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DIOS Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD

CAPITULO 2: DE DIOS Y DE LA SANTISIMA TRINIDAD

I. No hay sino un solo Dios, (1) el único viviente y verdadero, (2) quien es
infinito en su ser y perfecciones; (3) espíritu purísimo, (4) invisible, (5) sin
cuerpo, miembros (6) o pasiones; (7) inmutable, (8) inmenso, (9) eterno, (10)
incomprensible, (11) todopoderoso, (12) sabio, (13) santo, (14) libre, (15)
absoluto, (16) que hace todas las cosas según el consejo de su propia
voluntad, que es inmutable y justísima (17) y para su propia gloria. (18)
También Dios es amoroso, (19) benigno y misericordioso, paciente,
abundante en bondad y verdad, perdonando toda iniquidad, transgresión y
pecado, (20) galardonador de todos los que le buscan con diligencia, (21) y
sobre todo muy justo y terrible en sus juicios, (22) que odia todo pecado (23)
y que de ninguna manera dará por inocente al culpable, (24).

1). Deuteronomio 6:4; 1 Corintios 8:4,6. 2). 1 Tesalonicenses 1:9; Jeremías 10:10. 3).
Job 11:7-9 y 26:14. 4). Juan 4:24. 5). 1 Timoteo 1:17. 6). Deuteronomio 4:15,16; Lucas
24:39; Juan 4:24. 7). Hechos 14:11,15. 8). Santiago 1:17; Malaquías 3:6. 9). 1 Reyes
8:27; Jeremías 23:23,24. 10). Salmos 90:2; 1 Timoteo 1:17. 11). Salmos 145:3. 12).
Génesis 17:1; Apocalipsis 4:8. 13). Romanos 16:27. 14). Isaías 6:3; Apocalipsis 4:8.
15). Salmos 115:3. 16). Éxodo 3:14. 17). Efesios 1:11. 18). Proverbios 16:4; Romanos
11:36. 19). 1 Juan 4:8,16. 20). Éxodo 34:6,7. 21). Hebreos 11:6. 22). Nehemías 9:32,33.
23). Salmos 5:5,6. 24). Nehemías 1:2,3; Éxodo 34:7.

II. Dios posee en sí mismo y por si mismo toda vida, (1) gloria, (2) bondad
(3) y bienaventuranza; (4) es suficiente en todo, en sí mismo y respecto a si
mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que El ha hecho,
(5) ni derivando ninguna gloria de ellas, (6) sino que solamente manifiesta su
propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la única fuente
de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas, (7)
teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y, haciendo por ellas, para
ellas y sobre ellas toda su voluntad. (8) Todas las cosas están abiertas y
manifiestas delante de su vista; (9) su conocimiento es infinito, infalible e
independiente de toda criatura, (10) de modo que para El no hay ninguna
cosa contingente o incierta. (11) Es santísimo en todos sus consejos, en
todas sus obras y en todos sus mandatos. (12) A Él son debidos todo culto,
adoración, servicio y obediencia que tenga a bien exigir de los ángeles, de
los hombres y de toda criatura. (13)

1). Juan 5:26 2). Hechos 7:2 3). Salmos 119:68 4). 1 Timoteo 6:15; Romanos 9:5
5). Hechos 17:24,25 6). Job 22:2,3 7). Romanos 11:36 8). Apocalipsis 4:11; Daniel
4:25,35; 1 Timoteo 6:15 9). Hebreos 4:13 10). Romanos 11:33,34; Salmos 147:5
11). Hechos 15:18; Ezequiel 11:5 12). Salmos 145:17; Romanos 7:12
13). Apocalipsis 5:12-14
III. En la unidad de la Divinidad hay tres personas de una sustancia,
poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. (1)
El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es
eternamente engendrado del Padre, (2) y el Espíritu Santo procede
eternamente del Padre y del Hijo. (3)

1. 1 Juan 5:7; Mateo 3:16,17 y 28:19; 2 Corintios 13:14.


2. Juan 1:14,18.
3. Juan 15:26; Gálatas 4:6.

¿Qué enseña la Biblia acerca de la Trinidad?

