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Ejemplo de texto argumentativo sobre las redes sociales

Las redes sociales suponen solo una de las muchas facetas que se ha originado con la
llegada de era digital. Prácticamente forman parte de la rutina de cada persona, crearse
una cuenta en Facebook, subir fotografías de amigos o amigas. Compartir un logro, un
estado emocional u opinar sobre las últimas noticias se convirtió en un acto tan común y
casi obligado que encontrar una persona que no pertenezca a esa generación, se volvía
cada vez más infrecuente.

Aunque las redes sociales pueden generar muchas influencias positivas, imponen las
negativas al mismo tiempo. El mayor inconveniente es que las personas pueden comenzar
a perder la comunicación física y la interacción en el mundo real. Por ejemplo, dos
personas se convierten en mejores amigos en línea, pero no hablan entre sí en el mundo
real. Además, no habrá conversación entre los socios en el trabajo ya que los sistemas son
control de la computadora y pueden comunicarse simplemente escribiendo algunas
palabras en el cuadro de chat.

La segunda influencia es el caso de estudiantes y niños. Si bien los estudiantes pueden


obtener conocimiento cuando usan las redes sociales, también pueden enfrentar
amenazas y riesgos en línea. La mayoría de las personas cree que la tasa de delitos
cibernéticos aumentará en el futuro ya que los delincuentes pueden manipular diferentes
formas y métodos de crímenes.

Por otro lado, existe la posibilidad de que las personas, especialmente entre los 15 y 25
años, se vuelvan más adictas a las redes sociales en el futuro. Además, dado que las redes
sociales comienzan a enfocar sus sitios web en el entretenimiento y los anuncios
comerciales en lugar de en la educación, las personas pueden pasar más tiempo en las
redes en lugar de leer o hacer ejercicios físicos. El gasto en el tiempo en las redes sociales
no es favorable para la salud también porque cuando uno usa las redes, no hace nada más
que sentarse frente a una pantalla o acostarse en un sofá.
Texto argumentativo sobre la privacidad en las redes sociales

El uso masivo de las redes sociales ha planteado importantes interrogantes acerca del uso
de nuestros datos privados por parte de las empresas que manejan estas herramientas
digitales.

El reciente escándalo de Cambridge Analytica y la filtración de los datos que hizo de


Facebook ah encendido, una vez más, la alarma sobre el verdadero uso de nuestros datos
personales que pueden hacer este tipo de empresas.

¿Qué tan seguros están nuestro datos allí? Al parecer no tanto.

La privacidad en las redes parecía no ser un tema importante para muchas personas, o
mejor dicho, era un asunto que no parecía preocupar a muchos.

Que de malo, de hecho, nos puede ocurrir, sentados frente al ordenador o utilizando el
móvil para acceder a esa aplicación o página donde compartimos día a día nuestras
experiencias? Al no cuidar nuestra privacidad, estamos dejando que violenten un derecho
muy personal.

¿Cómo podemos proteger ese derecho? La protección de la privacidad digital tiene dos
vertientes o dos caras: por un lado, está la estructura que nos proporciona el medio que
utilizamos. Esa estructura escapa de nuestras mano. Es decir, no podemos controlar cómo
las grandes empresas como Facebook o Twitter controla los datos que les
proporcionamos para el uso de sus respectivas plataformas. Por otro lado, está el tipo de
información que sí está a nuestro alcance: nuestro perfil personal y nuestro círculo de
amigos.

