Iglesia y pederastia

rubèn ramos

¿Y qué puede importar que el psicópata y pederasta Maciel pida perdón por las
violaciones que cometió?
En todo caso, ¿a quién se supone que debería hacerlo? ¿A los miles de
abusados sexualmente por él y por sus pares de una Iglesia corrupta y
degenerada ¿A un inexistente Dios?
¡Por favor¡ Sólo una mente igualmente desquiciada puede imaginar semejante
estupidez.
La Iglesia no lleva 70 años encubriendo la pederastia, el narcotráfico, la
homosexualidad, la prostitución, el sicariato, el terrorismo, los genocidios más
atroces. Estas y todas las atrocidades más feroces están en su mismo origen y
en su nefasta historia.
La Iglesia nació al amparo de los sicarios con los que Pablo de Tarso persiguió
primero a los llamados “nazarenos”, y luego masacró a los que consideraba
“herejes” para convertir a esa institución en el pueblo de Dios.
Masacres de la que participaron los llamados “apóstoles”, los apologetas, las
órdenes religiosas, los teólogos, las sectas protestantes. Cada uno a su turno,
hasta hoy, son las mafias de violadores con sede en el Vaticano.
El Cardenal Braz de Aviz, haciendo alarde del cinismo que vertebra a su Iglesia
insiste en continuar violando al decir que “los sacerdotes deben estar atentos a
las víctimas y no a los agresores… Esto es lo que nos pide el Papa”, agrega.

No cabe la menor duda que es la insania lo que identifica a cuanto cura existe
sin importar su jerarquía.