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UNIVERSIDAD NACIONAL JORGE BASADRE GROHMANN

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y EMPRESARIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS

DERECHO EMPRESARIAL

Presentado por:

SANTOS LAURA, MARICEL LESLIE 2017-105005

MAMANI JIMENEZ, MAGALY ANGELA 2017-105061

PARI ZAPANA, JUSTINA 2016-105034

TACNA – PERÚ

2018
DEDICATORIA

Dedicamos este trabajo aquellas personas que

nos enseñaron que la mejor libertad del ser

humano está en la superación personal e

intelectual, estas personas son nuestros padres,

que con la ayuda e iluminación de Dios, nos

dieron su apoyo a diario para culminar con éxito

y responsabilidad el presente trabajo.


AGRADECIMIENTO

Nuestro reconocimiento e imperecedero

agradecimiento a mis padres y hermanos por el

invalorable apoyo ofrecido a lo largo de mi

vida.

A quienes rieron conmigo en mis triunfos y

lloraron también en mis fracasos. De igual

manera a esta prestigiosa universidad, que me

ha acogido y dado la oportunidad de

superación.
INTRODUCCION

A primera vista, podríamos pensar que el derecho de la competencia y la defensa al

consumidor no guardan relación alguna. Por otro lado, la principal función del derecho

de la competencia es fomentar que existan muchos competidores en el mercado,

promoviendo la competencia como la manera más eficiente de asignación de los

recursos, cuyo objetivo primordial es aumentar el bienestar general de la población.

Los derechos de propiedad intelectual resultan actualmente muy importantes para el

desarrollo y la competitividad de un país. Por ello, se necesita un sistema de protección

de la propiedad intelectual sólido que proteja estos derechos y brinde el soporte

necesario para la innovación tecnológica, considerando como premisa básica que el

progreso técnico crea un aumento en la competencia en el ámbito de la investigación y

el desarrollo. Asimismo, el derecho de la competencia es fundamental para que el

mercado funcione de manera eficiente, ya que cuenta con una normativa que permite

promover la competencia y corregir las prácticas anticompetitivas que tienen lugar en

el mercado. Considerando que ambos derechos son fundamentales para el desarrollo

del país, la propiedad intelectual y la promoción y defensa de la competencia deben ser

considerados como elementos pares y necesarios de un sistema jurídico y económico

dinámico, a pesar de que en algunos puntos de su interacción pueden aparecer algunas

controversias aparentes.

La finalidad de este trabajo es conocer algunos de los puntos de interacción entre la

competencia y la propiedad intelectual, y, en particular, la convergencia que puede

ocurrir entre derechos de propiedad protegidos por patentes de invención y la defensa


de la competencia cuando el titular del derecho de patente hace abuso de su posición de

dominio para distorsionar la competencia. En esa línea, analizaremos en qué casos es

posible otorgar una licencia obligatoria y las cuestiones que deberían ser tomadas en

consideración al momento de evaluar su otorgamiento.


INDICE
1. OBJETIVO GENERAL ......................................................................................................................... 8
EL DERECHO DE LA COMPETENCIA ..................................................................................................... 9
MARCO TEÓRICO ............................................................................................................................. 9
1. Ámbitos del Derecho de la Competencia ............................................................................ 9
2. MARCO TEÓRICO ........................................................................................................................... 32
2.1. Antecedentes ......................................................................................................................... 32
Concepto de Consumidor. ......................................................................................................... 34
2.1.1. Antecedentes en el Perú sobre la defensa del consumidor............................................ 35
La autonomía y la soberanía del consumidor ............................................................................... 41
La buena fe comercial ................................................................................................................... 42
2.1.2. Antecedentes en el Perú sobre el derecho de la competencia ...................................... 44
2.2. Principios del consumidor: Artículo V: ................................................................................... 59
2.3. Derechos de los consumidores .............................................................................................. 60
2.4. Protección al usuario de los servicios públicos ...................................................................... 65
Atención de reclamaciones ....................................................................................................... 67
Procedimiento sumarísimo ....................................................................................................... 67
2.5. Procedimiento sobre los procesos legales ............................................................................. 68
2.6. Las funciones del consejo nacional de protección al consumidor ......................................... 69
¿Cuáles son los problemas más comunes que enfrentan hoy los consumidores? ........................ 69
RESUMEN
1. OBJETIVO GENERAL

El objetivo de nuestra investigación es analizar los criterios sobre el derecho a la

competencia y la defensa del consumidor.

1.1. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Contribuir al conocimiento de los principios que sustentan el derecho del

consumidor en nuestro país

 Ofrecer un estudio crítico sobre los criterios aplicados sobre protección al

consumidor

 Ofrecer una visión de conjunto sobre qué es lo que constituye el derecho de

la competencia y defensa del consumidor


2. EL DERECHO DE LA COMPETENCIA

2.1. MARCO TEÓRICO

Ámbitos del Derecho de la Competencia

En un mercado que funciona bajo condiciones de competencia, las condiciones de

venta se determinan como resultado de la confluencia de la demanda de los

consumidores o clientes por productos o servicios con la oferta de bienes por parte de

los productores y comercializadores. Es decir, los agentes económicos interactúan en

múltiples tratativas y negociaciones comerciales y, a través de ellas, se van definiendo

las condiciones de venta de los bienes sin que productores, comercializadores o

consumidores tengan la capacidad de determinarlas de modo unilateral o por su sola

voluntad. Por ello, se suele afirmar que en un mercado que se encuentra en

condiciones de competencia absoluta las empresas son “tomadoras de precios” pues,

dada la competencia existente, cada empresa debe cuidar que las condiciones de su

oferta sean suficientemente atractivas para los compradores quienes, de otro modo,

tendrían la opción de comprar a proveedores alternativos

La situación anterior se conoce como “competencia perfecta” y la misma requiere que

se presenten las siguientes condiciones en el mercado, para que ninguna empresa sea

capaz de determinar por sí sola las condiciones de oferta:

 Productos homogéneos. Todos los bienes ofertados deben tener

características idénticas o muy similares, de modo que los consumidores los

asuman como bienes homogéneos independientemente de quien los provea y


no tengan preferencias marcadas hacia alguno de esos bienes. Con ello, la

sustitución entre los productos de cualquier proveedor es totalmente posible.

 Gran número de vendedores y compradores. Las compras y ventas se

producen entre un sinnúmero de proveedores y clientes, con lo cual las

cantidades involucradas en cada transacción son muy pequeñas como para

impactar en las condiciones del mercado.

 Información perfecta. Todos los participantes en el mercado deben tener

información completa y simétrica sobre las características y calidad de los

productos, cantidades producidas, precios cobrados, entre otros, con lo cual

los consumidores siempre tendrán información oportuna y suficiente para

tomar decisiones de compra adecuadas.

 Ausencia de barreras importantes de acceso al mercado. La posibilidad de

entrada y salida de empresas en el mercado debe ser libre, es decir, no deben

existir mayores obstáculos o costos que inhiban la decisión de cualquier

empresa o inversionista de entrar en una determinada actividad económica e

irse del mercado de forma casi inmediata, si lo considera conveniente a sus

intereses.

Sin embargo, los mercados no funcionan en absoluta competencia o competencia

perfecta, pues las condiciones antes señaladas no se presentan de forma

concurrente y por completo en ningún mercado real. Los bienes ofertados se

diferencian por calidades, marcas u otras características; el número de vendedores

y compradores no es tan grande como para que sus transacciones no tengan

impacto en las condiciones de oferta; la información disponible suele ser


imperfecta, asimétrica o costosa; y los mercados suelen presentar distintos niveles

de barreras de entrada y salida. Por ello, existen variadas circunstancias en las

cuales las empresas sí se encuentran en capacidad de fijar las condiciones de venta

de modo unilateral o conjuntamente entre ellas, sin que la competencia sea un

elemento que discipline su comportamiento. En estas situaciones se señala que las

empresas cuentan con un importante poder de mercado que les permite neutralizar

o superar la posibilidad de competencia.

El poder de mercado es definido usualmente como la capacidad de una empresa

de aumentar sus precios por encima del precio que se daría en competencia (es

decir, del nivel que tendrían si enfrentara la competencia efectiva de otras

empresas en el mercado), sin correr el riesgo de que parte considerable de sus

clientes trasladen su demanda a otras empresas que ofrezcan menores precios o

mejores condiciones. En términos económicos simples, el poder de mercado es la

capacidad que tiene una empresa de fijar sus precios por encima de los costos

marginales que serían el resultado de una situación de competencia perfecta. Sin

embargo, bajo esos términos, toda empresa tiene cierto grado de poder de mercado

en tanto no existe la competencia perfecta. Por ello, lo importante es identificar

cuánto poder de mercado tiene cada empresa, para evaluar si puede afectar

negativamente el funcionamiento del mercado o el proceso competitivo.

Las empresas pueden obtener ese poder de mercado de distintas fuentes, algunas

legítimas y otras no. Entre las típicas fuentes de poder de mercado se encuentran

las siguientes:
Impulsa que la empresa logre ganar la preferencia de los clientes
(por ejemplo, produciendo a un menor costo que los
Eficiencia competidores o a un costo similar pero con mejor calidad) y se
económica convierta en la empresa más reconocida o incluso la única que
quede en el mercado. Esta posibilidad de crecimiento es el
incentivo primordial para que las empresas decidan competir
con miras a convertirse en la más importante en su respectivo
mercado. Esta es una fuente lícita de poder de mercado

Una empresa puede absorber, unirse o tomar el control de sus


competidores, o puede integrarse con sus proveedores de
insumos o canales de comercialización, quedando en mejor
Concentración
posición que los competidores, como consecuencia de
de empresas
operaciones de adquisición de acciones o empresas, fusiones,
asociaciones en participación, etc. (concentraciones). Esta
también es una vía legítima de lograr poder de mercado, pero
usualmente se somete a evaluación de la autoridad.

Las normas legales o las decisiones de las autoridades pueden


reducir la posibilidad de ingreso de nuevas empresas al
Ventajas mercado, haciendo más costosa su entrada o impidiéndola de
creadas por ley modo absoluto a través del otorgamiento de derechos
exclusivos de operación. El marco legal puede otorgar
determinados grados de protección frente a la competencia.
Nuevamente, esta es una forma válida de obtener poder de
mercado.

Una empresa con poder de mercado puede preservarlo


impidiendo inválidamente que los rivales compitan o
Conducta de forzándolos a competir en condiciones desiguales. Asimismo,
agentes dos o más competidores pueden coordinar su comportamiento
para lograr un poder de mercado artificial que no tienen
individualmente, evitando los riesgos de la competencia y
actuando como un monopolio. Estas formas de mantener u
obtener poder de mercado son ilegítimas.
Las normas de defensa y protección de la libre competencia no prohíben ni sancionan

la existencia del poder sustancial de mercado o de posición de dominio. Más bien,

buscan evitar que las empresas concentren poder de mercado por razones distintas a

una mayor eficiencia, o que el poder de mercado se concentre a través de fusiones o

adquisiciones de empresas, generando un grave riesgo para la competencia y el

bienestar de los consumidores. Para ello, el Derecho de la Competencia tiene dos vías

típicas de aplicación que se plasman en normas legales que se conocen como “control

de conductas” y “control de estructuras”. Este trabajo se concentra en el control de

conductas, al ser la que mayor desarrollo legal y jurisprudencial tiene en el Perú

Gráfico N° 1
Derecho de la competencia

ABUSO DE
DOMINIO
CONNTROL DE
CONDUCTAS
DERECHO A LA PRÁCTICAS
COMPETENCIA COLUSORIAS
CONTROL DE
ESTRUCTURAS

2.2. Control de Conductas

El control de conductas se manifiesta en normas que establecen la prohibición de

determinados comportamientos de los agentes económicos en el mercado, que se

considera que restringen inválidamente la competencia en perjuicio del


consumidor, del proceso competitivo y, en términos más generales, del mercado

en sí mismo. Como regla general, el control de conductas opera luego que la

conducta prohibida se ha producido en el mercado; es decir, funciona como una

evaluación ex post del comportamiento de las empresas, identificando si el mismo

ha sido conforme al marco legal o ha incurrido en la práctica prohibida. Dado lo

anterior, el control de conductas se aplica en los casos en que el poder de mercado

se obtiene por medios ilegítimos como producto de comportamientos inválidos de

los agentes económicos.

