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BIOGRAFÍA CORTA DE ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

Antonio José de Sucre nació en Cumaná el 3 de febrero de 1795. Sus padres


fueron Vicente de Sucre y María de Alcalá. Siguió estudios de ingeniería, pero
al estallar la Guerra de Independencia en 1810 se incorporó al ejército de
Francisco de Miranda. Desde 1813 combatió junto a Mariño, Píar, Bermúdez y
Bolívar.

Junto a Simón Bolívar luchó en las batallas de Boyacá (1819) y Carabobo


(1821). Asimismo, lideró a los patriotas en la batalla de Pichincha (1822). Estas
victorias completaron la independencia de Gran Colombia. En 1823, llegó al
Perú por encargo del Libertador Simón Bolívar. Asistió a la victoria de Junín (6-
8-1824) y dirigió el Ejército Libertador en la decisiva batalla de Ayacucho (9-12-
1824). En 1825, promovió el nacimiento de la República de Bolivia, la cual
gobernó hasta 1828.

Fue el primer presidente vitalicio de Bolivia, cargo que ocupó por dos años.
Desde allí promovió varias políticas: entre ellas la libertad de los esclavos y el
reparto de tierras a los indios. No obstante, ante la presión de los peruanos,
que se oponían a la independencia boliviana, y a los varios motines que se
sucedieron a continuación, el Gran Mariscal de Ayacucho decidió renunciar a la
presidencia en 1828. Se retiró de la vida pública partiendo a Ecuador
acompañado de su hija y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara,
marquesa de Solanda.

Al regresar a la Gran Colombia, Simón Bolívar le encargó dirigir una campaña


contra el Perú. Ganó la batalla de Tarquí y consiguió que los peruanos se
retiren de suelo gran colombino en 1829. Posteriormente formó parte de la
comisión que viajó a Venezuela para conciliar a las partes y evitar la sedición;
sin embargo las conversaciones no prosperaron y debió regresar.

Como lo expresa muy bien el historiador Tomás Polanco Alcántara, "el símbolo
de la continuidad de Bolívar era Antonio José de Sucre. Paulatinamente, por su
talento personal, por sus dotes intelectuales y por su espíritu altivo, digno y
limpio, Sucre se fue convirtiendo en el complemento indispensable de Simón
Bolívar. Respetado por los argentinos, los chilenos y los peruanos, admirado
por los bolivianos y quiteños, sin enemigos en Venezuela y en la Nueva
Granada y con todos sus antecedentes, Sucre estaba destinado a ser el natural
sucesor de Bolívar".

Sin embargo eso no sucedería. De camino a Quito, adonde iba a reunirse con
su familia, fue emboscado y asesinado el 4 de junio de 1830 en la sierra de
Berruecos, ubicada en Colombia. Se le atribuye su muerte a José María
Obando, jefe militar de la provincia de Pasto. Al escuchar las noticias de su
muerte Bolívar dijo: "Lo han matado porque era mi sucesor"
BIOGRAFIA ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá nació en Cumaná el 3 de febrero de


1795. Sus padres fueron el teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y María
Manuela de Alcalá y Sánchez. A los 7 años presenció la muerte de su madre.
Fue educado hasta los quince años por su tío José Manuel. Luego estudió
matemáticas y fortificaciones en la escuela de Ingenieros de Caracas en 1808.
En 1810 ascendió a la posición de alférez del ejército.

Antonio José de Sucre fue uno de los héroes de la independencia


latinoamericana más laureados y admirados. Se destacó como militar en las
numerosas victorias que logró en los campos de batalla evidenciando su
talento innato para dirigir tropas. De esta manera consiguió triunfos
fundamentales para liberar al continente del dominio español, siendo la batalla
Ayacucho su mayor obra bélica.

