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Tema: la lectura

Asignatura: lenguaje

Tutor:

Integrantes:

 Samael vasquez Orosco


 Jose Alfredo monzon Condori
 Cesar narciso campos juarez
 Cachaco
 El sobrino
 El caufita
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Índice:

Introduccon………………………………
Introducción:
Vivimos en una época en la que parece existir un predominio total de la
telemática (que es el resultado de la conjunción de las nuevas tecnologías de la
telecomunicación y los ordenadores) sobre los libros o sobre el papel impreso.

Pero al margen de que sea cierta esta dominación, lo que sería muy discutible si
tenemos en cuenta el número de publicaciones anuales de libros, revistas,
periódicos, monografías, etc., que se realizan en nuestro país y en el resto del
mundo, la realidad es que, hoy por hoy, la mayor parte de los conocimientos
adquiridos por los estudiantes se producen justamente a través de la lectura y
no por la utilización de otros medios, los cuales, dicho sea de paso, no son
excluyentes de la lectura, sino complementarios de ésta, o, si se quiere, a la
inversa. El estudio actual se realiza mediante la lectura en un porcentaje
elevadísimo; a mucha distancia, le sigue la asistencia a clase, las prácticas, la
toma de apuntes y el resto de actividades desarrolladas por los estudiantes. A
pesar de esta evidencia, la lectura suele quedar relegada a un segundo plano
dentro de la formación académica, no se le da la importancia que tiene, pues su
enseñanza y adiestramiento se limita a los primeros años de la escolaridad sin
que haya una continuidad posterior.

Leer bien, dominar todas las habilidades que requiere la lectura, es


imprescindible para cualquier persona que esté estudiando o desee estudiar, lo
cual requiere un largo proceso de aprendizaje, que normalmente comienza en la
escuela, pero debe ir seguido de una práctica sistemática, de una gran
dedicación y de una formación continuada que quizá no termine nunca, dado que
la lectura es uno de los comportamientos intelectuales más complejos al que
puede llegar el ser humano. Hasta tal punto es importante la lectura que muchas
de las dificultades por las que pasan un importante número de estudiantes
dimanan de sus deficientes habilidades como lectores, deficiencias que suelen
provocar problemas de comprensión, de retención y de elaboración y que llevan
aparejado un empleo excesivo de tiempo, acumulación de cansancio y fatiga por
el esfuerzo que acarrea e, incluso, pensamientos irracionales del tipo «debo ser
tonto porque no me entero de nada», «yo no sirvo para estudiar»,

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¿Qué es la lectura?
La lectura es una actividad absolutamente humana, que nos permite, gracias a
su realización y puesta en práctica, por ejemplo y entre otras cosas, interpretar
una poesía, un cuento, una novela, eso en cuanto a lo estrictamente literario,
pero también a la lectura le deberemos la posibilidad de interpretar señas,
movimientos del cuerpo, dar o recibir enseñanza.

Obviamente y a cuenta de esto último que les decía de la enseñanza, la lectura,


está estrechamente vinculada con el proceso de aprendizaje y claro, será
elemental para llevar al mismo a buen puerto. Según nos dicen la lingüística y la
psicología cognitiva, dos de las disciplinas que se encargan del estudio de cómo
los seres humanos percibimos y comprendemos la escritura, el hombre percibe
el ambiente por visión con fijaciones y sacadas. Cuando fija la vista, la clava en
un objeto o punto inmóvil y las sacadas le permitirán redirigir la mirada de un
punto de fijación a otro. Entonces, esto mismo realiza el ojo humano cuando lee
algún texto, receta, diario o libro.

En condiciones normales, una persona puede leer hasta 250 palabras por
minuto, en tanto, cuando se encuentra con un texto ambiguo o con alguna parte
que no termina de entenderse, los seres humanos echan mano de las
regresiones, que son sacadas en sentido contrario al de izquierda a derecha que
generalmente se usa para leer.

Al ser tan importante y determinante la lectura en el proceso de aprendizaje es


que se ha estudiado profundamente cómo mejorar las técnicas de la misma, las
cuales tendrán por objetivo cumplir con dos cuestiones inherentes a la efectiva
realización de la misma, que serán, lograr la máxima velocidad pero sin resignar
la comprensión de aquello que se está leyendo.

