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XIX
1. El territorio andaluz
Andalucía es un lugar a las puertas del Mediterráneo, que abarca también el Atlántico,
lo cual es una posición clave y estratégica. También tiene una proyección africana por
su cercanía al continente.
En cuanto a la parte física, la gran arteria es el valle del Guadalquivir, que atraviesa de
Oeste a Noreste la comunidad., y que conforma la depresión Bética, que es fértil, rica y
la única vía de penetración fluvial de toda España, pues el Guadalquivir es un río
navegable. Tiene proyecciones al Oeste (las tierras del Condado) y al sur (campiña de
Jerez), además de una agricultura excelente (marismas, algodón, cereales,
leguminosas…) y una rica ganadería.
Otra característica física muy notable son los Sistemas Béticos, que dividen a Andalucía
entre los que están en el valle (subbética) y los que están en la zona costera del mar
Mediterráneo (penibética), una parte oriental más montañosa con ollas donde los
asentamientos se establecen. Nos encontramos aquí con grandes dificultades físicas
que suponen un gran esfuerzo para los asentamientos y el cultivo. También hay aquí
vegas con salidas marítimas como ocurre con Málaga.
Esta vega del Guadalquivir y los Sistemas Béticos son dos espacios muy nítidos, pero
tenemos un tercero menos nítido que sería la Sierra Morena, que es el límite de
Andalucía con las otras regiones de la Península Ibérica: por el Oeste limita con
Portugal, por el Este con Albacete y Murcia y al norte con Badajoz y Ciudad Real. Sierra
Morena es una unidad de menor personalidad sin un centro de capitalidad definido,
con una vocación silvo-pastoril pobre y minero.
Hay, también, dos fachadas marítimas. La Mediterránea, una zona montañosa que
propicia que se protejan los cultivos tropicales; y la Atlántica, una costa baja, arenosa,
de estuarios, marismas y dunas.
En las fronteras físicas actúa más la Historia que la geografía, por ejemplo para separar
lo andaluz de lo extremeño o de lo murciano. El mar tampoco ha sido una frontera
estricta, porque por ejemplo Melilla es andaluza en muy gran medida, y a su vez África
impone una relación muy estrecha con ella.
Andalucía, por tanto, es una región abierta muy diversa, económicamente también
diversa, y donde el peso de lo local es también muy fuerte. Fue un territorio clave
durante la II Guerra Mundial por Gibraltar, y también tras ella, como vemos por
ejemplo con la base de Rota tras el acuerdo de 1953, que está compartida con Estados
Unidos y España, y es una de las bases más importantes de la OTAN (informarse más
sobre esto).
- Número de habitantes
Es una época en la que se superan las grandes mortandades, lo que hace que se
acreciente la población en el siglo XVIII, pasamos de una población de 1.310.799
habitantes en 1717, a, en el censo de Godoy del año 1797, una de 1.896.275
habitantes, el 18% de España, con una alta confluencia de personas en el reino de
Sevilla y Granada, y menor en Córdoba y Jaén. Este crecimiento se produce pese a que
estamos aún en un sistema demográfico antiguo.
Andalucía presenta en esos momentos una dualidad, pues es una comunidad aún rural
con una población mayoritaria campesina en la que existen importantes núcleos
urbanos pero donde todavía no avanza significativamente el proceso de urbanización,
aunque sí destacan Sevilla, Granada, Córdoba, Cádiz y Málaga.
Es una economía de base agraria, lo que es general para toda la España de esos
momentos. Además tiene unas características que impregnan toda la Historia andaluza
del XIX y XX, y se muestran como una constante de la Andalucía contemporánea hasta
fecha relativamente reciente: grandes espacios sin cultivar, población jornalera que
experimenta condiciones de trabajo muy duras, bajos rendimientos agrarios, atraso
técnico, el latifundismo, absentista en cuanto a grandes propietarios de tierra, y en la
que predomina una filosofía rentista de obtener el mínimo de las tierras para
mantener el estatus. En general, una agricultura atrasada propia del antiguo régimen,
de rotación trienal, de una amplia masa de tierra conservada en barbecho…
Esto no quiere decir que no hubiese intentos de reformas de la política ilustrada, que
refleja un intento reformista para mejorar el nivel de vida e impulsar el desarrollo
económico y buscar la riqueza de las naciones. Estos intentos, sobre todo con Carlos III
y IV a finales del XIX, se producen, aunque suponen un fracaso.
- Comercio
Aquí hay que señalar el contraste entre el interior de Andalucía con los lugares de
puertos en la periferia, más prometedores, destacando Cádiz, Málaga y, algo menos,
Almería. También tenemos que destacar el comercio colonial.
Los visitantes en esos momentos de Cádiz de finales del XVIII lo muestran en sus libros
de viaje, donde se ve la opulencia, el lujo, el cuidado de la ciudad, sucursales... y se
podían contemplar centenares de barcos en su bahía.
2. Respecto a Málaga, también fue una ciudad de tradición comercial, segundo puerto
en el mediterráneo y cuarto puerto nacional. Tiene que ver, este puerto, sobre todo,
con la relación entre el puerto y el interior con sus frutos agrarios, funcionando como
un hinterland agrario.
Desde mediados del siglo XVIII se expande la llegada de los extranjeros a Málaga, y es
también el momento en que se funda el I Consulado del mar (sociedad económica de
amigos del país actualmente), que es el centro neurálgico de la élite social malagueña
de la época además de un centro cultural de investigación y de actividades científicas y
humanísticas. Es un centro que refleja el espíritu ilustrado, al día de todo lo que se
publica en todo el mundo y donde las élites pueden responder a los retos del mundo
cambiante.
La estructura del comercio malagueño es, en las exportaciones, básicamente agraria (la
barrilla servía para la fabricación de la sosa). Era un comercio muy importante en estos
momentos y muy preciado en Europa, que llegaban a Inglaterra y podía, de hecho,
llegar, a las colonias británicas.
Respecto a las importaciones, se da sobre todo algodón, lino, cáñamo (50%, pues no se
producía en Málaga), tejidos de lana, productos alimenticios, maderas para tonelería,
carbón, hierro (servía para las toneles y la construcción de los fletes), herramientas y
quincallas. Suena a un comercio de país atrasado, pues exporta materias primas e
importa herramientas y minerales para el inicio de una precaria industrialización que
muy pronto aflorará en Andalucía.
En esa época el comercio está mediatizado por las actividades del contrabando, que lo
vamos a tener vigente en España desde esos momentos. Tenía un foco, que es
Gibraltar, y los productos eran el tabaco de Brasil, las especias y los tejidos.
Especialmente va desde Gibraltar por la serranía de ronda hacia el interior de
Andalucía y España, que da lugar a una visión romántica del contrabandista que se ha
llevado a la novela o al cine.
Andalucía tenía el mismo problema que toda España, malas carreteras y malas
comunicaciones en mantenimientos muy malos y además inseguras para los viajes y el
tráfico. Esto lo señalan también los viajeros, como Ponz y Carter. Las reformas
ilustradas mejoraron en algo la situación pero no suficientemente.
- Actividades industriales
Las actividades industriales muestran que el sector es aún precario y débil. Los
sectores más potentes son los que tiene que ver con el consumo y, en general, las
actividades cuyos modos son los propios del antiguo régimen (alimentación, vestido,
calzado y vivienda). La industria se comparte con las tareas agrarias en pueblos y
ciudades y el trabajo doméstico estaba controlado por la estructura gremial y por la
figura del comerciante (intermediario entre niveles de producción familiares y que
luego venden en el mercado urbano).
Ya en el siglo XVIII, y como herencia de la Edad Moderna, son mucho más importantes
las empresas estatales propias del despotismo ilustrado y con intervención estatal.
Algunas empresas aún de iniciativa particular y no estatal son la fábrica de tejidos de
lana de John Filley en Sevilla, la de curtidos de San Diego también en Sevilla, la de lonas
de Gómez Moreno en Granada, la de lino y cáñamo también en Granada, la de la
hojalata de San Miguel en Júcar…
Fábricas de iniciativa estatal tenemos la real de tabacos de Sevilla, la real de fundición
de artillería también en Sevilla, la de Salitre, la de cañones y balería de Jimena, el
arsenal de las carracas y la fábrica de naipes de Macharaviaya.
También es muy importante la minería y pesca, pero sobre todo en el siglo XIX y el XX.
No obstante, la minería está poco desarrollada, a diferencia de la pesca, que sí lo está
más. Los empresarios pesqueros suelen proceder de Cataluña, y se concentra más en
el litoral atlántico que en el mediterráneo, sobre todo en Ayamonte e Isla Cristina.
- Conclusión
En estos sectores la faceta industrial, que es la faceta del progreso en el XVIII, XIX y XX,
Andalucía se encuentra, aunque no en mala situación, en una situación aún frágil con
estructuras que necesitan profundas reformas y aportes que en muchos casos vendrán
del extranjero de tipo empresarial que la pongan en funcionamiento.
Este siglo XVIII es prometedor y se ponen las bases de los cambios del inicio del
capitalismo y liberalismo económico, es un siglo optimista, más aún en el caso andaluz
que aún se ve beneficiada por América. Las posibilidades que los extranjeros le veían a
la región eran de futuro.
