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ACORDES
DEL AMOR
AKUMARINA
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No paraba de observar mi pelota de baloncesto,
la llevaba entre los brazos. Dirigí mi vista a los
asientos traseros del coche, mirando mi
guitarra acompañada por el transportín de
Romo y trastos de valor e indispensables como
una mini nevera, sacos de dormir... Suspiré y
dirigí mi vista a mi madre; estaba concentrada
en la carretera, llevábamos en la autopista por
lo menos una hora y en el coche todo el día, nos
mudábamos.
Debía reconocer que en un principio la idea me
gustó, me emocionó incluso pero, me tuve que
despedir de mi calurosa vida de Texas para
iniciar una nueva, fría, en Utah... No quería,
simplemente no quería, me tuve que despedir
de mis amigos de allí para siempre, nos
podríamos volver a ver pero, a saber cuándo
sería eso, nos separaban más de mil kilómetros
de distancia. Así es, unos 1300 kilómetros
separaban San Antonio de Lake City, lo que en
un tiempo sería mi nuevo hogar.
El camino se había hecho bastante largo, pero
por suerte ya estábamos en la última parte del
recorrido. Era por la tarde y 50 kilómetros nos
separaban de la ciudad, o pueblo...o lo que
fuera. A decir verdad tenía miedo de bajar del
coche y encontrarme con cuatro aldeas. Sonreí
ante ese pensamiento... Saqué el móvil de mi
bolsillo, echando la pelota a mis pies y entré en
mis redes sociales, estaban muertas. Ni rastro
de mis amigos, ellos posiblemente estaban en la
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calle, jugando y mientras yo, rumbo a otro sitio,
sólo y en un coche encerrado por horas.
Finalmente llegamos a la ciudad, tras pasar
alguno que otro bosque. Quedé estupefacto; era
una gran ciudad, tenía edificios como
rascacielos, oficinas. Pero a la vez era un
pueblo; rodeado de montañas, con casas rurales
y un gran lago en lo que parecía el final del
valle. Se podía notar el frío, la temperatura
cambió en cuanto las montañas, que estaban
mayoritariamente blancas, nos rodearon. Abrí
mi boca, era la primera vez que veía la nieve.
—Es bonita ¿Verdad Austin? —Rompió mi
madre el silencio al verme pegado a la
ventanilla, yo solo asentí. Siempre había
contemplado la nieve en vídeos y fotos, pero
nunca había tenido la suerte de verla en
persona, ¡hasta podríamos hacer snowboard!
Era un deporte que me llamaba la atención tras
el skate —Es bueno verte así de emocionado
después de dos días en los que hemos estado en
el coche—dijo, yo me incorporé de nuevo y la
miré, creo que la sonrisa aún estaba en mi cara,
el frío sería soportable si podía ver esto todos
los días.
Tras atravesar toda la ciudad, llegamos a la
parte más “rural”, eran casitas separadas con
un aire más rústico, cerca del lago. Me gustaba
nadar pero ni loco me metería en el lago, de
hecho creo que a no ser que tuvieran una
piscina climatizada no volvería a tocar el agua a
no ser que fuera la de la ducha o el baño...
Llegamos a nuestra casa, el número trece,
aparcó el sitio correspondiente mientras yo
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observaba la casa. En la plaza del garaje podría
poner mi propia canasta para el baloncesto.
Salí del coche, apreciando más la casa de cerca;
de dos plantas y posiblemente con buhardilla,
la fachada era de ladrillo, o eso parecía, tenía
varias ventanas y un ventanal que se extendía
hasta el segundo piso al lado de la puerta de la
entrada. Miré el jardín; a Angel le habría
gustado esta casa, no sólo por las montañas, si
no por el amplio jardín, no disponía de eso en la
otra casa... Decidimos entrar; un recibidor
grande, que tenía la escalera al fondo y un
montón de puertas, las cuales daban a la cocina,
al salón y a una habitación amplia.
El salón daba al baño que estaba conectado con
la habitación también. Mientras que mi madre
miraba la habitación, con intención de usarla
para sus cosas yo subí, el segundo piso era más
pequeño; según subías tenía una puertecilla en
el techo, que daba a la buhardilla. Había varias
habitaciones arriba, como tres, y otro baño...
Fui mirando de habitación en habitación y
escogí la más luminosa, no era la más grande,
pero me serviría.
Mi madre miró la casa y tras colocar lo poco
que traíamos en el coche y el remolque,
sacamos los sacos de dormir y los extendimos
en el salón, solté a Romo y él enseguida se puso
a curiosear cada centímetro de la casa... Mi
madre metió el coche en el garaje y yo
aproveché la plaza para salir con la pelota de
baloncesto, no tendría canasta, pero podría
jugar un poco dando botes y botes y corriendo
de un lado a otro, eso era una de las cosas que
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más me divertía, perder la noción del tiempo
mirando el balón, jugando con él.
Era lo que me pasaba con la música; cada vez
que tocaba un acorde, cantaba una canción o
componía, me sentía en otro mundo, sentía el
tiempo pararse, hasta que entonces me daba
cuenta de la hora que era porque mi madre me
llamaba, soy un poco despistado con eso.
Tras un rato de correr de un lado a otro con la
pelota me cansé y me senté en el bordillo de la
acera, pensando en lo tonto que había sido por
dejar el skate en el camión de la mudanza, a
saber cuando venían y yo sin skate, no tenía
ganas de estar con la guitarra hoy, y aún era
pronto, por lo que opté por seguir jugando,
haciendo lanzamientos a la nada hasta que
entonces, sentí la mirada de alguien clavada en
mí, lo quise ignorar y seguir jugando pero poco
a poco me desconcentraba, logrando que
perdiese la pelota varias veces.
Miré hacia ambos lados y, en el derecho, había
un chico mirándome desde el porche de su casa,
no apreciaba mucho a esta distancia y tampoco
me quería quedar mucho viéndole, pude
apreciar que su pelo era castaño, vestía con
ropa suelta y creo que sonreía al verme.
Incómodo por aquella situación, tomé la pelota
y entré en casa, me quité el abrigo y lo dejé en la
barandilla de la escalera.
—Austin, cariño, si vas a jugar baloncesto al
menos hazlo antes, es muy tarde y aquí hace
mucho frío, no te viene bien estar sudando en la
calle—me dijo. Yo asentí.
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—Ya lo sé, esto no es Texas...Pero es que
necesitaba correr, moverme, llevo dos días
sentado en el coche...—Me excusé, ella sonrío y
me dio la cena. Se puso a leer un libro y yo a
falta de televisión, me quedé con mis
pensamientos y, a pesar de que no le di
importancia me vino ese chico a la cabeza, el
vecino, ¿por qué me estaría mirando con tanto
interés?
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—Bueno, me voy a dormir—le dije a mi madre
quien, seguía absorta en el libro. Caminé hacia
el salón y tomé mi saco de dormir, quité a
Romo de encima y tras cambiarme y entrar al
saco, le dejé un hueco dentro de este, aún no
había calefacción y hacía frío... Al instante se
puso a ronronear por el calor, adormeciéndome
lentamente. Caí dormido a los minutos; el
baloncesto me había dejado cansado antes.
No sé cuánto dormí, porque al despertar ya
entraba bastante luz a la habitación y el saco de
mi madre estaba vacío. Romo ya no estaba
durmiendo conmigo, me levanté y me vestí con
algo de ropa de la mochila; una camiseta roja,
unos vaqueros y las deportivas. Tomé mi
chaqueta de ayer y fui a la parte de la habitación
que era la cocina, estaba unida con el salón.