Para esto es que se propone la lectura secuencial, intensiva y puntual. La


secuencial es la forma más común de leer un texto, la velocidad será la que
acostumbra a poner en práctica el lector y no habrá omisiones ni repeticiones.
En la intensiva el hincapié estará puesto en la comprensión del texto completo y
las intenciones del autor, es decir, se analizará qué dice y cómo se lo dice.

Y la puntual es aquella a través de la cual el lector solo leerá aquello que le


interesa, por ejemplo, de una nota de investigación extensa que aparece
publicada en el diario del domingo, solo leerá la columna que escribió el
columnista con el cual coincide en apreciaciones regularmente y pasará de largo
el resto del texto que la acompaña.

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Historia de la lectura
EN LA ANTIGÜEDAD

Los primeros jeroglíficos fueron diseñados hace 5 000 años, en cambio los alfabetos
fonéticos más antiguos tienen alrededor de 3500 años. Las primeras obras escritas
en ocasiones permitían tener solamente una parte del texto.

Entre el siglo II y el IV, la introducción del pergamino permitió la redacción de obras


compuestas por varios folios largos que podían guardarse juntos y leerse
consecutivamente. El libro de la época actual sigue este mismo principio, pero la
nueva presentación permite consultar su contenido en una manera menos lineal, es
decir, acceder directamente a cierto pasaje del texto.

Por otra parte, si bien textos que datan del sigo V a. C. atestiguan que en Grecia se
practicaba la lectura en silencio, probablemente fuese una práctica excepcional
durante siglos. La lectura en voz alta era casi sistemática. En las Confesiones de
San Agustín de Hipona se menciona su estupefacción cuando vio a Ambrosio de
Milán leer en silencio.

EDAD MEDIA Y RENACIMIENTO

Durante mucho tiempo el lector no era del todo libre en la selección del material de
lectura. La censura eclesiástica, tuvo entre sus primeros antecedentes el
establecimiento de la licencia previa de impresión en la diócesis de Metz en 1485.
El Papa Alejandro VI dispuso la censura de obras para las diócesis de Colonia,
Maguncia,Tréveris y Magdeburgo en 1501 y luego fue generalizada en la Iglesia
Católica por León X.

En España la licencia previa del Consejo Real a la edición de las obras fue extendida
a todo el territorio por disposición de la corona. Aunque los arzobispos de Toledo y
Sevilla, al igual que los obispos de Burgos y Salamanca tenían atribuciones para
determinar esas licencias, las ordenanzas de la Coruña de 1554 reservaron tales
actividades al Consejo Real, es decir, el Estado.
En el año 1559 la Sagrada Congregación de la Inquisición de la Iglesia Católica
Romana (posteriormente llamada la Congregación para la Doctrina de la Fe) creó el
Index Librorum Prohibitorum, cuyo propósito era prevenir al lector contra la lectura
de las obras incluidas en la lista.

El término "Ad Adsum Delphini" (para uso del príncipe), se refiere precisamente a
ediciones especiales de autores clásicos que Luis XIV (1638-1715), autorizó a leer
a su hijo, en las que, a veces, se censuraban cosas. Aún actualmente, se aplica a
las obras alteradas con intención didáctica o a obras censuradas con intención
política.

ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

Hoy en día la lectura es el principal medio por el cual la gente recibe información
(aún a través de una pantalla), pero esto ha sido así sólo por los últimos 150 años
aproximadamente. Salvo contadas excepciones, antes de la Revolución industrial la
gente alfabetizada o letrada era un pequeño porcentaje de la población en cualquier
nación.

La lectura se convirtió en una actividad de muchas personas en el siglo XVIII. Entre


los obreros, la novela por entregas continuó leyéndose en voz alta hasta la Primera
Guerra Mundial. Por tanto, en Europa, la lectura oral, el canto y la salmodia ocuparon
un lugar central. En Europa, la lectura oral, a veces cantada o en salmodia, ocupó
un lugar central, como lo hace aún en las ceremonias religiosas judías, cristianas y
musulmanas.