3. La sociedad
La sociedad es de los temas menos conocidos en general de la Historia contemporánea
española. En general la sociedad andaluza del XVIII responde al patrón de las
sociedades divididas entre privilegiados y pueblo llano, heredada del antiguo régimen,
con unas desigualdades sociales muy profundas entre la cúspide y el pueblo llano, cuya
pertenencia al grupo son determinadas por la sangre y el nacimiento.
Los grandes señoríos laicos y eclesiásticos y los grandes títulos españoles cuyo
patrimonio están en Andalucía, que siguen siendo títulos muy potentes, pertenecen a
la escala superior, y a la inferior los jornaleros y pelentrines.
- La nobleza
Luego hay una baja nobleza pobre que es escasa en Andalucía a diferencia que en el
norte, representada por los hidalgos.
Entre todas las ciudades aristocráticas hay que destacar Sevilla, que es donde se
concentran estas casas nobiliarias, pero hay que añadirles Baeza, Úbeda, Antequera…
- El Clero
La Iglesia era un poder no solo ideológico, religioso y cultural, sino económico. Los
obispos, arzobispados, mitras, cabildos… tenían sus rentas, tierras, campesinos,
siervos… y esto era el empleo en muchos casos de los segundones de la nobleza (los
que no eran primogénitos, que bien iba a la milicia, a la administración o al clero).
Tenían un gran peso social, pues el número de eclesiásticos era muy alto; tenían gran
poder económico debido a las rentas de propiedades rústicas, los diezmos, las
donaciones, etc; También son un poder social, pues controlan la asistencia social (la
caridad) y la enseñanza, lo que les permite una influencia intelectual muy grande que
además se fortalece por su capacidad de control de la consciencia gracias a la vigilancia
sobre la producción de libros, editorial, la censura…
- El pueblo
Respecto al pueblo, forman parte de él la inmensa mayoría de los andaluces del S.XVIII
y dentro de ellos hay una gran masa de jornaleros sin tierra asalariados. Junto a ellos
hay un sector más pequeño pero también muy importante que es el sector gremial,
que conforman la manera de producir en la época del Antiguo Régimen, tanto bienes
como servicios.
Dentro del pueblo hay una gran diversidad de situaciones económicas y personales. La
pobreza estaba muy extendida, muchos mendigos, personas que vivían de la sopa
boba de los conventos o la limosna y un gran número de expósitos.
- La burguesía
Los núcleos más importantes son Sevilla, Cádiz y Málaga, pues son la raíz en las
actividades mercantiles además de estar ligados a las actividades industriales.
Respecto a la burguesía gaditana, es una clase que tendría que tomar las riendas de la
sociedad y, sin embargo, es una clase que imita los modelos de vida de la nobleza, y
con su fortuna intentan formar un patrimonio equiparable a la de éstos (patrimoniales
y rústico). Tratan de entroncar con los títulos aristocráticos para conseguir el símbolo
del poder social en la España del antiguo régimen, muy alejados del espíritu calvinista
de la Europa central que trata de conjuntar una vida sobria con el negocio y el dinero.
Tienen una gran falta de espíritu empresarial. De hecho, la Edad Moderna trae consigo
la eliminación de los sectores sociales que protagonizan al capitalismo en Europa, en
especial los judíos, a los que se van a echar en falta cuando llegue el momento de la
revolución liberal.
La burguesía al igual que el clero no es uniforme, sino que hay una conservadora y una
revolucionaria.
Tema 2. El problema de la tierra en Andalucía
Es una de las cuestiones centrales de la Historia de Andalucía, cuyo origen está en las
formas en que se produce la crisis del antiguo régimen (fines del XVIII- mediados del
XIX) y que conforman el sistema agrario de Andalucía que tenemos prácticamente
intacto en la época actual.
Sobre abundancia de mano de obra y desempleo crónico que llega hasta hoy.
Las 3 grandes transformaciones que se producen en la tierra andaluza del S.XVIII y XIX
son:
2. Las desamortizaciones
3. Las desvinculaciones
Es el primer cambio jurídico importante que acompaña el fin del antiguo régimen y el
establecimiento del liberalismo en el campo. Andalucía era en el S.XVIII una tierra
eminentemente señorial (aunque no exclusivamente), que es lo que demuestra las
fuentes modernas del XVIII.
Las Cortes de Cádiz son las que suprimen el régimen feudal, y en esta relación aparece
una diversidad muy grande entre Andalucía Oriental (señoríos en torno al 30%) y en
Andalucía Occidental (63%). Se ve aquí el peso del régimen feudal en Andalucía.
Destacan los ducados de Medinaceli (120 mil fanegas aprox.), seguido por el de Osuna
(36.000 fanegas) y Alba (20.000). Como marquesados destaca Aguilafuentes, Benamejí,
Mondéjar, Castermoncayo y Jabalquinto.
A finales del S.XVIII es la época del apogeo del régimen señorial andaluz, tienen la
mitad de las tierras, 1’3 de la población, 2 tercios de la riqueza agraria y más de la
mitad del poder municipal. Respecto al choque entre el poder aristocrático y el poder
de la corona, es decir, señorío secular y realengo, tenemos un reflejo en
Fuenteovejuna.
Los municipios y una parte de los liberales más progresistas se consideran estafados
por ese movimiento de abolición del régimen de territorialidad porque para ellos
jurisdicción y territorialidad es lo mismo, por lo que dicen que esas tierras están en
manos del noble porque el origen es el feudalismo y el señorío, y si se suprime el
régimen señorial desaparecen y las tierras son de todos, por eso hay pleitos contra los
señores para reclamar una tierra que consideran suyas.
Los señores, en cambio, que no tienen el título de propiedad porque no los han podido
tener por diversas circunstancias, dirán que no, que son propietarios aunque pierdan
los derechos señoriales.
Éste es un proceso que empieza en 1811 y hay que esperar el sexenio absolutista
donde vuelve a intentarse aplicar la revolución en el trienio del 20-23, pero hay una
vuelta al decenio absolutista del 23 al 33; y van a ser en los años 30’ cuando se tome la
legislación liberal y se aplique definitivamente, concretamente en febrero de 1837. Es
decir, pasan más de 30 años desde que se elaboran los decretos hasta que se aplican,
un proceso lento y accidentado de avances y retrocesos.
Por tanto, la disolución del feudalismo en España favorece a los señores, porque pasan
a ser propietarios y conservan su poder económico intacto y pueden seguir usando sus
mecanismos de corrupción y la colaboración de jueces y fiscales frente a los demás. En
conclusión, la nobleza pasa de ser una nobleza señorial a una propietaria, de señores a
propietarios. Ha cambiado el origen de su poder, pero básicamente han conservado su
patrimonio.
- Las desamortizaciones
“Que las tierras han llegado en España a un precio escandaloso, que este precio sea
efecto natural de su escasez en el comercio y que esta escasez se derive principalmente
de la enorme cantidad de ellas que está amortizada, son verdaderos de hecho que no
necesitan demostración. El mal es notorio”.
Estaba la tierra mal cultivada y eso era una especie de traba a la época del crecimiento
económico en base a la revolución agraria.
La idea que surge en el XVIII con la Ilustración es que esas tierras podrían entrar en el
mercado, ser explotadas más eficazmente y contribuir al desarrollo económico de la
población. Los ilustrados saben perfectamente que hay una masa de tierra e
instituciones debilitadas y frágiles que ya no son tan potentes como lo era en la época
anterior y que una política reformista puede podía disponer de una gran masa de
tierra.
La desamortización tiene unos precedentes tímidos con Carlos IV, y con Mendizábal
como ministro de Hacienda en 1837 se da la desamortización eclesiástica, que sigue
más tarde, en 1855, con la desamortización civil de Pascual Madoz. Las dos son
importantísimas y diferentes.
Se empezó por la Iglesia porque era lo más fácil y casi lo obvio, pues es lo que se opone
a la revolución liberal y apoya la rebelión del carlismo en el norte, la resistencia
absolutista al imperialismo. Entonces los liberales lo ven claramente. La Iglesia era una
institución muy poderosa desde el punto de vista económico pero no era propietaria.
Para A. Lazo las tierras de la Iglesia cumplían una función importante porque solía
cederse con rentas bajas, y entre los compradores se encuentra la clase media,
arrendatarios, grandes burgueses, nobleza y especuladoras.
La desamortización civil se centra en las ciudades y comienza en 1855 con Madoz (que
aún se conoce relativamente mal). Hay ayuntamientos que se defendieron a estas
desamortizaciones y pudieron preservar su patrimonio, aunque pocos, pero uno de
ellos está en Málaga, el de Cortes de la Frontera.
Los bienes afectados son los propios (ej. Propiedades municipales que usan para lo que
sea) y comunes (de uso de la comunidad para lo que sea). También entran bienes del
clero, de órdenes militares, de cofradías, beneficiencia y cualquier otro perteneciente
a “manos muertas”. Como excepciones tenemos los edificios y fincas del gobierno, los
palacios de obispos y arzobispos, montes y bosques.
Pero no todo en el panorama es desolador. Lo cierto es que hay toda una producción
crítica de economistas y novelistas que construyeron a partir de la crisis del 98’ y el
regeneracionismo una imagen de fracaso de liberalismo español, pero la historiografía,
para compensar esa idea tan negativa, aporta los ejemplos que rompen ese esquema y
ha destacado otros casos distintos, y vamos a ver dos ejemplos: los terratenientes de
la familia Vázquez en Sevilla y el Marqués del Duero en Málaga.
