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CONVERSACIONES –G.

Deleuze
El libro Conversaciones puede ser como un panorama de toda la obra de Deleuze. Una obra muy larga desde los años 60 a
finales del S.XX.

En todo el estructuralismo es un punto central, así como en la obra de Deleuze y Foucault la idea de que el sujeto es
siempre una derivada. Hay que tener en cuenta que el estructuralismo surge en los 60 frente a, o como respuesta a Hagel,
Husserl y Heiddeger, y por ello intentan criticar lo que para ellos es el núcleo de estos tres pensadores, de estas tres
filosofías, que es la idea de sujeto, un sujeto consciente, un sujeto reflexivo. Así el estructuralismo nace como un
pensamiento a la tercera persona, al otro, intenta romper con la soberanía del sujeto que ha gobernado la filosofía moderna
desde Descartes, desde los inicios de la Edad moderna.
Para el estructuralismo si que hay sujetos, pero son como granos que danzan en el polvo de lo visible, lugares móviles de
un murmullo anónimo. Así el acento se pone en el murmullo, en lo anónimo. El sujeto es siempre algo derivado, un
acento, más que en el sujeto fundante en el sujeto constituyente.
Recordar que Deleuze empieza como un analista, un historiador de la filosofía, que se servirá de autores como Lucrecio,
Hume, Spinoza, Nietzsche, o sea autores opuestos a la tradición racionalista (que sería el caso de Hegel, Husserl y
Heiddeger), y todo en sus obras tienden hacia la gran identidad Spinoza-Nietzsche.
La obra de Deleuze es un desarrollo creativo, creador e innovador a partir de Spinoza por un lado y de Nietzsche por otro.
Su posición es la de intentar hacer a los autores en que se guía un hijo por detrás, un hijo monstruoso, un bastardo, un hijo
que por un lado es un hijo suyo (es decir que cuando habla de un autor quiere que se le reconozca), pero a la vez es un hijo
monstruoso, adulterino, ya que en la lectura que hace Deleuzede esos autores siempre hay que atender a dos cosas, al autor
por una parte pero también a Deleuze, es decir el Spinoza de Deleuze es Deleuze, el Nietzsche de Deleuze es Deleuze.
Lo fundamental es su obra, pero de tal forma que ese autor pueda reconocer a ese hijo bastardo, que no se sienta ajeno de
ese hijo, aunque en definitiva reconozca que es un hijo bastardo, desviado. Y esta es la posición de Deleuze como
historiador de la filosofía.
Así dice que la filosofía no es contemplativa (o sea no es platónica), no es reflexiva (no cartesiana), no es comunicativa (no
habermasiana), y sin embargo dirá que sí es creativa, creativa de conceptos. Dirá que la filosofía es una construcción de
conceptos, es una articulación de conceptos.
En Deleuze el pensamiento no se reduce a la filosofía, al concepto, sino que para él el pensamiento puede ser hecho a partir
también de afectos y también a partir de perceptos. Es decir, el pensamiento se puede hacer a través del arte, de la ciencia y
también de la filosofía.
Conceptos, perceptos (no percepciones), afectos (no sentimientos), y esto deja clara la conexión con el empirismo (los
perceptos), la sensibilidad, un percepto es un conjunto de percepciones y de sensaciones que sobrevive a aquél que las
experimenta. Los conceptos son la verdadera invención de la filosofía.
Deleuze siempre será un empirista, y dirá que un empirista trascendental. Todas las filosofías si tienen que ser materialista
tienen que ser empirista. El empirismo es el punto fundamental, somos recptivos. Nos enfrentamos a un mundo que no está
creado por nosotros, está refigurado por nosotros, reconstruido. Pero hay un sustrato que se nos resiste, y ese sustrato es la
experiencia, es la empiría, es la materia si se quiere. Todo lo demás es idealismo, nosotros no podemos construir el mundo,
eso lo puede hacer en todo caso Dios, nosotros solo podemos reconstruirlo pero siempre está un sustrato último que se
resiste que tiene que ver con la dimensión de la empirista.
Luego también los afectos (no sentimientos), es decir, antiromanticismo y una recuperación de los afectos, de esa razón
pasional que está en Spinoza, y hasta en Hume. Así no el sujeto creativo y romántico sino el sujeto pasional, el sujeto
Spinoziano.
Esos conceptos, construcción de la filosofía, se hacen sobre una base previa que es lo que Deleuze denomina la imágen del
pensamiento (es lo que guía la creación de conceptos), es un sistema de coordenadas, de dinamismo, de orientaciones
previas a la filosofía que es el plano pre-filosófico.
Por otra parte se puede ver como Kant es siempre como una especie de enemigo presente en Deleuze, sobretodo a partir de
lo trascendental, de la condición de posibilidad. Ese plano pre-filosófico (la imagen del pensamiento) es la condición
trascendental previa al pensamiento, es la urdimbre sobre la que hay que construir los conceptos.
