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Editorial

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La fisioterapia del síndrome de dolor


miofascial

En el año 1995 me puse en contacto con el Dr. David G. Simons para soli-
citarle la impartición en España de un curso sobre el síndrome de dolor miofascial
(SDM) para fisioterapeutas. En aquel entonces, el Dr. Simons declinó la invita-
ción y señaló al profesor Dr. Robert D. Gerwin como la persona más adecuada
para acometer dicha tarea. Indudablemente, su sugerencia resultó acertada y po-
sibilitó que el conocimiento de este síndrome entrara en España de la mano de
una de las personas más expertas y reconocidas en este campo. Es un absoluto pri-
vilegio contar en este monográfico con la colaboración de ambos, sin duda, las
dos personalidades más destacadas del SDM a nivel mundial.
Sólo han pasado 8 años desde que el Dr. Gerwin impartiera su primer curso
en España, y hay que reconocer que en tan corto espacio de tiempo han ocurrido
muchas cosas en el mundo de la fisioterapia española en relación con el SDM. Se
ha pasado de un desconocimiento casi absoluto a un amplio desarrollo del tema
tanto a nivel de la formación de grado y de postgrado como a nivel investigador.
Se ha observado una importante proliferación de grupos de investigación y de
publicaciones sobre puntos gatillo miofasciales, y una clara tendencia ascendente
de la presencia de España en los foros internacionales sobre dolor miofascial. Ade-
más, todo parece indicar que el asunto no ha hecho más que empezar y que, pro-
gresivamente, la calidad de la formación y de la investigación en este campo van
creciendo tanto a escala nacional como internacional.
En el presente monográfico, además de las colaboraciones ya mencionadas,
se ha intentado dar una visión general y actualizada sobre aspectos tanto básicos
como de aplicación clínica acerca del SDM. Dada la amplitud de la materia tra-
tada, por cuestiones de espacio, algunos temas han quedado en el tintero y otros
han tenido que presentarse muy resumidos. Habida cuenta de la mayor difusión
y conocimiento de los SDM monomusculares, se ha optado por abrir un poco la
puerta a aspectos fundamentales pero menos conocidos del dolor miofascial,
como sus factores perpetuadores o la posibilidad de su cronificación y el diferen-
te manejo que, en su caso, se le ha de dispensar, así como a su importancia en cua-
dros clínicos, a veces, insospechados.
También, en un momento de evolución en la definición de las competencias
profesionales de la fisioterapia, se hace una apuesta decidida por el concepto de
la fisioterapia invasiva, con la esperanza de que el guante sea recogido por las au-
toridades que desde dentro del mundo de la fisioterapia han de defender sus ám-
bitos de aplicación.
Para terminar, me gustaría mostrar mi agradecimiento a todos los que, de
una forma u otra, han participado en este monográfico, sin cuyo esfuerzo no se

9 Fisioterapia 2005;27(2):63-4
O. Mayoral del Moral Editorial

64 hubiera podido materializar, así como expresar mi mas sincero pesar por la re-
ciente pérdida de la fisioterapeuta Lois Statham Simons, esposa y colaboradora
habitual de David Simons, con la que todos los fisioterapeutas relacionados con el
SDM nos encontramos en deuda.

Orlando Mayoral del Moral


Fisioterapeuta. Hospital Provincial de Toledo.
Profesor Asociado de la E.U.E.F. de Toledo.
Universidad de Castilla-La Mancha.

Fisioterapia 2005;27(2):63-4 10
Revisión

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J.M. Martínez Cuenca1 Criterios diagnósticos


D. Pecos Martín2
y características clínicas
de los puntos gatillo
miofasciales

1
Diagnostic criteria
Fisioterapeuta. Profesor de la Correspondencia:
2
Universidad Europea de Madrid.
Fisioterapeuta. Profesor
Juan Manuel Martínez Cuenca
Qifis fisioterapia especializada
and clinical features
de la Universidad de Alcalá. Seseña, 46, ptal. A, 1.º A
28024 Madrid
of myofascial trigger points
Correo electrónico:
juanmamc@hotmail.com

Fecha de recepción: 5/7/04.


Aceptado para su publicación: 18/9/04.

RESUMEN ABSTRACT
Se exponen las principales características clínicas The main clinical features of myofascial trigger points
de los puntos gatillo miofasciales, utilizables por that can be used by physical therapists in the diagnosis
los fisioterapeutas para el diagnóstico de síndrome of myofascial pain syndrome are explained. Current
de dolor miofascial. También se enumeran los criterios diagnostic criteria are also listed.
diagnósticos vigentes en la actualidad.
KEY WORDS
PALABRAS CLAVE
Physical therapy; Myofascial pain syndromes; Myofascial
Fisioterapia; Síndromes de dolor miofascial; Punto trigger point; Diagnostic tests; Muscle pain.
gatillo miofascial; Pruebas diagnósticas; Dolor muscular.

INTRODUCCIÓN tendinosa)1. Un PGM insercional representa la zona de


entesopatía producida por la presencia de un PGM cen-
Dependiendo de la parte del músculo en la que se lo- tral1-3. Un PGM central es un nódulo hiperirritable si-
calice el punto gatillo miofascial (PGM) se denominará tuado en una banda tensa palpable formada por fibras
central si se encuentra en la parte central de las fibras musculares esqueléticas1,3. El PGM es doloroso a la
musculares, e insercional si se halla en la zona de inser- compresión y, cuando es convenientemente estimulado,
ción de las fibras musculares en el tendón (unión mio- puede evocar un dolor referido característico, disfunción

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J.M. Martínez Cuenca Criterios diagnósticos y características clínicas de los puntos gatillo
D. Pecos Martín miofasciales

66 motora y fenómenos autonómicos3. Se debe distinguir Focalidad del dolor a la palpación


un PGM de un punto gatillo situado en otros tejidos,
La palpación de la banda tensa puede resultar molesta,
como la piel, los ligamentos o el periostio. Atendiendo a
pero existe un punto claramente más doloroso que fre-
su actividad clínica, los PGM pueden ser activos o la-
cuentemente presenta un aspecto nodular, el PGM. La
tentes. Ambas categorías generan disfunción, pero sólo
presión moderada sobre este punto resulta tan imprevis-
los activos producen dolor espontáneo en el paciente. La
tamente dolorosa, que el paciente suele rehuir el contacto
disfunción creada por los PGM se caracteriza, entre
otras cosas, por acortamiento, debilidad, fatigabilidad, al tiempo que emite algún sonido a modo de queja. Es lo
descoordinación, inhibición propia y referida y dificul- que se conoce como signo del salto, que traduce la exquisi-
tad para relajarse3, características que acostumbran a ser ta e inesperada sensibilidad dolorosa del PGM, segura-
de mayor magnitud en los PGM activos. Este hecho no mente asociada con la sensibilización de los nociceptores
debe restar valor a los PGM latentes, a los que día a día de esa zona3,6. Aparte de su utilidad en la clínica, el signo
se les concede mayor importancia4. Aunque existen en la del salto puede tener interés en animales8, por la imposi-
actualidad métodos instrumentales para diferenciar elec- bilidad de utilizar criterios como el del dolor referido.
tromiográfica5 y bioquímicamente6 ambos tipos de Dado lo subjetivo y lo variable de este signo en función de
PGM, tanto su distinción como su simple identificación diferencias individuales, o quizá incluso socioculturales,
y su diagnóstico siguen siendo eminentemente clínicos, tiende a ser sustituido en los estudios de investigación por
lo cual crea importantes problemas de cara al reconoci- la algometría, la cual constituye una herramienta que ha
miento unánime del síndrome de dolor miofascial demostrado su fiabilidad para documentar el umbral de
(SDM) por parte de las diferentes especialidades sanita- dolor a la presión de la zona del PGM9,10.
rias1,7. Este trabajo pasará revista a las principales carac-
terísticas clínicas de los PGM y a los criterios diagnósti- Respuesta de espasmo local
cos clínicos más habitualmente empleados.
La respuesta de espasmo local (REL), obtenida me-
diante la punción del PGM o usando la conocida como
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS palpación “rápida”, es un reflejo espinal11 consistente en
DE LOS PUNTOS GATILLO MIOFASCIALES una contracción fugaz de las fibras que componen la ban-
Se expondrán a continuación de manera sucinta aque- da tensa, mientras que el resto de las fibras del músculo
llas características de los PGM que los fisioterapeutas no se contraen. Constituye una de las características más
podrán reconocer y emplear en su práctica clínica habi- importantes y específicas de los PGM, a pesar de lo cual
tual para el diagnóstico del SDM. Algunas de ellas, no se considera criterio diagnóstico esencial, sino tan sólo
como podrá verse más adelante, formarán parte de la lis- confirmatorio, debido a que su obtención resulta difícil y
ta de criterios diagnósticos actualmente vigentes. poco confiable12, especialmente en músculos poco accesi-
bles o en PGM muy activos y sensibles.
Tensión a la palpación y banda tensa palpable
Dolor referido
El músculo con un PGM se percibe tenso a la palpa-
ción, tensión evidente cuando se compara con el lado La presión mantenida sobre un PGM suficientemente
contralateral sano. Esta mayor tensión se atribuye a la irritable provoca dolor referido a otra parte del cuerpo.
presencia de las bandas tensas en las que se encuentran Este dolor acostumbra a producirse en patrones específi-
los PGM del músculo afectado3,7. La banda tensa distin- cos característicos de cada PGM, descritos de manera
gue a un PGM de cualquier otro tipo de punto gatillo, bastante consistente por varios autores3,13. Pese a su con-
aunque puede resultar difícil de identificar en músculos sistencia, se comprueba clínicamente que los patrones de
profundos o en zonas con un grueso panículo adiposo. dolor referido no son universales ni inmutables, y perió-

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J.M. Martínez Cuenca Criterios diagnósticos y características clínicas de los puntos gatillo
D. Pecos Martín miofasciales

dicamente se publican variantes de algunos de ellos14,15. hora de averiguar los músculos más probablemente afec- 67
Si el paciente reconoce la telalgia como su dolor o como tados. Los mecanismos activadores pueden ser directos
parte de él, se puede clasificar ese PGM como activo, sin (traumatismos directos, sobrecargas agudas o crónicas,
embargo, la provocación de dolor referido no se conside- enfriamiento) o indirectos (otros PGM, enfermedad vis-
ra criterio diagnóstico esencial dada la frecuencia con la ceral, radiculopatía, disfunción o inflamación articular,
que no se consigue por medios palpatorios. En este sen- estrés psicoemocional)3.
tido, parece que la punción del PGM constituye un mé-
todo más eficaz para provocar el dolor referido que la
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LOS PUNTOS
palpación16. No obstante, la obtención de dolor referido
GATILLO MIOFASCIALES
no garantiza que se esté presionando sobre un PGM, ya
que se demuestra que la presión cerca, pero fuera, de un En la actualidad se encuentran en marcha investigacio-
PGM activo también puede provocar dolor referido17. nes con el objetivo de clasificar clínicamente los criterios
Por otra parte, el paciente aqueja disestesia y dolor a la diagnósticos del SDM21, pero por el momento, no exis-
palpación en la zona de dolor referido, lo cual constituye ten unos criterios oficiales clara e inequívocamente defi-
una fuente frecuente de errores diagnósticos dado que el nidos y perfectamente validados1,7, por lo que los más
73 % de los PGM descritos se encuentran fuera de su empleados actualmente para el diagnóstico de los PGM y
zona de dolor referido3. los recomendados para su uso en proyectos de investiga-
ción son los propuestos por Simons, Travell y Simons3,
que se recogen en la tabla 1. No obstante, es muy proba-
Rigidez y acortamiento
ble que de cara a su empleo en la clínica dichos criterios
Los PGM provocan rigidez de reposo en los múscu- puedan y deban ser, en gran medida, simplificados22.
los que los albergan3. La tirantez de las bandas tensas
hace que el músculo se encuentre acortado, creando co-
múnmente restricción de la movilidad articular y provo-
Tabla 1. Criterios recomendados para el diagnóstico de PGM
cando dolor al estiramiento del músculo3. activos y latentes según Simons, Travell y Simons3

Criterios esenciales
Debilidad del músculo y dolor a la contracción 1. Banda tensa palpable (si el músculo es accesible)
Parece que en un intento por defender al músculo de 2. Dolor local exquisito a la presión de un nódulo de la banda
tensa (focalidad)
un grado doloroso de contracción, se produce una inhi- 3. Reconocimiento por parte del paciente de su dolor habitual
bición central traducida en una debilidad que cursa sin al presionar sobre el nódulo sensible (para identificar
atrofia del músculo3. Los estudios electromiográficos de- un PGM activo)
muestran que los músculos con PGM se encuentran fa- 4. Limitación dolorosa de la amplitud de movilidad
tigados en condiciones basales y que, ante el ejercicio, al estiramiento completo
responden con una fatigabilidad aumentada y con un
Observaciones confirmatorias
retardo de la recuperación18-20. La posibilidad de que la
1. Identificación visual o táctil de respuesta de espasmo local
contracción del músculo sea dolorosa aumenta si se efec- 2. Imagen de una respuesta de espasmo local inducida
túa con el músculo en posición acortada3. por la inserción de una aguja en el nódulo sensible
3. Dolor o alteración de la sensibilidad (en la distribución
previsible de un PGM de ese músculo) al comprimir
Mecanismo activador de los puntos gatillo el nódulo sensible
miofasciales 4. Demostración electromiográfica de actividad eléctrica
espontánea característica de loci activos en el nódulo
El conocimiento del mecanismo activador del PGM sensible de una banda tensa
puede ser de gran ayuda en el diagnóstico del SDM a la

13 Fisioterapia 2005;27(2):65-8
J.M. Martínez Cuenca Criterios diagnósticos y características clínicas de los puntos gatillo
D. Pecos Martín miofasciales

68 CONCLUSIÓN por el momento, no se encuentran oficialmente estableci-


dos, sin embargo, existen unos criterios vigentes (tabla 1)
El reconocimiento de las características clínicas de los que deberían ser utilizados en los estudios de investiga-
PGM supone una inestimable ayuda para el diagnóstico ción para normalizar las poblaciones objeto de estudio,
del SDM. Los criterios diagnósticos de este síndrome, aunque puedan ser simplificados para su uso en la clínica.

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Fisioterapia 2005;27(2):65-8 14
Revisión

69

O. Mayoral del Moral Fisioterapia invasiva


del síndrome de dolor
miofascial
Invasive physical therapy
in myofascial pain syndrome
Fisioterapeuta. Hospital Provincial Correspondencia:
de Toledo. Profesor Universidad Universidad de Castilla-
de Castilla-La Mancha. La Mancha. E.U.E.
y Fisioterapia de Toledo
A/A Orlando Mayoral del Moral
Avda. Carlos III s/n
45071 Toledo
Correo electrónico:
Orlando.Mayoral@uclm.es

Fecha de recepción: 26/7/04.


Aceptado para su publicación: 23/8/04.

RESUMEN ABSTRACT
El presente artículo se centra en la descripción del uso The present paper focuses on describing the use of dry
de la punción como parte integrante de la fisioterapia de needling as an integral part of myofascial trigger points
los puntos gatillo miofasciales y del síndrome de dolor and myofascial pain syndrome treatment. It is shown
miofascial. Aparte de detallarse su importancia its diagnostic importance as well as its therapeutic use
diagnóstica se pasa también revista a su uso terapéutico and the different classifications of the treatment
y se exponen diferentes clasificaciones de las variadas techniques in this field. The main dangers,
técnicas y modalidades de tratamiento existentes en este contraindications and complications of the invasive
campo. También se pasa revista a los principales peligros, treatment techniques of this syndrome are also described.
contraindicaciones y complicaciones inherentes a las Review of the literature shows the lack of studies that
técnicas invasivas de tratamiento de este síndrome. De support or refute the effectiveness of invasive techniques
la revisión de la literatura se destaca la falta de estudios beyond placebo. Therefore, it is concluded the necessity
que confirmen o descarten una eficacia de las técnicas of high quality experimental research in this field.
invasivas superior al placebo, por lo que se concluye
la necesidad de investigación de calidad en este terreno.
KEY WORDS
Physical therapy; Physical therapy techniques;
PALABRAS CLAVE
Myofascial pain syndromes; Musculoskeletal system;
Fisioterapia; Técnicas de fisioterapia; Síndromes Pain; Needles; Needling; Dry needling; Myofascial
de dolor miofascial; Sistema musculoesquelético; trigger point.
Dolor; Agujas; Punción; Punción seca; Punto gatillo
miofascial.

15 Fisioterapia 2005;27(2):69-75
O. Mayoral del Moral Fisioterapia invasiva del síndrome de dolor miofascial

70 INTRODUCCIÓN Por otra parte, la aguja puede ser considerada una he-
rramienta palpatoria, prolongación de los dedos del fi-
El título del presente trabajo hace alusión al empleo
sioterapeuta, merced al efecto conocido como fenóme-
del estímulo mecánico de una aguja como agente físico
no “varilla”16, según el cual, cuando se toca algo con una
para el tratamiento del síndrome de dolor miofascial
vara sujetada por la mano, los complejos mecanismos
(SDM). El término más frecuentemente empleado para
táctiles y cinestésicos que se ponen en marcha hacen que
ello es el de punción y, a menudo, el de punción seca
“se sienta” con la punta de la varilla, como si el sistema
(dry needling)1-3, para distinguirla inequívocamente de
nervioso dispusiera de sensores situados en ella. Esta ca-
otras técnicas invasivas en las que se infiltra alguna sus- racterística permite apreciar cambios en la firmeza de los
tancia, como anestésicos4,5, agua estéril6, suero salino tejidos atravesados por la aguja, lo cual presenta nume-
isotónico4,6,7, AINE8 o toxina botulínica A9 o B10,11. rosas ventajas dependiendo de la localización en la que
Existen diferentes técnicas de punción en el tratamien- se esté aplicando el tratamiento. Por citar sólo un ejem-
to de los puntos gatillo miofasciales (PGM), para lo cual plo, se puede evitar introducir la aguja en la cavidad pe-
constituye uno de los procedimientos más eficaces, en ritoneal cuando se trata el músculo recto del abdomen al
especial cuando se combina con otras técnicas fisioterá- apreciarse con claridad el momento en que la aguja tro-
picas que puedan propiciar un mejor aprovechamiento pieza con la lámina posterior de la vaina del músculo
de sus efectos, completando su acción y previniendo re- recto del abdomen tras sentir como se atraviesa, secuen-
currencias1,12,13. Además de su eficacia terapéutica, la cialmente, el tejido celular subcutáneo (de profundidad
punción posee otras ventajas en la esfera diagnóstica14, muy variable en esta zona), la lámina anterior de la vai-
que se presentarán a continuación. na del recto del abdomen y el tejido muscular.
Cuando la aguja intenta atravesar el PGM, el fenóme-
IMPORTANCIA DIAGNÓSTICA no “varilla” permite sentir si se ha acertado o errado el
blanco.
Aunque la provocación de dolor referido no es consi- Aunque más adelante se expondrá la importancia de la
derada un criterio diagnóstico esencial del SDM1, re- respuesta de espasmo local (REL) desde el punto de vis-
sulta muy valiosa cuando se consigue, al permitir dife- ta terapéutico, conviene destacar aquí su importancia
renciar a priori un PGM activo de uno latente. La diagnóstica. La REL no se considera un criterio esencial
reproducción del dolor sintomático del paciente puede para el diagnóstico de un PGM, pero dada su especifi-
conseguirse de diversas maneras, generalmente con es- cidad en este campo, constituye un importante criterio
tímulos que impongan algún tipo de deformación me- confirmatorio de la existencia del PGM y de que el teji-
cánica en un PGM suficientemente irritable, como por do que la aguja acaba de atravesar es muscular. Esta úl-
ejemplo la compresión, la contracción o el estiramiento. tima cuestión cobra especial relevancia cuando se tratan
No obstante, ocurre con relativa frecuencia que ninguno PGM próximos a alguna estructura nerviosa (cuyo con-
de estos estímulos es capaz de provocar la telalgia que el tacto provocaría dolor irradiado, amén de local), como
paciente reconoce como suya, en contraste con la signi- por ejemplo en los músculos escalenos, piriforme, trí-
ficativamente mayor facilidad15 con la que la punción ceps braquial, etc. Además, en una gran cantidad de lo-
del PGM reproduce el patrón de dolor habitual del calizaciones en las que existen varios músculos super-
paciente. Esto es particularmente cierto en algunos puestos, la obtención de la REL por medios palpatorios
músculos como el supraespinoso1, el sóleo, o los para- resulta poco confiable y difícil, cuando no imposible, en
vertebrales profundos, entre otros. Músculos en los que los músculos más profundos17. En estos casos la REL
la punción resulta claramente superior a cualquier otro obtenida con la ayuda de la aguja se revela como una he-
intento de reproducción del dolor referido, lo cual la rramienta muy útil para confirmar cuál es el músculo
convierte en un inestimable apoyo diagnóstico. afectado.