Para estudiarla hay que ponerse a ver los boletines de ventas de bienes nacionales,
que son libros de conventos de la sección de clero del A.H.N. y protocolos notariales.
Reúne toda la documentación de los notarios, que son los que registran la compra y
venta de las propiedades. En esto se basa el historiador Alfonso Lazo para sacar los
datos de la extensión de las propiedades, los compradores, quiénes actuaban como
testaferros, los precios, las formas de pago, etc.
¿Por qué dicen los historiadores que los liberales, al atacar a la Iglesia, produjeron un
cierto rechazo social? Esto es porque la Iglesia tenía buenas propiedades, y ponía a sus
arrendatarios unas rentas bajas, y hasta simbólicas, pues no se dedicaban al negocio.
Ésa es la labor social que hace que el arrendatario eclesiástico considere que la
desamortización y el paso de esas tierras de la Iglesia a un propietario privado (que
pasa a dar un salario mísero) ha perjudicado a los jornaleros. Aunque la Iglesia no sólo
arrendaba a los pequeños arrendatarios, sino también grandes lotes de la tierra a la
alta burguesía.
Los datos de Lazo son muy significativos, porque el 3’8% de las tierras de la Iglesia
tienen un 68’3% de los arrendatarios pequeños y además a cánones muy bajos como
ya hemos dicho. Es por ello interesante ver cómo una institución antiliberal (Iglesia),
sin embargo, socialmente, tiene poder porque tiene ligados a muchos cultivadores.
El proceso al final generó resistencia con disturbios, talas, venta de leñas… también
pidiendo que las tierras de la Iglesia se entregasen a los ayuntamientos, hubo
reacciones contra los especuladores y los ritmos de la desamortización fueron al
principio lentos. No hubo ningún problema para que los católicos que compraban los
bienes de la Iglesia despojaran a la Iglesia y pasaran de las amenazas de excomunión.
Los remates se las subastas fueron altos. Ésta es otra teoría que, con estos estudios de
Lazo, ha habido que cambiar. Se ha generalizado diciendo que se compró por nada de
dinero, pero lo cierto es que realmente los remates de las subastas fueron altos ya que
al Estado le interesaba obtener ingresos para formar al Estado liberal.
Las consecuencias por regiones que Germán Rueda saca para Andalucía son:
En el urbanismo, el S.XIX es una época de reformas sobre todo por los derribos de
conventos de órdenes regulares que son desamortizados y que sus propietarios, o
bien conservan, o bien son demolidos para el urbanismo moderno.
El impacto en la deuda pública, pues los ingresos del estado fueron a título de la
deuda que permitieron al Estado atender a sus necesidades. En parte el Estado
desamortiza por una cuestión histórica, pues el estado liberal nace con una guerra
civil que amenaza al propio estado liberal, la guerra carlista. Es decir, no hay más
remedio que buscar recursos ante las amenazas de los carlistas del norte.
La nobleza no desaparece, sino que incluso aumenta su poder: clara diferencia con
Europa. Asciende la nobleza provinciana y la nueva nobleza isabelina.
Aparece una burguesía agraria, que se forma por un grupo que proviene del antiguo
régimen que ya eran propietarios y de otro grupo que eran arrendatarios de las tierras
de la Iglesia o de la nobleza tradicional. También los propietarios nuevos (gente del
mundo urbano) quieren tener tierras porque es un síntoma de distinción y quieren
equipararse con los terratenientes. Todo esto conforma la clase terrateniente y
dominante por excelencia de Andalucía al menos hasta la expansión de la
industrialización ya en el siglo XX en la crisis de la agricultura pese al sector servicio.
Los perdedores son, sin duda, los jornaleros, proletarios del campo, que acrecientan su
número desde la segunda mitad del siglo XVIII. La diferencia de Andalucía con otras
regiones es que el peso demográfico que Andalucía había ganado la convierte en la
región jornalera de España por definición. Es decir, los terratenientes tenían a su
disposición la comodidad de una clase obrera bastante amplia a su servicio, que
además va a vivir unas condiciones muy precarias que va a estar en toda la literatura
andaluza y española del siglo XIX, cayendo su poder adquisitivo salarial por las crisis
agrícola, la caída de los precios o el incremente demográfico.
Existe un complemento salarial del trabajo femenino e infantil, pues mujeres y niños
trabajan en el campo, los niños cuidando del ganado. La mayoría de campesinos están
asentados en cortijos.
Vázquez rompe los esquemas en cuanto a que está al día de las innovaciones
tecnológicas del norte de Europa y se trae esa tecnología a sus campos sevillanos.
Todas estas cosas se hacen a través de los encuentros de empresarios en las ferias
donde se hacen demostraciones entre los agricultores de las segadoras, las
trilladoras…. Por ejemplo, en 1858 se hace una demostración de arados ingleses tipo
Ramsome que mejoraban la roturación de la tierra; en la de Sevilla de 1861 muestra
una segadora Mc Cormick perfeccionada por Burguess y Kay; en 1864 muestra 4 de
estas segadoras trabajando a la vez, compra una segadora Wool y visita en Inglaterra la
fábrica Ramsome and Sim, encargando una trilladora de vapor. El objetivo de todo
esto era ahorrar mano de obra y aumentar la competitividad de los cosecheros
andaluces.
También difunden estos avances fundando una revista, “la agricultura española”, en
1857, para la difusión de las invenciones entre el mundo de los empresarios agrarios
para que dichas invenciones se extiendan, aunque otra cosa es que esto afectase al
conjunto del empresariado andaluz.
El otro ejemplo es la colonia de San Pedro, en Málaga, que es lo mismo, el intento de
modernizar las explotaciones agrarias con maquinaria inglesa, francesa y
norteamericana, con el caso concreto de la caña de azúcar desde la fábrica el ángel,
con maquinaria de la Casa Fawcet Preston de Liverpool. Además forma una granja
modelo que incluye la investigación e innovación, que es una granja con un amplio
grupo de personas que trabajan en ella (956 personas) que reciben alojamiento
gratuito y contratos de arrendamiento de 6 a 8 años, pero con una salubridad
deficiente. Es decir, también hay una política social muy avanzada para la época.
Tema 3. La industrialización
En el caso de la industrialización, el gran historiador es Jordi Nadal, que hizo un artículo
que ha quedado como una especie de sello para la Historia industrial andaluza “El
fracaso de la industria de Andalucía”, título que ha marcado mucho la manera de
entender la historia económica andaluza como un fracaso.
1. La siderurgia
La ferrería de Río Verde data de la década ominosa de Fernando VII, en el año 1826,
cuando se crearon la fábrica de la Concepción y el Ángel que empleaban un
combustible de madera y energía hidráulica. Están en la sierra del real, en Marbella. La
fábrica de la Concepción estaba situada en las orillas del Río Verde y las características
naturales eran favorables.
El hierro provenía de la sierra de Ojén, impulsada por los empresarios del comercio
malagueño con América, que invierten en el negocio de la siderurgia (ej. Manolo
Agustín Heredia, Loring…). Es la ciudad y actividades mercantiles, con el interior y
América, lo que genera los beneficios y el capital, el patrimonio de estos primeros
empresarios, la mayoría de ellos no malagueños de origen y ellos lo reinvierten en la
nueva actividad del momento, que es la siderurgia y la industria.
También el gobierno abre nuevas posibilidades a las explotaciones mineras con la ley
de 1825 que favorecía estas actividades y liberalizaba el acceso a la propiedad y
distribución de los recursos del sub suelo para quienes quisieran explotarlo.
Se han producido cambios en el comercio exterior malagueño que hace que los
empresarios se reorienten hacia la producción y exportación de productos agrarios,
como los aceites, vinos y frutos del campo, y con ellos se crean unas necesidades
nuevas como la de flejes para la industria tonelera, pues Málaga tenía unos vinos muy
importantes, como los dulces, y hacen falta flejes para hacer los toneles. Se insiste en
una industria base de carácter agrario, y todos estos empresarios serán también
propietarios de tierra y muchos comprarán en la desamortización. Invierten en la
siderurgia como auxiliar con la industria del vino.
Heredia contaba con un colaborador que era un militar que conocía bien la industria
de la construcción y la fabricación de los cañones, y entonces le ayuda a ir resolviendo
las dificultades de empezar de la nada para poner en marcha los hornos de Inglaterra.
Era experto en fundición y en Gran Bretaña aprendió las técnicas.
En los años 30’ por tanto no solo estamos en un proceso de industrialización, sino que
los empresarios malagueños se equiparan a los empresarios españoles, y parecía que
Andalucía podía ser una región muy avanzada económicamente (pero al final no fue
así).
2. El textil
Más tardío, pero clave junto a la siderurgia. Es el producto para surtir la demanda de la
revolución demográfica del XVIII y el XIX. En este caso, a diferencia de la siderurgia, sí
que Málaga tenía una tradición anterior dentro del mundo, concretamente la industria
lanera, que se encontraba en Antequera.
La Industria Malagueña, creada en 1846 por Manuel Heredia y Martín y Pablo Larios,
es una copia del sistema de Manchester. Eran muy modernos, y se iban a Manchester
que era la vanguardia del textil mundial. De Manchester traen las máquinas textiles
para fabricar a la inglesa con los usos de las llamadas Self action machine, que son las
máquinas de hilados con las bobinas que con energía hidráulica y luego el vapor
revolucionarán el hilado, más los telares automáticas y las tecnologías de las máquinas
de vapor, además del alumbrado que había que usar para las naves para poder dilatar
las jornadas laborales.