Es muy importante que Deleuze se sitúa en una posición pragmática/funcionalista, antihermenéutica. Su idea es
experimentar. La pregunta no es que es esto? Sino como funciona esto?, que se puede hacer con esto, una idea pragmática.
Y en la lingüistica se ha ido pasando del análisis de la sintaxis al análisis de la semántica y lo último la pragmática. Pero
los estructuralistas son pragmáticos, lo que les interesa del lenguaje no es el aspecto sintáctico, no es el aspecto semántico
sino el aspecto pragmático, es decir, que hacemos con las palabras, como trabajamos con ellas, como las usamos, que
efectos producimos con ellas, y eso es funcionalismo y es pragmática. Cómo funciona y no que significa.

EL ANTIEDIPO
Ya en Mayo ‘68 la gran mayoría de postestructuralistas tienen como intención elevar a concepto, a pensamiento, ese gran
acontecimiento que fue Mayo ‘68. Acontecimiento que no llegó a ser una revolución pero que tuvo unas transformaciones
fundamentales, no tanto a nivel político pero si a nivel de la sensibilidad, a nivel de la vida cotidiana, Mayo ‘68 fue un
antes y un después, la recuperación de Marx, la recuperación del psicoanálisis, la apertura al otro, la lucha anticolonial
(Argelia, Vietnam), hay una eclosión de las problemáticas en las que vivimos. Fue un punto álgido, no el origen, de
muchos movimientos, pej. rebelión estudiantil, de las mujeres, de los jóvenes, del feminismo, de los negros, de los
homosexuales.
Uno de los grandes libros de Mayo ‘68 es el Antiedipo de Deleuze y Guattari (primer volumen de Capitalismo y
esquizofrenia), Mil mesetas será el segundo.
En esa época, cuando surge el Antiedipo, hay dos grandes controles sobre el pensmiento, uno, un marxismo estalisnista,
humanista (modelo Garaudy, Pdo.Comunista francés (línea mayoritaria), también estaba Althusser, que manifiesta en un
Marx más del capital, no de la estructura. El Antiedipo es una lucha contra contra ese Marxismo humanista y al mismo
tiempo también una lucha contra el lacanismo (no contra Freud o Lacan), o sea contra el dominio autoritario de una versión
del psicoanálisis ligada al lenguaje, a lo simbólico y a lo imaginario pero que dejaba apartado lo real.
El Antiedipo es un libro de lucha, es un panfleto, es una intervención en una coyuntura político-cultural-intelectual-
filosófica definida , donde los dos enemigos a batir eran el Marxismo rígido y al mismo tiempo humanista, estalinista y un
Lacanismo codificado y convertido en una especie de Vulgata. El objetivo del Antiedipo es una psiquiatría materialista
basada en lo real, no en lo imaginario ni en lo simbólico. Para eso hay que tener una visión del inconsciente como
productivo, como fábrica, no un inconsciente como teatro, no como una teoría de la representación de la otra escena
(Freud), sino como producción. Y así ellos unen esas dos líneas, así la psiquiatría materialista es una psiquiatría que une
por un lado la categoría de producción marxiana y por otro la categoría de inconsciente freudiano-lacaniano, es una idea
de inconsciente como fábrica, como producción, una producción deseante, una economía libidinal (Lyotard), dos patas,
primero la producción, pero esa producción lo es también del deseo, no solo de cosas, no solo de mercancias, y sí
producción como autoproducción del individuo. La categoría materialista de producción marxista se introduce en el
psicoanálisis y viceversa, la idea del inconsciente, la idea del psicoanálisis de una teoría del sujeto materialista y no
subjetiva es el elemento que le faltaba al marxismo para constituirse como una teoría constituyente también del sujeto, no
el sujeto humanista, no el sujeto hegeliano, sí un sujeto inconsciente, un sujeto impersonal, el que ya comenta Deleuze
como el murmullo anónimo.
Ahí es donde aparece el Antiedipo, fábrica no teatro, productivismo, constructivismo del inconsciente, y es así como son
Lacanianos ya que parten de la psicosis no de la neurosis. La diferencia es que Lacan se centra en la paranoia y Guattari en
la esquizofrenia. Ellos hacen una traducción del psicoanálisis como esquizoanálisis. Ellos y Lacan, ambos parten de la
psicosis, uno de la paranoia (Lacan) y ellos de la esquizofrenia.
El Antiedipo es contra el familiarismo, el triangulo edíptico papá-mamá-yo. El psicoanálisis clásico reduce todo a este
triángulo edíptico. Ellos, como Lacanianos y también como Kleinianos van a criticar toda reducción al triángulo edíptico,
el mundo no se agota en esta reducción, el delirio es universal, es histórico, se fabula con la historia, no es familiar, se
fabula con la geografía, con la calle. El delirio no es reductible, es múltiple, es un delirio con la multiplicidad por eso
critican ese reduccionismo de la pluralidad, un reduccionismo simbólico es contra lo que luchan Deleuze y Guattari, y es
así como abrirán el deseo, un deseo múltiple, no sólo familiar (papá-mamá-yo), pero también hay pulsiones que no son
reductibles, que no son simbolizables al poner el acento en lo real. El deseo fluye, se escapa, es plural, es rizomático, es
una multitud spinoziana.