Fisioterapia 2005;27(2):69-75 16
O. Mayoral del Moral Fisioterapia invasiva del síndrome de dolor miofascial

EFECTIVIDAD CLÍNICA sustancias en el organismo, y el mayor riesgo de provocar 71


lesiones en los tejidos infiltrados, tanto por el agente quí-
Aún admitiendo que hasta el momento no existen
mico empleado como por la necesidad, cuando se infil-
grandes evidencias científicas de la efectividad del trata-
tra, de usar agujas de mayor calibre y con la punta bisela-
miento invasivo de los PGM18,19, aparte de la vasta expe-
da, lo cual las convierte en instrumentos cortantes.
riencia clínica de la Dra. Travell y del Dr. Simons a lo lar-
A pesar de que serían necesarios muchos más, cada vez
go de su carrera profesional1,20, existen diversos estudios
existe una mayor cantidad de estudios que utilizan exclu-
que defienden la eficacia clínica de las técnicas invasivas. sivamente la punción seca para el tratamiento de diversas
Muchos de estos estudios han sido realizados usando la afecciones, constatándose sus buenos resultados34-43.
infiltración de sustancias en el PGM7,21-23. No obstante,
el comentario inicial de Steinbrocker24 sobre la eficacia de
la mera inserción de la aguja en el dolor musculoesquelé- TÉCNICAS DE PUNCIÓN
tico, y los ya clásicos estudios de Hong25, de Garvey et al26 Las técnicas de punción pueden clasificarse de diferen-
y de Jaeger y Skootsky27, en los que se demuestra una tes maneras. Según la profundidad a la que se introduce la
efectividad clínica equivalente cuando se compara la in- aguja y al hecho de que ésta llegue o no al tejido muscular,
filtración con la punción seca, permiten extrapolar los re- se puede seguir la didáctica clasificación propuesta por
sultados obtenidos con aquélla a los conseguidos con ésta. Baldry44, quien divide las técnicas de punción en dos gran-
Según se desprende de estos estudios, la punción seca es des bloques: punción superficial y punción profunda.
tan eficaz como la infiltración en la inactivación y elimi- También se podría hacer otra clasificación de las téc-
nación de los PGM, con la diferencia esencial de que la nicas de punción en función de la escuela y del modelo
punción seca da lugar a un mayor y más duradero dolori- conceptual en que se han desarrollado2. Según esto, las
miento postratamiento que la infiltración de anestésicos tres principales escuelas de punción seca serían:
locales25. Existen muy pocos estudios que analicen críti-
camente la cuestión del dolor postpunción25,28,29 y que 1. La que sigue el modelo de los PGM, iniciado por
intenten comprobar si este inconveniente puede minimi- Janet Travell y David Simons1,2.
zarse con alguna otra intervención coadyuvante30. 2. La que se basa en el modelo de la radiculopatía
A pesar de todo, autores como Lewit3,31 y Gunn32-34, propuesto por Chan Gunn2,32.
entre otros, prefieren y aconsejan el uso de la punción 3. La que actúa de acuerdo con el modelo de la sen-
seca. Lewit describe un efecto analgésico inmediato de la sibilización espinal segmentaria, desarrollado por An-
punción cuando la aguja consigue alcanzar exactamente drew Fischer2,45 combinando diferentes aspectos de los
el punto responsable de los síntomas del paciente. Este dos modelos precedentes.
efecto, denominado por Lewit el “efecto aguja” (needle
effect), se consigue sondeando con la aguja en el punto Escapa a los objetivos del presente trabajo profundizar
previamente seleccionado por su dolor a la presión hasta en estos modelos, por lo que en lo sucesivo se seguirá la
conseguirse la orientación y la profundidad necesarias primera de las dos clasificaciones.
para encontrar y provocar el exquisito dolor responsable
de dicho efecto. Según Lewit, la infiltración de anestési-
co local estorba la localización de este punto al alterar la Punción superficial
sensibilidad de la zona infiltrada, lo cual impide y con- La técnica de punción superficial44,46-48 propuesta por
vierte en más arbitraria y sujeta al azar la posibilidad de Peter Baldry consiste básicamente en introducir agujas de
conseguir este efecto aguja. Otros argumentos esgrimi- acupuntura en la piel y en el tejido celular subcutáneo su-
dos por los defensores de la punción seca son la menor prayacentes al PGM a una profundidad máxima de 1 cm,
incidencia de efectos secundarios y de posibles reacciones sin llegar a penetrar en el músculo. El autor refiere unos
tóxicas y alérgicas asociados a veces con la infiltración de excelentes resultados, comparables a los de técnicas más

17 Fisioterapia 2005;27(2):69-75
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72 agresivas, confirmados por, al menos, dos ensayos clínicos duzca con la aguja dentro de la banda tensa. La entrada y
controlados13,49. Aunque dichos ensayos no siguen exac- la salida rápidas se repiten hasta que las REL se han extin-
tamente las pautas establecidas por Baldry46 respecto al guido, prueba de que ya no existen loci activos1,53 en el
procedimiento a emplear, se trata de la misma técnica con PGM, o hasta que se alcanza el nivel de tolerancia del pa-
pequeñas variaciones en lo referente al tiempo de aplica- ciente. La salida se refiere a la retirada de la aguja hasta el
ción o a la profundidad a la que se introduce la aguja. Las tejido celular subcutáneo, fuera del músculo, pero no fue-
indicaciones del propio autor con respecto a su protocolo ra de la piel1,50,52. Las agujas recomendadas por Hong
terapéutico han variado sensiblemente con el paso del cuando su técnica es aplicada con punción seca son las
tiempo, sobre todo en lo referente a la inclusión en el tra- agujas monopolares y recubiertas de teflón que se usan en
tamiento de técnicas de cinesiterapia aplicadas después de determinados estudios electromiográficos (Hong C-Z,
la punción44,47,48, sistemáticamente ignoradas en sus pri- 2001, comunicación personal), que tienen las ventajas de
meras publicaciones46. ser más gruesas que las agujas de acupuntura, lo cual im-
A pesar de que serían necesarios más estudios que con- pide que se doblen con tanta facilidad como éstas, au-
firmaran su efectividad, tanto como técnica aislada como mentando su capacidad de retroinformación de acuerdo
combinada con otros procedimientos, la nula agresividad con el efecto varilla, además de que el recubrimiento de
de la técnica y la práctica inexistencia de peligros y com- teflón facilita su deslizamiento por la piel, evitando en
plicaciones asociados con ella la convierten en una técnica gran medida el, a veces importante, componente de dolor
a tener en cuenta, generalmente asociada con otros méto- cutáneo de las agujas de acupuntura cuando son emplea-
dos fisioterápicos como el estiramiento13, el masaje, etc. das en esta modalidad de tratamiento. El principal incon-
veniente de las agujas electromiográficas es su elevado
coste, por lo que la alternativa acostumbra a ser el uso de
Punción profunda
agujas de acupuntura que dispongan de un calibre pro-
A pesar de las afirmaciones de Baldry, cuando la pun- porcional a su longitud. Así por ejemplo, si el calibre ha-
ción superficial se compara con técnicas de punción más bitual para una aguja de 25 mm de longitud es de
profundas suelen ser éstas últimas la que parecen de- 0,25 mm, resulta recomendable que una aguja de 40 mm
mostrar mayor eficacia35,36,40. Existen diversas modali- de largo tenga, como mínimo, un grosor de 0,30 mm, ya
dades de punción profunda que difieren entre sí, sobre que de otra forma, se doblará en exceso y su manipula-
todo, en la insistencia con que buscan la REL y, conse- ción resultará tremendamente incómoda e imprecisa.
cuentemente, en su nivel de agresividad. Probablemen- Existen otras modalidades menos agresivas en las que
te, la modalidad más agresiva y, seguramente más efec- se efectúan otros tipos de manipulaciones de la aguja,
tiva (aunque sin confirmación experimental), es la como giros en una y/u otra dirección, adaptables para
técnica de entrada y salida rápidas de Hong1,25,44,50. personas con un umbral bajo de tolerancia al dolor, pese
Parece existir una clara correlación entre la velocidad a que, como ya se ha dicho, parece que la obtención de
con la que se inserta la aguja y la posibilidad de obtener alguna REL puede resultar esencial para obtener mejores
REL1,25,51. Del mismo modo también se demuestra una resultados. En este sentido, empieza a haber evidencias
correlación directa entre la obtención de REL y la efecti- de que la provocación de REL puede suponer impor-
vidad clínica de la técnica de punción1,2,25,51-53, de mane- tantes cambios favorables en el medio químico del
ra que la técnica de punción parece ser más efectiva si PGM y en la cantidad y en la concentración de sustan-
consigue REL que si no las consigue. Esto llevó a Hong a cias sensibilizadoras que se encuentran en él2,55.
diseñar una técnica de punción, especialmente agresiva, Una buena alternativa en casos de bajo umbral de tole-
consistente en introducir la idea de rapidez en las técnicas rancia al dolor, o en cualquier otra situación en la que se
clásicas descritas por Travell y Rinzler54. Esta rapidez se deseen minimizar las molestias del paciente, puede ser la
aplica tanto al entrar, para promover las REL, como al sa- provocación de las contracciones mediante el uso de la co-
lir, para evitar que la contracción del espasmo local se pro- rriente eléctrica. Aunque en este terreno existe una impor-

Fisioterapia 2005;27(2):69-75 18
O. Mayoral del Moral Fisioterapia invasiva del síndrome de dolor miofascial

tante profusión terminológica, con términos como por el riesgo de hemorragia), personas inmunodepri- 73
PENS56,57 (percutaneous electrical nerve stimulation), midas (por el riesgo de infección) personas linfadenecto-
PEMS58 (percutaneal electrical muscle stimulation) o elec- mizadas (por el riesgo de linfedema), hipotiroidismo (por
troacupuntura42,59,60, probablemente el término más ade- el riesgo de mioedema).
cuado para referirse a la aplicación de corrientes eléctricas Los peligros son escasos, la probabilidad de que se
empleando las agujas como electrodo en el contexto de la produzcan es generalmente baja y resultan en su ma-
fisioterapia podría ser el de electroestimulación intra- yoría evitables si se toman las precauciones adecuadas:
muscular. Parece existir acuerdo en la conveniencia de que neumotórax63, lesión nerviosa, síncope vasovagal,
la corriente aplicada genere contracciones del músculo tra- mioedema (generalmente relacionado con la existencia
tado32,44,46,60, siempre que exista un periodo de reposo en- de hipotiroidismo), hemorragia y riesgo de infección
tre contracción y contracción, es decir, evitando inducir del fisioterapeuta por punción accidental con una aguja
tetania en las fibras estimuladas. Esto suele conseguirse contaminada.
con un aparato de TENS aplicado a una frecuencia baja En cuanto a las complicaciones, apenas existe docu-
(1-10 Hz) con una anchura de pulso también baja mentación, pero se podrían incluir aquí la dermatitis de
(≅ 40 s), con una intensidad situada en el umbral de tole- contacto64, el espasmo muscular65, o el ya mencionado
rancia y con un tiempo de aplicación corto (en torno a los dolor postpunción25,29.
20 minutos). El electrodo negativo se suele colocar en el
PGM y el positivo en la banda tensa, pero fuera del PGM,
CONCLUSIONES
aunque también se exploran otras posibilidades, como co-
locar los dos electrodos de aguja convergentes en el PGM61, No existen en la actualidad evidencias científicas de peso
o uno a cada lado de éste, atravesando la banda tensa pero que ratifiquen o rechacen que la fisioterapia invasiva del
no el PGM62. La corriente se aplica usando electrodos de SDM posee una eficacia superior al placebo18. No obstan-
pinza que se fijan en la parte de la aguja que queda fuera de te, existen suficientes indicios clínicos2,13,31,34,41,44,50,51,65 y
la piel o contactando con ella mediante la punta de alguno experimentales53,55 para pensar que puede constituir un
de los dermómetros o neurómetros32 (“buscapuntos”) ca- método terapéutico altamente efectivo en este campo. En
paces de aplicar corriente a través del mismo puntero con el cualquier caso constituye un procedimiento cada vez más
que captan las diferencias en la conductividad de la piel. empleado en fisioterapia. El paciente tiene derecho a po-
der recibir la terapia que mejor se adapte a sus necesida-
des1, por lo que es conveniente que el fisioterapeuta co-
CONTRAINDICACIONES, PELIGROS
nozca y sea capaz de aplicar todos los posibles tratamientos
Y COMPLICACIONES
fisioterápicos eficaces en una afección que, como el SDM,
Las contraindicaciones de la fisioterapia invasiva de los cae de lleno en su campo de acción. Es necesario un mayor
PGM son escasas, al igual que los peligros y las complica- nivel de investigación en esta materia para poder compro-
ciones. La mayoría de las contraindicaciones son relati- bar de manera inequívoca la utilidad de estos métodos y
vas: miedo insuperable a las agujas, niños, problemas de para poder perfeccionarlos de manera que resulten más
coagulación (incluido el tratamiento con anticoagulantes, efectivos y tolerables para los pacientes.

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21 Fisioterapia 2005;27(2):69-75
Revisión

76

R.D. Gerwin Factores que promueven


la persistencia de mialgia
en el síndrome
de dolor miofascial
y en la fibromialgia
Johns Hopkins University. Correspondencia:
Pain and Rehabilitation Medicine Pain and Rehabilitation
Medicine
Factors that promote
7830 Old Georgetown Road,
Suite C-15
persistent myalgia:
Bethesda, Maryland
20814-2432. USA
myofascial pain
Correo electrónico:
gerwin@painpoints.com and fibromyalgia
Fecha de recepción: 28/9/04. Traducción del inglés:
Aceptado para su publicación: 3/11/04. Orlando Mayoral del Moral

ABSTRACT
RESUMEN
There are many causes of muscle pain that must be
Existen múltiples causas de dolor muscular que deben
considered in the differential diagnosis of myofascial pain
tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial de los
syndromes (MPS) and fibromyalgia syndrome (FMS).
síndromes de dolor miofascial (SDM) y del síndrome
MPS and FMS are not final diagnoses in themselves,
fibromiálgico (SF). El SDM y el SF no son
but are syndromes with causes. Untreated underlying
diagnósticos definitivos en sí mismos, sino que
causes of myalgia can explain why muscle pain occurred,
son síndromes con causas. Las causas subyacentes de
and why it persists. Causes include mechanical
mialga no tratadas pueden explicar por qué se produjo
abnormalities such as pelvic and spinal dysfunction,
el dolor muscular y por qué persiste. Las causas pueden
and ergonomic and postural stresses. Systemic medical
ser anormalidades mecánicas como las disfunciones
illnesses also cause myalgia. Included in this category
vertebrales y pélvicas, y el estrés ergonómico o postural.
are hormonal disorders like hypothyroidism, nutritional
Algunas enfermedades médicas sistémicas también
disorders like iron and vitamin deficiencies, and infectious
causan mialgia. En esta categoría pueden incluirse
illnesses like Lyme disease and parasitic infestation.
alteraciones hormonales como el hipotiroidismo,
Connective tissue diseases like Lupus are relevant.
trastornos nutricionales como las deficiencias de hierro
Finally, visceral organs have a muscular pain referral
o de vitaminas, y las enfermedades infecciosas como
that produces characteristic MPS. Identification
la enfermedad de Lyme o infestaciones parasitarias.
and treatment of these conditions improves the outcome
Patologías del tejido conectivo como el lupus
of treatment of MPS and FMS.
eritematoso pueden ser relevantes. Finalmente,
las vísceras presentan un dolor referido muscular
que produce SDM característicos. La identificación

Fisioterapia 2005;27(2):76-86 22
R.D. Gerwin Factores que promueven la persistencia de mialgia en el síndrome
de dolor miofascial y en la fibromialgia

y el tratamiento de estas afecciones mejoran KEY WORDS 77


el resultado terapéutico del SDM y del SF.
Fibromyalgia; Myofascial pain syndrome; Myogelosis;
Fibrositis; Muscular rheumatism; Idiopathic myalgia;
PALABRAS CLAVE Fibrositis syndrome; Perpetuating factors.
Fibromialgia; Síndrome de dolor miofascial;
Miogelosis; Fibrositis; Reumatismo muscular;
Mialgia idiopática; Síndrome fibrosítico;
Factores de perpetuación.

INTRODUCCIÓN bitualmente distal. El sitio de dolor referido puede en-


contrarse en el mismo miembro, en la misma región,
El dolor muscular crónico es un problema habitual
en la superficie del cuerpo o en una víscera.
en todo el mundo. Representa una situación difícil para
el clínico, tanto en términos diagnósticos como tera-
péuticos. El problema diagnóstico no lo constituye tan- CARACTERÍSTICAS DE LA MIALGIA
to la identificación del dolor muscular, como la necesi-
Introducción
dad de identificar la/s causas/s del dolor muscular
crónico o persistente, para así darle un tratamiento es- La mialgia, o dolor muscular, constituye un proble-
pecífico. El aspecto terapéutico es que el dolor mus- ma particularmente fastidioso para el médico ya que
cular crónico puede no mejorar hasta que el factor o puede representar un estado de dolor crónico primario
factores precipitantes o perpetuadores subyacentes se en el cual no existen anormalidades de laboratorio es-
resuelven. pecíficas para el SF y el SDM que puedan ayudar en el
diagnóstico. Puede existir un dolor generalizado disca-
pacitante, a menudo asociado con una fatiga debilitado-
DEFINICIONES
ra. El éxito del tratamiento puede ser limitado, como
Mialgia es dolor muscular o dolor de origen muscular, en el caso del SF. El tratamiento de una patología que
independientemente de su causa. Existen dos tipos prin- es comórbida con otros problemas, como puede verse en
cipales de mialgia no inflamatoria. Una es el síndrome el SF secundario, o como ocurre en el componente mio-
fibromiálgico (SF), en el cual existe un dolor extendido fascial del latigazo cervical, puede también ser difícil.
y crónico a la presión del músculo, como consecuencia Los síndromes de dolor muscular se consideran crónicos
de la hipersensibilización central. Cuando no existe nin- cuando llevan más de tres meses de evolución.
guna enfermedad concomitante causante de dolor Tanto el SF como el SDM cursan con dolor a la pre-
muscular extendido, al SF se le denomina primario. sión sobre el músculo, pero aparte de este fenómeno
Cuando la mialgia es una patología comórbida, que habitual, difieren y constituyen dos entidades distin-
ocurre en asociación con otras alteraciones, el SF es con- tas. El SF es un síndrome (no una enfermedad) de sen-
siderado secundario. El síndrome de dolor miofascial sibilización y ampliación centrales, que da lugar a dolor
(SDM), el otro síndrome de dolor muscular habitual, e hipersensibilidad a la presión extendidos en el sistema
se asocia con bandas tensas diferenciadas de músculo en- musculoesquelético. El SDM también es un síndrome,
durecido que contienen zonas de dolor exquisito a la consecuencia de un estrés metabólico local del múscu-
presión. Una propiedad muy llamativa de estas regiones lo, que se piensa produce una crisis energética. Se asocia
dolorosas es que generan dolor referido a otro sitio, ha- con una dureza o tirantez en forma de banda lineal y

23 Fisioterapia 2005;27(2):76-86
R.D. Gerwin Factores que promueven la persistencia de mialgia en el síndrome
de dolor miofascial y en la fibromialgia

78 diferenciada, los puntos gatillo miofasciales (PGM), si- 1. Los síntomas existan durante al menos 3 meses.
tuados dentro de uno o más músculos, que provocan 2. 11 de 18 sitios especificados sean dolorosos a la
la liberación de agentes nociceptivos tales como la sus- presión.
tancia P, el potasio y la histamina, que activan recepto-
res nociceptivos periféricos y neuronas nociceptivas del El diagnóstico de SF en la práctica clínica nunca in-
asta dorsal. Una región de la banda tensa es exquisita- tentó ser tan estricto como lo requerido para la investi-
mente dolorosa a la presión y puede referir dolor a otra gación. El dolor muscular extendido y la cronicidad aún
región, habitualmente distal. Una alteración del sueño son necesarios, pero la extensión del dolor a la presión
añadida al dolor, dará lugar más probablemente al diag- puede variar con el tiempo, pudiendo ocurrir que se
nóstico de SF. La intolerancia al ejercicio puede obser- encuentren muchos menos de 11 puntos dolorosos a la
varse tanto en el SF como en el SDM. Muchos casos presión en la exploración en un determinado momen-
de SF son, de hecho, SDM mal diagnosticados como to. Estas dos características, cronicidad y dolor a la pre-
consecuencia de una técnica incorrecta de palpación sión extendido, distinguen el SF de otros síndromes de
muscular, incapaz de encontrar la presencia de bandas dolor musculoesquelético con una especificidad del
tensas y de dolor referido. No obstante, los comentarios 81 % y una sensibilidad del 88 %2. No obstante, no dis-
referentes a los trastornos subyacentes son aplicables a tinguen el SF de un SDM extendido y crónico o de
ambos síndromes. cualquier otra patología crónica en la que exista hiper-
Pese a lo comunes que son estas dos patologías, exis- sensibilidad a la presión del músculo, dado que éste es el
te la posibilidad de que el dolor muscular asociado con único hallazgo físico significativo especificado en los cri-
intolerancia al ejercicio y con fatiga pueda deberse a terios del ACR. De hecho, el SDM es la patología más
problemas enteramente diferentes, tales como una mu- común que debe considerarse en el diagnóstico diferen-
tación del gen del citocromo B del DNA mitocon- cial3.
drial1, una deficiencia de desaminasa de mioadenilato Cualquier dolencia que haga que se formen PGM
o hipotiroidismo. Por lo tanto, el diagnóstico de SF o producirá dolor en repuesta a la palpación. Tales afec-
de SDM basado en la existencia de dolor muscular, fa- ciones pueden ser estados de deficiencia nutricional
tiga e intolerancia al ejercicio, y en los hallazgos físicos como la insuficiencia de hierro o la deficiencia de vita-
de dolor a la presión o de PGM no es suficiente para mina B12, trastornos hormonales como el hipotiroidis-
considerar primaria y exclusivamente el SF o el SDM. mo, y traumatismos como la lesión por latigazo cervical.
Consiguientemente, el examen físico efectuado para la
evaluación de la mialgia debe incluir la palpación en
Fibromialgia: características
busca de las bandas tensas de los PGM (véase más ade-
El SF es una mialgia crónica extendida que, por defi- lante) así como en busca de los puntos dolorosos del
nición, afecta al cuerpo por encima y por debajo de la SF. También está indicada una evaluación médica com-
cintura y a los lados derecho e izquierdo del cuerpo, de pleta para identificar patologías en las que se pueda pro-
forma que tres o los cuatro cuadrantes del cuerpo se en- ducir secundariamente dolor muscular difuso. Un sín-
cuentran afectados. La cronicidad y el dolor extendido drome de dolor muscular localizado o regional como el
de origen muscular se reflejan en los criterios para el asociado con el latigazo cervical no es SF cuando no
diagnóstico publicados por el American College of existe dolor muscular extendido que exista por encima y
Rheumatology (ACR)2. Usando los criterios del ACR, por debajo de la cintura. Incluso cuando existe dolor ex-
se ha estimado que el 3,5 % de las mujeres y el 0,5 % de tendido puede deberse a SDM y no a SF.
los hombres de los EEUU presentan SF. Los criterios del La aceptación de los criterios del ACR propició una
ACR intentaron proporcionar una definición uniforme explosión de la publicación de estudios de investigación
de la fibromialgia para los estudios de investigación y re- sobre la naturaleza de la fibromialgia, a pesar de las críti-
quieren que: cas que consideraban poco convincentes los criterios

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R.D. Gerwin Factores que promueven la persistencia de mialgia en el síndrome
de dolor miofascial y en la fibromialgia

diagnósticos por basarse en un pensamiento circular. No malidad fundamental que es bastante probable que esté 79
obstante, pese a las críticas, estos criterios cumplieron relacionada con la causa de la fibromialgia. El incre-
un objetivo útil, al igual que lo cumplen otros criterios mento de sustancia P en el líquido cefalorraquídeo pue-
establecidos de forma similar en otros estados de dolor de ser relevante con respecto a esta hipersensibilidad
crónico o recurrente que carecen de marcadores objeti- generalizada (también denominada “hipervigilancia”)
vos, como es el caso del dolor lumbar o de la cefalea mi- observada en el SF. Se han documentado alteraciones del
grañosa común. El diagnóstico de SF sigue basándose en sueño con ausencia mantenida de las fases 3 y 4 del sue-
la historia clínica y en la exploración física. Las pruebas ño y la intrusión de actividad alfa en el sueño de ondas
de laboratorio y las pruebas de imagen no sirven para delta en el SF, y los pacientes se quejan de un sueño no
emitir un diagnóstico positivo, pero son necesarias para reparador. Las alteraciones de la función del sistema ner-
evaluar las patologías comórbidas del paciente o para vioso autónomo cardiovascular conducen a una hipo-
identificar otras posibles causas de su dolor crónico. tensión ortostática o a una taquicardia ortostática neu-
rológicamente mediada7, agravando aún más la fatiga y
la incapacidad funcional. Las anormalidades neuroen-
Fibromialgia: síntomas asociados
docrinas en el sistema hipotálamo-pituitario-adrenal y la
El SF es, por encima de todo, un síndrome de dolor deficiencia de hormona del crecimiento (HC) son esta-
muscular crónico4, pero está asociado con un determi- dos de deficiencia hormonal que pueden relacionar los
nado número de otros síntomas que incluyen altera- síntomas de fatiga, dolor y sueño y alteraciones del hu-
ción del sueño y fatiga, cefalea, rigidez matutina, sín- mor8. La HC se segrega durante el sueño; la deficiencia
drome de colon irritable, cistitis intersticial (CI), de serotonina en el SF conduce a alteraciones del sueño
dispareunia y alteraciones del humor. Algunos de estos y, posiblemente, a la disminución de la secreción de
síntomas son manifestaciones de dolor muscular referi- HC. Los niveles de interleucina-8 están aumentados en
do procedente de PGM (cefalea, dispareunia, rigidez los pacientes con SF y se relacionan con la intensidad
matutina) y otros, como el colon irritable y la CI son del dolor, sugiriendo un papel de las citocinas en la etio-
síndromes de dolor viscerosomático5 que ocurren más logía del SF.
frecuentemente en las personas con SF (en aproximada- El pronóstico a largo plazo del SF es más favorable de
mente el 70 % de los pacientes con SF), pero, de nin- lo que inicialmente se pensaba. Los síntomas pueden
guna manera, son exclusivos del SF y suelen asociarse persistir durante años, pero los pacientes, o bien apren-
con SDM del suelo pélvico. La depresión puede ocurrir den a afrontar el dolor crónico, o éste no progresa. Un
en alrededor del 30 % de los pacientes con SF, pero tam- porcentaje sustancial de pacientes con SF informaron de
bién se dice que no es más común en el SF que en la cierta disminución del dolor con el paso de los años, a
población general. pesar de que aún presentaban síntomas. La función me-
jora con el paso de los años, particularmente en la po-
blación mayor (55-64 años), posiblemente debido a
Fibromialgia: patofisiología
unas habilidades de afrontamiento más efectivas. Los
La fibromialgia ha sido ampliamente estudiada con la síntomas decrecen con la edad y los pacientes mayores
intención de identificar una base fisiológica o bioquími- tienen menos dolor, depresión e impacto de la enfer-
ca subyacente que explique la fatiga y el dolor muscu- medad y mejor sueño9.
lar. Se han acumulado evidencias de que la hipersensi-
bilidad a la presión en el SF está relacionada con una
Fibromialgia: tratamiento
sensibilización central con amplificación de la nocicep-
ción, dando lugar a una amplia secuencia de estímulos El tratamiento de la fibromialgia ha incluido una am-
percibidos como más dolorosos entre los pacientes con plia variedad de modalidades farmacológicas, nutricio-
SF que en las poblaciones control6. Esta es una anor- nales, hormonales, conductuales, cognitivas y fisioterá-

