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«“SERVIR” Y “SERVIDOR” EN JN 12,26 A LA LUZ DE ALGUNOS

TEXTOS DE LA TRADICIÓN ANTERIOR Y CONTEMPORÁNEA»

INTRODUCCIÓN

Leyendo el evangelio de S. Juan, encontramos en 12,26 la siguiente frase: eva.n


evmoi, tij diakonh/|( evmoi. avkolouqei,tw( kai. o[pou eivmi.
evgw. evkei/ kai. o` dia,konoj o` evmo.j e;stai\ eva,n tij
evmoi. diakonh/| timh,sei auvto.n o` path,rÅ

Basta abrir unas concordancias del NT y buscar en ellas los lexemas diakone,w y
dia,- konoj para darse cuenta de dos cosas. La primera es que una comparación de los
Sinópticos y Pablo con Juan, muestra que éste sólo utiliza 3 veces el verbo (12,2; 12,26[2 ve-
ces]) y tres veces el sustantivo (2,5.9; 12,26)1. La segunda muestra que Juan, comparado con
los paralelos de los Sinópticos (Mt 16,24; Mc 8,34; Lc 9,23), es el único en hablar de una re-
compensa prometida a quien sirva a Jesús.
Pero además, en una lectura atenta del cuarto evangelio, intuimos que esos dos lexe-
mas no siempre significan exactamente lo mismo. Por ello, como dice S. Agustín, en el Trac-
tatus LI de su comentario al Evangelio de San Juan: “¿Qué es servir a Cristo, a cuya ocupa-
ción se promete tan grande recompensa?, esto es, más bien, lo que debemos indagar”2. Así
pues, nuestro objetivo es: investigar qué significa servir a Jesús, ser su servidor en Jn 12,26.

I.- EL CONTEXTO DE JUAN 12,26

Antes de adentrarnos en el estudio específico de las expresiones "si alguno me sirve" y


"mi servidor" (Jn 12,26), debemos analizar su contexto literario, para descubrir las conexiones
y relaciones literarias que nos ayuden a indagar el significado de dichas expresiones juaneas.

1.- Contexto de Jn 12,26


Juan 12,26 se encuentra al interior del último discurso con el que Jesús concluye su ac-
tividad pública (12,23-36)3. Los límites de dicho discurso son dos fórmulas, formando inclu-

1
El verbo aparece 37 veces en el NT, de las cuales, 19 en los Sinópticos (Mt 6x; Mc 5x; Lc 8x; Pablo y Pastora-
les 8x). Las restantes están en Hechos (2x), en Hebreos (2x) y en la 1ª Pedro (3x). El sustantivo aparece 29 veces
en el NT, de las cuales, en Mt (2x) y en Mc (2x). En Pablo y Pastorales, sin embargo, aparece 21 veces.
2
(S. AGUSTÍN, In Ioannis Evangelium tractatus LI. PL 35, 1767).
3
El gran discurso de 13,12b-17,26, siendo en realidad el último pronunciado por Jesús, tiene unas características
particulares que lo distinguen netamente de todos los demás. En primer lugar, se trata de una instrucción privada
a sus discípulos, únicos destinatarios. En segundo lugar, se trata de un "discurso de adiós", género literario ya
conocido en el AT (cf. Gn 48-49; Dt 33; Tob 4,1-21 [LXX]), pero usado, sobre todo, en la literatura apócrifa: los
1
sión: “Jesús les respondió diciendo” (v. 23a) abre el discurso, mientras que “Estas cosas
habló Jesús y se marchó…” (v. 36b) cierra las últimas palabras de Jesús en el v. 36a.
El género literario del discurso, en estilo directo, lo diferencia de lo que precede y de
lo que sigue inmediatamente, en estilo narrativo. El tema también es distinto. Éste, en torno al
cual gira todo el discurso de Jesús, es la llegada de la hora de su glorificación (vv. 23b.27-
28). La fórmula redaccional del v. 23 une, pues, el discurso (vv. 23b-36a) al relato de los vv.
20-22. Dicho discurso tiene dos partes. Éstas, a nivel global de estructura, guardan un cierto
paralelismo simétrico del tipo A B – A' B' y no quiásmico, como defiende Léon-Dufour4.
A) Tema general del discurso (v. 23b)
B) Explicación e implicaciones (vv. 24-26)
A') Relanzamiento del tema (vv. 27-28)
B') Explicación e implicaciones (vv. 29-36a)

Si esto es así, la primera parte del discurso abarca los vv. 23b-26, mientras que la se-
gunda parte está compuesta por los vv. 27-36a. Todos estos elementos nos permiten concluir
que el discurso forma una unidad literaria inserta, a su vez, en un contexto más amplio5.

2.- Contexto del discurso (Jn 12,23-36)


a) Contexto anterior (Jn 11,55-12,22)
El discurso (12,23-36) está situado en el contexto de la tercera y última Pascua judía
mencionada por el evangelista: “Estaba cerca la Pascua de los judíos” (11,55)6. Este dato
marca una ruptura con el episodio anterior que termina con la retirada de Jesús a un lugar se-
guro (11,54), consciente del peligro que corría (11,53). Hay que añadir un cambio geográfico:
Efraín (11,54) y Jerusalén (11,55). Podríamos, pues, decir que en 11,55 comienza la sección
de la última semana de Jesús, en el contexto de la Pascua (11,56-12,50) y continúa en 13-19)7.

Testamentos (cf. A. DIEZ MACHO – A. DE LA FUENTE – L. GIL (eds.), Apócrifos del Antiguo Testamento, vol. V,
Madrid 1987). Resta, sin embargo, el problema del breve discurso en 12,44-50 (cf. Infra, pgs. 4-5).
4
Su intento por justificar una estructura quiásmica es interesante, pero un poco forzado. Por una parte, "honrar"
no aparece en Juan como sinónimo de "glorificar", para poder justificar la correspondencia entre los vv. 26 y 28.
Por otra parte, los vv. 29-30 representan un serio escollo a la hora de encajarlos en la estructura. Su explicación
no es convincente, ya que se trata de justificar la estructura a partir del estado actual del texto y no de una redac-
ción anterior. Finalmente, no sabe qué hacer con los vv. 34-36, es más, ni los menciona y, sin embargo, forman
parte del discurso (cf. X. LEON-DUFOUR, «Trois chiasmes Johanniques» NTS 7 (1961) 249-255).
5
Sobre el carácter compuesto de los vv. 23-26, cf. R. SCHNACKENBURG, El evangelio según san Juan, vol. II,
pgs. 470s.
6
La primera es mencionada en 2,13. Curiosamente, Juan nos ofrece el primer enfrentamiento de Jesús con sus
adversarios a propósito de una "acción simbólica" de género profético (cf. Jr 13,1-11; 19; Ez 4,1-12; 5,1-4; 12,3-
7), realizada en el Templo. La segunda la encontramos en 6,4, relacionada con la multiplicación de los panes y el
discurso sobre el pan de vida. En ésta, sin embargo, Jesús no sube a Jerusalén.
7
Cf. C. H. DODD, Interpretación del cuarto evangelio, Madrid 1978, pg. 369. Como señala Boismard, pensamos
que Jn 12 está estrechamente relacionado con 13-19 (cf. M. E. BOISMARD, «La royauté du Christ dans le
2
La breve perícopa de 11,55-57 sirve de transición entre la narración de la resurrección
de Lázaro, con las reacciones que provoca, (11,1-54), y Jn 12.
Los indicios espacio-temporales indican una progresión en la narración de los relatos
siguientes. Así, en 12,1, se precisa que “seis días antes de la Pascua”, Jesús abandona su
retiro para volver a Betania, escenario del relato anterior. Allí, durante una cena ofrecida por
el resucitado Lázaro, su hermana María unge los pies a Jesús. Este acto simboliza, en palabras
de Jesús, la unción anticipada de su cadáver (12,1-8). La reacción contrastada de la gente y de
las autoridades (12,9-11) concluye el relato, sirviendo de transición al siguiente.
En 12,12, tenemos un nuevo cambio temporal (al día siguiente) y un nuevo escenario
(Jerusalén), a donde se ha dirigido Jesús, entrando triunfalmente como Rey-Mesías, así acla-
mado por la gente (12,13). La citación bíblica del v. 15 (“No temas, hija de Sión; mira que
viene tu Rey montado en un pollino de asna”) precisa el auténtico sentido de la realeza me-
siánica de Jesús. Los vv. 17-18 relacionan de nuevo este relato con la resurrección de Lázaro.
Las palabras de los fariseos: “Mirad, todo el mundo se ha ido tras él” (v.19) realizan hábil-
mente la transición al episodio de los griegos (vv. 20-22) que, como la multitud de 11,55 y
12,12, han subido a Jerusalén para la fiesta (v. 20) y, siendo, al parecer, testigos de la escena 8,
piden ser introducidos en presencia de Jesús con el deseo de verlo. Los discípulos Andrés y
Felipe comunican a Jesús este deseo (vv. 21-22). En todos estos acontecimientos está flotando
en el ambiente la muerte de Jesús a través de la cual se manifestará su gloria. Con la llegada
de los griegos, Jesús comprende que ha llegado su hora (12,23b), provocando este episodio el
discurso de Jesús (vv. 23-36).
b) Contexto posterior (Jn 12,37-50)
Tras 12,36, el evangelista añade dos perícopas de claro carácter conclusivo: La prime-
ra de ellas (12,37-43) es una reflexión del evangelista sobre el resultado de la actividad públi-
ca de Jesús. La frase: “A pesar de las muchas señales que había realizado delante de ellos no
creían en él” (v. 37) lo confirmaría (cf. 2,11.23; 6,26.30). La palabra gancho “creed” (v. 36a)
y “creían” (v. 37), no sólo representa una conclusión a toda la actividad de Jesús, sino tam-
bién a este último discurso.
La segunda perícopa (12,44-50) es un discurso, puesto por el redactor en boca de Je-
sús. El evangelista ha querido cerrar la actividad pública de Jesús, no sólo con una referencia
al resultado de la misma (vv. 37-43), sino también con una síntesis de su enseñanza (vv. 44-

