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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES

DEPARTAMENTO DE DERECHO

Asignatura Teoría General del Proceso.


Estructura General del Proceso.

HÉCTOR ENRIQUE QUIROGA CUBILLOS


Director de la especialización de Derecho procesal
Profesor de planta categoría: Asociado
2

SECCIÓN PRIMERA
LOS REQUISITOS
I REQUISITOS SUBJETIVOS (1)
1. EL JUEZ (2)
A. UNIDAD DE LA JUDICATURA(4)
a. La jurisdicción. (5)
1) Regla General: (6) Las asignaciones jurisdiccionales son regladas. La jurisdicción civil es la residual.
2)Poderes(7) a) Decisión(8). B) Ejecución(9). c) Cautelar(10). d) Correccional(11). e) Control de constitucionalidad. (12).
3) Tipos (13) a) Civil(14). b) Penal (15). c) Laboral(16). d) Familia(17). e) Agraria (18) f) Contencioso Administrativa(19). g)
Constitucional (20). h) Parlamentaria (21). i) Disciplinaria (22). j) Especiales(23). k) Excepcional (24).
Transitoria. Arbitral (25). k) Coactiva (26).
4)Conflictos a) Positivos. (28)
(27) b) Negativos (29)
c) Decisión. (30)
5)Efectos a) Positivos. Principio de perpetuatio iurisdictionis.(32)
(31) b) Negativos. 1. Rechazo de plano de la demanda. (34)
(33) 2. Causal de nulidad procesal. (35)
3. Causa para sentencia inhibitoria. (36)
4. La falta de jurisdicción constituye vía de hecho acusable en tutela. (37)
b. La competencia. (38)
1) Regla general: (39) Las asignaciones de competencia son regladas. La competencia civil residual le corresponde a los jueces civiles del circuito.
2) a) Subjetiva(41) 1. Asignación Legal. (42)
2. Prevalencia. (43)
1. Asignación. 1. Naturaleza 1. Asignación Legal. (47)
(45) Del asunto. (46) 2. Prevalencia. (48)
F b) Objetiva.(44) 2. Cuantía. (50) 1. Mayor: (51)
a 2. Menor: (52)
c 3. Mínima: (53)
t 2. Prevalencia. (54)
o 1. Asignación. 1. Regla General. (57)
r c) Territorial. (56) 2. Asignación legal (58). Fueros o foros.
e (55) 3. Prevalencia. (59)
s 2. Concurrencia. (60)
(40) 1. Instancias. 1. Única. (63)
(62) 2. Primera. (64)
d) Funcional. 3. Segunda. (65)
(61)
2. Recursos 1. Casación. (67)
Extraordinarios.(66) 2. Revisión. (68)
a) Positivos. (70)
3) Conflictos. (69) b) Negativos. (71)
c) Decisión. (72)
a) Positivos.- Aplicación del perpetuatio iurisdictionis.(74)
b) Negativos.(75) 1. Rechazo de plano de la Demanda. (76)
4) Efectos. (73) 2. Causal de nulidad. (77)
4. La incompetencia constituye vía de hecho acusable en tutela..(78)

c. Compatibilidad. (79)
1) Impedimentos. (80) a) Causales. .(81)
b) Decisión. .(82)
2) Recusaciones. (83) a) Causales. .(84)
b) Decisión. .(85)
3 Efectos.(86) 1. Positivos de la imparcialidad. (87)
2. Negativos- 1. Pérdida de la competencia del juez. (89)
Incompatibilidad 2. Ilegalidad de los actos procesales. (90)
(88) 3. La incompatibilidad constituye vía de hecho acusable en tutela (91)
4. Responsabilidad. 1. Civil. (93)
(92) 2. Penal. (94)
3. Disciplinaria. (95)

B. PLURALIDAD DE JUECES – LA MAGISTRATURA (96)


a. Sala Plena. (97)
b. Sala de Decisión. (98)
c. Sala Dual. (99)
d. Sala de Conjueces. (100)
3

2. LAS PARTES PROCESALES .(101)


A. UNIDAD – REQUISITOS (102)
a. Capacidad para 1) Personas Naturales: (104)
ser parte. (103) 2) Personas Jurídicas: (105)
3) Personas Morales – Patrimonios Autónomos. (106)
1) Representación 1. Presunción legal. (109)
Legal. (108) 2. Constituida. (110)
b. Capacidad 3. Dativa. (111)
Procesal. (107) 2) Agencia Oficiosa 1. Intervención. (113)
procesal. (112)
2. Facultades. (114)
1) Poderes. (116) 1. Generales. (117)
c. Derecho de 2. Especiales. 1. Mediante memorial. (119)
(118) 2. Endoso en procuración. (120)
Postulación. (115)
2) Curaduría ad 1. Intervención. (122)
litem. (121) 2. Facultades. (123)

B. PLURALIDAD DE PARTES PROCESALES (124)


1) Voluntaria. (126) Litisconsorcio Voluntario. (127)
a. Por 1. Litisconsorcio Necesario. (129)
Coordinación. (125) 2. Llamamiento en garantía. (130)
2. Forzada. (128) 3. Denuncia del Pleito. (131)
4. Llamamiento del Poseedor. (132)
5. La Sucesión Procesal. (133)
6. Llamamiento ex oficio. (134)
b. Por Subordinación(135) Coadyuvancia. (136)
c. Por Tercería. (137) 1) Intervención Ad excludendum. (138)
2) Tercería Incidental. (139)

3. EL MINISTERIO PÚBLICO (140)


1) Regla general de intervención. (141)
2) Oportunidad. (142)
3) Alcance de la intervención. (143)

II- REQUISITOS OBJETIVOS. (144)


1- LA PRETENSIÓN PROCESAL
A. LA PRETENSIÓN EN SU UNIDAD (145)
1. REQUISITOS (146)
a. Subjetivos. (147)
1) El Órgano Jurisdiccional.(148)
2) Las partes. a). Determinación e 1- Sujeto Activo .(151)
(149) individualización.(150) 2- Sujeto Pasivo. (152) 1. Ausentes. (153)
2. Herederos. (154)
3. Desconocidos. “indeterminados”. (155)
b). Aptitud para la 1- Directa. a- Prueba. 1. Activa. (159)
legitimación en causa. (157) (158) 2. Pasiva. (160)
(156) b- Invocación. (161)
2- Indirecta – a- Prueba. 1. Activa. (164)
Acciones (163) 2. Pasiva. (165)
oblicuas. (162) b- Invocación. (166)
c). Legitimación en la causa – Invocación. (167)
b. Objetivos. (168)
1) Posibilidad. a) Física. 1-La cosa desde el a- Existencia. (172)
(169) (170) punto de vista de
b. La cosa no existe pero se espera que exista. (173)
su naturaleza. (171)
c- Individualización.(174)
2-La cosa desde el a- La cosa reclamada no debe tener prohibición legal. (176)
punto de vista b- La cosa reclamada no debe ser delictuosa o ilícita. (177).
jurídico.(175)
b) Jurídica 1- La pretensión procesal debe tener actualidad. (179)
(178) 2- La pretensión procesal no puede vulnerar el ordenamiento jurídico. (180)
c) Moral (181).
2)Idoneidad. (182)
3) Causa. a) Fáctica. 1- Hechos 1. Los que describen los supuestos de hecho de las normas jurídicas a
(183) (184) Pertinentes. aplicar. (186)
4
(185) 2. Iniciativa en materia fáctica frente a la pretensión procesal. (187)
3. Hechos que configuran la legitimación en causa, tanto activa como
pasiva. (188)
2- Hechos estelares.(189) 1. Teoría de la sustanciación. (190)
2. Teoría de la individualización. (191)
b) Jurídica. 1- Auto-atribución de un derecho que consagra la ley. (193)
(192) 2- La pretensión procesal reclamada corresponde a la consecuencia jurídica de la norma
sustancial a aplicar y que consagra el derecho auto atribuido. (194)
3- La norma jurídica a aplicar debe tener efectos jurídicos presentes. (195)
c) 1- Carga de prueba sobre los supuestos de hechos de las normas que consagran el derecho
Probatoria. autoatribuido y la consecuencia jurídica reclamada. (197)
(196) 2- Carga de prueba de los hechos que la ley exige como aptitud para la legitimación en
causa. (198)
c. Actividad. (199)
1)Formulación a) Carga procesal. (201)
en una b) La demanda debe contener la pretensión procesal. (2002
Demanda. (200)
2) Elementos a) El petitum.(204) 1- Reclamación, con precisión y claridad, de las consecuencias jurídicas
que configuran consagradas en las normas sustanciales invocadas. (205)
la pretensión 2- Separación. (206)
Procesal. b) Fundamentación 1- Unidad – Postulación de los hechos pertinentes. (208)
(203) fáctica. (207) Causa 2- Separación. (209).
Petendi.
c) Fundamentación 1-Invocación de las normas sustanciales a aplicar. Fijación de la norma -
jurídica.(210). Funda- Principio: Iura novit curia. (211).
mentos de derecho. 2- Carga procesal de argumentación jurídica. (212)
d) Fundamentación 1- Postulación (Carga de prueba) de los medios probatorios idóneos respecto de
probatoria.(213) los hechos pertinentes (214)
2- Aportación (Carga procesal) de las pruebas de aptitud, o su invocación. (215)

2. TIPOS DE PRETENSIONES.(216)
a. Pretensiones de cognición. (217)
1) Declarativas. – Constitución de una situación jurídica. 1. Positivas. (219)
(218)
2. Negativas. (220)
2) Constitutivas – Crea, modifica o extingue situaciones jurídicas. (221)
3) De condena. – Impone una situación jurídica. (222)
b. Pretensiones de ejecución. (223)
1) Pretensión procesal ejecutiva de dación. (224)
2) Pretensión procesal ejecutiva de transformación. (225)
3) Pretensión procesal ejecutiva de distribución. (226)

3. EFECTOS (227)
a. Relativos a la relación sustancial. (228)
1) Interrumpe la prescripción. a) Reclamación. (230)
(229) b) Notificación. (231)
2) Impide la caducidad. (232) a) Reclamación.(233)
b) Notificación.(234)
c) Que la interrupción a la prescripción e inoperancia de la caducidad no sea declara
ineficaz. (235)
3) Constitución en Mora. (236) a) Reclamación.(237)
b) Notificación.(238)
b. Relativos a la actividad procesal. (239)
1) Respecto del nacimiento del proceso. (240)
1) Solo la pretensión engendra un proceso. (241)
2) La pretensión determina la clase de proceso a adelantar . (242)
3) Determina la jurisdicción y competencia del juez. (243)
4) Fija los hechos y el tema decidendum.(244)
2) Respecto del desarrollo del proceso. (245)
1) Determina los hechos materia de prueba (246)
2) Determina la admisibilidad de los medios de prueba para probar los hechos que la soportan. (247)
3) Determina la carga de prueba para los hechos base de la pretensión. (248)
4) La pretensión procesal determina el mantenimiento y conclusión del proceso judicial. (249)
3) Respecto de la decisión del proceso. (250)
1) Obliga a que sea decidida en una sentencia. (251)
2) Determina el contenido de la sentencia. (252)
3) Determina el alcance de la sentencia. (253)

B. PLURALIDAD DE PRETENSIONES PROCESALES (256)


ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES (257)
5
1. REQUISITOS. (258)
a. Subjetivos. (259)
1) Juez competente. (250)
2) Partes. (239)
3) Intervinientes. (240)
b. objetivos (241)
1) Pretensiones acumulables. (242)
2) Contenido. 1. Simple.(244)
(243) 2. Consecuencial.(245)
3. Eventual o subsidiaria.(246)
3) Los hechos no son subsidiarios ni consecuenciales. (247)
c. actividad. (248)
1) Inicial. Acumulación en la demanda principal. (249)
2) Por inserción. a) Acumulación de pretensiones por reforma de la demanda. (251)
(250) b) Acumulación de pretensiones por demanda de reconvención. (252)
c) Acumulación de pretensiones por demanda de interviniente ad excludendum. (253)
d) a) Acumulación de pretensiones por acumulación de demanda. (254)
1) Por reunión. Acumulación de pretensiones acumulación de procesos. (255)

2. EFECTOS. (256)
a. Positivos. (257
1) Admisión de la Acumulación de Pretensiones. (258)
2) Adecuación del procedimiento. (259)
b. Negativos. (260)
1) Inadmisión de la demanda para el caso de la acumulación inicial. (261)
2) Negación de la acumulación. (262)

3. OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN PROCESAL

LA RESISTENCIA. (263)

1). REQUISITOS. (264)


a. Subjetivos. (265)
1) El Juez. (266)
2) Partes. a) Activo. (268)
(267) b) Pasivo. (269)

3) Intervinientes. (270) 1- Coadyuvante del demandado.(271)


2- Denunciado en el pleito.(272)
3- Llamado en garantía.(273)
4- Excepción oblicua.(274)
b. Objetivos. (275)
I. Resistencia activa. (276)
1) Defensas. (277)
a) 1- a- 1. Indeterminación y no individualización de los sujetos activos o pasivos de la pretensión
Conte- Ataque a procesal. (281)
nido. los ele- 2. Falta de 1. No existe aptitud en los sujetos activos o pasivos. (283)
(279) mentos Legitimación en 2. El demandante no es el titular del derecho del cual reclama la
Sub- causa. consecuencia jurídica. (284)
jetivos. (282) 3. El demandado no esta llamado por la ley sustancial a soportar la
D (280)
consecuencia jurídica reclamada. (285).
b- 1. Imposibilidad. 1. Física. (288)
Ataque a (287) 2. Jurídica. (289)
E los ele- 3. Moral. (290)
mentos 2. No idoneidad. (291)
Obje- 3.Falta 1. 1. Negación de 1. No es cierto. Los hechos no existieron. Carga de
F tivos. de Causa Fáctica los hechos. prueba para el hecho alegado en la demanda. (295)
(286) (292) (293) (294) 2. No es cierto. Los hechos ocurrieron pero tienen
I

una calificación jurídica distinta. Carga de prueba


N para el hecho alegado en la demanda. (296)
2. Admisión de 1.Los hechos son ciertos, pero no dan lugar a la
Los hechos. consolidación del derecho autoatribuido . (308)
I (307) 2. 3. Los hechos son parcialmente ciertos pero no
alcanzan a completar el supuesto fáctico que la ley
exige para la consolidación del derecho
T autoatribuido. (309)
6
2. 1. El derecho auto-atribuido no existe en el ordenamiento jurídico. (311)
Jurídica 2. Al derecho autoatribuido no le esta asignada, por la ley, la
I (310) consecuencia jurídica reclamada. (312)
3. 1. Por el contenido 1. Las pruebas postuladas no se refieren a los
Probato de los medios hechos alegados. (315)
V ria aportados. (314) 2. Las pruebas postuladas se refieren a los
(313) hechos pero no tienen eficacia probatoria. (316)
2. Por la ilegalidad 1. Por el no cumplimiento de los requisitos de
A de los medios existencia. (318)
aportados.(317) 2. Por el no cumplimiento de los requisitos de
validez. (319)
S 3. Por la ilicitud 1. Por haber sido obtenidos fraudulentamente.
de los medios (321)
(27 2. Por ser pruebas falsas. (322)
8) aportados. (320)
2- a- Oposición expresa a la actuación de la consecuencia jurídica reclamada en la pretensión. (324)
Forma b- Pronunciamiento expreso sobre los hechos invocados como supuesto fáctico de las normas que
-lidad. consagran la consecuencia jurídica reclamada en la pretensión. (325)
(323)
c- Señalamiento expreso del elemento estructural de la pretensión que se considera incumplido, con su
fundamentación. (326)
d- Formulación de la defensa en el acto procesal de contestación de la demanda. (327).
3- a- Impide que se produzca confesión ficta o presunta de los hechos alegados en la pretensión y que puedan
Efecto probarse por este medio. (329)
s b- Impide que se constituya indicio grave contra del demandado, por falta de pronunciamiento expreso
(328) sobre la pretensión y los hechos que la soportan. (330)
c- Mantiene la carga de prueba en cabeza del demandante. (331)
d- Obliga al juez a un pronunciamiento expreso en la sentencia, sobre el elemento estructural de la
pretensión que se considera incumplido. (332)
e- De prosperar la acusación se produce absolución del demandado. (333)
b) 1.Contenido(335). Se aceptan los hechos que exige la norma invocada y se niega su exigibilidad. (336).
DILATO- 2- Formalidad a- Se postulan en la contestación de la demanda. (338)
RIAS (337) b- Si no prospera alguna excepción definitiva se falla en la sentencia. (339)
(334)
3- Efectos a- La carga de la prueba le corresponde al demandado. (341)
(340). b- La decisión favorable no hace a tránsito a cosa juzgada. (342)
c- En otro proceso, los hechos que configuran la pretensión se entienden confesados y
juzgados. Lo que se debe juzgar nuevamente es la exigibilidad. (343)
2) Excepciones. (344).
a) 1- a- Las consecuencias jurídicas alegadas excluyen la reclamada en la pretensión procesal. (347)
Contenido. b. Los hechos de la demanda se admiten como ciertos pero se controvierten a través de postulación de
(346) otras afirmaciones que los excluyen. (348).
M c- Las afirmaciones excluyentes describen el supuesto fáctico de normas que consagran una
A consecuencia jurídica que excluye la reclamada en la pretensión procesal. (349).
T d- La excepción exige la postulación de las normas jurídicas y su fundamentación, que consagran la
E consecuencia jurídica excluyente. (350)
R e- Debe postularse la prueba de los hechos de la excepción. Conducencia y pertinencia. (351)
I 2- a- Alegación de las consecuencias jurídicas que excluyen pretensión procesal, especialmente:
A Formalida prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial. Denominación de la excepción. (353).
L d b- Alegación de los hechos que describen el supuesto fáctico de las excepciones . (354)
E (352) c- Fundamentación jurídica para la consecuencia jurídica reclamada en la excepción. (355).
S d- Postulación de la prueba que demuestre los hechos base de la excepción. (356)
(3
4 3- Efectos. a- Obliga a dar traslado al demandante de las excepciones. Término adicional de prueba. (358).
5) (257) b- Obliga a la evacuación de las pruebas de los hechos pertinentes base de la excepción. (359)
c- La carga de la prueba corresponde al demandado. (360).
d- Obliga al juez un pronunciamiento expreso, en la sentencia, sobre consecuencias jurídicas alegadas
como excepción cuando la pretensión procesal esté llamada a prosperar. (361).
e- Si prospera una excepción definitiva, releva al juez de pronunciarse sobre las demás. (362).
f- Improsperas las excepciones alegadas, el juez debe de oficio acceder a las no alegadas que
aparecieren probadas. Salvo: prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial. (363).
g- La prosperidad de excepciones que aniquile la pretensión hacen tránsito a cosa juzgada. (364)

b) 1- a- Estas consecuencias jurídicas provienen del derecho procesal: Cosa Juzgada y pleito pendiente. (366).
Contenido
(365) b- Postulación de los hechos que desarrollen estas excepciones con indicación de los despachos
P
judiciales en donde cursó y o cursa el proceso. (367).
R
c- Señalamiento, con precisión, de las partes y la materia ya sometida a juzgamiento en el otro
O
despacho judicial. (368).
C
E 2- a- La Cosa Juzgada y el pleito pendiente se pueden alegar como excepción de fondo y como
S Formalida impedimento procesal (mal llamadas excepciones previas). (370).
A d b- Como excepciones de fondo se deben alegar en la contestación de la demanda; y como impedimento
(369). procesal (mal llamado excepciones previas) en escrito separado. (371).
L
3- Efectos a- La postulación de este tipo de excepciones impide que se estudie la pretensión procesal. (373).
7
E (372) b- Si se postulan como impedimentos procesales (mal llamados excepciones previas) se fallaran
S a través de incidente o como recurso de reposición dentro del proceso ejecutivo. (374).
(34 c. Si se postulan como impedimentos procesales se fallarán en la sentencia. (375).
0).

3) Pretensiones. (376)
a). 1- a- Invocación de una pretensión procesal, en principio, excluye la inicialmente planteada. (379).
Conte- b- La pretensión procesal excluyente puede tener como contenido, la reclamación de la misma
nido. consecuencia jurídica, que la principal, pero difieren en los hechos. (380).
(378). c- La pretensión procesal excluyente puede tener como contenido, la reclamación de distinta
consecuencia jurídica, que la principal, pero difieren en los hechos y en las normas jurídicas invocadas.
(381).
R d- La pretensión procesal de la reconvención puede no excluir la principal. (382)
E e- La pretensión procesal de la reconvención no excluyente de la principal se basará en hechos distintos,
C pero con igual o distinto fundamento jurídico. (383).
O f- c- Incumbe a quien demanda en reconvención, la carga de la prueba de los supuestos de hecho en que
N basa su pretensión. (384).
V 2- a- Necesidad de una demanda con todos los requisitos legales. (386)
E Forma b- Se debe alegar dentro del plazo para contestar la demanda. (387)
N -lidad. c- Se debe producir admisión de la demanda. (388)
C (385).
d- Se debe postular los medios probatorios para su demostración. (389)
I e- Se debe equilibrar el procedimiento trabando la litis con el reconveniente. (390).
Ó 3- a- Se produce una acumulación de pretensiones. (392)
N Efec- b- Si la consecuencia jurídica reclamada en la reconvención no excluye la principal, tendrá efectos de
(377).
tos acumulación simple. (393)
(391). c- Si la consecuencia jurídica reclamada en la reconvención excluye la principal, tendrá efectos de
acumulación subsidiaria. (394)
d- Si la consecuencia jurídica reclamada en la reconvención no excluye la principal, ambas pueden ser
actuadas o denegadas en la sentencia, o una si y la otra no. (395).
e- Si la consecuencia jurídica reclamada en la reconvención excluye la principal, la prosperidad de ésta
hace nugatorio el estudio de la reconvención. (396).
f- Sólo cuando es improspera la pretensión principal se habilita al juez para decidir sobre la
reconvención. (397).
b) 1- a- La cosa o el derecho controvertido por la demanda principal debe ser reclamado, total o
I Con- parcialmente, por el interviniente (400).
N teni b- La pretensión por el interviniente puede estar basada en una norma jurídica igual o distinta de la
T do. reclamada en la demanda, pero con supuestos fácticos distintos. (401)
E (399) c- Incumbe al interviniente ad excludendum la carga de la prueba de los supuestos de hecho en que
E
N X basa su pretensión. (402).
T C 2- a- Necesidad se ser invocada a través de una demanda con todos los requisitos legales.(404)
E L For- b- La nueva pretensión que postula el interviniente debe dirigirse contra demandante y demandado
R U ma originarios. (405).
V D (403). c- Postulación de los hechos y las pruebas pertinentes y conducentes respecto de la nueva pretensión
E E involucrada. (406).
N N d- La pretensión del interviniente debe tener el mismo trámite que se le asignó a la principal. (407).
C D e- La oportunidad de tal reclamación precluye con la sentencia de primera instancia. (408).
I U 3- a- La admisión de la demanda del interviniente integra un litisconsorcio necesario pasivo entre
O M Efec- demandante y demandado. (410).
N (398)
tos b- Se produce acumulación de pretensiones, entre la inicialmente planteada y la que postula el
(409). interviniente ad excludendum. (411)
A
c- La acumulación de pretensiones entre interviniente y la demanda originaria será de carácter
D
subsidiario. (412).
d- Improspera, totalmente, la pretensión del interviniente será condenado en costas, multa y per-juicios
a favor del demandante o demandado, según el resultado de la sentencia entre estos. (413).

4) Impedimentos procesales (mal llamada excepciones previas). (414).


a) 1- Se denuncia incumplimiento de los requisitos que estructuran el proceso. Causales (416)
Contenido. 2- Se denuncia la existencia de situaciones jurídicas que impiden la prosperidad de la pretensión procesal.
(415). (417).

b) 1- Escrito separado en el proceso de conocimiento o reposición en el ejecutivo. (419).


Formalidad. 2- Invocación de la causal o de la excepción de fondo postulada como impedimento. (420).
(418). 3- Invocación de los supuestos de hecho que configuran la causal o la excepción de fondo. (421).
4- Aportación de las pruebas que sustentan el impedimento o la excepción de fondo. (422).
5- Tramite incidental para el proceso de conocimiento. Trámite de reposición en el ejecutivo. (423).
6- Previo pronunciamiento a la sentencia. (424)
c) 1- De prosperar las subsanables debe darse cumplimiento para impedir el rechazo de la demanda y se
Efectos. (425) continuará con el trámite del proceso. (426)
2- De no ser subsanable se da por terminado el proceso. (427)
3- Si no se alegan los defectos saneables posteriormente no podrán invocarse como causales de nulidad.
(428)
8
4- Si no se alegan los defectos insaneables, sobre ellos podrá el juez pronunciarse al dictar la sentencia.
(429)
d) 1- Procedimentales (431)
Tipos. 2- Mixtas. (432) a- Cosa Juzgada. (433)
(430) b- Transacción. (434)
c- Caducidad. (435)

II. Resistencia pasiva. (436).


1) a).Pronuncia- 1- Contestación sobre algunos hechos o pretensiones. (439)
Contestación miento. (438) 2- No contestación sobre algunos hechos o pretensiones. (440)
parcial. b)Efectos 1- No opera presunción de indico grave o confesión ficta sobre los hechos contestados (442)
(437) (441) 2- Se presume indico grave o confesión ficta sobre los hechos no contestados. (443)

2) No contestación. (444). Produce el efecto de indicio grave o confesión ficta sobre los hechos de la demanda. (445)
3) a) Contestación de la demanda. (447)
Allanamiento. b) Aceptación expresa de los hechos. (448)
(446) b) Aceptación expresa de las pretensiones.(449).
c) Eficacia del allanamiento(450).
4) a) Liquidación del crédito(452).
Pago(451). b) Pago de la liquidación y costas-consignación (453).
c) Exoneración del pago de costas. (454)

C. REQUISITOS DE ACTIVIDAD (455).


LOS ACTOS PROCESALES (456)
I. LOS ACTOS PROCESALES EN SU UNIDAD (457)

1. LOS ACTOS PROCESALES POR LOS SUJETOS (458)


a. Del juez. (459)
1) Actos de instrucción. (460).

a) Actos de impulso.(462)
b) 1- a- Atribución 1. Nombramientos: Peritos – Auxiliares de Justicia. (466)
Actos Personales. de un poder.(465) 2. Autorizaciones:(467)
de (464)
direc- b- Atribución 1. 1. De ciencia.(470) Comunicaciones. (471)
ción. de un deber. Intimacio 2. De voluntad. 1. Citación.(473)
(463) (468) nes. (472) 2. Emplazamiento.(474)
(469)
3. Requerimiento.(475)
2. Correcciones Disciplinarias.(476)
2- Reales : Exhibiciones.(477)
3- Actividad.(478)
c) Actos de 1-Documentación.(479)
constancia. (479)

2- Incorporación.(480)
2) Actos de ordenación. (461)
3) Actos de decisión. (481)
a) Autos. (482)
b) 1- Unica a) De los jueces civiles municipales. (485)
Sentencias. Instancia. b) De la Corte Suprema de Justi- 1. Exequatur. (487)
(483) (484) cia.Sala de casación Civil. (486) 2.Responsabilidad patrimonial de Magistrados (488)
9
2- Primera a) De los jueces civiles municipales. (490)
Instancia. b) De los Jueces civiles del circuito. (491)
(489) c) De los Tribunales Superiores. Responsabilidad patrimonial de Jueces. (493)
Sala Civiles. (492)

3- Segunda a) De los jueces civiles del circuito. (495)


Instancia. c) De los Tribunales Superiores – Sala Civiles. (496)
(494) d) De la Corte Suprema de Justicia. Responsabilidad patrimonial de Jueces. (498)
Sala de casación Civil. (497)
4- Casación. De la Corte Suprema de Justicia. Sala de casación Civil. (499)
5- Revisión. a) De los Tribunales Superiores – Sala Civiles. (501)
(500) b) De la Corte Suprema de Justicia. Sala de casación Civil. (502)
c) Providencias inhibitorias. (503)
b. De las partes. (504)
1) Actos de Alegación. (505)
a) Actos introductorias. 1- Incorporación de pretensiones.(507)
(506) 2- Incorporación de hechos.(508)
3- postulación de medios probatorios.(509)
b) Actos de impulso.(510)
c) Alegatos de conclusión.(511)
d) Actos incidentales.(512)
e) Actos petitorios.(513)
2) Actos de Impugnación. (514)
a) Recursos.(515) 1- Los jueces del Recurso. a- Juez e instancia.(517)
(516) b- Juez Superior.(518)
2- Los sujeto del recurso. a- Parte impugnante.(520)
(519) b- Derecho de contradicción.(521)
b) objeciones.(522)
c. intervinientes. (523)
1) Como Parte. (524)
a) Actos Introductorias: demanda de intervención ad excludendum. (525)
b) Actos de 1- De la demanda principal.(527)
Contestación. 2- De la denuncia del Pleito.(528)
(526) 3- Del llamamiento en garantía.(529)
4- Del llamamiento como poseedor.(530)
5- Del llamamiento ex oficio.(531)
6- La coadyuvancia.(532)
c) Los demás actos como parte.(533)
2) Como interesado. (534)
a). Actos de 1- Oposición en diligencia.(536)
oposición. 2- Oposición Incidental.(537)
(535) 3- Acto de impugnación.(538)
b) Simplemente petitoria.(539)

2. LOS ACTOS PROCESALES POR SU CONTENIDO. (540)


a. Del juez. (541)
1) Autos. (542)
a) Interlocutorios. (543)
b) De Trámite. (544)
2) Sentencias. (545).
a) Contenido.(546).
b) Elementos que integran el material de la sentencia. (547)
1- Los a- Reglas de 1. Aplicación del principio “iura novit curia”. (550)
supuestos derecho.(549) 2. 1. Ley extranjera.(552)
jurídicos. Excepciones. 2. Normas de alcance no nacional. (553)
(548) (551) 3. La costumbre.(554)
3. Establecimiento de la estructura jurídica necesaria para llegar a la consecuencia
jurídica reclamada. (555)
b- Los 1. Principios generales del derecho. (557)
principios 2. Principios del derecho procesal. (558)
jurídicos.(556) 3. Principios de derecho probatorio. (599)
c- Las concepcio- 1. La doctrina constitucional.(561)
nes jurídicas.(560) 2. La jurisprudencia. (562)
d- Los Standards 1. Las reglas de la experiencia.(564)
jurídicos.(563) 2. Las buenas costumbres.(565)
3. La ignorancia de la ley.(566)
2- Los supuestos de hecho de la a- Aplicación del principio “da mihi 1. Alegación.(569)
norma jurídica que factum, dabo tibi ius”(568) 2. Prueba.(570)
consagra la consecuencia b- Interpretación de los hechos.(571)
10
reclamada.(567) c- El hecho presumidos. (572)
d- El hecho notorio.(573)
e- Los hechos exonerados de prueba.(574)
c) Estadios de producción de la sentencia. (575)
1- Verificación del cumpli- a- Jurisdicción.(577)
miento de los presupuestos b- Competencia. (578)
procesales. (576) c- Trámite. (579)
d- Demanda en forma.(580) 1. Cumplimiento de los requisitos legales. (581)
2. Interpretación de demandas oscuras. (582)
e- Cumplimiento del debido proceso.(583)
2- Evaluación y selección de a. Determinación de hechos 1. Los que describen el supuesto fáctico de la norma
los hechos que describen el pertinentes. (585) sustancial a aplicar. (586)
supuesto fáctico de la norma 2. Incorporación del hecho y su contradicción. (587)
jurídica a aplicar. LOS HE- 3. Selección de los hechos pertinentes. (588)
CHOS PERTINENTES.(584) b. Determinación de hechos 1. Hechos irrelevantes o con prohibición legal. (590)
impertinentes (589) 2. Hechos no incorporados oportunamente. (591)
3. Desecho de hechos impertinentes. (592)
3- a- Verificación de los requisitos para la existencia de cada medio probatorio. (591)
Evaluación y b- Verificación de los 1. Incorporación de 1. Prueba directa. (594)
selección de requisitos para la medios probatorios.(593) 2. Prueba preconstituida. (595)
los medios validez de medio 3. Prueba trasladada. (596)
probatorios probatorio. (592) 2. Publicidad del medio probatorio. (597)
CONDU- 3. Oportunidad de contradicción de los medios probatorios. (598)
CENCIA 4. Los que corresponden a cada medio en particular. (599)
(590)
c- Verificación de los requisitos de eficacia del medio probatorio. (600)
c- Desecho de los medios pro- 1. Por su ilegalidad en su producción. (602)
batorios Inconducentes (601) 2. Por su ilegalidad en su incorporación. (603)
c- Selección del medio 1. El medio probatorio debe a. Porque hay prueba libre (606)
probatorio conducente estar autorizado por la ley. (605) b. O porque hay exigencia legal.-
para cada hecho seleccio- Tarifa legal para el medio. (607)
nado. (604) 2. Que la ley no excluya el medio probatorio respecto del hecho que se
quiere probar. (608)
a- Selección de 1. Hechos confesados o admitidos por ambas partes. (611)
4- los hechos 2. Hechos presumidos legalmente. (612)
Valoración exonerados de 3. Hechos cuya prueba prohibe la ley. (613)
Probatoria. prueba (610) 4. Hechos materia de cosa juzgada o de decisión prejudicial. (614)
(609)
5. Hechos indefinidos. (615)
6. Los hechos notorios. (616)
7. La ley.-excepciones. (617)
b- Asignación de 1. Apreciación a. 1.Percepción. a. Contacto personal. (621)
valor probatorio del medio Prueba =sentidos. b. Actividad dirigida a la percep-
para todos los respecto de Directa. (620) ción. (622)
medios cada hecho (619) 2.Razona- 1. Certeza –evidencia = Es. (624)
conducentes res- aplicando miento(623) 2. Probabilidad-Duda.= Tal vez. (625)
pecto de cada uno las reglas de la 3.No es. (626)
de los hechos experiencia. b. 1. a. Contacto 1. Percepción de
pertinentes. (618) (619)
Prueba Percepción. mediato con huellas rastros. (630)
Indirec- Histórica. el hecho a 2. Contacto inme-
ta. (627) (628) probar. diato con un hecho
(629) diverso. (631)

b. Actividad directa o por inter-


mediarios. (632)
2. Razona- a. Procedimiento lógico.
miento. (633) (deductivo –inductivo). (634)
b. Intermediarios. (635)
2. Asignación 1.Medios que por si solos dan certeza de la ocurrencia del
de fuerza hecho. Hecho probado. (637)
probatoria. (636) 2. Medios cuya eficacia probatoria se atenúa. (638)
3. Medios probatorios que no dan certeza de la ocurrencia del
hecho Hecho no probado. (639)
c- 1.Los soporta- 1. Por 1. Que no sea contrario a las reglas de la
Selección de los dos en pruebas Su experiencia. (643)
hechos que han eficaces y que verosi- 2. Que no sea contrario a un hecho notorio. (644)
resultado ofrecen certeza militud 3. Que no sea física y jurídicamente imposible.
probados. al juez. (641)
(640)
. (642) (645)

2. No hay prueba que los desvirtúen. (646)


2. Los hechos exonerados de prueba. (647)
d- Selección de 1. Por ausencia total de prueba. (649)
11
los hechos no probados. (648) 2. No hay certeza – duda. (650)

e- Apreciación 1. Análisis conjunta de los hechos probados para establecer cual desvirtúa a otro.
conjunta de todos (661)
los hechos respec- 2. Análisis conjunto de los hechos probados con los hechos no probados pero
to de todos los me- graduados en probabilidad. (662)
dios probatorios. 3. Análisis de los hechos no probados a fin de establecer que les falto de prueba.
(660) (663)
5- a. Si los hechos probados son 1. Las alegadas. Se hace el mismo estudio que para las pretensiones
Subsunción de suficientes para acceder a la procesales.(666)
los hechos pretensión se estudian las 2. Oficiosamente las no alegadas. Excepto: Prescripción, compensa-
probados en el Excepciones (665) ción y nulidad relativa sustancial. (667)
supuesto fáctico b- Si los hechos probados 1. Decretar pruebas de oficio sobre hechos no probados. (669).
de las normas a son insuficientes, se hace un 2. Si persiste el hecho incierto se aplica carga de prueba. (670)
aplicar. estudio de los hechos no 3. O desplazamientos de carga de prueba.(671)
(664) probados. (668)

6- a-. Nom liquet.(673)


Decisión b- Los hechos que estructuran la pretensión no están probados se produce sentencia absolutoria. Y se releva
bajo la al juez de hacer estudio sobre las excepciones. (674).
Premisa c-. Los hechos que estructuran la pretensión están probados, y los de la excepción no, Se produce sentencia
de la a favor del demandante.(675)
obtención d- Los hechos que estructuran la pretensión están probados y los de la excepción de fondo también, se
de produce sentencia absolutoria.(676)
persuasión e- Demandas 1. Los hecho de la pretensión principal están probados, los de la Excepción no, y los de
racional. de Reconvención la pretensión de reconvención similar no. La sentencia será favorable a la demanda
(672)
(677) principal y absolutoria respecto de la reconvención. (678)
2. Los supuestos de hecho de la pretensión están probados, los de la excepción de
fondo no, y los de la pretensión de reconvención similar si: La sentencia será favorable
a ambas demandas. (679)
f- Demandas 1. Todas prueban los hechos de sus pretensiones, y las excepciones no: Sentencia
Acumuladas favorable a las pretensiones.(681)
(680) 2. Todas no prueban los hechos: Sentencia absolutoria. (682)
3. Unas prueban los hechos, otras no. Sentencia favorable a las demandas que probaron,
las que no: absolutorias.(683)
g- Demandas de 1- La sentencia revolverá inicialmente sobre la pretensión del interviniente. Si es
intervinientes acogida y esta versaba sobre el total de la cosa o el derecho controvertido inicialmente,
ad excludendum. el juez se abstendrá de resolver sobre la inicial. (685).
(684) 2- Si es acogida parcialmente, el juez resolverá entre demandante y demandado
iniciales, sobre lo que le fue denegado al interviniente. (686).
3- Si es denegada totalmente la pretensión del interviniente se resolverá sobre la
pretensión inicialmente reclamada. (687).
3) Providencias inhibitorias.(688)
a) Contenido.(689)
b) Efectos.(690)
4) Actos de ejecución. (691)
a) Actos 1- Las a- 1. Jurisdiccionalidad.(695)
Cautelares medidas Requisitos. 2. Petición de parte.(696)
(692) Cautelares. (694) 3. Taxatividad de medidas y procesos.(697)
(693)
b- Efectos.(698)
c-Tipos(699). 1. El embargo y secuestro de bienes.(700)
2. El Registro de la demanda.(701)
3. Toma de posesiones.(702)
2- Ejecución a- Requisitos.(704)
anticipada de b- Efectos.(705)
la sentencia. c- Tipos.(706)
(703)
3- Ejecución a- Requisitos.(708)
b- Efectos.(709)
12
provisional de c- Tipos.(710)
la sentencia.(707)
b) Actos 1- Remate de bienes.(712)
ejecutivos. 2- Entrega de Bienes.(713)
(711) 3- Registros.(714)
4- Comunicaciones a funcionarios.(715)
b. de las partes. (716)
1) actos de alegaciones. (717)
a) 1- Principal.(719)
Demandas. 2- Acumulación.(720)
(718) 3- Reconvención.(721)
b) Incidentales.(722)
c) De conclusión.(723)
d) Simplemente petitorias.(724)
2) Actos de Impugnación. (725)
a) Recursos. 1- a- Providencias susceptibles de reposición.(728)
(726) Reposición. b- Contenido.(729)
(727) c- Decisión.(730)
2- a- Autos. (732) 1. Autos susceptibles de Apelación.(733)
Apelación. 2. Contenido.(734)
(731) 3. Decisión.(735)
b- Sentencias.(736) Ver fase de impugnación del proceso.
3- Queja. a- Contenido.(738)
(737)
b- Decisión.(739)

4- Súplica. a- Contenido.(741)
(740) b- Decisión.(742)

3- Casación. a- Providencias susceptibles de casación.(744)


(743) b- Causales de Casación.(745)
c- Decisión.(746)
4- Revisión. a- Providencias susceptibles de Revisión.(748)
(747) b- Causales de revisión.(749)
c- Decisión.(750)
b) 1- A dictámenes periciales.(752)
Objeciones. 2- A actos de las partes.(753)
(751)
3) De los intervinientes. (754)
a) Como parte. (755)
1-Demandas. a- Demanda ad excludendum.(757)
(756) b- Demanda de Acumulación.(758)
2- Los demás actos como parte.(759)
b) Como interesado. (760)
1- Acto de oposición.(761)
2- Acto de impugnación.(762)
3- Acto petitorio.(763)

3. LOS ACTOS PROCESALES POR LA ACTIVIDAD. (764)


a. Por el lugar. (765)
1) Despachos judiciales. (766)
a) Recinto del Juzgado.(767)
b) Salas de audiencias.(768)
2) Desplazamiento. (769)
a) Para diligencias probatorias.(770)
b) Para entregas.(771)
c) Para medidas Cautelares.(772)
3) Comisiones. (773)
a) Para Jueces de 1- Diligencias probatorias. (775)
otros lugares. (774) 2- Medidas cautelares.(776)
3- Diligencias de entrega.(777)
4- Otras diligencias.(778)
b) Para funcionarios 1- Medidas cautelares.(780)
administrativos.(779) 2- Diligencias de entrega.(781)
3- Otras diligencias.(782)
c) Para funcionarios Colombianos en el exterior.(783)
d) Para Funcionarios extranjeros.(784)
b. Por el tiempo. (785)
1) Del juez. (786)
a) Del conocimiento. 1- En las etapas procesales.(788)
(787) 2- En las Instancias.(789)
3- En los recursos extraordinarios.(790)
13
4- En las fechas para audiencias y diligencias. (791)

b) Juez o 1- Plazo señalado en el despacho comisorio.(793)


Funcionario 2- Plazo señalado en el oficio.(794)
Comisionado. 3- Plazo señalado en el exhorto.(795)
(792)
4- Carta Rogatoria.(796)
2) De las partes. (797)
a) Antes de la consumación de la caducidad. (798)
b) Dentro de los traslados.(799)
c) Dentro de las audiencias y diligencias.(800)
d) Dentro de las ejecutorias.(792)
3) De los intervinientes. (793)
a) En diligencia – Orales.(794)
b) Incidentalmente – Escritos.(795)

c Por la forma. (796)


1) Actos Escritos. (797)
a) Del Juez.(798) 1- Autos – Notificación por estado.(799)
2- Sentencias – Notificación por edicto.(800)
3- Audiencias – Acta escrita de la audiencia. (801)
4- Diligencias – Acta escrita de la diligencia. (802)
5- Oficios.(803)
6- Despachos comisorios.(804)
b) Partes.(805) 1- Escrito introductoria – Demanda.(806)
2- Escrito de alegación – Alegato de conclusión. (807)
3- Escrito de Impugnación. Interposición y sustentación de recursos. (808)
c) Intervinientes.(809) Escrito de intervención. (810)
2) Actos Orales.(811)
a) Del Juez. 1- Autos – Notificación en estrados.(813)
(812) 2- Sentencias – Notificación en estrados.(814)
3- Audiencias.(815)
4- Diligencias.(816)
b) Partes.(817) 1- Acto oral introductorio – Demanda verbal sumaria. (818)
2- Alegación – Alegato de conclusión en audiencia.(819)
3-Impugnación – Interposición y sustentación de recursos en audiencias o diligencias. (820)
c) Intervinientes. 1- Oposición oral en diligencia pública.(822)
(821) 2- Impugnación de decisiones en diligencia pública. (823)

SECCIÓN SEGUNDA

PLURALIDAD DE ACTOS PROCESALES (824)

EL PROCEDIMIENTO(825)

I. DESENVOLVIMIENTO NORMAL - FASES DEL PROCEDIMIENTO (826)

1. FASE DE NACIMIENTO
a. La demanda.(827)
1) Formalidad. a)Requisitos 1- Generales. (830)
(828) (829) 2- Especiales. (831)
b) Anexos. 1- Generales. (833)
(832) 2- Especiales. (834) a- Prueba de haberse intentado la conciliación previa. (835)
b-Los exigidos por la ley para cada proceso en particular.
(836)
3- Imposibilidad de acompañar anexos. (837)
2) Dinámica. a) Presentación. (839)
(838). b) Reparto. (840)
c) Radicación. (841)
d) Pronuncia- 1- Auto admisorio- a- Admisión expresa. (844)
miento sobre Formalidades. (843) b- Determinación de las partes. (845)
la demanda. c- Trámite a seguir. (846)
(842)
d- Orden de notificaciones. (847)
e- Reconocimiento de abogados. (848)
2- Inadmisión. (849) a- Causales. (850)
b- Señalamiento de los defectos. (851)
c- Plazo para la corrección. (852)
d- Admisión o rechazo de la demanda. (853)
3- Rechazo de a- Falta de Jurisdicción. (855)
plano. (854) b- Falta de Competencia. (856)
14
c- Caducidad. (857)
e) Sustitución y retiro de la demanda. (858)

f) Cautelas. 1- Auto que lo ordena prestar caución. (860)


(859) 2- Auto que ordena la cautela. (861)
3- Ejecución sin aviso a la parte a- Comunicaciones. (863)
demandada. (862) b- Diligencias. (864)
g) 1- Personalmente. (866)
Notificaciones 2- a- Causas. (868)
del auto Emplazamiento b- Edicto y publicación. (869)
Admisorio. de ausentes. c- Término de emplazamiento. (870)
(865) (867)
d- Nombramiento y notificación al curador ad litem. (871)
3-Emplazamiento a- Causas. (873)
de desconocidos b- Edicto y publicación. (874)
(indeterminados). c- Término de emplazamiento. (875)
(872)
d- Nombramiento y notificación al curador ad litem. (876)
4- Conducta a- Procedencia. (878)
concluyente. (877) b- Cómputo de términos. (879)
h) Traslado. 1- Formalidad. (881)
(880) 2- Término. (882)
i) Reforma de 1- Requisitos.(884)
la demanda. 2- Oportunidad.(885)
(883) 3- Admisión. (886)
4- Traslado.(887)
b. La contestación. (888)
1) Formalidad. a) Requisitos. 1-Generales. (891)
(889) (890) 2- Especiales. Reclamación del derecho de retención. (892)
b) Anexos. 1- Generales. (894)
(893) 2- Especiales. (895)
c) Plazos. (896) 1- Notificados personalmente. (897)
2. Emplazados. a- Ausentes. (899)
(898) b- Indeterminados. (900)
2) Llamado de a) Requisitos para el llamado. (902)
terceros. (901) b) Oportunidad. (903)
c)Pronunciamiento del llamado. (904)
3) Demanda de a) Requisitos. (906)
Reconvención. b) Oportunidad. (907)
(905)
c) Admisión. (908)
d) Traslado. (909)
e) Contestación. (910)
4) Postulación de a) Escrito separado. (912)
Impedimentos. (911) b) Trámite de incidente. (913)
c) Decisión. (914)
5) Dinámica. a) Frente a la 1- Se tiene por contestada. (917)
(915) contestación. 2- Se tiene por no contestada. (918)
(916) 3- Si se propusieron excepciones de fondo se otorga plazo adicional al
demandante para que pida pruebas sobre estas. (919)
b) Frente al 1- Admisión del llamado de terceros. (921)
llamado de 2- Notificación y vinculación al proceso. (922)
terceros. (920) 3- Plazo para pronunciarse frente al llamado y frente a la demanda. (923)
c) Frente a la 1- Admisión. (925)
reconvención. 2- Traslado. (926)
(924) 3- Contestación. (927)
d) Frente a las 1- Traslado al demandante. (929)
Excepciones 2- Pruebas. (930)
Previas. (928) 3- Decisión. (931)
4- Impugnación. (932)
5-Efectos 1. Terminación del proceso. (934)
(933) 2. Corrección de defectos. (935)
c. Audiencia del artículo 101 del C.P.C. (936)
1) Desarrollo. a) Auto que señala fecha para la audiencia. (938)
(937) b) Constitución en audiencia pública. (939)
c) Comparecencia de las partes – Incomparecencia de las partes. (940)
2) Conciliación. a) Postura del juez frente a la conciliación. (942)
(941) b) Fórmulas propuestas por las partes. (943)
c) Acuerdo de conciliación – Fracaso de la conciliación. (944)
3) Saneamiento del procedimiento. (945)
4) Las excepciones a) Decisión. (947)
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previas. (946) b) Plazo para corrección. (948)
c) Recursos. (949)

5) Fijación del a) Fijación de hechos. (951)


