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La llama de la pascua es el Amor

El papa Francisco en su mensaje para la cuaresma de


este año, pide que “el amor no se enfríe”. Pues nuestro
tiempo llamado Hipermoderno, en el cual el híper
(exceso) muestra una exageración del consumismo así
como la fragilidad de la persona, y demás condiciones
que permiten que el amor se enfrié en nuestros
corazones. Para ir encendiendo la llama de pascua que
es el Amor, el Papa pide un encuentro con Dios
(oración), un encuentro con el otro (limosna) y un
encuentro con uno mismo (ayuno); esta es la vivencia
del tiempo cuaresmal que no debe quedarse solo en el
tiempo litúrgico de la Iglesia sino ser un ejercicio de
todos los días. Para ejercitarnos en el amor: vayamos al
encuentro con Dios, el prójimo y con nosotros mismos.
Y sintiéndonos amados podremos responder: Me ama
y me amo, Me ama y los amo, Me ama y construyo la
civilización del Amor. Es por eso que las charlas de los
días santos de lunes a miércoles será un buen momento
para ejercitarnos en el amor y encender la llama de la
pascua, la llama del Amor.
ME AMA Y ME AMO
CANTO: Solo el amor de las ceb´s1.

ORACIÓN: Todos tomados de las manos decimos nuestro nombre y lo que más nos
gusta hacer, así como lo que nos pasó en la semana, en donde reconocemos el
paso de Dios en nuestras vidas.
CHARLA: “Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios
en él” (1 Jn 4,16). Es usual que escuchemos la frase: “Dios te ama”, pero es
necesario para el cristiano creer en el amor de Dios. Este creer que Dios nos ama
parecería un mandato más de un Dios que pide ser alabado y para no caer en amor
por obligación es necesario primero reconocernos amados para amar, pues Dios
sale a nuestro encuentro, Él nos amó primero.
Pero ¿Qué es el amor? Pues sería difícil abarcar todas las implicaciones del
amor por las distintas relaciones, objetos y personas en las que puede estar. Pero
hay tres nombres claves o maneras de entender el amor: éros, philia y agapé. Para
el filósofo Sponville: el éros, el amor que sólo sabe gozar o sufrir, poseer o perder;
resumido en Te amo, me faltas, te quiero (Platón). El segundo o camino es el philia,
el amor que se alegra y se comparte, que quiere el bien de quien nos lo hace, como
la amistad o el amor sanguíneo; resumido en Te amo: tú eres la causa de mi gozo,
y esto me alegra (Aristóteles o Spinoza). El tercero o fin es el agapé, el amor que
acepta y protege, da y se da; Te amo como nos ama Dios2.
Y el papa Benedicto XVI, en sintonía con lo anterior, dice sobre el éros que
es como un arrebato y podría ser una degradación del hombre como sé le ha
entendido a lo largo de la historia, es necesario purificarlo desde la persona en su
integralidad, pue se ha degrado en puro sexo y convertido en mercancía de compra-
venta. El philia, amor de amistad, este profundizado en la relación de Jesús con sus
discípulos como se muestra en el evangelio de Juan. El agapé, lo descubre en el
Cantar de los Cantares, como el que expresa la experiencia del amor que ha llegado
a ser verdadero descubrimiento del otro, superando el carácter egoísta del éros.
Ahora el amor es preocuparse del otro y preocuparse por el otro. Resumiendo el
éros en amor mundano y el agapé en el amor fundado en la fe; pero que nunca
deben separarse sino ir unidos, que permita una verdadera imagen de Dios y del
hombre. 3
En suma el amor es pasional, alegre y que da y se da por reconocer que Dios
nos ama. Hoy veremos la verdadera imagen del Dios amor, el padre amoroso, aquel
que nos ama. El amor del padre es un amor que perdona y apasionado por su
pueblo, se alegra en su pueblo. Como vemos en el relato de Lc 15,11-32. Leamos
el Evangelio e identifiquemos los elementos del Padre amoroso: Siempre me
espera, sale a mi encuentro, no se enoja, no me reprocha nada, no me castiga, me
abraza y me cubre de besos, siempre me escucha, me viste como príncipe y celebra
conmigo.