Respuesta: Lo más difícil del concepto cristiano de la Trinidad es que no hay


manera de explicarlo de forma apropiada. Para cualquier ser humano, la Trinidad
es un concepto imposible de entender por completo; de hecho, sería imposible
explicarlo. Dios es infinitamente más grande que nosotros; por lo tanto, no
deberíamos esperar estar en capacidad de entenderlo por completo. La biblia
enseña que el Padre es Dios, que Jesús es Dios, y que el Espíritu Santo es Dios.
También enseña que hay solamente un Dios. Aunque podemos entender algunos
hechos acerca de la relación de las diferentes personas de la Trinidad entre sí, a
la larga, es incomprensible para la mente humana. Sin embargo, esto no significa
que la Trinidad no sea verdadera o que no está basada en las enseñanzas de la
Biblia.

La Trinidad es un Dios compuesto de tres personas. Entienda que de ninguna


manera está sugiriendo tres Dioses. No hay nada de malo con usar el término
"Trinidad", aún cuando la palabra no se encuentra en la Biblia. Este es un término
utilizado para procurar describir al trino Dios, y la realidad de que hay tres
personas coexistentes, coeternas que son Dios. Lo que en realidad debe importar,
es que el concepto representado por la palabra "Trinidad" existe en la Escritura. Lo
siguiente es lo que la Palabra de Dios dice acerca de la Trinidad:

(1) Hay un Dios: Deuteronomio 6:4; 1ª Corintios 8:4; Gálatas 3:20; 1ª Timoteo 2:5.

(2) La Trinidad está compuesta de tres Personas: Génesis


1:1; 1:26; 3:22; 11:7; Isaías 6:8; 48:16; 61:1; Mateo 3:16-17; 28:19; 2ª Corintios
13:14. En Génesis 1:1, se utiliza el nombre plural "Elohim". En Génesis
1:26; 3:22; 11:7 y en Isaías 6:8, se usa el pronombre plural para "nosotros". Sin
duda, "Elohim" y "nosotros" se refieren a más de dos. Aunque esto no es un
argumento explícito para la Trinidad, denota el aspecto de la pluralidad en Dios. La
palabra hebrea para Dios, Elohim, definitivamente permite la Trinidad.
En Isaías 48:16 y 61:1, el Hijo está hablando mientras hace referencia al Padre y
al Espíritu Santo. Compare Isaías 61:1 con Lucas 4:14-19 y se dará cuenta de que
es el Hijo hablando. Mateo 3:16-17 describe el evento del bautismo de Jesús. En
este se ve a Dios el Espíritu Santo descendiendo sobre Dios el Hijo mientras Dios
el Padre proclama Su complacencia en el Hijo. Mateo 28:19 y 2ª Corintios
13:14 son ejemplos de 3 personas distintas en la Trinidad.

(3) Los miembros de la Trinidad se distinguen el uno del otro en varios pasajes: En
el Antiguo Testamento, "SEÑOR" se distingue de "Señor" (Génesis 19:24; Oseas
1:4). El SEÑOR tiene un "Hijo" (Salmos 2:7, 12; Proverbios 30:2-4). El Espíritu se
distingue del "SEÑOR" (Números 27:18) y de "Dios" (Salmos 51:10-12). Dios el
Hijo se distingue de Dios el Padre (Salmos 45:6-7; Hebreos 1:8-9). En el Nuevo
Testamento, Juan 14:16-17 es donde Jesús ruega al Padre que envíe un
Consolador, el Espíritu Santo. Esto muestra que Jesús no se consideraba a sí
mismo como el Padre o el Espíritu Santo. Tome en cuenta también todos los otros
tiempos en los evangelios, en donde Jesús habla al Padre. ¿Estaba hablándose a
Sí mismo? No. El habló a otra persona de la Trinidad – al Padre.

(4) Cada miembro de la Trinidad es Dios: El Padre es Dios: Juan 6:27; Romanos
1:7; 1ª Pedro 1:2. El Hijo es Dios: Juan 1:1, 14; Romanos 9:5; Colosenses
2:9; Hebreos 1:8; 1ª Juan 5:20. El Espíritu Santo es Dios: Hechos 5:3-4; 1ª
Corintios 3:16.

(5) Hay subordinación dentro de la Trinidad: La Escritura muestra que el Espíritu


Santo está subordinado al Padre y al Hijo, y el Hijo está subordinado al Padre.
Esta es una relación interna, y no niega la deidad de ninguna persona de la
Trinidad. Esta es simplemente un área que nuestras mentes finitas no pueden
entender con respecto al Dios infinito. Concerniente al Hijo ver Lucas 22:42; Juan
5:36; Juan 20:21; 1ª Juan 4:14. Concerniente al Espíritu Santo ver Juan
14:16; 14:26; 15:26; 16:7 y especialmente Juan 16:13-14.