Abrí la bolsa de congelado que trajimos y saqué
un poco de carne y unos huevos.
Puse la sartén y me los preparé, para mi mala
suerte me quemé un poco en la mano con el
maldito aceite... El olor de la carne atrajo a
Romo a la cocina, maulló varias veces hasta que
consiguió que le diera de comer parte de mi
desayuno.
Terminé de comer todo y dejé el plato en la pila,
salí de la habitación a la entrada y me puse mi
cazadora. Salí a la calle, mirando como era el
barrio con la luz mañanera; estaba mejor que
ayer. Oí unas cuantas voces y busqué con mi
mirada de dónde provenían; estaba mi madre
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hablando con un chico de piel blanca, pelo
castaño claro y a medida que me acercaba pude
ver que sus ojos eran verdes. Mi madre me
miró.
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—Hola Kendall—Miró a mi madre y luego se me
quedó viéndome, sonrió instantáneamente
cuando su mirada se cruzó con la mía—Eh...
—Son los nuevos vecinos Justin, ella es
Michelle y él es Austin
—Hola, encantado—le extendió la mano a mi
madre y después a mi—Soy Justin—me dijo
mientras aceptaba su apretón, su piel era suave
—Soy Austin...—le dije a pesar de la
presentación que Kendall había hecho antes.
Miré nuevamente su bolsa, más detenidamente,
tenía el dibujo de un escudo con dos leopardos,
"EAST Leopards" Tenía dibujado una pelota y
canastas, posiblemente Justin las pintó.
Soltamos nuestras manos y el sonrió
nuevamente.
—Bueno, me voy a entrenar, luego nos vemos—
se dio la vuelta y empezó a caminar.
—¿A qué juega?—le pregunté al mayor.
—Baloncesto, está en el equipo de su instituto,
le obsesiona.
—Eh, ¿puedo ir con él?—Le pregunté a mi
madre, ella asintió y yo me eché una pequeña
carrera hasta alcanzarle—¡Justin!—lo llamé, se
giró y me quedó viendo extrañado—Me dijeron
que juegas al baloncesto.
—Ajá... ¿A ti también te gusta? Te vi jugar
ayer...—Informó.
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—Me encanta jugar y bueno, estaría bien
meterme en el equipo del instituto, si te
acompañó al menos ya sabré dónde es—sonrió
y asintió.
—Me agrada que te guste, ya tenemos algo en
común...— Sinceramente, estaba feliz, Justin
me daba muy buenas sensaciones, ¡y encima
nos encantaba el mismo deporte! Como él dijo,
ya tenemos algo en común y estaría bien
disfrutar de eso.
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Caminamos por un rato, el silencio se formó
entre nosotros y yo me maldecía por haberme
decidido a acompañarlo, no sabía nada de él,
sólo que jugaba al mismo deporte que yo.
—Y bueno...—dijo, buscando algo para
preguntar—¿En qué posición juegas?—
Preguntó tras unos segundos de silencio.
—Eh, juego como escolta, pero puedo ser base o
alero—le informé, sonrió y continuó hablando.
—Ey, ey, ey... En caso de que entres al equipo, la
posición de base no me la quitas, ni la de
capitán tampoco, por muy hábil que seas,
¿entendido? —sonreí ante ese comentario.
—Entendido capitán.
Finalmente llegamos, era un instituto enorme;
un gran edificio gris al fondo, en forma de U y
por delante varios campos con árboles,
asientos, mesas... El edificio era rodeado por un
camino de cemento los cuales también
separaban los campos entre sí, llegamos a la
parte de atrás, había un gran pista de atletismo
y un campo de fútbol. Justin se me adelantó y
entró en un edifico aparte, el gimnasio. Entré y
lo contemplé; el suelo de parqué color naranja,
la pista de baloncesto en todo el centro y las
gradas rodeándola. Había espacio de sobra para
otros deportes como gimnasia rítmica.
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Todos los jugadores se posicionaron al ver
entrar a Justin, entre ellos salió un señor de
color más mayor, tendría como treinta, treinta y
cinco quizás... Llevaba gafas de sol a pesar de
estar en un espacio cerrado, su pelo estaba
rapado y vestía un chándal. Miró a Justin y
luego me miró a mi.
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—Bien Cody, él intenta marcar y tú lo defiendes,
¿entendido?—Asintió y nos dirigimos al campo,
yo me puse a la mitad y él delante de mí. Dio un
pitido y me lancé a atacar, peor Cody era
bastante rápido y lo tenía delante de mí,
impidiéndome el paso.
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Tras las flexiones hicimos un montón de cosas
más, hasta que sonó el último silbido, eran
cerca de las dos de la tarde, hora de comer, y
mis tripas lo notaban, se revolvían suplicando
por algo de comer. Poco a poco todos se fueron,
quedando Justin y yo en los vestuarios, él se
había duchado y se estaba cambiando, yo no me
duché ya que no tenía los objetos adecuados
para terminar la ducha.
Comenzó a ponerse los pantalones que me
habían prestados, los cuales ahora no estaban
tan limpios como él me los había dejado.
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La vuelta a casa se hizo incómoda, ya que
ninguno de los dos hablábamos.
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Me quedé en silencio, me acababa de conocer,
¿porqué se ofrecía así?
—Pe—pero Justin.
—No aceptaré un no por respuesta, mira que si
no apruebas te saco del equipo.—amenazó,
claramente en broma. Sonreí.
—Vale... primero quiero esperar a ver cómo van
de adelantados en clase, pillar el curso
empezado es un asco.
—Más razón para que te dé clase, soy muy
bueno en varias materias y, antes de que lo
digas, sí, ahora sí estaba presumiendo. —ambos
reímos.
—Muchas gracias Justin.
—No me las des, sólo aprueba todo con buenas
notas y ya.
—Lo intentaré.
—No sólo lo intentarás, tras recibir mis clases,
lo harás. —Me dedicó una gran sonrisa.
—Entendido. —Llegamos a nuestras casas.—
Gracias de nuevo.
—Te dije que no me las dieras. A propósito,
Kendall dará una fiesta mañana y seguro que
invita a gente sólo de su clase y bueno, estaría
bien tener a alguien que conozca yo.
—¿Es una invitación?
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—Es una invitación. —afirmó él.
—Bueno, no me agradan la fiestas pero.—no
podía decirle que no tras haberse ofrecido a
darme clase—iré—Sonrío.
—Gracias... será tarde, ya que el lunes no
tenemos clase. —Me informó.
—Estaré. ¿a las once?
—A las diez y así cenas.
—A las diez entonces. —afirmé sonriendo.
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—Jajaja, mejor jugar que estudiar, ¿verdad? —
Me miró y asentí— Odias los libros.
—Lo hago.— Dije serio, mirando alrededor —
Eh. ¿se sabe algo de los de la mudanza?
—Vienen el Lunes, han tenido un problema con
el camión.
—¿¡El Lunes?!—pregunté alarmado.
—Te acabo de decir que sí.
—Jo. Estaré sin cama hasta el Lunes. —ella
soltó una carcajada y me sirvió un plato con la
comida—Gracias.
—Toma—me dio los cubiertos y se sentó en otro
de los taburetes, continuando con su lectura,
dejándome sólo con mis pensamientos de
nuevo.
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“Aquí va genial Aus, aburrido sin ti y con el calor
de siempre, pero bueno siendo positivos va
genial... ¿ya hiciste algún amigo?”