1 N: https://www.youtube.com/watch?v=fTxi3QdHHD
2
Cfr. COMTE-SPONVILLE, André., Invitación a la filosofía, Paidós, Barcelona 2002, pp. 43-52.
3
Cfr. BENEDICTO XVI, Deus Caritas Est, Conferencia del Episcopado Mexicano, México 2006, pp. 3 ss.
Dinámica: En una hoja, doblada en dos partes, dibuja una imagen de Dios que se
te venga a la mente y dibuja tu rostro. En el dibujo de Dios escribe algunos signos
o experiencias del amor que Dios te muestra y en tu dibujo escribe como te amas a
ti mismo.

PARA RECORDAR:
Tenemos un Dios invisible que se muestra a través de muchas personas,
experiencias y momentos que nos sorprenden; pues como dice Benedicto XVI:

« (Dios) siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se
refleja; mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía. En la
liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes,
experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo,
aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana»4

Este Dios es un Padre/Madre que quiere mi felicidad, me llama a ser feliz (santo).
Un Dios amor que siempre está atento a mi vida, sale a mi encuentro día a día, no
me reprocha nada, tiene besos y abrazos como muestras de su amor, quiere lo
mejor para mí, me prepara una fiesta siempre. Y sintiéndome amado soy capaz de
amarme, siendo consciente de mis defectos y virtudes, siendo consciente de mi
camino de conversión.

CELEBRAR: Colocar una imagen


del Padre amoroso y un espejo, en
los cuales meditando el canto Me
levantare de Jesed5, cada quien
tomara un tiempo necesario para
reflexionar el sentirse amado por
el Padre y amarse a sí mismo
viéndose en el espejo.
Terminando el canto, se reza un
padre nuestro y se dan un abrazo
como signo del Padre amoroso
que nos ama en los hermanos.

4
Ibíd. p. 23.
55
N: https://www.youtube.com/watch?v=LaA6HV5zbxc
ME AMA Y LOS AMO.
CANTO: Como un amigo a un amigo de Cristóbal Fones.6
Oración: Señor reconozco que me amas y también que me amo, permíteme ser tu
amigo, conocerte para amarte y seguirte. Permíteme amarte y amar a mis
hermanos.

CHARLA.
Sintiéndose amado por el Padre es necesario conocerlo, para ser su amigo
y amarlo también. Podemos conocerlo en Jesucristo, es el amor de Dios encarnado.
Como dice Benedicto, en Jesús, «el agapé se ha convertido en la Eucaristía, Dios
nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros […] (en la
misa) está incluido a la vez el ser amados y el amar a los otros» 7. Es Jesús quien
en la misa recuerda el amor de padre y el poder amar al hermano. El amor al prójimo
es el que «en Dios y con Dios, amo también a la persona que no me agrada o ni
siquiera conozco»8, pues amando a Dios y sintiéndonos amados por Él convierte
nuestro amor en un nosotros, amar al prójimo, un amor en comunidad y sin
divisiones; así como la Trinidad, para que digamos como san Agustín “Ves la
trinidad si ves el amor”. Así la exigencia de Jesús de “Amarás a tu prójimo como a
ti mismo”, se vuelve un acto de caridad, de amor y no de obligación, es una
respuesta al amor de Dios.
Pero ¿A cuál Jesús amamos? En ocasiones el amor enajena y se idealiza
buscando en la persona amada virtudes o rasgos no propios de su persona, podría
pasarnos con Jesús, para evitar ese riesgo debemos conocerlo desde lo que
realmente es: una persona. Así, amarle es un encuentro y el encuentro es
conocerle. Recordemos quién es Jesús: un hombre que siendo fiel a sus
convicciones vivió feliz. Hijo de José y María quienes forjaran su personalidad,
ideales y su manera de acercarse a Dios. Un hombre consciente de su realidad
(injusticias, pobreza e desdicha, exclusión…) cercano a los enfermos, prostitutas,
ciegos, cojos, leprosos, paralíticos, trabajadores del gobierno (publicanos)… Y su
misión fue mostrarnos el amor del Padre, tanto fue su amor que se entregó a la cruz;
no por nuestros pecados, sino para enseñarnos a vivir, a ser fieles a nuestras
convicciones, nos mostró una manera de vivir y morir, ese fue su sacrificio: morir
enseñándonos a vivir.
Entonces amando a Dios podemos amar al prójimo, y ¿Quién es mi prójimo?
Leamos Lc 10, 25-37, reflexionemos que el prójimo es reconocer a todos como
hermanos sin importar religión, estado socio-económico, género o cualquier
diferencia que podamos oponer para amarnos; respuesta inmediata a una
necesidad. Es la misericordia, la que permite vernos como hermanos, y no solo
vernos sino amarnos. Pues la misericordia es perdonar al hermano de cualquier
conflicto o daño que nos provoque, es consolar al hermano y es darle esperanza,
animarlo y ayudarle a crecer en el camino de conversión, igual que nosotros lo