(6) Los miembros individuales de la Trinidad tienen diferentes tareas: El Padre es


el recurso o causa esencial de: 1) el universo (1ª Corintios 8:6; Apocalipsis 4:11);
2) la revelación divina (Apocalipsis 1:1); 3) la salvación (Juan 3:16-17); y 4) las
obras humanas de Jesús (Juan 5:17; 14:10). El Padre pone en marcha todas
estas cosas.
El Hijo es el agente a través de quien el Padre hace las siguientes obras: 1) la
creación y mantenimiento del universo (1ª Corintios 8:6; Juan 1:3; Colosenses
1:16-17); 2) la revelación divina (Juan 1:1; Mateo 11:27; Juan 16:12-
15; Apocalipsis 1:1); y 3) la salvación (2ª Corintios 5:19; Mateo 1:21; Juan 4:42). El
Padre hace todas estas cosas a través del Hijo, quien hace las veces de Su
agente.

El Espíritu Santo es el medio por el cual el Padre hace las siguientes obras: 1) la
creación y mantenimiento del universo (Génesis 1:2; Job 26:13; Salmos 104:30);
2) la revelación divina (Juan 16:12-15; Efesios 3:5; 2ª Pedro 1:21); 3) la salvación
(Juan 3:16; Tito 3:5; 1ª Pedro 1:2); y 4) las obras de Jesús (Isaías 61:1; Hechos
10:38). De este modo, el Padre hace todas estas cosas por el poder del Espíritu
Santo.

Ninguna de las ilustraciones populares son descripciones completamente exactas


de la Trinidad. El huevo (o manzana) falla en que la cáscara, clara, y yema son
partes del huevo, no el huevo en sí mismo; así como la piel, la pulpa y las semillas
de la manzana son partes de ella, no la manzana misma. El Padre, Hijo y Espíritu
Santo no son partes de Dios; cada uno de ellos es Dios. La ilustración del agua
hasta cierto punto es mejor, pero todavía no describe adecuadamente a la
Trinidad. El líquido, el vapor y el hielo, son formas del agua. El Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo no son formas de Dios, cada uno de ellos es Dios. De manera que,
mientras estas ilustraciones puedan darnos una representación de la Trinidad, la
representación no es completamente certera.

Un Dios infinito no puede ser descrito completamente por una ilustración finita. La
doctrina de la Trinidad ha sido un tema divisivo a lo largo de toda la historia de la
iglesia cristiana. Mientras que los aspectos centrales de la Trinidad están
claramente presentados en la Palabra de Dios, algunos de los asuntos
secundarios no están tan explícitamente claros. El Padre es Dios, el Hijo es Dios,
y el Espíritu Santo es Dios; pero hay un solo Dios. Esa es la doctrina bíblica de la
Trinidad. Más allá de eso, las cuestiones son, hasta cierto punto, discutibles y no
esenciales. En lugar de intentar definir plenamente la Trinidad con nuestras
mentes humanas finitas, nos serviría mejor centrarnos en el hecho de la grandeza
de Dios y en Su naturaleza infinitamente superior a nosotros mismos. "¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió
la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?" (Romanos 11:33-34).
DIVINIDAD DE CRISTO.

II. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad, siendo verdadero y eterno


Dios, igual y de una sustancia con el Padre, habiendo llegado la plenitud del
tiempo, tomo sobre si la naturaleza humana (1) con todas sus propiedades
esenciales y con sus debilidades comunes, mas sin pecado. (2) Fue concebido por
el poder del Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, de la sustancia de ella.
(3) Así que, dos naturalezas completas, perfectas y distintas, la divina y humana,
se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión composición o
confusión alguna. (4) Esta persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un
solo Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre (5).

1). Juan 1:1,14; 1 Juan 5:20; Filipenses 2:6; Gálatas 4:4. 2). Hebreos 2:14,16,17 y
4:15. 3). Lucas 1:27,31,35; Gálatas 4:4. 4). Lucas 1:35; Colosenses 2:9;
Romanos 9:5; 1 Timoteo 3:16; 1 Pedro 3:18. 5). Romanos 1:3,4; 1 Timoteo 2:5.

¿Es Jesús Dios? ¿Alguna vez Jesús afirmó ser Dios?

