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Este texto pretende presentar las implicaciones pedagógicas de cada una de las fases que
supone la práctica de aula desde el constructivismo, las características de los Estilos de Aprendizaje y, al
mismo tiempo, contribuir a la reflexión sobre las posibilidades didácticas de fundamentar los Estilos de
Aprendizaje desde el enfoque constructivista del proceso de enseñanza-aprendizaje.
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PEDAGOGÍA, TEORÍA Y METODOS EDUCATIVOS, PSICOLOGÍA EDUCATIVA.
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En coherencia con nuestra experiencia docente, consideramos que es necesario ir
abandonando las concepciones mecanicistas tanto de la enseñaza como del aprendizaje y adoptar una
concepción constructivista y dinámica donde el elemento principal del proceso enseñanza- aprendizaje es el
alumno. Su potencialidad se manifiesta: en un mayor logro en la individualización de la enseñanza, en
conseguir un ajuste más fino entre los procesos de enseñanza y aprendizaje y en el control del aprendizaje por
el estudiante.
Desde estas premisas, abordaremos la relación entre los Estilos de Aprendizaje con el
proceso del enfoque cognitivo-constructivista fundamentando los Estilos de Aprendizaje de Alonso, Gallego y
Honey.
Se hace necesario, a semejanza de Kolb, tomar como punto de partida un enfoque del
proceso de enseñanza - aprendizaje y las teorías que lo fundamentan y asociar los á
de
Alonso, Gallego y Honey en función de sus características diferenciales.
Desde la perspectiva constructivista, tanto de la enseñanza como del aprendizaje, reiteramos
cuatro postulados en que están arraigados ambos procesos:
1) Enseñar y aprender son actividades extremadamente complejas donde se ponen en juego
un gran número de factores que dependen a la vez de las características personales del alumno y del contexto
del aprendizaje.
2) Aprender es una actividad individual y esencialmente personal donde están implicadas
todas las dimensiones de la personalidad desde las afectivas a las cognitivas pasando por las sensoriales,
motrices etc.
3) El aprendiz es agente principal y central y, por tanto, existe una gran variabilidad en la
manera en que se enfrenta a una tarea de aprendizaje en donde el docente actúa de facilitador y orientador del
proceso.
4) Las representaciones del estudiante tienen un papel predominante en el aprendizaje,
especialmente en el grado de implicación y en las diversas maneras de poner en acción sus recursos.
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Este enfoque conlleva una secuencia instruccional del proceso de enseñanza aprendizaje
definida, desde nuestra visión, en cuatro pasos que son:
Todas aquellas técnicas y actividades que sirvan para que el alumno exprese y se
conciencie de la representación personal que tiene sobre un aspecto de la realidad favorecen su finalidad.
Entre ellas podemos destacar: planteamientos de preguntas, mapas o redes conceptuales, asociaciones
inusuales, torbellino de ideas o
, realización de posters, debates, uso del pensamiento analógico,
etc. Cómo técnicas mayoritariamente utilizadas en la implementación de esta fase se utilizan la enseñanza
socrática, los debates y discusiones entre los estudiantes y la discusión sobre imágenes o informaciones
alusivas.
Esta fase exige tanto del profesor como del alumno que tengan interés por implicarse en
problemas nuevos, que sean animadores del clima de aula, improvisadores de soluciones y de interrogantes,
espontáneos en las respuestas, arriesgados y vividores de nuevas experiencias, con capacidad de inventiva,
que jueguen papeles activos a la hora de delimitar el problema, trabajen en grupo, sean partidarios de buenas
relaciones sociales, estimulados por el reto, con mente abierta, etc.
Acciones como definir, describir, dibujar, identificar, enumerar, nombrar, recordar expresar,
indicar, etc son propias e esta fase.
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En esta fase del proceso, el estudiante o el grupo reflexiona y enfrenta sus aportaciones a
contraejemplos, organizándolas y seleccionando aquellas que, contrastándolas con otras situaciones
semejantes del entorno próximo ofrezcan respuestas que aproximen su conocimiento, basado en el sentido
común, al conocimiento científico.
Las actividades propias de esta fase son: reflexionar y descomponer lo que se cree que ³sabe
o conoce´ en ideas más simples, presentar las aportaciones como problemas, construir soluciones a problemas
con las respuestas obtenidas, reelaborar redes o esquemas construidos, juegos de simulación sobre situaciones
análogas, autoevaluaciones informales en el grupo, análisis sobre comentarios de textos e históricos, video-
forum, planteamientos de problemas abiertos, itinerarios reales y virtuales, etc.
Requiere, tanto del profesor como de los alumnos, unas determinadas características: poseer
facilidad para analizar las experiencias o los fenómenos desde
ámbitos, ser observadores
exhaustivos de la realidad y del entorno, considerar todas las posibles implicaciones y consecuencias,
mantener cierta distancia con el problema, no tener en cuenta el tiempo, siendo capaces de controlar e incluso
prevenir las posibles dificultades de las nuevas situaciones que se presenten, tener facilidad para analizar los
contextos, etc.
Quizá sea la fase más compleja e importante y la más sustancial en cuanto al logro del
aprendizaje. Para que se produzca es necesario que: a) De la fase anterior el alumno sienta insatisfacción con
algunas de sus concepciones para que admita otras concepciones o teorías; b) Las nuevas teorías sean
inteligibles para él, que puedan enganchar en lo que sabe; c) Reconozca que lo nuevo es plausible, que
resuelve racionalmente algunos interrogantes que antes no tenían respuesta; y d) Abran nuevas vías para
posteriores aplicaciones.
Es en este momento donde el estudiante emite una nueva hipótesis y donde las ideas previas
son utilizadas para hacer predicciones susceptibles de ser comprobadas. La elaboración de teorías, estrategias
de resolución de problemas, pequeños diseños de investigación para someter a prueba los nuevos supuestos,
abren la puerta a los nuevos conocimientos.
Entre las estrategias de esta fase de reestructuración podemos destacar: confrontar sus viejas
hipótesis con otras que actúen como contraejemplos, lo que provoca insatisfacción con sus ideas iniciales;
construir una nueva alternativa o hipótesis; ampliar el grado de aplicación de su teoría a otro contexto y
reelaborarla; incorporar otros puntos de vista de sus compañeros; contrastar resultados y ser riguroso en los
procesos de investigación.
El grupo clase debe optar por algunas de las hipótesis consecuentes con los problemas
anteriores y diseñar nuevas tareas o prácticas que ayuden a la reconstrucción de su aprendizaje. Como es de
prever, es la etapa más difícil, la que más dificultades ofrece por su alto grado de abstracción y por su
sistematización en un proyecto didáctico y de trabajo viable de realización.
Del profesor se requiere que haga notar las debilidades que se pueden producir en las nuevas
hipótesis para no volver a caer en las mismas ideas previas o que perciba que los alumnos lo puedan notar tan
alejado de sus ideas de partida que de antemano prevea su fracaso y pueda reorientar el proceso.
Las características necesarias tanto del profesor como de los alumnos para su buen
desarrollo serían: tendencia a analizar y sintetizar desde la objetividad y racionalidad, facilidad para buscar la
coherencia y la lógica entre las relaciones que se puedan establecer, preferencia hacia procesos sistemáticos
de manera metódica y estructurada, predisposición a ser perfeccionista, interés por lo abstracto, por los
modelos teóricos y por los principios, capacidad para integrar las observaciones en teorías, inclinación por
establecer relaciones en la organización de los conocimientos, propensión a partir siempre de criterios, etc.
Igual que las anteriores, insta a unas características del profesorado y de los alumnos como
las siguientes: que los problemas preferentes a resolver sean de tipo práctico, les guste actuar y manipular, se
interesen por realizaciones de proyectos, les atraiga descubrir la funcionalidad de lo aprendido, tomen
decisiones desde criterios de lo útil, posean facilidad para prever la viabilidad de los proyectos, tengan
inquietud por ver cómo funcionan las cosas, pongan al instante las ideas en acción, prior icen las actividades
prácticas sobre las elaboraciones teóricas, comprueben el funcionamiento de la aplicación, etc.
Las acciones ligadas a este nivel son especialmente las relacionadas con la aplicación:
aplicar, calcular, manipular, transferir, producir, experimentar, practicar, diseñar, descubrir, resolver, inventar,
resumir, componer, reconstruir, planificar, exponer, etc.
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Los alumnos y profesores que tienen preferencia por este estilo, tienden a implicarse
íntegramente y sin prejuicios en experiencias novedosas y de actualidad que a ser posible signifiquen retos en
la realización y consecución de objetivos.
Son de mente abierta, acometen sin titubeos cualquier actividad nueva y les gusta vivir el
momento, por lo que su tiempo presente y futuro se encuentra lleno de actividades y de proyectos. Cuando
una actividad pierde su interés, bien por finalizada, por rutinaria o por que la dominan, rápidamente buscan
otra. Las actividades cuyo proceso de desarrollo dura mucho tiempo, terminan por cansarles y prefieren todas
aquellas tareas que no requieran largos plazos de ejecución. Suelen inmiscuirse en los problemas de los
demás, tienden que ser el núcleo alrededor del cual gire la actividad y disfrutan con el trabajo en equipo
siendo ellos el centro.
