los que se
encuentran como lo mencionan Escallón y Martínez (1995) los sismos, causados por la
actividad de estas placas. Esta manifestación tectónica es una muestra de que el país es
una zona de importante actividad sísmica.

Los sismos inducen efectos que dan lugar a deformaciones y rupturas de obras civiles y del
terreno, entre ellos se encuentran los movimientos en masa, los cuales son efectos
colaterales de eventos sísmicos, y son los más comunes, que se generan por
desprendimiento de tierra de laderas y zonas montañosas.

Sismicidad en Colombia
La sismicidad histórica en Colombia data del siglo XVIII y XIX, con documentos aportados
por narradores y cronistas como Don Luis de Vargas Jurado, Don José María Caballero,
Don Santiago Pérez Valencia; así como historiadores pioneros en el tema de sismicidad
histórica del país. El padre Jesús Emilio Ramírez, según Espinosa (2003) da inicio a un
grupo de investigadores en el tema, que seguidamente forman la base de la documentación
del país con ​‘La Historia de los terremotos en Colombia’​ (1975).

Los estudios de sismicidad en el país no se dieron formalmente hasta el año 1983, donde
con el Terremoto de Popayán se vió la necesidad de tener una base histórica de los eventos
sísmicos del país. El primer estudio se realizó en el año 1984, el cual fundamentó la
creación del primer Código Colombiano de Construcciones Sismorresistentes.

Estas investigaciones dieron base a la creación de la Sismotectónica del Territorio


Colombiano, que según Salcedo Y Gómez (1998) es la compilación de las fichas técnicas
de cada uno de los sismos ocurridos en el país entre 1900 y 1995, por medio de la
recopilación de información instrumental e histórica, que ayuda a tener una fuente sólida de
la sismicidad del país, así como la amenaza sísmica y los futuros focos de investigación del
tema.

Luego del evento de Popayán, se llevaron a cabo estudios de microzonificación Sísmica de


esta ciudad, pues aquí se vió la importancia de tener información histórica de las zonas, así
como el concepto de Amenaza Sísmica, de gran importancia para la época, ya que permite
identificar los sismos ocurridos, su intensidad y la forma en que se propagan, además de su
relación con la tectónica de la región, hasta entonces poco estudiada.

El sismo de Popayán del 31 de marzo de 1983, entre otras cosas, fue de gran impacto
social debido a la gran cantidad de población que perjudicó. Según Espinosa (1999) fue el
primer sismo en Colombia que afectó a más de cien mil personas y dejo 250 victimas
humanas. Se produjo con una magnitud de 5.5 en la escala de Richter, y agravó las
condiciones de la estructura del centro histórico de la ciudad, el cual quedó destruido a
causa del movimiento y las lluvias presentadas, que debilitaron las construcciones. Por otra
parte, como mencionan Cardona y otros (2004), a la comunidad le impactó el hecho de que
se presentará un jueves santo, ya que esta población es conocida por sus actividades
religiosas en Semana Santa.

Según Espinosa (1985) a pesar de que el sismo de Popayán causó numerosas muertes y
grandes pérdidas materiales, las consecuencias no fueron tan graves como se esperaba por
la zona donde se produjo el sismo, la sismicidad alta se ha presentado en los años 1736,
1983 y 1566, estos de gran intensidad que corresponden a terrenos aluviales formados por
el río Cauca y Molino, de intensidades intermedias 1751,1878 y 1885 y los sismos de
intensidades bajas han sido permanentes para esta zona.

Como ya se mencionó el episodio de 1983 género la iniciativa de realizar estudios en esta


ciencia, donde el principal punto de investigación era Popayán, entre 1988 y 1992 según
Espinosa (2001) se adelantó el estudio de microzonificación sísmica de la ciudad de
Popayán, así se completaron los bancos de datos en esta ciudad. Luego en 1992 se
iniciaron trabajos de sismicidad histórica en diferentes regiones del país, ciudades como
Medellín, Manizales, Bogotá y los departamentos Quindío, Tolima y Risaralda.