6
N: https://www.youtube.com/watch?v=Zexl9duu6bk
7
BENEDICTO XVI, op. cit. pp. 20-21
8
Ibíd. p. 25
necesitamos. Así amar al hermano: es amar a nuestra familia, amigos, enemigos,
desconocidos….

Dinámica: En una hoja dividida en 4 partes, describe o dibuja tu relación con Dios,
contigo mismo, familia y el prójimo. Al final compartimos nuestro dibujo o descripción
explicando porque nos vemos así.

PARA RECORDAR: Jesús da dos mandamientos que se convierten en respuestas


al amor del Padre, una exigencia cristiana no una obligación. Contenidos en aquello
que está escrito en la ley “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo” (Lc
10, 27); es decir, amemos a Dios con todo lo que somos y amemos a nuestro
hermano como quisiéramos que nos amaran e incluso como Dios te ama.

CELEBRAR: Colocar una imagen del buen samaritano y meditando el canto Tú, mi
hermano de Cristóbal Fones9 o Amar a Dios de Luis Alfredo Diaz10, reflexionemos
si sabiéndonos amados por Dios amamos a nuestro prójimo, ¿Cómo haremos para
amar más a los que nos cuesta amar?

9
N: https://www.youtube.com/watch?v=tM6gWdKo5nc
10
N: https://www.youtube.com/watch?v=oEDr2d0T9Kc
ME AMA Y CONSTRUYO LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR
CANTO: La nueva civilización de Athenas Venica11
Oración: Señor, enséñanos a caminar en el amor para hacer de esta sociedad una
nueva civilización del Amor y construir una realidad más justa para todos. Rezamos
un padre nuestro.