Es dicha información la que debemos saber controlar y no necesariamente andar


«compartiendo todo». Las redes sociales no son lugares cien por ciento seguros, por más
que en nuestros contactos o red de amigos solo estén personas que realmente conocemos.
Revista Austral de Ciencias Sociales
26: 23-48, 2014
ARTÍCULO
Fecha recepción 01-04-2014
Fecha aceptación 26-05-2014
Resumen
Las redes sociales han modifcado la Forma
y Frecuencia en que los seres humanos se
comunican, lo cual también ha originado una
Forma distinta de participación ciudadana. Este
Fenómeno, propio de la cibercultura (Castells
1996, Kerckhove 1997, ToFts y McKeich 1998,
Lévy 2001, Scolari 2008), remite a las distintas
posturas respecto de in±uencia de la tecnología
en la vida social y a las Formas de socialización
a través de los sistemas reticulares. Si bien
algunos autores (Segerberg y Bennett 2011,
Patten, 2013) dudan del verdadero valor de
estos nuevos medios en la política, la escuela
debiera considerarlos como parte importante
del paradigma cultural vigente, especialmente
porque se advierte un escaso nivel de tolerancia
que muestra un alto número de usuarios Frente a
opiniones divergentes. Atendiendo a lo anterior,
en el presente trabajo se intenta re±exionar,
desde una perspectiva educativa, respecto de
las redes sociales, la tecnología y el poder.
Palabras clave
: tecnología, cibercultura, redes
sociales, poder, educación.
Abstract
Social networks
have
changed
the
manner
and Frequency in which humans communicate,
which has also resulted in a diFFerent ways
oF participation. This phenomenon, typical oF
cyberculture (Castells 1996, Kerckhove 1997,
ToFts and McKeich 1998, Levy 2001, Scolari
2008), reFers to the diFFerent positions on the
in±uence oF technology in social liFe and Forms oF
socialization through network systems. Although
some authors (Segerberg and Bennett, 2011,
Patten 2013) doubt about the true value oF these
new media in politics, the school should conside
them as an important part oF the current cultural
paradigm, especially because it says a low
level oF tolerance with a high number oF users
oF divergent opinion. ThereFore, the present
paper attempts to re±ect, From an educational
perspective, on social networks, technology and
power.
Key words
: technology, cyberculture, social
network, power, education.
LAS REDES SOCIALES: ¿PELIGRO O
NECESIDAD? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DE
JUAN JOSÉ MAIRAL)
Publicado el 30 mayo, 2017 por Jacetania Express
Unos dicen que las redes sociales son fascinantes, necesarias e incluso
imprescindibles hoy en día. Otros las consideran, prescindibles, peligrosas y hasta
inútiles. Lo cierto es que desde que aparecen en Internet, el mundo ha cambiado (y
de qué forma…), y los cambios a veces cuesta asimilarlos o convivir con ellos. Lo
que sí está claro es que las redes sociales en cualquiera de sus facetas o
herramientas: Twitter, Facebook, Whatsapp, Youtube,…, creo yo, si no se manejan
con tiento y con algo de inteligencia y prudencia o crítica pueden llevarnos a formar
parte de una masa de borregos o una manada de seguidores tipo fans extremos
musicales sin criterio ni opinión, simplemente, transmisores de cualquier noticia o
comentario sin comprobación ni verificación.
Las redes sociales nos mantienen en contacto con la irrealidad del mundo real. Con
las redes sociales nos acercamos y participamos de la globalidad de hoy en día, del
minuto a minuto de lo que pasa o deja de pasar en el mundo, nos hace permanecer
durante mucho tiempo aislados y ajenos a lo que hasta hace poco llamábamos
relaciones sociales de antaño, las de siempre.
En las redes sociales cabe todo y de todo, puntos de vista encontrados, opiniones
absurdas, insultos y grotescas frases y hasta la más osada ignorancia para intentar
crear un mundo virtual creíble que nada tiene que ver con la realidad. Todo ello
aderezado con eso de más y más seguidores o followers o más likes.
Las redes sociales son, en el fondo, un negocio de empresas y multinacionales
cuasi virtuales y lejanas de todos conocidas que buscan ganar dinero y hacernos
depender de ellas en cuanto a información y opinión. No caigamos en la
equivocación o paranoia de creernos todo lo que dice y se comenta en las redes
sociales, de entrar a formar parte diaria de un mundo de clics de tráfico intenso y
ventanas abiertas y emergentes en continuo cambio de aquí para allá con pocos
filtros y cada vez menos educación y cultura. ¡Al loro!
La amenaza de las redes sociales
Hay una posibilidad alarmante en el horizonte: una alianza entre Estados
autoritarios y grandes monopolios informáticos que una los incipientes
sistemas de vigilancia corporativa con los ya desarrollados sistemas de
vigilancia estatal
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GEORGE SOROS
17 FEB 2018 - 18:00 COT

El logo de Google, una de las grandes empresas tecnológicas. BAZ RATNER


(REUTERS)

Vivimos un momento aciago de la historia mundial. Las sociedades abiertas


están en crisis, y están en ascenso diversas formas de dictadura y de Estados
mafiosos, de los que la Rusia de Vladimir Putin es un ejemplo. En Estados
Unidos, al presidente Donald Trump le gustaría instituir una versión propia de
un Estado de tipo mafioso, pero no puede, porque la Constitución, otras
instituciones y una activa sociedad civil no lo permitirán.