La finalidad de las normas de control de conductas busca inhibir y, de ser

necesario, sancionar las prácticas restrictivas de la competencia realizadas por

empresas o agentes económicos.

Estas prácticas anticompetitivas pueden ser de dos tipos según se explica a

continuación:

2.2.1. Abuso de Posición de Dominio o Monopolización

A través de estos actos una empresa que cuenta con una posición de dominio

en el mercado, aprovecha indebidamente esa posición en el mercado para

sacar ventaja de ello e impedir la entrada de nuevos competidores u

obstaculizar la permanencia de los que ya se encuentran operando en el

mercado. Usualmente son actos ilícitos de una empresa para excluir


ilegalmente del mercado a los competidores. La ley peruana los denomina

“actos de abuso de posición de dominio”.

a. Mercado relevante

Para que una empresa pueda incurrir en actos de abuso de posición

de dominio debe contar con esta posición en el mercado. Para

determinar si una empresa cuenta con posición de dominio es

necesario definir si puede imponer las condiciones de compra o

venta, con independencia de la reacción de sus clientes,

proveedores o competidores. Una empresa podrá actuar de esta

forma cuando los clientes y proveedores del mercado en cuestión

no tienen alternativas reales, distintas a la empresa dominante, para

comprar los bienes que requieren o vender los bienes que

producen, respectivamente. Asimismo, la empresa dominante

podrá comportarse de tal manera si no enfrenta competidores o si

los que existen no tienen la fuerza suficiente para enfrentarla.

El mercado relevante es el ámbito donde la competencia puede

verse afectada por el ejercicio de poder sustancial de mercado, es

decir, el ámbito donde una empresa podría imponer condiciones de

venta como incrementos de precios o limitaciones de la

producción, debido a que no existen alternativas para el


comprador, ya sea en términos de bienes sustitutos o de

proveedores. Un mercado relevante se define combinando dos

dimensiones: la del producto y la geográfica.

En el Perú, los alcances del mercado relevante se encuentran

expresamente definidos en la ley vigente, que señala lo que sigue:

“Art. 6.- El mercado relevante

6.1. El mercado relevante está integrado por el mercado de producto y


el mercado geográfico
.
6.2. El mercado de producto relevante es, por lo general, el bien o
servicio materia de la conducta investigada y sus sustitutos. Para el
análisis de sustitución, la autoridad de competencia evaluará, entre
otros factores, las preferencias de los clientes o consumidores; las
características, usos y precios de los posibles sustitutos; así como las
posibilidades tecnológicas y el tiempo requerido para la sustitución.

6.3. El mercado geográfico relevante es el conjunto de zonas


geográficas donde están ubicadas las fuentes alternativas de
aprovisionamiento del producto relevante. Para determinar las
alternativas de aprovisionamiento, la autoridad de competencia
evaluará, entre otros factores, los costos de transporte y las barreras al
comercio existentes” (Decreto Legislativo)

b. Posición de dominio

El análisis de competencia potencial busca identificar si el

comportamiento de los agentes que actúan en el mercado

relevante, y en particular el de la empresa denunciada, se verá

disciplinado por el riesgo de competencia que puedan generar los

nuevos competidores que pudieran ingresar al mercado.


Existen condiciones de acceso se analizan como barreras de

entrada al mercado, las cuales pueden tener distinto origen:

Legales:

El estado influencia determina la posibilidad de entrada al mercado

a través de normas legales o decisiones administrativas, ya sea

intencionalmente o no. Las barreras legales pueden limitar la

entrada o la permanencia de los agentes en el mercado de dos

formas:

 Explícita. Se manifiestan vía limitaciones a la entrada de

empresas, tales como permisos o licencias especiales para

operar que implican requisitos bastante difíciles o costosos

que cumplir.

 Implícitas. Se presentan a través de regulaciones

adoptadas por razones no relacionadas con la entrada al

mercado o la competencia pero que, al final, limitan la

entrada.

c. Estratégicas:

Este tipo de barreras tiene su origen en el comportamiento de

las empresas ya establecidas en el mercado, que sirve como

elemento disuasivo frente a potenciales entrantes. Se pueden


manifestar a través de estrategias comerciales, por ejemplo, a

través de las condiciones de venta que fijan las empresas tales

como ventas con precios por debajo de costos, despliegue de

capacidad productiva en exceso frente a las necesidades

regulares de la demanda, políticas de “acaparamiento de

marcas”, etc. De igual modo, también pueden manifestarse a

través de políticas contractuales como por ejemplo, la

celebración de numerosas relaciones de distribución exclusiva

con puntos de venta, entre otros.

Como puede observarse de la siguiente cita, la definición de

posición de dominio que contiene la ley peruana recoge en gran

medida el método de análisis descrito:

“Art. 7.- De la posición de dominio en el mercado

7.1. Se entiende que un agente económico goza de posición de


dominio en un mercado relevante cuando tiene la posibilidad de
restringir, afectar o distorsionar en forma sustancial las condiciones
de la oferta o demanda en dicho mercado, sin que sus competidores,
proveedores o clientes puedan, en ese momento o en un futuro
inmediato, contrarrestar dicha posibilidad, debido a factores tales
como:

a) Una participación significativa en el mercado relevante.


b) Las características de la oferta y la demanda de los bienes o
servicios.
c) El desarrollo tecnológico o servicios involucrados.
d) El acceso de competidores a fuentes de financiamiento y
suministro así como a redes de distribución.
e) La existencia de barreras a la entrada de tipo legal, económica o
estratégica.
f) La existencia de proveedores, clientes o competidores y el poder
de negociación de éstos.
7.2. La sola tenencia de posición de dominio no constituye una
conducta ilícita” (Decreto Legislativo)

Un punto importante a resaltar de la ley es que se establece de

modo expreso que la existencia de posición de dominio no es

ilícita, siendo necesario que se identifique un acto de abuso de

posición de dominio para que se infrinja la ley.

d. Abuso de posición de dominio

En cuanto a los actos de abuso de posición de dominio, sin

perjuicio del análisis más detallado que se realizará más adelante,

corresponde aquí hacer algunas distinciones de importancia para

comprender la evolución que ha tenido la interpretación del tipo de

actos de abuso que prohíbe la ley en el Perú.

Los actos de abuso de posición de dominio se suelen clasificar en

dos grandes categorías conocidas como:


 abuso explotativo,

 abuso exclusorio o excluyente

Los actos de abuso con relación de competencia significan que la

actuación de la empresa dominante perjudica a sus competidores, ya

sea en el mismo mercado en que ella actúa o a competidores de

empresas de su mismo grupo económico que operan en mercados

relacionados. De este modo, la empresa dominante actúa con intención

de excluir a sus competidores directos o a competidores indirectos en

mercados relacionados pues tiene incentivos para perjudicarlos en la

medida que ello, a su vez, le reporta el beneficio de reducir o eliminar

a la competencia

2.2.3. Prácticas Colusorias

Las prácticas colusorias son comportamientos coordinados entre

agentes competidores o agentes que actúan en distintas etapas del

proceso productivo o de comercialización que, a través de la

coordinación, dejan de actuar de modo independiente entre sí y se

comportan coludidos según los términos pactados o convenidos,

creando así una restricción indebida de la competencia.

Las prácticas colusorias entre competidores pueden producir efectos

perjudiciales producto de la restricción de la competencia que

ocasionan, así como efectos beneficiosos derivados de la actuación

conjunta de los competidores en el mercado.


Por lo general la innovación se logra a través de actividades de

investigación y desarrollo, que suponen una inversión que puede ser

considerable y a veces bastante riesgosa.

El Derecho de la Competencia asume que el mejor criterio para evaluar

ese tipo de acuerdos es considerando sus efectos negativos y positivos

para el mercado y el bienestar de los consumidores en el corto y largo

plazo. Debe tenerse en cuenta que una restricción de la competencia en

el corto plazo puede resultar mucho más beneficiosa para el mercado en

su conjunto en el largo plazo. Por ejemplo, una restricción temporal de

la capacidad de un laboratorio de realizar actividades de investigación y

desarrollo individualmente, para realizarla en conjunto con otros

laboratorios competidores, puede resultar en el largo plazo en un gran

beneficio para los consumidores.

Restricciones verticales de la competencia

Las restricciones verticales de la competencia se producen entre

agentes económicos que realizan actividades en distintos niveles

de la cadena de producción o comercialización, actividades que

son complementarias, como por ejemplo las de un fabricante y su

proveedor de insumos, o de un fabricante y sus canales de

distribución mayorista y/o minorista; por ello, se las califica como

verticales al involucrar una relación de esta naturaleza

|
Gráfico N°9
Tipos de restricciones verticales

Situaciación de
marca única

Situación de
distribución limitada

Situación de fijación
de precios de venta

a. Restricciones que determinan una situación de

marca única

Existen cuando uno o más comercializadores aceptan vender

los bienes de un solo fabricante o de una sola marca. En tal

sentido, el o los comercializadores restringen su libre

voluntad empresarial comprometiéndose a comprar

solamente los bienes de ese fabricante y a ofrecer solamente

esos bienes a través de su canal de distribución o punto de

venta. Los efectos restrictivos de la competencia más directos

que se generan con estas restricciones son, principalmente,

los siguientes:
 Excluyen a otros fabricantes de acceder a los canales

comercialización o puntos de venta que se hayan

comprometido con la marca única

 Reducen la competencia que pudiera darse entre productos de

distintas marcas en los puntos de venta de los

comercializadores minoristas. Dado que este tipo de prácticas

restringe la competencia entre fabricantes o bienes de

distintos fabricantes, se señala que restringen la competencia

entre marcas o inter-marca (interbrand).

b. Restricciones que determinan una situación de

distribución limitada

Se presentan cuando un fabricante decide vender sus bienes a

través de un solo comercializador. Con ello, el fabricante

restringe su libre voluntad empresarial comprometiéndose a

conducir todas sus ventas a través de un único canal de

distribución o ventas. La forma más típica en que puede

encontrarse este tipo de prácticas es en los contratos de

distribución exclusiva que, por lo general significan la

asignación de una zona geográfica definida o de un número o

tipo de clientes.
Los efectos restrictivos de la competencia que producen estas

restricciones son, principalmente, los siguientes:

 Excluyen a otros comercializadores de poder adquirir los

bienes del fabricante que se haya comprometido con la

distribución limitada.

 Impiden o reducen la competencia que pudiera darse entre

comercializadores de bienes de un fabricante.