Otros eventos sísmicos importantes según Escallón y Martínez (1995) fueron:


● Los sismos del Atrato Medio de octubre 17 y 18 de 1992, los cuales presentaron
profundidades de 10 kilómetros y magnitudes de 6,2 y 6,6 mb respectivamente,
después de estos eventos principales se presentaron numerosas réplicas por
algunos meses de las cuales la de mayor magnitud alcanzó 3,5 mb.
● El sismo de Puerto Rondón, Arauca de julio 21 de 1993 de magnitud 5,9 mb.
● Sismo de Páez, Cauca en junio 6 de 1994 de magnitud 6,4 y profundidad superficial
menor a 10 kilómetros, luego del evento principal se presentaron réplicas de
magnitudes entre 1,8 y 4,8 en la escala de Richter localizadas a lo largo de una
banda de 10 kilómetros de ancho y 40 kilómetros de longitud.
● El sismo de Tauramena (Piedemonte llanero), enero 19 de 1995 con magnitud 6,5
en la escala de Richter con una profundidad de ±15 a 20 kilómetros.
● Sismo de Calima, Valle en febrero 8 de 1995 con magnitud 6,6 en la escala de
Richter y aproximadamente 100 kilómetros de profundidad, por esta razón no se
presentaron tantas réplicas pero causó daños en algunas ciudades como Pereira.
● Sismo de San Andrés en febrero 11 de 1995 de magnitud 5,3 mb y profundidad
superficial.
● El sismo de Pasto, Nariño en marzo 4 de 1995 de
magnitud 5,1 en la escala de Richter y profundidad
de 12 ± 5 kilómetros ​“la orientación del plano de la
falla (aproximadamente 53º N) se aproxima muy
bien a la dirección general del Sistema de Fallas de
Romeral, y específicamente con la Falla de
Buesaco, a la cual se le atribuye el origen del
sismo, aunque aún está en evaluación su relación
con otra estructura geológica o con el mismo
volcán galeras” (Escallón y Martínez, 1995)(Figura
1).

Figura 1, Mecanismo focal del sismo de Pasto.

Por otra parte, es de interés para la población tener investigaciones en cuanto a la amenaza
sísmica, según Espinosa (2001) algunos factores son zona de influencia, fuentes
sismogénicas, propagación de la energía sísmica, recurrencia de sismos y sismicidad
cercana o superficial. En la figura 2 se observa un mapa de sismicidad de Colombia de
1993 y 1994 en el cual se encuentran los sismos según su localización, magnitud y
profundidad. La zona de influencia habitualmente tiene un radio de 200 kilómetros alrededor
del punto de interés, pero esta zona no se limita con un círculo, por lo contrario se toman
las formas y dimensiones propias de la región donde se realizan los estudios.

Para determinar las fuentes sismogénicas según Espinosa (2001) es necesario tener en
cuenta los sismos no originados en la zona, es decir, los sismos sentidos en el lugar los
cuales se consignan en un mapa de epicentros donde se diferencian zonas de fallas, que se
pueden determinar por medio de sismos corticales según Zúñiga (2011) son ​“sismos que se
presentan en fallas no directamente relacionadas con los procesos de interacción entre las
placas, sino al interior de una placa”,​ en el mapa también se encuentran zonas de sismos
que ocurren en la zona de subducción y llega a alcanzar grandes profundidades también
llamadas zona de Benioff, así se determinan las fuentes sismogénicas.

Figura 2, Mapa de sismicidad de Colombia por la RSNC.

Espinosa (2001) menciona que en los Andes colombianos se presenta un patrón de la


propagación de la energía, con líneas de intensidad controladas por los sistemas de fallas
de orientación SSW – NNE como el de Romeral; a través de los años se han encontrado
otros sistemas de fallas que se superponen y otros que ejercen control en las líneas de
isointensidad. También se presentan anomalías en estos procesos, por ejemplo en casos
de “corredores” de propagación donde un sismo causa daños alineados a grandes
distancias como en el terremoto de Buga de 1766, el cual ocasionó daños anómalos en
Ibagué. De manera similar sucedió con el terremoto de Cúcuta en 1875, para este caso se
vio afectada Manizales, este fenómeno se produce por la propagación de la energía a lo
largo de fallas en el primer caso la falla Cucuana- Ibagué y en el segundo la falla Palestina.

