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artificial
Alerta sobre las células madre, que todavía no son aplicables en forma masiva y que inescrupulosos
utilizan para engañar. Reflexión sobre la esencia del ser humano
Por: Carlos Juan Antonio Toro | Abril 27, 2019
Tres fuentes muy diferentes, un mismo panorama. Un médico, Daniel Kraft, que
escribe para National Geographic; un físico, Michio Kaku, que se atreve a
vislumbrar el futuro humano en su libro; un escritor, Yuval Noha Harari, que nos
entrega lecciones analizando la humanidad y su contexto. Todos opinan sobre la
medicina del futuro, con un mismo panorama.
Las células madre (con genes sanos), que los científicos refieren que tienen el
potencial de curar casi toda enfermedad, son otra vía. Son implantadas en el cuerpo
con la intención de remplazar las células enfermas, cosa que todavía dista de
suceder bien, sin desconocer mejorías. Porque además requieren un estímulo que
las lleve por el buen camino de sustituir las enfermas y no se hagan cancerígenas,
como ya ha sucedido, llevando a los pacientes a muerte prematura. La
investigación al respecto es inmensa. Otro hecho que no las hace viables todavía a
gran escala, es que los individuos que las han recibido desarrollan complicaciones
serias, debido a este tratamiento y no propias de la enfermedad a curar, así los
síntomas de su enfermedad hayan mejorado (en muchos casos solo
temporalmente). Entre otras, ni Christopher Reeve pudo, ni Luis Fernando Montoya
ha logrado caminar. Falta camino.
La intención, o intenciones, con esta columna son dos básicamente. Primero, alertar
sobre la nueva tecnología en medicina, que es real, pero que todavía dista mucho
de ser aplicable en forma masiva y la cual, gente sin escrúpulos utiliza para
engañar. La segunda, para reflexionar sobre el ser humano, su esencia, su ánima,
que no puede ser encasillada en una máquina, el cuerpo, sino que existe más allá
de éste. Como dijo uno de los autores citados “estudiar la mente no es lo mismo
que estudiar el cerebro”, así algunos crean que sí, añado yo.