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El suelo:

Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que


proviene de la desintegración o alteración física y química de las rocas y de los residuos de
las actividades de los seres vivos que se asientan sobre ella.

Tipos de suelos actos para el cultivo de frutales:

 Suelos azonales

Son suelos de origen sedimentario, formados por acumulación de materiales que


arrastran los ríos. Son planos, no presentan problemas de erosión y se consideran muy
fértiles. Se ubican en los llanos occidentales, desde Cojedes hasta Apure, pasando por
Portuguesa y Barinas, sur del lago de Maracaibo, delta del Orinoco, Valles del Tuy y
Yaracuy.

 Suelos intrazonales

Son suelos de origen residual, formados por restos de rocas que, debido al mal drenaje,
permanecen en el mismo lugar donde se inició la meteorización. Por su propensión a la
erosión, son poco aptos para la agricultura y necesitan sistemas de protección para su uso
agrícola. En Venezuela, los suelos intrazonales se ubican en las zonas montañosas de los
Andes y Falcón.

 Suelos de zonas áridas y semiáridas

Son suelos residuales formados por un proceso de lateritización. Se les considera no aptos
para la agricultura. Se localizan principalmente en las penínsulas de la Guajira y de
Paraguaná y en algunas áreas de las costas orientales.
Procedimientos de preparación de suelo.

Se han elegido los procedimientos más adecuados a los casos que más frecuentemente se
presentan en la reforestación de las tierras agrícolas. La posibilidad de suprimir o remover
horizontes del suelo no se tiene en cuenta, ya que en los terrenos que han estado
sometidos a cultivo agrícola no suelen existir estos horizontes. Sin embargo, sí se suele
presentar una capa endurecida (suela) a la profundidad a que llegaron los continuos
laboreos, en este caso se deberá efectuar una labor profunda.

También se pueden aplicar polímeros absorventes, protectores orgánicos, estabilizadores


de suelo, aunque estas practicas son opcionales.

Construcción de semilleros:

En un recipiente de tamaño aproximado 30x40 cm.; puede ser una caja de madera, una
tarrina, o jardinera, tiesto o maceta y una profundidad no menos de diez cm., se pone
tierra especial (compost) o sustrato vegetal, se apisona ligeramente y se allana, después
de regar ligeramente se distribuye la semilla de forma regular sin poner demasiadas, que
quede espaciado lo suficiente para cuando nazcan no estén demasiado juntas; se tapan
con una capa de la misma tierra de no más de medio cm. y se vuelve a apisonar pero muy
ligeramente, se riega con abundancia pero sin quedar encharcado; posteriormente se
cubre con unas hojas de periódico para resguardar del frío y para que conserve la
humedad. Es aconsejable meter por las noches en un cobertizo si aún hay riesgo de
heladas.

A los 4- 5 días se destapa el papel y se observa si están naciendo. Según el clima y la


semilla puede tardar no más de diez días en empezar a salir los primeros brotes.

Una vez que vemos asomar los brotes quitamos el papel, cuando observamos que la
superficie de la tierra empieza a secarse se riega ligeramente, no tanto como al principio,
y así repetir la operación durante el crecimiento hasta que alcancen una altura de unos 6-
8 cm. para trasplantar a unos tiestitos pequeños (tamaño yogurt). Cuando son muchas las
plantas que se precisan se suele hacer en unas bandejas de 5x8 agujeros, que son más
manejables para resguardar en el cobertizo.

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