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Figura 5.86: Los embriones en movimiento circular (Izquierda) son pertubados por la presencia
de Júpiter produciendo que sus órbitas se intersecten (centro). Las colisiones dan como resultado
un protoplaneta que producto del gas y la adjudicación de planetesimales adquiere una órbita
circular estable (derecha). Créditos: Lin I&C. 2008.
(tipos C, S, M y los tipos raros). Unos 10 millones de años después se habría formado
Marte y unos 50 millones de años después la Tierra (hace unos 4,5 [Ga]).
Si aceptamos la inuencia de Júpiter, debemos también aceptar que ocurrió algo que
impidió a los planetas rocosos migrar a la órbita de Mercurio, esto puede haber ocurrido
debido a grandes colisiones y/o a que alcanzaron tamaños suciente para que Júpiter
dejara de empujarles.
Una de estas grandes colisiones podría explicar la lenta rotación retrograda de Venus,
otra el enorme tamaño del núcleo de Mercurio y otra de estas grandes colisiones ocurrío
en algún momento entre 30 y 100 millones de años desde que el Sol comenzó a brillar, un
embrión del tamaño de Marte impactó la Tierra primigenia, lo que dió como resultado la
Tierra y la Luna actuales.
5.3. Exoplanetas
Los planetas extrasolares o exoplanetas son aquellos que orbitan en torno a otras
estrellas distintas al Sol y, por ende, forman parte de sistemas planetarios distintos del
nuestro.
La primera referencia histórica que se conoce acerca de la existencia de otros mundos se
remonta a hace más de dos mil años. El lósofo helénico Epicuro de Samos (341 a. de C. -
28
270 a. de C.) en una carta a Heródoto (no el historiador) en la que trata sobre gnoseología
y física, expresaba sus creencias de la existencia de otros mundos semejantes al nuestro.
En el renacimiento, el lósofo y ex religioso napolitano Giordano Bruno (1548 - 1600) en
su libro Del innito universo e mondi , reinterpreta los trabajos de Copernico indicando
que no existe una esfera celeste y que por tanto las estrellas no son equidistantes del
centro, asegura también que no hay razón para suponer que los planetas sean solamente
siete, sino que son innumerables pero invisibles y giran perpetuamente en torno a los
innumerables soles.
Los primeros anuncios de detección de exoplanetas se remontan a mediados siglo XIX,
cuando el Capitán W. S. Jacob reporta en 1855 la existencia de un compañero inobser-
vable de la estrella binaria 70 Ophiuchi. En 1899 Forest Ray Moulton publica un artículo
demostrando la inviabilidad de la presencia de tal planeta. Durante el siglo XX se repor-
taron otros tantos planetas que posteriormente se descartaron, denominados falsos posi-
28 La gnoseología (del griego γνωσις , conocimiento o facultad de conocer, y λóγoς , tratado, estudio,
ciencia), también llamada teoría del conocimiento, es una rama de la losofía que estudia la naturaleza,
el origen y el alcance del conocimiento.
5.3. Exoplanetas 181
Astrometría
Este método mide el cambio de posición de la es-
trella (un ligero desplazamiento angular sobre la esfera
celeste) en su movimiento en torno del centro de masa.
Esta técnica solo es sensible a planetas masivos en ór-
bitas lejanas a la estrella y que no se encuentren muy
lejos del Sol. Tiene la ventaja de permitir la determi-
nación de la masa del planeta y de la inclinación (i)
de la órbita. Mediciones de tipo astrométrico pueden
Figura 5.88: Cambio de la posición
solo ser realizadas en desde el espacio, pues en la su-
de una estrella sobre la esfera ce-
percie de la Tierra las estrellas cambian siempre de
leste producto del movimiento en-
posición debido a la presencia de la atmósfera, esto es torno del centro de masa.
muy evidente hacia el horizonte que se puede eviden-
ciar a simple vista como el titilar de las estrellas .
La misión espacial Gaia (acrónimo de Global Astrometric Interferometer for Astro-
physics ) de la ESA es un satélite de astrometría, y sucesor de la misión Hipparcos, per-
mitirá descubrir planetas extrasolares usando la técnica astrométrica.
Velocidad Radial
Este método mide el desplazamiento de las líneas espectrales de la estrella cuando se
aleja o acerca en su movimiento en torno del centro de masas. Usando el efecto Doppler
184 5. Astronomía Planetaria
(ver Apéndice B) se puede obtener la velocidad de acercamiento y alejamiento de la estrella
o velocidad radial (componente de la velocidad en dirección de la Tierra).
