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“EL SUFRIMIENTO PSIQUICO EN LOS NIÑOS”

PSICOPATOLOGÍA INFANTIL Y CONSTITUCIÓN OBJETIVA

1. CAPÍTULO 1 .- Avatares de la Constitución Psíquica y Psicopatológica infantil


Existen muchos factores que influyen o se ven afectados por las problemáticas que
tiene el infante, como por ejemplo, sus deseos, sus mecanismos de defensas, etc;
todos ellos generan un modo de reacción en el niño para lograr conseguir placer, sin
embargo, si esto no se llega a consolidar de manera adecuada, van a llevar a pensar en
psicopatologías graves debido a que esa discordancia llevó al niño a un desligue que le
genera un dolor y terror insoportable.
Y a la hora de diagnosticar, se puede ver que no necesariamente su trastornos o
síntomas corresponder con su estructura de personalidad, por eso debemos pensar
desde la diversidad de las problemáticas.
El niño nace con ciertas características biológicas pero es el vínculo con los demás lo
que determina o determinará su constitución psíquica : sus redes representacionales
y circuitos de pensamiento. Esto genera distintos tipos de vivencias: Las de placer (los
ruidos, caricias, miradas, que recibe de sus figuras parentales), del dolor (son las que
llevan a la huida, la hostilidad y el vacio representacional) y las calmantes (cuando otra
figura calma al infante en un momenyo de crisis, logrando convertir lo insportable en
tolerable).
Se debe tener cuidadpo con las etiquetas o diagnósticos tempranos, ya que estos
pueden influir en la concepción futura del niño sobre sí mismo, incluso los padres caen
en este error al catalogarlo como “malvado, inquieto, el terrible, el genio”, se queda
atrapado en esa concepción, debido a que él se ve como lo ven sus figuras parentales.

2. CAPÍTULO 2.- Diagnóstico en la infancia


Es importante detectar las dificultades con tiempo para poder operar con ellas y así
tener un mejor pronóstico a futuro, pero eso no significa que ese diagnóstico sea de
por vida o que sus causas sean únicas y generales para cada síntoma, ya que los
trastornos pueden reorganizarse con el tiempo.
Casi siempre, los trastornos en la infancia, son de reacción frente a dificultades de los
padres, de los hermanos o de la interrelación con su ambiente.
Dificultades que se suelen encontrar es que a veces, se borran las limitaciones entre lo
interno y externo, es decir, la pulsión del estímulo respectivamente; si esto ocurre, se
generará un desborde psíquico en el niño.
Los trastornos de erogenización son causados cuando los padres utilizan al hijo com
objeto deplacer, para calmar angustias, y no como un ser que tiene requerimientos
propias, lo que ocasiona un sexualización discordante en el niño.
Los padres, cuando se tiene a un niño en pleno desborde pulsional, lo que deberían
hacer es tener expresión calmada y una actitud fuerte, comprensiva; si ocurre todo lo
contrario, el niño absorberá el pánico en el padre y esto le ocasionará más terror. A
veces los padres suelen atribuirle un significado a las acciones del hijo que son
proyecciones de sus terrores como padres, lo que hace que sea difícil e incluso
enloquecedora la relación padre e hijo.
Si el hijo no ocupa un lugar de ser amado materno, no podrá constituir el propio yo
como un yo de placer y este se siente desechado, dejándolos sin un espacio propio,
esta desempatía de su contexto hace que el niño incluso se accidente o maltrate en
busca de sentir algo. Ese vacío puede dar pie también a la desestimación del
pensamiento (cuando sentir resulta algo intolerable), y cuando los deseos no pueden
sostenerse, ocasionando apatía o abulia. ¿Pero qué sucede cuando el hijo ocupa un
lugar an grande en las figuras parentales que incluso cae en el narcisismo? Esto puede
generar también un vacío en el niño ya que este no puede llenar las expectativas tan
altas que sus padres tienen sobre él. Estos ideales son móviles, implican rasgos
inalcanzables que marcan caminos al futuro, que si no se alcanzan pueden
desencadenar un cuadro depresivo y de inferioridad.