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R.D. Gerwin Factores que promueven la persistencia de mialgia en el síndrome
de dolor miofascial y en la fibromialgia

80 picas. Se ha acumulado una amplia experiencia a lo lar- los músculos de la cabeza, del cuello y de los hombros
go de los años en el uso de antidepresivos en el trata- da lugar a cefalea y a dolor de cuello y hombro. La afec-
miento del SF. La amitriptilina potencia el efecto analgé- tación de los músculos del suelo pélvico causa dolor re-
sico de los opiáceos y, al igual que otros antidepresivos ferido a las vísceras (intestinos, vejiga y órganos del trac-
tricíclicos, inhibe la recaptación de serotonina y de nor- to genitourinario). La afectación de los isquiotibiales
adrenalina en las terminales nerviosas. La amitriptilina, puede impedir la sedestación debido al dolor que se
a una dosis de 25-50 mg por la noche, produce una me- siente en la tuberosidad isquiática y también puede cau-
joría inicial que no se ha comprobado que dure más allá sar dolor detrás de la rodilla. El dolor puede sentirse en
de 6 meses10. Sueño, fatiga, dolor y bienestar mejoran la zona de disfunción muscular, el PGM, y también en
con el tratamiento antidepresivo, pero el número de la zona de dolor referido. Los PGM del músculo sub-
puntos dolorosos no cambia. Un problema de los ensa- escapular pueden causar dolor en el hombro y dolor en
yos clínicos del tratamiento antidepresivo es que son de la muñeca.
corta duración. Tan sólo uno de ellos dura 6,5 meses y El PGM, en sí mismo, consta de banda tensa y de do-
mostró que la amitriptilina no era más efectiva que el lor. Esta dualidad destaca sus dos principales caracterís-
placebo. Se consigue un beneficio modesto con aportes ticas, una anormalidad motora o arquitectónica y una
de HC en el subgrupo de alrededor de 1/3 de los pa- disfunción sensitiva dolorosa. La anormalidad motora es
cientes con SF que dan muestras de deficiencia de HC o una dureza anormal en el músculo que se siente a la pal-
de factor 1 de crecimiento de tipo insulina (IGF-1). El pación. Se aprecian una o varias bandas dentro del
tratamiento es caro y tan sólo sirve mientras se mantie- músculo, duras, rígidas o tensas, cuya denominación ha-
ne. El aporte de hormona tiroidea puede ser beneficio- bitual es banda tensa. Resulta diferenciada y, general-
so en los pacientes con hipotiroidismo, pero no existe mente, abarca toda la longitud del músculo entre los
ningún dato que sugiera que el hipotiroidismo es más tendones o las bandas tendinosas (como las interseccio-
común en los pacientes con SF que en la población ge- nes tendinosas del recto del abdomen o de los isquioti-
neral. Los programas de ejercicios graduados y progre- biales). El músculo no se encuentra duro o acalambra-
sivos proporcionan mejorías tanto a corto como a largo do (del mismo modo, no todo el músculo duele a la
plazo en el SF. El tratamiento cognitivo es eficaz cuan- presión). El dolor exquisito a la presión tan sólo se en-
do se combina con ejercicio. Suplementos como la guai- cuentra en la banda tensa, la cual constituye la anorma-
fenesina, el sulfato de dihidroepiandrosterona, el mag- lidad primaria del músculo, pudiendo existir sin dolor
nesio y el SAMe se utilizan habitualmente, pero existen a la presión. El dolor a la presión en el SDM no existe
muy pocos datos que demuestren su eficacia en el trata- sin una banda tensa. El diagnóstico clínico se efectúa
miento del SF11. mediante el examen físico. La identificación del PGM
mediante la exploración física posee una buena con-
fiabilidad interexaminadores14. Con la banda tensa se
Síndrome de dolor miofascial: características
asocia una descarga electromiográfica característica de-
El SDM es un síndrome de dolor muscular que sur- nominada actividad eléctrica espontánea (AEE). En la
ge por una disfunción primaria del músculo y además banda tensa existen descargas de baja amplitud (10-
está asociado con sensibilización central y con una ex- 50 V), tanto si es dolorosa como si no. En los PGM
tensión segmentaria dentro de la médula para así dar lu- se observan descargas intermitentes de alta amplitud (de
gar al fenómeno del dolor referido12. El cuadro clínico hasta 500 V). Las descargas eléctricas tienen las carac-
del SDM es dolor musculoesquelético, limitación de la terísticas de potenciales de placa en miniatura, excepto
movilidad, debilidad y dolor referido13. Además puede por el hecho de que ocurren a una frecuencia entre 10 y
existir torpeza e incoordinación. Las características es- 100 veces superior a la de las descargas de potenciales
pecíficas del SDM en un individuo concreto dependen de placa normales. Se cree que ocurren como conse-
de los músculos que estén afectados. La afectación de cuencia de una liberación anormalmente elevada de ace-

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R.D. Gerwin Factores que promueven la persistencia de mialgia en el síndrome
de dolor miofascial y en la fibromialgia

tilcolina (ACH) en la terminal sináptica de la fibra ner- está trabajando. Como consecuencia de ello, se liberan 81
viosa motora. No obstante, esto aún no ha sido demos- potasio, histamina, sustancia P y otras sustancia excita-
trado. La banda tensa posee la característica de que doras que activan los receptores nociceptivos de los ner-
cuando es estimulada mecánicamente se contrae mar- vios periféricos, estimulando las neuronas nociceptivas
cadamente. La estimulación mecánica, ya sea por pal- del asta dorsal y provocando de este modo dolor.
pación de la banda tensa o por punción, provoca una El dolor miofascial se extiende mediante la afectación
deformación mecánica de la banda. La notable contrac- de unidades funcionales musculares, músculos que tra-
ción del músculo se observa en registros electromiográ- bajan juntos ya sea como agonistas o como antagonistas.
ficos como descargas polifásicas de alta amplitud Un PGM restringe la amplitud de movilidad relativa a
(1.000-2.000 V) de hasta 250 ms de duración. La má- un músculo determinado y lo debilita. La compensación
xima contracción se obtiene en la zona más dolorosa de por esta alteración funcional del músculo sobrecarga a
la banda tensa, disminuye a medida que se aleja de este otros músculos de la misma unidad funcional. Por ejem-
punto y no se provoca cuando se registra en músculo plo, si el músculo trapecio superior está afectado por
normal, a una distancia de tan sólo 1 cm de la banda PGM, el músculo elevador de la escápula se sobrecarga-
tensa. La AEE disminuye hasta un 22 % con la infusión rá para controlar el movimiento escapular y músculos
de fentolamina, un antagonista -adrenérgico que inhi- cervicales posteriores como el semiespinoso de la cabeza
be la actividad simpática15. Por lo tanto, la AEE anormal se sobrecargarán al extender el cuello. El dolor miofas-
asociada con la banda tensa es en cierto modo modula- cial también puede extenderse mediante la disfunción
da por el sistema nervioso simpático, aunque no se ha axial. Los PGM del iliopsoas o del cuadrado lumbar
publicado una explicación satisfactoria de esta relación, pueden producir una inclinación pélvica que parezca
aparte de la insinuación no demostrada de que la banda una dismetría de miembros inferiores, causando escolio-
tensa está relacionada con una anomalía de las fibras in- sis. Se produce una inclinación del hombro para aco-
trafusales del huso muscular. modar la curvatura espinal y para nivelar los ojos con el
La anormalidad sensitiva es el dolor del músculo a la horizonte. Los músculos del hombro y del cuello deben
presión, tanto local como referido. Los modelos experi- nivelar la cabeza. La contracción muscular crónica para
mentales de dolor muscular demuestran que se produce devolver la columna a la línea media puede producir
sensibilización central en respuesta a estímulos nocivos PGM y dolor miofascial. Por lo tanto, un SDM local o
que aparecen en presencia de un estímulo irritante per- regional puede extenderse por todo el cuerpo y conver-
sistente, como una inyección de bradicinina en el tirse en un SDM generalizado.
músculo, dando lugar a una disminución del umbral del
dolor y a un incremento del número y del tamaño de
Síndrome de dolor miofascial: factores
campos receptivos a los que responde una determinada
perpetuadores no estructurales
neurona nociceptiva del asta dorsal de la médula12. Esto
se traduce en el ser humano como hipersensibilidad o Los factores médicos que producen alteraciones de la
alodinia que se manifiesta como dolor a la presión o función neurológica pueden ser la insuficiencia de vita-
como dolor espontáneo y referido. La relación existente mina B12 o de otras vitaminas, la insuficiencia de hierro,
entre la banda tensa y el dolor se explica mediante la hi- los estados de deficiencia tiroidea y las infecciones cró-
pótesis integrada de Simons12. En esta hipótesis, una li- nicas como la enfermedad de Lyme y las infecciones re-
beración excesiva de ACH en la placa motora provoca la cidivantes de Candida albicans en las mujeres.
creación de bandas tensas en el músculo afectado que En el conjunto de las deficiencias nutricionales, la de
comprimen los capilares, disminuyendo, consiguiente- vitamina B12 constituye un problema habitual que afec-
mente el riego sanguíneo local, causando isquemia. Ésta ta a un porcentaje creciente de personas con más de
limita la disponibilidad de oxígeno y de glucosa, crean- 65 años debido a la disminución de la síntesis del factor
do, por lo tanto una crisis energética en el músculo que intrínseco con la edad. Se estima que presentan defi-

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de dolor miofascial y en la fibromialgia

82 ciencia hasta el 15 % de las personas con más de que existe controversia sobre el mecanismo del denomi-
65 años. No obstante, las vías de absorción y de utiliza- nado hipotiroidismo resistente a hormonas debido al
ción son complejas existiendo múltiples mutaciones ca- bloqueo periférico de la acción de T3. Muy pocos dis-
paces de reducir su absorción o su acción. El ácido fóli- cutirían que el hipotiroidismo asociado con una hormo-
co corrige la anemia o la deficiencia de B12, por lo tanto, na estimulante del tiroides (TSH) elevada no debe ser
la anemia perniciosa no constituye necesariamente un tratado. En individuos normales con niveles de TSH
buen marcador de la deficiencia de B12. El otro aspecto por debajo de 2, ligeras elevaciones de la TSH a menu-
de la deficiencia de B12 es la disfunción nerviosa en el ce- do indican un hipotiroidismo leve. Estos pacientes a
rebro, en la médula espinal (degeneración combinada de menudo se quejan de fatiga y de sensación de frío, y
la médula) y en los nervios periféricos (neuropatía). Es tienden al estreñimiento, a la sequedad de piel y al dolor
probable que la neuropatía periférica esté relacionada muscular. El tratamiento con suplementos tiroideos
con la mialgia difusa que se observa a veces en la defi- para llevar la TSH a 1,5 o menos a menudo conlleva
ciencia de B12 y que mejora con los aportes de esta vita- una mejoría de todos los síntomas y hace que el SDM
mina. Si la vitamina B12 se encuentra por debajo de responda al tratamiento. La controversia es si el hipoti-
300 pg/ml, el ácido metilmalónico y la homocisteína roidismo que responde a mayores dosis de T3 es un fac-
son buenos marcadores de las anormalidades metabóli- tor responsable de dolor muscular crónico, tal como el
cas causadas por la insuficiencia de B 12. No obstante, SF17,18. La cuestión específica es si la T3 invertida (RT3)
pueden existir anormalidades metabólicas de la función bloquea el efecto de T3 a nivel celular, creando por lo
de B12 incluso en ausencia de la elevación de ácido me- tanto un hipotiroidismo periférico, no relacionado con
tilmalónico o de homocisteína. la función hipotalámica o de la glándula tiroidea.
Se produce deficiencia de hierro en el músculo cuan- El hipotiroidismo clínico con niveles normales de T3,
do la ferritina está agotada, lo cual ocurre a un nivel T4 y TSH puede ocurrir en el denominado estado del
aproximado de 15 ng/ml de ferritina. La prevalencia de eutiroideo enfermo que se observa a menudo en la en-
deficiencia de hierro en mujeres de entre 12 y 49 años es fermedad crónica o en las unidades de cuidados inten-
del 9-16 %. Es mayor en afroamericanas y en hispanas sivos en la enfermedad crítica prolongada. Esta patolo-
(19-22 %). El hierro es esencial para la generación de gía tiene relación con el estado hipometabólico
energía a través del sistema de enzimas citocromo oxida- hipotiroideo postulado en el SF, con unos parámetros de
sas. La deficiencia de hierro causa fatiga y escasa resis- laboratorio de la función tiroidea normales (TSH, T3,
tencia y puede causar dolor muscular. Existen suple- T4). Este aspecto no ha sido tan directamente valorado
mentos de hierro tanto por vía oral como por vía en el SDM, pero si en cualquiera de estas dos patologías,
intravenosa. cuando son crónicas, existe una base subyacente similar
La deficiencia de vitamina D se asocia con dolor mus- de hipersensibilidad central y si ambas se inician por
culoesquelético “inespecífico”. Plotnikof y Quigley16 ha- una crisis energética aguda o recurrente, entonces un su-
llaron que el 89 % de los sujetos con dolor musculoes- puesto estado hipometabólico relacionado con el hipoti-
quelético crónico tenían deficiencia de vitamina D, roidismo se hace relevante en ambas dolencias. En la en-
medida como 25-OH vD. Valores por encima de fermedad crítica prolongada, los niveles tiroideos
20 ng/ml se consideraban normales. Resulta fácil de de- tisulares están disminuidos. Las evidencias sugieren que
tectar y de corregir. Las personas sin exposición al sol existe un fallo neuroendocrino central, al menos en par-
presentan gran riesgo de deficiencia, como pueden ser te a nivel del hipotálamo, basándose en la respuesta con-
personas con indumentarias que hacen que quede muy tinuada a otros factores como la HC19. Por otra parte,
poca cantidad de piel expuesta al sol, así como personas el síndrome del eutiroideo enfermo, con niveles bajos de
que pasan muy poco tiempo al aire libre. T3 y de T4, puede entenderse como una respuesta agu-
El hipotiroidismo es más complejo, no porque no se da al estrés. Las consideraciones sobre la causa de este fe-
sepa que el hipotiroidismo pueda causar dolor, sino por- nómeno van desde una disminución en la deyodoniza-

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de dolor miofascial y en la fibromialgia

ción de la tetrayodotiroxina por la 5’-deyodinasa para tropina (TRH) es normal. No se afirma en este estudio 83
hacer triyodotiroxina, inhibidora de las proteínas fijado- si los sujetos con EA eran clínicamente hipotiroideos.
ras de T4 y de T3, hasta la acción de las citocinas circu- Como sugieren los estudios a los que se acaba de hacer
lantes. Un estudio de individuos sanos sometidos a ciru- referencia, la elevación de RT3 constituye una respuesta
gía abdominal optativa mostraron una disminución de inespecífica, tanto de la enfermedad crónica como del
T3 que comenzó 30 min antes de que se efectuara la in- estrés agudo. Sigue sin respuesta la cuestión de si la ele-
cisión cutánea, continuó durante todo el periodo de ob- vación de RT3 ejerce como bloqueante de la acción de
servación postquirúrgica. Una elevación precoz de TSH T3, produciendo un hipotiroidismo, posiblemente a ni-
atenuó la disminución de T3 después de 8 h. T4 se elevó vel celular, al competir por los receptores de T3, o si tal
poco después de la incisión cutánea y se mantuvo eleva- efecto, de existir, puede ser superado por niveles crecien-
da. La RT3 se elevó 6 h después de la cirugía y se man- tes de TSH o mediante la suplementación de T3.
tuvo elevada. Los niveles séricos de cortisol se elevaron La deficiencia de HC se ha asociado con el SF. Las
rápidamente después de entrar en el quirófano y se man- mediciones del IGF-1 muestran una deficiencia en alre-
tuvieron elevados después. Las citocinas resultaban he- dedor del 30 % de los pacientes con SF23. Los síndromes
terogéneas, la interleucina-6 (IL-6) se elevó 2 h después de deficiencia de HC comparten muchas características
de la incisión cutánea y el factor alfa de necrosis tumoral con el SF. La secreción de HC puede ser obstaculizada
(TNF-) no se elevó en absoluto. Se ha hipotetizado secundariamente a una serie de estresores físicos y psico-
que la rápida elevación de cortisol podría explicar la lógicos. Constituye una patología tratable y, por lo tan-
caída de T3 en este síndrome agudo20. En otro estudio to, merecería la pena investigarla en los SF que no pre-
sobre el síndrome del eutiroideo enfermo, que fue crea- sentan otras causas identificables o comorbilidades.
do experimentalmente mediante una perfusión aislada Resulta discutible si los pacientes con SF y con defi-
del miembro con TNF-, se produjo una rápida caída ciencia de HC tienen una enfermedad (deficiencia de
de T3, RT3, T4 y globulina fijadora de tiroxina (TBG), HC) o tienen un SF agravado por la deficiencia de HC.
mientras que la T4 libre mostró una elevación aguda. La observación efectuada por Bennet23 es que el trata-
T3 se mantuvo baja, pero RT3 se elevó a las 24 h. La miento con HC produce una mejoría clínica. No obs-
TSH disminuyó inicialmente pero se elevó progresiva- tante, un estudio de mujeres premenopáusicas no mos-
mente hasta rebasar los niveles previos a la perfusión y se tró ninguna asociación entre SF e IGF-1, arrojando
mantuvo elevada durante una semana. Se pensó que el dudas sobre la validez de esta asociación en este grupo
cortisol o la IL-6 estaban relacionados con la disminu- de edad24. Estos autores destacan que poblaciones de
ción de los niveles de T3 y de T4. También se pensó que mayor edad y obesas tienen una menor actividad del eje
la recuperación era dependiente de la TSH dado que su HC-IGF-1 y que estas dos situaciones deben tenerse en
elevación precedió a la de T4 y T321. Por lo tanto, en el cuenta cuando se estudia este eje en los sujetos con SF.
síndrome del eutiroideo enfermo, la disminución de la Por lo tanto, puede decirse que la deficiencia de HC
función de T3 parece estar relacionada con una caída produce un síndrome bastante parecido al SF, sin em-
inicial de los niveles de T3 y con una disminución de la bargo no está en absoluto claro que se pueda afirmar que
conversión de T4 en T3. el subgrupo de pacientes con SF la padece como conse-
Los cambios en la RT3 pueden constituir un marcador cuencia de una alteración de la secreción de HC. Ade-
de la respuesta inespecífica al estrés agudo o crónico. Por más, las subpoblaciones de pacientes con SF en las que
ejemplo, la RT3 se elevó en mujeres con espondilitis an- esto pueda aplicarse todavía han de ser definidas.
quilosante (EA), mientras que la T3 y la T4 libres y la T3 Un estudio de la alteración del sistema conectivo co-
total se encontraban significativamente más bajas. La nocida como lupus eritematoso sistémico (LES) y la fi-
TSH y la T4 total eran normales. Los anticuerpos anti- bromialgia mostró que casi el 10 % de los caucasianos
tiroideos estaban también elevados22. La respuesta de la presentaban SF, una prevalencia aproximadamente
TSH a la hormona estimulante de la liberación de tiro- 2-3 veces superior a la que se espera en la población ge-

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84 neral. La prevalencia resultó ser mucho menor en afro- hidroxicloroquina. En los casos difíciles también debe-
americanos y en hispanos, con una prevalencia total del rían considerarse otras enfermedades que se parecen a
5 %, un poco más de la que se ha documentado en es- la de Lyme, pero que se tratan de forma diferente, como
tudios generales (2-4 % de prevalencia en varios estu- la babesiosis.
dios). El SF se correlacionaba mejor con la etnia cauca- La infección por enterovirus ha sido investigada en
siana, la ansiedad o los desórdenes afectivos y no se pacientes con SF y con síndrome de fatiga crónica
correlacionaba con la actividad clínica del LES, con un (SFC) mediante ensayos de PCR de biopsias muscula-
daño orgánico específico, o con características serológi- res. Un cierto número de estudios ha demostrado un au-
cas25. Por lo tanto, el LES es considerado apropiada- mento significativo de la prevalencia de muestras de
mente en la subpoblación caucasiana de pacientes de SF. PCR positivas por enterovirus y de anticuerpo neutrali-
No obstante, se desconoce en cuántos pacientes con SF, zante positivo para el virus coxackie B en pacientes con
el LES constituye la manifestación presente. Más aún, SFC: entre el 20 % y el 58 %, comparado con el 0-9 %
no parece que el curso del SF y del LES tengan que estar de positivos de los controles28,29. En un estudio de pa-
necesariamente relacionados. cientes con SF, el 13 % (4 de 30) fueron positivos para
Finalmente, resulta interesante la relación de la in- enterovirus, comparado con el 0 % (0 de 29) de los con-
fección crónica con la mialgia (tanto con el SDM troles30. No obstante, otro estudio no pudo demostrar
como con el SF) y está justificada la investigación de evidencias que sostengan un papel de la infección ente-
situaciones específicas cuando la historia clínica es roviral persistente en pacientes con SFC, pero tampoco
compatible con este diagnóstico. Este concepto fue pudo descartar la posibilidad de que tal infección fuera
dramáticamente ilustrado en un atleta de competición un factor precipitante31. Ésta representa una considera-
que nadó en estanques y lagos por todos los EE.UU. ción etiológica interesante, pero por el momento de un
durante un periodo de tiempo. Este atleta aquejó fati- escaso uso práctico en la clínica, ya que la biopsia
ga y dolor muscular difuso y se encontraron dos infec- muscular no se realiza de forma rutinaria en los pacien-
ciones por protozoos como la amebiasis y la enferme- tes con SF y no existe un tratamiento específico para la
dad de Lyme. Consideraciones habituales en EE.UU. infección por enterovirus.
incluyen las infecciones parasitarias, la enfermedad de
Lyme, las infecciones crónicas por micoplasma y el
Síndrome de dolor miofascial: tratamiento
enterovirus.
La enfermedad de Lyme crónica puede presentarse El tratamiento del dolor miofascial requiere la inacti-
con una combinación de mialgia y artralgia, fatiga y al- vación de los PGM, la restauración de la longitud
teraciones cognitivas, características que también se ob- muscular normal y la eliminación o la corrección de los
servan en el SF. El tratamiento de estas personas resulta factores que crearon los PGM o que los perpetuaron.
difícil. El estado crónico, al que a veces se denomina sín- Para conseguir todo esto, la terapia manual puede em-
drome post-Lyme o síndrome postratamiento de la en- plear la compresión del PGM, a menudo acompañada
fermedad de Lyme, no mostró ninguna mejoría en el as- de una corta excursión de la parte corporal correspon-
pecto cognitivo pero sí en la fatiga tras un tratamiento diente para alargar y acortar activa y levemente el
prolongado de 30 días de ceftriaxona intravenosa segui- músculo. El dolor del PGM generalmente mengua al
da de doxiciclina oral, o de 28 días de cetriaxona intra- cabo de 20-30 s, el dolor referido desaparece y, final-
venosa26,27. No obstante, los antibióticos macrólidos son mente, la banda tensa se relaja, o desaparece, en alrede-
menos activos en pH ácido y malas respuestas como las dor de 1 min. La banda tensa muscular se estira local-
que se acaban de citar pueden deberse a la localización mente unos centímetros de manera longitudinal. Este
de la espiroqueta en un endosoma ácido. La actividad de estiramiento local no se produce a través de una articu-
los antibióticos macrólidos, pero no la de las tetracicli- lación. Se aplica también una técnica de liberación mio-
nas, puede aumentarse mediante la alcalinización con fascial al músculo para estirar la fascia, desplazando la