Los planetas de tipo terrestre, son muy poco masivos para producir variaciones de
velocidad radial medibles con la tecnología actualmente disponible. Mientras menos masa
tenga el planeta, más precisión requieren los instrumentos para detectar las oscilaciones.
Por ejemplo, Júpiter requeriría instrumentos con precisión de unos 10 [m/s]. Esta veloci-
dad, del orden de la velocidad de caminata de una persona, es muy difícil de medir en
una estrella, sobre todo considerando las grandes distancias a las que estas se encuentran.
Saturno requiere instrumentos con precisión de unos 3 [m/s]; Urano y Neptuno del orden
de 1 [m/s]; en cambio la Tierra requeriría instrumentos con precisión del orden de 10
[cm/s]. En la actualidad el espectrógrafo de más alta precisión es HARPS (acrónimo del
inglés High Accuracy Radial velocity Planet Searcher, Buscador de Planetas por Velocidad
Radial de Alta Precisión) instalado en 2002 en el telescopio de 3,6 metros del Observatorio
de La Silla (Chile) y su gemelo instalado en 2012 en el Telescopio Nazionale Galileo Galilei
del Observatorio del Roque de los Muchachos (isla de La Palma, Canarias, España), que
está diseñado para alcanzar precisiones de 0,97 [m/s].
5.3.1.2. Fotometría
Este método usa el cambio de luminosidad cuando un planeta transita frente a su
estrella desde nuestra línea de visión. Esto solo se puede observar si el planeta tiene un
plano de órbita que permita desde nuestra posición, el tránsito.
A partir de la curva de luz (gura 5.90) puede deducirse el tamaño del planeta, además
los planetas que realizan tránsitos permiten usar el método de la velocidad radial, que
permite calcular las masas, así utilizando ambos métodos se puede determinar la densidad
del planeta, y con ello obtener información acerca de su estructura interna, por ejemplo
si es de tipo gaseoso o rocoso.
5.3. Exoplanetas 185
denominadas supertierras .
Para ilustrar la dicultad inherente del método, los astrofísicos intentan medir algo
equivalente a la disminución del brillo de un faro muy lejano cuando un insecto pasa
delante de él.
Es importante mencionar que no solo el tránsito de un planeta puede producir una
disminución de la luminosidad de una estrella, ésta también puede ser producida por
actividad estelar como manchas fotosféricas o una compañera binaria no detectada. De
hecho se han anunciado y/o publicado falsos positivos que han resultado por ejemplo
ser manchas estelares, por lo que las técnicas se han tenido que renar para discriminar
cuando efectivamente se está en presencia de un exoplaneta. De hecho, se evita buscar
planetas en estrellas muy activas.
cho objeto. Este hecho ha sido comprobado estrella lejana, en vez de producir una disminu-
ción en el brillo de ésta, puede actuar como una
en eclipses de Sol y lentes gravitacionales
lente y dirigir los rayos de luz procedentes de
con galaxias actuando a modo de lentes.
la estrella lejana, concentrándolos hacia nuestro
En el caso de los planetas extrasolares,
planeta.
una estrella, normalmente no visible, es el
cuerpo que actúa como lente al interponerse entre la Tierra y una estrella más lejana y
brillante.
Para que el método funcione, los tres cuerpos tienen que estar casi perfectamente
alineados. Si no se produce una alineación perfecta, no hay forma de descubrir el planeta
con este método. El principal inconveniente es que el fenómeno no es repetible, por lo que
el planeta así descubierto debería ser estudiado adicionalmente por algún otro método.
186 5. Astronomía Planetaria
Figura 5.92: Si la estrella lente posee un exo-
planeta, éste puede evidenciarse si produce
una pequeña variación en el brillo de la es-
trella lejana cuya luz ya ha sido aumentada
por la estrella lente. El planeta no se obser-
va e incluso ni siquiera la estrella lente que
orbita, sólo vemos el efecto de su gravedad
en la pequeña microlente que produce. Esto
es justamente lo que se observa en la cur-
va de luz de OGLE-2005-BLG-390. Fuente:
http://www.eso.org/public/images/eso0603b/
Esta técnica permite también encontrar enanas marrones y es una de las pocas, en la
actualidad, capaz de detectar planetas similares a la Tierra, aunque el método sólo permite
detectar planetas situados a distancias de 1 a 4 [UA] de la estrella, en la denominada zona
de microlente.
