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VERDADEROS DESAFÍOS PARA LOS SEGUIDORES Y SEGUIDORAS DE

JESÚS

A partir de los datos presentados referidos a la sociedad y a la Iglesia,


todos ellos verdaderos desafíos para los seguidores y seguidoras de
Jesús, podríamos perfilar el rostro de la dimensión pneumatológicá de su
seguimiento, demandando para él las características que irldicamos seguidamente:
- En un mundo injusto e insolidario -en el que abundan de forma
tan alarmante las personas hambrientas condenadas a muertes prematuras,
los socialmente marginados y excluidos, incluso los declarados
sobrantes- el seguimiento de Jesús tiene que estar decididamente
irlformado por la opción por los pobres, por la memoria de
rodos los crucificados y víctimas de la injusticia y la insolidaridad46

- En un mundo igualmente injusto por machista y patriarcal, el seguimiento


de Jesús ha de estar igualmente irlformado por esa perspectiva
de género que es capaz de generar formas de combatir cualquier
discriminación irljusta de la mujer.
- En un mundo donde hay razas y etnias que son nirlguneadas, descalificadas
y rechazadas como supuestamente inferiores, hay que
vivir el seguimiento de Jesús tratando de superar toda forma de
racismo y orgulloso e injustificado etnocentrismo.
- En un mundo en el que se extiende la increencia, marcado por las
sospechas (Feuerbach, Marx, Nietzsche, Freud ... ) de que la fe crisriana
impide que el creyente pueda realizarse comó ·ser humano,
parece indispensable vivir el seguimiento de Jesús de manera tal
que ponga de manifiesto que es fuente de madurez y de libertad
verdadera gozosamente ejercida, exigencia de encarnación en la
historia y de compromiso decidido en la construcción de un mundo
más fraternal y más justo.
- En un mundo amenazado por el deterioro creciente de sus ecosistemas,
el seguimiento de Jesús debe incorporar la perspectiva propia
que otorga la preocupación ecológica.
- En un mundo plural, cultural y religiosamente hablando, el seguimiento
de Jesús tiene que vivirse de forma inculturada y siempre
en diálogo con las restantes religiones, con la convicción de que
puede ser profundizado y e;uiquecido.
- En un mundo fatigado, desencantado y hasta desesperado, es necesario
que el seguimiento de Jesús esté informado por la esperanza
· activa, vinculada a la apuesta de que «Otro mundo es posible».
- En una Iglesia en la que buena parte del pueblo que se confiesa
creyente opta por un cristianismo convencional y heredado, el secruimienro
de Jesús debe recuperar, con especial urgencia, su geo
nuina radicalidad y ha de estar siempre caracterizado por una fe
libre, traducida en adhesión personalizada, como hemos visto que
urge ya su dimensión cristológica.
- En una Iglesia con significación y credibilidad decrecientes, en donde
la «deseclesiastización» de la fe se está convirtiendo en moneda
corriente, el seguimiento, para recuperar gozosamente la dimensión
eclesial de la fe, debe vincularse al compromiso imraeclesial que
persigue recuperar la verdadera sacramentalidad salvífica y liberadora
de la Iglesia de Jesús. Los seguidores y seguidoras de Jesús
deberían, según creo, sentirse urgidos a contribuir a tal recuperación
con la mayor libertad y fidelidad posibles, sabiendo que lo que
está finalmente en juego es la significación del mensaje cristiano
como buena noticia de salvación. La contribución a la que me refiero
podría realizarse en una doble dirección. En primer lugar, con
la denuncia crítica de todos los rasgos de la Iglesia que opacan su
condición de sacramemo de comurúón y de salvación. En segundo
lugar, y sobre todo, potenciando la creación, continuidad y fidelidad
de comunidades creyentes, capaces de mostrar la verdad, bondad
y belleza de esa forma nueva de valorar y vivir, comunitaria y fraternal
desde la solidaridad con la causa de los pobres, a la que
conduce la fe cristiana.

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