Otro elemento importante frente al marxismo, es que hay veces que interés y deseo se contraponen (los intereses de las
masas a veces se oponen a sus deseos), aunque el deseo no sólo es positivo también puede ser negativo, tiene dos polos,
hay un polo esquizo, un polo revolucionario, transformador, que establece líneas de fuga pero también hay un polo
paranoico, un polo fascista que se invagina y que se vuelve sobre sí mismo y se autodestruye, y esto es a nivel personal
(nos autodestruimos en la droga, con la velocidad, es contínuo) y a nivel global con el fascismo como autodestrucción de
las sociedades. La sociedad se autocastiga con el fascismo, ello puede ser debido a que hay un desacople entre el interés
consciente y el deseo inconsciente (las masas desearon el fascismo porque sentían inseguridad, como bien analizo Fromme,
el miedo a la libertad, necesidad de seguridad, eso es lo que lleva al fascismo, el fascismo quita angustia, pero permite
utilizar la violencia que viene de arriba hacia los que están abajo (el obrero sobre su mujer e hijos), y ese mecanismo
paranoico-fascista es el problema). Por ello el deseo tiene que ser filtrado, no cualquier deseo, cualquier línea de fuga, en el
momento actual las líneas de fuga son fascistas, los revolucionarios, los renovadores ahora son fascistas. Los
revolucionarios antiguos son los conservadores actuales. Así, no vale todo deseo, el deseo fascista es paranoico, destructor.
Hay que poner filtros racionales para analizar si el deseo es productivo o destructor, ésto es fundamental en Mayo ‘68 y en
el Antiedipo y también ahora es vital en nuestras sociedades.
La finalidad del capitalismo es disolver todas las estructuras, generar novedad, pero en un momento lo generado puede ser
peligroso para el propio capitalismo y entonces el capitalismo se hace conservador. En el S. XXI el capitalismo es ya una
rémora, no está desarrollando las fuerzas productivas, no genera, es ya un elemento conservador, hacia atrás, que quiere
incluso destruir lo que se ha conseguido con las libertades, por eso hay que poner filtros a las líneas de fuga para ver
adonde nos lleva el deseo. Si, al deseo productivo, No, a que cualquier línea de fuga es aceptable.

MIL MESETAS
Redes de concepto. Conceptos que expresen acontecimientos, no esencias. Este libro representa un momento de reposo
respecto al momento del Antiedipo (De panfleto, de lucha), representa un momento de reflexión. En este se contruye un
sistema ontológico, un sistema como conjunto de categorías. Toda la filosofía es sistema, sino se queda en un nivel
rapsódico, ensayista. Toda creación filosófica tiene que tener una dimensión sistemática, ahora bien, ese sistema no es el
sistema cerrado (que acabó con Hegel), ahora el sistema tiene que ser abierto, con conceptos que expresen acontecimientos
no esencias, y los acontecimientos son elementos espacio-temporales (tiene topos y cronos, lugar y fecha), los
acontecimientos suceden, pasan, no son esencias estáticas, son surgimientos, son como rayos, son chispas, son dinámicos
Los acontecimientos se refieren a las circunstancias no a las esencias. Y las circunstancias son espacio-temporales, tienen
lugar en un punto y en un tiempo determinado.
Los conceptos no son universales, ni generales, sino singularidades que actúan sobre el flujo de los pensamientos
ordinarios. El concepto es algo nuevo, que surge, que rompe, un devenir fluyente. Y en este sentido el esquizoanálisis de
Mil mesetas es el estudio de las líneas, de los espacios, de los devenires. Más del devenir que del Ser.
Deleuze , como buen nietzscheano, se sitúa en la línea heracliteana, no parmenídea, se centra en el ser en devenir, es el
flujo, es el río que va, el eterno retorno de las olas que van y vienen. Para Deleuze el filósofo es alguien que debe surfear la
realidad, seguir la ola, es el arte de mantenerse sobre una cosa inestable. Nuestro mundo es un mundo marino, un mundo
del mar, de las olas, un mundo del devenir, no del ser.