No sólo está en duda la supervivencia de la sociedad abierta, sino también la de


toda la civilización. El ascenso de líderes como Kim Jong-un en Corea del Norte
y Trump en Estados Unidos tiene mucho que ver con esto. Ambos parecen
dispuestos a correr el riesgo de una guerra nuclear para conservar el poder.
Pero la causa principal es mucho más profunda. La capacidad de la humanidad
para dominar las fuerzas de la naturaleza, con fines constructivos o
destructivos, no para de crecer, mientras nuestra capacidad de dominarnos a
nosotros mismos tiene fluctuaciones, y ahora está en retroceso.

El auge de las grandes plataformas de Internet estadounidenses y su conducta


monopolista contribuyen poderosamente a la impotencia del Gobierno
estadounidense. Estas empresas han tenido muchas veces una actuación
innovadora y liberadora. Pero el creciente poder de Facebook y Google las
convirtió en obstáculos a la innovación y causantes de una variedad de
problemas de los que apenas comenzamos a darnos cuenta. Las empresas
generan ganancias explotando su entorno. Las mineras y petroleras explotan el
entorno físico; las proveedoras de redes sociales explotan el entorno social.
Esto es particularmente perverso, porque estas empresas influyen sobre la
forma en que las personas piensan y actúan, sin que estas ni siquiera se den
cuenta; interfiere con el funcionamiento de la democracia y la integridad de las
elecciones.

Como las plataformas de Internet son redes, tienen rendimiento marginal


creciente, lo que explica su asombroso crecimiento. El efecto red es algo
realmente inédito y transformador, pero también es insostenible. A Facebook le
llevó ocho años y medio alcanzar 1.000 millones de usuarios, y la mitad de ese
tiempo sumar otros 1.000 millones. A este ritmo, en menos de tres años
Facebook se quedará sin gente a la que convertir.Facebook y Google controlan
en la práctica más de la mitad de todos los ingresos por publicidad digital. Para
mantener la posición dominante, necesitan ampliar sus redes y aumentar la
cuota que reciben de la atención de los usuarios. En la actualidad, lo hacen
dando a los usuarios una plataforma conveniente. Cuanto más tiempo pasan
estos en la plataforma, más valiosos se vuelven para las empresas.

Las plataformas engañan a los usuarios, ya que manipulan


su atención, la redirigen hacia sus objetivos comerciales
propios, y diseñan deliberadamente los servicios que ofrecen
para que sean adictivos. Hay parecidos inquietantes con las
empresas de juegos de azar

Además, los proveedores de contenido no pueden evitar el uso de las


plataformas y deben aceptar sin más sus condiciones, con lo que contribuyen a
las ganancias de las empresas de redes sociales. De hecho, la excepcional
rentabilidad de estas empresas deriva en gran parte del hecho de que no
asumen responsabilidad (ni pagan) por el contenido presente en sus
plataformas. Las empresas afirman que lo único que hacen es distribuir
información. Pero su carácter de distribuidores cuasimonopólicos las convierte
en servicios públicos, que deberían estar sujetos a una regulación más estricta,
con el objetivo de proteger la competencia, la innovación y el acceso justo y
abierto.

Los verdaderos clientes de las empresas de redes sociales son quienes pagan
por poner anuncios en ellas. Pero está apareciendo de a poco un nuevo modelo
de negocios, que se basa no sólo en la publicidad, sino también en la venta
directa de productos y servicios a los usuarios. Las empresas explotan los datos
que controlan, ofrecen servicios combinados y usan la discriminación de
precios para quedarse con una cuota mayor de los beneficios, que de lo
contrario deberían compartir con los consumidores. Esto aumenta todavía más
la rentabilidad de la empresa; pero los servicios combinados y la
discriminación de precios reducen la eficiencia de la economía de mercado.

Las empresas de redes sociales engañan a los usuarios, ya que manipulan su


atención, la redirigen hacia sus objetivos comerciales propios, y diseñan
deliberadamente los servicios que ofrecen para que sean adictivos. Esto puede
ser muy nocivo, en particular para los adolescentes.Hay parecidos entre las
plataformas de Internet y las empresas de juegos de azar. Los casinos han
desarrollado técnicas para enganchar a los clientes hasta el punto en que se
jueguen todo el dinero que tienen, e incluso el que no tienen.

Algo similar (y potencialmente irreversible) está sucediendo con la atención


humana en esta era digital. No es sólo una cuestión de distracción o adicción;
las empresas de redes sociales están de hecho induciendo a las personas a
entregar su autonomía. Y este poder para moldear la atención de las personas
está cada vez más concentrado en unas pocas empresas.Se necesita mucho
esfuerzo para afirmar y defender aquello que John Stuart Mill llamó la libertad
de pensamiento. Una vez perdida esta, a los que crezcan en la era digital tal vez
les sea muy difícil recuperarla.

