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874-2012

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las diez horas con
quince minutos del día veintiuno de febrero de dos mil catorce.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por el señor Miguel Ángel V.P., contra
el Presidente y el Director de Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia, por la
vulneración de sus derechos fundamentales de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral,
consagrados en los arts. 2, 11 y 219 inc. 2° de la Cn.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, la autoridad demandada
y el Fiscal de la Corte Suprema de Justicia (en adelante, "Fiscal de la Corte").
Analizado el proceso y considerando:
I.1. En síntesis, el pretensor expuso que, en el año 2000, ingresó a laborar para la Corte
Suprema de Justicia (CSJ) como colaborador de oficina o colaborador técnico. Al respecto,
señaló que el 21-XII-2012, por medio de una nota suscrita por el Director de Recursos Humanos
de la CSJ, se le informó que su contrato laboral no sería renovado para el año 2013.
En relación con ello, sostuvo que las autoridades demandadas ordenaron su destitución sin
que previamente se le tramitara un procedimiento que le permitiera conocer y controvertir los
hechos que motivaron esa decisión, pese a que no desempeñaba un cargo de confianza. Por
consiguiente, afirmó que se le han conculcado sus derechos de defensa, audiencia y a la
estabilidad laboral.
2. A. Mediante el auto del 19-XII-2012, se admitió la demanda en los términos planteados
por la parte actora y, con el objeto de tutelar de manera preventiva los derechos de esta, se ordenó
la suspensión de los efectos del acto reclamado, en el sentido de que, mientras durara la
tramitación de este amparo y no obstante transcurriera el plazo establecido en el mencionado
contrato, las autoridades demandadas debían abstenerse de separar al pretensor de su cargo y de
nombrar a otra persona para sustituirlo, además de garantizar que las autoridades administrativas
correspondientes de la CSJ, en especial el área de recursos humanos y de pagaduría, prorrogaran
dicho convenio, asegurando con ello el pago integro de los salarios y de las demás prestaciones
laborales que le corresponden al peticionario.
B. Además, se pidió a las autoridades demandadas que rindieran el informe establecido en
el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.).
a. Al rendir su informe, el Director de Recursos Humanos manifestó que su relación
laboral con la CSJ inició el 1-X-2012 y que las responsabilidades que conlleva el ejercicio de su
cargo se encuentran mencionadas en el Manual de Descripción de Puestos de la Dirección de
Recursos Humanos, que entró en vigencia el 4-II-2008.
Además, sostuvo que en la Resolución de fecha 12-XI-2010, emitida en el Amp. 126-
2010, se declaró improcedente la demanda planteada contra la entonces Directora de Recursos
Humanos de la CSJ, por ser una autoridad meramente ejecutora que no concurrió con su voluntad
en la configuración del acto impugnado en ese caso.
En consecuencia, alegó que los hechos que se le atribuyen en la demanda entablada en su
contra no son ciertos, pues sus "actuaciones son meramente ejecutoras" y no concurrió con su
voluntad en la configuración del acto supuestamente lesivo de los derechos del pretensor.
b. Por su parte, el Presidente de la CSJ manifestó —por medio de su apoderado, el
abogado Jimmy Neyib Martell Hernández— que el 14-XII-2012 se le notificó al demandante que
su relación laboral con la CSJ finalizaría el 31-XII-2012, fecha en la que vencía el plazo
establecido en su contrato laboral por servicios personales, el cual fue suscrito de conformidad
con lo prescrito en el art. 83 de las Disposiciones Generales de Presupuestos.
Además, alegó que este Tribunal ha inobservado su propia jurisprudencia, pues ha
omitido exponer las razones que lo llevaron a apartarse del precedente relacionado con los
empleados públicos vinculados con la Administración por medio de contrato. Y es que, aseguró,
si hubiese sido congruente con la línea jurisprudencial sostenida en casos anteriores se habría
declarado la improcedencia de la demanda formulada en su contra. En ese sentido, aseveró "que
los hechos que se le atribuyen no son ciertos, ya que sus actuaciones han sido enmarcadas dentro
de la Constitución y las leyes secundarias".
C. Asimismo, en la mencionada resolución se convocó al Magistrado suplente Germán
Arnoldo Álvarez Cáceres para que conformara Sala y conociera sobre la recusación del
Magistrado Presidente de la CSJ planteada por la parte actora.
D. Finalmente, se le confirió audiencia al Fiscal de la Corte de conformidad con lo
prescrito en el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero este no hizo uso de ella.
3. A. Por auto del 28-I-2013, se tuvieron por acreditadas las causas de recusación del
Magistrado Presidente y, de conformidad con la Ley Orgánica Judicial, el Tribunal para conocer
del presente caso quedó integrado por el Magistrado suplente Germán Arnoldo Álvarez Cáceres y
los Magistrados propietarios Florentín Meléndez Padilla, José Belarmino Jaime, Edward Sidney
Blanco Reyes y Rodolfo Ernesto González Bonilla.
