Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Lectura. 2 Crónicas 34:1-3: “De ocho años era Josías cuando comenzó a
reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. 2 Este hizo lo recto ante los ojos
de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la
derecha ni a la izquierda. 3 A los ocho años de su reinado, siendo aún
muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años
comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de
Asera, esculturas, e imágenes fundidas.”
Introducción.
En ese tiempo, y durante este tiempo, un joven llegó al reino. Este joven tenía
ocho años. El abuelo de este joven era el hombre más perverso de todo Israel.
Manasés. El hombre más perverso de toda la historia del pueblo de Israel. Su
abuelo era un hombre perverso. Era un hombre malo. Pero nació este niño y
llegó al reino y Josías dijo, a mí no me importa lo que me inculcaron mis
padres, yo busco a Dios. Y él comenzó a reinar, y reinó 30 años en Israel. Hizo
lo recto ante los ojos de Jehová. Anduvo en los caminos de David su padre. El
dijo: mi tátara, tátara, tátara abuelo si amaba a Dios, yo voy a buscar a Dios
también.
Josías empezó a odiar el pecado. La Biblia nos dice dos cosas: 1 la Biblia nos
dice que nos debemos de someter a Dios. Y 2, la Biblia nos dice que debemos
de resistir al diablo, y huirá de vosotros. Muchos de ustedes quieren resistir al
diablo sin someterse a Dios. No puedes hacer eso. Pero si nos sometemos a
Dios, podemos resistir al diablo. Y tener la victoria. Ahora, escúchenme bien, yo
no soy un buen predicador, yo no soy un buen orador, algunos de ustedes ya
se dieron cuenta de eso. Ni siquiera puedo pronunciar bien el español. Yo no
soy muy inteligente, yo no soy bueno para organizar, yo no tengo talentos, o
habilidades, como otros predicadores tienen. Pero, hermanos, en mi juventud,
yo empecé a buscar a Dios. Hora, tras hora, tras hora, leyendo la Biblia.
Orando y buscando a Dios. México necesita unos jóvenes que están
dispuestos a buscar a Dios.
En Francia hace años, había una señorita, que estaba leyendo un libro de
poemas. Cuando ella estaba leyendo estos poemas, ella decía, que aburrido
son estos poemas, que tristes son estos poemas. Y esta señorita tiró el libro de
poemas en un bote de basura, ahí en su recámara. Después ella, fue a una
fiesta de cumpleaños de una amiga. En la mansión, en la fiesta de su amiga,
encontró a un joven, alto, guapo, -como yo-, y rico. Y ella empezó a hablar con
este joven. Ellos estaban hablando ahí, 20 minutos, 30 minutos, y después una
hora. Y después de una hora, esta señorita dice al joven: “Tenemos una hora
hablando y disculpa, yo ni siquiera conozco su nombre.” Y él dijo: “Oh,
perdóname señorita. Yo soy fulano de tal.” Y ella dijo: “Qué interesante. Hoy en
la mañana yo estaba leyendo un libro de poemas, y el nombre del autor es el
mismo como del que usted tiene… Fulano de tal.” Y este joven dijo: “¿Cómo se
llama el libro?” Y ella le dijo el nombre del libro. Y él dijo: “Ese es mi libro. Yo lo
escribí. ¿Qué le pareció mi libro?” Y ella le miró y dijo: “ah, este… no termino
de leerlo todavía.” Ella fue después a su casa. Recogió el libro de poemas de la
basura. Empezó leer el mismo libro. Pero ahora en vez de decir que aburrido,
ella empezó a decir: “hay que precioso. Hay que bonito. Hay que poemas tan
bonitos.” Por ahora ella había conocido al autor, y amaba al autor de libro. Y
cuando ustedes aman a Dios, la Biblia y las cosas de Dios van a ser
interesantes para ustedes. No van a ser aburridas. Josías empezó a buscar a
Dios.
Josías, cuando conoció a Dios, empezó a tirar las imágenes. A destruir las
imágenes de Asera. Había casa de fornicación y de homosexuales y Josías las
derribó. Hoy en día, México está lleno de casas de prostitución, hoteles de
paso. Imágenes por todas partes. Idolatría por todas partes. Casas de
fornicación y prostitutas y homosexuales por todas partes. Y esta tierra está
llena de idolatría y de pecado. Y Josías cuando vio eso, él empezó a destruir la
idolatría y la moralidad, y el pecado que él vio.