Durante el siglo XIX, la mayor parte de los países occidentales procuró la


alfabetización de su población, aunque las campañas tuvieron mayor efectividad en
cuanto a población y tiempo entre los países de religión protestante, en donde se
considera como uno de los derechos importantes del individuo el ser capaz de leer
la Biblia.

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La lectura en el siglo XXI
La lectura es una práctica social y cultural que varía en cada época histórica. Sin
duda, hoy no leemos como antes, ni en los mismos soportes. A medida que van
surgiendo nuevas prácticas y necesidades sociales, también se van generando
nuevas formas de leer y escribir.

Hoy se lee más que antes, porque estamos expuestos a una mayor diversidad
de textos. No es cierto que en Latinoamérica o en el Perú el índice de lectores
sea bajo, o se lea menos que en Europa o Estados Unidos. En realidad, se lee
todos los días y a todas horas. A veces inconscientemente. Se leen las señales
de tránsito, las facturas de agua o luz, la publicidad inscrita en la chaqueta de un
transeúnte, el billete de bus o metro, el muro de Facebook, un artículo o un libro.
Hoy somos más lectores que nunca. El problema es que no siempre
comprendemos.

El internet nos ha convertido en nativos e inmigrantes digitales (Prensky, 2001)


o en residentes o visitantes digitales (Kruse, 2011). Muchas personas trabajan
diario con internet (vender, comprar, realizar una transacción bancaria, chatear,
etc.) y tienen una tableta que llevan consigo y están conectadas todo el día, es
decir, se convierten en residentes digitales. Además, pueden leer su libro
favorito, resaltar las ideas, hacer apuntes al igual que en un libro físico. Esta
transformación ha generado más de una pregunta, ¿cómo se debe leer en el
futuro?, ¿qué habilidades nuevas debe desarrollar el lector? y ¿qué pasará con
los libros físicos?

Leer ha crecido en su significado y complejidad. Los libros físicos nos obligaban


a realizar una lectura lineal, en cambio las nuevas formas de lectura digital son
multidimensionales y multimodales, es decir, incluye textos, imágenes, enlaces,
vídeos, etc. Leer es un acto más complejo porque no solo leemos letras, sino
hay fotos, vídeos, enlaces y tendremos que integrar y relacionar todo para darle
significado. Además, basta con recurrir a un enlace o un buscador para poder
encontrar miles de textos sobre el mismo tema y desde diferentes perspectivas,
que requiere desarrollar habilidades para seleccionar informaciones pertinentes,
previa evaluación de la fuente. En este sentido, la lectura multimodal es mucho
más compleja porque requiere el uso de un conjunto de habilidades lectoras.

Los estudiantes (lectores) hoy más que nunca necesitan de los maestros. Hoy
navegan entre tanta cantidad de información que corren el riesgo de ahogarse,
por ello es una necesidad ineludible desarrollar las capacidades críticas y
analíticas, caso contrario existe el riesgo de que los nuevos lectores queden
atrapados en la red.

La lectura en el siglo XXI no se debe concebir como un acto solitario, sino


solidario. La lectura digital es aún más social. Si en la Grecia antigua la lectura
se socializaba en voz alta y los participantes escuchaban. Hoy en internet
interactuamos de diversas maneras: al leer publicamos comentarios, exportamos
notas, añadimos marcadores, compartimos fragmentos o comentamos con
amigos en el muro de Facebook o Twitter y ver qué han subrayado, marcado o
comentado otras personas que hayan leído el mismo libro. Como señala
Nicholas Carr (2010) con las pantallas la lectura estrena una nueva capa de
sociabilidad.

De esta forma, leer en el presente siglo requiere desarrollar nuevas habilidades


y estrategias de lectura y búsqueda de información en la red, biblioteca virtual o
librería online. En suma, exige nuevos retos al lector, nuevos escenarios y
soportes, que requiere de una comprensión crítica para actuar con éxito en el
mundo de la literacidad digital.

