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Santa Fe, una elección entre emergencias e impunidades.

Ofertas y acechanzas de una Trinidad Conservadora y Manodurista.

Una vez más, la industria electoral vuelve a exhibir su obscenidad manipuladora. Una
vez más, empuña un grosero disimulo de las causas orgánicas que han patentado las
dolencias y desventuras populares. Ningún exponente de la ya rancia política tradicional
apelará a la verdad histórica, todo lo contrario, la encapuchará bajo una semi sonrisa
teñida de cinismo y falsedad. Se intentará ocultar lo inocultable: la persistencia de un
dilatado período de crisis –global y crónica-, iniciado con el terror dictatorial, afianzado
con la ofensiva neoliberal de los ‘90 y agudizado por la hecatombe financiera de hace mas
de una década.
En documentos anteriores hemos señalado que el concepto mas apropiado para una
caracterización de la realidad santafesina es el de “territorio de emergencias”. Un colapso
integral se expande sobre las áreas básicas de nuestra vida material: salud, educación,
trabajo, medio ambiente, alimentación, género, seguridad, vivienda, sistema hídrico,
justicia, cárceles.
Una cotidianeidad de penurias, de descarte social, de violencia exacerbada y muerte
revelan – patéticamente- la continuidad del proceso regresivo instalado por el
neoliberalismo, primero en clave dictatorial y luego bajo el formato de los sucesivos
gobiernos civiles que se sucedieron. La fórmula ensayada por los elencos estatales desde
el ’83 hasta nuestros días ha sido la de la indiferencia ante los dramas estructurales de
nuestro pueblo, el control social y la criminalización ante las rebeliones y las urgentes
demandas, la impunidad. Como contrapartida, han sostenido una planificada política
estatal para favorecer la fluidez y la dinámica concentradora, para conferir privilegios de
todo tipo en favor de los “vencedores del modelo” y diversidad de reaseguros para su tasa
de ganancia.
En medio de esta pornográfica emergencia, el esmero vital de las clases dominantes y sus
representaciones políticas se asienta nuevamente en el modelo de democracia reinante.
Verdadera ingeniería mercantil, fraudulenta, promotora de la desideologización, de la
privatización y el elitismo. El variopinto carrusel de “ofertas” se servirá de la
manipulación mediática y de “consultoras” colonizantes suscitando debates tan falsos
como sus encuestas. Circulan una variedad de operaciones multicolores y la “dictadura
de la imagen” machaca hasta el hartazgo. Allí, bajo ese formato propagandístico, el
establishment renovará todos sus intentos de hallar un escape político a sus laberintos
de crisis. Procurará así, encubrir y distorsionar los debates estructurales, venderá humo
con sus spots de mercado para captar consenso pasivo y auxiliará a la gobernabilidad
burguesa.
Desde el 2015, el mapa comicial de la provincia reconoce la consolidación de una
Trinidad Conservadora y Manodurista. Progresistas, Pejotistas y Macristas para nada
ocultan su apologética defensa sobre el modo de producción imperante: primarización
biorentista, concentración y extranjerización económica, imperio de la especulación
inmobiliaria, renta financiera indemne, flexibilidad, precariedad e inseguridad laboral,
desempleo, pobreza e indigencia creciente. También, muestran similitud de enfoques
dentro de la creciente derechización en el terreno de las concepciones para las políticas
de seguridad pública.
Pretendemos no pecar de pereza intelectual y afirmar que “son lo mismo”. Pero al mismo
tiempo, nos resistimos a cierta analítica oportunista que presenta a los matices de
gestión o estilo estatal como si se trataran de rupturas antagónicas. En otras palabras,
nuestra caracterización sobre la “trinidad santafesina” la proyectamos desde la certeza de
que estamos en presencia de una tríada de fuerzas políticas cómplices y emparentadas
con la continuidad del plan maestro extractivista, especulativo y criminalizador vigente
desde hace tiempo.
Vayamos al grano analítico.

La socialdemocracia global y los ¿“Tiempos de Cambio”?


