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Agustina Pérez1
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Nombre
Profesora y Licenciada en Letras (UBA), becaria Héctor viene, desde el nombre,
doctoral (UNTREF) y Ayudante de Primera de
Teoría Literaria (UNAHUR).
antecedido por un silencio. Para Marcelo
E-mail: agustina1844@gmail.com Damiani, la muda presencia de la letra “H”
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Libertella/Lamborghini. Fuegos fatuos en la literatura nacional
señala “la aparición, siempre evanescente y ensayos editada por Silvana López y
espectral, del fantasma libertelliano” (2017: publicada por Corregidor en 2017. Ambos
89). La H está un paso antes o un paso convergen en este volumen porque, como
después del esfuerzo articulatorio. Es el señala López, comparten un proyecto en lo
lenguaje suspendido o en suspenso. La O, que respecta a sus premisas iniciales —
por su parte, lejos de cualquier anhelo de desbancar los resabios del populismo
“cosagrande redonda”, de la simbología literario, afilar las lanzas contra el
clásica de la serpiente que se muerde la cola, compromiso sartreano y oponer un
permanece más bien próxima al perro que se verdadero estruendo al estallido pacato del
la persigue sin poderla atrapar (porque “no boom latinoamericano—, a la par que
se atrapa. Nada y jamás” (Lamborghini coinciden en el empleo de ciertas
1988: 43)). La O ya cruzó el límite de la operaciones —orientadas a desestabilizar,
articulación pero siempre corre el riesgo de fragmentar, diseminar— como caballo de
inmolarse en la sorpresa o en el alarido. H y batalla.
O traman, en la Heráldica de la L, dos polos Por otra parte, en los albores de la
—silencio/grito— en que el lenguaje se revolución digital, HL y OL se empecinaron
abisma. Un paso más acá o más allá de sus en una noción de libro como objeto,
bordes. volviéndolo un dispositivo táctico y visual,
modificando su rugosidad, expandiendo los
Nombre y/o apellido límites de la literatura, corolario solidario,
El apellido es tradición, filiación, en lo material, de aquellas labores que se
institución, moneda que se trueca en el venían jugando en el plano de los
mercado cultural. La expresión “hacerse un procedimientos literarios: el llevar a la
nombre” no es sino hacerse un apellido. El extenuación la distinción prosa/verso en la
nombre difícilmente pueda trucarse, prosa cortada en OL, la ficción teórica como
armarse.2 Con su tendencia a la invisibilidad contaminación de rasgos genéricos en HL.
(uno que es todos que es cualquiera) el Libertella componía originales artesanales,
nombre es la moneda falsa que se trafica híbridos de texto e imagen, sobre los que
dentro de ciertos reductos del ghetto. volvía una y otra vez. Lamborghini, si bien
Apellido y nombre ponen en circulación desde el primer momento dejó entrever
diversas intensidades. Uno promueve el cierta inquietud por el raye físico de la
flujo de valor cultural, cultual. El otro roza escritura, narrando con insistencia los
el punto cero del valor, nulidad ganancial materiales empleados para escribir sus
que da rédito en el orden del afecto, santo y peripecias, lo desarrolla en su esplendor en
seña que hace caer en el lazo del círculo la segunda estancia catalana no sólo con el
íntimo. armado de las ocho carpetas del Teatro
Osvaldo Lamborghini y Héctor Proletario de Cámara sino, también, con
Libertella3 operan como nombres, como una enorme profusión de libros intervenidos.
apellidos y en su deriva adjetival en Que muchos de estos proyectos
Libertella/Lamborghini, la compilación de permanezcan inéditos — otros son, quizá,
decididamente impublicables— y que otros
hayan ido apareciendo con el paso de los
2 Un aparte para el apodo. Como enseña
Lamborghini, con el apodo se carga, a lo Sísifo. No
años reúne a estos autores, también, en torno
un armado sino un destino. a una curiosa sobrevida, un “escribir para la
3 En adelante, se emplearán las siglas OL y HL. Las muerte y aún seguir escribiendo después de
iniciales como una cifra, otra moneda falsa para hacer la muerte” (López, 2017: 13).
circular en la economía del ghetto.