quatrième évangile» Lum Vie 11 (57, 1962) 43-44). La sección debe prolongarse hasta el cap. 20, indisociable de
la Pasión.
8
Aunque el texto no lo dice explícitamente, lo deja a entender, ya que no hay en el v. 20 ningún indicio de cam-
bio cronológico ni geográfico respecto a 12,12-19.
3
50). De ahí su relación, desde el v. 44, con el tema de la fe que lo une al contexto precedente
(vv. 36a.37.39.42). Lo mismo sucede con los temas de la "luz" y del "ver" (vv. 45-46; cf. vv.
35-36.40).
En los vv. 44-50 resuenan los temas teológicos aparecidos en los capítulos preceden-
tes: creer, ver a Jesús y al Padre que lo envió (vv. 44-45; cf. 1,14.18; 5,24; 8,19.42); luz veni-
da al mundo para salvar, no para juzgar al que cree en él, al que guarda sus palabras (vv. 46-
47; cf. 1,4.5.9; 3,17-18a; 8,12.51); quien le rechaza es juzgado por estas mismas palabras (v.
48; cf. 3,18.36); su palabras viene del Padre y su mandamiento es vida eterna (vv. 49-50; cf.
5,30; 7,17-18; 10,18).

3.- Juan 12 en el contexto de la primera parte del evangelio (1,19-12,50)


Son numerosas las referencias y relaciones de Jn 12 con el resto del evangelio, a través
de múltiples conexiones lexicográfico-temáticas, jugando así un papel particular al interno del
mismo. Debemos, pues, tener en cuenta el contexto más amplio de 12,26, especialmente la
primera parte del evangelio (1,19-12,50), donde aparecen los términos “servir” y “servidor”,
para que nos ayude a descubrir ciertos nexos a la hora de esclarecer el sentido del texto.
Es generalmente aceptado, como muestran los múltiples contactos literarios, la rela-
ción entre los capítulos 11 y 129. La resurrección de Lázaro es el último gran shmei/on de
la actividad pública de Jesús, a través del cual manifiesta la do,xa de Dios y la suya
(11,4.40).
Ahora bien, si este es el último "signo" de una serie, el comienzo de la misma
(avrch.n tw/n shmei,wn [2,11]) con el que Jesús comenzó a manifestar su gloria
(kai. evfane,rwsen th.n do,xan auvtou/), se sitúa en el contexto de la boda de
Caná (2,1-12)10.

9
Cf. MOURLON BEERNAERT, «Parallelisme entre Jean 11 et 12. Étude de structure littéraire et théologie» en: A.
L. DESCAMPS et al., Genèse et structure d'un texte du Nouveau Testament. Étude interdisciplinaire du chapitre
11 de l'Évangile de Jean, Paris – Leven 1981, pgs. 123-149. Deeks relaciona Jn 11 con 2,13-25 en su intento por
demostrar una estructura en forma de quiasmo en todo el evangelio. Para lograrla, sin embargo, fuerza a veces el
texto y deja muchas lagunas sin explicar. La división que hace, por ejemplo, entre 12,1-26 et 12,27-50 nos pare-
ce arbitraria. Encuentra, no obstante, algunos paralelismos interesantes (cf. D. DEEKS, «The Structure of the
Fourth Gospel» NTS 15 (1968-1969) 107-129).
10
Los exegetas están divididos sobre si 2,1-12 concluye una sección (1,19-2,12) o comienza otra (2,1-4,54).
Sobre este problema se puede consultar I. DE LA POTERIE, Maria nel mistero dell'allianza, Genova 1988, pgs.
183-189. Con este autor que sigue a Boismard (cf. M.-E. BOISMARD – A. LAMOUILLE, L'Évangile de Jean (Sy-
nopse de Quatre Évangiles en Français). Tome III, Paris 19872, pg. 99), opinamos que 2,1-12 representa el final
de una sección cronológica (1,19.35.43; 2,1) y no en el principio o tránsito a lo que sigue (cf. H. VAN DEN BUSS-
CHE, «La structure de Jn 1-12» Rech Bibl 3 (1968) 68-76; R. E. BROWN, Juan I-XII…, pgs. 281 y 293-295). La
verdadera ruptura de ritmo no se sitúa en 2,1 (cf. H. VAN DEN BUSSCHE, «Structure Jn 1-12…», p. 76) sino en
2,13 con la fórmula kai. evggu.j h=n to. pa,sca tw/n VIoudai,wn (cf. 11,55).
4
Según Deeks, esta perícopa es paralela a 12,1-2611. El paralelismo es indudable y aún
más estrecho entre 2,1-12 y 12,23-26, por lo que reviste una importancia especial para la exé-
gesis de 12,26:
Jn 2,1-12 Jn 12,23-26
(v. 4) ou;pw h[kei h` w[ra mou (v. 23b) evlh,luqen h`
w[ra
(v. 11) evfane,rwsen th.n do,xan auvtou/ i[na
doxasqh/| o` ui`o.j tou/ avnqrw,pou
(v. 26) eva.n evmoi, tij
diakonh/|...
(v. 5) toi/j diako,noij evkei/ o` dia,konoj
o` evmo.j e;stai...
(v. 9) oi` de. dia,konoi

Entre 12,1-34 y 1,19-2,12 se pueden observar otras repeticiones interesantes que con-
firman la relación de la que hemos hablado:

 El verbo avkolouqei/n de 12,26, como término técnico para hablar de discipula-


do, aparece cuatro veces en la sección inaugural (1,37.38.40.43)12.

 Hay una cierta acumulación de títulos mesiánicos en Jn 12 y en 1,29-51: Rey de Is-


rael (12,3; cf. 1,49), Hijo del Hombre (12,23.24; cf. 1,51), Cristo (12,34; cf. 1,41).

 Las anotaciones cronológicas, como procedimiento literario de progresión entre los


diversos acontecimientos narrados: th/| evpau,rion (12,12; cf. 1,29.35.43), pro.
e[x h`merw/n tou/ pa,sca (12,1) y kai. th/| h`me,ra| th/| tri,th|
(2,1)13.

II.- JUAN 12,26: ESTRUCTURA INTERNA

Para descubrir la estructura interna de Jn 12,26, es necesario tener en cuenta algunas


observaciones gramaticales y estilísticas de dicho versículo.

11
Cf. D. DEEKS, «The Structure…», pgs. 124-123.
12
En 1,43 aparece también en imperativo.
13
Según Deeks, la fórmula "al tercer día", en conexión con 1,29.35.43, representaría, no el séptimo día, como
defiende Boismard, sino el sexto. Con ello, habría una relación entre 2,1 y 12,1 (cf. D. DEEKS, «The Structu-
re…», pgs. 113 y 124).
5
1.- Observaciones gramaticales
El v. 26 está compuesto por dos períodos hipotéticos paralelos y yuxtapuestos. En am-
bos casos tenemos proposiciones condicionales. Ahora bien, si en toda oración condicional se
establece un nexo lógico entre la condición o hipótesis (prótasis) y la consecuencia o cosa
condicionada (apódosis), lo importante es descubrir la clase de nexo existente entre ambas.
Desde el punto de vista sintáctico, el v. 26 presenta estas características:

La condición, en ambas prótasis, es idéntica y está construida con eva,n + subjunti-


vo presente, con lo cual se indica que se trata de una acción eventual, o sea, de realización
probable y futura. De ahí que las gramáticas la llamen une condicional eventual o de futuro14.
Esta construcción está indicando un hecho esperado, por lo tanto futuro, cuya realización
puede depender de unas circunstancias determinadas15.
La apódosis, en ambos casos, tiene una oración con el verbo en indicativo futuro. Ex-
presan el resultado como una acción esperada, como una promesa. El v. 26a tiene además un
imperativo presente, situado en el centro del período hipotético, como bien señala Schnacken-
burg16, expresando una orden, una exigencia. Así pues, el v. 26a ofrece una estructura terna-
ria: condición (prótasis) + orden + promesa (apódosis). En el v. 26b, la estructura es binaria:
condición + promesa, aunque podríamos decir que, dado el paralelismo entre el v. 26a y 26b,
la función central del imperativo del v. 26a permite extender su valor también al v. 26b.