Litigio. (950) b) Fijación de Pretensiones Procesales. (952)
c) Fijación de Excepciones de Fondo. (953)
6) Petición de Pruebas. (954)
7) Práctica de pruebas. (955)
8) Elaboración del acta. (956)
2. FASE DE DESARROLLO.(957)
a. Periodo Probatorio.(958)
1) Plazo.(959)
2) Admisión a) 1- Requisitos la a- Los aportados en la demanda y contestación. (963)
de las pruebas. Documental. para admisión. b- Oficios para la aportación de copias. (964)
(960) (961) (962) c- Exhibiciones de documentos. (965)
2- Contradicción. (966) -Tacha de falsedad. (967)
b) 1- Señalamiento de fecha y hora. (965)
Interrogato- 2- Evacuación.(969) a- Audiencia pública. (970)
rios de parte. b- Cuestionario en sobre cerrado o verbalmente. (971)
(968)
c- Número máximo de preguntas. (972)
c) 1- Nombramiento de peritos. (974)
Dictámenes 2- Plazo para rendir el dictamen. (975)
periciales. 3- Contradicción del dictamen. (976)
(973)
4- Señalamiento de honorarios y pago. (977)
d)Testimo- 1- Postulación. a- Identificación. (980)
nios.(978) (979) b- Ubicación. (981)
c- Tema de la declaración. (982)
d- Número de testigos. (983)
2- Contradicción. a- Tacha de sospecha. (985)
(984) b- Contra-interrogatorio. (986)
e) Inspección 1- Postulación. a- Necesidad de la diligencia. (989)
judicial. (987) (988) b- Objeto de la diligencia. (990)
c- Auto que la decreta. (991)
2- Evacuación. (992) a- Constitución en diligencia pública. (993)
b- Reconocimientos por el juez. (994)
c- Intervención de las partes. (995)
d- Intervención de terceros. (996)
b. Alegaciones de conclusión. (997)
1. Plazo. (998)
2. Formalidad. (999)
3. FASE DE DECISIÓN.(1000)
a. La Sentencia.(1001)
1) Actividad a) Lugar. 1- Despacho Judicial. (1004)
de producción. (1003) 2- Sala de audiencias. (1005)
(1002) b) Tiempo 1- Dentro del plazo legal (1007)
(1006) 2- En el acto de la audiencia de juzgamiento. (1008)
c) Forma. 1. Encabezamiento. (1011)
(1010) 2- Motivación de la a- Antecedentes. (1013)
sentencia. (1012) b- Considerandos. (1014)
3- Parte Resolutiva. (1015)
2) 1. Personalmente. (1017)
Notificaciones. 2. Por Edicto. (1018)
(1016) 3. En Estrados. (1019)
b. Providencia inhibitoria. (1020)
1) Notificación. (1021)
2) Efectos. (1022)
4. FASE DE IMPUGNACIÓN (1023)
a. Los Recursos. (1024)
1) Ordinarios. a) 1- Requisitos. a- Sentencias Apelables. (1028)
(1025) Apelación. (1027) b- Postulación del recurso. (1029)
(1026) c- Auto que concede el recurso. (1030)
d- Efecto Suspensivo. (1031)
e- 1. Reposición. (1033)
Denegación 2. Solicitud de copias. (1033)
del recurso 3. Pago de expensas. (1034)
de apelación- 4. Formulación de la solicitud ante el superior. (1035)
Queja.(1032) 5. Traslado. (1036)
6. Decisión. (1037)

2-. Trámite. 1. Competencia del superior.(1040)


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(1038) a- Apertura de la segunda 2. Competencia del inferior.(1041)
instancia.(1039)
b-.Admisión e inadmisión del Recurso.(1042)
c- Pruebas segunda en 1. A petición de parte.(1044)
instancia. (1043) 2. Oficiosas.(1045)
d- Sustentación del recurso.(1046)
3-Decisión. a- Sentencia de Apelación.(1048)
(1047) b- Notificación.(1049)
c- Impugnación.(1050)
e Ejecutoria. (1051)
b) Consulta. 1- Sentencias consultables. (1053)
(1052) 2- Trámite. (1054)
3- Decisión. (1055)
2) a) Casación. 1-Sentencias a- Por la naturaleza del asunto. (1059)
Extraordinarios. (1057) recurribles (1058) b- Por la cuantía. (1060)
(1056) 2- Requisitos. a- Postulación del recurso. Demanda de casación (1062)
(1061) b. Anexos. (1063)
c- Caución. (1064)
d- Auto que concede el recurso. (1065)
e- Efectos de la concesión del recurso. (1066)
f- Declaratoria de desierto del recurso. (1067)
e- 1. Reposición. (1069)
Denegación 2. Solicitud de copias. (1070)
del recurso 3. Pago de expensas. (1071)
de casación- 4. Formulación de la solicitud ante el superior. (1072)
Queja. (1068) 5. Traslado. (1073)
6. Decisión. (1074)
3- Trámite. (1075) a- Apertura 1. Competencia de la Corte. (1077)
del recurso. 2. Competencia del Tribunal Superior.( 1078)
(1076) 3. Competencia del Juez de primera Instancia. (1079)
b- Admisión del recurso. (1080)
c- Demanda de 1. Requisitos formales. (1082)
casación. (1081) 2. Causales. (1083)
d- Traslado. 1. Plazo. (1085)
(1084) 2. Contestación. (1086)
4. Decisión. a- Sentencia de 1. Sentencia no casando. (1089)
(1087) Casación. (1088) 2. Sentencia casando. (1090)
3. Sentencia de instancia. (1091)
b. Notificación. (1092)
c. Ejecutoria. (1093)
5. Efectos. (1094)
b) Revisión. 1- Sentencias a- Por la naturaleza del asunto. (1097)
(1095) Recurribles. (1096) b- Por la cuantía. (1098)
2- Requisitos. a- Postulación del recurso. Demanda de Revisión (1100)
(1099) b. Anexos. (1101)
c- Caución. (1102)
3. Dinámica de a- Admisión. (1104)
la demanda. b- Inadmisión. (1105)
(1103) c- Rechazo. (1106)
d. Solicitud remisión del expediente por el juez que conoce del
proceso. (1107)
4. Trámite. (1108) a. Traslado. (1109)
b. Periodo probatorio. (1110)
c. Alegatos de conclusión. (1111)
5. Decisión. a- Sentencia de 1. No prosperidad de las causales. (1114)
(1112) Revisión (1113) 2. Prosperidad de las causales. (1115)
b- Notificación. (1116)
6. Remisión del expediente al juez de primera instancia. (1117)
7. Efectos. (1118)
b. Las ejecutorias. (1119)
5. FASE DE EJECUCIÓN. ( 1120)
a. Ordenes jurisdiccionales.( 1121)
1) Comunicaciones. (1122)
2) Registros. (1123)
b. Las actuaciones procesales.(1124)
1) Entregas. (1125)
2) Procedimientos ejecutivos. (1126)
3) Cumplimiento de la Sentencia. (1127)
4) Archivo del expediente. (1128)
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II DESENVOLVIMIENTO ANORMAL- CRISIS DEL PROCEDIMIENTO- (1129)
1. FIGURAS QUE IMPLICAN LA FINALIZACIÓN DEL PROCESO. (1130)
a. El Desistimiento. (1131)
1) Requisitos. (1132)
2) El acto procesal. (1133)
3) Efectos. (1134)
b. La transacción. (1135)
1) Requisitos. (1136)
2) El acto procesal. (1137)
3) Efectos. (1138)
c. La perención. (1139)
1) Requisitos. (1140)
2) Acto procesal. (1141)
3) Efectos. (1142)
d. Pleito Pendiente. (1143)
1) Requisitos. (1144)
2) Trámite. (1145)
3) Efectos. (1146)
e. Cosa Juzgada. (1147)
1) Requisitos. (1148)
2) Trámite. (1149)
3) Efectos. (1150)
f. Conciliación. (1151)
1) Asuntos conciliables. (1152)
2) Efectos. (1153)
g. La reconciliación. (1154)
2. FIGURAS QUE IMPLICAN UN TRAUMA PARA EL PROCESO. (1155)
a. Nulidades Procesales. (1156)
1. Petición. (1157)
2. Trámite. (1158)
3. Efectos. (1159)
b. Suspensión del proceso. (1160)
1. Causales. (1161)
2. Trámite. (1162)
3. Efectos. (1163)
c. Interrupción del proceso. (1164)
1. Causales. (1165)
2. Trámite. (1166)
3. Efectos. (1167)
d. La muerte o extinción de las partes. (1168)
1. Sucesión Procesal. (1169).
2. Casos de terminación del proceso. (1170)
e. Acumulaciones de pretensiones. (1171)
1. Reforma de la demanda. (1172)
2. Demanda de reconvención. (1173)
3. Acumulación de demandas. (1174)
4. Interviniente ad excludendum. (1175)
5. Acumulación de procesos. (1176)
SECCION TERCERA
EFECTOS DEL PROCESO (1177)
1. Jurídico Materiales. (1178)
a. Directos. Crea, Modifica o extingue situaciones jurídica. (1179)
b. Indirectos. Afecta relaciones jurídicas. (1180)
2. Jurídico Procesales. (1181)
La Cosa Juzgada. (1182)
a. Autoridad de Cosa Juzgada. (1183)
b. Efectos. (1184)
3. Jurídico Económicos. (1185)
a. Costas. 1. Agencias en Derecho. (1187)
(1186). 2. Gastos. (1188)
b. Perjuicios. (1189)
c. Otras condenas. (1190)
DESARROLLO DE LOS TEMAS QUE SE INCORPORAN EN EL CUADRO

EL PROCESO Y SUS ELEMENTOS ESTRUCTURALES.

El proceso judicial esta dotado de una estructura que permite presentarlo de manera ordenada, y que va a conducir a
los actores del mismo por senderos seguros. La falta de una estructura será la ocasión propicia para la
improvisación y de pronto para el olvido de temáticas que resultarán decisivas en el éxito del mismo. Los elementos
estructurales del proceso corresponden a SUS REQUISITOS, SU PROCEDIMIENTO Y SUS EFECTOS. En estas tres
categorías creo está soportada la esencia del proceso en toda su extensión.

(1) LOS REQUISITOS

Los requisitos corresponden a los elementos mínimos que deben acudir para la estructuración del proceso judicial. Si
uno de ello falla no es posible decir que estamos frente a un proceso judicial, podríamos estar frente a otra figura
aun jurídica, pero que no constituiría un proceso de este tipo.

(2) REQUISITOS SUBJETIVOS. El proceso como institución jurídica que es, requiere de la presencia de sujetos.
No hay institución jurídica que no los tenga, ellos son de su naturaleza. Se trata de precisar los sujetos mínimos que
deben acudir a cualquier tipo de proceso. La falta de uno de los sujetos mínimos puede variar la connotación de la
institución jurídica (proceso), por otra de distinta condición. Tales sujetos mínimos son: El Juez, las partes y en
algunos procesos civiles, El Ministerio Público. Cada uno de estos sujetos va a jugar un rol distinto, pero todos
encaminados al fin común del proceso. La satisfacciones de las pretensiones que de involucrarán en el proceso.

(3) EL JUEZ. El juez constituye el sujeto más importante del proceso. A él se le confía el ejercicio de la jurisdicción.
Sin juez podemos decir que no hay proceso. Pueden existir algunos sujetos distintos de los jueces para ofrecer
soluciones a los conflictos entre los ciudadanos, como los amigables componedores, los conciliadores. Etc., pero
estos no tendrán la condición de jueces y por tanto sus actuaciones no serán jurisdiccionales. Los jueces son dotados
por el Estado de Jurisdicción, de Competencia, y deben actuar con imparcialidad, desarrollando así el principio
supremo del proceso. Esta imparcialidad se desarrolla a través de las causas de impedimentos y recusaciones que la
ley consagra y que implica que un juez inmerso en una causal de este tipo debe separarse del conocimiento del
proceso.

(4) UNIDAD – JUDICATURA. Inicialmente se estudiara los requisitos que corresponden a cualquier juez civil. Este
capítulo corresponde al juez en su unidad, para diferenciarlo del siguiente que corresponde a los jueces plurales.

(5) Jurisdicción. Definición. En términos muy generales, se define la jurisdicción como la potestad que tienen los
jueces para decidir definitivamente sobre las pretensiones procesales que los asociados someten a su conocimiento, y
una vez decididos hacer cumplir lo decidido. De la jurisdicción surgen una serie de poderes para quien la ejerce: la
de decidir, la de ejecutar, la de cautelar, la correccional y la de control de constitucionalidad de los derechos
fundamentales (acción de tutela).

(6) Regla general. La regla general aplicable a las jurisdicciones consiste en que estas son de creación
constitucional o legal. En consecuencia ningún funcionario puede arrogarse competencia que no le ha sido asignada
legalmente.

(7) Poderes que emanan de la jurisdicción. Los jueces, por el sólo hecho de recibir la designación, reciben una
serie de poderes que debe usar para el cumplimiento de su misión. Estos poderes pueden ser sintetizados así:

(8) Poder de decisión. Con este poder el juez de la causa está autorizado para tomar la decisión definitiva que el
caso requiere. Con este poder cumple la justicia su primer cometido, el de decidir con autoridad la controversia que
ha sido sometida a su examen, entregando un reparto justo a los asociados. Por razón de este poder el juez tiene la
potestad de interpretar tanto las normas sustanciales como procesales aplicables al caso concreto. Por tanto, el
actuar del juez no es de simple confrontación. Él va mucho más allá. El juez esta sometido a la aplicar las normas al
amparo de los principios consagrados en la Constitución Política, toda vez que el decir que se hace justicia, solo se
puede predicar en la medida que la decisión judicial tenga respaldo constitucional. Así lo ha entendido la
jurisprudencia de la Corte Constitucional. (CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-366/00. Magistrado Ponente: Dr. ALFREDO
BELTRAN SIERRA). (CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T/320/93. Magistrado Ponente: Dr. CARLOS GAVIRIA DIAZ).

(9) Poder de ejecución. Hace referencia al poder que tiene el juez de hacer cumplir la decisión judicial. Si las
decisiones judiciales no se cumplen, el aparato estatal volará en mil pedazos. Sin embargo, este es uno de los
aspectos que mayor retardo en nuestra administración de justicia se tiene. En algunos casos más tiempo dura el
cumplimiento de la sentencia que el proceso mismo, haciendo o nugatoria la justicia o haciéndola tardía, siendo esta
circunstancia uno de los gérmenes generadores de incredulidad en el aparato judicial, por parte de los asociados.
(CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-329/94. Magistrado Ponente: Dr. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO).
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(10) Poder cautelar. Al lado de los dos poderes clásicos emanados de la jurisdicción, el de decisión y ejecución, se
vienen abriendo paso otros que constituyen herramientas muy valiosas para el cumplimiento de su misión, por los
jueces. Se trata, en primer lugar, del llamado poder cautelar. Mediante el cual el juez esta autorizado para tomar las
medidas y actuaciones que la ley le permite para asegurar el cumplimiento de la sentencia. Estas actuaciones
cautelares que pueden ir desde una ejecución anticipada de una sentencia, pasando por la ejecución provisional de
la sentencia, hasta llegar a las llamadas medidas cautelares que corresponden a la policía de proceso, en donde el
juez esa autorizado para remover los obstáculos que pudieren hacer de la sentencia una simple decisión contenida en
el papel, y muy lejos de ser realidad. Este poder dota al juez de la posibilidad de asegurar, desde el inicio del
proceso, los elementos que le permitirían hacer efectiva la sentencia. Por ello, paraliza bienes en cabeza del deudor,
para luego realizarlos en pública subasta, y luego satisfacer el crédito cobrado. Es decir, el juez se encuentra en el
dilema de actuar, contrarrestando el peligro de daño en que se encuentra el acreedor paralizando los bienes del
deudor, o no actuar dejando los derechos del deudor en su cabeza y esperar que este voluntariamente cumpla la
sentencia. La ley optó por lo primero, en consecuencia, las cautelas tienen que ver con la ejecución de la sentencia, e
impedir que esta sea burlada por acción de los demandados. REGLAS GENERALES. Esta figura de la tutela
cautelar, plantea una serie de reglas que el funcionario que ha de conocer del proceso no puede descoser a la hora
de adoptarlas. Pues la ley, no dio un poder general de cautela. Es decir, no es que el juez pueda adoptar las
medidas cautelares que le parezcan, sino que el mismo legislador se las señaló con anterioridad. Parámetros de los
cuales no puede salirse el juez. a) La taxatividad. Quiere decir que el juez sólo puede decretar y practicar las
cautelas debidamente autorizadas por el legislador. b). La cautela debe recaer sobre los bienes del deudor. Es decir,
Estas medidas no pueden ser utilizadas indiscriminadamente hasta llegar a afectar derechos de terceros ajenos al
proceso. No. Solamente los demandados en el proceso pueden soportar las cautelas. c). Se decretan a petición de
parte. El juez ordena una medida cautelar siempre que medie una petición de la parte interesada. Sin embargo, en
esta materia hay algunas pocas excepciones en donde se permite un actuar oficio del juez. d) Se debe jurar ante el
juez que las cautelas pedidas sólo afectaran los derechos del demandado. e) Las cautelas deben ser proporcionales a
lo reclamado en la demanda, ellas no pueden ser utilizadas para los excesos ni los abusos de los acreedores. f) Se
debe ofrecer caución para garantizar los perjuicios que con ellas se pudieren ocasionar. g) Si las cautelas
practicadas causan perjuicios a las partes, o a terceros el peticionario de las mismas debe indemnizar los perjuicios.
h) Si terceras personas resultan afectadas con las cautelas, están tienen la posibilidad de oponerse a ella y obtener
el levantamiento de las mismas. Las distintas legislaciones pueden exonerar algunos de estos postulados, pero
necesitarán norma expresa que así lo indique. (CORTE CONSTITUCIONAL. SENTENCIA. C-039 DE 2004. MAGISTRADO
PONENTE. DR. RODRIGO ESCOBAR GIL).

(11) Poder correccional. La función jurisdiccional otorga al juez el poder correccional. Consistente este en
atribución del juez para sancionar a empleados públicos y particulares que incumplan sus ordenes, a quienes le
falten al respeto en el ejercicio de sus funcionares. Tal función correccional se encuentra consagrada en el artículo
39 del C.P.C., y en la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, Ley 270 de 1996, a partir del artículo 58.
(CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-037/96. Magistrado Ponente: Dr. VLADIMIRO NARANJO MESA).

12) Poder de control de constitucional. Además de las anteriores funciones que cumplen los jueces de la República,
la función jurisdiccional se extiende hasta otorgar un control de constitucionalidad de la normatividad que han de
aplicar, por vía de excepción. Es la llamada excepción de inconstitucionalidad. Asimismo, es de anotarse, que en
nuestro medio, el sistema de control de constitucionalidad vigente es el llamado difuso, el cual no es entregado en
forma total y exclusiva a un sólo tribunal o corte sino que tal control se le entrega a todos los jueces y por tanto
deben cumplir con esta misión. Mediante el control difuso a todos los jueces les corresponde aplicar la excepción de
inconstitucionalidad cuando de una norma jurídica contradice los postulados constitucionales, y en tal caso deja de
aplicar tal norma para darle prevalencia a la constitución. Desarrollándose de paso el principio de supremacía de la
Constitución. De otro lado, dentro del control difuso se encuentra la función que tienen todos los jueces para
adelantar la acción de tutela, cuando los derechos fundamentales ha sido quebrantados o esten en peligro de ser
quebrantados, por cualquier funcionario público y aún por particulares. Tal mecanismo de protección a la
constitucionalidad de la vida jurídica del país y como mecanismo subsidiario a la tutela ordinaria cuando esta no
opera o es insuficiente fue entronizado en nuestra Constitución de 1991 en su artículo 86 y desarrollado por el
Decreto 2591 de 1991. En el acto legislativo No. 1 de 1968 se mantuvo la excepción de inconstitucionalidad pero
paso a ser el artículo 215 de la Carta política, en donde se mantuvo hasta la Constitución de 1991 en donde fue
ubicada en el artículo 4o. En el Título I de los principios fundamentales, adquiriendo así su máxima expresión, al ser
reputada como principio rector, del naciente, Estado Social de Derecho. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-
50/99.)

13). Tipos de Jurisdicción. Clasificación Constitucional. Ell art. 116 de la carta, que hace parte de la Organización
del Estado dispone que cumplen con función jurisdiccional los siguientes entes: “La Corte Constitucional, la Corte
Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalía General de la Nación,
Los tribunales y los jueces, administran justicia. El Congreso ejercerá determinadas funciones judiciales.
Excepcionalmente la ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a determinadas autoridades
administrativas. Sin embargo, no les será permitido adelantar la instrucción de sumarios o juzgar delitos. Los
particulares pueden ser investidos transitoriamente de la función de administrar justicia en la condición de
conciliadores o en la de árbitros habilitados por la partes para producir fallos en derecho o en equidad, en los
términos que determine la ley”. Por su parte el artículo 234 de la constitución señala la jurisdicción ordinaria, el
236 la jurisdicción contencioso administrativa, el 239 a la jurisdicción constitucional, el 245 de jurisdicciones
20
especiales, el artículo 249 a la Fiscalía General de la Nación, el artículo 254 del Consejo Superior de la Judicatura.
Sin embargo, esta asignacione de jurisdicción no se ha considerado muy técnica, pues no cubre a todas las entidades
que pueden cumplir con jurisdicción como la disciplinaria y la coactiva. Y de otro lado la nomenclatura usada es
confusa y contradictoria en algunos aspectos. Sin embargo, podemos elaborar la siguiente clasificación utilizando al
máximo la misma nomenclatura señalada por la constitución: a) Jurisdicciones permanentes. Las que cumplen de
ordinario con esta función: Civil, la Penal, la Laboral, la de Familia, la Agraria, la Contencioso Administrativa, la
Constitucional, La parlamentaria que cumple el Congreso, la disciplinaria. b) La Especial. Esta nomenclatura esta
reservada en el artículo 246 de la Constitución para las autoridades que cumplen función jurisdiccional en las
comunidades indígenas y los jueces de paz. c) La Excepcional. Este tipo de jurisdicciones son las que cumplen
determinadas autoridades administrativas, en precisas materias señaladas por la ley. Sin embargo, no les es
permitido juzgar delitos. Dentro de esta encontramos la función jurisdiccional que cumplen los funcionarios de cobro
coactivo fiscal. Más adelante nos detendremos en ella. d) La Transitoria. Este tipo de jurisdicción la ejercen
instituciones que se conforman para un asunto y luego se desintegra. Tal es el caso de los Tribunales de
Arbitramento, la Amigable composición, etc. e) La coactiva. Que correspondería a la que cumplen los organismos de
control como Contraloría y Procuraduría. Veámoslas por separado:

14) Jurisdicción Civil. Regla General. De acuerdo con el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil,
corresponde a esta jurisdicción el conocimiento de los asuntos que no esten asignados a otra jurisdicción especial.
De tal manera, que los demás tipos de jurisdicción solo pueden conocer de los asuntos que expresamente les asigna
la Constitución o la Ley. Constituye entonces la jurisdicción civil la jurisdicción residual. En conclusión no puede
existir asunto que no tenga jurisdicción, porque: o le corresponde a una especial por expreso mandato de la
Constitución o la L ey, o le corresponde a la civil por vía residual.

(15) Jurisdicción Penal. El artículo 28 de la Ley 906 de 2004 establece que la jurisdicción penal ordinaria es única
y nacional, con independencia de los procedimientos que se establezcan en este código para la persecución penal. Y
le corresponde la persecución y el juzgamiento de los delitos cometidos en el territorio nacional, y los cometidos en
el extranjero en los casos que determinen los tratados internacionales.

(16) Jurisdicción Laboral.

(17) Jurisdicción de Familia. Esta jurisdicción fue creada por el Decreto 2272 de 1989, decreto denominado: "Por
el cual se organiza la jurisdicción de familia...". La intención de la creación de esta función jurisdiccional, además
de su separación de la civil, fue darle mayor especialidad a los jueces y funcionarios que han de actuar en esta. Ya
que los conflictos de familia, por ser esta el núcleo esencial del Estado, requieren de jueces con mayores
conocimientos no sólo desde el punto de vista jurídico sino de la ciencias auxiliares, tales como la sicología, etc., y
por lo sensibilidad que los asuntos requieren, tanto por los sujetos que pueden verse afectados tales como los
padres, pero especialmente los hijos, como por la institución básica de la sociedad como es la familia. Sin embargo,
esta independencia y separación de la jurisdicción civil no fue radical, ya que en la actualidad la sala de casación
civil del la corte Suprema de Justicia conoce de los asuntos de familia a los cuales se les asignó este recurso.
Además que la Ley Estatutaria de la Justicia establece la creación de salas de familia para los tribunales superiores
de distrito judicial, así como la creación de circuitos judiciales, de juzgados de familia. (CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.
Auto de agosto 25 de 1992. Expediente No. 3930. Magistrado Ponente: Dr. CARLOS ESTEBAN JARAMILLO SCHLOSS).

(18) Jurisdicción Agraria. La jurisdicción agraria fue creada por el decreto 2003 de 1989, denominado: "Por el cual
se crea y organiza la jurisdicción agraria". Esta jurisdicción fue separada de la jurisdicción civil, y a la cual se le
encargo el conocimiento y decisión de los conflictos que se originen en las relaciones de naturaleza agraria. Sin
embargo, tal separación no ha sido total ya que la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia también
conoce de los recursos de casación que sean concedidos en materia agraria. Es de anotarse, que el artículo 202 de la
Ley 270 de 1996 reasignó el conocimiento de los asuntos de naturaleza agraria a la jurisdicción civil, hasta tanto no
entre en funcionamiento en su totalidad.

19) Jurisdicción de lo contencioso administrativa. Se considera al Acto Legislativo número 3º. de 1910 la creadora
de la jurisdicción contencioso administrativa y que fuera desarrollada por la ley 130 de 1913. Tal función
jurisdiccional fue ejercida por el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos. Como atribuciones de esta
función se encuentran la llamada acción de nulidad contra los actos generales en interés del orden jurídico y la
acción privada contra los actos de los particulares que infringieran o quebrantarán derechos de carácter civil. De
donde surgió por vía jurisprudencial la llamada acción mixta, en donde la acción de nulidad estaba encaminada a
anular el acto que desconociera un derecho civil como por quebranto del ordenamiento jurídico. Posteriormente fue
derogada la ley 130 de 1913 y entró a regir la ley 167 de 1941 que configuraba el código contencioso administrativo.
En donde se entrega a esta función jurisdiccional el control de los actos de la administración con las excepciones
consagradas por Constitución y la misma ley. Se dio regulación legislativa a la llamada acción de plena jurisdicción
en donde se permitía que como consecuencia de la nulidad de un acto administrativo se restableciera no sólo el
derecho civil infringido sino el derecho administrativo desconocido o vulnerado. Asimismo, se entronizó la
suspensión provisional de los actos acusados, como la prohibición de que tales actos sean reproducidos en lo
21
sustancial, salvo autorización de la ley. De otro lado, se dio ingreso a la acción indemnizatoria contra la
administración por los perjuicios causados por hechos u operaciones administrativas. Tal código contencioso
administrativo fue reemplazado por el Decreto-Ley 01 de 1984, en desarrollo de las facultades extraordinarias que el
Congreso de la República le confirió al Gobierno, mediante la Ley 58 de 1992, para reformar la Ley 167 de 1941. Es
de anotarse que el Decreto-Ley 01 de 1984 fue objeto de acción de inconstitucionalidad el cual fue declarado
exequible por la Corte Suprema de justicia mediante sentencia de 30 de agosto de 1984.

(20) Jurisdicción Constitucional.

(21) La parlamentaria.

(22) Jurisdicción disciplinaria.

(23) Jurisdicciones especiales. Designaremos como jurisdicciones especiales, en primer términos a las que las
Constitución de 1991 les dio tal condición. Pero especialmente a las que por su condición de sub generis no pueden
ser ubicadas dentro de las tradicionales por no pertenecer específicamente a la organización estatal, entre ellas
tenemos: a. La Jurisdicción Indígena. El artículo 246 de la Constitución Política otorgó funciones jurisdiccionales,
dentro de su ámbito territorial, a las autoridades de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta sus propias normas y
procedimientos. Ante el reconocimiento de esta de este tipo de jurisdicción se hace necesario un estudio muy
detenido de sus alcances a fin de no cometer errores que pueden ser nefastos para la convivencia de los pueblos
indígenas y en sus relaciones con las demás comunidades no indígenas. Varios aspectos habrá de tenerse en cuenta
para observar esta forma de juzgamiento, que no pueden mirarse con la misma óptica con que se miran los procesos
no pertenecientes a la jurisdicción indígena, tales como: El derecho indígena es eminentemente consuetudinario y
por tanto no escrito. Que los valores, normas y comportamientos que rigen una comunidad indígena pueden diferir
de los de otra comunidad también indígena. Que los principios que informan los juicios dentro de las comunidades
indígenas son opuestos o distintos a los que informan el proceso judicial que conocemos. Que la cosmovisión del
mundo que tienen estas comunidades es distinta de la que tenemos nosotros. Por tales razones, habrá de tenerse
mucho cuidado a fin de no enfrentar culturas y la utilización de mecanismos judiciales nuestros, deberán tener una
total flexibilidad para poderlos adaptar al sistema de aplicabilidad de las culturas indígenas. b. La jurisdicción de
paz. La Constitución de 1991, en su artículo 247 crea la jurisdicción de paz, dejando en manos de la ley la creación
de los jueces de paz quien han resolver esencialmente conflictos individuales y comunitarios. Esto es, se trata de una
jurisdicción paralela a la función judicial ordinaria a quien la ley deberá señalar sus competencias y definir los
conflictos a resolver. Para tal efecto la ley 497 de 1999 en donde se crearon los jueces de paz y se reglamentó su
organización y funcionamiento. Y varios reparos se han efectuado a la concepción que de la jurisdicción de paz
acogió la citada ley. La primera de ellas, es el origen popular en la selección de los jueces de paz. Si bien es cierto
la Constitución en su artículo 247 no impone tal elección, sino que lo deja a discreción de la ley, esta ingenuamente
cayó en la trampa del populismo y el democratismo a ultranza. Como sabemos, las elecciones populares en nuestro
medio siguen siendo manipuladas por el clientelismo, el gamonalismo y los barones electoreros que se apoderan de
los cargos de elección popular (como las alcaldías y las gobernaciones) imaginemos que puede pasar ahora en que
puede elegirse los jueces de paz. Esperamos que esta institución no vaya a convertirse en una frustración más para
el pueblo colombiano. El ejemplo lo tenemos a la vista, la elección popular de alcaldes que en su momento se
consideró como un avance democrático, pero hoy por hoy se ha convertido en el foco de corrupción más grande del
país y especialmente en la contratación administrativa. En segundo lugar, Si este va a ser el origen de los jueces de
paz, imaginemos ahora que estos puedan resolver los conflictos individuales y comunitarios de los que la ley les da
competencia, en equidad. La equidad no implica contraria a la ley, todo lo contrario, acorde con la ley. La ley, para
su conocimiento requiere de unos estudios básicos para su correcto entendimiento y aplicación, ahora imaginemos
la equidad manejada por quienes desconocen los fundamentos constitucionales de la ley.

(24) La excepcional. La jurisdicción concursal de las Superintendencias. La Ley 222 de 1995 otorga función
jurisdiccional a la Superintendencia de Sociedades, para conocer, de modo privativo, de los procesos concursales de
personas jurídicas, llámense sociedades, cooperativas, corporaciones, fundaciones o sucursales extranjeras,
siempre que no estén sujetas a un régimen especial de intervención o liquidación. En tales condiciones, de acuerdo
con la Ley 222 de 1995, artículo 98, numeral 7o., le corresponde al superintendente de sociedades, en la providencia
que abre el trámite del concordato, decretar el embargo de los activos del deudor.

(25) La transitoria. Jurisdicción Arbitral. El arbitraje surge de un acuerdo de los contratantes que deciden someter
sus diferencias a la solución de un árbitro o un tribunal de arbitramento. Tal decisión la pactan en una cláusula
contractual denominada: Cláusula Arbitral, o a pesar de no haberse pactado en el inicial contrato, posteriormente,
las partes deciden someter un conflicto surgido de su contrato a través de un compromiso, esto es, un documento que
se denomina: Acuerdo de Compromiso. El arbitraje históricamente fue concebido como un mecanismo alterno de
solución de conflictos. En donde las formas procedimentales estaban más a la disposición de los contratantes. Y por
tanto, las partes contractuales derogaban la jurisdicción civil para someterse a la decisión arbitral. Sin embargo, la
ley regula la forma de instalación de los tribunales de arbitramento, las entidades que pueden ejercerlo y en fin las
disposiciones que deben tenerse en cuenta para que aquel alcance su cometido y en especial sea reconocido por el
Estado. El arbitraje en nuestra legislación utiliza diferentes nomenclaturas así: Arbitraje Independiente o ad hoc, o
sea el organizado para caso por caso. El tribunal se constituye directamente por las partes para la solución de un
22
conflicto y luego se disuelve. Arbitraje Institucional (expresión utilizada por la Ley 23 de 1991, arts. 91 a 95,
Decreto 2651/ 91 art. 11 cuya vigencia se postergó mediante La ley 162 de 1995, por un año más) o arbitraje
administrado, es el realizado por entes nacionales o internacionales y/o por la ley. Arbitraje especial o especializado,
referido a actividades particulares especializadas, como la de las bolsas de valores o de productos en relación con
los efectos, valores o mercancías que se negocien en ellas, o al transporte, o al seguro. Arbitraje gremial se refiere a
todo tipo de conflictos entre afiliados a un determinado gremio profesional o empresarial, como el que puede
patrocinar cualquier entidad profesional o gremial o religiosa. Arbitraje obligatorio o forzoso cuando la ley lo
impone en razón a que está de por medio el interés público y es necesaria una rápida colisión al conflicto, como los
conflictos de trabajo; o es voluntario cuando las partes espontáneamente acuden a este mecanismo para dirimir sus
conflictos. Se llama arbitraje en derecho (arbiter juris) aquel en que el laudo se dicta aplicando reglas de derecho a
la solución del conflicto; arbitraje en conciencia (ex aequo et bono) cuando el laudo puede apartarse de las reglas
jurídicas y decidir según su "leal saber y entender" o "verdad sabia y buena fe guardada". Arbitraje técnico para
referirse al peritaje decisorio. Arbitraje formal o ritual cuando esta sometido a reglas jurídicas de procedimiento.
Arbitraje informal o irritual cuando son las partes y el tribunal quienes establecen las reglas. El arbitraje en
materia civil y comercial. En la Ley 105 de 1890, se autorizó someter a la decisión arbitral las controversias
susceptibles de transacción y por los procedimientos legales. Luego establecida para tal efecto la Ley 103 de 1923 y
la Ley 105 de 1931 mantuvieron como fuente del arbitraje solo el compromiso, ya que la cláusula compromisoria
se reguló a partir de la Ley 2a. de 1938, esta normatividad fue demandada por inconstitucional. Siendo declaradas
constitucionales (Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, sentencia del 26 de mayo de 1969, artículos acusados
1214 a 1227 del C.J. y la ley 2a. de 1938). Es de anotarse que la Constitución anterior a 1991 no tenía norma
expresa que autorizara someter asuntos a la decisión de los tribunales de arbitramento razón por la cual y con base
en el artículo 58 de la misma carta se entendía que la " justicia es un servicio público a cargo de la nación..." , pero
dejarlo al resorte de la ley el establecimiento de los Tribunales y Juzgados que habrían de administrarla. El arbitraje
institucional. La ley 111 de 1890 (primera regulación de las Cámaras de Comercio) dispuso en su art. 7o. Que
conforme al art. 163 de la decreto Constitución, las Cámaras de Comercio tendrán carácter de tribunales de
comercio, como árbitros o como amigables componedores, a fin de solucionar los conflictos entre comerciantes que
voluntariamente quieran someterse a su decisión y prescindir de los juzgados y tribunales ordinarios. La ley 28 de
1931 asigna a la Cámara de Comercio entre otras la función de prestar sus buenos oficios a los comerciantes a los
acreedores y deudores y también de servir de tribunal de comercio para resolver como árbitro o amigable
componedor las diferencias que ocurran entre comerciantes. La Legislación ésta reiterada en el actual Código de
Comercio (art. 86, num, 6, 7, 8). Es decir, esta clase de arbitraje (institucional) surgió en nuestro país del seno de las
cámaras de comercio. Con la ley 23 de 1991, arts. 90 a 117 (modificatoria del decreto 2279 de 1989, y con las
modificaciones del decreto 2651 de 1991 se dispuso que el arbitramento institucional es el que se realiza a través de
los CENTROS DE ARBITRAMENTO que se organicen con sujeción a dicha ley. Así, el art. 91 de la ley 23 permite a
las asociaciones, fundaciones, agrupaciones, corporaciones, cámaras de comercio que organicen sus propios centros
de arbitraje, previas las autorizaciones del Ministerio de Justicia. Asimismo es de anotarse que tanto el decreto 2279
de 1989 como la ley 23 de 1991 fueron modificadas por la ley 446 de 1998.

(26) La Coactiva. a) La jurisdicción Coactiva fiscal. El artículo 91 de la Ley 42 de 1993, en desarrollo del numeral
5o. del artículo 268 de la Constitución Nacional, el Contralor General de la República ejerce jurisdicción coactiva
para el cobro de deudas fiscales; en tal evento puede decretar los embargos y secuestros correspondientes, según el
artículo 95 de dicha Ley. También es preciso anotar que está permitido practicar medidas cautelares sobre los
bienes del supuesto responsable, sometido a proceso de responsabilidad fiscal, en los términos del artículo 12 de la
Ley 610 de 2000. Antes de la vigencia de la constitución de 1991, la jurisprudencia había establecido que la función
coactiva fiscal correspondía una actuación de carácter administrativa. En desarrollo de los privilegios exorbitantes
que se le reconocen a la Administración. El Consejo de Estado, en 1969, cambió su criterio y reconoció carácter
judicial a las actuaciones adelantadas dentro del proceso coactivo fiscal. La Constitución de 1991, otorgó función
jurisdiccional excepcional a entes administrativos, en los términos de la ley, según hemos visto anteriormente. Pero
la nueva jurisprudencia de la Corte Constitucional ha mantenido el criterio de ser esta función, una de carácter
administrativa y no jurisdiccional. Este criterio fue reiterado por providencias del 1 de septiembre de 1937 (G.J.
XLV. No. 1929). Del Consejo de Estado de 15 de junio de 1965 (Anales 407,408, TLXIX, 1965, p. 297). La Corte
Suprema de Justicia, en acción de inexequibilidad, y con ponencia del Magistrado Fabio Morón Díaz, reiteró este
criterio, al afirmar que la función en estudio era administrativa, toda vez que orgánicamente ha sido asignada a
funcionarios de la Rama Ejecutiva del Poder Público, y porque materialmente las decisiones que con base en dicha
atribución se dictaran se circunscribían a ejecutar un acto administrativo, pero no podían resolver cuestiones
relativas a las excepciones , a las apelaciones, ni a analizar la validez del acto que servía de título, por lo que tales
decisiones no podían estar investidas de la fuerza de la cosa juzgada, característica propia de las providencias
judiciales definitivas. Por su parte el Consejo de Estado, en providencias posteriores consideró que la función que se
cumple con la función coactiva fiscal era judicial y no administrativa. La Constitución de 1991, otorgó función
jurisdiccional excepcional a entes administrativos, en los términos de la ley, según hemos visto anteriormente. Pero
la nueva jurisprudencia de la Corte Constitucional ha mantenido el criterio de ser esta función, una de carácter
administrativa y no jurisdiccional. (Sentencias T-445/94 y C-666/00). Pero, ¿qué importancia tiene el establecer si
tales actuaciones corresponden al ejercicio de una función jurisdiccional o a una función administrativa? Que si se
trata de una función jurisdiccional, la decisiones tomadas en el curso del proceso coactivo fiscal, no pueden ser
objeto de revisión por la jurisdicción contencioso administrativa y las decisiones finales adoptadas dentro de estos
asuntos tendrían efectos de cosa juzgada. En caso contrario, si se trata de una función administrativa, no tendrán
23
tales efectos. Nótese que el artículo 835 del Estatuto Tributario permite acusar ante la jurisdicción de lo
Contencioso Administrativo las resoluciones que fallan las excepciones y ordenan seguir adelante la ejecución. Por
tanto la conclusión no se hace esperar: La llamada jurisdicción coactiva fiscal, no es una función judicial sino
administrativa. Pues de esta no se puede predicar: Independencia por cuanto siendo el funcionario un miembro de la
administración en ella se predica, por naturaleza la dependencia. Imparcialidad por cuanto los intereses de la
administración, del cual el funcionario que cobra la obligación tributaria, están vinculados al proceso. No se puede
decir que actúan como jueces, pues su potestad no llega hasta atribución correccional. No tiene control de
constitucionalidad de los derechos fundamentales por vía de tutela, solo de este se podría predicar la aplicación de
la excepción de inconstitucionalidad, pero esta es predicable de todos los funcionarios jurisdiccionales o no. b) La
jurisdicción de cobro coactivo de entes administrativos del sector central. Las entidades públicas del orden
nacional, como los ministerios, departamentos administrativos, organismos adscritos y vinculados, la Contraloría
General de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Registradora Nacional, de acuerdo con el
artículo 112 de la Ley 6ª de 1992 tienen jurisdicción coactiva para hacer efectivo créditos exigibles a favor de las
mencionadas entidades y de la Nación. Nótese que la Ley 6ª de 1992 no otorga jurisdicción coactiva a los entes
territoriales, tales como los departamentos o municipios. De tal manera, que el gobernador no tiene jurisdicción
coactiva, pero sí los alcaldes ya que a éstos les fue otorgada mediante el literal d, del numeral 6º del artículo 91 de
la Ley 136 de 1994 y, por tanto, éstos pueden delegarla en los tesoreros municipales, pudiendo ellos decretar
embargos y secuestros para garantizar el recaudo de los tributos. La Unidad Administrativa Especial-Dirección de
Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, que corresponde al Ministerio de Hacienda y Crédito Público que hace
parte de la administración pública central, sólo puede ser titular de jurisdicción excepcional, en los términos del
inciso tercero del artículo 116 de la Constitución. Dicha entidad cumple con la primera exigencia constitucional,
pues mediante la Ley 6ª/92 se le otorga funciones administrativas, en otras a los Ministerios. Y las materias precisas
que debe atender, se las asigna el Estatuto Tributario a partir del artículo 823 y s.s. que corresponde al Decreto-Ley
624 de 30 de marzo de 1989. c) Jurisdicción coactiva de empresas oficiales. Las empresas oficiales del Estado han
sido autorizadas, expresamente por la ley, para ejercer el cobro coactivo de algunos tipos de créditos. Tal es el caso
de la Ley 142 de 1994, modificada por la Ley 689 de 2001, que en artículo 130 dispuso que para el cobro de las
deudas derivadas de la prestación de servicios públicos domiciliarios se debe acudir ante la jurisdicción ordinaria o
por la vía de la jurisdicción coactiva. En consecuencia, las empresas oficiales que adelanten dicha ejecuciones
podrán decretar los embargos que aseguren dichos créditos. Asimismo la Ley 100 de 1993 entregó a las entidades
administradoras del Régimen de Prima media con prestación definida, la utilización del cobro coactivo para hacer
efectivos sus créditos.

1ER DIA
(27) Conflictos de jurisdicción. De acuerdo con el artículo 256 de la Constitución establece
como atribución, entre otras, del Consejo Superior de la Judicatura, las de dirimir los
conflictos de competencias entre las distintas jurisdicciones. LEGISLACIÓN .CONSTITUCIÓN DE
1991. ARTÍCULO 256. NUMERAL 6. Corresponden al Consejo Superior de la Judicatura o a los consejos seccionales,
según el caso y de acuerdo a la ley, las siguientes atribuciones: (...). 6. Dirimir los conflictos de competencia que ocurran
entre las distintas jurisdicciones. (...). La redacción de esta norma constitucional nos da a entender
que entre las distintas jurisdicciones lo que existe es un conflicto de competencias y no de
jurisdicciones propiamente dichas, con lo cual se descartaría hablar en cualquier caso de
conflictos de jurisdicciones pues si éste no se pregona entre las distintas jurisdicciones no se
podría plantear en ningún caso. Sin embargo, considero que a pesar de la redacción de la
norma constitucional, lo que se estaba refiriendo es al conflicto de jurisdicciones que se
presenta entre los distintas tipos de jurisdicciones, reservándose el conflicto de competencias
al conflicto que se presenta entre los distintos jueces de una misma rama por la asignación o
no de una materia que es propia de esa jurisdicción, así por ejemplo, si la competencia
radica en un juez civil municipal o de circuito según el caso. No podríamos sostener que
entre la rama penal y la civil lo que existe es un conflicto de competencia y no de
jurisdicción. Pues la rama civil y la penal tienen determinado con precisión su ámbito de
atribuciones y definidas las atribuciones a cada jurisdicción en el seno interno de estas lo
que existe es un conflicto de competencias.

(28) Conflictos positivos de jurisdicción. Los efectos positivos que produce la competencia
corresponden, esencialmente, a que el juez del conocimiento queda habilitado para adelantar
el juzgamiento, y proferir decisión final sobre la causa. No siendo posible despojarlo del
proceso, a menos que existiere causa expresamente consagrada en la ley, como por ejemplo
una causal de impedimento o recusación.

(29) Conflictos negativos de Jurisdicción. Los efectos negativos hacen referencia a la


equivocada asignación de la competencia. Que puede ir desde la asignación inicial que hace
el demandante, hasta el propio conocimiento del juez de la causa, veámoslos por separado:

(30) Decisión de conflictos de jurisdicción.

(31) Efectos.

(32) Efectos positivos. Principio de perpetuatio iurisdictionis.

(33) Efectos Negativos.

(34) Rechazo de plano de la demanda. El artículo 85 del C.P.C., permite al juez rechazar de
plano de demanda cuando este carezca de la competencia que le ha asignado el demandante.
Con lo cual deberá enviar la documentación presentada al juez que considere competente
dentro de la misma jurisdicción civil.

(35) Causal de nulidad procesal. El artículo 140 numeral 2. del C.P.C., sanciona con nulidad
la incorrecta asignación y atribución de la competencia. Es de recordar que la competencia
es reglada y ningún juez puede asumir el conocimiento de asuntos si la ley expresamente no
se los asigna.
(36) Causa para sentencia inhibitoria. Los procesos se adelantan para que sean resueltos
definitivamente por un juez. No es adecuado para el cumplimiento de la función judicial, que
las partes y los jueces no tengan el suficiente cuidado frente a la asignación de la
competencia. La jurisprudencia ha sancionado tal descuido con la producción de un fallo
inhibitorio, en donde la justicia sale menguada, porque la causa no fue decidida.

(37) Vía de hecho. La arrogación de una jurisdicción que le corresponde al juez constituye
vía de hecho que puede ser reclamada por vía de tutela. La asignación de la jurisdicción o es
constitucional o legal, y no puede accederse a ella si no esta expresamente asignada al juez.

(38) Competencia. 1. Concepto. La competencia, por definición corresponde a la asignación


de materias que ha de conocer un juez, con preferencia a los demás. 2. Naturaleza jurídica.
La naturaleza jurídica de una figura corresponde a determinar los elementos que la
estructuran y que la hacen diferenciable de las demás. Sus elementos integrantes son: a.
Constituye un elemento integrador del núcleo esencial del debido proceso. El debido
proceso como derecho fundamental de los justiciables debe ser adelantado por los jueces o
tribunales competentes. Así lo consagra expresamente el artículo 29 de la Carta Política. Es
decir, el Juzgamiento no puede adelantarse por Tribunales o jueces incompetentes así esten
dotados de jurisdicción, entendida esta como la potestad de administrar justicia. El derecho
fundamental al debido proceso, protegido por la constitución, no permite que otros
funcionarios entren a invadir la esfera de competencia de los jueces asignados por la ley, con
anterioridad a la ocurrencia de los hechos. Si un juzgamiento se adelanta en estas
condiciones, tal actuación sería violatoria de los derechos fundamentales, y acusable en vía
de tutela. Pero de otro lado, el funcionario que actuare de esta forma podría dar lugar a un
delito. (Corte Constitucional. C-543 de 1992). (CORTE CONSTITUCIONAL. SENTENCIA. T-249/95. Magistrado
ponente: Dr. HERNANDO HERRERA VERGARA). b. Constituye un requisito Procesal. La competencia
hacer referencia a la determinación o individualización del juez que ha de conocer de un caso
concreto. Al asignarle la competencia a un juez se le esta dando concreción a la jurisdicción.
No podríamos afirmar que una persona esta investida de competencia pero no de
jurisdicción. Toda vez que si no ha sido investido de la potestad para administrar justicia no
puede conocer de ningún caso en concreto. Tampoco podríamos afirmar que un juez esta
investido de jurisdicción, pero no tiene asignadas las competencias, en este caso estaríamos
frente a un concepto hueco y sin contenido. Sin embargo, podríamos decir que un juez no es
competente para conocer de un asunto, porque este fue asignado por la ley a otro juez de la
misma especialidad. La competencia tendrá importancia para el proceso, cuando este debe
ser asignado a un determinado juez. La indebida asignación de la competencia genera en los
procesos distintas consecuencias jurídicas, pero en todas ellas constituye una causa de
repulsa. Así por ejemplo, La falta de competencia genera el rechazo de plano de la demanda,
constituye una excepción previa que puede ser alegada por el demandado, se incurre en una
causal de nulidad y constituye la falta de un presupuesto procesal.

(39) Regla general. La Asignación de competencias en cualquier juzgamiento, corresponde a


la ley. Las competencias deben estar debidamente regladas. Ninguna jurisdicción puede
arrogarse competencia que claramente no le esté señalada en la Constitución o en la Ley. Sin
embargo, la ley puede quedarse en un momento corta en el señalamiento de los jueces que
han de conocer de un determinado asunto, pues la casuística es enorme y el riesgo es latente.
Cuando un asunto no tenga asignada expresamente la competencia, esta se redistribuirá a
través de la llamada por el derecho procesal: competencia residual. Para materia civil esta
consagrada en el artículo 16 numeral 9º del Código de Procedimiento Civil.
(40). Factores de la competencia. Para el caso de las ejecuciones civiles, por existir variedad
de jueces, el Código de Procedimiento Civil, utiliza una herramienta para la determinación
del juez que en definitiva ha de cumplir con la función jurisdiccional, en un caso concreto. Es
a través de los denominados: Factores de Competencia.

(41) Factor Subjetivo. Corresponde a la asignación de competencia tomando en


consideración de la calidad de la parte que ha de comparecer al proceso. Así por ejemplo, el
artículo 25 numeral 4º, del Código de Procedimiento Civil asigna la competencia a la Sala de
Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, de los procesos contenciosos en que sea
parte un agente diplomático acreditado ante el Gobierno de la República, en los casos
previstos en el derecho internacional. Como se puede observar, el conocimiento asignado a la
Corte, no corresponde a una asignación de materia por razón de ésta. Se tiene en cuenta la
dignidad de la parte.

(42) Asignación de Competencia subjetiva. La competencia subjetiva esta asignada de la


siguiente manera: Sala de casación civil de la Corte Suprema de justicia. El Artículo 25
numeral 5º y 6º, del Código de Procedimiento Civil dispone: “La Corte Suprema de Justicia
conoce en Sala de Casación Civil y Agraria: … 5. De los procesos contenciosos en que sea
parte un agente diplomático acreditado ante el Gobierno de la República, en los casos
previstos por el derecho internacional. 6. De los procesos de responsabilidad de que trata el
artículo 40, contra los magistrados de la Corte y delos tribunales cualquiera que fuere la
naturaleza de ellos”. Asimismo se asigna competencia subjetiva a la Corte Suprema de
justicia en sala de casación civil de los procesos contra actos administrativos emitidos por el
Consejo de Estado, de acuerdo con el artículo 97 de Código Contencioso Administrativo que
fue modificado por el artículo 36 de la Ley 270 de 1996, y adicionado por el artículo 33 de la
Ley 446 de 1998. El artículo 26 del Código de Procedimiento Civil también asigna
competencia por el factor subjetivo a los Tribunales Superiores de Distrito Judicial sala civil,
en el numeral 2 que dispone. “2. En única instancia, … De los procesos de responsabilidad
de que trata el artículo 40, contra jueces cualquiera que fuere la naturaleza de ellos”.