Las observaciones pueden ser realizadas desde la supercie terrestre y sin la necesidad
de grandes telescopios, por ello es una técnica de menor costo.
La detección directa de la luz reejada por los planetas aporta datos para conocer la
composición de sus atmósferas, nubes e incluso información acerca de la supercie.
Figura 5.93: Izquierda: imagen del planeta 2M1207 b (disco rojo) y la estrella enana marrón.
El planeta tiene una masa de 5 masas de Júpiter y la estrella 4 veces ese valor. Orbita a 2M1207
a una distancia de unas 55 [UA], su período orbital es bastante elevado, tarda 2.450 años en
completar una revolución alrededor de su estrella. Créditos: VLT/ESO.
Figura 5.94: Derecha: Mosaico obtenido con el telescopio espacial Hubble usando la técnica de
coronografía. Se puede observar con claridad el disco de polvo que rodea a Fomalhaut. El diminuto
punto de luz ampliado en el cuadro de la esquina inferior derecha es el planeta denominado como
Fomalhaut b, es aproximadamente tres veces más masivo que Júpiter y orbita a Fomalhaut a una
distancia de 17.200 millones de kilómetros, casi catorce veces la distancia que separa a Júpiter
del Sol. Créditos: NASA/ESA & Kalas et al. (2008).
Figura 5.95: Izquierda: Usando la técnica de anulamiento, se descubrió que la jóven estrella
HR8799 de unos 100 millones de años que dista unos 130 años luz del sistema solar, posee un
sistema planetario múltiple. Los tres planetas denominados con las letras d, c y b poseen masas
entre 5 y 13 MJ y que orbitan HR8799 a 24, 38 y 68 [UA] respectivamente. Créditos: Marois et
al. (2008), NRC Canadá.
Figura 5.96: Derecha: El famoso disco protoplanetario de la estrella Beta Pictoris que dista 70
años luz del sistema solar, posee anillos circumestelares de polvo de silicato, a 6, 16, y 30 [UA]
que podría explicarse por la presencia de un planeta gaseoso de 2 a 5 MJ a unas 10 [UA] de la
estrella. Usando VLT dieron con débil punto de luz a unas 8 [UA] de la parte central del disco,
su período orbital es de 16 años y debe poseer unas 8 veces la masa de Júpiter. Créditos: ESO
& Lagrange et al. (2009).
188 5. Astronomía Planetaria
29
la turbulencia atmosférica, al valor del seeing en el momento de la observación. Esto
es subsanado con las técnicas de óptica adaptativa que compensan parcialmente en tiem-
po real los frentes de onda y, en un sistema de lazo cerrado, se modica la forma de un
espejo deformable para compensar y corregir, con un pequeño desfase, el efecto de las
turbulencias.
Los interferómetros además de dar una muy buena resolución angular, se pueden
usar para interferir destructivamente la luz que procede del centro del campo, esto es
literalmente apagar o anular la luz de la estrella, mientras que el resto de la luz se sigue
observando normalmente (gura 5.95).
En la actualidad los telescopios terrestres que cuentan tanto con interferometría como
con óptica adaptativa son los telescopios Keck, el LBT (acrónimo del inglés de Large
Binocular Telescope ) y el VLT (acrónimo del inglés de Very Large Telescope ).
Pese a esta enorme dicultad, en 2004 se obtuvo la primera fotografía directa de un
planeta extrasolar orbitando alrededor de la enana marrón 2M1207 (gura 5.93) que está
a 230 años luz del Sol y a partir de octubre de 2008 se cuenta con los primeros planetas
descubiertos por observación directa en estrellas jóvenes de secuencia principal.
parámetros orbitales, es un gran número de planetas gigantes muy cercanos a las estrellas
(ver gura 5.97) y algunos con órbitas muy excéntricas (ver gura 5.98).
5.3.2.2. Supertierras
Los planetas descubiertos en 1992 en torno al púlsar PSR 1257+12 poseen masas de
0,025 [M⊕ ] y 4,3 [M⊕ ], y como hemos mencionado con anterioridad se consideraron posibles
remanentes de núcleos rocosos de planetas gigantes. Sin embargo, en 2005 se descubrió en
1,94 [días] (lo
torno a la enana roja Gliese 876 el planeta Gliese 876 d, de período orbital de
que lo hace un planeta caliente) y masaM sin i = 0,021 [MJ ], esto es una masa menor a la
Neptuno (1 [MN ] ≈ 0,046 [MJ ]) pero mayor a la masa de la Tierra (1 [M⊕ ] ≈ 0,003 [MJ ]).