Para determinar la recurrencia de los sismos es necesario tener suficiente información en


un periodo bastante largo, algunos sismos según Espinosa (2001) generaron otro tipo de
efectos por ejemplo la licuación de los suelos en el sur de Santa Fe de Bogotá, en el sismo
de Tunjuelo en 1644 y el represamiento del río Magdalena donde se vio afectado el
departamento del Huila en 1827, otro tipo de estudios son los volcanes colombianos, estos
también suministraron información importante para la sismicidad, por ejemplo el volcán
Galeras.

Sismicidad en Bogotá

Hasta hace varias décadas, se pensaba según Espinosa (1994) que no era necesario tener
información de sismicidad histórica de ciudades como Bogotá, debido a que no se
encuentra cerca a regiones volcánicas, que se supone son las más afectadas por actividad
sísmica.

La documentación de sismicidad histórica en la ciudad recorre toda la época colonial, por lo


que se encuentra bien fundamentada. Esto se debe a la imponencia de las construcciones
en esta época y la gran importancia que tenía para ese entonces un millón de habitantes de
la ciudad el hecho de que un evento de la naturaleza sacudiera su tierra y acabará con su
arquitectura, por esto cronistas e historiadores de la época como Ramírez, Fray Pedro
Simón, Fray Pedro de Aguado, Lucas Fernández de Piedrahita y Alonso de Zamora,
quienes narran todo lo sucedido, cobran tanta importancia.

La causalidad de sismicidad en la ciudad de Bogotá se le atribuye a varios factores. El


territorio se encuentra bajo la influencia de varias fuentes sismogénicas, además existen
fallas activas en cercanías a esta, que se evidencian en los sismos de Cajicá (1616),
Tunjuelo (1644) y Sopó (1826) entre otros señalados en la figura 4; por otra parte, Espinosa
(1999) menciona que los movimientos han generado la licuación del terreno en varios
sectores, que con el paso del tiempo, la acumulación progresiva de daños debido al clima
(precipitación y sequías), y movimientos sísmicos sucesivos, debilitan en gran magnitud los
suelos y disminuyen el tiempo de reparación de estos. Esto quiere decir que es caso de un
evento sísmico de gran magnitud, la ciudad no estaría completamente preparada ante el
riesgo, pues su suelo, húmedo e inestables, tendrá un comportamiento poco predecible.

El patrón de ocurrencia de sismos en la ciudad, según Espinosa (2004) es una de las


particularidades de la sismicidad en Bogotá, pues como se muestra en la figura 3 no hay
una recurrencia regular, y sería más sencillo disponer de registros históricos de miles de
años, el cual no se posee. Este factor ha generado el hecho de que las autoridades no
tengan en cuenta el nivel de amenaza real que se presenta, pues el último sismo destructor
se presentó en 1917.
Figura 3, Sismicidad en Santa Fe de Bogotá 1500 - 1994. - INGEOMINAS.

Este silencio sísmico también indica la posibilidad de escenarios con sismos recurrentes,
como se mencionaba anteriormente, los cuales impiden la correcta prevención, y por el
contrario acumulan daños que se ven evidenciados en las construcciones, que en el caso
de la ciudad de Bogotá se encuentran en estado crítico de preparación ante un sismo, tiene
una gran cantidad de construcciones de la época colonial, las cuales no cuentan con
adecuaciones acordes a normas sismorresistentes.

En la época de mayor intensidad sísmica de Bogotá, los eventos más importantes según
Espinosa (1994) se presentaron en la cordillera oriental, entre los que se encuentran:

● El sismo de 1917 generado en Caqueza-Ubaque, con intensidad de VIII MSK.