(43) Prevalencia del factor subjetivo. Corresponde a que la competencia en consideración a


la calidad de las partes prevalece sobre los demás factores que la determinan, al tenor del
artículo 22 del Código de Procedimiento Civil. Si opera el factor subjetivo no hay lugar a
estudiar la competencia por el factor objetivo, es decir, este factor queda excluido por aquel.

(44) Factor objetivo. Corresponde a la asignación de competencia tomando en consideración


no la calidad de la parte que ha de comparecer al proceso, sino la materia de que se trata el
asunto.

(45) Asignación. Este tipo de factor para la asignación de competencias permite un


desdoblamiento en dos aspectos: La naturaleza del asunto sin consideración a la cuantía, y
por el valor de la reclamación, es decir, la cuantía.

(46). Factor objetivo por la naturaleza del asunto. Corresponde esta asignación de
competencia a la consideración que especialmente ha tenido el legislador para entregar el
conocimiento del asunto a cierto y determinado juez. Tal consideración corresponde al tipo
de pretensión procesal que se está reclamando en el proceso.

(47) Asignación. El legislador ha confiado el conocimiento de varios asuntos a un


determinado juez, y la asigna de competencia la hace directamente, con lo cual ningún otro
juez distinto del asignado puede asumir el conocimiento de dicha materia. Tales son los casos
de los numerales 3 a 8 del artículo 16 del C.P.C.

(48) Prevalencia. De acuerdo a lo anterior, la asignación de competencia objetiva que hace


la ley directamente, prevalece sobre cualquier consideración a la cuantía. Ello por
disposición del artículo 24 del C.P.C.

(50) Asignación de competencia por el factor objetivo y en consideración a la Cuantía.


Corresponde esta asignación de competencia en consideración el valor de lo reclamado, es
decir el quantum de la pretensión procesal. Es por ello que la ley procesal civil, divide las
materias en mayor, menor y mínima cuantía, para la asignación de competencias por el valor,
en los términos del artículo 19 del C.P.C.
El valar de la cuantía se determina teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 20 del
C.P.C.

(51) Mayor Cuantía. Pretensiones procesales patrimoniales superiores a 90 salarios mínimos


legales mensuales.

(52) Menor Cuantía. Pretensiones procesales patrimoniales desde 15 salarios mínimos


legales mensuales, inclusive, hasta 90 salarios mínimos legales mensuales.

(53) Mínima cuantía. Pretensiones procesales patrimoniales inferiores a 15 salarios mínimos


legales mensuales.

(54) Prevalencia de la competencia objetiva. De acuerdo con el artículo 24 del C.P.C. son
prevalente las reglas de competencia por el valor, sobre las del territorio.

(55) Competencia por el factor territorial. Corresponde el factor territorial a la asignación


de competencia entre los distintos jueces de un mismo nivel, pero ubicados en distintos sitios
del territorio nacional. Es de anotarse que la división política territorial no corresponde
exactamente a la división judicial territorial. La razón corresponde a la prestación de un
mejor servicio. Y por ello se ha efectuado asignaciones de juzgados municipales de un
departamento a los circuitos ubicados en otros departamentos. Tal es el ejemplo del juzgado
promiscuo municipal de puerto Salgar, cuyo municipio corresponde al Departamento de
Cundinarmarca, su segunda instancia fue asignada al juzgado del circuito de La Dorada que
corresponde al Departamento de Caldas. En conclusión, el mapa judicial no corresponde al
mapa político. A pesar de la división anterior que desarrolla lo establecido por la
Constitución, La Ley Estatutaria de la Administración de justicia entró a crear otras zonas
judiciales no previstas por la Constitución, como son las “Zonas Judiciales Especiales de
Frontera”. Esta creación legal fue declarada constitucional por la Corte Constitucional.
(CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C037/96. Magistrado Ponente Dr. VLADIMIRIO NARANJO MESA).

(56) Asignación. Esta corresponde a una asignación HORIZONTAL. Para los asuntos civiles,
las reglas están asignadas en el artículo 23 del Código de Procedimiento Civil. Manejando el
concepto de fuero o foro.

(57) La regla general. Corresponde al domicilio del demandado. Es decir, las personas se
demandan en su domicilio. (Fuero de domicilio). Pero esta regla de carácter general, puede
ser excluida cuando el legislador asigna directamente dicha competencia territorial a un juez
en especial o teniendo en cuenta otras consideraciones.
(58) Fueros o foros. Dentro de la competencia territorial, el Código de Procedimiento Civil
en su artículo 23, maneja el concepto de fueros o foros para la asignación del juez
competente. Tales son:
1) Fuero personal: Domicilio del demandado. Residencia del demandado. Domicilio del
demandante. Artículo 23 numerales 1,2,3.
2) Fuero real. Lugar en donde se encuentran ubicados los bienes. Numerales 9 y 10 del
artículo 23 del C.P.C.
3) Fuero contractual. Lugar de cumplimiento del contrato. Numeral 5 del artículo 23 del
C.P.C.
4) Fuero social. Domicilio principal de la sociedad. Numerales 6 y 7 del artículo 23 del
C.P.C.
5) Fuero familiar. Domicilio conyugal mientras el demandante lo conserve. Numeral 4 del
artículo 23 del C.P.C.
6) Fuero sucesoral. Último domicilio que el causante haya tenido en el territorio nacional.
Numeral 14, 15 y 16 artículo 23 del C.P.C.

(59) Prevalencia. Que consiste en que solamente los jueces señalados en la norma son
quienes pueden conocer de determinado asunto, y por ninguna circunstancia puede ser
conocido por un juez distinto al asignado en la norma, ni admite interpretaciones que
pudieren cambiar tal asignación. Por ejemplo, el caso del numeral 10 del artículo 23 antes
referido, en donde se asigna el conocimiento de los procesos de pertenencia, de modo
privativo, al juez del lugar en donde se encuentra ubicado el bien materia de la prescripción.
En consecuencia, este juez y sólo a este juez puede atribuírsele tal competencia. En cuanto a
la prevalencia, el artículo 24 del C.P.C., la competencia por razón del territorio se subordina
a la asignada por naturaleza del asunto y por cuantía. Es decir, para el factor territorial, la
prevalencia se predica entre los fueros especiales, respecto del fuero general.

(60) Concurrencia. La misma ley la hace coincidir la regla general de competencia


territorial, que corresponde al domicilio del demandado, con otras formas de asignación de
competencia territorial, como por ejemplo: el fuero contractual. Que corresponde al lugar en
donde se debe cumplir la obligación. (art. 23 numeral 5 º del C.P.C.). Otorgando la opción al
demandante de elegir, la asignación de la competencia, entre el domicilio del demandado
(fuero de domicilio) o el lugar de cumplimiento del contrato (fuero contractual).

(61) Competencia funcional


El factor funcional hace referencia a los jueces que verticalmente deben conocer de un
asunto, en desarrollo de las instancias asignadas al proceso civil. Este factor depende de la
organización judicial que tiene la rama jurisdiccional. Jueces civiles Municipales, civiles el
Circuito, Salas Civiles de los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia. Pero dicho factor lo desarrolla en esencia el recurso de
Apelación y el recurso de casación correspondiente.

(62) Las instancias. La organización de la competencia funcional en materia civil


corresponde a las instancias en que se debe adelantar los procesos y se tiene: única, primera
y segunda instancia.

(63) Única instancia. Esta competencia ha sido asignada a los jueces civiles municipales o
promiscuos municipales. Corresponde a las causas más pequeñas por razón de su cuantía. Y
dentro de la organización de la carrera judicial para los jueces, esta instancia es asignada a
los jueces con menos experiencia o sin ninguna experiencia. De alguna manera, esta es una
forma de discriminación. La causa pequeña para algunos puede ser la causa grande para la
parte en el proceso, y ésta tiene derecho, dentro de un Estado Social de Derecho, a un juez
experimentado. Porqué los mejores jueces son asignados para las causas con gran peso
económico?. Por la categoría de colombianos que existen: de mínima, de menor y de mayor
cuantía. Se debe propugnar porque no haya sino una sola categoría de jueces civiles. Y estos
conocerán de tanto de todas las cuantías. Nótese que además estos procesos por razón de
única instancia no tienen apelación para ninguna de las decisiones que allí se tomen. Es
decir, Fuera de la inexperiencia del juzgador encima sus decisiones no tienen control judicial
por una segunda instancia. Que desgracia. Es de anotarse que además de las competencias
asignadas por el artículo 14 del C.P.C., a los jueces municipales, la reforma de la Ley 794 de
2003, entregó a estos, con exclusividad, la llamada competencia a prevención que traía el
artículo 18 del C.P.C., para ahora denominarla “Competencia privativa de los jueces
municipales”.

(64) Primera instancia. La primera instancia para la jurisdicción civil está repartida entre
los juzgados civiles municipales y los juzgados civiles del circuito. Le corresponde la primera
instancia a los juzgados civiles municipales, sobre los asuntos de menor cuantía. Y a los
circuitos en primera instancia los de mayor cuantía. Artículos 15 Y 16 del C.P.C.

(65) Segunda instancia. La segunda instancia está asignada a los jueces civiles del circuito
para los asuntos que conocen en primera los jueces civiles municipales. Y las Salas Civiles de
los Tribunales Superiores de Distrito Judicial hacen la segunda instancia de los asuntos que
conocen los jueces civiles del circuito en primera. Es de recordar que la segunda instancia la
genera el recurso de apelación.

(66) Recursos extraordinarios. Los recursos extraordinarios constituyen una nueva instancia
judicial. Pero sí generan competencia funcional, para la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia y para las Sala Civiles de los Tribunales Superiores de Distrito Judicial,
respecto de los recursos de casación y revisión

(67) Recurso de Casación. El recurso extraordinario de casación esta asignado a la Sala de


Casación Civil de la Corte Suprema de justicia, en los términos del artículo 25 del C.P.C.

(68) Recurso de Revisión. El Recurso de revisión está asignado a las Sala Civiles de los
Tribunales Superiores de Distrito Judicial, respecto de los recursos de revisión contra las
sentencias dictadas por los jueces civiles municipales y de circuito. Y a la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia respecto de los recursos de revisión contra las
sentencias dictadas por los Tribunales Superiores de Distrito Judicial y por la misma Corte.

(69) Conflictos de competencia. Es posible que en entre los distintos jueces civiles exista
controversia por la asignación de las competencias que le son asignadas por la ley. A esta
controversia la ley las denomina “Conflictos de competencia” . Pero la misma ley se ha
encargado de regular la solución a tales conflictos.

(70) Conflictos de competencia positivos. Se llama conflictos de competencia positivos,


cuando dos jueces se disputan el conocimiento de un mismo asunto. Es decir, cada uno de los
jueces de la controversia reclaman para si dicho conocimiento.

(71) Conflictos de competencia negativos. Se llama conflictos de competencia negativos,


cuando dos jueces se disputan el conocimiento de un mismo asunto, mediante su repulsa. Es
decir, cada uno de los jueces de la controversia rechaza el conocimiento de dicho asunto, y
argumentando que es otro el juez del conocimiento.

(72) Decisión de los conflictos de competencia. Como se advirtió anteriormente, la solución


de los conflictos de competencia esta reglada por la ley. LEGISLACIÓN. LEY 270/96. ARTÍCULO 18.
(CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-037/96. Magistrado Ponente: Dr. VLADIMIRO NARANJO MESA).

(73) Efectos de la competencia. La asignación de la competencia procede una serie de


efectos, tanto positivos como negativos que se h ce necesario precisar.

(74) Efectos positivos. Los efectos positivos que produce la competencia corresponden,
esencialmente, a que el juez del conocimiento queda habilitado para adelantar el
juzgamiento, y proferir decisión final sobre la causa, y los demás jueces de la misma
categoría y sede la pierden. Ejemplo: Si al juez primero civil del circuito de Bogotá, se le
asigna por reparto un asunto los demás pierden la competencia para su conocimiento, pero
en principio todos los jueces de dicho circuito era competentes para conocer del asunto. No
siendo posible despojarlo del proceso, a menos que existiere causa expresamente consagrada
en la ley, como por ejemplo una causal de impedimento o recusación.

(75). Efectos negativos. Los efectos negativos hacen referencia a la equivocada asignación de
la competencia. Que puede ir desde la asignación inicial que hace el demandante, hasta el
propio conocimiento del juez de la causa, veámoslos por separado:

(76) Rechazo de plano la demanda. El artículo 85 del C.P.C., permite al juez rechazar de
plano de demanda cuando este carezca de la competencia que le ha asignado el demandante.
Con lo cual deberá enviar la documentación presentada al juez que considere competente
dentro de la misma jurisdicción civil.

(77) Causal de nulidad. El artículo 140 numeral 2. del C.P.C., sanciona con nulidad la
incorrecta asignación y atribución de la competencia. Es de recordar que la competencia es
reglada y ningún juez puede asumir la competencia de asuntos si la ley expresamente no se
los asigna.

(78) Vía de hecho. Si la competencia de los jueces es reglada no le es permitido a estos


asumir competencias que no les corresponde. El arrogarse competencias que no están
autorizadas por la ley corresponde a un acto de arbitrariedad, y en consecuencia, constituye
una vía de hecho que lesiona el artículo 29 de la Carta. Y podrá ser acusada por vía de
tutela.

(79) Compatibilidad. La compatibilidad hace referencia a que las condiciones personales de


quien debe actuar como juzgador, no deben interferir con esta. Es decir, la ley separa a los
jueces del conocimiento de los procesos, cuando los intereses de estos se ven vinculados o
afectados por los procesos. Y para ello ha diseñado una serie de causas que se consideran
suficientes para que el ánimo del juez pueda verse inclinado a favorecer a alguna parte, más
por su afección o su distanciamiento respecto de estas que ponen en peligro la realización de
la justicia. Es de recordar que las causas para los impedimentos y las recusaciones reguladas
por la ley son objetivas, es decir, que no hay posibilidad de entrar a discutir otra solución,
sino que debe procederse al retiro del juez del conocimiento de la causa.
(80) Impedimentos. El artículo 150 del C.P.C., regula in extenso las causas por las cuales los
jueces, magistrados o conjueces deben declararse impedidos para juzgar de un asunto
sometido a su conocimiento. Es de aclararse que las causales de recusación son las mismas
que para los impedimentos. Pero se llama impedimento a la separación voluntaria que hace
el juez del conocimiento del proceso, una vez advierte que se encuentra dentro de alguna de
las causales de recusación.

(81) Causales de impedimento. Las causales de impedimento corresponden a las mismas de


recusación para los jueces y consagradas en el artículo 150 del Código de Procedimiento
Civil.

(82) Decisión. De acuerdo con el artículo 149 del Código de Procedimiento Civil, el mismo
juez que considere que le concurre una causal de recusación debe separarse del conocimiento
del asunto. Y dictará un auto en donde manifiesta tal circunstancia y ordenará que el
expediente pase al juez que habrá de reemplazarlo, si el impedimento lo encuentra justificado
asumirá, mediante auto, el conocimiento del asunto. Si no lo considera justificado ordenará
pasar el expediente al superior inmediato para que decida sobre la legalidad del
impedimento.

(83) Recusaciones. Como se advirtió anteriormente, el artículo 150 del C.P.C. establece las
causales de recusación, es decir, las causas por la cuales un juez, magistrado o conjuez deben
separarse del conocimiento de un asunto. Si el juez voluntariamente no se separa de dicho
conocimiento, una vez producida la causal, la partes pueden provocar la recusación y en
consecuencia obtener la separación de juez de manera forzada. A esto es lo que la ley
denominada “recusación”.

(84) Causales de recusación. Las causales de recusación están consagradas en el artículo


150 del Código de Procedimiento Civil. Es de tenerse en cuanta que las causales de
recusación son objetivas, y en tal caso producida una de ellas el juez debe separarse de
inmediato del conocimiento del asunto y si no podrá ser recusado por las partes.

(85) Decisión. La recusación se presenta ante el juez que está conociendo del proceso con
indicación de la causal correspondiente. Si el juez acepta la causal en la misma providencia
ordenará pasar el expediente al juez que lo deba reemplazar. Si no acepta los hechos que se
alegan como configurativos de la causal ordenará pasar el expediente al superior quien
decide sobre la recusación del juez.

(86) Efectos. Los efectos que las causales de recusación producen corresponden a la
presencia o no de dichas causales dentro del proceso. Y por tanto estas pueden ser positivas o
negativas.

(87) Positivos. Los efectos positivos que producen los impedimentos y las recusaciones se
pueden observar de dos puntos de vista. a) La garantía que otorga la ley a las partes que el
juzgamiento se hará dentro del desarrollo del principio supremo del proceso: la
imparcialidad. b) Una vez declarado el impedimento o la recusación, el juez que ha de seguir
conocimiento del asunto asume la competencia lo que lo habilita para decidir la causa.

(88) Negativos. Los efectos negativos que producen las causales de recusación pueden ser
variados, y en
Consecuencia se pueden sistematizar así:
(89) Pérdida de la competencia. El juez al cual le concurra una causal de recusación debe
separarse inmediatamente del conocimiento del proceso. Es decir, pierde la competencia y no
puede seguir el adelantamiento del mismo ni producir su decisión.

(90) Ilegalidad de actos procesales. Los actos producidos por el juez, una vez incurso en una
de las causales de recusación, carecen de validez. El artículo 154 del C.P.C., ordena la
suspensión del proceso desde el momento en que el juez se declara impedido o se radica en la
secretaría del despacho judicial el escrito de recusación. Y a su vez el artículo 140 numeral
5., sanciona con nulidad la actuación producida después de producida una causal de
suspensión del proceso.

(91) Vía de hecho. El juez al cual le concurre una causal de impedimento o recusación debe
separarse de inmediato del conocimiento del asunto, pues no constituye garantía de justicia.
Si el juez tercamente insiste en mantenerse al frente del conocimiento del asunto dará lugar a
una vía de hecho que será acusable mediante acción de tutela.

(92) Responsabilidad de los jueces. La actuación de los jueces debe ser acorde con las
normas de la moralidad en el cumplimiento de la función judicial. Por ello, el no separarse
un juez del conocimiento de un proceso cuando le concurre una causal de recusación puede
dar lugar a responsabilidades de su parte. Las cuales pueden ser civiles, penales y
disciplinarias.

(93) Responsabilidad civil. La actuación de un juez que no se retira voluntariamente del


conocimiento de un asunto puede dar lugar a una responsabilidad civil por los daños que tal
actuación pueda causar a las partes en un proceso y en consecuencia debe repararlos.

(94) Responsabilidad Penal. La conducta desplegada por un juez, y que da lugar a la causal
de recusación puede conducir a la comisión de delitos que serán de conocimiento y decisión
de la justicia penal.

(95) Responsabilidad Disciplinaria. La conducta desplegada por un juez, y que da lugar a la


causal de recusación puede conducir a la comisión de faltas disciplinarias que serán de
conocimiento y decisión de la justicia disciplinaria.

(96) Pluralidad de jueces – La Magistratura. La constitución y ley permiten que varios


asuntos de la función judicial en materia civil, sea cumplida por jueces plurales, es decir, que
la decisión es responsabilidad de varios jueces que actúan como un solo cuerpo. El ejercicio
de la función judicial, en esta condición, da lugar a las llamadas magistraturas, que
corresponden por esencia a los jueces colegiados.

(97) Sala plena. La primera categoría de salas para los jueces colegiados corresponde a la
sala plena de la Corte Suprema de justicia, que de acuerdo con el artículo 16 e la Ley 270 de
1996, esta integrada por todos los magistrados de la corporación. Es de anotarse que las
funciones otorgadas a esta sala por el artículo 17 de dicha ley, corresponden más a funciones
de carácter administrativo, como elegir el secretario general entre otros. Sin embargo, podría
decirse que cumple algunas funciones que pueden reputarse de jurisdiccionales la
consagrada en el numeral 3 de dicho artículo 17 que corresponde: “Resolver los conflictos
de competencia en la jurisdicción ordinaria que no correspondan a alguna de sus salas o a
otra autoridad judicial”. Es decir, que un conflicto de competencia entre la sala de casación
civil y otra sala de la misma Corte será resuelta por el pleno de la Corte Suprema de Justicia .
Sala de Casación Civil. De acuerdo con el artículo 16 e la Ley 270 de 1996, la Corte
Suprema de justicia está integrada por cinco salas, entre las que se encuentra la Sala de
Casación Civil, Agraria y Familia con un número de 7 magistrados. Y en lo que corresponde
al cumplimiento de la función jurisdiccional, se le asigna la actuación como tribunal de
casación dentro de la especialidad civil. Es decir, tal función que corresponde a la decisión de
los recursos de casación lo será por el pleno de la Sala de Casación Civil. Asimismo el
artículo 25 del C.P.C., le confiere competencia para resolver los recursos de revisión, el
exequatur, los procesos contenciosos en que sea parte un agente diplomático acreditado ante
el gobierno de la República, los procesos de responsabilidad de que trata el artículo 40 del
C.P.C., Las acciones impetradas contra los actos administrativos emitidos por el Consejo de
Estado en los términos del artículo 97 del Código Contencioso Administrativo y las acciones
de repetición que el Estado ejerza en contra de magistrados del Consejo de Estado, en los
términos del artículo 128 del Código Contencioso Administrativo.

(98) Sala de decisión. Los Tribunales Superiores de Distrito Judicial se pronuncian, dentro
del ejercicio de la función jurisdiccional, a través de Sala de Decisión, que en los términos
del artículo 19 de la Ley 270 de 1996, estará integrada por tres magistrados. Estas salas
deben tener un número impar de miembros a fin de establecer mayorías. Asimismo, los
Tribunales Superiores de Distrito Judicial ejercen funciones a través de Salas Plenas, pero
estas se reducen a actuaciones meramente administrativas, y en los términos del artículo 20
de la misma ley.

(99) Sala Dual. La eventualidad de pronunciarse un Tribunal en sala dual corresponde al


desarrollo del recurso de súplica, consagrado en el artículo 363 del C.P.C., y por el cual la
interposición de un recurso durante la segunda instancia contra un auto que por su
naturaleza sería apelable y dictado por el magistrado ponente, será resuelto por los otros dos
magistrados que integran la sala de decisión, y hará de ponente, para este recurso, el
magistrado que sigue en turno al que dictó el auto ahora impugnado.

(100) Sala de conjueces. La figura de los conjueces no fue regulada expresamente por la
Constitución, pero lo hizo el artículo 61 de la Ley 270 de 1996. Los conjueces están creados
por la ley para reemplazar a los magistrados de Tribunales o Cortes que deban separase
transitoriamente de la función judicial, como los impedimentos. En tales circunstancias, los
reemplazos deben reunir los requisitos para ser Magistrados y serán llamados cuando, de
acuerdo con la ley deban completar una sala. Si n embargo, es muy posible que una sala, en
su totalidad, se declare impedida y en consecuencia deba reemplazarse, para el caso, a todos
sus miembros dando así lugar a una sala de conjueces. La decisión que estos tomen tendrá el
mismo valor que la producida por la sala reemplazada. Tomada la decisión los conjueces
cesan en sus funciones. (CORTE CONSTITUCIONAL Sentencia C-037/96. Magistrado Ponente: Dr.
VLADIMIRO NARNAJO MESA).

2 do DIA
(101) LAS PARTES PROCESALES. a) El Concepto de parte. El concepto de parte procesal
ha sido muy elaborado por la doctrina procesal y de él se ha dado multitud de definiciones.
El concepto de parte procesal surge de la posición que asumen los distintos sujetos procesales
frente a la pretensión procesal que se deduce en la demanda. Por ello se afirma con exactitud
que parte procesal es: quien pretende o contra quien se pretende la satisfacción de la
pretensión deducida en el proceso. Es por ello que no o se puede afirmar que todos los sujetos
que intervienen en un proceso son partes procesales. Pues, no todos los sujetos asumen una
posición de pretensores o contra ellos no se pretende. Lo cual nos lleva a afirmar que los que
deducen algún interés, ya sea económico, moral, intelectual, etc., sin que su interés toque la
pretensión no podremos decir que es parte en el proceso. b) Naturaleza jurídica del concepto
de parte. 1. Es un concepto eminentemente procesal. El concepto de parte constituye una
figura de derecho procesal. Tal concepto tiene importancia únicamente para el proceso. El
pretendiente o reclamante puede no ser titular del derecho que discute en el proceso, pero
mientras tuvo vigencia el proceso, este siempre tuvo la condición de parte, y el sujeto pasivo
que soportó el proceso, siempre tuvo la condición de parte demandada. Cuando desaparece el
proceso se pierde la condición de parte. 2. La pretensión procesal determina la condición de
parte. La condición de parte la adquieren quienes giran en torno a la pretensión procesal.
Con tal fuerza que será parte quien la deduce y contra quien se deduce la pretensión
procesal. No puede adquirir la condición de parte quien tangencialmente se acerca a la
reclamación invocada por la parte, ni quien pueda recibir influencia de los efectos del
proceso, así por ejemplo no es parte en el proceso el llamado coadyuvante, este tendrá la
condición de sujeto interviniente para ayudar a una parte, pero no para desplazar a la parte
principal. 3. Del concepto de parte surge el concepto de tercero. El concepto de parte nos
sirve para delimitar el concepto de tercero procesal. Tercero procesal es quien no es parte en
el proceso. Si en algún momento, un tercero interviene en el proceso, puede ser que adquiera
la condición de parte, como por ejemplo: el interviniente ad excludendum, el llamado en
garantía, o el denunciado del pleito, o la intervención del tercero civilmente responsable en el
proceso penal. Para ello se requiere que se involucre una pretensión o la intervención se
produzca para deducir contra él, la pretensión invocada. En los demás casos, se hace
necesario siempre considerar a quienes intervienen y a quienes no intervienen como terceros,
ya que la pretensión procesal no es deducida ni por ellos ni contra ellos, ejemplo: el
coadyuvante. c) Derechos constitucionales derivados del concepto de parte. 1. Libre acceso
a la justicia. El acceso a la justicia constituye un derecho fundamental de todos los
asociados. El Estado debe garantizar que los recipiendarios de la justicia puedan libremente
acudir a sus órganos judiciales para hacer valer sus derechos a través de la invocación de las
pretensiones procesales. Ello constituye un desarrollo del derecho general de petición. Pero
en lo atinente al proceso ha establecido la Corte Constitucional que el acceso a la justicia
hace parte del núcleo esencial del debido proceso como máxima expresión de la
administración de justicia preconizada por la Constitución. Pero esta garantía de acceso a la
justicia no solo debe ser pregonada del demandante sino también del demandado. (CORTE
CONSTITUCIONAL. Sentencia T-268/96. Magistrado Ponente: Dr. ANTONIO BARRERA CARBONELL). Pero el
acceso a la justicia no puede reducirse únicamente a la posibilidad de acceder al juez
competente a través de la demanda como acto procesal de parte que da inicio al proceso, sino
que este debe estar presente durante todas las etapas del juzgamiento. Se viola el principio
constitucional del debido proceso por impedimento al acceso a la justicia, cuando al
demandado se le impide acudir ante el juez para contestar la demanda que en su contra se ha
formulado por el demandante. También ocurre lo mismo cuando para poder contestar la
demanda se exige que el demandado preste cauciones que de por sí son altamente onerosas,
tal es el caso del artículo 140 del Código Contencioso administrativo, o cuando se exigía
para la impugnación contra liquidación de impuestos, tasas, contribuciones en favor del
Estado, el depósito de lo liquidado como garantía de pago. Tal norma fue declarada
parcialmente inexequible por la Corte Suprema de Justicia, en sentencia 86 de 25 de julio de
1991. No obstante la anterior decisión de inexequibilidad declarada por la Corte Suprema de
Justicia, no se produjo la misma decisión por parte de la Corte Constitucional, respecto del
artículo 424, parágrafo 2o., numeral 2., del Código de Procedimiento Civil, cuando esta
norma exige que para que el demandado sea escuchado, en proceso de restitución de
inmueble arrendado y la demanda se funde en la falta de pago de la renta de arrendamiento,
éste debe demostrar que esta al día en dichos pagos, bien sea a través de la consignación del
total de lo reclamado a ordenes del juzgado o con recibos expedidos por el arrendador. De
otro lado se ha discutido si el establecimiento de términos de caducidad puede conducir a la
violación del derecho fundamental de acceso a la justicia. Sin embargo, la figura de la
caducidad ha sido justificada en la medida que quien puede ejercer la acción esta en plena
libertad de hacerlo, pero si lo hace las relaciones jurídicas deben alcanzar estabilidad. Esa
estabilidad se lograría cuando el interesado en las acciones no las ejerce en su tiempo.
JURISPRUDENCIA. Naturaleza de la caducidad. (CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 543/92. Magistrado Ponente:
Dr. JOSE GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO). 2. Obligatoriedad en el acceso a la justicia. Si los
justiciables tienen libertad en el acceso a los tribunales de justicia de otro lado, se convierte
en una obligación para aquellos, el concurrir a ellos, en el evento en que consideren violados
sus derechos y pretendan su restablecimiento. De esta manera se establece la prohibición de
la violencia privada para tutelar los derechos (auto-tutela) la llamada justicia privada.
Termino este mal utilizado, pues la forma de auto-tutelarse los derechos por sí mismo no
constituye una justicia, sino por el contrario, una injusticia. Es de anotarse, que lo anterior
no implica que no se pueda utilizar, por los justiciables, fórmulas pacíficas para la solución
de conflictos de intereses. Tales fórmulas son la auto-composición en donde son los
interesados los que directamente intentan dar solución al conflicto. De dos modalidades,
puede entonces presentarse tal auto-composición por concesiones mutuas que efectúan las
partes del conflicto, llegándose a la transacción y esto es, por actuación bilateral de aquéllos.
3. La audiencia bilateral. 1) Noción. Así como se ha permitido a una persona acudir
libremente ante los tribunales de justicia a pedir que le sean actuadas sus pretensiones,
asimismo, es necesario permitir que la parte pasiva de la relación procesal, esto es, quien
sufre los cargos o soporta las imputaciones debe tener la posibilidad de acudir al tribunal de
justicia y ser oído a fin de hacer valer también sus derechos. Este principio no puede estar
ausente del juzgamiento porque sería tanto como negar éste. El principio de audiencia
bilateral se concreta especialmente en el llamado derecho constitucional de defensa. Pero es
de anotarse que múltiples manifestación y presupuestos para que él pueda concretarse:
derecho a la igualdad, derecho de petición, libre acceso a la justicia, etc. 2) Audiencia
general de ambas partes. De lo dicho anteriormente se concluye que la audiencia general
debe concederse a ambas partes, no es posible hablar de tal principio cuando el juez sólo ha
dado la posibilidad a una de las partes. En tal evento, obtendríamos un rompimiento del
principio de la imparcialidad, ya que el juez sólo tendría como material para edificar su
sentencia, la alegación de una parte, negándose de paso la naturaleza misma del proceso,
pues no se entendería una contienda en donde una parte tenga todas las garantías y la otra
sin defensa. Sin embargo, es preciso establecer con anterioridad, quienes son realmente las
partes ya que de lo contrario, podrá conducir a la negación de la audiencia bilateral. Los
códigos por regla general exigen que desde el inicio del proceso, la contienda sea planteada
con partes conocidas y legitimadas ya que el proceso podría malograrse si se adelanta con
personas que no tienen legitimación, negándose así la audiencia a la persona que debió ser
oída y otorgándose audiencia a una persona que no debió serlo. 3) La audiencia general de
las partes no es absoluta. No podemos pensar tampoco, que la defensa de una de las partes
tenga que ser materializada, esto es, que la parte oponga sus defensas u oposiciones en
concreto, enfrentándolas a las pretensiones de la otra. El principio se desarrolla en su
plenitud cuando se les otorga la oportunidad para que las partes hagan valer sus derechos.
Si la parte interesada no hace uso de esa posibilidad no es posible pensar que no se ha dado
audiencia, por el contrario, la oportunidad de ser escuchado se ofreció pero la parte no la
utilizó, correspondiéndole a ésta la libertad de materialización. Pero conviene reparar, desde
ya, en que lo que se da al demandado es la eventualidad de la defensa. Esta defensa, en
cuanto a su contenido, podrá ser acogida o ser rechazada en la sentencia. El orden jurídico
no pregunta si el demandado tiene o no buenas razones para oponerse. Sólo quiere dar a
quien es llamado a juicio, la oportunidad de hacer valer las razones que tuviere. El derecho
de defensa en juicio no es el derecho sustancial de las defensas; sino el puro derecho procesal
de defenderse. 4) Formalidad de la audiencia. De otro lado la formalidad de la audiencia o
mejor de la oportunidad, debe efectuarse de acuerdo con la ley. No es posible hablar de
oportunidad de audiencia cuando el juez permitió que la parte acudiera al proceso para ser
escuchado en una forma indebida, esto es, no con el lleno de la formalidad legal. Si la ley
establece que la contestación de la demanda debe efectuarse por escrito, dentro de un plazo
determinado, no puede el juez pensar que ha dado oportunidad de audiencia, exigiendo una
forma distinta o plazo menor. En tal evento, se ha infringido el principio de la defensa y roto
el principio de la imparcialidad ya que con su proceder está tratando a uno de los litigantes
de una manera discriminatoria. 5) La audiencia debe darse en la etapa de cognición del
proceso. Asimismo, la oportunidad de defensa debe efectuarse antes de que el juez dicte
sentencia definitiva. Si la oportunidad pretende ofrecerse a la parte después que el juez ha
fallado no podrá hablarse de imparcialidad en el mismo, pues solo se ha tenido como base
una sola versión de los hechos. La etapa ejecutiva del proceso solo está establecida para
hacer cumplir lo decidido y no pueden existir oposiciones o alegaciones en esta fase del
procedimiento, ya que el juez se limita a realizar y materializar la sentencia. 6) Fundamento
constitucional del principio de "audiatur et altera pars". El principio de audiencia bilateral
se encuentra entronizado en nuestra Constitución de 1886, de una manera general. Los
artículos 26, 27 y 28 de la Carta anterior, y 29 de la Constitución de 1991 lo regulan, en el
sentido de exigir la plenitud de las formas propias de cada juicio para ser juzgado. Por lo
tanto, al consagrarse las formas propias de cada juicio como norma genérica se está
estableciendo este principio, ya que es la ley la que establece la audiencia o derecho de
defensa de manera concreta. Así lo estableció nuestra jurisprudencia constitucional:
JURISPRUDENCIA. Audiencia bilateral. (CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala Plena. Sentencia de 5 de noviembre de
1973. Magistrado Ponente: Dr. MIGUEL LLERAS PIZARRO).

(102) Unidad de partes. Requisitos. Las partes en principio corresponden a un solo sujeto en
cada uno de los extremos de la relación procesal, pero es muy posible que uno o ambos
extremos este integrado por dos o más sujetos produciéndose la figura de la pluralidad de
partes. Pero para que se facilite su estudio, se precisa tomar la forma más simple que es su
unidad. Régimen jurídico de las partes. Las partes al igual que el proceso están sometidas a
una regulación jurídica en cada sistema legislativo. En cuanto a lo que respecta al nuestro,
no cualquier ente puede reputarse parte en un proceso, esto es, debe cumplir ciertas y
determinadas condiciones, (Capacidad para ser parte y Capacidad procesal). No cualquier
sujeto puede invocar ciertas y determinadas pretensiones procesales, sino que es necesario
que tenga una relación directa y estrecha con la pretensión procesal (legitimación procesal).
Y no cualquier sujeto puede hacer actos se postulación ante el juez, sino que se requiere
reunir ciertos y determinados requisitos exigidos por la ley para que tal postulación tenga
validez y eficacia jurídicas (derecho de postulación). Cada uno de estas exigencias
legislativas deben ser cumplidas a cabalidad, a fin de que el proceso pueda llegar a la
instancia para la cual fue instaurado: la sentencia. Procedemos ahora a su estudio, no sin
antes advertir, que en cada proceso, una figura procesal puede tener distinto tratamiento
jurídico dependiendo de la naturaleza jurídica del proceso. Ejemplo, puede ser distinto el
tratamiento de los sujetos en un proceso penal que en uno civil. veámoslo:

(103) Capacidad para ser parte. No todo ente, por más jurídico que sea, tiene capacidad para
estar a derecho en un proceso. Como lo advertimos al inicio de este estudio, el proceso por
ser una relación jurídica necesita ineludiblemente la presencia de sujetos. Pero además del
juez que ha de conocer de la causa, quienes han se ser los litigantes, esto es, quienes litigarán
necesariamente deben ser sujetos de derecho y tal condición la tiene reservada la ley
sustancial para las personas. Las personas en cualesquiera de sus manifestaciones puede ser
parte en un proceso. Lo que cambiará será su tratamiento jurídico dentro del proceso
respecto de la forma de actuar. Pero tal primera exigencia debe ser demostrada en el proceso.
La ley sustancial reconoce personalidad a los entes jurídicos: las personas naturales y a las
personas jurídicas, veámoslas:

(104) Personas Naturales. Las personas naturales, aquellas que han nacido de seres
humanos, que de acuerdo con el texto vigente del artículo 90 del Código Civil, han
sobrevivido un instante a la separación de vientre materno son titulares de personalidad y por
tanto pueden ser sujetos derechos y obligaciones. Y por esta circunstancia pueden ser
involucrados en proceso, ya sea como actores o como sujetos pasivos de la pretensión. Sin
embargo, esta disposición que puede en un momento ser cuestionada por los avances de la
ciencia biológica y por la técnica, es la que en esta materia no rige. Lo importante es que se
tiene establecido con precisión desde qué momento se es persona y por tanto titular de la
personalidad. (CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de diciembre 7 de 1995. Magistrado Ponente: Dr. JORGE
ARANGO MEJÍA). Así las cosas, aquellos entes naturales dotados de personalidad pueden ser
parte en un proceso. Sin embargo, es necesario hacer mención a unas excepciones, que la
misma ley consagra. La primera excepción está consagrada en el artículo 91 del Código
Civil, en donde se protege la vida del que está por nacer. Tal es el caso de poderse pedir
alimentos, vía materna, para el naciturus. De otro lado, en necesario precisar que tal
condición de persona natural no solamente debe tenerse en cuenta para iniciar el proceso
sino que esta debe permanecer siempre, mientras dure el juicio. Si la persona natural fallece
durante el trámite del proceso, inmediatamente se produce el fenómeno jurídico de la
sucesión procesal consagrado en el artículo 60 del Código de Procedimiento Civil. Situación
aplicable a los procesos civiles y a aquellos que por vía de remisión aplican sus normas,
como el agrario, el de familia, el contencioso administrativo, el laboral, el coactivo fiscal,
etc.. No así para el caso del proceso penal, bien en la etapa de instrucción o en la de
juzgamiento, en donde muerto el sindicado o procesado se extingue el proceso penal. Sin
embargo, la acción indemnizatoria por los daños ocasionados puede intentarse contra los
herederos.

(105) Personas jurídicas. Las personas jurídicas tienen reconocimiento legal y


constitucional. Por tanto son titulares de derechos y obligaciones. Las personas jurídicas,
como tales, son independientes de los sujetos que las componen y de quienes las representan.
Están dotadas de personalidad. En consecuencia pueden ser sujetos de un proceso judicial,
bien como demandantes o como demandadas.
(106) Patrimonios autónomos – Masas de bienes (patrimonios autónomos). Al lado de estas
categorías de personas, que se pueden ver involucradas en un proceso, ha surgido para la
doctrina y la jurisprudencia una dificultad, cuando ciertos y determinados patrimonios
pueden ser objeto de un proceso. Como la masa de bienes del causante (la herencia), la masa
de bienes del concursado, o la masa de bienes de la sociedad conyugal disuelta pero no
liquidada. Y la dificultad se predica de la condición que se le asigna a estos patrimonios para
vincularlos a los procesos. De entrada no es posible asignarles personalidad, pues se trata de
masas de bienes que no permiten darles la connotación de personas. Y mucho menos se puede
hablar de representación de las masas de bienes, pues estos no se representan sino se
administran. Sin embargo, la ley ha tenido que hacer mayúsculos esfuerzos para dar salida a
la dificultad. Entre ellas permitir la demanda contra herederos del difunto como si estos
fueran los titulares de los derechos que sobre los bienes recae una reclamación, cuando estos
tan solo tienen una expectativa de que los bienes les puedan ser adjudicados o no en el
sucesorio. Sin embargo, queda la duda de si los herederos demandados los son en su
totalidad o si pudieren existir algunos desconocidos, que luego de no ser convocados al
proceso podrían llegar a alegar la inoponibilidad de las decisiones dictadas en un proceso,
por no haber sido convocados al mismo. Para lo cual la ley ha ideado la demanda contra
herederos “indeterminados”. Y si no existieren ni los unos ni los otros, llegar a demandar al
curador de la herencia yacente si fuere el caso. Pero tal circunstancia la abordaremos en los
requisitos subjetivos de la pretensión procesal. De otro lado, ha surgido para el proceso otra
dificultad, cuando se destinan ciertos y determinados bienes para la una finalidad específica,
con un criterio eminentemente económico, pero a cuyas masas de bienes no se les ha
reconocido personalidad. Es el caso de la fiducia. O cuando surgen personas o grupos de
personas que sin ser titulares exclusivos de ciertos derechos, y sin estar autorizados para ello,
resultan activando procesos y hablando por todos los integrantes de un grupo. Es el caso de
las llamadas acciones populares y de grupo para la protección de derechos e intereses
colectivos. Para estos casos, la doctrina civil ha venido acuñando una nueva categoría de
personas, que ha sido denominada “Personas morales”, pero sin que hasta ahora se haya
delimitado claramente su concepto, y en especial los elementos diferenciadores con las demás
categorías de personas. Por lo pronto simplemente me limito a indicar que la ley le ha
permitido ingresar a los procesos, actuando a través de administradores de los bienes o de un
número limitado de personas que discutan los derechos de todo el grupo. Estas acciones están
consagras en la Ley 472 de 1998. Y le corresponde a la jurisdicción civil su conocimiento
cuando no se trate de acciones populares o de grupo originadas en actos, acciones, u
omisiones de las entidades públicas.

(107) Capacidad procesal. El segundo requisito exigido por la ley para ser recibida una
persona en juicio es el relativo a la capacidad procesal, que corresponde a las personas que
pueden ejercer sus derechos sin estar sujetos a autorizaciones de terceras personas. Esta es la
regla general del artículo 44 del C.P.C.

(108) La Representación legal. Las personas con capacidad procesal llevan su propia
representación, pues pueden otorgar o expresar su consentimiento sin que otra persona lo
haga por ella. Este tipo de representación es de carácter legal, pues es la ley la que la otorga.
Para el caso de los incapaces, la ley otorga directamente la representación de estos. Por
ejemplo el artículo 62 del Código Civil, otorga la representación de los hijos a los padres
conjuntamente cuando estos ejercen la patria potestad del incapaz. De la misma manera la
ley confiere la representación legal a entidades del Estado a ciertos funcionarios. En estos
casos la representación es legal porque es otorgada por la ley. (Consejero Ponente. Dr. Roberto Suárez
Franco. Ref. Consulta relacionada con la representación a la Nación en los procesos que se adelanten ante la
jurisdicción ordinaria (art. 101 del Código de Procedimiento Civil). Radicación No. 490).
(109) Presunción legal. La capacidad procesal, en cabeza de las personas que pueden
disponer de sus derechos constituye una presunción, en desarrollo del artículo 44 del C.P.C.,
y 1503 del C. C., por tanto puede representarse directamente, pero asimismo la ley civil
admite prueba en contrario y en consecuencia lo que hay que probar es la incapacidad.

(110) Representación constituida. La representación es constituida cuando es otorgada por


los constituyentes de la persona jurídica como las sociedades civiles o comerciales. Tal son
los representantes legales de dicha personas jurídicas, como los gerentes.

(111) Representación Dativa. Cuando un incapaz requiere del nombramiento de un


representante, para que lo represente en un proceso o cuando al incapaz se le otorga tutor o
curador para su representación general, estamos frente a una representación es dativa,
porque ha sido discernida por el juez y no por la ley. El discernimiento de las tutelas o
curatelas esta regulado en el artículo 463 del C.C.

(112) Agencia oficiosa procesal La figura de la agencia oficiosa está consagrada en el


artículo 2304 del C.C., y se define como un contrato por el cual el que administra sin
mandato los bienes de una persona, se obliga para con esta, y la obliga en ciertos casos. Por
la gestión del agente oficioso se generan las mismas obligaciones que se le imponen al
mandatario. Esta figura alcanza un desarrollo en el derecho procesal, y se denomina agencia
oficiosa procesal, para indicar que se podrá promover demanda a nombre de persona de
quien no se tenga poder o esta impedida para hacerlo. Ello en desarrollo del artículo 47 del
C.P.C. Lo primero que se debe establecer si corresponde su ubicación dentro de la estructura
del proceso, a una figura de la capacidad procesal, o por el contrario, a una sustitución en la
legitimación en la causa, que implique demostrar desde el inicio una aptitud indirecta para
esta. He de considerar que la agencia oficiosa procesal corresponde a la capacidad para ser
parte, pues la actuación del agente se centra en la alegación de los derechos en favor de un
tercero que se encuentra impedido para hacerlo, y aquel toma la vocería para tal
reclamación sin estar autorizado para ello. Es decir, no existe vínculo jurídico que le permita
tal actuación que para este caso es el mandato que le otorgue la representación como
apoderado. Sin embargo, la ley permite tal actuación, supeditada a que el un plazo el
agenciado procesal ratifique la actuación del agente. Y de no ser así, se produciría la
terminación del proceso. En cambio, en el caso de la aptitud indirecta para la legitimación
en causa, quien reclama para otro esta vinculado a este por un nexo jurídico, que puede ser
un crédito, y la reclamación que se le hace en su favor en contra su renuencia o renuncia de
su propio derecho, siendo así forzada la vinculación, lo que implica que debe ser demandado.

(113) Intervención del agente oficioso procesal. La intervención del agente oficioso procesal
se produce desde la demanda, pues está establecida en favor del demandante que no ejerce su
derecho de acción para proteger sus derechos, porque esta ausente o impedido. Para la
intervención el agente deberá hacer manifestación bajo juramento de la ausencia o el
impedimento del agenciado. Lo anterior implica la carga procesal para el agente de prestar
caución para responder por los perjuicios que su actuación genere al demandado, si la
agencia no es ratificada dentro de los dos meses siguientes. Es de llamar la atención sobre la
constitución de la agencia oficiosa procesal a favor de un ausente o impedido que necesita
presentar demanda, ante el riesgo de la perdida de sus derechos. ¿Pero sería posible utilizar
la figura para agencias a un ausente o impedido que ha sido demandado? La norma del
artículo 47 del C.P.C., solo se refiere al demandante, y desarrolla el procedimiento para esta
eventualidad. Sin embargo, me queda la sensación que ello podría ser violatorio del derecho
de igualdad, pues los ausentes o impedidos que fueren demandados quedan fuera del alcance
de la figura de la agencia oficiosa procesal. Imaginemos los secuestrados, los desplazados, o
los amenazados que han que tenido que salir del país. Sus derechos y bienes quedan
expuestos judicialmente a la libre actuación de los demandantes. Nótese que la normatividad
sustancial regulada en el artículo 2304 y s.s. del Código Civil no hace ningún tipo de
restricción en la constitución de la agencia oficiosa o de negocios. No justifico, entonces, la
limitación reglada por el Código de Procedimiento Civil.

(114) Facultades del agente oficioso procesal. Las facultades del agente oficioso procesal no
pueden buscarse en el Código de Procedimiento Civil, pues su artículo 47, no hace mención
alguna a ellas. Por tanto, la legislación aplicable sería la del Código Civil a partir del
artículo 2304. Sin embargo, esta normatividad no expresa las facultades que le se constituyen
para el agente oficioso, y la norma del artículo 2305 solo hace referencia a las obligaciones
del agente oficioso que corresponden a la de un mandatario. Por tanto, interpretando la
norma con el sistema jurídico del mandato se podría decir, que las facultades del agente
oficioso corresponderían a las del mandatario, sin que pueda reclamar facultades que
necesitan otorgamiento expreso. En lo que corresponde a las facultades procesales, se les
daría el mismo tratamiento, y en consecuencia, puede otorgar el poder al apoderado judicial
con las facultades inherentes a este, pero no podrá otorgar facultades al abogado que el
agente no tiene como las de recibir, sustituir, transigir, recibir, confesar, allanarse, etc, pues
estas son de expreso otorgamiento, y precisamente el agenciado no está para otorgarlas.
Ellas solamente podrían otorgarse por el agente oficioso cuando la agencia fuere ratificada
por el agenciado, y en dicha ratificación se otorgaran estas facultades.

(115) Derecho de postulación. Las partes en el proceso judicial deben estar representados
por apoderados judiciales, que en principio, deben ser abogados en ejercicio, en los términos
del artículo 63 del C.P.C. Sin embargo, cuando se trata partes que tienen la condición de
entes estatales, estos pueden estar representados por sus abogados de planta. Que lo deben
hacer a través del poder, general o especial que se les otorga la entidad. En todo proceso
quienes actúan como apoderados judiciales deben acreditar su condición de tales. En ningún
tipo de proceso puede exonerarse esta exigencia procesal. (CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de
Casación Civil. Sentencia del 3 de junio de 1999. Magistrado Ponente Dr. JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ).

(116) Poderes. La representación judicial para un asunto se otorga mediante el otorgamiento


de poderes, en los términos del artículo 65 del C.P.C. y corresponden al desarrollo de la
figura del mandato regulada a partir del artículo 2142 del C. C.

(117) Poderes generales. La representación judicial para varios procesos en general puede
ser otorgado mediante escritura pública, en la modalidad de mandato general consagrada en
el artículo 2156 del C.C., y ratificado por el artículo 65 del C. P. C.