Restricciones que determinan una situación de fijación de precios de reventa

En este caso, el fabricante logra convencer y comprometer a uno o más

comercializadores para que vendan sus bienes a los clientes al precio que defina

dicho fabricante. De esta forma, los comercializadores restringen su voluntad

empresarial aceptando que sea el fabricante quien determine el precio de venta al

público. Estas restricciones se manifiestan en tres formas distintas: un precio fijo

de reventa, un precio máximo, o un precio mínimo; siendo el primero el que mayor

restricción genera, mientras que los otros dos ofrecen cierto margen de decisión al

comercializador hacia abajo o hacia arriba, respectivamente.

Los efectos restrictivos de la competencia que producen estas restricciones son,

principalmente, que eliminan o reducen la competencia por precios que pudiera

darse entre comercializadores de bienes de un fabricante.

1.1. Control de Estructuras

El control de estructuras se manifiesta en normas que establecen un procedimiento

a través del cual una autoridad estatal aprueba las operaciones de concentración
de empresas, ya sea antes o después que se lleven a cabo los actos requeridos para

la ejecución de tales operaciones. El propósito de estas normas es que la autoridad

analice los alcances de la operación de concentración y defina, en términos

anticipados, cuáles pueden ser sus efectos sobre la competencia en el mercado

respectivo y, en función de ello, concluya si corresponde o no aprobar la

operación.

Esto significa que la autoridad evalúa cómo funciona actualmente el mercado con

la estructura que tiene (con el número de participantes que tiene y las condiciones

de competencia que presenta) y lo compara con la nueva configuración del

mercado si se aprobara la operación y el impacto que esto tendría en las

condiciones de competencia futuras. Si se identifica que los potenciales efectos

de la concentración serán perjudiciales para la competencia y los consumidores,

se desaprueba la operación. Este sistema no prohíbe ni impide las operaciones de

concentración, salvo en los casos más serios en que puede terminar significando

una prohibición de la operación de concentración, aunque esto casi siempre es

excepcional.

En función del tipo de operación que diseñen las empresas, las concentraciones

de empresas se denominan:

 Horizontales, cuando involucran a agentes competidores, que producen y/o

venden bienes sustitutos.

 Verticales, cuando involucran a agentes que actúan en distintas etapas del

proceso productivo o de comercialización, como por ejemplo un productor y

su proveedor de insumos de producción, o un productor y su canal de

distribución mayorista o minorista.


 De conglomerado, cuando involucran a agentes económicos que realizan

actividades no relacionadas, es decir, agentes que no son competidores ni

tienen una relación vertical como la antes mencionada.

Como parte del análisis de fondo que se realiza sobre las concentraciones, se

comparan los efectos negativos que pudieran tener (efectos restrictivos de la

competencia) frente a los efectos positivos (eficiencias y ahorros de costos), con

la finalidad de determinar si corresponde autorizar la operación notificada.

Cuadro N°1

Tipos de concentraciones de las empresas y sus efectos

Horizontal Vertical Conglomerado


Efectos Economías de escala en la Reducción de costos para la  Utilización de
positivos producción, en la compra de nueva entidad producto de tecnologías similares en
insumos o en la distribución la concentración: Costos de el proceso productivo.
para la nueva entidad producción y costos de  Reducción de costos en la
producto de la transacción. distribución de bienes
concentración. complementarios para la
nueva entidad producto
de la concentración.
Efectos Efecto unilaterales: La nueva entidad producto de  En raros casos, se
negativos Creación o incremento de la la concentración puede considera que pueden
posición de dominio para la crear impedimentos al facilitar la realización de
nueva entidad producto de acceso de competidores a prácticas de subsidios
la concentración, lo que mercados verticalmente cruzados o predatorias
puede ocasionar un relacionados, o elevar los por parte de la nueva
incremento de precios o costos de acceso de los entidad producto de la
capacidad de manejar la rivales a través de: concentración.
producción.  Reducción de
 El control estratégico de competencia potencial,
Efectos colusorios: insumos. cuando la nueva entidad
Disminución del número  La creación de barreras producto de la
agentes participantes que de entrada. concentración integra a
puede crear incentivos para empresas que antes
la colusión tácita. podían ser consideradas
competidoras potenciales

Evolución Legislativa en el Perú

Las normas de Derecho de la Competencia en el Perú abarcan tanto el control de conductas

como el control de estructuras. Este trabajo se refiere únicamente a la aplicación del control

de conductas en el Perú, en tanto que el control de estructuras tiene alcances bastante acotados

Objetivo

El Decreto Legislativo N°701 enunciaba como su objetivo que la libre iniciativa privada se

desenvuelva procurando el mayor beneficio de consumidores.

Ámbito de Aplicación Subjetivo

Se contempló dentro de su ámbito subjetivo a las personas naturales o jurídicas, de derecho

público o privado, que realicen actividades económicas; así como a las personas que ejerzan

la dirección o representación de las personas jurídicas.

Ámbito de Aplicación Objetivo

Se estableció como ámbito objetivo de la ley dos categorías de comportamientos prohibidos:

• Actos de abuso de posición de dominio.


• Prácticas restrictivas de la competencia.

Actos de Abuso de Posición de Dominio

En lo que respecta a los actos de abuso de posición de dominio, primero el Decreto

Legislativo N°701 calificaba la posición de dominio como la capacidad de una o más

empresas de actuar de modo independiente con prescindencia de los demás participantes en

el mercado (competidores, compradores, clientes o proveedores), por factores como una

participación significativa, características de la oferta y demanda, desarrollo tecnológico,

acceso de competidores a fuentes de financiamiento y suministro así como a redes de

distribución. Con ello admitía la posibilidad de una posición de dominio conjunta entre dos

o más empresas.

Adicionalmente, el Decreto Legislativo N°701 señalaba que existía abuso de posición de

dominio cuando una empresa dominante actuaba de manera indebida con el fin de obtener

beneficios y causar perjuicios a otros que no hubiesen sido posibles de no ostentar la posición

de dominio57. De este modo, para encontrar un caso de abuso de posición de dominio debía

acreditarse que, como resultado de la práctica, la empresa dominante obtenía un beneficio y

además causaba perjuicios a otro agente del mercado.

Los actos de abuso de posición de dominio, tipificados expresamente en la norma (art. 5),

eran:

 La negativa injustificada de satisfacer las demandas de compra o adquisición, o las

ofertas de venta o prestación de productos o servicios.


 La aplicación en las relaciones comerciales de condiciones desiguales para

prestaciones equivalentes, que coloquen a unos competidores en situación

desventajosa frente a otros.

No constituye abuso de posición de dominio el otorgamiento de descuentos y bonificaciones

que correspondan a prácticas comerciales generalmente aceptadas, que se concedan u

otorguen por determinadas circunstancias compensatorias, tales como pago anticipado,

monto, volumen u otras y/o que se otorguen con carácter general, en todos los casos en que

existan iguales condiciones.

 La subordinación de la celebración de contratos a la aceptación de prestaciones

suplementarias que, por su naturaleza o con arreglo a la costumbre mercantil, no

guarden relación con el objeto de tales contratos.

b. Prácticas Restrictivas de la Competencia

Respecto de las prácticas restrictivas de la competencia, el Decreto Legislativo N°701

contemplaba que podían darse a través de acuerdos, prácticas concertadas, decisiones y

recomendaciones, sin precisar si se trataba de conductas que involucraban a competidores o

a empresas que actúan en distintos niveles de la cadena productiva o de comercialización.

Los comportamientos tipificados expresamente como prácticas restrictivas de la competencia

eran los siguientes (art. 6):


 La fijación concertada entre competidores de forma directa o indirecta, de precios o

de otras condiciones comerciales o de servicio.

 El reparto del mercado o de las fuentes de aprovisionamiento.

 El reparto de las cuotas de producción.

 La concertación de la calidad de los productos, cuando no corresponda a normas

técnicas nacionales o internacionales y afecte negativamente al consumidor.

 La aplicación en las relaciones comerciales de condiciones desiguales para

prestaciones equivalentes, que coloquen a unos competidores en situación

desventajosa frente a otros. No constituye práctica restrictiva de la libre competencia

el otorgamiento de descuentos y bonificaciones que correspondan a prácticas

comerciales generalmente aceptadas, que se concedan u otorguen por determinadas

circunstancias compensatorias, tales como pago anticipado, monto, volumen u otras

y/o que se otorguen con carácter general en todos los casos que existan iguales

condiciones.

 La subordinación de la celebración de contratos a la aceptación de prestaciones

suplementarias que, por su naturaleza o con arreglo a la costumbre mercantil, no

guarden relación con el objeto de tales contratos.

 La negativa concertada e injustificada de satisfacer las demandas de compra o

adquisición, o las ofertas de venta o prestación, de productos o servicios.

 La limitación o el control concertados de la producción, la distribución, el desarrollo

técnico o las inversiones.


 El establecimiento, la concertación o la coordinación de las ofertas o de la abstención

de presentar ofertas en las licitaciones, los concursos, los remates o las subastas

públicas.

Procedimiento

La definición del procedimiento en el Decreto Legislativo N°701 es relativamente escasa.

Partiendo de la lógica de un procedimiento ya iniciado, sea por iniciativa de parte o de oficio,

se establecía un plazo de 15 días de descargos; vencido dicho plazo se contemplaba un

período de pruebas de 30 días; luego estaba prevista la opinión de la Secretaría Técnica

presentada a la Comisión sin señalarse un plazo específico; para concluir con la resolución

de primera instancia que debía ser emitida a los cinco días de recibida tal opinión.

El trámite en segunda instancia se iniciaba con la apelación para la cual se otorgaba un plazo

de 15 días de notificada la resolución de primera instancia; la resolución de segunda instancia

debía ser emitida dentro de los siguientes 30 días desde la apelación.

Régimen de Sanciones

Las únicas sanciones previstas en el Decreto Legislativo N°701 eran las multas. Las

infracciones estaban calificadas como leves, graves y muy graves para efectos de la multa a

imponer. Las infracciones leves o graves podían acarrear multas de hasta 1.000 UIT, siempre

que no superasen el 10% de las ventas o ingresos brutos percibidos en el ejercicio previo a la

resolución que imponía la multa. En los casos de infracción muy grave la multa podía ser
superior a las 1.000 UIT, siempre que no superasen el 10% de las ventas o ingresos brutos

percibidos en el ejercicio previo a la resolución que imponía la multa.

Adicionalmente, también se contemplaba la posibilidad de imponer multas de hasta 100 UIT

a cada representante legal o integrantes de los órganos directivos de las empresas infractoras,

según se determinase su responsabilidad en las infracciones cometidas.

Por último, se contemplaban distintos criterios de gradación de la gravedad de las

winfracciones, vinculados con los alcances de la infracción y los efectos producidos.

2. MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes

El establecimiento de la protección al consumidor a través de los años está vinculado

a la esencial participación de diversos grupos de ciudadanos que solicitaron a sus

respectivos gobiernos el tratamiento justo y adecuado de los productos y servicios

ofrecidos por proveedores. Estas actividades se iniciaron en Estados Unidos y su

ejemplo fue repetido en el resto del mundo logrando así institucionalizar la protección

al consumidor mundialmente.

Fue trascendente el discurso del ex presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy,

realizado el 15 de marzo de 1962. En dicho discurso, resaltó el rol de los consumidores

en el desarrollo económico y cómo estos han sido afectados por casi toda decisión

económica, pública y privada, por lo que era menester la actuación del estado a fin de

proteger ese interés común debido a que “consumidores son todos...