3. CAPÍTULO 3.- El contexto social


Lo que se considera sano o patológico será diferente en las distintas épocas, y en los
distintos grupos sociales. Cuando el niño nace en un contexto o grupo social, étnico,
debe cumplir ciertas normas, exigencias y valores sociales para obtener un
determinado reconocimiento. Cuando el contexto está en crisis el niño debe organizar
su yo.
En la actualidad, un problema existente es el temor a la exclusión, que deriva en el
terror al futuro, por ejemplo si un niño tiene dificultades de aprendizaje esto hará que
el contexto prácticamente lo rechaze ya que a futuro no tendrá un buen
desenvolvimiento laboral. Social y la vida en general.
Al amenazar al niño con un futuro incierto, como son las típicas frase de “ya vas a ver
cuando seas grande”, “no vas a poder hacer las cosas que haces ahora”, hará que el
niño quiera estancarse en no crecer debido a que no quiere tener que pasar por esas
dificultades, ya que le crearon un futuro lleno de amenazas. Si el futuro es temible, el
niño no se podrá proyectar ni soñar, ni tampoco prevenir las dificultades, prefiriendo
tener un placer más inmediato.
Otro punto a considerar es cuendo los padres fuerzan alniño, cuando este pasa por
algún acontecimiento doloroso, a superarlo rápidamente como si fuera una máquina,
y no le dan el tempo necesario para que pueda desfogar con calma su dolor.
El privar al niño de un espacio libre para el juego, también lo priva del dessarrollo de
su creatividad, fantasía y expresión.
También está la rapidez en que se le muestran al niño los estímulos, esto ocasiona que
ellos no tengan tiempo suficiente para procesarlos o generar pensamientos a partir de
tales estímulos, ese exceso sólo genera una excitación permanente en el infante,
generando niños hiperactivos, con problemas de lenguaje.

4. CAPÍTULO 4.- Los niños desafiantes o el desafío de nuestros días


Son los niños con “mala conducta”, aquellos que fueron etiquetados como niños con
trastorno de atención e hiperactividad o el trastorno oposicionista desafiante para la
cual se los medica con remedios “mágicos”. Pero en realidad la causa de esto radica en
los padres quienes covencieron a sus hijos de que son poderosos, que tendrán
satisfacciones inmediatas y que viven en un ambiente donde deben estar a la defensiva
siempre, donde deben imponer su voluntad a toda costa sino estarán a merced de un
tirano, es ahí donde el “no quiero” forma parte de una reafirmación de su propia
autonomía; el niño teme depender de otra persona porque piensa que va a quedar a
merced de él, por ello se niega a obedecerlo y siempre buscar mostrarse
autosuficiente, sintiendo incluso placer por buscar el dominar a la otra persona como
si fuera un objeto. Creen también que la causa de su malestar en los demás.
Incluso el hecho de que el narcisismo de los padres genera conductas negativas de
este tipo en el hijo, por ejemplo si la madre dice “nadie meva a decir cómo educar a
mi hijo”, y siempre lo defiende y niega tales conductas, el niño querrá luchar contra el
sistema, como haciendo el papel de protector. También surge la idea de que el mundo
es peligroso, porque los padres los educaron así, frases como: “pega primero, así no te
pegarán”, dejándolos en un estado de alerta permanente, generando así una angustia
para con su entorno.