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Importancia de la Lectura

La práctica de la lectura
La lectura es el procedimiento mediante el cual las personas decodifican un
mensaje transmitido mediante el código escrito. El enorme valor de la expresión
escrita reside en su perdurabilidad: el lector puede releer un texto cuantas veces lo
desee. En el caso de la comunicación oral, que es la que tiene lugar entre un
hablante y un oyente, una vez producida no puede tener lugar una repetición.
La difusión de la comunicación escrita y la práctica de la lectura facilitaron el
acercamiento entre personas que tenían algo para contar o decir y aquellos ávidos
de tomar ese mensaje, entre los que se cuentan historias inventadas o bien relatos
acerca de acontecimientos reales.
Esto significó uno de los fenómenos sociales más importantes de la historia de la
humanidad: la introducción del libro. A partir de los libros, los individuos
pudieron establecer un medio de comunicación que perduró por siglos, dando
testimonio de épocas pasadas. La lectura permite el acceso a la cultura, a la
tradición, a la información, al conocimiento de nuevas culturas y al pensamiento
crítico. Por lo tanto, vale diferenciar la importancia del alfabetismo (que es la
capacidad de leer y también de escribir) de la importancia de la lectura como
actividad habitual, recomendable para todas las edades, pero fundamentalmente,
para los niños y jóvenes.

Alfabetizar para crecer


La alfabetización es un derecho universal para todos los seres humanos, ya
que se entiende que comunicarse por la vía escrita es un requisito fundamental para
la condición individual de todo sujeto pensante. De hecho, el analfabetismo es una
de las problemáticas más importantes alrededor del mundo, y se considera que
quien llega a la adultez sin haber logrado aprender a leer es un sujeto que tiene
limitada su capacidad de elaborar pensamientos propios, por lo que será fácilmente
manipulable. La alfabetización hoy nos parece algo natural, pero durante mucho
tiempo no fue una posibilidad concreta para una gran cantidad de personas.
La abolición de la esclavitud que fue dándose progresivamente en el mundo
implicó que muchas personas dejaran de ser vistas únicamente como fuerza de
trabajo, y comenzaran a ser tenidas en cuenta como seres pensantes, más allá de
sus condiciones étnicas, raciales o socioeconómicas. Antes de que se llegara a esta
etapa, nadie se preocupaba por el hecho de que muchas personas no aprendieran
a escribir ni a leer.
De todos modos, la abolición de la esclavitud no representó un cambio total, y hay
una gran parte del mundo que aun hoy se encuentra en la misma situación. Según
estadísticas de UNICEF, los dieciséis países con menor tasa de alfabetismo del
mundo están en África, el continente más pobre del planeta. En Burkina Faso, uno
de los países con menor tasa de alfabetismo, apenas el 21,8 % de los mayores de
quince años sabe leer y escribir. Hay países, en cambio, que han erradicado el
analfabetismo: los países nórdicos, países muy pequeños como Liechtenstein o
Luxemburgo, así como también Cuba, como único caso de América.

El ejercicio cotidiano de leer


La importancia de la lectura como ejercicio habitual tiene otra dimensión, mucho
más relacionada con la condición del hombre en el mundo. La creatividad de los
seres humanos no tiene límites, y son muchísimos los objetos que este ha inventado:
con distintos medios, ha sido capaz de elevar, tan solo en algunos siglos, la
esperanza de vida prácticamente hasta el cuádruple de lo que era. Todos aquellos
que pusieron en práctica estos inventos lo hicieron pues sus cabezas estaban
motivadas por un nivel altísimo de creatividad, lo que da al ser humano una
diferencia sustancial con todas las demás especies.
Puede considerarse que el mayor motivante de esta creatividad es el ejercicio de
la lectura. Leer libros les sirvió siempre a las personas para considerar su lugar en
el mundo y la misión que debían cumplir, pero también para algo tan sencillo pero
tan importante como comprender cómo se sienten los otros. Es difícil saber hasta
dónde influyó en la humanidad la literatura, pero no hay duda de que la lectura
funciona como soporte de numerosas disciplinas. Año tras año se editan miles
de libros que reflejan situaciones posibles e imposibles, cotidianas y fantasiosas, de
investigación o historias inventadas. Se editan libros cuya producción lleva años, y
también otros que se lanzan de una semana para otra.
Y además, semana a semana y día a día, se editan cientos de diarios y revistas. A
pesar de esto, el público suele ser bastante acotado, y aun cuando el alfabetismo,
afortunadamente, ha crecido en el mundo, no sucedió lo mismo con el hábito de la

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lectura. Por distintos motivos las personas no se hacen un espacio para leer. Por
este motivo es que se recomienda inculcar el hábito de la lectura en los niños desde
sus primeros años de vida.