Presentó efectos superficiales notables en la región de Nazareth y remoción en
masa, simetría en las zonas de intensidad obtenidas en dirección NNE. El sismo
destruyó Villavicencio y afectó San Martin, Fosca, Caqueza, Colonia y poblaciones
aledañas, varios edificios como la Catedral de Chapinero, el Claustro de Nuestra
Señora del Rosario y el Palacio de Lievano.
● Sismo de 1827 que ha sido el mas destructivo de la historia de colombia. Epicentro
en el sur de Huila, con intensidad de X. La dirección de la intensidad es NNE
paralela a la cordillera.
● Sismo de 1826, relatado por el geólogo francés Juan Bautista Bossingault. Epicentro
en el nororiente del centro de Bogotá (La Calera-Sopó), intensidad de VII.
● Sismo de Tunjuelo del 16 de marzo 1644, su intensidad de VII se recoge de 4
sensores presentes en la zona. Este sismo es importante pues según Espinosa
(1999), fue relatado por Alfonso Benítez como ​“Ese dicho día pasé de el dicho
pueblo de Tunjuelo a la estancia de juan del Espino Fernández familiar del segundo
oficial y en ella vide tres casa de teja, la una de ellas arrasada hasta los cimientos
sin que se pueda estar en pie y las otras dos tan molidas caídas a partes y tan mal
paradas (...) están con manifiesto peligro de caerse”, ​se presentaron deslizamientos
en el Salto del Tequendama en la Quebrada de La Honda en Usme, además hubo
efectos de licuación del suelo en las vegas del Río Tunjuelo.
Figura 4, Mapa de intensidades Sabana de Bogotá y alrededores 1500 - 1994. - INGEOMINAS.
La zona de influencia sísmica para Santa Fe de Bogotá presenta dos particularidades
propuestas por Espinosa (2001), estas son: todos los sismos importantes provienen del sur
y del oriente de la ciudad y algunos sismos destructores tienen su epicentro a más de 300
kilómetros de la ciudad.

Algunos eventos provenientes de zonas sismogénicas lejanas según Espinosa (1994)


fueron: el sismo de Tumaco (1906) uno de los diez sismos más importantes en la historia,
su intensidad epicentral fue de X, sentido en Bogotá con intensidad V, localmente VI; el
sismo de 1979 (noviembre 23, Viejo Caldas) con una intensidad epicentral de IX, sentido en
la capital con intensidad VI; por último en el año 1967 en Santander (julio 29) uno de los
más fuertes en el norte de la Cordillera Oriental, presentó una intensidad epicentral de VIII y
se sintió en Bogotá con intensidad VI.

Los sismos anteriores según Espinosa (1994) permiten identificar algunos efectos locales
como el comportamiento no homogéneo de Santa Fe de Bogotá, como se evidencio en
1917 independientemente de la calidad de las construcciones de Bogotá algunos sectores
ya mencionados ubicados en los extremos de la ciudad presentaron mayores daños, otro
efecto es la acumulación de daños debido a los sismos sucesivos no es tan evidente como
el caso anterior debido a la irregularidad en la recurrencia de los eventos, por otra parte, la
licuación de los suelos fue notoria en el sismo de 1644 en el área de Tunjuelo algunos
eventos típicos de la licuación fueron la formación de cráteres de arena, la eyección de
agua y arena lo largo de fisuras.

La sismicidad histórica es fundamental para determinar la amenaza sísmica en


determinadas regiones, la recurrencia sísmica aporta datos importantes pero no determina
con exactitud las fechas específicas para estos eventos. Un ejemplo es la ciudad de Bogotá,
la prevención y el acatamiento de las normas de sismorresistencia es primordial para evitar
tragedias y daños mayores a las ciudades, las fuentes sismogénicas pueden variar además
de las fallas geológicas activas también influye la presencia de los volcanes y en ambos
casos la causa es la tectónica de placas, Colombia presenta una amenaza sísmica alta
debido a la ubicación del país por la cantidad de placas tectónicas que están en el territorio.

La cantidad de información, datos y elementos técnicos en un periodo de tiempo, es de


gran ayuda al momento de realizar estudios y acotar las regiones, intensidades y
magnitudes, puesto que no solo se deben tener en cuenta los sismos con epicentro en el
lugar de análisis, también se deben considerar los sismos con epicentros lejanos pero de
igual forma destructores.

La sismicidad histórica no solo ayuda a determinar la amenaza sísmica, también contribuye


a determinar la estabilidad del suelo y el comportamiento del mismo ante los sismos,
algunas consecuencias son eventos de remoción en masa, hundimientos, entre otros.
Bibliografía
Cardona, O., Wilches-Chaux, G., Mansilla, E., Ramírez, F., Marulanda, M., & García,
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Recuperado de: ​http://aplicaciones1.sgc.gov.co/sicat/html/
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Escallón, J, Martínez, J. (1995). La sismicidad reciente en Colombia y sus efectos,
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Zúñiga, R, (2011). Notas introductorias, Sismología. Recuperado de:
http://www.geociencias.unam.mx/~ramon/sismo/IntroSism.pdf

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