B. En esa misma resolución, se confirmó la suspensión de los efectos del acto reclamado y
se pidió a las autoridades demandadas que rindieran el informe justificativo que regula el art. 26
de la L.Pr.Cn.
a. En atención a dicho requerimiento, el Presidente de la CSJ manifestó —por medio de
su apoderado, el abogado Jimmy Neyib Martell Hernández— que el demandante suscribió el
contrato n° 761/2012, por servicios personales con la CSJ, de conformidad con lo prescrito en el
art. 83 de las Disposiciones Generales de Presupuestos, en el cual se estableció que el plazo
aceptado por ambas partes para el desarrollo de dichos servicios sería del 1-III-2012 al 31-XII-
2012, situación que habilitó que el 14-XII-2012 se le notificara al pretensor que su relación
laboral finalizaría al expirar el referido plazo.
Al respecto, aseveró que "cuando la Administración decide no renovar el contrato de un
empleado público para un nuevo período, ésta no tiene la obligación de tramitar un procedimiento
administrativo previo a dar por finalizada la relación de trabajo que la vincula al empleado, y más
en concreto, cuando el contrato ha caducado por haber concluido o terminado el plazo que ambas
partes acordaron para que surtiera efectos jurídicos". En atención a dicho argumento, apuntó que
ese criterio es el que la Sala de lo Constitucional ha sostenido en su jurisprudencia; tal como lo
hizo, por ejemplo, en la Resolución de fecha 12-XI-2010, emitida en el Amp. 126-2010.
Por consiguiente, alegó que en el presente caso se está en presencia de una "no renovación
de contrato" y no de un "despido o destitución", circunstancia que hacía innecesaria la
tramitación de un procedimiento previo a la finalización del contrato del demandante, pues este
no era titular de los derechos que alega vulnerados.
b. Por su parte, el Director de Recursos Humanos de la CSJ reiteró los argumentos
expresados en su anterior informe y sostuvo que dentro de sus actividades y responsabilidades
"no se encuentra la de tomar decisiones respecto a la contratación o finalización de los contratos
del personal que labora para la institución". En atención a ello, aseveró nuevamente que en el
presente caso ha actuado como autoridad meramente ejecutora, pues no concurrió con su
voluntad en la configuración del acto supuestamente lesivo de los derechos del demandante.
4. Posteriormente, en virtud del auto del 20-II-2013, se confirieron los traslados que
ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, al Fiscal de la Corte y a la parte actora, quienes
no hicieron uso del traslado que les fue conferido.
5. Mediante la resolución del 3-V-2013, se habilitó la fase probatoria de este proceso de
amparo por el plazo de ocho días, de conformidad con lo dispuesto en el art. 29 de la L.Pr.Cn.,
lapso en el cual, por una parte, el Director de Recursos Humanos de la CSJ solicitó que se tuviera
como prueba la documentación que incorporó al evacuar el primer informe que le fue requerido
y, por otra, tanto el pretensor como el Presidente de la CSJ presentaron la prueba instrumental
que consideraron pertinente.
6. A continuación, en virtud del auto del 19-VI-2013 se confirieron los traslados que
ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la fiscal de la corte, quien sostuvo que para la
tutela del derecho a la estabilidad laboral deben analizarse las funciones específicas del puesto de
trabajo que el demandante desempeñaba, a fin de determinar si la destitución es legítima o no; a
la parte actora, la cual no hizo uso del traslado conferido; y al Presidente y al Director de
Recursos Humanos de la CSJ, el primero de ellos manifestó —por medio de su apoderado, el
abogado Luis David Torres Tejada— que, si bien se ordenó no renovar el contrato del
demandante, ello fue ateniéndose al criterio jurisprudencial vigente en ese momento, ya que fue
posteriormente que este Tribunal decidió modificar dicho criterio, referido a la estabilidad laboral
de los empleados públicos vinculados con el Estado por medio de contratos, por lo que solicitó se
emita la resolución que corresponda, de conformidad con la jurisprudencia vigente al ocurrir la
actuación impugnada; el segundo, por su parte, sostuvo que sus actuaciones las efectuó como
mero ejecutor, pues no ha concurrido con su voluntad en el supuesto acto lesivo de los derechos
del pretensor.
7. Posteriormente, por resolución del 3-IX-2013, se requirió al Director de Recursos
Humanos de la CSJ que remitiera la certificación del perfil descriptivo del cargo de colaborador
de oficina o colaborador técnico en la Gerencia General de Administración y Finanzas de la
aludida institución. Al respecto, el citado funcionario manifestó que, según el memorando Ref.
DPI-623/2013, emitido por el Director de Planificación Institucional, se desconoce en cuál de los
puestos descritos en los Manuales Administrativos de la Gerencia General aludida se
desempeñaba el señor Miguel Ángel V.P..
8. A. En ese estado del proceso, se recibió el escrito firmado por el abogado Luis David
Torres Tejada, en virtud del cual solicita que se tenga por "renunciado expresamente" el poder
que le confirió quien anteriormente fungía como Magistrado Presidente de la CSJ. En
consecuencia, tiénese por renunciado.
B. Con estas últimas actuaciones, el proceso quedó en estado de pronunciar sentencia.
II. 1. Previo a examinar la controversia planteada en este amparo, se efectuarán algunas
consideraciones sobre la legitimación pasiva como presupuesto procesal indispensable para la
configuración de la pretensión, así como sobre las consecuencias derivadas de la comprobación
in persequendi litis —es decir, durante la tramitación del proceso— de vicios que impiden al
Tribunal juzgar el caso planteado (1); con el objeto de establecer si existe algún defecto procesal
en la pretensión, respecto a las vulneraciones constitucionales atribuidas al Director de Recursos
Humanos de la CSJ (2).