El nexo entre el diakonh/| de la prótasis y el avkolouqei,tw de la apódosis no


es exactamente el mismo que el existente con el eivmi, & e;stai17 y timh,sei. Estos
tiempos expresan el valor temporal absoluto de una acción real (indicativo) que tendrá lugar
en el futuro. Su realización está condicionada por una acción (diakonh/|) eventual (sub-
juntivo), la cual expresa un aspecto de continuidad (presente). Desde el punto de vista del
valor temporal relativo, los futuros de la apódosis indican posterioridad respecto a dia-
konh/|, de ahí su carácter de promesa.

El imperativo avkolouqei,tw, aunque tenga que ver de algún modo con el futu-
ro18, dado el carácter eventual o futuro de la prótasis, indica sólo la modalidad de la acción:
orden que exige su puesta en ejecución y de modo continuo (presente), para que se cumpla la
14
Cf. F. BLASS – A. DEBRUNNER, Grammatica del Greco del Nuovo Testamento, Brescia 1982, § 371,4a; M.
ZERWICK, Graecitas Biblica, Editio quinta aucta et emendata., Romae 1966, nº 320.
15
Cf. F. BLASS – A. DEBRUNNER, Grammatica..., § 373,1.
16
Cf. R. SCHNACKENBURG, Juan..., vol. II, pg. 476.
17
El presente eivmi,, puede llevar implícito, en este caso, un sentido de futuro (cf. F. BLASS – A. DEBRUNNER,
Grammatica…, § 323,1.3), aunque Abbott piensa lo contrario y probablemente tiene razón, si tenemos en cuenta
la escatología joanéa (cf. E. A. ABBOTT, Johannine Grammar [Diatessarica, VI], London 1906, [2487] pg. 353).
18
Bultmann lo define como "an imperative of promise" (cf. R. BULTMANN, John…, pg. 426).
6
supuesta acción de la prótasis (diakonh/|). En este caso, el contexto indica que el nexo no
es tanto temporal, cuanto lógico. La relación temporal es, en todo caso, de contemporaneidad.
Esto quiere decir que “si alguno me sirve”, es decir, “en el supuesto probable que alguno me
sirva” tiene obligatoriamente que seguirme, porque sólo así puede hacerlo19. La obediencia a
la orden de seguir a Jesús, manifestado en la ejecución constante, es esencial para el servicio a
su persona. Éste, por su parte, condiciona la orden del seguimiento.
Si hubiese que aceptar una posible anterioridad de la condición (servir) respecto a lo
condicionado (orden de seguir), se situaría, en este caso, a un nivel volitivo: "si alguno quiere
o desea servirme, sígame"20.
Hay pues una estrecha relación entre ambas acciones, pero esta relación es de subordi-
nación: "servir" a Jesús está subordinado a "seguirlo". Esta relación quedará confirmada por
el análisis estilístico y, posteriormente, por el análisis semántico.

2.- Observaciones estilísticas


Desde el punto de vista estilístico, lo primero que salta a la vista es la frecuencia del
pronombre personal de primera persona, siempre referido a Jesús: 1x como sujeto (evgw,) y
3x como complemento de objeto indirecto (evmoi,). En este caso ocupa una posición enfá-
tica, con especial relieve en la prótasis del v. 26a, donde está separado del verbo21:
v. 26a: eva.n evmoi, tij diakonh/|
evmoi. avkolouqei,tw )))
v. 26b: eva,n tij evmoi. diakonh/|

Tiene también un valor enfático el adjetivo posesivo evmo,j, referido a Jesús, en


lugar del genitivo mou22.

Las acciones verbales establecen una relación personal entre el sujeto y el objeto indi-
recto. Su posición enfática privilegia la persona de Jesús en esta relación, como término "ad
quem" de la acción del sujeto. Éste (dia,konoj) sólo una vez está puesto en relieve23 y

19
Así lo interpreta, por ejemplo, Dodd (cf. C. H. D OOD, La tradición histórica en el cuarto evangelio, Madrid
1978, pg. 352).
20
Este es uno de los sentidos posibles del subjuntivo. Así lo traducen Dodd (cf. C. H. DODD, Tradición…, pg.
352), Brown (cf. R. E. BROWN, Juan I-XII…, pg. 727), la versión española de la Biblia (cf. F. CANTERA – M.
IGLESIAS, Sagrada Biblia. Versión crítica sobre los textos hebreo, arameo y griego, Madrid 19722) y la francesa
de la TOB (cf. Traduction Œcuménique de la Bible (TOB). Nouveau Testament, Édition intégrale, Paris 1975).
21
Cf. E. A. ABBOTT, Grammar… VI, [2552] pg. 408.
22
Construcción típica del estilo de Juan. De las 76x que aparece en el NT, lo hace en Mt (5x); Mc (2x); Lc (3x);
Jn (40x).
23
Según Bernard, el segundo tij (eva,n tij evmoi. diakonh/|) tiene valor enfático (cf. J. H. BER-
NARD, John…, vol. II, pg. 435). No compartimos esta opinión, dado que se trata del orden normal en Juan res-
7
siempre en relación con Jesús, a través de la forma enfática del adjetivo posesivo: o`
dia,konoj o` evmo,j.

La distribución de los diversos morfemas y lexemas revelan en el v. 26a una estructura


en forma de quiasmo del tipo: a b – b' – a' b'':
El elemento (a) es el del servicio que aparece en la condición y en la promesa de la
apódosis. Aquí se precisa que el sujeto indeterminado de la prótasis es el servidor personal de
Jesús24.
El elemento (b) es el del estar con Jesús, en clave dinámica (acompañar, compartir el
camino) y estática (estar con, compartir el lugar). El último sintagma (a' b''): “allí también el
servidor, el mío, estará”) tiene los dos elementos, siendo una especia de síntesis.
El v. 26b, paralelo al v. 26a, tiene el elemento (a) idéntico, mientras que el elemento
(b) aborda el tema de la honra que el Padre otorgará al servidor. El paralelismo sinonímico
aclara, por una parte, en qué consiste este honor: estar donde está Jesús a quien sirve. Por otra
parte, este futuro "estar" del servidor se concibe como un futuro honor recibido del Padre.
El v. 26a muestra, una vez más, el lugar central del elemento (b), o sea, el del segui-
miento, estar con Jesús, en estrecha relación con el elemento (a), el del servicio.
Por consiguiente, para determinar el sentido de "servir a Jesús" en Jn 12,26, procede-
remos a una comparación de este logion con el que aparece en los Sinópticos. Esto nos permi-
tirá descubrir la originalidad de la formulación joanea.

III.- PARALELOS SINÓPTICOS DEL LOGION DE JUAN 12,26


El logion sobre el seguimiento de Jesús es muy semejante en los Sinópticos. Esta se-
mejanza, en Juan, es muy limitada, como veremos, hasta el punto de preguntarse si hay real-
mente un paralelismo.

1.- El texto
En los cuatro evangelios se trata de una proposición condicional. Comparamos, pues,
en primer lugar, la prótasis:
La formulación de los Sinópticos es idéntica. En todos ellos se trata de una condicio-
nal simple, en la cual se presupone que la condición se cumple realmente 25. La terminología

pecto a los otros lugares del NT: Jn 14x de 16; 1Jn 8x de 8; Ap 3x de 3. En todo caso, una vez más, el que sigue
estando en posición enfática es el complemento de objeto indirecto (evmoi,).
24
Orígenes dice: "o` de. diakonw/n auvtw/| dia,konoj auvtou/ evsti," (IO CAT 551-26;
552,8+, [cf. ORÍGENES, Commentarii in Ioannem. Fragmenta e catenis in Ioannem, GCS 10, en: Origenes
Werke, ed. E. PREUSCHEN, Leipzig, 1903]).
8
es ligeramente diversa. Mc tiene un infinitivo presente (avkolouqei/n), como reforzando
la expresión. Mt y Lc usan el mismo verbo (e;rcomai), pero en infinitivo aoristo y presen-
te respectivamente. En Juan, la terminología no tiene en común con ellos más que el pro-
nombre indefinido (tij), como sujeto. Aquí, ya no se trata de "venir en pos de mi" ("seguir",
en Mc), sino de "servir" (diakonh/|). Otra gran diferencia es que en Juan se trata de una
condicional eventual, situando la realización en la esfera del futuro.
La apódosis muestra también diferencias significativas:
En los Sinópticos hay tres imperativos, expresando qué se debe hacer para llevar a
cabo la voluntad real de seguirlo. Los dos primeros están en aoristo (avparnhsa,sqw(
avra,tw), insistiendo en las acciones mismas, puntuales previas y necesarias. Al segundo
(avra,tw), Lc añade una nota redaccional propia para acomodarlo a su comunidad (kaqV
h`me,ran)26. El tercer imperativo, en presente, (avkolouqei,tw), subraya más bien el
aspecto verbal de continuidad en el seguimiento.
En Juan faltan los dos primeros imperativos de los Sinópticos, tiendo sólo en común el
tercero (avkolouqei,tw), también en presente, pero enfatizando el término "ad quem" de
la acción verbal (evmoi,). Otra particularidad del logion joaneo es la adición de una frase en
presente y dos en futuro de indicativo para expresar la recompensa prometida al servidor de
Jesús. Esta promesa está ausente en los Sinópticos.