5. CAPÍTULO 5.- El aprendizaje y sus avatares


Una niña que es considerada por su padres como un ser sin sufrimientos, la cual es
maravillada cuando no grita, no llora, no se mueve, que tiene que obedecer “ya”, crea
angustias en el niño porque habrá momentos en los que se desborden sus pulsaciones,
lo que lo envolverá en un sufrimiento.
En cuanto a su lecto-escritura, como está acostumbrada a que le digan palabras
negativas, aún teneindo un amplio vocabulario, sólo escribe esas palabras negativas
con las cuales se siente identificada.
Existe una ligación entre lo vivenciado y la historia que le trasmitieron a Ana genera en
ella un trastorno en la estructuración de su psique que no estárelacionada con su
estructura de personalidad.
Un niño que no puede satisfacer sus deseos, va a realizar un intento fallido por aplacar
sus pulsiones a través de movimientos que le traerán la calma anhelada, pero que lo
dejan insatisfecho, tratándose más de una excitación por calmar.
Según Winnicott, al haber un déficit en la constitución del espacio, se alteran los
fundamentos de la vida psíquica habitual del placer en el funcionamiento mental.
Muchas veces la hiperactividad del niño es el intento de asegurarse de ser el principal
protagonista del lugar en donde está, pero ese omportamiento genera hostilidad en
los demás, lo que, al sentir el niño ese rechazo, busque alejarse. Donde sus actos son
expresiones de angustia, desesperación, estallido interno.
Hay niños que incluso tienen movimientos excesivos con el fin de reafirmar a sus
padres que están vivos, donde la quietud les genera una gran angustia por ese motivo.
Existen otros niños que son tratados como muñecos de aparador, los papás creen que
estos no tienen sentimientos o sufrimiento alguno, ocasionando que el niño pueda
reprimir lo que le resulte doloroso y expulsar lo intolerable, se puede ver como algo
positivo pero en ese proceso desecha también pensamientos, recuerdos, percepciones
que ubica fuera de ella. Y el hecho estar todo el tiempo sublimando causa problemas
en el ámbito escolar, como la lecto-escritura, entre otros aprendizajes
6. CAPÍTULO 6.- Fobias, Angustias y Terrores en la infancia
Si el miedo se prolonga por años, podemos encontrar en las supuestas fobias las
señales de un funcionamiento psicótico. A la vez, la angustia ante el primer peligro,
genera un desorden psíquico.
Las difrencias entre angustia, miedo y terror es que la primera es el estado expectante
ante el peligro, aunque este sea conocido, el segundo requiere de un objeto
terminado, y el terror hace referencia a lo que cae en el factor sorpresa.
También para poder distinguir entre lo que es una fobia, primero debe conocerse los
típicos miedos en la infancia y su explicación, como por ejemplo, el miedo a la
oscuridad, generado por la ausencia de la madre, es decir, el objeto amado no está
para poder satisfacer las necesidades o realizar deseos, también por el hecho de que
el niño se da cuenta de que está solo y no habrá quién pueda contenerlo. Por ello es
que lloran cuando el ser amado se va, pero hay otros casos en que los niños buscan la
dominación para ocultar su miedo de perder a esa figura.
Incluso hay padres que transmiten sus miedos a los hijos, haciéndoles creer que el
mundo siempre será y ha sido un lugar muy peligroso.
Las fobias de la infancia , inevitables, a veces pueden ser indicios de un adquisición
psíquica, también son marcas de lo reprimido, desplazado y puesto fuera. Entonces los
síntomas fóbicos pueden ser efectos de múltiples determinaciones y se pueden
presentar en diferentes cuadros.

7. CAPÍTULO 7.- Encopresis y Enuresis


Pensar en el control de esfínteres en términos de estructuración psíquica, ya que
supone una oposición al puro empuje pulsional, una transacción entre la necesidad y
la cultura, es decir el buscar la tolerancia de una urgencia interna y la incorporación de
normas culturales.
La encopresis, según Freud, es un erotismo anal, en el cual se ve las heces como un
regalo, conflicto entre el amor narcisista, también la entrega de las heces como
arquetipo de la castración. Al niño que no logra controlar sus esfínteres se lo ve como
alguien que transgrede las normas morales. Green, considera que la regresión anal
conduce a la desestructuración del pensamiento, porque la excitación
insuficientemente ligada ataca a los pensamientos y es proyectada al exterior de un
modo tan violento que no puede ser metabolizada.
La pulsión de dominio es una pulsión objetal que tienede a la anulación del objeto. Es
destructividad al servicio narcisista. Al volver sobre sí para ser autodominado, por
someterse al deseo, maltrado y humillación del otro; lo que genera excitación y
desfogue placentero.
Existen tipos de encopresis en donde la primaria hace referencia a cuando el sujeto
nunca ha adquirido el control de esfínteres, y la secundaria, donde se logró durante el
periodo de un año.
El DSM-IV establece diferencias entre: a) con estreñimiento e incontinencia por
rebosamiento; b) sin estreñimiento ni inconscientencia por rebosamiento.. Tambén se
habla de cuatro tipos de encopréticos: 1) el pasivo o dependiente, 2) el activo,
transgresor, 3) el perverso, que realiza juegos eróticos con sus heces, y 4) el niño cuya
perturbación para defecar tiene origen orgánico.
Hersov, distingue categorías de acuerdo a los factores psicológicos como: a) los niños
que han adquirido el control, pero lo pierden temporalmente a causa de estrés; b) los
niños que nunca adquirieron el control, ya sea por fallo orgánico o educacional; c) los
niños que poseen reflejos anales normales, pero se “hacen encima” por retención o
rebosamiento, ya sea como una secuela de una anomalia física.
En la enuresis, el niño se encuentra con un cuerpo incontrolable, con deseos
indominables, y con un entorno hostil que lo ataca- Es decir, se enfrenta a otros
incontrolables, o que solo son dominables en la medida en que sus normas sean
desconocidas como tales.
La represión precoz de los deseos hostiles se expresa con la enuresis.
Para trabajar con estos casos se debe reubicar el síntoma como manifestación del
sufrimiento del niño, ya que la falta de control de esfínteres es la expresión de su
malestar. También hay que determinar qué implicancias hay, ya que que no se pueden
generalizar todo los casos.