A. a. En la Resolución de sobreseimiento del 24-III-2010, pronunciada en el proceso de
Amp. 301-2007, se expresó que la legitimación pasiva se entiende como el vínculo existente
entre el sujeto o los sujetos pasivos de la pretensión y su objeto, es decir, el nexo que se configura
entre dichas personas y el supuesto agravio generado por la acción u omisión de una autoridad
que, aparentemente, lesiona los derechos fundamentales del peticionario. Ello implica que el
presunto perjuicio ocasionado por el acto sometido a control constitucional debe emanar de las
actuaciones de las autoridades que han decidido el asunto controvertido, razón por la cual se
exige para el válido desarrollo de los procesos de amparo que la parte actora, al momento de
plantear su demanda, la dirija imperiosamente contra todos los órganos que hayan desplegado
efectivamente potestades decisorias sobre el acto u omisión impugnados en sede constitucional.
No obstante, el sujeto activo no tiene que demandar a todos los funcionarios o autoridades
que hayan intervenido durante la tramitación del procedimiento en el que se emitió la actuación
sometida a control, sino únicamente a los que han concurrido con su voluntad en la
materialización de la situación fáctica o jurídica en controversia, pues estos tendrían que
responder por el agravio constitucional que sus decisiones han ocasionado.
En ese orden, la jurisprudencia constitucional ha sostenido —v. gr., en la Resolución de
improcedencia de fecha 5-V-2010, pronunciada en el Amp. 74-2010- que las autoridades
ejecutoras son aquellas que no concurren con su voluntad en la configuración del acto que lesiona
o restringe los derechos fundamentales de las personas, pues se limitan a dar cumplimiento a las
providencias emanadas de las autoridades con poder de decisión, siempre que no excedan el
mandato que se les ha conferido, pues tal exceso podría llegar a determinar eventualmente su
legitimación pasiva en el proceso de amparo.
b. Aunado a lo anterior, debe precisarse que la existencia de vicios o defectos esenciales
en la pretensión genera la imposibilidad para el Tribunal de juzgar el caso concreto o, en todo
caso, torna inviable la tramitación completa del proceso, por lo cual la demanda de amparo puede
ser rechazada in limine o in persequendi litis —es decir, al inicio o durante el transcurso del
proceso—.
En lo concerniente al rechazo de la pretensión durante la tramitación del proceso,
conviene señalar que esta clase de rechazo se manifiesta en materia procesal constitucional
mediante la figura del sobreseimiento, el cual se consigna en un auto que le pone fin al proceso
haciendo imposible su continuación, o en una sentencia cuando aquel procede sólo respecto de
uno de los sujetos que han sido demandados.
B. a. Aplicando las anteriores consideraciones al presente caso, se advierte que la
admisión de este amparo se circunscribió al control de constitucionalidad de la decisión del
Presidente y del Director de Recursos Humanos, ambos de la CSJ, de no renovar el contrato
laboral del actor para el año 2013 y, por ende, removerlo del cargo que desempeña dentro de esa
institución.
b. Al evacuar los informes que le fueron requeridos, el Director de Recursos Humanos
de la CSJ sostuvo que dentro de sus actividades y responsabilidades "no se encuentra la de tomar
decisiones respecto a la contratación o finalización de los contratos del personal que labora para
la institución". En atención a ello, aseveró que en el presente caso ha actuado como autoridad
meramente ejecutora, pues no concurrió con su voluntad en la configuración del acto
supuestamente lesivo de los derechos del demandante.
c. En relación con lo anterior, consta en el expediente de este amparo la certificación de
ciertos pasajes del Manual de Descripción de Puestos de la Dirección de Recursos Humanos de la
CSJ, en los que se detallan las funciones del titular de esa unidad administrativa, entre las cuales
se encuentra la de "cumplir y hacer cumplir los acuerdos y disposiciones emanadas de la
Presidencia y de la Corte Plena en relación a las atribuciones que la Dirección de Recursos
Humanos debe llevar a cabo" [resaltado suplido].
Del contenido del documento antes relacionado, se colige que el citado director no ha
concurrido con su voluntad en la materialización de la actuación que, aparentemente, ha incidido
de manera negativa en la esfera jurídica del actor, ya que su actuación se circunscribió a cumplir
y comunicar la decisión adoptada por el titular de la institución.
d. En definitiva, tomando en cuenta las acotaciones esbozadas en los párrafos precedentes,
se concluye que la citada autoridad carece de legitimación pasiva en el presente proceso,
situación que se traduce en un defecto de la pretensión que impide, por su relevancia, el
conocimiento del fondo del asunto planteado respecto del Director de Recursos Humanos de la
CSJ, siendo pertinente sobreseer en el presente amparo por la presunta vulneración de derechos
constitucionales atribuida a esa autoridad.
2. Así depurada la pretensión, el orden lógico con el que se estructurará esta resolución es
el siguiente: en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se hará una sucinta exposición sobre el contenido de los derechos alegados (IV);
en tercer lugar, se analizará el caso sometido a conocimiento de este Tribunal (V); y finalmente,
de ser procedente, se determinara el efecto del fallo (VI).