Agustina Pérez
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una categoría tan olvidada como necesaria costillas” (18), deteniéndose en el aspecto
para medir las repercusiones de estas obras. brutalmente biológico que para HL tiene el
HL y OL, afirma, son maestros desesperados libro.
y desesperantes porque pliegan sentidos Martín Kohan se detiene en la
verticales, simultáneos, a la par que “nos entidad que tienen lo vacante y las formas de
vuelven locos si los seguimos en su literal la ausencia como una manera singular de
sentido, porque nos atormentan con su estar que consiste en ya no estar.
enorme entendimiento sin metafísica, sin Moviéndose por los pasadizos fantasmales
organización, sin que podamos preverlos” que van de Héctor a Mauro, encuentra que,
(Estrin, 2017:37). Strafacce, por su parte, si bien el padre exceptúa al hijo de una
reconstruye la polémica HL/OL en torno a la herencia, aliviando el mandato del
aparición de Nueva Escritura en hermetismo, en Mi libro enterrado los
Latinoamérica, explicitando que el temor de últimos libros del padre “resuenan o suenan
OL de que la crítica de HL no sirva “ni pero tocados en otro tono, o aun con otros
mercadológica ni teóricamente” para instrumentos” (2017: 169) en el existir pero
fogonear su obra fue infundado, en el hueco, hacerse agujero para estar.
confirmando, en un mismo gesto, la eficacia Marcelo Damiani agrega otro rasgo a los
de la proclama libertelliana: “no comunicar, lugares ausentes, centrándose en el Hefector,
transmitir”. La asestada final la da la aquel requerimiento que reclama una
anécdota: pese a haber leído el libro sin respuesta secretora. En esta rara
entender nada, tal como asegura el biógrafo, corporalidad, lo arcaico tiene un lugar
fue esta lectura la que desató la frenética privilegiado haciendo fulgurar la escritura
búsqueda de los libros de Lamborghini. no como técnica y poder, sino en su veta
táctil. Ana Gallego Cuiñas vuelve, desde
HL otra perspectiva, al resabio arcaico,
Entre los autores que analizan la obra centrándose en el denario como clave de
de Libertella, Silvana López explicita las esta obra, un signo-ruina, moneda antigua,
instancias de reescritura que, mediante rareza que adquiere su valor en el ghetto y
diversas operaciones y modalidades, esta permite acuñar una obra que resiste ilegible
poética tematiza. Trazando una cartografía ante la mirada atónita de la economía del
de las obras, detecta en ¡Cavernícolas! mercado.
(1985) un punto de inflexión donde la Otras rarezas abordan Luis Gusmán,
reescritura se vuelca hacia los propios que se enfoca en la singularidad de la labor
textos, actividad que en Zettel se describirá, crítica lírica de HL, contrapuesta a la crítica
con una concisión fulgurante, como “un arte enciclopédica que corretea tras las faldas de
que roe en fino su propio hueso” (Libertella la utilidad social, y Luis Chitarroni, que
2008: 19). “La biología”, escribe Libertella, coloca lo ilegible patográfico en unas
“diría que las células del cuerpo cambian coordenadas novedosas, haciendo juego con
íntegramente cada siete años, y que el Xlebnikov, con un alejarse de la letra para
cuerpo no muere por viejo sino por acercarse a la materialidad corporal. En HL,
cansancio de tanto rejuvenecer” (2008: 18). asevera, lo que prima es un “pensar con la
Considerando que el cuerpo sintáctico boca” que genera obras que desatan en la
también exige ser reescrito, Rafael Cippolini literatura un contar de nuevo que corta
focaliza en la reescritura como la espina amarras con lo anterior. Eduardo Stupía
dorsal de este organismo extraño que se aborda la materialidad desde otro flanco,
alimenta “de las radiografía de sus propias reparando en la expansiva fabricación de los
Agustina Pérez
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Referencias bibliográficas
Deleuze, Gilles y Guattari, Félix
(2002). Mil mesetas. Barcelona: Pretextos.
Lamborghini, Osvaldo (1988).
Novelas y cuentos. Barcelona: Ediciones del
Serbal.
Libertella, Héctor (2006). La
arquitectura del fantasma. Buenos Aires:
Santiago Arcos.
______________ (2008). Zettel.
Buenos Aires: Letranómada.