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El tiempo pasaba bastante rápido a pesar de ser
una tortura por el aburrimiento, hace nada me
estaba levantando de la cama y ahora ya estaba
frente a la casa de Justin, con unos jeans
levemente ajustados oscuros, unas zapatillas
deportivas y una chaqueta marrón, debajo de
esta sólo tenía una camiseta blanca y un collar
que me encantaba; era un rombo morado con
un pequeño camión dentro.
Tomé aire y levanté la mano, dispuesto a llamar
pero la bajé, agaché mi cabeza, ¿qué me pasa?
¿Por qué estoy actuando así? Joder, Justin
quería que fuese a la fiesta con él y aquí estoy
¿porqué no tengo valor de simplemente llamar?
Quería estar con Justin un rato, pasar el tiempo
con él era agradable pero, me imaginaba a toda
esa gente ir llegando y puf, la gracia de estar
con él se iba.
Respiré fuertemente y volví a levantar mi mano,
llegando a tocar tres veces seguidas esta vez,
tardó un poco pero finalmente oí a alguien al
otro lado y abrieron, era Kendall. Me miró y
sonrió.
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—Mm...—Me cambié la posición y abrí
levemente los ojos, adormilado.
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piel, parecía la mejilla y entonces, entonces
pude notar sus labios rozar los míos.
Mi corazón iba a salirse de mi pecho, me
preguntaba si él podría oírlo también. Sus
labios se alejaron de los míos y se pararon en
mi frente, dónde él apartó mi flequillo y me
dejó un beso, volvió a su otra posición y apoyó
su cabeza contra la mía, durmiéndose
nuevamente mientras que a mí me dejaba con
mucha intriga, ¿Qué acababa de pasar? ¿Él me
había besado? ¿Lo había intentando? ¿Porqué?
¿Cómo?
No.
Cálmate Austin, todo tiene una explicación
lógica, ¿y si era el sueño? O.... ¿Y si él era
sonámbulo?
Más de mil ideas pasaban por mi mente,
tratando de convencerme que lo que acababa de
vivir no era real, finalmente los párpados se me
hicieron pesados nuevamente y caí sobre su
hombro totalmente, recibiendo su calor
corporal y el que la manta nos proporcionaba.
Abrí mis ojos lentamente, algún que otro rayo
del sol se colaba entre mis pestañas con mis
ojos entrecerrados. De pronto, el recuerdo de la
noche vagó por mi cabeza, despertándome
totalmente. Miré dónde estaba; en el sillón,
tumbado en él con mi cabeza apoyada en dónde
los brazos deberían estar. Oí el ruido del
microondas y armarios abrirse y cerrarse.
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—Enserio se veían bien ambos...—Era la voz de
Kendall, estaba en la cocina.
—Cállate—Justin se oía muy serio, no entendía
porque.
—Enserio, lo que según tú pasó.
—¿Lo que según yo? Maldita sea Kendall, sé
bien lo que casi hago—Sacó la taza del
electrodoméstico y pude oír como la cuchara
chocaba con la cerámica.
—Okey, casi le besas, ¿y qué?
—¿¡Y qué?! —recibió una regañina por parte del
mayor.
—Te recuerdo que está durmiendo.
—Uf... Perdón es sólo qué.
—Lo que pasó con Melody, no tiene porqué
repetirse.
—Es sólo que, con él me vuelvo a sentir como
estaba con ella. No quiero herirle.
—Ey, ¿discutiremos esto de nuevo? Lo que pasó
no fue tu culpa.
Espera, ¿de qué hablaban? ¿Quién era Melody?
Y entonces. ¿Justin realmente quería besarme?
¿Cómo me sentía yo referente a esto? ¿Es bueno
o es malo? ¿Me agrada o me desagrada?
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—Es un pueblo frío y no tenías con qué cubrirte.
—Muchas gracias—agradecí, sonriendo
amablemente y bajando mí vista al suelo, a
pesar del frío de la calle pude notar que mis
mejillas se acaloraban, sonrojado otra vez no,
no delante de él. Pero es que este gesto, ¿por
qué se preocupa así por mí? Perfectamente
podría haberme dejado ir sin abrigo.
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—Casi no se ven, Logan vive en la otra punta del
pueblo y además, se toma muy a pecho su
carrera, se pasa la mitad del día estudiando y la
otra mitad trabajando para pagársela, es como
una relación a distancia—un semblante triste
asomó por mi rostro, debía ser duro llevar una
relación así. —Oh venga, pero se supone que
esto es lo bonito del amor, ¿no? Casi no se ven y
mira con que ilusión lo hacen, muchas parejas
se ven todos los días y no aprovechan ese lujo.
Me quedé mirándolo, llevaba razón; las parejas
siempre están juntos y nunca lo valoran, no sólo
las parejas si no cualquier relación, emocional,
de amistad. Yo no valoraba tanto ver
diariamente a Alex, o a Robert o a Zach... Y
ahora posiblemente nunca lo haría de nuevo,
más viendo que ya no me hablaban, quizás sólo
con Alex.
— ¿Qué piensas tanto? —parpadeé dos veces
seguidas y lo miré, me había sacado de mis
pensamientos con su voz.
—Tienes razón.
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—¿En qué piensas?—preguntó dulcemente,
mirándome con cierta ternura.
—En nada...—se quedó en un silencio
incómodo. En el periodo de silencio Cody nos
trajo el desayuno, rompió el silencio pero al
marcharse a atender otros clientes volvió de
nuevo, Jugaba con parte de la tostada,
toqueteándola con la cuchara—Bueno, vives con
Kendall... ¿qué hay de tu familia?—agachó la
cabeza.
—Bueno... Mis padres se divorciaron antes de
que naciera, así que mi vida ha sido de diario
con mi madre y fines de semana con mi padre...
En parte era genial por que se peleaban por
comprar mi cariño, recibía muchas cosas,
también pasaba muchos días en casa con mis
abuelos... Y actualmente tengo dos
hermanastros por parte de mi padre, Jaxon de
unos cuatro años y Jazzy de unos 5 años, no los
he visto desde hace un montón...—tragué saliva,
una sensación de culpabilidad recorrió mi
cuerpo—Oh venga Austin, no pongas esa cara,
no es tan horrible como suena... ¿qué hay de ti?
—Eh.... Perdón—le dije en primer lugar.
—No es tu culpa Austin, no te disculpes...
Repito, ¿qué hay de ti?
—Eh, vivo con mi madre... Mi Padre falleció
cuando tenía dos años debido al cáncer que
tenía, vivía con mi abuela y mi madre en San
Antonio y hace unos años desgraciadamente mi
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abuela falleció también y bueno, quedábamos
mi madre y yo y ella se mudó para aceptar otro
trabajo aquí, se supone que nos ayudará pero
bueno, en San Antonio estábamos bien, no me
quejaba. No tengo hermanos de sangre pero
tengo a mi primito que—esbocé una sonrisita—
se llama Logan, y bueno en San Antonio me
dejé otro hermano para mí—Mi sonrisa se tornó
de melancolía a tristeza, recordando a Alex.
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—Nada es solo que, ahg—se quejó—las chicas
del instituto y la uni.
—Oh ya entiendo, Justin Bieber es de los
populares, ¿no?—sonrió.
—No hables de mi en tercera persona, no me
gusta—aclaró y suspiró nuevamente—
Realmente, me atrevería a decir que Cody es
más popular que yo, lo que pasa es que más que
verme a mí, parece que ven a un modelo o algo
por el estilo...—Me quedé mirándolo; realmente
podría ser modelo así que no me extraña que
las chicas lo vieran de esa manera y Dios, más el
querer estar cerca de él y tenerlo como novio...