Este tipo de planetas no existen en el sistema solar y son denominadas supertierras . Se
dice que un exoplaneta es una supertierra si M sin i ≤ 0,03 [MJ ].
Que un planeta sea una supertierra no signica necesariamente que sea un planeta
rocoso, de hecho, podría ser perfectamente un planeta neptuniano , ya que el valor de su
masa es desconocido si no se conoce el ángulo de inclinación.
Para poder saber si una supertierra es un planeta rocoso se debe descubrir por el
método de microlentes o por el método de tránsito y estudiar simultáneamente por el
método de las velocidades radiales. Sin embargo, dado que el descubrimiento por el método
de microlentes no permite estudios posteriores, lo que nos otorga mayor información es el
método de tránsitos complementado con el de las velocidades radiales. Este es el caso de
los exoplanetas COROT-7b, GJ 1214 b y Kepler-10b.
30 HD 209458 es una estrella de octava magnitud de la constelación del Pegaso que se encuentra a 154
años luz del Sol.
5.3. Exoplanetas 191
supercial de equilibrio. Sin embargo, este cálculo no considera los efectos de la atmósfera.
Por ejemplo, para la Tierra se obtiene una temperatura supercial de equilibrio de −17
◦ ◦
C. Este valor es unos 32 C menor a la temperatura media de la Tierra, la diferencia
entre estas dos temperaturas sería una consecuencia del efecto invernadero de la atmósfera
◦
terrestre. En el caso de Venus esta diferencia es cercana a los 500 C.
A partir del cálculo de la temperatura supercial de equilibrio, es posible denir para
una estrella una región en la que un planeta podría, bajo ciertas condiciones, encontrarse
agua en estado líquido en su supercie. Esta región es denominada zona habitable del
sistema planetario. En el sistema solar la zona habitable se encuentra entre las órbitas
de Venus y Marte. Sin embargo, la zona habitable debe ser considerada sólo como una
referencia ya que para estimar la temperatura en la supercie de un planeta se requiere
conocer el albedo como los efectos de su atmósfera.
A mediados de 2012 los exoplanetas poten-
32
cialmente habitables son cinco: Gliese 581
d, HD 85512 b, Kepler-22 b, Gliese 667C c, y
Gliese 581 g, de los cuales solo Kepler-22 b es
un planeta transitante, los otros cuatro han
sido descubiertos por el método de las veloci-
dades radiales y por lo tanto no se conocen
bien su masa y radio, sin embargo, Kepler-
22b no ha sido aún estudiado por el método
de las velocidades radiales.
Kepler-22 es una estrella de tipo solar cuya
edad se desconoce y se encuentra a 619,4 años
luz del Sol. El planeta Kepler-22b fue descu- Figura 5.102: Comparación del sistema
bierto en 2009 y anunciado a nes de 2011. Kepler-22 con el sistema solar interior, en am-
Su radio orbital es de 0,84 [UA] y se encuen- bos sistemas se muestran las zonas habita-
tra dentro de la zona de habitabilidad. Posee bles. Créditos: NASA/Ames/JPL-Caltech.
un radio de 2,35 [R⊕ ] y su período orbital es
de 289.86 [días], su masa se estima menor a 0,11 [MJ ] o 34,97 [M⊕ ] por lo que es un nep-
tuniano o una supertierra, que a su vez podría ser rocoso o podría ser un mini-Neptuno
o un planeta oceánico.
32 Para obtener una lista actualizada de los planetas potencialmente habitables revise el catálogo de
los planetas habitables (http://phl.upr.edu/projects/habitable-exoplanets-catalog) o la galería de la zona
habitable (http://www.hzgallery.org/) ambos sitios en inglés.
33 WASP es acrónimo del inglés Wide Angle Search for Planets, Buscador Gran Angular de Planetas.
34 HAT es acrónimo del inglés Hungarian Automated Telescope Network, Red Automática de Telesco-
pios Húngaros.
194 5. Astronomía Planetaria
más plausible para explicar la existencia de planetas retrógrados es la frecuente ocurrencia
de colisiones.
Exoplanets. Sara Seager, Renée Dotson, et al. University of Arizona Press, 2011.
Teorías del Universo. Vol. III: De Newton a Hubble. A. Rioja y J. Ordoñez, Editorial
Síntesis. 2006.
Misión Pioneer a Venus. Luhmann, Janet G.; Pollack, James B. y Colin, Lawrence.
Investigación y ciencia, p. 62 - 69, junio 1994.