Esto implica consecuencias políticas de largo alcance. Las personas que no


tienen libertad de pensamiento son fáciles de manipular. Este peligro no es sólo
una acechanza futura; ya tuvo un papel importante en la elección presidencial
de 2016 en Estados Unidos. Hay incluso una posibilidad más alarmante en el
horizonte: una alianza entre Estados autoritarios y grandes monopolios
informáticos provistos de abundantes datos, que una los incipientes sistemas
de vigilancia corporativa con los ya desarrollados sistemas de vigilancia estatal.
Esto bien puede dar lugar a una red de control totalitario que ni siquiera
George Orwe ll hubiera podido imaginar.

Los países en los que es más probable que esas alianzas perversas surjan
primero son Rusia y China. Las empresas tecnológicas chinas, en particular,
están a la misma altura de las plataformas estadounidenses, y tienen pleno
apoyo y protección del régimen del presidente Xi Jinping. El gobierno chino
cuenta con poder suficiente para proteger a sus empresas líderes nacionales, al
menos dentro de sus fronteras.

Los monopolios informáticos estadounidenses ya tienen motivos para hacer


concesiones a cambio de entrar a estos mercados, inmensos y en veloz
crecimiento. Y los gobiernos dictatoriales de esos países tal vez quieran
colaborar con esos monopolios, para mejorar los métodos de control de sus
poblaciones y ampliar su poder e influencia en Estados Unidos y el resto del
mundo.

Los monopolios de Internet no tienen ni la voluntad ni el


interés de proteger a la sociedad de las consecuencias de sus
acciones. Eso los convierte en una amenaza pública
También es cada vez más notoria la relación entre el dominio de las
plataformas monopolistas y el aumento de la desigualdad. Esto tiene que ver en
parte con la concentración de las carteras de acciones en manos de unos pocos
individuos, pero es más importante aún la posición peculiar que ocupan los
gigantes informáticos. Han obtenido un poder monopoliista al tiempo que
compiten entre sí; sólo ellos son suficientemente grandes para adueñarse de
las startups que pudieran llegar a hacerles competencia, y sólo ellos tienen
recursos para invadir sus respectivos territorios. Los dueños de las
megaplataformas se consideran amos del universo, pero en realidad, son
esclavos de la necesidad de mantener la posición dominante. Están librando
una batalla existencial para dominar las nuevas áreas de crecimiento abiertas
por la inteligencia artificial, por ejemplo los autos sin conductor.

El impacto de estas innovaciones en el desempleo depende de las políticas que


adopten los gobiernos. La Unión Europea y en particular los países nórdicos
son mucho más previsores que Estados Unidos en materia de políticas sociales.
No protegen los puestos de trabajo, sino a los trabajadores. Están dispuestos a
pagar el costo de la recapacitación o el retiro de aquellos que pierdan su
empleo. Por eso los trabajadores de los países nórdicos se sienten más seguros
y son más favorables a las innovaciones tecnológicas que los estadounidenses.

Los monopolios de Internet no tienen ni la voluntad ni el interés de proteger a


la sociedad de las consecuencias de sus acciones. Eso los convierte en una
amenaza pública; y es responsabilidad de las autoridades regulatorias proteger
a la sociedad de ellos. En Estados Unidos, dichas autoridades no son
suficientemente fuertes para oponerse a la influencia política de los
monopolios. La UE está en mejor posición, porque no tiene megaplataformas
propias.

La UE usa una definición de poder monopolista distinta a la de Estados Unidos.


Mientras que las autoridades estadounidenses apuntan sobre todo a los
monopolios creados mediante operaciones de adquisición, la legislación
europea prohíbe el abuso del poder del monopolio sin importar cómo se haya
conseguido. La protección de los datos y de la privacidad es mucho más fuerte
en Europa que en Estados Unidos.

Además, la legislación estadounidense adoptó una extraña doctrina por la que


el perjuicio a los clientes se mide por el aumento del precio que pagan por los
servicios que reciben. Pero eso es prácticamente imposible de determinar,
porque la mayoría de las megaplataformas de Internet proveen la mayor parte
de sus servicios en forma gratuita. Además, la doctrina no tiene en cuenta los
valiosos datos de los usuarios que las plataformas van recolectando.