2.- El contexto
Las semejanzas y diferencias afectan también al contexto de los mismos. La estructura
global, sin embargo, es básicamente la misma:
Los Sinópticos son muy semejantes. Los tres comienzan, en efecto, por la predicción
que Jesús hace de su muerte y resurrección. A esto sigue, en Mt y Mc, la reacción de Pedro,
rechazando este anuncio. Jesús le ordena irse "detrás" (ovpi,sw) suyo que es el lugar del
discípulo. El logion sobre el seguimiento explica en qué consiste y cuáles son las consecuen-
cias de querer ir "detrás" (ovpi,sw) de Jesús. Lc, por su parte, lo une directamente al anun-
cio de la pasión. Querer ir "detrás" (ovpi,sw) del Maestro exige del discípulo compartir su
destino, hasta la muerte si es preciso.

El logion sobre salvar o perder la vida aporta la razón (ga,r), explicando y justifi-
cando las fuertes declaraciones del logion anterior. A esto está encadenado otro (ga,r), sobre

25
Cf. F. BLASS – A. DEBRUNNER, Grammatica…, § 371,1.
26
Cf. J. FITZMYER, The Gospel According to Luke, vol. I, New York 19812, pg. 788.
9
el provecho que saca de ganar el mundo a costa de perderse definitivamente. Terminan con
una declaración sobre la futura venida del Hijo del Hombre en gloria para juzgar.
Juan, a grandes rasgos, coincide con los Sinópticos, aunque las diferencias de vocabu-
lario son notables. El Jesús joaneo anuncia también su muerte, en clave de glorificación /
exaltación (12,27-36, especialmente los vv. 28 y 32). El logion sobre el seguimiento está a
continuación del de amar / odiar la propia vida, siendo, a diferencia de los Sinópticos, una
explicación de en qué consiste odiar la propia vida y la recompensa que ello comporta 27. En
cuanto al juicio (kri,sij) se produce, según Juan, en la misma exaltación de Jesús, lo cual
revela una escatología diferente de la de los Sinópticos.
En este contexto se puede ver que la coincidencia esencial entre Juan y los Sinópticos
radica en el tema central sobre el seguimiento de Jesús, como imperativo categórico para todo
discípulo. Los Sinópticos hablan en clave de "ir detrás de Jesús" y Juan lo hace en clave de
"servir a Jesús"28.
En Juan, pues, reducida la semejanza a lo esencial, la originalidad de su formulación
revela una diferencia de matiz significativa. El discipulado, entendido en clave de servicio
(diakonh/|), aparece, no ya como una realidad presente, sino como una acción probable,
futura, lo cual hace sospechar una significación especial29. La factibilidad probable de este
servicio llegará a ser una realidad sólo en y a través de un seguimiento permanente a la perso-
na de Jesús. A ello va aneja una futura recompensa: estar donde Jesús está, ser honrado por el
Padre.
Ahora bien, ¿qué significa, en este caso, "servir a Jesús" en Jn 12,26?

27
Ahora bien, si consideramos la inversión de orden de las dos sentencias en Juan respecto a los Sinópticos, el v.
25 crea una tensión respecto a los vv. 24 y 26. De este modo el v. 25 puede referirse tanto al v. 24 como al v. 26
(cf. R. BULTMANN, John…, pg. 425) y la construcción participial favorece esta doble referencia. De esta manera
el v. 25 establece también una transición menos brusca entre el logion del v. 24, aplicado a Jesús, y el del v. 26,
aplicado a los discípulos. De hecho, La yuxtaposición de los vv. 24-26 puede confirmar esta hipótesis. La rela-
ción de los vv. 25-26 está mucho más marcada en los paralelos sinópticos (cf. Mt 16,24-25; Mc 8,34-35; Lc
9,23-24), en donde ambas sentencias están coordinadas por la partícula ga,r. Esto podría ser, por otro lado, una
posible explicación a la inversión de orden en Juan. Si esto es así, se podría también explicar por qué Juan no
añadió al logion recibido de la tradición, como sí hicieron los Sinópticos, la fórmula e[neken evmou/ (cf. Mt
16,25; Lc 9,23) + kai. tou/ euvaggeli,ou (cf. Mc 8,35).
28
Según Dood, el uso de “diakonei/n es más fácilmente aplicable a la situación de los cristianos en el mundo
que ovpisw mou evlqei/n, y, si es así, la forma de tradición que se oculta tras el cuarto Evangelio delata
quizá un Sitz im Leben algo más alejado de la situación histórica original en la vida de Jesús” (C. H. D OOD, Tra-
dición…, pg. 352), representada por los Sinópticos. Para Bultmann, este cambio terminológico se debe a la inac-
cesibilidad directa al Cristo exaltado (Cf. R. BULTMANN, John…, pgs. 426-427).
29
En Jn 12,2 aparece en sentido material, como acción real (dihko,nei). Lo mismo se puede decir de las
mujeres que le acompañaban y le servían (Mc 15,41; Mt 27,55; cf. Lc 8,3).
10
IV.- "SI ALGUNO ME SIRVE…"
Los análisis precedentes han puesto en evidencia la estrecha relación, en Jn 12,26,
entre diakonh/| y avkolouqei,tw, por lo que nuestro análisis deberá tener en cuenta
ambos términos, aunque nuestro objetivo final es desentrañar el significado del primero. Co-
menzaremos, pues, con algunas observaciones de orden semántico que nos sirvan de orienta-
ción.

1.- Observaciones semánticas sobre diakone,w

Según J. Mateos30, desde el punto de vista semántico, diakone,w se suele clasificar


como un "lexema dinámico de acción continua", cuyo énfasis recae más sobre el término "ad
quem" de la acción que sobre el sujeto de la misma. Esta clase de lexema posee un doble as-
pecto: uno estático y otro dinámico. El primero se manifiesta en el segundo o incluso lo puede
exigir para su existencia. El acento puede recaer sobre el uno o sobre el otro. Dadas las carac-
terísticas concretas del lexema "servir", el aspecto dinámico (servicio) ocupa el primer plano
y el estático (adhesión) ocupa el segundo, vinculados por una relación de causalidad. Mateos
define, pues, este lexema como una actividad ejercida por un sujeto personal por adhesión y
en beneficio de un sujeto humano31.
El sujeto personal puede ser o no una persona humana, mientras que el sujeto benefi-
ciario es siempre humano. En Jn 12,26, ambos son humanos. En cuanto a la actividad especí-
fica del "servicio", ésta viene determinada por el contexto. Pasamos, pues, a estudiar los di-
versos contextos en los que Juan utiliza los lexemas diakone,w / dia,konoj.

2.- Diakone,w en sentido estricto

En Jn 12,2b leemos: “y Marta servía (dihko,nei)”. Esta actividad de Marta se


desarrolla en el contexto de una comida ofrecida a Jesús, según 12,2a, en Betania (12,1a). El
resucitado Lázaro (12,1b) se encuentra, como indica 12,2c, entre los comensales con Jesús.
En este caso, el contexto no deja lugar a dudas que el "servicio" de Marta debe enten-
derse en su sentido más original y estricto: servir a la mesa. Esta es la opinión más común32.

30
J. MATEOS, El aspecto verbal en el Nuevo Testamento, Madrid 1977, pg. 65.
31
Cf. J. MATEOS, Método de análisis semántico. Madrid 1989, pg. 103-104.
32
Cf. H. CREMER, Biblical – Theological lexicon of new Testament Greek, Edinburgh 1878, pg. 179; H. W.
BEYER, «diakone,w( ktl)», en: KITTEL, G. – FRIEDRICH, G. (eds.), Theological Dictionary of the New
Testament (en adelante:TDNT), vol. II, Grand Rapids, Michigan 1964, pg. 84; P. H. BULTON, «Diakone,w and
its Cognates in the Fourth Gospel» Stud Ev 73 (1959), pg. 419.
11
No parece probable que dihko,nei tenga aquí un sentido cultual, fundándose en el
simbolismo de cena eucarística de dei/pnon, como sugiere J. Mateos33. El acento del relato
no recae sobre el simbolismo de la comida, ni del gesto de Marta — secundarios en la narra-
ción—, sino sobre el gesto de María, según la interpretación que Jesús hace del mismo en
12,7.
El sentido de "servir a la mesa" es también patente en Lc 12,37 y en 17,8, en cuyo con-
texto se habla explícitamente de "comida". En cuanto a Mt 8,15 y par.34, aunque falte esa refe-
rencia explícita, el sentido de dihko,nei, dada la semejanza de la expresión con Jn 12,2,
parece ser obviamente el de "servir a la mesa": el gesto de la suegra de Pedro y el de Marta
siguen a un favor recibido de Jesús (Mt 8,14-15 y par.; Jn 11,1s.).

Este uso de diakone,w, común en griego profano35, es conocido y usado por los
autores judíos de la época, especialmente Filón36 y Flavio Josefo37.