III. El objeto del presente amparo consiste en determinar si el Presidente de la CSJ
vulneró los derechos de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral del señor Miguel Ángel V.P.,
al ordenar la no renovación para el año 2013 del contrato laboral que lo vincula con esa
institución y, con ello, separarlo del cargo que desempeña como colaborador técnico en la
Gerencia General de Administración y Finanzas de la CSJ, sin tramitarle previamente un proceso
en el cual pudiera ejercer la defensa de sus derechos.
IV. 1. A. El derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2° de la Cn.), según las
Sentencias del 11-III-2011, 24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, emitidas en los procesos de
Amp. 10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-2008, respectivamente, entre otras, faculta a
conservar un trabajo cuando concurran las condiciones siguientes: (i) que subsista el puesto de
trabajo; (ii) que el empleado no pierda su capacidad física o mental para desempeñar el cargo;
(iii) que las labores se desarrollen con eficiencia; (iv) que no se corneta falta grave que la ley
considere causal de despido; (v) que subsista la institución para la cual se presta el servicio; y (vi)
que el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño requiere de confianza personal o política.
B. Al respecto, en las Sentencias del 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, emitidas en los
procesos de Amp. 426-2009 y 301-2009, respectivamente, se elaboró un concepto de "cargo de
confianza" a partir del cual, a pesar de la heterogeneidad de los cargos existentes en la
Administración Pública, se puede determinar si la destitución atribuida a una determinada
autoridad es legítima o no desde la perspectiva constitucional.
Así, los cargos de confianza se caracterizan como aquellos desempeñados por
funcionarios o empleados públicos que llevan a cabo actividades vinculadas directamente con los
objetivos y fines de una determinada institución, gozando de un alto grado de libertad en la toma
de decisiones, y/o que prestan un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su denominación, es de
confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias concretas, si en él concurren todas o
la mayoría de las características siguientes: (i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que
es determinante para la conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse
analizando la naturaleza de las funciones desempeñadas —más políticas que técnicas— y la
ubicación jerárquica en la organización interna de la institución —en el nivel superior—; (ii) que
el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titular de la institución, en el sentido de
que el funcionario o empleado posee un amplio margen de libertad para la adopción de decisiones
en la esfera de sus competencias; y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita en el funcionario
o empleado respectivo o de los servicios que este le presta directamente al primero.
2. En la Sentencia del 11-II-2011, pronunciada en el Amp. 415-2009, se expresó que el
derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) posibilita la protección de los derechos subjetivos
de los que es titular la persona, en el sentido de que las autoridades están obligadas a seguir, de
conformidad con lo previsto en la ley de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de la
disposición constitucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes en conflicto la
oportunidad de conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo a que se provea un
acto que cause un perjuicio en los derechos de alguna de ellas. Así, el derecho de defensa (art. 2
inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vinculado con el derecho de audiencia, pues es dentro del
proceso donde los intervinientes tienen la posibilidad de exponer sus razonamientos y oponerse a
su contraparte en forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra quien se inicia
dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los medios necesarios para que ejerza
su defensa. De ahí que existe vulneración de estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia
de un proceso en el que se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama, o
(ii) el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que desarrollan
estos derechos.
V. A continuación, se analizará si la actuación atribuida al Presidente de la CSJ se sujetó a
la normativa constitucional.
1. A. Las partes aportaron como prueba instrumental, entre otros, los siguientes
documentos: (i) constancia emitida por el Director de Recursos Humanos de la CSJ el 4-II-2013,
en la cual se detalla que el peticionario ingresó a laborar a esa institución el 18-IX-2000 y que el
cargo que desempeña actualmente es el de colaborador técnico; (ii) certificación de los acuerdos
de refrenda de nombramiento correspondientes a los años 2000 al 2003, en virtud de los cuales el
actor desempeñó los cargos de coordinador de oficina y de colaborador técnico; (iii) certificación
de los contratos de servicios personales n° 54/2004, 1638/2005, 347/2006, 1690/2007, 622/2008,
1892/2009. 679/2010, 1869/2011 y 761/2012, de fechas 1-VII-2004, 28-II-2005, 28-II-2006, 28-
II-2007, 29-II-2008, 27-II-2009, 26-II-2010, 28-II-2011 y 29-II-2012, respectivamente, en los
que se determina que el demandante ha desempeñado desde el año 2004 el cargo de colaborador
técnico en la Gerencia General de Administración y Finanzas de la CSJ y, además, que la
vigencia del último de dichos convenios finalizaba el 31-XII-2012; y (iv) cuadros estadísticos
sobre las finalizaciones de contrato "desagregado por categoría de cargo" y sobre los cambios de
sistema de nombramiento de contrato a Ley de Salarios correspondientes al período comprendido
entre julio de 2009 y julio de 2012, emitidos por la Dirección de Recursos Humanos de la CSJ.
B. Para la valoración de los medios probatorios dentro del proceso es necesario que estos
cumplan, entre otros aspectos, el requisito de la pertinencia, esto es, una adecuación entre los
datos que el medio de prueba pretende proporcionar y los hechos sobre los cuales versa el objeto
del debate, el cual en el presente amparo radica en establecer si al actor le fue promovido un
procedimiento previo a la emisión de la orden de no renovación del contrato laboral que lo
vincula con la CSJ.
