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MARIMBA Y OTROS XILOFONOS EN EL RIO MAGDALENA.

Marimba.

La Marimba forma parte de la identidad cultural de la población descendiente de africanos asentados en la región
del Pacífico Sur; de ahí que las investigaciones sobre este instrumento apuntan en esa sola dirección geográfica y
cultural.

Este instrumento tiene entre sus principales características que su cuerpo es la misma fuente primaria del sonido,
tal y como lo identifica) citando a de Sanchis y Homboste. La estructura del instrumento consta de veintitrés
láminas de madera de Chonta y veintitrés secciones de bambú, y emite siete notas de la escala pitagórica (Perdomo
s. d) (Escobar. 1985).

La utilización de este instrumento en la región Caribe no ha sido habitual, bien lo dice List (1968): “Este ultimo
instrumento no se halla en vigencia en la Costa del Atlántico, a despecho de que una nutrida población negra
habita en ambas regiones costeñas” (Pág. 270).

Pero, si la utilización del instrumento no ha sido habitual en el Caribe colombiano lo ha sido el uso de la palabra
Marimba para identificar a la Marimbula utilizada por los sextetos afrocolombianos; tal y como sucede en algunos
lugares ubicados a orillas del río Magdalena. Sin embargo, lo que parece ser una particularidad de la zona antes
mencionada, no lo es en otros lugares del mundo. En Sudáfrica le dan el nombre de Marimba a la Mbira, en
Angola denominan Marimba al “Piano de Pulgar” (List. 1968), mientras que en República Dominicana le llaman
Marimba a la caja de percusión y en Cuba Marimbula. El que el sexteto nuestro sea copiado del cubano, fue
decisivo para que al xilófono lo llamaran Marimbula.
Marimbula. Fotografía tomada del libro: Sextetos Afrocolombianos. Expedición fotográfica y testimonial al interior de los sextetos.
(2006)

Más allá de la enunciación de Marimba para identificar a la Marimbula, en la ribera del río Magdalena este
instrumento musical, con sus particularidades, ha tenido presencia. En efecto, la Marimba ha estado presente en la
vida musical de algunas poblaciones en la zona de Loba, como Altos del Rosario y Río Nuevo, Bolívar. La
primera, que se ubica en la ribera del brazuelo conocido como “El Rosario” o “Las Palomas”, es una población
que surgió en el hato de Loba a instancias de esclavos libertos, negros y zambos, vinculados con la antigua
hacienda conocida con el nombre de “Nuestra Señora del Rosario”. También participaron en la formación del
poblado, al que en sus inicios llamaron “El Pelado”, zambos y negros llegados de Cartagena y otros lugares
circunvecinos.

Altos del Rosario.

Sus pobladores se dedicaron al cultivo de semillas de pan-coger y de cacao, actividades que junto al pastoreo de
ganado venían realizando en la estancia que tuvo a la Marquesa de Mariquita de Hoyos como su última
propietaria. En la actividad productiva del campo la Marimba era empleada como un instrumento de trabajo, servía
para espantar pájaros interpretando son de loro o el canto del pájaro corcovado (Rojano. 2013).

El instrumento, hecho con trozos de Guarumo, cecropia peltatia, era ubicado sobre una estructura de madera de
dos metros de altura que era construida en el centro del cultivo. Para su interpretación, con dos baquetas, era
designado un menor de edad, que lo hacía sonar, subido en la estructura de madera, cuando llegaban aves a comer
el grano germinando. Otro lugar donde sonaba el xilófono era en las cantinas locales, lugar donde algunos alteños
haciéndose acompañar de este instrumento cantaban zafra o interpretaban aires de cumbia, merengue ríano y
berroche.

El pájaro Corcovado produce un sonido grave: “Gú, gurú, gú, gurú... Ki ko…”, mientras que el de la Marimba es
el característico de un instrumento de percusión, lo que haría posible imitar el sonido de ésta y de otras aves.

Río Magdalena.

Mientras que, en Río Nuevo, Bolívar, población ubicada en el brazo río Magdalena denominado Quitasol, Rosario
o de Los Pescadores, también fue usual la utilización de la Marimba, fabricada con tres trozos de madera de
Guarumo, para espantar pájaros al ritmo del son de Corcovado –Odontophorus leucolaemus-. Pero, no solo éste
era el escenario del mencionado instrumento, cualquier día la hacían sonar en alguna esquina del pueblo. Llegado
el mes de diciembre el xilófono era incorporado al grupo de tambora local que cantaba al Niño Dios en el atrio de
la iglesia.

Otro pueblo de los ubicados a orillas de las riberas del río donde se conoció y se tocó la Marimba fue en Tenerife,
y el encargado de interpretarla era un individuo al que llamaban “El Caro”. Oriundo de El Banco, Magdalena, dejó
a un lado el oficio de navegante por el río llevando balsas de madera a Barranquilla para establecerse en la
histórica población donde se dedicó a interpretar este instrumento.
Tenerife, Magdalena.