En 1812 fue ascendido a teniente bajo el mando de Francisco de Miranda,


sirviendo con distinción en las campañas contra los realistas. Al caer la primera
república emigró a Trinidad, de donde regresó en 1813, bajo las órdenes de
Santiago Mariño. Durante ese periodo contribuyó a organizar el Ejército de
Oriente siendo ascendido al rango de teniente coronel. Para el año siguiente
presenció la unión de las fuerzas de Occidente y Oriente en los valles de
Aragua. No obstante su ejército fue derrotado y debió exiliarse en las Antillas.
Regresó para proseguir con los esfuerzos de la causa de la Independencia y
para 1815 pasó a combatir en Guayana y El Orinoco. Posteriormente fue
designado Comandante de la provincia de Cumaná. En 1817 fue nombrado
Coronel por parte de Simón Bolívar y en 1818 se dirigió a Angostura, donde El
Libertador emplazó su Cuartel General y ofreció su Discurso de Angostura. Allí
se convirtió en uno de los mejores y más cercanos lugartenientes de Bolívar,
iniciándose entre ellos una duradera amistad. Prosiguió su ascenso militar y
para 1819 fue designado General de Brigada por Francisco Zea, presidente del
congreso venezolano, y ratificado un año después en su cargo por El
Libertador.

En 1820, como parte del Armisticio firmado entre Bolívar y Morillo, redactó el
Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra. Este documento fue de
vital importancia porque puso fin a la crueldad de la Guerra a Muerte y en el
Sucre fijó las bases para el trato humanitario que debían recibir los vencidos
por parte de los vencedores a partir de cualquier conflicto futuro. Por ello es
considerado como pionero de los derechos humanos. En 1821, fue nombrado
Jefe del ejército del Sur de Colombia, en donde logró la independencia de las
provincias de Ecuador en las batallas de Río Bamba y Pichincha. Participó en
la batalla de Junín y ganó la batalla de Ayacucho en 1824, al mando del ejército
unido, con lo cual logró el título de Gran Mariscal de Ayacucho. En 1825, ocupó
el territorio del Alto Perú, que se independizó del gobierno de Buenos Aires,
adoptando el nombre de Bolivia. El congreso del recién fundado país, encargó
a Bolívar la elaboración de su constitución.

Fue el primer presidente vitalicio de Bolivia, cargo que ocupó por dos años.
Desde allí promovió varias políticas: entre ellas la libertad de los esclavos y el
reparto de tierras a los indios. No obstante, ante la presión de los peruanos,
que se oponían a la independencia boliviana, y a los varios motines que se
sucedieron a continuación, el Gran Mariscal de Ayacucho decidió renunciar a la
presidencia en 1828.

Se retiró de la vida pública partiendo a Ecuador acompañado de su hija y de su


esposa, Mariana Carcelén de Guevara, marquesa de Solanda. Sin embargo
ese mismo año la república peruana y la colombiana se enfrentaron por
disputas territoriales y, esta última, solicitó nuevamente la ayuda de Sucre. Fue
así como en 1829, y a la cabeza de los ejércitos grancolombinos, derrotó a las
fuerzas peruanas en la batalla de Tarqui.

En la reforma constitucional de 1830, que impulsó el Congreso Admirable para


la Gran Colombia, sus enemigos lograron promulgar una norma que estipulaba
que para ser presidente o vicepresidente se debía tener 40 años (Sucre tenía
35).

Como lo expresa muy bien el historiador Tomás Polanco Alcántara, "el símbolo
de la continuidad de Bolívar era Antonio José de Sucre. Paulatinamente, por su
talento personal, por sus dotes intelectuales y por su espíritu altivo, digno y
limpio, Sucre se fue convirtiendo en el complemento indispensable de Simón
Bolívar. Respetado por los argentinos, los chilenos y los peruanos, admirado
por los bolivianos y quiteños, sin enemigos en Venezuela y en la Nueva
Granada y con todos sus antecedentes, Sucre estaba destinado a ser el natural
sucesor de Bolívar".

Sin embargo eso no sucedería. De camino a Quito, adonde iba a reunirse con
su familia, fue emboscado y asesinado el 4 de junio de 1830 en la sierra de
Berruecos, ubicada en Colombia. Se le atribuye su muerte a José María
Obando, jefe militar de la provincia de Pasto. Al escuchar las noticias de su
muerte Bolívar dijo: "Lo han matado porque era mi sucesor".

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