Empinado sobre el ancho y todopoderoso territorio del discurso político, Hermes Binner
perfiló –allá por el 2008- las pretensiones de la “buena gobernanza” progresista. Apuntó
al tuétano del imaginario social con lo que suponía primicias políticas de época e ideas de
ruptura con casi un cuarto de siglo de administraciones pejotistas.
Propuso echar mano a las “oportunidades” que –supuestamente- ofrecía el ciclo virtuoso
de las comodities. Las mas comunes de sus cantinelas oratorias aludían a “la inserción
internacional estratégica de la provincia de Santa Fe…” “La transformación planetaria en
curso implica un desafío inédito para las próximas décadas, fundamentalmente para los
próximos 20 años.” Empeñó su puño y letra alabando lo que denominó el Plan
Estratégico Provincial.
Habló de “Un nuevo trato del Estado hacia los ciudadanos”, a la implantación de una
“dirección progresista” y de una “democracia participativa de proximidad”.
Ese Estado, además, debería tornarse en “eficiente y a la vez amable, de trato cordial”.
Para ello, anunció como política oficial de estrechamiento con los ciudadanos a las
denominadas “Asambleas Ciudadanas”, supuesto espacio de reconciliación de la
sociedad con el Estado. Embargado en cierto paroxismo, caracterizó a estas Asambleas
como “un ámbito democrático, donde están en pié de igualdad ministros, legisladores,
intendentes, presidentes comunales y ciudadanos”. (SIC)
Los santafecinos debíamos admitir, de allí en mas, que el “progresismo decente” había
encontrado un poderoso talismán “para responder positivamente a la crisis de democracia
representativa” post 2001. Y debíamos aceptar, pasivamente, que las Asambleas
Ciudadanas representaban la suprema aspiración a una “genuina participación de la
ciudadanía en la elaboración de los planes estratégicos regionales y en la construcción del
Plan Estratégico de la Provincia de Santa Fe”. (SIC)
La verdadera intencionalidad de este armado pseudo-participativo apuntó en tres
direcciones concretas:
1) Poner en caja, cauterizar las revueltas y rebeldías callejeras del 2001 y
reformular, en términos metodológicos y funcionales, los mecanismos de
conquista de consenso legitimante. Para ello, resultaba vital orquestar “puestas
en escena” donde exhibir “un formato estatal permeable a la sociedad civil”, que
en virtual apariencia confrontara con las “caducas y primitivas” prácticas de
gestión estatal ejercida por un PJ menemizado: populismo clientelar, burocracia
centralizada, verticalidad, control social, represión, ajenidad y lejanía con los
dramas populares, corrupción, etc. En estos (supuestos) escenarios
“asamblearios” la voz de los “sin voz” se tornaba una pieza de utilería dentro de
una escenografía mayor: la montada por la tecnocracia progresista que tomaba
todas las decisiones políticas bajo la celosa custodia del “núcleo fuerte” del
gobierno.
2) Con la denominada descentralización puso en disputa la base de sustentación
del poder económico, político y social construido históricamente por el PJ, e
intentó su desplazamiento como sujeto político dirigente y articulador del sistema
de alianzas entre clases y actores políticos. Este objetivo se tornaba más
relevante en el interior de la provincia, donde el PJ exhibía aún un poderío casi
intacto.
3) Consolidar la “gobernabilidad” del sistema y su modelo de acumulación actual
bajo una noción de hegemonía diferenciada a la conocida hasta 2007. Calcar las
ideas sostenidas por años en el gobierno de la ciudad de Rosario: una total
adhesión a la cosmética pragmática y posibilista que propone que no queda otra
alternativa que la de gestionar la esclerosis capitalista “de modo decente” y
“administrar” su miseria congénita con “buenos modales”.
Este pomposo modelo “estratégico” de productividad, eficiencia y proximidad fue
sacudido precipitosamente, tanto por la dualidad entre las formulaciones discursivas y
las conductas políticas reales, como por una variedad de vicisitudes históricas.
Hubo condicionantes duraderos como la desaceleración y el estancamiento global, el
“conflicto del campo”, la llamada implosión subprime (crac de Lehman Brothers), la
pobreza e indigencia de la década ganada y su continuidad radicalizada con Cambiemos:
ajuste impetuoso, recesión, carestía, desempleo y endeudamiento.
El denominado ciclo virtuoso de las oleaginosas devino en declinación y baja sustancial
de precios. La productividad se desaceleró y los recursos fiscales se deprimieron.
Comenzaron a aparecer los primeros síntomas de la inflación que sufrimos hasta
nuestros días.
Los primeros actos del Estado “cordial y próximo” fueron un explícito ofrecimiento
ministerial a una acólita de Reutemann, (“la negra” María del Carmen Alarcón, del
“destituyente” Grupo Pampa Sur), la impunidad para la jefatura política que ejecutó la
represión y las muertes del 2001 y para los inundadores que sumergieron a 130.000
personas bajo cinco metros de agua en la catástrofe que tanto el Lole, Obeid, Gualtieri y
Álvarez rotularon como “desborde hídrico”.
Irrumpen el desmadre delictual-represivo de la policía santafecina y la consolidación de
la violencia narco-criminal, especialmente en Rosario. Las Asambleas Ciudadanas fueron
archivadas a perpetuo y la descomposición institucional mostraba al Jefe de la Policía
santafecina imputado y procesado judicialmente por su relación con el narco. Su policía
autonomizada delinquía, torturaba y escalaba en los casos de represión y de gatillo fácil.
El 1° de Enero de 2012, la masacre criminal contra tres integrantes del Movimiento 26 de
Junio (Mono, Jere y Patón) inaugura una nueva etapa. La movilización, la denuncia de
las víctimas y el proceso judicial ayudan a explicitar las connivencias estatales,
empresariales y profesionales con el narcotráfico. La espiralidad de la violencia narco-
criminal experimenta una escalada sin límites, cobrándose vidas y ejecutando atentados
contra civiles, funcionarios y edificios públicos.
Pero no todo se lo llevaba la violencia. "La caja viene mal. Hemos otorgado incrementos
salariales del 21 por ciento y no hemos incrementado los tributos. Los ingresos propios han
caído, los ingresos nacionales también. Y no hubo incremento de los recursos propios
porque no hubo reforma tributaria y ahora estamos rascando la olla" (Antonio Bonfatti - La