Son esencialmente prudentes, les gusta estudiar todas las facetas de una cuestión y
considerar todas las posibles implicaciones derivadas antes llevar su gestión. No son partidarios de participar
activamente en las reuniones, prefieren mantenerse a la expectativa observando y analizando las conductas y
expresiones de los demás. Son discretos, silenciosos y tolerantes. Cuando intervienen han tenido en cuenta el
contexto, el pasado a la vez que el presente y las opiniones de los demás.
Lo mismo que el estilo activo, el estilo reflexivo lleva asociadas unas características
obtenidas de la tabla de especificaciones.
Se interesan por todo aquello relacionado con sistemas pensamiento, modelos teóricos,
principios generales y mapas conceptuales. Su principio filosófico valorado es la racionalidad y la lógica. Sus
interrogantes iniciales en cualquier situación son: ¿Cuál es el marco? ¿Cuáles son las hipótesis de bases?
¿Sobre la base de qué criterios?.
Si analizamos y contrastamos las características de cada una de las fases con las de cada uno
de los á
de Honey, en nuestro país de Alonso y Gallego (1994), observaríamos que cada
fase del proceso de enseñanza-aprendizaje queda estrechamente favorecida por las características de un
determinado estilo.
Sus carac
Acciones como definir, describir, dibujar, identificar, enumerar, nombrar, recordar expresar, indicar, etc son propias e
esta fase
2ª Fase. c
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2 7 4 2
- Reflexionar sobre lo que se conoce y sobre otros planteamientos teóricos.
@
- Relacionar, estructurar los conocimientos previos y aplicar a otros casos, les ayudará en su reflexión a invalidar @
algunas respuestas y a la reconstrucción de otras. @
@
-Encontrar nuevas dimensiones de la realidad que no ha contemplado.
- Reorganizan sus conocimientos con lo que enriquece su estructura cognitiva, mejora su capacidad comprensiva. @
@
- Hacer conscientes a los alumnos de la necesidad de pensar desde marcos teóricos más amplios para sumergir el
problema en estos nuevos planteamientos y darse cuenta de los obstáculos que encuentran sus alumnos en la nueva
@
reestructuración cognitiva.
- Las actividades propias son reelaborar redes o esquemas construidos, juegos de simulación, autoevaluaciones @
informales en el grupo, análisis sobre comentarios de textos, video-forum. planteamientos de problemas abiertos
3ª Fase. c
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- Provocar que el alumno sienta insatisfacción con algunas de sus concepciones para que admita otras concepciones o @
teorías; que las nuevas teorías sean inteligibles para él, que puedan enganchar en lo que sabe.
- Hacer que reconozca que lo nuevo es plausible, que resuelve racionalmente algunos interrogantes que antes no tenían @
respuesta. @
@
- Emitir nuevas hipótesis, donde las ideas previas son utilizadas para hacer predicciones susceptibles de ser @
comprobadas. @
@
- Elaborar teorías coherentes para la resolución de problemas, incluyendo pequeños diseños de investigación para
@
someter a prueba los nuevos supuestos.
- Las estrategias principales son: confrontar sus viejas hipótesis con otras que actúen como contraejemplos; construir @
nuevas alternativas; ampliar el grado de aplicación de su teoría a otro contexto; incorporar otros puntos de vista y
engarzarlos con los suyos; contrastar resultados y ser riguroso en los procesos de investigación.
- Entre las acciones que se pueden utilizar en esta fase de reestructuración podemos destacar: emitir hipótesis, relacionar, Sus carac
dar coherencia, probar, defender, argumentar, dar razones, validar, deducir, predecir, comparar, demostrar, reformular,
etc.
- Entre las estrategias nos encontraríamos con las simulaciones utilizando las T.I.C., y actividades que contribuyan a
evidenciar la utilidad.
Las acciones ligadas son especialmente las relacionadas con la aplicación: aplicar, calcular, manipular, transferir, Sus carac
producir, experimentar, practicar, diseñar, descubrir, resolver, inventar, resumir, componer, reconstruir, planificar,
exponer, etc.
4
4 2
Hemos presentado una convergencia entre las características asociadas a cada fase de la
secuencia del enfoque constructivista con las propiedades asociadas a los á
de Alonso y
Gallego. Así pues, el proceso de enseñanza ± aprendizaje bajo este enfoque, puede tener arraigo y desarrollar
las preferencias por cada uno de los á
y viceversa, partiendo de las acciones que
mejorarían cada á
de Alonso y Gallego y Honey contribuyen a favorecer el desarrollo de
cada fase del proceso secuencial desde la perspectiva constructivista.
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