8. CAPÍTULO 8.- Patologías graves en la infancia


Detectar dificultades implica poder descubrir qué es lo que el niño tiene para decir,
qué conflictos está manifestando.
Existen niños que no hablan, no juegan, no establecen relación con sus compañeros u
otros niños, o que entran en estallidos de terror con la mirada fija en un punto donde
nosotros no vemos nada.
Indicadores de gravedad: En los primeros años se ve si tiene la mirada vacía, ausencia
de mímicas, insensibilidad a estímulos auditivos, que no siga a la madre con la mirada,
etc. A fines del primer año, se ve si reconoce o no la presencia del padre, si hay algún
trastorno de la alimentación, del sueño, que no responda a su nombre. A partir de los
dos años, que no reaccione frente a la desesperación de la madre, ansiedad
catastrófica. A partir de los tres años, que no conecte con otros niños, que no soporte
estar con otra persona que no sea la madre. Y así, criterios que se evalúan a lo largo de
su vida, con el fin de ubicar la sintomatología, el diagnóstico y las posibles causas.
Los padres inciden en el niño y las vivencias tempranas ocupan un lugar fundamentalm
pero no es solo externo lo que determina el funcionamiento psíquico. En principio, es
un interno-externo indiferenciado, pero en el que no podemos eludir el importante rol
de la psiquis del infante.
También están presentes trastornos severe en la psiquis, como lo son el autismo, en
las cuales hay una falla muy temprana en la estructuración de los elementos
distintivos. Incluso se piensa que pueden haber varios tipos de autismos debido a que
la sintomatología varía mucho de sujeto a sujeto.
Otros que tienen mutismo por causas orgánicas o psicológicas, otros que tienen
deficiencias motoras y de ejecución, problemas con el tipo de apego, todas ellas
requieren una diferente intervención, por más que en algunos casos la sintomatología
o causas puedan parecer similares.
9. CAPÍTULO 9.- Las marcas de la violencia
Existe una transmisión de modos vinculare violentos que generan perturbaciones
tanto familiares como en la psiquis del niño.
En los tipos de maltrado tenemos al maltrado por exceso, en el cual el padre agrede al
hijo sin parar; el maltrato por déficit, ausencia de cuidado, que es en el caso de niños
abandonados; y también el maltrato psicológico, estas dejan una marca de dolor
profunda también.
Cuando el maltrato se da desde los primeros años de vida, el niño se ve imposibilitado
de registrar sensaciones y afecto, donde la sensación misma de vivir no se constituya,
haciendo que los niños empiecen a rechazar cualquier acercamiento.
Los efectos psíquicos del maltrato se incluyen en tres categorías: 1) estado de alerta
permanente, 2) el momento del trauma es revivido reiteradamente a lo largo de la vida
e invade los pensamientos cotidianos, y 3) empieza a retraerse, a sentirse derrotado
ante todo.

10. CAPÍTULO 10.- Las crisis y los niños

Cuando el futuro se supone catastrófico, evoca en uno imágenes de la propia historia


(social e individual) y van tomando forma de terrores particulares que transmiten de
diferentes modos.
A los niños les resulta dificil entender las contradicciones porque esto les genera
conflictos para delimitar las normas claramente, esto hace que ellos crean que el
mundo es un lugar peligroso
Y si esto incluye el desbordamiento de los padres, incrementará el problema en ellosn
ya que también deben afrontar la depresión, angustia y desesperación de sus figuras
parentales.
El temor al futuro deja a los niños o adolescentes en una eterna niñez.
Estas crisis hace que los niños se muevan sin rumbo, a estar en estado de alerta
permanente y a tener dficultades para pensar, mientras los adolescentes tienden a
tener funcionamientos violentoso recurrir a las drogas.

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