El material que utilizaba para construir el idiófono era un tronco hueco de árbol de Volador –Terminalia oblonga-
o de Banco o Balsa –Ochroma pyramidale-, de una extensión no superior a un metro y doce pulgadas de ancho. A
lo largo del tronco abría surcos de distintos tamaños, a manera de teclados, que golpeaba con dos baquetas,
produciendo sonidos musicales. Montaba la Marimba sobre dos banquetas y mientras la tocaba cantaba versos de
su autoría o del folclor del Bajo Magdalena:

“Un negro me dijo negro/ siendo más negro que yo / yo tengo los dientes blancos/ porque dios me los mandó”.

Mientras que, en Santa Lucía, Atlántico, a orillas del Canal de Dique, el xilófono era hecho con cuatro trozos de
madera de uvito - Cordia alba- o de guácimo - G. ulmifolia, y sus intérpretes, los hermanos Bienvenido y “El
Presi” Olivo, se lo ubicaban entre las piernas y ejecutándolo con dos palillos, cantaban distintos ritmos musicales.

Canal del Dique.

Cerca de esta localidad, en Campo de la Cruz, Atlántico, la Marimbula era utilizada para acompañar al sexteto.
Marimba y Marimbula sonaban los fines de semana en el lugar donde hoy está el parquecito “Don Pánfilo”, que
para entonces era un edificio construido para un mercado donde músicos locales entonaba distintos aires musicales
de la región (Rojano. 2017).

Pero, no solo en estos lugares de la orilla del río Magdalena, se han escuchado xilófonos, también han sonado en
Plato, El Piñón, Sitionuevo, en el Departamento del Magdalena y Barranca Nueva en el de Bolívar. En la primera
localidad el xilófono era un botellografo en el que los frascos que estaban llenos de kerosene colgaban de un
cuadro de madera de un metro y medio de alto por un metro medio de ancho, y eran tocadas con dos baquetas.
Sonido musical que era mezclado con el sonar de una caja, una guacharaca y una dulzaina, interpretaban música
vallenata.

En Sitionuevo el destacado violinista y guitarrista Enzo Rosales Viloria, tras ver a un gitano tocando un
botellofono en una función de un circo que había llegado a esa localidad, construyó uno con botellas de las
denominadas panchitas y con el artilugio musical amenizaba fiestas en esa localidad y en Barranquilla.

Botellografo.

Igual hizo en El Piñón el percusionista de la orquesta de los Hermanos Martelo, Rafael “El Niño” Rudas, después
de ver uno en Barranquilla. Montó sobre un cuadro de madera un botellografo, identificado las botellas con
distintos colores, las que hacía sonar con palos y haciéndose acompañar de otros instrumentos musicales.

En otro lugar donde existió este tipo de elemento musical hecho con botellas fue en Barranca Nueva, el habitante
del barrio “Palenquito”, Joaquín Cueto, era el encargado de armarlo y de salir a las calles sonándolo en tiempos de
carnavales.

El investigador List (1968) señala que en la Costa Atlántica cualquier instrumento melódico que no sea aerófono o
membranofono se le llama Marimba, lo que resulta tener una excepción en la población de Las Canoa, Magdalena,
donde un pequeño tambor hecho con trozos del árbol de balso –Ochroma pyramidale- y recubierto con un
fragmento de cuero de Chivo, recibe el nombre de Marimba. El xilófono se asemeja a un tambor cuando realiza
patrones de ritmos de la batería, por lo que no es casual el nombre que le dieron al pequeño tambor, que asociado
con el acordeón servía para amenizar los cumbiones sabatinos en esa población.
Las Canoas, Magdalena.

La Marimba en el Chocó, tiene como escenario principal a las riberas del río Guapí, mientras que en Caribe la
presencia de este instrumento musical ha sido reseñada en las orillas del río Magdalena, lo que sirve para ratificar
la constante universal que el desarrollo de los pueblos, las civilizaciones y las diversas culturas se ha dado
alrededor de un río principal (Bernal. 2013).

Bibliografía.

Bernal, E. (2013). El río Magdalena. Revista Credencia Histórica. Bogotá.

Editorial La Iguana Ciega. (2006). Sextetos Afrocolombianos. Expedición fotográfica y testimonial al interior de los
sextetos. Barranquilla.

Escobar, L. (1985). La música en Cartagena de Indias. Bogotá.

List, G. (1968). “La Mbira en Cartagena”. (s. d).

Perdomo, J. (s. f). Idiófonos. www.bancorepcultural.org/musica/

Rojano, Á. (2017). La Música del Bajo Magdalena, subregión río. Barranquilla.

_________ (2013). La Tambora viva, Música de la depresión momposina. Barranquilla.

Storm. J. (1972). La Música negra Afrocolombiana. Buenos Aires.

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