(118) Poderes especiales. La representación judicial para un determinado proceso puede ser
de carácter especial. Y corresponde esta modalidad a la consagrada en el artículo 2156 del
C. C., y el artículo 65 del C. P. C.

(119) Memorial – escrito dirigido al Juez. Mediante escrito dirigido al juez puede otorgarse
el poder para cierto y determinado proceso. A este escrito debe hacerle presentación
personal, que según el artículo 65 del C.P.C., corresponde a la misma que se hace para la
demanda y que da cuenta el artículo 84 del C. P. C.. Es decir, que la presentación personal
puede hacerse ante Notario Público, ante el Secretario de cualquier despacho judicial, o ante
el Cónsul colombiano en el exterior. La presentación personal corresponde a la atestación
que coloca el Notario público o Secretario judicial, que el otorgante el poder se presentó
personalmente al despacho que cumple la gestión, se identificó, y que con su firma está
ratifica el contenido del escrito. Para el caso del otorgamiento del poder en el exterior, la
firma del Cónsul Colombiano deberá ser abonada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Si el poder es otorgado ante agentes consulares de país amigo, se presume que fue otorgado
conforme a la ley de dicho país, pero la firma de tales agentes consulares deberán ser
autenticados previamente por el funcionario competente de dicho país, y la de este, por el
cónsul colombiano, en los términos del artículo 259 del C.P.C. El poder se entiende otorgado
para todas las actuaciones judiciales, excepto para aquellas que la ley requiere manifestación
expresa del otorgante, como las de desistir, sustituir, transigir, recibir, confesar, etc.

(120) El Endoso en procuración. El endoso “en procuración” constituye una forma de


otorgamiento de mandato, para el ejercicio aun de las acciones judiciales, de los derechos
incorporados en un título valor, en los términos del artículo 658 del Código de Comercio.
Con esta forma de mandato el endosatario tendrá todas las facultades de un apoderado
judicial, aún las que requieren manifestación expresa. Sin embargo, la ley exceptúa de estas
facultades la de transferir el dominio del título.

(121) curaduría ad litem La curaduría ad litem es la representación judicial que otorga el


juez al demandado ausente del cual se desconoce su paradero. Quien ejerza la curaduría
debe ser un abogado litigante que representará al demandado ausente mientras este no se
apersone directamente del proceso.

(122) Intervención del curador ad litem. El curador ad litem deben estar presente en el
proceso desde el momento en que el demandado es emplazado y no comparece. No podrá
llevarse adelante actuación alguna, más que la de proceder a su nombramiento, citación,
posesión y notificación del auto admisorio de la demanda o del mandamiento de pago.

(123) Facultades del curador ad litem. El curador ad litem tiene las mismas facultades de un
apoderado judicial, pero no podrá tener las facultades especiales que solo puede otorgar la
parte, porque precisamente esta ausente. Si la parte representada por curador ad litem, que
debe ser el demandado, acude al proceso desplaza al curador ad litem y debe proceder a
nombrar su apoderado judicial. No hay obstáculo para que la parte otorgue poder al mismo
curador ad litem, pero se le debe reconocer personería como apoderado, porque la condición
de curador se pierde.
Sin embargo, debe anotarse que la jurisprudencia ha restringido la actuación del curador ad
litem como en caso de no poder presentar excepción de prescripción a favor del ausente.
Realmente este aspecto merece estudio, pues la ley no restringe dicha potestad. Y la
posibilidad de postular algún tipo de excepción por el apoderado no requiere poder especial
o facultad especial. Con el simple poder es suficiente. No vemos en principio la razón para
que por vía jurisprudencial se restrinja la posibilidad al curador ad litem de invocar esta
defensa a favor del ausente.

(124) Pluralidad de partes. El proceso judicial esta diseñado para que se desarrolle con la
presencia de los sujetos procesales en su más mínima expresión. Es decir un juez, un
demandante y un demandado. Sin embargo como lo vimos para el órgano jurisdiccional, la
función judicial puede ser ejercida simultáneamente y para un proceso por varios jueces a
quienes se les denomina magistrados. Para el caso de las partes sucede lo mismo, estas
pueden estar integradas por varios sujetos teniendo en consideración, por regla general, que
la relación sustancial que se debate en el proceso está integrada por varios sujetos, y todos
ellos deben hacer parte, también, de la relación procesal. Precisando que es variada la clase
de pluralidad de partes que depende de la cercanía de lo sujetos plurales con la relación
sustancial.

(125) Pluralidad de partes por coordinación. Esta pluralidad de partes se presenta cuando
en un extremo de la litis, en ambos, se presenta pluralidad de sujetos que actúan en un plano
de igualdad, a pesar de la independencia que tienen para la defensa de sus intereses. A este
plano de igualdad en que actúan los distintos sujetos de un extremo de la litis se les denomina
pluralidad por coordinación. Esta a su vez puede ser voluntaria o forzada.

(126) Pluralidad Voluntaria. Este tipo de pluralidad de partes procesales hace referencia a
que la relación de tipo sustancial esta integrada por varios sujetos en uno o ambos extremos,
pero cada uno es considerado independiente respecto de los demás. Para el caso de la
relación procesal, esta no les exige presencia en la causa de todos los integrantes, pero si lo
desean pueden unirse para proferir una sola decisión y desarrollar el principio de la
economía procesal. Es decir, su integración corresponde más a la voluntad de los litigantes.

(127) Litis consorcio voluntario. El litis consorcio corresponde a la llamada pluralidad de


sujetos en uno o ambos extremos de la litis, y este es voluntario primero porque depende de la
voluntad de los sujetos que se unen para litigar en una misma causa, sin que la ley les pueda
exigir su integración. Asimismo, la ley permite la integración de este tipo de litisconsorcio,
pero respecto de las relaciones con la contraparte son considerados litigantes separados y los
actos que redunden en beneficio o perjuicio para uno de los litigantes no favorecen ni
perjudican a los demás. La sentencia será una desde el punto de vista formal, pero a cada
litisconsorte voluntario debe resolvérsele su relación sustancial con la contraparte por
separado. Este tipo de litisconsorcio está regulado en el artículo 60 del C.P.C. Este
litisconsorcio es por coordinación por cuanto la actuación de los distintos litigantes no está
sometida a la actuación de otro, pero si persiguen un mismo fin.

(128) Pluralidad Forzada. La pluralidad de partes por coordinación también puede ser
forzada, porque ya no depende de la voluntad de los litigantes en su conformación, sino que
es la ley la que la impone o la relación jurídica sustancial la exige. Y sigue siendo esta
pluralidad de partes por coordinación porque cada uno de los distintos sujetos del extremo
procesal exigen una sentencia favorable frente a la contraparte. Este tipo de pluralidad puede
ser variada que procedemos a observar.

(129) Litisconsorcio necesario. El litisconsorcio necesario exige primero una integración,


por mandato de la ley o porque la relación jurídica la exija. Segundo, la situación litigiosa
debe resolverse de manera uniforme para todos los litigantes que integran un extremo de la
litis. Tercero, las actuaciones de cada litigante, integrante del litisconsorcio, favorecen a los
demás. Por tanto, esta pluralidad es por coordinación porque sus integrantes persiguen un fin
común, que es una sentencia a su favor, y ninguno de los litigantes esta sometido al otro. Este
tipo de listisconsorcio esta reglado en el artículo 51 del C.P.C.

(130) Llamamiento en garantía. Un extremo de la litis o ambos, puede ser estar integrado
por varios sujetos, y se llamará llamamiento en garantía, cuando una parte de la relación
sustancial se ha hecho responsable de los perjuicios que llegare a sufrir la otra parte, o
tuviere derecho a que ésta le reembolse lo pago total o parcial, por razones de una sentencia
condenatoria. La parte demandante o demandada podrá pedir la vinculación del garante al
proceso para que asuma la responsabilidad que legal o contractualmente le corresponde por
el actuar de su garantizado. Esta vinculación al proceso, del llamado en garantía, implica
que la sentencia resolverá sobre la relación sustancial entre llamante y llamado. Figura que
opera, por ejemplo, cuando una persona contrata un seguro de accidente por daño a terceros,
y el tomador del seguro causa daños y la víctima lo demanda para que pague la
indemnización correspondiente. El demandado, causante del daño, puede citar a la compañía
de seguros que lo garantizó, para que esta asuma la indemnización que le corresponde, por
razones del contrato de seguro. El llamamiento en garantía esta regulado en el artículo 57
del C.P.C.

(131) Denuncia del pleito. La denuncia del pleito corresponde a una figura de pluralidad de
partes procesales, que se integra cuando una parte de la relación procesal, tiene el derecho
legal de exigirle a un tercero que responda por lo que se le reclama en una demanda, o deba
reclamarle a un tercero. Tal es el caso del saneamiento por evicción o los vicios ocultos de la
cosa vendida, obligaciones consagradas en el artículo 1893 del C.C., y actuaciones
permitidas en el artículo 1899 del C.C. Por ejemplo: el vendedor garantiza que la cosa esta
libre de vicios legales (dominio y posesión pacífica de la cosa vendida), el comprador vende a
su vez la misma cosa, y esta resulta evicta. Este nuevo comprador demanda a su inmediato
vendedor para que salga al saneamiento de la cosa vendida, y este demandado a su vez puede
denunciarle el pleito a su anterior vendedor para que a su vez asuma la responsabilidad de la
evicción reclamada. En este caso, la parte demandada integrará con el denunciado una
pluralidad de parte. La relación con la contraparte de denunciante y denunciado se
considerará separada, pero denunciante y denunciado actuaran en coordinación para
derrotar la pretensión de evicción de la contraparte. Si el demandado (denunciante) perdiere
el proceso, en la misma sentencia se resolverá sobre la relación existente con el denunciado y
las indemnizaciones o restituciones que este debe asumir. Esta figura esta consagrada en el
artículo 54 del C.P.C.

(132) Llamamiento del poseedor. Esta figura permite la integración de una pluralidad de
parte, y se presenta cuando una persona es demandada, como poseedor de una cosa, y éste la
detenta materialmente no como poseedor sino a nombre de otro. En tal eventualidad, el
demandado como poseedor, sin serlo, puede pedir la citación del verdadero poseedor, para
que este asuma la defensa de sus derechos. Si el citado comparece al proceso y admite ser el
poseedor, desplaza al originalmente demandado quien queda por fuera del proceso y en tal
evento no se produce la pluralidad de la parte demandada. Pero si el citado no comparece o
si lo hace y niega la condición de poseedor que le enrostra el citante, el proceso continuará
con el citante y el citado, y la sentencia producirá efectos respecto de ambos. Esta figura
corresponde a la respuesta que el derecho procesal da al derecho sustancial, para el caso,
por ejemplo, de los artículos 953 y 954 del Código Civil, cuando se demanda una
reivindicación, en donde una dueño exige la restitución de la posesión por parte de quien
detenta materialmente la cosa, pero se desconoce que quien es demandado no es el verdadero
poseedor. Esta misma figura esta autorizada por el artículo 59 del C.P.C., para los casos de
la demanda que se instaura contra un mero tenedor y quien recibe la demanda alega no serlo
y que lo es un tercero.

(133) La sucesión procesal. La pluralidad de partes puede surgir después de trabada la


relación jurídica procesal, es decir, que inicialmente una de las partes litigaba directamente,
y por causa de la muerte o extinción de dicha parte, los herederos o causahabientes deben
reemplazarla en el proceso. Si estos son varios, la parte que inicialmente era única ahora se
convierte en plural, y debe opera la citación de los sucesores procesales. Esta figura esta
consagrada en el artículo 60 del C.P.C.

(134) Llamamiento ex – oficio. El proceso es una institución jurídica para resolver en


derecho las controversias sobre los derechos que reclaman las partes, y no es un mecanismo
para obtener sentencias con fraude a terceras personas. La ley procesal permite, en el
artículo 58 del C.P.C., la convocatoria al proceso de las personas que pudieren ser
perjudicadas con un fraude o una colusión, y en consecuencia, su citación implica una
pluralidad de partes.

(135) Pluralidad por subordinación. Este segundo tipo de pluralidad de partes, se distingue
de la pluralidad por coordinación, por cuanto su integración implica una supremacía de la
parte principal y una subordinación del interviniente frente a la parte principal.

(136) Coadyuvancia. La figura de la coadyuvancia está legislada en el artículo 52 del C.P.C.,


con la posibilidad de que un tercero al proceso intervenga en este para ayudar o apoyar la
actuación procesal de una de las partes. Lo que justifica su intervención es una relación
sustancial con la parte que pretende ayudar, sin que los efectos de la sentencia lo alcancen,
pero que si puede sufrir consecuencias colaterales de esta. Se presenta, por ejemplo, cuando
dueño instaura proceso reivindicatorio contra un poseedor, pero quien materialmente detenta
la cosa es un mero tenedor a nombre del poseedor. La sentencia, si es favorable al dueño,
ordenará la restitución de la posesión a éste, pero quien debe entregarla materialmente es el
mero tenedor del poseedor. En tal circunstancia, la intervención del mero tenedor la puede
hacer a titulo de coadyuvante del poseedor, pero no podrá entrar en contradicción con la
actuación procesal de la parte que esta ayudando y no podrá disponer del derecho en litigio,
pues el derecho de posesión no es suyo. Si el juez admite la intervención del coadyuvante, se
integra una pluralidad de sujetos entre coadyuvante y coadyuvado, pero esta será
subordinada y voluntaria, pues nada obliga al coadyuvante a intervenir.

(137) Tercería. Se denomina tercería a la intervención que hace en un proceso ya formado,


un sujeto que no es parte del mismo, bien para reclamar pretensiones procesales o para
activar actuaciones incidentales de las cuales reclama una consecuencia jurídica. Tales
intervenciones producen una pluralidad de partes, en la medida en que se amplia las
relaciones procesales, ya no simplemente frente a las dos partes originales sino, ahora, entre
otras partes.

(138) Intervención ad excludendum La intervención ad excludendum corresponde a la


intervención que hace al proceso, un tercero que involucra una nueva pretensión procesal,
independiente y distinta de la que se debatía inicialmente, pero ahora frente a las partes
originarias. De acuerdo con el artículo 53 del C.P.C., esta intervención implica la
formulación de una nueva demanda, pues sólo esta puede contener una pretensión procesal.
Esta intervención implica que las, ahora tres partes, se observan separadas con distintas
relaciones procesales frente a las dos pretensiones procesales ahora acumuladas. Para que
sea procedente esta intervención se hace necesario que el interviniente reclame para sí, la
cosa o el derecho litigioso que se debate en el proceso. Es decir, que la misma materia ahora
es reclama da por dos partes distintas. Este caso, es considerado una pluralidad de partes,
cuya intervención es voluntaria para los efectos de que en un mismo proceso y en una sola
sentencia se resuelva el mayor número de pretensiones procesales. Sin embargo, al tercero le
queda la opción de no intervenir en el proceso ya formado, y esperar el resultado del mismo
para luego demandar a quien resulte triunfante.
(139) Tercería incidental. Es posible que un tercero intervenga en un proceso ya formado,
pero no para reclamar la cosa o el derecho litigioso, sino para sacar bienes que el proceso
haya involucrado y que el tercero ejerce su posesión. Es de recordar que el proceso ni las
medidas cautelares puede utilizarse para despojar a terceros de bienes que poseen. En tales
circunstancias, la ley ha diseñado los incidentes de oposición a las diligencias de secuestro de
bienes o las oposiciones a las diligencias de entrega. Cuando el tercero incidental ingresa al
proceso deja de ser tercero y se convierte en parte incidental. Por tanto, su actuar crea una
relación jurídica procesal respecto de las partes principales, pero limitada al alcance de su
reclamación de exclusión de bienes, sin que le sea permitido ocupar el rol de las partes
principales. Este tipo de intervención genera una pluralidad de partes, pues ahora hay partes
principales y partes incidental que discuten con las principales aspectos tangenciales del
proceso. Este tipo de intervención esta permitida en los artículos 687 numeral 8, y 338 del
C.P.C.

(140) EL MINISTERIO PÚBLICO. El Ministerio Público corresponde al tercer tipo de


sujeto procesal que puede intervenir en un proceso. Los procesos civiles también pueden ser
intervenidos por el Ministerio Público por mandato de la ley. Pero tan intervención como
sujeto procesal, no puede ser confundida con la intervención que hace éste, en el ejercicio de
la función disciplinaria. No. La intervención a que se autoriza como sujeto procesal,
corresponde a la de asunción de la condición de parte, es decir, que es citado al proceso para
que asuma una posición concreta frente a la pretensión involucrada, la cual puede apoyar o
rechazar. Pero tal actitud solo la justifica la ley, en la protección del interés público, en los
términos del artículo 118 de la Constitución Política. Tal es el caso de los procesos de familia
en donde obliga a citar al defensor de familia, para la vigilancia de la reclamación
formulada.

(141) Regla general de intervención del Ministerio Público. La regla general en materia de
intervención del Ministerio Público en material civil, corresponde a que este interviene solo
en los casos en que expresamente determine la ley. Es de observar que el artículo 277
numeral 7., de la Constitución Política dispone la intervención del Ministerio Público en los
procesos y ante las autoridades judiciales, pero su intervención es discrecional, pues lo hace
cuando lo considere necesario en defensa del orden jurídico, del orden jurídico, del
patrimonio público, o de los derechos o garantías fundamentales. Sin embargo, el numeral
10, del artículo antes citado, le asigna como funciones al Ministerio Público las demás que le
determine la ley. En consecuencia, para el caso de los procesos civiles, el Código de
Procedimiento Civil no establece una intervención genérica del Ministerio Público en los
procesos civiles, y en consecuencia, ella estará regulada por normas especiales y para casos
especiales, por ejemplo: en el proceso agrario de ordena en el artículo 30 del Decreto 2303
de 1989, ordena la citación del procurador agrario.

(142) Oportunidad de intervención del Ministerio Público. La intervención del Ministerio


público como sujeto procesal, debe producirse desde el inicio del proceso. Una vez admitida
la demanda debe procederse a su citación y su rol lo cumple como una parte principal.

(143) Alcance de la intervención del Ministerio Público. Si el Ministerio Público cumple


funciones de defensor de incapaces, en los casos que determina la ley, en los términos del
artículo 43 del C.P.C., no hay la menor duda que su actividad corresponderá a la de una
parte principal, y en consecuencia, puede contestar la demanda, pedir pruebas, contradecir
las pedidas o aportadas por las otras partes, impugnar las decisiones judiciales a través de
los recursos, sin limitación alguna. (145) REQUISITOS OBJETIVOS. Uno de los aspectos
que ha presentado mayor discusión en el campo del derecho procesal es el relativo al objeto
del proceso. Toda vez que se asimila, objeto del proceso, al concepto de acción; de otro
lado, se confunde el objeto del proceso con el objeto de la pretensión, que genéricamente se
le ha denominado bien o derecho litigioso; y en otros casos se confunde con la forma que la
contiene: la demanda. El objeto del proceso entonces lo constituye la pretensión procesal
constituida por aquella reclamación que hace el demandante al demandado y frente al
Estado. Y corresponderá a su materia, pues es sobre esta que resolverá el juez en la
sentencia.

(144) LA PRETENSIÓN PROCESAL. a. Concepto: La pretensión procesal se define como


el acto de declaración de voluntad mediante el cual un sujeto activo se auto atribuye un
derecho reclamándole a la función jurisdiccional, la consecuencia jurídica de la norma que
consagra dicho derecho, frente a un sujeto determinado o determinable de la misma. Dicho
de otra forma, la pretensión procesal es la auto atribución de un derecho que hace el sujeto
activo, del cual reclama la consecuencia jurídica que las normas sustanciales consagran,
ante el juez y contra el sujeto pasivo de la misma. Diríamos que para el caso del
procedimiento ejecutivo, el acreedor se auto atribuye el derecho de acreencia, el cual le
permite reclamar el pago, señalando al deudor como el obligado a satisfacerla. b. Naturaleza
jurídica de la pretensión procesal. 1. La Pretensión procesal es una declaración de voluntad.
La pretensión procesal está constituida, en su naturaleza, por una manifestación inequívoca
de voluntad que el reclamante eleva ante el juez. Dicho por la doctrina procesal no es una
declaración de ciencia ni una declaración de sentimiento, porque ella no expresa lo que se
sabe o lo que se siente sino lo que se quiere. Tal querer o manifestación de voluntad del
reclamante se hace coincidir con el derecho sustancial, no porque, necesariamente, ello sea
así sino porque así lo considera el reclamante, y corresponderá al juez determinar si tal
querer o manifestación de voluntad coincide con el derecho sustancial reclamado. Para los
procedimientos ejecutivos, esa declaración de voluntad surge cuando el acreedor exige su
pago por la vía judicial. Esta actitud no deja la menor duda, que el acreedor esta invocando
una pretensión ejecutiva. Para el caso del proceso coactivo fiscal, la manifestación de
voluntad, se muestra cuando la administración, a través del funcionario recaudador, inicia
los trámites de cobro coactivo. Este aspecto es importante tenerlo en cuenta, pues esta
manifestación de voluntad va a jugar un papel fundamental cuando de interrupción de
prescripciones o de inoperancia de la caducidad se deba asumir posiciones, con efectos
jurídicos. 2. La Pretensión procesal no es un derecho, es un acto. De todo ello se deduce con
facilidad la tesis, muy importante, de que la pretensión es, en realidad, no un derecho, sino un
acto: algo que se hace, pero no que se tiene. Ello no quiere decir que el acto no suponga la
manifestación de un poder (a veces, incluso, de un deber atribuido a una persona, pero sí que
este poder es previo y distinto de la actividad por la que se pretende. Nada impide que el
objeto del proceso esté integrado por un simple acto, pues el acto no es sólo la pura mutación
de realidad que se agota en un instante, sino también el evento o situación final que produce;
y esta situación permanente, que engendra la pretensión como acto, es la que constituye,
según antes se vio, el objeto del proceso. La pretensión procesal no constituye un derecho por
sí sola. No podemos decir que existe un derecho de pretensión procesal independiente. Existe
un derecho de acción mediante el cual individuo acude al órgano jurisdiccional, pero esa
acción debe estar materializada en una reclamación especial que se concreta en la pretensión
procesal. La invocación de pago contra el demandado se deduce en el proceso ejecutivo
cuando se reclama al deudor su solución. El acto que realiza el acreedor, de exigencia de
pago ante el juez, lo ejecuta en ejercicio del derecho constitucional de acceso a la justicia y
procesalmente en el derecho de acción. 3. La pretensión procesal constituye la auto
atribución de un derecho. Es suficiente para darle contendido a la pretensión procesal que el
invocante se atribuya el derecho. No importando que este al final del proceso no se tenga.
Pues, si se exigiera desde el inicio del proceso, la prueba de la existencia del derecho no sería
necesaria, y por tanto el proceso mismo tampoco lo sería. Toda vez que el proceso judicial
verificara si tal auto atribución corresponde a la realidad o no. Por ello, le corresponderá al
invocante probar los supuestos fácticos en que fundan su derecho. Para el caso de
procedimiento ejecutivo, el acreedor se auto atribuye la titularidad de una obligación con
cargo a su deudor. Para la existencia del proceso simplemente se requiere que exista un
documento que recoge la obligación y que de acuerdo con ley ese documento presta mérito
ejecutivo. No importa que la obligación esté extinguida, prescrita, etc., de todas maneras el
proceso se adelantará y es posible que el demandante pierda el proceso. Pero este como tal
existió. 4. La pretensión se concreta con la reclamación de la consecuencia jurídica que la
norma sustancial consagra para el derecho auto atribuido. Cuando el demandante se auto
atribuye el derecho, ello implica que debe tener respaldo en el ordenamiento jurídico, es
decir, debe estar consagrado legalmente. Y tal consagración otorga una consecuencia
jurídica que es la que en últimas termina reclamando la pretensión procesal. Así por ejemplo:
un demandante reclama el divorcio. El divorcio corresponde a la consecuencia jurídica de
haber incurrido un cónyuge en una de las causales de divorcio. Otro ejemplo: un demandante
reclama la resolución del contrato celebrado con el demandado. La resolución del contrato es
la consecuencia jurídica del no cumplimiento del contrato. De tal manera, que la pretensión
se concreta y expresa en la reclamación de dicha consecuencia jurídica de la norma
sustancial que el demandante invoca para auto atribuirse el derecho. 5. La pretensión
procesal debe soportarse en una causa fáctica, jurídica, y probatoria. La pretensión procesal
no se limita exclusivamente a la reclamación de una consecuencia jurídica, sino que su
correcta y concreta formulación exige la presentación de los hechos que describen las normas
jurídicas que consagran dicha consecuencia, la invocación de dicha norma jurídica, y el
soporte probatorio del supuesto de hecho de la norma invocada. 6. La pretensión procesal
constituye el elemento definidor del concepto de función jurisdiccional. La pretensión
procesal constituye el elemento definidor del concepto de función jurisdiccional en la medida
en que a través de la decisión de pretensiones procesales es cuando el juez cumple con la
función de juzgar. Para el caso de los procedimientos ejecutivos, el juez cumple la función
jurisdiccional realizando las conductas tendientes a que el demandado cumpla con la
obligación contraída. Y si se presenta controversia en torno a la obligación decidir esta
mediante la llamada sentencia de excepciones. En los procedimientos coactivos fiscales, los
funcionarios recaudadores cumplirán con la función que les ha otorgado el artículo 116 de la
Carta, realizando las conductas para obtener la satisfacción de la obligación tributaria. De
otro lado, esta pretensión de satisfacción de la obligación tributaria, es la única que habilita
al funcionario de la administración para ejercer la función de cobro coactiva. Es decir, no
podrá utilizar otro tipo de pretensiones o reclamaciones para desplegar función coactiva. Ni
al amparo de esta, puede realizar actos que desborden el alcance del cobro coactivo. 7. La
pretensión procesal constituye el elemento definidor del proceso judicial y de su
procedimiento. La pretensión procesal es la única reclamación que puede generar un proceso
judicial y al cual se le debe aplicar un procedimiento, regularmente determinado por la ley.
No cualquier reclamación que se invoque a un juez puede generar un proceso judicial. Y la
reclamación no puede ser invocada de cualquier manera, sino que por el contrario, debe
cumplir con ciertos y determinados requisitos que impone la ley. El tipo de pretensión
procesal determinará el tipo de proceso a seguir. Así, una pretensión de divorcio generará un
proceso de divorcio. Una pretensión procesal de cobro compulsivo de un crédito generará un
proceso ejecutivo. Esta asignación de procesos para las pretensiones procesales la determina
la ley. Pero de ninguna manera, puede pretenderse que a través de un proceso de divorcio
que cobre una obligación ejecutivamente. 8. La pretensión procesal constituye el elemento
objetivo del proceso. La contienda judicial discutirá y debatirá esencialmente sobre una
materia, sobre un tema que le ha sido propuesto por la parte demandante. Tal materia la
constituye la pretensión procesal. Sobre la pretensión procesal se hará la asignación de la
jurisdicción, la competencia y la compatibilidad. Sobre esta se determinara el procedimiento
a seguir. La reclamación determinara los hechos a probar y permitirá establecer si las
pruebas pedidas o aportadas son superfluas o inconducentes. Asimismo, determinara la
normatividad sustancial aplicable al caso; el contenido de la sentencia, pues esta debe tener
congruencia con la pretensión procesal; los recursos a interponer, pues si la materia se
tramita en única instancia no tendrá recurso de apelación, y si la pretensión procesal no es de
las que la ley le tiene asignado recurso de casación, pues no podrá concederse este. En los
procedimientos ejecutivos, la pretensión de cobro compulsivo de una acreencia, será la
materia sobre la cual trabajará el juez. Es decir, las conductas que despliegue este, deberán
estar encaminadas a satisfacer el pago de la obligación reclamada. En principio, las iniciales
conductas se dirigen a paralizar bienes, y a dictar providencias impositivas de pago. Pero si
existiere una discusión sobre la existencia de la obligación o falta de requisitos para la
ejecución, el juez desplegará una conducta de conocimiento y resolverá la controversia a
través e una sentencia, llamada de excepciones. Es decir, la materia que inicialmente se
plantea en un proceso ejecutivo es indiscutida e insatisfecha, por razones de la indiscución el
juez asume una conducta coercitiva. Cuando la pretensión procesal adquiere la condición de
discutida, el juez asume una condición de solucionador del conflicto a través de una
sentencia. Pero en los dos casos, la materia seguirá siendo la reclamación de satisfacción de
la obligación que se dice insoluta. Se podría decir que las excepciones de fondo podrían
ampliar el tema decidendum dentro de los procesos ejecutivos. Pero el asunto esta resuelto
doctrinariamente, pues las excepciones de fondo no hacen más que denunciar la ausencia de
elementos estructurales de la pretensión invocada, que en caso de demostrarse lo denunciado
lo que pierde es actualidad la pretensión y la sentencia termina siendo absolutoria. Un
ejemplo ayudaría: En un procedimiento de cobro coactivo le alegan, al funcionario
recaudador, que la obligación esta extinguida por pago, y esto se prueba, lo que ha sucedido
es que la pretensión inicialmente invocada pierde su actualidad y debe ser despachada
desfavorablemente. Dicho de otra manera, la obligación que reclamó la administración ya
estaba extinguida, y como no existía ésta no debió librarse mandamiento de pago porque no
existía obligación calar expresa y exigible. 9. La pretensión procesal delimita la congruencia
de la sentencia. La ley procesal colombiana establece que las sentencias deben ser
congruentes con las pretensiones procesales formuladas en la demanda, los hechos y su
prueba; así como con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así
lo exige la ley. Quiere decir lo anterior que para que una sentencia sea congruente debe
contener un pronunciamiento expreso sobre lo reclamado, con excepción a que las
pretensiones procesales hayan sido postuladas como principales y como subsidiarias, en tal
evento, el pronunciamiento sobre las subsidiarias sólo se producirá si las principales no son
actuadas. Por tanto, una sentencia será incongruente si se resuelve exclusivamente sobre las
pretensiones procesales principales cuando estas no han sido actuadas por el juez. La
sentencia, en tal evento será incompleta y no cumple con los requisitos exigidos por el Código
de Procedimiento Civil en su artículo 305. En los procesos ejecutivos, inicialmente la
congruencia se refiere al actuar al juez, pues la imposición de la coerción contra el deudor, a
través del mandamiento de pago, debe tener estrecha relación con la obligación reclamada y
el título ejecutivo que la soporta. Y dijimos que inicialmente, pues como sabemos el diseño de
los procesos ejecutivos, es de ejecución pura y no de conocimiento. Pero que después por
presencia de la excepciones de fondo el proceso ejecutivo se puede mutar en uno de
conocimiento, y allí la sentencia tendría que se congruente con las pretensiones y con las
excepciones. El decir, el contenido de la sentencia debe referirse a lo alegado por la partes y
a las materias que le son propias.

(145) Unidad de la pretensión. Para una mejor comprensión del estudio de la pretensión
procesal, este debe ser abordado en la expresión más simple, su unidad. Para luego abordar
el tema de la pluralidad de pretensiones.

(146) Requisitos de la pretensión procesal. La pretensión procesal esta compuesta por una
serie de elementos, que con su reunión determinan el contenido sustancial de la figura: son
los conocidos como elementos sujetivos, objetivos y de actividad.

(147) Requisitos subjetivos de la pretensión procesal. La pretensión procesal como cualquier


figura jurídica requiere la presencia de sujetos. Es decir, la pretensión procesal no existe por
sí sola, sino que requiere para su existencia que una persona la invoque (sujeto activo), de un
sujeto encargado de satisfacerla (el juez) y de un sujeto frente a quien se reclama (sujeto
pasivo). Cada uno de los sujetos de la pretensión procesal cumplen roles distintos, pero de
ninguna manera podrá decirse que existe pretensión procesal cuando cualquiera de los
distintos sujetos absorbe el de los otros dos. En tal evento, podríamos estar frente a otra
figura de reconocimiento jurídico pero no una pretensión procesal. Por ejemplo, la
autocomposición, la autotutela, la heterocomposición, la heterotutela, etc.. Quiere decir lo
anterior, que cuando las partes que controvierten manejan la solución de dicha controversia,
no estamos frente a una pretensión procesal, pues esta debe ser invocada ante un tercero
independiente que hará de resolver sobre aquella, y ese tercero no puede ser otro que el
titular de la jurisdicción que no es otro que el Juez.

(148) El órgano jurisdiccional. El órgano jurisdiccional es el sujeto destinatario de la


pretensión procesal que invoca el demandante. La pretensión procesal, que de común, la
contiene una demanda, debe ser recibida por el órgano jurisdiccional y ella debe ser
asignada a la rama o especialidad de la jurisdicción que ha de conocer de la misma, y a
quien le corresponder atender la satisfacción de la pretensión procesal. Esto es, la pretensión
procesal también determinará la competencia del órgano jurisdiccional por todos los
factores: objetiva, territorial, funcional, etc. Lo anterior nos permite afirmar que sólo la
invocación de una pretensión procesal es lo que justifica el ejercicio de la función
jurisdiccional. Definida esta como la actividad ejercida por los jueces para la satisfacción de
pretensiones procesales. Asimismo, No podría afirmarse, que cuando el juez esta frente a otro
tipo de reclamaciones que no constituyen pretensión procesal, está ejerciendo la función
jurisdiccional, por ejemplo, cuando atiende una petición de tipo administrativo para el
funcionamiento de la oficina pública (Juzgado) que está bajo su cuidado.

(149) Las partes de la pretensión procesal. La pretensión procesal exige la presencia de


partes que han de discutir frente a ella. El sujeto activo de la pretensión procesal será quien
invoca ante el juez la reclamación de la satisfacción de sus pretensiones. Esta condición sólo
la puede adquirir quien ha involucrado una pretensión contra otro sujeto. El sujeto pasivo de
la pretensión procesal lo será a quien se le enrostra la reclamación. No pueden obtener tal
condición sino aquellos a los cuales se les deduce la pretensión procesal. Tanto los sujetos
activos como pasivos deberán reunir determinadas condiciones para concluir que contra
ellos se ha invocado concretamente una pretensión procesal:

(150) Determinación e individualización de los sujetos de la pretensión procesal. Los sujetos


de la pretensión procesal, tanto el que la involucra como el que la ha de soportar deben estar
forzosamente determinados e individualizados y esta se obtiene a través de su identidad. Este
aspecto, para su estudio, permite un desdoblamiento en su tratamiento ya que puede ser
diferente respecto del sujeto activo que del sujeto pasivo.

(151) El sujeto activo. El sujeto activo de la pretensión procesal debe estar determinado e
individualizado, pues se hace necesario establecer con precisión quien reclama la pretensión
procesal. No sería de recibo que tal invocación se hiciera por personas con algún grado de
indeterminación o por sujetos anónimos o desconocidos.
La auto atribución del derecho, formulada en la demanda, no permite que esta se presente
por desconocidos. Para poder concluir que si al pretendiente le asiste el derecho se tendrá
que establecer plenamente su existencia y su identidad. El derecho por sí solo no puede existir
sin un titular que lo ejerza. Podríamos decir, que si no existe titular de un derecho no existe el
derecho mismo, y ello haría imposible la consecuencia jurídica reclamada. Por tanto, la
figura de personas desconocidas o indeterminadas no es de recibo para el sujeto activo de la
relación procesal.

(152) El sujeto pasivo. El sujeto pasivo de la pretensión procesal debe ser determinado, y tal
determinación estará dada por la norma sustancial que consagra la consecuencia jurídica
reclamada y los hechos que se alega corresponden al supuesto de hecho de dicha norma.
Asimismo, cuando no pueda lograse tal determinación inicial, dicho sujeto debe ser
determinable. En principio todo demandado en un proceso debe estar determinado e
individualizado e identificado. Sin embargo, por circunstancias de hecho el sujeto a
demandar puede desaparecer, porque ha dejado de ser persona, esto es ha muerto físicamente
y se hace necesario llamar a quienes han de sucederlo, presentado algún tipo de dificultad su
individualización y su determinación. Sin embargo el artículo 1434 del Código Civil
determina que las deudas del difunto son de sus herederos, pero serán demandados en su
condición de herederos y en principio solo se puede embargar los bienes que integran la
masa herencial y no los bienes propios del heredero. Las normas procesales han permitido las
demandas contra las llamadas personas indeterminadas siendo aquellas de las que se
desconoce su identidad y no es posible individualizarlas. La duda frente a estas personas
radica en su propia existencia física, y aún más, si el derecho que se les atribuye realmente
existe o no. Por ello, una indeterminación absoluta del sujeto pasivo contra el que se reclama
la pretensión procesal podría hacer pensar que el mismo derecho reclamado no existe.
Involucrar una pretensión procesal contra un sujeto pasivo del que se ignora su existencia o
del que se ignora si el derecho reclamado en la pretensión procesal existe o no, es tanto como
demandar a nadie. De tal manera, que no podría existir pretensión procesal por la falta de
sujeto pasivo a quien se le reclama la pretensión. Y si no existe el sujeto, podría no existir el
derecho reclamado y de ahí la no configuración de una pretensión procesal.

(153) Demandados ausentes. La legislación procesal permite invocar pretensiones


procesales contra personas conocidas e individualizadas que se encuentran ausentes o se
desconoce su paradero. En tales eventos, existe una especie de colisión entre dos derechos
fundamentales, de un lado el libre acceso a la justicia del sujeto activo de la pretensión
procesal y de otro el derecho de defensa del ausente. Sin embargo, es de anotarse que frente
al ausente hay una determinación e individualización del sujeto pasivo de la pretensión
procesal, solo que no esta presente para que conozca de la pretensión procesal que en su
contra se ha instaurado. Si la ley procesal no permitiera que se instauraran pretensiones
procesales contra los ausentes, esto implicaría que el derecho al libre acceso a la justicia
quedaría menguado y de paso que las reclamaciones procesales quedarían sin posibilidades
de resolverse. Para ello, la ley procesal ha permitido tales reclamaciones, y como puede
verse afectado el derecho de defensa de los sujetos pasivos de la pretensión procesal, se ha
ideado la figura del juzgamiento en contumacia o en ausencia, y que en el proceso penal se
ha denominado reo ausente, lo cual implica realizar una serie de actos procesales a fin de
noticiarle, por cualquier medio, la invocación procesal del sujeto activo de la pretensión.
Entre tales actos procesales se encuentran los emplazamientos mediante edictos fijados en
lugares públicos o en la secretaría de un despacho judicial, la circulación de dicho edicto en
la prensa escrita o su difusión por radiodifusoras. En tales edictos se fijan unos plazos,
previamente regulados por la ley, para que el ausente comparezca a recibir la notificación de
la providencia que abre el proceso judicial en su contra. De otro lado, una vez vencidos los
plazos sin que el ausente se haya notificado, y a fin de garantizar la imparcialidad de su
juzgamiento, se le nombra un curador ad litem (que debe ser abogado en ejercicio) para que
conduzca la defensa del ausente y a quien le corresponde velar por el cumplimiento de la
legalidad y el respeto de los derechos fundamentales de éste. Es de anotarse, que el curador
ad litem constituye una representación técnica del ausente, que le confiere la ley, y cuyo
nombramiento corresponde al juez de la causa. Por tanto, dicho curador no puede realizar
más actos procesales que aquellos que le corresponden a cualquier abogado en defensa de su
poderdante. Sin embargo, este curador no podrá alegar que ha sido autorizado más allá de
la defensa técnica. Ni que se le han entregado facultades que sólo puede entregar un
poderdante como por ejemplo: las de desistir, sustituir, transigir, recibir, confesar, etc.

Por tanto, el curador ad litem debe desplegar una conducta diligente a favor del ausente,
como contestando la demanda y postulando las resistencias procesales que le pudieren
favorecer. De otro lado, la ley procesal no permite que al ausente se le impongan sanciones
por su no asistencia a la realización de actos en donde, normalmente, deben estar presentes
las partes. Y también confiere la consulta de la decisión, ante el juez inmediatamente
superior del que la dictó, para que efectúe una nueva revisión del asunto, controlando
especialmente su legalidad, trámite sin el cual no es posible ejecutar la sentencia. Respecto
del sujeto activo de la pretensión procesal, este queda con la carga de probar los supuestos
fácticos de su pretensión y cumplir con todos los elementos que la integran a fin de que esta
sea exitosa. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX SECUESTRADOS.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

(154) Herederos. Cuando una pretensión procesal debe ser reclamada contra una persona,
pero esta ha fallecido, es decir ha dejado de ser sujeto para el derecho, la ley procesal
permite que tal pretensión se invoque contra los herederos. Sin embargo, la praxis permite
una serie de vicisitudes, en que se encuentran involucrados aspectos de derecho sustancial y
procesal, y que en cada caso se hace necesario un análisis detallado, con el fin de que la
pretensión procesal no fracase por una indebida integración del contradictorio. Creo
entonces que se debe partir de unos postulados básicos de derecho sustancial a fin de no
incurrir, por el camino, en imprecisiones que nos conducirían a soluciones incorrectas. Por
ello debemos tener en cuenta: a) que para ser heredero se requiere tener por lo menos dos
condiciones: vocación hereditaria y haber aceptado la herencia; b) que todo difunto tiene un
heredero conocido: El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el cual puede ser
desplazado por otras personas con vocación de mejor derecho, según los órdenes
sucesorales establecidos por la ley sustancial; c) que el heredero es titular de una
universalidad de bienes constituida por la masa herencial; d) que la herencia es una masa de
bienes y por tanto no es una persona. Masa de bienes que tampoco se puede personificar, lo
cual descarta cualquier posibilidad de hablar de representación de la herencia por que los
bienes no se representan; e) que el tratamiento procesal es variado, según se trate de una
herencia cuyo proceso de sucesión se haya iniciado o no. En tales condiciones iniciaremos el
estudio de la casuística: a) Demandas contra herederos cuyo proceso de sucesión no se ha
iniciado. El artículo 81 del Código de Procedimiento Civil exige que para que esta demanda
pueda ser instaurada se requiere: a) Que se trate de un proceso de conocimiento, b) que se
ignore quienes son las personas que pueden tener la condición de herederos. En tales
condiciones la demanda se debe dirigir "indeterminadamente" contra quienes pudieren tener
dicha calidad. Hasta aquí ya existen dos imprecisiones: primera, que se dice que se ignora
quienes tienen la condición de herederos y aquí todavía no podemos hablar de tales, sino de
posible vocación hereditaria, y segunda, que se habla de dirigir la demanda
"indeterminadamente" contra todos los que tengan dicha calidad. La expresión
"indeterminadamente" es infortunada, pues se ha entendido que se trata de una demanda
contra "herederos indeterminados" y realmente ello no es así. La demanda se dirigirá contra
los herederos desconocidos del difunto. Ya que no es lo mismo la indeterminación que el
desconocimiento. Lo indeterminado no es posible conocerlo, mientras que lo desconocido
puede en cualquier momento conocerse. De otro lado, el inciso primero de dicho artículo 81,
dispone que el auto admisorio de la demanda ordenará emplazarlos, esto es, a quienes se
desconoce su vocación y se encuentran ausentes. Pues, no podríamos aceptar
académicamente que se esta emplazando a una indeterminación que no puede alcanzar, en
ningún caso, determinación. A los determinados y presentes quienes han resultado
demandados, se notificarán personalmente el auto admisorio de la demanda y dentro del
plazo para contestar (dentro del proceso de conocimiento) o para proponer excepciones
(dentro del proceso ejecutivo) deberán repudiar la herencia, a fin de desvincularse del
proceso, o en caso contrario, se entenderá que para efectos procesales la aceptan. Nótese
que aquí se incluye la posibilidad de dichas demandas contra quienes tengan vocación
hereditaria para procesos de ejecución, pues en el inciso segundo se hace expresa referencia
a los ejecutados, mandamiento de pago, término para excepcionar. Cuando la norma desde
el comienzo estaba exigiendo que se tratara de un proceso de conocimiento. Con la pésima
redacción de la norma y apoyados en criterios académicos debemos concluir que las
demandas contra herederos conocidos y desconocidos es posible tanto en procesos de
conocimiento como ejecutivos. Asimismo es procedente la demanda tanto ejecutiva como de
conocimiento cuando no existan herederos conocidos, en tal caso se emplazara a quienes
pudieren tener vocación hereditaria para suceder al difunto. Nótese que aquí existe un grado
de determinación y es el nombre del causante, porque en últimas es a quienes tengan la
vocación hereditaria, a quienes se está llamando por el emplazamiento. b. Demandas contra
herederos cuyo proceso de sucesión se ha iniciado. Para este caso, la norma procesal del
inciso tercero del artículo 81 del Código de Procedimiento Civil, permite que se instauren
procesos ejecutivos o de conocimiento mediante la demanda contra herederos "reconocidos e
indeterminados o sólo contra estos si no existen aquellos". Es de anotarse, que no solamente
quienes tengan la vocación hereditaria pueden iniciar el proceso de sucesión, pues también
lo pueden hacer el acreedor, el albacea y el cónyuge cuando se pretenda liquidar la sociedad
conyugal o cuando el cónyuge invoque la porción conyugal, por ejemplo. En tales
condiciones la demanda se puede dirigir "únicamente contra herederos indeterminados
cuando no existan herederos reconocidos". Sin embargo, se ha dicho que no es posible tal
demanda únicamente contra herederos indeterminados, y que se hace necesario que el
acreedor demande la sucesión, y si no comparecen los llamados a recoger la herencia que
han sido emplazados, debe obtenerse la declaratoria de la herencia yacente, para que al
curador se le notifique el mandamiento de pago, siguiéndose que la demanda ejecutiva debe
ser instaurada contra alguien en concreto (que para este caso lo sería el curador de herencia
yacente y los herederos indeterminados". Lo grave de estas distintas posiciones, no es el
debate académico, sino que ellas se han asumidas por la jurisprudencia. Conduciendo a un
estado de confusión jurídica en donde el éxito de la pretensión procesal no va a depender de
la prueba de sus supuestos fácticos ni del soporte jurídico, sino de la teoría que en materia
de procedimiento adopte el juzgador. En los asuntos en que se ha permitido la demanda
únicamente contra las personas desconocidas y llamadas a recoger la herencia, los
acreedores han podido hacer efectiva su acreencia con el patrimonio de la masa de bienes
que integra la sucesión. Pero en los casos en que ello no se ha permitido, los procesos que
inicialmente libraron el mandamiento de pago han terminado con la nulidad de todo el
procedimiento, exigiéndole al acreedor que instaure, primero, la demanda de sucesión y el
proceso lo adelante hasta obtener el nombramiento del curador de la herencia yacente, para
luego poder instaurar el proceso de ejecución. Y cuando ello haya ocurrido su crédito muy
posiblemente ha prescrito. Creo que la posición de la jurisprudencia que exige la
declaratoria de herencia yacente, para que el acreedor pueda instaurar su proceso ejecutivo
es equivocada por varias razones: a) Se esta haciendo una exigencia de tipo procedimental
que la norma procesal no exige. b) Se esta entorpeciendo el ejercicio del derecho
fundamental de acceso a la justicia para el acreedor. c) Su acreencia ha caído en desgracia
por la muerte del deudor, toda vez que le esta corriendo un término de prescripción que no
puede suspender con la invocación de su pretensión procesal ejecutiva, sino que ahora esta
sometida al trámite de una sucesión, que él puede no estar interesado en demandar y que la
ley no le impone dicha carga. Si bien la norma procesal necesita urgentemente una revisión,
mientras tanto debe la jurisprudencia permitir que los acreedores recauden sus acreencias,
sin todas estas trabas jurisprudenciales. El profesor Eduardo García Sarmiento emitió sobre
este punto un concepto en donde precisó que para el proceso ejecutivo no era indispensable
la presencia del ejecutado siendo lo importante es el patrimonio del deudor. Otros como el
profesor Edgardo Villamil Portilla dice que se podría llegar a nefastas contradicciones, por
ejemplo: permitir adelantar el proceso de conocimiento únicamente contra herederos
desconocidos ("indeterminados") y cuando se deba instaurar el proceso ejecutivo, para la
ejecución de la sentencia, se requeriría la demanda, por el acreedor, del proceso de sucesión
para obtener el nombramiento del curador de la herencia yacente, y que tal proceder esta
haciendo nugatorio el derecho del acreedor.

(155) demandados desconocidos. “Indeterminados”. Las personas indeterminadas son


aquellas de las que se desconoce su identidad y no es posible individualizarlas. La duda
frente a estas personas radica aún en su propia existencia física, y si el derecho que se les
atribuye realmente existe o no. Por ello, una indeterminación absoluta del sujeto pasivo
contra el que se reclama la pretensión procesal podría hacer pensar que el mismo derecho
reclamado no existe. Involucrar una pretensión procesal contra un sujeto pasivo del que se
ignora su existencia o del que se ignora si el derecho reclamado en la pretensión procesal
existe o no, es tanto como demandar a nadie. De tal manera, que no podría existir pretensión
procesal por la falta de sujeto pasivo a quien se le reclama la pretensión. Si no existe el
sujeto, no existe el derecho reclamado, y de ahí la no configuración de una pretensión
procesal. Sin embargo, nuestra legislación procesal civil ha permitido que los procesos de
pertenencia se adelanten contra las llamadas “personas indeterminadas” y que en términos
del artículo 407 del C.P.C., las ha definido como: las personas que se crean con derechos
sobre el bien materia de la pertenencia. Esto es, no se sabe si estas personas o los derechos
existen o no. Como lo advertimos, pueden existir personas sin derechos, pero no derechos sin
personas que los puedan ejercer. Para el caso ante mencionado, no puede confundirse la
posibilidad de citar además a las personas que se crean con algún derecho sobre el bien
materia de la pertenencia, con que el proceso pueda adelantarse sólo contra estas. Es decir,
un proceso de este tipo debe demandarse contra los titulares de derechos reales y contra “los
indeterminados”, pero nunca contra estos exclusivamente. Las razones son variadas:
primero, si existe un derecho de dominio que se extinguió por prescripción extintiva y otro lo
adquirió por prescripción adquisitiva es porque existen los titulares del derecho de dominio y
estos deben estar determinados. Pues no podríamos afirmar que existe un derecho de
dominio, pero que no se sabe si ha existido o no su titular. Y precisamente sobre ese derecho
de dominio se está reclamando la pertenencia. Muy a pesar de lo anterior, nuestra Corte
Constitucional, en un fallo de exequibilidad que todavía no entendemos, declaró exequible la
parte de la norma del artículo 407 numeral 5º., del C.P.C., en donde permite que al proceso
de pertenencia se allegue un certificado del registrador en donde no aparece ninguna
persona como titular del derecho de dominio que se prescribe. En tales condiciones, si no se
sabe cual es el titular de un derecho de dominio que se dice prescribió, ¿cómo podemos decir
que este existía? Es decir, se autorizó a demandar procesos de pertenencia solamente contra
los que se crean con derechos sobre el bien materia de la pertenencia, con lo cual podremos
afirmar que este es el único caso en el mundo en donde se puede adelantar un proceso contra
nadie. Y es más, declarar prescrito un derecho de dominio que no se sabe si realmente existía
o no. Creo que para corregir tan magno error, los jueces deberán exigir (porque así lo
dispuso la sentencia C-383/2000) por otros medios probatorios, que se demuestre la
existencia del derecho real de dominio que se extingue y que ahora se alega su adquisición.
Desde luego que pasando por encima de la norma del artículo 759 de Código Civil en donde
se dispone que los títulos traslaticios de dominio no darán o transferirán la posesión efectiva
del respectivo derecho mientras no se haya verificado el registro. Y a pesar de la norma se
llegará a las extrañas conclusiones como estas: que un sujeto puede reputarse dueño de un
inmueble así no aparezca inscrito en el registro, y que se ha demandado a un titular de un
derecho real que no aparece registrado. En cuanto al proceso penal no podríamos pensar
que pudiere formularse acusación contra personas desconocidas o indeterminadas. El nuevo
Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004) exige en el artículo 337 como contenido
de la acusación la individualización concreta de quienes son acusados. En cuanto al proceso
contencioso administrativo el sujeto pasivo de la pretensión procesal debe estar determinado.
Presenta alguna dificultad la configuración de la pretensión procesal dentro del proceso
constitucional denominado "acción de inconstitucionalidad", toda vez que sería muy difícil
establecer cuál es el sujeto pasivo de dicha pretensión procesal, porque en tal actuación no
dirigimos la demanda contra nadie en concreto. Podríamos pensar que tal actuación no es
verdaderamente un proceso sino una actuación jurisdiccional sin partes en sentido estricto.