En los años 50’ en esta Industria Malagueña había 2000 trabajadores, una parte
importantísima de mujeres y otro sector también muy importante el infantil, que
arreglaban y limpiaban las máquinas por sus manos más pequeñas. Una mano de obra
que abre el problema social que conlleva la industrialización y también el inicio de la
solidaridad obrera y el movimiento obrero moderno en Málaga. Es moderno, urbano y
de empresas y concentración laboral en éstas. Se puede decir que el movimiento
campesino es más individualista, y el obrero industrial se orientará más al sindicalismo
clásico.
Funcionó tan bien que se convirtió en la segunda fábrica más importante de España,
de tal manera que otro Larios, Carlos Larios, funda otra textil, La Aurora, en el año
1856, en esa zona de los actuales Jardines de Picasso. Tenía entre 700 y 900 obreros.
La Aurora es una fábrica movida a vapor.
Estas fábricas funcionan bien salvo en un período de crisis parcial que es la guerra de
secesión americana, pues Málaga no tenía carbón pero tampoco algodón, por lo que la
materia textil debe venir de fuera y especialmente de EEUU, y por ello les afecta la
guerra de Secesión americana. Luego se produce un auge a principios del S.XX y en la I
Guerra Mundial fue el boom de la industria española.
La aurora cierra en 1909 tras ser absorbida por Industria Malagueña, que siguió hasta
los años 60’, pero la competencia de los malagueños en siderurgia no es comparable
con País Vasco y la textil con la catalana.
Quienes han estudiado esta industria aportan el dato de que a mediados del S.XIX casi
el 60% de la población antequerana seguía en lo agrícola y solo el 20% al textil, es
decir, no se produjo el paso mayoritario del sector agrícola al industrial. Hay jornaleros
en casa que complementan la fabricación.
En el siglo XIX, el laboreo y beneficio del plomo es la gran novedad económica minero-
metalúrgica española.
Las causas de la expansión del plomo, son, una de ellas, la coyuntura de principios del
siglo XIX, que es una coyuntura bélica, una demanda muy importante. Se da desde
1808 hasta 1840 que termina la guerra carlista.
La otra causa es la legislación, que es liberalizadora de la explotación del sub-suelo y de
la creación de establecimientos fabriles. También tenemos la demanda exterior, pues
el plomo es un mineral requerido por otras economías Europas, y Andalucía va a ser un
lugar exportador de plomo, que es el segundo metal de la industrialización y está muy
relacionado con el crecimiento urbano.
Los efectos:
La fábrica más importante fue la de San Andrés de Adra, fundada en 1822 por la casa
Rein, pero que pasó a los Heredia cuando la compra a empresarios extranjeros en
1837. Renovó las condiciones de trabajo, pues producía mucho humo que provocaba
el emplomamiento e intentó mejorar estos perjuicios. También moderniza la
elaboración del plomo y fabrica tubos, planchas, perdigones y albayaldes (que se usa
para la fabricación de pinturas industriales). Introdujo 3 máquinas de vapor,
mejorando por tanto su nivel productivo. También la fábrica San Andrés produjo plata
de las galenas argentíferas mejorando las tecnologías del refinado del metal (máquinas
del vapor, más temperaturas) que permitía diversificar la producción y atender a
nuevos productos.
La pregunta es cuáles son las causas de que con un principio tan temprano y potente
no hubiese una continuidad de esta industrialización. Los historiadores han dado
distintas hipótesis. Casi todos los investigadores, entre ellos J. Nadal, centran esa causa
en el problema de los costes de las materias primas que hicieron que la producción de
hierro malagueño o andaluz tuviese una imposibilidad de competir en costes con el
hierro vasco o del norte. Ese sería la causa esencial de que la industria de la siderurgia
cayese.
Donde hubo una lucha fue en los aranceles. Había una diferencia de intereses y aquí
hay otro factor importante que es la política, y hay que ver quién manda en Madrid
para marcar las leyes arancelarias. Los intereses, pues, son la economía y el poder
político. A los andaluces les interesaba un arancel libre-cambista, es decir, liberalizar el
comercio, pero a los vascos, que tenían el carbón, no les convenía. Esto se produce en
el debate del arancel de 1841, donde se imponen los intereses norteños, es decir, un
arancel proteccionista, y eso provocará un fracaso para Heredia que los necesitaba
para que funcionaran los altos hornos. Finalmente, en 1856, sin embargo, Tomás
Heredia, miró hacia posiciones proteccionista y abandonó el libre cambio de su
predecesor porque se pone en marcha el proyecto malagueño de aprovechar el carbón
que se producía en la cuenca de Bélmez-Espiel, en Córdoba.
El textil tiene un declive más tardío, y decae en 1881 a 1885. Aquí las hipótesis son un
poco más diversas. Hay una tesis clásica que es la de Lacomba que responsabiliza a la
crisis agraria como la desestabilizadora de toda la economía malagueña, pues coincide
la de la agricultura (vid y vino por la plaga de la filoxera) con el textil y la siderurgia.
Dice que es un derrumbe en cadena.
El historiador Morilla Critz apunta a los efectos de la falta de capital, que se desvía a
sectores más rentables.
Otros historiadores, como J. Nadal, Tedde y Titos, señalan que hace falta investigar
más el porqué, discuten que el sector textil se descapitalizara, y apuntan a la carencia
de condiciones objetivas favorables de la costa malagueña, un factor ya geográfico.
Además las situaciones previas no eran favorables para una industrialización moderna.
Respecto a las tesis más recientes, como la de Antonio Parejo, hacen una revisión para
las tesis anteriores, que son las canónicas o clásicas. Por ejemplo, haciendo estudios de
conjunto Parejo encuentra que las industrias modernas andaluzas nunca llegaron a
suponer el 10% de la producción fabril regional frente al 70% de las industrias agrarias.
Reconoce que se adelanta el sur por las condiciones que tenía, pues Andalucía era la
región mejor dispuesta para que esto se produjera. Parejo lo que concluye es que no
hubo un sector industrial capaz de modernizar Andalucía, que siempre tuvo detrás el
peso de una agricultura tradicional y de bienes de consumo. Esto se relaciona a la tesis
de Lacomba.
Para que haya un movimiento obrero en un sentido estricto habría de cumplir los
requisitos de que haya un sujeto (la clase obrera asalariada), asociada y con una
consciencia de clase.
El primer historiador que hay que tener en cuenta y que se fijó en Andalucía como un
marco para este movimiento fue Antonio María Calero Amor. Se plantea si los
movimientos sociales tienen una peculiaridad en Andalucía que lso diferencia de los
del resto de España.
Lo que nos importa es el tipo de protesta de base obrera en contra del procedimiento
de desamortización. Se protesta con insurrecciones armadas, ataques a la propiedad, a
las cosechas, con delincuencia social, violencia a través del bandolerismo, etc. Todas
esas formas son formas de protesta más o menos conscientes contra el modelo de
sociedad en Andalucía.
Los dos modelos más importantes de esta revuelta fueron la revuelta del Arahal en
Sevilla (1857) y la de Loja en Granada (1861). Son sublevaciones campesinas de base
demócratas-republicanas, espontáneas y puntuales, sin una continuidad, sin
conexiones, sin organización previa y fuertemente reprimida y que generaron
consciencia social y política entre los jornaleros del campo, además de entre otros
sectores sociales más artesanales ligados a las tareas agrícolas o hasta el artesanado
urbano. En los dos casos se dan en periodos liberal conservadores.
Mirando hacia la época del milenarismo, Hobsbawn y luego algunos hispanistas como
Gerald Brenan, ven en el movimiento obrero andaluz una forma de milenarismo, una
fe revolucionaria que en vez de tener como horizonte la creación de una nueva ciudad
utópica tiene como horizonte una nueva ideología social que sería el comunismo con el
reparto igualitario de la propiedad entre todos los habitantes. No es tanto una
ideología política sino que están movidos por la fe, según Hobsbawn y Gerald Brenan.
Todo esto es pre-sindical, pre-político, pero ya estamos viendo cómo los trabajadores
son ya protagonistas y sujetos históricos de un movimiento social. La política viene de
fuera y encuentran aquí sus intérpretes con la I Internacional que se constituye en
1864, una alianza internacional de la Democracia Socialista.
En el año 61 Rafael Pérez del Álamo, “veteriano” demócrata, es quien levanta a los
obreros en Loja, concretamente 10.000, que para el S.XIX son muchos. Si se levantaban
10.000 personas en tan sólo 1861, en 1869 ya había un gran caldo de cultivo para que
llegaran estas ideologías revolucionarias.
Los primeros conflictos laborales se producen en el sexenio revolucionario con la
huelga general de Málaga de 1872 debido a reivindicaciones económico-sociales.
Algunos nombres destacados del movimiento obrero andaluz son Nicolás Alonso
Marselau. Fermín Salvochea, Trinidad Soriano, José García Viña Rafael Salinas, José
Mesa Lleompart y Antonio González Menese.
Son movimientos que confluyen, sobre todo, de manera muy relevante en el sexenio
revolucionario y conforman la insurrección gaditana del 68 y los demás conflictos
sociales hasta la I República.
Mientras que el socialismo de Marx tiene una dirección central y unificada del
movimiento obrero, Bakunin apoya una autonomía organizativa, y tiene una posición
anti-política y más revolucionario.