El enfoque europeo tiene su principal adalid en la comisaria europea para la


competencia, Margrethe Vestager. A la UE le llevó siete años formular una
acusación contra Google, pero su éxito aceleró en gran medida el proceso de
institución de normas adecuadas. Además, gracias a los esfuerzos de Vestager,
en Estados Unidos se está dando un cambio de actitud inspirado por la visión
europea. Tarde o temprano se terminará el dominio global de las empresas
estadounidenses de Internet. La regulación y los impuestos, los medios que
propugna Vestager, serán su ruina.
OPINIÓN Las redes sociales
Ítalo Olivo |13 marzo, 2018

“Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo


solo tendrá una generación de idiotas” Albert Einstein.

Hoy en día nos estamos enfrentado a una nueva manera de comunicarnos,


totalmente revolucionaria, muy impersonal y que nos empuja a relegar el
contacto personal.

Es importante el no hacer nada, de lo que no se estaría orgulloso en el


mundo real. Estamos pasando de tener amigos que se pueden contar con
los dedos a tener cientos, que incluso nunca hemos tenido ni siquiera la
oportunidad de estrecharles la mano. Incluso nos permite comunicarnos a
cualquier hora del día, con cualquier persona, a distancias muy lejanas.

En este sentido, la comunicación puede tener muchas finalidades, desde la


profesional hasta la de compartir ocio, conocimientos y buscar pareja. Claro
está que cualquiera de ellas, atiende a una de las necesidades más
importante del ser humano, que es estar en contacto con otras personas,
socializar y cubrir el sentimiento de pertenencia.

Las redes sociales facilitan la comunicación a distancia, cosa que hace años
era impensable, no sólo por la distancia misma, sino por los costos. Eso de
hablar mucho y frecuentemente era imposible.

Por otro lado, son una gran pantalla para los negocios o para compartir
conocimientos o para adquirirlos. Con un buen mensaje su negocio puede
crecer exponencialmente, recibir retroalimentación para mejorar e incluso
sin alejarse de las oficinas impartir conocimientos y habilidades a todos los
involucrados en el mismo. Igualmente permite crear fidelidad en seguidores
deseosos de ver que se les ofrece.
Son un instrumento muy valioso, para que personas introvertidas
encuentren un escenario donde expresarse libremente.

Para muchos, la búsqueda de pareja es una solución en un mundo cada vez


más cerrado y donde las oportunidades de conocer personas nuevas es
muy limitada.

Pero para mí, una de las grandes ventajas que tienen las redes sociales, es
en primer lugar estar informado en tiempo real, de lo que está sucediendo
en cualquier parte del mundo y en segundo lugar escoger el tipo de
información que deseamos recibir y de quién la queremos recibir.

Claro está, que así como las redes sociales nos brindan grandes
posibilidades de desarrollo, poseen algunas desventajas que no debemos
pasar por alto.

En este sentido, las redes sociales muchas veces nos separan de la gente
cercana y por tanto es equivocado usarlas en aquellos momentos en los
cuales tendríamos que estar interactuando con las personas que se tienen
presente.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que en las redes sociales se pueden
encontrar personas que mienten sobre distintos aspectos por miedo que
condicionen la relación con su interlocutor. Pero más aún, enviar mensajes
inexactos con la finalidad de captar personas hacia un producto o servicio.

Claro está, que en las redes sociales nos encontramos también con
mensajes ciertos y positivos, enviados por gente muy seria.

Definitivamente, las redes sociales tienen que estar a nuestro servicio para
disfrutarlas y aprovecharnos positivamente de ellas, pero nunca para
esclavizarnos y hacernos sentir mal. Mucho menos para hacer sufrir a los
demás.
Qué piensan los filósofos sobre las
redes sociales
El fenómeno de las redes sociales es mucho más complejo que una simple
plataforma digital para conectar a individuos, así que vale la pena
reflexionar sobre sus alcances.

Los que andamos en el ajetreo de las redes sociales, por lo general


realizamos actividades que son muy pragmáticas. Es verdad que nuestra
labor requiere de mucha creatividad, pero también lo es que siempre está
enfocada a lograr los objetivos que el cliente persigue.

No obstante, el fenómeno de las redes sociales es mucho más complejo


que una simple plataforma digital para conectar a individuos. En realidad,
el hecho de que tantas personas estén hablando, intercambiando ideas,
debatiendo y pensando juntas tiene efectos concretos sobre el mundo
físico. Por ello no debemos olvidar que siempre es importante mantener
un proceso de reflexión sobre todas las actividades de la comunicación
digital y sus consecuencias en la sociedad que vivimos.

Por ello es importante conocer qué piensan los que piensan sobre las
redes sociales y el mundo digital. Las posturas se mueven de un extremo a
otro y son, incluso, contradictorias, pero, eso sí, muy enriquecedoras.