Capital – Política- 23/06/2012).
En este contexto, comienzan a evidenciarse virajes conservadores, manoduristas. Se
apela a los think thanks neoliberales (Fundación Libertad, Fundación Mediterránea, Foro
Regional y otros) en busca de letra e ideas (muy neoliberales todas) para capear el ciclo
de crisis. Se barren de las áreas de la Seguridad Pública a los exponentes de la
meritocracia académica y tutores de la teoría de la Seguridad Democrática.
Elías Soae Freue, un especialista israelí en seguridad que durante 30 años trabajó como
policía en Israel y preparó múltiples sistemas de seguridad, es convocado por el gobierno
de Bonfatti para capacitar a los jóvenes agentes de la Policía Comunitaria de Rosario. De
tal manera, un personero del sionismo experto en inteligencia, guerra psicológica y
aniquilamiento de comunidades palestinas era bienvenido y halagado por su programa
Multipol. Este programa traza como objetivo central el involucramiento de los sectores
populares en las políticas de prevención y control de delito. La intendenta Mónica Fein
exaltó a Freue y a su “aporte invalorable para que esta fuerza mejore. Tengo la esperanza
que los vecinos y las instituciones se involucren, porque son ellos quienes deben auditar
permanentemente y mantener un diálogo continuo con el estado local”.
Queda claro que esta concepción de “integración comunitaria” promueve las prácticas
mas aberrantes del sigilo y la delación vecinal. Una política que no apunta a rescatar
atributos populares como la solidaridad, sino que alienta la “buchonería”, el
individualismo pragmático, la colaboración económica activa con la policía, la fractura
social, la “guerra entre pobres”, linchamientos express, etc., buscando resultados en base
a la potenciación de las peores miserias humanas.-
Lifschitz y su gobierno promueven el desembarco de la jefatura de Carabineros (jefes de
Análisis y de Operaciones coordinados por el Agregado Policial de la embajada de Chile)
para “exportar el plan de seguridad chileno a Rosario." “La idea es profundizar el Plan
Cuadrícula, para estar más cerca del vecino, ganar la confianza del vecino, que conozca al
policía que está cerca.". (La Capital - Martes 27 de Septiembre de 2016).
Y siguen las perlitas: “En Chile primero está la mamá y después los Carabineros, señaló
Silvana Marisio, jefa de Operaciones de Control” de los “pacos”, y “destacó los índices de
confianza y popularidad que supuestamente gozan sus uniformados”. (La Capital -
Miércoles 28/9/2016). Un exultante Pullaro twiteó: “Con carabineros de Chile tenemos
una semana de intensa actividades. Mañana unidad Regional Rosario y por la tarde Base
TOE” (Twitter oficial de Maximiliano Pullaro – 27/09/2016).
Hay que apuntar también la total adhesión del progresismo a los desembarcos de Berni y
su Gendarmería, a la declaración de emergencia en seguridad y a la activa “coordinación
unitaria” con la ministra Bulrich en las políticas de inteligencia, represión y
criminalización promovidas bajo el rótulo de “guerra al narcotráfico”. En consonancia con
estas políticas se ufanan de haber sancionado la primera ley sobre extinción de dominio
de bienes secuestrados al narco. Cada subasta de bienes decomisados resulta un show
donde una patética victoria pírrica es mostrada como resultado de firmeza y eficacia
político-judiciaria frente a la narco-criminalidad.
En materia legislativa, el ministro de Seguridad Pullaro, acompaña la ofensiva de la
ministra Bullrich para que la provincia adhiera a la Ley Nacional de Narcomenudeo,
presionando para que el proyecto de ley aprobado en el senado provincial sea tratado en
Diputados. Se impulsó el proyecto del nuevo Código Procesal Juvenil orientado por el
“especialista” García Méndez que públicamente argumentó que la provincia debía
superar tanto la demagogia punitivista como el garantismo bobo. Con tal definición se
despejan las dudas respecto de la verdadera postura del gobierno provincial en relación a
la edad de imputabilidad de los menores, mas allá del cacareo mediático de Lifschitzs y
Silberstein en contra de los proyectos legislativos que propician la baja. Coherentes con
estas premisas, se aprestan a inaugurar las ampliaciones del IRAR (verdadera cárcel de
menores) en Agosto próximo.
En el campo laboral, el Estado santafecino aplica despiadadamente la lógica
precarizadora que se sostiene en una mayor explotación de la fuerza de trabajo. Las
diversas luchas protagonizadas por los empleados del sector público pone diariamente en
la superficie la naturaleza negrera, explotadora y evasora del gobierno. Sueldos de
hambre, trabajo en negro, pésimas condiciones laborales, salarios adeudados,
flexibilización y contratos basura, son algunas de las “bondades” que exhibe su gobierno.
También, se evidencia que ante las protestas y movilizaciones se alienta la fractura
social, la amenaza de represalias y una tendenciosa campaña mediática que apunta a
deslegitimar o estigmatizar las demandas.
Las últimas imágenes del naufragio progresista reflejan su deriva conservadora:
1) el affaire de su ex diputado, Luis Contigiani, y esa fervorosa intervención en contra
de la legalización del aborto (“….cuando me fueron a buscar ya sabían quién era y
como pensaba. No estoy para nada de acuerdo en abordar el aborto como un
derecho a elegir. Me aferro a la convicción de que el pueblo debe defender la vida. No
podemos resolver problemas sociales colateralmente al eliminar la vida por nacer”.)
2) La claudicante aceptación del Pacto Fiscal propuesto por el macrismo y el brutal
ajuste en las tarifas de los servicios públicos provinciales.
3) El rutilante papel del gobernador en el armado político de una posible alianza
electoral encabezada por Roberto Lavagna (duhaldismo acérrimo), y fogoneada
junto a gobernadores de la denominada “Región Centro”, Gustavo Bordet (PRO
campo y PRO vida) y Juan Schiaretti (Fundación Mediterránea): "Se necesita,
primero, un armado plural y transversal, es la única manera de romper la
polarización y expresar un proyecto alternativo. Lavagna es el único que reúne
características que lo hacen atractivo para este momento: experiencia y
conocimientos técnicos sobre la economía, ha sabido administrar una crisis de
manera exitosa" (Miguel Lifschitz - La Capital – Política - Miércoles 10 de Abril de
2019).

