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1. INTRODUCCIÓN.
Los principales trabajos que sirven como antecedentes para el actual Código de Nomenclatura
Estratigráfica (Hedberg, 1970), son los siguientes:
1933: En EE.UU. se establece una Clasificación y Nomenclatura de Unidades Litológicas.
1952: Se crea la Subcomnisión Internacional de Clasificación Estratigráfica (ISSC), dependiente
de la Comisión de Estratigrafía de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS).
1961: La Comisión Americana de Nomenclatura Estratigráfica publica el Código de Nomenclatura
Estratigráfica, que define unidades basadas en litología, contenido fosilífero y tiempo.
2.2.4.1. FORMACIÓN.
Toda vez que la definición y denominación de una Formación asumen las características
litológicas observadas en el ESTRATOTIPO, la continuidad o extensión lateral de esta unidad
alcanzará hasta donde dichas características se mantengan. Cualquier variación importante
de la homogeneidad litológica que define a cierta Formación, hace necesario introducir una
nueva denominación (Formación) que resultará su equivalente lateral.
2.2.4.3. MIEMBRO.
i
El “Grupo Mandiyutí” incluye a las Formaciones Escarpment y SanTelmo, del Subandino Sur de Bolivia.
ii
El “Complejo Chilla”, expuesto en el Altiplano Norte de Bolivia, involucra intercalaciones de espesos paquetes de rocas volcánicas y
sedimentarias, correspondientes a un ámbito de fondo marino.
2.2.4.4. CAPA.
Las UBs, también denominadas Biozonas, se definen por el contenido fosilífero que
presenten los estratos, considerando criterios y métodos objetivos de observación. Este
contenido, o carácter paleontológico, debe ser distintivo respecto a los estratos adyacentes.
Hay que resaltar que la presencia de fósiles distintivos de una UB está necesariamente
vinculada a ciertas condiciones ecológicas, ambientales y de régimen de depósito
sedimentario. En atención a estos factores de control, tanto los límites laterales (o espaciales)
como los verticales (o temporales) de una UB serán siempre irregulares y finitos –es decir,
relativamente poco extensos–, sin llegar a comprender todo el largo, ancho y espesor de la
unidad litoestratigráfica en que se encuentra. Esta limitación espacial (ecológica y ambiental)
de las UBs, define el carácter único y no repetitivo de cualquier Biozona, que así queda
determinada a un ámbito “provincial”.
El alcance vertical de una UB es muy variable, pudiendo corresponder al espesor de una capa
singular, o también llegar hasta cientos de metros, siempre que se mantenga el carácter de
presencia paleontológica que define a la unidad. Por lo general, esta presencia se encuentra
distribuida de manera segmentada y/o diseminada dentro del conjunto de estratos de la UB,
de manera que una Biozona puede incluir estratos estériles en su espesor.
En cuanto a la referencia que una UB debe guardar con un ESTRATOTIPO –como sucesión
específica de estratos, en la que se han observado las características paleontológicas
distintivas de la unidad–, se pueden dar los siguientes dos casos:
I. Que sea posible caracterizar la UB en términos de una Sección Tipo (Estratotipo), como
sitio en que esté representada la asociación típica y distintiva de fósiles. Es el caso general
de las “Cenozonas”.
II. Que no sea posible caracterizar la UB según una Sección Tipo (Estratotipo), toda vez que
la referencia o patrón de estudio es el taxón o los taxones, tomando en cuenta variables
de tipo evolutivo que incluyen diferentes espacios físicos de observación.
La ventaja de partida que plantea la distinción y uso de la UBs es su base objetiva de trabajo,
ya que únicamente la presencia física constatable de los taxones fósiles, se constituye en
prueba de validación de una UB.
En dicho marco de objetividad, la ventaja principal que tiene el establecimiento y la
utilización de estas unidades radica en su alcance de valor cronoestratigráfico, lo que permite
otorgar al estrato –o conjunto de estratos de la UB– una edad relativa, basada en el
contenido paleontológico.
Otra ventaja importante de las UBs es la de brindar información sobre la paleoecología y la
evolución de las especies biológicas conservadas en los estratos, contribuyendo así y de gran
manera a una adecuada y completa interpretación estratigráfica.
La principal limitación de las UBs está en su segmentada o parcial cobertura temporal y
espacial, toda vez que su uso se ve restringido a las sucesiones estratigráficas que
representan los lapsos de historia geológica con presencia de organismos aptos para
preservarse como restos fósiles. En tal sentido, las UBs sólo pueden referirse al Eón
Fanerozoico, y dentro de éste a los estratos con preservación de fósiles.
Por otra parte, si bien las UBs resultan útiles como indicadores de edad relativa, dicho valor
cronoestratigráfico resulta generalmente restringido al ámbito espacial y paleoecológico que
define los límites de la UB, haciéndose necesario proponer equivalencias entre UBs distintas y
provicialmente separadas, para proceder a correlaciones por grandes distancias.
Estas unidades no admiten una jerarquización estrictamente estratigráfica, sino más bien
paleontológica, basada en sistemas taxonómicos. Así, una unidad cuya definición está basada
en una familia, engloba a la unidad basada en un género de dicha familia y ésta, a su vez, a
cualquier unidad basada en una especie de dicho género.
Entre los principales criterios que definen una Biozona, están los siguientes:
Asociación de formas presentes.
Abundancia de ciertas formas.
Existencia total de un taxón.
Imbricación parcial de la existencia de diferentes taxones.
Una Cenozona queda definida por la asociación de fósiles que contiene determinado estrato
o conjunto de estratos, siendo dicho contenido un claro criterio que distingue a éstos de los
estratos adyacentes. La asociación que define una Cenozona puede tener su base de
diferenciación en la fauna contenida, así como en la flora presente.
Una Zona Culminante se define por la presencia de máxima abundancia de cierto taxón, en
determinado estrato o conjunto de estratos.
Los límites de una Zona Culminante se definen por los puntos externos que marcan la
abundancia máxima, tomándose un criterio netamente cuantitativo para la distinción del
espesor y de la extensión lateral de la Biozona. Estos límites son, a su vez, marcadores de
cambios ambientales y ecológicos, aunque su uso cronoestratigráfico es restringido,
precisamente por estas presiones ambientales que dan un carácter local o a la unidad.
La denominación de una Zona Culminante se hace con el nombre del taxón característico,
antecedido de la palabra “culminante”.
2.4.4.1. CRONOZONA.
Una Cronozona se define por los estratos depositados durante el tiempo de existencia de un
taxón determinado, aunque éste no se encuentre presente en todos los sitios de estudio.
Se denomina añadiendo a la palabra Cronozona, el nombre de la especie que la caracteriza.
Ejemplo: “Cronozona de Neospirifer cameratus”
2.4.4.2. PISO.
2.4.4.3. SERIE.
2.4.4.4. SISTEMA.
2.4.4.5. ERATEMA.
2.4.4.6. EONTEMA.
3. UNIDADES ALOESTRATIGRÁFICAS.
De manera general, el término “facies” aplicado a las rocas sedimentarias, involucra las
siguientes características de un volumen de rocas:
Morfología de las capas.
Estructuras sedimentarias.
Textura.
Litología y composición.
Restos orgánicos.
Diagénesis.
Chang (1975) propuso el término Sintema para secuencias limitadas por discontinuidades,
con la pretensión de que este término suplante la utilización y tenga los alcances escalares
de Formación.
A pesar de que la Subcomisión Internacional de Clasificación Estratigráfica aprobó esta
sugerencia en 1987, pocos geólogos han utilizado este tipo de unidades.