En el mismo año, se publicó en Reino Unido el Final Report of the Committee on

Consumer Protection, el cual estuvo liderado por Joseph Molony del Committee on

Consumer Protection (este reporte es conocido como el “Molony Report”). El Molony

Report tuvo importantes logros tales como la emisión de legislación de protección al

consumidor en Reino Unido y la creación de un organismo estatal de protección al

consumidor.

De lo citado anteriormente, se aprecia que el nuevo rol asumido por el Estado es el de

observador del mercado y a través de este nuevo rol procura crear un marco

constitucional útil para establecer las condiciones adecuadas para que el consumidor

decida por sí mismo. De esta manera, y considerando el sistema normativo

especializado en protección al consumidor y las normas relacionadas a él, la presencia

del consumidor toma relevancia al volverse un sujeto económico con derechos y que

es protegido efectivamente por medio de un organismo que protege sus intereses y

resuelve sus denuncias.

La participación de las organizaciones de consumidores en el desarrollo de la política

de protección al consumidor, como es el caso de la Organización Internacional de

Uniones de Consumidores influyó en las actividades del Consejo Económico y Social

de las Naciones Unidas al lograr que la Asamblea General emita la Resolución 39/248

de fecha 09 de abril de 1985. La importancia de la Resolución 39/248 ocasionó que

los diferentes estados adopten como política de estado la protección al consumidor. A

partir de ello, diferentes estados latinoamericanos incluyeron en su política de estado

la protección al consumidor incorporándola en sus respectivas constituciones.


c. Concepto de Consumidor.

Respecto al concepto de Consumidor, este varía en los diferentes ordenamientos

jurídicos, sin embargo, es de tener en cuenta que la mayoría de Estados protege al

Consumidor Jurídico, es decir, aquel consumidor que adquiere los bienes o servicios.

Asimismo se protege al Consumidor Material quien es aquel consumidor que hace uso

de los bienes o servicios adquiridos.

a) Noción abstracta de protección al consumidor.

La noción abstracta del consumidor toma como premisa la afirmación de que todos

los ciudadanos son consumidores y por lo tanto son merecedores de derechos en su

actividad diaria. Por ello se considera la figura del “Ciudadano Consumidor”, ya que

el consumo es prácticamente una etapa inherente a la vida del ciudadano.

b) Noción Concreta.

Al tener en cuenta los derechos otorgados al consumidor por medio de la noción

abstracta, se considera que la única manera de ejercer estos derechos individualmente

es mediante la emisión de normas jurídicas especiales de protección al consumidor.

A fin de delimitar el ámbito de aplicación de estas normas, se realiza el análisis desde

la denominada Noción Concreta que permite establecer la atribución de derechos al

partícipe de determinados actos de consumo.


d. 2.1.1. Antecedentes en el Perú sobre la defensa del

consumidor

La protección al consumidor en el Perú se inició con la Constitución de 1979, en

cuyo artículo 110 se señalaba lo siguiente: “Artículo 110: El régimen económico de

la República se fundamenta en principios de justicia social orientados a la

dignificación del trabajo como fuente principal de riqueza y como medio de

realización de la persona humana. El Estado promueve el desarrollo económico y

social mediante el incremento de la producción y de la productividad, la racional

utilización de los recursos, el pleno empleo y la distribución equitativa del ingreso.

Con igual finalidad, fomenta los diversos sectores de la producción y defiende el

interés de los consumidores.”

a) Decreto Supremo 036-1983-JUS del 22 de julio de 1983 “Normas de

Protección a los Consumidores”

Decreto Supremo emitido en concordancia con el artículo 110 de la Constitución

de 1979. “Artículo 4. Para los efectos de este Decreto Supremo se denominan:

Consumidor, a quien mediante contrato verbal o escrito adquiere bienes,

fungibles o no, o a la prestación de algún servicio.”

b) Decreto Legislativo 716 – “Ley de Protección al consumidor.

El 07 de noviembre de 1991 el Congreso promulgó el Decreto Legislativo N°

716 que incluyó derechos considerados esenciales en otros Estados y por

organismos internacionales. El Decreto Legislativo 716 marcó un punto de

quiebre importante para el desarrollo del mercado al otorgar e instituir un mayor


dinamismo a la figura del consumidor y al establecer un marco normativo

encuadrado dentro de un sistema de libre mercado.

c) Artículo 3 del Decreto Legislativo 716:

Consumidores o usuarios: Las personas naturales o jurídicas que adquieren,

utilizan o disfrutan como destinatarios finales productos o servicios.

Esta noción fue complementada posteriormente mediante la Resolución 101-96-

TDC emitida por la Sala de Defensa de la Competencia del Tribunal de Defensa

de la Competencia y de la Propiedad Intelectual del Indecopi, con fecha 18 de

diciembre de 1996:

“Se considera como consumidor o usuario, de acuerdo a lo establecido en el

inciso a) del artículo 3 del Decreto Legislativo 716, a la persona natural o jurídica

que adquiere, utiliza o disfruta un producto o un servicio para fines personales,

familiares o de su entorno social inmediato.

d) La Constitución Política del Perú del año 1993 instituyó la protección al

consumidor por medio del artículo 65:

“Artículo 65: El estado defiende el interés de los consumidores y usuarios. Para

tal efecto garantiza el derecho a la información sobre los bienes y servicios que

se encuentran a su disposición en el mercado. Asimismo, vela, en particular, por

la salud y la seguridad de la población”.

Sobre el artículo 65 de la constitución


Horizonrte tutivo: orienta y
Establece un fundamenta la actuacion del
principio rector para estado respecto a cualquier
la actuacion del actividad economica la defensa de
¿COMO estado los intereses de los consumidores y
CONTEMPLA LA usuarios
DEFENSA DE
LOS
CONSUMIDORES Accion y defensa: reconoce la
Y USUARIOS? Consigna un facultad de los consumidores y
derecho personal usiarios de exigir al estado una
subjetivo actuacion determinada en los casos
de transgrecion o desconocimiento
de sus leitimos intereses.

Garantizar el Implica la consignacion de datos veraces,


OBLIGACIONES derecho a la suficientes, apropiados y facilmente
OBTENIDAS EN información accesibles
EL ARTICULO
65

Velar por la salud Que se aseguren que los productos y


y la seguridad de servicios ofertados en el mercado deben
las personas en sus ser tales que , utiliados en condiciones
condiciones de normales o previsibles, no pongan en
consumidores o peligro la salud y seguridad de los
usuarios consumidores y usuarios
Entonces la Constitución Política del Perú del año 1993 instituyó la protección al

consumidor por medio del artículo 65 el mismo que consideró lo establecido por

el Decreto Legislativo 716 citado anteriormente, el Decreto Legislativo 691

(Normas de la publicidad en defensa del consumidor) y el Decreto Ley 26122

(Ley sobre represión de la competencia desleal).

Luego la noción de consumidor fue confirmada por la Resolución 001-2001-LIN-

CPC/INDECOPI 102, y posteriormente la normativa referida a protección al

consumidor, así como las precisiones y modificaciones al Decreto Legislativo

716 fueron agrupadas en el Texto Único Ordenado de la Ley de Protección al

Consumidor, aprobado por el Decreto Supremo 039-2000-ITINCI del 11 de

diciembre de 2000

Posteriormente, y en correspondencia con el interés del Estado de proteger a la

parte contractual más débil, Indecopi amplió el marco de protección ya

anteriormente establecido por la Resolución 101-96-TDC al incluir a los

pequeños empresarios mediante la Resolución 422-2004- TDC 103 emitida por

la Sala de Defensa de la Competencia al observar que estos son afectados también

por la desigualdad técnica típica en el consumidor.

Luego el Indecopi emitió la Resolución 001-2006- LIN-CPC/Indecopi

confirmando la inclusión del pequeño empresario como objeto de protección.

En el año 2008 se emitió el Decreto Legislativo 1045, el cual modificó el

concepto de consumidor incluido en el Texto Único Ordenado de la Ley de

Protección al Consumidor definiéndolo de la siguiente manera


La definición del Decreto Legislativo 1045 se mantuvo en el Decreto Supremo

006-2009-PCM del 30 de enero de 2009.

Finalmente, el 02 de septiembre de 2010 se publicó la Ley 29571 - “Código de

Protección y Defensa del Consumidor”, con este Código se produce el cambio de

paradigma: se trata al consumidor como una fuerza que impulsa el mercado, el

cual tiene prevalente prioridad el cual define.

e) El Código de Protección y Defensa del Consumidor (Ley N° 29571).

En el artículo IV al consumidor de la siguiente manera:

Consumidores o usuarios

 Las personas naturales o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como

destinatarios finales productos o servicios materiales e inmateriales, en

beneficio propio o de su grupo familiar o social, actuando así en un ámbito

ajeno a una actividad empresarial o profesional. No se considera consumidor

para efectos del Código a quien adquiere, utiliza o disfruta de un producto o

servicio normalmente destinado para los fines de su actividad como

proveedor.

 Los microempresarios que evidencien una situación de asimetría

informativa con el proveedor respecto de aquellos productos o servicios

que no formen parte del giro propio del negocio.

 En caso de duda sobre el destino final de determinado producto o servicio,

se califica como consumidor a quien lo adquiere, usa o disfruta.


Intereses de derecho público y derecho privado en las relaciones jurídicas de

consumo.

Hablar sobre relaciones jurídicas de consumo, implica previamente precisar

sobre que trata el Derecho del Consumo.

El Derecho del Consumo es una disciplina mixta que tiene como objeto a la

relación de consumo que se da entre un proveedor profesional y un consumidor

en una situación de asimetría informativa, pero que incluye normas de derecho

público (constitucional y administrativo) y de derecho privado (civil y mercantil),

sin cuya interpretación conjunta no puede ser comprendido.

Intereses de derecho privado y público en las relaciones jurídicas de

consumo.

Las normas de derecho privado deben estar orientadas a la protección de “EL

Consumidor”

El consumidor o usuario devienen en el fin de toda actividad económica; es decir,

es quien concluye el círculo económico satisfaciendo sus necesidades y

acrecentando su bienestar a través de la utilización de los productos y servicios

ofertados en el mercado. En puridad, se trata de una persona natural o jurídica que

en virtud de un acto jurídico oneroso adquiere, utiliza o disfruta de determinados

productos (como consumidor) o servicios (como usuario) que previamente han

sido ofrecidos al mercado.

El Código de Protección y Defensa del Consumidor plasma las directrices que

orientarán el accionar del Estado y los agentes del mercado.


Establece las Políticas Públicas y los Principios que regirán el sistema y que

orientarán a todos sus integrantes: Estado, gremios y ciudadanía.

Se constituye en una herramienta del desarrollo económico del país: fomenta

transacciones exitosas de consumo beneficiando tanto al consumidor, como al

proveedor y al mercado en general mediante reglas de juego claras.

La autonomía y la soberanía del consumidor

La soberanía del consumidor en una economía social de mercado es uno de los

ejes para el entendimiento de la dinámica del intercambio y para el bienestar

individual y social que el intercambio se encuentra llamado a producir.

Consideramos que el siguiente principio debe ser recogido por el Código de

Protección y Defensa del Consumidor: Las normas de protección al consumidor

deben ser interpretadas y aplicadas en el sentido de respetar y fomentar las

opciones libres e informadas de los consumidores.