En razón de ello, se advierte que los cuadros estadísticos emitidos por la Dirección de
Recursos Humanos de la CSJ, en los que se detalla la finalización de los contratos laborales "por
categoría de cargo" en el período comprendido entre julio de 2009 y julio de 2012, no son
documentos que guarden relación con el objeto del debate planteado en este caso, por lo que,
dada su falta de pertinencia para comprobar los hechos en discusión, no serán valorados como
prueba.
C. a. El art. 331 del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), de aplicación
supletoria al proceso de amparo, establece que los documentos públicos son aquellos expedidos
por un notario, una autoridad o un funcionario en el ejercicio de su cargo, los cuales constituyen
prueba fehaciente de los hechos o actos que documentan, de la fecha y personas que intervienen
en ellos, así como del fedatario o funcionario que los expide, siempre y cuando se aporten en
original o testimonio y no se haya probado su falsedad.
b. Por otra parte, el art. 314 ord. 1° del C.Pr.C.M. establece que están exentos de prueba
aquellos hechos admitidos o estipulados por las partes dentro del proceso. En el presente caso, el
señor V.P. afirmó en su demanda que el 21-XII-2012, por medio de una nota suscrita por el
Director de Recursos Humanos de la CSJ, se le informó que su contrato laboral no sería renovado
para el año 2013.
Por su parte, al rendir el primero de los informes que le fueron requeridos, el Presidente
de la CSJ aseveró que fue el 14-XII-2012 cuando se le notificó al demandante que su relación
laboral con la CSJ finalizaría el 31-XII-2012, fecha en la que vencía el plazo establecido en su
contrato laboral por servicios personales, el cual fue suscrito de conformidad con lo prescrito en
el art. 83 de las Disposiciones Generales de Presupuestos.
De lo anterior se colige que, tanto la parte actora como la autoridad demandada, en ningún
momento han controvertido dentro de este proceso el que se haya ordenado la no renovación para
el año 2013 del contrato laboral que vincula al señor V.P. con la CSJ y el que se haya intentado
separarlo del cargo que desempeña como colaborador técnico en la Gerencia General de
Administración y Finanzas de esa institución. Por el contrario, la única controversia en cuanto a
la existencia de ese acto es la referida a la fecha en que este fue pronunciado, sobre lo cual se
advierte la posibilidad de un error por parte del pretensor, pues este ha manifestado que la aludida
actuación se emitió en una fecha posterior a la de presentación de su demanda.
D. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjuntamente y
conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes hechos y datos: (i) que el
señor Miguel Ángel V.P. ingresó a laborar para el Órgano Judicial el 18-IX-2000; (ii) que durante
el período en el que ha laborado para la CSJ el señor V.P. ha ocupado los cargos de coordinador
de oficina y colaborador técnico; (iii) que previo a que se ordenara la no renovación de su
contrato el referido señor desempeñaba el cargo de colaborador técnico en la Gerencia General de
Administración y Finanzas y se encontraba vinculado laboralmente con la CSJ por un contrato de
servicios personales; y (iv) que fue destituido de manera unilateral mediante una nota en la que se
le manifestó que su contrato no sería renovado para el año 2013.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada vulneró los
derechos invocados por el pretensor.
Para tales efectos, debe determinarse si el señor V.P., de acuerdo con los elementos de
prueba antes relacionados, es titular del derecho a la estabilidad laboral en función del plazo
establecido en el contrato que lo vincula laboralmente con la CSJ, pues la defensa planteada por
la autoridad demandada radica básicamente en el hecho de que el referido señor no posee la
titularidad de ese derecho constitucional y, por tanto, no era necesario tramitar un procedimiento
previo a ordenar su separación del puesto de trabajo que ocupa en esa institución.
A. En las Sentencias de fecha 19-XII-2012, emitidas en los procesos de Amp. 1-2011 y 2-
2011, se sostuvo que para determinar si una persona es titular del derecho a la estabilidad laboral
se debe analizar, independientemente de que preste sus servicios al Estado en virtud de un
contrato y de que en este se haya consignado un determinado plazo de conformidad con el art.
83 de las Disposiciones Generales de Presupuestos, si en el caso concreto concurren las
particularidades siguientes: (i) que la relación laboral sea de carácter público y, por ende, que el
trabajador tenga el carácter de empleado público; (ii) que las labores desarrolladas pertenezcan
al giro ordinario de la institución, esto es, que guarden relación con las competencias que le han
sido atribuidas a dicha institución; (iii) que la actividad efectuada sea de carácter permanente, en
el sentido de que sea realizada de manera continua y que, por ello, quien la preste cuente con la
capacidad y experiencia necesarias para desempeñarla de manera eficiente; y (iv) que el cargo
desempeñado no sea de confianza, circunstancia que debe ser analizada con base en los
lineamientos fijados por la jurisprudencia de este Tribunal —esto es, que no se trate de un cargo
de alto nivel, con un grado mínimo de subordinación al titular de la institución y/o teniendo una
vinculación directa con este—.
B. a. En relación con ello, se ha comprobado que desde el ingreso del V.P. a la CSJ en el
año 2000 su vínculo laboral se fue renovando anualmente, ya sea por refrenda de su
nombramiento o por la renovación de su contrato, según correspondía en cada caso. Además, se
ha acreditado que cuando se ordenó la no renovación de su contrato, el referido señor fungía en el
cargo de colaborador técnico en la Gerencia General de Administración y Finanzas de la aludida
institución, el cual ha desempeñado de forma ininterrumpida desde el año 2003.