En 1883 hay una serie de ataques y asesinatos en esta zona de Jerez y dan lugar a un
proceso muy célebre, el proceso contra la Mano Negra, un proceso que tuvo mucha
fama y difusión y que es la primera manifestación pública delictiva del anarquismo y
del ejercicio del anarquismo por la violencia como una vía de defensa.
- Socialismo
La otra corriente más minoritaria y más tardía, pero que es la que hoy predomina, es el
socialismo. El PSOE y la UGT nacen más tarde que la AIT, y son movimientos muy
diferentes en sus estructuras, objetivos y métodos.
El PSOE nace en 1879, y en Andalucía los primeros núcleos son en Málaga y Linares.
Uno de los primeros núcleos del PSOE es el de Vélez-Málaga. En Málaga se crea la UGT
en 1885 con Rafael Salinas Sánchez, un tonelero nacido en 1850 que tuvo que irse a
latino américa por la crisis, y que regresa a Málaga. El germen es el Ateneo obrero
fundado por este personaje en 1884. Es decir, primero hay una asociación, y de ahí va
a salir la UGT y el Partido Socialista creados entonces.
Desde Málaga y Vélez el PSOE va surgiendo al exterior de forma muy lenta, y ya hay un
gran número de anarquistas implementados, por lo que les cuesta entrar en Andalucía
ya que la clase obrera andaluza tiene otra ideología y forma de organización más ágil
que la estructura del partido socialista.
Finalmente, la crisis económica de finales del XIX y principios del siglo XX conforma un
contexto mucho más duro para los trabajadores, la migración masiva, produciéndose
el primer gran éxodo migratorio de andaluces hacia Argelia, Marruecos y, sobre todo, a
América. En esta coyuntura hay un proceso migratorio potentísimo que es otro de los
problemas de la clase obrera de esta época. La literatura refleja también la situación
de la clase obrera de este momento, y uno de los textos clásicos es el libro de Azorín
“la Andalucía trágica”.
- Celebraciones obreras
Uno de los aspectos interesantes de los movimientos sociales son sus celebraciones, es
decir, la construcción de una cultura, simbología, y unas fiestas que tengan un
contenido cercano a sus planteamientos y que sirve para la difusión de los mismos.
En 1899 surge una fiesta del 1 de mayo en recuerdo a los obreros anarquistas muertos
en Chicago en 1886. Los sindicatos, los partidos obreros, tienen unos símbolos
netamente ligados al mundo del trabajo, como los yunques en el movimiento obrero.
El sindicato es una asociación de clase, mientras que el origen del movimiento obrero
está más ligado a sociedades de oficio, por eso tiene un yunque. También el color rojo,
o el negro, o la reproducción de los retratos de los fundadores del marxismo y
anarquismo. Todo esto conforma una iconografía obrera.
Todo eso configuraría una especie de religión laica, con autores como Manuel Pérez
Ledesma o Eric Hobsbawb, o Gerald Brenan, que habla del componente religioso de las
ideologías obreras, es decir, lo compara a un culto de carácter laico, una moral obrera
sobria de honestidad frente al mundo del capitalismo que es corrupto. De hecho, se
hace mención a los líderes como “apóstol”, con connotaciones religiosas.
Surge por parte de los anarquistas la Confederación Nacional del Trabajo en 1910, la
Federación Nacional de Agricultores en 1913 y la federación anarquista ibérica en
1927.
En el primer tercio del S.XX influyen factores externos en España, que son la I Guerra
Mundial y el triunfo de la URSS, cosas que va a animar las luchas sociales, apareciendo
un tercer protagonista en el campo de dichas luchas (anarquismo, socialismos y
comunismo). En España, el momento álgido es el llamado trienio bolchevique, que es
un período socialmente muy convulso en Andalucía, de un crecimiento de las
organizaciones obreras y una fuerte reacción patronal.
Luego hubo conflictividad también minera, pero sobre todo campesina, con el
epicentro en Córdoba.
Otro gran símbolo de huelga es la Gran Huelga de Riotinto de 1920. Para el hispanista
Carr este es el conflicto más duro de toda la Historia de España, muy represiva.
Demuestra la dureza de las condiciones de vida, y por otro lado demuestra también el
nivel de organización sindical. Demuestra la fortaleza de la nueva fisionomía que tiene
la lucha obrera. Fue de dirección y estrategia anarquista, y supone un fracaso final y
vuelta al trabajo.
A partir del fracaso del trienio bolchevique y la huelga del 17’ del resto de España, el
movimiento obrero y de izquierdas entra en una fase de reflujo, de pérdida de fuerza,
y no es que el golpe de Primo termine con la explosión social que hemos visto, sino
que ya antes había empezado a declinar la fuerza de los movimientos sociales en
Andalucía y toda España por el fracaso de la crisis del 17’ (un “plano inclinado hacia la
dictadura”).
Otro modelo que hay que tener en cuenta para comprender el conjunto de fuerza que
tratan de organizar al mundo obrero es el sindicalismo católico. Es minoritario en
Andalucía pero está ahí. Nos conecta con la derecha social que va a desembocar en la
CEDA ya en los años 30’, el partido de Gil Robles. Conecta con parte del mundo obrero
por la doctrina social de la Iglesia que proviene del Papa León XIII.
Lo que dista a la lucha obrera del siglo XIX respecto a la del XX es que ahora hay más
intensidad, mejor organización, configuración del movimiento obrero tal y como lo
conocemos hoy (anarquista, socialistas y comunistas).
No obstante, toda la lucha que hemos visto se frena con Primo de Rivera. Aunque su
golpe lo desencadena el desastre de Annual, realmente es el freno del despliegue de
todo el movimiento obrero y el fortalecimiento de las organizaciones, movimiento que
incluso iba a llegar a tener una deriva de conflictividad armada. Con Primo de Rivera se
vuelve al orden.
Es el primer golpe militar del siglo XX. Es uno de los personajes políticos del siglo XX
español, un precedente de lo que ocurrirá luego en la guerra civil en muchos sentidos.
Durante su dictadura hay un repliegue de los movimientos sociales. Se explica por una
razón evidente, y es que ahora gobierna el ejército, y se suprimen los partidos más
radicales y otras organizaciones.
- Segunda República
Este cambio de régimen divide al movimiento obrero de una manera muy profunda y
peligrosa. Este movimiento está dividido desde el origen en socialistas y anarquistas,
pero antes eran los dos muy débiles y ahora son más fuertes. Entonces lo que eran
antes diferencias ideológicas ahora son diferencias que se plasman en la propia
subsistencia del régimen republicano ahora que los partidos y sindicatos tienen poder.
Es decir, ahora tienen responsabilidad, y lo que haga el movimiento obrero va a tener
una repercusión inmediata, y es peligroso que ambos bandos tengan dos concepciones
completamente distinta de la asociación.
Largo Caballero entra como ministro de trabajo, y para el año 31 que hubiese en este
puesto un socialista era algo que aterrorizaba al sector conservador, y por ello en el
año 32’ ya hay un intento de golpe (Sanjurjo). La dialéctica de la extrema izquierda era
similar a la de la URSS, pero en realidad desde el 31’ al 36’ no hay más que un proceso
de reformas más o menos profundas, y la República nunca llegó a ser un régimen
revolucionario a la manera soviética.
Lo que hace Largo Caballero era poner una serie de decretos que molestaron a los
propietarios: el laboreo forzoso, la ley de términos, la defensa de los arrendamientos,
la defensa de las jornadas laborales y los comités paritariaos establecen las bases de
trabajo (los patronos debían reunirse con los trabajadores y regular los salarios).
El laboreo forzoso iba en contra de aquellos que eran dueños de tierras que tenían
arrendadas las fincas y estaban mal trabajadas, y se establecieron una policía agraria
para que determinase si la finca estaba bien o mal explotada.
Son decretos que hoy en día nos pueden parecer normales, pero en el año 31’ fueron
tomados por la gran mayoría de propietarios de tierra como un verdadero ataque al
concepto de la propiedad privada y a la libertad de contratación. Esto parecía algo muy
agresivo para los propietarios, pero realmente no cambió la faz del campo andaluz,
pues los propietarios tenían mucha fuerza y les acompañaba la tradición, lo que dio
lugar a una conflictividad muy grande y no se llevó a cabo estos decretos de forma tan
rápida como se hubiese deseado.
La medida más importante de todas fue la reforma agraria impulsada en 1931. Fue
muy compleja de aplicar y también muy lenta, y no fue profunda en cuanto a la
ejecución de reparto de tierra, pues fue torpedeada desde el nivel parlamentario por
los intereses de cada uno, y que tuvo finalmente poco alcance.
Tan graves fueron las tensiones que desembocaron en los sucesos de Casas Viejas de
1933, muy sangrientos y con dos guardias civiles, 1 guarda de asalto (policía creado por
la república) y campesinos muertos (12 de ellos fusilados por la guarda civil).
Tras la represión del 34’ hay una vuelta atrás de todo el movimiento obrero, por el
gobierno de Lerroux, que es quien reprime la revuelta de Asturias. Se lleva a cabo el
cierre de centros, censura de prensa, juicios y cárcel.
Ahora hay un acercamiento de los más moderados hacia las posiciones más
revolucionarias. El PSOE y la UGT giran hacia las tesis revolucionarias, pues se dan
cuenta de que la República no les sirve, y hay que ir a la revolución social. Las derechas
piensan que lo que viene es la revolución, y se crea un clima prebélico.