Por ejemplo, para Manuel Castells, uno de los sociólogos que más ha
escrito sobre el tema digital y un referente obligado en la academia al
hablar sobre comunicación digital, las redes sociales representan una
oportunidad para el cambio social. Castells plantea que dichas
plataformas pueden convertirse en una palanca del cambio social, pues
pueden lograr que lo que parece imposible pueda lograrse a través de
redes de comunicación y colaboración digitales.
Así, en su último libro Redes de indignación y esperanza: los
movimientos sociales en la era de Internet, Castells ubica a la web como
un poderoso aliado de aquellos que de alguna manera se encuentran
expuestos ante las redes de poder económico y político, dotándolos de la
fuerza suficiente para concebir y concretar acciones de cambio social que
fluyen desde el mundo digital hasta el mundo físico.

Caso opuesto es el de Noam Chomsky, lingüista de formación y una de


las figuras clave de la izquierda estadounidense, pone en duda lo que
Internet y las redes sociales han construido en las sociedades
contemporáneas. Chomsky explica que, de alguna manera, la red crea una
sensación equivocada de pertenencia y autonomía, pues al construir
relaciones basadas en interacciones digitales, sólo se construye una falsa
idea de amistad, superficial y limitada.

Además considera que la neutralidad de la red está puesta en duda, ya que


empresas gigantescas como Google y Facebook recopilan grandes
cantidades de datos sobre los individuos, que después utilizarán como
parte de sus estrategias comerciales. Es tal la cantidad de información que
recopilan, opina Chomsky, que está más allá de lo que cualquier gobierno
puede recabar por sí mismo. Por ello la colaboración entre ambas
entidades es común.

Zygmunt Bauman, filósofo de origen polaco y uno de los principales


críticos de Internet y las redes sociales, ha señalado que el éxito de
portales como Facebook se debe al temor de estar solo y ser rechazado.
Señala, además, que Internet ha creado una doble vida, online y offline,
cada una con sus propias características. En la vida online, la capacidad
de escuchar, negociar y cohabitar con otros seres humanos se ve
solucionada, pues no es necesario negociar, sino apretar botones.

Algo similar expresó Umberto Eco respecto a Internet, pues si bien


considera que no se puede prescindir de él, sí crea una sensación de
acompañamiento falsa. Además considera que la memoria artificial en
línea puede crear muchas referencias falsas en la construcción del
conocimiento, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

Anthony Giddens tiene una visión menos fatalista sobre la red.


Giddens, quien en su momento fue el principal teórico sobre la Tercera
Vía (una política social que de alguna manera fusiona las posturas
socialistas y capitalistas) y que le valió convertirse en uno de los asesores
del ex primer ministro inglés Tony Blair, considera que Internet es en
realidad uno de los fenómenos más grandes de comunicación que ha
concebido al humanidad.

En ese sentido, la web reclama una responsabilidad total y absoluta por


parte de los usuarios, ya que prácticamente cualquier individuo o Estado
pueden vigilar a cualquier otra persona. Además señala que gracias a este
proceso de comunicación global, de alguna manera el pasado ya no puede
ser tomado como referencia para construir el futuro, pues los cambios se
suceden de manera intempestiva y con rapidez.

Al final, Pierre Levy, filósofo de origen tunecino e investigador del


ciberespacio, considera que la red y todas sus plataformas de
comunicación e interacción representan una forma de incrementar la
inteligencia y el conocimiento que tenemos sobre el mundo que nos rodea.
La inteligencia colectiva, explica Levy, es la suma de la participación y
reflexión de personas que trabajan de forma colaborativa sobre un tema
específico. Impulsada por la aparición de Internet, la inteligencia colectiva
representa un salto gigantesco en la forma de producir y compartir el
conocimiento.

Sea cual sea la forma en la que veamos a Internet y las redes sociales,
siempre es importante reflexionar sobre nuestro trabajo y los alcances que
tiene. Comprender su impacto también parte de nuestra labor como
community managers, pues nos permitirá tener un mejor fundamento de
lo que hacemos y un mejor desempeño laboral. No todo es programar
contenidos.
Nuevas tecnologías

Las redes sociales han


cambiado nuestro cerebro
Las nuevas tecnologías pueden aportar múltiples
beneficios para nuestro cerebro, pero también pueden
tener efectos negativos
Ep / Madrid 23.04.2016 | 15:31
Las redes sociales tienen efectos sobre nuestras conexiones cerebrales. GettyImages

Las redes sociales han modificado el cerebro de las personas, según han
puesto de manifiesto diversos expertos durante la reunión 'Redes III', donde,
además, se ha asegurado que estas herramientas han aportado "numerosos
efectos positivos" a este órgano.

Estos beneficios van desde el desarrollo de nuevas conexiones cerebrales


hasta la creación de nuevos métodos de aprendizaje. De hecho, el cerebro
parece ser capaz de crear nuevas redes neuronales mientras se navega por
Facebook, Twitter o Youtube, lo que, a juicio de los profesionales sanitarios,
significa que el cerebro tiene la suficiente plasticidad para adaptarse a este tipo de
nuevos retos.

No obstante, los expertos han avisado también de que las redes sociales y las
nuevas tecnologías pueden provocar adicción porque parte del procesamiento
cerebral tiene lugar en los circuitos relacionados con las recompensas, por lo que
su uso no controlado podría estar asociado a algunos trastornos psiquiátricos
como las adicciones.
"Ya se han comprobado sobre nativos digitales y se conoce que estos aprenden
de un modo ligeramente diferente a los que no lo son. Por una parte, los nativos
digitales son capaces de hacer varias tareas a la vez con mejor resultado y por
otra son más rápidos buscando información para dar respuesta a preguntas
concretas". Y añade "se ha comprobado que tienen mayor dificultad para discernir
entre las fuentes de información fiables y la que no lo son, dándole más
importancia a la información que captan de sus amigos y conocidos, y menos a las
páginas web oficiales y más confiables", ha comentado el neurólogo y presidente
de la Asociación Española de Neuroeconomía, Pedro Bermejo.
Cambios en los neurotransmisores

Por otra parte, los especialistas han recordado que ya se ha demostrado que las
redes sociales provocan cambios en los neurotransmisores como la
oxitocina, la adrenalina, la dopamina, la serotonina, la testosterona y el cortisol.

En concreto, los mayores niveles de oxitocina se relacionan con más compras e


inversión y con una mayor influencia de la familia y la pareja; mientras que la
adrenalina, que se libera puntualmente en el uso de redes sociales, estaría
vinculada con la agresividad; y la dopamina, que se libera cuando se recibe un
'like', ayuda a potenciar los centros de recompensa e incrementando la sensación
de felicidad-

Además, el aumento de la serotonina podría modificar los comportamientos


socialeshacia un carácter más introvertido y la prioridad de los intereses
individuales frente a los de grupo. Por otra parte, altos niveles de testosterona se
vinculan con una menor tendencia a establecer nuevas amistades en Facebook y
el cortisol tendría impacto en la fidelidad a las amistades.

Entre los cambios en las capacidades cerebrales, los expertos también han
señalado la influencia de las redes sociales en cuestiones como la pérdida de
capacidad de concentración y de prestar atención, así como la de leer y escribir
textos largos. Respecto a los beneficios sociales de las redes sociales existe
consenso sobre el papel definitorio de estas herramientas en la búsqueda de
pareja o relaciones sexuales, su impacto en la educación, búsqueda de trabajo o
compras 'on line'.

Cambios en el trabajo conjunto de pulgares y cerebro

Otros temas que también se han abordado durante la reunión han sido cómo el
uso de las pantallas táctiles de los teléfonos inteligentes cambia la forma en que
los pulgares y el cerebro trabajan juntos y cómo con el uso de Internet puede
reactivar el cerebro adulto.

"Sabemos que la utilización de Internet es capaz de activar numerosas áreas


del cerebro adulto aunque todavía no se ha evaluado cómo las nuevas
tecnologías pueden contribuir en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral
adquirido, como ictus o traumatismos craneoencefálicos. Es necesario incrementar
la evidencia científica sobre la aplicación terapéutica de las nuevas tecnologías a
los pacientes con lesiones cerebrales", ha argumentado Bermejo.

No obstante, y aunque las ventajas son múltiples, un uso irresponsable de las


redes sociales también puede poner en peligro la salud ya que, según los
expertos, pueden aumentar el riesgo de padecer algunas enfermedades
inflamatorias o auditivas.

"Aunque es muy difícil realizar predicciones en este tema, parece claro


que nuestro cerebro se adaptará a tener una gran cantidad de información
disponible con la que poder trabajar y cada vez será menos necesario almacenar
información. Por ello, se prevé que las áreas de memoria de trabajo para manejar
varios datos a la vez se ampliarán en detrimento de aquellas regiones cerebrales
que utilizamos para memorizar a largo plazo", ha zanjado Bermejo.
Especialistas indican que redes
sociales potencializan el riesgo
de bullying
Aunque el fenómeno del bullying ha trascendido por varias generaciones, el uso
de Internet y las redes sociales ha potenciado sus efectos y su alcance, y
actualmente, junto con la educación en la familia, podría derivar en conductas de
riesgo en quienes lo padecen, coincidieron expertos de la UNAM.
Foto: Archivo

Para la psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),


Yolanda Bernal, las personas más propensas a los efectos del acoso son
los adolescentes, pues además de presentar cambios físicos, cognitivos y
morales propios de su desarrollo, en ocasiones carecen de atención y disciplina en
casa y en las escuelas.

Señaló que leer un libro o practicar algún deporte son actividades menos
frecuentes entre padres e hijos, dado que “ya no existe el modelo tradicional de
familia; ahora son monoparentales, uniparental, o poliamor. Es un trasmisor de
valores y si en la misma familia hay actos violencia, estos se reproducen”.

La especialista indicó que el factor que más influye en los jóvenes son los medios
de comunicación, de los cuales las redes sociales han cobrado importancia
especial en las relaciones interpersonales, pues el aparato digital se convierte en
un espejo que no refleja su imagen fiel pero le sirve para fingir.

Por su parte, la maestra en Psicología por la máxima casa de estudios,


Concepción Zamora, dijo que gracias a las redes sociales, el alcance de los
abusos es mayor, dado que “la viralidad de fotos y videos ejerce presión en los
jóvenes, un acto de burla o violencia llega a más personas”.

A su vez, el jefe del programa Call Center UNAM, Francisco Martínez León,
consideró que la información que circula en dichos medios es violenta, pero
debido a la frecuencia con la que se ven contenidos de este tipo, el fenómeno se
ha normalizado.
“A la sociedad ya no le interesa su prójimo, nos estamos acostumbrando a la
violencia diaria, y ganar likes y retuits por subir el video de una pelea; es lo que da
popularidad entre los chicos”, aseveró.

Puntualizó que “en el momento en que para ti mismo lo que hace la otra persona
no te gusta, hay que decir no; no tenemos que llegar a soportar un acoso más
grande. Una mala interpretación de la realidad puede llevar a situaciones más
graves”.
Novelista: Las redes sociales
alejan a los jóvenes de la
lectura
Jacobson agrega que las redes sociales son perjudiciales y entorpecen la lectura de aquellos
que la usan. | Foto: Público
Publicado 22 agosto 2017
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El impacto provocado por los nuevos aparatos electrónicos hará


que las futuras generaciones sean analfabetas.
Las nuevas tecnologías y las redes sociales crearán una nueva generación de jóvenes con
poco aprecio a la lectura, según un informe publicado este martes por el novelista británico,
Howard Jacobson.

El también periodista cree que el impacto provocado por los nuevos aparatos electrónicos
hará que las futuras generaciones sean analfabetas.

Las declaraciones del ganador del premio británico anual "Booker", un galardón literario de
gran prestigio otorgado a la mejor novela original, asegura las desventajas de las plataformas
sociales.

Jacobson hace una mención particular a Twitter. Agrega que está contra la red social por ser
perjudicial y entorpecer la lectura de aquellos que la usan.

A su juicio, la forma en que los usuarios se informan y comunican en la actualidad ha


perjudicado el tiempo de concentración. "Un ejemplo, ya yo no puedo concentrarme ni leer
tanto como lo hacía antes, y uno de los problemas ha sido el uso de pantallas”, expresó.

Según medios locales, las cifras son preocupantes en el mundo occidental, que muestran que
hay una bajada de los estándares de educación. Un ejemplo de ello son los bajos índices de
lectura que se han registrado en Estados Unidos (EE.UU.), que el año pasado fueron los más
bajos desde 1982.

Expertos aseguran que el uso de la tecnología ha afectado el interés por la lectura


en EE.UU. I Foto: Reuters
Otro ejemplo es la cantidad de horas que pasan los jóvenes de cinco a 15 años frente a las
pantallas de sus aparatos electrónicos conectados a Internet, que ahora se encuentra en 15
horas semanales.

Un estudio reciente elaborado en EE.UU. muestra que la salida en 2007 del conocido
smartphone de apple, Iphone, ha supuesto un incremento de problemas mentales y de
conducta en los adolescentes del país, como la soledad y la depresión. También se ha
revelado que hubo una bajada significativa entre 2000 y 2015 entre la cantidad de tiempo que
pasaban los jóvenes con sus amigos al día.

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