En nuestra opinión, este principio debiera considerarse como un segundo

principio general, pues desarrolla un complemento indispensable del mandato

constitucional enunciado y analizado en el principio precedente. Ello debido a

que la información correcta, suficiente y oportuna que debe recibir el consumidor

es la base para que su elección sea verdaderamente libre e informada. La

autonomía del consumidor, como principio, exige la defensa de que su elección

se encuentre libre de coacción, coerción e, incluso, de cualquier forma de

inducción a error que fuerce o distorsione su voluntad; mientras que su soberanía


implica el reconocimiento de que, con sus decisiones, orienta la distribución de

recursos en la sociedad y la decisión de los proveedores acerca de qué y cómo

producir y/o ofrecer, como señalamos previamente. Desde estas consideraciones,

en una economía social de mercado el consumidor resulta el decisor del proceso

productivo de bienes y servicios cuando estos son provistos en un contexto

competitivo. Al respecto, la doctrina manifiesta que “la esencia de la soberanía

del consumidor es el ejercicio de la elección. Es a través de la elección de algunos

bienes o de algunas opciones entre otras, que los consumidores satisfacen sus

propias necesidades y envían sus señales a la economía. Es crítico, por lo tanto,

que el ejercicio de la elección de los consumidores se proteja” (Averitt, 2001, pág.

183)

La buena fe comercial

Mediante este principio, se procura afianzar el entendimiento de que las

transacciones entre consumidores y proveedores deben desarrollarse atendiendo

a que los primeros desean satisfacer necesidades con el propósito de lograr el

bienestar, propio y/o de su entorno familiar, mediante el intercambio que se

sustenta en la contratación; mientras que los segundos desean lograr transacciones

que les permitan desarrollar una actividad empresarial exitosa.

En ese entendimiento, la información que se entrega, a efectos de permitir al

consumidor una elección razonada y con base en la realidad de la oferta que un


proveedor le presenta, debe ser, como se había señalado, veraz y suficiente para

que el consumidor forme su percepción de valor sobre términos de realidad. En

los casos en los que, por ejemplo, se requiere que el consumidor entregue

información cuando esta sea necesaria a efectos de que el proveedor realice un

presupuesto previo a la contratación como sustento del precio de su oferta y/o a

efectos de calcular el riesgo en el caso de una cobertura de seguros, se exigirá

también al consumidor que entregue información veraz y completa al proveedor.

Consideramos que el Código de Protección y Defensa del Consumidor debe

recoger este principio de la buena fe comercial que dice:

Se entiende por “buena fe comercial que las partes, proveedores y consumidores,

están sujetos a un deber de transparencia y lealtad en su actuación en el mercado”

La competencia desleal no solamente afecta a otras empresas en el mercado sino

que, además, afecta a los consumidores pues, por ejemplo, cuando se les persuade

de celebrar transacciones bajo información generada por publicidad engañosa

(acto de engaño sancionado bajo la disciplina de la competencia desleal), no

solamente se desvían transacciones en perjuicio de empresas honestas sino que,

además, el consumidor puede tomar decisiones que afecten su bienestar esperado

por una transacción, al pagar precios mayores por un bien que no tiene la calidad

promocionada.
e. 2.1.2. Antecedentes en el Perú sobre el derecho de la

competencia

La política en materia de competencia se introdujo en Perú a principios de la

década de 1990 en el marco de un programa general de liberalización económica.

Décadas de proteccionismo y de intervencionismo estatal habían conducido al

colapso económico, pero el Presidente recién elegido que introdujo estas políticas

había hecho campaña contra ese programa. Además, la ley de libre competencia y

otros aspectos del programa de reformas se adoptaron mediante Decretos

Presidenciales, muchos de ellos promulgados durante un período en que el

Congreso se encontraba disuelto. Uno de los resultados de esta situación es que las

leyes reflejan un compromiso más claro con la eficiencia económica que el de

muchos otros países, y durante toda la década de los noventa los funcionarios

peruanos competentes en la materia recibieron el decidido apoyo del Presidente.

Ahora bien, aunque las reformas tuvieron éxito y algunas veces contaron con el

apoyo popular, las leyes y políticas no obtuvieron amplio consenso entre el

público, ni siquiera entre los funcionarios públicos. En los últimos años, una

evidente caída del apoyo al Presidente y varios acontecimientos han menoscabado

la política en materia de competencia y otros aspectos de la reforma económica.

a) Contexto económico y cultural Un análisis de los retos que conllevaba

introducir en Perú la legislación y las políticas en materia de competencia debe

comenzar con un repaso a la historia política y económica reciente del país, lo

que a su vez requiere considerar el tamaño de Perú y su asombrosa diversidad

en aspectos tales como su topografía, composición étnica, idioma, riqueza y

costumbres.
Situado en la costa occidental de América del Sur, Perú es por extensión el

tercer mayor país de Sudamérica y el vigésimo del mundo. (En términos

comparativos, es algo mayor que Sudáfrica, casi el doble que Chile y apenas

menor que Francia, Alemania y España juntos.) Su punto más septentrional está

en el Ecuador, limitando con Ecuador y Colombia. Desde ahí Perú se extiende

hacia el sudoeste abarcando planicies costeras de clima moderado, y, hacia el

sudeste, parte de la casi impenetrable cuenca amazónica. Estas dos regiones

están divididas por la cordillera de los Andes, cuyas laderas tropicales dan paso

a picos nevados que rondan los 7.000 metros de altitud.

Perú, con unos 30 millones de habitantes, es, por población, el quinto país de

Sudamérica y el 39º del mundo. Los mestizos (descendientes tanto de indígenas

como de europeos) se han convertido en el grupo predominante y constituyen

aproximadamente el 50 por ciento de la población. Los nativos americanos

constituyen el 35 por ciento, pero este grupo es muy diverso. Por ejemplo, los

amerindios andinos son étnica y lingüísticamente diferentes de los diversos

grupos indígenas que viven en el lado oriental de las montañas y en las llanuras

tropicales que bordean la cuenca Amazónica. La población caucásica, que vive

principalmente en Lima y en otros lugares de la costa, se ha reducido al 10 por

ciento de la población y ha ido perdiendo su posición en la elite política y

económica. Los antepasados del 5 por ciento restante de la población son

mayormente africanos y asiáticos.

En términos económicos, el Comité de Asistencia al Desarrollo de la OCDE

clasifica a Perú como país de renta media-baja (PRMB). En términos

comparativos, otros países PRMB de América Central y del Sur y del Caribe
son Belice, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica,

Paraguay y Surinam.1 Seis países de Centro y Sudamérica están clasificados

como de renta media-alta: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá,

Uruguay y Venezuela. En concreto, el PIB de Perú es el quinto de Centro y

Sudamérica y el 47º del mundo; pero su PIB per capita es muy inferior: el

noveno de Centro y Sudamérica y el 120º del mundo. Aproximadamente el diez

por ciento del PIB procede de la agricultura, representando la industria casi el

27% y los servicios el restante 63%. Al menos el 60% de la actividad económica

de Perú se desarrolla en el ámbito de la economía sumergida, lo que origina,

entre otras cosas, problemas de sanidad y seguridad, al tiempo que priva a la

hacienda pública de ingresos tributarios.

b) Antecedentes de las reformas económicas de mercado en Perú

El sistema político y las políticas económicas de Perú también han

experimentado cambios asombrosos. Aunque está en marcha un programa de

descentralización, el gobierno peruano siempre estuvo muy centralizado y,

como muchos países de la zona, Perú tiene una arraigada tradición de

participación estatal o de control estatal de la actividad económica. A partir de

1963, Perú se centró en particular en un modelo de desarrollo económico de

“sustitución de importaciones”, que incluye la manipulación del comercio y de

los tipos de cambio, así como una amplia regulación de los precios y de la

entrada. En los años 70, el gobierno militar de Perú estrechó lazos con el mundo

comunista, llegando a ser el principal cliente militar de la Unión Soviética en

América Latina.
En 1979 se adoptó una nueva Constitución y en 1980 el nuevo gobierno,

democráticamente elegido, buscó entablar mejores relaciones con sus países

vecinos y otros países occidentales. No obstante, en 1985, con la elección de

Alan García como Presidente, Perú retornó a posiciones de no-alineamiento, al

populismo económico y a políticas “anti-imperialistas”. Estas políticas

económicas, unidas a la creciente violencia del “Partido Comunista de Perú –

Sendero Luminoso”, de tendencia maoísta, y a una grave epidemia de cólera,

contribuyeron a la virtual desintegración de la economía, del sistema de partidos

políticos y del Estado. El resultado fue la concurrencia en las elecciones

presidenciales de 1990 de dos políticos novatos, Alberto Fujimori y el novelista

Mario Vargas Llosa2 . Unas elecciones que ganó Fujimori, en parte porque

Vargas Llosa comprometió su imagen de independiente al unirse a un partido

político tradicional.

c) Estableciendo el marco legal para una economía de mercado

Al no tener obligaciones hacia ningún partido tradicional, Fujimori pudo seguir

un enfoque de gobierno pragmático. Durante la campaña, se había opuesto a las

reformas económicas “neoliberales” propugnadas por Vargas Llosa, pero la

necesidad de controlar la inflación pronto condujo a Fujimori a emprender esas

mismas reformas. Eliminó la mayoría de los subsidios, renegoció el pago de la

deuda que García había suspendido y logró que el Congreso promulgara una

nueva ley de inversión extranjera que eliminó la mayoría de las medidas

discriminatorias aplicadas a los extranjeros en esta materia. Además, se

levantaron todas las restricciones cuantitativas directas a las importaciones y se

redujeron los aranceles de manera sustancial. Estas reformas condujeron a


considerables subidas de precios y la popularidad de Fujimori declinó durante

un tiempo, pero, hacia finales de 1991, la inflación anual se había reducido a

“sólo” el 139 por ciento y Perú había iniciado un período de crecimiento

económico sostenido.

Pese a haber conseguido obtener del Congreso la aprobación de algunas

reformas e imponer otras por Decreto Presidencial, Fujimori consideraba al

Congreso como un obstáculo tanto para la reforma económica como para una

actuación eficaz contra la intensidad creciente del terrorismo de Sendero

Luminoso. Más aún, consideraba que la Constitución de 1979 contenía

disposiciones no democráticas y que establecía una planificación económica

permanente y la intervención pública del mercado. Por tanto, con el respaldo de

las fuerzas armadas, Fujimori protagonizó un “autogolpe” el 5 de abril de 1992,

suspendiendo la Constitución de 1979 y disolviendo el Congreso. Aunque

generó preocupación en la comunidad internacional, el autogolpe, al parecer,

gozó de popularidad entre muchos peruanos, en especial entre los militares, la

comunidad empresarial y las clases medias y bajas urbanas. La Constitución

modificada, que se aprobó en diciembre de 1993, contiene diversas reformas

democráticas y también introduce una disposición sobre la política en materia

de competencia. El Artículo 61 prescribe lo siguiente:

“El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la

limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni

concertación puede autorizar ni establecer monopolios.”

La Constitución también establece que el Estado únicamente puede asumir una

actividad económica si (a) ha sido autorizado expresamente por ley, (b) el sector
privado no puede satisfacer la demanda, y (c) la actividad sirve al interés

público y a la “conveniencia nacional”. (Este tercer requisito parece significar

que el Estado deberá concentrarse en funciones esenciales tales como la

seguridad nacional y la administración de justicia.)