JUNTOS: el pacto jurásico y su refrito verde-celeste.

El proceso de crisis en el PJ provincial contiene un complejo arrastre de casi 40 años. En


los ’80, el signo cualitativo de las gestiones de la denominada “cooperativa” (Vernet-
Reviglio) radicó en el reparto bipartidista del territorio estatal, la corrupción y el
enriquecimiento ilícito, la confirmación de los mandos de las fuerzas policiales implicadas
en el terror dictatorial, el apadrinamiento de los sectores sindicales vinculados a las AAA,
el clientelismo paternal de todo pelaje, entre otros. Algunos de sus actores y personajes
terminaron imputados delictivamente y destituidos (Vanrell), y recluidos en un
ostracismo obligado que les impidió el retorno al campo de la política por simbolizar al
“peronismo impresentable”.

La siguiente etapa la completa con la alternancia de la dupla Reutemann-Obeid.

La aparición política del “Lole” emerge en medio de un momento primario de crisis de


representatividad ante el estrepitoso fracaso del proyecto alfonsinista (con la democracia
se vive, se come) y el ocaso de un gobierno provincial jaqueado por las corruptelas, los
saqueos y la hiperinflación. La metaformosis capitalista apeló a colmar la política con la
farandulización y el tecnocratismo y así socorrer su gobernabilidad. Reutemann fue
discípulo eminente, visceral del menemismo y del pensamiento único. Cobijó en sus
gobiernos a Mercier, un experimentado ajustador, y a Enrique Alvarez un calificado
represor. Operó para componer una Corte Suprema de Justicia adicta, nombró a
parientes, premió a salteadores de bancos y dirigió la policía que asesinó a Pocho
Lepratti. Amparó a traficantes en el Tribunal de Cuentas y mantuvo a rajatablas la Ley
de Lemas, instrumento primordial de su poder electoral inicial. Tuvo como tesorero a
Massat, hasta los escándalos de los "giros" a empresas fantasmas.

El turco Obeid alabó la “fiesta menemista” y enarboló el mega-discurso neo-liberal


exaltando los “logros” de la apertura de mercados y las “reformas” que supuestamente
conducían al primer mundo. Uno de sus “logros” fue la privatización del Banco de Santa
Fe a manos de los mafio-lavadores “Puchi” y Carlos Rohm.
Su segundo gobierno (post 2001) lo encaró con anuncios de claro sesgo demagógico:
creación de la Secretaría de Derechos Humanos (intento de licuar las responsabilidades
políticas por las consecuencias de la represión y muertes del 2001); derogación de la Ley
de Lemas (para absorber el cuestionamiento popular a los mecanismo de fraude electoral
del que resultó beneficiario); declaración de la emergencia hídrica (para aplacar el costo
político generado por las inundaciones), reforma constitucional (reformular el sistema de
representación política ante los cuestionamientos de “que se vayan todos”). Su innegable
política fue la de impulsar todas las “sugerencias” de la Bolsa de Comercio para encarar
las grandes obras de infraestructura que permitan el tráfico de mercancías e insumos de
la gran burguesía exportadora. Un rol fundamental de su gobierno fue el lanzamiento de
la “Región Centro” junto a los gobernadores Busti y de la Sota, reforzando el modelo de
acumulación capitalista que requiere permanentemente de la disposición de bloques
y regiones subordinadas a los monopolios de la concentración económica y financiera
global.
Por estas acciones se ganó los elogios del mismísimo presidente de la Bolsa de Comercio
de Rosario, Federico Boglione: "fue una idea de las Bolsas de Santa Fe, Córdoba y
Rosario" y fueron "bien tomada por los tres gobernadores", "…y tendremos un grupo de
legisladores que nos va a permitir obtener mucho más de la Nación que ahora, con una
fuerza que, dispersos, no teníamos" (RosarioNet, 31-7-04). Comandó personalmente el
plan de infraestructuras que incluyó obras como el dragado y balizamiento de la hidrovía
Paraná-Paraguay, la terminación de la autopista Rosario-Córdoba, la reubicación del
Puerto de Santa Fe, la autovía Córdoba-Concordia, el Plan Circunvalar. Las finanzas
provinciales cargaron con todas estas inversiones.
En definitiva, la gestión obeidista fue una metódica continuidad post-reutemanista, bajo
la misma perorata que conocimos en la década menemista, alabando el señorío de los
mercados y la competitividad para despegar, supuestamente, hacia la igualdad y el pleno
empleo.

En pleno apogeo de la década ganada el pejotismo provincial presentó como plan de


“renovación” la disputa entre Rafael Bielsa y Agustín Rossi. Sin embargo, el intento
fue a parar al museo de los fracasos ya ensayados del 83’ a esta parte y no pudo ocultar
ni los acuerdos del primero con las corrientes más retrógradas del reutemanismo
residual, ni la exaltación K de los “logros” del gobierno obeidista, prometiendo
profundizar el modelo regresivo imperante. Mas del mismo humo.

