Sunteți pe pagina 1din 1

ñoras, que mediante un camino de interiorización, entran a través del oído para

quedar impresas en su mente.


b) El objeto musical: Si bien hemos observado la importancia del sujeto des­
de una perspectiva subjetiva, no es la única que nos interesa ya que la música
también existe-como-objeto de un conjunto finito de sonidos musicales en el
medio ambiente. En la interacción existente entre el sujeto y el objeto, podría­
mos decir que se crean el uno al otro.
Para Serafine la actividad cognitiva musical, o si se prefiere el pensamiento
musical, está implicado directamente con los sonidos y no podemos considerar
tal, aquel que se ocupa de otros aspectos musicales que no son sonidos. Hemos
de puntualizar por tanto, que consideramos «sonidos», no sólo aquellos que son
construidos en el medio físico, sino también aquellas imágenes mentales que
ocurren internamente y que se dan en nuestra imaginación: es lo que conocemos
cpmo «oído interno» o «voz interna» en la terminología musical. Podríamos con­
siderar como no aural, las representaciones gráficas de los sonidos, loáSiombres
tonales, las técnicas de composición o ejecución de una pieza, especulaciones so­
bre los hechos históricos musicales o biografías entre otros aspectos musicales.
Incluso cuando las palabras forman parte y son definidas como música, hemos
de considerarlas desde sus cualidades de sonidos temporales más que en su signi­
ficado semántico.
En su definición de pensamiento musical, Serafine excluye de esta actividad
cognitiva aquellos sonidos que nos llegan del medio ambiente (ruidos, tim­
bres...), las producidas por los animales (llamadas de pájaros...) e incluso dice que
«la condición de hechos temporales organizados omite de la categoría musical el con­
junto de sonidos fortuitos y totalmente ordenados (como en músicas aleatorias y seria­
das), que permanecen sin organizar por el oyente» (Serafine, 1988, p. 70).
Si consideramos que el pensamiento musical es la actividad de pensar tem­
poralmente con sonidos, simultáneos o sucesivos, no debemos pasar por alto que
la definición de música exige a esta actividad el ser un trabajo de arte. La palabra
«arte» se utiliza en dos sentidos que se relacionan con la música. Uno de ellos se
usa para designar la pericia física. En este sentido hablamos del arte del manejo
de un instrumento: ejecución al piano, colocación de la voz... El segundo uso de
esta palabra sirve para designar algo completamente aparte y muy diferente de la
habilidad física; sirve para indicar un proceso por cuyo medio contribuimos a
que los materiales musicales que poseemos, nos proporcionen una belleza com­
plementaria que antes no tenían.
La música como actividad cognitiva ha quedado definida, como hemos visto
anteriormente, y esta definición estricta excluye toda forma de actividad no au­
ral. Las manifestaciones externas de la cognición musical son la composición, la
audición y la interpretación, y en la base de estas tres actividades yace un conjunto

123

S-ar putea să vă placă și