En Jn 2,5.9, aunque dia,konoi está, sin lugar a dudas, en el contexto de un banque-


te de bodas y, en consecuencia, su significado primario es el de "camareros" del banquete, se
le añade otro significado, dado el carácter simbólico de 2,1-12, como posteriormente veremos.
En conclusión podemos decir que no parece pertinente retener el significado de "servir
a la mesa" en Jn 12,26, dado que ni en el texto, ni en su contexto inmediato (12,23.36), ni en
los acontecimientos narrados de ese día (12,12-22), aparece un contexto de "comida" ni explí-
cita, ni implícitamente.

3.- Diakone,w en sentido más amplio


El significado más original de "servir a la mesa" del que acabamos de hablar, adquiere
el más amplio de "estar al servicio de alguien", cubriendo una serie de actividades, pero siem-
pre en estrecha relación a la persona que se beneficia de las mismas. Una vez más el contexto
determinará el significado específico en cada caso concreto. Nos proponemos hacer un breve

33
Cf. J. MATEOS – J. BARRETO, El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario exegético, Madrid 1979,
pg. 539.
34
En Mc 1,31 y Lc 4,39, el término "ad quem" de la acción no es sólo Jesús, sino él con sus acompañantes.
35
Cf. Textos aportados por H. W. BEYER, «diakone,w( ktl)», TDNT, vol. II , pg. 82. El término aparece
en un contexto explícito de "comida".
36
“…Pero una vez que los considerados se han reclinado en el orden que he indicado, y ya los servidores están
colocados en orden, listos para el servicio…,”, (Filón de Alejandría, Vit. Cont., 75, en: ARNALDEZ, R. – MONDE-
SERT, C. – POUILLOUX, J. (eds.), Les Œuvres de Philon d'Alexandrie, 37 vols. (Éditions du Cerf). Paris, depuis
1961-).
37
“Inmediatamente, y sin tiempo para lavarse, se apresuró a servir al rey en su servicio de copero”, (F. JOSEFO,
Ant., XI, 163, en: THANCKERAY, H.St.J. – MARCUS, R. – FELDMAN, L.H. (eds.), Josephus and English Transla-
tion, in nine volumes. London 1926-1965).
12
recorrido por algunos textos de la tradición anterior y contemporánea a Juan que nos prepare
el camino a una interpretación de nuestro texto.

a) Antiguo Testamento y tradición judía


En el AT el uso del término es más bien raro. La forma verbal no aparece nunca en
LXX, mientras que el substantivo dia,konoj lo hace sólo 6 veces38 y en textos tardíos.
Normalmente aparece relacionado con la persona del rey, como por ejemplo, en 4Mac 9,1739.

En el libro de Ester traduce el participio pi`el de trv40. En 1,10 se trata de "eunu-


cos" encargados del harén real. En 2,2 y 6,3.5 se trata de "jóvenes al servicio personal" del
rey41 y por lo tanto cercanos al mismo. Moore los califica de "pajes" que sirven a la mesa del
rey42. Pero, aunque esta función no se debe descartar, en el texto realizan también otras: "con-
versan" con el rey y le "procuran la información" que les pide (6,3.5); se permiten, incluso,
"aconsejarle" (2,2), siendo escuchados (2,4). Aparecen, pues, como cortesanos más que como
simples pajes o camareros reales.
En el relato de la vocación profética de Eliseo (1Re 19,19-21) aparecen unidos los
temas del seguimiento y del servicio en el v. 21:

TM: Whter>v'y>w: WhY"liae yrEx}a; %l,YEw:


~q'Y"w:
LXX: kai. avne,sth kai. evporeu,qh ovpi,sw VHli,ou kai.
evleitou,rgei auvtw/|

38
Est 1,10; 2,2; 6,3.5; Prov 10,4; 4Mac 9,17.
39
En 4Mac 9,17, tiene un sentido peyorativo y se refiere a dorufo,rwn (9,16), la "guardia de cuerpo" del
"tirano" (9,10), encargada de ejecutar la sentencia. En Juan correspondería a los u`phre,tai de los sumos
sacerdotes (cf. 7,32.45.46; 18,3.12.18.22; 19,6). Es un término bastante cercano a dia,konoj (cf. R. C.
TRENCH, Synonymes du Nouveau Testamente, Paris 1869, pgs. 37-38); en algunos casos se sustituyen mutua-
mente, como señala Spicq (cf. C. SPICQ, Notes de lexicographie Néo-Testamentaire, T. II, Fribourg 1978, pg.
904, nota 5). Este fenómeno de sustitución lo hallamos en la versión siríaca de Juan. El término griego
u`phre,tai se traduce siempre por avxd (daHša´), cuando se trata de "guardias" de los sumos sacerdotes
(18,12.18; 19,6), mientras que en 18,36, los de Jesús (u`phre,tai oi` evmoi,) se llaman Ynvmvm,
(mešamešany) mismo término que dia,konoj en 12,26 (cf. 2,5.9).
40
De las 97x que aparece el verbo, 45x lo hace en participio. Normalmente tiene sentido cultual. Sólo 1/3 del
total no lo tiene. Generalmente es traducido en LXX por leitourgei/n / leitourgo,j (75x). El arameo y
siríaco lo traducen con la raíz vmv / vmv (šmš) al pa`el. El participio trEv'm.. no designa nunca a los
esclavos, para quienes utiliza la raíz db[ (cf. C. WESTERMANN, «trv», en: E. JENNI – C. WESTERMANN, Dic-
cionario teológico manual del Antiguo Testamento, vol. II, Madrid 1985, cols. 1276-1280).
41
En 2,2 y 6,3, LXX traduce por dia,konoi la expresión wyt'r>v'm. %l,M,h; yre[]nE,
mientras que en 6,5 el TM tiene sólo %l,M,h; yrE[]nE.
42
Cf. C. A. MOORE, Esther. Introduction, Translation and Notes, New-York 1971, pgs. 17 y 64.
13
Ahora bien, la raíz trv del TM no está traducida en LXX por diakone,w, sino por

lei-tourge,w. En este texto, sin embargo, evleitou,rgei está usado en sentido pro-
fano y no cultual43.
El seguimiento de Eliseo, como discípulo del profeta Elías, comporta el servicio. En
2Re 3,11 se identifica a Eliseo como servidor de Elías, especificando la clase de servicio pres-
tado:

WhY"liae ydEy>-l[; ~yIm; qc;y"-rv,a] jp'v'-


!B, [v'ylia/ hPo
El Targum Jonathan44 usa en ambos textos la misma raíz vmv45:

1Re 19,21: hvmvw hyla rtb lzaw ~qw


2Re 3,11: hyla ty vymvw jpv rb [vyla ak
Así pues, 2Re 3,11 sustituye la expresión "el que vertía agua sobre las manos de Elías"
del TM por "y servía a Elías", armonizándolo con 1Re 19,21. Esta sustitución tiene su interés,
pues la actividad servicial de Eliseo, según 2Re 3,11, la cual permaneció en la memoria de la
tradición para identificarlo en relación con Elías, es descrita con la misma raíz (vmv) en la

versión aramea.
Dos son, pues, las características de Eliseo como discípulo de Elías, llamado a suce-
derle (cf. 1Re 19,16; 2Re 2). Una es el seguimiento: caminar detrás de Elías (evporeu,qh
ovpi,sw VHli,ou), lo cual supone compartir la ruta y, en cierto modo, el destino (cf. 2
Re 2,1-6). La otra es el servicio personal a quien se sigue. Ambas indican cercanía y relación
personal. La segunda requiere la primera, sin la cual no es posible.
Flavio Josefo, contemporáneo de la época neotestamentaria, utiliza exclusivamente
leitourge,w, bajo el influjo de LXX, en sentido cultual46. Éste, quizás influenciado tam-
bién por las versiones arameas, narra la vocación de Eliseo con algunos cambios lexicográfi-
cos interesantes, respecto a la versión de LXX:

43
Cf. H. STRATHMANN, «leitourge,w( ktl)», TDNT, IV, pgs. 219-220.
44
A. SPERBER (ed.), The Former Prophets, according to Targum Jonathan, in The Bible in Aramaic, based on
Old manuscripts and printed Textes, vol. II. Leiden 1959.
45
Esta misma raíz vmv se usa en el Targum de Ester para denominar a los dia,konoi (cf. ad locum en B.
GROSFELD (ed.), rtsa tlgm ~wgrt. The First Targum to Esther, according to the Ms Paris Hebrew 110
of the Bibliothèque Nationale, New York 1983).
46
Cf. H. STRATHMANN , «leitourge,w( ktl)», TDNT, IV, pg. 222.
14
"o` de. VElissai/oj euvqe,wj profhteu,ein h;rxato kai. ka-
talipw.n tou.j boa.j hvkolou,qhsen VHli,a| ))) kai. h=n
vHli,ou to.n a[panta cro,non tou/ zh/n kai. maqhth.j kai.
dia,konoj"47.