En la presente etapa, el archisabido pragmatismo del PJ apunta a conformar una


verdadera congregación transformista que capitalice el repliegue progresista y las
obscenidades de una derecha arrogante, saqueadora y criminalizante.
Es lo que verificamos como planteo político en las arengas cotidianas: "todos contra
Macri", "Unidad de acción contra la derecha", "Macri es el límite", “Nunca Menos”.
Se han enterrado las considerables diferencias y la forma dual de actuar ante “la
derecha” de los que ahora conforman “Juntos”. El “Frente Ciudadano del aguante”
alentando el retorno Cristinista. La ortodoxia conservadora (Perotti, a la cabeza)
acordando “gobernabilidad” a partir de acuerdos estructurales con el macrismo. Los
enviados de Cristina han demostrado “vocación unitaria” inmolando a sus candidatos y
ultimando la rosca electoral con un portador de menemismo como Perotti (idéntica
decisión tomó la jefa en Córdoba para apoyar a Schiaretti).
Para sus cometidos de campaña Perotti ha recurrido al publicista Ramiro Agulla. Un
ideólogo de “la imagen” y de los candidatos de las corporaciones (con Clarín a la cabeza).
Sus pergaminos hablan de su asesoramiento a Fernando De la Rúa (en 1999), a Carlos
Menem (en 2003), a Francisco de Nárvaez (2009-2013) y al ex gobernador cordobés Juan
Manuel de la Sota (2011). Un marketinero de clara impronta derechista y una inusual
agresividad comunicacional. Instaló famosos slogans como “Dicen que soy aburrido” o
“¡Vamos Menem!” en 2003. También, “Yo tengo un plan” o “Es ella o vos. Votame”. Se
comenta que el consagrado publicista cotiza sus campañas en un millón en dólares.
Y bajo este asesoramiento, propio de los consejos del consultor Steve Bannon (ex asesor
de Donald Trump, amigo íntimo de Eduardo Bolsonaro y promotor de un frente global de
la extrema derecha) el senador Perotti marcó sus ejes de campaña. El primero se expresó
en un afiche profusamente fijado en las grandes carteleras: “La Paz y el Orden”. Siguió
con declaraciones en la misma dirección: "A mí, no me van a votar los delincuentes",… la
inseguridad es el gran conflicto de la provincia…hay declarar la emergencia en seguridad".
Sacando a relucir ciertas ínfulas de sheriff dijo "voy a conducir a la policía,….. Va a ser
una policía mejor entrenada, equipada y remunerada". Y remató con trillada frase de “una
Santa Fe más segura, donde la preocupación pase a ser de los delincuentes y no de los
vecinos. En las grandes ciudades, a partir de las 6 de la tarde, son los vecinos quienes
tienen que encerrarse, cuando debería ser al revés”. (La Capital – 4 y 18 de Marzo).
Ha “motivado” al empresario Enrique “Pipi” Bertini para que conforme una lista de
concejales en Rosario. Bertini es el referente máximo de la masiva movilización realizada
bajo el lema “Rosario Sangra”, luego del asesinato de su hijo en una entradera. En su
lanzamiento político cuestionó a quienes “solo atienden los derechos humanos de los
delincuentes…” y el consabido “garantismo de puerta giratoria” para la delincuencia. Al
hablar del perfil de los integrantes convocados para su lista elogió a las jefas de la Acción
Católica (Opus Dei) y del movimiento “Si a la Vida”.
Estas propuestas políticas para nada difieren del contenido de aquella propaganda
electoral que mostraba al ahora precandidato a Intendente por Rosario, Roberto
Sukerman, bajándose de un patrullero en la nocturnidad urbana asegurando tolerancia
cero con la delincuencia.
El precandidato a diputado provincial Julio Eggimann, delfín preferido de Perotti,
adelantó su intención de impulsar en la Legislatura un proyecto de ley para declarar a
Santa Fe como provincia Pro Vida (La Capital - Política - Domingo 31 de Marzo).
Este denigrante acopio político desmerece toda creencia sobre panoramas de renovación
y de ruptura histórica con el marchito pejotismo. Sus actores de reparto son los que
articulan un falso discurso sobre “unidad en la diversidad”, y bajo el imperio del más
obsoleto pragmatismo pretenden justificar un verdadero pacto jurásico negador de toda
política de renovación.

No caben dudas de que esta ¿“unidad antineoliberal”?, así concebida y conformada,


representa una peligrosa mixtura reaccionaria, una nefasta perspectiva política. Y para
nada augura que por ese sendero se pueda resolver el tan machacado sermón de “no ser
funcionales a la derecha”. Todo lo contrario.
Se trata de un alarmante refrito verde-celeste conducido por un conservador sistémico,
que expresa una alianza con las multinacionales agroexportadoras, con el capital
especulativo, los caciques territoriales de la ortodoxia pejotista, la burocracia sindical y el
clero. Su campaña electoral representa una verdadera provocación con promesas de
schok productivo (en un marco de estancamiento global), de seguro shock criminalizador y
de un revulsivo shock provida.
La entente conservadora ha integrado a socios híper minoritarios, residuales: el PC,
Nuevo Encuentro y el Partido Intransigente. Nada nuevo en fuerzas que desde el 2001 a
nuestros días transitan una mutación retrógrada que las ha mostrado oscilando entre
alianzas con el progresismo gorila (el mismo que en Venezuela vota a Capriles) y con el
actual plagio reutemanista.

María Eugenia Bielsa, Obeidismo del siglo XXI.


Los falaces ademanes progres de una infanta angelical.