(156) Aptitud para la legitimación en causa. Es de anotarse, que se está confundiendo la


legitimación en causa con la necesidad de aportar ciertos documentos al proceso, que en
principio determinan un primer elemento de la legitimación en causa, pero sin que esta
prueba por sí sola alcance su determinación. Tal es el caso de afirmar que los sujetos
legitimados en causa para un proceso de divorcio son los cónyuges casados entre sí. La
anterior afirmación es incompleta ya que el sujeto legitimado para demandar un proceso de
divorcio es el cónyuge inocente y el legitimado para contradecirla será el cónyuge culpable.
De tal manera, que aún cuando se tenga la condición de cónyuge, ello por sí solo no
completa la legitimación para hacer exitoso el divorcio. De otro lado, si un cónyuge
demandara el divorcio basado en una causal que él mismo dio lugar, no puede pensarse que
porque tenía la condición de cónyuge quedó probada la legitimación en causa y su
pretensión procesal debe ser exitosa. Este deberá probar que es el cónyuge inocente y su
demandado es el cónyuge culpable. Las pruebas que en ciertas ocasiones nos exige la ley
para invocar pretensiones procesales, no constituyen la prueba de la legitimación en la
causa frente a la pretensión alegada. Estas pruebas nos acercan a la legitimación en causa a
través de lo que hemos denominado la aptitud para ser legitimado en causa. En el ejemplo
anterior el cónyuge tiene aptitud para reclamar la pretensión procesal de divorcio frente al
otro cónyuge con quien esta casado. Quiere decir lo anterior, que lo máximo que puede
exigir la ley a los sujetos del proceso, en principio, es la aptitud para ser legitimados en
causa, pero no la prueba de la legitimación misma. Y cuando la aptitud debe ser probada
desde el inicio esta será estudiada preliminarmente, pudiendo el juez inadmitir la demanda y
es causal de excepción previa. Mientras que la legitimación en causa será objeto de análisis
en la sentencia, porque es allí en donde debe aparecer probada. Si la ley exigiera la prueba
de la legitimación en causa, como requisito para invocar la pretensión procesal, sería
innecesario el proceso mismo. Veamos otros ejemplos que nos pueden dar mayor claridad. Se
dice que quien puede demandar un proceso ejecutivo es el titular de un crédito contra su
obligado. Decimos entonces, que la ley exige para la iniciación del proceso que se presente
con la demanda ejecutiva un título ejecutivo. En tal evento, la ley no nos esta exigiendo la
prueba de la obligación, lo que nos está exigiendo es que se aporte un documento en donde,
prima facie, se demuestre la aptitud del demandante para poder reclamar la pretensión
procesal ejecutiva frente a un sujeto determinado. Pero de todas maneras, la prueba de la
legitimación en causa se deducirá en el proceso respectivo y de ella se resolverá en la
sentencia. Porque si el ejecutado propone la excepción de pago y prospera, lo que sucedió es
que la obligación se extinguió por el pago, y en consecuencia el derecho de crédito auto
atribuido no existe, por tanto, no había legitimación en la causa para que el demandante
reclamare su pago. Sobre el supuesto del anterior ejemplo podríamos hacer otra reflexión.
Supongamos que el ejecutado no propone excepciones de fondo contra el mandamiento de
pago que esta sustentado en el título que fue aportado al proceso. En tal evento, lo que ha
sucedido es que el silencio del ejecutado tiene los efectos de allanamiento produciéndose la
confesión y esta sería la prueba de la legitimación en causa. Es tanto como decir, el
ejecutado confesó, que la obligación si existe y que el demandante es el acreedor y que el
demandado es el deudor. Lo anterior para concluir diciendo que la legitimación en causa no
es un debate previo para admitir a trámite el proceso sino que es materia de debate en la
sentencia. Sin embargo, han existido pronunciamientos jurisprudenciales en donde se ha
confundido la aptitud para reclamar con requisitos de índole procesal como es la capacidad
para ser parte. Veamos:"... Algo más, la ausencia de prueba de la calidad de cónyuge
sobreviviente, ha precisado repetidas veces la Corte, no genera ausencia de legitimación en
causa, cual lo dice la acusación, sino carencia del presupuesto procesal de capacidad para
ser parte, por cuanto ello es aspecto propio de la relación procesal. En efecto, así lo sostuvo
la Corte en sentencia del 31 de mayo de 1991. Es de anotarse, que en algunos casos la ley no
exige la prueba de la aptitud de la legitimación en la causa, porque su prueba tiene que ver
con el contenido de la misma legitimación, en tales eventos le corresponde a quien reclama
la pretensión procesal invocar tal aptitud. Ejemplo: la persona legitimada en causa para
ganar un bien por prescripción adquisitiva es el poseedor que ha prescrito. Pero la ley no
exige prueba anticipada de la posesión, porque ella puede ser el contenido de la legitimación
en causa. Se le exige únicamente su invocación. De otro lado, la aptitud para la legitimación
en la causa admite un desdoblamiento para precisar los alcances que puede tener, respecto
de los casos regulados por la ley. Tal desdoblamiento hace referencia a la aptitud directa e
indirecta, observadas en los dos extremos de la litis: activa y pasiva, que pasamos a
examinar.

(157) Aptitud directa. La aptitud directa hace referencia a quién puede reclamar contra el
demandado la consecuencia jurídica de la norma sustancial invocada. Quien invoca la
pretensión procesal debe tener una relación jurídica directa con la situación fáctica a invocar.
De ahí surge la auto atribución del derecho que hace el demandante. Ese derecho ahora auto
atribuido es lo que le permite reclamar la consecuencia jurídica. La relación directa
corresponde a que solamente su titular puede reclamar sus derechos, y solamente el
reclamado puede defenderse de lo que se le reclama.
(158) Prueba. En muchos casos es la ley la que indica cual prueba debe aportarse desde el
inicio del proceso para considerarse a un sujeto que invoca la pretensión procesal como apto
para ser legitimado en su reclamación, o para soportarla. Tal es el caso de exigir la prueba
del matrimonio para iniciar cualquiera de los procesos matrimoniales. Con este documento
se está probando tanto la aptitud tanto activa como pasiva, pues la discusión será entre
esposos casados entre sí.

(159) Aptitud activa. La aptitud activa se predica de la parte demandante, quien invoca en su
demanda la consecuencia jurídica. Pero este demandante debe encontrase en una posición
jurídica adecuada que le permite reclamar a su favor dicha consecuencia jurídica que la
norma sustancial consagra. Tal posición jurídica corresponde al vínculo legal o contractual
que lo une a su contraparte. Tal es el ejemplo que quien demanda la resolución del contrato
celebrado con su demandado. La aptitud activa va a exigir que quien reclame la de
resolución con indemnización de perjuicios sea uno de los contratantes, es decir, el que se
reputa cumplidor de la obligación. No podría permitirse la apertura de un proceso, cuando
alguien, sin haber sido parte del contrato, entrara a reclamar las consecuencias jurídicas que
no le corresponden. Es por ello que la ley procesal exige desde el inicio del proceso una
prueba de dicha relación contractual, para no llegar a la sentencia sin la certeza de la
relación del demandante con la causa litigada.

(160) Aptitud pasiva. La aptitud pasiva se predica de la parte demandada, y corresponde a la


relación jurídica que une al demandado con la causa. El demandante debe aportar desde el
inicio la prueba de dicha relación jurídica, lo que permite saber desde el principio que la
parte reclamada podría eventualmente, en caso de una condena en su contra, soportar la
consecuencia jurídica que se le ha reclamado. Como en el caso de la aptitud activa, existen
casos que desde el inicio del proceso admiten prueba, como la resolución de contrato.

(161) Invocación. Lo ideal sería que para el inicio del proceso se exigiera siempre una
prueba de aptitud respecto de la legitimación en la causa, pero ello no es posible para todos
los casos, pues en algunos, la prueba de la aptitud se convierte en prueba del proceso, y en
tal caso la ley no encuentra otra opción que aplazar su prueba para la sentencia, corriendo el
riesgo que la pretensión procesal fracase por este aspecto. Al proceso le interesa que las
discusiones sean las mínimas posibles, pero ante la situación de hecho no hay más remedio.
En tales eventos, se debe invocar la legitimación en causa, pues sería un contrasentido,
permitir la apertura de un proceso afirmando que no se tiene tal aptitud, lo que conduciría
ineludiblemente al fracaso de la pretensión procesal. Podemos citar como ejemplo, en el
caso del proceso de pertenencia, en donde la condición de poseedor en el demandante, es
objeto de prueba del mismo proceso. Aquí le corresponde a la parte interesada invocarla,
pero no queda eximido de prueba, pues ella debe aparecer probada al momento de dictarse la
sentencia. También existen casos en que la aptitud pasiva entra a ser materia de prueba en el
proceso, y por ello no se exige prueba desde el principio, por ejemplo: la responsabilidad
civil extracontractual. Aquí le corresponde al demandante probar en el proceso que el
demandado fue el causante del daño, y para tal efecto, debe desde la demanda invocar tal
condición para el demandado. Si la parte demandada negare la condición con que se le cita
al proceso, deberá reclamarlo en la contestación de la demanda, para que el demandante
tenga la carga de la prueba de demostrarla para la sentencia. Como hemos podido observar
la legitimación en la causa, corresponde a un requisito de la pretensión procesal que debe ser
demostrada para la sentencia, y que la ley sólo puede exigir desde el inicio del proceso, en
muchos casos, pero no en todos, la prueba de una aptitud para ser legitimado. Pero sea que
la ley exija o no este tipo de prueba de aptitud desde el inicio del proceso, lo cierto es que en
todos los casos el demandante no solo debe invocar la aptitud, sino la legitimación en la
causa, es decir, que de acuerdo con la ley sustancial el derecho consagrado le concurre, y de
ahí su auto atribución, y que de acuerdo con el supuesto de hecho de la norma que lo
consagra, el supuesto fáctico de la reclamación coincide. Sería un contrasentido, que el
demandante desde el inicio del proceso afirmara para un proceso de pertenencia: que no es
poseedor o que a pesar de serlo no ha ganado por prescripción adquisitiva. En este absurdo
caso, pienso que el juez debe inadmitir la demanda, por falta de precisión, y luego proceder a
rechazarla.

(162) Aptitud indirecta. La aptitud que se debe tener para ser el sujeto legitimado, que de
acuerdo con la ley sustancial, permite la reclamación de la consecuencia jurídica de la norma
a invocar en la pretensión procesal, no necesariamente, debe ser directa y al resorte de quien
invoca la pretensión procesal. La ley sustancial ha legislado algunos casos en donde otorga
el derecho a reclamar la consecuencia jurídica, por un tercero ajeno a la relación sustancial
que vincula a las partes. Tal es el caso de las llamadas “acciones oblicuas”. En ellas se
permite que un tercero invoque pretensiones procesales, a favor, de una parte de la relación
sustancial, aun contra la renuncia o la renuencia de esta, para hacer que un bien entre a su
patrimonio y luego poder ejercer las acciones pertinentes contra esta. Podemos citar como
ejemplo el caso de los acreedores que pueden reclamar la prescripción adquisitiva de su
deudor, para luego instaruras las acciones ejecutivas contra éste. Esta “acción oblicua”
inicialmente se consagró en el numeral 2. del artículo 407 del C.P.C., y últimamente fue
ratificada por la reforma al Código Civil introducida por la Ley 791 de 2002, en el artículo
2º. Pero debe precisarse que la invocación de la pretensión procesal no debe hacerse para el
acreedor sino para el prescriptor renuente. Sin embargo, debe precisarse que en estos casos
la relación jurídica material no se limita a la que debe haber entre quien alga para otro y
quien recibe en su favor tal alegación, sino que además implica la existencia de otra relación
jurídica material entre quien la recibe en su favor y el sujeto pasivo de tal reclamación, pues
es en últimas esta la que estaría obligada a soportarla, fruto de la relación que jurídica que
se generó entre estos dos extremos.

(163). Prueba. La ley exige prueba desde el inicio del proceso, de la relación material
existente entre el quien demanda y el sujeto para quien se reclama la pretensión procesal. Se
pude citar como ejemplo, la exigencia que debe hacer el juez de la prueba del interés jurídico
que le asiste al demandante, como que es acreedor de quien resulta recibiendo una
reclamación en su favor. Pero así mismo debe mostrarse la relación material, existente entre
quien resulta citado al proceso para que su derecho se consolide y la que la ha de soportar.
Creando así una variedad de prueba que debe desdoblarse en activa y pasiva, para cubrir
todas las eventualidades, veámoslas:

(164) Activa. Este tipo de prueba que se exigirá, deberá comprender: la prueba de la relación
jurídica existente entre quien se presenta como demandante y quien en su favor se reclama la
consecuencia jurídica. Por ejemplo, la prueba de la acreencia. Y de otro lado, la prueba del
contrato celebrado entre quien simuló para otro la transferencia de un bien, con la intención
de insolventarse y burlar su acreedor. Nótese que aquí los demandados lo serán los
contratantes simuladores, y lo que se persigue es que el bien regrese de cabeza del supuesto
comprador, a la del supuesto vendedor, para así reintegrar el patrimonio de este y poderlo
embargar por el acreedor demandante. Es decir, debe aparecer probadas las dos relaciones
para abrirse el proceso.
(165) Pasiva. Asimismo, podemos establecer que las relaciones pasivas también serían dos:
la que tiene el citado para haber valer sus derechos aun contra su voluntad, respecto de quien
tiene un interés en tales derechos que sería el demandante. Y la otra entre quien debe
satisfacer la consecuencia jurídica reclamada y el titular del derecho reclamado por el
tercero demandante. En tales circunstancias, tales relaciones pasivas deben ser demostradas
desde el inicio del proceso, cuando la ley lo exija.

(166) Invocación. Como para el caso de la invocación de aptitud directa, en la indirecta


también debe invocarse tanto de quien reclama para otro, respecto del que resulta favorecido
con la reclamación. Sin embargo, la invocación de aptitud indirecta se debe extender hasta la
relación existente entre el favorecido por la reclamación y quien debe soportarla. No debe
olvidarse que la invocación también debe comprender la legitimación en la causa de esta
relación, tanto activa como pasiva, que se resolverá en la sentencia.

(167) Legitimación en la causa – Invocación. La pretensión procesal debe ser reclamada por
quien esté legitimado para invocarla. ¿Y que es lo que, en últimas, legitima a un sujeto para
invocar la pretensión procesal?: El derecho consagrado en una norma sustancial, y es este el
que permite reclamar la consecuencia jurídica que establece dicha norma. Es de anotarse que
la doctrina procesal se ha enfrentado a la doctrina sustancial en razón a que se discute si esta
figura corresponde al derecho sustancial o al derecho procesal. En donde para el derecho
procesal esta figura jurídica corresponde a un requisito subjetivo de los sujetos procesales
(partes), mientras que para los sustancialistas esta corresponde a un figura típicamente de
derecho sustancial. La discusión no tendría importancia, si no fuera por la solución distinta
que cada posición ofrece cuando dentro del proceso se actúa sin la correspondiente
legitimación en causa, pues para la posición procesal la solución debe ser la de sentencia
inhibitoria mientras que para la posición sustancialista debe ser la de sentencia absolutoria.
La legitimación en la causa no constituye un requisito subjetivo del proceso, toda vez que no
hace referencia a la condición de sujeto, que se exige para convertirse en parte procesal. Si
bien es cierto, el proceso requiere de la presencia de sujetos, con capacidad para ser parte,
capacidad procesal y derecho de postulación, ello no implica que un sujeto que haya
reclamado una pretensión procesal y no estaba legitimado en causa para ello no fuera parte,
por el contrario, fue parte en el proceso aun cuando no estuviere legitimado en la causa, lo
que sucede es que la sentencia no le será favorable. Para nuestra Corte Suprema de Justicia
la figura jurídica de la legitimación en causa constituye una cuestión de derecho sustancial y
no procesal y por tanto la solución que ha ofrecido, en el caso de falta de legitimación en
causa, es la de sentencia de fondo. (cas. civ. De 22 de febrero de 1971, G.J. t. CXXXVIII, pag. 131; G.J. t.
CLXXXVIII, pag. 218).” (Casación del 26 de julio de 1991). La legitimación en la causa tiene una relación
inmediata con la pretensión procesal, pues es uno de sus elementos; y no con la condición de
sujeto procesal. Y por ello es un requisito subjetivo de la pretensión procesal. El sujeto activo
que invoca una pretensión procesal establece un nexo jurídico directo con la legitimación, es
decir, con quien de acuerdo con la ley sustancial esta autorizado para reclamar la
consecuencia jurídica, y tal nexo jurídico es lo que le permite su invocación. Si ese nexo no
llegare a existir, la pretensión procesal invocada pierde uno de sus supuestos básicos y estará
llamada a fracasar y se producirá una absolución del sujeto pasivo a quien se le enrostró tal
pretensión procesal. En conclusión, la legitimación en la causa, en mi sentir, es una figura de
derecho procesal, referida al requisito subjetivo de la pretensión procesal, pero no referida al
requisito para ser un sujeto procesal. La legitimación en la causa constituye un elemento
estructural de la pretensión procesal y de no ser demostrada conduce a su fracaso, que se
resolverá con sentencia absolutoria para el demandado. Para el caso del proceso ejecutivo,
la legitimación en la causa le corresponde al acreedor. El acreedor deberá invocar la
acreencia, y llevar la prueba de la misma en los términos del artículo 488 del Código de
Procedimiento Civil. Sin embargo, esto no quiere decir que la legitimación no pueda ser
destruida por las excepciones de fondo. Sin embargo, no es posible desde el inicio del proceso
exigir la prueba de la legitimación, pues esta se exigirá para la sentencia favorable al
demandante. Lo que se exige entonces en una prueba de aptitud, es decir, un primer paso de
la legitimación en causa, sin que se confunda con esta. Esta prueba se exige para estar
seguros de que la controversia se adelanta por y contra quienes pueden ser legitimados.
Ejemplo: En el proceso de divorcio se exige el registro civil de matrimonio, no es que con esta
prueba se demuestre que el demandante es el cónyuge inocente, pero si hay la probabilidad
de que lo sea. Imaginemos que no se exigiera, podríamos llegar a sentencias inhibitorias por
cuanto al momento de la decisión final, no está probado que las partes están casadas entre sí.

(168) REQUISITO OBJETIVO DE LA PRETENSIÓN PROCESAL. La pretensión procesal


tiene como contenido la reclamación de una consecuencia jurídica, pero esta debe reunir
requisitos de posibilidad, idoneidad y causa. Es decir, no cualquier tipo de reclamación es de
recibo ante el juez.

(169) Posibilidad. La consecuencia jurídica que se reclama como objeto de la pretensión


debe tener una viabilidad de ser actuada. Existen aspectos de tipo físicos, jurídicos y morales
que pueden impedir su debate en el proceso.

(170) Posibilidad física. Cuando la consecuencia jurídica reclamada tenga como concreción
una cosa física que puede ser palpada por los sentidos, esta debe tener la aptitud para
satisfacer los intereses de las partes. Suélese por algún sector denominarlo bien de la vida
perseguible y por otros objeto litigioso. La cosa material debe tener una aptitud desde su
naturaleza y desde su condición jurídica.

(171) La cosa desde el punto de vista de su naturaleza. La posibilidad física puede


observarse desde la naturaleza material de la cosa sobre la que recae la reclamación de la
consecuencia jurídica. Hace referencia a la aptitud material que el objeto de la pretensión
tiene para satisfacerla.

(172) Existencia de la cosa. Hace referencia a que el objeto material debe ser objeto de
apropiación por el hombre, para que tenga la trascendencia jurídica que la pretensión
procesal reclama. En materia civil cuando el objeto material existió pero desapareció no
puede ser reclamado en un proceso por su imposibilidad física para satisfacer la pretensión.
Tal es el caso, cuando se reclama la restitución de una inmueble que desapareció por causa
de un terremoto o algo parecido. Pues al desaparecer en su condición física ha perdido su
aptitud material. En tal evento, podría pensarse en reclamar su equivalente u otro de igual o
parecida condición. Por tales razones no podríamos deducir una pretensión procesal que
tuviere como elemento material un imposible físico. (Ver artículos 1522 y 1533 del Código
Civil).

(173) La cosa no existe, pero se espera que exista. Existen algunas pretensiones procesales
cuyo objeto material al momento de su reclamación no existe, pero que por razones del
proceso puedan tener materialidad, es el caso de las obligaciones de hacer, que cuando se
reclaman lo que se persigue es que el juez ordene que el ejecutado altere la realidad
realizando la obra contratada y si no lo hace, se ordena que lo haga un tercero. Por ello, es
perfectamente posible invocar pretensiones procesales sobre la base de la no existencia del
objeto material, pero se aspira a que exista.
(174) Individualización. El objeto material debe ser individualizado. Es decir, la reclamación
de una cosa debe tener su propia identidad que permita separarlo de las demás cosas. No
puede reclamarse una generalidad que le imposibilite al juez tener la certeza que se
encuentra frente a la cosa reclamada. El Código de Procedimiento Civil dispone que las
cosas se determinaran por su cantidad, calidad, peso, medida, etc. Y los inmuebles por su
nomenclatura, ubicación, nombre, etc. y demás circunstancias que ayuden a identificarlos.
(art. ).

(175) La cosa desde el punto de vista jurídico. De la misma manera, el objeto material de la
pretensión debe ser de aquellos que su tráfico este permitido por el ordenamiento jurídico o
que no esté prohibido. Es decir, que la pretensión procesal no este montada sobre un
imposible jurídico. La reclamación puede tener viabilidad física, pero al enfrentarla con el
ordenamiento jurídico desborda su legalidad y en tales consecuencias, no es posible su
reclamación procesal.

(176) La cosa reclamada no debe tener prohibición legal. Si observamos el ordenamiento


legal, este prohíbe la reclamación de variados derechos o cosas, porque los ha privilegiado.
Tal es el caso de la prohibición para demandar una pertenencia por prescripción adquisitiva,
sobre bienes de uso público, cuando estos y otros más son imprescriptibles por mandato de la
misma Constitución en su artículo 63. Por tanto, la pretensión procesal estar permitida en la
ley. Nótese que no se exige que la cosa reclamada necesariamente deba ser delictuosa. No.
Basta solamente que la reclamación este prohibida legalmente para que no tenga ninguna
posibilidad de éxito n el proceso.

(177) La cosa reclamada no puede constituir cosa delictuosa o ilícita. Tales son los casos de
muchísimos derechos y cosas que la ley prohíbe expresamente su tráfico e impide que puedan
ser reclamadas en un proceso. Por ejemplo, pretender que el demandado restituya unos kilos
de cocaína a los cuales se había comprometido a devolver. Es muy común que por la vía
judicial se pretenda sanear la ilicitud de ciertos bienes o derechos, tal es el caso por ejemplo,
de pretender rematar bienes que han ingresado al país de contrabando. Creyendo
erradamente que un proceso civil y un remate judicial puede sanear la ilicitud de dichos
bienes. Su saneabilidad sólo la puede otorgar la correspondiente autoridad de aduanas, o
bien porque autorizó su permanencia en el país o bien porque lo expropió y luego lo vendió.
Esta imposibilidad jurídica hace que el juez no le pueda dar viabilidad a este tipo de
reclamaciones.

(178) Posibilidad jurídica. La consecuencia jurídica reclamada debe tener como soporte el
ordenamiento jurídico. Es decir, la posibilidad de su reclamación la consagra la ley y no
puede ser fruto de la imaginación ni de interpretaciones forzadas de la misma ley.

(179) La pretensión procesal debe tener actualidad. Hace referencia a que la reclamación
exige, que desde la demanda esté consolidado el derecho del cual se pretende el
reconocimiento de la consecuencia jurídica. Y por el ello el demandante se lo auto atribuye.
Quiere decir lo anterior, que no son de recibo las pretensiones procesales que persigan el
reconocimiento de un derecho que esta en vía de consolidación. La misma conclusión se
aplicará a aquellos casos en que el derecho puede existir, pero no ha alcanzado su
exigibilidad, como para los procesos ejecutivos que exige una obligación actualmente a la
demanda exigible. Que si esta sometida a plazo este cumplido o si esta sometida a condición
esté cumplida.
(180) Que la pretensión procesal no vulnere el ordenamiento jurídico. Es posible que una
persona sea el titular de un derecho, pero ello no lo habilita para reclamar ciertas relaciones
que vulneren el ordenamiento jurídico. Tal es el caso del abuso del mismo derecho.

(181) Posibilidad moral. Hace referencia esta posibilidad a que el objeto de la reclamación
invocada en un proceso no atente con la dignidad de las personas y en especial en sus
derechos fundamentales. Tal sería el caso por ejemplo que un marido solicitara a un juez que
obligara a su esposa a tener relaciones sexuales con él, amparado en el compromiso legal del
matrimonio. En tal evento, la reclamación no podría ser despachada favorablemente por su
cumplimiento implicaría quebrantar los derechos fundamentales de la mujer.

(182) Requisito de idoneidad de la pretensión procesal Este requisito hace referencia a que
el objeto material de la pretensión sea deducido en los procesos legalmente establecidos por
la ley.

(183) Requisitos de causa de la pretensión procesal. La pretensión procesal deberá tener


unos soportes de causa. Esto es, soportada tanto en supuestos fácticos o de hecho, en los
supuestos jurídicos o de derecho que el ordenamiento jurídico le reconoce, y en una causa
probatoria.

(184) Causa fáctica de la pretensión procesal. La pretensión procesal que se invoca en la


demanda debe estar soportada por la ocurrencia de unos hechos en la vida material. Los
hechos hacen referencia a los acaecimientos de la vida, que se dice por el invocante
corresponden a los que el supuesto de hecho que la norma jurídica exige, y que por ello se
tiene derecho a la consecuencia que dicha norma consagra.

(185) Los hechos pertinentes. La pretensión procesal estará entonces soportada en los
hechos históricos que generan tal reclamación. La alegación de los hechos se hace necesaria
a fin de establecer que ocurrió en la vida material y de ahí derivar si la auto atribución del
derecho que se establece en la pretensión procesal debe ser o no actuada por el juez en la
sentencia. Pero los hechos o argumentos fácticos deben ser delimitados en su calidad. Esto
es, deben aportarse al proceso los hechos históricos con relevancia jurídica y que tengan un
nexo inmediato y jurídico con la pretensión invocada. Cuando se alegan hechos que nada
tienen que ver con la auto atribución del derecho podremos decir que no existe causa fáctica,
y en tal evento el juez debe devolver dicha pretensión para que se sustente bajo los
parámetros de un nexo causal. Si al momento de proferirse la sentencia los hechos alegados y
probados no constituyen el soporte fáctico de la pretensión procesal invocada, ello conduce a
una sentencia absolutoria, puesto que uno de los elementos básicos de la pretensión ha
fracasado. Quiere decir esto, que demostrar los hechos que constituyen el fundamento fáctico
de la pretensión procesal constituye un requisito para el éxito de la misma y si ello no es así,
se producirá ineludiblemente una sentencia desestimatoria.

(186) Los que describen los supuestos de hecho de las normas jurídicas a aplicar. Los
hechos pertinentes a invocar como soporte fáctico de la pretensión procesal corresponden a
los que ha ser subsumidos en el supuesto de hecho de la norma jurídica a aplicar. Pero tales
hechos deben tener un alto grado de relevancia, pues un hecho puede tener relación
inmediata con el supuesto de hecho, pero no tiene el peso específico para consolidarlo. En
muchas ocasiones un solo hecho, por si solo es insuficiente para completar el supuesto de
hecho, es necesario la presencia de varios y muchos hechos relevantes para tal configuración.
Un ejemplo ayudaría: Para la declaratoria de prescripción adquisitiva de dominio se
requiere posesión material. Para reputar a una persona poseedor se requiere que los
comportamientos que despliega como tal correspondan a los que haría un dueño. Los cuales
son muchos que cotidianamente realiza, tales como ocupar el bien, hacerle reparaciones,
arrendarlo, pagar impuestos, hacerle mejoras, etc., pero un solo hecho de estos o algunos no
reiterados no pueden configurar el supuesto de hecho exigido por la norma sustancial para
consolidar prescripción adquisitiva. De tal manera, que los hechos pertinentes deben ser
presentados con exhaustividad, pero con la relevancia antes anotada.

(187) Iniciativa en materia fáctica frente a la pretensión procesal. Es de tener presente, que
la iniciativa en materia de postulación de hechos le corresponde a quien invoca la pretensión
procesal. Los hechos no pueden aparecer de cualquier manera en el proceso. El hecho debe
ser presentado para su contradicción, y existen oportunidades procesales para su
incorporación al proceso. La oportunidad más clara corresponde a la demanda, y debe
hacerse uso de ella. Los hechos no se suponen. Deben ser alegados y ofrecerse el supuesto
probatorio del mismo. Los hechos pueden aparecer probados en el proceso, de pronto sin que
nadie los alegue, el proceso los asume como suyos, pero constituye un alto riesgo para el
soporte fáctico de la pretensión no alegar todos los hechos que la configuran. Existen hechos
que no necesitan alegación, como por ejemplo los hechos notorios y además no requieren de
prueba. Pero si la pretensión procesal se estructura sobre este tipo de hechos, es preferible
alegarlos para que el juez los considere en la sentencia.

(188) Hechos que configuran la legitimación en causa, tanto activa como pasiva. En la
configuración de la causa fáctica debe incorporarse el soporte de hecho que describe la
legitimación en causa tanto para el actor como para el demandado. Es de recordar que la
vida del derecho lo son los hechos. Y son unos hechos los que le permiten a un sujeto invocar
una pretensión procesal, auto atribuyéndose un derecho, y exigir una consecuencia jurídica.
Esa auto atribución es lo que lo autoriza para decir, que es la persona legitimada para
reclamar la consecuencia. Pero ella, la legitimación, fluye también del supuesto fáctico. Un
ejemplo: La persona legitimada para demandar el divorcio es el cónyuge inocente. Es decir,
los supuestos de hecho deben estar encaminados a demostrar tanto la inocencia del
demandante como la culpabilidad del demandado.

(189) Hechos Estelares.


(190) Teoría de la sustanciación.
(191) Teoría de la individualización.

(192) Causa jurídica de la pretensión procesal. La pretensión procesal debe tener un soporte
jurídico basado especialmente en la normatividad legal que reconoce el derecho sustancial
del cual se reclama la consecuencia jurídica y que corresponde a su contendido. No podría
esperarse un éxito de la pretensión procesal si esta no cuenta con tal soporte. Lo cual implica
un minucioso estudio de la normatividad sustancial. Tan sólo después de haberlo realizado y
haber subsumido los hechos dentro de los supuestos de hecho que con generalidad la ley
sustancial consagra, es cuando se toma de decisión de reclamar tal consecuencia jurídica
ante la función jurisdiccional. Un defectuoso o incompleto estudio hará que la pretensión
procesal sea expuesta al fracaso con graves perjuicios para las partes que litigan y aun para
el Estado que ha debido desplegar la actividad de los jueces para producir un fallo, en donde
la auto atribución del derecho invocado en la demanda no correspondía con la normatividad
sustancial.
(193) La auto atribución del derecho. La pretensión procesal para su correcta formulación
exige la auto atribución del derecho por parte de quien la reclama. No podría configurarse
esta cuando quien reclama dice no ser titular del derecho, pues la consecuencia jurídica de la
norma sustancial reclamada solo puede alcanzarse cuando se es titular del derecho
correspondiente. Así, el divorcio es la consecuencia jurídica de haber incurrido, uno de los
cónyuges, en una de sus casuales. Quiere decir lo anterior, que si dicho cónyuge ha incurrido
en la causal que se le enrostra, es lo que autoriza a otro para pedir el la consecuencia
jurídica. Esto es, desde el inicio del proceso le corresponde a quien pretende procesalmente,
invocar tener el derecho. Esta invocación no pasa de ser más que una auto atribución, pues
para el final del proceso, habrá de demostrarlo. Por ello, es suficiente para la apertura del
proceso, la sola auto atribución, pero no será suficiente para obtener una sentencia
favorable.

(194) La pretensión procesal reclamada corresponde a la consecuencia jurídica de la


norma sustancial a aplicar y que consagra el derecho auto atribuido. Si observamos con
detenimiento, que es lo que se reclama en una demanda, no es más que la consecuencia
jurídica consagrada en una norma sustancial. Veamos unos ejemplos: El divorcio es la
consecuencia jurídica de incurrir en una de sus causales, la nulidad del contrato es la
consecuencia jurídica de haber cumplido con los requisitos que tal acto contractual exige la
ley sustancial, la declaratoria de prescripción adquisitiva es la consecuencia jurídica de
haber poseído por cierto tiempo, y con el lleno de los requisitos legales sustanciales; en fin la
lista sería interminable. Así las cosas cuando quien pretende invoca un derecho que se auto
atribuye, ese derecho debe consagrar la consecuencia jurídica que se reclama. La pretensión
procesal puede ser llamada al fracaso cuando se reclama una consecuencia jurídica distinta
de la que la norma sustancial invocada consagra, o cuando aquella no existe en el
ordenamiento legal. Por ello, ha de ser preciso el estudio del derecho auto atribuido, pero
también la consecuencia reclamada.

(195) La norma jurídica a aplicar debe tener efectos jurídicos presentes.

(196) Causa probatoria de la pretensión procesal. Los hechos que han de constituir la causa
fáctica deben a su vez estar soportados en una causa probatoria.

(197) Carga de prueba sobre los supuestos de hecho de las normas que consagran la
consecuencia jurídica reclamada. Es de recordar que la ley procesal civil en su artículo 177,
establece la carga de la prueba para quien alega, correspondiéndole al demandante probar el
supuesto de hecho de la norma jurídica invocada y de la cual se reclama la consecuencia. La
causa fáctica determinara la pertinencia o impertinencia del medio de prueba para
demostrarlo. Por ello se debe establecer el nexo jurídico que los que soportan la pretensión
procesal invocada tienen con el supuesto de hecho de la norma invocada. Si no se tiene
cuidado con este análisis, puede conducir a que se practiquen pruebas para probar hechos
que no van a pesar en la decisión final con un desgaste innecesario de la función
jurisdiccional. O al contrario, se podría dejar de recoger pruebas sobre hechos relevantes,
que atentarían contra el éxito de la pretensión procesal, poniendo en grave riesgo el reparto
de justicia.

(198) Carga procesal de probar los hechos que la ley exige como aptitud para la
legitimación en la causa. Le corresponde a quien reclama la pretensión procesal, la carga
procesal de aportar las pruebas que configuran la aptitud para luego derivar legitimación en
causa. No solo la que corresponde al demandante sino al demandado. La aptitud para
derivar legitimación en causa, en muchos casos debe estar acreditada desde el inicio del
proceso, por ejemplo: La prueba del matrimonio para iniciar proceso de divorcio. Pero
existen otros que la ley no les exige prueba inicial, por ejemplo la responsabilidad civil
extracontractual. En tal evento es suficiente invocarla, tanto para demandante como
demandado, pero ella deberá estar probada para la sentencia.

(199) Requisitos de actividad de la pretensión procesal. En cuanto a los requisitos de


actividad, que hacen referencia al lugar, tiempo y forma tienen relevancia el lugar y la forma.
En cuanto al primero, la pretensión procesal debe ser invocada ante el juez que ha de
resultar competente para conocer del proceso, y la importancia se predica, de que la
presentación de la demanda que contiene la pretensión procesal ante juez de distinta
jurisdicción o especialidad, no produciría el efecto de interrumpir la prescripción o de
impedir que se produzca el fenómeno de caducidad. Pues como es sabido, con la invocación
de la pretensión procesal se da curso al fenómeno de interrupción de prescripción y se impide
que la caducidad se consuma.

(200) Formulación de una demanda. La pretensión procesal no puede estar contenida sino
en una demanda. Una demanda se distingue de cualquier otro acto procesal porque contiene
la invocación de la pretensión. Solamente la demanda puede activar un proceso, siempre y
cuando contenga la pretensión procesal. Ello porque de esta se deriva una serie de
consecuencias procesales y sustancial que hacen viable la existencia del proceso mismo. A
manera de ejemplo tenemos: La demanda que incorpora la pretensión procesal determina la
jurisdicción, la competencia, el trámite. Es la que obliga al juez a un pronunciamiento en la
sentencia. Interrumpe los términos de prescripción, e impide que se produzca el fenómeno de
caducidad. En conclusión, sin demanda no hay pretensión procesal, y sin esta no hay aquella.

(201) Carga procesal. Quien pretenda reclamar un derecho, necesariamente debe hacerlo a
través de una demanda. Sin dicha carga procesal no es posible, en ningún caso, que se pueda
derivar consecuencias jurídicas favorables para quien dice haberla invocado. La formalidad
puede ser variada: oral o escrita, pero que no exista duda de su invocación.

(202) La demanda debe contener la pretensión procesal. El requisito sine qua non de la
demanda lo constituye la pretensión procesal, cualquier otro requisito podría ser excusado o
corregido por el juez, tal es el caso, por ejemplo: del trámite, si el demandante no lo señala,
el Juez lo asigna, pero no podría asignar trámite a una demanda si no se tiene certeza del
cual fue la pretensión procesal invocada, pues la ley asigna procedimientos en razón a la
materia a discutir.

(203) Elementos que configuran la pretensión procesal. La pretensión procesal estará


integrada por cuatro acápites especiales que los debe recoger la demanda:

(204) El petitum. El petitum recoge la postulación concreta sobre la reclamación de las


consecuencias jurídicas procesales que se invocan ante el Juez. No correcto pensar que la
pretensión procesal se limita únicamente al petitum, y que los hechos, los fundamentos de
derecho, y las pruebas, corresponden a otros tipos de requisitos de forma desconectados de la
pretensión. No. El petitum corresponde a uno de los elementos de la pretensión procesal, el
cual hay que soportar fáctica, jurídica y probatoriamente.

(205) Reclamación de las consecuencias jurídicas, formuladas con precisión y claridad. La


ley procesal exige que tal postulación debe hacerse con precisión y claridad, que permitan
saber en concreto cual es la consecuencia jurídica que se reclama y cual es el sujeto pasivo
de la misma. La forma exigirá que se postulen de manera ordenada, y ofreciendo la claridad
suficiente para establecer cuales son las pretensiones procesales principales, consecuenciales
o subsidiaras. Porque de una imprecisión en esta formulación puede conducir a una indebida
acumulación de pretensiones procesales. (Sentencia de casación octubre 4 de 1993, Mag.
Pon. Alberto Ospina Botero).

(206) Separación. La postulación de las consecuencias jurídicas reclamadas como


pretensiones procesales, debe ser con la debida separación, lo cual permita establecer con
certeza qué se reclama consecuencialmente a una pretensión principal, cuales reclamaciones
son subsidiarias. Sin embargo, es de anotarse que las consecuencias jurídicas por sí solas no
alcanzan su pleno desarrollo, es necesario en la sentencia, ordenar la forma como ha de
cumplirse y ejecutarse esta. Por ejemplo: Si se reclama la resolución de un contrato de
compraventa celebrado por escritura pública, y esta es reconocida en la sentencia, el juez
debe ordenar entre otras cosas, las prestaciones mutuas, es decir, la devolución de la cosa
vendida y la devolución de los dineros recibidos. Estas consecuencias están consagradas en
la ley y podría decirse que no necesitan alegación, pues constituyen un desarrollo de la
resolución decretada. Pero hay reclamaciones consecuenciales que deben ser invocadas, por
ejemplo: la imposición de una condena sobre la indemnización de perjuicios, ocasionados
por el incumplimiento del contrato. Si bien consecuencia fluye de la misma resolución no por
ello debe el juez reconocerla si no es postulada. Comúnmente se alegan las prestaciones
mutuas como pretensiones consecuenciales, sin serlo y se deja de alegar los perjuicios
creyendo que son consecuencias propias de la resolución. Hay que tener cuidado con este
tipo de postulaciones que pueden dar al traste con el alcance mismo de la pretensión procesal
invocada. Corresponde, entonces, alegar las pretensiones principales con todas sus
consecuencias, y las pretensiones consecuenciales con todas las suyas, pero con la debida
separación. Si existiere duda sobre si una reclamación es consecuencia de una pretensión
principal, o constituye de por sí una pretensión consecuencial, debe alegarse como
consecuencial que si no lo es el juez debe reconocerla como simple consecuencia de la
principal alegada.

(207) Fundamentación fáctica - La causa petendi. La causa petendi hace parte de la


pretensión procesal y corresponde a la fundamentación de hecho o fáctica que sirve de
soporte al petitum. La postulación de los hechos debe ser determinada, clasificada y
numerada de acuerdo con el artículo 75 del Código de Procedimiento Civil. Aun cuando no
se exige ningún tipo de nomenclatura especial, si le corresponde al apoderado del
demandante presentar los hechos debidamente organizados, que permitan fácilmente llevar a
la mente juez, lo ocurrido y de lo cual se deriva la reclamación procesal. Esta tarea ha de ser
muy juiciosa, pues una defectuosa fundamentación fáctica puede conducir a que el juez
interprete equivocadamente las razones de la demanda. Por ello, no se podrán ahorrar
esfuerzos frente a la precisión y claridad de los hechos.

(208) Unidad – Postulación de los hechos pertinentes. La formalidad exigida por el artículo
75 del C.P.C., sobre la postulación de hechos debidamente clasificados, determinados y
numerados, puede prestarse a equívocos. Simplemente se trata de hacer una relación
numerada a fin de llevar una secuencia histórica o lógica de los mismos, pero cada hecho
debe tener su propia unidad. Se acostumbra indebidamente a presentar relatos demasiado
largos que implican la postulación de varios hechos, y ello va creando confusión. De otro
lado, la contestación de la demanda, puede eludir un adecuado pronunciamiento sobre cada
hecho alegado en la demanda, porque con una sola expresión se cobija todo el hecho
demasiado largo, y dentro de la redacción del mismo pueden existir afirmaciones que
requerirían otro tipo de pronunciamiento, veamos un ejemplo: Hecho: María estuvo el jueves
28 de febrero de 1985, estaba sola en la casa de sus padres, y en las horas de la tarde llegó
Juan, el novio de María, y después de algunos coqueteos tuvieron relaciones sexuales. El
demandado contesta: no me consta que se pruebe. Con esta respuesta, es posible que Juan
alegue que estaba contestando la primera parte del hecho, pero como existió una indebida
postulación del hecho porque se unen varias circunstancias, el hecho trascendente de las
relaciones sexuales quedaron sin pronunciamiento, porque a estas debe contestar, es cierto o
no es cierto. Es por ello, que ciertas demandas han debido ser inadmitidas para que los
hechos fueran relatados con la unidad requerida.

(209) Separación. La separación de los hechos es necesaria para que la secuencia histórica o
lógica, no tanga vacíos que impliquen zonas de penumbra, en el entendimiento del juez. Por
ello, no es conveniente suponer hechos, porque el juez no los conoce. Y hecho no alegado no
existe para el mundo del proceso. De otro lado, hay pronunciamientos de algunos jueces que
han inadmitido demandas, para exigir que cuando se acumulen pretensiones procesales, los
hechos deben separarse de la misma manera como quedan separadas cada una de las
pretensiones procesales acumuladas. Quiere decir esto, que si se postulan pretensiones
principales y pretensiones subsidiarias se debe mantener la postulación de los hechos en las
mismas condiciones. Realmente creo que este proceder es inadmisible. Lo requisitos los
impone la ley y no el capricho de un juez. De otro lado, los hechos no pueden ser principales
ni subsidiarios, los hechos son los hechos. Y de unos hechos se pueden extraer una o varias
pretensiones procesales. La exageración en el formulismo creado por los operadores de
justicia da al traste con la búsqueda de justicia que persiguen los justiciables. Asimismo, se
pregunta si es que en nuestro país no se han podido dictar las sentencias si la postulación de
los hechos no se ha efectuado con la separación de principales o subsidiarios, y cuantos
procesos encontramos, en donde los tribunales o jueces se hayan abstenido de fallar porque
no se les postuló los hechos con tal separación? Una sana inteligencia del juez requiere que
conozca de los hechos en su unidad y totalidad, pero no cercenados por una separación
inadmisible y violatoria de las formas propias de cada juicio, pues estas se violan cuando se
entran a exigir formalidades que la ley no consagra. (Cas. Civ. Octubre 4 de 1993, Mag. Pon. Alberto
Ospina Botero).

(210) La fundamentación jurídica - Fundamentos de derecho. La demanda debe contener la


fundamentación jurídica, en la que se soporta el petitum. Esta tiene como objeto conocer el
recorrido intelectual que ha efectuado el demandante, para hacer subsumir los hechos en los
supuestos fácticos de las normas de carácter sustancial invocadas. Lamentablemente, este
requisito no esta siendo exigido por los jueces en Colombia, solo se exige el señalamiento de
unas normas sustanciales posiblemente aplicables sin que ello permita conocer con claridad,
desde el inicio del proceso, las razones jurídicas que llevaron al demandante a invocar el
petitum. Abogamos porque tal exigencia se haga cumplir por parte de los jueces. De otro
lado, tal fundamentación jurídica debe ser exhaustiva. Que permita precisar desde la
demanda los soportes de la pretensión procesal. Esto sería muy útil para una correcta
interpretación de la demanda. Lo cual implicará fijar con precisión el objeto del proceso.
Una inadecuada fundamentación jurídica para la demanda, puede conducir a formarla
inepta, que daría al trate con el proceso mismo. Sin embargo, al juez le corresponde
interpretar la pretensión procesal en sus cuatro elementos básicos, el petitum, los hechos y los
fundamentos de derecho, y los fundamentos de prueba. Pero tal actividad de interpretación
del juez no puede ir hasta sustituir ninguno de sus elementos. Una adecuada fundamentación
jurídica ayuda enormemente a darle claridad a una demanda de por si oscura e imprecisa en
el petitum y en los hechos.

(211) Invocación de las normas sustanciales a aplicar. Principio Iura novit curia. Le
corresponde al demandante hacer la invocación de las normas sustanciales de las cuales se
deriva la consecuencia jurídica reclamada. Esta debe tener un respaldo legislativo que
corresponde al otorgamiento del derecho. Es lo que comúnmente se ha denominado, en
nuestro medio, fundamentos de derecho o fundamentos jurídicos. Sin embargo, la
fundamentación jurídica no se limita al señalamiento de unas posibles normas aplicables, que
como se verá más adelante, necesita de una argumentación. Es de anotarse, que en materia
civil, al foro sólo se le ha exigido, como fundamentos de derecho, un listado de normas, pero
con este simple señalamiento no adquiere solidez la temática jurídica a aplicar al caso
concreto. Principio Iura novit curia. “Dadme los hechos que yo os daré el derecho”. El
principio Iura novit curia, hace referencia a que el juez conoce el derecho, y en
consecuencia, lo que se debe aportar como soporte de una pretensión procesal es el supuesto
fáctico, y de pronto sobraría la invocación de normas sustanciales, que de por sí conoce el
juzgador. Además porque la ignorancia de la ley no sirve de excusa, y menos en juez. Pero la
praxis muestra que si bien los jueces pueden ser muy estudiosos, podrían no tener dominio
sobre todas las temáticas del derecho. Como la invocación de normas por el demandante,
quien ha tenido una primera impresión de los hechos ocurridos, constituyen el soporte sobre
el que se ha montado la reclamación, es muy conveniente conocer cuales son esas normas que
considera son aplicables al caso concreto. Debe hacerse mención que a pesar del
conocimiento que debe tener el juez de la normatividad legal, la misma ley le excusa el
conocimiento de ciertos tipos de legislación, y por tanto debe ser probada, como es el caso de
la ley extranjera, la ley de alcance no nacional, y la costumbre, si es que ellas han sido
invocadas como soporte jurídico a aplicar.

