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Noviembre de 1998
La Evaluación Conductual
José de Jesús Vargas Flores1 y E.Joselina Ibáñez Reyes2
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
CAMPUS IZTACALA
RESUMEN
La evaluación es el inicio de toda intervención conductual, su función
es cuantificar y analizar la conducta. A través de ésta, se determina
el diagnóstico, que es, a final de cuentas, lo que va a dirigir el diseño
y realización del tratamiento dentro de la psicología clínica. Una de
las bases de la evaluación conductual, es que se eliminan las
etiquetas y se dirige más bien hacia la determinación de los excesos
y déficits conductuales, así como de los estímulos ambientales. Se
hace una descripción de los métodos directos e indirectos. Palabras
Clave. Evaluación Conductual, Psicología Clínica, Diagnóstico.
ABSTRAC
El terapeuta dentro del consultorio clínico cuenta con una serie de instrumentos
de evaluación que le permitirán cuantificar y determinar las variables de la
conducta inadecuada o adecuada del paciente. Este cuerpo de instrumentos tiene
características que le aseguran la confiabilidad y validez de los mismos. Estas
características son básicas en el proceso evaluativo porque en la medida en que
sean confiables y válidas, en esa medida serán útiles.
Cabe preguntarnos cuales son las diferencias que existen entre estas dos formas
de evaluación. La dilucidación de estas diferencias podrá hacernos más sensibles
sobre las ventajas y desventajas de una y otra corriente.
Golfried (1977) y Ciminero (1977), opinan que la principal diferencia que existe
entre los dos tipos de evaluación es el marco teórico. La corriente dinámica
considera que le personalidad está compuesta por una serie de rasgos. Estos son
constructos hipotéticos que se determinan a través de las pruebas psicométricas.
Por ejemplo, en el momento en que determinamos, por medio de alguna prueba,
que el sujeto es "agresivo", estamos suponiendo que este rasgo es algo así como
un fantasma o fuerza interna que determinará la acción del individuo en casi todas
las situaciones. Este rasgo actuará e impulsará al individuo en su trabajo, en su
hogar, o en la calle. La personalidad de este individuo puede ser clasificada como
potencialmente "agresiva", con lo cual podemos estar haciendo una
sobregeneralización de una conducta sobre todo el universo conductual y en todas
las circunstancias.
El objetivo de la evaluación.
Entrevista Conductual
3) Análisis motivacional.
4) Análisis de desarrollo.
5) Análisis de autocontrol.
Esta guía de entrevista cubre en general un análisis mas o menos completo por
medio del cual es posible hacer una decisión terapéutica. Cubre tanto el ambiente
interno como el externo del sujeto. En un trabajo posterior, Kanfer y Grim (1977)
actualizan esta guía de entrevista tratando de cubrir una gama más amplia de
elementos de los cuales se mostrará un cuadro esquemático:
1. Déficit de Conducta.
Como puede observarse este esquema es más amplio y explícito que el anterior.
Considera tanto al ambiente como al sujeto. Es decir, tanto los estímulos que
pueden provocar una respuesta inadecuada, como las respuestas internas y
externas del sujeto.
Confiabilidad en la Entrevista.
Existen varias razones por las cuales, a pesar de que el paciente está motivado a
contar su problema, no lo hace en forma veraz. Una de las razones es la
desconfianza hacia el psicólogo. Es posible que, además, tenga pena del evento y
no se sienta capaz de reportarlo. Para esto, el psicólogo debe tener la habilidad de
provocar confianza en el paciente. Es posible firmar un contrato de
confidencialidad para mayor tranquilidad de su cliente. Otra posible razón puede
ser el hecho de que el sujeto piense que ciertos detalles no son importantes o
relevantes con respecto a su problema. Aún cuando haya observado con exactitud
sus detalles, es factible que los olvide en el momento porque le parecieron fútiles.
Para esto el psicólogo debe explorar con detenimiento estos posibles detalles no
descritos por el paciente. Una forma de realizar esto, es ejecutando un juego de
papeles de la situación y registrar los pensamientos de paciente durante la
dinámica o inmediatamente después. Otra forma es hacer que el cliente imagine la
situación y que reporte los pensamientos concurrentes.
Existen diversas formas de confiabilizar los datos obtenidos durante la entrevista.
Una forma sencilla de hacer esto es consultar con sus familiares o amigos acerca
del informe del paciente. Sin embargo, esto no siempre es posible. Otra forma de
confiabilización es hacer preguntas sobre un mismo tema y posteriormente volver
a realizarlas utilizando otras palabras. También podemos relacionar todos los
datos obtenidos y poder encontrar algunas incoherencias o detalles que no
concuerden entre sí. Debemos aclarar estas incoherencias hasta lograr estar
satisfechos sobre la veracidad de los datos.
Un método que casi todo psicólogo utiliza intencionalmente o no, es observar los
cambios en los tonos de voz y de expresión facial del paciente. Aquí suponemos
que cuando algún tema trae una carga emocional, ésta afecta principalmente el
tono de voz. Por ejemplo cuando estamos haciendo preguntas de rutina, es
posible que el paciente hable fluidamente, pero al hacerle cierta pregunta se
acabe su fluidez, aunque posteriormente intente recuperarla. Aquí podemos
sospechar dos cosas, o que dijo una mentira o que le emocionó hablar sobre el
tema. Por cualquiera de las dos razones debemos explorar ese punto.