Ya, por fin lo admito, siento algo por el chico
que tengo delante, hace minutos lo dudaba pero
no puedo evitar querer besarlo y el
simplemente pensar que él me había besado
esta noche es... —¿Austin? —Chasqueó sus
dedos en frente de mi, haciéndome volver a la
realidad.
—P—perdón—tomó su chaqueta y me sonrió
dulcemente.
—No pasa nada... Venga vámonos, ya pagué.
—Gracias, en cuánto lleguemos a casa te lo
duvuel...
—Shh—puso su dedo en mi labio dulcemente—
te dije que lo pagaba yo, no me importa—me
dijo sonriendo.
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Miedo. Era lo que se mezclaba con el nerviosismo.
Podía notar como mis piernas temblaban mientras
estaba parado frente a aquel imponente edificio,
Justin me trajo antes para las pruebas de baloncesto,
pero ahora me tocaba estar por seis horas, con gente
que no conocía. Empecé a caminar adentrándome,
me guié por algunos carteles y subí varios pisos,
hasta el tercero. Entré al grupo A del grado que me
correspondía, todas las miradas vinieron a mi,
incluyendo la de la profesora. Se apartó uno de sus
mechones castaños y sonrió.
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“Quedan 5 minutos,
después te
interrogo”
Sonreí ante la carita que añadió a la frase, lo
miré y asentí, aún sonriente. La clase de
historia era la siguiente según el horario
colgado en la pared. Apoyé mi mejilla sobre mi
mano y suspiré; primer día y ya era aburrido.
Finalmente sonó el timbre y, en cuanto la
profesora abandonó la clase, sentí a Cody a mi
lado, pegado a mi.
NARRADOR
—Las tres y media y aún no llegó—Se quejó la
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mujer, cargando una de las muchas cajas que
había en el jardín.
—No se preocupe señora Mahone, Austin
vendrá pronto... quizás, quizás se perdió—dijo
Kendall, ayudando a meter las cosas dentro,
mientras que la intentaba tranquilizar.
—O, no sé, a lo mejor algún profesor quiso
hablar con él, es normal el primer día si es
nuevo—Completó Justin quien, más que tratar
de convencer a Michelle, intentaba convencerse
a sí mismo.
JUSTIN
De pronto, miré la hora y me preocupé. Bajé las
escaleras y con toda mieducación posible, le
pedí a su madre el teléfono—Es que... quizás no
sabe que el entrenamiento de hoy se canceló y
esté allá esperando...—Con esta excusa— que en
realidad era razón— conseguí el número, me fui
de nuevo a su habitación y lo marqué. Estaba
preocupado, ¿Y si le había pasado algo malo?
Los pitidos se estaban haciendo insoportables
hasta que descolgó
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juzgando, pero no creo que sea normal tener
una bolsita de “polvos blancos” en su mochila.
—Ah, Justin...—Su voz me trajo al mundo real
de nuevo, donde mis pensamientos no
conseguirían alejarlo de él— Verás...
—¿Dónde estás? —Pregunté de nuevo,
haciéndome el loco—Se supone que te iba a dar
clases.
—¡Es verdad! Lo siento Justin, estoy en casa de
Cody. Nos enteramos que no había
entrenamiento y me quedé más tiempo en su
casa.
—Llegaron los muebles en a tu casa—Me sabía
mal, pero lo quería en su casa, cuidado por su
madre y alejado de ese chico, ¿Y si le acercaba
al mundo de las drogas?
—Oh... es cierto, llegaban hoy. Dile a mi madre
que ya voy...—Una sonrisa se formó en mi cara.
—Adiós, ahora nos vemos—recibí otra
despedida de su parte y, tras colgar, suspiré de
alivio. Bajé al piso de abajo, Kendall y Michelle
ya habíanmontando todos los muebles del
salón, los estaban colocando.
—¿Has contactado con él?—Me preguntó su
madre, yo asentí—Menos mal, estaba
preocupada.
—Está en casa de un compañero, ahora viene —
informé, miré a Kendall—¿Puedes salir un
momento?—Me miró raro pero aceptó, ambos
salimos al jardín.
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—¿Qué pasa?—me preguntó preocupado.
—Él está con Cody y...y....—Miré al suelo al no
encontrar con qué palabras describir mi
disgusto con la situación.
—Justin, él ya es mayorcito para saber con
quién se junta, tranquilízate.
—¡No lo entiendes Kendall! ¡Él no es buena
influencia para Austin!
—Tú no puedes decidir eso, además, ¿por qué te
importa? Pensé que no querías herirle, si
considera a Cody su amigo lo harás —
Entrecerré los ojos y lo miré mal, esa frase iba
con segundas, y odio que me lance indirectas,
más relacionadas con este tema— Es la vida de
Austin, no puedes decidir por él.
—Pero...—traté de buscar con qué defenderme,
al no encontrar ningún argumento válido, bajé
mi cabeza contemplando el césped. Cerré mi
puño y lo apreté—Kendall, no sé si sea amor,
pero siento que Austin me importa y no quiero
que haga un estupidez en su vida como fumar,
mucho menos drogarse y beber, y siento que
con Cody lo hará.
—Cody es un buen chico...
—¡Era! ¡E—RA! Hasta que se juntó con gente
como es él ahora y míralo, ¡míralo!
—Justin, cálmate...—me ordenó. Tomé aire y
cerré los ojos, respirando profundamente.
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—Kendall... ¿Cómo te sentirías si Logan
pudiese drogarse o fumar?—Se quedó en
silencio.
—Jus, no es lo mismo. Logan es mi pareja,
Austin un chico al que acabas de conocer—Sentí
un nudo en la garganta.
—Siento que lo conozco de toda la vida, Kendall
esto es algo que no me había pasado ni con ella.
—Justin, ya, deliras, pídele a Michelle que te
haga un té, una tila o lo que sea que te calme...
Estabas enamorado de ella, ¿Cómo comparas a
un desconocido con Melody?
—Kendall... le quiero.—dije sin más—y me jode
que se lastime por un imbécil y gilipollas como
Cody.
—Según pensabas tú ayer, lo ibas a lastimar
también.
—Yo también soy imbécil, pero no soy tan
gilipollas como para drogarme... ¡esta discusión
es estúpida! ¡Sólo quería tu opinión!—Grité,
volviendo a apretar mi puño, clavando las uñas
en la carne de mi palma. Cerré mis ojos y de
pronto sentí un cálido abrazo—Kendall...
¿porqué me comporto así?—pregunté
derribado, sin saber exactamente por qué esto
me afectaba tanto.
—Porque estás enamorado tonto, lo acabas de
decir tú.
—Esta conversación es contradictoria.
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—Lo sé, pero es que Justin, ayer mismo no
querías acercarte a él y ahora te matas por
protegerlo.
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—Ya, lo entiendo—Señaló unas cuantas cajas—
súbelas a tu habitación y ve montando los
muebles mientras preparo algo de cenar
Asintió y se dirigió hacia ellas, Kendall me
codeó por atrás y yo comencé a andar también
—Yo te ayudo—me ofrecí, se giró y me sonrió.
Tras volver a poner los pies en la tierra tomé la
caja y subí detrás de él. Entramos en su
habitación, la cual estaba con más cosas de las
que recordaba.
—Gracias Jus—Sonrió, y sonreí
automáticamente, más por el “Jus”
—De nada, ¿Aus?—pregunté riendo.
—Puedes llamarme así si quieres—sonrió—
¿cómo conseguiste mi número? Lo pensé en la
vuelta, fui tan descortés de no dártelo ayer.
—Fue tu madre, no pasa nada Aus... Ya lo
tengo—Sonreí. Empezamos a montar la cama, y
tras mucha coordinación— la cual costó
conseguir— y mucha paciencia, la terminamos.
.
61
—Austin, ¿Cuántos instrumentos tocas?—
pregunté al ver el teclado, ya montado.
—El piano y la guitarra, no es nada del otro
mundo—Rió— Y con suerte la batería, Cody me
dijo que me iba a enseñar—Me informó
inocentemente, sin saber que esos datos me
hicieron sentir como una cuchilla por dentro.
—Q—que bien Aus, eso es genial—le dije
tratando de no sonar muy afligido—Yo también
toco la batería, si quieres te puedo enseñar,
vivimos literalmente pegados— bromeé.
—Muchas gracias Justin, pero no quiero robarte
todo tu tiempo, no me importa tener que
caminar hacia casa de Cody—dijo mientras
colocaba las cosas de una caja entre los
estantes.
62
11
AUSTIN
Fueron pasando los días; clases por las
mañanas y clases por la tarde. Justin se portaba
muy bien conmigo en las clases de la tarde—
las que creo que no hace falta decir que son mis
favoritas… y bueno, reconozco que tiene
demasiada paciencia conmigo, ya que soy de
cabeza dura y me cuesta entender las cosas,
especialmente matemáticas. Lo bueno de
terminar esas clases es que él se trae la guitarra
a casa y tocamos entre los dos las canciones
compuestas por cada uno y Dios, tengo tanta
suerte de que pueda oír su dulce voz pronunciar
las palabras que él me ha estado inspirando a
escribir... Lo admito, en estas tres semanas que
han pasado me he ido enamorando poco a poco
de él, desde su forma de ser, hasta su físico. Es
superficial amar a alguien por eso, pero él es
tan hermoso.
En estas tres semanas, no sólo he tenido
relación con Justin; he empezado a hablar con
los amigos de Cody y con él. Por cierto, empecé
a ir con Cody para que me enseñase a tocar la
batería, pero a la semana dejé de hacerlo puesto
que su casa estaba muy lejos y no sé porque,
pero Justin insistía tanto y se veía tan feliz
queriendo enseñarme.
Para mi desgracia, Tyler, Zach y Robert son
historia, en 3 semanas me enviaron sólo 4
mensaje, y 2 era para que les votase en un
concurso. Me daba pena Alex, me escribía todos
los días y al parecer, también tuvo movida con
63
ellos, estaba sólo. Me hablaba con él siempre, y
cuando podíamos ambos utilizábamos skype, es
gracioso verle con cámara por que se ha cortado
el pelo y, el ir al gimnasio le ha cambiado la
cara –y el cuerpo— , se nota que es él pero sé,
tiene algo que lo diferencia del chico del que me
despedí al venir aquí. Realmente lo extraño,
mucho, me hace falta como un hermano, al fin y
al cabo, fue él quien me motivó a cantar.
También tuve problemas con los jugadores del
equipo, ya que sólo me hablaba con Justin y
Cody. Con el resto, bueno, sólo me querían
porque encesto en los partidos.
Y para terminar con el diario de mi vida social,
he entablado una buena relación con el novio
de Kendall, con Logan. Se lía mucho con la
universidad y si no, está con el trabajo pero el
tiempo que está libre lo pasamos bien, aunque
siempre está Justin o Kendall con nosotros, la
verdad es que los cuatro sabemos cómo pasarlo
bien, sin necesidad de copas, vicios o demás
cosas perjudiciales.
Nuestro pasatiempo era componer y cantar,
aunque claro, yo solo soy un chico de
duodécimo grado que no importa cuanta nota
saque, sólo si aprueba y, ellos se tienen que
esforzar por sacar la mejor nota posible para
ahorrarse dinero con las becas... En estas tres
semanas sólo coincidimos dos veces, dos horas
en total.
De pronto la canción Human Nature de
Michael Jackson estaba sonando, llamaban a
mi móvil. Era un número privado, igual
contesté.
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— ¿Diga?—pregunté esperando respuesta.
— ¿El señorito Austin Mahone?—pude oír risas
de fondo.
—Ajá, ¿Dígame?
— ¿Sabe usted que ha ganado un tour por el
pueblo, debido a que son las fiestas de este?
—Hm, no, no lo sabía Cody—escuché un
“mierda” al otro lado de la línea.
— ¿Quieres venir Austin?
—Sí, ¿Dónde nos vemos?
—Podemos ir a buscarte, si tu quieres—fruncí el
ceño.
— ¿Podemos?—pregunté confundido.
—Ajá, estoy con amigos—Tuve un mal
presentimiento pero opté por aceptar.
—Vale, me cambiaré.
—Ponte ropa cómoda—sugirió y me colgó. Fui a
mi armario a buscar ropa para las fiestas pero,
sorpresa, todo era de manga corta.
65
Bajé las escaleras y cogí mi chaqueta, después
tomé dos juegos de llaves; uno lo guarde en mi
bolsillo y, tras cerrar la puerta fui a la casa de
Kendall y Justin. Llamé al timbre, y me abrió
Logan.
66
oscura, y estaba rapado, llevaba ropa oscura,
desde el abrigo hasta las nike
67
—Hey! —James le dio un codazo a Carlos—mira
que culo—le señaló a una chica que venía con
una minifalda innecesariamente corta, y ambos
fueron tras ella. Cody miró a Blas mal y este se
fue a comprar unos perritos con patatas.
—¿Quieres comer Austin? Te invito yo...—se
ofreció y le sonreí.
—No gracias Cody, no tengo hambre...—Estaba
incómodo, ahora mismo me arrepentía por
venir. El silencio inundaba nuestra
conversación y tenía la paranoia de que alguien
me estaba observando, pero mi vista no lo
encontraba.
La noche fue pasando y mi móvil tenía varias
llamadas pérdidas, que no era capaz de
contestar porque entre la música y la multitud
me sería imposible entender una palabra. Cody
tomó comida, y alguna que otra cerveza,
además de que había fumado 3 cigarrillos—
creo que eran cigarrillos— De Blas no sabía
nada, pero a James y Carlos los había vistos con
unas gemelas dándose más que un roce, y más
borrachos que una cuba.
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—Hey, no, no, no—me sostuvo del brazo—
quédate un rato más, mañana no hay clase...
¡subamos en algo!
—Cody, si subes ahora te veo capaz de vomitar.
— ¡Pero estoy perfectamente!
—Típica mentira de alguien borracho—suspiré y
él se me acercó— Cody, estás ebrio.
—Lo sé, ¿p—por qué tú no te emborrachas
también? Así iríamos de parejita.
72
12
Todo era un recuerdo borroso.
Tras chocar contra el suelo y recordar la imagen
del puente cada vez más cerca, me vino a la
mente un golpe en mi cabeza y el agua helada
cubrir todo mi cuerpo. Sentí que iba a morir.
Realmente pensaba que moriría.
Pero no fue así.
Fui abriendo los ojos poco a poco y pude ver lo
que parecía una sala de hospital, podía sentir
una mascarilla en mí cara. Observé mi brazo
con mis ojos entrecerrados, tenía una vía que
me conectaba al suero y una bolsa de sangre. Y
no hablemos de que podía sentir algo en mi
cabeza, molestándome, apare de un fuerte
dolor, ¿Qué me había pasado?
El oxígeno entrando por mi nariz lograba que
me escociese hasta la garganta, joder como
duele.
De pronto, entró una enferma a mi habitación.
Se me quedó mirando y se acercó a subir el
oxígeno tras observar la pantalla a la que me
tenían conectados.
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—¿P—puntos?—pregunté débilmente, me miró
con cara de no entender nada de lo que dije, así
que moví mi mano para apartar por un
momento la mascarilla—¿puntos porqué?—me
la volví a colocar debido a su mala mirada por
mi acción.
—Oh, ayer te trajeron a urgencias tu madre y un
chico. Tenías hipotermia y una herida grave en
la cabeza a la cuál tuvimos que poner puntos —
Sentí mi corazón acelerarse de nuevo—
También tenías problemas respiratorios por el
gua y porque, según el análisis de sangre tenías
heroína y cocaína en la sangre, además un poco
de alcohol—Pude notar cómo iba con sentido
acusatorio, me tomaba por un jodido alcohólico
drogadicto—¿Quieres comer algo?—preguntó
de golpe, a lo que negué con la cabeza. Se
marchó de mi pequeña habitación reducida,
dejándome pensativo; ¿Qué pasó exactamente
después de que me tirasen?
Mi cabeza comenzó a doler nuevamente, y no
por los puntos, sino que esta nochecita me
había provocado tal dolor, por lo que cerré los
ojos e intenté dormir, pero podía oír una
conversación desde fuera de la habitación,
impidiendo que el sueño llegase a mí.
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—No estamos aquí para hacer trueque, chaval o
te pones la mascarilla hasta que venga el
médico y te dice que te puedes ir, o te la pongo
yo y te ato las manos—La máquina empezó a
pitar ya que el nivel de oxígeno bajó a 88, y
comenzaba a notarlo, por lo que cedí y me la
puse.
—¿Por qué tengo que llevarla?—pregunté lo
más claro posible.
—Austin, ayer casi te ahogas, tienes 5 puntos en
tu cabeza por el golpe, te hemos dado un
medicamento para intentar limpiar la droga de
tu cuerpo y, tienes agua en los pulmones, la cual
llevamos intentando sacar desde que entraste
en urgencias. Imagino que no quieres estar
aquí, pero estás mal y hasta que no te cures no
te puedes ir, así que compórtate... Por favor.
79
Me tocó aplicarte primeros auxilios.
Un sonrojo apareció por mi cara, pero a la vez
una sonrisa; era el simple hecho de pensar que
nuestros labios se habían juntados. No lo podía
recordar, me vienen flashbacks a mi mente de
un primer plano de su cara preocupada y sus
labios pronunciando palabras, pero nada tan
cercano como un boca a boca.
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13
Tras cuatro amargos días. Corrijo, amargos y
aburridos, salí del hospital, ¡libertad! Lo peor
de todo esto era que ahora mi madre se
preocupaba mucho más por mí, tanto que no
me dejaba solo y, si tenía que hacerlo, me
dejaba con Kendall y Justin, y sólo llevaba dos
días en casa.
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— ¿Qué pensabas?
—En que tengo que ir a clase.
—Ou... Es verdad, ya has faltado unos cuantos
días y no te puedo poner al día con todo—Me
miró e hizo una mueca.
—Jus... Ya me has ayudado bastante, no te
pongas así, no es tu obligación hacer que pase
de curso.
—Austin—me miró serio—últimamente entre el
equipo y el concurso, más lo del hospital te
estoy alejando de tus estudios y no quiero que
lo hagas.
—Justin—correspondí su mirada y lo miré a los
ojos—si no llega a ser por ti, ni estaría aquí
ahora—me sonrojé al pensar en lo del boca—
boca, a diferencia de él ya que pareció percibir
lo que pensaba y una media sonrisa se hizo en
su cara.
—Fue un placer entonces, el hacer que estés
aquí ahora—Me miró dulcemente y sonreí.
—B—bueno...—dirigí mi vista a la televisión,
creo que debía estar como un tomate.
—Austin... Verás yo...—lo miré; estaba
levemente rojo al igual que yo, y me miró
directamente, clavando su hermosa mirada
color miel sobre la mía— te querría decir una
cosa... pero no te rías ni nada.
—Vale—dije sin estar muy seguro, se estaba
comportando raro. Me giré, incorporándome
para mirarlo de frente. Él jugueteaba con la
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manga de la chaqueta, sin apartar la vista de la
tela azul.
—Esto... Ya tengo los acordes de la canción que
cantaremos en el concurso—pude notar un gran
cambio de tono y su sonrojo desapareció de
golpe, junto con el nerviosismo.
83
pensar en la segunda opción... Así que, harto de
dudas, pregunté.
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voz se quebró—Bueno, en el pasado queda—Me
levanté y lo abracé, el apoyó su cabeza en mi
hombro y correspondió, sentía un fuerte nudo
en mi garganta y no tenía del todo claro por
qué; si por que ahora estaba así por mi culpa,
por saber que había tenido novia y eso lo
alejaba de mi ya que sería heterosexual o... el
saber que ha sufrido tanto desde pequeño, con
su familia y luego con esto.
— ¡A—au!—aparté la cabeza.
— ¡Austin!—me gritó— ¡Casi logras que tire el
alcohol!
— ¡Perdona, es que duele!—me quejé. De golpe
volví a sentir el algodón contra la herida, cerré
los ojos y apreté el puño—Shh...—chasqueé mi
lengua y esperé a que pasase.
—Te comportas como un niño pequeño...—dijo
con, ¿ternura? Se apartó y guardó el bote en un
85
cajón y tiró los algodones. Luego se acercó e
nuevo y me trajo la cena a la mesa.
—No tenías porqué hacerlo—rechisté.
—No quería que el niño pequeño se perdiera de
camino la cocina—fingí una rabieta y entonces
él se sentó a mi lado, comenzamos a comer
volviendo a poner la televisión
Pasábamos mucho tiempo con este sillón, tanto
que tenía hasta nombre “Tim” porque sí, nos
parecía buen nombre para él y punto.
Terminé mi plato de espagueti y lo dejé en la
mesa, apoyándome en el sillón, comenzando a
tener sueño. Este momento comenzaba a serme
familiar, como cuando estuve aquí por primera
vez. Salvo que ahora no me daba tanta
vergüenza apoyarme en Justin y más hoy,
quería que me sintiese cerca, quería que él
pudiese confiar en mi... Porque lo quiero.
86
14
Me desperté lentamente, mientras escuchaba el
molesto ruido de mi móvil, me estaban
llamando. Finalmente opté por levantarme,
pero el cuerpo en el que me apoyaba se
adelantó. Había vuelto a dormirme encima de
Justin y esta vez me sentía a gusto, no había
vergüenza.
— ¿Diga?—preguntó contestándolo—Ah,
señora Mahone... sí, Austin está aquí—me hice
el dormido, manteniendo mi respiración lenta y
profunda—está dormido, ¿lo despierto?... Vale,
entendido, no se preocupe, lo acompañaré al
instituto— Maldita sea, su voz estaba ronca por
el sueño y se oía tan bien —Buenas noches,
hasta mañana.
—Austin...—Cuchicheó Cody.
—Déjame—le respondí.
—Cody, cámbiate de sitio por Sasha— Una
mueca de sorpresa se hizo en su rostro.
—Pero...—rechistó.
—Simpson, cámbiate de sitio.—ordenó por
última vez, Cody tomó sus cosas y se fue. En su
lugar se colocó una chica mulata, de pelo
castaño y rizado.
92
Finalmente, la clase terminó, después de que el
profesor les mandase calentar y jugar al fútbol
–a mí me dio una libreta, para aprender la
lección de forma teórica—. Todos fueron a los
vestuarios para cambiarse y asearse, menos
Cody.