De lo anterior, se colige que la relación laboral en cuestión es de carácter público y,
además, que cuando se ordenó la no renovación de su contrato, que conllevaba la separación de
su puesto de trabajo, el pretensor tenía la calidad de servidor público.
b. i. Con relación a las funciones concretas que desempeña el demandante, se advierte
que, en atención al requerimiento que le fue efectuado como prueba para mejor proveer, el
Director de Recursos Humanos de la CSJ manifestó que según el memorando DPI-623/2013,
suscrito por el Director de Planificación Institucional, se desconoce cuál de los puestos descritos
en los Manuales Administrativos de la Gerencia General de Administración y Finanzas se
identifica con el que actualmente ocupa el pretensor, por lo que le era imposible aportar un perfil
descriptivo de dicho puesto de trabajo.
ii. Sobre el particular, la afirmación referida a que la carga de la prueba le corresponde
al actor no puede aplicarse de la misma forma en todos los procesos constitucionales, es decir,
prescindiendo de la naturaleza del acto u omisión impugnada o de las circunstancias particulares
que rodean cada caso concreto. Y es que, tal como se sostuvo en la Resolución de fecha 27-VIII-
2008, emitida en el proceso de Amp. 934-2007, las reglas de la carga probatoria sirven al
juzgador para que, ante una afirmación de hecho no comprobada, decida cuál de las partes del
proceso ha de sufrir las consecuencias de la falta de prueba.
iii. Al respecto, en las Normas Técnicas de Control Interno de la Corte de Cuentas de la
República, específicamente en su art. 1-15.03, se establece la obligación de toda entidad pública
de consignar, en forma clara y por escrito, las funciones de los cargos existentes dentro de ella,
así como las responsabilidades de los servidores que los desempeñan. De la misma forma, el
Reglamento de Normas Técnicas de Control Interno Especificas del Órgano Judicial señala en su
art. 18 que "[1]a separación de funciones deberá precisarse en forma clara en la reglamentación
orgánico-funcional, en los manuales administrativos de organización, de procedimientos y de
descripción de puestos de cada unidad organizativa".
De lo anterior, se infiere que la CSJ está obligada a contar con los documentos que
detallen las funciones de los cargos existentes en su estructura organizativa y, por ende, a conocer
en cuál de estos cargos se encuentran los trabajadores contratados. Pese a ello, la respuesta
obtenida de la Dirección de Recursos Humanos de esa institución, ante la solicitud de prueba para
mejor proveer, pone de manifiesto el incumplimiento de la obligación descrita en los párrafos que
anteceden. Además, en las certificaciones de los contratos antes relacionados tampoco constan las
funciones específicas que la parte contratada estaría obligada a ejecutar en virtud de su relación
laboral.
Consecuentemente, en el presente proceso es procedente aplicar una presunción a favor
del demandante —de forma analógica a la que opera en materia laboral para establecer las
funciones laborales del empleado cuando no consta un contrato por escrito—y tener por hechos
establecidos el detalle de las funciones descritas por el peticionario en su demanda.
Y es que, dada la naturaleza de la relación laboral —en la cual existe un vínculo de supra a
subordinación entre el empleador y el trabajador—, es el patrono el que se encuentra en una
mejor posición para acreditar cuáles son las funciones concretas que él mismo, en su carácter de
parte contratante, ha encomendado al contratado, pues este último carece de atribuciones para,
motu proprio, configurar discrecionalmente el catálogo de funciones que desarrollará dentro de la
institución de que se trate.
iv. El pretensor expuso en su demanda que algunas de las labores que desarrolla como
colaborador técnico son: dar seguimiento financiero a la ejecución de los contratos de
mantenimiento preventivo y correctivo de vehículos, suministro de agua a nivel nacional y
mantenimiento preventivo y correctivo de fotocopiadoras; participar en la elaboración de los
procedimientos para el descargo, desalojo, donación y subasta de bienes fuera de uso e
inservibles; participar en actividades de mejora del control interno en la bodega de bienes usados,
para el ingreso, registro y resguardo de mobiliario y equipo que está en regular estado y
mobiliario de equipo inservible; apoyar a la jefatura en materia de control interno; colaborar en
actividades afines con el cargo, encomendadas por el jefe del departamento; y fungir como
refrendario suplente en cuentas bancarias institucionales.
De lo expuesto, se concluye que el peticionario desarrolla labores en la Gerencia General
de Administración y Finanzas de la CSJ que forman parte de las actividades que ordinariamente
se realizan en esa institución estatal y, además, que estas son de carácter permanente, pues son
ejecutadas por aquel de forma continua, según el quehacer cotidiano de la referida gerencia.
c. Constatado lo anterior, corresponde examinar si el cargo que desempeña el actor
pertenece o no a la categoría de empleados de confianza. Sobre este punto, en las Sentencias de
fechas 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, pronunciadas en los procesos de Amp. 426-2009 y 301-
2009, respectivamente, se sostuvo que la calificación de un puesto como de confianza no puede
supeditarse a su denominación —jefe, gerente, administrador o director, entre otros— ni
efectuarse de manera automática. Por el contrario, el criterio que resulta determinante para
catalogar la naturaleza de un puesto de trabajo son las funciones concretas que se desarrollan.