Es interesante notar los cambios realizados por F. Josefo en la expresión de 1Re 19,20
(LXX): "kate,dramen ovpi,sw VHli,ou" por "hvkolou,qhsen vHli,a|"
(cf. avkolouqh,sw ovpi,sw sou [LXX]). La frase sinónima del v. 21: "evpo-
reu,qh ovpi,sw VHli,ou )))" de LXX se convierte en "maqhth,j" y "evlei-
tou,rgei" de LXX pasa a ser "dia,konoj", ambos como estado que se desarrolla en el
tiempo de modo continuo: h=n VHli,ou to.n a[panta cro,non tou/ zh/n.

Esta relación entre maqhth,j y dia,konoj nos permite pensar que el término
diakone,w, en Juan, tiene que ver precisamente con el discipulado y dado que en 1Re
19,21, en cualquiera de sus versiones, se trata de un relato de vocación, el servicio es parte
integrante de la misma. En estos textos, el seguimiento y el servicio aparecen como acciones
coordinadas y en secuencia temporal. El servicio, por el momento, tiene que ver más directa-
mente con la persona física servida (cf. 2Re 3,11) que con su labor. En Juan, sin embargo, la
relación entre ambas acciones está más estrechamente marcada por medio de la subordina-
ción.

b) Tradición sinóptica
En la tradición sinóptica encontramos también la misma relación seguimiento / servi-
cio que en 1Re 19,21, con referencia explícita a la persona de Jesús. Esta tradición es un paso
hacia delante para la concepción joanea del servicio.
En Mc 15,41 y par., se dice que las mujeres que, de lejos asisten como testigos de la
muerte de Jesús y entre las cuales se encuentran María Magdalena, María, madre de Santiago
el menor y José, y Salomé (15,40), “le seguían (hvkolou,qoun) y le servían (dih-
ko,noun)”48, cuando estaba en Galilea. Según Lc 8,3, el servicio prestado por las mujeres
consiste en una asistencia material, con sus bienes personales: “las cuales les servían (dih-
ko,noun) con sus bienes”, de donde se puede deducir que en Mc y Mt se trata del mismo
servicio49. Lc precisa también que algunas de estas mujeres habían sido curadas por Jesús50,

47
F. JOSEFO, Ant. VIII, 354.
48
En Mt 27,55 son muchas las mujeres que le seguían sirviéndole. En Lc 8,3 se trata también de la misma plura-
lidad de mujeres.
49
Cf. J. GNILKA, El Evangelio según Marcos, vol. II, Salamanca 1986, pg. 382; P. BONNARD, El Evangelio se-
gún San Mateo, Madrid 1976, pg. 607.
15
por lo que el servicio prestado a Jesús manifiesta una adhesión amorosa y un agradecimiento
a su persona (cf. Mc 1,31 y par.; Jn 12,2)51.
Dado que forman parte del grupo que acompaña a Jesús en su ministerio evangeliza-
dor (cf. Lc 8,1-3), aparecen implícitamente asociadas a esta labor52 y por lo tanto el servicio
se convierte, a su modo, en una colaboración a la misma, aunque sea de carácter puramente
material.
Otro elemento interesante a tener en cuenta es el seguimiento. Como dice Gnilka: "Si
han hecho la marcha a Jerusalén con Jesús, debe presentárselas como quienes entendieron
que el seguimiento de Jesús es seguimiento de la cruz. De esta manera, su postura constituye
la complementación necesaria de la confesión del centurión. A la recta confesión de la fe
tiene que acompañar la praxis recta de la vida. Esta comprende el servicio amoroso y el sí a
la cruz"53.

c) Los servidores (Jn 2,5.9) de las bodas de Caná (2,1-12)


Este relato nos ofrece un aspecto interesante sobre el "servicio", según Juan, que reba-
sa el mero aspecto de "servir a la mesa".
El relato, de cuya relación con Jn 12,23-36 ya hicimos mención54, ofrece un simbolis-
mo de marcado signo cristológico, siendo éste el tema central. En realidad, toda la narración
se orienta hacia el final de la misma, es decir, hacia la interpretación del signo, cuya función
no es otra que la de sacar a la luz el lado oculto de la única realidad que cuenta: la gloria de
Jesús (v. 11). Ésta no es más que la del Mesías, portador de la Revelación divina definitiva
(Jn 1,18; cf. 17,6-8), del don escatológico de la salvación, o sea, de la vida eterna (cf. 17,3),
de la alianza definitiva, simbolizada por la imagen tradicional de las bodas de Dios con su
pueblo (cf. Os 2,16-25; Is 50,1; 54,4-10; 62,4-5)55. El vino de la boda, como muestra acerta-
damente Schnackenburg, "adquiere importancia en cuanto que es un don de Jesús, un signo
de él y para él… es servido al final, y en virtud de su buena calidad y de su abundancia es un
don escatológico del Mesías"56.

50
Entre el nombre de mujeres, sólo el de María Magdalena coincide en los tres sinópticos. Dada la imprecisión
de la tradición manuscrita, como dice Bonnard, es preferible evitar toda tentación de armonización (cf. P. BON-
NARD, Mateo…, pg. 607.
51
Cf. H. SCHURMANN, Il vangelo di Luca. Parte prima, Brescia 1983, pg. 711.
52
Cf. J. FITZMYER, Luke…, pg. 696.
53
J. GNILKA, Marcos..., II, pg. 382.
54
Cf. supra, pg. 14.
55
Para un análisis detallado del valor simbólico del signo, desde el punto de vista cristológico, cf. I. DE LA PO-
TERIE, Maria…, pgs. 210-218.
56
R. SCHNACKENBURG, Juan..., II, pg. 378.
16
Este signo, comienzo de la manifestación de la gloria mesiánica de Jesús, apunta, co-
mo todos los signos siguientes, hacia el definitivo y gran signo revelador en la cruz. La hora
de Caná es así mismo un comienzo que apunta hacia la hora de la glorificación definitiva (cf.
12,23.27-28.31-33; 13,31-32; 17,1; 19,27)57. En este pasaje se anuncia y anticipa simbólica-
mente lo que será realidad definitiva en la cruz, que Jn 12,23-26.27-33 anuncia como inmi-
nente, incluso como ya presente: “Ha llegado la hora (evlh,luqen) de que sea glorificado
el Hijo de hombre” (Jn 12,23b).
Si esto es así y teniéndolo en cuenta, lo que ahora importa es ver la función que los
"sirvientes" juegan en el relato y en relación con Jesús. Para ello esquematizamos las acciones
de los diversos protagonistas:
En el v. 5, María dice a los servidores (toi/j dia,konoij): “Haced (poih,sate) lo
que os diga”
Jesús: Siervos:
v. 7: les (auvtoi/j) dice…
llenad (gemi,sate)))) y las llenaron (evge,misan)
v. 8: les (auvtoi/j) dice(
sacad (avntlh,sate))))
y llevad (fe,rete) y ellos (lo) llevaron (h;negkan)
v. 9: pero los servidores (dia,konoi) sabían
(h;|deisan)
los que habían sacado (hvntlhko,tej))))

María se dirige a los "sirvientes" (v. 5), diciéndoles que se pongan a las órdenes de
Jesús (poih,sate), es decir, que le obedezcan.

En los vv. 7-8 hay dos imperativos aoristo (gemi,sate / avntlh,sate) y uno en
presente (fe,rete) que expresan las órdenes concretas de Jesús. A éstos corresponden dos
aoristos de indicativo (evge,misan / h;negkan), expresando la ejecución puntual y fiel
de dichas órdenes por parte de los "sirvientes".

57
Esta interpretación se fundamenta en el valor interrogativo de la frase (cf. I. DE LA POTERIE, Maria…, pgs.
204-206). Desde el punto de vista del Jesús histórico, difícilmente se puede aceptar una referencia a la hora final,
pero desde el punto de vista teológico del evangelista, la hora de Caná, sin ser la plenitud de la misma, la está
insinuando (cf. R. SCHNACKENBURG, Juan…, I, pg. 371). No deja de ser significativa la relación querida por el
evangelista entre este relato y el de María al pie de la cruz (19,25-27), en el que Jesús se dirige a su madre con el
mismo apelativo: "Mujer".
17
Habiendo participado obedientemente (hvntlhko,tej, cf. avntlh,sate) a la
realización del signo obrado por Jesús (v. 9), están capacitados para ser testigos, porque "sa-
bían" (h;|deisan). Este conocimiento corresponde a la fe naciente de los discípulos en el
v. 1158.

A un nivel narrativo y simbólico se opera una transformación. Los dia,konoi de la


boda se convierten en dia,konoi de Jesús, en sus colaboradores, pues el servicio rendido
consiste precisamente en colaborar a la obra salvífica de Jesús, a su revelación como Mesías,
portador de salvación. Así colaboran, al mismo tiempo, al nacimiento de la fe
(evpi,steusan) de sus discípulos (2,11).

El acto material del servicio no es, en este caso, más que la manifestación del verdade-
ro significado cristiano del mismo: someterse obedientemente a Jesús, ejecutando puntual y
fielmente lo que él ordena. De este modo la transformación en servidores de Jesús se realiza
a través de la obediencia activa59.

Como bien señalan I. de la Poterie y Léon-Dufour60, los dia,konoi de Jn 2,5-9,


colaboradores del Mesías, se convierten en la imagen de los verdaderos discípulos, represen-
tando al nuevo Israel, nuevo Pueblo de Dios.