—A-Austin...—Me llamó por detrás de mí, lo
ignoré y caminé más deprisa—¡ Austin!—echó a
correr hasta que llegó a mi altura y me sujeto
del brazo
—¡S—suéltame!—ordené/pedí, mi respiración
al igual que mis latidos se aceleraron. Él me
observó de arriba abajo con sus ojos azules.
—Ven— ordenó, tirando de mí. Me quejé e
intenté soltarme, pero apretó más. Me
arrinconó contra la pared del gimnasio.
—¿Qué mierdas quieres?—pregunté con asco.
—Austin...—su expresión de cabreo se tornó a
una de ternura, ¿Qué cojones?
—Déjame en paz—me intenté soltar e irme y
casi lo consigo, pero él me empujó contra la
pared, mi cabeza se golpeó levemente—¡Au!
—P—perdón...—dijo mirándome preocupado.
Llevé mi mano a la nuca—Austin yo... me quería
disculpar por lo que pasó.
—¿Y ya? ¿Crees que con un simple perdón se
soluciona todo? ¡Casi me matáis!
93
—Llego a saber que te drogas y no te habría
dirigido la palabra nunca...—dije antes de
marcharme corriendo.
—¿Pero a Justin si te acercas?—Me paré de
golpe, volteándome a ver.
—¿qué?
—Eso... que a mí no te acercas por las drogas,
cuando sólo me perjudico a mi mismo pero, si
te acercas a Justin que te trata como un
juguete—Apreté el puño.
—¡Él no me trata como un juguete!—le grité,
¿cómo osaba a hablar así de Justin? De MI
Justin, le quiero mucho como para permitir que
digan que es un manipulador.
—Es verdad, no te trata como un juguete, sino
como a un sustituto.
94
15
“Te trata como un sustituto”
Esas palabras resonaban en mi cabeza. Es cierto
que Justin tenía novia y... no sé como
acabarían, pero venga, ¡no puedo ser el
sustituto de esa chica!
96
—¿Qué tal?—preguntó—¿Te ha dado alguien
problemas?
—No—sonreí falsamente—Tranquilo, de
momento todo me fue estupendo—mentí. El
hecho de saber que no había cortado con su
novia me quitaba todas las posibilidades de
salir con él, aún la quiere y aún no la superó.
—Me alegro—sonrió nuevamente y se acercó a
mí, colocándome el gorro de nuevo—Austin
yo... te quiero decir una cosa—Me miró a los
ojos directamente, transmitiéndome
nerviosismo pero a la vez felicidad.
Ladeó la cabeza a ambos lados y, al ver la
multitud, me tomó de la manga y me alejó.
Salimos del recinto y él me guió hasta el parque
de enfrente, el cual también tenía algunos
alumnos que eran más rápidos que nosotros.
Noté un ruido de queja provenir de su garganta,
como un gruñido y entonces me agarró más
fuerte a manga de la cazadora, haciendo que me
resultase tirante.
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—Austin...—Bajó su mano, soltando la manga
de la prenda de ropa y tomando la mía. Con el
otro brazo imitó la acción, me sonrojé.
—¿S—si?—pregunté nervioso. El sonrió
dulcemente y como pudo, me miró a los ojos.
—Verás...t—tú...—pude notar cómo se tensó y
tragó saliva— M—me...gustas.
Abrí mis ojos, sentí mi corazón detener por
años y latir en breves instantes, a toda
velocidad, parecía que se me fuese a salir del
pecho. Era consciente de todo, pero a la vez
fuese como si estuviese en las nubes. Madre
mía, esto es un sueño hecho realidad, ¡se me
acababa de declarar! Una sonrisa tonta se
formó en mi cara.
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inercia, nuestras caras se acercaron y, ¡pom!,
estaba dando mi primer beso.
—Esto es...
—Perfecto—interrumpí. Aún o miraba como si
fuese estúpido, aunque ese adjetivo para
describirme se me queda corto. Más si se
trataba de mi relación hacia él.
—Más que eso... Dios, Austin, me has estado
gustando al poco de conocerte y ya... por fin
tuve el valor—extendió su mano y tomó la mía.
—Me gustaste desde que te vi mirándome jugar
baloncesto—confesé, besando su mejilla—te
quiero, te quiero, te quiero...—repetí. Él me
sonrió tiernamente y acarició mi rostro.
—Aún recuerdo cuando vi a esos mal nacidos
tirarte al agua...Me asusté, no sabía qué hacer
99
y...y... que ahora estés aquí, me hace sentir...
orgulloso.
100
16
Mis dedos se colaron por cada rincón de su
pelo, enredándose en este, adoraba ese color
castaño dorado. Él tiró de mi cintura, pegando
más nuestros cuerpos, mientras tanto nuestras
lenguas peleaban entre ellas por tomar el
control de nuestras bocas. Noté como poco a
poco me quedaba sin aire, por lo que me separé
lentamente.
104
nos volvimos a la esquina de la pista, mientras
que el resto del equipo salía fuera a correr.
105
Estuvimos peleando de campo a campo a saber
por cuánto tiempo, me perdía en su mirada
constantemente.
—Jus—dije frente a él, sonriendo, tratando de
quitarle la pelota
—Estás muerto, ¿eh?—dijo con su respiración
algo agitada — tienes toda la cara sudada —río.
—Estoy como tú—respondí divertido, de
pronto, él se me quedó mirando por unos
segundos, soltó el balón y se acercó más, para
besarme.
106
La puerta se cerró. No la habíamos oído abrirse,
¿por cuánto tiempo?
107
17
Miré con miedo el móvil que sostenía Cody,
mierda, ¿enserio nos tenía qué grabar? Se aceró
un poco más, quedando a la mitad de la cancha.
111
de clase, menos yo. El dolor de cabeza ahora era
mareo también, mierda.
Llegué a la puerta del edificio y allí estaba
Justin, me jodió que hubiese llevado razón al
preocuparse tanto, intenté fingir y pretender
que yo estaba bien, pero Justin es la única
persona que puede leerme completamente.
112
Justin me tomó de la mano y me arrastró un
poco hasta su casa, opuse resistencia, se volteó
y me miró extrañado.
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maldito dolor de cabeza sólo aparecía por
momentos.
El jueves por la tarde Jus vino a verme,
necesitaba verlo, así que cuando oí que la
puerta se abría y a él hablar me sentí como el
típico perro que se alegra cuando sus amos
vuelven a casa. La puerta de mi cuarto comenzó
a abrirse.
—¿Aus?—preguntó dulcemente.
— ¡Kidra!—exclamé contento, él sonrió al verme
así y se acercó a la cama para darme un beso en
la frente. Sonreí como todo un idiota por el
gesto.
—Dime que estás mejor por favor...—pidió, ¿el
verme tan animado no le servía?
—Ay jus, sólo es un catarro, tranquilo, no es el
fin del mundo... estoy bien—de pronto miré la
hora—deberías estar entrenando.
—Ya, tú deberías estar sano y no te digo nada—
miró el reloj—me apetecía estar más contigo.
Me sonrojé por completo.
—Eres tonto. —Dijemirando a otro lado—
puedes hacer algo que me parezca mal, siempre
sabes cómo convencerme.
Besó la punta de mi nariz.
114
Justin pasó el resto de la tarde conmigo,
preocupándose de traerme la cena, preocupado
por traerme la medicación...es un cielo. MI
cielo.