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de dolor miofascial y en la fibromialgia

piel que cubre el PGM. También se aplica un estira- Los factores de ergonomía laboral y de estrés psicoló- 85
miento terapéutico de mayor amplitud, para estirar el gico que causan o agravan la formación y la activación
músculo a través de la articulación o articulaciones aso- de los PGM también deben ser evaluados y corregidos.
ciadas con él. Por ejemplo, la cadera y la rodilla para el Una vez que el dolor de los PGM se ha reducido y que
músculo recto femoral. Para ser más efectivos, estos es- los factores de perpetuación han sido abordados, un
tiramientos deben ser analíticos. programa de acondicionamiento físico puede fortalecer
Los PGM también pueden inactivarse insertando una el músculo, aumentar su resistencia y quizá reducir la
aguja dentro de la zona o punto gatillo. Esto puede rea- posibilidad de reactivación de los PGM.
lizarse con o sin la infiltración de anestésico local32.
Cuando se realiza adecuadamente se produce una res-
CONCLUSIÓN
puesta de espasmo local, a menudo con una reproduc-
ción momentánea del dolor referido, y entonces la ban- Los pacientes con mialgia pueden presentar numero-
da tensa se relaja y el dolor disminuye o desaparece. En sas patologías comórbidas que perpetúan o agravan su
cualquier caso, la inactivación mediante punción o infil- dolor muscular. Tales patologías pueden cuasar mialgia
tración, o con fisioterapia manual, debe seguirse de la en primera instancia o interferir con la recuperación o
corrección del estrés mecánico o postural, como por con el proceso terapéutico. En todos los casos de mialgia
ejemplo el desplazamiento anterior de los hombros, la crónica debería llevarse a cabo la identificación de estas
posición adelantada de la cabeza, la rotación pélvica o patologías. En algunos casos se puede evidenciar una
la disfunción sacroiliaca. No existe ninguna evidencia anormalidad estructural mediante el examen físico,
para defender la infiltración de otras sustancias como los mientras que en otros pueden ser necesarias una historia
esteroides o el ketorolaco. De hecho, la punción seca clínica detallada y pruebas de laboratorio. No es infre-
funciona bien y puede funcionar tan bien como la infil- cuente que existan múltiples comorbilidades, particular-
tración de anestésico local, aunque faltan estudios ade- mente la combinación de un desequilibrio estructural y
cuados para defender una u otra intervención. de una patología médica.

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Fisioterapia 2005;27(2):76-86 32
Revisión

87

R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico:


patofisiología y
aproximación terapéutica
Chronic myofascial pain:
pathophysiology and
Profesor Titular EU. Correspondencia:
Departamento de Fisioterapia.
Universidad de Valencia.
Rafael Torres Cueco
San Juan Bosco 16
therapeutic approach
46019 Valencia
Correo electrónico:
Rafael.Torres@uv.es

Fecha de recepción: 11/8/04.


Aceptado para su publicación: 9/10/04.

RESUMEN ABSTRACT
El síndrome de dolor miofascial crónico es una de las Chronic myofascial pain syndrome is one of the most
patologías más frecuentes en la práctica clínica. common disorders in clinical practice. Most patients
Muchos de los pacientes con este síndrome presentan with chronic myofascial pain syndrome have a severe
un dolor severo y disperso, con un importante impacto and widespread pain, with a negative impact in
en su vida familiar y laboral. El tratamiento habitual their job and family. In these patients the usual
de los puntos gatillo miofasciales y la corrección de treatment of miofascial trigger points and the correction
los factores de perpetuación suelen llevar a resultados of perpetuating factors are often unsuccessful. However,
desalentadores. Gracias a los avances en neurociencias the recent advances in neurosciences allow an increasing
se comienza a comprender mejor la patofisiología understanding of the pathophysiology of chronic muscle
del dolor muscular crónico. El desarrollo de diferentes pain. Different biopsychosocial models of pain have
modelos con una aproximación biopsicosocial permite been developed which consider pain as an interaction
considerar al dolor como la interacción de factores of biological, psychological and social phenomena.
biológicos, psicológicos y sociales. El tratamiento Management of chronic miofascial pain patients
de los pacientes con un síndrome miofascial must be based on the understanding of these
crónico debe basarse en la comprensión de estas interactions and not only on inactivating myofascial
interacciones y no exclusivamente en la inactivación trigger points.
de puntos gatillo miofasciales.

33 Fisioterapia 2005;27(2):87-95
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

88 PALABRAS CLAVE KEY WORDS


Síndromes de dolor miofascial; Punto gatillo Myofascial pain syndromes; Myofascial trigger point;
miofascial; Dolor crónico; Dolor muscular; Chronic pain; Muscle pain; Central sensitization;
Sensibilización central; Fisioterapia; Modelo Physical therapy; Biopsychosocial model.
biopsicosocial.

INTRODUCCIÓN que se abordará en este artículo, a partir de los recien-


tes avances en el conocimiento, tanto de la fisiopatolo-
El dolor miofascial es una de las causas más frecuen-
gía del dolor muscular crónico, como del papel que jue-
tes de dolor musculoesquelético crónico1-3. Con fre-
gan distintos aspectos psicosociales en la cronificación
cuencia, además, se asocia a otras entidades que tienden
del dolor. La experiencia clínica demuestra que inten-
a adquirir un carácter crónico como el dolor lumbar4,
tar tratar a un paciente con un SDMC de la misma for-
cervical5, la cefalea tensional6-8, el síndrome de dolor ma que si su situación fuera aguda no lleva más que al
regional complejo9 y la fibromialgia10,11. Rosomoff et al5 fracaso. Para abordar el SDMC es necesaria una pers-
encontraron que más del 90 % de 34 pacientes con cer- pectiva más amplia del problema, que pasa por com-
vicalgia crónica presentaban un síndrome de dolor mio- prender qué mecanismos periféricos y centrales inter-
fascial (SDM). El tipo más frecuente de cefalea crónica, vienen en el DC.
la cefalea tensional, está relacionada con la presencia de El DC ha sido definido por el Subcomité de Taxono-
puntos gatillo miofasciales (PGM) en la musculatura mía de la International Association for the Study of Pain
cervical y cráneomandibular6-8. Allen et al9 observaron (IASP) como aquel dolor que persiste más allá de su
que el 56 % de 134 pacientes diagnosticados de síndro- tiempo normal de curación. El subcomité escogió el
me doloroso regional complejo presentaba SDM. periodo de tres meses como la línea divisoria entre el do-
lor agudo y el crónico, aunque con propósitos investiga-
EL SÍNDROME DE DOLOR MIOFASCIAL dores se prefiere un periodo de 6 meses13.
CRÓNICO En las sociedades occidentales el DC musculoesquelé-
tico se ha convertido en un grave problema sanitario, y,
La presentación clínica de un SDM abarca un espec- a pesar de las ingentes sumas de dinero invertidas, su
tro muy amplio. Mientras que un SDM agudo o sub- tratamiento es un rotundo fracaso. De estos dolores
agudo suele adquirir un carácter local y en ocasiones re- musculoesqueléticos crónicos los más frecuentes son el
gional, el SDM crónico (SDMC) es frecuentemente SDM14, la fibromialgia15 y la disfunción articular16.
regional y, muchas veces, puede presentarse como un El fracaso terapéutico es la consecuencia de entender
cuadro de dolor generalizado que engloba amplias re- el DC exclusivamente como un problema de sinapsis y
giones corporales11,12. Las manifestaciones clínicas de neurotransmisores, sin atender otras dimensiones indi-
SDMC pueden abarcar un espectro muy amplio, des- viduales y sociales del mismo17. En el modelo médico
de pacientes cuyo dolor crónico (DC), aunque conlle- clásico del dolor, éste ha sido considerado como una
ve una cierta pérdida de su funcionalidad, no llega a percepción sensitiva generada en el sistema nervioso
perturbar su vida social y laboral, a pacientes que pre- central (SNC) a partir de una lesión de los tejidos peri-
sentan un DC intratable y una severa discapacidad. Es- féricos, existiendo una correlación directa entre el dolor
tos pacientes habitualmente son refractarios al trata- y la lesión tisular. Una intervención terapéutica sobre los
miento habitual de los PGM. Es el tratamiento de este tejidos lesionados sería suficiente para eliminar el dolor.
tipo de pacientes con un cuadro clínico complejo, lo Sin embargo, esta situación sólo se da en dolores agu-

Fisioterapia 2005;27(2):87-95 34
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

dos y que duran poco tiempo. Paradójicamente, lo que Una característica inherente a los PGM es la de persis- 89
se observa es que existen muchos pacientes que mani- tir durante largos periodos de tiempo pasando de laten-
fiestan dolores intensos con lesiones de escasa importan- tes a activos y de activos nuevamente a latentes. Estos
cia y, por el contrario, pacientes con un gran deterioro PGM latentes son susceptibles de una reactivación, mu-
patológico que manifiestan escasos síntomas. Existen, chas veces severa, ante el menor estímulo o sobrecarga.
por tanto, otras variables implicadas en la experiencia Los factores de perpetuación son múltiples y frecuen-
del DC. Estas variables, que como veremos son de orden temente pasan desapercibidos para el clínico. Si son su-
psicosocial, tienen una importancia fundamental en la ficientemente importantes, los PGM se mantienen de
construcción de la experiencia dolorosa. forma activa y conducen a un cuadro progresivamente
La definición actual de dolor adoptada por la IASP y más severo y difuso. La resolución de los factores de per-
elaborada por Merskey y Bogduk en 1994, lo considera petuación tiene una importancia crítica en la prevención
como: “Una experiencia desagradable sensitiva y emo- de que una situación aguda, provocada por PGM, evo-
cional asociada a un daño real o potencial de los tejidos lucione a un SDMC22.
o descrita en términos de dicho daño”13. Esta defini- En estos últimos años, gracias a los avances en neuro-
ción ha supuesto un avance considerable en la concep- ciencias, se ha empezado a comprender mejor los meca-
tualización del dolor, al considerarlo una experiencia vi- nismos neurofisiológicos que subyacen en el desarrollo
vencialmente compleja que abarca tres dimensiones: del dolor muscular crónico21,23-27, aunque previamente
sensorial (con la función de transmitir la estimulación se ha de aclarar la distinción entre nocicepción y dolor.
dolorosa y describir su intensidad y sus características), El término nocicepción hace referencia a la detección de
afectiva (que implica la vivencia del dolor como desa- estímulos nocivos y su transmisión desde la periferia al
gradable, capaz por tanto de provocar respuestas emo- SNC antes de que esa información sea consciente. Es
cionales en el sujeto) y cognitiva (el papel que variables importante recordar que la nocicepción no da lugar ne-
cognitivas, como pensamientos y creencias, tienen sobre cesariamente a la percepción del dolor, de la misma for-
la experiencia de dolor). El dolor abarca, de este modo, ma que puede haber dolor sin nocicepción. Por ejemplo,
la totalidad del individuo. factores emocionales pueden activar neuronas localiza-
das en el bulbo raquídeo y en la médula e iniciar una
señal dolorosa que transmitida a los centros superiores
Fisiopatología del dolor miofascial crónico
del SNC hagan que el sujeto perciba dolor sin que se
Como recuerda Mense16, es bien conocida la tendencia haya producido ningún estímulo nociceptivo.
del dolor muscular a transformarse en crónico. Son diver-
sos los aspectos que subyacen a esta situación. En primer
Dolor crónico: mecanismos periféricos
lugar, la patofisiología del SDM y las características pro-
pias de los PGM. En segundo lugar, los factores perpe- La mayoría de las fibras aferentes primarias nocicepti-
tuantes que, aunque descritos extensamente por Travell y vas que posee el músculo son de tipo A- y fibras C28.
Simons18, muchas veces en la práctica clínica diaria no Estas últimas son marcadamente sensibles a los estímu-
son tenidos en cuenta. En tercer lugar, la evidencia con los químicos, particularmente cuando existen alteracio-
que se cuenta actualmente de que en la patofisiología del nes de la microcirculación como sucede en la zona de
DC miofascial intervienen cambios funcionales y estruc- PGM. Son capaces, además, de liberar en el tejido de
turales en el SNC19-21. Estos profundos cambios neuro- forma antidrómica agentes como la sustancia P y el pép-
plásticos obligan a contemplar al SDMC de forma dife- tido relacionado genéticamente con la calcitonina
rente al síndrome agudo. Finalmente, la importancia de (CGRP). La activación de las fibras C y la consiguiente
los factores de índole psicosocial en el establecimiento de liberación de sustancia P y CGRP, es la responsable de la
cambios disfuncionales en el SNC y, por tanto, en el de- denominada inflamación neurogénica, la cual amplifica
sarrollo de un dolor miofascial crónico. el fenómeno nociceptivo estimulando un mayor núme-

35 Fisioterapia 2005;27(2):87-95
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

90 ro de nociceptores y aumentando su sensibilidad mecá- cuando se produce una alteración en el funcionamiento


nica. Este es el fenómeno denominado sensibilización interno de la neurona de segundo orden WDR, estos re-
periférica. ceptores facilitan el establecimiento del DC. Cuando
En el músculo también existen otro tipo de fibras afe- esto sucede, la neurona queda sensibilizada, de forma
rentes primarias amielínicas, los denominados nocicepto- que es hiperexcitable tanto a estímulos dolorosos como
res “durmientes”. Estos nociceptores normalmente están indoloros. Así, un estímulo débil como el tacto suave es
inactivos y no responden a estímulos mecánicos y tér- capaz de desencadenar una respuesta dolorosa, fenóme-
micos. Sin embargo, son sensibles químicamente a los no denominado alodinia. El último eslabón en la transi-
diferentes compuestos algésicos que se liberan después ción de dolor agudo a crónico son los cambios morfo-
de una lesión tisular. Al entrar en contacto con dichos lógicos en los circuitos del asta posterior, como la
compuestos, estas neuronas adquieren la capacidad de generación de nuevas terminaciones aferentes o el au-
responder a la estimulación mecánica. El músculo tam- mento de los contactos sinápticos23,35,36.
bién posee receptores no-nociceptivos denominados er-
gorreceptores, que intervienen en los ajustes respiratorios
La modulación central del dolor
y circulatorios que se producen durante la actividad fí-
sica29-33. Lo interesante de estos receptores es que pare- En su viaje hacia los centros superiores, el impulso no-
cen jugar un papel en la activación del sistema inhibidor ciceptivo está sujeto a varias influencias moduladoras.
descendente del dolor34, lo cual tiene importantes reper- En un esfuerzo para explicar la complejidad de la mo-
cusiones clínicas, ya que demuestra que la actividad fí- dulación del dolor, Melzack y Wall37 elaboraron en
sica disminuye la percepción del dolor muscular. 1965 la teoría del control de la compuerta, según la cual
Las neuronas nociceptivas de segundo orden (NNSO) se existen mecanismos neurales en el asta dorsal de la mé-
dividen en dos clases: las neuronas nociceptivas específicas dula que actúan aumentando o disminuyendo la trans-
y las neuronas de amplio rango dinámico (WDR). Las misión de los impulsos nerviosos desde la periferia hacia
NNSO se activan por la liberación de neurotransmisores, el SNC. En el asta dorsal convergen un gran número de
como el glutamato y la sustancia P. El comportamiento fibras aferentes primarias, interneuronas excitadoras e
de estas neuronas puede modificarse como consecuencia inhibidoras y fibras descendentes que provienen de los
de cambios neuroplásticos que, siendo inicialmente cam- centros superiores del SNC. La teoría se basa en lo si-
bios funcionales transitorios, pueden transformarse en guiente:
cambios morfológicos estables. Estos cambios neuroplás-
ticos son responsables de la sensibilización central, que 1. La transmisión de los estímulos nociceptivos de
perpetúa la actividad de las neuronas nociceptivas inclu- las fibras aferentes hacia las NNSO puede ser suprimi-
so tras la curación de la lesión periférica. da o amplificada por un mecanismo de compuerta en
Uno de los diversos cambios neuroplásticos que puede las astas dorsales.
conducir a una sensibilización central es el denominado 2. Este mecanismo es dependiente de la actividad de
“wind-up”. Este fenómeno significa que las neuronas las fibras aferentes que alcanzan el asta posterior. Un
de segundo orden, concretamente las neuronas WDR, aumento en la actividad de las fibras nociceptivas tien-
tras una estimulación intensa o persistente por parte de de a facilitar la transmisión (abren la compuerta) mien-
las fibras C, sufren cambios funcionales duraderos, am- tras que la actividad en las fibras A, de tacto discrimi-
plificando y manteniendo su actividad de forma auto- nativo, tiende a inhibir la transmisión (cierran la
mática, sin necesidad de estímulos provenientes de los compuerta).
tejidos periféricos. Este fenómeno está en relación con la 3. Este mecanismo está influenciado por estímulos
acción del glutamato sobre los receptores N-metil-D-as- excitadores o inhibidores que descienden de niveles su-
partato (NMDA). Normalmente, los receptores periores del SNC, entre los que se incluyen procesos de
NMDA no participan en la transmisión del dolor, pero origen cognitivo y afectivo. Esta teoría significó una au-

Fisioterapia 2005;27(2):87-95 36
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

tentica revolución en la concepción del dolor, ya que de- cómo se interrelacionan los distintos aspectos que inter- 91
mostró que éste podía ser modulado por mecanismos actúan en la experiencia del dolor como los de Nolan,
sensoriales, mentales y emocionales, creando las bases Loeser, Fordyce, Waddell, Vlaeyen, etc.
para el desarrollo del modelo biopsicosocial del dolor. Loeser44,45 estima que la experiencia dolorosa posee
4 niveles jerárquicos que se apoyan en sus correspon-
Los recientes datos experimentales demuestran la in- dientes sustratos neurológicos. Estos niveles son: noci-
tensa influencia inhibitoria de los centros supraespina- cepción, dolor, sufrimiento y comportamiento asocia-
les38-40 sobre la información nocioceptiva profunda. Por do al dolor. La nocicepción es la detección y transmisión
tanto, la magnitud del dolor miofascial es dependiente de los estímulos nociceptivos. El dolor es el reconoci-
de la actividad de este sistema inhibidor. Los mecanis- miento consciente por parte del individuo. En este se-
mos moduladores descendentes también son importan- gundo nivel ya entran en juego una serie de aspectos
tes al participar en los circuitos neuronales que permiten personales y situacionales que explican el porqué ante
que los aspectos emocionales y cognitivos de la expe- una misma estimulación dolorosa dos individuos tie-
riencia dolorosa influyan sobre la transmisión dolorosa. nen distintas experiencias del dolor y, también, cómo un
A nivel cortical recientes investigaciones muestran que mismo individuo, dependiendo de su estado emocional
en el cerebro se activan estructuras distintas en respues- en un momento determinado y de las circunstancias que
ta al DC que al dolor agudo41,42. La tomografía por emi- concurran, puede no percibir dolor o por el contrario
sión de positrones (PET) muestra cómo en el DC se experimental un dolor insufrible46. El sufrimiento es la
produce una activación preferente del córtex cingulado respuesta afectiva negativa generada en los niveles supe-
anterior43. La activación de esta región cerebral se aso- riores del SNC por el dolor o por otra situación emo-
cia con distrés emocional y sufrimiento, lo cual pone de cional desagradable. El dolor desde una perspectiva fi-
relieve la importancia de la dimensión afectiva en el dolor nalista se percibe como una amenaza a la integridad
miofascial crónico. La afirmación de que la transición de biológica asociando no sólo componentes sensoriales
dolor agudo a crónico en pacientes se asemeja a un pro- sino también emocionales. El comportamiento asociado
ceso de aprendizaje en el SNC está absolutamente justi- al dolor representa todas aquellas conductas o manifesta-
ficada. El dolor muscular debe eliminarse tan pronto ciones externas que se observan en el sujeto y que están
como sea posible para evitar el desarrollo de cambios asociadas a la experiencia del dolor. Estos comporta-
neuroplásticos en el SNC16. mientos incluyen: la comunicación de la experiencia do-
lorosa por parte del sujeto de modo verbal o no verbal,
el consumo de analgésicos, la búsqueda de atención mé-
APROXIMACIÓN BIOPSICOSOCIAL
dica, la solicitud de baja laboral, cambios en las relacio-
AL DOLOR MIOFASCIAL CRÓNICO
nes familiares, etc. Los comportamientos asociados al
La comprensión del dolor ha ido sufriendo cambios dolor son una forma de comunicación, lo que no signi-
muy importantes sobre todo en la segunda mitad del si- fica que sean necesariamente conscientes o intenciona-
glo XX, gracias, por un lado, a los avances en la investi- dos47. Estas conductas están mantenidas por las conse-
gación de la fisiología del dolor y, por otro lado, al de- cuencias del dolor en la vida del sujeto, por factores
sarrollo de modelos explicativos del DC que incluyen ambientales y por procesos de aprendizaje. Un compor-
dimensiones psicológicas y sociales. La aproximación tamiento habitual asociado al dolor es el evitar activida-
biopsicosocial ha supuesto un cambio fundamental en la des físicas por miedo a relesionarse, comportamiento
consideración del DC. A diferencia del reduccionismo denominado miedo-evitación.
del modelo clásico, el DC se contempla como una in- Waddell48 enfatiza las relaciones entre DC y discapa-
teracción entre aspectos biológicos, psicológicos y so- cidad, añadiendo a los elementos descritos por Loeser
ciales. Con esta aproximación biopsicosocial se han de- los aspectos cognitivos y el entorno social. Los aspectos
sarrollado distintos modelos que intentan explicitar cognitivos, como las creencias, el significado, la etiología,