(212) La carga procesal de argumentación jurídica. Como lo advertimos anteriormente, un


solo listado de posibles normas aplicables a la pretensión invocada, en estricto rigor, no
constituye una fundamentación o argumentación jurídica. Lo cual hace que no es posible
desde el inicio del proceso conocer cual es el razonamiento que hace el actor para auto
atribuirse el derecho que reclama en la pretensión procesal. Se hace imperioso que la
jurisprudencia entre a reclamar el cumplimiento de este requisito de la norma procesal
cuando exige que la demanda deberá contener los fundamentos de derecho. De otro lado, los
fundamentos de derecho como requisito de la demanda, que incluya la argumentación
jurídica, ha sido exigida para otro tipo de procesos como el contencioso administrativo y el
proceso constitucional, en donde la acusación de ilegalidad de un acto administrativo o la
acusación de una ley por ser contraria a la Constitución, debe contener la argumentación.
Pero tal exigencia se ha efectuado a través de otra nomenclatura, que al final es lo mismo,
como: El concepto de violación o de la normatividad legal o la constitucional según el caso.
La Corte Constitucional en un reciente fallo (C-1052 de octubre 4 de 2001), con apoyo en
distintas providencias en donde se inhibió para decidir sobre el fondo por existir inepta
demanda, y en cuanto a lo que debe entenderse por concepto de violación precisó varios
aspectos: Que el concepto de violación de la constitución por una norma legal, supone la
exposición de las razones por las cuales el actor considera que el contenido de una norma
constitucional resulta vulnerado. Que el particular tiene el deber de concretar el o los cargos
contra las disposiciones acusadas, lo que implica realizar un esfuerzo por identificar de
manera relativamente clara las normas constitucionales violadas, (Sentencia C-142 de
2001), que implica la exposición de su contenido normativo que riñe con las normas
acusadas, es decir, mostrar los elementos materiales relevantes que resultan vulnerados de la
norma constitucional. Que las razones presentadas por el actor deben ser claras, ciertas,
específicas y suficientes (Autos de Sala Plena 244 de 2001), de lo contrario, terminará
frustrándose la expectativa legítima de los demandantes (Sentencia C-898 de 2001). Que la
claridad es indispensable para establecer la conducencia del concepto de violación aunque
el carácter popular de la acción de inconstitucionalidad, releva al ciudadano que la ejerce
de hacer una exposición erudita y técnica sobre las razones de oposición entre la norma que
acusa y la Carta Constitucional (Sentencia C-428 de 1996) sin embargo, ello no excusa del
deber de seguir un hilo conductor en la argumentación que permita al lector comprender el
contendido de su demanda y las justificaciones en la que soporta su reclamación. Que las
razones sean ciertas implica que la demanda recaiga sobre una proposición jurídica real y
existente y no simplemente deducida por el actor (Sentencia C-362 de 2001), o implícita
(Sentencia C-504 de 1995) e incluso sobre normas vigentes, que en todo caso son el objeto
concreto de la demanda (Sentencia C-1544 de 2000). Es decir, que la acción de
inconstitucionalidad supone la confrontación del texto constitucional como una norma legal
que tiene un contenido verificable a partir de la interpretación de su propio texto, de donde
esta técnica difiere de aquella otra encaminada a establecer proposiciones inexistentes, que
no han sido suministradas por el legislador, para pretender deducir la inconstitucionalidad
de las mismas cuando del texto normativo no se desprenden (Sentencias C-509 de 1996, 1048
de 2000 y C-011 de 2001). Que las razones son específicas si definen con claridad la manera
como la disposición acusada desconoce o vulnera la Carta Política a través de la
formulación de por lo menos un cargo constitucional concreto contra la norma demandada
(Sentencia C-568 de 1995). El juicio de constitucionalidad se fundamenta en la necesidad de
establecer si realmente existe una oposición objetiva o verificable entre el contenido de la ley
y el texto constitucional, resultando inadmisible que se deba resolver sobre su
inexequibilidad a partir de argumentos vagos, indeterminados, indirectos, abstractos y
globales que no se relacionan concreta y directamente con las disposiciones que se acusan
(autos: 97 de 2001, 244 de 2001 y sentencias: C-281 de 1994, C-519 de 1998, C-13 de 2000,
C-380 de 2000, C-177 de 2001). Que la pertinencia hace referencia a que el reproche
formulado contra la norma legal debe ser de naturaleza constitucional, por tanto los
argumentos no pueden partir de consideraciones puramente legales (sentencia C-447 de
1997) y doctrinarias (C-504 de 1993) carentes de obligatoriedad por no ser parte del
ordenamiento jurídico, o aquellos otros que se limitan a expresar puntos de vista subjetivos
en los que el acusante utiliza la acción pública para resolver un problema particular, como
podría ser la indebida aplicación de la disposición en un caso específico (Sentencia C-447
de 1997) ni la utilización de análisis de conveniencia de la norma acusada calificándola de
inocua, innecesaria o reiterativa a partir de una valoración parcial de sus efectos (sentencias
C-90 de 1996, C-357 de 1997, C-374 de 1997). Que la suficiencia que se predica guarda
relación con la exposición de todos los elementos de juicio (argumentativos y probatorios)
necesarios para iniciar el estudio de la constitucionalidad respecto del precepto objeto del
reproche, así por ejemplo, cuando se estime que ha sido quebrantado el trámite impuesto por
la Constitución para la expedición del acto demandado se tendrá que referir de qué
procedimiento se trata y en qué consistió tal vulneración. Y que la suficiencia hace también
referencia a que la argumentación, si bien prima facie no logran convencer al magistrado,
debe crear un mínimo de duda sobre la constitucionalidad de la norma acusada. (Sent. De 4
de noviembre de 1970, T. CXXXVI, págs 82 y 83)( Cas. Civ. Octubre 4 de 1993. Mag. Pon.
Alberto Ospina Botero). En conclusión, se hace necesario que en materia civil se exija la
argumentación jurídica de las normas que, el demandante, ha invocado como soporte
jurídico. Esto permitirá que el juez no se desvíe del entendimiento de la situación fáctica ni
jurídica. Exigencia que favorecerá, enormemente, al demandante en este caso.
(213) Fundamentación probatoria. La pretensión procesal debe estar fundamentada en una
causa probatoria. Es decir, debe estar soportada por los medios de prueba idóneos que
permitirán al juez conocer de la certeza de los hechos.

(214) Postulación (Carga de prueba) de los medios probatorios idóneos respecto de los
hechos pertinentes y en consecuencia, el demandante tiene la carga de la prueba de los
supuestos fácticos que alega. Ello entonces, implica que debe ofrecer a consideración del
juez la postulación de los medios probatorios que demostraran la veracidad de los hechos
alegados. Pero la fundamentación probatoria está limitada para el demandante, en cuanto a
los medios probatorios que constituyen tarifa legal. Es decir, si bien genéricamente existe
libertad probatoria, hay hechos que exigen cierto tipo de prueba, y a ellos se deben someter
todos los sujetos procesales. Por tanto, el demandante debe dar satisfacción de ofrecimiento
de tales medios probatorios cuando la ley los exige.

(215) Aportación (Carga procesal) de las pruebas de aptitud, o su invocación. Como lo


advertimos en su oportunidad, al demandante de corresponde la carga procesal de aportar,
con la demanda, las pruebas que demuestran la aptitud para la legitimación en la causas,
tanto para demandante como demandado. Cuando la ley no exija pruebas para el inicio del
proceso debe invocarse, por el actor, la aptitud para la legitimación en la causa. Recordamos
que se planteó anteriormente que la aptitud puede estar exenta de prueba para la iniciación
del proceso, pero no para la sentencia cuando el juez deberá determinar si la consecuencia
jurídica reclamada en la pretensión procesal lo fue por la persona que tenía tanto la aptitud
como el derecho auto atribuido.

(216) TIPOS DE PRETENSIONES PROCESALES. La pretensión estará caracterizada por la


reclamación que concreta la parte en su demanda y podría establecerse como dos grandes
categorías de pretensiones que podrían deducirse en el proceso:

(217) PRETENSIONES PROCESALES DE COGNICIÓN. La pretensión de cognición es aquella en


la que se solicita al órgano jurisdiccional la emisión de una declaración de voluntad por
parte del juez y que éste la satisface aceptándola o rechazándola en el acto procesal propio
para ello que es la sentencia. Sin embargo tal pretensión de cognición soporta una división
para su delimitación:

(218) Pretensiones procesales declarativas. Cuando se solicita al órgano jurisdiccional que


declare una situación jurídica que existía con anterioridad a la decisión, buscando su
certeza. Pero no se impone ni se crean ni se extinguen situaciones jurídicas. En tales casos,
se persigue que el juez verifique la ocurrencia de supuestos de hecho que deben tener un
reconocimiento jurídico, y que el reclamante concretará en la invocación de la pretensión.
Este tipo de pretensiones declarativas admite una subclasificación.

(219) Pretensiones procesales declarativas positivas. Cuando pedimos que sea declarada la
existencia de una situación jurídica. Ej: El reconocimiento de paternidad.

(220) Pretensiones procesales declarativas negativas. Cuando pedimos que se declare la


inexistencia de una situación jurídica determinada. Ej: La nulidad o anulabilidad de un
contrato.

(221) Pretensiones procesales constitutivas. Será constitutiva la pretensión cuando lo que se


pide al órgano jurisdiccional es la creación, modificación o extinción de una situación
jurídica. Su característica fundamental es que se pide que la declaración de voluntad del
órgano jurisdiccional produzca un estado jurídico que antes no existía. Ej: El divorcio, la
incapacidad.

(222) Pretensiones procesales de condena. Cuando lo reclamado al órgano jurisdiccional no


es la declaración de una situación jurídica ya existente, ni la producción de una situación
jurídica inexistente, sino la imposición de dicha situación jurídica al sujeto pasivo de la
pretensión, a fin de que éste cumpla con la carga que le impone la sentencia y si no es
cumplida se abre la puerta para la ejecución forzada. En los distintos procesos tanto
constitucional, como contencioso administrativo, y laboral podríamos encontrar variedad de
pretensiones declarativas o constitutivas o de condena. Sin embargo en el proceso penal no
podríamos reclamar sino únicamente pretensiones de condena. Toda vez que la resolución de
acusación dentro de un proceso penal estará encaminada a la imposición de una situación
jurídica al sujeto pasivo que lo sería el procesado. No vemos en qué casos se podría deducir
pretensiones penales simplemente declarativas o constitutivas.

(223) PRETENSIONES PROCESALES DE EJECUCIÓN. En la pretensión de ejecución ya no se


pide una declaración de voluntad sino una manifestación de voluntad, la realización de una
conducta no ideal sino material o física. Estas pretensiones ejecutivas admiten varias
modalidades:

(224) Pretensión procesal ejecutiva de dación. Cuando se pide al órgano jurisdiccional que
al demandado entregue el demandante una cosa, bien en dinero u otro semejante. Se
permitiría desboblar este concepto en ejecución satisfactiva en donde lo que se persigue es
recoger los bienes del demandado para con ellos satisfacer la pretensión procesal. Y en
ejecución expropiativa en donde se retiran los bienes del dominio del ejecutado para
realizarlos en pública subasta y con su producido satisfacer la pretensión invocada.

(225) Pretensión procesal ejecutiva de transformación. Cuando se pide al órgano


jurisdiccional que el demandado realice una conducta en favor del demandante con lo cual
se altera la realidad o se transforma. Que puede ser positiva como en las obligaciones de
hacer. O negativa, como en las obligaciones de no hacer (presiona para que se abstenga de
ejecutar actos perturbatorios de la posesión).

(226) Pretensión procesal de ejecución distributiva. Cuando se persigue con la pretensión


distribuir entre varios sujetos un bien, un patrimonio o un derecho. Tales son los casos de los
procesos ejecutivos concusarles como el concordato o el proceso liquidatorio. También los
procesos sucesorales, liquidación de sociedades, divisorios de bienes comunes y liquidación
de grandes comunidades, entre otros.

(227) EFECTOS DE LA PRETENSIÓN PROCESAL. Los efectos de la pretensión procesal


deben ser clasificados en dos categorías a fin de efectuar un estudio completo de ellos,
veamos:

(228) Efectos relativos a la relación sustancial. La invocación de la pretensión procesal


produce efectos que tienen ver con las relaciones sustanciales que se debaten en el proceso.
Entre ellas tenemos:
(229) La interrupción de la prescripción. Los derechos sustanciales prescriben si no son
reclamados o exigidos antes que estos se extingan por el paso del tiempo. Se dice que la
prescripción ataca la pretensión procesal, siempre que esta sea postulada por quien aspire a
beneficiarse de ella. Los derechos que no se reclaman les va corriendo la prescripción
extintiva. Pero sobre esta habrá pronunciamiento en la sentencia siempre y cuando sea
alegada por el demandado. De donde se sigue que el juez no podrá pronunciarse sobre esta si
no existen postulación expresa. La razón para tal exigencia se justifica en el hecho de que la
prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente. Es decir, que si no se alega se
entiende que se ha renunciado a ella. Pero para que la invocación de la pretensión procesal
tenga la fortaleza de interrumpir la prescripción se requiere:

(230) Reclamación. Que el derecho a extinguirse sea reclamado. Para que el derecho en vía
de prescripción se tenga reclamado, este debe ser invocado en una pretensión procesal. No
existe otra forma de tenerse por reclamado jurídicamente un derecho. Y tal pretensión
procesal debe constituir el contenido de una demanda. Pero, la reclamación del derecho que
se haga en la pretensión procesal debe ser aquella que tenga la virtualidad de interrumpir la
prescripción, quiere decir lo anterior, que no es suficiente reclamar cualquier tipo de
pretensión procesal sino la que corresponda al derecho que esta en vía de prescripción.
Ejemplo: Si el derecho que esta en vía de prescripción es el derecho de dominio por haberse
perdido la posesión, se debe invocar la pretensión reivindicatoria en donde se reclamará al
demandado la posesión pérdida. Tal invocación de reivindicación debe ser concreta y no
podrá tenerse por ejercida, con el argumento que aunque fue otra la que se invocó ella
tendría, por vía de interpretación, la posibilidad de obtener la restitución de la posesión. Sin
embargo, tal reclamación no podrá hacerse sino por la vía procesal señalada en la ley. Es
decir, que no puede tenerse por interrumpida la prescripción si resultare equivocada la vía
procesal. Lo mismo ocurriría si la pretensión procesal invocada no resultare exitosa, pues
solamente en caso del éxito de la pretensión procesal se debe entender que el derecho fue
reclamado por quien lo tenía y este derecho fue reconocido en la sentencia que definió tal
reclamación.

(231) Notificación. Que el demandado sea notificado de la reclamación del derecho que le
hace el accionante. La notificación, al demandado, del auto admisorio de la demanda
implica darle a conocer que el derecho que esta en vía de prescribir ha sido reclamado
judicialmente. Y la prescripción extintiva que estaba corriendo a favor del demandado ha
sido interrumpida. Es decir, se hace necesario que se produzca dicha notificación o de lo
contrario la invocación de la pretensión procesal no producirá ningún efecto frente a la
prescripción extintiva. Sin embargo, La ley procesal permite que se tome como fecha, para
establecer si hubo o no interrupción de la prescripción, la de la presentación de la demanda,
siempre y cuando el demandante cumpla con la carga de obtener dicha notificación dentro
del año siguiente contados desde cuando hay la obligación de notificar, que lo establece el
Código de Procedimiento Civil, en su artículo 90 desde cuando el demandante es notificado
del auto admisorio de la demanda o del mandamiento de pago, bien sea por estado o
personalmente. Si dentro del año anteriormente mencionado no se produce la notificación, no
puede darse por interrumpida desde cuando se presentó la demanda y sólo se entendería que
el efecto de interrupción de prescripción se produciría desde la notificación al demandado.
Solo en tales circunstancias, la pretensión procesal producirá el efecto de interrupción de la
prescripción si es que esta no se ha consumado.

(232) Impide que se produzca el fenómeno jurídico de la caducidad. La invocación de la


pretensión procesal impide que se produzca el fenómeno de la caducidad. La ley sustancial
consagra en varias ocasiones plazos para el ejercicio válido de ciertos derechos. Si ello no
ocurre la oportunidad caduca, lo cual implica que el juez puede rechazar de plano de la
demanda o si esta fuere admitida declararla probada en la sentencia aun de oficio.

(233) Reclamación. Para que la invocación del derecho a través de la pretensión procesal e
involucrada en una demanda alcance a impedir que la caducidad se produzca se hace
necesario que el demandante realice las diligencias necesarias para que el demandado sea
notificado del auto admisorio de la demanda dentro del plazo establecido por la ley
sustancial.

(234) Notificación. Solo con la notificación se podrá establecer si el derecho se ha ejercido


en tiempo o no. Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte ha sido laxa en la interpretación
el artículo 90 del C.P.C., en el sentido de que cuando la notificación del demandado no puede
obtenerse por cuanto ha existido maniobras de éste que la ha dificultado o entorpecido, no
podrá declarase la caducidad, siempre que la conducta desplegada por el demandante haya
sido diligente. (G.J. T. CLII, No. 2393, 1976).” (Sentencia de 6 de septiembre de 1995, Mag. Pon. Pedro Lafont
Pianetta).

(235) Que la interrupción a la prescripción e inoperancia de la caducidad no sea declara


ineficaz. COPIAR SEPARATA PAG. 13.

(236) Constitución en mora. El incumplimiento de las obligaciones contractuales, el


incumplimiento imperfecto de ellas o la ejecución tardía de las mismas, conduce a la
indemnización de perjuicios cuando el acreedor los haya padecido. Y cuando la obligación es
positiva, la indemnización se debe desde cuando el deudor sea constituido en mora. Y si la
obligación es negativa dicha indemnización se deberá desde el momento en que el deudor ha
quebrantada la obligación, al tenor del artículo 1615 del Código Civil. La mora, en los
términos del artículo 1615 ante citado constituye el retardo culpable del deudor en el
cumplimiento de sus obligaciones contractuales, lo cual implica que el acreedor debe
reconvenir a su deudor para que cumpla con lo pactado y en caso de no hacerlo queda
constituido en mora y deberá indemnizar los perjuicios que le ha ocasionado a su acreedor.

(237) Reclamación. El deudor estará en mora: 1. Cuando no ha dado cumplimiento a la


obligación en la fecha pactada o dentro del plazo establecido para su cumplimiento, en tal
eventos, los pactos son anteriores al incumplimiento de la obligación. Si en el proceso se ha
de deducir efectos por razones de mora, en este caso, simplemente basta que la haya
invocado.

(238) Notificación. El deudor estará en mora: 2. Cuando el deudor ha sido reconvenido


judicialmente por el acreedor. Esta reconvención judicial podía hacerse como diligencia
previa a la instauración del proceso indemnizatorio. A partir de la reforma del capara
constituir en mora al deudor, cuando la Ley lo exija para tal fin, si no se hubiere efectuado
antes.

(239) Relativos a la actividad procesal. Podemos afirmar que es tal la fuerza que despliega la
pretensión procesal que entra a determinar la mayor parte de la actividad del proceso. Su
estudio lo hemos dividido varios aspectos para dar cubrimiento al mayor número de
eventualidades. Nacimiento, desarrollo y decisión. Veámoslas.
(240) Respecto del nacimiento del proceso. El nacimiento del proceso esta determinado en su
nacimiento, por la pretensión procesal que es involucrada en la demanda. Y son varios los
efectos que esta produce que pueden verse por separado.

(241) Solo la pretensión engendra un proceso. El efecto fundamental de la pretensión


procesal consiste en que, solamente esta, tiene la aptitud de poner en funcionamiento el
aparato jurisdiccional del Estado para que a través del ejercicio de la función judicial se
adelante un juzgamiento a fin de satisfacer las reclamaciones que ante su autoridad se
invocan. De esta manera cumple el Estado la misión de otorgar justicia a sus asociados. Es
de precisarse que otro tipo de actuaciones que no impliquen una pretensión procesal no
pueden ni están llamadas a generar un proceso, así estas sean presentadas ante los jueces.
Quiere decir lo anterior, que los jueces podrán cumplir en algunos casos funciones que no
son jurisdiccionales, en razón por ejemplo de ser funcionario administrativo de la oficina
pública que esta bajo su cuidado: el Juzgado. Pero cualquier situación que pueda presentarse
frente a la administración de dicho despacho judicial no puede ser reputado un proceso. De
otro lado, la pretensión procesal obliga a la función jurisdiccional a que se pronuncie en
concreto y no será de otra manera que a través de una sentencia judicial.

(242) La pretensión determina la clase de procedimiento a adelantar. Siendo la pretensión


procesal el centro del proceso de donde gira toda la actividad procesal, esta entra a
determinar la clase de procedimiento que debe aplicarse para el juzgamiento de la causa. Los
trámites judiciales son señalados por la ley, y para tal asignación tiene en cuenta la clase de
materia a juzgar.

(243) Determina la jurisdicción y competencia del juez. Las distintas jurisdicciones y


competencias en la mayoría de los casos esta determinada por la materia a juzgar. Son muy
pocos los casos en donde estas figuras son determinadas por aspectos subjetivos.

(244) Fija los hechos y el tema decidendum. La pretensión procesal esta soportada sobre un
elemento fáctico. Y este determina el tema decidendum al cual se deben someter el juez y las
partes. Por ello es necesario que los hechos correspondan a una construcción raciona, y la
reclamación de la consecuencia jurídica sea precisa y clara a fin de no dar lugar a
confusiones que pueden dar al traste con la comprensión del tema decidendum.

(245) Respecto del desarrollo del proceso. El desarrollo del proceso también se ve
determinado por la pretensión procesal invocada. Determina la pertinencia de los hechos, la
conducencia de la prueba, y la carga de prueba que se asigna a las partes.

(246) Determina los hechos materia de prueba. Los hechos materia de prueba son los que se
pueden subsumir dentro del supuesto fáctico de la norma sustancial a aplicar. La reclamación
de la consecuencia jurídica implica que debieron alegarse unos hechos que desarrollarán el
supuesto fáctico. Es decir, la pretensión procesal esta determinado los hechos pertinentes que
serán materia de prueba.

(247) Determina la admisibilidad de los medios de prueba para probar los hechos que la
soportan. Los medios probatorios a aportar como fundamento probatorio de la pretensión
procesal, deben ser aquellos que desarrollan la conducencia probatoria. Es decir,
dependiendo del tipo de reclamación se podrá determinar qué clase de pruebas son idóneas
legalmente para demostrar los hechos sobre los que se soporta aquella.
(248) Determina la carga de prueba para los hechos base de la pretensión. Los hechos que
se invocacn como soporte fáctico de la pretensión procesal deben ser probados, en principio
por el demandante, pero dependiendo el tipo de pretensión se determinará quien tiene carga
de prueba, o si es posible realizar desplazamientos de carga de prueba.

(249) La pretensión procesal determina el mantenimiento y conclusión del proceso judicial.


De la misma manera que en caso anterior, la presencia de la pretensión procesal determina
que el proceso se mantenga con vigencia, y solo cuando la pretensión procesal desaparece, es
cuando se puede decir que el proceso ha concluido. El proceso termina normalmente cuando
se ejecuta la sentencia. Porque solamente con tal ejecución ha quedado satisfecha la
pretensión procesal. Sin embargo, el proceso judicial puede llegar a un final inesperado, pero
que posiblemente puede ocurrir, tales como: por desistimiento, perención, transacción,
conciliación, reconciliación, perdón, y hasta la muerte de una de las partes como en el
proceso de divorcio. Es de anotarse, que estas formas de terminación del proceso judicial
tienen un diverso tratamiento jurídico dentro de los distintos procesos y dentro de las distintas
especialidades jurisdiccionales, a manera de simple ejemplo, no es el mismo tratamiento para
la muerte de un sujeto procesal de un proceso penal que del proceso civil. Para el caso de los
procesos ejecutivos habrá proceso mientras la totalidad de la obligación no haya sido
cubierta por el deudor. Pero una vez satisfecha la obligación debe darse por terminada la
ejecución, pues ha desaparecido su supuesto básico como es la pretensión de pago. La norma
procesal civil del artículo 537, permite que el proceso terminará por pago cuando se acredite
el mismo.

(250) Respecto de la decisión del proceso. Si la pretensión procesal constituye el tema


decidendum, la decisión final que será adoptada en la sentencia estará delimitada en su
contenido y alcance por esta.

(251) Obliga a que sea decidida en una sentencia. La pretensión procesal debe ser resuelta
por la judicatura mediante una sentencia. Y sólo la postulación de pretensiones procesales
genera la obligación de proferirse aquella. Quiere decir esto, que lo que se persigue con la
postulación de estas es que sean definidas mediante el pronunciamiento de un juez en una
acto procesal definitorio, que la ley determina su alcance y su formalidad. Para tal actividad
procesal, y tal vez la mas importante del proceso, el legislador le ha reservado y también la
más importante de las providencias como es la sentencia. Es de anotarse que todo proceso no
termina con un pronunciamiento jurisdiccional en el que se desate el litigio. Pueden suceder
contingencias que impiden tal pronunciamiento, que de un lado, reemplazan la sentencia, o
de otro lado, producen un fracaso de la actividad jurisdiccional. Para el caso de los
procedimientos ejecutivos, la pretensión de pago de una acreencia, obliga al juez a proferir
una orden perentoria de pago contra el deudor. Y obliga a una actuar embargando los bienes
del deudor. Mientras que en el proceso de conocimiento se persigue un decir del juez en una
sentencia, en los procedimientos ejecutivos se persigue una actuar de éste. Sin embargo, es de
anotarse que en el procedimiento ejecutivo si el demandado no propone excepciones se dicta
una “sentencia” que ordena seguir adelante la ejecución tal como se ordenó en el
mandamiento de pago. Realmente a este tipo de providencia no podemos otorgarle la
condición de sentencia, pues esta no definió en el fondo nada. Todo quedó resuelto en el
mandamiento de pago. No hace tránsito a cosa juzgada. No se notifica como sentencia sino
como auto. Y no procede recuso alguno contra la misma. Distinto será el tratamiento, cuando
en los procesos ejecutivos se postulan excepciones de fondo. En tal caso si obliga al juez a
pronunciarse a través de una sentencia. Llamada en nuestro medio: Sentencia de
Excepciones, y que produce todos los efectos que anteriormente se dijo, no los producía la
“sentencia” sin excepciones.

(252) Determina el contenido de la sentencia. La pretensión procesal determina los hitos del
territorio en que la actividad decisoria del juez debe desenvolverse. El artículo 302 del
Código de Procedimiento Civil establece que son sentencias las que resuelven sobre las
pretensiones de la demanda o las excepciones que no tengan el carácter de previas. Por tanto,
el juez puede desbordar estos límites. Y como lo advertimos anteriormente las excepciones de
fondo que denuncian la ausencia de elementos estructurales de la pretensión procesal, lo que
hace en el fondo es que tales elementos estructurales tengan un pronunciamiento expreso en
la sentencia, sin que pueda decirse que el contenido de la sentencia se ha ampliado.La
doctrina y la jurisprudencia ha mantenido de vieja data el criterio que el puede desbordarse
en su actividad juzgadora cuando deja de resolver sobre los temas que le fueron planteadas
en la pretensión procesal y en tal caso produce un fallo diminuto, lo que se conoce como
minimun petita; de otra lado, cuando resuelve sobre temas que no le fueron postulados
produce un fallo extra petita, y cuando resuelve el tema pedido pero se excede en su alcance
produce un fallo ultra petita. Otro de los aspectos que debe ser dilucidado frente al
contendido de la sentencia, es el referente a la producción de un fallo inhibitorio. Pues en
esta decisión no hay un pronunciamiento frente a las pretensiones procesales ni frente a las
excepciones de fondo que atacan la pretensión procesal. En estos casos no se han llenado los
requisitos básicos para que el juez pueda descender a resolver la materia del proceso. Es lo
que algún sector de la doctrina ha denominado presupuestos procesales. En tal caso, no
puede hablarse de inconsonancia o incongruencia, pues la sentencia de fondo solo se puede
dictar cuando se han cumplido tales presupuestos procesales. Para el caso de los procesos
ejecutivos la pretensión procesal de cobro compulsivo determina el contenido del
mandamiento de pago. Y cuando se postulan excepciones de fondo contra dicho mandamiento
lo que obliga al juez es a una nueva revisión de la pretensión procesal invocada a fin de
establecer si el mandamiento de pago inicialmente dictado se ajustaba a derecho. En caso de
prosperar parcialmente las excepciones lo que conduce es a la modificación del mandamiento
de pago y a seguir adelante la ejecución teniendo en cuenta la nueva situación presentada.

(253) Determina el alcance de la sentencia. La sentencia esta limitada por el petitum


invocado en la demanda. Quiere decir lo anterior que el juez debe resolver sobre lo que se le
pidió y no más, ni menos ni por fuera de tal reclamación. Este es el postulado expresado en el
artículo 305 del Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, el alcance de la sentencia
puede ir más allá de las palabras con que se invocó la pretensión procesal, pues se ha de
entender que son consecuencias propias de la declaración, constitución o condena impuestas
en la sentencia. Esto es, la sentencia no está limitada en estos aspectos sino que el juez debe
pronunciarse sobre la manera de hacer efectivo tal pronunciamiento. Por ejemplo, se alega
una resolución de contrato, pero no se pide nada sobre las prestaciones mutuas. En tal
evento, el juez debe resolver sobre estas, pues no se trata de una pretensión más sino de una
consecuencia propia de la resolución. Para el caso de los procesos ejecutivos, la pretensión
procesal debe estar respaldada en el título que preste mérito ejecutivo. Por tanto, será muy
difícil que el juez pueda salirse de este marco. Si embargo, hemos de entender que cuando se
tramitan excepciones de fondo en este tipo de procesos, el juez entra a efectuar una segunda
revisión del mandamiento de pago, pero ahora tomando como referencia las excepciones
planteadas, a fin de hacer un pronunciamiento expreso de ellas en la sentencia. Pero si al
revisar el mandamiento de pago, por segunda vez, encuentra que hay elementos estructurales
de la pretensión procesal que no están cumplidos, y que el ejecutado no alegó como
excepción, puede el juez pronunciarse sobre ellos y hasta revocar el mandamiento de pago.
Es lo que la doctrina y la jurisprudencia se ha preguntado, si es posible en el proceso
ejecutivo declarar excepciones oficiosamente, porque aparecen probadas en el proceso, con
salvedad a la prescripción, la compensación y la nulidad relativa sustancial. La doctrina más
autorizada a conceptuado que si es posible este pronunciamiento del juez, pues al abrirse la
etapa de conocimiento del proceso ejecutivo por presencia de las excepciones de fondo, debe
dársele el mismo tratamiento que un proceso de conocimiento en donde se permite tal
pronunciamiento oficioso. Últimamente el Consejo de Estado ha optado por aceptar esta
solución, lo mismo que bastantes salas de los Tribunales Superiores de Distrito Judicial.

(242) PLURALIDAD DE PRETENSIONES PROCESALES. Acumulación de pretensiones


procesales. El proceso es el escenario apropiado para resolver las llamadas pretensiones
procesales. Pero no solamente consideradas en su unidad sino también en su pluralidad. Es
decir, por razones de economía procesal y unidad de decisiones judiciales, la ley procesal
permite que bajo una misma cuerda procesal se defina el mayor número de pretensiones
procesales que las partes tengan para someter a decisión de los jueces. Sin embargo, esta
posibilidad no es absoluta, pues se exige cierta unidad de materias entre las distintas
pretensiones procesales, y cierta unidad de sujetos en relación con aquellas.

(243). Requisitos para la acumulación de pretensiones procesales. La ley procesal hace


exigencias para hacer viable la acumulación que pueden clasificarse en subjetivos, objetivos,
y de actividad que amerita observarlos por separado.

(244) Requisitos subjetivos.

(245). El Juez competente.

(246) Las partes.

(247) Los intervinientes.

(248) Requisitos objetivos.

(249) Pretensiones acumulables.

(250) Contenido.

(251) Simple.

(252) Consecuencial.

(253) Eventual o subsidiaria.

(254) Los hechos no son subsidiarios ni consecuenciales.

(255) Requisitos de actividad.

(256) Acumulación inicial. Acumulación en la demanda principal.

(257) Acumulación por Inserción.


(258) Por reforma de la demanda.

(259) Por demanda de reconvención.

(260) Por demanda de interviniente ad excludendum.

(261) Por acumulación de demandas.

(262) Por reunión. Acumulación de procesos.

(263) Efectos.

(264) Positivos.

(265) Admisión de la acumulación de pretensiones.

(266) Adecuación del Procedimiento.

(267) Obliga a un pronunciamiento sobre todas las pretensiones acumuladas.

(268) Negativos.

(269) Inadmisión de la demanda para el caso de la acumulación inicial.

(270) Negación de la acumulación.

(271) OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN PROCESAL- LA RESISTENCIA PROCESAL. 1.


Concepto de oposición a la pretensión procesal. La oposición a la pretensión procesal esta
constituida por cualquier enfrentamiento a la reclamación procesal del actor. Es decir, que el
enfrentamiento abarca todo tipo de resistencia por parte del sujeto pasivo de la pretensión
procesal. La oposición se define como: la declaración de voluntad por la que el sujeto
pasivo de la pretensión procesal reclama al órgano jurisdiccional, frente al sujeto activo de
la misma, la no actuación de la pretensión procesal invocada por este. Sin embargo, son
muy variadas las posiciones que puede asumir el demandado frente a la pretensión procesal,
que puede ir desde el silencio, pasando por una actitud de ataque a la reclamación procesal
a través de las llamadas excepciones, hasta la invocación de nuevas pretensiones procesales
que dan al trate con aquella y que son contenidas en la demanda de reconvención. II.
NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESISTENCIA PROCESAL. Los elementos integrantes de la
naturaleza jurídica de la resistencia procesal, en principio, se asemejan a los de pretensión
procesal, sin que constituya la contra-pretensión del sujeto pasivo, veamos porque: 1. LA
RESISTENCIA PROCESAL NO PONE EN MOVIMIENTO EL APARATO JURISDICCIONAL. El aparato
jurisdiccional ya se encuentra en movimiento fruto de la invocación de la pretensión
procesal. El proceso judicial avanza hasta el final sin que sea necesario que exista o no
oposición a la pretensión. Ni el procedimiento puede ser paralizado porque el sujeto pasivo
de la pretensión no se pronuncia frente a ella. 2. LA RESISTENCIA PROCESAL NO INTEGRA EL
ELEMENTO OBJETIVO DEL PROCESO. La resistencia a la pretensión procesal no entra a
integrar el objeto del proceso, pues este ha quedado determinado y especificado en la
pretensión procesal. Esta precisó la consecuencia jurídica y los elementos objetivos sobre los
cuales recaerá. De tal manera, que la resistencia atacará estos elementos con el objeto de
hacerle perder solidez a la reclamación, hasta el punto de perseguir su no actuación en la
sentencia que habrá de dictarse. Cuando la excepción procesal es postulada, se alegan
nuevos hechos y se invocan nuevas normas legales cuyas consecuencias jurídicas tienen la
virtualidad de destruir los elementos estructurales de la pretensión procesal. Se podría
afirmar que la resistencia a la pretensión procesal puede alterar aspectos integrantes de la
pretensión procesal, pero si ello fuere así, lo que existirá es un replanteamiento de la
pretensión procesal y con este se volverá a determinar tales elementos. El proceso no resulta
afectado en su existencia si no existe resistencia procesal a la pretensión procesal. Cuando
no existe resistencia a la pretensión procesal, le corresponde al demandante probar los
supuestos de hecho de la demanda. No se puede afirmar lo mismo de la falta de pretensión
procesal, si esta no existe o ha desaparecido el proceso pierde su trascendencia jurídica y
debe morir. Pero de ninguna manera la resistencia por si sola alcanza a definir el thema
decidendum, lo hace la resistencia es postular otros elementos de juicio o jurídicos o de
hecho, para destruir la pretensión procesal, y si por la virtud de cualquier excepción se
destruye ésta, no será necesario estudiar ni resolver sobre las demás, pues el resultado que se
persigue ya se obtuvo. Distinto es el caso de la pretensión procesal. Si se han acumulado
varias y una no prospera, el juez debe resolver sobre las demás, es decir, será la pretensión
procesal la que sigue determinando el elemento objetivo del proceso. 3. LA RESISTENCIA
PROCESAL NO FIJA UNA DIMENSIÓN, MAYOR, MENOR O DISTINTA DEL PROCESO DE LA QUE EL
ACTOR ORIGINARIAMENTE LE DIO. La pretensión procesal definió la dimensión del proceso a
seguir. La resistencia procesal no puede ampliar, reducir ni cambiar el alcance del proceso.
Ésta estará sometida por los parámetros establecidos por aquella. De la pretensión procesal
se defiende el demandado a través de la resistencia, y esta intentará socavar los elementos
estructurales de aquella. Pero la resistencia no podrá cambiar el thema dedidemdun, ni
alterarlo. Lo que persigue es distinto. La no actuación de la pretensión procesal. El juez no
podrá declarar probadas de oficio pretensiones que no fueron invocadas, pues no le está
permitido producir fallos ultra o extra petita. El juez esta sometido por la reclamación
formulada en la demanda. 4. LA RESISTENCIA PROCESAL ES UN ACTO DE DECLARACIÓN DE
VOLUNTAD. La oposición a la pretensión procesal constituye un acto de declaración de
voluntad, mediante la cual, el sujeto pasivo de la pretensión procesal denuncia la ausencia de
elementos básicos sobre los que se soporta la pretensión procesal, y por tanto se solicita al
juez la no actuación de ésta en la sentencia. Es de recordarse, que se dijo que la pretensión
procesal constituye una auto atribución de un derecho del cual se reclama del juez la
satisfacción por el demandado. Entonces corresponde al demandante demostrar que todos
los supuestos básicos de su auto atribución están cumplidos, y sobre ello se pronunciará el
juez en forma positiva o negativa. La actividad de resistencia estará dirigida a destruir la
construcción de la pretensión procesal y exactamente de los elementos sobre los que el sujeto
activo la hizo soportar. Y por tanto, manifiesta su voluntad de no actuación de la pretensión
procesal. La resistencia no es algo que de tiene sino que se pide de acuerdo con los intereses
de quien la invoca. 5. LA RESISTENCIA PROCESAL NO SE IDENTIFICA CON EL DERECHO
SUBJETIVO MATERIAL QUE PUEDE HACER VALER EL DEMANDADO. El derecho material o
sustancial existe independientemente de que exista o no un proceso. Por tanto, la resistencia
procesal no puede ser confundida con el derecho material o sustancial que un sujeto pasivo
de la pretensión procesal pudiere hacer valer. Porque la resistencia procesal sólo tiene
relevancia dentro de un proceso y especialmente cuando ella se ejerce. Sin embargo,
podemos observar como las resistencias procesales que pueda esgrimir el sujeto pasivo
contra la pretensión procesal, constituyen más bien denuncias de la falta de integración
completa de la pretensión procesal. Pues se persigue con ellas es destruir sus elementos
básicos. Por ejemplo: no puedo decir que se tiene un derecho de pago. Cuando el sujeto
pasivo alega el pago de la obligación que se auto atribuye el sujeto activo, no esta haciendo
otra cosa que negándose el fundamento fáctico y jurídico en que se soporta dicha la auto
atribución del derecho de crédito. Cuando se alega la excepción de prescripción extintiva no
se esta alegando un derecho de esta naturaleza, lo que se esta denunciando es la inexistencia
del derecho que se auto atribuye el sujeto activo, que pudo haber existido, pero ya no.
Veamos otro ejemplo: la pretensión de prescripción ordinaria de dominio, reclamada en un
proceso de pertenencia, debe probar los supuestos jurídicos de este tipo de prescripción,
como: posesión regular y 5 años de posesión para el caso de un inmueble. Si el sujeto pasivo
alega que el sujeto activo no es poseedor, no esta alegando un derecho de "no posesión" en el
demandado. Lo que esta denunciando es uno de los elementos básicos de la pretensión como
es la legitimación en causa. Pues sólo la parte legitimada en causa puede reclamar con éxito
tal pretensión. De otro lado, si el demandado alega que el título que esgrime el demandante
no es justo, o que no existe buena fe en el poseedor, esta atacando el elemento básico de la
pretensión invocada como es la posesión regular, esto es, esta afirmando que tal pretensión
no cumple con este fundamento jurídico. Pero de ninguna manera puedo afirmar que el
sujeto pasivo se esta auto atribuyendo un derecho de "no posesión regular". 6. LA
RESISTENCIA PROCESAL CONSTITUYE UNA VARIEDAD DEL DERECHO FUNDAMENTAL DE
DEFENSA DEL SUJETO PASIVO. La resistencia a la pretensión procesal constituye una de las
varias expresiones del derecho fundamental de defensa, pero con la circunstancia, que sólo le
corresponde al demandado y no al demandante. Dentro del rol que le corresponde al sujeto
pasivo de la pretensión procesal, este tiene la posibilidad de pronunciarse frente a ésta, de la
manera que lo considere, pero esta actuación sólo será de su resorte. Sin embargo, el
derecho de defensa del demandado no constituye un derecho absoluto, en el sentido en que
obligatoriamente se deba ejercer. Para nuestro estudio, el demandado puede o no esgrimir
defensas frente a la pretensión que se le reclama en el proceso y de todas maneras la
sentencia se producirá. Y será estimatoria si el sujeto activo le demuestra al juez que la
pretensión procesal cumple con los elementos básicos de su integración, y será
desestimatoria si tales elementos básicos no aparecen cumplidos. De otro lado, la oposición
a la pretensión procesal no puede confundirse con el acto procesal que la puede contener. En
la contestación de la demanda el sujeto pasivo del proceso podrá postular cierto tipo de
defensas como son las excepciones de fondo, pero ello no quiere decir que este no pueda
formular otras, tales como recursos, presentar nulidades etc., estas actuaciones también
persiguen hacerle perder actualidad a la pretensión procesal. Sin embargo, debe precisarse
que la oposición a la pretensión procesal, denominada en algunos casos resistencia puede
tener un contendido mayor que el que se ejerce en el acto de contestación de la demanda, o
en el escrito de excepciones dentro del proceso ejecutivo.

(272) REQUISITOS DE LA RESISTENCIA PROCESAL. En cuanto a la normatividad existente


para la postulación de la oposiciones podemos mencionar las siguientes:

(273) REQUISITOS SUBJETIVOS DE LA RESISTENCIA PROCESAL.

(274) En cuanto al órgano jurisdiccional. A quien se debe invocar la resistencia a la


pretensión procesal, no puede ser otro que el que conoce de la pretensión procesal, esto es,
quien es el competente de la pretensión procesal. Es de recordarse, que lo que determina la
jurisdicción es la materia que se postula por el sujeto activo en la pretensión procesal y no el
contenido de la resistencia que postula el sujeto pasivo.

(275) El cuanto a las partes. Tiene interés quien tiene la aptitud para postular las
oposiciones a la pretensión. En este caso lo es el sujeto pasivo de la pretensión procesal. De
ninguna manera podrá entregarse esta actividad o rol a sujeto distinto. Sin embargo, es
necesario precisar algunos aspectos entorno a la presencia de otro tipo de sujetos en el
proceso, y que en principio no constituyen la parte reclamada, pues la pretensión procesal no
se dirigió por el sujeto activo, específicamente contra estos. Me refiero a la presencia de
coadyuvantes, llamados en garantía, denunciados en el pleito, etc., veamos su situación
jurídica. Primero que todo, se debe establecer cuál es el rol o el radio de acción de cada uno
de estos intervinientes en el proceso y su grado de vinculación al mismo. El coadyuvante, de
acuerdo con nuestra ley procesal, puede intervenir el proceso de conocimiento, cuando este
tenga con cualquiera de las partes (para este caso con el demandado), una relación jurídica
sustancial sin que ella alcance a ser tocada por la invocación de la pretensión procesal, pero
que puede verse desfavorecida si la parte, con quien tiene la relación sustancial, pierde el
proceso. Como se observa, la pretensión procesal no es invocada contra quien tenga alguna
relación jurídica sustancial que se derive del derecho o del objeto que en la pretensión se
auto atribuye el demandante. De tal manera, que este sujeto no alcanza a cumplir los
requisitos exigidos a las partes. Pero que por la estrecha relación que vincula a la relación
sustancial con la pretensión procesal, es por lo que la ley le permite su ingreso al proceso. El
ingreso del coadyuvante al proceso y su aceptación dentro del mismo, plantea su
subordinación frente a la parte que va a ayudar. Esto es, le es permitido realizar todo acto
procesal que redunde el beneficio de su coadyuvado, siempre y cuando no entre en
contradicción con la parte que coadyuva, ni puede disponer del derecho que se litiga en el
proceso. Y tal intervención esta permitida en cualquier estadio del proceso sea la primera o
segunda instancia. Con esta situación antecedente, no cabe la menor duda que el
coadyuvante puede ingresar al proceso pidiendo su reconocimiento como tal (llenando los
requisitos propios de tal intervención), y proceder a contestar la demanda y a postular
excepciones de fondo que el demandado no postuló. Y siempre y cuando se esté dentro del
plazo para contestarla.

(276) REQUISITOS OBJETIVOS DE LA RESISTENCIA PROCESAL. En términos generales son los


mismos que se aplicaron para el objeto de la pretensión procesal. Quiere decir lo anterior
que la resistencia a la pretensión procesal debe reunir los requisitos de posibilidad física,
jurídica y moral. Debe ser idónea y debe tener una causa, veamos:

(277) Requisitos de posibilidad de la resistencia procesal. La resistencia a la pretensión


procesal que postula el sujeto pasivo de esta, debe tener aptitud para destruirla, pero no de
cualquier manera, sino que las defensas deben reunir los requisitos de posibilidad física,
jurídica y moral, que en términos generales corresponden al mismo planteamiento que se
hizo para la pretensión procesal, por lo cual me remito a él.

(278) Requisitos de idoneidad de la resistencia procesal. La oposición o resistencia a la


pretensión procesal, para que sea válidamente ejercida, debe postularse en las oportunidades
que la ley procesal establece para contestar la demanda o para proponer excepciones contra
un mandamiento de pago. Tal postulación obliga a que el juez se pronuncie sobre las
resistencias en forma concreta. Pero no debe olvidarse que el juez civil colombiano está
autorizado para actuar excepciones de fondo, que aunque no fueren invocadas y aparecieren
probadas en el proceso con la salvedad de la prescripción, la compensación y la nulidad
relativa sustancial, pues para estas la ley sustancial exige una expresa postulación.

(279) Requisitos de causa de la resistencia procesal. Los requisitos de causa hacen


referencia a los supuestos fácticos, jurídicos y probatorios que deben soportar las
excepciones procesales o las defensas que esgrima el demandado. Veámoslos en detalle.
(280) Causa fáctica. Las defensas que postule el demandado frente a la pretensión procesal
deben tener un soporte de hecho en que se hace consistir. No basta simplemente hacer una
enunciación de una excepción procesal. El juez deberá pronunciarse sobre las que se fundan.
Nótese que la excepción por si sola no desarrolla la totalidad de la resistencia, se hace
necesario que el demandado haga un pronunciamiento sobre los hechos alegados, que
claramente se pueda determinar cuales se admiten, cuales se niegan, y cuales no le constan
al demandado. Esta actitud positiva corresponde también a la causa fáctica que estructura la
defensa. De la cual puede derivarse consecuencias favorables o desfavorables para el
demandado. Favorables, como que puede postular pruebas para desvirtuar los hechos
negados. Desfavorables, como que pueden resultar confesados algunos hechos por falta de
pronunciamiento total como cuando no se contesta la demanda, o cuando se contesta, pero
no se hace pronunciamiento concreto frente a alguno de ellos, además del indicio grave en
contra del demandado. Sin embargo, muy a pesar de la exigencia legal. Si el demandado
esgrime argumentos fácticos inadecuados para sustentar una excepción, nada importa para
el juez la situación, pues este deberá declarar probada la excepción si aparecen probados los
supuestos fácticos adecuados, así esten en contravía de los postulados por el demandado.
Pero lo anterior no podrá sostenerse frente a la excepciones que exigen expresa postulación:
prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial. En estos casos el juez queda
vinculado al soporte fáctico postulado por el demandado, porque si no puede declararlas
probadas de oficio, tampoco puede oficiosamente basarse en hechos no alegados. Si se
permitiera lo anterior, terminaría el juez decretándola de oficio y violentando la misma
norma sustancial que exige su alegación. Recuérdese que excepción no es denominación sino
hechos. (Sen. Cas. Civ. 13 de octubre de 1993). En cuanto a los procesos ejecutivos, cuando
no se postulan en debida forma las excepciones, es decir, que contengan la causa fáctica
puede conducir a que el juez tanga el escrito presentado por el ejecutado como no
postulador de excepciones, y en consecuencia, proceder a dictar sentencia ordenando seguir
adelante la ejecución, por cuanto no se abrió la etapa de conocimiento del proceso ejecutivo,
porque no hay excepciones debidamente postuladas.

(281) Causa jurídica. Además la excepción debe tener una causa jurídica que permita
subsumir los hechos dentro de la normatividad aplicable. El trabajo de subsunción debe ser
presentado por el excepcionante. Cuando se alegan excepciones se soportan en supuestos
jurídicos distintos de los que postuló el demandante, pero estos tienen la virtud de destruir la
pretensión. Es decir, la excepción, como la pretensión, no pueden corresponden a inventos
del invocante, sino que ellas deben tener un respaldo jurídico, que le corresponde a este
delinear. Sin embargo, es este caso podría aplicarse el principio Iura novit curia, en el
sentido de que si el reclamante de la pretensión o la excepción se equivoca en la postulación
o señalamiento de la causa jurídica, le corresponderá al juez adecuarla, sin que termine
alterándola o cambiándola por otra. Podría cambiar la denominación jurídica, pero esta
sometido por los supuestos de hecho aportados que estos no pueden alterarse. Veamos un
ejemplo: Un demandado alega excepción de caducidad, y fácticamente desarrolla
prescripción. La excepción alegada fue prescripción así se le haya denominado caducidad. Y
el juez aplicará la normatividad pertinente sobre prescripción así la causa jurídica se haya
hecho consistir en la normatividad propia de la caducidad. Pero lo que no podrá el juez es
alterar la causa fáctica. Porque en tal condición estará postulando un fallo incongruente,
especialmente, cuando se trate de excepciones que no se pueden declarar probadas de oficio.