La mayor parte de las disposiciones legales de Perú que conforman la

legislación y las políticas en materia de competencia son “decretos-leyes” que

Fujimori promulgó en 1991 y 1992, en el marco de su impulso inicial por sentar

las bases de una economía de mercado. Uno de dichos decretos creó una nueva

agencia, el Indecopi (Instituto de Defensa de la Competencia y de la Protección

de la Propiedad Intelectual), destinada a ejercer de árbitro y como promotor de

la actividad del mercado. A esta entidad le fue otorgado un mandato

asombrosamente amplio, que incluía la resolución de conflictos y competencias

ejecutivas en cuanto a la aplicabilidad de la ley en los siguientes campos: (a) la

ley de libre competencia; (b) una “ley de acceso al mercado” contraria a

normativas oficiales que imponían injustificadas barreras de acceso al mercado;

(c) una “ley de publicidad y competencia desleal”, cuyo objetivo es proteger a

las empresas contra determinadas prácticas “deshonestas”; (d) una ley de

protección del consumidor que regule no sólo las prácticas desleales o

engañosas, sino casi todos los aspectos relacionados con la actividad del

consumidor; (e) procedimientos anti-dumping y de salvaguardia; (f) leyes de

protección de los derechos de autor, marcas y patentes; (g) el establecimiento

de estándares voluntarios y obligatorios para productos y de entidades de

homologación; y (h) una “ley de salida del mercado” que establecía un

procedimiento cuasi-judicial para gestionar las insolvencias.


Aunque con respecto a ciertos asuntos estaba subordinado al Ministerio de

Industria, el Indecopi fue creado como una agencia autónoma, con el fin de

limitar la interferencia de los Ministerios tradicionales. Por otra parte, debido a

que el gobierno quería proporcionar una alternativa al poder judicial peruano,

el cual era (y es) considerado lento, impredecible y corrupto, el Indecopi se creó

al menos tanto para resolver conflictos privados como para dedicarse a hacer

cumplir la ley. Estos problemas referentes al poder judicial peruano (y, más

generalmente, a la aceptación del imperio de la ley) han sido y continúan siendo

impedimentos muy importantes para el desarrollo económico de Perú.

d) Reforma económica y auge del Indecopi en la década de 1990

El Indecopi abrió sus puertas en marzo de 1993 y rápidamente adquirió una

reputación de transparencia, eficiencia y predecibilidad no habitual en Perú. El

Presidente Fujimori respaldó la misión de la agencia, respetó su autonomía y

movilizó a todo el gobierno en pro de las reformas de mercado. Tanto el

Indecopi como Perú experimentaron un éxito considerable durante la década de

1990. Lo que es más, hasta 1998 al menos, cuando la economía peruana fue

golpeada por la crisis económica internacional y el fenómeno meteorológico de

“El Niño”, el porcentaje de peruanos que vivía en extrema pobreza disminuyó

considerablemente.3 Sin embargo, el descontento popular que siguió a estos

contratiempos puso de manifiesto la falta de una amplia comprensión de estas

reformas, y de apoyo a las mismas.


Con respecto a la legislación y a las políticas en materia de competencia,

competencia desleal y protección del consumidor, las actividades del Indecopi

consistieron inicialmente en labores de promoción y formación,4 así como en

la resolución voluntaria o cuasi-judicial de conflictos entre empresas, o entre

uno o más consumidores y una empresa. La agencia desarrolló una actividad

mucho menor en hacer cumplir la legislación, aunque adoptó una postura firme

ante determinados cárteles explícitos (por ejemplo, el famoso “Caso de los

Pollos”)5 y al valorar el fundamento de normativas oficiales (por ejemplo,

aboliendo una disposición municipal que exigía que los taxis fueran pintados

de amarillo). En el ámbito de la propiedad intelectual, el Indecopi también fue

mucho más activo en su papel de promotor que de vigilante del cumplimiento

de la legislación. En cierta medida, la preferencia del Indecopi por las labores

de promoción sobre la acción coercitiva (salvo para abolir reglamentaciones

contrarias a la competencia) hizo manifiesta la intención generalmente aceptada

de introducir la legislación y las política en materia de competencia, pero

también reflejó lo que algunas veces pudo haber sido una excesiva dependencia

de las teorías de la Escuela de Chicago, y algunos expertos abogaron por un

enfoque más proactivo en el ejercicio por la agencia de sus competencias para

hacer cumplir la ley.

En otras áreas, la Comisión Antidumping mostró un respeto poco habitual

hacia consideraciones en materia de competencia. Se dice que la Comisión de

Salida del Mercado se creó y encomendó al Indecopi por dos razones: (i) los

Tribunales eran ineficientes y carecían de procedimientos para abordar las

insolvencias al margen del proceso de liquidación; y (ii) las liquidaciones y


reestructuraciones pueden afectar a los niveles de concentración. Sin embargo,

teniendo en cuenta que la ley de competencia no mostró interés sobre los efectos

de las fusiones o adquisiciones sobre los niveles de concentración, la última

explicación parece dudosa.

Se ha escrito bastante acerca de las actividades del Indecopi en la década de

1990; su disposición a auspiciar el debate de políticas y a participar en el mismo

fue, al parecer, una de sus señas de identidad. Sin embargo, al revisar dicho

material desde la perspectiva de la legislación y las políticas en materia de

competencia, algunas personas han extraído conclusiones exageradas sobre los

asuntos “directamente relacionados” con la competencia abordados por el

Indecopi, es decir, las actividades de las Comisiones de Libre Competencia y

de Acceso al Mercado. El problema es que gran parte de la documentación se

refiere a todos los procedimientos de Indecopi, exceptuando los relacionados

con la propiedad intelectual, como casos de “competencia”, simplemente

porque el conocimiento de dichos casos en apelación corresponde al Tribunal

de Defensa de la Competencia. Así, un informe señala que entre 1993 y 1997

el Indecopi tramitó 8.648 procedimientos en materia de “competencia”, pero el

51 por ciento de éstos fueron quiebras y el 45 por ciento consistieron en

supuestos de protección al consumidor y publicidad y competencia desleales.

Incluso sumados a los casos sobre estándares y los casos de anti-dumping, los

asuntos puramente de competencia representaron solamente el 4 por ciento de

los denominados procedimientos en materia de competencia.

Pese al número relativamente bajo de procedimientos específicamente de

competencia, a finales de los años 90 el Indecopi se había convertido en una


institución respetada tanto en Perú como en el ámbito internacional por su

transparencia, integridad y competencia en asuntos directamente relacionados

con la defensa de la competencia.9 Sin embargo, ya existía cierta preocupación

sobre lo que un observador ha denominado la “fragilidad institucional” del

Indecopi10 y su capacidad para mantener la autonomía y eficacia, en especial a

la vista de que algunos Ministerios continuaban resistiéndose a las reformas

inspiradas en el mercado y de que los Tribunales podían paralizar las acciones

del Indecopi.

1.5 2000-2004: la reforma pierde impulso y el Indecopi poder. Los nuevos

desafíos Aunque Fujimori fue reelegido para ocupar la presidencia en el año

2000, los escándalos de corrupción (relacionados sobre todo con su jefe de

espionaje ahora encarcelado, Vladimiro Montesinos) lo llevaron a buscar

refugio en Japón, donde permanece. Un gobierno de transición rigió entre

noviembre de 2000 y julio de 2001, cuando Alejandro Toledo asumió su cargo

de Presidente elegido democráticamente. Estos dos gobiernos han continuado

promoviendo en principio reformas económicas basadas en la defensa del

mercado pero, ante una oposición creciente, no han sido capaces de explicar o

no han tenido la voluntad de impulsar con éxito la agenda de las reformas de

mercado. Por ejemplo, la privatización del sector eléctrico deparó beneficios a

muchos, al aumentar la disponibilidad de electricidad y mejorar así las

condiciones de vida. Sin embargo, en julio de 2002 el gobierno estimó oportuno

cancelar dos privatizaciones de empresas eléctricas al haber sido incapaz de

persuadir a los ciudadanos afectados sobre esos beneficios y de afrontar

objeciones sustantivas, tales como la falta de transparencia al otorgar


concesiones y una regulación tarifaria supuestamente inadecuada. La situación

es grave. De acuerdo con el Plan de Acción Individual (IAP) que Perú presentó

recientemente ante la APEC: “Las políticas orientadas a la competencia y al

mercado en Perú y en la Región Andina han de afrontar la oposición de la

mayoría de la población empobrecida, que no tiene una percepción clara de las

ventajas de una economía de mercado... La creciente oposición ha paralizado

todo intento de implementar reformas que son necesarias y de mejorar el

entorno de la competencia.” El IAP prosigue para finalmente concluir que “hay

una oportunidad de cambiar la percepción negativa de la población hacia las

políticas orientadas a la competencia y el mercado”. Pero la descripción del IAP

deja en claro que la reforma del mercado requiere no sólo que se fortalezca al

Indecopi, sino un apoyo mayor y visible por parte del gobierno y sus ministros

para lo que el gobierno continúa describiendo como su programa de

liberalización del mercado. En la actualidad, sin embargo, está claro que los

burócratas de alto nivel no respaldan uniformemente dicha reforma y no están

contribuyendo a educar al público sobre sus ventajas. Por ejemplo, en una

conferencia de la UNCTAD celebrada recientemente en Lima, el

Vicepresidente Segundo de Perú pronunció un discurso introductorio crítico

con la liberalización del mercado y la privatización, quejándose de tarifas

abusivamente elevadas en las telecomunicaciones, sin mencionar que son

menores gracias a las reformas económicas, condenando a la Organización

Mundial del Comercio y a las empresas multinacionales por destruir empresas

peruanas y acusando al Indecopi de no hacer nada para detener el dumping por

empresas extranjeras. Es más, varias medidas adoptadas durante la legislatura


actual o por el actual gobierno han menoscabado no poco la autoridad del

Indecopi. Unos dos meses después de constituirse el gobierno actual, todos los

miembros de la Comisión Antidumping del Indecopi renunciaron a su cargo el

mismo día y fueron reemplazados cuatro días más tarde por Comisionados

presididos por un directivo petrolero y funcionario de la Sociedad Nacional de

Industrias de Perú. Poco después, la Secretaría Técnica de la Comisión dimitió.

Estos sucesos son importantes porque se cree que un ministro del gobierno

orquestó los cambios al nivel de comisión, y que la Secretaría optó por

renunciar antes que implementar las nuevas políticas, supuestamente más

proteccionistas, de la Comisión. Como consecuencia de la reciente división del

Ministerio de Industria en un Ministerio de la Producción y un Ministerio de

Comercio y Turismo, el Indecopi rinde ahora a la Presidencia del Consejo de

Ministros en lugar de al Ministerio de Industria, pero la independencia de

quienes toman decisiones en primera y segunda instancia en Indecopi continúa

en entredicho. Además, si bien los tres primeros presidentes del Indecopi

poseían capacidad y experiencia relevante, el gobierno actual nombró al

(entonces) poco conocido asesor presidencial, César Almeyda. El

nombramiento mismo alimentó especulaciones de que el gobierno intentaba

controlar el Indecopi, quizás con el fin de frustrar en lugar de promover la

competencia. Desde entonces, Almeyda mismo creó controversia con

declaraciones públicas sobre el fondo de casos aún pendientes en las unidades

“independientes” cuasijudiciales del Indecopi. Asimismo, Almeyda ocasionó

una notable rotación de funcionarios en el Tribunal y las Comisiones durante el

periodo comprendido entre febrero de 2002 y febrero de 2003, mientras ocupó


la presidencia. Una consecuencia de esta rotación de funcionarios fue que, de

los cuatro miembros del Tribunal de Defensa de la Competencia, únicamente

su presidente puede acreditar un conocimiento relevante sobre legislación y

política en materia de competencia. Los otros miembros bien pueden ser

académicos ilustres, pero su relativa falta de experiencia profesional en temas

de competencia suscita controversia, especialmente porque se añade a la

preocupación que se expresa con frecuencia de que el Indecopi no es

independiente del gobierno. Los efectos de todos estos cambios aún no están

claros, ya que Almeyda ha sido encarcelado acusado de corrupción (por asuntos

del todo ajenos al Indecopi) y el ex gerente general de Indecopi, Fernando

Arrunátegui Martínez, lleva más de un año como Presidente Interino del

Instituto. [Con posterioridad al debate de este informe, el 14 de junio de 2004

fue nombrado Presidente de Indecopi Santiago Roco, miembro del Tribunal.]