37 Fisioterapia 2005;27(2):87-95
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

92 el pronóstico, etc, tienen una influencia fundamental en actividad en la vida diaria, lo que conduce a un síndrome
la percepción del dolor y son determinantes en la ela- de desacondicionamiento, que a su vez agrava el dolor y
boración de respuestas y actitudes ante el mismo. De conduce a un aumento de la discapacidad51,52.
esta forma individuos con la misma patología pueden
desarrollar discapacidades absolutamente diversas debi-
Aproximación al tratamiento
do a que el dolor tiene diferentes significados en sus vi-
das49. También los aspectos de tipo social como la si- El tratamiento de los pacientes con dolor miofascial
tuación laboral, la familia y el ambiente social influyen crónico debe plantearse desde una perspectiva multidi-
en las creencias, estrategias de afrontamiento y en la mensional. Los objetivos terapéuticos se dirigen, por
conducta asociada al dolor. El dolor miofascial crónico un lado, al tratamiento de la disfunción física y, por
es el resultado de la estimulación nociceptiva determi- otro, al manejo de los distintos componentes psicoso-
nada por la existencia de PGM. Sin embargo, su expre- ciales que favorecen y perpetúan las conductas asocia-
sión clínica abarca al conjunto de componentes psico- das al dolor y a la discapacidad. En la práctica, nuestro
lógicos y sociales. tratamiento está basado en tres pilares básicos: correc-
ción de la disfunción física, educación del paciente en
el manejo de su DC y mejora de sus capacidades físicas,
El dolor miofascial crónico y la discapacidad
con objeto de reducir su discapacidad.
El dolor miofascial crónico puede ser extremadamente La planificación del tratamiento es uno de los aspectos
severo, determinando entonces una mayor o menor dis- más complejos, pero a la vez más importantes, para ase-
capacidad. Sin embargo, no existe una relación propor- gurar un buen resultado terapéutico. Durante la prime-
cional entre dolor y discapacidad. Aún así, muchos fisio- ra etapa es muy importante obtener una reducción de
terapeutas, como otros profesionales de la medicina, los síntomas, para conseguir la máxima confianza del
siguen convencidos de que el tratamiento del dolor y de paciente en nuestro tratamiento, logrando así su colabo-
las disfunciones físicas que lo desencadenan promoverá ración durante todo el proceso.
una mejoría funcional del paciente y una menor disca- El tratamiento de los PGM activos se justifica por el
pacidad. Esto puede ser cierto en algunos pacientes, pero hecho de que actualmente no existe evidencia de que
no lo es en absoluto en la mayoría de los pacientes con sea posible una sensibilización central, como la que
DC. La discapacidad, por tanto, no es sólo la consecuen- ocurre en el SDMC, sin una fuente nociceptiva perifé-
cia de un deterioro físico, sino la resultante de la interac- rica. Sin embargo, en los pacientes con DC es funda-
ción de todos los componentes cognitivos, afectivos y so- mental que éstos asuman un papel activo en su recupe-
ciales implicados en la experiencia dolorosa. La ración. Por eso, desde el inicio del tratamiento debe
discapacidad está relacionada así tanto con la disfunción enseñarse al paciente ejercicios de estiramiento así como
física como con el comportamiento asociado al dolor. de técnicas de inactivación de PGM para que los realice
Esta combinación entre disfunción-dolor y comporta- en su domicilio. Se trata de que el paciente aprenda a
miento es crucial para entender el problema del DC. Las ejercer un control sobre su dolor. Durante todo el pro-
consecuencias habituales de esta interacción son: el au- ceso, y este es uno de los aspectos fundamentales, debe
mento de la tensión muscular, patrones de movimiento ponerse el énfasis, no ya en la eliminación del dolor,
disfuncionales y, añadiéndose a todo ello, un síndrome sino en la recuperación de la función. En este proceso
por desuso. Los patrones de movimiento anómalos pue- tiene una importancia fundamental la interacción fi-
den comenzar como una respuesta fisiológica a unos sioterapeuta-paciente. Por ello, un aspecto esencial es
PGM activos pero su perpetuación está relacionada fun- que se encuentren con un profesional que conozca las
damentalmente con el miedo a lesionarse. El comporta- complejas dimensiones del DC y comprenda su situa-
miento de miedo-evitación analizado por Vlaeyen50, tie- ción, pues muchos han sido tratados como “pacientes
ne como consecuencia que el paciente reduzca su psicosomáticos” e incluso como simuladores.

Fisioterapia 2005;27(2):87-95 38
R. Torres Cueco Dolor miofascial crónico: patofisiología y aproximación terapéutica

El aspecto más importante del tratamiento es la edu- te planificar la progresión, de forma que la exposición a 93
cación del paciente. La información que poseen los pa- actividades potencialmente estresantes se realice de for-
cientes es escasa y la de muchos profesionales es, en mu- ma secuencial y progresiva.
chos casos, errónea, ya que continúan asociando dolor
a lesión tisular. El paciente debe ser educado en el co-
CONCLUSIÓN
nocimiento de la naturaleza del dolor miofascial y sobre
todo en las características del DC que lo diferencian del El tratamiento de los pacientes con un SDMC debe ba-
agudo. Debe conocer, pues, la naturaleza multidimen- sarse en la comprensión de los cambios físicos y psicopa-
sional del DC y cómo interactúan la disfunción física y tológicos asociados con el DC. Debe dirigirse sobre todo
los aspectos psicológicos. El objetivo es reducir el im- a limitar el impacto funcional derivado del dolor, modifi-
pacto del DC en la vida del paciente, además de mejorar cando los comportamientos del paciente y sus creencias
su capacidad de afrontamiento frente al mismo. El pa- con respecto al mismo. Por tanto, los objetivos del trata-
ciente debe entender que son las conductas de miento no deben dirigirse, sólo a la disfunción miofascial
miedo-evitación, más que el dolor en sí mismo, las res- y a la corrección de los factores perpetuantes, sino que,
ponsables de su discapacidad. necesariamente, deben intervenir en aquellos componen-
El déficit físico más importante en un SDMC está re- tes de índole psicosocial que favorecen la discapacidad del
lacionado con un síndrome de desacondicionamiento. paciente. Debemos ser capaces de reconocer e intentar
El objetivo es mejorar la condición física del paciente modificar las creencias erróneas y las conductas de mie-
para que sea capaz de reanudar sus actividades labora- do-evitación, así como instaurar un programa que favo-
les, familiares y sociales con la menor discapacidad po- rezca el reacondicionamiento físico. Los pacientes necesi-
sible. Por ello, los objetivos deben ser realistas. Si un sín- tan de fisioterapeutas expertos en el tratamiento de los
drome crónico está establecido durante muchos años, es PGM pero, y tal vez esto es lo más importante, necesitan
difícil que la clínica y la discapacidad remitan completa- apoyo y adiestramiento para enfrentarse al dolor y restau-
mente. Debe analizarse cuáles son las actividades físicas rar una actividad física funcional. El tratamiento fisiote-
que se deben trabajar en función de los requerimientos rápico debe ayudar a los pacientes a reconquistar el con-
de la vida del paciente. Toda actividad física debe estar, trol sobre sus vidas, con una participación activa en un
por tanto, orientada a mejorar una actividad funcional programa de recuperación de sus capacidades funcionales
que para el paciente sea significativa. Es muy importan- y en un manejo independiente del dolor.

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41 Fisioterapia 2005;27(2):87-95
Estudio de casos

96

I. Salvat Salvat Síndrome de dolor


miofascial. Casos clínicos
Myosfascial pain syndrome.
Cases reports
Fisioterapeuta. Unidad de Correspondencia:
Fisioterapia. Departamento de Isabel Salvat Salvat
Medicina y Cirugía. Facultad de Universidad Rovira i Virgili
Medicina y Ciencias de la Salud. Sant Llorenç, 21
Universidad Rovira i Virgili. 43201 Reus
Correo electrónico:
mariaisabel.salvat@urv.net

Fecha de recepción: 7/9/04.


Aceptado para su publicación: 15/10/04.

RESUMEN ABSTRACT
Se realiza una revisión de los casos clínicos presentados A review of the cases reports presented to the “Specialist
en el curso de Especialista en fisioterapia conservadora in Conservative and Invasive Physical Therapy in
e invasiva del síndrome de dolor miofascial (SDM) de Myofascial Pain Syndrome” course, in Castilla-La
la Universidad de Castilla-La Mancha, con objeto de Mancha University, is done to analyze how the knowledge
analizar lo que puede aportar el conocimiento de este of Myofascial pain Syndrome (MPS) can contribute to
síndrome a la práctica del fisioterapeuta. Los resultados everyday physical therapy treatment. Results are shown
se exponen en forma de resúmenes de casos as abstracts from chosen cases reports. Conclusions are:
seleccionados. Se concluye que: a) El tratamiento de a) Trigger point therapy can be the key in the treatment
los puntos gatillo puede ser clave en los pacientes cuyo of patients whose main problem is pain; b) MPS appears
principal problema es el dolor; b) el SDM se configura as a Physical Therapy diagnosis that could replace vague
como un posible diagnóstico de fisioterapia que podría diagnostic terms like cervicalgia, low back pain,
substituir diagnósticos imprecisos como cervicalgia, contracture, etc., and c) different hypothesis are extracted
lumbociatalgia, contractura, etc., y c) de esta revisión and summed up from this review: a part of the pain and
emergen diferentes hipótesis de trabajo que se pueden the dysfunction that patients suffer with different diseases
resumir en la siguiente: parte del dolor y de la (articular, tendinous, visceral, orthopedic,
disfunción que sufren los pacientes con distintas traumatological, rheumatological or neurological diseases)
afecciones (articulares, tendinosas, viscerales, could be decreased through trigger point therapy.
ortopédicas, traumatológicas, reumatológicas,
neurológicas) puede ser minimizada mediante
el tratamiento de puntos gatillo miofasciales.

Fisioterapia 2005;27(2):96-102 42
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

PALABRAS CLAVE KEY WORDS 97


Síndromes de dolor miofascial; Fisioterapia; Técnicas Myofascial pain syndromes; Physical therapy; Physical
de fisioterapia; Punto gatillo miofascial. Therapy techniques; Myofascial trigger point.

INTRODUCCIÓN tuviera incompleto. Algunos trabajos no se citan por te-


ner objetivos distintos a los de esta revisión.
El síndrome de dolor miofascial (SDM) es un término
introducido recientemente en nuestro campo de cono-
cimiento aunque se pueda encontrar desde 1952 en la li- RESULTADOS
teratura1. Pese a que existen publicaciones sobre este sín-
Se exponen, en primer lugar, los casos en los que el
drome en lengua española aún persiste cierta confusión dolor era el principal problema y que llegan al fisiotera-
en los textos que no tratan específicamente de dolor peuta con un diagnóstico diferente al de SDM:
miofascial, como si este término tuviera serias dificulta- Existe un único caso diagnosticado de síndrome del
des para desplazar a los que ocupaban su significante. En desfiladero torácico (Fernández-Pacheco C, 2001): pa-
concreto, aún encontramos imprecisiones como el uso ciente de 43 años que presenta síntomas de predominio
de contractura para nombrar a cualquier tipo de disfun- nervioso (dolor y parestesias). Un tratamiento de fisiote-
ción muscular que curse con dolor y aumento de la con- rapia (20 sesiones) basado en electroterapia y reeduca-
sistencia del músculo. Es en el campo del dolor de ori- ción postural no consiguió ningún resultado. El trata-
gen muscular, donde el fisioterapeuta ha tenido desde miento de los puntos gatillo miofasciales (PGM) de los
siempre su campo de batalla, donde existe mayor pro- músculos subclavio, escalenos, pectoral menor, braquial,
fusión de términos (contractura, hipertonia, espasmo, pronador redondo y flexor radial del carpo durante 3 se-
mialgia, etc.) acompañados de una pobre comprensión manas consigue la normalización del caso (se prescri-
de los procesos que cada uno nombra. La teoría del do- ben ejercicios de mantenimiento).
lor miofascial ilumina este caos y, si sabemos reconocer Otro caso hace referencia a un diagnóstico de tendi-
cuál es su lugar en la práctica habitual del fisioterapeuta, nopatía postraumática (Barrios A, 2001): ama de casa
se erige como una herramienta extremadamente útil de 53 años que presenta dolor en el hombro izquierdo
para la clínica y la investigación. Con este objetivo se de cinco meses de evolución a consecuencia de una ma-
ha realizado el presente trabajo: analizar lo que puede niobra forzada (traccionar un mueble). El dolor llega
aportar el conocimiento del SDM a la práctica habitual hasta la eminencia tenar y se reproduce con la rotación
del fisioterapeuta. externa. La fuerza y la movilidad de este hombro se en-
cuentran disminuidas. La paciente valora su dolor en
MATERIAL Y MÉTODOS 7 (EVA). Después de dos semanas de tratamiento no in-
vasivo de los PGM del infraespinoso y del bíceps bra-
Metodología cualitativa. Se revisan 53 trabajos realiza- quial, en las que no se consigue mejoría, se tratan los
dos por fisioterapeutas alumnos del curso de Especialis- músculos escalenos, infraespinoso, braquial y supraes-
ta en fisioterapia conservadora e invasiva del SDM de la pinoso mediante punción seca, consiguiéndose la reso-
Universidad de Castilla-La Mancha. Se trata de trabajos, lución del cuadro.
en su mayoría, no publicados y que versan sobre un En la revisión se encuentran dos casos diagnosticados
caso, o un grupo de pacientes. Se presentan los resúme- de capsulitis retráctil (Fraguas I, 2003; García C, 2001),
nes de estos trabajos agrupados por categorías. El único el primero hace referencia a una mujer de 29 años con
criterio de exclusión utilizado ha sido que el trabajo es- dolor agudo muy severo (8 en EVA) en hombro acom-

43 Fisioterapia 2005;27(2):96-102
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

98 pañado de molestias en codo y muñeca. La exploración bajo sobre 40 pacientes con esguince de tobillo (Agus-
señala la activación del PGM del subescapular como res- tí J, 2004) de los cuales 11 presentan dolor en la parte
ponsable del problema. El infraespinoso también se en- posterior del talón que, según la exploración, se relacio-
cuentra implicado. Dos sesiones de tratamiento que in- na con activación del PGM del músculo tercer pero-
cluye punción y consejos para el domicilio restituyen neo. En el esguince de LLI de rodilla se tratan los PGM
este hombro a la normalidad. El segundo trata de una de los músculos cuádriceps, isquiotibiales y gastrocne-
paciente diabética de 62 años que presenta mucho dolor mios durante 5 sesiones, ocurriendo que el dolor (en la
en el hombro y brazo izquierdo, con severa limitación parte posterointerna de la rodilla) desaparece.
de la movilidad, siendo que los tratamientos anteriores Encontramos un caso con un diagnostico de tendini-
no han dado ningún resultado. Después de dos meses tis (Álvarez S, 2001): paciente de 23 años, portero de
(días alternos) de fisioterapia de los PGM de los múscu- fútbol, sufre dolor agudo en el polo superior de la rótu-
los infraespinoso, supraespinoso y subescapular se obtie- la derecha. Es diagnosticado de tendinitis rotuliana esta-
ne la remisión total del dolor y se llega a una movilidad dio III. Mediante fisioterapia (corrientes analgésicas, lá-
totalmente funcional. ser y ultrasonido) pasa a un estadio I/II. El tratamiento
El diagnóstico de epicondilitis es el más frecuente de del PGM del recto femoral elimina casi completamente
la revisión (Huertas JC, 2002; González R, 2003; Ro- el dolor y permite la reincorporación del paciente a su
dríguez MA, 2002; Moncado R, 2001). Algunos traba- práctica deportiva.
jos versan sobre grupos de pacientes (Huertas JC, 2002; Aunque existen varios trabajos que tratan de pacientes
Rodríguez MA, 2002) y otros hacen referencia a un úni- con artrosis, es interesante señalar la disminución del
co caso (González R, 2003; Moncado R, 2001). El de- dolor y aumento de la funcionalidad de las manos des-
nominador común es la desaparición de los síntomas pués del tratamiento de los PGM de los interóseos en
en 2-3 sesiones de tratamiento de los PGM mediante una paciente, enfermera de 52 años, con radiología tí-
punción seca. De los 15 pacientes tratados, solo uno no pica de artrosis: disminución del espacio articular, es-
experimenta mejoría. clerosis, osteofitos. Nódulo de Bouchard en el índice de
Se encuentran abundantes trabajos en los que el diag- la mano izquierda y de Heberden en casi todos los de-
nóstico con el que los pacientes llegan al fisioterapeuta dos. El tratamiento se realiza durante un mes, a razón de
es inespecífico: cervicobraquialgia (Molina JA, 2003; 2-3 sesiones semanales (Calvo E, 2001). La paciente
Arnaiz E, 2002), lumbociatalgia (Loma M, 2002), llevaba, aproximadamente, 4 años sufriendo este dolor.
contractura (Galán A, 2002). En todos los casos se en- Encontramos otros casos de dolor crónico en los que
cuentran PGM activos, cuyo tratamiento parece clave el tratamiento de los PGM consigue aliviar el dolor. Se
en la resolución del problema. En este sentido, cabe se- presenta el resumen de estos casos:
ñalar que una de las pacientes diagnosticada de cervico- Paciente de 29 años con dolor en la zona craneal
braquialgia (Arnaiz E, 2002) había sido tratada durante (frontal), cervical y dorsal de larga evolución (no recuer-
más de un mes con fisioterapia sin experimentar mejo- da haberse encontrado nunca libre de dolor). A la ex-
ría. Se le encontraron PGM activos en infraespinoso, ploración, se encuentran numerosos PGM en la mus-
elevador de la escápula, escalenos, trapecio, romboides, culatura cervical. Dos semanas de tratamiento mediante
subescapular y bíceps braquial. Fue dada de alta después técnicas invasivas y no invasivas consiguen una reduc-
de unas 17 sesiones. En el caso de la lumbociatalgia se ción de la intensidad y extensión del dolor (Sanz N,
obtuvo la remisión completa de los síntomas (dolor en 2003).
muslo, zonas anterior, lateral y posterior) al cabo de 8 se- Paciente de 29 años con dolor cervical, craneal y facial
siones, aunque llevaba 4 meses de baja laboral. de larga evolución y resistente al tratamiento convencio-
Existe otro grupo de pacientes cuyo diagnóstico es un nal. Se trataron los PGM de los trapecios, esternocleido-
problema ligamentoso: un caso sobre un paciente con mastoideos, suboccipitales y maseteros con resolución
esguince de LLI de rodilla (Antón M, 2004) y un tra- del caso mediante tres sesiones que combinan trata-

Fisioterapia 2005;27(2):96-102 44
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

miento conservador con punción seca de los PGM (Fru- luxación. Se identifican PGM activos en los músculos 99
tos MJ, 2003). digástrico, masetero y pterigoideo lateral que son trata-
Varón de 54 años con dolor bilateral en epitróclea y dos durante tres sesiones, desapareciendo los síntomas
epicóndilo desde hace 4-5 años. Se tratan los PGM de (dolor, chasquidos e impotencia funcional).
escaleno anterior, pectorales, trapecio (PGM3), subes- Cuatro trabajos (Fresno MJ, 2001; Pagola I, 2001;
capular, braquial, radiales, flexores, etc. y se consigue la Fernández Vicario B, 2001; Ortega P, 2001) muestran
normalización del síndrome. Cabe señalar la importan- los efectos del tratamiento de los PGM en pacientes con
cia que ha tenido en este caso el tratamiento de los afecciones neurológicas. Fresno2 presenta el caso de
PGM clave ya que un tratamiento anterior basado en el una paciente de 29 años que, a consecuencia de un ac-
estiramiento de la musculatura del antebrazo no consi- cidente de tráfico, sufre lesión medular incompleta C8.
guió ningún resultado (Sanfrutos R, 2001). El diagnóstico es tetraparesia con mayor afectación del
Auxiliar de enfermería de 32 años con dolor en el bor- lado izquierdo y trastornos de la sensibilidad. Se le rea-
de vertebral de la escápula irradiado hasta el esternón, de liza punción seca en los músculos interóseos dorsales,
un año de evolución. Los tratamientos realizados ante- flexores comunes profundo y superficial de los dedos,
riormente (amasamientos y termoterapia) conseguían extensor común de los dedos, flexor radial del carpo,
hacer disminuir el dolor pero sólo de forma transitoria. pronador redondo, braquiorradial, flexor corto del pul-
Es tratada mediante técnicas conservadoras y punción gar y aductor del pulgar y se consigue una disminución
(PGM de los músculos iliocostal y serrato anterior, ade- de su acortamiento, que permite una mayor funcionali-
más de otros secundarios) durante 5 sesiones, consi- dad de los antagonistas débiles así como una normali-
guiéndose la normalización del cuadro (Martínez Pa- zación de los trastornos sensitivos. La espasticidad, se-
checo MC, 2001). gún la escala de Ashworth, pasa de 3 a 2.
Se explora a 6 ancianos de una residencia con dolor en Otro problema neurológico presentado es el caso de
los pies. Se trata de una población variada, con el dolor un paciente de 71 años con enfermedad de Parkinson
localizado en lugares distintos, que tiene en común, (Pagola I, 2001) que sufre dolor y picores en ambos epi-
aparte de la edad (65-91; media, 76,5), sufrir este dolor cóndilos irradiados hacía los dedos, así como omalgia
como algo inevitable. A todos se les tratan los PGM en- bilateral. Tratados los PGM de los extensores de los de-
contrados (músculos de la pantorrilla y musculatura in- dos, extensor corto de la muñeca y escalenos desaparece
trínseca del pie) y se consigue una disminución del do- el dolor y picor, aumenta la fuerza de la musculatura
lor, siendo en algunos casos del 100 %. La autora del afectada y de sus antagonistas, y se observa una dismi-
trabajo concluye que, en este caso, el tratamiento invasi- nución del temblor.
vo no presenta demasiadas ventajas frente al conservador En la revisión se encuentra otro caso de Parkinson
(Escobar P, 2001). (Fernández Vicario B, 2001) de predominio acinético,
Mujer de 35 años con dolor cervical y en mejilla de- no presentando temblor. Manos muy rígidas. Se tratan
recha de 4 años de evolución. Se identifican PGM en los PGM de antebrazo y se consiguen resultados efíme-
maseteros, temporal, trapecios, pterigoideos, esterno- ros, aunque el paciente refiere que se siente más hábil
cleidomastoideo, semiespinoso de la cabeza y elevador para la manipulación.
de la escápula. La articulación temporomandibular El tratamiento de los PGM de los músculos pronador
(ATM) presenta ruidos articulares (clic recíproco). El redondo y flexor superficial de los dedos de una pacien-
tratamiento del SDM durante 4 semanas consigue una te diagnosticada, clínica y electromiográficamente, de
resolución casi completa del problema del dolor, aunque síndrome del túnel carpiano consigue la normaliza-
el clic articular persista (Argiz MJ, 2002). ción absoluta del problema, confirmada mediante elec-
Existe otro trabajo sobre disfunción de la ATM (Frai- tromiografía (Ortega P, 2001).
le I, 2002), también se trata de una mujer joven (22 años) Aceituno J3 analiza a 10 pacientes intervenidos de ar-
con chasquidos articulares dolorosos y un episodio de troplastia total de rodilla que presentan dolor en la

45 Fisioterapia 2005;27(2):96-102
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

100 zona posterointerna del hueco poplíteo, dolor que, en la a fisioterapia 10-11 días después de haber sufrido el ac-
mayoría de los casos parece ser causado por la activación cidente de tráfico. Ambos presentan PGM activos en es-
del PGM3 de los gemelos. El autor encuentra una rela- ternocleidomastoideos (parecen responsables de sínto-
ción entre la existencia de flexo de rodilla y la presencia mas tales como visión borrosa, mareos, etc.), elevador de
de este punto activo. El tratamiento efectuado es con- la escápula, trapecio y musculatura suboccipital, y en
servador, consiguiendo la desaparición del dolor en la ambos el tratamiento resulta muy efectivo. El primero es
zona reseñada. un paciente de 54 años diagnosticado de síndrome pos-
Otro caso de dolor postquirúrgico (Reina M, 2001) traumático cervical, cuyo tratamiento combina la desac-
es el de una paciente de 53 años intervenida por hallux tivación de sus PGM con tratamiento postural y terapia
valgus bilateral que presenta, después de 6 meses, mar- manual. El segundo es un paciente más joven (28 años)
cha dolorosa sin fase de empuje y dolor espontáneo en con diagnóstico de esguince cervical que ha llevado co-
ambos pies. En el pie derecho el dolor se localiza en la llarín cervical blando desde el accidente y que refiere do-
cara dorsal de los dos primeros dedos y, en el izquierdo, lor de oído, cefalea y mareos, además de rigidez y dolor
en el primer dedo y en la base de los metatarsianos de cervical.
todos los dedos (a excepción del quinto). Se evidencia li- En los tres casos clínicos siguientes el problema prin-
mitación en la flexoextensión de todos los dedos. Des- cipal es el dolor agudo y el tratamiento de los PGM pa-
pués de 9 sesiones de tratamiento convencional (MO, rece altamente resolutivo:
US, corrientes diadinámicas, magnetoterapia y movili- Paciente de 50 años de edad que sufre dolor en muñe-
zaciones) la paciente sigue con dolor y marcha patoló- ca y dedos de la mano izquierda que le imposibilita rea-
gica, a pesar de cierta mejoría en el balance articular. Se lizar una presa cilíndrica (coger un vaso). Se explora la
opta por tratar los músculos acortados según la pers- musculatura cuyos PGM pueden ser responsables de
pectiva del SDM, mediante estimulación eléctrica per- este dolor y se encuentran PGM activos en extensores de
cutánea (PENS) seguida de masaje y spray y estiramien- los dedos y muñeca, supinador, braquiorradial, palmar
to. Después de 4 sesiones (3 por semana) la marcha se largo, primer interóseo dorsal y aductor del pulgar. Gran
normaliza y desaparece el dolor. parte de los síntomas desaparecen tras la primera se-
Otro caso con el problema localizado en rodilla es el sión, aunque el restablecimiento completo no se obtiene
de un paciente de 25 años diagnosticado de síndrome hasta la tercera sesión en la que se utiliza punción pro-
de hiperpresión rotuliana externa postraumático (Yar- funda (Martínez García M, 2001).
za E, 2002). La resonancia magnética confirma una Paciente de 32 años con dolor cervical, occipital, en
condromalacia rotuliana grado II-III. Después de cinco borde interno de la escápula izquierda y en brazo iz-
sesiones de fisioterapia que incluye la punción de PGM quierdo, el tratamiento de los PGM resuelve el proble-
activos en cuádriceps y fibrolisis diacutánea de libera- ma, cosa que no había conseguido el tratamiento con-
ción de la rótula desaparece completamente el dolor y se vencional (Pérez Ferrera T, 2001).
recupera casi completamente la funcionalidad. Ama de casa de 46 años con lumbodorsalgia aguda
Un caso parecido lo constituye el de una monitora de muy incapacitante (no puede levantarse de la cama). La
aeróbic de 20 años que sufre dolor y fallos en rodilla iz- fisioterapeuta determina que los responsables de esta clí-
quierda (García del Pino C, 2001). Se encuentran PGM nica son PGM en longísimo e iliocostal y los trata me-
activos en todas las porciones del cuádriceps, además de diante la técnica suiza, incluyendo punción. Utiliza tam-
PGM latentes en casi toda la musculatura de la pierna. bién técnicas de liberación miofascial y reeducación
Se tratan los que parecen relevantes en el caso de esta pa- propioceptiva, consiguiendo normalizar la situación en
ciente (técnicas conservadoras y punción) y los síntomas 6 sesiones (López Company L, 2001).
desaparecen en 4 sesiones. Existe un único caso que contempla el tratamiento de
Se presentaron dos casos de dolor cervical postrau- los calambres musculares bajo el punto de vista del
mático (Tantos X, 2001; Arroyo B, 2001) que acuden SDM (Carpio M, 2002). Paciente de 55 años que pa-

Fisioterapia 2005;27(2):96-102 46
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

dece calambres musculares nocturnos en MMII. Los ca- sesión, a partir de la cual no se obtiene ninguna ganan- 101
lambres aparecen a diario en la zona posterior e interna cia articular.
del muslo. Se encuentran PGM en los músculos isquio- El resto de trabajos se han realizado sobre un grupo de
tibiales y aductores. Después de tres semanas de trata- pacientes: el primero (Campos L, 2001) testa los efec-
miento (tres sesiones) mediante punción y técnicas no tos de la fibrolisis diacutánea sobre el PGM1 del trapecio
invasivas los calambres desaparecen totalmente. en 29 sujetos. Consigue ganancia de movilidad cervical
También es un único autor (Llesta MA, 2001) el que y aumento del umbral de dolor. El autor concluye que
presenta el tratamiento de los PGM como preventivo: los fibrosites (diana de la técnica de la fibrolisis) pueden
De 11 corredores 6 padecen dolor cuyo responsable es ser PGM. Otro trabajo (Benito D, 2003) estudia el efec-
identificado como el PGM insercional el gastronec- to del tratamiento de los PGM en distintos pacientes
mio. 5 son asintomáticos, pero también presentan sen- que han sufrido traumatismos graves de EEII, seguidos
sible este PGM. Todos son tratados, objetivándose una de largas inmovilizaciones. La presencia de PGM en es-
recuperación completa de los atletas lesionados en el tos pacientes es muy frecuente y se relaciona con el gra-
curso de tres sesiones (vuelven a entrenar a partir de la do de impotencia funcional de los pacientes, resultando
segunda) y ninguna lesión en los tratados de forma pre- que el tratamiento de los PGM es muy útil ya que, al
ventiva. conseguir quitar parte del dolor, facilita la realización
Algunos trabajos muestran afecciones en las que el tra- de otras técnicas. En otro estudio (Matoses D, 2003) se
tamiento de los PGM no suele integrarse con otras téc- analizan los efectos del tratamiento de los PGM en el
nicas de fisioterapia. Paciente de 43 años diagnosticada proceso global de la recuperación de 20 pacientes, afec-
de incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) que pre- tos de problemas dispares. El autor concluye que la sen-
senta mucha dificultad para la relajación del diafragma. sación subjetiva de “estarse recuperando” se correlaciona
El tratamiento de este músculo (liberación por presión con la disminución del dolor, que en este trabajo se con-
del PGM y estiramiento, entre otras técnicas) permite sigue con el tratamiento de los PGM.
que se puedan aplicar las técnicas específicas para el tra-
tamiento de la IUE (Campos MG, 2001). Paciente de
CONCLUSIONES
28 años de edad que después de una afección de colón
y gastroenteritis presenta un dolor en la pelvis que se Esta revisión muestra que el tratamiento de los PGM
centra en el cóccix e irradia hacia el muslo. La presión ha sido esencial en aquellos pacientes cuyo principal
sobre un PGM del obturador interno reproduce este do- problema era el dolor, cosa que ocurre en la mayoría de
lor. Se trata este músculo durante 4 semanas (1-2 sesio- los casos clínicos. La excepción la constituyen los corres-
nes semanales) consiguiéndose la resolución completa pondientes a afecciones neurológicas, en los cuales sor-
del problema (Cosgrove B, 2001). prenden los efectos obtenidos mediante la punción de
En otros casos (Martín S, 2001) sí parece evidente los PGM. Se precisan estudios controlados que anali-
que el tratamiento de los PGM puede ayudar a resol- cen estos efectos, de repercusión clínica muy relevante.
ver el problema: Paciente de 25 años con limitación en Asombran, también, los diagnósticos bajo los que lle-
la movilidad del hombro derecho como secuela de una gan los pacientes al fisioterapeuta: tendinopatía, capsuli-
fractura conminuta de la cabeza humeral con desgarro tis, epicondilitis, cervicobraquialgia, lumbociatalgia,
de manguito rotador, esguince acromioclavicular y des- contractura, etc. Viendo los resultados del tratamiento
garro capsular. Ha estado en tratamiento rehabilitador de los PGM en estos casos, se puede aventurar que de-
durante dos meses al final del cual sigue con limitacio- nominar SDM en los músculos determinados podría
nes. El tratamiento de los PGM de los músculos trape- ser considerado un verdadero diagnóstico de fisiotera-
cio, subescapular y redondo menor consigue un au- pia, capaz de completar el diagnóstico médico, insufi-
mento del recorrido articular hasta casi la normalidad. ciente para orientar nuestra actuación. Otra constante
Cabe reseñar que la situación se estancó en la cuarta que aparece en esta revisión es que el tratamiento de los

47 Fisioterapia 2005;27(2):96-102
I. Salvat Salvat Síndrome de dolor miofascial. Casos clínicos

102 PGM parece ser clave en problemas de larga duración y fibrosites pueden ser, en alguna ocasión, PGM; el tra-
cuyo tratamiento de fisioterapia no ha sido suficiente- tamiento de los PGM facilita la aplicación de otras téc-
mente resolutivo. Aunque la metodología utilizada en nicas de fisioterapia; el fisioterapeuta puede aportar co-
estos trabajos no nos ofrece ningún tipo de garantía de nocimientos al tratamiento de afecciones viscerales,
que estos datos se puedan extrapolar a la población ge- etc. No se puede afirmar que, de esta revisión, emerja
neral, sí nos debería hacer reflexionar sobre la necesidad ningún tipo de evidencia científica, sin embargo, no se
de estudiar los efectos de nuestros tratamientos y de puede negar la gran importancia clínica que tienen mu-
ofrecer aquellos que resuelvan los problemas de nuestros chos de los trabajos resumidos. Como ya señaló Fou-
pacientes de la forma más eficaz posible. cault4, en la categorización de los conocimientos no
De esta revisión emergen diferentes hipótesis de es- solo existen los parámetros objetivo/sistematizado que
tudio que deberían ser comprobadas (o refutadas) en derivan de su matematización (las ciencias extraen de
futuros estudios: parte del dolor que sufre un paciente las matemáticas procedimientos y legitimatización).
con artrosis puede ser eliminado mediante el tratamien- Hay que pensar los conocimientos también en otra co-
to de los PGM; parte del dolor achacado a la inflama- ordenada, aquélla que los considera bajo la luz de su po-
ción tendinosa puede provenir del músculo; parte del sibilidad: positivo/no positivo. En este punto debe le-
dolor originado por problemas de la ATM se debe a la erse este trabajo, como no objetivo, no sistematizado,
activación de PGM; el “esguince cervical” constituye pero positivo, como conocimiento no científico, pero
una forma de SDM secundario a un traumatismo; los como conocimiento, al fin.

BIBLIOGRAFÍA

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Fisioterapia 2005;27(2):96-102 48
Artículo especial

103

D.G. Simons Revisión de los enigmáticos


puntos gatillo miofasciales
como causa habitual de
dolor y disfunción
musculoesqueléticos
Emory University.
Department of Rehabilitation
Correspondencia:
David G. Simons
enigmáticos*
Medicine Department of Rehabilitation
Medicine. Emory University
3176 Monticello Street
Review of enigmatic MTrPs
Atlanta, GA 20014-3535, USA
Correo electrónico:
as a common cause of
loisanddavesimons@earthlink.net
enigmatic musculoskeletal
Traducción del inglés:
O. Mayoral del Moral pain and dysfunction

RESUMEN ABSTRACT
Este artículo analiza cómo los puntos gatillo This article explores how myofascial trigger points
miofasciales (PGM) pueden relacionarse con la (MTrPs) may relate to musculoskeletal dysfunction
disfunción musculoesquelética (DME) en el lugar de (MSD) in the workplace and what might be done about
trabajo y lo que se puede hacer para tratarla. La causa it. The cause of much MSD and pain is often enigmatic
de gran parte de esta DME y del dolor resulta to modern medicine and very costly, just as the cause of
enigmática para la medicina moderna, además de muy MTrPs has been elusive for the past century, despite an
costosa, del mismo modo que la causa de los PGM ha extensive literature that is confusing because of restricted
sido elusiva durante todo el siglo pasado, pese a una regional approaches and a seemingly endless variety of
amplia literatura que resulta confusa debido a names. MTrPs are activated by acute or persistent muscle
abordajes estrictamente regionales y a una, al parecer, overload, which is characteristic of MSD in the
interminable variedad de denominaciones. Los PGM workplace. MTrPs can involve any, and sometimes many,
son activados por sobrecarga muscular aguda o of the skeletal muscles in the body and are a major,
persistente, la cual es característica de la DME complex cause of musculoskeletal pain. The clinical and
producida en el medio laboral. Los PGM pueden etiological characteristics of MTrPs have been
afectar a cualquiera de los músculos del cuerpo, y a underexplored by investigators, leading to undertraining
of health care professionals, underappreciation of their
clinical importance. MTrPs have no gold standard
*Traducido y reimprimido de Journal of Electromyography and Ki-
nesiology, 14, David G. Simons, Review of enigmatic MTrPs as a diagnostic criterion, and no routinely available laboratory
common cause of enigmatic musculoskeletal pain and dysfunction, or imaging test. MTrPs require a specific non-routine
95-107. ©2004, con permiso de Elsevier. examination and muscle-specific treatment for prompt

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

104 veces a gran número de ellos, constituyendo una causa relief when acute, and also resolution of perpetuating
importante y compleja de dolor musculoesquelético. factors when chronic. After identifying a critical false
Las características clínicas y etiológicas de los PGM assumption, electrodiagnostic studies are now making
han sido poco exploradas por los investigadores, lo cual encouraging progress toward clarifying the etiology of
ha conducido a una falta de formación de los MTrPs based on the 5- or 6-step positive-feedback model
profesionales sanitarios y a una infravaloración de su of the integrated hypothesis. Specific research needs are
importancia clínica. Los PGM no tienen un criterio noted. MTrPs are treatable and they deserve increased
diagnóstico de referencia, ni disponen de ninguna attention and consideration by research investigators and
prueba rutinaria de laboratorio o de diagnóstico por clinicians.
imagen. Los PGM requieren una exploración específica
no rutinaria y un tratamiento específico del músculo
KEY WORDS
para un alivio rápido cuando se encuentra agudo,
además de la resolución de los factores de perpetuación Myofascial trigger points; Endplate noise;
cuando es crónico. Tras descubrirse la falsedad de una Electromyography; Low back pain; Muscle pain.
premisa decisiva, los estudios electrodiagnósticos están
efectuando actualmente unos progresos alentadores
hacia la clarificación de la etiología de los PGM
basándose en el modelo de 5 o 6 pasos de feedback
positivo de la hipótesis integrada. Se mencionan las
necesidades investigadoras específicas. Los PGM son
tratables y merecen una consideración y una atención
mayores por parte de investigadores y clínicos.
©
2003 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.

PALABRAS CLAVE
Puntos gatillo miofasciales; Ruido de placa motora;
Electromiografía; Lumbalgia; Dolor muscular.

INTRODUCCIÓN de los trastornos musculoesqueléticos, especialmente en


el medio laboral, parece haber sido el deseo de progre-
El propósito de esta comunicación es revisar nuestro
conocimiento actual de los puntos gatillo miofasciales sar en la resolución de este enigma, intentando rellenar
(PGM) con un breve resumen histórico de cómo se ha una frustrante laguna de nuestro conocimiento actual.
alcanzado. Esta revisión destaca cómo los estudios elec- Para este autor, parece que una mejor comprensión y
trodiagnósticos han resultado decisivos para el progreso apreciación de los PGM debería contribuir a ello. Des-
conseguido en la comprensión de la etiología de los graciadamente, los PGM presentan un complejo de ha-
PGM y su prometedor papel en el futuro. Aquellas cues- llazgos clínicos que desafía una explicación simplista,
tiones clave que precisan una atención investigadora cuya causa suele despacharse como desconocida o con-
competente se destacan en letra cursiva. trovertida. Actualmente parece encontrarse a nuestro al-
Una motivación importante del simposio de investi- cance un mejor conocimiento de la compleja etiología
gación de vanguardia (STAR) sobre la causa y el control de los PGM. Si la premisa de este artículo es cierta, en-

Fisioterapia 2005;27(2):103-20 50
D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

tonces efectuar el diagnóstico de dolor causado por principales músculos y ligamentos vertebrales mediante 105
PGM y aplicarles un tratamiento efectivo a los trabaja- la infiltración de suero salino hipertónico en tejidos nor-
dores afectados contribuiría significativamente a aliviar males, describiendo su relevancia clínica39. Al cabo de
el sufrimiento humano, la frustración clínica y la carga unos años, tres astutos clínicos en tres continentes dife-
financiera impuesta por la DME al ser tratada su causa. rentes comenzaron a publicar una serie de artículos que
describían la efectividad del tratamiento de pacientes
con patrones de dolor referido característicos de los
Perspectiva histórica
PGM en numerosos músculos de todo el cuerpo. Los ar-
Echar una mirada a la tortuosa trayectoria de los tículos de estos tres autores utilizaban terminologías
PGM a través del siglo pasado muestra cómo nuestro diagnósticas diferentes y no daban la impresión de que
conocimiento actual de los PGM ha evolucionado paso ninguno de ellos conociera el trabajo de los otros.
a paso. Debido a que los PGM, pese a ser tan enigmáti- Gutstein (originariamente alemán), que posterior-
cos, son tan comunes y constituyen tan habitualmente mente publicó como Gutstein-Good y finalmente
la causa del dolor musculoesquelético, han sido descu- como Good de Inglaterra, describió los patrones de
biertos innumerables veces por innumerables investiga- dolor referido de nódulos dolorosos a la presión que
dores que los han identificado mediante una gran pro- respondían bien a la terapia manual. Entre 1938 y
fusión de denominaciones que a menudo identificaban 1951, este pionero publicó artículos que describían el
una región anatómica particular, como por ejemplo la diagnóstico y el tratamiento satisfactorios de pacientes,
lumbalgia. mostrando las características de los PGM, e identifi-
En 1900, Adler1 identificó los fenómenos clínicos ca- cando la patología con otros 11 nombres, los cuales in-
racterísticos de los PGM como reumatismo muscular. cluían reumatismo muscular25, reumatismo común26,
Del mismo modo, Llewellyn y Jones53 escribieron un mialgia idiopática27, mialgia reumática20, mialgia19, ciá-
libro titulado fibrositis en 1915. Schmidt62 escribió un tica muscular21, fibrositis22, enfermedad muscular23 y
libro titulado Muskelrheumatismus, Myalgie (Reumatis- reumatismo extraarticular24.
mo muscular, Mialgia) en 1918. En 1931, Lange47 firmó Entre 1941 y 1975, el australiano Kelly escribió una
el primer manual de los puntos gatillo, Muskelhärten serie parecida de cinco artículos. Los primeros identifi-
(Myogelosen) (traducido como Induraciones musculares caban los nódulos palpables como fibrositis40-43, pero
[miogelosis]). El término “miogelosis” derivaba del pen- para 1963, el diagnóstico de fibrositis había adquirido
samiento imperante de que la contracción muscular se tantas definiciones diferentes sin ninguna patofisiología
producía debido a la gelación coloidal de la sustancia del creíble, que se convirtió en una expresión carente de sig-
músculo. En aquellos tiempos, los filamentos de actina nificado como diagnóstico y simplemente lo denominó
y miosina eran desconocidos. El diagnóstico de mioge- dolor facial44. En 1983, Reynolds60 revisó ampliamente
losis ha persistido en la literatura alemana hasta el pre- la literatura sobre fibrositis destacando lo inapropiado
sente y se define en términos de hallazgos palpatorios del término debido a que no se había podido demostrar
que lo asocian fuertemente con los PGM. Todos estos histológicamente ninguna inflamación del tejido conec-
autores (la mayoría alemanes) destacaron el alivio del tivo en los nódulos fibrosíticos. Ese diagnóstico desapa-
dolor que los pacientes experimentaban cuando los nó- reció rápidamente de la literatura científica. Se puede
dulos dolorosos a la palpación o las bandas de músculo cuestionar la validez de igualar estos diagnósticos a los
tenso halladas a lo largo del cuerpo eran tratadas por PGM, no obstante, con muy pocas excepciones, no exis-
medio de terapia manual, pero ignoraron los caracterís- te ningún diagnóstico actual excepto la fibromialgia o
ticos patrones de dolor referido asociados. los PGM que encajen igual de bien en estas descripcio-
En 1938, Kellgren38, en Inglaterra, publicó un fun- nes. Sin embargo, la fibromialgia es mucho menos habi-
damental artículo de investigación sobre el dolor que tual que los PGM y habitualmente no responde tan bien
describía los patrones de dolor referido de muchos de los a la terapia manual como la mayoría de estos trabajos

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

106 indican. Si estos diagnósticos previos no eran PGM, los cuales necesitan estudios controlados de investigación
entonces eran simplemente tan enigmáticos como lo es clínica para alcanzar el reconocimiento médico de esta cau-
la lumbalgia en la actualidad. sa enigmática de los persistentes y costosos síntomas del lati-
Entre 1942 y 1993, Travell escribió más de 15 artícu- gazo cervical. Posteriormente, el Dr. Hong estableció un
los y cuatro libros, todos los cuales usaban el término notablemente productivo grupo de investigación básica
“punto gatillo” (PG). Los primeros artículos los identifi- y clínica en Taiwán que hasta la fecha ha publicado
caban tan sólo como zonas gatillo o PG74,75,76,81,82 hasta 36 artículos de investigación clínica sobre PGM y 12 es-
su artículo fundacional de 1952 sobre la génesis mio- tudios de investigación básica sobre focos gatillo en el
fascial del dolor83. Este artículo, ampliamente citado, in- modelo animal en conejos. Casi prácticamente todos es-
trodujo en la literatura inglesa los patrones de dolor re- tos artículos fueron evaluados por expertos, pero mu-
ferido de 32 músculos de todo el cuerpo. Sus siguientes chos de ellos sólo se encuentran en publicaciones no in-
artículos sobre los PGM describieron la naturaleza mio- dexadas en MEDLINE.
fascial del dolor de la articulación temporomandibu- La literatura clínica internacional indica que numero-
lar76, la cefalea mecánica77, los aspectos clínicos de los sos clínicos consideran que los PGM son importantes,
PGM79, la neuralgia facial atípica80 y el origen miofas- pero existe una relativamente importante carencia de es-
cial del dolor lumbar72. Fue la responsable de tres libros tudios de investigación clínica y básica en este campo.
sobre PGM. El primero fue su autobiografía, con un Aparte de los manuales de los puntos gatillo de Travell
inspirado capítulo que describía cómo los PGM cam- y Simons73,84,85 se han publicado dos libros similares
biaron el curso de su vida78. Los otros dos fueron el vo- sobre PGM en los Estados Unidos46,59, uno en Inglate-
lumen 1, escrito en el año 1983 (mitad superior del rra3, uno en Suiza10 y los manuales de los puntos gatillo
cuerpo)84 y el volumen 2, de 1992 (mitad inferior del de Travell y Simons han sido traducidos a seis idiomas y
cuerpo)85 del Manual de los Puntos Gatillo, que descri- existe un determinado número de libros en lengua in-
bían su diagnóstico y su tratamiento correcto. El volu- glesa, orientados a los pacientes, que hacen hincapié en
men 1 se encuentra ahora en su segunda edición publi- los PGM.
cada en 199973. Con una excepción poco relevante,
ninguna de estas publicaciones anteriores a 1983 identi-
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LOS PGM
ficó la respuesta de espasmo local (REL).
Un neurólogo checo, Karel Lewit, se interesó en los Muy pocos adultos pasan por la vida sin experimentar
PGM y en 198449 describió un tratamiento manual dolor musculoesquelético. La evidencia disponible14,16 y
sencillo. En su libro sobre tratamiento mediante movi- la experiencia clínica indican que una gran parte de ese
lización articular50 llamó la atención sobre la poderosa dolor está causada por PGM. La tabla 1 enumera carac-
interacción entre los PGM y las disfunciones articulares terísticas diagnósticas de los PGM comúnmente acepta-
que resultan eficazmente tratadas mediante la moviliza- das que deben ser explicadas mediante una hipótesis
ción. Desarrolló el valioso concepto de cadenas de aceptable. La tabla 2 lista los tratamientos efectivos que
PGM51, el cual aún ha de ser examinado con estudios cien- también deben ser explicados.
tíficos controlados. Clínicamente, un punto gatillo miofascial central ac-
En 1994, un fisiatra estadounidense, nacido en Tai- tivo (productor de síntomas) puede definirse como un
wán, Chang-Zern (John) Hong MD, se interesó en los nódulo hiperirritable de dolor focal a la presión en una
aspectos clínicos de los PGM30 y al año siguiente ya ha- banda tensa palpable de músculo esquelético. Este foco
bía introducido por primera vez un modelo animal de es un lugar de dolor exquisito a la palpación en el cual se
PGM en conejos, identificados como focos gatillo (Trig- puede provocar una REL cuando es adecuadamente es-
ger spots)32. Baker2 identificó PGM en numerosos timulado, que refiere dolor a distancia y que puede cau-
músculos de la cabeza, del cuello y del tronco que con- sar efectos motores y autonómicos distantes. La figu-
tribuían a los persistentes síntomas del latigazo cervical, ra 1A ilustra las relaciones existentes entre la banda

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

107
Tabla 1. Características clínicas de los puntos gatillo miofasciales Tabla 2. Tratamientos efectivos para los puntos gatillo miofasciales
(PGM)
Terapia manual aplicada por el clínico o por el paciente
Historial diagnóstico • Liberación rítmica pasiva (ciclos de
• Dolor regional contracción-relajación-estiramiento pasivo)
• Inicio con sobrecarga muscular brusca • Liberación rítmica activa (ciclos de
• Inicio con contracción muscular mantenida en posición contracción-relajación-estiramiento activo)
acortada • Liberación por presión del punto gatillo
• Inicio con actividad repetitiva (los síntomas aumentan
Terapia manual aplicada por el clínico
con el estrés creciente)
• Spray y estiramiento
Examen físico diagnóstico Terapia por punción
• Banda tensa • Punción seca o infiltraciones
• Dolor focal a la presión sobre el músculo
• Patrón de dolor referido provocado por la presión
• SI EL PGM ESTÁ ACTIVO, la presión provoca síntomas
reconocidos como familiares

Otras características clínicas


• Respuesta de espasmo local confirmatoria. Difícil de obtener
• Rápida liberación de la tensión de la banda tensa mediante la
terapia específica del PGM
• PGM central/insercional

tensa, el punto gatillo central (PGC) nodular y los pun-


tos gatillo insercionales (PGI). La entesopatía caracterís-
tica de un PGI aparentemente se debe a la tensión man-
tenida de la banda tensa en la zona donde se inserta en la
unión miotendinosa, la cual constituye la parte más vul-
nerable a la tensión del músculo. Un PGI es sensible a
una tensión muscular aumentada que limita dolorosa-
mente la amplitud de movilidad al estiramiento y la
contracción vigorosa de ese músculo.
El paciente suele relatar una historia de inicio del do-
lor (activación de un PGM) que se asocia con una so-
brecarga muscular aguda o crónica. La sobrecarga cróni-
ca se produce por el mantenimiento de una contracción
durante largos periodos, o con un movimiento repetiti-
vo frecuente. Estos tipos de sobrecarga crónica se en-
cuentran con frecuencia en situaciones laborales pro- Fig. 1. (A) Esquema de la relación existente entre un punto
ductoras de dolor muscular. Los PGM latentes también gatillo central (PGC) nodular y puntos gatillo insercionales (PGI).
pueden ser activados dejando el músculo en una posi- La banda central oscura representa la banda tensa palpable
que atraviesa el PGC. (B) Esquema de la vista microscópica
ción acortada durante un largo periodo de tiempo o, del PGC ilustrando varios nodos de contracción de fibras
especialmente, cuando se mantiene una contracción musculares individuales con fibras musculares normales
fuerte en posición acortada. no afectadas entre ellas.

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

108 No existe ninguna prueba de diagnóstico por imagen tracción dispersos simbolizan un acortamiento severo y
ni de laboratorio para confirmar un diagnóstico inicial localizado de sarcómeras en fibras musculares individua-
basado en la historia clínica. No existe ningún diagnós- les dispersas. Aparentemente, el aumento de la tensión
tico de referencia basado en pruebas de laboratorio o de de las múltiples fibras musculares afectadas que atravie-
imagen, sino que el diagnóstico debe confirmarse con san el PGM se suma para producir una banda tensa pal-
la exploración física. Desgraciadamente, no existe nin- pable.
guna lista oficial de criterios diagnósticos para los PGM.
Dos estudios que evaluaban varias pruebas diagnósti-
Tratamiento de los PGM
cas17,63 documentaron una buena confiabilidad intere-
xaminadores global. Estos estudios describen la explo- La tabla 2 lista terapias específicas que resultan efica-
ración de banda tensa, de dolor focal a la presión y de ces para la inactivación de los PGM, las cuales se han
nódulo palpable (fig. 1A), así como la provocación de descrito de forma más completa (73: Capítulo 3). Re-
dolor referido y de REL. sulta beneficioso para el paciente que el clínico empiece
Ha quedado establecido que la REL es un reflejo es- tratando un músculo con posibilidades de responder al
pinal31-33. Esta respuesta se provoca mediante un fuer- tratamiento y que comience con una técnica de terapia
te estímulo sensorial del PGM, efectuado con el dedo manual adaptable para el autotratamiento por parte del
o con una aguja, que produce una breve ráfaga de po- propio paciente.
tenciales de acción de unidad motora, solamente en la Las liberaciones rítmicas pasivas y activas son formas
zona de la banda tensa de ese mismo músculo32, o en modificadas de facilitación neuromuscular propiocepti-
otro músculo con banda tensa87. Algunos clínicos uti- va, bien conocidas por los fisioterapeutas y similares a
lizan rutinariamente las REL que ocurren cuando se la técnica de relajación postisométrica introducida por
pincha un PGM con movimientos de impulso, como Lewit y Simons49. Depende del principio básico de que
indicador de que la intervención terapéutica será eficaz. un músculo mal relajado o tenso tiende a estar más re-
Si no se producen REL, los resultados de este trata- lajado y a mostrar liberación de la tensión después de
miento tienden a ser decepcionantes30. Algunos autores una contracción voluntaria moderada. Tanto las formas
han documentado registros electromiográficos de REL pasivas como las activas comienzan tensando el múscu-
en sujetos humanos15,31,64,67,87 y en conejos32,33. Un es- lo estirándolo hasta el punto en el que se inicia la resis-
tudio en conejos demuestra la proximidad necesaria tencia o la molestia. A continuación, el paciente efectúa
para la estimulación del PGM y el nivel de respuesta una contracción isométrica suave (un 10 % del máximo)
que se obtiene a lo largo y al lado de la banda tensa32. resistida por el fisioterapeuta, o por el paciente en el caso
Las inserciones rápidas de la aguja tienden a producir de que se trate de una autoaplicación. Para la liberación
REL, mientras que la penetración lenta, suave y al rítmica pasiva, a medida que el paciente relaja el múscu-
tiempo que se gira, de una aguja EMG en un PGM lo, el terapeuta inmediatamente lo alarga con suavidad
tiende más a poner de manifiesto ruido de placa moto- hasta retensarlo. El proceso se repite rítmicamente has-
ra (RPM). Las REL parecen ser características exclusi- ta que no se consigue mayor liberación de la tensión
vas de los PGM, no obstante, aunque el RPM es carac- muscular. En la liberación rítmica activa, la fase de libe-
terístico de los PGM, no constituye un diagnóstico en ración se realiza activamente haciendo que el paciente
sí mismo70. contraiga los músculos antagonistas del que se está libe-
Otras características clínicas de los PGM incluyen la rando, lo cual añade el factor de liberación adicional de
distinción entre PGM activos y latentes. Sólo los PGM la inhibición recíproca.
activos producen síntomas clínicos y suelen dar lugar a La liberación por presión del punto gatillo fue identifi-
hallazgos más prominentes en la exploración. cada previamente como compresión isquémica, pero di-
La figura 1B ilustra esquemáticamente una etiología cho término implica una fuerza mucho mayor que la
microscópica de los PGM. Los múltiples nodos de con- necesaria o deseable. El procedimiento se realiza mejor

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

como una técnica de liberación de barrera que resulte en músculos que presentan PGM y espasticidad, ya que 109
un poco molesta pero indolora. Dado que la médula es- la toxina botulínica trata ambas patologías al mismo
pinal está programada para autorreconfigurarse y acen- tiempo. La toxina botulínica debería ser siempre infil-
tuar las experiencias dolorosas, resulta importante hacer trada en los PGM con guía EMG, para optimizar su efi-
todo el tratamiento de los PGM todo lo indoloro que cacia con la mínima cantidad de toxina6.
sea posible, y el paciente es el que mejor puede juzgar
la fuerza de estiramiento óptima y la presión digital
El enigma de los puntos gatillo miofasciales
que ha de aplicarse. Cuando la fuerza aplicada se des-
plaza a lo largo de las fibras musculares afectadas, se Cinco factores contribuyen a este enigma.
identifica como masoterapia, la cual, de acuerdo con la Primero, los PGM carecen de una etiología mayorita-
hipótesis integrada, sería más eficaz si el músculo fuera riamente reconocida. La sección 3 presenta una hipóte-
alargado previamente hasta tensarlo y si la presión apli- sis creíble.
cada progresara en una dirección proximal y/o distal co- Segundo, no existe un diagnóstico de referencia. El
menzando en el PGM. diagnóstico depende de la habilidad del clínico para
Cuando las técnicas más sencillas, aplicables por el elaborar la historia clínica, efectuar el examen físico y
propio paciente, resultan insuficientes, se puede emplear proveer el tratamiento. La REL parece ser un reflejo es-
la técnica de spray y estiramiento aplicada por un clíni- pinal específico de los PGM, pero resulta ser la explo-
co. Ésta supone aplicar barridos de un chorro de spray ración más difícil de realizar y, por lo tanto, la menos
refrigerante sobre el músculo en una serie de trazos pa- fiable en términos de confiabilidad interexaminadores.
ralelos que se inician en un extremo del músculo y con- El RPM, otro hallazgo completamente objetivo, re-
tinúan sobre el vientre muscular hasta incluir el patrón quiere una formación y un equipamiento especializa-
de dolor referido. Cuando se enseña a los pacientes a dos y no resulta generalmente disponible como prue-
efectuar estas técnicas por sí mismos experimentan el ba para los PGM. Hasta donde el conocimiento del
control de su dolor, pudiendo darse cuenta de su origen autor alcanza, el potencial de los nuevos avances tecnoló-
muscular. El tratamiento de los PGM puede entonces gicos en el campo de la ecografía y de la resonancia mag-
convertirse en una responsabilidad de los pacientes me- nética (RM) para obtener imágenes de los PGM aún no
diante la educación y la motivación. Un programa de ha sido bien explorado.
tratamiento domiciliario para los PGM resultó notable- Existen dos nuevas posibilidades para una identifi-
mente eficaz en pacientes con dolor de cuello y de la re- cación más objetiva de los PGM que son la tecnología
gión torácica superior28. de ondas de choque para la litroticia que ha sido em-
La punción seca es tan eficaz como la infiltración de pleada de manera pionera en PGM por Wolfgang
analgésicos y/o esteroides para el alivio de los PGM8. Bauermeister, MD, de Munich, y una técnica de impe-
Los esteroides no se recomiendan en el tratamiento de dancia tisular que muestra imágenes de neuromas y
los PGC centrales debido a que no resultan terapéu- promete la obtención de imágenes de los PGM, que ha
ticamente efectivos y presentan efectos secundarios sido utilizada en primer lugar por Philip Cory, MD, de
indeseables. La punción seca causa un mayor dolor Bozeman, MT.
postratamiento que la infiltración de analgésicos 30 . Tercero, corrientemente, los PGM son infraestudiados
Aparentemente, la ruptura mecánica efectuada con la por los investigadores. Un ejemplo es la notable falta de
aguja constituye su terapia específica. La toxina botulí- literatura médica convencional que considere los PGM
nica es específica para la eliminación de la disfunción en los pacientes con lumbalgia, la cual se encuentra es-
de las placas motoras de los PGM debida a una libera- trechamente relacionada con la DME del medio labo-
ción excesiva de acetilcolina (ACh), pero resulta cara, ral. La literatura médica convencional sobre lumbalgia
puede inducir reacciones alérgicas y el efecto dura, como (indexada en MEDLINE) se centra fundamentalmente
máximo, varios meses. Está específicamente indicada en el componente esquelético, en detrimento del com-

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

110 balgia, la combinación de PGM latentes y activos tam-


Tabla 3. Número de citas en MEDLINE (literatura
médica convencional) que fueron indexadas en los últimos bién resulta habitual.
7 años como “low back pain” (LBP) (lumbalgia) solo, Un informe no publicado resulta especialmente per-
comparado con el número de citas recuperadas al combinar tinente con respecto al objetivo del simposio STAR.
“low back pain” con “trigger points” (puntos gatillo) unidas Una fisioterapeuta de Nueva Zelanda86 fue censurada
a las recuperadas combinando “low back pain” y “myofascial por su compañía de seguros por ser excepcionalmente
trigger point” (punto gatillo miofascial) cara en comparación con otros fisioterapeutas, dado que
Año de Citas de LBP Citas Porcentaje de citas dedicaba mucho tiempo a cada paciente. Cuando ella
publicación combinadas combinadas de PGM (%) presentó un resumen de los resultados de su programa,
la compañía la elogió por disponer de un programa
1996 552 2 0,4 ejemplar. La fisioterapeuta informó de los 108 clientes
1997 312 2 0,5
1998 459 2 0,4
atendidos en su clínica en los 4 meses anteriores, el 72 %
1999 561 0 0,0 de los cuales eran casos complejos. Su abordaje era un
2000 527 3 0,6 programa de tratamiento global que incluía la ergono-
2001 537 3 0,6 mía del puesto de trabajo, la educación del paciente y se-
2002 553 5 0,9 siones prolongadas en las que se daba prioridad a la
1996-2002 3.601 17 0,5 identificación e inactivación de los PGM. El 97 % de los
clientes laboralmente activos alcanzaron una jornada y
unas actividades laborales normales. La compañía de
seguros decidió que sus tarifas eran una ganga en térmi-
ponente muscular. La tabla 3 demuestra claramente la nos de costes futuros por cliente. El éxito dependía de
magnitud de esta desatención. De las 3.601 citas de hacer encajar todas estas piezas decisivas según las nece-
MEDLINE sobre lumbalgia en los pasados 7 años, tan sidades de cada paciente individual, lo cual constituye
sólo el 0,5 % estaba también indexado como PGM o un desafío complejo que requiere de habilidad en varias
simplemente como puntos gatillo. El porcentaje nunca áreas de conocimiento profesional habitualmente sepa-
alcanzó el 1 %, a pesar de que la mayor parte del dolor radas.
lumbar es causado por los PGM. Generalmente, aquéllos con formación investigadora
Los artículos publicados que identifican esta estrecha tienen poco conocimiento de los PGM o escaso interés
relación entre lumbalgia y PGM a menudo no se en- en ellos, y los que han llegado a ser clínicos habilidosos
cuentran listados en MEDLINE9, están indexados bajo se concentran en la práctica clínica y generalmente tie-
otro epígrafe o no están específicamente diseñados para nen poco interés o experiencia en realizar y documentar
identificar la prevalencia de los PGM en la lumbalgia. cualquier tipo de investigación. Esta falta de literatura
Un estudio de confiabilidad interexaminadores34 para científica sobre PGM desanima a los responsables de
identificar PGM en 26 sujetos con lumbalgia y 26 suje- los currículos médicos cuando intentan incluir los PGM
tos normales informó de la exploración de 10 músculos como un tema formativo serio.
bilateralmente (un total de 520 músculos en cada gru- Cuarto, los PGM son enigmáticos debido a que son
po) localizados en la región lumbar baja y que se sabe muy complejos e interactivos. Los síntomas producidos
contribuyen a la lumbalgia. En el grupo de lumbalgia, el por los PGM pueden ser confusamente similares a los de
90 % de las exploraciones expertas resultaron positivas la radiculopatía, la fibromialgia y las disfunciones ar-
para la banda tensa palpable y, en el grupo normal, el ticulares (somáticas), y el hecho de que los PGM a me-
70 % de los músculos resultaron positivos. Esto sugiere nudo coexistan con estas otras afecciones añade una ma-
poderosamente que en sujetos adultos normales, los yor confusión.
PGM latentes son prevalentes en músculos que pueden Quinto, la ubicuidad y la importancia de los PGM
contribuir a la lumbalgia, y que en los adultos con lum- como diagnóstico diferencial resulta infravalorada por

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

muchos clínicos debido a que tan sólo unos pocos pro- 111
fesionales han recibido un adiestramiento adecuado en
el diagnóstico y en el tratamiento de los PGM durante
su formación profesional inicial. Si los PGM no se tie-
nen en cuenta en los diagnósticos diferenciales, es bas-
tante probable que esa causa del dolor del paciente sea
ignorada.

ETIOLOGÍA DE LOS PGM: LA HIPÓTESIS


INTEGRADA
La hipótesis integrada postula que un PGM central
presenta múltiples fibras musculares con placas moto- Fig. 2. Ciclo de feedback positivo de una hipótesis integrada
de 5 o 6 pasos para explicar la etiología de los puntos gatillo
ras que liberan un exceso de acetilcolina (ACh) y mues- miofasciales. Véase el texto para conocer la descripción de cada paso.
tra evidencias histopatológicas de un acortamiento re-
gional de las sarcómeras. Un bucle de sucesos con
feedback positivo mantiene estos cambios hasta que di-
cho bucle es interrumpido. Si esta hipótesis fuera de- patológicas disponibles, para proporcionar la base de
mostrada, indicaría que los PGM podrían ser clasifica- una etiología verosímil de los PGM, que precisa de in-
dos como enfermedad neuromuscular. vestigación adicional y de un mayor perfeccionamien-
Antes de mediados de la década de 1990, una carac- to. Actualmente explica la mayoría de las características
terística patofisiológica clave resultaba insospechada, clínicas de los PGM66.
hasta que los hallazgos electrodiagnósticos apuntaron a La figura 2 resume un ciclo de feedback positivo de
una anormalidad de la placa motora denominada ruido 5 o 6 pasos que se inicia por una sobrecarga muscular
de placa motora (RPM), que había sido ignorada debi- aguda o persistente, que puede activar un PGM latente
do a una falsa presunción y a algunas pistas equívocas. mediante el incremento de su ya excesiva liberación de
La falsa presunción era el dogma aceptado de que el ACh. Esta liberación persiste hasta que algo interrumpe
RPM aparece en placas motoras normales, idea que se ve el ciclo. Cada paso está basado en datos experimentales,
reforzada por la ausencia de los patrones de descarga de pero en algunos casos, los eslabones que los conectan
los potenciales de placa en miniatura (PPM) normales necesitan ser aclarados.
cuando se realiza una exploración EMG de rutina, y el
concepto de los neurofisiólogos clínicos de que los
Paso 1 (fig. 2)
músculos que evidenciaban RPM eran músculos nor-
males libres de toda enfermedad. Se necesita un estudio Los estudios con EMG de aguja han sido esenciales
que examine la prevalencia de los PGM en zonas en las para la identificación de la liberación espontánea anor-
que se identifica RPM durante una EMG rutinaria. mal de ACh en situación de reposo como característica
Otra confusión era el concepto de que el RPM –tam- clave de los PGM, planteando la posibilidad de que se
bién identificado como actividad eléctrica espontánea puedan clasificar como enfermedad neuromuscular.
(AEE)– observado en los PGM procede de husos Esta posibilidad se basa en dos nuevas nociones. La pri-
musculares anormales35,36, lo cual es compatible con mera es la demostración por dos grupos de investigación
una gran cantidad de investigación experimental publi- de que el RPM está significativamente asociado con los
cada (73: pp. 78-81). PGM. La segunda es la constatación de que el RPM no
La hipótesis integrada, publicada en libros recien- procede de placas motoras fisiológicamente normales.
tes55,73, combina evidencias electrodiagnósticas e histo- La anormalidad del RPM es característica, aunque no

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

112 inequívocamente diagnóstica, de los PGM. Desafortu- motoras normales45,88. La literatura sobre fisiología29,37
nadamente, muy pocos neurofisiólogos son actualmen- indica con claridad que el RPM representa un incre-
te conscientes de la anormalidad del RPM y de su estre- mento anormal de la liberación de ACh que puede al-
cha asociación con los PGM. Un resumen preliminar y canzar hasta tres órdenes de magnitud.
dos estudios EMG muestran que el RPM es significati- Otro factor que ha reforzado el equívoco concernien-
vamente más habitual en los PGM que en una zona de te al origen anormal del RPM por parte de los neurofi-
placa motora libre de cualquier evidencia clínica de siólogos clínicos es la ausencia de PPM normales cuan-
PGM7,68,70. Esta estrecha relación entre el RPM y los do se efectúa una EMG clínica de rutina. El patrón de
PGM también está apoyada por un estudio en cone- descarga normal de PPM no aparece de forma que se
jos69. Además, la infiltración de toxina botulínica A (la pueda comparar con el patrón de RPM. Considerando
cual es un bloqueante específico de la liberación de la enorme diferencia existente entre los electrodos in-
ACh) en los focos gatillo de conejos (análogos a los tracelulares, del tamaño de un pelo, y el relativamente
PGM humanos) hizo descender la actividad del RPM a enorme electrodo extracelular (fig. 4), no resulta sor-
una media de 1/4 de los valores control originales, y en prendente la no observación de PPM con los electrodos
algunos animales desapareció completamente. Esto apo- extracelulares. Un estudio fisiológico de 195213 compa-
ya el papel de la liberación de ACh como parte del me- ró los PPM intra y extracelulares usando un microelec-
canismo de los PGM. trodo. Los autores destacaron e ilustraron la gran difi-
Normalmente, la liberación aleatoria ocasional de un cultad para detectar PPM con este electrodo de un
paquete de ACh produce PPM que se registran intrace- tamaño adecuado y atribuían esa dificultad al pequeño
lularmente a una frecuencia de aproximadamente 1 por porcentaje de la superficie de placa motora que mostra-
segundo en estudios en animales29,37,52 y algo menor en ba PPM, al pequeño tamaño de los loci registrables y a
un estudio en humanos11. La figura 3A ilustra la fre- sus localizaciones infrecuentes y dispersas en la placa
cuencia normal para un sujeto humano y la figura 3B la motora.
de una rana. La figura 3C ilustra potenciales del tipo de El equívoco del RPM se ve frecuentemente reforzado
RPM que fueron inducidos experimentalmente y regis- por la suposición errónea de los neurofisiólogos de que
trados intracelularmente con un microelectrodo. Este el músculo que están examinando es normal. A menos
método indujo un incremento de hasta 1.000 veces37 la que los neurofisiólogos conozcan los PGM latentes y ex-
frecuencia de liberación de ACh en reposo. Los registros ploren el músculo en su busca, darán por hecho que es-
de las figuras 3D y 3E, muestran RPM espontáneo re- tán examinando un músculo normal, y no habría nin-
cogido con agujas EMG convencionales. La base histó- gún motivo para esperar ver actividad anormal de la
rica de esta equivocación con respecto a la anormalidad placa motora. Incluso si los examinadores conocen los
del RPM se incluye en una revisión de la literatura de PGM, es probable que consideren que los PGM latentes
investigación fisiológica relacionada65. Liley52 observó son normales debido a los comunes que son y a que rara
que la alteración mecánica de la placa motora (tensión vez causan síntomas clínicos. Sin embargo, causan una
del nervio motor, vibración, contacto) producía un in- excesiva liberación de ACh en las placas afectadas y pue-
cremento persistente de ruido en los PPM. Esta obser- den causar disfunciones motoras.
vación ayuda a explicar la activación de los PGM por la La figura 4 propone otra razón de por qué los PPM
sobrecarga mecánica o por traumatismos. individuales, normales y dispersos que se originan en la
La presunción de que el RPM procede de placas mo- membrana postsináptica de la placa motora no serían
toras normales ha estado impidiendo una mejor com- detectados por una aguja EMG extracelular. El electro-
prensión de los PGM, ya que se asumía que constituía do intracelular se encuentra en un contacto fluídico di-
un hallazgo normal. Durante 30 años, a los neurofisió- recto con la membrana fuente, mientras que el electrodo
logos se les ha enseñado que el RPM representa un pa- extracelular está separado de la fuente por una o dos
trón de descarga de PPM normal procedente de placas membranas intactas.

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habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

113

Fig. 4. Sección transversal esquemática de una placa motora


ilustrando el tamaño relativo y la localización de un microelectrodo
intracelular que registra potenciales de placa en miniatura
Fig. 3. Comparaciones de los potenciales de placa en miniatura y de una aguja EMG extracelular recubierta de teflón, del tipo
(PPM) normales y el ruido de placa motora (RPM). de las usadas habitualmente para las exploraciones EMG clínicas,
(A) PPM humanos normales. (B) PPM de rata normales. que no los registran.
(C) RPM experimentalmente inducido. (D) Potenciales de placa
normales de los libros de texto. (E) RPM y espigas de un punto
gatillo humano.
bles con un macroelectrodo extracelular y por qué los
PPM no se observan en las EMG de rutina. En 1956,
Por otra parte, si existe un número suficiente de PPM, Liley52 observó que cualquier perturbación mecánica
se los observa extracelularmente. Cuando muchos de los de la placa motora puede iniciar RPM.
receptores de ACh de toda la membrana postsináptica Cuando se observa RPM electromiográficamente69
están siendo activados simultáneamente, se producen una mayor presión de la aguja hacia un lado aumenta la
patrones de interferencia de mucha mayor amplitud que frecuencia de descarga de RPM, mientras que la pre-
pueden ser registrables en la periferia de la membrana sión hacia el otro lado la disminuye, confirmando la
postsináptica, donde se une con el sarcolema. Fotogra- sensibilidad de la placa motora a la presión. Esto suscita
fías con microscopio electrónico de barrido de esta re- la cuestión de si la perturbación inducida por la aguja
gión transicional indican que estaría relativamente ex- siempre causa una excesiva liberación de ACh en la pla-
puesta al contacto con un electrodo extracelular. Un ca motora o si el RPM ya existía antes de que la aguja
experimento que registrara actividad normal de PPM in- simplemente lo aumentara. Los estudios que informan
tracelularmente con un microelectrodo y que, al mismo de un incremento de la incidencia de RPM en los PGM
tiempo, registrara extracelularmente con un electrodo indican que si el RPM no existía antes de la estimula-
EMG clínico y estimulara mecánicamente la placa motora ción de la aguja, al menos las placas motoras de la zona
hasta que empezara a producir RPM, debería resultar re- del PGM son más reactivas a la estimulación mecánica.
velador. Ayudaría a establecer cuánto incremento de la Los neurofisiólogos familiarizados con los PGM y que
frecuencia de los PPM se necesita para que sean detecta- prestan atención a este asunto tienen la impresión de

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114 que el RPM ya existía en ausencia de la aguja. Este tema PGM. El primer estudio61 incluía tan solo secciones
debe ser resuelto mediante experimentación. transversales. Los hallazgos con microscopía electrónica
Se publicó un estudio piloto (73: pp. 66-67, fig. 2.22) indicaban la presencia de sarcómeras acortadas en la re-
que informó de evidencia electrodiagnóstica para casi el gión nodular. El segundo estudio procedía de material
mismo número de placas motoras normales sin RPM y de cadáver de hasta 24 horas post mórtem. Documentó
placas motoras que exhibían RPM dentro de un PGM. varias anormalidades focales que indicaban un aumen-
Esto indica que es posible aproximarse a las placas mo- to anormal de la tensión de las fibras musculares pero no
toras normales hasta unas pocas micras sin que respon- daba ninguna indicación sobre la causa de estos hallaz-
dan con una liberación excesiva de ACh. Este estudio gos anormales.
piloto debería ampliarse a un estudio controlado con mu- Se puede especular que las antiguas biopsias muscula-
chos sujetos. Otra forma de acometer este asunto sería res de nódulos fibrosíticos humanos procedían muy
examinar una serie de músculos en busca de RPM en la probablemente de PGM, pero resulta incierto cuál de
zona de placas motoras fuera de PGM clínicamente los hallazgos era específico de éstos. Los más relevantes
identificables en un grupo de sujetos que se encuentren son los estudios alemanes sobre fibrositis12,18,57. Todas
casi libres de PGM latentes y en otro grupo de sujetos estas biopsias muestran evidencias de estrés metabólico
que tengan PGM latentes en muchos de sus músculos. y de un incremento de la tensión de las fibras y, a veces,
Dado que la mayoría de los adultos presentan algún de anormalidades focales severas que incluyen fibras ras-
PGM, encontrar sujetos control libres de PGM latentes gadas. Dado que casi todos los pacientes con fibromial-
puede resultar problemático. Un grupo que podría en- gia también tienen PGM y dado que el músculo trape-
cajar en estos requerimientos es el de niños antes de la cio superior es el músculo con más probabilidades de
adolescencia, cuando parece que los PGM latentes sue- contener PGM activos, es más que posible que las biop-
len empezar a aparecer. Dado que esta última afirma- sias de fibromialgia tomadas de puntos dolorosos del
ción se basa tan sólo en experiencia clínica, otra necesi- trapecio superior90 procedan de PGM. Tanto las biop-
dad urgente es el estudio de la prevalencia de PGM en la sias de fibromialgia como las biopsias control de puntos
infancia, la madurez y la vejez. dolorosos en los sujetos sin fibromialgia mostraban ha-
llazgos similares a los estudios alemanes, pero las biop-
sias control es probable que hubieran incluido PGM la-
Paso 2 (fig. 2). Tensión aumentada de las fibras
tentes. En este caso, sus hallazgos positivos pueden
Hasta la fecha, los avances en la comprensión del ori- representar patología de PGM válida, incluso aunque el
gen del aumento de tensión de las fibras que forman la estudio demostraba que esos hallazgos no eran caracte-
banda tensa palpable se ha basado en los resultados de rísticos de la fibromialgia per se. Se necesitan urgentemen-
las biopsias. Tan sólo se conocen dos breves informes so- te biopsias que incluyan secciones longitudinales de PGM
bre biopsias específicamente de PGM humanos. Uno36 humanos. Afortunadamente, se está desarrollando un es-
buscaba un huso muscular y documentó su hallazgo en tudio piloto bajo la dirección del profesor Pongratz en Mu-
una sección transversal. El otro58 ilustró dos secciones nich, Alemania.
longitudinales, una con microscopía óptica que mos- Las primeras biopsias de PGM se tomaron de múscu-
traba un disco de contracción y la otra, con microsco- los de perro seleccionados por la presencia de nódulos
pía electrónica, que permitía ver la transición entre zo- exquisitamente dolorosos a la presión en bandas tensas
nas de sarcómeras acortadas y alargadas de una región de palpables. Los PGM fueron extirpados y procesados his-
ondas de sarcómeras alternadamente acortadas y alarga- tológicamente71. En secciones longitudinales con mi-
das, que incrementarían la tensión en esa fibra muscular. croscopía óptica, los autores documentaron la presencia
Dos estudios de biopsias de nódulos de miogelosis61,89 de múltiples nodos de contracción en fibras individuales
se consideran zonas de PGM basándose en la presun- dispersas, que son ilustradas esquemáticamente en la fi-
ción de que los nódulos miogelóticos biopsiados eran gura 1B. Los nodos eran zonas de sarcómeras severa-

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mente acortadas en una distancia de varios cientos de ampliamente probada sonda con un sensor de oxígeno, 115
micras, afectando a todas las sarcómeras de esa parte de que avanzaba automáticamente en pasos de 0,7 mm
la fibra. Las sarcómeras de esa fibra situadas fuera del cada 1,2 s. Se observaron variaciones aleatorias normales
nodo estaban alargadas en comparación con las fibras en la pO2 alrededor de un valor de 30 mmHg hasta que
adyacentes normales, no afectadas. Tanto las sarcóme- la sonda se acercó al borde palpable del nódulo. Las va-
ras contracturadas como las estiradas en una misma fi- riaciones aleatorias fueron reemplazadas por un suave
bra verían incrementada su tensión. La afectación de incremento de la pO2 hasta 40 o 50 mmHg que, a con-
un número suficiente de fibras musculares podría pro- tinuación, cayó progresiva y suavemente hasta alcanzar
ducir una banda tensa palpable. Posteriormente se pudo un valor estable de menos de 5 mmHg en el centro del
comprobar que una placa motora que libera excesiva nódulo. Esto indica una región de hipoxia severa en el
ACh puede producir este tipo de nodo. centro del nódulo miogelótico (PGM) rodeado por una
Un estudio posterior realizado en ratas, diseñado para región de hiperoxia que está circundada por un tejido
estudiar nodos de contracción experimentalmente indu- con una oxigenación normal. Se precisan estudios que es-
cidos56 expuso los músculos a contracciones inducidas tablezcan la equivalencia entre los nódulos palpables de
eléctricamente y a la infiltración de un agente bloquean- miogelosis y los de los PGM, o dirigir otro estudio de pre-
te de la colinesterasa para simular una liberación excesi- sión de oxígeno como el anterior pero en PGM.
va de ACh en la placa motora. Los autores documenta- Las sarcómeras severamente acortadas del centro de
ron tres hallazgos anormales: discos de contracción, los nodos y de los discos de contracción provocarían
fibras rasgadas y bandas longitudinales, aunque tan sólo demandas de oxígeno inusualmente altas para mantener
se hallaron nodos de contracción ocasionales e incom- de forma continua esta actividad contráctil máxima. Por
pletos en las placas motoras bloqueadas. Los hallazgos otra parte, el incremento de tensión de las sarcómeras
anormales se observaron en fibras individuales aisladas y, acortadas y compensatoriamente estiradas tendería a
a veces, en numerosas fibras contiguas en una región comprometer la circulación produciendo isquemia lo-
bien localizada. Los discos de contracción y las fibras cal. El incremento de la demanda metabólica conjunta-
rasgadas indicaban una tensión anormalmente aumen- mente con la disminución del suministro de oxígeno de-
tada en las fibras afectadas. El vínculo existente entre la bido a la isquemia podrían explicar la severa hipoxia
anormalidad inducida en las placas motoras y los cam- local.
bios histológicos es incierto. Estadísticamente están rela-
cionados. La evidencia de tensión anormalmente au-
Paso 4 (fig. 2). Sufrimiento tisular
mentada de la fibra muscular ayuda a explicar la banda
tensa. Los nodos de contracción y los discos contribu- La isquemia y la severa hipoxia local descritas ante-
yen a explicar el nódulo palpable. riormente tendrían varias consecuencias. Compromete-
La presencia de múltiples discos de contracción en una fi- rían tanto el suministro energético glucolítico como el
bra muscular y otras distorsiones locales del espacio existen- aeróbico, produciendo una reducción del adenosintri-
te entre las sarcómeras plantea la cuestión de si el sarcolema fosfato (ATP) y la liberación de sustancias sensibiliza-
(membrana celular) está filtrando algún fluido extracelular doras.
rico en calcio dentro de la fibra debido a una debilidad Resulta clara la evidencia experimental de que la hipo-
genética estructural o a una permeabilidad anormal de los xia del músculo esquelético, por sí sola, puede excitar los
canales de calcio. nociceptores (56: figs. 2-22B) y de que la hipoxia incre-
menta enormemente la sensibilización previa de los no-
ciceptores debida una fuerte actividad contráctil (56:
Paso 3 (fig. 2). Hipoxia local
figs. 2-24). Consecuentemente, cabría esperar que la
Un estudio de tres nódulos miogelóticos en la mus- evidencia histopatológica de una actividad contráctil
culatura paravertebral lumbar4 empleó una sofisticada y regional mantenida de las sarcómeras combinada con la

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

116 hipoxia local severa del nódulo estimularía reacciones de los nociceptores se encuentran cerca las unas de los
sufrimiento tisular. otros, pero no siempre. El dolor se produce secundaria-
mente a la disfunción de la placa motora. Esto ayuda a
explicar por qué tan sólo existe una correlación general
Paso 5 (fig. 2). Sustancias sensibilizadoras
entre la expresión motora de un PGM (la banda tensa) y
Los resultados preliminares de un descollante estudio su grado de dolorimiento. Esta naturaleza variable y se-
que se está realizando actualmente respalda la aplicación cundaria (fuera del circuito de la fig. 2) del dolor aso-
de la neurofisiología explicada anteriormente a los ciado con los PGM apoyaría el concepto de que los
PGM. Un fisiatra llamado Jay Shah, del centro clínico PGM son primariamente una enfermedad neuromuscu-
de los National Institutes of Health (NIH) de Bethesda lar y no primariamente una disfunción sensorial.
(Maryland), está familiarizado con los PGM y enseña
tratamientos de acupuntura. Su proyecto, aprobado por
Paso 5’ (fig. 2). Disfunción del retículo
los NIH emplea la sobresaliente tecnología de colocar
sarcoplásmico
dos tubos dentro de una aguja de acupuntura de
0,30 mm de calibre, con una membrana de microdiáli- Si el mecanismo del PGM compromete la captación
sis situada en el extremo de los tubos abiertos y una de calcio por parte del retículo sarcoplásmico, el incre-
abertura de 10 m en la punta de la aguja de acupun- mento mantenido de la concentración de calcio en los
tura. La aguja se inserta en músculo normal sin PGM de elementos contráctiles produciría cierto grado de activi-
sujetos control, en PGM latentes del trapecio superior, dad contráctil mantenida (contractura). La bomba de
en sujetos sin dolor, y en PGM activos sintomáticos de calcio del retículo sarcoplásmico utiliza ATP y es más
pacientes. Se toman muestras del dializado procedente sensible a concentraciones bajas de esta sustancia que a
de la aguja y se analiza el pH y la presencia de electroli- la función de liberación de la actina-miosina, esencial
tos, metabolitos musculares, mediadores inflamatorios, para la actividad contráctil. Teóricamente, si la actividad
neurotransmisores, citocinas, y derivados del ácido ara- contráctil se redujera alargando (estirando) las sarcóme-
quidónico. Se analizan muestras periódicas tras la in- ras afectadas, la demanda energética disminuiría ten-
serción de la aguja para identificar las concentraciones diendo a romper el círculo vicioso. La fuerza contráctil
inicialmente presentes y el efecto de la continuada pre- de una sarcómera cae hasta cero cuando la actina y la
sencia de la aguja. Los cambios en las concentraciones miosina pierden contacto debido al estiramiento de las
de estas sustancias se examinan después de REL induci- sarcómeras. Esto ayuda a explicar por qué casi cualquier
das en los músculos con PGM. Resultados preliminares forma de estiramiento muscular tiende a reducir la acti-
en varios grupos de sujetos indican unas diferencias bio- vidad del PGM y puede romper el ciclo de retroalimen-
químicamente significativas entre los músculos control tación. Los clínicos a veces se admiran por la rapidez (en
normales y los músculos con PGM activos para un nú- menos de 1 minuto) con la que una técnica de terapia
mero determinado de sustancias. Es muy probable que manual como la liberación por presión del PGM puede
los resultados publicados con valores numéricos sean eliminar la tensión palpable de una banda tensa. La vía
bastante impresionantes. Estas sustancias sensibilizado- del paso 6 probablemente tendría un tiempo de res-
ras ayudan a explicar el dolor local a la presión y el dolor puesta considerablemente más largo. Se necesitan estu-
referido de los PGM. dios para comprobar la validez de esta vía.
El grado en el que estas sustancias sensibilizadoras
realmente sensibilizan a los nociceptores depende de la
Paso 6 (fig. 2). Modulación autonómica
cercanía de éstos a una placa motora afectada y a la lon-
gitud y a la naturaleza de la vía de difusión existente en- Los PGM pueden producir unos notables efectos so-
tre ambos, lo cual depende de variaciones de la estructu- bre el sistema nervioso autónomo al tiempo que están
ra anatómica local. Generalmente, las placas motoras y sometidos a ellos. Resulta importante el efecto de la

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D.G. Simons Revisión de los enigmáticos puntos gatillo miofasciales como causa
habitual de dolor y disfunción musculoesqueléticos enigmáticos

actividad del sistema nervioso autónomo en el nivel de CONCLUSIONES 117


actividad clínica del PGM (cantidad de liberación exce-
Los PGM son una causa verosímil de trastornos mus-
siva de ACh, de acuerdo con esta hipótesis). La canti-
culoesqueléticos, especialmente en el medio laboral,
dad de RPM (a menudo identificada como AEE en es-
siendo comúnmente ignorados como etiología. Es nece-
tudios previos) está directamente relacionada con la tasa
sario exhortar a los clínicos a incluirlos en sus explora-
de liberación espontánea de ACh a nivel de la placa
ciones de diagnóstico diferencial, para lo cual los pro-
motora. Algunos estudios en humanos y en conejos han
gramas de formación médica deberían asegurar que los
observado el efecto de los cambios en la actividad del
graduados puedan reconocer los PGM y comprender los
sistema nervioso autónomo en la cantidad de RPM re-
principios de su tratamiento efectivo. Se necesita inves-
gistrado. La exposición de sujetos normales54 y de pa-
tigación para perfeccionar la hipótesis integrada y para
cientes con cefalea48 a tareas psicológicas estresantes
establecer si los PGM deben ser reconocidos como en-
produjo incrementos significativos del RPM en los
fermedad neuromuscular.
PGM del trapecio superior. Además, dos infiltraciones
intramusculares y 4 inyecciones intravenosas de fento-
lamina (un bloqueante -adrenérgico competitivo) re- Acrónimos
dujeron el RPM mientras duró el efecto de la fentola-
mina. La infiltración de fentolamina en los focos gatillo ACh: Acetilcolina.
de conejos produjo una reducción significativa de la AEE: Actividad eléctrica espontánea.
AEE (RPM)5, indicando que las influencias autonómi- ATP: Adenosin trifosfato.
cas pueden modular el incremento de la liberación de DME: Disfunción musculoesquelética.
ACh, pero no son las únicas responsables de ello. Esto EMG: Electromiografía, electromiografico/a.
explica por qué la ansiedad y la tensión nerviosa, que PGC: Punto gatillo central.
aumentan la actividad autónoma, comúnmente agra- PGI: Punto gatillo insercional.
van los síntomas causados por los PGM. Los enlaces des- PGM: Punto gatillo miofascial.
de y hacia el paso 6, disfunción autonómica, son especu- PPM: Potencial de placa en miniatura.
lativos con numerosas posibilidades razonables que RPM: Ruido de placa motora.
precisan ser investigadas. STAR: Simposio de investigación de vaguardia.

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81. J. Travell, C. Berry, N. Bigelow, Effects of referred somatic pain W. Feigl, W. Firbas, Morphology and Histochemistry of Myo-
on structures in the reference zone, Federated Proceedings 3 gelosis, Clinical Anatomy 12 (1999) 266-271.
(1944) 49.
90. M.B. Yunus, U.P. Kalyan-Raman, A.T. Masi, J.C. Aldag, Elec-
82. J. Travell, N.H. Bigelow, Referred somatic pain does not follow tron microscopic studies of muscle biopsy in primary fibrom-
a simple ‘‘segmental’’ pattern, Federated Proceedings 5 (1946) yalgia syndrome: a controlled and blinded study, Journal of
106. Rheumatology 16 (1) (1989) 97-101.

Fisioterapia 2005;27(2):103-20 66
Comentario
bibliográfico

121

cos. Desarrolla y amplía las técnicas ya descritas en la an-


terior edición, convirtiéndose en una puesta al día mag-
nífica que nos ayudará a interpretar y efectuar los esti-
ramientos correctamente.
La presente publicación ha perfeccionado aún más su
contenido científico, reflejo de las cualidades docentes
de sus autores consagrados como grandes especialistas
en la materia. Presenta numerosas ilustraciones que pro-
pician su fácil manejo y entendimiento. Las explicacio-
nes son magistralmente sencillas e invitan a realizar las
técnicas a medida de la progresión en la lectura, pues su
texto, ameno y bien documentado, ayuda a comprender
la necesidad de recomendarlas tanto en el ámbito pre-
ventivo como terapéutico en las diversas patologías del
deporte.
Presenta numerosas ilustraciones que aún hace más fá-
cil el entendimiento con un texto ameno y ampliamen-
te documentado.
M. Snault y E. Viel. Stretching. Estiramientos de las ca- Es un libro que debe estar en la biblioteca del fisiote-
denas musculares. 2.ª ed. Barcelona: Masson 2003. rapeuta del deporte y es una obra que recomiendo utili-
zar para el adiestramiento de nuestros alumnos.
He leído con sumo interés esta segunda edición del
libro Stretching y ciertamente se trata de una magistral Prof. José Luis Aristín González
guía de los estiramientos miotendinosos y aponeuróti- E.U.F. Universidad de La Coruña.

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La ventana

122

Mesa presidencial durante la Asamblea Ordinaria de Socios celebrada el pasado 21 de noviembre.

Miembros de la Junta Directiva Nacional reunidos el pasado día De izquierda a derecha, D.ª Sonia Souto Camba, coordinadora
20 de noviembre en la Sede de la AEF. Nacional de Educación; D.ª Miriam Barcia, vicesecretaria
primera; D.º Jesús Rebollo, vicepresidente segundo, y D.º Ramón
Fernández, presidente de la AEF durante su estancia en el Congreso
Europeo de Educación en Fisioterapia celebrado en Estoril.

D.º Ramón Fernández coopresidiendo una mesa de trabajo durante Mesa presidencial durante la celebración del Congreso Europeo
el Congreso Europeo de Educación. de Educación celebrado en Estoril los días 4 y 5 de noviembre.

68
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