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Ana Isabel Trujillo

C.I 19.390.721

No se puede pasar por desapercibida la realidad del mercado laboral o del


trabajo en Venezuela, ya que afronta un escenario de incertidumbre y de riesgo,
producto de su inestabilidad política que ha repercutido seriamente en el sector
empresarial productivo, así como también en la mala utilización de la fuerza laboral,
dando paso a altos índices de desempleo. Por tal motivo el país ha cambiado, su sistema
remunerativo carece de atractivo para poder retener el capital humano que se ha
formado aquí durante tanto tiempo, la misma inflación ha ocasionado que los salarios
no compensen tantos años de preparación, sueños, metas, inclusive años de experiencia
para quienes tiene ya un camino laboral recorrido, por lo que la desmotivación ha estado
a la orden del día y las posibilidades de iniciar y desarrollarse en otras tierras ocupa el
primer lugar entre los pensamientos de los venezolanos que aún quedan en el país.

Han sido muchísimos y se puede decir que incontables, los talentos que han
emigrado hacia nuevos horizontes, y esto va cada vez más en aumento, aun existen
empresas que actualmente tratan de desarrollar una cantidad de estrategias, con la
intensión de cuidar y retener su capital humano, pero esta situación representa un
problema para el país, y para las generaciones de relevo, porque el talento valioso, el
bueno, el preparado, se está yendo, y reclutar personal se hace cada vez más difícil, y
entonces se llega el momento en que la misma sociedad se pregunta ¿Qué pasara? ¿Se
cuenta actualmente con un capital humano altamente capacitado para trabajar por el
país? ¿Las organizaciones seguirán invirtiendo En programas de adiestramientos y
desarrollo? ¿Se podrán mantener idóneamente operativas las empresas? en definitiva, la
emigración y el mercado laboral en Venezuela es relativo ya que también pueden surgir
oportunidades en tiempos de crisis.

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