Debido por lo menos en parte a las preocupaciones sobre la independencia de

Indecopi, la política en materia de competencia es un asunto que hoy en día

genera cierta controversia en Lima. Por ejemplo, un amplio sector considera

que el Tribunal de Defensa de la Competencia y el Indecopi están adoptando

una “línea más dura” hacia el Antidumping que el Ministerio de Economía y

Finanzas o que el Ministerio de Comercio. Más aún, algunas decisiones

recientes del Tribunal crearon controversia, al rectificar un dictamen previo que

tipificaba específicamente a los cárteles explícitos, corregir su posición anterior

sobre publicidad comparativa subjetiva y aparentemente implicar (por vez

primera) que la fijación de un precio excesivo vulneraba la ley sobre la

competencia. Incluso la comunidad empresarial y los abogados defensores, los


supuestos beneficiarios de estas resoluciones, las consideraron confusas y

expresaron su temor a que unas resoluciones impredecibles pudieran traslucir

la influencia del gobierno tras bambalinas. Los partidarios de la reforma

económica reclaman nuevas medidas legales para garantizar la autonomía del

Indecopi y, mientras, sus órganos directivos se enfrentan al reto de recuperar su

independencia real y percibida. El Indecopi también ha de afrontar serios

problemas presupuestarios. En 2003 el gobierno dejó de prestar financiamiento

al Indecopi, si bien el Tesoro nunca ha proporcionado más del 30 por ciento de

su presupuesto. Hubo un tiempo en que el resto provenía principalmente de

tasas y cánones percibidos por registros de la propiedad intelectual y trabajos

relacionados con quiebras, así como por los exiguos expedientes previos a

fusiones tramitados en relación con adquisiciones en el sector eléctrico (el único

sector en el que Perú tiene alguna forma de control sobre las fusiones). En la

actualidad, sin embargo, las multas que el Indecopi impone representan el 58

por ciento de su presupuesto. En el pasado, algunos consideraban el

autofinanciamiento del Indecopi como una ventaja, ya que podría

proporcionarle independencia financiera del gobierno, pero se ha hecho

evidente ahora que el sistema incentiva al Indecopi a centrarse en los servicios

por los que cobra (y a cobrar un precio excesivo) y en imponer grandes multas.

No hay pruebas de que el Indecopi haya impuesto multas o incrementado su

importe para financiar sus actividades, pero los administradores del Indecopi,

por necesidad, intentarán anticipar en qué casos terminará imponiéndose una

multa. Es sintomático, tanto del precario estado financiero del Indecopi como

del problema del autofinanciamiento a partir de multas, el hecho de que la


agencia afronte problemas nuevos y considerables debido a una nueva ley que

suspende automáticamente todas las multas hasta tanto no concluya por

completo el proceso de revisión judicial, lo que puede suponer fácilmente unos

ocho años. Este problema de falta de recursos se ve exacerbado por el hecho de

que las Comisiones del Indecopi se crearon en gran medida para proporcionar

una alternativa a los tribunales judiciales. En Perú, cualquier persona física o

jurídica puede instar un procedimiento formal presentando una “denuncia” y

depositando una suma. De esta manera, cualquier ingreso con que el Indecopi

pudiera contar para subvenir necesidades creadas por actividades relacionadas

directamente con la defensa de la competencia deberá estar disponible para

conocer de casos que podrían tener poca relevancia pública. Pese a su aparente

deseo de ejercer de oficio su facultad de vigilancia del cumplimiento de la ley,

el mandato de resolución de conflictos del Indecopi y su escasez de recursos

hacen muy difícil su ejercicio efectivo. A pesar de los desafíos afrontados en

estos últimos años, el Indecopi ha obtenido algunos éxitos sonados en algunos

casos relacionados con la defensa de la competencia, reforzando la confianza

en el mercado con la resolución de conflictos en las áreas de publicidad,

competencia desleal y protección del consumidor, y con su dedicación a

promover la competencia. La cuestión que hoy se plantea es si el Indecopi –con

su propio esfuerzo y un mayor respaldo del gobierno a su misión– puede

recuperar la independencia y competencia, tanto reales como percibidas, que

necesita para poner en práctica un programa que demuestre el valor de la

legislación y las políticas en materia de defensa de la competencia y, en general,

de las reformas basadas en el mercado.


En los últimos años, la competencia ha sido un dinamizador importante dentro

de la economía peruana, sobre todo si tomamos en cuenta la evolución de dicha

economía que desde el año 1985 adoptó el modelo de libre mercado,

convirtiéndose de esta manera la empresa privada en el motor principal para el

crecimiento de la economía en Perú.

2.2. Principios del consumidor: Artículo V:

a) Soberanía del consumidor: Se fomentan las decisiones libres e informadas de los

consumidores, quienes orientan el mercado para mejorar las condiciones de los

productos y servicios.

b) Pro consumidor: Acción tuitiva por parte del Estado. En los casos de duda

insalvable de contratos de adhesión o por cláusulas generales, se interpreta a

favor del consumidor.

c) Transparencia: La información brindada debe ser veraz, oportuna, accesible.

d) Corrección de asimetría: La normativa busca corregir las malas prácticas y

distorsiones que se generan por la asimetría informativa.

e) Buena fe: La conducta de todos los actores del mercado debe realizarse en base

a la buena fe, lealtad, confianza entre las partes. Se debe analizar siempre las

circunstancias relevantes en cada caso.

f) Protección mínima: No se impide que las normas sectoriales brinden mayores

niveles de protección.

g) Pro asociativo: Se promueve la participación de las asociaciones de

consumidores y usuarios.
h) Primacía de la realidad: Se consideran situaciones y relaciones económicas

que efectivamente se realicen, persigan y establezcan.

2.3. Derechos de los consumidores

 Protección eficaz respecto a los productos.

 Información oportuna, suficiente, veraz.

 Protección contra cláusulas abusivas e información interesadamente equivoca.

 Derecho a un trato justo y equitativo y a no ser discriminados.

 Derecho a la reparación o reposición del producto o en casos previstos a la

devolución de la cantidad pagada.

 Derecho a elegir libremente entre productos y servicios idóneos y de calidad.

 Derecho a la reparación y a la indemnización por daños.

 Derecho al pago anticipado con la consiguiente reducción de los intereses.

2.4.1. Información a los consumidores

a) Información Relevante

El proveedor tiene la obligación de ofrecer al consumidor toda la información

relevante para tomar una decisión o realizar una decisión adecuada de consumo,

prohibiendo la información falsa o que induzca al error al consumidor.

b) Información sobre la integridad del precio

El proveedor debe indicar en forma destacada el precio total de los productos que

puso a la venta.
Asimismo los consumidores no pueden ser obligados al pago de sumas o recargos

adicionales al precio fijado.

Los establecimientos que expenden comidas, bebidas y los servicios de hotelería y

hospedaje están obligados a colocar sus listas de precio en el exterior de forma

accesible para el consumidor.

c) Información de precios en moneda nacional o extranjera

En lugares visibles del local, carteles, avisos debe haber información sobre el tipo

de cambio aceptado para efectos de pago si el precio se anuncia en moneda

extranjera.

d) Información sobre medio de pago

Las rebajas o descuento el consumidor puede utilizar cualquier medio de pago, salvo

que el proveedor ponga en su conocimiento restricciones y forma de pago.

e) Información acerca de productos envasados

Estos deben tener de manera visible la información.

f) Protección al consumidor frente a la publicidad

La protección del consumidor frente a la publicidad engañosa tiene por finalidad

proteger a los consumidores de la asimetría informativa y de publicidad engañosa o

falsa.

La publicidad sobre promociones debe consignarse en cada uno de los anuncios que

lo conforman.
Cuando exista condiciones y restricciones deben ser informadas de forma clara,

destacada y de manera que sea fácil y advertible al consumidor.

En cuanto a la publicidad dirigida a menores de edad se debe respetar la ingenuidad,

la credulidad, la inexperiencia el sentimiento de lealtad de los menores.

La Comisión de la Competencia Desleal del Indecopi es la autoridad encargada de

forma exclusiva y excluyente para conocer en primera instancia la verificación de

las normas que regulan la publicidad en protección al consumidor.

 Idoneidad

Es lo que el consumidor espera y lo que efectivamente recibe, esta se evalúa en

función a su propia naturaleza del producto o servicio y a su aptitud para satisfacer

por qué ha sido puesto en el mercado.

 Garantías

Estas se obtienen mediante la comparación del producto o servicio con las

garantías que el proveedor está brindando y a las que está obligado.

Las garantías pueden ser legales explicitas o implícitas:

o Legal: Por mandato de la ley o de las regulaciones vigentes no se permite

la comercialización de un producto o prestación de servicios.

o Explicita: Es cuando se deriva de los términos y condiciones expresadamente

ofrecidas por el proveedor al consumidor en el contrato.

o Implícita: Cuando el producto cumple los fines y usas previsibles para los que

han sido adquiridas por el consumidor.


 Servicios de reparación

El prestador de servicio está obligado a brindar el servicio diligentemente.

El consumidor puede dejar en dicho documento cualquier observación que

considere pertinente respecto de lo anterior.

 Deber general de seguridad

Los productos o servicios ofertados en el mercado no deben

conllevar riesgos injustificados o no advertido.

Si se tratase de un daño grave a la vida o salud de los consumidores, las

advertencias deben ser difundidas de inmediato.

 Inocuidad de los alimentos

Los consumidores tienen derecho a consumir alimentos inocuas, de conforman

con la legislación unitaria.

 Etiquetado y denominaciones a los alimentos

Deben llevar etiquetas que refleje su verdadera naturaleza, sin generar

confusión ni engaño al consumidor.

 Prohibición de discriminación de consumidores

Está prohibida la exclusión de personas sin que me midan causas

de seguridad de establecimiento o tranquilidad de sus clientes.

 Información sobre consumidores en centrales privadas de trabajo


El consumidor tiene derecho la actualización de su registro en una central

de riesgo, dentro de un plazo no mayor a 5 días hábiles contados.

 Protección mínima del contrato de consumo

No pueden incluirse clausulas o ejercerse prácticas que impongan obstáculos.

 Métodos comerciales agresivos o engañosos

Los métodos comerciales agresivos o engañosos disminuye

significativamente la libertad del consumidor, ya que representa acoso,

coacción, influencia indebida o el dolo. Por lo mismo se defiende al

consumidor, de que:

 Crea que obtendrá un premio realizando un determinado acto, cuando en

verdad no existe dicho premio o este sujeto a pago o incurra a un gasto.

 Se le proporcione información cambiada de la original (sin no habérsele

informado), en el momento de celebrar la contratación.

 No le informen sobre el cambio de las condiciones del producto o servicio

antes de la celebración del contrato.