Volviendo a Jn 12,26, observamos que entre diakonh/| y avkolouqei,tw hay


una relación de dependencia de la que ya hemos hablado61. Pasemos, pues, a un breve análisis
de este imperativo que expresa una orden de Jesús, ligada estrechamente al servicio a su per-
sona.

58
En Juan, pisteu,ein( ginw,skein( oi=da no son propiamente sinónimos, pero pueden ser conside-
rados afines y, a veces, intercambiables (cf. R. E. BROWN, El evangelio según Juan XIII-XXI, pgs. 1486-1489; R.
SCHNACKENBURG, Juan…, I, pgs. 543-551).
En 21,4, los discípulos "no sabían" (h;|deisan) que se trataba de Jesús. Tras el signo de la pesca milagrosa,
en la que ejecutan la orden de Jesús (ba,lete ))) e;balon), todos "saben" quién es (ei;dotej o[ti
ku,rioj evstin), de modo semejante a los "sirvientes" de 2,5-9.
59
Diakone,w como obediencia a las órdenes de un superior aparece también en F. Josefo. Refiriendo los
hechos narrados en 2Re 1,2-14, el tercer capitán, enviado a Elías por Ococías, se expresa así: “filofro,nwj
prosei/pen auvto,n ginw,skein de. e;legen( o[ timh. boulo,menoj basile,wj
diakonw/n prosta,gmati …” (Ant., IX, 25).
60
Cf. I. DE LA POTERIE, Maria, pgs. 206-208. La insistencia sobre personajes secundarios es un signo, según
Léon-Dufour, de la intención del evangelista: "D'autre part, cette discrétion est contrebalancée par l'insistance
inhabituelle sur les personnages qui, sans être d'aucune manière auteurs du résultat, interviennent toutefois
comme agents qui, en quelque sorte, coopèrent: Marie et les servants, la première par sa confiance, les seconds
par leur obéissance active… Dans l'ordre du symbolique, Marie-Sion et avec elle les servants, sont Israël atten-
tif à la parole et à l'intervention du Messie" (X. LEON-DUFOUR, Lecture de l'Évangile selon Jean, T. I, Paris
1988, pg. 239).
61
Cf. supra, pgs. 6-8.
18
4.- VEmoi. avkolouqei,tw

De las 90x que aparece avkolouqe,w en el NT, 79x lo hace en los evangelios (Mt
25x; Mc 18x; Lc 17x; Jn 19x)62, lo cual muestra la importancia que tiene en los mismos como
término técnico para hablar de discipulado63. Una muestra de ello la tenemos precisamente en
Juan, donde sólo 3 veces (6,2; 11,31; 20,6) tiene sentido de "seguir", "acompañar", sin un
significado teológico. En el resto de los casos tiene claramente el sentido de "seguir como
discípulo". Pero, en algunos casos se puede observar una cierta ambigüedad en la que parece
predominar, a primera vista, el sentido puramente material (cf. 13,36[2x].37; 18,15; 21,20).
Desde el punto de vista semántico, J. Mateos lo clasifica también entre los "lexemas
complejos estático-dinámicos"64. Este autor lo define como "un lexema estático condiciona-
do…, pues la permanencia del estado exige el ejercicio de una actividad. En cuanto estático
denota la relación estable de cercanía a una persona; en cuanto dinámico, una actividad de
movimiento subordinado al de esa misma persona. Domina el sema de la relación, siendo el
movimiento el medio indispensable para mantenerla"65.
Este lexema puede tener un doble sentido: local y figurado y, a veces, ambos: en sen-
tido local presupone un “camino” (o`do,j) común. En sentido figurado, “camino” puede
significar: modo de vida subordinado / imitación de un modo de vida. En este caso se perdería
el sentido local de “proximidad”, pasando al de “cercanía por semejanza”, es decir, “discipu-
lado”66. Pero no siempre desaparece el sentido local, como afirma Mateos, sino que, a veces,
coexisten ambos sentidos, aunque uno pase a segundo plano, como sucede en Juan, quien jue-
ga muchas veces sobre el malentendido, sirviéndose precisamente del doble sentido. Por una
parte, nos interesaremos especialmente en los casos que, jugando sobre el doble sentido, ayu-
den a comprender Jn 12,26. Por otra parte, el sentido figurado se puede entender como identi-
ficación, no como imitación (repetición material de un modo de vida), como veremos.
En 1,37.38.40.43, se narra la vocación de los primeros discípulos que siguen a Jesús.
En 1,43, es Jesús mismo quien llama al seguimiento (avkolou,qei moi). En este contex-
to, el verbo avkolouqe,w juega un doble sentido67, en el que predomina todavía el sentido

62
Fuera de los evangelios es usado sólo en Hch 4x; 1Cor 1x; Ap 6x.
63
Nuestro análisis se limita exclusivamente a Juan. Para un estudio del término en el NT, se puede consultar G.
KITTEL, «avkolouqe,w( ktl)», TDNT, I, pgs. 213-215.
64
J. MATEOS, Aspecto..., pg. 44.
65
J. MATEOS, Aspecto..., pg. 46.
66
Cf. J. MATEOS, Aspecto…, pg. 46.
67
Así lo reconoce Barret (cf. C. K. BARRET, John…, pg. 180).
19
local68, aunque sea en calidad de discípulo69. En 8,12 y 10,4s., parece pasar a un primer plano
el sentido figurado: adhesión de fe a quien se sigue70.
El texto que mejor ilustra el sentido de 12,26 es, sin duda, 13,36-38. A raíz del anun-
cio de su partida (13,33; cf. 7,33-34; 8,21), se establece un diálogo entre Jesús y Pedro, quien
pregunta por el lugar a donde se dirige. En la respuesta de Jesús se juega entre el "seguir aho-
ra" (nu/n avkolouqh/sai) y el "seguir después" (avkolouqh,seij u[steron).
Pedro insiste, preguntando por qué no es posible "ahora" (a;rti) y afirma públicamente que
dará su vida por él (th.n yuch,n mou u[per sou/ qh,sw). Jesús no sólo pone esto
en duda, sino que anuncia que lo negará. Efectivamente, en 18,15 Pedro lo sigue (hvko-
lou,qei) y lo niega tres veces (18,17.25.26).

El evangelista juega en 13,36.37 sobre el doble sentido de avkolouqe,w. Por una


parte, usa el sentido local, pero el que Jesús niegue la posibilidad de seguirlo en el presente,
aunque lo hará en el futuro, da al término un sentido figurado.

El verbo u`pa,gw tiene también un doble sentido. Jesús va al Padre que lo ha envia-
do (cf. 7,33; 8,21; 13,3; 14,4 [cf. 14,3]; 16,5.10.17), pero esta partida significa también "mo-
rir" (cf. 8,22), como insinúa todo el contexto del cap. 13. El mismo Pedro intuye en esta pala-
bra, que implica separación, el destino trágico de Jesús, como revelan sus palabras en el v. 37:
th.n yuch,n mou u[per sou/ qh,sw.

El sentido figurado de avkolouqe,w, aquí, no está tanto en el sentido de imitación,


cuanto en el de compartir un mismo destino de vida, puesto que Pedro ve la suya subordinada
a la de Jesús a quien sigue en calidad de discípulo, aunque esto acarree la muerte.
Es precisamente por esta razón que Pedro no puede seguirlo "ahora"71. Este "ahora",
como en 12,27.31, se está refiriendo a la "hora" de Jesús (cf. 13,1) 72. Es preciso, pues, que la
"hora" de Jesús pase primero; que él marche delante para que el discípulo pueda "seguirlo".
"Después" de esta hora será posible, porque el camino estará abierto. Por eso en 21,19.22 le

68
Cf. J. H. BERNARD, John…, I, pg. 61.
69
Cf. R. E. BROWN, Juan I-XII…, pg. 62. Para Schnackenburg se trataría del primer paso para la fe en Jesús (cf.
R. SCHNACKENBURG, Juan…, vol. I, pg. 345). Esta fe es imperfecta e incipiente (cf. 1,50). Como grupo, no se
dice que creyeron en él hasta 2,11 y este aoristo podría tener un valor ingresivo: "comenzaron a creer".
70
Cf. R. SCHNACKENBURG, Juan…, vol. I, pg. 345; II, pgs. 241 y 353-354.
71
La imposibilidad actual de seguirlo se justifica a causa de su debilidad humana (cf. M. E. BOISMARD – A.
LAMOUILLE, Synopse…, III, pg. 346), su excesiva confianza en sí mismo (cf. R. E. BROWN, Juan I-XII…, pg.
859), la terquedad de renunciar a su propia voluntad (cf. R. SCHNACKENBURG, Juan…, III, pg. 85). Según el
contexto posterior, esto es cierto, pero se debe también a tener en cuenta las características semánticas propias
del lexema.
72
Según Brown —citando Bultmann—, el "más tarde" (13,36; cf. 13,7) hace alusión a la etapa posterior de la
"hora" de Jesús (cf. R. E. BROWN, Juan I-XII…, pg. 860). Este "más tarde" se halla correlacionado con el "ahora"
en 13,36.
20
da la orden de seguirlo: avkolou,qei moi. Este seguimiento se hará a través de la muer-
te, aceptada, no con prepotencia, sino con humildad: “cuando seas viejo, extenderás tus ma-
nos y otro te ceñirá y llevará adonde no quieres” (21,18) y añade el evangelista: “Dijo esto
indicando con qué muerte iba a glorificar a Dios” (21,19; cf. 12,33).