Por lo que hemos visto de la potencia de los movimientos obreros se podía sospechar
que había organizaciones que se habían ido tomando armamento. De hecho Francisco
Román Díaz dice que en la casa del pueblo del partido socialista de Málaga tenían una
planta llena de armas.
En Andalucía hay dos zonas diferenciadas y que llevan dos modelos diferentes: una
Andalucía franquista, cuya represión caería sobre los trabajadores y liberales, y otra
republicana; esta última sufrió las grandes represiones. El objetivo era desarticular el
movimiento obrero en Andalucía. En la zona republicana se da la defensa contra el
franquismo con el enrolamiento en el ejército popular de la república o fuerzas
militares de otro tipo, como las brigadas internacionales. En la zona franquista los
miembros de organizaciones sindicales y partidos de izquierda que pueden escapar de
las detenciones, los llamados huidos, constituirán desde la sierra y el campo las
llamadas guerrillas. La figura del miliciano fue clave durante los primeros momentos de
la guerra.
Ese espíritu de resistencia se acabó reuniendo en las cárceles (los afortunados que no
fueron fusilados). Allí se organizaron internamente que les permitió publicar, recibir
noticias del extranjero, etc. Se producían detenciones y vigilancia constante de la
Guardia Civil y la policía, lo que conllevaba a caídas sucesivas de las direcciones en el
interior. Según defiende Abdón Mateos, no hubo nunca una discontinuidad total en la
oposición obrera al franquismo.
El PCE tomaría el protagonismo como organización opositora en los años duros del
franquismo. Era una organización centralizada desde el interior de España, aunque era
realmente imposible llegar a la gente por el miedo que suscitaba militar en un partido,
máxime en el comunista. En cuanto al PSOE, seguía latente por su reminiscencia
histórica pero con serias dificultades de una acción clandestina (editaban su
periódico El Mundo Obrero que llegaba clandestinamente a España, y transmitían
también desde radio Pirenaica, que emitía desde Rumanía), con su dirección fuera de
España.
La posguerra tuvo un fuerte impacto como lo demuestra el hecho del fuerte proceso
de despoblación rural por la emigración masiva de andaluces a Cataluña y al extranjero
en los 50 y sobre todo en los 60. Andalucía quedaba vacía de jornaleros, lo que tanto
peso le dio durante décadas anteriores, y el franquismo quedaba libre de esa fuerte
presión obrera. Este espíritu de resistencia iba muy unido a la generación de la
república y la guerra civil: debían resistir y esperar que la próxima generación tomase
conciencia y siguiera el modelo de sus padres y abuelos.
Al final del franquismo, en un clima de recesión y crisis económica, se ponían las bases
del movimiento obrero que prepara la Transición a la democracia.
Andalucía tiene un sello liberal muy claro, durante la guerra de la independencia por la
guerrilla, donde nace el espíritu de lucha que luego va a caracterizar al liberalismo
insurreccional. Todo este movimiento anti-napoleónico tiene un sello más marcado
hacia el liberalismo que hacia el conservadurismo en Andalucía, pero Andalucía entera
no es liberal, es decir, no es el liberalismo un sello andaluz, pues estaríamos ocultando
a la parte andaluza conservadora.
Otra característica relevante de la Andalucía del XIX es que la Revolución adquiere una
estrategia que tiene una base local y provincial muy marcada, que adoptan el nombre
desde entonces de “Juntas”, que asumían la soberanía de la nueva situación política.
La soberanía nace de abajo a arriba en el liberalismo, pues las Juntas se hacen cargo
del poder desde las pequeñas aldeas hasta las provincias y manifiestan la voluntad de
cambiar el régimen español del absolutismo al liberalismo. Estas Juntas son
instrumentos de cambio político, como por ejemplo la Junta Soberana de Andújar de
1835, que quiere hacerse representante de la soberanía española forzando el cambio
de gobierno.
Los principales partidos del XIX hasta la época de la Restauración son los moderados,
los progresistas, una fórmula intermedia entre moderados y progresistas (la Unión
Liberal o Unionistas) y los demócratas. A la derecha de los moderados nos
encontraríamos al Carlismo, pero bastante minoritaria en Andalucía.
Hay moderados andaluces muy importantes, como el General Narváez (de Loja). Es
decir, sí es muy importante la corriente moderada, y tiene a un importante
representante en Andalucía.
La revolución del 68’ tiene también un sello andaluz muy importante, pues la Escuadra
se subleva en la bahía de Cádiz. Después se inclina la balanza en favor de la Revolución
en Córdoba, en la batalla de Alcolea, dejándose muy claro que el ejército estaba del
lado de los progresistas y los demócratas.
Algunos políticos andaluces del XIX: Martínez de la Rosa (autor del estatuto Real); el
marqués de Salamanca (de Málaga); Ríos Rosas (Ronda) y Cánovas del Castillo. Los
estadistas del XIX, de los más importantes, sus mausoleos están en Madrid. Esto
significa que son grandes figuras nacionales, el Estado Español absorbe a los políticos
locales y los convierte en figuras nacionales.
El gran estudioso del caciquismo en Andalucía, Javier Tusell, decía que el sistema era
más corrupto a medida que iba descendiendo en la gráfica, y luego hay toda una
pirámide de relaciones entre caciques que articulaban las relaciones del poder desde
abajo hasta el líder del partido. Tusell distingue entre buenos y malos caciques, y el
instrumento del favor como argamasa del sistema (quien tuviese influencia era el que
podía hacer favores, y el cacique, con la posibilidad de hacer favores y cobrarlos en
votos tenía amplitud de actuación).
Aunque hay políticos que poco a poco van introduciendo mejoras en el sistema
electoral o judicial para garantizar la purificación del voto. Pero entonces era muy
difícil reformar el sistema debido a todos los poderes que estaban en manos de este
sistema y romper la dependencia de los electores respecto a los caciques era muy
difícil, todo el mundo dependía de alguien.
Socialmente los dos grandes partidos tenía el mismo perfil. El conservador más
sesgado hacia las oligarquías españolas, y en el partido liberal más enfocado al mundo
profesional. En Andalucía había una ausencia de opciones de extrema derecha.
Las oposiciones al sistema son los republicanos, los socialistas, los anarquistas y los
comunistas. Aunque los anarquistas quedarían fuera en el sentido de que no participan
en la vida política, sino que son sindicalistas. El anarquismo juega porque promueva la
abstención, y esta es la forma en la que lo podemos considerar como fuerza política,
pues condicionan la vida política.
El republicanismo nace en 1849 con la fundación del partido demócrata. Luego tiene
muchas ramas. En la primera República se divide en 4 ramas, que son, los más
izquierdas, los federales, los más derechas los posibilistas, y en el centro centralistas y
progresistas. Las diferencias tienen que ver con las políticas sociales y la estructura del
Estado.
Parte del Republicanismo forman las pequeñas burguesías, las clases medias y parte de
los trabajadores que siguen apoyando estas fuerzas políticas y tienen mucha relación
con otras organizaciones como la masonería, que es una asociación filantrópica que
comparte idearios humanitarios, laicos (parte esencial de la ideología republicana),
tolerantes…
A la prensa hay que ponerle mucha atención, pues el periódico llegaba a todos sitios y
aunque hubiese muchas personas analfabetas era una práctica habitual la lectura de la
prensa en las distintas asociaciones obreras.
Otro recurso del que hoy sabemos bastante más es que muchos de estos periódicos
sabiendo que tenían a muchos analfabetos es que usan mucho la imagen. La
información que reciben los andaluces de principio de siglo puede que no se a través
de la lectura pero sí pueden conocer a los políticos por las imágenes, además de los
grandes acontecimientos mundiales.
- La Dictadura en Andalucía
Es una vuelta a la solución autoritaria que tiene una tradición muy larga en el siglo XIX,
por tanto fruto de agotamiento en el sistema de la restauración. Uno de los frutos o
recursos del régimen dictatorial es la búsqueda de “hombres nuevos”. El conde de
Guadalhorce, por ejemplo, es un técnico. Jiménez Fernández profesor de derecho en
Sevilla, Gálvez Ginachero es un ginecólogo, Cruz Conde otro miembro de la burguesía
cordobesa… Ese es el perfil de lo que en esos momentos se llamó los hombres nuevos.
Se apartan todos los líderes políticos y vienen estos hombres nuevos. Según Tussel, es
acogida con benevolencia general. Se recurre al golpe de Primo porque nadie da nada
ya por la Constitución de 1876 y por los partidos políticos que articulaban el
funcionamiento del país.
Desde el punto de vista de la política social se crean los comités paritarios, y se pone
en marcha una política de realizaciones, muy espectaculares algunas, y que
promueven el desarrollo económico del país (cosa que copiará el franquismo con la
idea de eficacia). Se ofrece orden, autoridad y progreso mediante una política en
beneficio del Estado.
Son políticas muy modernas para un país agrario que trata de convertirse en un país
productivo y mucho más rentable en la agricultura. Todo eso se da en un escaparate
que será la Exposición Universal de Sevilla de 1929. Quiere mostrarse ante el exterior
con una imagen de éxito y capacidad para organizar un evento de estas características,
y por otro lado promociona uno de los aspectos importantes de la dictadura que es el
hispanoamericanismo.
También se lleva a cabo la política turística, otro precedente del franquismo. Ya hay
una política nacional de explotación del turismo como fuente de riqueza. En Málaga ya
estaba esta cultura turística, y en el XIX Andalucía era un destino de intelectuales, pero
ahora es una política de carácter estatal con la promoción del turismo desde el Estado
y la creación de los primeros grandes hoteles (como el actual Miramar), que es otra
muestra de una Málaga volcada hacia la explotación turística para atraer a las clases
más altas y que requerían un nivel de lujo alto.
Desde el punto de vista cultural no es retrógrada sino todo lo contrario. Para Andalucía
es clave, pues surge la generación del 27’. Málaga en este sentido tendrá una
importancia decisiva por la Revista Litoral, donde escribían todos ellos.
Se crea también el primer campo de Golf, o las grandes gestas como el vuelo del Plus
Ultra desde España hasta América o la llegada a Málaga del Zeppelin.
No obstante, no pudo frenar lo que estaba larvado en 1923, lo que indica hasta qué
punto los cambios político-sociales de esta fecha de 1923 no se podían ya detener.
Entra en una corriente subterránea y la pueden parar durante un tiempo, pero la
huelga de Jaca manifestaba la ruptura entre la sociedad española y el régimen
dictatorial, al igual que el Pacto de San Sebastián. No obstante no ahce caer a la
monarquía por sí misma, sino que aprovecha el cauce que la propia monarquía abre
para su propia reforma interna, que son las elecciones de 1931.
- Andalucía en la II República
Estas elecciones dieron lugar a una movilización política muy grande ante el electorado
español, y dieron un resultado global de un 38’1 % de la Conjunción Republicana
Socialista. En esta CRS la mayoría eran republicanos y una minoría de candidatos eran
socialistas. Aunque no ganan, provoca la caída del rey porque auqnue en Concejales
ganaban los monárquicos, en votos ganaban los republicanos, lo que indica que la
sociedad se ha inclinado hacia la República.
El rey no renuncia, no obstante, a sus derechos dinásticos, pero deja el poder en un
manifiesto en que reconoce que el país le ha dado la espalda, y que aunque pudiera
recurrir a imponerse, no quiere hacerlo para no ir en contra de la ciudadanía.
En los municipios pequeños el peso del caciquismo era tan fuerte que ganaron las
candidaturas monárquicas, en muchos casos de antiguos gobiernos de la Unión
Patriótica. Por eso los resultados en número de concejales fueron a favor de las
candidaturas de la monarquía.
El comunismo de los años 30’ no tiene nada que ver con el de hoy, sino que era
antiimperialista, partidario de la lucha armada, al sublevación… era internacionalista,
con vinculación al régimen soviético y Stalin.
Las elecciones del 36 son las que hay dos bloques. Ya no hay un centro, ha
desaparecido, sino que hay izquierda contra derecha. La izquierda se une en Frente
Popular, y las de Derecha en frente Nacional. Desaparece el partido radical en el
centro, que no tiene apoyo.
Los votantes se dividen en 50-50, pero por 300.000 votos gana la izquierda. Esto es lo
que se llama una polarización, un electorado altamente polarizado. Estas elecciones
del 36 son las más polarizadas en la Historia de España. En Andalucía triunfa el Frente
Popular salvo en Granada. ¿Por qué la polarización? Se han escrito muchos libros sobre
esto y sobre sus consecuencias, y hasta qué punto estaba aquí larvada la guerra civil.
La política a partir del triunfo del frente popular es que todo el programa reformista
desde el 31 se acelera de manera muy importante a partir de febrero del 36’. Por
ejemplo, la reforma agraria se produce en dos meses casi tantos asentamientos como
del 31 al 36 en tan sólo 5 años. Supone cambios muy profundos en la educación, la
cultura y su extensión al pueblo a través de las barracas y las misiones pedagógicas,
etc.
Lo que subyace detrás de que en Andalucía se sintiese la represión está originado por
la historia que hemos visto del siglo XIX y XX, con una Andalucía con una gran
polarización de clase que cuando estalla la guerra civil saltan por los aires todos los
mecanismos de equilibrio social. La represión de uno y otro signo cobró una gran
virulencia. Un historiador moderado como Stanley Payne califica a la represión
franquista en Málaga como salvaje.
- El franquismo en Andalucía
Gerald Brenan escribe “la faz de España” donde se nos da la visión de un extranjero de
esta Andalucía que se encuentra después de haber salido de la Málaga roja a finales de
1936.
El franquismo supone una vuelta atrás. En el 39’ a medida que se van ocupando los
pueblos andaluces se restablecen los poderes de la vieja oligarquía. En unos casos
repone a los caciques y al personal político que proviene de las fuerzas que estaban
colaborando con él en la Guerra civil (Ceda, falange, y hasta partidos republicanos
conservadores en el menor de los casos), que proceden de la derecha tradicional y la
nueva derecha (falange).
La política en la época de Franco es sin libertades, sin partidos, con una fuerte
centralización frente al modelo de la República, y con una representación marcada por
el corporativismo (se basa en la familia, el municipio y el sindicato, las 3 vías mediante
las cuales la sociedad llega a los órganos de representación política).
Para participar en la vida política andaluza había que, previamente, jurar los principios
del movimiento nacional y pertenecer a la estructura del movimiento (militante o
afiliado a la falange). Esta sería la estructura más laica, pero el franquismo tiene otra
connotación importante en Andalucía que es su carácter nacional católico, integrando
a la Iglesia católica como pilar fundamental de su ideología política y su práctica. La
Iglesia llega a recuperar y aumentar el poder que había tenido durante la restauración.
El franquismo le respeta autonomías a la Iglesia en la educación, las publicaciones, las
ceremonias públicas…
El franquismo es una regresión también con los medios de comunicación, que pasan a
ser medios estatales, estando la prensa controlada, no ya por el Estado, sino por el
partido. De hecho, el origen del Sur es prensa falangista. Todos los periódicos son
estatales salvo los que se le respetan a la Iglesia Católica.
Un esfuerzo tuvo que hacer la Iglesia católica para recatolizar a Andalucía, porque un
gran porcentaje durante la Restauración se había ido de la práctica religiosa. La Iglesia
es un aliado del franquismo, pero al mismo tiempo un contrapoder, pues está antes
que la Dictadura y los militares. Al tener esa parcela de poder se convierte en un
contrapoder que ejercen los obispos para tratar de mantener su poder.
La jugada fue muy importante con los inmigrantes. Los andaluces en los años 60’ salían
y mandaban la moneda del país donde habían ido a Andalucía, que era una moneda
más fuerte que la peseta, y constituyeron un peso muy fuerte en las cajas de ahorro. A
eso hay que añadir el turismo. Desde el punto de vista política la labor del turismo en
Andalucía es una revolución de carácter cultural y moral, cambiándose las costumbres
y haciendo ver a los andaluces que hay otras cosas, y que el franquismo no es la
panacea que Franco defendía (los turistas eran más cultos, mejor vestidos, con más
dinero…).
Andalucía crece, pero sigue siendo una región atrasada con un peso muy grande del
sector primario. Aunque es verdad que en parte se moderniza con el crecimiento del
sector terciario y con la existencia de un sector secundario.
El centro de la estructura política son los gobiernos civiles, siendo una estructura
política centrada, donde el poder está en el gobierno central. Las Cortes son un paripé,
los ayuntamientos tampoco representan, ni las diputaciones. El poder está en el
gobierno y el gobernador civil es el representante del gobierno en la provincia, y sus
decisiones son claves para lograr cosas para la provincia correspondiente.
La resistencia antifranquista se estructura hasta los años 50’ en una lucha armada en el
interior en la sierra, que es la guerrilla, con unos 5.000 miembros en los momentos
más álgidos. Luego decae y declina hasta desaparecer porque sus miembros se van al
extranjero, o los detienen y los matan, o porque se entregan si no tenían
responsabilidades en haber realizado actos de violencia o de muerte, y muchos son
encarcelados, otros ejecutados.
La lucha social se hace desde asambleas en cada empresa. Éste es el germen de lo que
luego será un sindicato llamado Comisiones Obreras. Inicialmente no están vinculadas
a ningún partido, pues dentro hay socialistas, comunistas, católicos, etc.
A eso hay que añadir el movimiento estudiantil basado en las dos grandes
universidades andaluzas, Sevilla y Granada, y a partir de los años 60 se unen Córdoba,
Granada y Jaén aunque más débilmente. Son una lucha clandestina sometida a la
represión pero que irá creciendo y configurando una práctica política y democrática
que va a ser decisiva para comprender la transición a la democracia.
Hay un historiador del nacionalismo que considera que lso intelectuales son los
profetas de la Nación, los que formulan la idea de la Nación. Destacamos al padre de
Machado (poeta), que era un antropólogo, fue el creador del folclore andaluz y que
intenta estudiar a la cultura andaluza como una cultura interesante. Es una asociación
que se preocupa por el desarrollo del interés de Andalucía como objeto de estudio.
Las ideas de Blas Infante son una mezcla de regionalismo, regeneracionismo y reforma
social y cultural. Éstos serían los 3 grandes principios que articulan ese ideal andaluz.
Blas Infante es deudor del clima de cualquier intelectual progresista tras el fracaso de
España en la pérdida del Imperio de 1898. Él pertenece a la generación que se plantea
la regeneración de España tras el fracaso colonial. Aplica esta regeneración de España
en Andalucía, que debe participar en dicha generación del país de uan manera
particular.