“Hay una frase que me marcó en algún momento, que fue muy fuerte. Cuando Obeid me
convocó para ser vice-gobernadora me dijo: no es tiempo para tibios…. Y esa frase a mi me
resuena” (video publicado en su facebook personal).
Resultaría una obviedad afirmar que esta infanta angelical del pejotismo es producto e
impronta del discurso obeidista. A confesión de parte….. Pero ocurre que la pulcra y
refinada arquitecta representa algo más que una incondicional recolectora de frases del
ex gobernador.
Invirtamos un poco de tiempo en repasar su itinerario político.
Funcionaria municipal en tiempos del mutante-menemista Héctor “Tigre” Caballero (el
que se ufanaba de usar calzoncillos rojos para ver partidos de fútbol con Carlos Menem),
y funcionaria provincial en la administración de Reutemann entre 1999 y 2003.
Resulta casi una faena arqueológica rescatar alguna pieza mediática que refleje un
enérgico cuestionamiento de la infanta hacia las masacres del neoliberalismo menemista.
Nada. Y no resultó para tibios esa etapa!!!!
¿Alguien la vio portando una pancarta por Pocho Lepratti y los asesinados del 2001?
¿Alguien percibió algún gesto político con los inundados por la riada del Salado? ¿Se
supo alguna vez cual era su opinión sobre la ofensiva privatizadora contra el Banco
Provincial? ¿Conocía el macabro ranking de la policía provincial sobre torturas y muertes
por el gatillo fácil? ¿Despotricó contra el emporio agroexportador y sus nefastas
consecuencias? ¿Cuestionó el discurso anti-obrero y chantajista contra los maestros
provinciales de la Ministra de Educación de su gobierno Carola Nin? (si, la que encabeza
la lista de precandidatos a Concejales en Rosario) ¿Ante la renuncia de Nin, se opuso a la
designación de Adriana Cantero como titular de esa cartera, una de las persona mas
comprometidas con los nefastos propósitos de Ley de Educación Federal?.
¿Conoció que el ex suboficial del Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe,
Nicolás Correa, fue el número dos de la Subsecretaría de Seguridad Pública de la
provincia durante los cuatro años del primer gobierno de su “maestro” Obeid?
"Sinceramente desconocía estos antecedentes” respondió el “turco” ante las preguntas de
la prensa.
¿Advirtió como vicegobernadora que el ex subsecretario de Seguridad Pública del primer
gobierno de su “mecenas” Obeid, el teniente coronel (r) José Bernhardt, fue confirmado
en su gobierno como subsecretario de Emergencias provincial?. Bernhardt fue jefe del
Destacamento de Inteligencia Militar 122 y los sobrevivientes lo señalan como el oficial
que durante el terrorismo de Estado trasladaba a los detenidos ilegales de Santa Fe hasta
el centro clandestino que funcionaba en Granadero Baigorria, “La Calamita”. Ambos
represores, fueron denunciados por querellantes en las causa de lesa humanidad.
"Siempre tuvieron protección política", recordó el sobreviviente Canteli.
La directora de Asuntos Internos del gobierno Obeid-Bielsa, Leyla Perazzo, dijo: "No sé de
dónde Canteli saca esos datos, no son las referencias que yo tengo". Un molesto ministro
de gobierno, Roberto Rosúa, amenazó con querellar a Canteli y defendió a tan meritorios
funcionarios: "A mí no me consta que Bernhardt y Correa hayan sido represores. Y no creo
que esa imputación afecte al Ministerio de Gobierno, en todo caso en el plano personal el
propio subsecretario ya me ha pedido que haga una investigación".
La “doctora” Perazzo, que estuvo a cargo de la policía de menores de Rosario durante los
sanguinarios tiempos de Feced y se la señala como una “operadora” que tramitó “el
destino” de casi cien niños nacidos en cautiverio, fue premiada con la titularidad de la
Policía provincial.
El 27 de octubre de 2006, cuatro querellantes y denunciantes de delitos de lesa
humanidad: Daniel García, Alba Sánchez, Amalia Ricotti y Jorge Pedraza, presentaron a
Rosúa más pruebas sobre el paso de Bernhardt por el Batallón de Inteligencia 601 y la
Escuela de Inteligencia, donde se graduó "con calificaciones cercanas a los 100 puntos en
Actividades sicológicas (84 puntos), Información político social (87) e Información sobre
ideologías totalitarias (91 puntos)". En medio del escándalo el “tutor” Obeid salió a
respaldar a su amigo Bernhardt: "Es un hombre de mi total confianza".
Exaspera el silencio de la arquitecta. Y no le pedimos peras al olmo: cualquier
“progresista” -que se precie de tal- podría ejercer cierta patraña discursiva, hacer gala
demagógica y ensayar una falsa “autocrítica” (como ciertos políticos profesionales
acostumbran). Ni siquiera esa habilidad de políticos burgueses.
La conclusión inevitable sobre semejante mudez radica en que la refinada arquitecta
avaló integralmente la continuidad post-reutemanista del último gobierno de Obeid,
bregando por el retorno a la normalidad de las instituciones sacudidas por el “que se
vayan todos”, asegurando la continuidad del modelo biorentista delineado por las
agroexportadoras y la Bolsa de Comercio, ajustando y precarizando a los trabajadores
públicos, y procurando impunidad para Reutemann y su gobierno. En eso consiste su
único y verdadero recorrido.
Y su retorno electoral se produce bajo matrices recicladas. Su patente Obeidismo de Siglo
XXI alterna presencias tanto de garantistas (Bruera) como defensores de la Tolerancia
Cero (Giuliano-Daniele), defensores de De Vido (Frana) con burócratas enriquecidos
(Leoni), señorío feudal conservador (Capitani), un out sider mediático (Lewandosky) y la
inefable Carola Nin.

CAMBIEMOS: la derecha arrogante depreciada y sus patibularios de boina blanca.

La aparición de Cambiemos en el escenario político provincial puede hallar explicaciones


en su explícita relación con la construcción de un nuevo consenso reaccionario frente a las
respuestas defensivas y las claudicaciones de los denominados “gobiernos progresistas y
de izquierda”.
Los golpes institucionales en Honduras (2009) y en Paraguay (2012) fueron sus primeras
señales y una cadena de resultados electorales favorables a las fuerzas políticas de la
derecha latinoamericana demostraron su vigor, sepultando los criterios teórico-políticos
que auspiciaban –linealmente- que todo lo post-neoliberal no necesariamente debía
conducir a una ruptura con el capitalismo de época.
Regionalmente las explicaciones pueden resumirse en:
 el peso de la cultura ruralista y del conservadurismo urbano, blanco-racista en una
parte sustancial del electorado santafecino. La radicalidad punitiva macrista
cabalgó sobre el arraigo de una subjetividad transformada en clamor reaccionario,
punitivo, criminalizador (apoliticismo proto-fascista, fobia anti-sindical, rechazo
terminante al planteo de lucha, racismo, estigmatización, xenofobia). Se escucha y
se perciben cotidianamente miles de expresiones aludiendo a los “docentes
haraganes”, a los “choripaneros”, “planeros”, “trapitos extorsionadores”, y otros,
como sujetos a extirpar del contexto en aras de una sociedad higiénica, blanca,
occidental, civilizada. La pobreza como malignidad de época y como peligroso
acecho social. Para estas demandas la derecha vomita promesas de orden,
autoridad y tolerancia cero.
 el vacío político que aparejó la evaporación de dos figuras relevantes del clásico
bipartidismo para este perfil de votantes : Reutemann y Uzandizaga;
 la licuación tanto de la UCD (C. Castelani dip. Nac. 1999/2003) y de un partido
tradicional de la derecha santafecina como es el PDP, hoy dentro de la alianza
hegemonizada por el “falsocialismo”;
 la capitalización del “voto castigo” ante el desgaste progresista y la crisis de
liderazgo post menemista;
 el auxilio político-territorial de la UCR;
 una morfología política gobernada por la elitización, la degradación ideológica y la
“ingeniería de la imagen”, en manos de una estructura auxiliar de consultoras
especializadas en técnicas de marketing electoral;
 oferta de un formato de gestión comandado por un colectivo de intelectuales
orgánicos, expertos y consejeros (“hay equipo”).

En la actual campaña electoral la derecha sube su apuesta cínica. Soslaya la barbarie de


sus políticas nacionales e incita su plan punitivo-criminalizador.
“Acá hay que poner orden, reaccionar rápido y hay que inclinar la cancha para el lado de
la ley….. Tenemos un plan. Traer 4.500 efectivos federales a la provincia a cambio de la
deuda que el kirchnerismo generó con Santa Fe. Que se cobren esos recurso de ahí para
que en cuatro años, en un plan sistemáticos re entrenemos y capacitemos a la policía
provincial". En medio de la Plaza San Martín, foco de aquella convocatoria de "Rosario
Sangra", el boina blanca José Corral desplegó su oferta electoral. (Política – La Capital -
Sábado 6 de Abril).
"Santa Fe tiene una gran capacidad productiva, pero que tiene una amenaza que es el la
inseguridad y el narcotráfico.” Coherente con esta premisa alfombró el desembarco de la
Ministra Bulrich para presentar los atributos del plan “Cosecha Segura”. Queda así
patentado que la “seguridad” se ha transformado de un derecho humano de carácter
público y de goce popular (derecho a trabajar, a alimentarse, a educarse, a no temer,
etc.), en un privilegio de carácter privado: mientras un verdadero ejército que agrupa
unos cuantos miles de efectivos resguardan –con excesivo celo y vastos recursos- los
bienes y mercancías de los grupos agro-exportadores monopólicos, la “seguridad pública”
es destinada a las tareas de control y disciplinamiento social: razzias, rastrillajes,
torturas, amenazas, persecución y hostigamiento, y por supuesto mucho “gatillo fácil”.
Pero en el partido del Punto Final y de la Obediencia Debida el menú blumbergiano es
extenso y diverso.
El excéntrico Jorge Boasso también apuntó a la “inseguridad” como eje central de su
campaña: “la primera medida …………será la pedir la intervención de las fuerzas federales
hasta la erradicación total de la narcocriminalidad en Rosario", "……no sólo de
Gendarmería, sino de Prefectura y de la Policía Aeroportuaria…..Creo que el intendente
tiene que ser prácticamente un jefe de policía de facto, de hecho,…” (La Capital - La
Ciudad – 18/03/2019).
Algo (reaccionariamente) “novedoso” fue protagonizado por quien encabeza la lista de
concejales para Rosario, Sergio Más Varela, entregando a mujeres aerosoles de gas
pimienta (con un diseño de lápiz labial) para defenderse de sexuales y robos. Los repartió
públicamente, en la plaza Pringles aduciendo querer “….despertar a la clase gobernante
de la ciudad….”.
El devaluado Roy L. Molina también ha acoplado su discurso a la cruzada punitivista
reivindicando el rol de su bloque en la ofensiva contra las luchas y reclamos populares
que el gobierno nacional viene implementando, y para lo cual presentó un proyecto de
ordenanza que prevé sancionar a las organizaciones o integrantes de éstas que
produzcan cortes de calle en una manifestación pública.
El discurso macrista intentará abrir paso dentro del variado arco de propuestas
manoduristas e intentará instalar como verdad la siguiente ecuación: pobreza =
delincuencia; delincuencia = “inseguridad” (Miedo en la población que justifica el control
policial y garantiza al sistema + criminalización de los oprimidos y no de los causantes
del genocidio capitalista).
Es bueno recordar: “¿Porqué las prisiones permanecieron a pesar de esta contra-
productividad? (cuanto más tiempo en prisión se pasa menos re-educado y más
delincuente se es). Yo diré precisamente porque de hecho producían delincuentes y la
delincuencia tiene una cierta utilidad económica-política en las sociedades que conocemos.
La utilidad mencionada podemos revelarla fácilmente: cuanto más delincuentes existan
más crímenes existirán, cuanto más crímenes haya más miedo tendrá la población, y
cuanto más miedo en la población más aceptable y deseable se vuelve el sistema de control
policial. La existencia de ese peligro interno permanente es una de las condiciones de
aceptabilidad de ese sistema de control , lo que explica porqué en los periódicos, en la
radio, en la televisión, en todos los países del mundo, sin ninguna excepción, se concede
tanto espacio a la criminalidad como si se tratara de una novedad en cada nuevo día.
Desde 1830 en todos los países del mundo se desarrollaron campañas sobre el tema del
crecimiento de la delincuencia, hecho que nunca ha sido probado, pero esta supuesta
presencia, esta amenaza, ese crecimiento de la delincuencia, es un factor de aceptación de
los controles....”. (MICHEL FOUCAULT – Conferencia en Facultad de Filosofía de la
Universidad de Brasil - Revista “Barbarie”, Nros. 4 y 5, Brasil, 1981/1982).-

