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¿Qué es sismicidad?
Los sismos, según Zúñiga (2011) son eventos generados por la tectónica de placas, la cual
puede ser de un margen convergente, divergente o transcurrente. En los casos en que hay
subducción de placas, la fricción genera contacto, y este contacto se ve evidenciado en el
movimiento en ciertas regiones, o lo que se conoce como un sismo.
Con el paso del tiempo, la fricción genera mayor contacto entre las placas y se forma
tensión, la cual produce fallamiento o liberación mayor de energía en ciertos puntos donde
toma forma el plano de falla y se delimitan las regiones de mayor amenaza.
Cuando una falla llega a su límite de ductilidad, se genera rompimiento y liberación máxima
de energía, pues el sismo se puede considerar un evento como menciona Zúñiga (2011) de
comportamiento elástico, que finalmente falla y produce estragos de gran magnitud, de esta
manera se sabe que la magnitud de un sismo tiene que ver directamente con la cantidad de
energía que libera, que depende de la lectura de ondas sísmicas captadas.
Estos elementos permiten identificar la amenaza sísmica de las regiones, como en el caso
de Colombia, la cual está enmarcada por el cinturón de fuego del pacífico en un ambiente
geológico donde tres placas litosféricas convergen. La ubicación del territorio en esta zona
ha generado consecuencias que crean escenarios de destrucción, entre los que se
encuentran como lo mencionan Escallón y Martínez (1995) los sismos, causados por la
actividad de estas placas. Esta manifestación tectónica es una muestra de que el país es
una zona de importante actividad sísmica.
Los sismos inducen efectos que dan lugar a deformaciones y rupturas de obras civiles y del
terreno, entre ellos se encuentran los movimientos en masa, los cuales son efectos
colaterales de eventos sísmicos, y son los más comunes, que se generan por
desprendimiento de tierra de laderas y zonas montañosas.
Sismicidad en Colombia
La sismicidad histórica en Colombia data del siglo XVIII y XIX, con documentos aportados
por narradores y cronistas como Don Luis de Vargas Jurado, Don José María Caballero,
Don Santiago Pérez Valencia; así como historiadores pioneros en el tema de sismicidad
histórica del país. El padre Jesús Emilio Ramírez, según Espinosa (2003) da inicio a un
grupo de investigadores en el tema, que seguidamente forman la base de la documentación
del país con ‘La Historia de los terremotos en Colombia’ (1975).
Los estudios de sismicidad en el país no se dieron formalmente hasta el año 1983, donde
con el Terremoto de Popayán se vió la necesidad de tener una base histórica de los eventos
sísmicos del país. El primer estudio se realizó en el año 1984, el cual fundamentó la
creación del primer Código Colombiano de Construcciones Sismorresistentes.
El sismo de Popayán del 31 de marzo de 1983, entre otras cosas, fue de gran impacto
social debido a la gran cantidad de población que perjudicó. Según Espinosa (1999) fue el
primer sismo en Colombia que afectó a más de cien mil personas y dejo 250 victimas
humanas. Se produjo con una magnitud de 5.5 en la escala de Richter, y agravó las
condiciones de la estructura del centro histórico de la ciudad, el cual quedó destruido a
causa del movimiento y las lluvias presentadas, que debilitaron las construcciones. Por otra
parte, como mencionan Cardona y otros (2004), a la comunidad le impactó el hecho de que
se presentará un jueves santo, ya que esta población es conocida por sus actividades
religiosas en Semana Santa.
Según Espinosa (1985) a pesar de que el sismo de Popayán causó numerosas muertes y
grandes pérdidas materiales, las consecuencias no fueron tan graves como se esperaba por
la zona donde se produjo el sismo, la sismicidad alta se ha presentado en los años 1736,
1983 y 1566, estos de gran intensidad que corresponden a terrenos aluviales formados por
el río Cauca y Molino, de intensidades intermedias 1751,1878 y 1885 y los sismos de
intensidades bajas han sido permanentes para esta zona.
Por otra parte, es de interés para la población tener investigaciones en cuanto a la amenaza
sísmica, según Espinosa (2001) algunos factores son zona de influencia, fuentes
sismogénicas, propagación de la energía sísmica, recurrencia de sismos y sismicidad
cercana o superficial. En la figura 2 se observa un mapa de sismicidad de Colombia de
1993 y 1994 en el cual se encuentran los sismos según su localización, magnitud y
profundidad. La zona de influencia habitualmente tiene un radio de 200 kilómetros alrededor
del punto de interés, pero esta zona no se limita con un círculo, por lo contrario se toman
las formas y dimensiones propias de la región donde se realizan los estudios.
Para determinar las fuentes sismogénicas según Espinosa (2001) es necesario tener en
cuenta los sismos no originados en la zona, es decir, los sismos sentidos en el lugar los
cuales se consignan en un mapa de epicentros donde se diferencian zonas de fallas, que se
pueden determinar por medio de sismos corticales según Zúñiga (2011) son “sismos que se
presentan en fallas no directamente relacionadas con los procesos de interacción entre las
placas, sino al interior de una placa”, en el mapa también se encuentran zonas de sismos
que ocurren en la zona de subducción y llega a alcanzar grandes profundidades también
llamadas zona de Benioff, así se determinan las fuentes sismogénicas.
Sismicidad en Bogotá
Hasta hace varias décadas, se pensaba según Espinosa (1994) que no era necesario tener
información de sismicidad histórica de ciudades como Bogotá, debido a que no se
encuentra cerca a regiones volcánicas, que se supone son las más afectadas por actividad
sísmica.
Este silencio sísmico también indica la posibilidad de escenarios con sismos recurrentes,
como se mencionaba anteriormente, los cuales impiden la correcta prevención, y por el
contrario acumulan daños que se ven evidenciados en las construcciones, que en el caso
de la ciudad de Bogotá se encuentran en estado crítico de preparación ante un sismo, tiene
una gran cantidad de construcciones de la época colonial, las cuales no cuentan con
adecuaciones acordes a normas sismorresistentes.
En la época de mayor intensidad sísmica de Bogotá, los eventos más importantes según
Espinosa (1994) se presentaron en la cordillera oriental, entre los que se encuentran:
Los sismos anteriores según Espinosa (1994) permiten identificar algunos efectos locales
como el comportamiento no homogéneo de Santa Fe de Bogotá, como se evidencio en
1917 independientemente de la calidad de las construcciones de Bogotá algunos sectores
ya mencionados ubicados en los extremos de la ciudad presentaron mayores daños, otro
efecto es la acumulación de daños debido a los sismos sucesivos no es tan evidente como
el caso anterior debido a la irregularidad en la recurrencia de los eventos, por otra parte, la
licuación de los suelos fue notoria en el sismo de 1644 en el área de Tunjuelo algunos
eventos típicos de la licuación fueron la formación de cráteres de arena, la eyección de
agua y arena lo largo de fisuras.