EL CINE
El pensamiento no solo son conceptos, también es arte, se hace a través del arte, se hace a través de la ciencia, a través de
las funciones, y también se hace a través de la filosofía. Para Deleuze el mundo es un caos y el hombre lo que ha hecho
desde el principio es tirar, echar redes de integibilidad para convertir el caos en un cosmos. Pero ese cosmos es siempre un
ca-osmos, es decir, es un cosmos que tiene dentro un elemento de caos ineliminable, indestructible, insimbolizable. Lo real
es el caos y no todo es simbolizable, por eso lo que hace el hombre es lo que hizo sobre los mitos con las metáforas, es
decir, intentar echar, lanzar redes de integibilidad sobre un mundo que aparece en un principio como monstruoso, poderoso
frente al hombre. Ahora bien, mediante el concepto, mediante la imágen, el mito, la metáfora primero y luego mediante la
filosofía, y después mediante la ciencia y la técnica son mecanismos para controlar ese elemento de lo real, casi
insuperable, ineliminable. Son “caoides” tanto el arte como la ciencia y la filosofía, son redes de integibilidad lanzadas
sobre un mundo en un principio ininteligible, y así vamos construyendo una mínima integibilidad, algo para poder primero
conocerlo (para preverlo), segundo, a través de la ciencia y la técnica para adecuar el mundo a nuestras necesidades, hay
que adaptarse al mundo para controlarlo, esa es la sabiduría (ya estoica, spinoza) para poderlo usar a nuestro favor.
Tenemos que conocer para poder sacar el máximo provecho, para transformar. Pero a la naturaleza solo se la puede
dominar si se la conoce, si se la sigue, pero nunca se debe ir en contra, hay que saber sortear.
Esa es la grandeza del ser humano, capacidad de conocer para transformar pero respetando. Por ejemplo el no respeto de la
naturaleza por la tecnología, manipulándola hasta el punto de poder destruirla entonces estamos entrando en situaciones
peligrosas. De ahí ese llamado a la prudencia, de retorno a esos límites estoicos. Por eso Deleuze insiste en el experimentar
pero de forma lúdica (buscando la felicidad, la alegría, línea spinoziana-nietzscheana) pero lúcida, ya que estamos
luchando con fuerzas. Por ello la experimentación tiene que ser prudente, las líneas de fuga tienen que ser filtradas, hay que
analizarlas, vigilarlas, evitar que se invaginen y se hagan destuctoras, patológicas ya que se está jugando con fuerzas que
pueden llegar a destruirnos.
Así en el cine: La ontología que hace Deleuze no es una ontología de la esencia, no del ser, es una ontología del
acontecimiento y también es sistema. Su ontología no es una ontología del ser sino del “Y”, del añadir, la conjunción, una
cosa y otra y otra. No es la lógica aristotélica del silogismo, A es B, sino una lógica más estoica, más de la modalidad, es
una lógica que busca paratáctica, que busca con el “y”, que va añadiendo. No con el A es B sino A y B y C y D … . Hay la
proliferación, las líneas de fuga, los devenires. No esencias sino devenires, no Parménides (clásico) sino Heráclito (el
movimiento), la fluidez.
En Deleuze se ve el paso de las esencias a las relaciones (a las conjunciones). Deleuze retoma de Hume “la relación”, no
esencia sino relación, lo fundamental es el “y”, las relaciones que son las que constituyen al sujeto, las relaciones son las
que constituyen al mundo. Lo fundamental no son los elementos sino la relación, como en el viaje, lo fundamental no es el
punto de salida ni el de llegada, lo fundamental es el camino, la línea, el permanecer, el trasncurrir , el discurrir la línea
nunca el punto, lo fundamental es el “entre”.
La filosofía de Deleuze es una filosofía del entre, siempre en el medio. Lo fundamental no es lo relacionado sino la
relación. Ya Marx decía que los individuos son los nudos de las relaciones sociales y así lo interpreta Deleuze, lo
importante no es tanto el sujeto como las relaciones, el sujeto es un conjunto de relaciones. El capital es un mecanismo de
relaciones sociales, lo fundamental son las relaciones no los individuos. Las relaciones son las que constituyen en sus
extremos a los individuos. No individuos previos que entran en relaciones (contrario a la idea del liberalismo del sujeto
constituyente, sujeto atómico, constituyente último de la realidad).
En su estudio sobre el cine tiene que ver con la pragmática, a él lo que le interesa del lenguaje no es la sintaxis ni la
semántica sino la pragmática, cómo hablamos, cómo utilizamos el lenguaje. Deleuze recogerá la idea de la palabra llena, la
palabra plena, como la de Goethe, y ante ello se puede pensar que ya no se puede hablar, ante este hecho de los años 20 y
30 del S.XX la palabra plena quedará agotada, ya no será posible un Goethe.
Una salida es el silencio, pero la alternativa de Deleuze no es ni un intento de reconstruir la palabra perdida, la palabra
plena, pero tampoco estamos condenados al silencio, se puede hablar, pero un hablar que es un balbuceo y ahí estará Kafka
y luego Becket, usando palabras que ya no son palabras plenas ni tampoco son silencios, son murmullos, son balbuceos.