La refundación de las izquierdas para una real alternativa anticapitalista.


Las opciones electorales y las candidaturas que se han organizado por fuera de la
trinidad conservadora, tanto la alianza entre el FSP y FCF como el FIT y Nueva
Izquierda, no representan –a nuestro modesto entender- senderos salubres para dar
respuesta a una vacante histórica vital: la construcción de una alternativa anticapitalista
real.
Creemos que una primera exigencia para tal objetivo es la de ejercer una crítica
implacable alrededor del modelo de “democracia” vigente. También, la de descartar al
territorio electoral como eje primordial y excluyente de una identidad revolucionaria en
construcción. Mucho menos, si la participación electoral supone diluir tajantes reproches
a la dominación institucional burguesa, lavar propuestas estratégicas, claudicar ante las
demandas del “sentido común” o no antagonizar con la estética marketinera sin
contenido y el formato del “candidato providencial y sonriente”.
Nuestras disidencias y críticas con el FSP-FCF no son de superficie. Refieren a universos
teóricos, a la orientación estratégica y a diferendos tácticos. No pretendemos sermonear
con enfoques “puristas” aludiendo al territorio político como un vergel libre de
contradicciones. Sí aspiramos a conducirnos con coherencia política y evitar la
sinuosidad y la ambivalencia entre discursos y actos políticos reales.
Hablamos, por ejemplo, del espejismo montado con el llamado a una “gran paso” para
“derrotar a Macri” en Rosario y con el denominado “Diálogo Abierto” con fuerzas y
dirigentes de la trinidad conservadora. Una cuota de realismo político hubiera servido
para advertir los efímeros alcances e inviabilidad de semejante planteo táctico. La vida (y
mas que nada el visceral pragmatismo) demostró que el “perfil” de alianzas preferido por
el falsocialismo y el rancio pejotismo se configura con los guardianes del saqueo
capitalista.
A la izquierda trotskysta tradicional la consideramos portadora de una cultura
vanguardista, sectaria y de rechazo visceral al concepto de izquierda plural. También
merecen nuestra crítica un sinnúmero de declaraciones y actitudes públicas de sus
dirigentes en espacios mediáticos e institucionales del sistema, y nos resultan
inaceptables sus descalificaciones y ataques tanto a las experiencias políticas de
Venezuela y Bolivia, y en especial, a la Revolución Cubana.
No dejamos de valorar que con muchos de los militantes y dirigentes del FSP-FCF y el FIT
compartimos un sinnúmero de luchas y resistencias callejeras. Pero ello no impide, ni
desmerece nuestra sincera crítica.

El interrogante a responder sería: es factible OTRA concepción de agrupamiento de la


izquierda anticapitalista???? Esta es nuestra exigencia mas trascendente: demostrar que
existe y parar de discursear sobre la necesidad urgente de una alternativa.
¿Qué hacer? ¿Cómo asumir desde las izquierdas el gran reto de desafiar al capitalismo
rearmando alternativas radicalizadas? ¿Cómo transformar en deseable una renovada
tesis socialista? ¿Cómo enfrentar variados síntomas de “crisis de fe”, de inercia
estratégica, de voluntades disminuidas, de renuncias a la utopía del poder? ¿Debe
limitarse la izquierda a vegetar dentro de la institucionalidad burguesa o debe recrear
una nueva mística que conquiste adhesión por su capacidad de fundar realidades y
hábitos antagónicos a las del capitalismo? ¿Cómo formar identidad y acción militante a
partir de un nexo con las masas absolutamente inédito: un nuevo Poder Popular
Constituyente, en el que confluyan tanto la experiencia actual y el vastísimo historial de
la clase obrera y el movimiento popular?
Representamos un grado de síntesis identitario, históricamente provisorio y al servicio de
la “refundación de la izquierda”, o sea de su propia superación en una identidad colectiva
y plural, abarcativa de la diversidad de las izquierdas. Relancemos una praxis que
potencie y estimule el conflictivo fenómeno de la unidad anticapitalista.

Movimiento Amplio de Izquierda


Gran Rosario, Abril de 2019

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