(282) Causa probatoria. De la misma manera que la pretensión procesal, la causa


probatoria debe sustentar la defensa postulada por el demandado. Si se trata simple defensa,
el demandado puede apoyarse pruebas distintas de las aportadas por el demandante para
desvirtuar la causa probatoria de la pretensión procesal. Es de recordar, que con la simple
defensa aun tiene la carga de la prueba el demandante, pues para ser exitosa su pretensión
este debe probar. De otro lado, debe tenerse presente que las excepciones invocan normas
legales, consecuencias jurídicas, y hechos distintos. Pero la carga de prueba corresponde,
en principio al demandante de probar los hechos en que se soporta la pretensión, y los
elementos de ésta están probados entrar en juego las excepciones y ahora le corresponde
probar los supuestos fácticos a quien la alega. Si los hechos que soportan la pretensión no
están probados, no se estudia la excepción, porque así no pruebe el excepcionante, ya de por
sí la pretensión no será actuada y se impone una sentencia absolutoria.

(283) REQUISITOS DE ACTIVIDAD DE LA RESISTENCIA PROCESAL. No presenta ninguna


dificultad el lugar en donde se debe presentar la oposición, que no es otro que ante el
despacho judicial en donde se adelanta el proceso. En cuanto al tiempo, la ley para los
procesos tiene establecidos distintos plazos. En términos generales lo será dentro del
traslado de la demanda. Sin embargo, se hace necesario precisar que dentro de los procesos
ejecutivos no existe traslado y por ello no se contesta la demanda. Pero la ley ha permitido
que se puede presentar excepciones de fondo y de procedimiento a las cuales le son
aplicables, para su postulación los criterios generales antes expuestos para su postulación,
no siendo necesario hacer pronunciamiento expreso sobre los hechos y la pretensión procesal
alegada sino que se entra directamente a formular las excepciones. Ello en razón a la fuerza
del título ejecutivo y la presunción de tener por ciertos los hechos. En cuanto a la forma, esta
es variada. En primer lugar, siendo nuestro proceso escrito, de esta manera se deben
postular las oposiciones a la pretensión procesal, pudiéndose en algunos casos formularse
verbalmente, especialmente en los procesos de mínima cuantía. En segundo lugar para
algunos casos se exige su postulación en escritos separados cuando se postulen excepciones
de fondo y de procedimiento. El procedimiento para las distintas oposiciones a la pretensión
procesal es diverso. Si se trata de defensas contra la pretensión procesal esta se tramitarán
conjuntamente con la pretensión y se fallarán en la sentencia. Si las defensas son de
procedimiento estas deben ser resueltas previamente, bien a través de auto, previo el trámite
de un incidente. O en audiencia de que trata el artículo 101 de Código de Procedimiento
Civil. O a través de recurso como en el caso del proceso ejecutivo. Sin embargo, es de
precisarse que la actividad a desplegar por el demandado frente a la pretensión, y
especialmente cuando se postulan excepciones, la contestación de la demanda y el escrito de
excepciones debe comportar las fundamentaciones fáctica, jurídica y probatoria. Solamente
de esta manera queda correctamente postulada una excepción. Es decir, no por titularse un
escrito como: contestación de la demanda, en proceso de conocimiento, o de excepciones
contra el mandamiento de pago, es por lo que se tiene debidamente realizada. Lo que
determinada estos actos procesales no son las denominaciones sino sus contenidos.
Veámoslos en detalle.

(284) Fundamentación fáctica. Fundamentar es dar las razones del porqué se hace una
reclamación. Si se reclama el actuar de una excepción debe hacerse soportar en los hechos
que la configurar. Estos hechos deben estar organizados de tal manera que el juez puede
subsumirlos en la norma jurídica a aplicar. Sin embargo, la exigencia no es tan notoria para
los procesos de conocimiento, pues a pesar de una deficiente postulación le corresponde al
juez estudiar los supuestos fácticos ofrecidos, buscar la prueba y fallar sobre las que
resultaren probadas, excepto: prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial. La
excepción procesal no es un enunciado sino una relación fáctica que la construye. Lo
anterior es importante tener en cuenta cuando se postulan excepciones procesales que el juez
no puede declarar probadas de oficio, tales como la prescripción extintiva, la compensación
y la nulidad relativa sustancial. Especialmente en estas, la aportación de los hechos sobre los
que se hace descansar la excepción será requisito sine qua non, para que el juez pueda
entrar a resolverlas. No se trata de simples denominaciones o titulaciones sino de hechos que
las configuran. La relación fáctica será la que le da vida a la excepción. (Sen. Cas. Civ. 13
de octubre de 1993). Sin embargo, no quiere decir esto que la denominación de una
excepción procesal no tenga importancia, pues el postulante con tal denominación centra al
juez en lo que quiere postularle y lo orienta en cuanto al ataque formulado contra la
pretensión procesal. Cuando la denominación de la excepción procesal no es correcta o
precisa, pero los hechos en que la fundamentan si lo son, le permitirá al juez adecuar la
denominación al supuesto de hecho. Pero no al contrario, la denominación puede ser precisa
y si su fundamentación fáctica no lo es, podría entenderse que tal excepción no fue postulada
y desecharse por el juez. (XLV, 886).

(285) Fundamentación jurídica. De la misma manera que la pretensión, las defensas y las
excepciones deben tener una fundamentación jurídica, que le permita al juez conocer el
recorrido intelectual hecho por el demandado para pedir la no actuación de la pretensión
procesal invocada. Esta corresponde al señalamiento de las normas aplicables y la
argumentación jurídica correspondiente. La ley procesal no exige los fundamentos de
derecho para la defensa ni las excepciones, como si lo hace para la pretensión procesal, lo
cual lo considero un olvido legal que debiera corregirse. Sin embargo, un demandado
cuidadoso los presentará con la contestación de la demanda, para orientar al juez en la
normatividad a aplicar, en la observancia de otras normas que no fueron base de la
fundamento jurídico de la pretensión y que podrían influir eficazmente en la mente del juez.
Frente a este aspecto se podrá decir que tal fundamentación jurídica puede hacerse en el
alegato de conclusión, eso es posible, pero en algunos casos puede ser tardío. Supongamos
que el demandado postula unas excepciones no muy claras, sin fundamento jurídico, y para
el decreto de pruebas el juez le da cierto sentido a las excepciones y entiende que lo alegado
fue caducidad y no prescripción, pues en tal evento va a tomar partido por ciertas pruebas y
desechará otras que considera no idóneas. Pero si se hace una fundamentación jurídica no
son muchas las posibilidades que tiene el juez de interpretar la demanda en otro sentido,
porque la argumentación le permite descubrir el verdadero alcance que le quería dar el
demandado.

(286) Fundamentación probatoria. De la misma manera que la pretensión procesal, las


defensas y las excepciones procesales deben postularse con su soporte probatorio. Es de
recordar que el artículo 177 del C.P.C., establece carga de prueba para los supuestos de
hecho en que se basan las excepciones. Si bien es cierto, la carga de prueba de los supuestos
jurídicos de las defensas y excepciones sólo entra a tener relevancia cuando el demandante
prueba los supuestos de hecho de la pretensión procesal, es de recordar que la actitud del
demandado no debe ser pasiva. Porque si se da esta eventualidad, la carga de prueba de la
defensa o excepción la tendrá ahora el demandado. En los procesos ejecutivos la situación es
más difícil para el demandado. La carga de prueba inicial la tiene este frente a las
excepciones. El mandamiento de pago tiene una presunción de acierto que le corresponde al
sujeto pasivo desvirtuar. Es de recordar, que las excepciones, en el ejecutivo, corresponden a
las pretensiones de la etapa de conocimiento que se abre tan pronto como se postulan. Por
ello debe probarse los supuestos fácticos, porque de lo contrario, la sentencia le será
adversa, pues el demandante ya probó la obligación con el titulo ejecutivo aportado para la
ejecución.
(287) CONTENIDO DE LA RESISTENCIA PROCESAL. El contenido de la resistencia procesal es
variado, dependiendo de la actitud que despliegue el demandado, que va desde una actitud
que comporta una resistencia activa, es decir, aportando elementos que intentas destruir la
pretensión procesal, o una resistencia pasiva que puede consistir en el silencio o en el
allanamiento a aquella. Sin embargo, estas formas de resistencia tienen a su vez una
variedad de expresiones de implica un estudio por separado.

(288) RESISTENCIA ACTIVA. La resistencia activa corresponde a la conducta procesal


que despliega la parte demandante, mostrando una claro enfrentamiento a la pretensión
procesal, y a sus supuestos fácticos o jurídicos o probatorios.

(289) Contendido. El contenido de las resistencias activas procesales es variado


dependiendo del alcance que estas puedan tener para enervar la pretensión, así
encontramos: a) La defensa, que corresponde un ataque a los elementos básicos de ésta. La
resistencia no se sale del contorno que ha demarcado el actor al postular la pretensión
procesal, es decir, el debate se plantea en el ámbito de la propia estructuración de ésta. b)
Excepción procesal, que corresponde al planteamiento de nuevas relaciones jurídicas, sobre
supuestos de hecho nuevos, que dan lugar a una consecuencia jurídica distinta que tiene la
virtud de destruir la pretensión procesal reclamada. c) Nueva pretensión procesal, esta
resistencia procesal consiste en invocar otra pretensión distinta de la planteada
inicialmente, que sin embargo, tiene la virtud de prevalecer sobre esta, porque implica una
acumulación de pretensiones de carácter subsidiaria, que se traduce en que si la nueva
pretensión es actuada, la inicial debe ser desestimada, pues no pueden sobrevivir
simultáneamente. d) Impedimento procesal, podemos incluir en esta clasificación, las mal
llamadas excepciones previas, que denuncian la mal formación del proceso, por el
incumplimiento de sus requisitos estructurales, que deben ser corregidos desde las primeras
etapas del procedimiento, si ello es posible, y que si este llega a su final con tales
malformaciones conducirá a la llamada sentencia inhibitoria (non liquen) o nulidad del
proceso, que de una u otra manera no permitió que la pretensión procesal fuera estimada.
CORRESPONDE AVANZAR AUN MÁS EN SU CONTENIDO PARA OBSERVAR LA VARIEDAD DE
SITUACIONES QUE SE PUEDEN PRESENTAR DENTRO DE CADA UNA DE ELLAS.

(290) LA DEFENSA. a) Concepto. La defensa es el acto procesal del demandado, por el cual
resiste la pretensión procesal reclamada en su contra, mediante el ataque a los elementos
estructurales de ésta, sin que su alegación desborde el marco fáctico o jurídico de la
reclamación procesal. Dentro de esta categoría podemos ubicar todo tipo de enfrentamiento
que implique destruir la integración de la pretensión procesal. Es decir, aquel enfrentamiento
que denuncia la ausencia de los elementos estructurales de la pretensión procesal, en cuanto
a sus requisitos subjetivos y objetivos. Este tipo de ataque es lo que podríamos denominar:
defensa. Con ella no se aporta nada más a la contienda, simplemente que se señalan
deficiencias en la construcción de la pretensión procesal o se indicando cual de ellos no esta
cumplido. Este tipo de defensa implica que el demandado no necesita proponerla, pues el
juez para actuar la pretensión procesal debe examinar el cumplimiento de todos sus
requisitos y si uno no está cumplido, la desestimará. De pronto se dirá que no es importante
denunciar tales defensas, pues simplemente el juez debe estudiar todos los requisitos que
componen la pretensión. Pero si es importante alegar las defensas para que el juez se
detenga en el requisito denunciado como incumplido, y haga un estudio más profundo de
éste. Pues para satisfacer la aspiración del demandado debe dársele los argumentos tenidos
en cuenta, por ejemplo, para desechar su defensa. El pronunciamiento que haga el juez sobre
el no cumplimiento de alguno de los elementos estructurales de la pretensión procesal, en
ausencia defensa, no corresponde a la declaratoria de excepciones oficiosas, pues se trata
simplemente de una verificación de tales requisitos estructurales que no han resultado
cumplidos y de ahí la desestimación de la pretensión procesal. b) Naturaleza jurídica de la
defensa. Los elementos que constituyen la naturaleza jurídica de la defensa los podemos
determinar de la siguiente manera. 1) La defensa constituye una declaración de voluntad
mediante la cual se resiste el otorgamiento de la consecuencia jurídica, reclamada en la
pretensión procesal. La pretensión procesal persigue que la consecuencia jurídica
reclamada sea actuada en la sentencia. Por el contrario el pronunciamiento que hace el
demandado, a través de la defensa, corresponde a la declaración de voluntad, por la cual
solicita la no actuación de la pretensión procesal. Esta manifestación debe ser expresa a
efectos de considerarse que existe un enfrentamiento, y por tanto que el demandante
mantiene la carga de probar los supuestos de hecho de su alegación. Es de recordar que la
ley procesal exige además, que tal declaración de voluntad que constituye defensa, cumpla
con unos requisitos de forma y fondo que la perfeccionan, tales como que debe hacerse en el
acto procesal propio para ello: la contestación de la demanda, y debe contener un
pronunciamiento expreso frente a los hechos y a la consecuencia jurídica reclamada. De tal
manera que la manifestación de voluntad que constituye defensa no puede ser expresada de
cualquier manera. 2) La defensa se expresa mediante un acto procesal del demandado que
constituye carga procesal. La postulación de la defensa debe formularse mediante la
contestación de la demanda, y es allí en donde puede hacer postulación de hechos, pruebas,
fundamentos jurídicos que desvirtúan la pretensión procesal. El acto procesal de
contestación de la demanda constituye una carga procesal para el demandado. Que de no
ejercerlo puede derivar consecuencias desfavorables para este como constituir indicio grave
en su contra y en algunos casos allanamiento. 3) La defensa ataca los elementos
estructurales de la pretensión procesal. La defensa persigue que no sea actuada la
pretensión procesal, porque sus elementos constitutivos no se encuentran cumplidos, y entre
ellos podríamos citar: que la pretensión no cumple con los requisitos legales de
estructuración, que los hechos alegados no corresponden a la realidad y por ello son
negados, se les plantea afirmación o contradicción por el demandado, porque la norma
sustancial no consagra la consecuencia jurídica o corresponde a una distinta, porque la
norma sustancial no asigna legitimación al demandante para invocarlas o al demandado
para soportarla, etc. 4) La defensa no desborda el marco fáctico o jurídico planteado por la
pretensión procesal. Una característica fundamental que diferencia a la defensa de otras
formas de resistencia, corresponde a que esta no desborda el marco fáctico o jurídico que ha
plantado la pretensión procesal. Es decir, a defensa denuncia que aquella no cumple con los
requisitos para su actuación en la sentencia. Y por tanto, ataca los supuestos de hecho,
negándolos, aportando afirmaciones o contradiciéndolos; ataca correspondencia de los
hechos a os supuestos de hecho de la norma sustancial invocada; ataca la consecuencia
jurídica como que no corresponde a los supuestos de hecho, o que no esta consagrada n la
ley; y en fin todo lo que puede afectarla. Como se observa, la defensa se desenvuelve en el
ámbito de discusión de la pretensión. Este aspecto la diferenciará de la excepción que se
soporta en otros fundamentos de hecho y de derecho. ¿Pero que importancia tendía esta
diferenciación, sin en últimas ambas persiguen destruir la pretensión? La importancia radica
en delicada actividad de asignar la carga de prueba. Si se trata de defensa, la carga de la
prueba la tiene el demandante, de demostrar los supuestos de hecho de su pretensión
procesal en desarrollo del artículo 177 del C.P.C., cuando dispone que a las partes incumbe
probar los supuestos de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas
persiguen. Y la parte demandada no persigue la aplicación de un efecto jurídico sustancial,
sino que simplemente no se aplique el reclamado por el demandante. Ello en desarrollo del
principio romano: “Ei incumbit Probatio qui dicit, nom qui negat”. Por el contrario, si de
trata de excepción, la carga de la prueba le corresponde a quien la plantea, porque involucra
nuevos elementos de hecho y nuevos supuestos jurídicos, en donde se soporta la excepción
que reclama otro efecto jurídico que destruye la pretensión procesal. 5) La alegación de
defensas no constituye carga de prueba para el demandado. Como lo hicimos notar
anteriormente, la defensa no implica carga de prueba para el demandado, pues al no
desbordar el marco fáctico y jurídico que ha planteado la demanda le corresponde al
demandante la carga de la prueba. Si embargo, el demandado puede postular medios
probatorios que le permiten desvirtuar lo afirmado por el demandante. Pero o que se
persigue es que la pretensión no sea actuada.

(290) Tipos de defensas. Esencialmente los tipos de defensas que puede esgrimir el
demandado, corresponde a un ataque a los elementos que estructuran la pretensión procesal.
Es decir, a los elementos subjetivos y objetivos, examinémoslos en detalle.

(291) Ataque a los elementos que estructuran la pretensión con procesal. Las defensas con
que cuenta el demandado para ejercer su derecho de contradicción y de defensa, consisten
esencialmente, en un ataque a los elementos estructurales del proceso en toda su extensión.
Pero tienen mayor trascendencia los referidos a la pretensión procesal, estos en sus
elementos: subjetivos, objetivos y de actividad. Se puede ver por separado.

(292) Ataque a los elementos subjetivos de la pretensión procesal. Los elementos sujetivos
que estructuran la pretensión procesal no pueden tener fisuras que puedan dar al traste con
ella. Al juez le corresponde examinar como mucho detenimiento la configuración sus
elementos y de no encontrarlos cumplidos desestimará la reclamación invocada. Sin el
embargo, el demandado puede hacer notar tal deficiencia en lo que hemos denominado
defensa, para que este se pronuncie expresamente sobre ella. Pero si no se postula la
defensa, ello no exonera al juez de su estudio, y del rechazo de la pretensión por el no
cumplimiento de sus requisitos subjetivos. Siguiendo la estructuración de estos podemos
hacer mención a la variedad de defensas que en este aspecto se pueden proponer:

(293) Indeterminación o no la individualización de los sujetos activos o pasivos de la


pretensión procesal. Con este tipo de defensa se hace notar cualquier deficiencia en la
configuración de los sujetos activos o pasivos de la pretensión procesal. No se trata de
invocar en este aspecto las causales de excepciones previas, pues algunas de estas tienen que
ver con la los elementos estructurales de la relación procesal y no con los de la pretensión.
Tales casos podrían presentarse cuando quien se auto atribuye el derecho lo hace de una
manera generalizada que si el mismo derecho no puede concretarse, no podrá concretarse su
titular, ni tampoco quién deberá salir a soportar la consecuencia jurídica reclamada.
También puede ocurrir tal indeterminación cuando se demanda simplemente a personas
indeterminadas, pero como lo advertimos en su oportunidad, no es cierto que los procesos
de instauren contra personas indeterminadas, sino contra personas que pueden tener
derechos en un bien, o pueden tener la condición de herederos respecto de la herencia dejada
por un sujeto determinado que ha fallecido. La no individualización corresponde a una
demanda que no hace una identificación plena del demandante o demandado, dejando
abierta la puerta para que homónimos pudieren ser confundidos con las verdaderas partes
de la pretensión procesal. Si dicha indeterminación o no individualización se produce en el
proceso, conduce a que la pretensión procesal no podrá ser actuada a favor de quien la
reclamó.
(294) Falta de legitimación en causa. La falta de legitimación en causa corresponde a la
defensa que esgrime el demandado, cuando denuncia que la pretensión procesal no ha sido
reclamada por quien tiene el derecho, o por quien no debe soportar la consecuencia jurídica
reclamada. Es muy común que en nuestro medio a este tipo de defensa se le asigne la
connotación de excepción perentoria cuando la naturaleza de esta difiere de aquella. La falta
de legitimación en causa, denuncia un yerro en la construcción de la pretensión procesal, y
en términos generales no aporta otros elementos de debate a la causa. Si no es postulada
como defensa el juez debe, de todas maneras, verificar su cumplimiento y de no encontrarla
probada no accederá a la pretensión. Sin embargo, esta defensa puede verse desde varios
aspectos:

(295) No existe aptitud para la legitimación. Cuando el demandado encuentra que el


demandante no tiene aptitud para llegar a ser legitimado, debe acudir a este tipo de defensa.
Pues simplemente debe verificarse su cumplimiento en la sentencia. En los variados ejemplos
que hemos dado, encontramos el de la prescripción adquisitiva en donde la defensa esta
dirigida a indicar que el demandante no tiene la condición de poseedor. Lo cual hace que la
pretensión esté llamada a fracasar si este elemento no esta cumplido, en la configuración de
dicha reclamación. Nótese que no se trata de decir que el juez la debe declarar probada de
oficio si no es alegada. No. Simplemente aquí no aparece cumplido un requisito de la
pretensión procesal a los cuales esta el juez obligado a examinar.

(296) El demandante no es titular del derecho. Si observamos detenidamente, este ataque no


constituye excepción, nuevamente se trata de una defensa. El material de hecho aportado por
el demandante persigue que el derecho sea reconoció, pero si este es insuficiente o no
corresponde al supuesto de hecho invocado, lo que el juez produce es una negativa de la
pretensión procesal por falta de prueba que demuestre los hechos que configuran el derecho.
Tampoco se trata de una declaratoria oficiosa de una excepción, simplemente que examinada
la pretensión reclamada esta no tiene como soporte el derecho auto atribuido.

(297) El demandado no esta llamado, por la ley sustancial, a soportar la consecuencia


jurídica reclamada. Es posible que los hechos alegados sean ciertos, pero la ley no
considera que quien fue demandado deba soportar la consecuencia reclamada. En tal evento
se produce una falta de legitimación por pasiva. Podríamos poner como ejemplo el
siguiente: Un empleador es responsable del daño causado por sus empelados o criados, con
ocasión del servicio prestado por estos a aquellos, en los términos del artículo 2349 del C.C.
El empleador es demandado para que indemnice los perjuicios ocasionados por su
empleado, y en el proceso este persigue que sea exonerado de tal responsabilidad, en
consideración a que con tal ocasión aquel se comportó de una manera impropia, que el
empleador no tenía medio de prever o impedir empleando el cuidado ordinario y la
autoridad competente. Los hechos son ciertos, pero las mismas circunstancias que rodearon
el daño hacen que el demandado no deba soportar la consecuencia jurídica indemnizatoria,
porque la misma norma sustancial la excluye. Obsérvese que el proceso inicialmente se
planteó entre lesionado y empleador. Este fue demandado alegándosele la aptitud y
legitimación por pasiva, pero al final no estaba llamado ha responder por la indemnización
reclamada. Para este caso, la defensa que debe postular el demandado corresponde a la
anotada anteriormente:

(298) El demandado no esta llamado, por la ley sustancial, a soportar la consecuencia


jurídica reclamada, o simplemente falta de legitimación por pasiva. Podríamos citar como
ejemplo también el caso del artículo 2355 del C.C., el cual establece responsabilidad para
todas las personas que habitan la misma parte de un edificio, por los daños causados por la
cosa que cae o de arroja de la parte superior de aquel. Es decir, la demanda debe ser
instaurada contra todos los habitantes que en principio son los responsables. Sin embargo,
cuando resulte probado en el proceso que la causa del hecho se debe a culpa o mala
intención de alguna persona exclusivamente, la responsabilidad será de solo de esta,
resultado exonerados los demás demandados. Es decir, las personas que pudieren resultar
exoneradas pueden presentar su defensa estableciendo que no son llamados por la ley
sustancial a soportar la consecuencia jurídica reclamada, o simplemente falta de
legitimación por pasiva.

(299) Ataque a los elementos objetivos de la pretensión procesal. Como con los elementos
sujetivos que estructuran la pretensión procesal, esta no puede tener fisuras respecto de sus
elementos objetivos y en caso de ocurrir, también dará al traste con ella. Al juez le
corresponde examinar como mucho detenimiento la configuración estos elementos y de no
encontrarlos cumplidos desestimará la reclamación invocada. Sin el embargo, el demandado
puede hacer notar tal deficiencia en lo que hemos denominado defensa, para que este se
pronuncie expresamente sobre ella. Pero si no se postula la defensa, ello no exonera al juez
de su estudio, y del rechazo de la pretensión por el no cumplimiento de sus requisitos
objetivos. Siguiendo la estructuración de estos podemos hacer mención a la variedad de
defensas que en este aspecto se pueden proponer:

(300) Imposibilidad de la pretensión procesal reclamada. La pretensión procesal reclamada


debe reunir, entre otros, el requisito de posibilidad, que como quedó dicho, corresponde a la
viabilidad que debe tener esta desde el punto de vista físico, jurídico y moral. Cuando estos
requisitos no se cumplen la pretensión procesal estará llamada al fracaso. La verificación de
estos requisitos le corresponde al juez, en el estudio que de la reclamación principal debe
hacerse. Sin embargo, el demandado puede plantear como defensa su no cumplimiento,
mostrando y demostrando tales deficiencias que presenta la pretensión procesal. Entre ellas
podemos citar:

(301) Imposibilidad Física. Ella hace referencia a que lo reclamado no tiene viabilidad, por
cuanto el objeto material de la reclamación tiene impedimentos que no permiten su
realización material, ni voluntariamente por el demandado, ni por la acción ejecutiva del
juez una vez sea dictada la sentencia. Tales son los casos en que el objeto material no esta al
alcance del hombre, porque rebasa las posibilidades físicas de este, o porque ya no tiene
existencia material. Podemos citar como ejemplo: la reclamación de la entrega material de
un caballo que ya murió. Asimismo, tendríamos como ejemplo la obligación de hacer un
edificio en un lote que ahora se encuentra inundado por una represa que la municipalidad
construyó. Si se ha presentado tales circunstancias, el demandado puede proponer las
defensas, pero que si no las propone no implica que el juez deba reconocerlas de oficio si
aparecen las pruebas de los hechos impeditivos, sino que ha fallado el requisito de
posibilidad de la pretensión procesal y por ello su fracaso.

(302) Imposibilidad Jurídica. Este tipo de imposibilidad hace referencia a la existencia de


normatividad jurídica que impide que la pretensión procesal sea deducida. Tales son los
casos en que la Constitución o la ley señalan unos bienes como imprescriptibles, es decir, no
se admite ninguna reclamación de prescripción adquisitiva sobre esta. De la misma se
procede cuando el objeto material de la pretensión procesal constituye cosa delictuosa o
ilegal, como por ejemplo pedir que se entregue la mercancía que ha ingresado al país de
contrabando. O exigir el cumplimiento de una obligación de entregar unos kilos de cocaína.
En estos eventos, no podrá tener éxito la pretensión, pues se ha incumplido el requisito de
posibilidad jurídica, y como para los casos anteriores, el demandado podrá proponer
defensas denunciando estas falencias, sin embargo, no es forzosa su alegación, pues solo
corresponde a una verificación de los requisitos de la pretensión procesal. Asimismo, no son
de recibo las pretensiones procesales que persigan el reconocimiento de un derecho que esta
en vía de consolidación, caso que puede presentarse como cuando alguien alega una
prescripción adquisitiva y se demuestra que al momento de presentarse la demandada esta
no se había consolidado. Podría alegarse que si bien para la demanda no se había cumplido
el tiempo exigido para la prescripción adquisitiva, aquel se completó durante el trámite del
proceso. Tal argumento debe desecharse por cuanto la reclamación de una consecuencia
jurídica se soporta en la existencia del derecho en quien la reclama. La misma conclusión se
aplicará a aquellos casos en que el derecho puede existir, pero no ha alcanzado su
exigibilidad. Para demandar un proceso ejecutivo se exige una obligación que sea
actualmente exigible. Y no lo es una obligación que muy pronto será exigible,
ineludiblemente hay que esperar la consolidación del derecho para poder reclamar sus
consecuencias jurídicas. Si la obligación está sometida a condición deberá esperarse hasta
que esté cumplida, para instaurar la demanda respectiva. El proceso no podía iniciarse con
estos tipos de impedimentos, la prueba de ello corresponde a que, por ejemplo, el juez debe
negar el mandamiento de pago dentro de los procesos ejecutivos cuando la obligación base
de la ejecución, no es de plazo vencido o condición cumplida. Y si llegado el caso, se
adelantó el proceso con el incumplimiento de este requisito, pues la pretensión procesal
estará llamada al fracaso. Y no porque el demandado o ejecutado deba proponer la defensa
correspondiente, sino que el juez debe examinar la pretensión en su exigibilidad para
verificar su cumplimiento, y si no es así rechazar por falta de actualidad. Como en los demás
casos, es conveniente que el demandado postule las defensas para que el juez las estudie
cuidadosamente y merezca un pronunciamiento expreso sobre tal situación.

(303) Imposibilidad Moral. El demandado puede esgrimir defensa frente a la pretensión


procesal invocada cuando esta persiga o si es actuada termine lastimando derechos
fundamentales. Es de recordarse que la misma Ley establece que nadie está obligado a lo
imposible, ni a lo que vaya en contra de la moral ni de las buenas costumbres.

(304) Ataque a los elementos de causa para la pretensión procesal. La pretensión procesal
debe estar soportada en una causa, entendida esta como el motivo que induce a la
reclamación de la consecuencia jurídica. Tal causa no puede ser contrario a ley o a las
buenas costumbres ni al orden público. Como vimos la reclamación debe estar soportada en
una causa fáctica, jurídica, y probatoria que la sustenten y que la hacen viable. Cuando estas
causas no corresponden a la realidad fáctica, jurídica o probatoria, la pretensión debe ser
desestimada. Para precisar el alcance de la falta de causa para la pretensión procesal
debemos hacer el desdoblamiento de sus distintas eventualidades para dar cubrimiento al
mayor número de ocasiones en que puede presentarse.

(305) Falta de causa fáctica. Este tipo de causa hace referencia a los acaecimientos de la
realidad material que le dan vida al derecho, y del cual se reclama una consecuencia
jurídica en la pretensión procesal. Veamos sus dos grados de ocurrencia:

(306) Negación de los hechos. Estos no ocurrieron. La defensa que puede esgrimir el
demandado, en este caso, corresponde a una negación de los hechos bajo la premisa de que
estos no ocurrieron. Pero tal negación no se exige que deba ser absoluta. Pudieron tener
ocurrencia algunos hechos, pero los que faltaron hacen nugatorio del derecho, y de ahí que
no se tiene derecho a la consecuencia jurídica reclamada. La negación de los hechos debe
precisarse en el momento de la contestación de la demanda, ante la exigencia legal con
categoría de carga procesal, de un pronunciamiento expreso sobre los hechos que han sido
relatados como soporte de la pretensión procesal invocada. La ley procesal exige, que el
sujeto pasivo de la pretensión procesal debe pronunciarse expresamente frente a los hechos
indicando cuales se aceptan y cuales se niegan. Pero tal pronunciamiento debe efectuarse en
el acto procesal de contestación de la demanda, como única oportunidad para ello. Además
la contestación de la demanda es la oportunidad para que el demandado dé su versión de
cómo ocurrieron los hechos, y con ella se impide que se produzca la sanción que impone la
ley procesal, la de apreciar tal conducta como un indicio grave en contra del demandado.
Asimismo, es de precisar que la contestación de la demanda le corresponde exclusivamente
al demandado, y no constituye un acto procesal simplemente formal, sino que debe contener
los pronunciamientos que exige la ley. Toda vez que podría suceder, que el sujeto pasivo haya
presentado un escrito o alegación verbal con el título de contestación de la demanda, y el
juez tener la demanda por no contestada por la ausencia de tales pronunciamientos. La
negación consiste en postular una mera negativa frente a los hechos. Es decir, la oposición
estará dirigida a destruir el fundamento fáctico de la invocación hecha por el sujeto activo.
Comúnmente tal negación a los hechos se postula expresando frente al hecho respectivo: no
es cierto. Lo anterior implica que el opositor no agrega a su negativa, otros elementos de
hecho que persigan desvirtuar lo afirmado en el hecho que ahora se niega. En tales
circunstancias, la carga de la prueba le corresponderá a quien afirmó el hecho. Podría decir
que con esta negación de los hechos, la pretensión procesal queda en la misma condición
inicial, en cuanto a que los supuestos de hecho que la fundamentan simplemente deben ser
probados para que alcance su éxito. Sin embargo, lo positivo para el sujeto pasivo que se
pronunció de esta manera, es desvirtuar la presunción de indicio grave en su contra con que
se sanciona al opositor que guardó silencio frente a la pretensión procesal. De otro lado, es
de preciarse que esta forma de resistencia solo podrá ser formulada en el acto procesal de
contestación de la demanda. Toda vez, que para el caso del proceso civil, su normatividad
exige que se produzca un pronunciamiento expreso sobre los hechos. Y no podría hacerse tal
negativa de forma distinta, pues esta es la forma relevante para la ley procesal.

(307) La Afirmación. Los hechos no son ciertos, pero se afirman otros. La afirmación
consiste, en que además de negar el hecho postulado, se relata otro que en esencia es
contrario al alegado por el sujeto activo en la fundamentación fáctica de la pretensión
procesal. Sin embargo, la afirmación de los hechos que constituyen defensa, no implican la
descripción de otra norma jurídica distinta de la invocada por la parte demandante, como
soporte jurídico de consecuencia reclamada. Simplemente los hechos nuevos alegados
pretenden socavar la pretensión procesal, a fin de que ésta no alcance la integración del
supuesto fáctico que dicha norma invocada exige. En este evento, le corresponderá al
opositor desplegar una actividad probatoria diligente para llevar a la mente del juez, que los
hechos alegados son insuficientes, y que la ocurrencia de hechos adicionales destruyen el
supuesto fáctico de la pretensión procesal reclamada. Ejemplo: hecho: El demandante es
poseedor del predio. Afirmación: No cierto, el paga arriendo.

(308) La Contradicción. Los hechos son ciertos pero la conclusión no. (Hechos
impertinentes- irrelevantes). La contradicción consiste en una no negación del hecho, pero se
hace una afirmación que es incompatible frente a la conclusión postulada por el sujeto
pasivo de la pretensión procesal. En este evento, el opositor debe desplegar una actividad
probatoria diligente para demostrar que la conclusión es la que este postula y no como lo
presenta la contraparte, de ahí la naturaleza activa de este tipo de resistencia. Ejemplo:
Hecho: El demandado recibió una suma de dinero a título de mutuo. Contradicción: Si recibí
el dinero, pero a título de donación. Nótese que en estos casos, el hecho puede ser cierto,
pero la contradicción implica destruir un supuesto fáctico de la pretensión procesal. Es decir,
que la prueba de la contradicción impide que la pretensión sea estimada a favor del
demandante. Sin embargo, se advierte que este tipo de defensa implica unos efectos,
especialmente en carga de prueba, que deben ser estudiados en un capítulo aparte.

(309) Falta de causa jurídica. Corresponde esta defensa a la negativa de respaldo jurídico
para la pretensión procesal invocada. Puede presentarse en dos eventualidades:

(310) A los hechos alegados la ley sustancial no les asigna consecuencia jurídica alguna.
La normatividad procesal no exige fórmulas o títulos sacramentales para la denominación de
la pretensión procesal. Sin embargo, y como lo hemos sostenido a lo largo de este trabajo, la
reclamación se concreta en una consecuencia jurídica que una norma sustancial consagra;
el primer paso es establecer cual es la norma legal que consagra dicha consecuencia
jurídica; y el segundo, si los hechos ocurridos corresponden al supuesto fáctico de la norma
a invocar. Si esto concuerda, la invocación de la consecuencia jurídica debe ser en los
mismos términos que consagra la norma. Y la mejor forma de hacerlo es utilizar sus propias
palabras, a fin de impedir equívocos en su formulación. Ejemplo: El artículo 1546 del C.C.,
establece que el contratante cumplido puede pedir a su arbitrio, o la resolución o el
cumplimiento del contrato con indemnización de perjuicios. Que necesidad habría de
cambiar las palabras de la ley, ninguna, pero un cambio en éstas si podría dar lugar a
reclamarse como consecuencia jurídica, algo que dicha norma sustancial no consagra. Sin
embargo, si los hechos se subsumen en el supuesto de hecho de la norma se puede admitir
que lo reclamado fue la resolución o ejecución y no otra cosa. Pero distinto será si los
hechos relatados no encuentran cabida en ninguna norma sustancial, y muy a pesar de ello
se alega una consecuencia jurídica regulada para otros supuestos de hecho. En esta
circunstancia, la pretensión procesal estará llamada a fracasar, no por la consecuencia
jurídica invocada sino porque los supuestos de hecho no tienen trascendencia legal para un
proceso civil, y el derecho auto atribuido no encuentra consolidación, pues la reclamación
debe tener como soporte, los hechos que describen el supuesto de hecho de la norma que
consagra la consecuencia jurídica, y esta describe otros. El demandado puede hacer notar,
en su defensa, la intrascendencia jurídica de los hechos alegados, pues no encuentran cabida
en la normatividad sustancial, y de ahí no puede derivar la consecuencia jurídica regulada
para otros supuestos de hecho. La defensa se concretará postulándola como: A los hechos
alegados la ley sustancial no les asigna consecuencia jurídica alguna, o como la
consecuencia jurídica reclamada no existe en el ordenamiento legal. La correspondencia
de los hechos respecto de los supuestos de hecho de la norma que consagra la consecuencia
jurídica le corresponde al juez, en la actividad de verificación de los requisitos de la
pretensión procesal, la alegación será de una defensa y no a una excepción procesal. Por
tanto, si no se alega no podrá hablarse de excepción oficiosa, sino del no cumplimiento de
los requisitos de la pretensión y de ahí su fracaso.

(311) Los hechos alegados no consolidan el derecho auto atribuido. Los hechos alegados
pueden tener trascendencia legal, pero no consolidan el derecho auto atribuido. Y de ahí que
la consecuencia jurídica no tenga soporte legal. Tal sería el caso de alegarse una
prescripción adquisitiva, por un poseedor que no ha cumplido con los términos legales para
su consolidación, y la consecuencia jurídica reclamada estará llamada a su fracaso. Suele
denominarse a esta defensa: el demandante no tiene el derecho. Sin embargo, lo importante
es tener claro que los supuestos jurídicos del derecho y su consecuencia que consagra la ley
sustancial, dependen esencialmente del supuesto de hecho de la norma. Como en los casos
anteriores, se trata de una defensa y no de una excepción, pues para su ocurrencia, sólo
resulta de la verificación de los requisitos de la pretensión procesal, sin que sea necesario
alegar otros hechos que corresponden a otras consecuencias jurídicas. De todas maneras, la
carga de la prueba le corresponde al demandante, de los hechos que consolidan el derecho
auto atribuido como soporte jurídico de la pretensión procesal.

(312) La consecuencia jurídica reclamada es distinta a la que ley consagra para el caso.
De la misma manera, es posible que los hechos puedan tener relevancia jurídica, pero la
consecuencia que la ley consagra para ellos es otra y no la reclamada. Por ejemplo, sobre
los hechos que constituyen actos de mera tolerancia sobre terrenos baldíos, la ley asigna
posibilidades de adjudicación por vía administrativa, y el detentador de la cosa persigue
prescripción adquisitiva.

(313) Falta de causa Probatoria. Las defensas que esgrime el demandado sólo corresponden
a la denuncia de ausencia de los requisitos legales para la consolidación de la pretensión
procesal. De ahí que el demandado no debe probar nada, pues la carga de la prueba la tiene
el demandante. Su postulación persigue que el juez observe con mayor detenimiento la
falencia invocada, para que se pronuncie sobre ella, en concreto, en la sentencia. Sin
embargo, la defensa puede sustentarse en el ataque a las pruebas aportadas al proceso. Que
puede ocurrir con el desconocimiento de los documentos aportados, tacha de falsedad de los
mismos, y con la impugnación de los demás medios probatorios en las oportunidades legales
y de acuerdo con la naturaleza de cada uno. La ilegalidad de las pruebas, o su ilicitud, para
que el juez aplique la cláusula de exclusión probatoria consagrada en el artículo 29 de la
Constitución. Si el demandado, logra socavar el fundamento probatorio de la pretensión
procesal, esta no puede ser estimada en la sentencia. Pues tal requisito no se tiene por
cumplido. Como en los demás casos, estas defensas no amplían a otros supuestos el ámbito
de la pretensión procesal. Aquellas se desenvuelven dentro del radio de acción de esta, y por
ello no constituyen excepción procesal. Simplemente la pretensión procesal no alcanza a
consolidar su soporte probatorio y de ahí su fracaso.

(314) Efectos de la defensa. Para que las defensas puedan generar efectos favorables para
quien las esgrime, se requiere que sean postuladas como contenido de la contestación de la
demanda, la cual exige un pronunciamiento expreso sobre las pretensiones procesales, y
sobre los hechos. Los efectos que puede generar una postura de defensa activa, frente a la
pretensión procesal invocada, son variados que pueden ir desde impedir que se asigne valor
de indicio grave para la no contestación de la demanda, y de pronto impedir la confesión
ficta o presunta frente a ciertos hechos confesables y alegados en la demanda. Pero además
que el juez estudie con mayor detenimiento los elementos estructurales del proceso, que en
consideración del demandado no están cumplidos.

(315) LAS EXCEPCIONES. a) Concepto de excepción. Las excepciones corresponden a


una categoría de las resistencia activa que puede esgrimir el sujeto pasivo de la pretensión
procesal. Constituyen un ataque a los elementos estructurales de la pretensión procesal, pero
no a título de simple negación, afirmación o contradicción de hechos, o rechazo de
consecuencias jurídicas, sino que se invocan consecuencias jurídicas distintas de las
reclamadas por el sujeto activo, que tienen la virtud de destruir la pretensión procesal. Dicho
de otra manera, la excepción corresponde al planteamiento de nuevas relaciones jurídicas,
sobre supuestos de hecho nuevos, que dan lugar a una consecuencia jurídica distinta que
tiene la virtud de destruir la pretensión procesal reclamada. A este ataque suele denominarse
genéricamente excepción. Pero específicamente se les denomina excepciones perentorias, de
fondo o de mérito. Podemos definir la excepción como la declaración de voluntad que
mediante acto procesal del demandado resiste la pretensión procesal reclamada en su
contra, invocando nuevas consecuencias jurídicas sobre nuevos supuestos de hecho,
jurídicos y probatorios, que conducen a la destrucción de la reclamada por el actor. b)
Naturaleza jurídica de la excepción. Los elementos integrantes de la naturaleza jurídica de
la excepción, constituyen los elementos diferenciadores de otras figuras que también
corresponden a la resistencia procesal. Los podemos precisar así: 1) La excepción
constituye una declaración de voluntad, mediante la cual se resiste el otorgamiento de una
consecuencia jurídica reclamada en la pretensión procesal. La excepción se expresa a
través de una declaración inequívoca de voluntad con la cual se resiste la consecuencia
jurídica reclamada en la pretensión procesal. La resistencia, está dirigida a destruirla, pero
no socavando los elementos propios de esta, sino trayendo nuevos supuestos fácticos,
jurídicos y probatorios. La diferencia entre pretensión y excepción la encontramos, en que si
bien en ambas hay una declaración de voluntad que persiguen distintas consecuencias
jurídicas, en la pretensión esta será reconocida en la sentencia con fines de ejecución,
mientras que en la excepción esta destruye la de aquella y la hace ineficaz. Es prácticamente
un debate entre consecuencias jurídicas contrarias, con supuestos de hecho, de derecho, y
probatorios distintos. 2) La excepción se expresa mediante un acto procesal del demandado
que constituye carga procesal. La excepción debe ser postulada en la contestación de la
demanda, como única actuación que puede contenerla, esto para los procesos de
conocimiento. Para los procesos de ejecución, si bien es cierto no hay contestación de la
demanda si hay posibilidades de alegarlas mediante un escrito así denominado: de
excepciones. Sin embargo, lo trascendente es que se haga dentro de las oportunidades
legales, en ambos casos. La no postulación de excepciones puede jugar un papel
fundamental, cuando de carga procesal se trate. Si el proceso corresponde a uno de
conocimiento, la no postulación de excepciones podrá dar lugar a considerarse como indicio
grave en contra del demandado, siempre que tampoco se postulen defensas. Sin embargo, lo
anterior no es obstáculo para que el juez las pueda declarar probadas de oficio, cuando de
la causa y su prueba resultaren probadas, con las limitaciones legales a la prescripción,
compensación y nulidad relativa sustancial. Para el caso de los ejecutivos, las excepciones
deben estar postuladas para que se abra la etapa de conocimiento de este tipo de proceso. Si
no se postulan se ordenará seguir adelante a ejecución. Diríamos que el no cumplir con la
carga procesal de su postulación tiene consecuencias distintas: de unos casos constituye
indicio grave en contra del demandado, y en otros, allanamiento al mandamiento de pago. 3)
La excepción ataca la pretensión procesal haciéndole inoperante su consecuencia jurídica.
La postulación de excepciones implica reclamar la aplicación de una consecuencia jurídica
distinta y excluyente de la reclamada en la pretensión procesal, con la finalidad de hacer a
ésta inoperante. Esta característica de la excepción la diferencia de la demanda de
reconvención, cuando en esta el demandado reclama también una consecuencia jurídica, que
en esencia es distinta de la reclamada en la pretensión, pero con la finalidad de ser actuada
en la sentencia, y de la cual se exige su ejecución. Se podría decir que entre pretensión
principal y la reclamada en la reconvención se plantea una acumulación de pretensiones,
que son excluyentes entre sí, quede prosperar la reconvención implica que el demandante
sale condenado. Mientras que entre pretensión y excepción, esta destruye aquella y
simplemente no se actúa, conduciendo a una absolución del demandado. 4) La excepción
desborda el marco fáctico o jurídico planteado por la pretensión procesal. La excepción por
esencia plantea una nueva situación jurídica, distinta de la planteada por la pretensión
procesal. El marco fáctico de la excepción fundamentará una consecuencia jurídica distinta
de la reclamada por el demandante. En cuanto al marco jurídico puede estar basado en la
misma norma sustancial invocada por el demandante, pero con aplicación de sus elementos
legales excluyentes. Mientras que en la defensa la discusión no es frente al supuesto jurídico
sino frente al supuesto fáctico. En la excepción la discusión es frente al supuesto jurídico
como frente al supuesto fáctico, bien de la misma norma invocada para a pretensión, o bien
de un norma distinta. Veamos un par de ejemplos:

El artículo 2349 del C.C., establece la responsabilidad del empleador por los daños que
causen los empleados con ocasión del servicio prestado. La demanda estará dirigida a
obtener la responsabilidad del empleador, probando que se causó un daño, que ese daño es
imputable a los empleados de este, y por razón del servicio que le prestan. Es claro el marco
fáctico y jurídico planteado por el demandante en su demanda indemnizatoria. Pero el
empleador demandado puede excepcionar con el fin de destruir esta consecuencia jurídica,
invocando la misma norma del artículo 2349 del C.C., en el supuesto fáctico y jurídico que
consagra la exoneración de responsabilidad cuando los empleados se han comportado de un
modo impropio, que el empleador no tenía medio de prever impedir empleando el cuidado.
Es decir, si el demandante prueba el supuesto fáctico y jurídico de dicha responsabilidad, al
demandado le corresponde probar los supuestos fácticos de la exoneración. En
consecuencia, la excepción rebasó el marco fáctico y jurídico planteado por el demandante.
El artículo 1527 del C.C, establece la exigibilidad del cumplimiento de las obligaciones
civiles. Si el demandante exige el cumplimiento de una obligación a su favor, debe probar la
existencia de esta y las exigencias jurídicas para su reclamación, plazo vencido por ejemplo.
Si se prueba el supuesto de hecho y jurídico de la obligación se ordenará al deudor que
pague. Pero si el demandado excepciona alegando otra norma jurídica que consagra otros
supuestos fácticos y jurídicos que tienen la virtud de enervar la pretensión, pues esta no será
actuada y el demandado será exonerado de pagar. Tal es el caso cuando el demandado alega
la prescripción extintiva de las obligaciones, consagradas en el artículo 2535 del C.C., le
corresponderá probar los supuestos de hecho y jurídicos de la norma invocada para destruir
la consecuencia jurídica reclama en la pretensión procesal. Como se puede observar en este
caso la excepción rebasó el marco fáctico y jurídico planteado por la pretensión invocada
inicialmente. 5) La alegación de excepciones genera carga de prueba para el demandado,
respecto de los nuevos hechos alegados. Las excepciones generan carga de prueba en el
demandado, pues le corresponde probar los supuestos de hecho en que se funda aquella, y
que deben corresponder a la norma jurídica que consagra la consecuencia jurídica que
enerva la pretensión procesal. Sin embargo, es de precisarse que la carga de prueba para el
demandado sólo opera cuando el demandante ha probado los supuestos de la pretensión,
porque si ello no ha ocurrido, el demandado deberá ser exonerado así no probare los
supuestos de su excepción. De otro lado, es de recordar que las excepciones, por regla
general, no constituyen obligatoriedad de alegación, pues estas pueden resultar probadas
dentro del proceso y por tanto deberán ser declaradas por el Juez oficiosamente, con
exclusión de la prescripción, compensación y la nulidad relativa sustancial.

