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Todos los componentes del organismo, se constituyen en un medio para lograr un fin
supremo: crear las condiciones óptimas para que todas y cada una de nuestras células,
puedan llevar a cabo su función primordial: metabolizar.
Desde este punto de vista, queda en entredicho expresiones personales tales como "yo
respiro", "me nutro", "produzco productos de desecho", entre otras.
Si bien es cierto que todos los procesos metabólicos ocurren en el interior del organismo, es
necesario distinguir las reacciones metabólicas que se presentan en el interior de nuestras
células, de aquellas que transcurren en el interior de nuestro organismo pero por fuera de
las células.
Metabolismo es un término que se utiliza para describir todas las reacciones químicas
implicadas en el mantenimiento del estado de vida de las células y el organismo.
Por ejemplo, en esta etapa o fase del metabolismo, al respirar, nosotros le entregamos
continuamente a la naturaleza gas carbónico (CO2), necesario para el proceso de la
Fotosíntesis que ocurre en las hojas de las plantas. Al combinar CO2 con agua y con la
participación de la luz solar y la clorofila, las plantas sintetizan carbohidratos. Los
carbohidratos producidos por las plantas, servirán de alimento a los animales herbívoros, y
la carne de éstos, serán el alimento preferido para los animales carnívoros. Uno de los
subproductos de la fotosíntesis es el oxígeno, tan importante en la vida de los animales.
2. Procesos degradativos que ocurren en el Sistema Digestivo.
En esta fase los alimentos degradados pasan por primera vez al torrente sanguíneo.
Aún se está lejos de que los nutrientes lleguen, por ejemplo, a las células del músculo
esquelético (fibras musculares). Sin descartar al estómago como un órgano en donde se
absorben ciertas sustancias (agua, sales minerales, alcohol), sin duda alguna la parte del
aparato digestivo que cumple a cabalidad la función de absorber los nutrientes, es el
intestino delgado, con un trayecto de gran longitud (7 metros) y una inmensa superficie,
que garantizan de una manera efectiva los procesos de absorción.
El intestino delgado absorbe los carbohidratos degradados en forma de glucosa, fructosa y
galactosa, las proteínas en forma de aminoácidos y las grasas neutras en forma de glicerol y
ácidos grasos. También son motivo de absorción una gran cantidad de agua, electrolitos,
minerales y vitaminas.
En el torrente sanguíneo ocurre una importante fase del metabolismo porque la glucosa, la
fructosa y la galactosa, que son formas como se absorben los carbohidratos una vez
degradados en el tubo digestivo, pasarán al hígado por la vía de la vena porta.
En el hígado, la glándula más voluminosa de nuestro organismo, la fructosa y la galactosa
terminan convertidas en glucosa, la cual se almacenará en forma de glucógeno (polímero
de glucosa), hasta una nueva orden, según sean las necesidades energéticas de las células de
los demás tejidos. Cuando las situaciones lo exigen, el hígado desdoblará la glucosa a partir
del glucógeno hepático (Glucogenolisis).
Con relación a los aminoácidos productos de la degradación de las proteínas en el tubo
digestivo, podemos decir que también llegan al hígado por la vía de la vena porta. Una vez
en el hígado, los aminoácidos son sometidos a procesos muy complejos denominados de
"desaminación" (liberación
del grupo amino NH2 del
aminoácido, con formación de
un cetoacido y de amoníaco) y
de "transaminación"
(proceso reversible con
transferencia del grupo amino
a un cetoacido, para formar un
aminoácido).
Podemos resumir, que por
medio de la transaminación, la
mayoría de los aminoácidos se
convierten en cetoacido con el
concurso de las transaminasas
y de la vitamina B6, es decir,
se trata de un proceso que
garantiza la conversión de unos aminoácidos en otros.
En la actualidad se conocen 20 aminoácidos, 8 de los cuales se conocen como
"aminoácidos esenciales", lo que significa que obligatoriamente deben introducirse por
medio de la dieta, debido a que nuestras células no los sintetizan.