A partir de las funciones antes mencionadas, se colige que el ejercicio del cargo de
colaborador técnico que el demandante desempeña en la Gerencia General de Administración y
Finanzas de la CSJ no implica la facultad de adoptar —con cierto margen de libertad—
decisiones determinantes para la conducción de la aludida gerencia, sino únicamente la de dar
apoyo administrativo y operativo dentro de esa dependencia, es decir, se trata de funciones de
colaboración de carácter técnico. Por ello, no puede considerarse el referido cargo como uno
que requiera para su desempeño confianza de índole personal o política.
C. Por consiguiente, se colige que la autoridad demandada ordenó la no renovación del
contrato de trabajo que vincula al señor V.P. con la CSJ a pesar de que este desarrolla de manera
permanente labores que forman parte de las actividades ordinarias de esa institución, las cuales
pueden catalogarse como de naturaleza técnica.
En ese sentido, si bien el referido señor presta sus servicios a la CSJ en virtud de un
contrato con plazo determinado, la sola invocación por parte de la autoridad demandada de un
contrato de servicios personales no es suficiente para tener por establecido que la naturaleza de la
prestación de servicios realizada por aquel a favor del Estado es eventual o extraordinaria, pues
—tal como ha quedado demostrado— en el presente caso se ha utilizado erróneamente la figura
del contrato para efectuar una aceptación de servicios que pertenecen al giro ordinario de la
aludida institución.
Y es que, como se acotó supra, la finalización de la vigencia del plazo de un convenio de
este tipo no debe ser un criterio para desconocer la estabilidad de quienes están vinculados con el
Estado bajo esa modalidad, ya que el trabajo no varía su esencia por la distinta naturaleza del acto
o de la formalidad que le ha dado origen a la relación laboral.
Tomando en cuenta lo expuesto, a pesar de la existencia de un plazo en la contratación
que lo vincula laboralmente con la CSJ, el peticionario es titular del derecho a la estabilidad
laboral y, en consecuencia, previo a ordenar su despido debe tramitársele un procedimiento en el
cual pueda ejercer la defensa de sus derechos e intereses.
D. Así las cosas, al haberse comprobado que el Presidente de la CSJ ordenó que el señor
Miguel Ángel V.P. fuese separado de su cargo sin tramitarle un proceso o procedimiento previo
a la emisión de dicha orden, se concluye que el referido funcionario vulneró los derechos de
audiencia, defensa y a la estabilidad laboral de aquel; por lo que resulta procedente ampararlo
en su pretensión.
3. Finalmente, en atención al argumento expuesto por la autoridad demandada, en el
sentido de que su actuación se apegó al criterio jurisprudencial que este Tribunal sostenía en
aquel momento, se advierte que, en efecto, en las Sentencias de fecha 19-XII-2012, emitidas en
los procesos de Amp. 1-2011 y 2-2011, se estableció que a partir de esos proveídos se efectuaría
un cambio —el cual fue debidamente motivado en dichos fallos— en la interpretación
constitucional sostenida hasta esa fecha en relación con el derecho a la estabilidad laboral de los
empleados públicos que prestan sus servicios al Estado en virtud de un contrato y, como
consecuencia de tal reinterpretación, los pronunciamientos que en el futuro se emitieran sobre
este tópico deberían atender los parámetros desarrollados en tales sentencias.
En ese sentido, es preciso aclarar que, si bien el acto reclamado en este amparo fue
emitido el 14-XII-2012 —esto es, previo a que se efectuara el aludido cambio de precedente—, el
criterio con base en el cual esta Sala se encuentra obligada a resolver el presente caso es el
vigente al emitir el pronunciamiento definitivo que dirime el conflicto sometido a su
conocimiento. Ello debido a que, en materia constitucional, lo determinante para aplicar un
criterio jurisprudencial establecido en casos ya resueltos a otros futuros que sean
sustancialmente idénticos a aquellos es el momento específico en el cual procede su aplicación al
pronunciar una resolución y no en el que aconteció el hecho que fundamenta la pretensión.
El desconocimiento o falta de previsión del cambio jurisprudencial de este Tribunal por la
autoridad demandada, podría servir como criterio para alegar su no responsabilidad subjetiva, en
el eventual proceso civil que se podría promover a partir de la habilitación que en esta sentencia
corresponde efectuar; pero no para decidir este caso según la jurisprudencia anterior, que en las
mencionadas Sentencias de fecha 19-XII-2012 se calificó como no adecuado para proteger el
derecho a la estabilidad de los servidores públicos.
VI. Determinada la vulneración constitucional derivada de la actuación del Presidente de
la CSJ, corresponde establecer el efecto restitutorio de la presente sentencia.
1. A. Tal como se sostuvo en la Sentencia del 15-II-2013, emitida en el proceso de Amp.
51-2011, el art. 245 de la Cn. regula lo relativo a la responsabilidad por daños en la que incurren
los funcionarios públicos como consecuencia de una actuación dolosa o culposa que produce
vulneración de derechos constitucionales, la cual es personal, subjetiva y patrimonial.
Asimismo, dicha disposición constitucional prescribe que, en el caso de la responsabilidad
aludida y cuando dentro de la fase de ejecución del proceso en cuestión se constate que el
funcionario no posee suficientes bienes para pagar los daños materiales y/o morales ocasionados
con la vulneración de derechos constitucionales, el Estado, en posición de garante, asume
subsidiariamente el pago de dicha obligación —lo que, en principio, no le correspondía—.
