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QUEMADORES

En general, se conoce como quemador a todo dispositivo que facilita la mezcla de


un combustible y un comburente y en el que se produce la combustión. En algunos
aparatos, generalmente de poca potencia, que utilizan combustible gaseoso, el
quemador puede reducirse a un tubo o un disco, con perforaciones por las que fluye
el gas introducido a través de un inyector y que produce por efecto Venturi la
inducción del aire comburente. La combustión se inicia mediante una chispa, o
incluso manualmente acercando una llama. A medida que aumenta la potencia de
combustión, la función del quemador se va haciendo más compleja hasta
convertirse, en los quemadores industriales, en una máquina que pone en contacto
el combustible con el comburente en la proporción, forma y condiciones que
permitan la combustión continua, estable y controlada, con un rendimiento máximo.

Quemadores de cocina doméstica y plancha de gas

Clasificación[editar]

Atendiendo al tipo de combustible, los quemadores se clasifican en: quemadores de


combustible líquido y quemadores de combustible gaseoso. Aunque esencialmente,
en lo que respecta a la función indicada, ambos tipos son iguales, los de combustible
líquido tienen un mecanismo algo más complejo debido a la necesidad de
preparación previa del combustible.

Quemador de combustible líquido[editar]


La primera tarea a realizar por un quemador de combustible líquido es la de poner
el combustible en fase gaseosa, condición indispensable para conseguir una mezcla
íntima combustible-comburente y seguidamente su ignición. En función de la forma
de alcanzar esta fase gaseosa, los quemadores de combustible líquido se clasifican
en

 quemadores de vaporización
 quemadores de pulverización
o pulverización mecánica por presión directa
o pulverización mecánica por centrifugación, o de copa rotativa
o pulverización por fluido auxiliar
 Por aire
 neumáticos
 baja presión
 media y alta presión
 Por vapor
 quemadores de emulsión

pulverización mecánica por presión directa[editar]

Sin duda, actualmente los, casi exclusivamente, utilizados, son los de pulverización
y dentro de estos, los de pulverización mecánica por presión directa.
Despiece de quemador monobloc para combustible líquido con pulverización
mecánica por presión directa

En ellos, se trata de romper la tensión superficial del líquido combustible, para así
conseguir la atomización o fraccionamiento del líquido en millones de gotas de un
diámetro comprendido entre 5μ y 500μ. A esto se llega haciendo pasar el
combustible, bajo presión, por un orificio estrecho, que es lo mismo que se hace en
la inyecciónDiesel, pero añadiendo un movimiento de rotación, de forma que cada
gota de combustible progresa en espiral hacia el orificio de salida, formándose a la
salida del mismo, una fina capa de combustible que se va adelgazando hasta
romperse en gotas finísimas.

Todo este proceso se produce en el interior de la boquilla o chicler1 del quemador.


El chicler se constituye, por tanto, en un elemento fundamental en el funcionamiento
de un quemador de combustible líquido. Su tamaño se determina en base a tres
características fundamentales: caudal, ángulo de pulverización y forma del cono de
pulverización.

 Caudal: Viene expresado generalmente en galones y es variable con la presión


de inyección. El caudal nominal viene grabado como GPH en la cabeza de
pulverización.2 La potencia del hogar o de la caldera dividida por el poder
calorífico inferior del combustible, indica el caudal necesario del mismo, que
según la presión de inyección, determinará el número de GPH del chicler. Si se
trata de un quemador de dos llamas, se puede seleccionar cada chicler para
el % de caudal que se estime oportuno, siempre que la suma de ambos dé el
total del caudal.
 Ángulo de pulverización: Determina la longitud y anchura de la llama, más larga
y estrecha cuanto menor es el ángulo. Se debe elegir consecuentemente con la
forma del hogar. También viene grabado en la cabeza del chicler.3
 Forma del cono: Hay tres formas de cono: hueco, semihueco y lleno que se
identifican con las letras H, B y S, respectivamente.4 La forma del cono debe
estar en concordancia con la distribución de aire que produzca el deflector en el
cañón del quemador.

control automático y seguridad[editar]

Hasta 3500 kW de potencia, los quemadores se construyen formando un equipo


compacto y se denominan monobloc. A partir de esta potencia es preciso instalar
separadamente algunos elementos, como el ventilador, en cuyo caso el aire se
conduce por conducto hasta el cabezal de combustión. Los conjuntos básicos de un
quemador de pulverización mecánica son:

Circuito de combustible[editar]
El elemento fundamental del circuito de combustible es la bomba, que es la
encargada de presurizar el combustible, con una presión según su tipo.5 Se
emplean bombas volumétricas, normalmente de engranajes, que entregan un
caudal teóricamente constante para cualquier presión, aunque, en la práctica, esto
solo es cierto para altas viscosidades. La bomba impulsa el combustible a través de
una tubería que recibe el nombre de línea o caña del quemador. En la línea,
inmediatamente después de la bomba, se sitúan la o las electroválvulas,
dependiendo del número de llamas del quemador.6 Son válvulas de solenoide,
generalmente tipo NC,7 que dan paso al combustible hasta el chicler
correspondiente.

Alimentación y distribución de aire[editar]

El elemento principal del circuito de aire es el ventilador . En los quemadores


monobloc, el ventilador viene alojado en la voluta o envolvente del quemador, que
es lo que le da su forma característica. El ventilador es de tipo centrífugo, aspirando
el aire por el centro de rotación y expulsándolo tangencialmente a través del cañón.
La turbina se acopla al eje del motor, que también mueve la bomba, acoplada al
mismo mediante un mecanismo flector fácilmente desmontable. El diámetro de la
turbina y su velocidad de rotación en cada caso, garantizan el caudal de aire y la
energía necesaria para vencer la pérdida de carga del circuito de humos y crear la
sobrepresión necesaria en el hogar.