Respuesta: En la Biblia, no hay un registro de Jesús diciendo las palabras


precisas, "Yo soy Dios". Sin embargo, eso no significa que Él no proclamó ser
Dios. Tome, por ejemplo las palabras de Jesús en Juan 10:30, "Yo y el Padre uno
somos". A simple vista, esto no parecería ser una afirmación de ser Dios. Sin
embargo, escuche la reacción de los judíos a Su declaración, "Por buena obra no
te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios"
(Juan 10:33). Los judíos entendieron la declaración de Jesús al afirmar ser Dios.
En los versículos siguientes, Jesús nunca los corrige diciéndoles, "Yo no afirmé
ser Dios". Eso indica que Jesús realmente estaba diciendo que era Dios al
declarar, "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30). Juan 8:58 es otro ejemplo.
Jesús les dijo "De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy". La
respuesta de los judíos que escucharon esta declaración fue tomar piedras para
matarlo por blasfemia, así como la ley de Moisés les ordenaba hacerlo (Levítico
24:15).

Juan 1:1 dice que "El Verbo era Dios". Juan 1:14 dice que "Aquel Verbo fue hecho
carne". Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos
dice, "… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre".
¿Quién compró la iglesia con Su propia sangre? Jesucristo. Hechos 20:28declara
que Dios compró Su iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!
Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró, "Señor mío, y Dios mío" (Juan
20:28). Jesús no lo corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de nuestro
Dios y Salvador – Jesucristo (vea también 2ª Pedro 1:1). En Hebreos 1:8, el Padre
declara de Jesús, "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro
de equidad es el cetro de tu reino". El Padre se refiere a Jesús como "Oh Dios"
indicando que Jesús es verdaderamente Dios.

En Apocalipsis, un ángel ordenó al apóstol Juan adorar solamente a Dios


(Apocalipsis 19:10). En algunas ocasiones en la escritura, Jesús recibe adoración
(Mateo 2:11; 14:33; 28:9,17; Lucas 24:52; Juan 9:38). El nunca reprendió a la
gente por adorarle. Si Jesús no fuera Dios, Él le hubiera dicho a la gente que no le
adoraran, justamente como lo hizo el ángel en Apocalipsis. Hay muchos otros
versículos y pasajes de la escritura que argumentan en favor de la deidad de
Jesús.

La razón más importante para decir que Jesús tiene que ser Dios, es que si Él no
es Dios, Su muerte no habría sido suficiente para pagar el castigo por los pecados
de todo el mundo (1ª Juan 2:2). Un ser creado, que Jesús sería si no fuera Dios,
no podría pagar la pena infinita requerida por el pecado contra un Dios infinito.
Solamente Dios pudo pagar tal penalidad infinita. Solamente Dios pudo tomar los
pecados del mundo (2ª Corintios 5:21), morir, y resucitar — probando Su victoria
sobre el pecado y la muerte.
¿Por qué la humanidad de Jesús es importante?

Respuesta: La humanidad de Jesús es igualmente importante como su deidad.


Jesús nació como un ser humano mientras aún seguía siendo totalmente divino. El
concepto de la humanidad de Jesús coexistiendo con su deidad es difícil de
comprender para la mente limitada del hombre. No obstante, la naturaleza de
Jesús, completamente hombre y completamente Dios, es un hecho bíblico. Hay
quienes rechazan estas verdades bíblicas y declaran que Jesús era un hombre,
pero no de Dios (Ebionismo). El docetismo opina que Jesús era Dios, pero no
hombre. Ambos puntos de vista son falsos y antibíblicos.

Jesús tuvo que nacer como un ser humano por varias razones. Uno se detalla
en Gálatas 4:4-5: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban
bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos". Sólo un hombre podría
ser "nacido bajo la ley". Ningún animal o ser angelical está "bajo la ley". Sólo los
seres humanos han nacido bajo la ley, y sólo un ser humano podría redimir a otros
seres humanos nacidos bajo la misma ley. Nacido bajo la ley de Dios, todos los
seres humanos son culpables de transgredir esa ley. Sólo un hombre perfecto —
Jesucristo — perfectamente podría guardar la ley y cumplirla, y por lo tanto
rescatarnos de esa culpa. Jesús obtuvo nuestra redención en la cruz,
intercambiando nuestro pecado por su perfecta justicia (2 Corintios 5:21).