Finalmente llegaron las diez de la noche, hora a
la que debería dormirme y él lo sabía y me
estuvo incordiando con eso por más de treinta
minutos. Tras insistir conseguí algo que he
estado deseando por mucho tiempo; dormir
juntos. Lo conseguí con la excusa de que sólo no
iba a dormir y necesitaba de una muy muy
dulce compañía—Je, yo también poseo el arte
de la convicción.
—¿Seguro que quieres que durmamos juntos?—
preguntó antes de empezar a desvestirse.
—Más que seguro cielo, quiero pasar una noche
a tu lado—me pegué al extremo de la cama para
dejarle sitio y él entró, se quejó del frío así que
opté por abrazarlo, podía sentir su calor, su olor
y su compañía... ¿Qué más podía pedir?
—Austin. —me llamó, el sueño se notaba en su
voz, ya que estaba algo ronca.
—¿Hm?—le hice notar que aún estaba
despierto.
—Te quiero. —Dios, cómo con dos palabras
podía llenarme emocionalmente. Me pegué más
a él y apoyé mi cabeza encima de su pecho, casi
su hombro.
—Te amo almohada mía. —respondí casi
dormido.
115
Realmente no lo entendía, cómo una persona
que conozco de relativamente poco podía
hacerme sentir así, cómo él que hace unos
meses no era nada más que un desconocido,
ahora lo era todo. Había anhelado una noche
como esta durante mucho tiempo... él y yo,
abrazados, durmiendo juntos, compartiendo
sueños. Besé su mejilla y volví a acomodarme,
sintiendo sus latidos y escuchando su
respiración, la cual se volvía más y más
profunda... Esto era un sueño del que no me
quería despertar.
116
18
—Hm...—me revolví en la cama un poco y de
pronto noté un brazo sobre mí, entre abrí mis
ojos y pude contemplar un rostro angelical a mi
lado, el de Justin. Cerré mis ojos y aferré mis
manos a ese brazo, intentando dormir de
nuevo, cuando de repente reaccione;
—¡Kidra!— grité. Él se despertó con un
espasmos y me miró asustado
—¿Q-Qué?—preguntó confundido
—Tienes que ir a clase—le dije, mientras que mi
vista buscaba un reloj. Mierda, era ya media
mañana, se había perdido tres ya —Justin... no
te digo que no estés conmigo pero joder, no
faltes a clase por m...— Calló mi boca con un
beso
—Buenos días rey—dijo mientras se
acomodaba de nuevo en la cama
—¡Justin!
—Sh... hoy falto para quedarme contigo tonto—
llevó su brazo a mi cintura y tiró, haciéndome
caer por completo al colchón. Besó mi
hombro—quería estar con mi novio el día de
nuestro cuarto aniversario—De golpe una
sonrisa estúpida se formó en mi cara y lo abracé
—Te quiero—susurré, él soltó una risita y besó
mi mejilla
—Te quiero bebé—Me acomodé mejor sobre su
pecho y él llevó su mano a mi pelo, comenzando
a acariciarlo
117
—No soy tu perro—bromeé mientras que sus
latidos y su actividad me iban adormeciendo.
—Aún es pronto para despertarnos...—susurró
acomodándose un poco mejor, besó mi cabeza y
prosiguió acariciando mi pelo hasta que caí
dormido.
120
comenté, él me miró con una
sonrisa...¿burlona?
—¿Crees que me importa?—me besó de nuevo—
Ya estoy enfermo por ti—sonreí de nuevo ante
eso. Me miró curioso—¿Cuál es mi regalo bebé?
122
—No quiero que se acabe ya cielo...—acarició mi
pelo y besó mi cuello de nuevo, comenzando a
dejar marcas—eres mío...eres completamente
mío...—susurró, mientras mordía mis pezones y
continuaba bajando. Alcé mi cabeza al verle
trazar con la lengua un recorrido de saliva hasta
mi ingle, me miró burlón y de pronto se levantó
de la cama. Mi mirada de confusión lo seguía
por toda la habitación. Tomó su cartera de la
mochila y sacó un plastiquito, tiró la cartera y
volvió a la cama, dándome un apasionado beso
nada más llegar. Abrió el condón con la boca
mientras me miraba.
Me empujó y yo caí boca arriba en el colchón,
él se posicionó sobre mí con el preservativo ya
puesto y llevó su mano a mi boca. Lo mire con
dudas, el rió
123
mis uñas.—¡Justin!—cerré mis ojos fuertemente
y mordí mi labio, no quería preocuparlo...
Él besó mis labios y comenzó a acariciar mi
abdomen, se quedó quiero por unos minutos
hasta que sentí que ya no dolía tanto, le indiqué
que podía moverse y así lo hizo, primero con
movimientos lentos para que más tarde se
convirtieran en profundos y rápidos
125
19
Al despertar noté los brazos de Justin
rodearme, de una manera un tanto posesiva y
sonreí, quisiera despertar así todas las
mañanas. Giré mi cabeza y pude contemplar su
carita de ángel mientras dormía. No quería
despertarle, así que me acomodé un poco y
volví a cerrar los ojos, queriendo dormir más,
pero...
127
—¿Sabes que es mutuo?—pregunté sonriendo—
Lo de ayer...
—Fue genial—me interrumpió—¿Te hice
daño?—me preguntó sin soltar el abrazo
—No, tranquilo—Dolió al principio, pero
después mereció la pena, no se lo quería
decírselo
128
Una vez ambos vestidos bajamos, no podía para
de pensar lo adorable que Justin se veía con mi
camisa de cuadros, ambos íbamos a juego en
vaqueros, pero su combinación de camiseta
blanca con mi camisa de cuadros roja le daba
mis vueltas a mi sudadera morada.
Desayunamos en mi cocina en silencio, no
estaba incómodo, con su presencia nunca lo
estaré, o eso creía, porque al terminar de
desayunar fuimos a su casa y allí abrió su
armario, las fotos de él con la chica rubia
seguían ahí
129
—Yo creía que no iba a volver, que iba a
quedarme allí ya y...corté con ella. —agachó la
cabeza—nunca me di cuenta de que ella estaba
rota Aus, nunca vi síntomas de que estuviese
mal, pero lo estaba...
130
—Justin ya, no fue tu culpa, mételo en esa
cabecita, ¿Vale? —El asintió
131
Me sonrojé pero asentí, el desabrochó mi
pantalón y lo bajó un poco, para después subir
la 'manga' de mis boxers. En verdad eran pocas,
pero viendo su experiencia con actos
autodestructivos lograba entender por qué se
ponía así
133
20
Tal y como Justin le prometió, estaría pronto en
casa al día siguiente.
134
dejando ver a mi madre vestida con un albornoz
naranja
—Buenos días—dijo Jus educadamente, mi
madre sonrió débilmente
—Buenos días Justin, gracias por la
puntualidad—saludó y agradeció. Me tomó del
brazo y tiró de mi hacia dentro para tras decir
un "ten un buen día" cerrarle la puerta en las
narices
—Hey, eso no era nece...—me abrazó de golpe y
empezó a sollozar en mi hombro, yo soy más
alto que ella así que era fácil esa escena. No
entendía por qué esta actitud, sólo correspondí
el abrazo.
135
—Mamá...—comencé cabizbajo, mirando mi
comida—¿Q-qué ha pasado?—pregunté
finalmente, con miedo
—Austin—dejó los cubiertos sobre la mesa—
Verás hijo, ayer en el trabajo el jefe anunció una
reducción de plantilla y yo...—Abrí mis ojos. No.
No podía ser...— mi nombre está en la lista
cielo, estoy en la calle
Sonreí
137
—Han...han despedido...a... mi madre...—
informé de manera pausada, comenzando a
caer en el llanto de nuevo.
138