B. Por otro lado, el art. 35 de la L.Pr.Cn. establece, en su parte inicial, el efecto material
de la sentencia de amparo, el cual tiene lugar cuando existe la posibilidad de que las cosas
vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración constitucional. En cambio,
cuando dicho efecto no es posible, la sentencia de amparo se vuelve meramente declarativa,
dejándole expedita al amparado la posibilidad de incoar un proceso en contra del funcionario por
la responsabilidad personal antes explicada.
Ahora bien, tal como se sostuvo en el mencionado Amp. 51-2011, la citada disposición
legal introduce una condición no prevista en la Constitución y, por ello, no admisible: el que la
"acción civil de indemnización por daños y perjuicios" solo procede cuando el efecto material de
la sentencia de amparo no es posible. Y es que esta condición, además de injustificada, carece de
sentido, puesto que el derecho que establece el art. 245 de la Cn. puede ejercerse sin necesidad de
una sentencia estimatoria de amparo previa. Con mayor razón aun —puesto que se basa en una
causa distinta—, podría promoverse, sin necesidad de dicha sentencia, un proceso de daños en
contra del Estado con base en el art. 2 inc. 3° de la Cn.
Teniendo en cuenta que en la actualidad el proceso de amparo está configurado legal y
jurisprudencialmente como declarativo-objetivo y, por ende, no tiene como objeto el
establecimiento de responsabilidad alguna, en la sentencia mencionada se concluyó que, según el
art. 35 de la L.Pr.Cn., interpretado conforme al art. 245 de la Cn., cuando un fallo sea estimatorio,
con independencia de si es posible o no otorgar un efecto material, se debe reconocer el derecho
que asiste al amparado para promover, con base en el art. 245 de la Cn., el respectivo proceso de
daños directamente en contra del funcionario responsable por la vulneración de sus derechos
fundamentales y subsidiariamente en contra del Estado.
2. A. En el caso que nos ocupa, dado que en el auto de admisión del presente amparo se
ordenó la suspensión de los efectos del acto reclamado, pues se consideró que existían situaciones
que debían preservarse mediante la adopción de esa medida cautelar, se advierte que la decisión
del Presidente de la CSJ de dar por finalizada la relación laboral que existe entre la CSJ y el
demandante no se consumó.
En consecuencia, el efecto restitutorio de esta sentencia deberá concretarse en invalidar
dicha decisión y ordenar que se renueve el contrato laboral en virtud del cual el pretensor presta
sus servicios a la mencionada institución, con el objeto de garantizarle a este la estabilidad
laboral a la cual tiene derecho como servidor público perteneciente a la carrera administrativa.
B. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn., la parte
actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños materiales y/o morales
resultantes de la vulneración de derechos constitucionales constatada en esta sentencia
directamente en contra de la persona que ocupaba el cargo de Presidente de la CSJ cuando
ocurrió la aludida vulneración.
Ahora bien, al exigir el resarcimiento del daño directamente a la persona que fungía como
funcionario, independientemente de que se encuentre o no en el ejercicio del cargo, deberá
comprobársele en sede ordinaria que ha incurrido en responsabilidad civil, por lo que en el
proceso respectivo se tendrá que demostrar: (i) que la vulneración constitucional ocasionada por
su actuación dio lugar a la existencia de tales daños —sean morales o materiales—; y (ii) que
dicha circunstancia se produjo bajo un determinado grado de responsabilidad —sea esta dolo o
culpa—. Asimismo, deberá establecerse en dicho proceso, con base en las pruebas aportadas, el
monto estimado de la liquidación que corresponda dependiendo de la vulneración acontecida y
del grado de responsabilidad en que se haya incurrido en el caso en particular.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 11, 12, 219 y
245 de la Cn., así como en los arts. 31 n° 3, 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., en nombre de la
República, esta Sala FALLA: (a) Sobreséese en el presente proceso de amparo, promovido por el
señor Miguel Ángel V.P., en contra del Director de Recursos Humanos de la CSJ; (b) Declárase
que ha lugar al amparo solicitado por el señor V.P. contra el Presidente de la CSJ, por la
vulneración de sus derechos fundamentales de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral; (c)
Invalídase la decisión del Presidente de la CSJ de dar por finalizada la relación laboral que existe
entre la CSJ y el señor Miguel Ángel V.P. y, en consecuencia, ordénase que se renueve el
contrato laboral en virtud del cual el citado señor presta sus servicios a la mencionada institución,
con el objeto de garantizarle a este la estabilidad laboral a la cual tiene derecho como servidor
público perteneciente a la carrera administrativa; (d) Queda expedita al referido señor la
promoción de un proceso por los daños materiales y/o morales resultantes de la transgresión de
derechos constitucionales constatada en esta sentencia directamente en contra de la persona que
ocupaba el cargo de Presidente de la CSJ cuando ocurrió la aludida vulneración; y (e)
Notifíquese.
-----------------------E.S. BLANCO R--------------R.E. GONZALEZ--------FCO. E. ORTIZ R---
----------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN.------------ E. SOCORRO C.----------SRIA------------- RUBRICADAS.

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