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1. INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
2. EL AUTOR
Datos biográficos
Obras
3. ANÁLISIS
Género
Novela juvenil.
Temas
Esta novela muestra el tema de la importancia de las matemáticas en
nuestra vida cotidiana. No es infrecuente que a un alumno se le escape el
típico comentario sobre nuestra asignatura ¿Y ésto para qué sirve? El autor,
profesor de matemáticas, piensa que todo el mundo puede disfrutar con la
materia si dispone de un poco de ingenio y buena predisposición. Para ello,
se crea una situación en la que no existen números provocando un verdadero
“caos”, resaltando así la importancia de los números y operaciones
matemáticas esenciales en nuestro devenir diario y que utilizamos sin darnos
cuenta.
De igual manera, un tema secundario que se plantea es la facilidad con
que despreciamos o infravaloramos aquello que desconocemos, siendo
solamente conscientes de la realidad cuando nos ponemos en la posición del
otro: Un alumno y un profe frente a frente. Un alumno haciendo de profesor y
un profesor haciendo de alumno (p. 49).
Argumento
Arturo es un chico normal, muy avispado y al que le gusta mucho leer pero
que sufre enormemente cuando tiene que resolver sus ejercicios de
matemáticas. Una tarde, cuando está intentando resolver una suma
“kilométrica” se enfada y pronuncia un deseo: “Ojalá no hubiera números”.
Ese deseo es oído por Pitágoras V, rey de las Matemáticas, y es en este
momento cuando se precipitan los hechos. La asamblea del reino de los
matemáticos, hartos de comprobar los horrores que cometen contra las
matemáticas, a las que muchos juran odiar, deciden dar un escarmiento
ejemplar: desaparecerán los números de la faz de la tierra y de las mentes de
la gente. Así pues, durante la noche, los habitantes del País de las
Matemáticas llevan a cabo su plan recorriendo todos los rincones de la tierra
y haciendo desaparecer todos los números, bueno, todos no: sólo habrá un
ser humano en todo el planeta que sí conozca la existencia de los números y
ese será Arturo. A la mañana siguiente nuestro protagonista comprueba
sorprendido que los relojes no tienen números, en sus libros no hay números
ni de páginas, ni de capítulos, ni años, ni siglos, ni edades; en su lugar había
espacios en blanco. Pero eso no era todo, fuera del colegio el caos se iba
apoderando de la ciudad, pues la gente se perdía en las calles porque los
edificios no estaban numerados, nadie sabía la edad que tenía, no había
precios ni medidas: En el mercado la gente decía: deme naranjas, muchas
pero no demasiadas” (p. 38); “y aún era peor cuando la gente quería pagar:
¿Cuánto vale este cuaderno?, Vale algunas monedas doradas y otras pocas
plateadas (p. 39). Pero aún quedaba más: la televisión no se veía, los
aeropuertos estaban colapsados, los hospitales tenían problemas y las
computadoras y un montón de artefactos se iban apagando poco a poco...
Arturo, preocupado se dio cuenta de que había muchas cosas en peligro y
que los números nos hacían falta. Agotado por el día “tan raro” que había
tenido, se queda dormido. Pitágoras V, que empezaba a darse cuenta de que
el asunto se le estaba escapando de las manos, aprovecha este momento
para ayudar a Arturo y le susurra al oído la solución: si es capaz de
convencer a una sola persona de que los números existen y de la importancia
y utilidad de los mismos, entonces todo volverá a la normalidad.
Arturo, convencido de su cometido, se dispone a realizarlo y qué mejor
persona para convencer que su profesor de matemáticas, aunque éste no
fuera muy de su agrado. Haciendo un gran esfuerzo y con un intercambio de
papeles (ahora el “profesor” era él) lo logra, consiguiendo así que todo vuelva
a su curso natural.
Arturo siente que de verdad le gustan las Matemáticas y que es una
verdadera suerte que existan los números.
Personajes
Espacio
La novela no hace gala de detalladas descripciones de los lugares donde
ocurre la acción. Por una parte, Arturo se desenvuelve en esta novela a
caballo entre su casa y el centro educativo, de los que no se da información
concreta. Y por otra parte, el autor crea un espacio paralelo donde también
se desarrollan los acontecimientos que es “el reino de las matemáticas”, del
que apenas se dan detalles: “En un lugar que nadie conoce, Pitágoras V reunió
a todos sus ministros y ayudantes...” (p. 16); “Alrededor de la gran mesa
pentagonal se sentó un grupo de extraños personajes con aspecto de haber
salido de un libro de matemáticas “ (p. 16).
Perspectiva y estructura
Toda la novela nos viene contada a través de un narrador. Al tiempo que el
narrador omnisciente nos va contando los hechos, busca también cierta
complicidad con el lector lanzándole guiños para que asienta con la cabeza y
se haga partícipe: como si de un diálogo narrador-lector se tratara:
“Era una suma de dos números muy largos, y si no me creéis, aquí está la
operación:
3567895 + 1297637 = ¿Qué?, ¿es larga o no es larga?” (p. 11)
Lengua y estilo
Destaca el estilo sencillo y ágil con el que se cuenta la novela. No en vano la
misma se completa con multitud de ilustraciones, simulando la apariencia de
un cuento, resultando atractivo para el joven lector. La narración se
completa con una serie de diálogos que por la situación esperpéntica creada
resultan graciosos. Por ejemplo:
“-Sí he dicho quince.
-¿Esguince?
-No, no me duele el tobillo, he dicho quince.
-¿Quince?
-Sí, el que va después del catorce.
-¿Qué va después de Santurce?”
“Hay niños y niñas a los que les encanta jugar al fútbol; a Pedro le chifla
ver dibujos animados ...” (p. 9).
“Eso ... cinco más siete son doce y me llevo una, pongo un dos y sigo,
una que me llevo más nueve son diez y más tres son trece ...” (p. 40)
P. 13: “... siempre hay alguien escuchando y entonces pueden ocurrir muchas
cosas, ¡hay que tener cuidado con lo que se dice!”
P. 42: “... y lo que parecía un cuento infantil se iba convirtiendo en un conflicto
que podía acabar con todo el mundo. Los niños no podían jugar a la consola, y
eso sí que les fastidiaba.”.
P. 48: “Pero Arturo Comelibros es un niño y también sabemos que los niños no
se desaniman nunca.”
P. 58: “Arturo ha aprendido la lección y con eso nos damos por satisfechos.”
6. VOCABULARIO
“...¡ Tres hurras por los perímetros! ¡Segmentos unidos jamás serán vencidos!
¡Suma, resta y canta una canción! ¡Tres, dos, uno, cero! ¡Ecuaciones sí,
gracias! ¡Qué risa, me doblo como un ángulo! ¡Del rombo y del trapecio no nos
moverán!....” (p. 18).
8. OTRAS CUESTIONES
Opinión
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[Guía realizada por Mª Dolores Alfaro Sánchez]