Los 12 aminoácidos restantes, tan "esenciales" como los otros, se les denomina "no
esenciales", ya que pueden ser sintetizados por nuestras células y no es esencial que se
introduzcan con el consumo de alimentos.
Es necesario señalar, que mientas los procesos de desaminación ocurren en el hígado, las
reacciones de transaminación, ocurren
en las células de muchos tejidos,
incluido el hepático.
Con todo lo anterior podemos imaginarnos el gran papel que juega el hígado en nuestras
vidas, haciendo las veces de una gran fábrica que recibe la materia prima (nutrientes), la
reserva, la procesa y la distribuye a las demás células del organismo, en la medida de sus
necesidades.
En relación a los procesos anabólicos, se dice que son responsables de la síntesis de materia
viva y son consumidores de energía. La síntesis de una molécula de ATP, a partir de un
ADP y un fosfato inorgánico, no podrá concebirse como un proceso anabólico, pese a que
se trata de construir una molécula compleja a partir de constituyentes más simples, proceso
que requiere energía. Definitivamente, el término "anabolismo", debe ir ligado de una
manera exclusiva a todo lo relacionado con la síntesis de proteínas.
No sería correcto entonces catalogar
como sinónimos los términos
anabolismo y asimilación, ni tampoco
los términos catabolismo y
desasimilación.
En el campo de la fisiología, se
considera que los términos anabolismo
y catabolismo, deben emplearse
solamente cuando se hace referencia a
reacciones químicas que sucedan en el
interior de nuestras células, nunca por
fuera de éstas.
Por ejemplo, podemos hablar de asimilación en relación "organismo - medio ambiente" (el
organismo asimila del medio ambiente los nutrientes), así como en relación "célula - medio
interno (la célula asimila los nutrientes que provienen de la sangre y pasan al líquido
intersticial).
Para muchos, la fase del metabolismo conocida como asimilación comprende el ingreso de
los nutrientes al organismo provenientes el medio externo, el ingreso a nuestras células de
los nutrientes debidamente degradados con anterioridad en el tubo digestivo, los procesos
de síntesis de proteína tisular, de fermentos y de ácidos nucleicos, es decir procesos que
construyen sustancias complejas a partir de sustancias sencillas y que requieren energía
(anabolismo o metabolismo plástico, de construcción).
Por otro lado, la desasimilación incluye los procesos degradativos que ocurren a lo largo
del tubo digestivo, la degradación de sustancias ricas en energía que ocurre en el interior de
nuestras células, la movilización del recurso energético, la destrucción de los tejidos y los
procesos de limpieza de los productos de desecho, etc.
Entonces estaría bien decir que el anabolismo es la parte de los procesos asimilativos que
ocurren en el interior de nuestras células, y el catabolismo es la parte de los procesos de
desasimilación que también ocurren en el interior de nuestras células.
Lo que debe quedar claro, es que los procesos que ocurren en el interior de nuestras células
(anabolismo y catabolismo), son como dos caras de una misma moneda. Mientras que el
primero construye, sintetiza materia viva en forma compleja (proteína tisular a partir de
aminoácidos) con consumo de energía, el segundo, o sea el catabolismo, degrada sustancias
energéticas complejas en simples, liberando una gran cantidad de energía, que utilizarán
nuestras células para realizar las más diversas funciones: transporte activo de sustancias a
través de las membranas celulares, síntesis de proteína tisular, trabajo mecánico, etc.
Ambos procesos transcurren simultáneamente, pero no siempre con la misma intensidad, lo
que significa que en un momento determinado uno de ellos puede predominar sobre el otro.
Durante el ejercicio, por ejemplo, predominan los procesos catabólicos generadores de
energía. Durante la recuperación predominan los procesos anabólicos de reconstrucción
(hipertrofia, hiperplasia).
Durante la fase del metabolismo que tiene que ver con el crecimiento, hasta
aproximadamente los 18 - 20 años, predominan los procesos anabólicos; durante la adultez
(20 - 45 años) se presenta un equilibrio entre los procesos de síntesis y destrucción. En el
período de involución (a partir de los 45 años), los procesos de destrucción tisular empiezan
a predominar sobre los procesos de síntesis.
Bibliografía: