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Javier López-Alós
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All content following this page was uploaded by Javier López-Alós on 24 January 2019.
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Vida precaria es el título del ensayo con que Judith Butler concluye una serie de
trabajos editados bajo el mismo nombre y surgidos entre los atentados del 11 de
septiembre de 2001 y el comienzo de la guerra de Irak, dos años después. En ellos se
https://www.infolibre.es/noticias/cultura/2019/01/13/critica_razon_precaria_javier_lopez_alos_90655_1026.html#com 1/7
20/1/2019 Crítica de la razón precaria, de Javier López Alós
Por desgracia, estamos acostumbrados a una defensa de las humanidades que apela a
los beneficios de las mismas en sujetos particulares, como se habla de la práctica del
ejercicio físico o del consumo de ciertos alimentos. Ello refleja el imperativo
ideológico de maximización productiva de todo acto vital, que siempre ha de arrojar
el mayor beneficio posible. Hasta los actos más nimios, como un simple paseo, deben
justificarse por las ventajas que de él se obtienen.
Precariedad y privilegio
Por otra parte, moverse en estos perniciosos parámetros obliga a medir cada paso
como un riesgo, no en cuanto a los límites y dificultades que el propio pensamiento o
la materia ofrecen, sino con respecto a su viabilidad o perspectiva financiera. El
abandono o la ocupación de según qué campos no tendrá entonces que ver con la
fertilidad de los mismos ni con el interés o conocimiento sobre estos, sino con
especulaciones sobre su futuro valor de cambio. En consecuencia, se producirá una
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20/1/2019 Crítica de la razón precaria, de Javier López Alós
cierta edad (la que sea, lo importante aquí es el plazo), la mayoría de la gente,
impelida por las necesidades materiales, debe tomar decisiones y no prolongar sine
die el resultado de vocaciones juveniles. Esto, salvo que se goce de una situación
económica muy próspera, significa para la mayoría tener que escoger entre
abandonar dichas vocaciones o ignorar el paso del tiempo y las demandas de
estabilidad que ciertos proyectos de vida precisan.
A menudo confundimos estas prácticas con una modalidad de darwinismo social. Sin
embargo, no se trata exactamente de la lucha por la supervivencia del fuerte contra el
débil en la que el primero hace valer la ventaja competitiva que la naturaleza le ha
brindado. Para empezar, porque a duras penas se puede llamar lucha a un proceso
marcado por el abuso. Pero, ante todo, porque hay un operador externo que
determina el resultado: el fuerte no se impone como consecuencia de la superioridad
de su potencia o de sus condiciones naturales innatas, sino que cuenta con la ayuda
de una instancia exterior que modifica el ecosistema a su favor. Por lo demás,
semejante escenario implica generar una cantidad muy considerable de perdedores,
cuya ubicación se vuelve confusa.
de ser cultivadas. Dicho de otro modo, si las cosas no cambian, teniendo en cuenta,
además, la segregación entre educación pública y privada, lo más probable es que la
reproducción social del precariado intelectual implique la pérdida del adjetivo y se
generalice una progresiva involución cultural.
De este modo, ciertos saberes a los que algunas generaciones de seres humanos que
no pertenecíamos a las clases pudientes hemos podido acceder volverán a ser
privativos de quienes se los puedan costear. Por lo que parece, bastante tendrá el
resto con ocuparse de sobrevivir, seguir a flote y distraerse (también
productivamente) en sus cada vez más escasos periodos de pausa. No se trata
exactamente de la especialización, sino de que el estrechamiento de los focos de
interés según los criterios de mercado pueda convertirse en extraordinariamente
provechoso para unos pocos, pero empobrecedor para la mayoría en términos
económicos y para todos en términos culturales. De todas formas, el efecto no
consiste únicamente en la pérdida objetiva de conocimiento. Hay una consecuencia
perversa asociada más grave si cabe: la progresiva extensión de un tipo de
racionalidad que no acepta la existencia de ninguna otra y las expulsa como
excrecencia. Que las constantes llamadas a actualizar destrezas y trayectorias
empleen el término reciclarse es toda una declaración de por dónde van las cosas.
1. Esteban Hernández: Los límites del deseo. Instrucciones de uso del capitalismo del
siglo XXI, 3ª ed., Clave Intelectual, Madrid, 2017.
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