Charla:
Hemos descubierto que Dios nos ama, que al sentirnos amados podemos amarnos
y la respuesta a ese amor que Dios da es amar al prójimo. Sin embargo no podemos
crear una comunidad de amor perfecta sin construir una realidad más justa, sobre
todo en nuestro país. México tiene muchas heridas que pareciera no poder curar,
muchas heridas que enfrían el amor y la esperanza del Reino de Dios en la tierra.
Recordemos algunas heridas de nuestro país: el enriquecimiento ilícito de los
políticos, injusticias laborales y falta de empleo, más de 300 mil personas ejecutas
desde el 2000 y 30 mil desaparecidos. El problema es la corrupción y violencia, por
parte del Gobierno, el narco e incluso entre nosotros mismos. El primer compromiso
como cristianos es: ver desde Jesús que vino a servir y no a ser servido. Asumir un
compromiso ciudadano, responsabilizarnos y votar en las próximas elecciones por
aquel que sea un servidor, ya no más corrupción y violencia.
Desde nuestra fe, para construir esta realidad más justa debemos construir
la civilización del amor. Para Pablo VI es una necesidad por la inhumanidad y
desamor en la época de 1975, una época de odios y guerras, miseria y muerte, una
sociedad sin amor y necesitada de reconciliación y paz, nada alejado de nuestra
realidad. La civilización del amor es una renovación civil y social, mediante una
actividad religiosa y pastoral estando atento a los signos de los tiempos. La
civilización del amor es una renovación religiosa personal y de la Iglesia. La
civilización del amor es “aquel conjunto de condiciones morales, civiles,
económicas, que permiten a la vida humana una posibilidad mejor de existencia,
una racional plenitud, un feliz destino eterno" y mediante los siguientes valores: la
solidaridad, la hermandad, la dignidad de la persona humana, la superación de toda
discriminación o segregación, el servicio a la justicia, la firme voluntad de construir
la paz12. Es exigencia cristiana construir la civilización del amor.
También Benedicto XVI, expresa que el amor y la caridad van de la mano en
nuestra Iglesia, la caridad es una práctica del amor; pues somos una familia y nadie
debe sufrir por falta de lo necesario. Esta caridad necesita estar unida a la justicia
pues «los pobres no necesitan obras de caridad, sino justicia»13. Buscando un orden
social para construir una realidad más justa, tal como la doctrina social de la Iglesia
expone como una exigencia cristiana. En esta búsqueda de justicia, la fe y la política
se encuentran, la Iglesia mediante su doctrina social no intenta asumir la
responsabilidad del Estado, sino que sirve a la formación de la conciencia política.
Esta construcción de la civilización del amor buscando una realidad más justa es
misión de todos los fieles, «la caridad debe animar […] (nuestra) actividad política,

11
N: https://www.youtube.com/watch?v=ygp6Gs_CCy8
12
Cfr. Silva G, Sergio., La civilización del amor, una propuesta de pablo vi, Revista de la Universidad Católica
Nos. 9-10, 1981
13
BENEDICTO XVI, op. cit. p. 33
vivida como “caridad social”»14. Desde esta caridad social es más fácil entende que:
Dios es amor, este amor es «una luz –en el fondo la única- que ilumina
constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar»15
En suma, Dios nos ama y al sentirnos amados es más fácil amarnos a
nosotros mismos, el amor de Dios implica amar al hermano y actuar como
ciudadano. Este amor es una caridad social, para construir una civilización del amor
y una realidad más justa. Y quien nos alienta es el Espíritu Santo, el permite la
creatividad de nuestra mente y corazón. Es esa fuerza que habita en nosotros desde
el bautismo y permite ser astutos ante la adversidad o creativos para manifestar la
caridad social e incluso darle un toque divertido a nuestra vida.

DINAMICA: En equipos escribimos o dibujamos en un cartelón las situaciones que


necesitan nuestra caridad social en nuestra comunidad y nuestro país. Así mismo,
exponer como podemos aportar nuestro “granito de arena” a la construcción de la
civilización del amor.

PARA RECORDAR: La caridad social es construir una realidad más justa y solidaria,
el amor de Dios nos impulsa al servicio y a la construcción de la civilización del
amor. Recordemos las palabras de Pablo a los efesios “Lo que cuenta es la fe que
obra por medio del amor […] Háganse servidores los unos de los otros por medio
del amor […] mientras tengamos ocasión, hagamos el bien a todos […]” (Ga 5, 6
ss.)

CELEBRAR: Con un crucifijo al frente, meditemos la muerte de cristo como un


perder la vida por amor, un amor humano conciente del amor de su Padre, del amor
de sus hermanos y del amor por los pobres y excluidos. Mediante el canto No tengas
miedo de Luis Alfredo Díaz16 o Lucharemos de Jesed17, se les entrega una cruz
sencilla que simbolice nuestro compromiso cristiano para construir la civilización del
amor.

14
Ibíd. p. 40
15
Ibíd. p. 52
16
N: https://www.youtube.com/watch?v=BKldai5Yk8M.
17
N: https://www.youtube.com/watch?v=QvcRMJeUC3I

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