¿Qué hace Kafka? Kafka hace un uso minoritario y balbuceante de la lengua mayoritaria que era el alemán, esto también
tendrá una importancia fundamental en la política. No tanto desarrollar minorías que quieran convertirse en mayorías, sino
insertarse en la mayoría y hacerla trastabillar, balbucear, obligarla a adecuarse al discurso minoritario, que entre en devenir
el minoritarismo. No sustituir una mayoría por otra (tendencia de todas las minorías). Lograr un uso extraño de la lengua,
proliferante. Buscar líneas de fuga, y dice que el “y” es siempre la frontera, el límite, donde pasan las cosas, porque la
frontera está en dos sitios y no está en ninguno, es un elemento de transmisión, de comunicación, de corrupción (un lado
puede corromper al otro), es un elemento fundamental, es un elemento de mestizaje. En la frontera es donde se puede
generar novedades del paradigma, precisamente ya que no está dentro del paradigma (donde le es más difícil), pero para
que se genere novedad si que hay que estar dentro. La frontera es ese sitio maravilloso que está en el entre (No es Alemania
no es Francia). Las fronteras como los puertos son los sitios por donde entra la novedad. La costa como frontera, como
lugar de hibridación al devenir creativo. Los nacionalismos son contrarios a este mestizaje.

LA IMÁGEN EN MOVIMIENTO
¿Porqué Deleuze tiene dos libros sobre cine? Porque el cree que hay un pensamiento a través del arte y el arte del S XX y
XXI es el cine (el cine, la tv, lo digital, el mundo de la imagen en movimiento), ya lo vió Benjamin, que sigue a la
fotografía (estática), podría verse como un desarrollo tecnológico de la fotografía que introduce movimiento en lo estático.
El cine es un modo de conocimiento y por eso es perfecto que un filósofo le dedique dos libros a la historia del cine, pero
no una historia temporal y lineal sino una historia sincrónica, una historia natural como decía Benjamin o Adorno, es una
historia como taxonomía, como clasificación, no tanto un desarrollo histórico lineal sino también posibilidades sincrónicas,
diferentes formas de desarrollar. La imagen movimiento es una imagen acción basada en esquemas sensorio-motrices, una
resistencia a la situación, procede por cortes racionales y encadenamientos y proyecta un modelo de verdad. Eso luego de
la 2da. Guerra mundial cambia, el neorealismo italiano y otras vanguardias forzarán un cambio que hará que la imagen
movimiento se sustituya por la imagen tiempo. A ésta Deleuze la denomina imagen-cristal (el cristal es una imagen doble,
que tiene una parte real y otra virtual), en el cristal se ve el tiempo, la imagen deviene pensamiento y esto lo hace la
independencia de los efectos ópticos y sonoros, que ahora estarán desacoplados en esta intelectualización que sufre el cine,
dos discursos distintos que no se solapan. Y ahora procede por cortes irracionales, reencadenamiento de las fuerzas y se
basa en el devenir como potencia de lo falso (la ficción como potencia de lo falso que ya citaba Nietzsche).

FOUCAULT
La relación Deleuze-Foucault es muy curiosa, son como hermanos gemelos unidos por la espalda. Gran respeto mutuo,
separación. Uno con una filosofía más del placer, el otro una filosofía más del deseo. Uno de los dispositivos, otro de los
acontecimientos. Deleuze le dedica un libro a Foucault, pero ese Foucault de Deleuze es un Foucault bastardo, adulterino,
hecho por detrás, es un Focault que es Deleuze. Pero logra sistematizar a Foucault: 1º Ver y oir - Las palabras y las cosas,
2º El poder y 3º La subjetivación.
Subjetivación que no sujeto, no hay vuelta al sujeto en el último Foucault, son siempre procedimientos de subjetivación,
procesos que no esencias, construcciones de formas de vida nuevas. La autoconstrucción del hombre como una obra de
arte, una idea de autoconstitución del sujeto, lo importante es el proceso, el devenir, no es el punto de llegada, no es un
telos, no hay teleología, lo importante es el devenir, es el autoconstituirse como sujeto. Deleuze dirá que con Foucault
como con cualquier filósofo lo que hay que hacer es seguir los problemas que afronta, las rupturas o rodeos a los que se ve
sometido, más que juzgar sus soluciones. Deleuze es totalmente contrario a la matriz cristiana de juzgar. Primero se debería
entender y luego juzgar. No hay que juzgar desde afuera, es decir, llegar y condenarle. Deleuze nunca juzga a los autores,
ni siquiera a Kant ni Hegel (el gran olvidado) sino que lo que siempre intenta es ir entendiendo.
Tanto Foucault como Deleuze toman de Nietzsche las fuerzas, que son la clave del diagrama, la forma es un conjunto de
fuerzas, así en su libro sobre F. Bacon dirá que lo que Bacon pinta son las fuerzas, sus figuras son condensaciones de
fuerzas, lo que hace la pintura es pintar fuerzas, como decía Kandinsky “hacer visible lo invisible”, es decir, las fuerzas que
son invisibles se transforman en formas y esas formas es lo que permite hacer visible lo invisible.