(316) Tipos de excepciones. La resistencia que constituye excepción puede presentar alguna
variedad, que por razones de su contendido y efectos amerita su estudio separado. Así
tenemos:

(317) Excepciones Materiales o de Fondo. a. Concepto Materiales o de Fondo. Las


excepciones perentorias, de fondo o de mérito constituyen la figura más importante y
compleja de la resistencia a la pretensión procesal. Toda vez que allí no es suficiente hacer
un pronunciamiento sobre el ataque a la pretensión procesal, sino que requiere además que
ella sea nominada y sea fundamentada en supuestos fácticos y en supuestos jurídicos. En
cuanto a la nominación de la excepción perentoria o de fondo constituye un elemento
clarificador del contenido de la oposición que postula el sujeto pasivo de la pretensión
procesal. Sin embargo, el medio exceptivo no se consolida por el título que a la excepción le
dé su postulante sino por lo que se deduce de sus fundamentos fácticos y jurídicos. Quiere
decir lo anterior que el éxito de excepción no dependerá del acierto en la nominación sino en
la prueba de los supuestos fácticos en que se apoya. La excepción de materiales o de fondo,
también denominadas por la doctrina procesal, de mérito o perentorias, son aquellas
resistencias u oposiciones procesales, que el demandado esgrime contra la pretensión
procesal; invocando las exoneraciones que mismas las normas sustanciales consagran
para aquella, o las consecuencias jurídicas de otra normatividad sustancial que enervan el
derecho auto atribuido, cuyo supuestos de hechos debe probar el demandado, y con lo cual
se impide que la pretensión sea actuada. El ataque es de tal magnitud que si este prospera
destruye totalmente la pretensión procesal. Dicho en palabras de mi maestro el profesor
Jaime Guasp, la excepción pretende matar la pretensión. b. Naturaleza jurídica de la
Excepciones Materiales o de Fondo. En cuanto a los elementos integrantes de las
excepciones materiales de fondo, encontramos: 1) Las excepciones materiales o de fondo
provienen del derecho sustancial. Las excepciones materiales o de fondo, son resistencias u
posiciones de índole procesal, es decir, provienen del derecho material, pero se hacen valer
en el ámbito de un proceso. La fuente de ellas fluye de la normatividad sustancial que
consagra consecuencias jurídicas, que desconocen o destruyen las reclamadas por la
pretensión procesal. Nótese que este tipo de resistencia, se diferencia claramente de la
defensa, pues en esta el ataque es a los elementos estructurales de la pretensión, sin
invocación de otros supuestos jurídicos, sino que se denuncia que los que le corresponden a
ésta no están cumplidos para poder ser actuada. Mientras que para la excepción podría
decirse que los elementos de la pretensión estarían cumplidos y que de no alegarse la
excepción aquella sería actuada. Ejemplo: Un acreedor reclama a su deudor el pago de la
obligación, y este propone la excepción de prescripción. Como podemos observar, la
consecuencia jurídica de pago es fruto de la constitución de la obligación a favor del
acreedor, pero otra norma sustancial establece que las obligaciones prescriben si no son
reclamadas en tiempo, con la condición que el deudor la alegue. Es decir, de no ser alegada
la excepción la pretensión debe ser estimada para el acreedor. 2) Las excepciones materiales
o de fondo deben tener su propia causa de hecho. La excepción exige la postulación de los
hechos, que corresponden al supuesto fáctico de la norma sustancial que consagra la nueva
consecuencia jurídica, que se invoca para enervar la pretensión. En el caso anteriormente
presentado, no se trata simplemente de invocar la excepción de prescripción como una
titulación o denominación, sino que se requiere, también, la invocación de las normas
jurídicas que la consagran, y especialmente los hechos que se han de subsumir en el
supuesto fáctico que las normas invocadas. Obsérvese que los fundamentos de hecho de la
pretensión procesal, por lo general no contiene alegación de hecho que la pueda destruir,
pues la parte demandante estará interesada en postular sólo los que favorecen a la
pretensión, si embargo, hay casos en donde se alegan dichos hechos, es decir, los hechos de
la pretensión llevan dentro de sí el germen de su propia destrucción. Pero esto no es lo
corriente, sino la alegación de hechos que corresponde a la conducencia de la pretensión.
(XLV, 886). Pero en el caso de la prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial,
que son excepciones materiales que deben ser alegadas expresamente, la postulación de los
hechos es trascendental, pues no podríamos llegar al caso de declarar probada una
prescripción extintiva, por ejemplo, con base en hechos o causas no alegadas, porque sería
tanto como declararla de oficio. Quiere decir lo anterior, que la alegación de la excepción de
prescripción debe comportar la incorporación de todos los hechos que la configuran, pues
una alegación sucinta o de carácter general, no constituye su completa invocación.
Recuérdese que quien quiera aprovecharse de esta debe alegarla. Un ejemplo: Si un deudor
alega la prescripción extintiva de la obligación, no puede limitarse exclusivamente a su
denominación, y los supuestos de hecho deben determinar claramente desde cuando se
invoca que empezó a correr, y que esta es ininterrumpida. Nótese que la legislación procesal,
dentro de los procesos ejecutivos, ordena correr traslado de las excepciones al demandante,
en los términos del artículo 510 del C.P.C., y no sanciona al ejecutante que no hace
pronunciamiento frente a las excepciones, es decir, no puede deducirse indicio grave en
contra del ejecutante ni mucho menos allanamiento. En tales condiciones le corresponde al
ejecutado probar los supuestos de hecho de la consecuencia jurídica que reclama como
válida para enervar la pretensión procesal. Quiero llamar la atención sobre el siguiente
pronunciamiento jurisprudencial: Jurisprudencia: “Sea lo primero advertir que, de las
excepciones de mérito formuladas por el extremo demandado se dio traslado al ejecutante
por el término de diez días, para que conforme con lo preceptuado en el inciso 1º del artículo
510 del estatuto procesal civil, el ejecutante se ´pronuncie sobre ellas, adjunte y pida las
pruebas que pretenda hacer valer´. Traslado que paso en silencio, (…). Evidenciándose en
el caso que se examina, que la interrupción natural – alegada a ultima hora – no puede ser
tenida en cuenta, dado que tal hecho se invocó por fuera de la correspondiente oportunidad
procesal; admitir lo contrario acarrearía sorprender a la parte contraría con puntos nuevos
que no pudo discutir en las etapas del proceso; dicho de otra manera, como no se invocó
oportunamente la referida interrupción, la misma quedó por fuera de la cuestión debatida, lo
cual impide su consideración por virtud del principio de preclusión, que determina que los
actos procesales para que tenga eficacia deben ser aducidos dentro de las precisas
oportunidades que señala la ley”. Tribunal Superior de Bogotá. sentencia C 1147, enero 11
de 1994. Magistrado Ponente Dr. Carlos Rafael Rodríguez G. La anterior providencia no
puede ser más infortunada, pues se establecen alcances al silencio del ejecutante que la ley
no consagra para estos casos y de otro lado no se preciso el thema decidendum para llegar a
la conclusión que la interrupción natural “quedo por fuera de la cuestión debatida”. Veamos
el porqué: 1. La Ley no alcances de allanamiento a la excepción cuando el demandante no se
pronuncia frente a esta en su traslado. 2. Olvida el la Sala que falló tan cuestión, que la
postulación de la excepción de prescripción extintiva de la obligación reclamada lleva de sí
envuelta la alegación de no haberse reclamado en tiempo, y que este ha sido ininterrumpido.
Ello se deduce del artículo 2538 del Código Civil. Quiere decir, que al excepcionante le
corresponde probar los supuestos de hecho de dicha prescripción extintiva, así no se
pronuncie el ejecutante. 3. Si la condición de tiempo ininterrumpido, para consolidar
prescripción adquisitiva hace parte del thema decidemdum, no se entiende como se excluyó
de la cuestión debatida, cuando el demandante la reclamó, pues para que tal hecho exceptivo
se habrá paso debe estar probada la condición de ininterrupción. 4. Si bien es cierto, la
ininterrupción puede considerarse un hecho negativo, que en términos del artículo 177 del
C.P.C., no requiere de prueba, ello no quiere decir que no se pueda desvirtuar por la
contraparte que el tiempo de prescripción fue interrumpido, desde luego, correspondiéndole
a éste la carga de la prueba. 5. Pero llegar hasta afirmar que la no alegación de interrupción
natural queda por fuera del tema de discusión por su no alegación en el traslado de las
excepciones en el ejecutivo, es tanto como decir, que la ininterrupción se presume, sin
mandato legal, o que el silencio correspondió a un allanamiento, lo cual es un despropósito.
3) Las excepciones materiales o de fondo tienen su propia causa jurídica. La excepción
material tiene como soporte jurídico las normas sustanciales que la consagran. Puede
corresponder a la misma norma jurídica invocada para la pretensión procesal, sin embargo
esta lleva dentro de sí s propia excepción o exclusión; o bien puede tratarse de una norma
sustancial distinta con su propia independencia. Tomemos como ejemplo el siguiente: Un
empleador es responsable del daño causado por sus empelados o criados, con ocasión del
servicio prestado por estos a aquel, en los términos del artículo 2349 del C.C. El empleador
es demandado para que indemnice los perjuicios ocasionados por su empleado. Pero aquel
puede proponer la excepción material, de exonerado de tal responsabilidad, en
consideración a que con tal ocasión, aquel el empleado se comportó de una manera
impropia, que el empleador no tenía medio de prever o impedir empleando el cuidado
ordinario y la autoridad competente. Los hechos son ciertos, pero las mismas circunstancias
que rodearon el daño hacen que el demandado no deba soportar la consecuencia jurídica
indemnizatoria, porque la misma norma sustancial la excluye. Podríamos citar como ejemplo
también el caso del artículo 2355 del C.C., el cual establece responsabilidad para todas las
personas que habitan la misma parte de un edificio, por los daños causados por la cosa que
cae o se arroja de la parte superior de aquel. Es decir, la demanda se instaura contra todos
los habitantes que en principio son los responsables. Sin embargo, los demandados o algunos
de ellos proponen la excepción material que contiene la misma norma, y lo tienen que
probar, que la causa del hecho se debe a culpa o mala intención de alguna persona
exclusivamente, la responsabilidad será únicamente de ésta, resultando exonerados los
demás demandados. De otro lado, otra normatividad sustancial consagra excepciones
materiales, a las consecuencias jurídicas establecidas en otras normas. Tal es el caso de las
obligaciones civiles que dan derecho para exigir su cumplimento contra su deudor, en los
términos del artículo 1527 inciso segundo del C.C., pero es el artículo 1625 del mismo
Código, que en su numeral 10, dispone la extinción de las obligaciones por prescripción, sin
embargo, la figura de la prescripción extintiva es desarrolla por los artículos 2512, 2513 y
2535 del C.C., es decir, le corresponde al demandado alegar y probar el hecho exceptivo, si
quiere exoneración de lo reclamado en su contra. 4) El demandado tiene la carga de la
prueba de las excepciones materiales o de fondo. Corresponde al demandado probar los
supuestos de hecho de la norma sustancial que invoca, como excepción material o de fondo.
Es decir, la carga de la prueba la tiene el demandado, y de no demostrarlos la pretensión
procesal debe ser actuada. Aclarando que siempre cuando los supuestos de hecho de ésta
también sean demostrados, porque si tampoco se prueban, simplemente la pretensión no
puede ser actuada. Ello en desarrollo del artículo 177 del C.P.C., en donde se dispone:
“Incumbe a las partes probar los supuestos de hecho de la normas que consagran el efecto
jurídico que ellas persiguen. …”. Y como lo hemos venido planteando la consecuencia
jurídica de la norma sustancial que es invocada en la pretensión procesal, esta soportada en
unos los supuestos de hecho, que le corresponde al demandante alegar y probar. Y respecto
del demandado, para el evento en que los anterior fuere probado, debe invocar las
excepciones que enervan la pretensión procesal y probar los supuestos de hecho en que se
fundan, porque si ello no es así, solo la pretensión procesal será exitosa. El aforismo romano
disponía: “Onus probando, incumbit actoris y reus in excepcione actor est. La obligación
de probar incumbe al actor. El reo en la excepción es actor de esta”. Por lo cual la
obligación de probar no sólo le correspondía al demandante actor de la demanda, sino al reo
ahora actor de su excepción. Nótese que si no se prueban los hechos la demanda, así no se
prueben los hechos de la excepción, la sentencia será denegatoria de la pretensión y el
demandado absuelto en desarrollo del aforismo: “actore non probante reus absolvitur”.
Legislaciones de la edad media como la Ley de las Siete Partidas, Ley 1, título 14 de la
Partida 3., dice: “Pertenece la prueba al demandador cuando la otra parte le negara la
demanda o la cosa o el fecho sobre que le face la pregunta”, es decir, se imponía la carga
de la prueba al demandante, y se le atribuye aquella obligación a la parte que afirma. Con
respecto a los hechos negativos, se admitía si estos entrañaban una afirmación. Esto se
deduce de lo señalado en la Ley 2ª, título 14, Partida 3ª : “de cosas señaladas en que la
parte que las niega es tenida de dar prueba sobre ellas”. En conclusión corresponde a una
interpretación del principio romano “Ei incumbit probatio qui dicit, nom qui negat”. Las
Siete Partidas reproduciendo la máxima romana: “actore non probante reus est
absolvendus”. Cuando el actor no prueba el reo es absuelto. Se disponía: “darse por quito
al demandado de aquella cosa que non fue probada contra él”. Con el advenimiento de la
revolución francesa y con ella el Código de Napoleón se introdujo un principio similar en el
artículo 1315, el que equivale al artículo 1214 del Código Civil Español puesto en vigencia
mediante el Real decreto de 6 de agosto de 1888, y al 1312 del italiano de 1865. De los
cuales Andrés Bello tomó el postulado para redactar el artículo 1698 del Código Civil
Chileno, que luego paso a ser el artículo 1757 del Código Civil Colombiano. Los postulados
romanos influyeron las Codificaciones, el de Napoleón, el de Italia de 1865, el de España de
1888, el de Chile redactado por Bello y de Colombia. Y la influencia fue tal, que la máxima
romana fue acuñada en los libros correspondientes a las obligaciones y en el capítulo de
prueba de las obligaciones. El Código Francés en su artículo 1315 dispone: « Celui qui
réclame l’exécution d’une obligation doit la prouver. Réciproquement, celui qui prétend
libéré, doit justifier le payement ou le fait qui a produit l’extinction de son obligation » .
“Aquel que reclama la ejecución de una obligación debe probarla. Recíprocamente, aquel
que pretenda liberarse de ella, debe justificar el pago o el hecho que produjo la extinción
de su obligación”. Para el actual Código Civil Italiano, se redactó el artículo 2697 con el
siguiente tenor: “el que quiera hacer valer un derecho en juicio debe probar los hechos que
constituyen su fundamento. Quien excepciona la ineficacia de tales hechos, o que el
derecho se ha extinguido, o modificado, debe probar los hechos sobre los que la excepción
se funda”. El Código Civil Español de 1888 dispuso en su artículo 1.214: “Incumbe la
prueba de las obligaciones al que reclama su cumplimiento, y la de su extinción al que la
opone”. Muy a pesar de que estas normas se refieren a las pruebas de las obligaciones los
doctrinantes nacionales e internacionales coinciden en que estas tienen un sentido general
en donde corresponde probar los hechos constitutivos a quien los afirma, y que quien opone
otro hecho con el cual pretende extinguir sus efectos jurídicos o modificarlos, debe probarlo
por su parte. Se mantiene el principio de absolución del demandado si el actor no prueba los
hechos en que se basa su demanda. Se mantiene la condena, si probados estos aquel no
demuestra los fundamentos de sus excepciones, sin tomar en cuenta su naturaleza positiva o
negativa del hecho, se atiende únicamente al carácter definido o indefinido, pues sólo los
negativos no requieren prueba, dada la imposibilidad práctica de suministrarla. El actual
Código de Procedimiento Civil en su artículo 177 dispuso: “Carga de Prueba. Incumbe a
las partes probar los supuestos de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico
que ellas persiguen. Los hechos notorios y las afirmaciones o negaciones indefinidas no
requieren prueba”. Y el Código Civil Colombiano en su artículo 1757 dispuso: “Incumbe
probar las obligaciones o su extinción al que alega aquellas o ésta”. Si los hechos, las
pruebas y las excepciones no son invocados, y aparecen probadas las excepciones deben
declararse estas de oficio en los términos del artículo 306 del C.P.C., con exclusión de la
prescripción, compensación y nulidad relativa sustancial.

(318) Régimen jurídico de las excepciones materiales o de fondo. El régimen jurídico


aplicable a las excepciones materiales o de fondo depende esencialmente de la legislación
aplicable. Y el puede desdoblarse en los requisitos, el contenido y los efectos, veamos:

(319) Los requisitos de las excepciones materiales o de fondo. Los requisitos para la
postulación de las excepciones materiales o de fondo, dentro del sistema utilizado
corresponde a los subjetivos, objetivos y de actividad.

(320) El cuanto a los requisitos subjetivos. Como toda resistencia procesal, la excepción
debe ser dirigida al juez del conocimiento de la causa y por el sujeto pasivo de la misma que
es el demandado. Sin embargo, a partir de la Ley 791 de 2002 la cual dispuso que el artículo
2513 del Código Civil debía adicionarse con un inciso segundo del siguiente tenor: “La
prescripción tanto la adquisitiva como la extintiva, podrá invocarse por vía de acción como
por vía de excepción, por el propio prescribiente, o por sus acreedores o cualquiera otra
persona que tenga interés en que sea declarada, inclusive habiendo aquel renunciado a
ella”, autorizó a terceros ajenos al proceso a invocar como excepción las prescripciones
adquisitiva y extintiva, aun en contra de la voluntad del demandado, y la situación puede
conducir a la creación de nuevas figuras jurídicas que es necesario precisar para determinar
luego su alcance. Quiere decir la norma antes trascrita que se ha autorizado a terceros
ajenos al proceso para invocar como excepción la prescripción adquisitiva o extintiva, lo
cual comporta que puede dar lugar a una nueva forma de intervención de terceros en el
proceso que no corresponde a las figuras legisladas por el Código de Procedimiento Civil,
como la intervención ad excludendum, la coadyuvancia, el llamamiento en garantía, etc.,
sino que se trata de una intervención voluntaria por quien la hace, pero vinculante y
obligatoria para el demandado. Podríamos decir que se acerca a la figura del coadyuvante
en cuanto a la voluntariedad de la intervención y los efectos de la sentencia a producir, pero
que difieren en cuanto a que la figura del coadyuvante implica una no contradicción entre la
actuación del coadyuvante y coadyuvado, mientras que en la nueva figura la intervención
puede ir en contravía de lo dispuesto por la parte demandada, pues la norma expresamente
dispone que: “…inclusive habiendo aquel renunciado a ella”. La invocación por un tercero
de una pretensión procesal que no le corresponde, pero que se lo autoriza la ley sustancial
porque tiene una relación material respecto de una de las partes que lo sería el demandante,
es a lo que se le ha denominado: Acciones oblicuas. Con las cuales la instauración de la
demanda le corresponde a un tercero, pero no reclama para sí, sino para la parte con quien
tiene la relación material, y lo hace aún contra la renuncia o renuencia de ésta. Quiere decir
lo anterior, que ha sido ampliado el radio de actuación del tercero, por ejemplo el acreedor,
para proponer las excepciones de prescripción adquisitiva o extintiva a favor de la parte, que
sería el demandado, aun contra su renuncia, lo cual implica la constitución de lo que hemos
denominado: Excepción oblicua. Y así como en la acción oblicua deberá probarse la
relación material que lo vincula al demandado para poderse autorizar tal intervención. Sin
embargo, debe precisarse que la excepción oblicua no se invocará a favor del tercero sino
del demandado aun a pesar de su renuncia.

(320) El contenido de las excepciones materiales o de fondo.

(321) Efectos de las excepciones materiales o de fondo. Estas excepciones perentorias o de


fondo, en caso de prosperar, pueden tener un carácter declarativo y de pronto constitutivo,
en la medida en que pueden dejar definida una situación jurídica o crear una nueva, pero
también con carácter definitivo. Veamos unos ejemplos para ilustrar lo anteriormente dicho:
La excepción de pago. Si se postula ésta frente a la invocación de la pretensión procesal
soportada en la obligación que ya se extinguió, la consecuencia o el efecto que tal excepción
produciría, en caso de prosperar, no es otro que la imposibilidad de derivar efectos jurídicos
para la pretensión inicialmente invocada. Este tipo de excepción conduce a la declaración
del hecho extintivo de la obligación reclamada en la sentencia. Un ejemplo del efecto la
excepción de declaración constitutiva podría ser el siguiente: La excepción de nulidad
absoluta del negocio jurídico. Se postula esta excepción frente a la invocación de una
pretensión procesal sustentada en un negocio jurídico, tal sería el caso de la resolución del
contrato por incumplimiento del demandado. En tal evento, no puede resolverse un contrato
que esta afectado de nulidad, y si prospera la excepción, la consecuencia lógica será el retiro
de dicho contrato del mundo jurídico, y sin que de él se puedan derivar otras consecuencias
jurídicas. Sin embargo, a pesar de que la nulidad absoluta no fue invocada como pretensión
procesal, el éxito de la excepción hará que se defina lo relativo a las prestaciones mutuas
derivadas del contrato que resulto nulo. Es de anotarse, que no cualquier alegación del
demandado puede ser reputada como excepción para derivar otros efectos. En un caso que
resolvió la jurisprudencia se presentó la siguiente situación: La parte demandada propuso
excepciones que este las denominó de mérito y la nominó "carencia absoluta del derecho
para demandar" y "la innominada" en tal evento, consideró la Corte que dichas defensas no
constituían excepciones, puesto que no son medios de enervar las pretensiones deducidas por
el actor, sino la negación misma de tales pretensiones, lo que es completamente distinto. Y
que estos medios de defensa no requerían prueba, por cuanto solamente se habían negado
las pretensiones procesales, la carga de demostrar los hechos en que estas se apoyan
correspondía a la parte demandante. La decisión se tomó a propósito de una nulidad
impetrada, cuando dentro del proceso no se corrió traslado de las excepciones postuladas en
la contestación de la demanda, tal y como lo ordena el artículo 399 del Código de
Procedimiento Civil, por considerarse que las llamadas excepciones que postuló el
demandado, en realidad no lo eran. (Ver Corte Suprema de Justicia, sentencia de 28 de
febrero de 1979, Magistrado Ponente, Dr. Ricardo Uribe Holguín). Es preciso hacer
referencia a la nueva excepción material que ha permitido la ley sustancial invocar, y que
resulta ser una de tipo declarativa constitutiva. Es el caso de la Ley 791 de 2002, que
modificó en algunos aspectos el régimen de la prescripción adquisitiva, pues antes de esta
ley este tipo de prescripción sólo podía ser alegada como acción, es decir, a través de la
llamada demanda de pertenencia, y hoy puede alegarse como excepción dentro del proceso
reivindicatorio, cuando el dueño de una cosa intenta recuperar la posesión material perdida.
Sin embargo, debe hacerse una serie de precisiones al respecto: 1. La nueva excepción de
prescripción adquisitiva debe contener su precisa invocación con la indicación de ser
ordinaria y/o extraordinaria. 2. La postulación de la causa fáctica que la desarrolla, el
supuesto jurídico que la consagra, y la prueba que la demuestra. 3. Existirá una diferencia
entre la postulación de la prescripción extintiva y la adquisitiva, pues en aquella sólo habrá
que probar que el derecho no fue reclamado en tiempo, y que durante el mismo no hubo
interrupciones ni suspensiones, para que fracase la pretensión procesal de reivindicación;
mientras que en la adquisitiva, además que esta lleva implícita la alegación de la extintiva
debe probarse todos los elementos de aquella. Por ejemplo, si se trata de excepción
adquisitiva ordinaria debe probarse el justo título, la buena fe (se presume), y el tiempo de
posesión que como mínimo exige la ley sustancial. 4. Sin embargo otro tipo de reflexiones
podrían surgir. Supongamos que sólo se propone la excepción de prescripción adquisitiva
ordinaria, y no se prueba el justo título, en cambio se prueba que trascurrió suficiente tiempo
para la prescripción extraordinaria. En este evento, sólo se debe declarar probada la
excepción de prescripción extintiva de largo plazo, y no podrá darse lugar a declarar
probada la prescripción adquisitiva extraordinaria, pues esta no fue alegada. Produciendo
efectos únicamente interpartes. Recuérdese que la postulación de prescripción adquisitiva
lleva implícita la prescripción extintiva, una va unida a la otra. 5. La declaración de la
excepción de prescripción adquisitiva, solo produce efectos interpartes, y permite el registro
de la sentencia. Sin embargo, no se podrá predicar efectos erga omnes, pues los demás
personas que se crean con algún derecho sobre la cosa materia de la prescripción no han
sido citados al proceso. 6. La excepción de prescripción adquisitiva no permite abrir el
proceso de pertenencia dentro del reivindicatorio como si lo haría la demanda de
reconvención. 7. De prosperar la excepción de prescripción adquisitiva, esta sentencia se
registrará en la oficina de Registro correspondiente, sin embargo, como se advirtió
anteriormente, sólo producirá efectos interpartes.
(322) Excepciones procesales. a) Concepto. Una segunda categoría de excepciones la
constituyen las denominadas excepciones procesales. Anticipadamente debemos hacer una
precisión en cuanto a la nomenclatura utilizada, porque corrientemente se le asigna esta
condición a las mal llamadas excepciones previas o impedimentos procesales. Los ataques a
la pretensión procesal que he denominado excepciones procesales corresponden a aquella
declaración de voluntad por la cual se invoca una nueva consecuencia jurídica que es
capaz de enervar la pretensión, pero que su supuestos de hecho, jurídico, y probatorio
provienen del mismo derecho procesal, y que producen el decaimiento del proceso. b)
Naturaleza jurídica de las Excepciones procesales. Corresponde precisar la naturaleza
jurídica de las excepciones procesales, especialmente que muestre la línea divisoria con las
excepciones materiales o de fondo, o las mal llamadas excepciones previas. b.1. La
consecuencia jurídica reclamada proviene del derecho procesal. Encontramos varios
ataques que pueden enfrentarse a la pretensión procesal, que no provienen del derecho
material como las excepciones materiales o de fondo, y que no constituyen impedimentos
procesales que denuncian yerros de procedimiento en la formación de la pretensión, sino que
implican consecuencias jurídicas que provienen de otras actuaciones procesales, y que tienen
influencia decisiva en la nueva pretensión invocada. Tales son los casos de la cosa juzgada y
del pleito pendiente. Este tipo de figuras no son reguladas por el derecho sustancial sino que
provienen del ámbito del derecho procesal. Su estructuración corresponde al desarrollo de
una actividad procesal ya concluida, como la cosa juzgada, o una que se encuentra en
trámite como el pleito pendiente. La legislación nuestra no ha sido muy precisa en el
tratamiento de este tipo de figuras, pues mientras que para la cosa juzgada permite que se
postule como excepción material y en la contestación de la demanda, o como impedimento
procesal (excepción previa), a la figura del pleito pendiente sólo permite alegarlo como
“excepción previa”, cuando las dos figuras producen el mismo efecto y que corresponde al
decaimiento del proceso. Pero la situación se complicaría si no se postula el pleito pendiente
como ataque a la pretensión ni como impedimento procesal, surge la pregunta: ¿ésta podría
ser definida en la sentencia, y de qué manera?. Si se le hubiere dado el mismo tratamiento
procesal que se le dio a la cosa juzgada no tendríamos el problema. Pero como una solución
debe plantearse, considero que teniendo en cuenta su naturaleza jurídica, que corresponde a
una excepción procesal que genera la consecuencia jurídica del decaimiento del proceso, y si
apareciere probada debe el juez darle la connotación de excepción, y no de simple
impedimento procesal de previo pronunciamiento, pues el pleito pendiente no denuncia
yerros en la construcción de pretensión, sino que esta ya se encuentra en debate en el ámbito
de otro proceso entre las mismas partes. b.2. La consecuencia jurídica reclamada como
excepción procesal enerva la pretensión procesal. La consecuencia jurídica que se reclama
con la excepción procesal corresponde al decaimiento del proceso y desde luego de la
pretensión procesal invocada. Es decir, tiene la virtud de enervarla, pues no es posible un
doble pronunciamiento sobre la misma causa y por tanto, la pretensión no puede ser
actuada, pues estaría en tela de juicio la seguridad jurídica. Sin embargo, podría decirse que
este tipo de figuras como la cosa juzgada, o el pleito pendiente, producen un efecto es respeto
del proceso, que hemos denominado su decaimiento. Pero también es de precisarse que lo
que en últimas se persigue con dicho decaimiento es que la pretensión procesal no sea
actuada en el nuevo proceso, y de ahí su connotación de excepción. b.3. Las excepciones
procesales invocan consecuencias jurídicas distintas de las invocadas en la pretensión
procesal. Las excepciones procesales corresponden a ataques a la pretensión que vienen de
fuera del ámbito de ésta, y su consecuencia jurídica no es simplemente la no actuación de la
pretensión procesal sino su no solución a través de la sentencia. Es por ello que su
fundamento fáctico, jurídico y probatorio es distinto al invocado en la pretensión procesal, y
por ello su denominación de excepción. Corresponderá entonces al demandado, alegar y
probar los supuestos que desarrollan cualquiera de los tipos de excepción procesal, como la
cosa juzgada y el pleito pendiente. De otro lado, al constituirse excepción pueden resultar
declaradas probadas oficiosamente, en la medida en que su prueba aparezca en el asunto
aun cuando no hubiesen sido alegadas.

(323) Efectos de la Excepciones procesales. Los efectos que produce la excepción procesal
corresponden a que su decisión debe ser producida en la sentencia, es decir, debe el juez
pronunciarse sobre ellas en la decisión final. La ley procesal también permite que puedan
postularse como impedimentos procesales (mal llamadas excepciones previas). Sin embargo,
es de precisarse que por su naturaleza de excepciones, es decir, que están atacando en el
fondo la pretensión procesal y no los requisitos de forma de esta, podría producirse un doble
pronunciamiento sobre la misma. Ejemplo: se alega la cosa juzgada para que sea resuelta de
previo pronunciamiento y no se prueba, pues la decisión va a ser denegatoria y por tanto la
continuación del proceso, pero ello no obsta para que si luego aparece la prueba el Juez la
declare probada en la sentencia, bien porque se alegó como tal o porque oficiosamente se
haga este pronunciamiento.

(324)ATAQUE MEDIANTE PRETENSIONES. Es posible que el ataque que formule el


demandado contra la pretensión procesal invocada por el demandante, se haga soportar
mediante la innovación de otro tipo de pretensiones procesales. Las cuales pueden provenir
del mismo demandado y daría origen a la llamada demanda de reconvención o contra
demanda, o la demanda de un interviniente como el tercero ad excludendum. veámoslas:

(325) LA DEMANDA DE RECONVENCIÓN. La demanda de reconvención implica una


resistencia procesal que comporta la postulación de una pretensión abiertamente excluyente
de la formulada por el actor. El sujeto pasivo de la pretensión procesal asume una posición
más agresiva frente a esta, postulando una nueva pretensión procesal que se enfrenta a la
primera. Esta nueva pretensión procesal debe ser involucrada en una demanda que la
legislación ha denominado demanda de reconvención. Esta pretensión procesal de
reconvención debe reunir todos los requisitos exigidos para la pretensión procesal principal
que abrió el proceso. Pero además, que debe estar referida al tema a decidir planteado en la
pretensión procesal principal. Se podría decir que esta pretensión procesal es el adverso de
la pretensión procesal principal, de tal manera que perseguirá la no actuación de la primera.
Las dos pretensiones procesales (la principal y la de reconvención) no podrán coexistir. La
una debe excluir a la otra, de tal manera que si se actúa una, debe ser denegada la otra, pero
de ninguna manera pueden ser actuadas las dos al mismo tiempo. Varios ejemplos podemos
mencionar: A la pretensión procesal principal reivindicatoria se podrá oponer la pretensión
procesal de reconvención en pertenencia y viceversa. Otro ejemplo, En un proceso de
divorcio, el demandado podrá negar los hechos de la demanda principal, pedir la no
actuación de la pretensión procesal invocada y a su vez reconvenir con una pretensión
procesal que también reclame el divorcio con base en una causal distinta o una casual
similar pero sustentada en hechos distintos. Obsérvese que estas dos pretensiones procesales
(la principal y la de reconvención) persiguen el rompimiento del vínculo matrimonial, pero
cada una por hechos distintos. Sin embargo, es de aclararse que no es lo mismo que un
divorcio se decrete por cualquiera de las causales alegadas por los litigantes, pues quien
resulte ser el causante de dicho divorcio podría ser condenado, por ejemplo, al pago de los
perjuicios que haya causado al otro cónyuge.
(326) ATAQUE A TRAVÉS DE REQUISITOS FORMALES. IMPEDIMENTOS PROCESALES
(“MAL LLAMADAS EXCEPCIONES PREVIAS”). Estas oposiciones hacen referencia a la
denuncia que hace el opositor a la pretensión procesal, del no cumplimiento de los elementos
estructurales del proceso judicial. En términos generales podemos citar los requisitos o el
procedimiento. Sin embargo, en la doctrina, en la legislación y en la ley procesal se les ha
denominado excepciones previas. Pero considero que la denominación de excepciones para
este tipo de oposiciones es inadecuado. La razón es clara, dicho nombre ha sido reservado
para los ataques a la pretensión en su contenido y estas denuncian más aspectos de
procedimiento. Diríamos que no atacamos la almendra sino la envoltura. Asimismo, se puede
presentar como diferencia entre este tipo de resistencias y las verdaderas excepciones las
siguientes: El éxito de una verdadera excepción conduce a una sentencia absolutoria
mientras que el éxito de este tipo de denuncias procedimentales conduce en algunos casos a
la nulidad del proceso y en otros a un fallo inhibitorio. De otro lado, a tales denuncias la ley
procesal les ha asignado un régimen jurídico distinto como el trámite incidental, pero su
elemento identificador es que son de previo pronunciamiento. Los ejemplos son variados: Si
prospera la falta de jurisdicción porque la materia estaba asignada o otra especialidad, esta
constituye una causal de nulidad insaneable que impide que el juez se pronuncie en el fondo.
Si el yerro cometido se encuentra en el trámite dado al proceso, esto es, trámite inadecuado
ello conducirá a la nulidad del proceso. Algunos ejemplos que generan fallo inhibitorio. Si se
demandó a quien no era persona para el mundo del derecho, la pretensión procesal no puede
ser resuelta en el fondo ya que no podemos imponer condenas a quien no existe. Otro
ejemplo lo constituye la indebida representación de quien actúo como parte en el proceso. Si
se llega al fallo este no puede ser de fondo puesto que los supuestos de la capacidad procesal
en las partes no está cumplido. Existen también otros casos que pueden ser denunciados
como impedimentos procesales, que de ser corregibles pueden serlo desde las primeras
actuaciones, y de no hacerlo el demandante conduce al rechazo de la demanda, tales como la
aportación de anexos exigidos por la ley desde el inicio del proceso, que por una desatención
del juez no se observó su incumplimiento para haberse inadmitido la demanda. En
conclusión este tipo de resistencias, puede conducir al decaimiento del proceso y de la
pretensión procesal, con efectos que pueden resultar nefastos para el derecho sustancial
reclamado, como que no se logró interrumpir la prescripción, cuyo efecto produce la
presentación de la demanda con las exigencias de su notificación.

(327) Efectos de la resistencia activa. Para que las defensas puedan generar efectos
favorables para quien las esgrime, se requiere que sean postuladas como contenido de la
contestación de la demanda, la cual exige un pronunciamiento expreso sobre las pretensiones
procesales, y sobre los hechos.

(328) Destruyen la presunción de indicio grave en su contra. El hecho de contestar la


demanda, y el hacer un pronunciamiento sobre los hechos y las pretensiones procesales
invocadas, permiten que el juez este imposibilitado para aplicar el artículo 95 del Código de
Procedimiento Civil. Pues su rechazo a los hechos y a las consecuencias jurídicas
reclamadas, dejan al demandante con la exigencia de la carga de prueba, respecto de los
hechos alegados como soporte de su reclamación.

(329) Permite la postulación de medios probatorios. La contestación de la demanda habilita


al demandado para solicitar pruebas que pretendan desvirtuar los hechos afirmados por el
demandante. Es de recordar que la oportunidad que tiene el demandado para postular
medios probatorios es en esencia la contestación de la demanda.
(330) Permite el no reconocimiento de los documentos aportados con la demanda, y su
tacha de falsedad. El artículo 275 del C.P.C., permite que desconocimiento de documentos y
el artículo 289 del mismo código permite la tacha de falsedad por la parte contra quien se
presente de un documento público o privado. Para estas dos eventualidades, una de las
oportunidades para tal desconocimiento o tacha es la contestación de la demanda. Y por su
parte el artículo 252 del C.P:C., en concordancia con el artículo 276 del mismo estatuto
procesal, reputa al silencio de la parte contra quien se presenta el documento como un
reconocimiento implícito de los mismos.

(331) RESISTENCIA PASIVA. a. CONCEPTO. La resistencia pasiva corresponde en


términos generales al no pronunciamiento del demandado sobre el contenido de la demanda,
y muy especialmente frente a la pretensión procesal. Sin embargo, el concepto puede ser más
amplio, en el sentido en que el demandado puede comparecer al proceso, pero no asume una
posición de rechazo expreso frente a la pretensión procesal, o a pesar de intentar hacerlo
esta no reúne los requisitos de contenido y forma para que se tenga por repulsada. Se puede
definir la resistencia pasiva, como la actitud negativa del demandado frente a la pretensión
procesal, por su no pronunciamiento o cuando este es defectuoso, generando variedad de
consecuencias jurídicas. b. NATURALEZA DE LA RESISTENCIA PASIVA. 1) La resistencia
pasiva se considera una actitud negativa del demandado. El comportamiento del
demandado frente a la pretensión procesal, puede alcanzar la condición de resistencia
pasiva, en la medida en que asume una actitud negativa, es decir, de no rechazo frente ésta.
Tal actitud se deduce de la no contestación de la demanda, cuya conducta hace que la ley la
considere, en unos casos como un indicio en contra del demandado y en otros como
allanamiento frente a la pretensión procesal. De todas maneras corresponde al
incumplimiento de una carga procesal, pues se puede decir que no hay obligación imperiosa
de cumplir con tal carga, pero que de no hacerlo se asumen consecuencias jurídicas
adversas. De otro lado, tal actitud negativa puede deducirse de un pronunciamiento
defectuoso que va desde el no pronunciamiento expreso sobre los hechos y el petitum, hasta
un pronunciamiento extemporáneo. En el primer caso, los hechos no contestados
expresamente como lo exige la ley, puede determinar la declaración de tener por probado el
hecho no contestado, además de que tal conducta puede ser apreciada por el juez en su
contra. En el segundo caso, un pronunciamiento extemporáneo debe tenerse por no
contestación de la demanda con las consecuencias jurídicas correspondientes 2) La
resistencia pasiva no releva al demandante de sus cargas procesales. La resistencia pasiva
no implica que los hechos que sustentan la pretensión procesal no deban ser probados, ni
que la consecuencia jurídica que se reclama deba, de por sí ser concedida, ni un
desplazamiento de carga de prueba. Si bien es cierto, tal actitud del demandado puede
generar para el demandante, en muchos casos, una posición privilegiada, sin embargo, ello
no puede llevarse a extremos, como por ejemplo, que la consecuencia jurídica reclamada y
no repulsada, deba concederse con violación de la ley. La consecuencia jurídica la confiere
la ley, cuando el supuesto fáctico aparece probado. Asimismo, ciertos hechos pueden tenerse
por probados, pero ello no descarta de por sí, la pertinencia y la conducencia de los medios
probatorios. Es decir, de todas maneras la configuración de la pretensión procesal, tanto en
su supuesto fáctico, jurídico y probatorio debe aparecer plenamente demostrado. En todo
caso hay que probar los hechos de la demanda.

(332) TIPOS DE RESISTENCIA PASIVA.


(333) Silencio. Respecto a los pronunciamientos que el sujeto pasivo de la pretensión
procesal debe hacer frente a esta, se aplican los mismos criterios que lo dicho para los
pronunciamientos frente a los hechos. Es decir, que tales pronunciamientos deben ser
incorporados en el acto procesal de contestación de la demanda, que la normatividad
procesal exige un pronunciamiento expreso frente a las pretensiones invocadas con
indicación de las que se admiten o aceptan y las que se rechazan; que la falta de un
pronunciamiento expreso sobre las excepciones conduce a tenerse por no contestada la
demanda y tal conducta será apreciada por el juez como un indicio grave en contra del
demandado. Actuaciones que podemos sistematizar de la siguiente manera:

(334) El allanamiento procesal. La ley procesal permite que el sujeto pasivo de la pretensión
procesal se pronuncie frente a la pretensión procesal desde la contestación de la demanda,
con un allanamiento frente a las pretensiones invocadas en la demanda. Este allanamiento
debe incluir un reconocimiento de los fundamentos de hecho en que se soportó la pretensión
procesal. Quedando a salvo el poder oficioso del juez de rechazar dicho allanamiento o de
decretar pruebas oficiosamente cuando advierta que con tal allanamiento se persigue
producir un fraude. Sin embargo, es de anotarse que la misma normatividad procesal civil
establece algunas causales por las cuales el allanamiento puede ser ineficaz. Quiere decir
esto, que el juez no podrá dictar inmediatamente la sentencia, sino cuando ha descartado
todas las posibilidades o causales de ineficacia del allanamiento. Esta forma de
pronunciamiento positivo por parte del sujeto pasivo de la pretensión procesal a favor de las
invocaciones efectuadas en la demanda, constituyen de por sí una de las distintas formas de
oposición. Y se considerará así, en la medida en que el mismo demandado podría salir
beneficiado con el allanamiento al impedir que esté sometido a un largo proceso judicial,
que de por sí es costoso y dar cumplimiento a la sentencia a fin de que la condena no
produzca rentabilidades que harían más gravosa su situación. (Cas. Civ. De 22 de noviembre
de 1988)". (Cas. 12 de julio de 1995).

(335) EFECTOS DE LA RESISTENCIA PROCESAL. Las distintas oposiciones a la


pretensión procesal pueden producir variados efectos, y ello dependerá de su efectiva
postulación o de su negatividad de postulación. Por tanto entonces podemos dividirlos así:

(336) Efectos Positivos de la resistencia procesal. Los efectos positivos que la resistencia a
la pretensión procesal produce depende de que sea postuladas oportunamente. Por tanto,
estos pueden ser:

(337) La resistencia procesal obliga a un pronunciamiento en la sentencia sobre sus


fundamentos fácticos y jurídicos. No todas las resistencias procesales postuladas por el
sujeto pasivo de la pretensión procesal obliga a un pronunciamiento expreso, por parte del
juez, en la sentencia. Tal es el caso de la resistencias procesales que implican rechazo de las
pretensiones procesales con negación de los fundamentos fácticos, pues el juez al resolver
sobre la pretensión procesal y al declarar probados sus puestos de hecho ha de entenderse
que esta rechazando la negatividad de los mismos formulada en la resistencia, al respecto
dijo la Corte: “... a diferencia de lo que ocurre con la excepción, cuya proposición formal impone la necesidad de que
el juez defina en la sentencia, la simple defensa no requiere una respuesta específica en el fallo final: sobre ella resuelve
directa o implícitamente el juez al desestimar la acción. ...” (CXXX, 19). Mientras que postuladas las
excepciones procesales obligan al juez a pronunciarse sobre cada una de ellas, lo cual
implica que el pronunciamiento cobije tanto sobre los supuestos de hecho como de derecho
en que se fundamentó la oposición. Asimismo, la parte resolutiva de la sentencia deberá
contener un expreso pronunciamiento sobre estas con manifestación de si de aceptan o se
rechazan. Como es sabido, la sentencia que se dicte debe desarrollar el llamado principio de
la congruencia o consonancia, mediante el cual el contenido de la sentencia debe ser
congruente con las pretensiones procesales, los hechos y las pruebas arrimadas al proceso.
Pero además, tal congruencia también debe contener un expreso pronunciamiento sobre las
oposiciones sus hechos y su prueba. Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia ha precisado que la consonancia o congruencia no implica un pronunciamiento
simétrico frente a las excepciones o resistencias postuladas por el demandado. Quiere decir
lo anterior, que no necesariamente el juzgador debe utilizar las mismas palabras o
denominaciones utilizadas por el postulante de la resistencia. Lo sustancial es que el juez no
omita decidir sobre los temas que son postulados por las partes. Esto es, que se le ofrezca
una respuesta al litigante sin que se raye en un exceso de formalismo, en el sentido que tal
como fue postulada la resistencia de la misma manera deba ser respondida. Entre otras
cosas, porque en la denominación de ciertos temas jurídicos no existe una nomenclatura
única, sino que por el contrario, a muchos de ellos se les ha dado bautizado indistintamente,
en algunos casos con grados de arbitrariedad como corresponde a las denominaciones del
lenguaje. (Sentencia de Casación civil de 15 de diciembre de 1976, Mag. Pon. Dr. Germán
Giraldo Zuluaga). Para el caso del proceso ejecutivo, existe una inversión de algunos
postulados del proceso de conocimiento. Podríamos afirmar que la demanda y el tema
decidendum correspondería más a la excepciones que a la misma pretensión procesal. Por
cuanto el escrito de excepciones se convierte en casi una demanda contra el mandamiento de
pago, que debe tener su fundamentación fáctica y jurídica. Y de este escrito le corremos
traslado al ejecutante para que se pronuncie sobre los fundamentos de la excepción.
Pareciere que aquí se invierten las posiciones de las partes. El ejecutado pasaría a ser el
demandante y el ejecutante el demandando en el nuevo planteamiento del proceso ejecutivo.
En consecuencia, lo que el juez debe interpretar no es el mandamiento de pago que es lo
acusado sino las excepciones que plantea contra este l excepción. Pero sea como fuere la
situación tenemos que decir que las excepciones dentro del proceso ejecutivo obligan al juez
a un pronunciamiento expreso sobre las mismas, sobre sus supuestos fácticos y jurídicos y
sobre los medios probatorios con los cuales se pretendían demostrar estas. La misma
situación es aplicable para el procedimiento de cobro coactivo, pues la resolución que
resuelve sobre las excepciones debe dar respuesta concreta a estas, sus supuestos fácticos,
jurídicos y la prueba arrimada a la causa. La fundamentación de los fallos permite a las
partes saber del porqué de la decisión. Y ello le permitirá a la parte impugnar o no la
decisión.

(337) En el proceso ejecutivo, la postulación de excepciones procesales perentorias, abre


la etapa de conocimiento del proceso. El hecho de postular excepciones de mérito en el
proceso ejecutivo muta la naturaleza del proceso ejecutivo en uno de conocimiento, toda vez
que la controversia entre el mandamiento de pago y las excepciones de fondo generan una
sentencia declarativa que surtirá los efectos de cosa juzgada frente a las excepciones
procesales alegadas. La razón de esta mutación se atribuye a que nuestro sistema procesal
no se tiene un proceso ejecutivo puro, sino que se trata de una mixtura de ejecución con
cognición, toda vez que dentro de este proceso pueden proponerse todas las excepciones que
el ejecutado tenga contra el título y hasta las personales que se tuvieren contra el acreedor.
Sin embargo, la jurisprudencia de los tribunales superiores no ha encontrado unanimidad en
cuanto al tratamiento que debe dársele a las excepciones que aparecen probadas y que no
fueron alegadas. Esto es, si los jueces no deben pronunciarse frente a estas excepciones
porque se trata de un proceso de ejecución y allí solo se tienen en cuenta las excepciones
postuladas o por el contrario, debe existir pronunciamiento sobre tales excepciones en la
medida en que el proceso ejecutivo al mutarse en proceso de conocimiento perdió su
condición ejecutiva y debe dársele un tratamiento de proceso de cognición. Frente a esta
disyuntiva la solución más acertada es la segunda, esto es, debe el juez pronunciarse sobre
las excepciones que aparecen probadas aun cuando no fueron alegadas, por las siguientes
razones: Al abrirse la etapa de conocimiento del proceso ejecutivo, el procedimiento se ha
mutado y por tanto el ejecutivo se asimila a uno de conocimiento, toda vez que el régimen
jurídico que la ley le aplica es de esta connotación: Hay audiencia de conciliación, hay
periodo probatorio, hay término para formular alegaciones de conclusión, la sentencia de
excepciones se notifica por edicto, la sentencia es apelable, la sentencia hace transito a cosa
juzgada, etc.. Uno de los principios que informan el proceso ejecutivo es el de hacer menos
gravosa la situación de la parte ejecutada. Si el ejecutado efectuó abonos al crédito, pago
intereses o de pronto pago la obligación, con que criterio se puede sostener que se hace
justicia volviendo a pagar por el ejecutado lo que ya había pagado. Y se llegaría a
situaciones interpretativas injustas.

(338) Efectos negativos de la resistencia procesal. El no postular oposición a la pretensión


procesal puede conducir a unos efectos negativos para la situación procesal del sujeto
pasivo, entre los cuales podemos citar:

(339) Indicio grave en contra del demandado. El no contestar la demanda, es una de las
conductas que puede asumir libremente el demandado frente a la pretensión procesal que se
le reclama. Sin embargo, tal conducta como estrategia de defensa no es la mejor para los
intereses del demandado. Pues, la contestación de la demanda le permite al sujeto pasivo de
la pretensión procesal rechazarla en concreto y le permite la posibilidad de postular medios
exceptivos que persigan destruir los elementos básicos de la pretensión de la pretensión
procesal, aportar elementos fácticos que soporten la resistencia procesal y postular los
medios probatorios con los cuales podría dársele respaldo a esta. De otro lado, obliga al juez
a recibir y a recoger las pruebas postuladas y a un pronunciamiento expreso sobre los medios
exceptivos postulados. Asimismo, tal silencio lo debe entender el juez como un indicio grave
en contra del demandado, de que los hechos sobre los que se soporta el petitum son ciertos,
tal como lo establece el artículo 95 del Código de Procedimiento Civil. Es de anotarse, que
son varios los pronunciamientos jurisprudenciales en donde se le dan efectos a la no
contestación de la demanda, que redundan en la aceptación de elementos estructurales de la
pretensión procesal invocada, sin que ello pueda interpretarse que los demás no deben ser
mostrados y demostrados en el curso del proceso para el éxito de la misma. Sobre este aspecto
véanse las sentencias de 9 de junio de 1964, GJ. CVII, 263; 30 de abril de1960, G.J. XCII, 466; 11 de junio de 1965, G.J.
CXI – CXII, 146 Y 31 de marzo de 1967. Es de anotarse que para los procesos ejecutivos, este aspecto
es inaplicable, pues aquí no se corre traslado de la demanda al ejecutado. Por tanto no se
producirá este efecto, por cuanto no hay contestación de la demanda.

(340) Efectos de allanamiento . En otros procesos especiales, producen los efectos de un


allanamiento que implica inmediatamente dictar sentencia, como por ejemplo en el ejecutivo,
en la restitución de inmueble arrendado. En este tipo de procesos el título que presta mérito
ejecutivo tiene la suficiente fuerza para generar una sentencia en contra del deudor. De tal
manera que si el ejecutado no presenta alegación contra dicho título ejecutivo debe
entenderse que lo acepta y por ello la sentencia que ordena seguir adelante la ejecución se
produce inmediatamente. Sin embargo, hay quienes sostienen que el mandamiento de pago
constituye la sentencia en el proceso ejecutivo. Porque en el de expide una orden de pago y
no se le corre traslado al ejecutado para que se pronuncie sobre él, como si sucede con el
auto admisorio de la demanda en el proceso de conocimiento. Por tanto, si el mandamiento
de pago no es impugnado por las excepciones, es decir, el ejecutado guarda silencio frente a
este ha de entenderse que se allanó al mismo y el título ejecutivo se entiende reconocido y de
ahí la inmediata sentencia que ordena seguir adelanta la ejecución.

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