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NEILY SCHNAfll!
EL CONCEPTO DE CUL1URA
NATURALEZA Y CULTURA
retener aquí tres que, sin ser contradictorias entre sí, acotan sin
embargo 'reas problemáticas diferentes que es preciso articular en
su mutua complementariedad para ofrecer una versi6n totalizante
del concepto: la cultura como experiencia vivida; la cultura como
dimensión consciente de la vida social a saber, como conciencia
"ilustrada"; y. por último, la cultura como dimensi6n no consciente
de la vida social, o sea, como sistema de convenciones y de supues-
toslmplícitol que aseguran la significancia de los comportamientos
intersubjetivos.
Un breve examen de estos tres planos nos permiti" después
formular la pregunta que importa para el caso: ¿qué lugar ocupa la
mujer, como idea y realidad, en el marco definido por cada uno de
ellos?
Nietzsche es un buen expositor del primer punto de vista. Para
él, el núcleo definitorio de lo que ha de llamarse cultura se mani-
fiesta en el estilo que estructura la experiencia vital de un pueblo y
no en el conocimiento que la cultun. tiene de sí misma. F.3te último
es el mal que erosiona a la cultura de la Europa mode rna, devorada
por su propio metadiscurso. Frente a la Grecia arcaica, aparente--
mente tan "primitiva", la de hoy "no es una verdadera cultura, sino
solamente una especie de conocimiento de la cultura; se contenta
con la idea de la cultura, con el sentimiento de la cultura, sin llegar
a la convicci6n de la cultura" (Consideracionn inactWlles. De la
ulilidad • imonwnient... de los ...tudiM hút6ri<os paro la vida; §4).
Esta versi6n es la que, en mayor grado, acerca lo cultural a 10
vital, valorando la cultura no en tanto reprime la naturaleza sino
en la medida en que la cuUioo, o sea, le da forma y expresi6n
espontáneamente canalizada hacia la comunicación en sociedad.
Lo cultural resulta así transmutaci6n social de una realidad biol6-
gica -violenta o mesurada, constructiva o transgresiva- cuya ma-
nirestaci6n no se aprende sino que se vive, es instinto socialmente
expandido y no dique reflexivo.
AsI entendida la cultura, como campo de expresi6n variable a
los valores vitales, como mediadora de nuestm naturaleza, <qué
lugar le cabe en ella a la mujer desde esta perspectiva y qué
posibilidad de acceso a una verdadera afirmaci6n de su feminidad
en tanto valor vital integral?
Puesto que Grecia es el modelo cultural invocado para reivindi-
car este matiz de la cultura que la asocia con una cualificaci6n de
la experiencia cotidiana, oigamos la voz de un griego célebre,
CONDICIÓN CULlURAL DE lA DJF'EIlfNCIA 49
CULTIJRA E INCONSCIENTE
miento europeo.
, Ct. c.-JorIa ti< la 1fIOftIi, T ..1ado 11, § 10: Eljudeocriotlanilmo, dlcc aDi Nicwche,
ha fundado Al perdunhiJid:ad en eSta inveni6n exita.;a. a Iabrer, la conversión de la
lmpotcnda en ruen:a; hacer de b rcpretión del iNtinto una Yin.ud del eapúitu. Este
trutrueque cultural es lo que Nictuchc IIam6 -rebelión de k» Cldavo.-.
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