Métodos Directos.
La validez se refiere a que lo que nosotros queremos medir sea realmente lo que
queremos medir. Es decir, que el registro sea "válido". Puede suceder que nuestro
registro sea confiable pero no válido. Es por eso que debemos prestar atención a
estos dos aspectos metodológicos de los registros.
Medidas de Automonitoreo.
Uno de los factores que debe de tomarse en cuenta en el caso del automonitoreo
es la reactividad. En casi todas las formas de evaluación existe cierta reactividad.
En casi todas las formas de evaluación existe cierta reactividad; sin embargo, la
forma de evaluación que más reactividad produce es el automonitoreo. Esta alta
reactividad resulta lógica, ya que es el individuo el registrador de su propia
conducta. Al ser su propio registrador, se da cuenta de si ocurre o no su conducta
y con qué frecuencia. Es decir, existe una retroalimentación inmediata que puede
inhibir o desinhibir la conducta.
Nelson (1977), hace una recopilación y análisis de las variables que afectan la
reactividad del automonitoreo. Serán mencionadas y dadas con una breve
explicación de cada una.
Como puede ser visto, en esta breve revisión, son muchas las fuentes de
reactividad del automonitoreo. Estos factores deben de tomarse en cuenta al tratar
de incorporar o utilizar este sistema de evaluación.
Mediciones Análogas.
Los registros análogos tienen algunas ventajas que cabe mencionar. Por
ejemplo, permiten el control experimental produciendo de esta manera la validez
interna de un experimento particular. Además, en ocasiones, el problema
psicológico es muy complejo para ser estudiado directamente. En este tipo de
registros partimos del supuesto que el sujeto emitirá la misma conducta o casi la
misma en el consultorio que en la vida real. Es posible que ésta no suceda así; sin
embargo, de lo que sí podemos estar seguros es si el sujeto posee o no la
habilidad dentro del repertorio conductual.
El juego de papeles es una herramienta muy útil que tiene a su alcance el clínico.
Permite tomar muchas medidas en una diversidad de situaciones simuladas. Su
uso más extendido ha sido en la medición y el entrenamiento de respuestas
sociales. Éstas respuestas dadas en una situación interpersonal son generadas en
una multitud de contextos. Éstos van desde la interacción esposo-esposa, madre-
hija, empleado-jefe, hasta la interacción conferencista-auditorio. para realizar estas
simulaciones se pueden utilizar a confederados del terapeuta para que actúen y
den la respuesta ante el paciente. Generalmente se le pide a éste que describa la
situación que le provoca angustia. El terapeuta le ayuda a definir e identificar los
estímulos relevantes. Tomando en cuenta esta descripción se simula la situación
enfatizando los estímulos relevantes. Tomando en cuenta esta descripción se
simula la situación enfatizando los estímulos relevantes. El paciente retroalimenta
al terapeuta sobre su actuación informándole sobre lo exacto o inexacto de la
situación con relación a la realidad. A su vez, el terapeuta puede hacer registros
directos de papel y lápiz, o tener a su disposición registradores entrenados que
pueden estar ocultos tras una cámara de Gessel para mayor control.
Así, los métodos análogos pueden ser utilizados por le terapeuta en forma
improvisada o en forma estructurada. El terapeuta debe decidir el usar una u otra
dependiendo de la situación y de las ventajas que proporcione el instrumento de
medida en ese momento. Por ejemplo, cuando el paciente se presenta por primera
vez a terapia y el psicólogo sospecha algún problema específico, puede utilizar la
forma improvisada de la evaluación análoga. Posteriormente, ya identificado el
problema, puede usar la forma estructurada para realizar una evaluación más
detenida y profunda.
Métodos Indirectos.
Para efectos del presente trabajo, tomaremos la definición del uso de métodos
indirectos cuando el terapeuta no es quien realiza el registro. En vez de eso, deja
que otros (principalmente el paciente) lo hagan por él por razones prácticas.
Cuestionarios e Inventarios.
Conclusión.
Bryant R.A., Harvey A.G., y Dang S.T. (1998) Assessing acute stress disorder:
psychometric of a structures clinical interview. Psychological Assessment, 10,
(3), 215-220.
Golfried M.R. y Davison G.C. (1976) Clinical Behavior Theraphy. Nueva York:
Holt, Rinehart and Winston.
Kanfer F.H. y Grimm L.G. (1977) Behavioral Analysis: Selecting Target Behavior
in the Interviewing. Behavior Modification, 1, (1) 12-19.
Lazarus A.A. (1971) Behavior Therapy and Beyond. Nueva York: McGraw-Hill.
Walls R.T., Werner T.J., Bacon A., y Zane T. (1977) Behavior Checklist. En J.D.
Cone y R.P. Hawkins (Eds.) Behavioral Assessment: New Directions in Clinical
Psychology. Nueva York: Brunner/Mazel.