Si esto es así, la orden de Jesús en 12,26 (evmoi. avkolouqei,tw) implica la


aceptación del seguimiento a través de una ejecución obediente y en modo permanente. Este
seguimiento, sin que se deba descartar a priori un sentido local como tal, pasa a segundo
plano e incluso pierde su importancia, ya que la validez del imperativo no se limita al tiempo
del Jesús histórico, sino que perdura tras su partida73. Seguir a Jesús, en el sentido figurado
del término, significa, pues, compartir su mismo destino de gloria a través de la muerte (cf.
12,23-25), siendo esto una tónica constante del discurso de adiós (13-17). Como dice Kittel,
significa aceptar "una comunidad de vida y sufrimiento con el Mesías que surge solamente en
la comunión de su salvación"74. Esta asociación participativa del discípulo implica por parte
de éste que su vida esté subordinada a la de Jesús, a quien sigue; que acepte, en su modo de
vivir, los mismos principios y coordenadas que condujeron la vida de Jesús. Tampoco se trata
de una imitación mera y simple –como parece interpretarlo san Agustín75–, sino más bien de
una identificación con Jesús y con los principios que él encarnó en su propia vida. Esta identi-
ficación es la resultante de una comunión de destino entre Jesús y quien lo sigue. Seguir a
Jesús es vivir la vida de discípulo en consonancia con dichos principios, con dichos valores y
éste es el único medio para estar donde él está: “y donde yo estoy, allí también estará mi ser-
vidor” (12,26).

CONCLUSIÓN

Llegados al final de nuestro estudio, es el momento de reunir los resultados de los aná-
lisis precedentes y, a la luz de los mismos, intentar una respuesta, a guisa de conclusión, al
interrogante que nos ha acompañado a lo largo de nuestra investigación: ¿qué significa “servir
a Jesús”, ser “su servidor”, en Jn 12,26?
1) El estudio del contexto nos ha proporcionado algunos elementos interesantes de
respuesta:

73
Sobre el sentido de futuro del versículo, cf. supra, pgs. 5 y 10. Por otra parte, eva,n tij indica una cierta
indeterminación del sujeto que concuerda con el sentido eventual y futuro de la acción. Incluso se puede ver una
cierta generalización de la norma. De hecho, en el griego neotestamentario, la distinción entre condicional even-
tual y general no siempre es evidente (cf. M. ZERWICK, Graecitas, nº 327; F. BLASS – A. DEBRUNNER, Gramma-
tica, § 373,1.2).
74
G. KITTEL, TDNT, I, pg. 214.
75
"Quid est enim me sequatur nisi me imitetur" (PL, 35, 1767).
21
 El discurso de Jesús (12,23-36) en el que está situado nuestro logion, establece una
relación muy estrecha entre la hora de su "glorificación" (vv. 23.27-28) / "exaltación" (v. 32)
con la "aportación de vida abundante" (v. 24), con la "atracción universal" hacia él (v.32).
Para todo ello, "su muerte" se revela como la "condición indispensable" (vv. 24.32-33). Ven-
cer la tentación de escapar a esta dinámica de morir para portar vida abundante (vv. 27-28),
exige, de su parte, el "desprecio de la propia vida" (v. 25), manifestado en la "obediencia acti-
va" a la voluntad del Padre (vv. 27-28).

 La semejanza gramatical entre los vv. 24-26 pone de manifiesto la estrecha relación
que los une. El v. 25, haciendo el tránsito entre el v. 24 y el v. 26, está indicando que "lo di-
cho de Jesús" es también "válido" para sus eventuales servidores.
2) Un análisis más a fondo de Jn 12,26 nos ha llevado a las siguientes observaciones:

 Desde el punto de vista gramatical se observa una relación de dependencia muy


fuerte entre "servir a Jesús" como posible eventualidad y la exigencia de "seguirlo", único
medio para que el servicio se realice y se pueda alcanzar la recompensa prometida al mismo.
En la estructura ternaria de la frase, el "seguimiento" se ha revelado la clave para comprender
el significado del servicio a Jesús.

 Desde el punto de vista estilístico, dicha observación ha sido confirmada. Otro ele-
mento importante es la "insistencia" sobre Jesús como término "ad quem" del servicio. Así lo
indica la posición enfática del pronombre de primera persona, referido a él. Se trata, pues, de
un servicio muy personal

 Desde el punto de vista semántico, tanto "servir" como "seguir" a Jesús está indican-
do un estado de cercanía a su persona, de intimidad, en un doble aspecto, tanto estático (ad-
hesión), como dinámico (servicio), no necesariamente a nivel local, sino más bien a nivel
"relacional". La existencia y mantenimiento de dicho nivel está exigiendo una "actividad con-
tinua": servicio / seguimiento de Jesús, comprendidos fundamentalmente en su sentido más
amplio o figurado.
3) El estudio de algunos textos de la tradición precedente y contemporánea a Jn
12,26, en los que se trata de "servicio" y "seguimiento", nos han permitido una verificación de
los análisis precedentes, poniendo de relieve algunas características iluminadoras para nuestro
texto:

 Servicio y seguimiento han aparecido estrechamente relacionados en el caso de Eli-


seo (1Re 19,21) y el de las mujeres que formaban parte del séquito de Jesús (Mc 15,41; Mt
27,55; Lc 8,3). El seguimiento "precede" y hace "posible" el servicio. Éste, por su parte, indi-
22
ca la "modalidad" de aquél. En ambos casos, el servicio tiene un matiz de asistencia material,
pero fuertemente personalizada. En el caso de las mujeres, esta asistencia revela, por una par-
te, adhesión amorosa y reconocimiento; por otra parte, revela una cierta participación o cola-
boración, aunque sea material, a la obra evangelizadora de Jesús, siguiéndolo desde Galilea
hasta Jerusalén y hasta la cruz. Se trata de dos aspectos del auténtico discípulo.
Pero el servicio a Cristo como colaboración a su obra salvífica aparece con bastante nitidez
en los dia,konoi de la boda de Caná (Jn 2,5-9).

 Un detalle importante y altamente significativo para comprender el sentido del "ser-


vicio a Jesús" en Jn 12,26, lo tenemos en el mismo Juan. Lo que caracteriza la actividad de los
dia,konoi de la boda de Caná (2,5-9) para ser considerada como un servicio a Jesús, una
colaboración a su obra salvífica, no es tanto el acto material de llenar las tinajas de agua y
sacarla al maestresala, cuanto la obediencia activa a las órdenes de Jesús. Por ella hacen po-
sible, en cierto modo, la manifestación de su gloria, como Mesías portador de la salvación
escatológica y el nacimiento de la fe de sus primeros discípulos. Este servicio es, no obstante,
una actividad subordinada a la acción salvífica de Jesús. Pero, por este servicio, expresado
en la obediencia, se convierten en símbolo de todo discípulo de Jesús.
4) A partir de lo anteriormente dicho y de la comparación con los Sinópticos, pode-
mos afirmar que Juan se está refiriendo, en este logion sobre el "servicio" a su persona, al
discipulado cristiano. Los Sinópticos lo expresan en clave de “ir en pos de Jesús”, usando el
giro semítico: ovpi,sw mou evlqei/n (Mt 16,24; cf. 1Re 19,21). Juan, en cambio, lo
hace en clave de “servicio” (diakonei/n).

5) Teniendo también en cuenta el contexto más inmediato de Jn 12,26, nuestro estu-


dio nos ha conducido a la siguiente conclusión: servir a Jesús en Jn 12,26, debe entenderse
como una colaboración personal a su obra salvífica (aspecto dinámico del servicio). No es-
pecifica el contenido concreto de la misma de modo explícito. Se fija, sobre todo, en las exi-
gencias que este servicio comporta y lo hacen posible: la obediencia activa al mandato de
Jesús y éste no es otro que seguirlo. Este seguimiento, indispensable para tal servicio, implica
la identificación con la persona de Jesús, Hijo del Hombre, Mesías Rey davídico, y con los
valores que encarnó en su vida. Esta identificación es fruto de la cercanía: adhesión personal
(aspecto estático del servicio) que implica el servicio en el seguimiento a la persona de Jesús
y, en consecuencia, es fruto de una comunión de destino con él.
Así pues, servir a Jesús, es decir, ser su colaborador personal en su obra salvífica,
significa subordinar la propia existencia a la de Jesús; significa aceptar la misma dinámica

23
de su existencia: morir, a imagen del grano de trigo caído en tierra como condición indispen-
sable para portar vida abundante. Esto requiere odiar la propia vida en este mundo, a fin de
conservarla para la vida eterna (12,24-25).
Quien así le sirva, siguiéndolo por este camino, compartirá también su gloria, pues
donde está él, allí también estará su servidor.

Enrique Ruiz Barranco, SMA.

24

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