Otra razón por la que Jesús tuvo que ser plenamente humano, es porque Dios
estableció la necesidad del derramamiento de sangre para la remisión de los
pecados (Levítico 17:11; Hebreos 9:22). La sangre de los animales, aunque fueron
aceptables de manera temporal, como un anuncio de la sangre del perfecto Dios-
Hombre, era insuficiente para la remisión definitiva del pecado "porque la sangre
de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Hebreos 10:4).
Jesucristo, el Cordero de Dios perfecto, sacrificó su vida humana y derramó su
sangre humana para cubrir los pecados de todos los que llegarían a creer en Él. Si
Él no hubiera sido hombre, esto hubiera sido imposible.

Además, la humanidad de Jesús le permite relacionarse con nosotros, de una


manera que los ángeles o los animales no pueden. “Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Hebreos 4:15). Sólo
un ser humano podría compadecerse de nuestras debilidades y tentaciones. En su
humanidad, Jesús fue sometido a toda clase de pruebas que nosotros tenemos, y
por lo tanto, Él es capaz de comprendernos y de ayudarnos. Él fue tentado,
perseguido, pobre, despreciado, sufrió dolor físico y soportó los dolores de la
muerte más cruel y prolongada. Sólo un ser humano podría experimentar estas
cosas, y sólo un ser humano las podía entender completamente a través de la
experiencia.

Por último, fue necesario para Jesús el venir en carne, porque creer esa verdad es
un requisito para la salvación. Declarar que Jesucristo ha venido en carne es la
marca de un espíritu que viene de Dios, mientras que el anticristo y todos los que
lo siguen, niegan esta verdad (1 Juan 4:2-3). Jesús ha venido en carne; Él es
capaz de compadecerse de nuestras humanas debilidades; su sangre humana fue
derramada por nuestros pecados; y Él era ciento por ciento Dios y ciento por
ciento hombre. Estas son las verdades bíblicas que no se puede negar

¿Qué es la unión hipostática? ¿Cómo puede ser Jesús tanto Dios como
humano al mismo tiempo?

Respuesta: La unión hipostática es el término usado para describir cómo Dios el


Hijo, Jesucristo, tomó una naturaleza humana, permaneciendo al mismo tiempo
como Dios. Jesús siempre ha sido Dios (Juan 8:58; 10:30), pero en la
encarnación, Jesús tomó forma humana (Juan 1:14). Jesús es la suma de la
naturaleza humana y la divina - es el Dios-hombre. Esta es la unión hipostática,
Jesucristo, una Persona, totalmente Dios y totalmente hombre.

Las dos naturalezas de Jesús, la humana y la divina, son inseparables. Jesús será
para siempre el Dios-hombre, totalmente Dios y totalmente humano, dos
naturalezas distintas en una Persona. La humanidad y la divinidad de Jesús no
están mezcladas, sino que están unidas sin la pérdida de una identidad separada.
Algunas veces Jesús se conducía bajo las limitaciones de la humanidad (Juan
4:6; 19:28), y otras veces con el poder de Su deidad (Juan 11:43; Mateo 14:18-
21). En ambos casos, las acciones de Jesús procedían de Su Persona. Jesús tuvo
dos naturalezas, pero solo una personalidad.
La doctrina de la unión hipostática es un intento por explicar cómo Jesús pudo ser
Dios y hombre el mismo tiempo. Es, a última instancia, una doctrina que somos
incapaces de entender plenamente. Es imposible para nosotros comprender
totalmente cómo obra Dios. Nosotros, como seres humanos con mentes finitas, no
debemos esperar comprender totalmente a un Dios infinito. Jesús es el Hijo de
Dios, porque fue concebido por el Espíritu Santo (Lucas 1:35). Pero eso no
significa que Jesús no existiera antes que Él fuera concebido. Jesús siempre ha
existido (Juan 8:58; 10:30). Cuando Jesús fue concebido, Él se convirtió en un ser
humano, además de ser Dios (Juan 1:1, 14)

Jesús es tanto Dios como hombre. Jesús siempre ha sido Dios, pero Él no fue un
ser humano hasta que fue concebido en María. Jesús tomó la forma de un ser
humano para poder identificarse con nosotros en nuestras luchas (Hebreos 2:17),
y lo más importante, para que Él pudiera morir en la cruz, pagando así el castigo
por nuestros pecados (Filipenses 2:5-11). En resumen, la unión hipostática enseña
que Jesús es totalmente humano y totalmente divino, que no hay mezcla o dilución
de ninguna de las dos naturalezas, y que Él es una unidad en Persona, para
siempre.

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