Jeremías 1:5 dice: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que
nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”
“Es que Señor, es que no sé hablar porque soy niño. Hay jóvenes que dicen,
“yo no puedo servir a Dios.” “Es que todavía soy un niño.” “Yo no puedo hacer
nada para Dios, porque soy niño.”.
Jeremías 1:7-9: “Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que
te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8 No temas delante de ellos,
porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 9 Y extendió Jehová su mano y
tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.”
Jeremías 1:10: “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre
reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar
y para plantar.”
Ahora, note lo que dice, antes de que tú puedas edificar primero tienes que
derribar. El terreno en que ahora estamos, tuvimos que mandara traer 500
camiones para qué sacaran basura y cascajo antes de poder edificar la iglesia.
Y joven, antes de que puedas levantar algo para Dios, primero Kenneth que
derribar y quitar algunas cosas. Tienes que quitar la música satánica. La
pornografía. Esta doble vida que tú estás viviendo vienes al culto, pero después
vas a un hotel de paso, con tu novia. Vienes a leer la Biblia quien la iglesia,
pero luego estás mirando pornografía en la tarde. Nosotros debemos edificar
algo para Dios, tenemos que quitar las imágenes que hay. Hoy en día, en todas
partes, aquí en México, gente ahora hasta esta adorando a Satanás, antes era
la virgen de Guadalupe, pero ahora es la santa muerte.
Yo recuerdo leer la historia de Francia. Luis XVII era un niño, de unos siete
años de edad, cuando hubo una revolución. Su madre era María Antonieta.
Cuando ella oía decir a la gente que no tenían pan, ella les decía, “pues que
coman pastel.” Y ella pensaba que lo que decía era chistoso, pero la gente no
pensaba que era chistoso. Y a ella le cortaron la cabeza. También cortaron la
cabeza de su padre. Y luego tomaron a Luis XVII, cuando era niño, y lo llevaron
a una cantina. Y los revolucionarios tomaron botellas de vino, y pusieron al niño
sobre una mesa, y le dieron unas cosas escritas perversas para que leyera. Y
le dieron vino para emborracharlo, y le dieron comida podrida para que se la
comience. Y este niño, se levantó sobre la mesa, y él tiro el vino ahí, y él tiro
las palabras que le habían dado allí en el suelo, y tiró la comida al suelo, y dijo:
“yo no voy a tomar lo que tú me das de tomar. Yo no voy a leer lo que tú
quieres que yo lea. Yo no voy a decir las palabras que tú quieres que yo diga.
Yo soy el hijo de un rey. Yo voy a vivir y voy a morir como hijo de un rey.”
Yo creo con todo mi corazón, que aquí hay jóvenes, que podrían levantar una
iglesia, mucho más grande que está iglesia. Yo creo que tú, podrías traer
avivamiento a una ciudad. A un pueblo. Si tú ahora empiezas a buscar a Dios,
si tú ahora empiezas a odiar el pecado, y entregas tu vida en las manos de
Dios, joven, podrías traer avivamiento a México. Podrías traer avivamiento a
Panamá, a Centroamérica, a América del Sur.
Yo estoy viajando a predicar a diferentes países, y es increíble ver cuánta
gente tiene hambre y deseo de conocer a Dios. Muchos de mis amigos ahora,
están perdiendo su salud. Han entregado sus vidas a servir a Dios para
predicar, y han trabajado día y noche. Y ahora ellos que no tienen la fuerza, ya
no tienen la habilidad de hacerlo. Necesitamos unos jóvenes que digan: “aquí
estoy yo. Y yo voy a buscar a Dios. Y mi vida va a servir para un propósito
eterno. Y cuando Cristo venga, me va a encontrar odiando el pecado. Y me va
encontrar sirviendo a Dios.”
Hay jóvenes aquí, que podrían levantar una iglesia de 10,000 personas. De
15,000 personas. Podrías hacer algo grande para Dios. Si tú buscas a Jehová.
Odias el pecado. Y luego buscas levantar la casa de Dios. Dios que va a
bendecir por eso. La Biblia dice: “clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré
cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”