Subjetivación, relaciones de las fuerzas con si mismo, plegado de las fuerzas sobre el si, es que el proceso de subjetivación
es un proceso de invaginación (el interior del exterior), el interior es siempre una derivada, el sujeto es una derivada. Es el
exterior lo que al invaginarse produce lo interior, lo fundamental es lo exterior, es el afuera que estudia Blanchot, ese
exterior por invaginación, por interiorización es lo que da lugar al sujeto, pero no es un sujeto sino una subjetivación, es un
plegado de fuerzas sobre si. La existencia no como un sujeto sino como una obra de arte, como invención de formas nuevas
de existencia.
La estetización, una ética que no una moral, sino una ética estética, una ética de dandi. Una construcción estética de la
ética, una autoconstrucción como una obra de arte, eso es lo que analiza Deleuze de Foucault y dice que la individuación
opera mediante intensidades, mediante campos individualizantes y no personas o identidades, “es” genera acontecimientos.
Pero como ya sabemos acontecimientos no esencias, intensidades no extensiones, lo fundamental es lo molecular, lo pre-
subjetivo, lo pre-personal, de esta forma, lo personal, lo subjetivo, es siempre una derivada, siempre secundario, la
primacía está afuera, en lo molecular, en lo micro, no en lo macro.

FILOSOFÍA – INTERCESORES
Los intercesores, somos la suma de lo que han hecho o no hecho los intercesores sobre nosotros. Siempre del exterior,
somos una especie de coagulación de fuerzas externas, esto no supone eliminar la responsabilidad pero exige humildad.
Los intercesores aluden al carácter colectivo de la creación, creamos a partir de lo otro, personas, cosas, plantas, animales,
reales o ficticios, que forman series, y nosotros estamos en la coyuntura de esas series, pero esas series son previas a
nosotros, son externas a nosotros. Son anteriores a nosotros y seguirán incluso cuando nosotros hayamos desaparecido.
Nosotros somos un coágulo, un coágulo de cosas, una contingencia, y como eso se disuelve, entonces hay que ser
consciente de ese carácter contingente de la creación, y así, del más listo al más guapo se deben a los otros, se crea con los
otros. Por de pronto crea con un lenguaje pero ese lenguaje no lo ha creado uno.
Es decir, tu pool genético, la educación recibida, el lenguaje en el que has nacido son intercesiones de elementos externos.
Es decir la creación como elemento colectivo. Y dice que no somos palabras aisladas sino un coro, sin el coro no somos
nada. Cada uno se expresa a través de sus intercesores. La producción de la verdad gracias a la potencia de lo falso, el
carácter de ficción del discurso. La verdad como ficción que ya analizaba Nietzsche y que Deleuze retomará.
La potencia de lo falso, la consciencia de la ficción, somos ficción y construimos ficciones. Pero es un elemento
constructivo, creativo. Creamos ficciones, no reproducimos un mundo dado sino que añadimos cosas nuevas, ficciones que
se añaden sobre la realidad primaria.
También hay un capítulo sobre Spinoza, él ya había hablado de que había dos éticas en Spinoza, 1º la ética del concepto
(ética de segundo género), la ética deductiva, que va desde la definición-axioma-demostración-conclusión, y es la que
normalmente usamos cuando leemos. Pero, al mismo tiempo, surgen “incidentes” a título de escolios discontinuos,
autónomos, que remiten unos a otros y actúan violentamente, constituyendo una cadena volcánica quebrada en la que rugen
todas las pasiones, en una guerra de las alegrías contra las tristezas. Se diría que estos escolios se insertan en el desarrollo
general del concepto, pero no es así: se trata más bien de una segunda Ética que coexiste con la primera a otro ritmo, con
otro tono, y que duplica el movimiento del concepto mediante todas las potencias del afecto. En los escolios es donde
Spinoza discute, donde polemiza, donde crea, donde inventa, es el avance, no es el avance de la deducción, sino es la
ruptura, el devenir, la bifurcación que se hace en los escolios, ahi es donde Spinoza ajusta cuentas.
La 2º ética es la ética afectiva, los afectos, la pasión. Y la 3º ética es la ética de la luz, el libro V, pero lo cierto es que en
esta ética se distingue un cambio que se percibe en la dimensión de la luz, y éste dirá que es el percepto (el 3er género), es
el momento de salvación que tiene una dinámica distinta, de la beatitud y de la gloria, vamos al amor dei intellectualis. Así
tenemos 3 éticas: 1) La ética deductiva (del concepto), 2) La ética afectiva ( del afecto) y 3) La ética de la luz (del
percepto).

LA POLÍTICA
Deleuze parte de Foucault y lo supera un poco y dice que Foucault ha analizado lo que él denominaba las disciplinas, es el
capitalismo del S.XIX y XX, las disciplinas es el panóptico, es la fábrica, las escuelas, el hospital, la cárcel, es decir,
mecanismos cerrados, paso de uno a otro, ya no estamos en la escuela, ya eres mayor, trabajas, etc.
Hay una especie de segmentación de la vida con sus elementos disciplinarios sucesivos, mientras que hoy en día son
simultáneos y además delicuescentes. Pasamos de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control. Antes el gran salto
que había hecho Foucault había sido pasar de sociedades de soberanía, basadas en el poder (absolutismo), que era el
control sobre la muerte, la capacidad de la vida y muerte, y luego pasamos a las disciplinas, y ahí aparece la biopolítica y el
biopoder, el poder no es ya un poder de dar la muerte sino un poder de controlar, de gobernar la vida a través de las
disciplinas. Gobierna el flujo vital, gobierna las poblaciones a nivel colectivo y en los individuos, en los cuerpos a nivel
personal. Hay una anatomopolítica del poder, como saco el máximo rendimiento de un cuerpo, los primeros que lo hicieron
fueron los militares que lo analizan muy bien y esa disciplina se pasa tal cual a las fábricas. Y así, tanto en el fordismo
como el taylorismo de los tiempos modernos se ve como cuerpos acostumbrados al trabajo libre en el campo son metidos
en el S.XX en las industrias, son encerrados en las fábricas. Su tiempo (Ford y Taylor) es analizado con el máximo detalle
de cara a extraer y desarrollar su potencial al máximo. Es decir, anatomopolítica del poder, del cuerpo por un lado y por
otro las biopolíticas de las poblaciones (el estudio de las grandes tendencias, ancianidad, mortalidad, natalidad, las
enfermedades, etc). Eso en el S. XIX y parte del S.XX.
Ahora el tema ha cambiado, ahora estamos en sociedades de control, y Deleuze las define como no definidos por el
encierro sino por un control modulado y continuo en espacios abiertos. La gran fábrica se ha sustituido por pequeñas
empresas, incluso se trabaja desde casa. Lo mismo en la enseñanza (ya no estudias en un sitio cerrado, ahora por Tv, las
redes, en cualquier sitio). Todo se ha roto, ya no hay encierro, ni temporal ni espacial. Se ha producido una fragmentación,
una pulverización del espacio-tiempo del trabajo, como el de la educación, como el de la sanidad, como del control
político, que ya no se basan en el encierro, sino que ahora se basa en la televisión, en el móvil. Una sociedad de control que
supone que la absolución aparente entre dos encierros (p.ej. El fin de semana era visto como una libertad provisional),
ahora estamos en una especie de prórroga ilimitada, nunca se acaba, nunca tenemos absolución. En lugar de consignas,
ahora usamos contraseñas, vivimos torturados por las contraseñas, y esto también supone sustituir el devenir por la historia.
Ellos apuestan más por el devenir que por la historia. La historia es la condición del devenir, pero la novedad surge en algo
no histórico, en el devenir. El devenir es lo que rompe la historia. Parte de la historia pero la supera, se abre a lo nuevo.
Ellos son filósofos del devenir más que filósofos de la historia. En ese sentido apuestan por la experimentación, por la
apertura. El devenir es siempre intempestivo, lo nuevo siempre está en su tiempo pero mal, bien porque viene de atrás, se
queda como una rémora, como un muerto viviente (las religiones, los nacionalismos, los fascismos son muertos vivientes y
algunos además asesinos), o bien proyecciones hacia el futuro, pero nunca está en su tiempo. La novedad exige estar
desacoplada respecto al tiempo, quien inventa está en el límite y no en el centro del paradigma como decía Kuhn. La
invención desde la mayoría es difícil. La invención desde la minoría es más fácil, porque son más débiles, están menos
consolidados.
Para Deleuze una sociedad se define más que por sus contradicciones por sus líneas de fuga (ello en oposición al marxismo
clásico), más por sus minorías que por sus clases, más por sus máquinas de guerra que por sus aparatos de estado.
No las grandes contradicciones molares sino las líneas de fuga moleculares, p.ej. Los homosexuales, los judíos en otro
momento, los protestantes, no son contradicciones grandes, son líneas de fuga, devenires, minorías, no son las clases
opuestas sino las minorías, no son los obreros, sino los obreros homosexuales, los obreros mujeres, o de color, ya no es una
clase contra otra clase, sino la clase hecha micro, como trituradas, roturadas por las tendencias, por los devenires. Las
minorías introducen variedad a las clases y eso es lo que introduce el dinamismo más que las clases, tal como Kafka se
introducía en el alemán para socavarlo, triturarlo, hacerlo balbucear.
Máquinas de guerra , y así ahora las guerras las hacen los mercenarios, no las tropas regulares que tienen que respetar
leyes, ahora se compra mercenarios.
La forma de hacer la guerra ha cambiado, la guerra se desestataliza y se vuelve a los guerreros clásicos (Aquiles contra
Agamenón), ahora es el guerrero el militar, pero la máquina de guerra nunca llega a ser controlada del todo por el Estado,
tiene líneas de fuga que escapan a ese control estatal.
La minoría: Lo minoritario no es cuestión de número. Las minorías son más mayoritarias que las mayorías, hay más
mujeres que hombres, más gente de color que blancos. Lo mayoritario se define por un modelo, por un patrón de medida.
Mayoritario es el patrón, pero el patrón es blanco, adulto, varón, heterosexual, y todo lo que no se encuadre en eso son
minorías, los niños, los negros, los locos, etc.. Las minorías son mayoritariamente más que las mayorías, pero son minorías
porque se les mide respecto a un patrón. Pero para ellos, los postestructuralistas, lo minoritario es un devenir, no una
situación y menos una esencia, pero también dirán en Mil mesetas, donde hacen un análisis sobre el devenir mujer, y ello
es porque la mujer también tiene que devenir mujer, la mujer no es mujer solo por una configuración dada, la mujer tiene
que construirse, tiene que devenir mujer, no es mujer por si misma, también el hombre tiene que devenir mujer, el devenir
minoritario es un devenir revolucionario. El devenir mujer como minoría tiene que construirse a si mismo, tiene que ser
consciente que hay un patrón que es el varón. Devenir obrero es ser consciente de que hay una oposición de desigualdad en
la que uno es minoría y te tienes que construir. No se trata de partir de minorías como esencias ya dadas, si de situaciones,
sino de devenires.

Para acabar repasaremos una lista de conceptos:


Que es lo que se traduce de este libro Conversaciones que recoge gran parte de la obra Deleuziana, y por añadidura la obra
de Deleuze se podría caracterizar de:
- VITALISMO: Su obra apoya la vida, incluso la vida inorgánica (son leibnizianos en ese sentido, todo vive. Lo que pasa
es que las monadas de la mesa están como tontas, abotargadas, pero son monadas, iguales que las del cuerpo e incluso las
del alma humana que es la más viva). Pero insiste frente a los vitalismos normales sobre la vida no orgánica, es decir, la
previda, esa concepción emergetista, energética a última instancia de la realidad.
- CONSTRUCTIVISMO: Todo es construído, todo es contingente. Aquí no hay una mera reproducción de lo que hay, sino
que inventamos. La filosofía es construcción de conceptos, la política es construcción de devenires, la vida propia es
experimentación de nuevas formas de vida. Es constructivista, hay que generar, construir, experimentar, inventar. No es
una reproducción , no es una mera representación. La crítica a la representación es fundamental en su obra.
- ES UNA PRAGMÁTICA: Ni sintaxis ni semántica. El uso que hacemos del lenguaje.
- DEVENIR MAS QUE HISTORIA, porque es la búsqueda de la verdad, de lo nuevo, de lo inédito, de la bifurcación, la
experimentación.
- ESPACIO MAS QUE TIEMPO, en eso son estructuralistas. Frente a todas estas filosofías del tiempo (Hegel, Husserl,
Heiddeger) dan primacía al espacio, la importancia del espacio, como mucho coordenadas espacio-temporales, y no el
predominio del tiempo y la intensidad, sino el predominio del espacio y la exterioridad, y los que lo hicieron primero
fueron los estructuralistas y ahí Deleuze es estructuralista o postestructuralista.
- ACONTECIMIENTO MAS QUE ESENCIA, es decir elementos espacio-temporales suceden, acontecen. P.ej. Analizar el
olor a primavera, el calor del verano, no esencias y si acontecimientos espacio-temporales.
- CRITICA DE LA REPRESENTACION A NIVEL EPISTEMICO Y POLITICO. A nivel epistémico: filosofía
constructivista, antirrepresentacionista. A nivel político: la acción minoritaria de las masas frente a la representación a
través de los partidos, a través de sindicatos, no significa romper con esto, significa hacer lo que hizo Kafka con el alemán,
lo minoritario metiéndose en lo mayoritario e intoxicarlo, deformarlo, obligarlo a moverse, dinamizarlo, obligarlo a entrar
en líneas de fuga, en devenires, que no se coagulen, que no se cierren, que se fluidifiquen.
- MOLECULAR FRENTE A MOLAR, lo micro frente a lo macro.
- MACROPOLÍTICA DEL DESEO, es decir, minorías.
- PENSAMIENTO MÚLTIPLE: conceptos – afectos – perceptos./ No sólo conceptos, no es un intelectualismo, sino
también el arte, la música, el cine, que también son elementos cogniscitivos, y nos permiten introducir sentido, familiaridad
con el cosmos.
- APERTURA A LO OTRO, al arte, a la ciencia, a la política.
- INTERCESORES: Esa creación es una creación colectiva, nos debemos a los que nos han ayudado a ser lo que somos.

Y por último ese pensar es un pensar colectivo para un pueblo que falta, hay que buscar un pueblo pero que falta, no está
dado, hay que construirlo y hay que construirlo construyéndose. No construir el pueblo desde afuera como entiende el
populismo, sino una autoconstitución del pueblo, y ese es un pueblo que falta, que nunca está presente, que es un devenir,
que es una minoría. Por eso esta búsqueda del pueblo que falta, del devenir cualquiera es todo lo contrario a lo que vivimos
en este tiempo (El predominio del Yo absoluto. Somos monolíticos, por eso un pueblo que no está, que no está detrás sino
delante, a construir mediante la bifurcación, la experimentación.

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