Infante sabe que Andalucía en esos momentos es decadente, pobre… y lo que dice es
que pese a toda esa imagen Andalucía tiene un genio fuerte y potente basado en su
historia y la capacidad de su pueblo, pero que ese genio está en esos momentos
debilitados. Este espíritu habría permanecido pese a la decadencia, pero ahora está
dormido (Andalucía sesteante, echando una siesta). Con lo que no está de acuerdo es
que los andaluces son una raza inferior, prejuicio que a día de hoy se sigue
escuchando.
Con estas ideas Infante despega la práctica. La praxis es otro dato interesante para
diferenciar el regionalismo de Infante de los regionalismos del norte. Infante considera
que la labor de regeneración es una labor de difusión de la idea, pero en cambio
catalanes y vascos fundan un partido.
Aquí, en cambio, se crean dos organismos, los centros andaluces y las juntas
liberalistas. Estos son los dos nombres de los organismos que impulsan el regionalismo
en Andalucía. Son estrategias distintas, pues aquí no ha habido un partido nacionalista
hasta la transición democrática.
A partir de la publicación de El Ideal Andaluz se aceleró la expansión del andalucismo.
Los centros andaluces se crearon en 1916, siendo el más importante el Centro Andaluz
de Sevilla; en general se propagan por todo el territorio andaluz con sus
correspondientes manifiestos y utilizan las conferencias y actos públicos y publicación
de artículos, reflexiones y columnas (como las revistas bética o Andalucía, o periódicos
como el liberal de Sevilla o unión mercantil de Málaga) como labor de difusión (mas
cultural que política). Blas infante, en esta época, se presentó un par de veces a
elecciones por su distrito natal (Gaucín), a pesar de vivir en Sevilla. No tuvo éxito.
Los centros andaluces trataban de establecer las normas generales del movimiento
andalucista e incluso dotarlo de símbolos y estructura jurídica. Por ello se llevaban a
cabo la reunión de asambleas y congresos. Hubo dos asambleas fundamentales, la de
Ronda de 1918; fue importante porque se rescató como texto jurídico-político
fundamental la constitución federal republicana de Antequera de 1883, el georgismo y
los símbolos (que son los que tiene hoy); y la asamblea de Córdoba de 1919.
En este contexto coyuntural en el ámbito agrario como era Andalucía fue donde Blas
Infante reunió la Asamblea de Córdoba de 1919. En ella se mantuvo todo lo anterior
hecho en Ronda, pero se empezó a hablar por primera vez de Andalucía como
nacionalidad y patria (apreciándose un salto cualitativo desde el ideal andaluz hasta
este asamblea). En ella se promovió un nacionalismo no independentista,
regeneracionista, agrario, no estructurado en partidos políticos sino un movimiento
social, y no es un nacionalismo proletario sino impulsado por un sector social
interclasista/clases medias.
Durante la dictadura de Primo de Rivera los andalucistas tendrán que recogerse. Los
centros andaluces entran en una fase de regresión/cierre, Blas Infante se marcha a
Huelva y aprovechará para escribir nuevas obras y viajar a marruecos, donde buscó la
tumba del último rey de Sevilla. Se preocupa por el flamenco, los fundamentos de
Andalucía, etc. cuando termina la dictadura de Rivera Infante reaparecerá y vuelve a la
actividad política en Málaga, donde da una conferencia sobre la continuidad de
Andalucía y vuelve a la notaría de Coria del Río (Córdoba).
Sin embargo, a pesar de la efervescencia política del momento (donde por fin había
democracia real, se venía de la corrupta restauración y de una dictadura militar),
Blas Infante mantiene su idea de no organizarse como partido político sino como un
movimiento social que aliente a la población andaluza. Él opinaba que antes había que
concienciar al pueblo y una vez concienciado, la autonomía vendría por si sola.
Los granadinos decían que Andalucía no tenía conciencia regional y reivindicaban dos
Andalucías: una oriental y otra occidental, donde la oriental debía tener su órgano
propio de gobierno (una mancomunidad y no una autonomía). La mancomunidad es
una estructura administrativa mientras que la autonomía es una estructura política.
Muy poco antes del estallido de la guerra civil parecía que el proceso acabaría
cuajando, con la implicación de ayuntamientos y diputaciones andaluzas, pero en julio
del 36 y el control de los sublevados el proyecto caería, y Blas Infante fue fusilado en la
carretera de Carmona. Desaparecían así las aspiraciones andaluzas de una autonomía.
Para el inicio de la transición veremos muchas fechas, como la muerte de Franco, pero
lo más adecuado sería utilizar la fecha de un año después de la muerte de Franco,
verano de 1976, cuando se nombra a Adolfo Suárez, aunque éste junto al rey aún tiene
los mismos poderes que Franco. El gobierno Suárez es el que abre el proceso de
reforma. Por un lado, reformas para afrontar la crisis económica con una política de
ajuste, y allí se firma los acuerdos de la Moncloa de 1977 para afrontar la crisis
económica y medidas para dar cabida a las necesidades de la población, como la
educación.
Otra medida importante de ese medido fue las que se tuvo con los sindicatos. Hubo un
nivel d conflictividad laboral y social más grande incluso que con la época de Franco. El
inicio de la transición supone que la conflictividad se dispara y también el terrorismo, y
la democracia iba a tener que soportar un estrés de conflictividad. En el terrorismo
confluyen grupos nacionalistas (ETA), izquierda (Grapo) y extrema derecha que
actuaban en toda España con numerosos atentados que iban dirigidos frecuentemente
a la policía, guardia civil y militares de alto grado.
Ese mecanismo fue la ley de reforma política de 1976, que a través de ella se
convocaron las primeras elecciones generales democráticas de 1977. La ley de la
reforma política creaba un congreso y un senado, y las elecciones del 77’ dieron lugar a
la constitución de las Cortes españolas. Está prefigurada ya un poco el poder legislativo
que tenemos hoy en día y que es bicameral.
El título VIII se encarga de las autonomías y señala tres vías de acceso a las
autonomías, y reconocía que había 3 autonomías que no tenían que hacer nada para
constituirse como tales (País Vasco, Galicia y Cataluña). Había otras dos vías, una
rápida que exigía un referéndum, y otra lenta que tenía, inicialmente, menos
capacidad de autogobierno (Andalucía es la única que va por esta vía, que aparece
como la primera autonomía que se puede equiparar ya a las otras 3 en 1977).
Hay gente que dice que la transición es diseñada por las élites y otra explicación es que
es la sociedad la que empuja ese proceso político, cuyos intérpretes son los líderes
políticos. En realidad, sin las dos cosas no se entiende el proceso político, tanto
liderazgos que funcionan como intérpretes y la base social a la que se debe interpretar.
¿Por qué Andalucía ha cambiado desde lo que vimos que termina con el fusilamiento
de Infante en el 36 y ahora sí hay una opinión andaluza que sí quiere lo que Infante
quiso? Hay un sentimiento nuevo de autonomismo andaluz, que en parte viene por la
aparición de fuerzas políticas nuevas y muy recientes, apareciendo la ASA. Infante
nunca creó un partido político. La diferencia por tanto es que ahora sí se va a formular
como una opción política, Alianza Socialista de Andalucía, y más tarde el Partido
Socialista de Andalucía (PSA).
Otro motivo es el movimiento intelectual, que formula una teoría nueva de Andalucía
que requiere su conversión en comunidad autónoma. Por ejemplo, hay revistas en el
ámbito regional (con la ilustración regional del 74), donde escribe un grupo de
intelectuales muy amplios que van configurando una idea de Andalucía y el
regionalismo andaluz con manifiestos, libros, documentos, congresos… Hay toda una
generación de profesores que son los autores de las primeras historias generales de
Andalucía. Los historiadores, pues, cumplieron una labor muy importante.
Hay otros partidos andaluces, por ejemplo el movimiento socialista andaluz, e incluso
algún partido del centro como el partido social liberal andaluz, que sería el primer
partido del centro-derecha con ideales regionalistas cuyo líder fue Manuel Clavero.
Aquí tenemos los mimbres para saber por qué Andalucía fue autónoma, pues hubo un
consenso regional salvo Alianza Popular. Inicialmente la derecha todavía se mostraba
reticente en el tema autonómico y sobre todo con Andalucía. Pero las primeras
elecciones andaluzas hacen que AP sea una fuerza minoritaria.
Un dato fundamental para la historia andaluza son las elecciones del 77’, pues marcan
una tendencia que hoy sigue, y es que Andalucía se ha mantenido con una gran
finalidad a la izquierda política. No obstante, pese a todo el nacionalismo sigue sin
tener peso en Andalucía, lo que dice mucho de la política andaluza y de la forma en
que se vive aquí el nacionalismo. Son andaluces y quieren la autonomía, pero no hay
nacionalismo.
Nuevas elecciones en el 79’, pero los resultados no cambian mucho, sólo que fueron
los mejores resultados que tuvo el Partido Nacionalista Andaluz, con 5 diputados en el
Congreso. Indica la potencia que en esos momentos tiene el sentimiento autonomista.
En ese mismo año, la Junta de Andalucía, que entonces era un gobierno en coalición,
se inclina por escoger la autonomía, y en Agosto de ese año termina de redactar el
borrador del Estatuto de Andalucía. En ese momento ya se había producido un cambio
en la residencia de la Junta y ya había aparecido Rafael Escuredo, que era un político
de mucho más carisma y capacidad de movilizar a la opinión pública y gestualizar.