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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

ASIGNATURA:

GESTION PRESUPUESTARIA (PCE-510)

FACILITADOR(A):

José Simé Candelario

UNIDAD 2

PARTICIPARTE:

JOHANNA SOLIS POLANCO 17-6266


INGRID SORIANO VELOZ 17-9411
ANDRES EDUARDO BINET 17-9573

FECHA:
11 Abril 2019.-
Santo Domingo R.D.
UNIDAD 2

Financiamiento en América latina, si existe equidad en América


latina y cuál es su gestión y sustentabilidad.

Los países de América Latina han adoptado una serie de reformas en su sistema
educativo con el propósito de enfrentar los diferentes desafíos para mejorar la
competitividad de la economía para aumentar la calidad en sus recursos humanos,
y fortalecer también la calidad en la formación de los estudiantes, que por
consiguiente reflejara una mejor sociedad.

Todas estas reformas han estado atadas a la crisis fiscal que presentan la mayoría
de países de América Latina, reconociendo así la escasez de recursos como un
factor que establece límites y condiciones para la asignación y financiamiento de
los recursos. La falta de recursos otorga muchas promesas y discursos
educativos que muchas veces crean incredibilidad y desconfianza entre los
ciudadanos.

Revisando los datos relacionados a la inversión educativa en AL nos damos


cuenta que en estos países invierten menos por los estudiantes que en los países
avanzados. Pero también es bueno destacar que invertir más por un alumno sería
imposible hasta que en estos países no se resuelva el caso del crecimiento
económico y de la evasión fiscal. La demanda por más recursos para la
educación constituye una demanda coherente y urgente.

De alguna manera han buscado ciertas alternativas para permitir brindar una
educación universal de buena calidad y con equidad. El propósito de la equidad
asume una importancia particular en América Latina, pero esta es la región más
inequitativa del mundo y va en aumento, aunque ya han reconocido que la
equidad es un factor clave de la competitividad económica, ya que sin equidad
social será muy difícil garantizar la gobernabilidad de la sociedad y por ende
garantizar el carácter sostenido del crecimiento económico. El financiamiento de
la educación afecta, el destino de la sociedad y de las personas.
Los estudios sobre el financiamiento de la educación en América Latina presentan
cambios en la asignación de los recursos y en la gestión de las escuelas, pero en
realidad existen restricciones fiscales y ocurren en un régimen de mucha inflación
y presionan al déficit global.

El esfuerzo educativo en AL no alcanza el nivel de los demás países, al mismo


tiempo la eficiencia social de los gastos está afectada por diversos mecanismos.
Los esfuerzos de descentralización y autonomía de las escuelas tienen como uno
de sus objetivos el de aproximar los recursos y la toma de decisiones de la
escuela.

Los costos en la escuelas son heterogéneos que conjuntamente con la elevada


relación entre el costo por alumno, generan una situación en la cual dada la
selectividad del proceso educativo, los subsidios educativos se tornan retroactivos.
Por este motivo es muy importante una buena política de gastos públicos que
considere su impacto en la gestión escolar.

Realmente en América Latina y el Caribe han percibido importantes avances


relacionados al acceso educativo, pero pese a dicho logro aun en la región no se
ha logrado transformar el sistema educativo en un mecanismo de grandes
oportunidades, debido a que los resultados educativos están directamente
relacionados al nivel socio económico y cultural de los hogares.

El cambio en las economías y el fracaso de la educación estatal ha causado un


crecimiento desmedido de la educación privada. Según el Banco Mundial en los
países desarrollado un quinto de los niños en escuelas primarias están inscritos en
escuelas privadas.

Es un enorme desafío el financiamiento de la educación en cualquier sistema


educativo, este tema tiende a ser permeado por las diferentes posiciones, más
que por los criterios de eficiencia y equidad que deben predominar al abordar una
cuestión fundamental en la sociedad. Lo ideal es que el gobierno debe financiar
toda la educación, tratándose de un bien público que debe ser cubierto por el
Estado. La problemática surge cuando revisamos el mecanismo mediante el cual
el gobierno debe intervenir para garantizar que sus ciudadanos tengan acceso a
una educación de calidad.

La calidad educativa no podrá alcanzarse, si el financiamiento no está ligado a


indicadores que reflejen el buen desempeño de una institución educativa. No
puede ser un cheque en blanco para que en nombre de la autonomía los recursos
sean utilizados ineficientemente. Además de un sistema de selección los que no
logren pasar por ese filtro debieran tener la opción de una carrera técnica la
política de baja estudiantil debiera aplicarse rigurosamente. En realidad, el acceso
a la educación superior no debe implicar una política de puertas abiertas que
ponga en conflicto a la eficiencia con la equidad. Si predomina exclusivamente el
criterio de equidad y se relajan los métodos de evaluación se estarían lanzando al
mercado profesionales sin competencias que no encontrarían una oportunidad
digna para colocarse en el mercado laboral. Por el contrario, terminarían
desempeñando trabajos por debajo de su titulación académica pero acordes con
la formación adquirida, con la desventaja de que pasaron cuatro años o más en la
universidad cuando las mismas competencias pudieron haber sido adquiridas
mediante una formación técnica de dos años. En otras palabras, los costos de
financiación habrían sido innecesariamente duplicados.

Pero al final, una mayor calidad de la educación superior dependería de que las
universidades compitan en el mercado estudiantil y que los estudiantes meritorios,
independientemente de su condición social, puedan acceder a la universidad de
su preferencia, en contraste a verse forzados a elegir una institución superior solo
bajo la condicionante de que no pueden costearse algo mejor. En el caso de un
estudiante con la doble condición de meritorio y pobre solo el Estado puede
garantizar su derecho a elegir la mejor educación posible a través del
financiamiento correspondiente.

El sistema educativo no puede ser un reproductor de los patrones de pobreza de


la sociedad; debe ser, en cambio, una oportunidad para que los más pobres
puedan romper el asfixiante cordón de miseria que parece perpetuarse de
generación en generación. La educación está supuesta a ser la herramienta por
excelencia para romper con esa tendencia inercial de la pobreza a reproducirse
viciosamente. Pero solo el financiamiento de la demanda puede hacer posible una
realidad que para los pobres luce abrumadoramente lejana.
Bibliografía

Educa. (2015). Calidad del gasto educativo en la Republica Dominicana.


EDUCA .

Maestre, R. J. (2015). Finanzas. Lebs .

Merton, R. C. Finanzas. Harvard University.

Olier, E. (2015). La importancia del capital humano. elEconomista.es .

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