 Reciba visitas a su domicilio o proposiciones no solicitadas por algún

medio, de manera persistente e impertinente, ignorando su petición para

que cese estas actividades.

 Aquellos consumidores que han sido incorporados en el registro

implementado por Indecopi (mediante números telefónicos y direcciones


electrónicas) estén sujetos a las modalidades de promoción cuando no lo

desean.

Si ocurriera cualquiera de estos casos el consumidor tiene derecho a la

restitución inmediata de las prestaciones materia del contrato de consumo

dentro de un plazo de 7 días calendarios (contados a partir del día en que

se produjo la contratación del producto o servicio o desde el día de su

recepción o inicio de su ejecución), siempre y cuando el consumidor haya

comunicado fehacientemente al proveedor sobre ello y proceda a la

devolución de los productos recibidos o solicite la interrupción del

servicio contratado. Es irrenunciable el derecho de la restitución.

Está prohibido afectar la reputación del consumidor cuando los

proveedores usan métodos de cobranza que atenten la privacidad del

hogar, afecten las actividades laborales o la imagen ante a terceros de los

consumidores.

2.4. Protección al usuario de los servicios públicos

La protección al usuario de los servicios públicos son regulados por los organismos

reguladores. Para eso cada organismo regulador debe efectuar la permanente

fiscalización de la medición del servicio, de las condiciones de facturación, y

desarrollar sus facultades de sanción.

Los principios que se rigen en la tramitación de los procedimientos de reclamación

interpuestas por los usuarios de los servicios públicos regulados son:


 Principio de celeridad: Las reclamaciones de los usuarios deben ser atendidas y

solucionadas sin exceder el plazo fijado, si el proveedor excede dicho plazo se le da

la razón al reclamante.

 Principio de concentración procesal: Las reclamaciones de los usuarios deben ser

atendidas y solucionadas tendiendo a una reducción de los actos procesales sin

afectar el derecho al debido procedimiento.

 Principio de simplicidad: Los procedimientos de reclamaciones de usuarios deben

ser atendidos y solucionados con las formalidades mínimas asegurando protección

a los derechos del usuario.

 Principio de transparencia: Las reclamaciones de los usuarios deben ser atendidas

y solucionadas, garantizando el acceso de estos al expediente y a la información

sobre el procedimiento, en cualquier etapa de las mismas, con restricciones que

establezca la Ley.

 Principio de no discriminación: En los procedimientos de reclamaciones, no se

discrimina entre los usuarios de servicios de naturaleza equivalente.

 Principio de responsabilidad: Los órganos competentes a cargo de la tramitación

de las reclamaciones presentadas por los usuarios son responsables de los actos

procesales que ejecutan.

 Principio de Gratuidad: La interposición de reclamaciones de los usuarios de

servicios públicos es gratuita


 Principio de eliminación de exigencias costosas: No se exige la presentación

de documentos que contengan información que la propia entidad que los solicita

posea o deba poseer por haber sido generada en cumplimiento de sus funciones.

 Principio de buena fe en los procedimientos: Las partes intervinientes en un

procedimiento de reclamación realizan sus respectivos actos procedimentales

guiadas por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe.

f. Atención de reclamaciones

Los prestadores de los servicios públicos deben implementar un sistema en el que deben

registrarse todas las reclamaciones que presenten los usuarios de los servicios públicos

para eso debe proporcionar al usuario reclamante información oportuna respecto al

estado de los procedimientos de reclamación.

La empresa proveedora del servicio público debe remitir de forma periódica al

organismo regulador correspondiente, un reporte de las reclamaciones presentadas, de

acuerdo a su respectiva regulación sectorial.

Los usuarios tienen derecho a recibir el servicio público de acuerdo con los parámetros

de calidad y condiciones establecidos por la normativa sectorial correspondiente.

Los usuarios de servicios públicos tienen derecho a la continuidad del servicio.

g. Procedimiento sumarísimo

Para establecer un procedimiento ágil, el consejo directivo crea órganos resolutivos.

Cada órgano jurídico como primera instancia procesa denuncias cuya suma no supere

las 3 UIT, sobre requerimientos de información, etc. No puede conocer denuncias que

involucren productos peligrosos.


Debe tramitarse en un plazo no mayor a treinta días. Solo se pude

entregar medios probatorios documentales.

El Órgano Resolutivo de Procedimientos Sumaristico tiene un jefe que cuenta con

autonomía y tiene como función resolver en primera instancia los procedimientos

sumaristico,

La defensa de los derechos del consumidor puede realizarse a beneficio del interés

individual, colectivo y difuso.

 Interés colectivo: Se reclama un derecho común para varios consumidores que tienen

un mismo proveedor.

 Interés difuso: Derecho que se reclama para un número no determinados de

consumidores.

2.5. Procedimiento sobre los procesos legales

Indecopi está facultada para promover procesos de defensa del interés colectivo y

delegar estas acciones a las asociaciones de consumidores reconocidas; en el proceso

se puede alcanzar pretensiones de indemnización por daños y perjuicios, reparación

o sustitución de productos, etc. INDECOPI representa a todos los consumidores,

salvo que este manifieste su voluntad de renunciar a su derecho o hacerlo por

separado. Cuando se da la sentencia Indecopi deberá devolver a los consumidores que

se apersonen la cantidad proporcional, de no ser así después de un año el saldo será

transferido a un fondo especial. Las asociaciones de consumidores deberán seguir el

mismo proceso.
2.6. Las funciones del consejo nacional de protección al consumidor

El consejo nacional de protección al consumidor constituye un órgano de

coordinación y está compuesto 15 representantes de diferentes instituciones

 Proponer políticas de protección del consumidor.

 Da recomendaciones sobre sectores de consumo.

 Emite opinión sobre programas para la protección del consumidor.

 Es el intermediario entre el sector público y privado.

Libro de reclamaciones

Todo establecimiento comercial debe contar con un libro de reclamaciones virtual o

físico, debe estar en un lugar visible y accesible, el consumidor puede exigir el libro

de reclamaciones para formular su queja

¿Cuáles son los problemas más comunes que enfrentan hoy los consumidores?

Los llamados telefónicos insistentes para ofrecerles productos y la recepción de

ofertas no deseadas por correo electrónico generan las mayores dificultades.

Cuáles son las quejas más populares y cómo responden las empresas

Las insistentes llamadas de los call centers

Para ofrecer productos y servicios y el envío de spam son las conductas de

las empresas que más dolores de cabeza generan a los usuarios, tanto para hombres

como para mujeres, el inconveniente que han sufrido más comúnmente durante el

último año son los llamados telefónicos insistentes para ofrecerles productos y la

recepción de ofertas no deseadas por correo electrónico.


Pese a la frecuencia de este problema, los consumidores no suelen iniciar quejas ante

las empresas por esta situación.

Las trabas y complicaciones: que encuentran al momento de intentar dar de baja un

servicio o rescindir un contrato. Si bien no se observan mayores diferencias sobre los

problemas experimentados por los consumidores de diferentes edades, los jóvenes se

quejan algo más de que les cobraron un precio distinto al exhibido (53 contra 37% en

los adultos) y de haber adquirido algo que les vino fallado (60% contra 42% entre los

adultos).

El estudio también advierte que 8 de cada 10 personas aún no tiene conocimiento de

los nuevos derechos que le otorga la Ley de Defensa del Consumidor.

Del total de consultados, 9 de cada 10 alguna vez tuvo inconvenientes con respecto a

la contratación o compra de productos o servicios. De ese total, 6 efectuó en alguna

ocasión un reclamo ante una entidad de defensa del consumidor.

Sin embargo, muchos desisten de reclamar ante las empresas, desalentados por el

temor a perder tiempo y por las dificultades para comunicarse con alguien capacitado

para dar una respuesta.

Reclamos

 No respetar los tiempos y la forma en que se debe brindar un servicio es la situación

que más moviliza los reclamos de los clientes ante las empresas.

 Un bien adquirido recientemente está fallado

 Dificultades para rescindir contratos, respectivamente.


Los consumidores no suelen iniciar quejas ante las empresas por la complicación del

proceso y la pérdida de tiempo que les ocasionaría. En la mayoría de los casos, los

clientes no reciben respuesta ni positiva ni negativa. Los productos o servicios con

más reclamos son Internet y telefonía móvil.

Con la misma finalidad de que los consumidores denuncien a los proveedores que

infringen sus derechos, se puede incentivar que a través de asociaciones o por medio

de class actions, hagan seguimiento y denuncien infracciones, bajo la expectativa de

recibir indemnizaciones que compensen su inversión. Actualmente hay una

limitación para que el Indecopi otorgue indemnizaciones que podría ser cambiada por

una ley (aunque hay quienes discutirían su constitucionalidad). El sinceramiento de

la tasa y la posibilidad de que el denunciante sea condenado al pago de costas

y costos mitigarían el riesgo de las denuncias maliciosas.

CONCLUSIÓN

Respecto al punto bajo análisis, los consumidores están interesados no solo en

una mejor calidad, menores precios y una más amplia posibilidad de elegir, sino

también se encuentran comprometidos con la igualdad, el desarrollo y los


derechos humanos. En este sentido, la perspectiva que busca la eficiencia

económica no necesariamente se encuentra en contraposición a la protección de

los derechos fundamentales del consumidor.

El derecho a la libre competencia, cuenta con diferentes facetas de protección

constitucional, dirigido tanto a los consumidores como al colectivo, para asegurar

respectivamente, su derecho a la libre elección, y el derecho a la existencia de

pluralidad de oferentes en el mercado.

Bajo dicho reconocimiento, en la jurisprudencia de la Corte Constitucional hace

un llamado a evitar la conformación de monopolios privados y prevenir la

comisión de conductas de obstrucción a las libertades económicas y el abuso de

la posición dominante.

La Corte Constitucional señala que una “empresa u organización empresarial

tiene una posición dominante cuando dispone de un poder o fuerza económica

que le permite individualmente determinar eficazmente las condiciones del

mercado, en relación con los precios1, las cantidades, las prestaciones

complementarias, etc., sin consideración a la acción de otros empresarios o

consumidores del mismo bien o servicio. Este poder económico reviste la

virtualidad de influenciar notablemente el comportamiento y la decisiones de

otras empresas, y eventualmente, de resolver su participación o exclusión en un

determinado mercado”

Frente a la presencia de comportamientos como las mencionadas, el Estado tiene

la obligación de intervenir para reestablecer el equilibrio del sistema económico,

y se evite la obstrucción de las libertades económicas, e igualmente, se prevenga


el abuso de la posición dominante, y la conformación de monopolios privados

prohibidos en la Constitución Política.

“La regulación constitucional y legal de la posición dominante de las empresas

en el mercado tiene como finalidad evitar que estos sujetos, prevaleciéndose de

su supremacía económica y comercial, que goza de la protección jurídica del

Estado (artículo 58 de la C.P.), puedan utilizarla para eliminar a sus

competidores”

De esta manera, en el marco de la protección de la competencia económica, el

Estado está llamado a garantizar “tanto el interés de los competidores, el colectivo

de los consumidores y el interés público del Estado”, para lo cual debe: (i)

impulsar o promover la existencia de una pluralidad de oferentes que hagan

efectivo el derecho a la libre elección de los consumidores; y (ii) evitar la

conformación de monopolios, las prácticas restrictivas de la competencia o

eventuales abusos de posiciones dominantes que produzcan distorsiones en el

sistema económico competitivo.

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