No obstante esto, debe existir un mecanismo de reglaje, que permita regular el


caudal de aire necesario en cada caso. Este mecanismo suele ser de
tipo compuerta y su posición se regula; manualmente y una sola vez en los
quemadores pequeños, o bien automáticamente y con varias posiciones en función
del número de llamas. En este último caso, el accionamiento de las compuertas se
hace mediante pistón hidráulico o con servomotor eléctrico. En cualquier caso,
un final de carrera abre la electroválvula de combustible cuando está garantizado
que en el hogar hay caudal de aire suficiente para la combustión completa. En las
paradas se cierran totalmente las entradas de aire para evitar la ventilación parásita
que por tiro natural se forma entre el hogar y la salida de humos.
cabezal de combustión de quemador de gasóleo

El aire impulsado por el quemador a través del cañón, se encuentra al final de éste,
con un estabilizador o deflector, lo cual configura un cono de alimentación de aire
cuya forma debe estar en consonancia con la forma de cono del chicler. El aire
impulsado a través de las ranuras u orificios del deflector, junto con el aire
secundario que pasa por el espacio circular entre el deflector y el cañón, forman el
vacío necesario para estabilizar la llama y por tanto la temperatura necesaria para
la vaporización del combustible.

Circuito de encendido[editar]

Para el primer encendido, se necesita la presencia de una llama u otro sistema de


ignición. En los quemadores de pulverización mecánica, el sistema está formado
por un transformador que se alimenta en baja tensión, pero da una salida de entre
10 y 15.000 voltios, que se aplica a dos varillas, llamadas electrodos, envueltas en
material cerámico excepto las puntas, entre las cuales, situadas a la distancia
adecuada, salta un arco de 25 a 50 mA de intensidad,8 suficiente para que
el arco inflame el líquido pulverizado. Cuando se produce la llama, su brillo es
detectado por una célula fotoeléctrica situada a la entrada del cañón, que corta la
corriente al transformador. Si eventualmente la llama cesa, la célula vuelve a
producir chispa para otro encendido. Pasado un tiempo establecido sin que se forme
la llama, el quemador se bloquea y no volverá a encenderse mientras no se
solucione el problema.

Dentro de una caldera, los quemadores son los equipos que mezclan el combustible
(líquido o gaseoso) con el comburente, dando la chispa necesaria para que se inicie
la combustión e inyectando esa llama generada en el interior de la cámara de
combustión. Los quemadores industriales son los que se instalan en calderas
industriales que generan agua caliente, aire caliente o vapor para procesos y áreas
de trabajo, y hoy vamos a hablar un poco de ellos para que los conozcas mejor y
puedas estudiar la implementación en tu empresa.

Clases de quemadores industriales

Existen varios tipos de quemadores industriales, que van en función de algunos


parámetros:

Si atendemos al combustible utilizado, se clasificarán en quemadores para gas


natural, gasóleo, petróleo y todos aquellos gases derivados del petróleo.
Si nos fijamos en la forma de operación, pueden distinguirse tres
clases: quemadores manuales, semiautomáticos y automáticos en función de los
distintos grados de automatización del control de las funciones del dispositivo.
Si atendemos a la colocación del quemador con respecto a la caldera, es decir, a
su disposición, nos encontramos con quemadores horizontales y quemadores
verticales.

Características a tener en cuenta en los quemadores industriales

Hoy en día, los quemadores industriales incorporan sistemas digitales de


control que informan de las principales variables que condicionan la combustión, y
controlan el funcionamiento continuo del proceso a través de la evaluación de los
distintos parámetros.

Los quemadores industriales también pueden incorporar sistemas de control de


velocidad, que controlan la soplante para adaptarla a la demanda real. Este control
puede realizarse de forma continua o en distintas etapas mediante convertidores de
frecuencia o variadores de velocidad. Este control, al adaptarse a la demanda real,
proporciona ahorros muy importantes a la empresa, tanto en combustible como en
energía eléctrica.

La puesta a punto de los quemadores industriales

Al ser equipos tan versátiles, necesitan pasar por un proceso de calibración en obra,
que consta normalmente de dos etapas.

1- La fase de preregulación, en ausencia de llama, en la que se configuran los


puntos de arranque, de mínima y de máxima potencia. Estos puntos permiten
preestablecer los caudales de mezcla para cada uno de estos estados.

2- La fase de regulación, en presencia de llama, donde se comprueba que en cada


uno de los posibles puntos de funcionamiento los resultados de la combustión sean
los requeridos. Para esto, es necesario medir la temperatura obtenida, las
cantidades de productos de combustión generadas y los demás parámetros que
caracterizan la combustión.

Para que el quemador, la caldera y el resto de la instalación se acoplen de forma


eficiente, hay que tener en cuenta la curva del quemador y su adaptación al proceso.
Esta curva nos muestra gráficamente la potencia térmica que puede proporcionar el
quemador en función de la presión que haya en la cámara de combustión.

Los quemadores industriales también utilizan controladores digitales de velocidad


para trabajar en una zona más amplia, mientras que los dispositivos con varias
velocidades o regulaciones mecánicas tendrán una zona de trabajo más
limitada. Lógicamente, es importante también prestar atención a la longitud, al
tamaño y al diámetro de la llama que proporciona el quemador, para adecuarla lo
máximo posible a la cámara de combustión de la caldera.

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