La importancia de la lectura en los niños


En los niños, la lectura proporciona la capacidad de adquirir el desarrollo motor,
lingüístico, emocional, cognitivo, social y lúdico en los primeros años de vida. Si el
acercamiento se hace por el lado correcto (lo cual es una responsabilidad
compartida entre padres y maestros), seguramente la lectura se transformará en un
hábito grato y enriquecedor, más que en una carga, como lamentablemente lo
sienten muchos niños.

Esto significa llegar a la lectura desde los relatos, las historias, las leyendas o las
canciones, así como también desde los juegos. El niño reconocerá objetos, palabras
y colores más de lo que se cree en muchos casos. La identificación de los niños con
los personajes de esas historias es una herramienta fundamental para estos fines.
Muchísimos autores desde Esopo o La Fontaine hasta María Elena Walsh han dado
prueba de que el niño puede disfrutar de un buen texto, tomando a la vez afición
por la lectura.
tipos de lectura
1 – Lectura oral

La lectura oral se da cuando la persona que lee lo hace en voz alta. Algunas
personas hacen esto debido a que el sonido ayuda a que las ideas queden
“grabadas” en el cerebro, aunque también pueden hacerlo en un momento que les
es difícil concentrarse debido al ruido ambiente, y que al escuchar su voz logran
“encapsularse” en este sonido y de esta manera disipan un tanto la distracción.

Además, la lectura oral tiene una función social como ninguna otra, debido a
que se puede compartir este tipo de experiencia con otras personas leyendo para
alguien más. También es una buena manera de acercar la lectura a las personas
con discapacidad visual.

2 – Lectura silenciosa

En la lectura silenciosa la persona recibe directamente en el cerebro lo que ven


sus ojos, salteando la experiencia auditiva. En este tipo de lectura prima muchísimo
la concentración y con frecuencia si observamos a una persona practicar la lectura
silenciosa la veremos como “absorta” en su propio mundo.

3 - Lectura superficial

En este tipo de lectura se “barre” el texto para saber de qué se está hablando.
Es una lectura más bien superficial que pretende captar una idea general pero no
los detalles.

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Este tipo de lectura está recomendada cuando se lee por primera vez un texto de
estudio, ya que de primera no se recomienda entender los conceptos más
complejos sino hacerse una idea general del mismo.

4 - Lectura selectiva

Este es el tipo de lectura que realiza una persona cuando está buscando datos
específicos, por eso se la denomina una “lectura de búsqueda”. El lector no lee
minuciosamente todo sino que aquí también se realiza un paneo veloz buscando
solo la información de interés para la persona.

5 - Lectura comprensiva

En la lectura comprensiva el lector procura entender todo el contenido del


mensaje. Se practica de manera lenta, de modo que permita un abordaje del tema
donde los tiempos que se le dedican sean suficientes para comprender a fondo.

6 – Lectura reflexiva y crítica

En la lectura reflexiva o crítica el lector analizará el texto que tiene frente a sí y no


lo “digerirá” o aceptará como la verdad absoluta.

Un lector crítico evalúa la relevancia de lo que está leyendo, contrasta la


información con otra información o con su propia experiencia y hasta puede
llegar a “pelearse” con el texto por tener distintos argumentos sobre un tema. Esta
lectura requiere que se realice de forma pausada para que la información pueda ser
evaluada desde un abordaje crítico.
7 - Lectura recreativa

La lectura recreativa es la que predomina cuando se lee un libro por placer. No


importa a qué velocidad se realice ni cuánto tiempo nos tome completar la lectura,
ya que lo primordial es que el lector disfrute de la experiencia. Si bien no es una
regla general, la mayoría de las veces la lectura por placer está muy ligada a la
literatura.

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Conclusión

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